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20 Las generaciones digitales viven de/en la pantalla

INTRODUCCIÓN que somos de los nativos– a los adherentes a la Galaxia Internet como
un peligroso enemigo por combatir.
LAS GENERACIONES Hubo quienes se ofendieron por nuestra supuesta apología de los
nativos. Otros consideraron un crimen de lesa discriminación retomar
DIGITALES VIVEN
categorías de Margaret Mead (1980) como las de culturas pre-figura-
DE/EN LA PANTALLA
tivas (en donde los jóvenes aprenden de los viejos) y post-figurativas
(en donde los viejos aprenden de los jóvenes), insistiendo en que
tales dualismos no solo refuerzan la discordia sino que dificultan
el entendimiento entre las sucesivas generaciones y, básicamente,
enfrentan cada vez más antinómicamente a docentes y a alumnos.
Sin embargo, sería ingenuo y arriesgado suponer que no existe
una brecha cognitiva/emocional en creciente conformación entre los que
nacimos antes y después de determinadas tecnologías cognitivas, en
particular las asociadas a la informática masiva, Internet y el uso
SOMOS LO QUE (NOS) CONTAMOS... multipropósito de la telefonía celular, la conectividad permanente,
PERO TAMBIÉN SOMOS MUCHAS COSAS MÁS
el acceso irrestricto a Wikipedia, Youtube, MySpace, Facebook, Twitter, los
weblogs y las redes sociales como matrices de subjetivación, y que esta
Cuando nos topamos con la distinción/dipolo nativos/inmigrantes
brecha no tiene implicancias cognitivas, psicogenéticas y pedagógicas
digitales,1 si bien nos pareció una simpática nomenclatura, no nos ima-
insuturables, entre quienes nacimos antes y después de la década de
ginamos que la controversia recorrería diversos andariveles, movili-
1980/90.
zaría numerosas pasiones y posicionaría –como ardientes defensores
No casualmente en la apertura del IV Congreso Mundial de Psicote-
1
rapia, que reunió en Buenos Aires a 5.000 terapeutas en agosto del 2005,
Alfons Cornella recuperó la noción de dipolo, utilizada entre otros autores por Ge-
rard Holton (1988), bajo la denominación de Themata en Thematic Origins of Scientific el renombrado terapeuta familiar Carlos Sluzki propuso trabajar sobre
Thought: Kepler to Einstein. Según Holton, todas las grandes ideas de la ciencia mo- las visiones encontradas de padres e hijos en su ponencia “Conflictos
derna están contenidas en veinticinco dipolos del tipo onda/corpúsculo, idealismo/
materialismo, etc. Su tesis buscaba apoyar las continuidades más que las disconti- adolescentes: cómo pasar de la confrontación a la colaboración”. Según
nuidades paradigmáticas. Para Cornella, dipolo es una palabra clave que sintetiza la quien fuera en una época lejana compañero de Eliseo Verón y ensayista
esencia de los procesos y coyunturas que provocan la chispa inicial y la rentabiliza-
destacado en la fundacional Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales
ción ulterior de toda innovación. En sus escritos ha recorrido innumerables díadas
circulares de este tipo. En Alquimia de la innovación –junto con Antonio Flores (2006) editada por el Instituto Di Tella a fines de los años 60, y cofundador
en diálogos de una riqueza poco común–, los conversadores examinan en detalle de la terapia sistémica, las “narraciones” que cada una de las partes
diez dipolos entre los que se encuentran auténtico/honesto, que sirve para analizar
los oportunidades de mercado que se están generando en los productos y servicios del conflicto realiza sobre la otra –los nativos versus los inmigrantes di-
ligados a todo aquello “anterior” a la era industrial y consumista, como lo artesanal gitales en este caso– constituyen el punto de partida de su potencial
y lo ecológico, territorio/frontera que remite al espacio de una organización o espacio
geográfico, mental o virtual (Internet), donde se desarrolla la innovación y donde
resolución, y estas narraciones son las que determinan los vínculos y
la frontera determina los nuevos “territorios” por conquistar. También recurren al los intereses entre nativos e inmigrantes digitales.
dipolo efímero/efervescente, entre otros, definido como aquellos productos o servicios
Justamente nuestra impresión, corroborada por decenas de aná-
innovadores, que no tendrían visos de continuidad, concebidos para un uso fugaz y
enfocado a los hábitos del mercado consumista, etcétera. lisis, estudios, investigaciones, conjeturas, pero sobre todo por
Introducción 21 22 Las generaciones digitales viven de/en la pantalla

