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Rev. Febrero 2021

Autor:
Olga Blanco

El Liderazgo en la Actualidad

Introducción

Desarrollar nuestras competencias de liderazgo

En esta lectura profundizaremos en el importante papel que la figura del


liderazgo desempeña dentro del entorno organizacional.

El liderazgo se define como el conjunto de habilidades y competencias directivas


de las que una persona dispone para influir en la forma de ser o actuar de los
miembros de su equipo y lograr que todos avancen juntos en el logro de un
objetivo común. Quien ejerce el liderazgo se conoce como líder.
La labor del líder consiste en establecer una meta y conseguir que los miembros
de su equipo deseen alcanzarla y trabajen para ello. El liderazgo es una habilidad
fundamental para que los gestores del mundo empresarial logren sacar adelante
las empresas u organizaciones.

En la actualidad el líder ha de ejercer como creador de espacios de crecimiento


para las personas que componen su equipo, en un entorno de responsabilidad y
compromiso por parte de todos los miembros de la organización. La
optimización de la productividad y la consecución de resultados han dejado de
ser el fin último del líder, que hoy en día se encarga de implementar medidas
orientadas a las personas que hacen funcionar el equipo.

El líder nace pero también se hace, lo cual requiere que se trabajen áreas como el
desarrollo personal, las competencias sociales y las técnicas de gestión de
personas o equipos. Un líder debe ser emocionalmente inteligente: para liderar
de manera óptima personas y equipos, en primer lugar es preciso liderarse a uno
mismo.
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La actitud de un líder siempre debe ser proactiva. El líder llevará la iniciativa y


evitará las actitudes destructivas o reactivas.

Liderazgo efectivo y competencias directivas

A continuación se recogen algunas de las competencias que un líder debe


dominar:

Tener una orientación hacia objetivos


Los objetivos son la brújula que dirige a un equipo. Un líder debe estar orientado
a esos objetivos y ayudar a los miembros de su equipo a comprenderlos y
alcanzarlos.

Saber actuar ante situaciones conflictivas


Un buen líder de equipo sabe reconocer cuando hay dificultades y se muestra
dispuesto a abordar cuestiones delicadas con sus subordinados, aunque hacerlo
le incomode.

Enfrentarse a los miembros del equipo que no resultan productivos conforma


una de las tareas que los líderes deben llevar a cabo. Un miembro del equipo
puede no cumplir las expectativas por muchas razones; es responsabilidad del
líder averiguar la causa y hacer lo necesario para solucionarlo.

Transmitir confianza y fomentar la credibilidad


Los líderes tienen que transmitir confianza a los miembros de su equipo y
cumplir sus promesas. Si resulta imposible cumplir con lo acordado, el líder
explicará a los miembros del equipo por qué. De lo contrario, perderá su
credibilidad. Las personas trabajan mejor cuando confían en su líder.

Actuar con integridad


Un líder debe actuar con integridad, ser claro y congruente con lo que desea
lograr.
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Ser optimista
Un líder debe ser optimista y saber cómo transmitir energía positiva a los
miembros de su equipo. Los líderes animan y asesoran a los miembros del equipo
para que mejoren compartiendo información, considerando todos los puntos de
vista y alentando la participación.

Escuchar activamente
Un líder debe saber escuchar. Cuando un líder escucha, hace que los miembros
del equipo se sientan importantes, ya que sus contribuciones se tienen en cuenta
y se consideran fundamentales.

Formular buenas preguntas


Las preguntas son una herramienta muy valiosa. Realizándolas, los líderes se
mantienen al tanto de qué sucede en su equipo.

Disfrutar con lo que hace


Un buen líder siente pasión por su trabajo y transmite ese entusiasmo a los
miembros de su equipo, a quienes las labores les resultan más amenas.

Contenido

Estilos de liderazgo

El estadounidense Daniel Goleman, reconocido psicólogo y profesor de Harvard,


ha realizado una de las aportaciones más interesantes a la teoría del liderazgo en
su obra Leadership that Gets Results, donde establece que un líder efectivo se define
por su capacidad de obtener resultados.

Goleman sostiene que, hoy en día, el verdadero liderazgo no surge del ejercicio
del miedo sino de la generosidad con los colaboradores de equipo, a quienes se
les facilita una vida mejor y más feliz tanto en el ámbito personal como
profesional.
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El líder no manda sino que crea espacios para que el equipo ejerza una libertad
responsable y empodera a las personas para que protagonicen sus propias vidas.
Los líderes más efectivos no se conforman con seguir un determinado estilo, sino
que son capaces de adaptarlo a los requerimientos del equipo o de la situación
organizacional. Existen diversos estilos de liderazgo y todos resultan necesarios;
la tarea del líder consiste en escoger en cada momento el que más se ajusta a las
circunstancias.

