Está en la página 1de 8

7.

LAS REVOLUCIONES RUSAS Y LA CREACIÓN DE LA URSS

Términos fundamentales de la unidad:


Domingo Sangriento, KD, Soviets, Bolcheviques, Tesis de Abril, Constitución de 1918, Tratado de
Brest-Litovsk, comunismo de guerra, Ejército Blanco, Constitución de 1924, NEP, Komintern, Gulag, Planes
quinquenales, Purgas, Estalinismo

Personajes fundamentales de la unidad:


Nicolás II, Lenin, Kérenski, Trotski, Stalin

La Rusia de principios del siglo XX era al mismo tiempo una gran potencia y uno de los países más
atrasados de Europa. Era un Imperio autocrático aparentemente poderoso (por extensión, por
población -170 millones de habitantes- y por riqueza en materias primas); sin embargo, en apenas
una década se desmoronó y dio paso al primer Estado revolucionario comunista de la historia: la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). En Europa, la revolución generó un profundo
impacto y condicionó las relaciones sociales y políticas en las siguientes décadas.

1. LA RUSIA ZARISTA

A comienzos del siglo XX, Rusia era un vasto imperio multiétnico que abarcaba desde el mar Báltico
hasta el océano Pacífico. Políticamente estaba dirigido por un zar autocrático de la dinastía Romanov,
Nicolás II, que gobernaba apoyándose en los valores del Antiguo Régimen, la aristocracia, la Iglesia
ortodoxa (que mantenían sus viejos privilegios) y un ejército de más de 3 millones de soldados.
Desde el punto de vista socioeconómico, la inmensa mayoría de la población (un 80%
aproximadamente) habitaba en zonas rurales y se dedicaba a las tareas agrarias. La economía rusa
era tradicional, basada en la agricultura de subsistencia de bajos rendimientos. Aunque había una
minoría de campesinos propietarios (kulaks), la mayoría eran jornaleros que trabajaban en
latifundios y vivían bajo un régimen semifeudal, pues aunque se les permitía ejercer otras
profesiones o cambiar de residencia, en la práctica seguían muy ligados a la tierra y a la voluntad de
la aristocracia terrateniente. La industrialización había llegado tarde y se concentraba únicamente
alrededor de las grandes zonas urbanas de Moscú y la capital del Imperio, San Petersburgo, y en
zonas con recursos minerales, como Ucrania. La industrialización propició la aparición de una
reducida burguesía y de un creciente sector obrero.
Por tanto, la mayoría de la población rusa vivía en pésimas condiciones (ínfimos salarios, precariedad
laboral y de vivienda, etc.), el nivel de analfabetismo era alto y apenas había clases medias e
intelectuales. La conjunción de esta situación socioeconómica con la autocracia política hizo que
desde finales del siglo XIX surgieran varios grupos de oposición al régimen zarista que actuaron en
clandestinidad:
● Reformista: integrado por grupos urbanos (burguesía y clases medias), que pretendían la
implantación de una monarquía parlamentaria que siguiera el modelo de los Estados
liberales de Europa occidental. Estos grupos crearon el Partido Constitucional Demócrata
(KD), cuyos militantes eran conocidos como kadetes.

1
● Revolucionario: pretendía un cambio radical del sistema político y socioeconómico. Se dividía
en dos tendencias:
o Partido Socialista Revolucionario (PSR), que pretendía convertir Rusia en una
República, modernizar la vida en el campo y mejorar las condiciones de vida de los
campesinos convirtiéndolos en pequeños propietarios. Su principal líder fue
Kérenski.
o Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (PSD), fundado en 1898 a partir de
planteamientos marxistas. Representaba a los medios obreros de la industria y a los
sectores intelectuales. En 1903 se dividió en dos tendencias:
▪ Los bolcheviques (mayoritarios), dirigidos por Lenin, defendían que el
partido impulsara una revolución que derrocara el zarismo e implantara una
“dictadura democrática revolucionaria provisional del proletariado y el
campesinado”.
▪ Mencheviques, liderados por Martov, que representaban el ala moderada
del partido. Abogaban por colaborar con la burguesía para implantar un
régimen liberal-constitucional previo a la revolución socialista.