constataciones hechas por adultos menos prejuiciosos que el prome- JUGAR, TRABAJAR, SIMULAR, UN CONTINUUM
DE IDA Y VUELTA
dio, y por docentes más preocupados por entender a sus alumnos
que por pedagogizarlos con sus monsergas, es que estas visiones en-
Con un agravante: que el mercado de trabajo a futuro, y las compe-
contradas ya no sólo afectan los contenidos, el qué, sino sobre todo
tencias en las organizaciones caórdicas, fluidas y mutantes de hoy y
el modo de adquisición de valores, conceptos, visiones del mundo
de mañana, le dan mucho más la razón a los jóvenes que a los padres,
y sobre todo justipreciaciones de habilidades y competencias de los
a los niños que a los grandes, a los especialistas en juegos que a los
chicos y adolescentes digitales.2
especialistas en cuentos, cuando de valorar el currículum, aceptar los
Además, contrariamente a lo que sostiene obcecadamente la narra-
desafíos educativos y pensar/diseñar el futuro de las generaciones
tología3 –y sus defensores del mundo culto e hiper letrado– no sólo
que vendrán se trata (Beck & Wade , 2004).
somos cuentos que nos contamos a nosotros mismos y a los demás.
Estamos enseñando teorías y conceptos que no son significativos,
El comportamiento humano no se reduce a la narración, sino que
para una época que ya fue, y con modalidades anacrónicas, que cada
tiene un enorme componente lúdico ligado a la invención, el descu-
vez interesan menos a las jóvenes generaciones. Y al revés. Nos es-
brimiento y el cambio de reglas, sin valor simbólico último. Jugamos
candalizamos y tiramos de los pocos pelos que nos quedan, cuando
no sólo para entendernos mejor o para vivir historias ajenas más
nos hacemos eco de sus prácticas mediáticas, de su exhibicionismo
profundamente, como pasa con las narrativas, sino que jugamos por
impúdico, de su mentalidad gregaria y de su escala de valores tan
el placer de jugar y de inventar nuestras propias e irrepetibles histo-
poco compatible con la tradicional.
rias de vida.
El problema es de fondo y lo hemos auscultado ya al menos en
2
dos dimensiones. La primera, analizando equipamientos hogareños,
Entre los pocos y osados autores que no temen hincarle el diente al siglo XXI y lejos
de toda nostalgia buscan entender la riqueza de lo nuevo y lo mucho que ganamos viendo (sorpresivamente) cómo tanto chicos como grandes intensa-
conversando con los nativos digitales, está Vicente Verdú (2006), que en su obra más mente socializados en/con las máquinas las dotan de rasgos huma-
reciente Yo y tú, objetos de lujo. El personismo; la primera revolución cultural del siglo XXI,
muestra de qué está hecha la sociedad del ahora mismo. El consumo es ahora lo que
nos, las cargan de energía psíquica y cada vez más las ponen en un pie
posiciona a las personas en la sociedad. Consumir ya no es sólo darse el gusto y dis- de igualdad con nosotros.4
frutar de una posesión; es, al mismo tiempo, mudarse simbólicamente de situación o
clase social. Para Verdú, la cultura del consumo masivo se articula a través de los me-
4
dios de comunicación de masas. La visión del mundo de la mayoría de las personas Sigue siendo indispensable la notable investigación de Byron Reeves & Clifford
(especialmente en Occidente, Legendre, 2008) es la visión que contemplan a través Nass (1998), The media equation: how people treat computers, television, and new me-
de la pantalla. De este modo, en la producción de la realidad mediática, el objeto es dia like real people and places. Allí los autores muestran cómo las máquinas (desde
siempre algo más que un objeto y tiende a confundirse con el sujeto. Es entonces los automóviles hasta las computadoras, desde las interfases hasta los robots hu-
cuando aparece el “sobjeto”, término acuñado por Verdú para designar una “criatura manoides) nos brindan claves que reconocemos inconscientemente como parte de
híbrida” en la cual se cruzan “la subjetividad del objeto y la objetividad del sujeto”. la interacción social. Según Reeves & Nass, casi todo el mundo en sus/nuestros
El consumo, el marketing y la publicidad del capitalismo de ficción (Verdú, 2003) no se vínculos con las máquinas encaja en uno de cuatro tipos de personalidad: domi-
centran ya en las ventas sino en las compras. Se centran, por tanto, en el consumidor, nante, sometido, amistoso o no amistoso. Tendemos a reaccionar favorablemente
en las personas y en sus emociones. Todo tiene adherencia emocional, y el consumo a una interfaz que nos devuelve como espejo nuestra personalidad. Alguien con
se personaliza y transforma el discurso publicitario en el paradigma del discurso una personalidad dominante tiende a preferir una interfaz que hace afirmaciones
moderno. Para bien y para mal (Sennett, 2006; Lash, 2005). fuertes y trabaja con órdenes directas. Nos identificamos con nuestras interfases,
3
Para Jesper Juul (2005), todo es narrativa y los videojuegos las incluyen ya sea como como otrora lo hicimos, especialmente los hombres (Norman, 1992), con nuestros
introducción, como soporte o como formato. Para Aaspen Aarseth (1997) y para Gon- automóviles, pero esta vez las interfases, y metáforas que usamos para pensarlas/
zalo Frasca (2003), en cambio, los videojuegos son primero y principalmente solo eso, diseñarlas (Scolari, 2004), dicen mucho más de nuestros estados emocionales que
un juego, que debe ser entendido en términos de sus reglas, interfases y del concepto de nuestra pretensión social. Para visiones que replantean en forma radical la uti-
de juego. lidad de una divisoria sin resto entre objetos y sujetos, y postulan la existencia de
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La segunda muestra una auténtica ruptura con las categorías Nuestras incursiones anteriores por los terrenos de la ludología,
dualistas tradicionales. Si bien hay quienes, como Raymond de la mano de Gonzalo Frasca, y muy especialmente de la bisagra
Kurzweil (1999) y Hans Moravec (1999), se extralimitan y pro- seminal encarnada por el texto de James Paul Gee (2003), What
ponen una igualdad ecuménica entre máquinas y seres vivos, el video games have to teach us about learning and literacy, que debería
hecho de que en muchos laboratorios y centros de investigación se ser el abc de todo docente que se tome en serio esto del nativismo di-
esté trabajando cada día más en ingeniería emocional y en robótica gital, nos indicaron una senda que recorreremos concienzudamente
humanizada –como es el caso de Rosalind Picard (1998) en su pro- a lo largo de este libro –y que se reconstruye parcialmente en su
grama de Computación Afectiva–5 muestra que todas las barreras primera parte.
se están derrumbando, y que los corsés tradicionales, académicos, En este camino saltó algo que ya habíamos detectado unos años
institucionales, pero sobre todo cognitivos y epistemológicos, van atrás en la materia “Taller de Procesamiento de Datos” a nuestro
camino del cielo del olvido.6 cargo en la Universidad de Buenos Aires, a partir de las críticas que
Esta divisoria entre migrantes y nativos digitales tiene filiaciones hicieran Cass Sunstein (2003) en Republica.com y Robert D. Putnam
importantes, pero sobre todo es de una fabulosa actualidad, y antes (2000) en Bowling alone. The collapse and revival of american community, a
que temerla deberíamos deconstruirla y eventualmente rediseñarla. la disolución de los mediadores de interés general y a la desaparición
de la noción de comunidad imaginada. Ambos autores y muchos
más desde la publicación de esas obras seminales,8 insisten perma-
LOS CHICOS DE MENOS DE 6 AÑOS SON DIABLILLOS nentemente en la fragmentación de las audiencias, en el carácter
DIGITALES autoperpetuador de las creencias propias y de exterminio de las
creencias ajenas generado por las culturas de nichos, la habilidad
Por eso también quisimos analizar con cierto detalle, especialmente de los medios digitales de alzar muros y divisorias con un deta-
a través de los estudios de Mark Prensky sobre videojuegos,7 hasta lle y una sofisticación inexistente previamente, y sobre todo el
qué punto las referencias a las nuevas habilidades no eran sino un hecho de que los prosumidores en Internet tienen una capacidad
argumento marketinero de mercachifles de jueguitos basura. de autosegregación y de marginación de los disidentes poderosa
e inusual.
terceras posiciones como los cuasi-objetos, véanse las obras de Latour (1999) y Lash
(2005) y sobre todo los aportes fundacionales de Simondon (2008).
5
Computación afectiva, de Rosalind Picard (1997), es una obra clave en esta dirección.
Para un trabajo reciente sobre el aprendizaje y la creatividad lingüística de los robots LA VIDA DIGITAL ANTES DE LOS 6 AÑOS
(otra cara de esta aparición de los “sobjetos”), véase Oscar Vilarroya (2006), Palabra de
robot. Inteligencia artificial y comunicación.
6
Existe igualmente una contrarrevolución teórica muy fuerte que alcanza picos de La prensa nacional e internacional atrona periódicamente con noti-
resistencia mucho más altos en el Tercer Mundo que en el primero. Como ejemplo cias acerca de la pornografía y el abuso infantil en la red –siendo uno
de estas prevenciones véase de Paula Sibilia (2005), El hombre postorgánico. Cuerpo,
subjetividad y tecnologías digitales, y la más reciente Sibilia (2008), La intimidad como
de sus últimos capítulos el descubrimiento de que los púberes nige-
espectáculo. Allí la autora siguiendo las “iluminaciones” de la escuela de Frankfurt rianos llegaron a estas insalubridades por gentileza de la OLPC–,
pinta un panorama tecnofóbico, dantesco y fundamentalmente apocalíptico, acusan- escandalizándose por la existencia de vacíos legales que permitirían
do a la tecnología (encarnación última de la maldición capitalista) de ser la madre de
la mayoría de los problemas que hoy asolan a la humanidad.
8
7
Las dos obras de referencia del autor son Digital game based learning (1999) y más Un aporte más que interesante en esta dirección es la obra de Sunstein (2006), Infoto-
recientemente Don’t bother me mom. I am learning (2006). pia. How many minds produce knowledge.
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que los pederastas no tuvieran su justo castigo. Pululan organizacio- Para el segundo país más digitalmente alfabetizado del mun-
nes no gubernamentales y empresas de software que prometen sal-
do –con 248 millones de usuarios de Internet a fines del año 2008
vaguardarnos del infierno digital, siempre y cuando sucumbamos a
(72.5% de la población)–,11 las cifras son más que llamativas. Casi
sus propuestas ideológicas y/o económicas.
la mitad de los chicos de menos de 6 años (48%) han usado una
El tema es real y merece atención, pero las bombas mediáticas in-
computadora (31%, de 0-3 años; y 70%, de 4-6 años). Casi un tercio
termitentes que lo enmascaran, opacan otros fenómenos mucho
(30%) ha jugado a los videojuegos (14%, de 0-3 años; y 50%, de 4-6
más masivos y llamativos, que tienen por objeto y sujeto a los chi-
años). Incluso los chicos de menos de dos años están altamente
cos, pero que no ocupan las tapas de los matutinos.
expuestos a los medios electrónicos.
Nos referimos, por ejemplo, a un informe según el cual los chi-
cos de entre 0 y 6 años gastan (¿o invierten?) casi tanto tiempo con
la televisión, las computadoras y los videojuegos como el tiempo
SOBREEXPOSICIÓN TEMPRANA
que juegan en la calle o en los espacios públicos.
Por eso escapándole como a la peste al opinionismo, nos basamos
El estudio en cuestión tiene alcance nacional en USA y sus resul-
en algunas encuestas y relevamientos; por ejemplo, el informe rea-
tados sorprendieron tanto a los más optimistas como a los más
lizado por The Children’s Digital Media Center de The Henry J. Kai-
pesimistas, al demostrar que los chicos preescolares empiezan a
ser Family Foundation tomado sobre más de 1.000 casos de niños
usar los medios a edades mucho más tempranas de las que todo el
de menos de 6 años para tener una idea certera sobre sus prácticas
mundo se imaginaba, como lo revelaron las autoras del informe,
digitales.9 Dicho informe actualiza datos más que interesantes ge-
Vicky Rideout y Ellen Wartella, decana de la Facultad de Comuni-
nerados a mediados y fines de la década pasada, y difundidos por
cación de la Universidad de Texas.
el importante libro de Dan Tapscott (2009), Growing up digital. The
Por primera vez en la historia, la generación actual de chicos –los
rise of the Net Generation.10
“mileniales”, véase capítulo 1–, nacidos entre mediados de los años
Los datos que se han profundizado en los últimos años son con-
80 y principios del año 2000, se están introduciendo en los medios
cluyentes. Los chicos menores de 6 años en USA pasan casi dos
(en la cultura, en el mundo, coproduciendo en el ínterin su subjeti-
horas diarias usando pantallas (1:58), casi el mismo tiempo que
vidad cada vez en forma más colaborativa), a través de intermedia-
juegan en la calle (2:01), y leyendo (0:39 minutos), una cifra nimia
rios digitales y ya no a través del papel o de la imprenta.
comparativamente.
Contra muchas protestas y consejos en contrario, un tercio de
los chicos de 0-6 años (36%) tiene TV en su dormitorio, más de 1 de
9
“Zero to six: Eelectronic media in the lives of infants, toddlers and preschoolers”, 28/10/2003. cada 4 (27%) tienen VCR o DVD, 1 de cada 10 tiene un videojuego,
<http://www.kaisernetwork.org/health_cast/hcast_index.cfm?display=detail&hc=1006> 7% tiene computadora; 30% de los chicos entre 0-3 años tienen TV
10
Véanse editoriales del Interlink Headline News nº 1312, “La net-generation prosu-
midores, culturas post-figurativas y cómo separar la paja del trigo”, y nº 1315, “La en el cuarto y 43% de los de 4-6 años también.
net-generation. Educación, cultura y la d(e)uda tecnológica” de mediados de 1998. Entre los datos destacados del estudio se revela algo bastante
Tapscott (2009) acaba de actualizar sus propuestas en Grownup digital. How the net
generation is changing your world. Obras que van en la misma dirección son, entre
obvio: los chicos que tienen TV en sus cuartos leen menos y ven más
otras: Joechen Boschma (2008), La Generación Einstein. Más rápidos, más listos y más
sociales; John Palfrey & Urs Gasser (2008), Born digital: understanding the first genera-
tion of digital natives; y el Informe de la Fundación Telefónica (2008), Las generaciones
11
A fines de 2008 existían 1.463 millones de usuarios a nivel mundial. <http://www.
interactivas. internetworldstats.com/stats.htm>
Introducción 27 28 Las generaciones digitales viven de/en la pantalla

