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TOMA DE DECISIONES

Estás aquí: Aceptación


La aceptación: lo que es, es

Nos pasamos media vida huyendo de lo que


nos desagrada y la otra media persiguiendo
lo que nos gusta. Tenemos una lucha entre
cómo deberían ser las cosas y cómo son en
realidad. La aceptación es algo que, en
general, nos cuesta.

¿Qué es la aceptación?
No pretendas que los sucesos sucedan como quieres, quiere los sucesos como suceden y
vivirás sereno. Epicteto
La RAE tiene diferentes definiciones para la palabra “aceptar”. La primera de ellas la
describe como “recibir voluntariamente o sin oposición lo que se da, ofrece o encarga “.
Creo que todas las definiciones que he visto, ésta sería la que más se acerca a lo que
quiero contar aquí.
La aceptación sería la capacidad de estar con lo que hay, de no resistir la experiencia
plena de lo que sucede fuera o dentro de nosotros. Nuestra rigidez mental e ideas fijas
sobre cómo debería ser yo, o el mundo hace un contraste doloroso con cómo la realidad
es.
En realidad, nuestra resistencia a sentir es lo que garantiza el sufrimiento. Aceptar
tendría que ver con estar presente con lo que venga. Me guste o no.
Aceptación no es aprobación ni resignación
Existe una confusión entre los términos aceptación y aprobación. Aceptar algo tal cuál
es no implica que lo apruebe, me guste, o que no vaya a hacer por cambiarlo. Puedo
intentar cambiar una situación sin intentar resistirme a lo que es.
Tampoco la aceptación es resignación. La aceptación no excluye que yo acometa
acciones para cambiar algo que no me gusta.
En cambio, la actitud resignada tendría que ver con (de forma consciente o no), elegir
no cambiar algo que sí está en mi ámbito de acción. Se trataría de una actitud pasiva
ante la vida, que nada tiene que ver con aceptar.
El yo ideal vs el yo real
La falta de aceptación no sólo va dirigida hacia el mundo y los otros. Suele ir unida a
una pelea interna respecto a quienes somos.
Marcarse objetivos, pretender mejorar en ciertos aspectos de la vida, etc, son
aspiraciones muy legítimas. Pero el problema es cuando confundimos la aspiración con
la exigencia. Ésta última está relacionada con la falta de aceptación de quienes somos,
cuando nuestro juez interior toma el control, y en nombre del yo ideal, examina y juzga
implacable al yo real.
La neurosis es la distancia que existe entre nuestro yo verdadero y nuestro yo ideal.
Carl Rogers
Así que el crecimiento interior no tendría que ver con “mejorarnos” desde un lugar
neurótico. No se trata de ser más perfectos sino más reales.
Aceptación y darse cuenta
Aceptación
La dificultad para aceptar está directamente relacionada con el fenómeno de la evitación
experiencial, que consistiría en una tendencia a apartar de nuestra conciencia sucesos
internos (pensamientos y emociones) desagradables, intentando mantenerlos
controlados. Según investigaciones como ésta, habría una relación estrecha entre el
fenómeno de evitación y problemas psicopatológicos.
Cuando en terapia hablamos del proceso del darse cuenta, esto está relacionado con
tomar conciencia sobre lo que estamos experimentando en el momento presente. Y sin
aceptación no hay darse cuenta.
En realidad, no hay ninguna experiencia que nos aparte de la aceptación. No sería sano
convertir la aceptación en un debería, pues la propia resistencia a la aceptación también
puede ser aceptada.
¿Sientes que te cuesta aceptar lo que la vida trae y aceptarte?