2. LA REVOLUCIÓN DE 1905

Desde los primeros años del siglo XX, la situación de miseria en los campos y las fábricas provocó
cada vez más movimientos de contestación hacia el régimen y a favor de reformas políticas y sociales
que el zar reprimió. Las tensiones se agravaron como consecuencia de la derrota de Rusia en 1905 en
una guerra contra Japón por el control de Asia oriental. La guerra demostró la escasa preparación del
ejército ruso, desacreditó al zar y provocó una crisis económica (desabastecimiento de las ciudades e
inflación).
Como protesta, un domingo de enero, un sacerdote (el padre Gapon) encabezó una multitudinaria
manifestación pacífica en San Petersburgo en la que participaron trabajadores, campesinos, mujeres
y niños. Se dirigieron al Palacio de Invierno, residencia del zar, para trasladarle sus reivindicaciones
(mejoras en las condiciones de trabajo, bajada de los precios del los productos básicos, etc.), pero
fue disuelta por un batallón de cosacos, que dispararon a los manifestantes, provocando unos 200
muertos y más de 1000 heridos. Este acontecimiento es conocido como el Domingo Sangriento.
La agresión del zar a su pueblo deterioró su imagen pública e hizo que se extendieran por toda Rusia
protestas y huelgas, aunque destacaron dos ciudades:
● Odesa (actual Ucrania), donde la tripulación del acorazado Potemkin se sublevó ante las
órdenes de los oficiales de bombardear la ciudad para reprimir las protestas.
● San Petersburgo, donde se organizó el primer sóviet ruso, en el que destacó el revolucionario
socialista León Trotski. Los soviets fueron “consejos de trabajadores” que funcionaban
mediante la elección directa de representantes de cada centro de trabajo incorporado a la
protesta. Este sistema, diferente del modelo de los partidos políticos, se fue extendiendo por
toda Rusia.

Ante esta situación, el zar aceptó realizar una pequeña apertura política que aplacase el descontento
social. Meses después publicó un decreto, conocido como el “Manifiesto de octubre”, en el que
atendía algunas demandas de los revolucionarios, como el reconocimiento de libertades civiles

2
(expresión, reunión, asociación), la representatividad política en una Duma (parlamento) elegida por
sufragio universal masculino y la puesta en marcha de una reforma agraria. Este manifiesto calmó a
la oposición liberal del KD y permitió al zar sofocar la revuelta, arrestando a los dirigentes de los
soviets de San Petersburgo y de Moscú. Otros líderes, como Lenin, se exiliaron.
La Revolución de 1905 creó expectativas de reforma, pero con el tiempo se comprobó que fueron
muy limitadas: el poder del zar disminuyó poco (elegía ministros, vetaba las decisiones de la Duma) y
retornó la represión política.

3. LA REVOLUCIONES DE 1917

Pese a su fracaso final, el ensayo revolucionario de 1905 resultó decisivo para el desarrollo de la
Revolución de 1917. Igual que la guerra contra Japón había desencadenado la revolución anterior, la I
Guerra Mundial debilitó al zar y alentó el clima revolucionario.

3.1. La Revolución de febrero


A medida que fue avanzando la guerra el ejército ruso sufrió severas derrotas a manos de los
alemanes. A la altura de 1917 la guerra había dejado ya más de 3 millones de muertos. Las
condiciones del frente eran terribles por las condiciones meteorológicas, la falta de suministros y el
autoritarismo de los oficiales. Todo esto hacía que cundiera el desánimo entre las tropas. En la
retaguardia, la población rusa empezó a sufrir de nuevo desabastecimiento, hambre y miseria en las
grandes ciudades. En este ambiente de descontento, resurgió la oposición revolucionaria al zarismo y
los bolcheviques agitaron políticamente el país mostrándose favorables a la salida de Rusia de la
guerra.
El descontento social acabó provocando una secuencia de huelgas y protestas similar a la de 1905.
De nuevo, la ciudad que encabezó las protestas fue San Petersburgo, rebautizada como Petrogrado.
En la capital se convocó una huelga general, se organizaron soviets y protestas contra el régimen y la
presencia de Rusia en la guerra. El zar envió a la policía y el ejército para reprimir las protestas, pero
buena parte de los soldados se unieron a ellas e incluso formaron sus propios soviets.
Al día siguiente, el Gobierno dimitió y los soviets proliferaron por toda Rusia. El zar, intentando salvar
la situación, nombró un gobierno provisional con representantes de la Duma, presidido por el
príncipe Lvov e integrado sobre todo por kadetes, pero con un representante de los soviets:
Kerensky, líder del Partido Socialista Revolucionario. En marzo, ante la presión del soviet de
Petrogrado y del Gobierno provisional Nicolás II abdicó.