TV que los chicos que comparten la TV en un espacio común. es bueno.12 De lo que se trata ahora es de adentrarnos en detalle en las
Los estudiosos dejan a un lado su ecuanimidad e insisten en el adaptaciones y la mediamorfosis que supone un nuevo tipo de sociali-
carácter negativo de la TV al competir con la lectura y ponerla en zación, formación, cognición, y escuela y universidades adaptadas a
cuestión. este tipo de consumos (pero sobre todo de producción) mediáticos.
Mostrando cómo toda investigación da resultados ambivalen- Evidentemente la escuela y los sistemas de escolarización for-
tes (o en todo caso refleja intereses muy contrastantes), los padres males que tenemos, que ni siquiera podían competir con la TV, en
de estos chicos pequeños insisten en que la TV ayuda (43%) más términos de motivación, socialización y formación, frente a las com-
que perjudica (27%) a los chicos en el aprendizaje. Mas llamati- putadoras en red, los videojuegos, los entornos participativos y pro-
va es, en cambio, su valoración del uso de la computadora, ya gresivamente inmersivos, retroceden 20 casilleros, y casi nos dejan
que un 72% insiste en que las maquinitas ayudan a los chicos a en Sumer de a pie. Habrá que apurarse porque, como bien decía la
aprender. protagonista de Alicia en el País de la Maravillas, en un mundo en
Si bien un grupo de padres insiste en que los programas de TV movimiento el que se queda en el mismo lugar retrocede.
(58%) y los videos (49%) son muy importantes para el desarrollo La investigación mencionada ha demostrado que esta aceleración
intelectual de los chicos, sosteniendo que la identificación con la (capacidad de introyección de la novedad, interiorización de las pan-
TV mejora las habilidades de compartir o de ayudar contra las de tallas, consumo y producción digital) está avanzando a una velocidad
pegar y patear, creen no obstante (59%) que los chicos imitan el acelerada, y mientras tanto nosotros todavía estamos discutiendo cuál
comportamiento agresivo fomentado por la TV. debe ser el abc de la alfabetización digital, como era costumbre entre la
También el estudio muestra que la mayoría de los padres im- burocracia ilustrada declamar: “El siglo ya está perdido”.
ponen reglas de visión (90%) y tiempo de exposición (69%), y que
las reglas hacen efecto porque, cuando se aplican, el tiempo de
exposición diario se reduce en media hora (1:00 versus 1:29). (DES/RE)-EDUCANDO A LA GENERACIÓN DIGITAL

En ese sentido compartimos a pleno la respuesta que el ingeniero Re-


HABLAMOS SIN SABER. OPINAMOS SIN INVESTIGAR ggini dio en una entrevista a Educ.ar:13 “Decididamente celebro que

Nada nuevo bajo el sol. Todas las conclusiones pueden matizarse


12
La provocación desatada por Nicholas Carr, en Is Google making us stupid? The At-
lantic (July/August 2008), reforzada por las tesis de Mark Bauerlein (2008), en The
y mucho. Pero un dato es incontrastable. Hablamos casi todo el dumbest generation. How the digital age stupefies young americans and jeopardizes our
tiempo, sin saber. Opinamos sin investigar. Pontificamos sin ton future (Or, Don’t trust anyone under 30), refuerza esas posiciones apocalípticas, con
un inocultable sesgo ideológico y una evidente defensa de intereses corporativos y
ni son y, cuando los datos salen a la luz, los críticos y tecnófobos adultocéntricos.
tienen que autocuestionarse mucho de lo que comentan porque 13
Debemos avanzar en esa línea y no sólo no insistir más en reducir lo digital a una
asignatura, sino revisar en forma integral las competencias que un niño que se recibi-
estas tendencias son irreversibles y la Tercera Fase (o la Cuarta
rá en el 2020 debe contar como pasaporte, ya no sólo para el éxito y la socialización,
Pantalla) está en plena expansión. sino para la supervivencia cognitiva, y sobre todo para la plena expansión de sus po-
Efectivamente, como dice Steven Johnson (2005), la mayoría de lo tencialidades. Para una introducción detallada a esta problemática, consultar Jenkins
(2006, 2008). La definición de un currículum mutante orientada hacia las competencias
que nos dijeron que era malo (en particular que la TV, los videojue- digitales es uno de los desafíos docentes más interesantes que deberemos afrontar en
gos, las computadoras e Internet eran malas para la salud mental) las décadas por venir.
Introducción 29 30 Las generaciones digitales viven de/en la pantalla

no existan programas ni objetivos prescriptos a cumplir en el área de BREVE SÍNTESIS DE TEMAS Y CAPÍTULOS
Informática. Defiendo con pasión la diversidad y me asustan los planes
homogéneos generales”. Sólo que podríamos extender esa apreciación Este libro está dividido en tres partes y doce capítulos. La primera
al currículum en general. Algo parecido dijo Francisco Tonnuci14 en una parte, Los nativos digitales, una nueva clase cognitiva, busca carac-
entrevista otorgada en diciembre de 2008 al diario La Nación de Buenos terizar la especificidad de la Generación Y, los chicos nacidos des-
Aires, que generó –por fortuna– una intensa polémica y reverberará pués de 1980, contemporáneos primero de la masificación en el uso
permanentemente en las páginas de este libro. de la computadora y finalmente del uso cotidiano de los celulares y
Como vemos por los datos de ese estudio, tampoco podemos de- el ingreso creciente en la banda ancha y la conexión a Internet.
jar todo librado al azar y a la autoorganización. Así como preferimos El primer capítulo, Nativos digitales. La insuturable brecha cog-
vivir y trabajar en organizaciones caórdicas (Lash, 2005; Johnson, 2005; nitiva y de esos polialfabetismos tan necesitados, muestra que no es
Link, 2006), y no en pirámides monolíticas, tampoco el “vale todo” cierto que todos los adultos sean inmigrantes digitales ni que todos
ayuda en los procesos de institucionalización creativa (Schwartz, lo chicos sean nativos digitales. La diferencia entre competencias ana-
2004; Sawyer, 2007; Kahney, 2008). lógicas y digitales también debe ser matizada a la luz de diferencias
Como lo comprobaremos en los próximos capítulos, daremos al- de clase, de la acumulación asimétrica de capital cultural y simbólico,
gunas pautas de cómo podemos generar una cultura de la apropia- y de todas las variables intervinientes que revelan una oposición que
ción infantojuvenil de estas prácticas espontáneas con proyección tomada a rajatabla, en vez de esclarecer obnubila, y que en vez de
educativa, sin que ello implique reintroducir troyanamente el pa- ayudar, amplía la brecha entre los que tienen y los que no.
radigma de broadcast (irradiación), disfrazándolo de cualquier otra Cada vez queda más en claro que las competencias digitales (que
cosa, pero tampoco abogar por un espontaneísmo pedagógico –a lo incluyen desde la capacidad de navegación y el filtrado hasta el do-
Negroponte– que también tiene patas muy cortas.15 minio de la ofimática, desde la visualización de la información hasta
14
“La misión de la escuela ya no es enseñar cosas. Eso lo hace mejor la TV o Internet.”
La definición, llamada a suscitar una fuerte polémica, es del reconocido pedagogo ita- alumnos, especialmente en el Tercer Mundo. De la tecnología, porque ignorando un
liano Francesco Tonucci. Pero si la escuela ya no tiene que enseñar, ¿cuál es su mi- par de décadas de interesantes estudios sociales de la ciencia y la tecnología, espe-
sión? “Debe ser el lugar donde los chicos aprendan a manejar y usar bien las nuevas cialmente de las teorías del actor-red (Latour, 2008), lo que Negroponte le pedía a la
tecnologías, donde se transmita un método de trabajo e investigación científica, se pedagogía se lo quitaba a la tecnología, imaginando que podría inyectar sus gadgets
fomente el conocimiento crítico y se aprenda a cooperar y trabajar en equipo”, res- de última generación a presión, en un esquema top-dowm que oscilaba entre “lo hago
ponde. Buenos Aires, diario La Nación, 29/12/2008. <http://www.lanacion.com.ar/ por tu bien” y la venta de espejitos de colores. Ese doble desconocimiento no lo privó
nota.asp?nota_id=1085047> de haber rasgado la historia de la tecnología educativa en dos, de haber introducido
15
Habiendo participado intensamente de gran parte del desarrollo del proyecto en forma definitiva la idea de saturación (una computadora por chico en todas las aulas,
OLPC, y habiendo mantenido más de una decena de encuentros con Nicholas Negro- en todas las escuelas de un país), como única modalidad de socialización feliz e irre-
ponte, podemos asegurar que su incansable reiteración de que el proyecto OLPC no versible de la tecnología en el aula. Incidentalmente dejó al descubierto la enorme
era un proyecto tecnológico sino educativo suponía una doble mal interpretación de resistencia de la corporación docente a modificar hábitos, prácticas pero, sobre todo,
ambos términos. De la educación, porque el espontaneísmo pedagógico de Negroponte a pagar el costo de la comprensión intergeneracional. En el medio inventó el nicho de
desconocía tanto la necesidad de cierto conocimiento infraestructural que necesita las webtops o computadoras mínimas (de cerca de 1 kg de peso, altísimas prestaciones
de la imposición y de la repetición (desde las tablas matemáticas hasta la poesía, y bajísimo costo). También anticipó lo que será la próxima herida narcisista de la
desde el Himno Nacional hasta las nociones básicas de pesos y medidas), como el profesión docente. El día (no distante más de una década o dos en el horizonte) en
gran desfasaje que hay entre la declamación de la epistemología constructivista y las el que las laptops devenidas celulares y viceversa cuesten veinticinco dólares, y todos
ventajas relativas que el conductivismo sigue teniendo en las aulas en ciertos temas los chicos (y todos los grandes) tengan una. Allí sí que todo proyecto tecnológico será
y disciplinas. Pero sobre todo el rescate de la idiosincrasia cultural, las pautas de educativo por masivo, por facilidad de uso, por ubicuidad y por ruptura final de las
transmisión y la dieta cognitiva de los maestros, casi totalmente ortogonal a la de los paredes del aula.
Introducción 31 32 Las generaciones digitales viven de/en la pantalla

