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Claus Roxin

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Impreso en Argentina / Printed in Argentina
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ISBN: 978-950-741-350-6 (edición encuadernada)
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ROXIN, CLAUS
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Fundamentos político-criminales del Derecho penal

l' edición, Buenos Aires, Hammurabi, 2008


480 ps_, 23 x 16cm_ - Obras selectas de Claus Roxin 1, coordinada por Gabriela E. Córdoba _Daniel R. Pastor
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ISBN: 978-950-741-350-6 (edición encuadernaja) , Q)
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1. Derecho Penal. 1. Córdoba, Gabriela E., coord. 11. Pastor, Daniel R., coord. 111. Título I <n

I
CDD 345 Fecha de catalogación: 13/03/2008
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o JaSE LUIS DEPALMA • EDITOR

1,
§3.
¿Es~ protección de bienes jurídicos
una finalidad delperecho penal? * **
:; Traducción de IÑICO ORTIZ DE URBINA GIMENO del original Rechtsgüter­
schutz als Aufgabe des Strafrechts?, publicada en La teoría del bien jurídico.
¿Fundamento de legitimación del derecho penal ojuego de abalorios dogmático?,
ROLAND HEFENDEHL (ed.), Marcial Pons, Madrid, 2007.
** Este texto reproduce el contenido de una conferencia que di en Perú y Co­
lombia en octubre y noviembre de 2004. Tal viaje fue el motivo por el que no pu­
de participar personalmente en el simposio celebrado con ocasión del 60 cum­
pleaños de BERND SCHÜNEMANN. Quería cuando menos participar en la recopila­
ción de textos en honor de quien hace tiempo fue mi asistente y discípulo y hoy en
día es un amigo y colega al que me siento estrechamente unido tanto personal co­
mo científicamente. He escogido esta conferencia porque tiene que ver con los es­
fuerzos de SCHÜNEMANN por reanimar la teoría del bien jurídico coma instru­
mento de crítica de la legislación, al tiempo que refleja nuestro trabajo sobre las
cuestiones fundamentales de la dogmática, que en muchos aspectos apunta en
el mismo sentido.. Debido a graves circunstancias personales me he visto obliga­
do a abandonar el plan inicial de presentar a los lectores alemanes una versión
algo distinta del texto, de modo que he mantenido el estilo "internacional" de
conferencia del escrito original. Espero que el homenajeado amablemente consi­
dere mi contribución, también en este formato, como un modesto homenaje de su
antiguo "jefe".
(I)
La cuestión de las cualidades materiales que debe reunir una
conducta para ser sometida a pena estatal siempre será un pro­
blema fundamental, no sólo para el legislador, sino también pa­
ra la ciencia jurídico-penal. Hay muchas razones para entender
que el legislador actual, aunque goza de legitimidad democráti­
ca, no puede incriminar algo sólo porque no le guste. Conductas
tales como la de criticar duramente al gobierno, profesar convic­
ciones extrañas o comportarse en privado de forma divergente a
lo prescrito por las normas sociales no serán del agrado de aque­
lla autoridad que aprecie una ciudadanía obediente, conforme y
fácil de dirigir. La historia, incluyendo el presente, muestra nu­
merosos ejemplos de sistemas de justicia criminal que preten­
den reprimir tales conductas. Sin embargo, conforme al están­
dar alcanzado por nuestra civilización occidental (marco al que
se circunscriben mis consideraciones), la penalización de una
conducta tiene que poseer una legitimación distinta de la que le
otorga la mera voluntad del legislador.

