Está en la página 1de 22

Abstract/ sinopsis

Desde sus orígenes hasta la actualidad, las residencias artísticas se han cimentado como uno de los

elementos clave del campo artístico contemporáneo a nivel mundial. En el caso puntual de la Argentina, la

historia de éstas se remonta a finales de la década de los noventa y llega hasta el presente con más de 40

residencias en funcionamiento a lo largo del país. Frente a la forzada interrupción de actividades a raíz de

la pandemia del COVID-19, desarrollaron estrategias de trabajo y análisis interno que dieron lugar a la

posibilidad de tender vínculos, trabajar en red y poder identificar los principales desafíos a los que se

enfrentan. De esta forma, las proyecciones a futuro de las residencias de la Argentina abren nuevas

posibilidades en el campo cultural nacional.

Palabras clave: Residencia de Artistas; Campo Artístico; Arte Contemporáneo; Gestión Cultural; Argentina;

COVID-19

Abstract

From their origins to the present time, artistic residencies have been cemented as one of the key elements

of the contemporary artistic field worldwide. In the specific case of Argentina, their history dates back to

the late nineties and reaches the present time with more than 40 residencies in operation throughout the

country. Faced with the forced interruption of activities as a result of the COVID-19 pandemic, artistic

residencies developed work strategies and internal analyses that gave rise to the possibility of establishing

links, networking and being able to identify the main challenges they face. In this way, the future projections

of residencies in Argentina open up new possibilities in the national cultural field.

Keywords: Artistic residencies; artistic field; contemporaneous art; cultural management; Argentina;

COVID-19.

1
Desarrollo

La decisión de investigar el campo de las residencias artísticas de Argentina surgió de

nuestro interés colectivo en este tipo de espacios, combinado con la falta de información

disponible y difusión de las mismas a la que nos enfrentamos al momento de iniciar el proyecto

en 2019. Con la llegada de la pandemia del COVID-19 en 2020, nuestras expectativas rápidamente

se transformaron al encontrarnos con un segmento del campo cultural local completamente

paralizado, ya que la movilidad y la presencialidad son centrales para el funcionamiento de una

residencia. Sin embargo, sucedió algo distinto: como contracara del párate forzado de la

actividad, las residencias se encontraron con el tiempo y espacio suficientes para poner la mirada

en su funcionamiento interno, y sobre todo en tender vínculos y trabajar en red. De esta forma,

con el nacimiento de la Red de residencias Quincho y los posibles futuros que llegaron, la crisis

del 2020 se convirtió en una oportunidad para las residencias artísticas de Argentina. La

metodología de estudio que utilizamos fue el análisis de bibliografía especializada, y un trabajo

de campo que consistió en entrevistar a 41 residencias nacionales con preguntas comunes en

torno a cuatro ejes: Características de la residencia, Vínculo con Argentina/Buenos Aires, Vínculos

internacionales y plataformas, Panorama COVID y futuro.

Volver al inicio. Retornar a los cimientos

Para dar comienzo a nuestra investigación, partiremos de una definición de residencia de

arte: “Las residencias hoy forman un sedimento global de organizaciones y estudios flexibles,

semi públicos y semi privados, donde artistas y profesionales de las artes pueden viajar, trabajar

2
y vivir durante periodos de tiempo en comunidades temporarias junto a otros artistas y

profesionales de las artes” (Elfving, Kokko y Gielen, 2019, p. 12). Aunque es importante recordar

que la definición no es cerrada debido a la naturaleza mutable del campo de las residencias

(Resartis, s.f.), la función fundamental de las residencias es el apoyo al desarrollo artístico, la

provisión de un tiempo y espacio para la producción, investigación y reflexión artística. La

relevancia de estas estructuras dentro del campo del arte está ligada a su rol como centros de

colaboración intercultural, experimentación, investigación y también como instituciones clave en

el desarrollo de la carrera profesional de los artistas contemporáneos (Elfving, Kokko y Gielen,

2019, p. 10).