3.2. El Gobierno provisional (marzo-octubre de 1917)


El programa del nuevo Gobierno planteaba la instauración en Rusia de un régimen político liberal
similar al de las potencias de Europa occidental. Sus primeras medidas incluían la amnistía para todos
los presos políticos del zarismo, el reconocimiento de los derechos y libertades de expresión,
reunión, asociación y huelga, la disolución de la policía zarista y el anuncio de la convocatoria de una
Asamblea constituyente por sufragio universal como paso previo a una República parlamentaria.
Sin embargo, el Gobierno provisional sufrió un rápido desgaste debido a dos circunstancias:
1. La continuidad de Rusia en la guerra. El Gobierno tomó esta decisión para no romper los
compromisos con las potencias de la Entente, pues buscaba su reconocimiento y la
concesión de créditos para emprender reformas económicas, ya que Rusia estaba en la ruina.

3
Sin embargo, decepcionó a gran parte de la población y perjudicó la consolidación de la
revolución democrática.
2. La existencia de dos poderes paralelos, el Gobierno y los soviets, particularmente el de
Petrogrado. Los soviets tenían importantes diferencias con el Gobierno, especialmente en el
tema de la guerra y en la necesidad de adoptar medidas socioeconómicas urgentes y de
calado que el Gobierno demoraba. Ante la debilidad del Gobierno (cuestionado y acuciado
por los problemas de la guerra), Petrogrado quedó bajo control del sóviet y los bolcheviques,
con cada vez mayor presencia en ellos, aprovecharon hábilmente esta situación para ganar
apoyos.
En esas circunstancias, Lenin regresó del exilio en abril (en un tren blindado facilitado por Alemania)
y difundió sus “Tesis de abril”, en las que reclamaba todo el poder para los soviets, medidas
económicas socialistas y la salida de Rusia de la guerra. Su consigna “Paz, pan y tierra” obtuvo gran
respaldo social.
Además, la influencia y los apoyos de los bolcheviques aumentaron cuando en julio contribuyeron
decisivamente a frenar el golpe de Estado del general Kornilov, que aprovechando la situación de
inestabilidad que vivía Rusia pretendía restablecer la autocracia del zar. Fue entonces cuando la
dirección del Partido Bolchevique consideró que la revolución debía pasar por una nueva fase y optó
por la organización de un movimiento insurreccional para tomar el poder.

3.3. La Revolución de octubre


El encargado de preparar la insurrección fue Trotski. Para ello formó un Comité Revolucionario y
convocó a la Guardia Roja (grupos armados obreros leales al Partido Bolchevique). En la madrugada
del 25 de octubre, día en el que en Petrogrado se celebraba el II Congreso de los Soviets (al que
acudieron representantes de las asambleas obreras de toda Rusia), la Guardia Roja ocupó sin
resistencia los puntos estratégicos de la ciudad (estaciones, carreteras, correos y telégrafo, puentes,
etc.) y alzaron barricadas. Posteriormente, se dirigieron al Palacio de Invierno, sede del Gobierno
provisional, que también fue tomado. Kerenski huyó.
Esa misma noche, Lenin acudió ante el II Congreso de los Soviets. Las fuerzas políticas no
bolcheviques (mencheviques y socialrevolucionarios) rechazaron la insurrección y abandonaron el
Congreso, pero eso no impidió a Lenin anunciar la creación de un nuevo gobierno integrado
exclusivamente por bolcheviques, así como los primeros decretos del nuevo régimen, en los que
plasmaban sus Tesis de Abril (Decretos de Octubre). En los días siguientes, la revolución se extendió
por otras ciudades con gran rapidez.

4. LOS AÑOS DE LENIN (1917-1924)

4.1. La construcción de un nuevo Estado


Lenin expuso en el Congreso de los Soviets su programa político, cuyos puntos clave fueron incluidos
en los Decretos de Octubre, que fueron aprobados inmediatamente.
Así, las primeras medidas del nuevo Gobierno fueron:
● La paz: Se iniciaron negociaciones con Alemania para que Rusia saliera de la Gran Guerra.
Meses después (marzo de 1918) se firmó el Tratado de Brest-Litovsk, por el cual Rusia
consiguió la paz, pero a costa de perder un cuarto de su territorio: Polonia, Estonia, Letonia,
Lituania y Finlandia, y reconocían la independencia de Ucrania.