(Il)
Tras la Segunda Guerra Mundial, la ciencia jurídico-penal
alemana intentó establecer una delimitación del poder de inter­
vención penal con ayuda de la teoría del bien jurídico. La idea
fundamental era que el Derecho penal sólo podía proteger bie'".:.
118 Fundamentos político-criminales del Derecho penal ¿Es la protección de bienesjurídicos una finalidad ... 119

nes jurídicos concretos, y no creencias políticas o morales, doctri­ ca en Alemania. Pero incluso esto es discutido por algunos de los
nas religiosas, ideologías sobre el mundo o meros sentimientos 1. críticos de esta teoría 2 , que afirman que la punición de la homo­
En esta línea, el § 2, párr. 10 del por mí codirigido Proyecto Alter­ sexualidad entre adultos no se eliminó porque no lesionara los
nativo de 1966, que pretendía oponer una alternativa político­ bienes jurídicos de nadie, sino porque las ideas habían cambiado
criminal moderna al Proyecto gubernamental de entonces, pro­ y la conducta en cuestión ya no se consideraba inmoral. De he­
gramáticamente establecía: "Las penas y las medidas tienen co­ cho, es cierto que hoy en día la homosexualidad es vista en Ale­
mo finalidad la protección de bienes jurídicos y la reintegración mania como una forma de orientación sexual éticamente neutra.
del autor en la comunidad jurídica". Pero ello ha sido en gran parte efecto y no causa de la despenali­
El legislador alemán no adoptó este principio programático, zación de tal conducta; unos pocos años antes de la eliminación
pero en cualquier caso en los años que siguieron procedió, bajo la de la prohibición, el Proyecto gubernamental de Código Penal de
influencia de la teoría de la protección de bienes jurídicos, a refor­ 1962 había descrito la homosexualidad como "un comportamien­
mar por completo el Derecho penal sexual. El Título en cuestión to especialmente censurable desde el punto de vista ético y consi­
en nuestro Código Penal desde entonces no se denomina "Delitos derado deshonroso por la opinión general" 3 .
y faltas contra la moralidad", sino "Infracciones penales contra Cuando se niega la decisiva influencia del concepto de bienju­
la libertad sexual". En tanto no es un bien jurídico, la "morali­ rídico en las discusiones de entonces, se pasa por alto además
dad" [Sittlichkeit} no se protege jurídico-penalmente, de modo que el modelo seguido por el legislador fue el ProyectoAlternati­
que, consecuentemente, quedaron exentos de pena comporta­ va "Delitos sexuales", aparecido en 1968 y que se apoyaba en la
mientos entonces considerados inmorales, como la homosexuali­ teoría del bien jurídico. Y, finalmente, al negar la victoria de la
dad entre adultos, el adulterio, la zoofilia y otros ilícitos morales. teoría del bien jurídico en este ámbito se deja de considerar que
en atención a la inexistencia de lesión de un bien jurídico no se
punen conductas que son consideradas inmorales incluso con los
(III) parámetros contemporáneos, como ocurre en los casos ya men­
La reforma del Derecho penal sexual concluida en 1973 supu­ cionados del adulterio o de la zoofilia.
so el punto álgido del reconocimiento de la teoría del bienjurídi­

(IV)
1 Los libros más importantes sobre la teoría del bienjurídico, muy distintos Tras las reformas reseñadas, durante largo tiempo el concepto
entre sí tanto desde el punto de vista material como por su tendencia, son: JAGER, de bien jurídico no fue tratado de forma importante, hasta que en
Strafgesetzgebung undRechtsgüterschutz bei den Sittlichkeitsdelikten, 1957; SI­
NA, Die Dogmengeschichte des Begriffs "Rechtsgut", 1962; AMELUNG, Rechtsgüter­
schutz und Schutz der Gesellschaft, 1972; MARx, Zur Definition des Begriffs
"Rechtsgut", 1972; HAssEMER, Theorie und Soziologie des Verbrechens-Ansatz zu 2 STRATENWERTH, FS Lenckner, 1998, ps. 377 y ss. (389); HIRSCH, FS Spine­