Goleman define seis estilos de liderazgo, cada uno de los cuales se origina en un
determinado componente de la inteligencia emocional. A continuación, se
describen sus características:

Estilo coercitivo

Resonancia: El líder trata de que su equipo cumpla las tareas que ordena de
forma inmediata. Para ello, utiliza instrucciones concretas y precisas.

Efectos sobre el clima laboral: Abusar de este estilo suele generar un mal
ambiente de trabajo y desmotivar al equipo, que solo actúa por miedo a las
represalias.

Aplicación: Solo debería emplearse en momentos puntuales como situaciones de


emergencia o crisis, en las que la capacidad de reacción inmediata resulta
determinante.

Estilo visionario u orientativo

Resonancia: Un líder carismático trata de movilizar a la personas a través de su


visión, haciéndoles ver qué papel les corresponde dentro la misma.

Efectos sobre el clima laboral: El líder visionario tiene una imagen clara del
futuro e intenta que el equipo la comparta. Suele ser el estilo de liderazgo más
efectivo en lo que respecta a la mejora del ambiente de trabajo y, por tanto, es el
que deberíamos utilizar la mayor parte del tiempo.
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Aplicación: Es especialmente recomendable en situaciones de transición


importantes dentro de una compañía que requieren una alta motivación e
implicación del equipo.

Estilo afiliativo

Resonancia: Se basa en la construcción de lazos emocionales entre los miembros


grupo con el fin de potenciar la armonía y crear un ambiente de trabajo
agradable. Este estilo concede un gran protagonismo a las personas, en
detrimento de las tareas y los objetivos organizacionales.

Efectos sobre el clima laboral: El principal problema surge cuando se enfrentan


situaciones en las que el rendimiento del equipo o de alguno de sus miembros es
inadecuado y se debe proporcionar un feedback negativo. Esto suele deberse a que
no se proporcionan buenos consejos para mejorar (por ejemplo, en reuniones de
valoración del desempeño) y el empleado que busca retroalimentación sobre la
calidad de su trabajo u orientación para su desarrollo profesional puede
encontrarse perdido o desatendido.

Aplicación: Es especialmente útil en situaciones donde la comunicación entre el


grupo resulta de gran importancia. La gente que se encuentra cómoda dentro de
un equipo tiene mayor facilidad para compartir ideas.

Estilo democrático o participativo:

Resonancia: Se fundamenta en que las decisiones se deben de tomar de manera


conjunta entre los miembros del equipo.

Efectos sobre el clima laboral: Las personas que siguen este estilo de liderazgo
tienden a reunirse con frecuencia con el equipo.

Aplicación: Resulta especialmente útil cuando el jefe de equipo no tiene una idea
clara del enfoque que se debe adoptar ante una situación y en equipos con niveles
altos de competencia.
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Estilo ejemplarizante o imitativo

Resonancia: Se basa en la máxima de que el líder debe conformar un ejemplo


para las personas a las que dirige.

Efectos sobre el clima laboral: No es recomendable utilizarlo en exceso, ya que


puede deteriorar el ambiente laboral.

Aplicación: Se aplica cuando es importante que los colaboradores desarrollen un


alto nivel de desempeño y obtengan resultados de gran calidad, caso en el que el
líder se estable como ejemplo. Resulta especialmente útil cuando los miembros
del equipo se encuentran muy motivados y son verdaderamente competentes, ya
que no necesitan de una dirección sino de un modelo que les marque los
estándares requeridos.

Estilo líder coach

Resonancia: Este tipo de líder busca el desarrollo profesional de los miembros de


su equipo de trabajo. Les ayuda a identificar sus puntos fuertes y débiles y a
establecer metas a largo plazo en su carrera.

Para ayudar los miembros del equipo en esta tarea, el líder les proporciona
un feedback continuo y les ofrece orientación sobre su desempeño profesional.

Efectos sobre el clima laboral: Positivos, este estilo de liderazgo incrementa la


motivación y mejora la comunicación, la cohesión grupal y el clima laboral.

Aplicación: Especialmente indicado en aquellos casos donde el colaborador


necesita de la guía y apoyo del líder para mejorar sus competencias personales
y/o profesionales.
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Fuente: internet

Liderazgo situacional (Ken Blanchard)

El liderazgo situacional se basa en ejercer varios estilos y no uno exclusivo. Los


líderes deben ser flexibles y adaptarse a cada situación.

