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ARQUITECTURA CLIENTE/SERVIDOR

Concepto: La arquitectura cliente-servidor es un modelo de diseño de software en el que las tareas


se reparten entre los proveedores de recursos o servicios, llamados servidores, y los demandantes,
llamados clientes. Un cliente realiza peticiones a otro programa, el servidor, quien le da respuesta.
Esta idea también se puede aplicar a programas que se ejecutan sobre una sola computadora,
aunque es más ventajosa en un sistema operativo multiusuario distribuido a través de una red de
computadoras.

Ejemplos: Algunos ejemplos de aplicaciones que usen el modelo cliente-servidor son el Correo
electrónico, un Servidor de impresión y la World Wide Web.

En esta arquitectura la capacidad de proceso está repartida entre los clientes y los servidores,
aunque son más importantes las ventajas de tipo organizativo debidas a la centralización de la
gestión de la información y la separación de responsabilidades, lo que facilita y clarifica el diseño
del sistema.
Características generales:

• El Cliente y el Servidor pueden actuar como una sola entidad y también pueden actuar como
entidades separadas, realizando actividades o tareas independientes.
• Las funciones de Cliente y Servidor pueden estar en plataformas separadas, o en la misma
plataforma.
• Cada plataforma puede ser escalable independientemente. Los cambios realizados en las
plataformas de los Clientes o de los Servidores, ya sean por actualización o por reemplazo
tecnológico, se realizan de una manera transparente para el usuario final.
• La interrelación entre el hardware y el software están basados en una infraestructura
poderosa, de tal forma que el acceso a los recursos de la red no muestra la complejidad de
los diferentes tipos de formatos de datos y de los protocolos.
• Su representación típica es un centro de trabajo (PC), en donde el usuario dispone de sus
propias aplicaciones de oficina y sus propias bases de datos, sin dependencia directa del
sistema central de información de la organización.

Historia (básica): La idea de arquitectura cliente-servidor se remonta a mediados de la década de


los 60 y, más concretamente, a 1964 con el sistema informático IBM OS/360, al cual se le podían
enviar peticiones de ejecución de tareas, y el sistema respondía con la salida de dicha tarea.
En la época, era una arquitectura necesaria: las computadoras eran grandes aparatos que ocupaban
mucho espacio, y eran caras. No existía el concepto de computadora personal o microcomputadora
(que nacería casi en la década de los 80), y estas máquinas debían ser compartidas por varios
usuarios.

Es por ello que se buscaba optimizar su rendimiento de todas las formas posibles, como permitiendo
la ejecución de trabajos a determinadas horas para aprovechar las noches, fines de semana, o en
general los momentos en los que pocos usuarios estuvieran trabajando en tiempo real con la
máquina.
El éxito de IBM en el incipiente mercado de la computación llevó a que sus máquinas marcaran la
pauta, y eso en la informática equivale a imponer estándares, por lo que el modelo cliente-servidor
inicial evolucionó y se impuso.

Fue tal su éxito, que los responsables de la iniciativa DARPA lo abrazaron en la creación, en 1969, de
ARPANET, su red informática descentralizada. ARPANET se convertiría, a posteriori, en la actual
Internet.
Ambos términos (cliente y servidor) pronto empezaron a denominar tanto el programa que
proporciona el servicio o los contenidos (servidor) y el que se conecta a este para solicitarlos
(cliente) como las computadoras físicas que realizan tales tareas.

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