einer praxisorientierten Rechtsgutslehre, 1973; HEFENDEHL, Kollektive Rechtsgü­ /lis, 2001, ps. 425 y ss. (432).
terim Strafrecht, 2002; HEFENDEHL- VaN HIRSCH - WOHLERS (eds.l,Die Rechtsgut­ 3 Begründung des Regierungsentwurfs ["Justificación del Proyecto Guber­
stheorie, 2003. namental"], 1962, p. 376.
120 Fundamentos político-criminales del Derecho penal ¿Es la protección de bienesjuridicos una finalidad ... 121

estos últimos años la discusión ha sido vivamente reencendida. válida y la norma continúa en vigor y sin cambios" 8. Desde este
La premisa según la cual el fin de toda amenaza penal debe ser la punto de vista, resulta superfluo tratar con mayor profundidad
prevención de lesiones de bienes jurídicos ha ido siendo objeto de el concepto de bien jurídico.
cada vez más numerosas críticas. Aquí me ceñiré a tres represen­ Sin embargo, la idea de protección de bienes jurídicos como
tativos autores que entienden que la restricción del Derecho pe­ instrumento de limitación de la intervención jurídico-penal tam­
nal a las lesiones de bienes jurídicos es imposible o incorrecta. bién ha encontrado comprometidos defensores. IlAsSEMER, pro­
HIRSCH 4 entiende que el concepto de bien jurídico como enti­ tagonista desde hace más de treinta años del por él llamado con­
dad preexistente a la labor del legislador "no existe". "El concep­ cepto "críticd' [systemkritisch] de bienjurídic0 9 yen la actualidad
to de bien jurídico no ofrece un enfoque apto para la limitación vicepresidente del Tribunal Constitucional alemán, ha afirmado
inmanente del Derecho penal". STRATENWERTH 5 remite a las recientemente que "la prohibición bajo amenaza de pena de una
múltiples y diversas definiciones de bien jurídico existentes en conducta que no pueda vincularse con un bien jurídico constitui­
la literatura y de ahí concluye que "conseguir una completa defi­ ría terror estatal [...] la limitación de la esfera de libertad no ten­
nición material del bienjurídico" se parece a lograr "la cuadratu­ dría ningún elemento legitimador del que pudiera extraerse su
ra del círculo"; o sea: es imposible. Yendo más allá, defiende la sentido" 10. ScHÜNEMANN 11 vincula la renuncia al potencial críti­
opinión de que la razón por la que se crea un tipo no es la protec­ co del principio de protección de bienes jurídicos con la regresión
ción de bienes jurídicos, sino lo indeseable de la conducta. Debe­ del Derecho penal "a un nivel pre-ilustrado". No sólo "hay que
ría "reconocerse que lo decisivo a la hora de querer mantener mantener la centralidad del concepto de bien jurídico para la
una norma o, en sentido contrario, de no querer en absoluto que dogmática jurídico-penal", sino que "el auténtico desarrollo de la
se dé una conducta, es la posición de la sociedad reconocida por teoría del bien jurídico está por venir".
el Parlamento" 6. Finalmente, JAKüBS 7 entiende desde un princi­
pio que la finalidad del Derecho penal no es la protección de bie­
nes jurídicos, sino la confirmación de la vigencia de la norma. El (V)
hecho delictivo sería una desautorización de la norma por parte Así pues, hoy nos encontramos de nuevo en una apasionada
del autor, y la pena significaría "que la pretensión del autor no es discusión de principios, en el marco de la cual me sitúo con los de­
fensores del concepto de bien jurídico. Antes de dedicar mi aten­

