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La radiación solar es la energía emitida por el Sol, la cual se propaga en todas direcciones a través
del espacio mediante ondas electromagnéticas. Emitida por la superficie solar, esta energía
determina la dinámica de los procesos atmosféricos y climatológicos. Además, es directa o
indirectamente responsable de circunstancias de nuestro día a día, como la fotosíntesis de las
plantas, el mantenimiento de una temperatura compatible con la vida y de la formación del viento
—clave para la generación de energía eólica—.
El sol es una de las grandes fuentes de energía, no solo para el planeta sino también para los seres
humanos. Sin embargo, la radiación solar emitida por el astro rey podría afectar en cierta medida
al medio ambiente y por ende también al ser humano. Existen ciertas características en las
radiaciones que suelen ser nocivas para el medio ambiente.
Es de destacar que las radiaciones solares llegan a la superficie terrestre en una mínima parte de la
cual son emitidas por el sol. Siendo un 5% de las radiaciones emitidas las que corresponden a los
rayos UVA. Los cuales se caracterizan por poseer la capacidad de ingresar y regular el crecimiento
y desarrollo de muchas de las plantas.
Este campo de energía el cual abarca una gran cantidad de colores y rangos son los que usan los
vegetales para los procesos de la fotosíntesis. Sin embargo, cuando la intensidad de la radiación es
superior podría llegar a afectar numerosos procesos naturales. Sobre todo aquellos organismos
vegetales, tomando como alternativa el cambio.
En gran medida los sistemas hidrológicos y los cultivos sufrirían los efectos nocivos, en donde debe
incluirse el plancton marino. Si ha de ser de esta manera podría afectar considerablemente las
condiciones de la vida marítima y por ende la génesis de la vida. La disminución de la capaz de
ozono en solo un porcentaje podría doblar el efecto sobre el medio ambiente.
Las cuales pueden resultar dañinas y nocivas no solo para el medio ambiente sino también para los
humanos. Es preciso comprender como es el ingreso de la atmosfera de la radiación solar y como se
establecen dos aproximaciones que deben considerarse. La primera de ellas es la consideración de las
cantidades de radiación pueden llegar a ser absorbidas, reflejadas y dispersadas por toda la extensión
atmosférica.
La segunda, la cual resulta mucho más compleja es aquella que describe los cambios que pueden
producirse en la distribución del espectro en la radiación solar. Lo que induce los diferentes
componentes encontrados dentro de la atmosfera.
Sin embargo, será la intensidad de las radiaciones la que incidirá sobre la superficie terrestre. Lo cual
implica considerar las distintas variaciones que se presentarán en relación con la ubicación geográfica,
las fechas, los movimientos. Incluso en el área de las construcciones es importante tener en cuenta las
radiaciones solares y la intensidad que estas ejercen sobre un determinado plano.
Radiación solar: ¿cuál es su impacto sobre el planeta y el ser
humano?
La radiación solar es aquella energía emitida por el Sol a través de ondas electromagnéticas y la
vida en la Tierra depende de ella. Además de determinar las dinámicas y tendencias atmosféricas y
climatológicas, hace posible la fotosíntesis de las plantas, entre otros procesos. Si quieres saber más,
como qué tipos de radiación hay y cuáles son sus efectos nocivos para la salud, especialmente sobre
la piel en verano, continúa leyendo. Un exceso de radiación solar puede tener efectos nocivos para
la salud del ser humano, especialmente en piel y ojos.
Rayos infrarrojos (IR). De mayor longitud de onda que la luz visible, emiten calor y
cualquier cuerpo cuya temperatura sea mayor a 0º Kelvin los desprende.
Rayos visibles (VI). Emiten luz y son aquellos que el ojo humano percibe en forma
de colores (rojo, naranja, amarillo, verde, cian, azul y violeta).
Rayo ultravioleta (UV). Son invisibles al ojo humano y son los que inciden más
gravemente sobre la piel (quemaduras, manchas, arrugas). Se dividen en tres subcategorías:
Ultravioleta (UVA). Son aquellos que atraviesan con facilidad la atmósfera, alcanzando
mayoritariamente la superficie terrestre.
Ultravioleta B (UVB). Tienen mayores dificultades para traspasar la atmósfera. Aun así,
llegan a la superficie terrestre y son los que pueden producir daños más graves en la piel.
Ultravioleta C (UVC). Este tipo de rayos no consiguen atravesar la atmósfera, ya que son
absorbidos por la capa de ozono.