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N

Guía El itinerario del pobre


La solidaridad de Job
con los que sufren

Texto de estudio: Job 24, 1-17


Texto de apoyo: Job 30,16-31

Diálogo inicial

Compartir las experiencias que cada uno tuvo para


vivir el compromiso asumido en la última reunión. Después,
invocamos la luz del Espíritu Santo para que nos ilumine.

l. Partir de la realidad

Cada vez se ven más mendigos por las calles. Los con­
tratos-basura. la falta de especialización, el paro... ha lleva­
do a muchos de estos hombres y mujeres a la indigencia.
Sin trabajo no pueden pagar la vivienda, el transporte, la
ropa, la comida. Buscan un lugar en las chabolas de los

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barrios marginales, en centros de acogida o en las calles. a) Analiza la estrategia de los ricos para robar a los
Así, forzado por la situación, el pobre comienza un vía cru­ pobres e intenta descubrir las distintas etapas del itinerario
cis que le lleva hasta la degeneración más extrema como del pobre.
persona y que termina en el calvario, sin posibilidades de
b) ¿Cuál es la raíz o la última causa de este robo siste­
escapar de la condena que le impone un sistema más fuerte
mático a los pobres?
que él. Como a Jesús, ¡se le empuja a la cruz!
c) ¿Cuál es el robo más grande que se hace a los
a) Como miembro de la sociedad, ¿qué puesto ocupas pobres? ¿Por qué?
tú en este sistema?
b) Nosotros, cristianos, ¿cómo vivimos y analizamos
2.3. Escuchar el mensaje del texto
este problema? ¿Qué hacemos para ofrecer una solución?
En este lamento de Job hay una frase que te debe
Concluimos esta primera parte con una breie oración o
haber sonado como herética. Él afirma que Dios ya no escu­
un canto.
cha el grito de los moribundos ni el gemido de los heridos.
Leamos de nuevo el texto tratando de prestar atención a los
puntos si�uientes:
n. Estudiar y meditar el texto
a) ¿Qué sentiste en tu interior durante la lectura del
texto?
1. Lectura del texto
b) ¿Cómo se explica esta herejía en el contexto del libro
l. l. Leer el texto Job 24, 1-17
de Job? ¿Es ésta la convicción del autor del libro? ¿Cuál es
1.2. Narrar el texto el objetivo del autor al hacer esta terrible afirmación?
2. Estudio del texto c) ¿Conoces a personas que hoy dicen lo mismo? ¿Siguen
2.1. Ver el texto de cerca creyendo como Job o perdieron la fe?

Algunas traducciones cambian el orden de los versícu-


los. Pero este cambio no altera el sentido. lll. Celebrar la Palabra
a) Procura descubrir en el texto la secuencia del pensa-
miento, que se expresa a través de sus principales divisiones. 1. Compartir las luces que hemos recibido.
2. Rezar el Salmo 88. Es un lamento donde se expresa
b) ¿Qué personas o grupos aparecen en el texto?
el mismo interrogante. Un pobre, probablemente un lepro­
c) ¿Qué hace cada una? so, grita y denuncia la soledad a la que ha sido condenado
2.2. Ver la situación del pueblo por su enfermedad. La palabra con que termina su lamento
es un grito trágico: "Mi compañía son las tinieblas".
En este texto encontramos un análisis lúcido sobre la
sociedad de la época en que se escribió el libro de Job. Vea­ 3. Asumir el compromiso de practicar esta palabra.
mos de cerca la situación del pueblo que en él se transpa­ 4. Resumimos en una frase lo que hemos vivido en este
renta. encuentro.

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Preparar el próximo encuentro

En la próxima reunión vamos a estudiar el Salmo 44:


"Clamor y lamento". La realidad que provoca la crisis de fe.

NOTAS----------------�

Ayuda para la guía

El lamento: una luz en la oscuridad

Leyendo el libro de Job, lo que más impresiona es la


virulencia de su lamento. Job expresa con palabras todo lo
que le viene a la mente, sin ninguna censura. Sólo le preo­
cupa decir lo que su corazón siente y sufre. Los lamentos de
Job cortan el alma de quien los escucha. Hay pasajes donde
nos reconocemos. Verbalizan lo que nos angustia y nos
hace sufrir. Job no tiene miedo de criticar o negar lo que
para otros es santo o sagrado. Por eso, Job incomoda.
Hoy día, en la medida en que aumenta el sufrimiento
del pueblo, aumentan también los lamentos. El lamento es
más que una simple queja o un desahogo. Es el inicio de la
búsqueda de una solución, de una salida en la oscuridad de
la noche. Las lamentaciones bíblicas nos pueden ayudar a
entender mejor en nuestra vida el sentido positivo del
lamento.