4 HIRSCH, FS Spinrrllis, 2001, ps. 425 y SS., 436, 445.


5 STRATENWERTH, FS Lenckner, 1998, ps. 377 y ss., 378 y 388. 8 JAKOBS, "Bürgerstrafrecht und Feindstrafrecht", en es Hung, 2003, p. 42.
9 HASSEMER, en su escrito de habilitación, Theorie und Soziologie des Ver­
6 STRATENWERTH, en HEFENDEHL- VON HIRSCH - WOHLERS (eds.), Die Rechts­
gutstheorie, 2003, p. 299 Ysiguientes. brechens-Ansatz zu einer praxisorientierten Rechtsgutslehre, 1973.·
10 HASSEMER, en HEFENDEHL - VON HIRSCH - WOHLERS (eds.), Die Rechtsgut­
7 Me limito aquí al último y más detallado tratamiento del tema hecho por
JAKOBS, "Was schützt das Strafrecht: Rechtsgüter oder Normgeltung?", en FS stheorie, ps. 57 y ss. (64).
Saito, 2003, p. 17 Yss. El artículo apareció previamente en castellano en "Revis­ 11 SCHÜNEMANN, en HEFENDEHL - VON HIRSCH - WOHLERS Ceds.), Die Rechts­

ta Peruana de Doctrina y Jurisprudencia Penal", nO 1, 2000, p. 154 Ysiguientes. gutstheorie, ps. 133 y ss., 145, 154.
122 Fundamentos político-criminales del Derecho penal ¿Es la protección de bienesjurídicos una finalidad ... 123

ción a sus detractores, quisiera presentar mi propia postura, con nuestra tradición liberal-ilustrada de ningún modo han queda­
la concisión exigida por este escrito. Acerca de qué sea un bienju­ do obsoletas, sino que continuamente tienen que ser protegidas
rídico hay tantas y tan distintas opiniones que sólo se puede dis­ frente a tendencias limitadoras de la libertad de los más diver­
cutir con sentido sobre este tema si previamente se aclara qué es sos orígenes.
lo que uno mismo entiende por bien jurídico y de dónde infiere la De todo esto se desprende: en un Estado democrático de Dere­
limitación del Derecho penal a la protección de bienes jurídicos. cho, que es el modelo de Estado que tomo por base, las normas
Mi punto de partida es que los límites de las facultades de in­ penales sólo pueden perseguir la finalidad de asegurar a los ciu­
tervención penal deben extraerse de la función social del Dere­ dadanos una coexistencia libre y pacífica garantizando al tiem­
cho penal. Lógicamente, todo lo que vaya más allá de ésta no pue­ po el respeto de todos los derechos humanos. Así pues, y en la me­
de ser objeto del Derecho penal. El Derecho penal tiene como fi­ dida en que esto no pueda conseguirse de forma más grata, el Es­
nalidad procurar a los ciudadanos una existencia pacífica, libre tado debe garantizar penalmente no sólo las condiciones indivi­
y socialmente segura, en la medida en que tales objetivos no pue­ duales necesarias para tal coexistencia (como la protección de la
dan conseguirse mediante otras medidas socio-políticas menos vida y la integridad física, de la libertad de actuación, de la pro­
intrusivas en la esfera de libertad de los ciudadanos. Entiendo piedad, etcétera), sino también las instituciones estatales que
que esta descripción de fines se corresponde con la auto-compren­ sean imprescindibles a tal fin (una Administración de justicia
sión actual de todas las democracias parlamentarias, de modo que funcione, unos sistemas fiscales y monetarios intactos, una
que no precisa una divagante justificación teórica. Administración sin corrupción, etcétera).
No obstante, es fácil legitimarla acudiendo al pensamientoju­ Llamo "bienes jurídicos" a todos los objetos que son legítima­
rídico-racionalista de la Ilustración, base de la forma democráti­ mente protegib1es por las normas bajo estas condiciones. Éstos
ca de Estado 12 . Según la concepción ideal del contrato social, los no son, como muchas veces se supone, sustratos de sentido de
ciudadanos, detentadores del poder estatal, ceden al legislador naturaleza ideal (si lo fueran no podrían ser lesionados), sino en­
sólo aquellas facultades penales que son necesarias para alcan­ tidades reales 13: la vida, la integridad física o el poder de dispo­
zar una convivencia libre y pacífica, y sólo en la medida en que sición sobre valores materiales (la propiedad). Los bienesjurídi­
este fin no se pueda conseguir por medios más suaves. Para esta cos no tienen por qué tener realidad material. La disponibilidad
concepción, lo ideal es que el poder de intervención estatal y la li­ sobre las cosas que garantiza la propiedad o la libertad de actua­
bertad de los ciudadanos se lleven a un equilibrio que le garanti­ ción que protege la prohibición de las coacciones no son objetos fí­
ce al individuo tanta protección como sea necesaria, pero tam­ sicos, pero sin embargo son parte de la realidad empírica. Tam­
bién tanta libertad individual como sea posible. Estas metas de bién son bienes jurídicos los derechos humanos y los derechos
fundamentales, como el libre desarrollo de la personalidad, la li­
bertad de conciencia o la libertad de culto. Su privación conlleva
12 Véase el apretado resumen de SCHÜNEMANN, en HEFENDEHL- VaN HIRSCH­
WOHLERS(eds.),DieRechtsgutstheorie, ps.133y ss., 141, 143; ulteriormente, véa­
se HEFENDEHL' VON HrRSCH - WOHLERS (eds.l, Die Rechtsgutstheorie, ps. 57 y ss.
(58). Este último autor habla de "un Derecho penal yuna fundamentación del mis­ 13 Lo ve adecuadamente HEFENDEHL, Kollektive Rechtsgüter im Strafrecht,
mo guiados ante todo pór la filosofía política de la Ilustración". 2002, p. 28 Ysiguientes.
124 Fundamentos político-criminales del Derecho penal ¿Es la protección de bienesjurídicos una finalidad ... 125