Aunque no hay una historia de las residencias muy clara desde la investigación formal,

podemos rastrear sus orígenes en estructuras similares como fueron las colonias de artistas de

finales del s. XIX en Europa y Norteamérica. Distintos tipos de estructuras con estas características

principales estuvieron en funcionamiento durante el siglo XX, respondiendo a los cambios socio-

políticos mundiales que sucedieron durante estos años. A partir de la década del ’80 las

residencias de artistas se expandieron por el planeta dejando de ser una estructura de occidente,

gracias a la incorporación del arte en políticas urbanas a nivel global (Óp. Cit., p. 15-18). Este

proceso continuó durante la década del ’90 y los años 2000, lapso durante el cual las residencias

se convirtieron en organizaciones clave dentro del ecosistema artístico: estas “funcionan cada

vez más como catalizadores en la escena del arte contemporáneo local y se han vuelto

indispensables para conectar la escena local con el mundo del arte global” (Unión Europea, 2014,

p. 69). Al modificarse las formas de hacer arte y ser artista, las residencias respondieron

modificando sus estructuras para llegar al modelo completamente heterogéneo, flexible y

3
adaptable que utilizan hoy.

El carácter nómade del artista contemporáneo, combinado con la facilidad actual para

viajar, con el fenómeno de globalización y con la necesidad de generar espacios de intercambio y

puesta en común de conocimientos y temas de interés de los actores del campo artístico

contribuyen también a explicar la expansión y popularización de las residencias durante los

últimos años (Transartis, s.f.). Nos encontramos con una sociedad cada vez más global, sin

identidad fija, maleable y voluble, frente a la cual el individuo debe atravesar un proceso de

adaptación e integración, inventando y reinventando su identidad para sobrevivir, en aquella

‘Modernidad líquida’ de Bauman (1999). Estas identidades en construcción nos hacen cada vez

más dependientes del otro, y dentro de este contexto, las residencias de artistas surgieron para

actuar como un campo identitario que no solo integra al artista dentro de un grupo, sino que su

experiencia contribuye a formar su propia identidad artística. Tienen la particularidad de

permitirle a los artistas el desarrollo de medios y herramientas para adaptarse a los cambios del

campo y poder perpetuar su actividad en la sociedad contemporánea. Actualmente las

residencias de artistas establecen lazos de cooperación internacional, reciben apoyos de fondos

privados y públicos, y han refinado sus estándares de calidad y procesos de selección (Unión

Europea, 2014. pág. 69). El número de residencias de artistas en funcionamiento a nivel global en

la actualidad supera las 500 según la plataforma Rivet (que reúne a 538 residencias); según

Transartis el número de residencias artísticas llega a ser de 764, lo que confirma la importancia

de estas instituciones en el panorama cultural contemporáneo.

En el caso de Argentina, la historia de las residencias es particular y más reciente que

4
aquella de las residencias en Europa. Como establecimos previamente, estas estructuras nacieron

y se adaptaron a las necesidades de los artistas, del campo artístico y de las prácticas

contemporáneas sin estar aislados de diversas cuestiones socio-políticas a nivel mundial y

regional, cuestión que se replica en el caso del nacimiento de estas instituciones a nivel local. Para

comprender la gestación de estas estructuras en el campo local es necesario tener en cuenta que

fueron creadas en un contexto histórico distinto al actual. No debe ser observado como un hecho

aislado, sino como un punto clave dentro de la evolución artística nacional, que también implica

la asimilación a nivel local de formas de producción y creación internacionales, la construcción de

vínculos de diálogo e intercambio entre actores internacionales y locales, y la complejización del

campo artístico argentino.

Los orígenes de las residencias argentinas se encuentran hacia finales de la década del

‘90. La primera de la que existe registro es Casa 13. Fue creada en el interior de Córdoba en 1993.