4
● Reformas económicas: El Estado comenzó a expropiar, nacionalizar y colectivizar las tierras
del zar, la Iglesia y los terratenientes para explotarlas mediante koljoses (cooperativas
agrícolas) y sovjoses (granjas estatales). En las fábricas se traspasó el control a los
trabajadores y se aprobó la jornada laboral de 8 horas.
● Control de la prensa: para censurar las publicaciones contrarias al Congreso de los Soviets y
al Partido Bolchevique.
● Creación de una policía fiel al nuevo régimen, la Checa, que se encargó de controlar a los
opositores (liberales, mencheviques, socialistas revolucionarios y anarquistas).
● Convocatoria de elecciones para celebrar una Asamblea Constituyente que aprobara una
Constitución, algo que estaba pendiente desde la Revolución de febrero: Sin embargo, en las
elecciones los bolcheviques sólo obtuvieron el 25% de los votos. La Asamblea sólo celebró
una reunión, pues el III Congreso de los Soviets (controlado por los bolcheviques) la disolvió
y se auto proclamó su heredero legítimo. Así, los soviets asumieron las funciones de la
Asamblea y aprobaron una Constitución en 1918, caracterizada por:
o Convertía a Rusia en una República federal que respetaría las nacionalidades
existentes en el país y su derecho de autodeterminación.
o La máxima autoridad del Estado era el Congreso Panruso de los Soviets, integrado
por representantes elegidos mediante el voto (reconocido a hombres y mujeres
“siempre que no formaran parte de las fuerzas contrarrevolucionarias”).
o Ausencia de derechos y libertades individuales, sustituidos por los colectivos.

Sin embargo, como se demostró después, las políticas de tolerancia hacia las nacionalidades no se
tuvieron en cuenta. Además, la verdadera realidad del poder no eran los soviets, como reflejaba la
Constitución, sino el Partido Bolchevique, que ejercía el monopolio del poder político y controlaba
los órganos del Gobierno y del Estado, ya que era el único considerado “no contrarrevolucionario”. La
división de poderes era, por tanto, inexistente.

4.2. La Guerra Civil (1918-1921)


Las medidas adoptadas por el nuevo Gobierno despertaron una fuerte oposición entre los grupos
políticos no bolcheviques y se desencadenó una guerra civil en la que se enfrentaron dos bandos:
● La Rusia Blanca estaba formada por antiguos generales zaristas, la burguesía y la Iglesia, pero
también de campesinos descontentos con las colectivizaciones y habitantes de las regiones
perdidas en Brest-Litovsk. Formaron el Ejército Blanco y recibieron el apoyo exterior de
Francia, Gran Bretaña, EEUU y Japón, que aportaron capitales y armamento. Estas potencias
no reconocieron al Gobierno de Lenin, al que acusaban de haberles traicionado al abandonar
la I Guerra Mundial. Además, temían un contagio revolucionario en Europa.
● La Rusia Roja, es decir, los bolcheviques. Trotski se encargó de organizar el Ejército Rojo para
enfrentarse a los Blancos. Aunque no tuvieron apoyo externo, los Rojos contaron con un
ejército muy numeroso (3 millones de soldados en 1920), cohesionado y disciplinado.
Hasta 1919 los Blancos llevaron la iniciativa en la guerra y controlaron buena parte del país. De
hecho, ante el temor de que Nicolás II (retenido en Ekaterimburgo) fuera restablecido en el poder, los
bolcheviques lo ejecutaron junto a su familia. Sin embargo, a partir de 1920 los Rojos reaccionaron y
terminaron ganando la guerra. Los Blancos, a pesar de tener potencias aliadas, eran un grupo muy