perjuicios muy reales de la vida en sociedad. Del mismo modo, instancia sirven al ciudadano individual. Éste es con seguridad
tampoco son objetos físicos las instituciones estatales, como la el caso de los tradicionales bienes jurídicos universales, que son
Administración de justicia o el sistema monetario u otros bienes comúnmente aceptados. Es fácil ver que una Administración de
jurídicos de la comunidad, pero sí son realidades necesarias pa­ justicia ordenada y una moneda intacta son necesarias para el
ra la vida, cuya lesión puede perjudicar de forma duradera la ca­ libre desarrollo del sujeto en la sociedad. Incluso la obligación de
pacidad de prestación de la sociedad y la vida de los ciudadanos. pagar impuestos, a menudo aborrecida por los ciudadanos, no
Con apoyo en estas reflexiones se pueden definir los bienesju­ tiene como objetivo el enriquecimiento del Estado, sino la utili­
rídicos como realidades o fines que son necesarios para una vida dad del individuo, a la que se refieren las prestaciones estatales
social libre y segura que garantice los derechos humanos y funda­ sufragadas con los impuestos. El concepto personal de bienjurí­
mentales del individuo, o para el funcionamiento del sistema es­ dico que se ha descrito es la adecuada forma de expresión del Es­
tatal erigido para la consecución de tal fin. La distinción entre tado liberal de Derecho del que parte mi argumentación.
realidades y fines apunta a que los bienes jurídicos no necesaria­ En la medida en que persigue mostrar al legislador los límites
mente le vienen dados al legislador, como ocurre por ejemplo con de la punición legitima, el concepto de bien jurídico que se de­
la vida humana, sino que también puede ocurrir que sean crea­ fiende es además un concepto crítico con la legislación 16, De este
dos por él, como sucede por ejemplo en el caso de los impuestos. modo se diferencia del llamado "concepto metodológico" de bien
La definición propuesta designa un concepto "personal" de jurídico 17, según el cual por bien jurídico no hay que entender
bien jurídico como el que hace más de treinta años desarrollaron otra cosa que la finalidad de la ley, la ratio legis. Este concepto de
por vez primera RUDOLPHI, MARx y líASSEMER 14, de forma similar bien jurídico ha de rechazarse, porque no dice nada que vaya
y conforme con el concepto propuesto por el ProyectoAlternativo. más allá del por lo demás reconocido principio de interpretación
Tal concepto de bien jurídico no puede limitarse a bienesjurídi­ teleológica.
cos individuales, sino que incluye bienes jurídicos de la comuni­ I