Surgió como resultado de la necesidad de un grupo de artistas de contar con un espacio-tiempo

nuevo, con un colectivo de trabajo para desarrollar su arte y con un lugar de experimentación

artística, intercambio y diálogo. La residencia nació dentro del contexto de la Argentina de la

década del ’90 durante la que las políticas de estado, en lo concerniente a cultura y su apoyo,

fueron escasas, dando paso a la desestatización del sector cultural de la mano del apoyo

financiero a proyectos artísticos por parte de entidades privadas diversas y del surgimiento de

proyectos alternativos ligados al “under” de la década anterior (Usubiaga, 2011, pág. 64).

Esta residencia es el único antecedente nacional de este tipo de organización durante la

década del ’90; realmente estas estructuras se comenzaron a posicionar en Argentina durante la

5
década del 2000 a la par de otras instituciones como museos de arte contemporáneo, centros de

encuentro y de exposiciones, además de formas de trabajo colectivas e iniciativas de trabajo en

red, proceso que ocurrió en paralelo en muchas otras ciudades latinoamericanas y tuvo que ver

con la creación de un nuevo circuito de organización de las artes. Como explica Andrea Giunta en

el libro Poéticas Contemporáneas (2011), las residencias “crearon una dinámica que se entrelaza

con la del mundo del arte internacional en términos de itinerancia”. Este florecimiento de

instituciones y organizaciones de arte contemporáneo dentro del marco de la crisis económica y

social del 2001 en el país no es casual: estas estuvieron insertas dentro del proceso de

gentrificación y reestructuración de las ciudades, modificando los recorridos para llegar a zonas

que antes no estaban vinculadas al arte y generar nuevos espacios de encuentro saliendo de la

hegemonía de las galerías de arte (Óp. Cit., pág. 22). En palabras de la artista Tamara Stuby, quien

fue una de las directoras de otra de las residencias históricas de Argentina, el Basilisco (2004-

2009), “la intención fue generar un espacio que no repitiera la misma dinámica de las galerías ni

de las escuelas ni de los eventos masivos” (Stuby, 2012, pág. 7). En esa línea, el proyecto Basilisco

por ejemplo, nació de la necesidad de establecer un diálogo directo y de primera mano con

culturas ajenas, tanto regionales como internacionales, para poder trabajar en el contexto del

país en toda su complejidad y superar las barreras de prejuicios y estereotipos a nivel global. Esta

vacancia en el campo artístico local que marcan los creadores de El Basilisco es la que

paulatinamente se fue cubriendo durante la década del 2000 con la creación de residencias que

actualmente se encuentran en funcionamiento con la mayor trayectoria a nivel nacional. En la

provincia de Buenos Aires, URRA (Tigre, 2003), ‘ace (CABA, 2005), Residencia Corazón (La Plata,

2006), Zona Imaginaria (Victoria, 2008), Centro Rural de Arte (Cazón, 2008), La Paternal (CABA,

6
2009) y Vuestra Merced (Mar del Plata, 2009). En paralelo, también se crearon residencias

itinerantes como MÓVIL (2009) y a lo largo del país: Fundación Inti Main – Ud. Está Aquí (Tierra

del Fuego, 2005), Demolición/Construcción (Córdoba, 2007) y Aguas Antiguas (Córdoba, 2008).

En adición a las ya mencionadas se encuentra El Levante (Rosario, Santa Fé, 2003), RIAA (Ostende,

Buenos Aires, 2006) y ResidenCIA (CABA, 2009), residencias que actualmente no se encuentran

en funcionamiento. Así, vemos que de las quince residencias creadas en el país durante la primera

década del 2000, once continúan activas.