La dicotomía del control

Aunque el asunto del control ya ha salido más


veces en otras entradas de este blog, hoy quisiera
hablar del control desde el enfoque del
estoicismo, una filosofía que no conocía
demasiado y en la que me estoy empezando a
interesar. Según el estoicismo, una de las causas
de sufrimiento tiene que ver con no diferenciar lo
qué está en nuestro margen de acción y lo que no.
Esto se llama la dicotomía del control.
La metáfora del arquero. La dicotomía del control
Supongamos que hemos entrenado duro para una competición de tiro con arco. Hemos
elegido el mejor arco posible y las mejores flechas del mercado. Llega el momento de la
competición y nos toca tirar a diana. Hasta justo ese momento, todo ha dependido de
nuestro control. Pero una vez soltamos la flecha y ésta se dirige a su objetivo, ya no
tenemos el control sobre el resultado. Puede de repente entrar una ráfaga de viento, o
caerse la diana, o cualquier otra circunstancia desfavorable que nos impida tener éxito
por mucho que hayamos entrenado.
Esta metáfora del arquero fue usada por Cicerón, un famoso filósofo estoico, para
explicar esto de la dicotomía del control.
Somos responsables de la siembra, pero no de la cosecha.
Esta otra metáfora, de cosecha propia, es la que suelo utilizar con mis pacientes para
hablar de lo mismo. Hoy día nos llegan muchos mensajes de corte narcisista que nos
hacen creer falsamente que, si algo lo queremos, podemos conseguirlo, porque basta
con ponerle empeño y proyectarnos con pensamientos “positivos”. Podemos frustrarnos
mucho (y peor aún, culparnos), si no obtenemos lo que deseamos.
Pero la realidad es que en la vida hay muchos otros factores externos que no dependen
de uno. Está claro que si no siembro no voy a cosechar. Pero la siembra no garantiza la
cosecha.
La dicotomía del control
La felicidad y la libertad comienzan con la clara comprensión de un principio: algunas
cosas están bajo nuestro control y otras no. Epícteto.
Distinguir lo que podemos controlar y lo que no, parece tarea sencilla. Pero la realidad
es que muchas veces tenemos dificultades para darnos cuenta de lo obvio.
La dicotomía del control realiza una distinción entre los asuntos que son nuestra
responsabilidad, y por tanto podemos controlar y los que están fuera de nuestro margen
de acción, y por tanto no podemos controlar.
Hay aspectos que, si bien podemos controlar parcialmente, nos podemos creer que
dependen enteramente de nuestro control (por ejemplo, nuestra salud física), cuando la
realidad demuestra que no es así.
El sufrimiento estaría entonces relacionado con nuestra dificultad para distinguir un área
de otra. Muchas veces nos empeñamos en querer controlar infructuosamente asuntos
que en realidad no podemos controlar en su totalidad. Y al mismo tiempo nos cuesta
hacernos responsables de lo que sí depende de nuestro control.
No puedes controlar lo que los demás piensen de ti
No tiene ningún sentido intentar controlar la idea que los demás tengan de ti.
Abandona el intento enloquecido de que los demás tengan una idea positiva de ti.
Mariano Alameda.
Este suele ser un tema que nos vuelve locos. Tenemos la fantasía de creer que podemos
hacer algo para caer bien al otro. Todos queremos que nos quieran, y es humano
reconocernos necesitados del aplauso y la valoración. Pero la realidad es que no es algo
que podamos controlar.
El que haya encuentro con un otro, no depende de uno ni del otro, sino de si se da el
vínculo o no. Darnos cuenta de todo el esfuerzo que estérilmente hemos puesto para
sentirnos queridos es el primer paso para la libertad interior de atrevernos a ser quienes
somos en relación.
Enamorarse del proceso
En definitiva, teniendo en cuenta lo que podemos controlar y lo que no, es probable que
