Está en la página 1de 4

Profesor José Jiménez

Sonido y Color de los Instrumentos

¿Te has preguntado alguna vez por qué no abundan las canciones que emplean la tuba o el fagot
como instrumento melódico? ¿O por qué hay tantas excelentes melodías escritas para piano y
guitarra? Bueno, es probable que no hayas reflexionado mucho sobre el asunto, pero si quieres
escribir música quizás deberías hacerlo.

La explicación simple de que algunos instrumentos se utilicen para la línea melódica en


música y otros no reside en que el oído humano reacciona mejor a los sonidos altos que a los
sonidos bajos. Los bebés y los niños pequeños tienden a balbucir con sonidos altos, los pájaros
cantan con sonidos altos y casi todas las cosillas agradables hacen ruido en esta gama de sonidos.
No podemos dejar de disfrutar de estos sonidos, porque forman parte de nuestra constitución
interna.

Los sonidos altos transmiten una mayor sensación de inmediatez. Puedes trabajar tus
dedos hasta el agotamiento con el arco de un violonchelo, pero el mismo fragmento musical
nunca sonará tan enérgico como si lo tocaras a la misma velocidad en un violín. Es lo mismo que
en una conversación: si intentas que alguien entienda una idea, en especial si es importante, el
tono de tu voz tiende a subir hacia los registros altos, en lugar de descender hacia el registro bajo.
Por eso los instrumentos que llevan la melodía principal suelen llamarse a veces instrumentos
parlantes.

El color del sonido

El color del sonido o carácter de un instrumento está formado por tres componentes
básicos:

El ataque

El timbre (o contenido de armónicos)

El decaimiento

1
Profesor José Jiménez
El sonido de cada instrumento depende de estos tres factores de tal manera que,
simplemente, cuando oyes un determinado instrumento puedes identificar, a partir de la
audición, de qué instrumento se trata.

El ataque

El ataque es el primer sonido que escuchas al oír una nota, y es tal vez el aspecto más
característico de la misma. Por ejemplo, cuando oyes el primer microsegundo del sonido
producido por un violín, instantáneamente sabes que se trata de un violín gracias a aquel rápido y
crudo golpe del arco contra la cuerda de sonido familiar. Es directo e inconfundible. Ni siquiera te
das cuenta de que oyes ese primer instante de contacto, pero allí está. Si tocaras a baja velocidad
un disco del violín solo de cualquier virtuoso, encontrarías ese chasquido familiar del comienzo de
cada golpe de arco.

El ataque de un piano es completamente distinto. Cada vez que pulsas una tecla del
instrumento, un martillito golpea en forma simultánea tres cuerdas metálicas y produce un sonido
distintivo, como el tañido de una campana. Aún más maravilloso es abrir el piano y escuchar cómo
suenan las notas cuando la tapa no amortigua el sonido.

La guitarra también posee su ataque característico, un tañido áspero producido al puntear


las cuerdas metálicas — sonido indudablemente menos pronunciado si la guitarra tiene cuerdas
de naylon. Las diferentes clases de cuerdas son en parte responsables de la variedad de estilos
usados por los músicos al tocar la guitarra. Las guitarras eléctricas del rock, las acústicas del pop, y
las que acompañan las canciones country suelen emplear cuerdas metálicas por su delicioso,
tajante y agresivo tañido.

En la música clásica, el flamenco y en mucha música popular se prefiere el uso de guitarras


con cuerdas de nailon porque el sonido del ataque es mucho más apagado y la música suena más
suave.

El timbre

El contenido de armónicos de un instrumento, o timbre, determina la parte media, o el


cuerpo de la nota que se toca. Cuando suprimes el ataque y el decaimiento del sonido de ciertos
instrumentos con un equipo digital, encuentras muchas similitudes sorprendentes entre los
instrumentos de esta clase, como en las flautas y violines. El timbre y el rango de altura (la
tesitura) de la flauta y el violín son casi idénticos, pero, como uno es de viento y el otro de arco, el
ataque inicial de cada nota separada es completamente distinto e identifica estos instrumentos
desde el sonido producido en la fracción de segundo inicial.