El crecimiento de este tipo de estructuras continuó en aumento constante desde 2010

hasta llegar al 2021, con 46 residencias creadas de las cuales 38 continúan activas (4 de ellas

esperan inaugurar sus programas de residencia durante el 2021). Así llegamos a la actualidad,

donde 49 residencias se encuentran activas a lo largo del país. Para poder analizar el estado actual

de las residencias en Argentina y reconstruir su rol dentro del campo artístico-cultural,

entrevistamos a 41 de ellas: URRA, ‘ace, Ud. Está Aquí (Fundación Inti Main), Residencia Corazón,

Demolición/Construcción, Zona Imaginaria, Aguas Antiguas, Móvil, La Paternal Espacio Proyecto,

Vuestra Merced, La Ira de Dios, Mundo Dios, Proyecto Yungas, Casa Suiza, Curadora, Proyecto

PAC, La Flecha, La Rural, Manta, Barda del Desierto, R.A.R.O., Crudo, Casa de Piedra, Casa

Intermitente, La Arte, Residencia Comunitaria, THIGRA, Wabi Sabi, Intemperie – Plataforma

Nómade de Arte Contemporáneo, Isla Invisible, Raíces, Residencia Epecuén, Tribu de Trueno,

Underpressure, Boca de Fuego – Munar, BROTA, Alberdi Residencia, Ruido Blanco Residencia,

LUOGO Residencia, Nube – Púrpura Proyecto y Laboratorio Isla Victoria.

7
Panorama contemporáneo

Actualmente, las residencias en Argentina se han expandido hasta llegar a sumar un total

de 49 en funcionamiento distribuidas a lo largo de todo el país, con la mitad de ellas (25)

concentradas en la Provincia de Buenos Aires y las 24 restantes situadas por un lado en Córdoba,

Santa Fé, Entre Ríos, Tierra del Fuego, Tucumán, Neuquén, Río Negro, Catamarca, Salta y

Misiones, y por el otro sin sede fija, funcionando como proyectos nómade.

El gráfico refleja la distribución territorial de las residencias que se encuentran activas en la actualidad a lo largo del país

Estas son concebidas como sitios donde impera la interdisciplina. Su entramado lo

constituye una red de diálogos institucionales e informales con la escena nacional. Presentan

estructuras, modelos y propuestas muy diversas, pero no obstante comparten un objetivo común

que implica ofrecer un tiempo y espacio para que el artista pueda desarrollar su proyecto. En

8
general se trata de estructuras sostenidas por un equipo fijo reducido de entre 1 y 5 personas, a

lo que se suma la participación de colaboradores externos para tareas puntuales o en momentos

de mayor actividad.

Algunas abren su convocatoria a artistas visuales exclusivamente (Boca de Fuego por

ejemplo), mientras que otras también convocan a otros actores del campo del arte como

curadores, investigadores (Proyecto PAC, Manta). Muchas de ellas son llevadas adelante por

artistas-gestores (como fue el caso de Basilisco y RIAA, y sucede actualmente con Curadora, ‘ace,

Boca de Fuego, Brota, Crudo, Casa Intermitente, Intemperie, La Flecha, La Ira de Dios, RARO,

Thigra, Tribu de Trueno, Vuestra Merced y Casa de Piedra). Muchos de los directores de actuales

residencias realizaron residencias artísticas previas a lo largo de su carrera (como es el caso de

Ruido Blanco, BROTA RESIDENCY, ‘ace, Curadora, Manta y más). La mayoría de los proyectos

establecen diálogos, vínculos, intercambios con otras residencias del país, con museos, centros

culturales, universidades, galerías y

más proyectos a nivel local, provincial,

nacional e incluso internacional,

tendiendo redes que traspasan los

límites territoriales y que unifican a los

distintos integrantes del entramado

cultural.

9
Los gráficos reflejan cuantas residencias mantienen diálogos y vínculos tanto con otras residencias del país como con otras
instituciones culturales (entre ellas museos, universidades, centros culturales, galerías y otros) entre aquellas que entrevistamos

Como queda en evidencia al observar el número, diversidad y longevidad de los distintos

proyectos de residencia, las residencias de arte constituyen un elemento indispensable dentro del

ecosistema artístico y cultural del país. Sin embargo, las dificultades que enfrentan a la hora de

gestionar y sostener los proyectos a lo largo del tiempo son múltiples y se entrelazan, girando en

torno a cuestiones sobre financiamiento, reconocimiento del Estado y políticas públicas referentes

a las residencias.