lo más sano sea ponerle mimo en lo que atañe a nuestra responsabilidad y nuestras
acciones. Es entonces cuando nos podemos enamorar del proceso y no tanto de los
resultados.
el Camino de Santiago.
Hacer el Camino (dice mucha gente, y doy fe) es algo que engancha: una sana adicción.
Un poco de historia. Camino de Santiago
El Camino de Santiago tiene una larga historia, que nace en la Edad Media. Cuenta la
leyenda que los restos del apóstol Santiago el Mayor se hicieron visibles debajo de un
campo de estrellas (Campus Stellae / Compostela). El descubrimiento de los restos
motivó una fuerte peregrinación hacia esa zona desde toda Europa, lo que significó un
importante punto de encuentro entre las diferentes culturas europeas y un acicate que
favoreció la reconquista de los territorios conquistados por los musulmanes.
Con el paso de los siglos fue entrando en decadencia hasta su recuperación y
revitalización hasta mediados y finales del siglo XX. Hoy día ha perdido gran parte de
su esencia religiosa y se trata de un punto de encuentro entre diferentes culturas y
credos.
Las motivaciones para caminar
Antiguamente la única motivación para caminar hacia Compostela era el peregrinaje
religioso hacia la tumba del apóstol. Hoy las motivaciones pueden ser muy variadas que
van desde lo religioso, lo espiritual, lo deportivo o el tener unas vacaciones diferentes.
Pero hay algo que se ha visto en muchas personas (yo incluido). Y es que el Camino se
hace cuando hay alguna motivación interna de cambiar o de querer mirar ciertos asuntos
vitales desde otra perspectiva.
Beneficios terapéuticos del Camino de Santiago
He encontrado este interesante estudio de investigación llamado Proyecto Ultreya sobre
los beneficios psicológicos de hacer el Camino de Santiago. Aunque el estudio tiene una
segunda fase aún no finalizada, las conclusiones a las que de momento el equipo de
investigación ha llegado son muy interesantes.
En el estudio se ha visto como justo después de hacer el Camino, así como tres meses
después, los participantes experimentaron una reducción del afecto negativo,
sintomatología depresiva y estrés percibido. Asimismo, se encontró una mejora en el
afecto positivo, satisfacción con la vida, felicidad, coherencia con los valores personales
y el aspecto no reactivo del mindfulness (conciencia plena).
Lo más interesante probablemente sea el estudio comparativo que se hizo con las
personas que hicieron vacaciones “estándar”. De todas estas variables mencionadas
arriba, las personas que hicieron el Camino muestran puntuaciones más altas.
¿Qué lo hace tan transformador? La experiencia Camino de Santiago
Ligereza y desapego: Llevar en la mochila lo justo y necesario es una buena práctica.
Tomar lo que se necesita, suelto lo que no. Ir ligero de equipaje y aprender a no
necesitar tanto, es una experiencia que ha ayudado para incorporarlo a lo cotidiano.
Contacto con la naturaleza: El contacto con los árboles, la fauna, la flora, los ríos, ayuda
siempre mucho. Al fin y al cabo, somos naturaleza, volver a ella carga de energía.
Soltar la mente y recuperar los sentidos: Estar rodeado de naturaleza, poner el cuerpo a
funcionar y atender a las señales del trayecto, facilita dejar los pensamientos a un lado,
o al menos a no darles mucha importancia.
Disfrutar y habitar el silencio.
Aceptar el dolor y las dificultades: Atravesar lo incómodo del Camino como el
cansancio, el hartazgo o el dolor físico es un ejercicio de paciencia que hace mucho bien
cuando lo atravesamos.
Confianza en el propio cuerpo: el cuerpo puede mucho más de lo que la mente le
cuenta. Cuando nos ponemos a caminar, conectamos con la confianza de que el cuerpo
puede llevarnos muy lejos. La tecnología nos ha hecho sedentarios pero los humanos
