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La cantidad de radiación solar que llega a la superficie es muy dependiente de la elevación del sol. En las
regiones tropicales en que el sol se encuentra cerca de la vertical en los meses de verano los niveles de
radiación UV son muy altos. Por el contrario, en las regiones polares la elevación del sol incluso en
verano es poca y los niveles de radiación debidos a este efecto son bajos o moderados.
Nubosidad
La reflectividad del suelo afecta a la radiación UV tanto en la radiación difusa como en la directamente
reflejada por la superficie. Los valores de albedo suelen estar por debajo de 10% para la vegetación pero
la variabilidad en caso de hielo puede alcanzar del 7 al 75% y para la nieve del 20 al 100%. La alta
reflectividad puede ser de gran importancia en la distribución geográfica y estacional de la radiación UV,
especialmente en climas fríos.
La radiación solar produce dos tipos de procesos principales: los procesos energéticos
Las plantas tienen unas necesidades de iluminación según su naturaleza y estado de desarrollo.
Cuando la luz no es suficiente para un desarrollo normal las plantas tienden al ahilamiento
(tallos se hacen altos y delgados) y presentar clorosis y malformación de hojas. En el caso de
cultivos de raíces y tubérculos tiende a producir una disminución del rendimiento y de la
calidad; también influye en una disminución del aroma y dulzura de los frutos; de esta forma las
fresas obtenidas en la vega de Aranjuez son más sabrosas y aromáticas que las que se pueden
obtener en zonas con menor número de horas de sol. Por otro lado, una iluminación excesiva
favorece el desarrollo de ramas. En cuanto a la germinación, es más rápida en la oscuridad que a
la luz, excepto en algunas semillas de pequeño tamaño como las gramíneas para forraje.
En función de cómo reciben la radiación solar los objetos situados en la superficie terrestre, se pueden
distinguir estos tipos de radiación:
radiación directa. Es aquella que llega directamente del Sol sin haber sufrido cambio alguno en
su dirección. Este tipo de radiación se caracteriza por proyectar una sombra definida de los
objetos opacos que la interceptan.
radiación difusa. Parte de la radiación que atraviesa la atmósfera es reflejada por las nubes o
absorbida por éstas. Esta radiación, que se denomina difusa, va en todas direcciones, como
consecuencia de las reflexiones y absorciones, no sólo de las nubes sino de las partículas de
polvo atmosférico, montañas, árboles, edificios, el propio suelo, etc. Este tipo de radiación se
caracteriza por no producir sombra alguna respecto a los objetos opacos interpuestos. Las
superficies horizontales son las que más radiación difusa reciben, ya que ven toda la bóveda
celeste, mientras que las verticales reciben menos porque sólo ven la mitad.
radiación reflejada. La radiación reflejada es, como su nombre indica, aquella reflejada por la
superficie terrestre. La cantidad de radiación depende del coeficiente de reflexión de la
superficie, también llamado albedo. Las superficies horizontales no reciben ninguna radiación
reflejada, porque no ven ninguna superficie terrestre y las superficies verticales son las que más
radiación reflejada reciben.