dad 15. Éstos, sin embargo, sólo son legítimos cuando en última (VI)
¿Cuáles son las concretas prestaciones que puede ofrecer tal
concepto liberal, personal y crítico con la legislación? ¿Qué lími­ I
14 RUDOLPHI, FS Honig, 1970, p. 151; MARx, Zur Definition des Begriffs
"Rechtsgut", 1972; HASSEMER, Theorie und Soziologie des Verbrechens-Ansatz zu
einer praxisorientierten Rechtsgutslehre, 1973. Muy bien actualmente, HEFEN­
DEHL, Kollektive Rechtsgiiter im Strafrecht, 2002, quien efectúa "una materiali­ 16 HASSEMER habla de un concepto de bien jurídico "crítico con el sistema"
zación del bien jurídico a través de la Constitución" (p. 42 y ss.), Según ésta, "no [systemkritischJ en Theorie und Soziologie des Verbrechens-Ansatz zu einer pra­
hay bienes jurídicos de la comunidad sin referencia individual" (p. 60). A esta xisorientierten Rechtsgutslehre, 1973, Yen su última ponencia sobre el tema en
idea, como a la que aquí se defiende, subyace "la concepción liberal del Estado per­ HEFENDEHL- VaN HIRSCH - WOHLERS (eds.), Die Rechtsgutstheorie, 2003. La carac­
filada por la Ley Fundamental, que configura y maneja la forma y la actividad del terización de éste como "crítico con la legislación" [gesetzgebungskritischJ me pa­
Estado desde la dignidad de las personas" (ps. 61 y 62). rece más adecuada, toda vez que la crítica se mueve dentro del marco del sistema
15 De forma abarcadora sobre los bienes jurídicos colectivos, HEFENDEHL, Kol­
constitucional vigente.
lektive Rechtsgiiter im Strafrecht, 2002; ANASTASO - POULOU, Deliktstypen zum 17 Creado por HONIG, Die Einwilligung des Verletzten, 1919, p. 30; GRÜNHUT,
Schutz kollektiver Rechtsgiiter, 2005. FS Frank, vol. 1, 1930, ps. 1 y ss. (8).
126 Fundamentos político-criminales del Derecho penal ¿Es la protección de bienesjuridicos una finalidad ... 127