El punto de partida puede ubicarse en la falta de comprensión sobre el formato de

residencia de arte, y sobre aquello que la diferencia de otras estructuras como son las

universidades, las clínicas de artista, los talleres o los cursos. Como mencionamos previamente,

la historia de las residencias en Argentina no tiene una antigüedad mayor a 20 años, y al día de

hoy es difícil acceder a información tanto sobre las que están en funcionamiento como aquellas

10
que no se encuentran activas. Todas enfrentan una dificultad de visibilización y reconocimiento

sobre la trayectoria, variedad y riqueza de proyectos actuales existentes en el país.

Por otra parte, es significativa la falta de una estructura legal o forma de personería jurídica

adecuada que se ajuste al tipo de estructura particular que poseen las residencias, lo que genera

dificultades diversas como la de establecer relaciones con el Estado y la de acceso a determinados

fondos y subsidios que requieren de una estructura legal para poder solicitarlos. También genera

un gran problema al momento de causar un reconocimiento por parte del Estado y una línea de

fondos/subsidios específica para las residencias, ya que no existe en Argentina una categoría de

Residencias de Arte. Esta es la principal dificultad destacada por las residencias entrevistadas. Con

respecto a los formatos adoptados, entre las residencias con las que establecimos contacto, 16

manifestaron no contar con personería jurídica sino que se manejan con el formato de

monotributo u otros. Como ejemplo mencionamos a Demolición/Construcción que tuvo una

experiencia con la estructura de fundación sin fines de lucro pero la abandonó por la burocracia y

los costos que implicaba, o Residencia Corazón que

adoptó la forma de Asociación Civil, la cual dejaron

ya que resultaba falso y no compatible con la

estructura de una residencia de arte.

El gráfico refleja la cantidad de residencias dentro de las que


entrevistamos que cuentan con personería jurídica y la cantidad
que no cuentan con ella

11
De la mano de la falta de reconocimiento y comprensión de la estructura específica de

residencias viene el problema de la relación entre estas y el Estado, en todos sus niveles. La

ausencia de políticas públicas y de financiamiento estatal es otra de las principales dificultades

que enfrentan estas organizaciones en el país. El apoyo, reconocimiento y aval por parte de los

distintos niveles de gobierno es intermitente, variando en cada caso en particular y dejando en

evidencia que no responde a una política clara en relación a estas estructuras. Hablando sobre un

encuentro reciente con un organismo estatal a raíz de la creación de la Red de residencias Quincho

(sobre la que hablaremos más adelante), la residencia Epecuén comentó un dato que ilustra esta

invisibilización de la cual hablamos: “Cuando nos juntamos con la Dirección de Formación, lo

primero que nos dijeron fue que no sabían qué había tantas residencias”. (E. Saubidet, entrevista

virtual, 18 de noviembre de 2020).

Como sucede con la mayoría de los proyectos independientes en Argentina, la falta de

fondos y de financiamiento, tanto de tipo intermitente como estable, genera una gran dificultad.

La mayor parte de los proyectos combinan diversas fuentes de financiamiento para poder

sostener su actividad; las principales son las becas, fondos y subsidios (utilizados por 20

residencias), tarifas de los artistas (por 19 residencias), convenios de distintos tipos con el

gobierno (7), convenios con organizaciones internacionales (7), financiamiento por parte del

sector privado nacional (4), sponsors (3), y rentas por alquiler del espacio físico de la residencia

(2). Las residencias se encuentran ante la imposibilidad de planificar a mediano y largo plazo

debido a la falta de estabilidad a causa de esto, agravado por la falta de estabilidad general del

país. No es irrelevante aclarar que por su propia naturaleza, las residencias de arte requieren de

una cierta flexibilidad para poder funcionar adaptándose a las distintas circunstancias que

12
enfrentan, algunas con las que mantuvimos diálogo destacaron esta cuestión, pero esto no quita

que el problema de la inestabilidad y falta de financiamiento sean las principales cuestiones que

salieron a colación al momento de analizar las dificultades que enfrentan en el panorama nacional.