Para extraer lo mejor de otros, el líder debe ajustarse al nivel de desarrollo de las
personas. La supervisión excesiva o escasa tiene un impacto negativo sobre el
desarrollo de los individuos, por lo que adaptar el estilo de liderazgo resulta
primordial. Esta estrategia de ajuste es la esencia del liderazgo situacional,
acuñado en 1968 por Ken Blanchard y Paul Hersey en la Universidad de Ohio.

El liderazgo situacional supone que las personas pueden y quieren desarrollarse


y que no existe un modelo de liderazgo óptimo para estimular tal desarrollo. El
estilo de liderazgo debe adaptarse a cada situación.

El modelo de liderazgo situacional contempla cuatro estilos básicos de liderazgo,


correspondientes a cuatro niveles de desarrollo de los empleados.

En cada situación, el líder adoptará uno de los estilos siguientes:


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Estilo de liderazgo Nivel de desarrollo del empleado

Estilo de dirección (E1) Principiante entusiasmado (D1):


Baja competencia - alto nivel de compromiso

Aprendiz desilusionado (D2):


Estilo de Entrenamiento Competencia baja/media - bajo nivel de
(E2) compromiso

Estilo de apoyo (E3) Ejecutor capaz pero cauteloso (D3):


Competencia moderada/alta - nivel de
compromiso variable

Estilo de delegación (E4) Triunfador independiente (D4):


Competencia alta - alto nivel de compromiso
Autor del gráfico: Olga Blanco

“Los líderes deben hacer aquello que las personas que supervisan
no pueden hacer por sí mismas en el momento actual”.
Ken Blanchard

El nivel de desarrollo de un individuo puede variar en función del objetivo o de


la tarea. Un individuo puede estar en niveles de desarrollo muy distintos según
la meta. Por ejemplo, un experto en marketing actúa como triunfador
independiente cuando se trata de sacar a la venta productos o de abrir nuevos
mercados; en cambio, cuando debe confeccionar bases de datos para realizar un
seguimiento de las pautas demográficas y de compra, dependiendo de su nivel
de motivación y experiencia, se comporta como principiante entusiasta o
aprendiz desilusionado. El ejemplo ilustra que no solo se necesitan diferentes
estilos para diferentes personas sino también para un mismo individuo,
dependiendo de la meta o la parte del trabajo en que se concentre en cada
momento.
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Para determinar el estilo de liderazgo que se debe utilizar según los cuatro
niveles de desarrollo, se traza una vertical del nivel diagnosticado a la curva de
liderazgo, que atraviesa el modelo de los cuatro cuadrantes. El estilo adecuado
de liderazgo se identificará con el punto donde la vertical se cruce con la curva.

Fuente de la imagen: Slideshare


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Conclusiones

La flexibilidad y la capacidad de adaptación del líder

No existe un único estilo de liderazgo sino varios. Los líderes deben ser flexibles
y adaptar su estilo a cada situación.

El estilo visionario y el del líder coach probablemente sean los más eficaces, ya
que consiguen que las personas de un equipo mejoren resultados y se encuentren
motivadas al tener consciencia del valor de su trabajo.

Las visiones cambian actitudes, comportamientos, acciones y hábitos. Al


implementar la perspectiva adecuada, nos abrimos a nuevas capacidades y
habilidades y transformamos nuestra forma de ser.

Los líderes de hoy en día deben gestionar el cambio y desde el cambio. El estilo
del líder coach ayuda a que los colaboradores piensen de forma autónoma y se
responsabilicen de su desarrollo; los motiva a probar caminos nuevos, a
desarrollar el hábito de gestionar el cambio y a aprender. En este estilo, como
líder, no se proporcionan respuestas sino compañía en la búsqueda de ellas, y se
debe soportar la tensión de no saber y de no dirigir hacia el lugar donde uno se
encaminaría.

Se trata de que el otro pueda desarrollarse desde su historia, necesidades, forma


de ser y expectativas. En este sentido, una serie de habilidades del coach pueden
resultar útiles al líder: el silencio, la escucha, la exploración de la realidad desde
diversas perspectivas, el reencuadre, el proporcionar feedback, la empatía, la
motivación a la acción, etcétera. En ocasiones, el reto consiste en ejercer de líder
y dejar espacio para pensar, en no resolver o dictar respuestas sino acompañar a
las personas del equipo6 en el proceso de búsqueda.

En la próxima lectura profundizaremos en la figura del líder coach y en las


competencias que debe poseer. Mientras tanto, te animamos a que comiences a
poner en práctica los diferentes estilos de liderazgo estudiados.

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