estamos diseñados para caminar y tomar conciencia de ello cada vez que se haga el
Camino.
Relaciones sanas, de tú a tú: En el Camino no importa tanto eso de quien soy o a qué me
dedico. Como si las posiciones sociales que se ocupan en lo cotidiano aquí no sirvieran
de mucho. El Camino nos hace igual a los demás que caminan, nos conecta con algo
más limpio y de corazón a corazón cuando compartimos con el otro.
En definitiva…Camino de Santiago
El Camino de Santiago es una metáfora que tiene un valor terapéutico inmenso y se
escucha varias veces eso de que “el Camino te cambia la vida“. Atreverse a hacerlo
tiene algo del viaje del héroe del que hablaba Campbell. Salir de lo conocido, adentrarse
en lo difícil o incómodo es algo que cuando se atraviesa nos lleva a mejores lugares…
parecido a como cuando hacemos terapia.
Camino de Finisterre
Breve historia del Camino de Finisterre
Este Camino, aunque forma parte de la ruta Jacobea, es la única que no llega a Santiago,
sino que sale de él. Se cree (aunque no hay datos concluyentes) que desde la época
romana e incluso desde la celta, ya se hacían peregrinaciones hasta el final del mundo
conocido, es por eso que ese lugar se llama Finisterre= fin de la tierra. Este lugar era un
sitio único y privilegiado para observar como el sol se ocultaba, y este hecho iba unido a
creencias animistas pre-cristianas.
Ya en el siglo XI aparecen las primeras menciones a este camino como prolongación del
camino jacobeo, y con el paso de los años, se acabó reconociendo esta ruta como parte
importante del camino, con su propio valor histórico y cultural.
¿Qué haremos? Nuestra propuesta
El Camino de Finisterre es un trayecto cargado de misticismo y simbología. Desde ahí,
os queremos ofrecer una propuesta de trabajo a través de lo interactivo, lo lúdico y lo
simbólico.
Tras estos años de confinamiento y aislamiento, surge y urge la necesidad de conexión y
comunicación. Es por ello que queremos aprovechar que el Camino ya es terapéutico de
por sí para añadir el extra de lo grupal y de las propuestas de trabajo. Queremos crear un
espacio grupal donde cada unx de nosotrxs podamos expresarnos, donde sea acogido
aquello que nos pasa en un espacio de confianza.
A través de dinámicas lúdicas, meditativas e interactivas iremos entrando en nuestro
espacio personal. El sostén del grupo y el nuestro puede ayudar a ir ahondando un poco
más en el autoconocimiento.
Compartir en la naturaleza
Este espacio puede ser muy enriquecedor porque aúna estar en contacto con la
naturaleza, fuera de lo cotidiano, con el compartir con personas que tienen un objetivo
parecido y ganas de mostrarse.
El tipo del trabajo que proponemos es esencialmente gestáltico. Es a través de la mirada
de la terapia gestalt que haremos ese trabajo, favoreciendo la autenticidad, lo relacional
y la espontaneidad.
Si estás pasando por algún proceso doloroso en tu vida (separación, cambios laborales,
duelos), si te apetece tener unas vacaciones que sean también nutritivas, si te gusta
experimentar qué es la meditación, la terapia, el trabajo corporal… este pequeño
proceso te puede interesar.
La culpa. Emociones con mala prensa (V)
Con esta entrega sobre la culpa cerramos la serie de artículos dedicados a las emociones
con mala prensa. Si quieres echar un vistazo a otras emociones con mala fama como la
vergüenza, la ira, la tristeza, o la envidia, puedes clicar en cada una de estas palabras.
¿Qué es la culpa? La culpa es una…
Existen evidencias científicas que indican que cuando nos enamoramos, se pone en
marcha a nivel neuroquímico, la secreción de ciertas sustancias hormonales. Dichas
hormonas, nos dificultan en la identificación de aspectos que nos son incómodos o
amenazantes al inicio de una relación; es decir, de las líneas rojas ó “red flags”. ¿Qué
hormona es la…