El gráfico refleja las fuentes de financiamiento utilizadas por las residencias que entrevistamos

El testimonio de El Basilisco es útil para comprender en qué consistía el financiamiento

del gobierno y de entidades privadas a las residencias artística en sus primeros años de historia:

“Cuando comenzamos a buscar apoyo de instituciones locales en el año 2003, primero había que
explicar la idea de una residencia de artistas y justificar la necesidad y los beneficios a largo plazo
para toda la comunidad de un proyecto de esas características, y sólo entonces pudimos solicitar
el financiamiento para hacerlo. (Pero nada es tan constante como el cambio, y hoy las residencias
son consideradas una línea esencial para cualquier currículum y el proceso se ha vuelto un nuevo
objeto de deseo.) Una vez que logramos que una institución local respondiera con entusiasmo a
la propuesta (Fundación Proa), otras se sumaron con más confianza. Aprendimos mucho en el

13
camino que transitamos hacia la “legitimación” del proyecto en el ámbito local, tal vez porque no
hubo un modelo preexistente a seguir”. (Stuby, 2012, Pág. 14).

Siguiendo la línea que plantea Stuby (2012), es importante mencionar que desde 2016, el

Ministerio de Cultura de la Nación lleva adelante el programa BECAR, Programa de Cooperación

para la Formación, Investigación y Creación Artística que apoya la movilidad internacional de

artistas y profesionales de la cultura para que se capaciten o realicen proyectos artísticos en el

extranjero. Sin embargo, este programa no funciona como fuente de financiamiento directo o

indirecto para las residencias argentinas (BECAR, s.f.). Así podemos ver que aquellas residencias

que lograron establecer un diálogo y apoyo directo del sector público, como Basilisco, son

excepciones y no la regla, ya que aún no existe una línea de financiamiento específica para las

residencias artísticas, tanto de parte del Fondo Nacional de las Artes como de parte del Ministerio

de Cultura de la Nación, ni políticas de apoyo específicas para el sector de las residencias de arte.

2020: COVID-19 y futuros posibles

El 2020 trajo consigo un gran desafío no solo para el sector cultural, sino para el mundo

entero: la pandemia del COVID-19. Esta se impuso como una situación inesperada para todos.

Frente a un estado de emergencia globalizado, en donde se deben resolver los problemas

sanitarios urgentes antes de pensar nuevamente en la movilidad cultural, todas las instituciones

culturales se vieron forzadas a cerrar sus puertas durante la mayor parte del año. En el caso

puntual de las residencias, si tenemos en cuenta que el formato de residencia virtual es muy

nuevo en el mundo y hasta el momento de la pandemia no había ninguna residencia en el

territorio que respondiera a este formato y al depender completamente de la movilidad de los

14
artistas, las residencias argentinas vieron sus actividades alteradas radicalmente. A pesar de que

7 de ellas recibieron a artistas durante los primeros meses del año antes del comienzo de la

limitación a la circulación, solamente 3 pudieron continuar con la residencia de aquellos artistas

que ya se encontraban allí -Boca de Fuego, Casa Suiza y Brota Residency- y 2 realizaron programas

de residencias para artistas locales (Intemperie y Urra). Además, 20 residencias se vieron forzadas

a cancelar sus programas para el 2020, y 10 cesaron sus actividades por completo durante todo

el año.

La respuesta más popular fue la generación de propuestas alternativas online: 22 residencias

organizaron muestras, seminarios, clases online, cursos, talleres, archivos online, fanzines y

páginas web. Mientras tanto, otras residencias se volcaron a actividades diferentes como

consultorías, venta de obras, programas de seguimiento de artistas, préstamos de libros, clases

de yoga y cursos de generación, creación y presupuestos para proyectos culturales. Es notable

como la vertiente digital tuvo un rol destacado frente al panorama 2020, sin embargo hubo 12

residencias que no elaboraron ningún tipo de experiencia virtual. Aunque 2 residencias, ‘ace y

Barda del Desierto, generaron residencias virtuales, 7 especificaron que es fundamental la

presencia física para la realización de los programas. La conclusión tentativa apunta a que aunque

la virtualidad puede proveer de herramientas útiles al momento de generar actividades

complementarias, facilitar el trabajo a la distancia, la difusión de los proyectos y el fortalecer

redes con otras partes del mundo, domina una imposibilidad de migrar el formato de residencia

a un formato virtual.