2
Profesor José Jiménez

Sin embargo, los armónicos de distintos instrumentos se diferencian de forma radical,


sencillamente debido a su construcción. Por ejemplo, el contenido de armónicos entre una nota
producida por una guitarra y otra producida por un piano es completamente distinto, porque la
nota en una guitarra se produce por una cuerda punteada, en cambio en el piano la nota se
produce por el golpe de un martillo sobre tres cuerdas, cuya afinación difiere en una pequeñísima
cantidad (esto tiene que ver con los armónicos, que se tratan más adelante en este capítulo).

Cuando se desarrollaron los primeros sintetizadores, los diseñadores pretendían


reproducir los instrumentos “naturales” en lugar de buscar sólo la reproducción de sonidos
sintéticos (el sonido plano y artificial del sintetizador de los años setenta, por ejemplo). Los
inventores del sintetizador descubrieron que el mayor reto para que el dispositivo sonara natural
no residía en la reproducción del timbre —característica en la cual se habían concentrado los
ingenieros desde el principio— sino en la reproducción del ataque y decaimiento de cada
instrumento. A medida que fue pasando el tiempo, se vieron obligados a grabar en el sintetizador
muestras de los instrumentos para que los sonidos de la flauta y el violín, por ejemplo, fueran
distinguibles. Por no hablar de los oboes y las tubas.

El decaimiento

El decaimiento es la parte final de una nota tocada por un instrumento. Hay dos tipos de
decaimiento instrumental:

Impulsivo

Sostenido

El decaimiento impulsivo es característico de los instrumentos que deben tocarse de forma


continua, o en pulsos, para que sigan sonando. Los sonidos son producidos y comienzan a decaer
de inmediato hasta que la siguiente nota que se toca reinicia el proceso. Aquellos en que el sonido
se produce mediante punteo o golpe, como la guitarra, el piano y la mayoría de los instrumentos
de percusión, son ejemplos comunes de instrumentos con decaimiento impulsivo.

Un decaimiento sostenido es aquel en que la columna vibrante del instrumento, como el


cuerpo de la flauta, el clarinete u otros instrumentos de forma tubular, es movida continuamente,
de manera que el sonido sigue en un estado estacionario mientras se toca la nota. Los
instrumentos de viento y de arco, como las maderas (de viento), los violines y otros instrumentos
de arco, los de lengüeta libre como el acordeón y los de metal, son de sonidos sostenidos.

3
Profesor José Jiménez

Los armónicos

Cualquier sonido, sin importar la fuente, es producido por algo que vibra. Sin vibración no
hay sonido. Estas vibraciones hacen que las partículas de aire próximas a la fuente también vibren,
y estas partículas de aire, a su vez, transmiten las vibraciones a las partículas vecinas y así
sucesivamente, creándose lo que llamamos una onda sonora. Igual que una onda en el agua, a
medida que la onda sonora se aleja, se vuelve más débil, hasta que se disipa por completo. Sin
embargo, si la vibración original crea una onda lo suficientemente fuerte, con el tiempo llega a tus
oídos y queda registrada como sonido.

Oímos un sonido porque el aire vibra contra nuestros tímpanos y les transmite la
vibración, la cual es analizada por nuestros cerebros y registrada en forma de música, tráfico,
canto de los pájaros, o lo que sea. Como las ondas sonoras son captadas por un tímpano particular
y analizadas por un cerebro único, hay muchas probabilidades de que dos personas no escuchen el
mismo sonido exactamente igual.

Cada vibración completa de la onda sonora se llama ciclo. El número de ciclos que se
completan en un segundo se llama frecuencia de la vibración. Una de las diferencias más
perceptibles entre dos sonidos es la diferencia de altura, la cual viene determinada principalmente
por la frecuencia. La frecuencia se mide en hertz(Hz); un hertz es igual a un ciclo por segundo. Un
kilohertz, escrito kHz, es igual a mil hertz. Una vibración de alta frecuencia produce una nota alta,
y una de baja frecuencia produce una nota baja.

El rango auditivo del oído humano es más o menos de 16 Hz a 16 kHz. Las frecuencias de
las notas de un piano van desde 27,5 Hz hasta algo más de 4 kHz.

La nota musical producida por un diapasón se llama sonido puro porque la onda sonora
correspondiente contiene una única frecuencia. Los instrumentos producen su sonido específico
porque es el resultado de muchas notas diferentes que suenan simultáneamente con frecuencias
distintas. Una nota particular del piano, por ejemplo, consta en realidad de varias notas que
suenan juntas con frecuencias ligeramente diferentes.

También podría gustarte