la simulación y el dominio de los videojuegos, desde el aprendizaje matriz cultural de la crítica a la televisión y de los videojuegos que los
en entornos virtuales hasta el dominio de la robótica y de la progra- subtiende por igual y los convierte en kelpers del conocimiento y la
mación en sus niveles más generales), son irreductibles a la alfabeti- cognición. Pero la TV también sirve para pensar. Hace ya más de 50 años
zación tradicional: escritura, lectura y matemática. que la televisión, en vez de volver a la gente más estúpida, ha puesto
El capítulo 2 se titula Nuevos medios, soportes, conexión y for- una presión inmensa sobre las capacidades cognitivas que por algún
matos, se centra en que el formato, el soporte o el medio son destino. motivo insondable creíamos inextricablemente asociadas a la lectu-
Si bien reconocemos la novedad de los nuevos medios, no pode- ra. La complejidad creciente está asociada a tres elementos centrales:
mos pensarlos (y menos aun diseñarlos) descontextualizados de la múltiples relatos, señalamientos intermitentes y redes sociales.
ecología histórica en la que se inscriben. Pero no por ello podemos La segunda parte, Educando a los nativos digitales en espacios
ignorar que la combinación de video, soporte digital, proliferación de afinidad, examina la aparición de una nueva clase de bárbaros
de cámaras y un uso cada vez mayor de la Web, ya no como soporte que cuestionan la intertextualidad del libro como vehículo privi-
sino como servicio, está generando una panoplia de nuevos medios, legiado del conocimiento, que postulan la alfabetización digital
soportes y formatos. como competencias indispensables e irreductibles a las tradicio-
Es tan ingenuo y peligroso imaginar que no hay nada nuevo bajo nales y que imaginan que los docentes del mañana dejarán de ser
el sol, como suponer que lo nuevo se reduce sin más a la historia de grandes maestros y se convertirán en mediadores 2.0.
la documentación humana en términos de grafemas y de inscripcio- El capítulo 5, Los bárbaros de Google. Educando con sentido a
nes materiales. la Generación Einstein, muestra que cada libro bárbaro es un seg-
El capítulo 3, Los videojuegos y la simulación de la realidad. Lo mento de una secuencia que empezó en otro lugar que el libro, y
que viene después de la inducción y la deducción, pone en cuestión que probablemente también terminará en otro lado. Los bárbaros
la hegemonía de la imprenta y su ideología asociada a la narratolo- (los nativos digitales) no valoran, no leen, no les interesan los libros
gía y las distintas disciplinas apoyadas en la apoteosis de la narrati- (nuestro sagrado canon) que remiten por completo a la gramática, a
va como vehículo único para el aprendizaje y la edificación. Duran- la historia y al gusto de la civilización del texto impreso.
te casi cinco siglos “ser fue ser contado”. En el campo educacional Leer el canon literario occidental exige sumergirse en libros que
las historias fueron siempre fuente ejemplar y condición básica del remiten a libros, que remiten a más libros. Para los bárbaros, ese
aprendizaje, transmisión y consolidación del sentido. es un viaje que no promete sensaciones placenteras, peor aun: no
Sin embargo, la aparición de los videojuegos hace ya casi cinco les promete ningún tipo de sensación. Los bárbaros tienden a leer
décadas puso a prueba muchas de las teorías que reducen la pro- únicamente los libros cuyas instrucciones de uso se hallan en luga-
ducción de conocimientos a la producción de historias... El juego, res que no son libros. Así, se tergiversa por completo la cultura del
además de un socializador ejemplar y la base de muchas conductas libro y eclosiona una ecología mediática de cuya dinámica recién
identificatorias y de desarrollo emocional, es también un tipo de ac- nos anoticiamos hoy.
tividad y práctica social que tiene reglas propias, irreductibles a un El capítulo 6, La alfabetización digital como nueva infraestruc-
colapso en una historia, y que permite múltiples aprendizajes sin tura del conocimiento, muestra cómo las mutaciones cognitivas,
necesitar de una estructura narrativa. materiales, socioculturales, etc. están modificando el rol de todas las
El capítulo 4 se titula Video TV, ergo sum. Cuando la cultura instituciones, y en particular, del agente de socialización por exce-
audiovisual también sirve para pensar, revela la existencia de una lencia que es/era la escuela.
Introducción 33 34 Las generaciones digitales viven de/en la pantalla

El hilo conductor en este capítulo es la fuerza y el alcance de la e inspiradores por talentos como Alfons Cornella, Manuel Castells,
educación informal, que progresivamente va sustituyendo y arrinco- Francis Pisani, Gonzalo Frasca, Marina Umaschi, Nicholas Burbules
nando la educación formal. Quizás una sociedad sin escuelas sea tan y una pléyade de docentes locales que sentaron las bases para una
impensable como el mantenimiento tal cual de la que heredamos. La alfabetización digital sistemática de larga proyección.
alfabetización académica perderá primacía con estas mutaciones y La tercera parte, Gestionando los contextos caóticos de cambio
la emergencia de los polialfabetismos significará un duro golpe a las en los que vivirán los nativos digitales, reposiciona el foco que en
asignaturas taylorizadas, y a la escuela entendida como reproduc- las dos partes anteriores estuvo centrado en lo cognitivo, lo formati-
ción sistemática de saberes codificados por expertos ancestrales. vo y lo multimedial. Así como la imprenta fue, a través de sucesivas
El capítulo 7, De los grandes maestros a los grandes mediado- mediaciones, la inventora del capitalismo, otro tanto está ocurrien-
res. Diseñando el paradigma de los docentes Web 2.0, muestra la do con la computación en red. Un libro sobre estos temas que no
enorme distancia que tenemos en nuestras formas de enseñar (y profundice en el software social, la sabiduría de las multitudes, los
aprender) formalmente hoy, y el tipo de docente experto en inteli- prosumidores y la post-producción, pero sobre todo en las mutacio-
gencia emocional y en comunicación persuasiva para congeniar y nes cognitivas globales, terminaría epistemológicamente mutilado,
conseguir lo mejor de sí de los nativos digitales. e ignoraría condiciones contextuales y macro indispensables para
El educador 2.0 será un mediador y hasta un creador de conflic- entender cómo desplegar las competencias de los nativos digitales
tos, antes que un mero repetidor y un transmisor de conocimientos en un mundo radicalmente distinto del que nos vio nacer y crecer.
encapsulados y predigeridos. El diseño de los nuevos emisores su- El capítulo 9, Software social y sabiduría de las multitudes, reve-
pone reconciliar (en tensión) emociones y razón. La educación se la que Internet no evolucionó acompasadamente y por innovación
convertirá en industria del deseo si quiere ser industria del conoci- incremental, sino que sus novedades revolucionarias siguieron el
miento. La reinvención social de la tecnología busca crear prosumi- esquema de la evolución puntuada: largos períodos evolutivos y
dores. La diferencia con el paradigma en boga es abismal y merece cambios radicales en meses nomás. El e-mail dio lugar al trabajo co-
ser recorrida rápida y profundamente. laborativo. Usenet y el chat mostraron el poder inicial de los usuarios
El capítulo 8, Alfabetización digital y portales educativos. El para crear comunidades de sentido. La revolución de los weblogs y el
caso emblemático de Educ.ar, sintetiza una larga experiencia de cin- software social entendido como sistema operativo jalonan la tercera
co años que tuvimos el orgullo de protagonizar –junto a un valioso fase de Internet, tal cual la estamos viviendo actualmente.
equipo– rediseñando el Portal educativo de la Nación argentina, que Nuevas reglas (nuevo código) hacen posible nuevos grupos y
pasó de ser un reservorio de contenidos digitales hasta convertirse nuevas acciones. Las herramientas distribuidas y heterárquicas favo-
en uno de los más dinámicos e innovadores de los portales latinoa- recen el trabajo colaborativo en una escala y con una velocidad no
mericanos (en su diálogo con la Web) logrando convertir intuiciones vista previamente en el mundo “real”. Facebook con sus 175 millones
epistemológicas en un administrador de contenidos Web 2.0. Orien- de usuarios en el momento de su quinto aniversario es el octavo
tado prioritariamente a la formación de docentes 2.0, teniendo como país más poblado del planeta. Tenemos poder para organizar, vía el
horizonte a los nativos digitales, en el tiempo relativamente corto de software, las interacciones sociales sin organizaciones, y esta maqui-
un lustro, a través de estrategias híbridas, insólitas y muchas veces naria tecno-social pone en entredicho los formatos tradicionales del
inesperadas hasta para nosotros mismos, dimos pasos largos y dura- mercado y el Estado, como bases únicas y exclusivas de la organiza-
deros en la formación de los mediadores 2.0. Fuimos acompañados ción social. El colapso de los costos de transacción fomenta patrones
Introducción 35 36 Las generaciones digitales viven de/en la pantalla

