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2023 DE

CONCEPTOS BÁSICOS
GESTIÓN Y MANTENIMIENTO.

Alejandro Ramos Martín


Mantenimiento y montaje de equipos.
23-02-2023
INDICE

LA GESTIÓN, OBJETIVOS Y CLAVES………....……………………………………PÁGINA 2

OBJETIVO DE LA GESTIÓN DE LA PRODUCCIÓN……………………………….PÁGINA 3

OBJETIVO DEL MANTENIMIENTO…………………………………………………..PÁGINA 3

CONCEPTOS ASOCIADOS AL MANTENIMIENTO………………………………...PÁGINA 5

- FIABILIDAD…………………………………………………………………PÁGINA 5

- MANTENIBILIDAD…………………………………………………………PÁGINA 5

- DISPONIBILIDAD…………..……………………………………………...PÁGINA 6

CURVA DE LA BAÑERA………………………………………………………………..PÁGINA 6

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La gestión

Existen múltiples definiciones


del término gestión según el
contexto en el que se utilice.
En el caso de la gestión del
mantenimiento y la gestión de
la calidad, el entorno lógico
será el de los procesos
industriales; por tanto, los
procesos serán parte integrante de la gestión de la producción. Tanto la gestión de la
producción como las gestiones de almacenes (stocks), recursos humanos, cadena de
suministros, etc., se engloban dentro de la gestión empresarial.

Teniendo en cuenta este contexto, y de manera genérica, podremos considerar que la


gestión será el conjunto de tareas, actividades y operaciones destinadas a garantizar el
control del correcto funcionamiento de las operaciones asociadas al proceso productivo.

La clave de la gestión: información

Dentro del conjunto de actividades genéricas asociadas a la gestión, destaca la toma de


decisiones, ya que el éxito o fracaso dependen, en buena medida, de las decisiones
tomadas.

Las decisiones se pueden tomar a tres niveles


diferentes:

Operativo. Corresponde a las decisiones


asociadas a corto plazo, es decir, las más

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inmediatas. Su alcance no suele exceder uno o dos meses. Constituyen la mayoría de las
decisiones típicas del entorno productivo.

Táctico. Corresponde a las decisiones asociadas a medio plazo. Su alcance no


suele ir más allá de unos pocos años. Muchas de ellas emanan del entorno pro- ductivo,
aunque la mayoría las acaba llevando a cabo la gerencia de la empresa, especialmente las
de mayor alcance o coste.

Estratégico. Corresponde a las decisiones a largo plazo. Tienen por objeto definir
el futuro de la empresa y son responsabilidad de la gerencia de la empresa; por tanto, no
corresponden a la gestión de la producción.

Objetivos de la gestión de la producción


En la gestión de la producción, los objetivos propios de la gestión de empresas se
concretan en unos objetivos básicos:

- Conseguir que los costes de producción sean los previstos y los


más bajos posibles.

- Garantizar que la entrega de los productos se lleve a cabo en


las cantidades, calidades y plazos acordados.

- Diseñar procedimientos que aumenten la eficiencia,


permitan el correcto flujo de información y favorezcan las
relaciones tanto personales como interdepartamentales.

- Favorecer la toma de decisiones a través de


información de calidad y disponible en los tiempos
adecuados.

Estos objetivos no solo inciden en el objetivo natural del


proceso productivo, como los dos primeros, sino que se
extienden a aspectos del buen funcionamiento de la
empresa vista en su conjunto.

Igualmente, y de manera genérica, se pueden extrapolar a otros tipos de gestión como, por
ejemplo, la gestión del mantenimiento y la gestión de la calidad. En la gestión del
mantenimiento, el control de los costes, el cumplimiento de plazos previstos, el diseño y
optimización de los procedimientos, junto a la obtención y análisis de datos para la toma
de decisiones, serán igualmente importantes.

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Objetivo del mantenimiento
El sistema productivo industrial se basa en la ejecución de una serie de operaciones
concretas que conforman el proceso productivo.

La interrupción del proceso, ya sea de manera temporal o definitiva, resulta


contraproducente y sus efectos negativos son mucho mayores si la interrupción se
produce de forma totalmente imprevista, forzosa y no se tiene ningún control sobre su
aparición.

De minimizar el impacto de estas interrupciones se encarga el mantenimiento industrial.

El mantenimiento industrial es el conjunto de tareas y actividades destinadas a garantizar


el correcto funcionamiento de las instalaciones, equipos, componen- tes y el buen estado
de conservación de una instalación industrial.

En la práctica, estas actividades se enfocarán, básicamente, en el control de los posibles


fallos y su impacto en el sistema productivo, por lo cual el objetivo del mantenimiento se
materializará en las siguientes directivas:

- Evitar o, en su defecto, reducir el número de fallos en el sistema.

- Evitar accidentes.

- Disminuir las consecuencias, impacto o gravedad de aquellos


fallos que no puedan ser evitados.

- Evitar paradas innecesarias de máquina y, en especial, del ciclo productivo.

- Garantizar el buen estado tanto de las instalaciones como de los equipos pro-
ductivos, así como prolongar su vida útil el mayor tiempo posible.

- Reducir costes.

- Recopilar toda la información derivada de la propia actividad para su correcta


gestión.

Conceptos asociados al mantenimiento


El mantenimiento, en su relación con la producción, gira en torno a las interrupciones de la
producción y a los fallos que pueden provocarlas.