15
Los gráficos reflejan la cantidad de residencias que generaron experiencias alternativas online durante el 2020, y de qué
tipo de experiencias se trataron

A pesar de las enormes dificultades planteadas, el 2020 estuvo lejos de tratarse de un año

perdido: la crisis se perfiló como una oportunidad para las residencias de arte de argentinas.

Fueron meses de intenso trabajo interno, reestructuración y organización, cuestiones para las

cuales varios proyectos mencionaron no tener tiempo debido a la actividad constante y

exhaustiva que genera la autogestión con todas sus dificultades en el ámbito local. Por parte del

Estado, a través del Ministerio de Cultura de la Nación lanzó un plan de financiamiento específico

para afrontar la crisis a raíz de la pandemia, el Fondo Desarrollar, para los espacios y proyectos

culturales del país, aunque no incorporó una línea específica para las residencias de arte.

Un punto clave que abrió la puerta a la oportunidad fue la creación de la Red de Residencias

Quincho, destacado por Alberdi Residencia, La Ira de Dios y Residencia Corazón como el gran

proyecto del 2020. Esta agrupación sigue el antecedente de Meridiano, la cámara de galerías del

país que está en funcionamiento desde 2016, y de la Red Argentina de Museos y Espacios de Arte,

la Red Bonaerense Junta y la red Cuero, todas nacidas durante el 2020. Esta asociación refleja la

16
paulatina organización y consolidación del campo cultural argentino, y ve a las residencias de arte

tomar su sitio. Hubo algunos intentos de agrupación previos, pero antes de la pausa obligada a

las actividades diarias por parte del COVID-19 las distintas residencias no habían logrado

encontrar el tiempo y espacio para sostener una vinculación de este estilo.

Entre los objetivos de Red Quincho se encuentran el lograr el reconocimiento de la categoría

de residencia y la visibilidad de los distintos proyectos que la integran, promover políticas de

reconocimiento del sector y financiación de los programas y artistas, fomentar el intercambio y

la movilidad, y generar espacios de diálogo y cooperación entre gestores. Otra cuestión que

buscan impulsar es el diálogo con el Estado de forma directa para poder gestionar temas como

permisos especiales, visas y protocolos para poder reanudar la actividad presencial lo antes

posible. Los beneficios de la creación de esta red que las residencias destacan incluyen el trabajo

colectivo y el pensar estrategias en conjunto, la importancia del intercambio, el censo o mapeo

de los proyectos del país y la divulgación de los mismos, y la importancia de la vinculación y

respuesta por parte del Estado. Otros beneficios también destacados son la fuerza de la unión

grupal, la obtención del reconocimiento de la categoría de residencia, la visibilidad, el registro de

la historia y prácticas de las residencias, la horizontalidad y transparencia para buscar fondos, el

establecimiento de protocolos y el fomento del federalismo. Tanto estos objetivos, como los

beneficios y los distintos tipos de proyectos, dan cuenta de la posibilidad que se abre de la mano

de la creación de Red Quincho para enfrentar aquellos problemas que dificultan el accionar de

las residencias y que no podrían haber nacido si no hubiera sucedido el párate obligado a raíz de

la pandemia.

