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José María Arguedas:


intervenir la cultura
desde la izquierda
Javier García Liendo*

Los apuntes que presento en este breve artículo es- no lo hace siguiendo una actitud celebratoria, sino
tán orientados a discutir un aspecto de la obra de que oscila continuamente entre el entusiasmo y el
José María Arguedas que no ha recibido suficiente arrepentimiento. ¿Cómo evaluar esta dimensión de
atención: su respuesta, en cuanto intelectual, a la su obra? Sin duda, muestra a un Arguedas difícil
tecnificación de la música indomestiza de los An- de conciliar con las imágenes dominantes que te-
des. El acontecimiento que plantea este tema es nemos de él: la del autor
más o menos conocido: a finales de la década de literario y la del antropó- “Arguedas es protagonista
1940, siendo Conservador General de Folklore, Ar- logo. Para algunos podría de esta tecnificación y
guedas empieza a grabar en cintas magnetofónicas evaluarse como una equi- mercantilización de la cultura
a un gran número de músicos migrantes; no solo vocación o un intento pro- musical indomestiza; pero
crea un archivo tecnológico de esa música, sino blemático de aliarse con no lo hace siguiendo una
que además entrega algunas grabaciones a la Casa las dinámicas de la cultura actitud celebratoria, sino
Odeón y los convence de grabar los primeros dis- masiva de la época. Pero que oscila continuamente
cos de dicha música. Muy pronto, como Arguedas aquí propongo una línea entre el entusiasmo y el
observa, se genera un boom del disco andino, expli- de explicación alternativa: arrepentimiento.”
cado no solo por el incremento y la variedad de la su trabajo muestra a un in-
oferta sino también por la consolidación de un con- telectual o productor –a un trabajador de la supe-
sumidor popular en Lima y en provincias.1 Argue- restructura– que lee las condiciones materiales de
das es protagonista de esta tecnificación y mercan- producción, circulación y consumo de la cultura de
tilización de la cultura musical indomestiza; pero su época y decide intervenirlas con el fin de orga-

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Casa Odeón para grabar los discos de música indo-
mestiza. Dicha tendencia está definida por la tecnifi-
cación de la música, por medio de la cual los sonidos
locales se descontextualizan de sus espacios de pro-
ducción y consumo originales para viajar –en forma
discos o emisiones radiales– por puertos, zonas rura-
les y ciudades. La condición material de este proceso
es la conversión de cualquier pieza musical en un
espectro sónico intercambiable, haciendo equivalentes
culturas musicales sumamente diversas (un tango,
un fox-trot o una samba, por ejemplo). Desde luego,
en el paisaje sonoro del disco y la radio circulaban
también géneros de música nacional. Pero Arguedas
parece sugerir que la música internacional es la que
tiene mayor influencia en las prácticas de escucha
populares. Con la profundización de las migracio-
nes, esta cultura musical alcanzará a un número
mayor de pobladores tanto en Lima como en pro-
vincias. Sin embargo, en el paisaje sonoro de la na-
ción, la música indomestiza de los Andes no se había
Baldomero Pestana/PUCP convertido todavía en espectro sónico. Es Arguedas
quien promueve esta transmutación impulsando la
nizar una contrahegemonía. Desde este encuadre, creación de discos que pudieran competir de igual a
como pretendo mostrar, Arguedas nos plantea un igual en el nuevo espacio de la auralidad tecnológica
tema que posee plena actualidad no solo para inte- con tangos, valses y fox-trots.
rrogar su obra conjunta, sino además para discutir
modos alternativos de pensar políticamente la cul- La conversión de la música indomestiza en espectro
tura. sónico genera una serie de pérdidas y ganancias que
cargan la decisión de Arguedas con mucha incerti-
Voy a comenzar analizando brevemente la tecnifica- dumbre. En sus contextos de producción originales,
ción de la música indomestiza situándola en lo que dicha música dependía de la comunicación cara a
llamaré el paisaje sonoro de la nación. Posterior- cara, la cual hacía posible actualizar y transmitir
mente abordaré, enfatizando algunos puntos teóri- significados culturales que solo podían ser com-
cos, la figura del intelectual descrita. Por razones de prendidos por sus participantes (músicos, público).
espacio, prescindiré aquí de citas y del análisis deta- Su nueva condición tecnológica, la reproducción de
llado de su obra.2 un disco en múltiples contextos y para un público
anónimo y altamente heterogéneo, pone en crisis el
Intervenir el paisaje sonoro de la nación circuito de comunicación cara a cara, y con él las ba-
Desde finales de la década de 1930, Arguedas perci- ses comunicativas de una cultura milenaria. Al mis-
be la creciente importancia de los discos de música mo tiempo, la nueva existencia tecnológica de dicha
extranjera en la cultura musical andina, a lo que se música hace posible que esta tenga mayor influen-
añadirá muy pronto la ra- cia sobre la cultura musical de distintos individuos
“los discos funcionan como dio. Por ejemplo, en el en- y grupos a nivel nacional. Es decir, su descontextua-
la punta de lanza para crear sayo que acompaña Kanto lización tecnológica permite influir en las prácticas
una contrahegemonía y un Keshua comenta que los de escuchas y la subjetividad de una comunidad am-
espacio cultural (productores, jóvenes mestizos que re- pliada que toma la forma de la nación. Convertida
circulación, consumo) en el gresan de Lima prefieren en disco o emisión radial, la música podía ingresar
que se redefina el significado silbar tangos y one-steps en una habitación o circular en el transporte públi-
de lo popular y lo nacional.” en las calles y las esquinas, co, la calle o un centro de trabajo.
aunque la población indí-
gena prefería todavía los huaynos.3 Arguedas está Es posible sugerir que esta capacidad de la tecnolo-
identificando una tendencia que se acentuará en las gía para influir en el paisaje sonoro de la nación es lo
siguientes décadas, cuando él decide contactar a la que está en el centro del interés de Arguedas por los

