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POLÍTICA Y PETRÓLEO
En los países dependientes, en este tipo de formaciones sociales con una economía
“penetrada”, es indispensable examinar las vinculaciones existentes entre la política interna y las
relaciones internacionales par comprender los mecanismos del poder.
¿Fue la revolución de 1930 un “golpe de Estado británico”? La oligarquía “restaurada” en
septiembre mantiene vínculos preferenciales con la City y con el mercado de carnes de Smithfield y
Gran Bretaña sigue siendo el primer cliente y el primer inversor. Pero Yrigoyen no fue menos en
este aspecto.
L apolítica externa del presidente Yrigoyen se inscribe en la tradición pro europea de la
diplomacia argentina. Los radicales, así como los conservadores de tiempos de Sáenz Peña, se
oponen a las tentativas hegemónicas de los Estados Unidos en el continente. En la Conferencia
Panamericana de La Habana de enero de 1928, los delegados argentinos encabezaron la ofensiva
contra el intervencionismo norteamericano en América Latina. Asimismo, la Argentina de Yrigoyen
pretende ser rival pacífico de los Estados que llevan a cabo una política imperial en el Caribe y en
América Central. Yrigoyen no vacila en aleccionar, en forma poco diplomática, al presidente
Hoover, declarándole que el progreso de la civilización apunta a la instauración de un orden
internacional en el cual “los pueblos (serán) sagrados para los pueblos”.
Una actitud de profunda desconfianza hacia la política continental de los Estados Unidos
permite explicar, por ejemplo, que el gobierno radical deje vacante el puesto de embajador en
Washington. Las relaciones con EE.UU se mantienen tensas a partir de 1929.
Algunos sectores oligárquicos parecen fascinados por el modelo norteamericano. Se
compara de buena gana el poderío económico de la Gran República Liberal, paraíso de la libre
empresa, donde el Estado evita escrupulosamente intervenir en la vida económica, con la debilidad
de la Argentina desorientada por el dirigismo obrerista de los radicales. Se desea que la Argentina
siga el rudo y exaltante ejemplo de los yanquis y se distancie del viejo mundo, minado por la lucha
de clases y el socialismo. Es un tema recurrente, incluso y sobre todo en los nacionalistas
autoritarios como Lugones.
Después de la primera guerra mundial, Nueva York reemplazó a Londres como mercado
financiero para los empréstitos argentinos. Los Estados Unidos son los primeros proveedores de la
Argentina desde 1925. El dinamismo de la república norteamericana hace retroceder poco a poco al
Reino Unido.
La política de Yrigoyen no es muy favorable a la impetuosa ofensiva de los capitales
norteamericanos.
Es evidente, sin embargo que el mundo norteamericano de los negocios recibió con
satisfacción la noticia de la caída de Yrigoyen. Así lo atestigua el alza de los valores argentinos en
la Bolsa de Nueva Cork y, en menor medida, la franca recuperación del peso con relación al dólar.
La actitud del gobierno provisional hacia los Estados Unidos inmediatamente después de la
caída de Yrigoyen es, según palabras de Uriburu ante la prensa norteamericana, de colaborar “de
ahora en más con los Estados Unidos” y participar de nuevo “en las actividades panamericanas”.
Los revolucionarios quieren ganarse el reconocimiento de la potencia dominante del
continente. El gobierno procura igualmente obtener créditos norteamericanos para refinanciar parte
de la deuda externa.
El acercamiento entre la Argentina y los Estados Unidos puede también detectarse en otras
cuestiones, como el uso de los automotores, mientras que Yrigoyen pensaba emplear 100 millones
de pesos en la modernización de los ferrocarriles, Uriburu prefiere el petróleo al carbón y amplía un
mercado dominado por las grandes firmas de Detroit.
¿Puede por ello decirse que la política de Uriburu es abierta y resueltamente pro
norteamericana? De ninguna manera. Los grupos revolucionarios y los medios económicos
dirigentes se encuentran divididos en cuanto a la táctica de seguir frente a la crisis mundial. El
reflejo espontáneo de una clase extravertida, consciente de su inseguridad y de la vulnerabilidad del
sistema consiste en acercarse a una nación fuerte. ¿Pero cuál? ¿Gran Bretaña o Estados Unidos?
Hay que tener en cuanta el contexto de la gran crisis de 1929.
Capítulo 5: Una dictadura militar sin militares. El ejército entre la democracia fraudulenta y
el Estado corporativista