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Y me he perdido, me he perdido buscándote en un rincón de mi cabeza, entre los mechones de

cabello enmarañados y enredados por el viendo. Me perdí tratando de hallarte poéticamente


entre mis versos, buscándote entre mis risas, intentando dibujar una de tus sonrisas. Y me perdí
entre tus sonrisa, entre el brillo de tus ojos, el color rojizo de tus mejillas, entre la belleza literaria
de tus labios, cosa que aún no soy capaz de leer, porque me aterra la idea de encariñarme de
repente y sucumbir poco a poco entre el ardiente pasión de tus besos.

Y resumiendo me perdí buscándote, y más bien tú me hallaste, aunque no me buscabas, aunque


no lo desearas pero me hallaste, perdida, hundida, en el vacío, desorientada, errante. Me hallaste,
me sonreíste, me enamoraste, aun no comprendo cómo fue que lo hiciste, pero lo hiciste.

Y ahora sigo más perdida que antes, porque me hallaste, y me enamoraste, y yo, no sé cómo hacer
para encontrarte. Porque te tengo en frente, pero te me vas, te me escondes, te me vas, y cuando
te tengo entre mis brazos llega la hora de despertar, suena el maldito despertador y corta con una
filuda daga mi ilusión, me traspasa el corazón y me deja ahí tirada en un rincón con el sabor de la
cercana victoria entre mis labios.

Y ahora me pierdo entre la multitud tratando de hallarte, buscándote en cada esquina, en cada
libro, dibujo tus labios en cada destello de luz, busco en las pupilas de los transeúntes el brillo de
las tuyas, me pierdo tratando de de hallar tu desordenado cabello, y busco ese negro intenso que
me hace delirar, pero triste realidad, me pierdo buscando y a la final no encuentro nada, solo tu
recuerdo emerge poco a poco entre las sombras, se acentúa en mis lagunas mentales y puebla mi
cabeza de ecos lejanos que me dicen que te siga buscando.

Mientras tanto, busco un verso, un poema, unas líneas que me hagan acreedor a tu gratitud, a una
sonrisa, de esas con las que matas mi cuerpo y conquistas mi alma. A veces hablando sola por la
calle, delirando entre los papeles y las letras, por ahí voy desorientada sin rumbo fijo, siguiendo al
viento en sus muchos cambios de direcciones.

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