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discos. Para él no es una decisión fácil y en más de vida creadas por la migración y la urbanización de
una ocasión se arrepiente (aunque nunca completa- la segunda mitad del siglo XX.
mente). Sabe el nivel de pérdida que la nueva supe-
restructura tecnológica impone sobre las culturas ¿Necesitamos una teoría socialista
indígenas; pero también comprende que el proceso de los medios?
no se puede contener. Aunque la comunicación cara El análisis anterior nos muestra a Arguedas como
a cara funcionaba con mucho éxito en los Andes y un intelectual, formado en la cultura humanista, ha-
entre migrantes en Lima, estaba siendo rápidamente ciendo frente a una cultura mediática, notoriamente
cercada por los discos y la radio. La comunicación tecnológica, mercantil y masiva. Esta contrasta con
tecnológica crea un espacio donde se reformulan la el concepto restringido de cultura (arte, literatura)
subjetividad, los valores y las aspiraciones popula- que prevalecía entre la mayoría de intelectuales de
res. La hipótesis de Arguedas es trabajar en ese es- su época, el cual favorecía la idea de que la cultura
pacio con el fin de intervenir el paisaje sonoro de la existe por fuera de cualquier condición material de
nación: una cultura subordinada podía convertirse producción, circulación y consumo. La literatura es
en centro de una nueva cultura popular de alcance pura textualidad; el cuadro, una imagen suspendida
nacional. Hablando sobre los discos y la radio, Ar- en el museo. El trabajo de Arguedas lo coloca en otro
guedas dice: “Hay indicios que muestran que todas contexto, que describiré como el debate socialista
las clases populares del país han sido infiltradas por sobre los medios.
las danzas huancas y algunas otras de la música
folklórica andina.4 Así, los discos funcionan como Simplificando el problema, podría decirse que en su
la punta de lanza para crear una contrahegemonía época había una tesis dominante entre los intelec-
y un espacio cultural (productores, circulación, con- tuales de izquierda sobre los medios. Los medios (y
sumo) en el que se redefina el significado de lo po- sus culturas) eran vistos como aparatos ideológicos
pular y lo nacional. Había que construir una nueva de Estado (en el sentido de Althusser) que reprodu-
cultura (popular) para las subjetividades y formas de cían las relaciones de producción y, por lo mismo,