Nada en contra de los libros de autoayuda si el mensaje es constructivo, los hay


realmente útiles y nutritivos. De hecho este blog tiene en parte ese propósito: servir de
ayuda propia a quien lo lee, por si algo de lo que escribimos sirve.

Pero también es cierto que hay textos de autoayuda que lejos de ayudar pueden hacerle
sentir a uno peor. Hay cierta literatura de este tipo, así como frases motivacionales que
uno encuentra, que tiene un componente fuerte de exigencia y falsa omnipotencia.

Autoayuda
Toda esa literatura, además de no estar basada en la evidencia científica (como por
ejemplo la ley de atracción), en muchas ocasiones es escrita por personas que no tienen
un buen conocimiento psicológico de cómo funcionan las emociones y la mente
humana.
¡Sé feliz ya!: la mala autoayuda.
La vida es una sopa en donde queramos o no, existen varios ingredientes, todos al
mismo tiempo: alegría, tristeza, unión, frustración, amor, miedo, placer, dolor … No
querer aceptar lo difícil como parte de la vida es garantía de sufrimiento.
Agarré la inspiración para este artículo de unos mensajes motivaciones que vi en uno de
los albergues por los que pasé en el Camino de Santiago que hice este verano. Me
parecía que esas frases sintetizaban mucho ese componente del que hablo, que pese a
estar escrito con buenas intenciones, lejos de ayudar hacen lo contrario.
“Disfruta del momento”
Exigirse disfrutar del momento es una tarea demasiado pesada. El verdadero disfrute
llega cuando nos quitamos la exigencia del disfrute, siendo fieles a lo que necesitamos
en cada momento.
Lo que sí es saludable es estar consciente del momento presente, sea éste como sea,
pues también la vida es disfrute, pero no sólo. Una propuesta más sana es ponerle
conciencia a cada momento presente, venga como venga.
“El fracaso no es una opción”
Autoayuda
El fracaso y la frustración son parte de la vida. Fracasar es inevitable, y lo más adecuado
es asumirlo con la mayor ecuanimidad posible. ¿Qué pasa si me creo este mensaje y
luego fracaso? La frustración y el sufrimiento estarán garantizados. Tenemos derecho a
fracasar.
“Demuestra todo lo que vales”
Ya hemos hablado en este blog de qué significa una sana autoestima. Se puede
confundir con el narcisismo, que es justamente eso, la tendencia a demostrar a los
demás la propia importancia o grandiosidad. Pero normalmente las conductas narcisistas
son conductas compensatorias porque precisamente en el interior hay una carencia seria
de autoestima.

Liberarse de la compulsión por querer demostrar lo que uno vale es parte del proceso
constructivo de una buena autoestima.
“Cuando existen ganas, todo es posible”
Cuando tenemos un proyecto en marcha, es imprescindible enfocarnos, y poner todo el
empeño, motivación e ilusión al servicio. A veces hay que dar un salto al vacío y
remangarse si de verdad queremos cambios. Es el ingrediente fundamental.
Autoayuda
Pero, ¿Qué pasa cuando después de tanto sembrar no cosechamos los frutos que
esperábamos? Desde luego, es una posibilidad. Somos responsables de la siembra, pero
no de la cosecha. Hay muchos otros factores contextuales que pueden facilitar o por el
contrario impedir la cosecha. Y si no cosechamos lo que esperábamos no debemos
culparnos: no somos omnipotentes.
“Ama siempre”
¿Siempre, siempre? Qué exigencia tan grande ¿no? No hay duda que el amor es algo de
lo más elevado que un ser humano puede experimentar. Pero ni podemos amar siempre
ni a todo el mundo. No es real. Podemos experimentar emociones que nos impiden
conectar con el amor, y no pasa nada, forma parte de nuestra condición humana.
También pasa con uno mismo, no siempre uno sabe amarse, a veces nos podemos poner
enemigos de nosotros mismos. Es parte del proceso de irse queriendo cada vez un
poquito más. Y está bien así.
“Un día sin reír es un día perdido”
Claro que la risa es muy terapéutica. En este blog ya hemos hablado de los beneficios de
la risa. Pero también hemos hablado de la tiranía de la sonrisa. Uno no siempre tiene
ganas de reír. Imagínense el efecto tan poco terapéutico que puede tener esta frase en
alguien que esté atravesando por una depresión o un duelo.
La risa, la carcajada, solamente si es genuina es sanadora. Hay días de risas, hay días de
llantos, hay días de ni una cosa ni otra. La vida misma.
La mala autoayuda no ayuda.
Uno de mis objetivos al escribir este artículo es que pueda servir de sana autoayuda a
quien lo lea. Estos mensajes pueden generarnos presión, culpa u otro tipo de
pensamientos o emociones desagradables.
No dejemos de reconocer amorosamente nuestra humanidad, que incluye nuestra
torpeza, límites e imperfecciones. Eso es lo que paradójicamente nos ayuda al verdadero
cambio. Partir desde quienes somos, y no desde un ideal de cómo deberíamos ser, qué
deberíamos hacer o cómo deberíamos sentirnos. Lejos de ayudarnos nos asfixia
La envidia. Emociones con mala prensa (IV)
La envidia es una de esas emociones que para suavizarla decimos que es “sana” cuando
la sentimos. Quizás porque desde nuestra herencia cultural, que la considera como uno
de los siete pecados capitales, sentirla se ve como algo terrible. Ya hemos hablado
anteriormente de otras emociones con mala prensa como la tristeza, la ira y…
Trayectoria profesional: la toma de decisiones
Aunque no nos demos cuenta, de manera automática, desde que nos levantamos hasta
que nos acostamos, a lo largo de nuestro día, estamos constantemente llevando a cabo
una toma de decisiones. Tomar una decisión, es un proceso el cual implica una elección
entre dos o más opciones o formas para resolver una situación en la…