5
descoordinado y sus diferencias políticas (había zaristas, liberales e incluso mencheviques) y militares
mermaron sus opciones de victoria.
La guerra dejó más de 9 millones de muertos entre fallecidos en el frente y víctimas de la feroz
represión por parte de ambos bandos (el “terror” blanco y rojo). Incluso una vez acabada la guerra
los bolcheviques prosiguieron con la persecución y ejecución de opositores, perpetradas por la
Checa.
Para afrontar la guerra, los bolcheviques implantaron una férrea política económica, conocida como
“comunismo de guerra”. Mediante este sistema, el Estado pasó a controlar totalmente la economía:
se nacionalizaron industrias (reduciendo la participación de los obreros en su gestión), la banca y las
tierras que quedaban por expropiar y se controló el comercio. El objetivo era obtener los recursos
suficientes para ganar la guerra y acelerar la construcción del comunismo, suprimiendo la propiedad
privada. Aunque terminaron ganando la guerra, el comunismo de guerra no fue suficiente para salir
de la crisis que vivía Rusia y paliar los problemas económicos derivados de la guerra. De hecho, en
1921 tuvo lugar una gran hambruna en la que murieron 2 millones de personas. Esta situación hizo
aumentar el descontento hacia el nuevo régimen; incluso se produjo una sublevación de marineros
en una base naval en Kronstadt (que habían participado en la revolución de 1917), aunque fue
reprimida con dureza por el Gobierno.

4.3. La Nueva Política Económica (NEP)


Para mejorar la situación económica, Lenin anunció un cambio de rumbo en la política económica del
país. Se aprobó la NEP, una solución transitoria (según afirmó Lenin) que permitía combinar
capitalismo y comunismo para estimular la producción y salir de la crisis. Así, se admitió la propiedad
privada en el campo y en pequeñas industrias y comercio interior, aunque el Estado mantuvo el
control sobre la banca, la industria pesada y el comercio exterior.
Los resultados fueron positivos. Aumentó la producción agrícola y se frenó el hambre y la producción
industrial también creció y recuperó los niveles anteriores a la I Guerra Mundial. Además, se
firmaron pactos comerciales con países capitalistas, como Alemania y Gran Bretaña.
Como consecuencia del crecimiento se enriquecieron algunos campesinos propietarios (kulaks),
empresarios y comerciantes. Esto dividió a los bolcheviques, pues un sector purista (liderado por
Trotski), consideraba que cualquier concesión al capitalismo suponía traicionar la revolución e
impedir la creación de una sociedad comunista sin clases.

4.4. La creación de la URSS y el impacto internacional


Una vez acabada la guerra civil, además, se refundó el Estado y se creó la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS) en 1922. Además de Rusia, la URSS estaba integrada por varias
repúblicas soviéticas, como Ucrania, Bielorrusia y otras que se fueron añadiendo entre 1925 y 1940.
Cada una, en teoría, disponía de autonomía política y económica, aunque en la práctica estaban
tuteladas por Rusia.
En 1924 se promulgó la Constitución del nuevo Estado, que mantenía el Congreso de los Soviets
(formado por representantes de los soviets de todas las repúblicas) como órgano supremo y creaba
una Asamblea legislativa llamada Comité Central o Soviet Supremo. Sin embargo, sólo estaba
autorizado un único partido, el PCUS o Partido Comunista (nuevo nombre del Partido Bolchevique),
que controlaba todos los organismos e instituciones del Estado.
Por otro lado, Lenin estaba convencido de que el Gobierno bolchevique no podría sobrevivir si
quedaba aislado. Era esencial conseguir el triunfo de la revolución proletaria mundial y para ello

6
impulsó la formación de una nueva Internacional que rompiera con los partidos socialistas y
socialdemócratas europeos. La III Internacional, también conocida como Internacional Comunista o
Komintern se fundó en Moscú en 1919 y desde entonces tuvo como objetivo promover la revolución
en todos los países. Desde ese momento el movimiento obrero socialista se dividió en partidos
socialistas, de tendencia socialdemócrata, y en partidos comunistas, de carácter revolucionario. A
partir de 1920 se fundaron partidos comunistas en Europa y fuera de ella.

De hecho, la agitación revolucionaria prendió también en los países que habían sido derrotados en la
I Guerra Mundial. El intento más destacado fue en Alemania, donde la abdicación del káiser provocó
un vacío de poder que fue aprovechada en 1919 por los espartaquistas, dirigidos por Rosa
Luxemburgo y Karl Liebknecht, para impulsar una revolución desde Berlín. Allí fue reprimida, y
aunque triunfó parcialmente en Múnich, la proclamación de la República de Weimar y la subida de
los socialdemócratas al poder acabaron con las intentonas revolucionarias.