sociales de uso de las tecnologías para compartir. La socialización de emocional que combine la funcionalidad con la estética. Sin ánimo
los medios de producción está teniendo lugar en la red, mientras el de pontificar, enunciaremos algunas reglas que presiden este diseño
mundo se vuelve cada vez más injusto, peligroso y entrópico. global, donde el cómo es infinitamente más persuasivo y valioso
El capítulo 10, Par a par. Prosumidores y post-producción, mues- que el qué, y donde el sentido no está tanto en los objetos cuanto
tra que estamos yendo a gran velocidad de un universo del consumo en sus usos, sin pasar por alto las espectaculares caídas de todos los
masivo al de la producción generalizada. De la tiranía del experto al indicadores económicos con la crisis inédita de fines del 2008, que
librepensamiento de la masa, de las estructuras de conocimiento top- forma parte de esta transición epocal.
down a la proliferación de experiencias bottom-up. Ya no vivimos en El capítulo 12, Tecnología, mediaciones y generaciones interactivas,
el orden de primer tipo analógico, ni tampoco en el orden de segun- culmina este largo periplo, que partió de la postulación de los nati-
do tipo o cartográfico. Estamos viviendo en un tercer tipo de orden, vos digitales como una nueva clase cognitiva, que reveló la necesi-
digital, en el cual las ontologías se han vuelto líquidas, los conceptos dad de diseñar competencias digitales en un pie de igualdad con las
se refuncionalizan según necesidades, y donde la navegación de la analógicas tradicionales, y que sostuvo que la alfabetización digital
Web (pero, también, la de la propia realidad) ha perdido permisos de forma parte de una nueva infraestructura del conocimiento.
exclusividad y se ha convertido en facetada, es decir, a medida. Curiosa y paradojalmente (y a veces generando profundas frus-
En la sociedad de la información (o más aun, en la sociedad de los traciones), los bienes digitales circulan y se apropian en forma
conceptos; Pink, 2006) estamos asistiendo ya no sólo a un consumo par asimétrica. La distancia entre infohabientes e infodeprivados se
a par (inédito, novedoso y conflictivo), sino a una producción par a par, agiganta. La tecnología no es una ficción instituyente y, por consi-
que aunque todavía tiene pocos representantes visibles (software libre, guiente, sin un remixaje entre Estado, mercado y producción par a
car pooling, Wikipedia y distintos ejemplos de crowdsourcing), amenaza par, lo que vemos no es una utopía digital realizada sobre la tierra,
con difuminarse a muchas áreas de la vida cotidiana, transformando sino un escenario confuso y peligroso con tantos (sino más) retro-
en forma radical las relaciones producción/consumo, la reapropiación cesos como progresos.
cultural, la creación colectiva. Etiquetas como post-producción, remixa- Finalmente, se detallan las líneas de pensamiento y de explora-
je, “rip, mix and burn”, caracterizan este pasaje y nos brindan poderosas ción, con una conceptualización pormenorizada del mundo de las
sugerencias y metáforas de hacia dónde va la cultura popular en vías desorganizaciones, y con propuestas operativas tanto en el campo
de complejización creciente. político como en el educativo, en el económico como en el social, de
El capítulo 11, Cambio masivo, mutaciones cognitivas y diseño nuevas alianzas y de diálogos cosmopolitas hoy inexistentes.
global, muestra la irreversibilidad de los macro cambios. Estamos
asistiendo no sólo a un cambio masivo, sino a una mutación cogni-
tiva de no menor fuerza, rayana en el tsunami epistemológico. La
proliferación incesante de la información que emana y subtiende a
estos cambios está en el límite del descontrol.
Es hora de pasar del análisis a la síntesis. Si no repensamos el
diseño, corremos el riesgo de una destrucción autocatalítica de la
humanidad. Hay quienes exigen el pasaje de un diseño producto-
céntrico a otro usuario-céntrico. Hay quienes imploran un diseño
40 Nativos digitales. La insuturable brecha cognitiva...

NATIVOS DIGITALES.
1 LA INSUTURABLE BRECHA COGNITIVA
Y DE ESOS POLIALFABETISMOS
La aparición de las nuevas tecnologías, junto con la interna-
cionalización de los mercados, provoca una serie de migraciones
que afectan distintos ámbitos: el imaginario tecnológico, ya que
la convergencia permite que afloren nuevos y antiguos mitos en
TAN NECESITADOS las narraciones y los contenidos de los medios; el lenguaje y el
mercado cultural, donde se promueve el debate sobre la cultura
de los nuevos medios y su dependencia respecto de las exigencias
comerciales; las nuevas formas narrativas; las conductas de los
usuarios, que gracias a la interactividad se convierten en diseña-
dores de contenidos; y, por último, la forma de conocer, archivar y
encontrar las imágenes que produce la sociedad.
La migración digital supone un despliegue acelerado de las
tecnologías del conocimiento, entre las cuales se destacan las
tecnologías de la imagen (Pro, 2003; Yoel, 2004; Manovich, 2006;
Manuel [3 años]. En la escuela infantil a la que va también hay bebés.
Papalini, 2007), esenciales para la formación de la percepción y la
Un día estaba mirando cómo uno de 10 meses pasaba las páginas
comprensión de la realidad.1
de un cuento mientras balbuceaba sin parar, y le dijo a su profesora:
Con lo arriesgada que fue la propuesta de Vilches en su mo-
“No me gusta nada cuando lee en inglés”.
mento, al sostener que en el futuro próximo habría que pagarles
(Motos, 2008.)
a los espectadores para que se comportaran como televidentes, y

1
LA MIGRACIÓN DIGITAL, UN PROCESO Para un estudio del despliegue de estas competencias, se sugiere consultar a Arizpe y
Styles (2005). Se trata de un estudio –realizado con niños de diversos entornos cultura-
DE LARGA DATA CUANDO ESTAMOS ENTRANDO les y económicos– basado en la obra de dos importantes autores infantiles: Anthony
EN SU SEGUNDA DÉCADA Browne y Satoshi Kitamura, cuya premisa y punto focal es que los niños pequeños
son expertos lectores de imágenes, y que los álbumes ilustrados les permiten desarro-
llar su potencial de alfabetización visual. Los álbumes ilustrados, en particular los de
En La migración digital, ensayo escrito por el chileno Lorenzo Vilches autores contemporáneos, presentan un reto a nivel visual y expresivo para los niños
(2001), el autor reflexiona sobre los cambios sociales que experimentan de cuatro años en adelante, pues les permiten comprender imágenes complejas en
los niveles literal, visual y metafórico; además de impulsar su capacidad expresiva
los usuarios en el campo de la televisión, debido al proceso de migra- y analítica. Sin embargo, muchas veces estos textos, como otros más sofisticados a
ción digital, que supone el desplazamiento hacia un mundo altamente nivel de la escuela primaria y secundaria, que para los adultos, que no tuvimos la
suerte de frecuentarlos, nos parecen dinámicos y atractivos, son despreciados por
tecnificado, una nueva economía creada por las tecnologías del cono-
sus destinatarios. Hay por parte de los alumnos un rechazo visceral hacia prácticas
cimiento, donde la moneda de cambio es la información, siendo ésta y experiencias multimediales y audiovisuales que fuera del aula son altamente valo-
la que genera nuevas identidades individuales y colectivas (Campos rizadas y, sin embargo, en el marco escolar son desechadas. ¿Podrá resignificarse el
espacio áulico, pigmentándolo con dosis de motivación que permitan el aprendizaje?
Rosello, 2004; Castronovo, 2007; Mason, 2008). En este contexto, Vilches ¿O la escuela está definitivamente condenada como espacio de innovación y estímu-
destaca que en la migración digital el mundo no se divide ya más entre lo? ¿Y en este caso –para muchos improbable e indeseable– qué otras alternativas de
arquitectura para el aprendizaje restan, y qué haremos para preservar la socialización
ricos y pobres, sino entre los que están informados y aquellos que han y la construcción de símbolos compartidos –comunidades imaginadas– que tradicio-
quedado fuera de las redes de conocimiento. nalmente han sido forjados por el sistema escolar?
Capítulo 1 41 42 Nativos digitales. La insuturable brecha cognitiva...