La tristeza. Emociones con mala prensa (III)


Queremos darles continuidad a los artículos dedicados a las emociones con mala prensa.
Ya hemos escrito sobre la vergüenza y la ira. Y esta vez queremos hablar sobre la
tristeza. En parte, la mala prensa que tienen éstas y otras emociones tendría que ver con
la etiqueta que se les pone de “negativas”. Pero, en…
¿Por qué los hombres no van a terapia?
Reconozco que el título quizás es exagerado. No es que los hombres no vayamos a
terapia. Los hay que hemos ido y seguimos yendo porque entendemos que es un lugar
en donde necesitamos mirar adentro y contactar con nuestras emociones. Pero sí es
cierto que en proporción, los hombres acuden mucho menos que las mujeres.…
Ghosting: ¿Hay alguien ahi?
¿Alguna vez te han dejado sin contestar un mensaje, una llamada, sin previo aviso, sin
que nada aparente hubiera pasado? Si la respuesta es sí, puedes decir que has sido
víctima de un fenómeno denominado “ghosting”, lo que viene a ser lo mismo a que la
persona “se hace el fantasma”, se esfuma sin dejar…
La ira. Emociones con mala prensa (II)
Continuamos con la serie de artículos dedicada a las emociones con mala prensa que
iniciamos con la vergüenza. Las emociones que tienen mala fama suelen ser clasificadas
como “negativas”, pero en realidad toda emoción es adaptativa, fruto del proceso
evolutivo del ser humano. Por eso conviene entender el sentido y función de cada
emoción, por…

TRAYECTORIA PROFESIONAL: LA TOMA DE DECISIONES


Aunque no nos demos cuenta, de manera automática, desde que nos levantamos hasta
que nos acostamos, a lo largo de nuestro día, estamos constantemente llevando a cabo
una toma de decisiones. Tomar una decisión, es un proceso el cual implica una elección
entre dos o más opciones o formas para resolver una situación en la vida, ya sea a nivel
personal, laboral, familiar, amistades, etc.