Teniendo en cuenta esto, existen tres conceptos básicos asociados al mantenimiento:

• Fiabilidad, ligada a la probabilidad de aparición de fallos.

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• Mantenibilidad, ligada a la duración de la interrupción.

• Disponibilidad, ligada al tiempo productivo efectivo descontando las interrupciones.

Fiabilidad
La fiabilidad es la probabilidad de que un equipo o máquina funcione correctamente un
determinado tiempo y en unas condiciones operativas adecuadas.

La fiabilidad es, por tanto, un concepto de carácter estadístico que, como tal, se debe
estudiar. Para trabajar este concepto y proporcionar una medida de la fiabilidad, debemos
evaluar la función de probabilidad del fallo F(t) en un instante t determinado.

La función de fiabilidad R(t) es la función estadística que nos indicará la probabilidad de


supervivencia de un sistema o componente hasta un determinado instante t y es la
complementaria de la probabilidad del fallo en el mismo instante. La R proviene de
Reliability, «fiabilidad» en inglés,

Mantenibilidad

La mantenibilidad es la capacidad de un elemento de ser recuperado para el servicio


después de realizar la tarea de mantenimiento requerida.

Al igual que la fiabilidad, esta característica


de los elementos tiene un fuerte componente
aleatorio (depende de gran cantidad de
factores que son aleatorios) y, por tanto,
también se suele estudiar de manera
estadística.

En este caso, el principal parámetro que se


analizará será el tiempo necesario para
recuperar la funcionalidad del elemento que
ha producido la incidencia. Este pará- metro
temporal, que recibe el nombre de tiempo
técnico de reparación, será una función
estadística de probabilidad.

De entre los diversos factores que condicionan este tiempo, podremos destacar:

- Factores personales. Estos factores están ligados al personal de mantenimiento


que realiza la reparación, como conocimientos, experiencia, habilidad, motivación,
cansancio.
- Factores derivados del propio fallo. Estos factores vienen determinados por cómo
se ha producido el fallo, estado y condición de los elementos, consecuencias en
otros elementos, geometría, accesibilidad.
- Factores ambientales, tales como temperatura, ruido, iluminación.

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A nivel numérico, y de manera similar a la fiabilidad, podremos definir una función de
mantenibilidad M(t), que puede evolucionar con el tiempo y utilizar una tasa de reparación
μ(t), que podríamos definir como la relación entre el número total de elementos con fallos y
el tiempo total de intervenciones correctivas, en esos elementos, en el periodo observado.
Es la inversa del tiempo promedio de reparación.

Disponibilidad

La disponibilidad es la probabilidad de que un


equipo esté operativo, es decir, en funcionamiento
o preparado para estarlo cuando sea necesario.

Para ello, el equipo:

No debe presentar fallos o únicamente aquellos


que sea imposible evitar.

En el caso inevitable de que se produzcan, estos serán reparados en el menor tiempo


posible.

Si analizamos estos dos condicionantes, vemos que estos responden perfectamente a los
dos conceptos analizados anteriormente: fiabilidad y mantenibilidad. Ambos conceptos
serán los pilares de la disponibilidad. Para lograr una disponibilidad alta, será
imprescindible tener también una fiabilidad alta y, simultáneamente, una alta
mantenibilidad. No se puede disponer de una buena disponibilidad si uno de estos dos
pilares falla.

Envejecimiento de los equipos.

Curva de la bañera
Como ya hemos comentado anteriormente, la tasa de fallos irá en aumento a me- dida que
el equipo empiece a deteriorarse por el uso y, por tanto, al acercarse al final de su vida útil.
Este fenómeno se conoce como envejecimiento del equipo.

Si estudiamos la evolución de la tasa de fallos a lo largo de la vida del componente,


veremos que normalmente aparece una curva, conocida como curva de la bañera, por su
similitud con el perfil de una bañera convencional. En esta curva se pueden distinguir
claramente tres fases:

• Fase I. Juventud.

• Fase II. Madurez.

• Fase III. Envejecimiento.

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En la primera fase, la de juventud, se producen muchos más fallos de los espera- dos
debido a problemas de fabricación, diseño, ajuste, etc. A medida que se van solucionando,
la tasa de fallos se estabiliza y da lugar a la fase de madurez.

En la fase de madurez, los fallos son completamente aleatorios y la tasa de fallos


permanece constante. Se considera el periodo de vida eficiente del equipo.

Con el tiempo, los componentes del equipo empiezan a deteriorarse y a producir- se más
fallos de los esperados: entramos en la tercera fase, la del envejecimiento. El efecto
acumulativo del desgaste, la fatiga de los materiales, corrosión, condiciones extremas,
etc., son las causas de este deterioro, que se refleja perfectamente en la tasa de fallos.

En esta fase de la vida del equipo, la fiabilidad empieza a resentirse. De igual manera, la
mantenibilidad también empeora, ya que las reparaciones serán más importantes y
costosas.

Si la fiabilidad y la mantenibilidad empeoran simultáneamente, el impacto sobre la


disponibilidad y la eficiencia resultará más notable. Será necesario evaluar si los costes de
reparación y de no disponibilidad previstos compensan o no el coste de sustitución del
equipo.

El análisis de la evolución de la tasa de fallos será de especial utilidad para detectar esta
situación y actuar en consecuencia.

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No todos los equipos o sistemas envejecen de igual modo. Las condiciones de trabajo
influyen notablemente en ello, pero son el tipo de componentes y las características
propias los que determinan el envejecimiento de los equipos.

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