la discontinuidad que encontraba entre TV e Internet –como antici- Una de cuyas variantes clave serán los docentes polialfabetizados.4
pamos una década atrás en Post-Televisión (Piscitelli, 1998)–, hay he- Si en vez de balbucear tanto acerca de la brecha analógico/digital,
chos básicos que se le pasaron por alto, y que tienen consecuencias empezáramos a delimitar un poco más en qué consiste esta brecha al-
educacionales mayúsculas, enmascaradas por el uso de la metáfora fabetogeneracional (Berardi, 2007), la cuestión sería mucho más intere-
de la migración digital... reduciéndola a problemas de la convergen- sante, pero también se volvería mucho más compleja. Porque a la luz
cia de tecnologías,2 cuando en realidad de lo que estamos hablando de la aparición de generaciones con capacidades, intereses, manejo de
es de una discontinuidad epistemológica esencial. O, para decirlo en tér- la tecnología y valoración de la formación y de la información total-
minos de Henry Jenkins (2006, 2008), de convergencia de medios y mente ortogonales respecto de las preexistentes, cualquier diagnóstico
de culturas. y cualquier pronóstico presentados como la muerte del canon literario
occidental,5 deben ser deconstruidos y vueltos a replantear (Baricco,
Nativos digitales/Inmigrantes digitales

guida por tres obras más recientes– y sobre todo The cultural creatives. How 50 million
… Porque la migración digital tiene como protagonistas a dos tipos people are changing the world, de Ray & Anderson (2001), quienes apuntan a la creatividad
totalmente diferentes de sujetos. Cuando se trata de industrias y for- social, aunque todavía sin incluir los inmensos aportes del software social y de las redes
matos, quienes están a cargo no son los productores ni los consumi- electrónicas de pares que se desarrollarían masivamente a partir del año 2003 –desde
Delicious hasta Youtube, desde Netvibes hasta Flickr, desde Googledocs hasta Twitter,
dores actuales, ni mucho menos los que predominarán dentro de dos desde MySpace hasta Facebook–. La rapidez con que las neo-aplicaciones irrumpen en
décadas. Se trata de personas de entre 35 y 55 años que no son nativos el mercado, y la facilidad con que se dejan moldear para nuevos usos dictaminados por
los usuarios, dificultan una aprehensión cognitiva y epistemológica de las herramientas,
digitales: ellos (nosotros) son (somos) los inmigrantes digitales. que sin embargo tienden a una diseminación virósica imparable. Una generación de nati-
Por el contrario, los consumidores y próximos productores de casi vos digitales académicos con Danah Boyd <http://www.danah.org/>, y Michael Wesch
<http://www.mediatedcultures.org>, a la cabeza, expertos en etnografías de las redes,
todo lo que existe (y existirá) son los nativos digitales, y entre ambos
está cambiando este panorama yermo hasta ayer nomás.
cortes generacionales (o poblacionales) las distancias son infinitas, y 4
Al final de nuestro libro anterior, Internet. Imprenta del siglo XXI, dábamos unos pri-
las posibilidades de comunicación y de coordinación conductual se meros guiños en dirección de esta noción de polialfabetismos (Piscitelli, 2005). Nues-
tra inmersión profunda en la gestión de un portal educativo como fue Educ.ar du-
vuelven terriblemente difíciles, sino imposibles, a menos que exis- rante un quinquenio, los aportes decisivos que el portal hizo a la Campaña Nacional
tan mediadores tecnológicos intergeneracionales (carrera que algunos de Alfabetización Digital –véase capítulo 8–, y nuestra presencia continua en foros
internacionales en la última década han reafirmado nuestra intuición de entonces: la
hemos emprendido hace muchos años y que habría que codificar e escuela del futuro es impensable sin un desarrollo sistemático de las competencias
institucionalizar bastante más).3 digitales (Jenkins, 2007), tanto en alumnos como docentes; yendo en dirección de la
alfabetización digital y de lo que actualmente se denomina e-maturity. Es decir, de
un aprovechamiento pleno de las redes de aprendizaje, y de todos los instrumentos
2
Gitelman (2006) sostiene que debemos disociar el medio como soporte del medio materiales y conceptuales asociados a la alfabetización mediática y digital en la con-
como conjunto de protocolos asociados a prácticas sociales culturales. Jenkins (2008), formación de los analistas simbólicos que serán todos los chicos el futuro.
5
por su parte, denuncia la falacia de la caja negra según la cual en el futuro (hoy y Remitimos a los intentos desesperados de Harold Bloom (2005b), Giovanni Sartori
mañana) todos los dispositivos convergerán en una caja boba y única. (2000), Karl Popper y los frankfurtianos de toda estopa, de mantener viva la antorcha
3
Aunque las tipologías son siempre arbitrarias, podemos dividir a las distintas gene- de la alta cultura, so pena de abandonar ese sacrosanto espacio regalándoselo a la
raciones nacidas desde 1946 en cuatro segmentos: Baby Boomers, Generacion X, Ge- barbarie digital (una de cuyas manifestaciones sería la cultura popular tecnologiza-
neración Y y Milenaristas, usando la tipología elaborada por William Strauss y Neil da). El reciente ensayo de Alessandro Barico (2008) deja bien en claro cuáles son las
Howe en su tetralogía acerca de las generaciones (Generations, 13th Gen, The fourth antinomias en juego, y por qué desestimar a Adorno & Horkheimer, rescatar parcial-
turning y millenials rising). Dos obras llamativas trataron la cuestión generacional en mente a Benjamin y a Marcuse, pero sobre todo revalorizar la cultura audiovisual en
relación con las competencias y habilidades emergentes: The rise of the creative class: clave tecnológica, propone un exquisito camino para la investigación y para la acción,
and how it’s transforming work, leisure, community and everyday life (Florida, 2003) –se- mucho más atractivo y osado que esa crítica eterna y tautológica.
Capítulo 1 43 44 Nativos digitales. La insuturable brecha cognitiva...

2008). En particular, los diagnósticos de decadencia cultural educa- como queramos llamarlos) están cambiado en forma radical, desde
tiva y/o valorativa, y de supuesta pérdida de los valores humanis- su axiología hasta su epistemología, y no son los sujetos para los
tas a cargo de una tecnología fría, inclemente y fundamentalmente cuales el sistema educativo fue diseñado durante siglos y que que-
mercantilista (Bree, 1995; Sibilia, 2005, 2008). rría tenerlos como población nativa.6
Diarios y libros, convenciones y conferencias, reuniones ministe- Cuando se reduce el cambio generacional y cultural a los ador-
riales y cumbres presidenciales, a veces con ahínco y muchas otras nos rituales (lenguaje, ropa, piercing, estilos de coquetería, y a las
como mera semblanza retórica, se preguntan por la decadencia de taxonomías tribales urbanas; floggers, emos, darks, etc.), se está
Occidente, la enraízan generalmente en un extravío respecto del ca- poniendo el carro delante del caballo. Porque la discontinuidad
non occidental (Bloom, 2005b) oponen la buena (y perdida) herencia que existe entre estos chicos y nosotros no es ni incremental, ni
literaria cultural a la demonización encarnada en la Ciencia y a la accesoria, ni siquiera histórica y tendencial. Se trata, en la jerga
Tecnología, o la hipermercantilización de la economía, o a la entro- astronómica, de una singularidad, una compuerta evolutiva, un
nización del consumo como teología secular. antes y después tan radical que es difícil conceptualizarlo, y mu-
Todas estas maldiciones condensadas además en una escuela que cho menos fácil es generar los instrumentos educativos capaces
no educa, en una formación docente que no está a la altura de los tiem- de operacionalizarlo para suturar la discontinuidad hecha posi-
pos y en un mandato de socialización del conocimiento cada vez más ble por las tecnologías, pero también por muchos otros factores
inclemente. Hay mucho de simplismo en estos diagnósticos y mucho en forma combinada y convergente (Boeschma, 2008; Palfrey &
de desconocimiento acerca de la hiper creatividad social dominante Gasser, 2008).
–tema del que se ocuparán varios capítulos de este libro. En este caso la singularidad es precisamente la digitalización de la
A la luz de estas consideraciones, ¿no habrá que rever los concep- cultura7 (especialmente juvenil) en las dos últimas décadas y más
tos de rendimientos y evaluación educativa?, ¿no habrá que reeva- particularmente en los últimos cinco años en los países periféricos
luar nuestro diagnóstico facilista acerca de la decadencia (educativa) y en los últimos diez en el primer mundo.
de Occidente?, ¿no habrá que repensar si las pruebas PISA y toda la
parafernalia de la ortodoxia (incluyendo la acreditación universita- 6
Para Vicent Verdú (2006), no hay sujetos y objetos simplemente relacionados, ni
ria) no están cometiendo errores semejantes a los provocados por tampoco separados por una cesura insalvable, sino sobjetos en los cuales la identidad
subjetiva ya se ha visto contaminada por la entidad objetiva y ésta exhibe la huella de
Piaget tratando de aplicar los baremos suizos a los chicos africanos? aquélla. Cada sobjeto es una reproducción en miniatura de la relación general que la
¿Qué se está midiendo exactamente cuando se mide? Pero, sobre humanidad y los artefactos que produce y consume mantienen entre sí: “cruzándose
todo, ¿qué es lo que no se está midiendo? mentalidades y emociones, ha nacido un espacio general donde crece la subjetividad
del objeto y la objetividad del sujeto, ambos emitiendo y recibiendo partículas del
otro y, en el proceso, construyendo la criatura híbrida de los sobjetos”. La conectivi-
No vemos que no vemos dad es el valor supremo de la jerarquía moral de los sobjetos porque reproduce su
esencia de forma abstracta; el sobjeto, en efecto, “no desea vivir en exclusividad, en
pertenencia autóctona, sino que encuentra la razón de vivir en expandirse, interferir-
Si Heinz von Foerster (1976) tiene razón cuando insiste en que el pe- se, inmiscuirse, ser amado y penetrado en la orgía de la conexión”.
7
Para Jenkins (2008), la cultura de la convergencia no menta primariamente una re-
cado original de toda epistemología es que no vemos que no vemos, en
volución tecnológica, sino una mutación cultural basada en la participación de los
el caso escolar la cosa se agrava infinitamente, y la principal respon- consumidores/usuarios en una dinámica social. Ilustrando sus tesis con ejemplos
sabilidad es no ver que los estudiantes de hoy (los milenaristas, la ge- tomados de Survivor, The Matrix, American Idol, Harry Potter, La Guerra de las Galaxias o
The Sims, Jenkins muestra cómo esta nueva cultura participativa puede ir de la mano
neración Einstein, los nativos digitales, las generaciones interactivas o con el éxito popular y una apropiación masiva.
Capítulo 1 45 46 Nativos digitales. La insuturable brecha cognitiva...