5. EL PERIODO ESTALINISTA (1924-1939)

5.1. La muerte de Lenin y la lucha por el poder


Lenin murió en 1924 y en el PCUS comenzaron las disputas entre los principales líderes bolcheviques
para sucederle. Sobre todo destacaron Trotski y Stalin, que tenían concepciones distintas sobre la
revolución y el Estado soviético:
● Trotski denunció que el secretario general del PCUS acumulaba excesivo poder. Además, era
partidario de abandonar la NEP y acelerar la construcción de la sociedad comunista y
extender la revolución a todo el mundo para que la URSS pudiera consolidarse.
● Stalin, en cambio, apostaba por mantener temporalmente la NEP y defendía la política de
“socialismo en un solo país”, es decir, la construcción del comunismo en la URSS sin esperar
el triunfo de la revolución en el resto del mundo.

Stalin ocupaba el cargo de secretario general del PCUS y, por lo tanto, pudo controlar el partido en un
momento clave. Su doctrina triunfó y Trotski fue expulsado del partido e incluso de la URSS (1929)
junto con otros posibles competidores por el poder. Se refugió en México, donde en 1940 fue
asesinado por agentes de Stalin.

5.2. La URSS bajo Stalin (1927-1939)


En 1927 Stalin logró dominar completamente el PCUS y, a través de él, el Estado soviético. Bajo su
mandato estableció una dictadura totalitaria que fue bautizada con su propio nombre: estalinismo.

a) Características políticas
El estalinismo se caracterizó por crear un clima de terror y un Estado policial en el que no había lugar
para la discrepancia. Stalin llevó a cabo purgas o depuraciones de millones de personas que
consideraba enemigos del régimen, poco leales a su persona y a su gobierno o incluso sospechosos
de serlo. Se llevaron a cabo mediante la ejecución o la deportación a los campos de concentración de
Siberia, los gulags. El instrumento ejecutor de esta represión fue la nueva policía política que creó
Stalin: la NKVD.

7
La represión se centró en los miembros del PCUS y de las instituciones del Estado, para eliminar a
todo posible adversario. Algunos miembros de la “vieja guardia bolchevique”, entre ellos parte de los
generales del Ejército Rojo que habían participado en la Revolución de octubre y en la Guerra Civil
fueron ejecutados. También sufrieron la represión estalinista las minorías étnicas (para eliminar
vestigios de plurinacionalidad en la URSS y garantizar la sumisión a su política), campesinos
contrarios a las colectivizaciones forzosas del régimen e intelectuales y científicos contrarios a las
imposiciones culturales del Estado.
Además, el estalinismo se caracterizó por el culto a la personalidad del líder, considerado infalible y
“salvador de la patria”. Retratos de Stalin aparecieron en las plazas y edificios públicos y los medios
de comunicación lo glorificaron.

El modelo de Estado estalinista quedó institucionalizado con la Constitución de 1936, que


consagraba el modelo soviético y el carácter totalitario del régimen, al supeditar las personas a los
intereses del Estado y eliminar cualquier derecho o protección jurídica ante él.

a) Características económicas
Stalin abandonó la NEP y orientó la economía bajo el control total del Estado, que dirigió todos los
sectores: el agrario, el industrial y el comercial y planificó la producción mediante planes
quinquenales (fijando los objetivos cada 5 años):
● En el campo se ordenó acabar con la propiedad privada y se colectivizó, obligando a los
campesinos a trabajar en koljoses (cooperativas agrícolas) y sovjoses (granjas estatales) a
cambio de un salario.
● En industria, Stalin tenía como objetivo potenciar la industria pesada y lograr la
independencia tecnológica y militar. Se logró aumentar la producción de acero, armamento
de forma espectacular y se construyeron redes de transporte, obras públicas e
infraestructuras, aunque se dedicó poca inversión a la producción de bienes de consumo, lo
que afectó a la calidad de vida de la población.

c) Conquistas sociales
Con Stalin se mantuvieron y desarrollaron las conquistas sociales de la revolución bolchevique, como
la red sanitaria gratuita y universal, el sistema educativo público, el acceso al empleo y a la vivienda,
etc.

También podría gustarte