Baldomero Pestana/PUCP

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eran parte de la cultura capitalista. Cualquier polí- Para Arguedas, esta tercera posición debía encar-
tica de izquierda debía plantearse por fuera del es- narse como una política alternativa de cultura
pacio mediático. A partir de aquí se articulaban dos nacional. Las versiones estatales de la cultura
posiciones claramente distinguibles. La primera de- nacional (el hispanismo, el criollismo o el indige-
fendía el valor de la Cultura (arte, literatura). Una nismo) existían como imaginarios que debían ser
obra literaria o una pintu- socializados por instituciones como el ejército o
“la obra de Arguedas ra, incluso si eran creadas la escuela (esta se expande a zonas rurales desde
mantiene hoy intacta su por una subjetividad bur- la década de 1940). Tales imaginarios se imponen
naturaleza provocadora guesa, tenían un poder ilu- desde arriba y tienen poca vinculación con la ex-
y nos invita a discutir en minador y hasta liberador. periencia cotidiana. Por el contrario, la cultura
qué consistiría hoy en día La política cultural de esta mediática con la que trabaja Arguedas atraviesa
intervenir la cultura desde la posición se planteaba como la vida cotidiana permanentemente, convirtién-
izquierda.” democratización: socializar dose en el nuevo maestro de la subjetividad po-
lo que es propiedad de una pular. Esta cultura desnuda el carácter artificial
elite. Aunque muchos lo negarían, esta política cul- de aquella cultura nacional. Intervenir los me-
tural reafirmaba la noción burguesa del arte autóno- dios y sus culturas conllevaba, por lo mismo, la
mo. La segunda posición defendía la cultura popular posibilidad de crear una cultura popular en la
entendiéndola, sobre todo en Latinoamérica, como que interconecten la vida laboral, el entreteni-
la cultura campesina. Designaba una forma de lo po- miento y nuevas formas de significar lo local, lo
pular que no había sido tocado por el capitalismo, o nacional y lo global. Arguedas no defiende una
que resistía a este. Su política cultural no era tanto la cultura popular idealizada.
democratización –aunque existían combinaciones–
como la politización de una cultura postulada como La tercera posición planteada por Arguedas es mi-
modelo de resistencia al capitalismo. Cualquiera de noritaria en su época, pero remite a una tradi-
las dos posiciones rechazaba la cultura mediática; ción de izquierda que no es desconocida. Otros
ambas defendían formas de cultura vinculadas con pensadores coinciden en muchas líneas de la re-
el humanismo y el trabajo artesanal. flexión y el trabajo de Arguedas con los medios,
tales como Bertolt Brecht, Walter Benjamin o
En la obra conjunta de Arguedas hay una feroz ten- Hans Magnus Enzensberger.5 Aunque las condi-
sión entre estas posiciones. Por ejemplo, como direc- ciones de trabajo de Arguedas son mucho más
tor de la Casa de la Cultura, propone la difusión de intensas –el encuentro entre campesinado y ca-
música clásica en las barriadas. Pero su trabajo con pitalismo–, todos tienen en común la apuesta por
los discos crea una tercera posición frente a los me- no dejar los medios y sus culturas en manos de
dios. Ella defiende la necesidad de no descartar el va- los sectores dominantes.
lor político de la cultura mediática, aunque identifi-
que en ella la formación de la hegemonía capitalista. El trabajo de Arguedas con los discos nos interpe-
Su estrategia es intervenir las condiciones técnicas la desde esta tradición. ¿Necesitamos hoy pensar
de la cultura para redirigirlas. Su política cultu- una teoría socialista de los medios? Quizás en vez
ral toma la forma de una cultura de masas; no en el de solo criticar una novela desde la Cultura ha-
sentido definido por otras tradiciones de izquierda bría que hacer una telenovela socialista. De cual-
(la cultura del capitalismo o el imperialismo), sino quier modo, la obra de Arguedas mantiene hoy
como un tejido de productores, circuitos y públicos intacta su naturaleza provocadora y nos invita a
que establece nuevas condiciones para la formación discutir en qué consistiría hoy en día intervenir
de subjetividades y experiencias en común. la cultura desde la izquierda.

* Profesor de literatura y estudios culturales en la Universidad de Washington en Saint Louis.


1. Ver, de Arguedas, “La difusión de la música folklórica andina: Clasificación de un catálogo de discos” (Obra antropológica, vol. 7, pp. 465-483).
2. Este artículo se basa en trabajos anteriores, los que pueden consultarse para mayores detalles: El intelectual y la cultura de masas (2017),
“Notas sobre el espacio mediático y la auralidad plebeya” (2019, http://ojs.fhuce.edu.uy/index.php/enclat/article/view/466/404). Estas ideas
fueron también presentadas en la Maestría de Estudios Culturales de la Pontificia Universidad Católica (mayo, 2019).
3. Canto Keshua (Obra antropológica vol. 1, p. 150).
4. Arguedas, J. M. “De lo mágico a lo popular” (Obra antropológica 7, pág. 547). El Valle del Mantaro funciona como micromodelo del proyecto
arguediano.
5. Pueden buscarse en línea los ensayos de Brecht sobre la radio, “El autor como productor” de Benjamin y “Elementos para una teoría de los
medios de comunicación” de Enzensberger.

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