Los chicos que hoy tienen entre 5 y 15 años son la primera gene- claros usos diferenciados de funcionalidades cerebrales respondien-
ración mundial que ha crecido inmersa en estas nuevas tecnologías. do a entornos ubicuos densos en información, que deben ser proce-
Han pasado toda su vida rodeados de computadoras, videojuegos, sados en paralelo, y en la capacidad de toma de decisiones simultá-
teléfonos celulares y el resto de los gadgets digitales, pero especial- neas que tienen su modelo en la simulación de los videojuegos, por
mente respirando la atmósfera Internet (Castells, 2001; Prensky, ejemplo (Frasca, 2003).
2006; Gee, 2003, 2007). Ha habido muchos nombres que han tratado de encapsular lo
El promedio de graduados universitarios (en particular en los distintivo de esta generación de estudiantes. Se los han denomina-
EE.UU., pero crecientemente en todos los rincones del planeta) han do generación N (iNternet) o D (digital), más recientemente Gene-
pasado cerca de 5.000 horas de su vida leyendo, pero han dedicado ración Einstein, pero, para nuestro gusto, el epíteto que mejor da
cerca de 10.000 horas a jugar videojuegos (y han invertido cerca de cuenta de ellos es el de Nativos Digitales.
20.000 horas viendo TV). Nuestros estudiantes actuales, ya sea que tengan 6 años o 20 (pero
Con las diferencias de acceso sociales del caso, nada marginales preferentemente la franja de los 5 a los 15 años), son hablantes nativos
–aun en los EE.UU. las diferencias entre el acceso a computadoras y del lenguaje de la televisión interactiva, las computadoras, los videojue-
videojuegos difiere enormemente entre blancos, hispanos y negros–, gos e Internet. Y nosotros, por más tecnofílicos que seamos (o nos crea-
los videojuegos, el e-mail, Internet, los teléfonos celulares y la men- mos), nunca sobrepasaremos la categoría de inmigrantes digitales, o de
sajería instantánea se han convertido en parte integral de nuestras hablantes más o menos competentes en esa segunda lengua.
vidas y en el oxígeno tecnocultural que respiran los chicos del tercer Que para nosotros –inmigrantes–, lo digital es una segunda len-
milenio, y conforman la base de una nueva elite tecnocognitiva que gua, se nota en todo lo que hacemos. Es un acento que matiza todas
exige atención y comprensión. Obviamente, en la periferia las dife- nuestras actividades y que se refleja fundamentalmente en nuestra
rencias de acceso son todavía más duales y brutales. vida académica y profesional.
Esta constatación sociológica es trivial. Lo que realmente interesa Ingresamos a Internet cuando no encontramos un libro que pre-
es saber hasta qué punto las funciones intelectuales, las habilidades viamente dé cuenta del problema que nos interesa. Antes de usar un
cognitivas, las inteligencias múltiples –especialmente emocionales– aparato leemos el manual. Antes de ejecutar un programa necesita-
y las capacidades para volver inteligible el presente complejo, difie- mos saber qué tecla apretar, etc., etcétera.
ren o no en la generación digital respecto de sus padres o abuelos Justo a la inversa en todos los casos de los nativos digitales, que
(Jenkins, 2006; Pink, 2007; Knobel & Lanshear, 2007; Krebs, 2003). hacen primero y se preguntan después siguiendo la preceptiva de Dr.
Aquí la diferencia mayor no es tanto en términos de cambios fí- House “Prescribir es diagnosticar” (véase capítulo 4). Neurológica-
sicos del cerebro (aunque a lo mejor también los haya),8 sino en los mente esta segunda lengua ocupa áreas del cerebro distintas de las
que se movilizan con el aprendizaje de la lengua materna. Y no esta-
8
Cada tanto nos encontramos con visiones que insisten en que los nuevos hábitos de mos solamente jugando con metáforas.
lectura (o visionado) en la red mejoran, o empeoran, nuestras capacidades cognitivas.
Por ejemplo, Nicholas Carr se basó entre otras en la investigación Information behavior surviving the technological alteration of the modern mind, muestran cómo las búsquedas
of the researcher of the future <http://www.bl.uk/news/pdf/googlegen.pdf>, según en Internet y la mensajería de texto han vuelto el cerebro mucho más adepto al filtra-
la cual los nativos digitales en vez de leer, browsean, en vez de profundizar, salpican, do de la información y a la mejora en la toma de decisiones. Por supuesto que no se
en vez de entender, driblean y finalmente el cerebro se ve hasta anatómicamente de- trata de una estrategia “esto versus lo otro”, sino de “esto más lo otro”. La formación
bilitado por esta falta de esfuerzo. Contradictoriamente, investigaciones mucho más de los chicos del futuro exige una amplísima competencia en habilidades tecnológi-
recientes recopiladas por Gary Small (2008), un neurocientífico de UCLA, en iBrain: cas con habilidades sociales.
Capítulo 1 47 48 Nativos digitales. La insuturable brecha cognitiva...

CUANDO TENER ACENTO ES ALGO Slow food ¿para el pensamiento?


DE LO QUE NO CONVIENE VANAGLORIARSE
Los nativos digitales aman la velocidad cuando de lidiar con la in-
El acento de la lengua adquirida se nota en mil y un actos que formación se trata. Les encanta hacer varias cosas al mismo tiempo.
parecen intranscendentes pero que delatan nuestro origen analó- Todos ellos son multitasking y en muchos casos multimedia. Prefie-
gico. Imprimir un mail, editar un documento sobre papel, llamar ren el universo gráfico al textual. Eligen el acceso aleatorio e hiper-
a compañeros de trabajo para que vean en nuestra computadora textual a la información en vez del lineal propio de la secuencia-
una URL en vez de enviárselas directamente, y lo más tragicó- lidad, el libro y la era analógica. Funcionan mejor cuando operan
mico de todo, llamar a alguien por teléfono para confirmar si re- en red, y lo que más aprecian es la gratificación constante y las re-
cibió nuestro mail. Aunque esto suena gracioso, no lo es tanto. compensas permanentes (que en muchos casos pueden ser desafíos
Deberíamos más bien adscribirlo, en todo caso, al área del humor todavía más grandes que los que acaban de resolver).10 Pero, sobre
negro, porque reducido a nuestro entorno en la Argentina, don- todo, prefieren el juego al trabajo serio y envarado.
de hay 880.000 maestros declarados (y unos 660.000 en actividad Los inmigrantes digitales no ven (y mucho menos admiran) la
efectiva) –de los cuales están registrados en el portal de la Nación TV, no valoran la capacidad de hacer varias cosas al mismo tiempo
Argentina Educ.ar unos 140.000–, nos encontramos con la para- propia de los milenaristas (despreciando su supuesto bajo espesor
dojal situación de que los instructores que son mayoritariamente de conocimiento histórico), detestan los videojuegos (por difíciles, no
inmigrantes digitales, que hablan un idioma en vías de extinción por estúpidos, Gee, 2003), tienen problemas de todo tipo para fun-
cual es el de la era predigital, están tratando de enseñarle a una dirse en interfaz con la computadora, o para sacarle el jugo a sus
población que habla un lenguaje totalmente distinto e incompren- múltiples funcionalidades sin pedirle antes permiso a un dedo para
sible para los docentes inmigrantes. usar el otro.
Aunque rara vez el problema se lee de este modo, gran parte de Sin que los docentes –y sobre todo los directivos– las escuchen, las
la resistencia infanto-juvenil a la enseñanza hoy hegemónica en protestas de los chicos –pero también las de los adolescentes– son cada
las escuelas proviene del rechazo de los nativos a quienes quieren vez más explícitas y concretas. Muchos docentes insisten en que los
enseñarles su propio lenguaje, siendo que hablan el idioma de ma- chicos tienen que desacelerarse cuando están en clase. No es que
rras como resultado de haberlo aprendido como segunda lengua. los nativos digitales no prestan atención, directamente no se intere-
Un absurdo destinado al fracaso desde el vamos. ¿Se entiende san por ese entorno que les adviene como un túnel del tiempo.
mejor entonces el lugar arrasado de la escuela en esta ecuación?9 La disyunción es clara: o los inmigrantes digitales aprenden a
(Lewkowicz & Corea, 2004; Momino, 2008; Zmuda, 2006; Bixio, enseñar distinto, o los nativos digitales deberán retrotraer sus ca-
2006; Eisner, 2002). pacidades cognitivas e intelectuales a las que predominaban dos
décadas o más atrás. Difícilmente haya mucho para elegir en esta

9
En su magnífico ensayo El aula desierta, Concha Fernández Martorell (2008) muestra
10
En La educación como industria del deseo. Un nuevo estilo comunicativo, Joan Ferres
cómo la escuela y sus docentes tradicionales han tirado la toalla, y cómo una re- (2008) revisa con sumo detenimiento y respeto los cinco elementos que definen la tec-
semantización de la escuela exige una reinvención docente prodigiosa, no imposible, nología del conocimiento como símbolo: intensificación de la sensorialidad y la con-
pero decididamente muy distinta de la imaginada tradicionalmente por las políticas creción, dinamización sin fin, despertar de las emociones primarias, fortalecimiento
nacionales de Formación Docente. del procesamiento intuitivo y fomento de la interactividad.
Capítulo 1 49 50 Nativos digitales. La insuturable brecha cognitiva...