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La contradicción que vivimos busca su expresión (Lam 1,20-21). No acaba de descubrir el pecado que merez­
en el lamento ca tanta desgracia (cf. Lam 2,1-11.20).
Sin embargo, a pesar de no comprender la contradic­
Job vive una contradicción de la que desconoce su ori­ ción, el lamento no esconde la realidad. Al contrario, asume
gen y su solución. Empujado por la angustia, no tiene paz la situación cuando dice: "Jerusalén recuerda sus días de
ni sosiego: "Al acostarme digo: ¿cúando será de día? La miseria y angustia, cuando su pueblo sucumbía ante el opre­
noche se me hace interminable y las pesadillas me acosan sor sin que nadie viniera en su ayuda" (Lam 1,7). Recordar
hasta el amanecer" {Job 7,4). Esta contradicción, vivida por literalmente significa "hacer pasar nuevamente (re) por el
Job en lo más profundo de su ser, busca y encuentra su corazón (cor)". El pueblo deja que el sufrimiento pase por
expresión en el lamento. dentro hasta encontrar la palabra que lo exprese y lo clarifi­
En el lamento los pobres ponen su alma ante el Señor, que. El lamento es la expresión y el resultado del coraje de
como Ana en el santuario de Siló. Ella no sigue las normas asumir la oscuridad, la duda, el no saber, la crisis, el sufri­
ortodoxas de la oración: "Ana hablaba para sí; sus labios se miento y la cruz. El lamento le ayuda al pueblo a ponerse en
movían, pero no se oía su voz. Entonces, Elí pensó que esta­ camino de búsqueda, para redescubrir a Dios y a la vida.
ba borracha" (1 Sm 1,13). Por eso, la criticó. Pero Ana tuvo La tercera lamentación es otro ejemplo. Hasta el versícu­
el coraje de decirle: "No, señor, es que soy una mujer des­ lo 16 se resume la contradicción. Imágenes terribles atribu­
graciada. No he bebido vino ni licor; estoy desahogando mi yen a Dios el sufrimiento del pueblo. Dios aparece como
corazón ante el Señor. No tomes a tu sierva por una mujer aquel que nos hace andar en la oscuridad (Lam 3,2); aquel
perdida, pues por el exceso de mi pena y mi dolor he estado que mete el dedo en la herida (Lam 3,3); consume la carne y
hablando hasta ahora" (1 Sm 1, 15-16). quiebra los huesos (Lam 3,4): llena de amargura y sufri­
La primera lamentación de Jeremías es un ejemplo de miento al pueblo {Lam 3,5); entierra y hace habitar en las
lamento. El autor comienza expresando la contradicción tinieblas {Lam 3,6); tapa las salidas y carga con cadenas
que vive el pueblo. {Lam 3,7); acaba con la oración y no oye el grito (Lam 3,8)...
"¡Qué solitaria ha quedado... la que era ciudad populo- Un Dios que mata, persigue, destruye, abandona, tortura ...
sa! (Lam 3,1-16). Ésta es la contradicción que se vive. La conse­
cuencia es el desánimo total que lleva al pueblo a decir: "La
En viuda se ha convertido... la que era grande entre las paz se ha alejado de mí. Ya no sé lo que es la dicha. Pensé:
naciones. Se ha agotado mi fuerza y mi esperanza en el Señor" (Lam
La princesa de las provincias... ha sido reducida a escla­ 3,17-18).
vitud" (Lam 1,1). Pero enseguida, cuando el lamento intenta recordar las
Antes Jerusalén era una "ciudad populosa" ahora es cosas, dice: "Pero hay algo que traigo a la memoria, y me da
soledad. La "primera entre las naciones" ahora es viuda. La esperanza" (Lam 3,21). A pesar de todo el abatimiento, Yavé
"princesa" ahora es "esclava". El autor quiere comprender sigue siendo la fuente de su esperanza (Lam 3,22-42). Sin
esta contradicción, causada por la destrucción de Jerusa­ embargo, después de haber expresado su esperanza, el
lén, pero no lo consigue. El problema supera la capacidad lamento vuelve a hablar de la contradicción que le aflige en
de su entendimiento. Reconoce el error del pueblo (Lam 1,5- su interior. Le dice a Dios: "Airado nos has perseguido, nos
8), pero considera desproporcionado el castigo (Lam 1, 15- has matado sin piedad. Te ocultaste tras las nubes para
17). Acepta el castigo (Lam 1, 18), pero no era para tanto que no llegue a ti la oración" (Lam 3,43-44). Y concluye:

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"Las aguas me cubrían la cabeza, y pensé: estoy perdido" Así, por ejemplo, el recuerdo de las Lamentaciones ayu­
(Lam 3,54). Aun así, invoca el nombre de Yavé para que lo dó al pueblo a encontrar un camino en medio de la oscuri­
libere (Lam 3,55-66). Estos altos y bajos del lamento son dad del Exilio. Tomó conciencia de que debía recomenzar a
contradictorios. No lienen lógica. Pero expresan lo que el ser otro Abrahán, que abandona todo lo que posee sin más
autor vive y siente. apoyo que la fe oscura de que Dios continúa siendo Yavé (cf.
Is 51,1-3). Debe reiniciar todo de nuevo en vista de un nue­
vo Éxodo a través del desierto, de vuelta a su tierra (Is
En el camino se encuentra la luz 43,16-21). Tiene que redescubrir el sentido nuevo de su
misión: ser Siervo y Luz de las naciones (Is 42, 1-9).
Cada lamento verbaliza alguna contradicción que el El lamento no es un tratado doctrinal sobre el sufri­
pueblo no logra entender y que le hace sufrir. Por ejemplo, miento, sino que es la aceptación honesta de la realidad, del
en el lamento de la Guía 6, Job verbaliza la terrible angustia cuestionamiento que viene de los acontecimientos. Deja que
de los pobres que ya no pueden creer en la verdad central los hechos entren, que el sufrimiento hable. RE-CUER- DA.
de la fe: que Dios oye su grito: "Gimen en la ciudad los trata de entender, va en busca de una luz, con todos los
moribundos, piden ayuda los heridos. Pero Dios no oye sus límites inherentes a los acontecimientos y a los ojos que los
quejas" (Job 24,12). contemplan.
Pero la falta de visión que expresa el lamento tiene su El lamento representa una ruptura. La continuidad
causa. En el caso de los pobres del libro de Job, lo que les entre el antes y el después se da en la persona que se
impide distinguir es el hecho de tener los ojos puestos en la lamenta. Ella pasa de un lado a otro, llevando consigo, a
visión tradicional sobre la justicia de Dios, representada en través del túnel oscuro de la búsqueda, la vida, la esperan­
los tres amigos. Como los discípulos de Emaús, no saben za, la fe, el pueblo, la tradición. Lo positivo del lamento es
situar la cruz en el proyecto de Dios y se pierden: Nosotros que, gracias a él, el pueblo acepta y asume el proceso de
esperábamos, pero... (Le 24.21). La ideología dominante les búsqueda.
impedía ver.
El libro de Job es un ejemplo de esta búsqueda hones­
En la mente y en los ojos del autor del lamento, está casi ta y dolorosa. Es un marco en la curva de la historia. Aban­
siempre la visión de la ideología dominante. Pero en su cora­ dona la certeza tranquila que venía de la tradición de los
zón está naciendo una visión nueva, que procede de la expe­ tres amigos, pero que estaba en contradicción con la reali­
riencia sufriente. Sin embargo, esta nueva visión todavía no dad. Acepta el desafio de no saber y la critica de los que
ha encontrado las palabras para expresarse, ni el raciocinio saben. Pero no vuelve atrás porque sabe que Dios es siem­
para comunicarse. Por ahora es tan sólo un lamento, un gri­ pre mayor. Este proceso es purificador, liberador y transfor­
to de protesta. mador.
En el lamento, el autor rompe con un modo de pensar.
Pero no tiene la clarividencia para aportar algo nuevo. Tiene
el coraje de abandonar certezas que la dura realidad pone en
duda. Abandona lo establecido: deja lo cierto por lo incierto,
lo seguro por lo inseguro, lo conocido por lo desconocido. A
pesar de la oscuridad y del no saber, espera encontrar la luz
más allá de la contradicción. ¡Y la luz aparece!

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