17
Proyecciones para el 2021

Al momento de mirar el futuro, las proyecciones de las residencias son muy similares:

predomina la incertidumbre, ya que la pandemia aún continúa y no hay una respuesta sobre

cuándo se podrá retomar la actividad regular; 10 de las residencias piensan el 2021 día a día,

evaluando la situación constantemente y sin planes ni a medio ni a largo plazo; 5 residencias

apuestan a la movilidad nacional para sus proyectos a partir de las gestiones que está realizando

la Red Quincho, tanto para generar protocolos que permitan la reactivación de la actividad como

para la gestión e implementación de un proyecto de circulación nacional conjunto entre las

residencias miembro generando un frente de convocatoria colectivo. Aunque algunas ven el

futuro de las residencias muy complicado, otras ya cuentan con planes para el 2021, ya sea de

potenciales programas de residencia como de otro tipo de actividades, sea investigación o foco

en otros proyectos como vertientes comerciales de galería. Las alianzas y vínculos con otros

proyectos o instituciones también son protagonistas en las proyecciones a futuro, tanto dentro

como fuera del marco de la Red. Con respecto a la virtualidad, fue una gran aliada durante el año

que finalizó, y una novedad para la mayoría de los proyectos ya que sólo 5 habían tenido este tipo

de ensayos previos a la pandemia. Sin embargo, la experiencia física sigue siendo considerada

como fundamental por 7 de ellas. Las palabras de J. E. Manfredi de la residencia Aguas Antiguas

son contundentes: “será presencial o no será” (J.E. Manfredi, entrevista virtual, 11 de noviembre

de 2020).

18
Conclusión

No quedan dudas sobre la importancia de las residencias de arte para el ecosistema

artístico-cultural tanto local como internacional; centrar la atención en estas es clave para poder

comprender el panorama contemporáneo. La pandemia desestabilizó la actividad de estas

organizaciones en el país, forzándolas a suspender o cancelar su programación presencial y a

buscar la forma de repensarse para no desaparecer. A pesar de la inadecuación de las residencias

virtuales, al considerarlas contra intuitivas al fin que persiguen, durante el 2020 la virtualidad se

convirtió en el vehículo necesario para mantenerlas activas. A la par de estas alternativas,

comenzó un proceso de análisis interno y trabajo en red que formalizó los vínculos entre

residencias y que permitió identificar las debilidades estructurales del campo de las residencias

en el país para poder comenzar a construir soluciones. De esta forma, el tiempo de inactividad se

transformó en un tiempo de revisión y reinvención necesario para abrir posibilidades en el campo

cultural nacional.

19
Referencias bibliográficas

AA.VV., 2010. Poéticas Contemporáneas. Itinerarios en las artes visuales en la Argentina de los

90 al 2010. Buenos Aires: FNA, Argentina.

Bauman, Z., 1999. La modernidad líquida. (ed. 2003) México, Fondo de Cultura Económica de

España.

Bevilacqua, V., 2019. Away / a way: artistic mobility and the politics of inclusion in the Art residency

culture. The SOAS Journal of Postgraduate Research, Vol. 12 (2018-19). Tomado de:

https://www.soas.ac.uk/doctoralschool/rsa/journalofgraduateresearch/edition-12/file14781

9.pdf

Elfving, T., Kokko, I., y Gielen, P., 2019. Contemporary Art Residencies. Reclaiming Time and

Space.

Guinta, A., 2011. Arte y Biopolítica. En AA.VV, Poéticas contemporáneas: itinerarios en las artes

visuales en la Argentina de los 90 al 2010. Buenos Aires, Fondo Nacional de las Artes, 2011

Transartis, s.f. Artist-in-Residence History. Tomado de: https://www.transartists.org/residency-

history

Usubiaga, V., 2011. Institución y acción en el campo artístico contemporáneo en Argentina. En

AA.VV, Poéticas contemporáneas: itinerarios en las artes visuales en la Argentina de los 90 al

2010. Buenos Aires, Fondo Nacional de las Artes, 2011

Unión Europea, 2014. Manual de Políticas de Residencias de Artistas. Tomado de:

https://ec.europa.eu/assets/eac/culture/policy/cultural-creative-industries/documents/artis

ts-residencies_en.pdf

20
Stuby, T., 2012. El Basilisco. Buenos Aires, Argentina. Tomado de:

http://www.elbasilisco.com/el_basilisco_libro.pdf

21

También podría gustarte