opción inútil, por cuanto es seguramente imposible que los nativos porque en términos de contenidos todo debe ser replanteado. En
quieran o puedan abandonar su lengua materna de incorporación/ esta nueva mediamoforsis en curso debemos ser capaces de diseñar
producción de experiencias. Por tanto, la formación docente deberá a medida todo lo que un chico de cualquier edad debe saber en tér-
encargarse de dos tareas ciclópeas. No sólo y no tanto actualizar a minos de átomos de conocimiento, y al mismo tiempo construir tra-
los docentes en los contenidos de hoy, las competencias que hacen mas de sentido que no fragmenten la comprensión. Y, una vez más,
falta para vivir en este mundo hiper acelerado y complejo, sino so- no se trata de tener que optar entre una u otra alternativa.
bre todo deberán adquirir el abc de la comunicación y la transacción Dado que vivimos del otro lado de la singularidad digital, el con-
digitales (Jenkins, 2006), que en muchos sentidos es el default entre tenido se divide en dos, el tradicional –el canon en sus mil variantes,
sus alumnos.11 que actualmente se condensan en los Núcleos de Aprendizajes Prio-
Porque de lo que se trata aquí no es de reformatear viejos hábitos ritarios/NAP, o los Contenidos Básicos Comunes/CBC, a los que
de pensamiento y contenidos pre-estructurados aligerándolos, o no, podemos denominar sistemas hereditarios o de legado (legacy)–, y
llevándolos al lenguaje de las imágenes y la fluidez multimedial, el contenido prospectivo, futurizador, futurible (Cornella & Flores,
sino algo mucho más complejo y sutil. A saber: reconocer que for- 2006; Cornella & Rucabado, 2006) o como deseemos llamarle.
mas y contenidos están inextricablemente unidos (como el dipolo En el legacy entran todas las variantes de la lectura, la escritura, la
significante/significado), y que si bien el buen sentido y las habili- aritmética, el pensamiento lógico, la comprensión y los escritos del
dades lógicas no están en cuestión, lo que sí lo está es que éstas no pasado, es decir, el currículum convencional. Es tradicional y despa-
pueden plantearse en contraposición (y exclusión) de la aceleración, rejo. Mucho seguirá siendo necesario (pensamiento lógico), pero mu-
el paralelismo, la aleatoriedad y la atribución diversificada del sen- chas otras partes, como la geometría euclidiana, la lógica aristotélica,
tido, especialmente en la dirección bottom-up, en vez de en la tradi- la química lavoisieriana, se irán desvaneciendo como ha sucedido con
cional, jerárquica, taxonómica y consagrada del top-down.12 el latín y el griego como contenidos masivos (claro que siempre será
bueno que haya latinistas y helenistas) para escarnio de Gregory Ba-
teson que no entendía cómo sus chicos post revolución de Berkeley
ÁTOMOS DE CONOCIMIENTO ENSAMBLADOS insistían en no disciplinar su lógica descartando de plano las conjuga-
EN TRAMAS DE SENTIDO ciones y declinaciones del latín.13
El contenido del futuro remite en cambio a formatos ad hoc, a pau-
No queremos reducir maniqueamente el problema de la “buena tas que conectan (Bateson, 1976), a itinerarios formativos autodes-
transmisión” a una cuestión de formatos por un lado, y a una cues- cubiertos, a redes de colaboración entre pares, a neodisciplinas y
tión de contenidos por el otro. Uno, porque el formato es destino; dos, a competencias de navegación transmedia14 (Ryan, 2004), omnipre-
sentes en los nativos y casi desconocidas entre los inmigrantes.
11
Joan Ferrés en la obra antes citada pone de manifiesto dos prerrequisitos fundamen-
13
tales para ser un docente confiable y eficiente en el siglo XXI: un altísimo despliegue Steven Weinberger (2007), en su fabuloso Everything is miscellaneous, ha balizado
de inteligencia comunicacional, seductora y persuasiva, y una altísima competencia el terreno que va de una cultura de primer orden (taxonomy) a una cultura de tercer
en inteligencia emocional. orden (folksonomy).
14
12
Clay Shirky (2008), en su excepcional Here comes everybody. The power of organizing Henry Jenkins (2006), en su informe para la Fundación MacArthur, enumera las
without organizations, examina en detalle ejemplos llamativos y tendencias no menos citadas competencias del siguiente modo: Juego, Performance, Simulación, Apropia-
establecidas de cuestionamiento de la cultura de los expertos, y de fortalecimiento de ción, Multitasking, Cognición distribuida, Inteligencia colectiva, Juicio, Navegación
las culturas basadas en la sabiduría de las multitudes. transmedial, Networking, Negociación.
Capítulo 1 51 52 Nativos digitales. La insuturable brecha cognitiva...

Las tecnologías digitales en todas sus dimensiones, pero funda- La objeción más común es obviamente que no todo se puede
mentalmente en su dimensión lingüística, de conversaciones en las enseñar de este modo. ¿Cómo podría hacérselo con Cervantes y
que se gestan nuevos mundos de innovación (como nos enseñó hace Shakespeare, con la filosofía clásica y con el Holocausto? No esta-
dos décadas Fernando Flores, 1988), generan nuevos desafíos, inven- mos diciendo que jugar con simulaciones de temas/eventos de esta
tan nuevos formatos y obligan a rediseñar los procesos educativos. magnitud supla el placer, la emoción, la argumentabilidad y la in-
tencionalidad de los procesos de lectura sobre papel. Sólo estamos
Cognición y subjetividad mediáticas diciendo que no hay tópico alguno que no pueda ser emulado bajo
estos nuevos formatos como camino (o como mejor destino que nin-
Estos son los formatos y modos de transacción de la información/ gún destino) en los procesos de aprendizaje.
sentido, que fascinan y seducen a los chicos y adolescentes de hoy Los videojuegos, el uso de Internet y la computación en red son
–a años luz de la transmisión que sigue exigiendo la escuela–. No se nuevos lenguajes (Logan, 2000, 2007). Más allá de lo que decidamos
trata solamente de temas, contenidos o de cuestiones, sino de la for- acerca de la intraducibilidad de los lenguajes, lo cierto es que cae-
ma de abordarlos, y sobre todo de tejerlos con una subjetividad que mos en el mismo error de siempre cuando suponemos que el único
se está bordando de una manera muy diferente de la nuestra.15 lenguaje de la enseñanza es el que monopolizamos durante milenios
Casi nada del currículum tradicional puede vehiculizarse como los inmigrantes digitales: el lápiz y el cuaderno, la tiza y el pizarrón,
otrora (Ferres, 2000). Y, por si eso fuera poco, hay que diseñar uno el papel, las bibliotecas, los diccionarios, las enciclopedias.
nuevo autoorganizado casi desde cero. El desafío es doble: hay que Ha llegado la hora de hablar con fluidez la lengua de los nativos
aprender cosas nuevas, y tenemos que enseñar las cosas viejas de digitales sabiendo (nos duela o no, nos enorgullezcamos o no, lo
un modo nuevo, siendo ambas tareas tremendamente difíciles de disfrutemos o no) que dentro de 20 ó 30 años más quienes les ense-
lograr, quizás lo más desafiante es enseñar lo viejo con ojos nuevos. ñen a nuestros nietos y bisnietos serán también ellos mismos nativos
En todos los terrenos, el uso de las nuevas herramientas permite digitales, y allí otra cosa será el cantar.
y facilita el aprendizaje de cualquier tópico. ¿Cómo es posible que En ese entonces estas discusiones, hoy tan controversiales, serán
un chico que se acuerda de 100 nombres distintos de la colección una mera cuestión abstracta. En el ínterin hay todo un trabajo del tec-
de Pokémon no recuerde más que el nombre de un río o dos y du- noconcepto que hay que poner en marcha y para el cual convocamos
rante un día o dos cuando se le enseña bajo la vieja usanza? tanto a docentes como a alumnos, a directivos, como a investigado-
res, a decisores políticos de primer nivel y a fabricantes de software
y hardware.
15
Sherry Turkle (1984, 1998) fue una de las primeras en jerarquizar estas cuestiones al
inventar la antropología de las prácticas computacionales a principios de los años 80 Nuestra experiencia de cinco años en Educ.ar fue en esa direc-
en su libro pionero El segundo yo. Las computadoras y el espíritu humano. Volvió al ruedo ción y los resultados, si bien no llegaron aún a la escala (como se los
y desplegó una agenda que recién hoy vemos encarnarse masivamente en La vida en
la pantalla, que recogía testimonios logrados hasta mediados de 1995. En el ínterin planteó originalmente en el proyecto OLPC /One Laptop per Child, y
pasaron 14 años y lo que entonces eran intuiciones ahora son realidades hechas y tor- no lograron aún pasar del punto de no retorno), fueron una contri-
cidas (para los inmigrantes digitales, y más que derechas para los nativos digitales).
bución decisiva en esa dirección.
Parte de esos nuevos caminos abiertos están inventariados en las tres recientes com-
pilaciones de Turkle: Evocative objects: things we think with (2007), Falling for science:
objects in mind (2008), así como en The inner history of devices (2008), como parte de los
seminarios de la Iniciativa en Tecnología y el Yo que esta pionera de la antropología
de la computación lidera en el MIT.

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