Durante la infancia, nuestros padres y/o cuidadores, toman por nosotros las principales
decisiones sobre cosas que nos afectan directamente. A medida que comenzamos a tener
autonomía e independencia, la acción de tomar decisiones es una responsabilidad que
tenemos que asumir. Una de las primeras y más importantes decisiones que se nos
presenta en la vida es la elección de la carrera profesional a seguir.
Para Stoner (2003) la toma de decisiones a nivel individual se caracteriza por el hecho
de que la persona haga uso de su razonamiento y pensamiento para elegir una solución a
un problema de manera autónoma, evaluando con ello diferentes alternativas de acción.
Suele vivirse con tensión ante el temor que conlleva el miedo a equivocarse y a la
inseguridad que genera la incertidumbre de la elección, saliendo con ello, de nuestra
zona de confort. En este sentido, se pueden presentar diferentes alternativas: ¿formación
profesional? ¿carrera universitaria? ¿comenzar a trabajar? ¿aprender idiomas en otro
país?…
toma tus decisiones en función de donde quieres llegar, no en base a donde te
encuentras” James Arthur Ray.
¿Cuáles son los diferentes estilos personales a la hora de tomar decisiones?
toma de decisiones
Estilo impulsivo, el cual se caracteriza por la toma de decisiones de una manera rápida,
poco reflexiva. Ejemplo de ello es la compra de objetos que no son necesarios.
Estilo dependiente, en el que se da preferencia a la opinión de los demás frente a los
deseos y necesidades propias. Ejemplo de ello sería la elección de un futuro profesional
teniendo en cuenta las salidas profesionales y no las características personales:
“continuaré con el negocio familiar, aunque realmente lo que me gusta y en lo que soy
bueno es en…”
Estilo racional, caracterizado por la excesiva búsqueda, análisis y valoración de
información antes de tomar una decisión. Como ejemplo: “me gusta la psicología, pero
tiene pocas salidas profesionales, es una formación cara, si la curso, ya no podré irme de
vacaciones. No quiero quedarme sin vacaciones, además…
Así mismo, existen aspectos personales tales como la autoestima, intolerancia a la
incertidumbre y dificultad en llevar una acción que nos determinan a la hora de tomar
una decisión.
¿Qué factores hay que tener en cuenta en la toma de decisiones?
Piensa en los objetivos, para ello es importante tener en cuenta lo que quieres, lo que
deseas, si no conoces a dónde vas, es difícil que llegues.
Como ejemplo a destacar un fragmento de Alicia en el País de las Maravillas:
(…)
– Minino de Cheshire, ¿podrías decirme, por favor, ¿qué camino debo seguir para salir
de aquí?
– Eso depende en gran parte del sitio al que quieras llegar —dijo el Gato.
– No me importa mucho dónde… — dijo Alicia.
– Entonces no importa el camino que tomes —dijo el Gato.
– … siempre que llegue a alguna parte —añadió Alicia como explicación.

Lo importante en la decisión es tener en cuenta la razón y la emoción, no acertar. Hay


que tener presente que se puede fallar en la toma de decisión correcta y acertar habiendo
tomado la errónea.
Dentro de las diferentes alternativas de elección, se realista. Plantea las soluciones de
forma real, teniendo en cuenta objetivos y alternativas que puedas llevar a cabo.
Y en Terapia ¿en qué trabajamos para llevar a cabo una adecuada toma de decisiones?
toma de decisiones.
Si te encuentras en un momento personal en que sientes o has de tomar una decisión
respecto a tu futuro profesional, en terapia, trabajaremos para clarificar aspectos que
permitan que:
No te autoengañes, dejando de lado ideas preconcebidas, para dejar de hacer las cosas
por costumbre “siempre lo he hecho así”.
Apoyo en la discriminación de la información para lograr identificar aquella que es de
valor para ti.
Aceptar la incertidumbre, aceptando la responsabilidad de que en toda toma de
decisiones se pierde y gana en algún aspecto y con ello aprender a valorar los riesgos
tomados.
Poner en marcha la creatividad generando diferentes alternativas para llegar a la que
más se ajuste a tu objetivo, deseo y necesidad.
Tomar acción con respecto a la decisión tomada, decidir y hacerlo, no procrastinando.
Trabajar en el autoconocimiento, identificando las emociones, miedos e inseguridades
que puedan despertarse ante la acción a llevar a cabo.
En definitiva, en terapia, trabajaremos para que exista una coherencia entre lo que
piensas, sientes y haces, afianzando y haciéndote responsable de los cambios que se
presentarán con la toma de decisión llevada a cabo y aceptando la opción tomada.

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