Poema La refalosa de Hilario Ascasubi me remitió esa canción, Mira gaucho salvajón que no pierdo la esperanza le mando en contestación y no es chanza de hacerte probar que cosa estas coplas y un matambre. es «Tin Tin y Refalosa» Mirá, trompeta rosín: ahora te diré como es: escuchá y no te asustés si sos capaz de agarrarme, que para ustedes es canto más triste que viernes santo a gusto dejo tocarme Unitario que agarramos lo estiramos o paradito nomás tu Refalosa y tin tin. lo agarran los compañeros Pero, si no te das maña, por supuesto, mazorqueros y ligao con maniador doblado cuando te topés conmigo, ya queda coco con codo y desnudito ante todo sin tanta bulla te digo ¡Salvajón! Aquí empieza su aflicción que has de largar ¡una entraña! luego después a los pieses Siendo así, no hablemos más, un sobeo en tres dobleces se le atraca seguí con tu refalosa: y queda como una estaca lindamente asigurao, pero al fin... ¿no será cosa y parao lo tenemos clamoriando y como medio chanceando que te las prienda de atrás? lo pinchamos y lo que grita Porque ya los mashorqueros cantamos «la refalosa y tin tin», sin violín. muy fiero han mostrao la hilacha; Pero seguimos al son y si uno se les agacha de la vaina del latón que asentamos el cuchillo y le salen como parejeros. tantiamos con las uñas el Con que, será hasta después: cogote. ¡Brinca el salvaje vilote y aunque roncás y me gruñes, que da risa! ............... dale memorias a Núñez Finalmente: cuando creemos conveniente, si por fortuna lo ves. después que nos divertimos grandemente, decimos que al salvaje JACINTO CIELO el resuello se le ataje; y a derecha lo agarra uno de las mechas mientras otro lo sujeta como a potr de las patas que si se mueve es a gatas Entretanto nos clama por cuanto santo tiene el cielo; pero ahí nomás por consuelo a su queja abajito de la oreja con un puñal bien templao y afilao que se llama quita penas le atravesamos las venas del pescuezo ¿Y que se le hace con eso? larga sangre que es un gusto, y del susto entra revolver los ojos ............... ¡Que jarana! Nos reímos de buena gana y muy mucho al ver que hasta les da chucho; y entonces lo desatamos y soltamos; y lo sabemos parar para verlo refalar ¡en la sangre! hasta que le da calambre y se cai a patalear, y a temblar muy fiero, hasta que se estira el salvaje; y lo que espira le sacamos una lonja que apreciamos el sobarla y de manea gastarla De ahí se le cortan las orejas, barba, patillas y cejas; y pelao lo dejamos arumbao, para que engorde algún chanco, o carancho. ............... Con que ya ves, Salvajón Nadita te ha de pasar Después de hacerte gritar ¡Viva la Federación!