tes impone al legislador? Éste es un tema muy amplio que real­ dica lo que quería el legislador. Lo importante es, sin embargo, si
mente sólo puede tratarse en un libro, ya que uno debería revi­ se ve perjudicada la coexistencia libre y pacífica de las personas,
sar numerosos preceptos penales, tanto alemanes como extran­ y esto es algo que ha de negarse cuando los excesos puedan evi­
jeros, y analizarlos minuciosamente para comprobar su compa­ tarse mediante controles estatales.
tibilidad con las exigencias del principio de protección de bienes
En tercer lugar, la mera ilicitud moral no basta parajustificar
jurídicos aquí propuesto. Como ello no puede hacerse en este
una disposición penal. En tanto no lesione la libertad y la segu­
marco, me conformaré con apuntar las ideas directrices.
ridad de nadie, no lesiona un bien jurídico. Al inicio del artículo
En primer lugar, resulta claro que son ilegítimas aquellas nor­ ya he puesto ejemplos al respecto.
mas penales que vienen exclusivamente motivadas por la ideo­ En cuarto lugar, la lesión de la propia dignidad no supone la
logía o atentan contra los derechos humanos y fundamentales. lesión de un bien jurídico. Últimamente, el legislador alemán se
La punibilidad de las manifestaciones contrarias al régimen, remite gustosamente a esta justificación de la incriminación.
por ejemplo, atentaría contra la libertad ideológica, la punibili­ Así, por ejemplo, toda modificación artificial de la información
dad del matrimonio de personas de diferente raza atentaría con­ hereditaria de un gameto humano es punible 21 , porque supues­
tra el principio de igualdad. Ambos principios se incluyen en la tamente lesiona la dignidad humana. Sin embargo, sólo existe
Constitución alemana y son así mismo internacionalmente re­ lesión de un bien jurídico cuando de tal modo se manipule el
conocidos, de modo que vinculan al legislador. acerbo genético del recién nacido, porque se estarán disminuyen­
En segundo lugar, la mera delimitación de la finalidad de la do sus posibilidades de desarrollo no susceptibles de ser planifi­
ley no constituye todavía un bien jurídico. Sin entrar en los deta­ cadas. Si la intervención tiene lugar para evitar graves enferme­
lles, tomaré dos ejemplos del Derecho alemán. Éste pune la ad­ dades hereditarias, sin embargo, el niño no se ve perjudicado, si­
quisición de pequeñas cantidades de hachís para consumo pro­ no que se mejoran sus oportunidades de supervivencia y desa­
pi0 18 y el tráfico de órganos con fines de trasplante 19. Cuando se rrollo. Eso no es una lesión de bienes jurídicos.
afirma, como a menudo se hace entre nosotros, que en el primer En quinto lugar, la protección de ciertos sentimientos sólo pue­
caso se protege el bien jurídico "sociedad sin drogas" y en el se­ de considerarse protección de bienes jurídicos cuando se trate de
gundo la "preservación de las donaciones de órganos de conside­ sentimientos de inseguridad. La amenaza con pena de la discri­
raciones comerciales", resulta claro que esto no es suficiente pa­ minación de parte de la población (la incitación alodio, la violen­
ra legitimar el precepto 20 . La razón está en que con ello sólo se in­ cia o el desprecio) que realiza el legislador alemán 22 estájustifi­
cada. También puede justificarse la punibilidad de la conducta
exhibicionista vigente enAlemania 23, en tanto ésta tenga lugar
18 § 29 de la Betaubungsmittelgesetz [Ley de Estupefacientes].
19 §§ 17 Y18 de la Transplantionsgesetz [Ley de Trasplantes].
21 § 5 de la Embryonenschutzgesetz [Ley de Protección del Embrión].

20 Al respecto, HEFENDEHL,Kollehtive Rechtsgüter im Strafrecht, 2002, p. 52:


"La punición de la mera inmoralidad contradiría los principios básicos de la Cons­ 22 § 130, párrs. 1° Y2°, StGB.

titución, en su encarnación en los principios democrático y de Estado de Derecho". 23 § 183, StGB.

128 Fundamentos político-criminales del Derecho penal ¿Es la protección de bienesjurídicos una finalidad ... 129

en condiciones que provoquen el miedo a asaltos sexuales en las dad, una cuestión que resulta importante en el debate actual so­
mujeres a quienes se dirige. bre la eutanasia. En los casos en los que se producen accidentes
en el transcurso de deportes peligrosos, los organizadores y pro­
El Derecho penal no puede pretender una protección más am­
motores deberían resultar exentos de toda consecuencia jurídi­
plia de los sentimientos. El ser humano actual vive en una socie­
co-penal en tanto el deportista fuera consciente de los riesgos. La
dad multicultural entre cuyas condiciones de existencia se en­
ya mencionada adquisición de pequeñas cantidades de drogas
cuentra la tolerancia de conductas que contradicen las propias
blandas para autoconsumo también se ubica en este contexto, y
representaciones valorativas. Por eso, el Derecho penal alemán
lo mismo vale en lo que respecta al alcohol y al tabaco.
va demasiado lejos ya cuando penaliza la provocación de escán­
dalo público mediante la realización de una conducta sexual 24, o En séptimo lugar, las leyes penales simbólicas 26 no sirven a la
hacer llegar a otro una publicación pornográfica sin que éste lo protección de bienes jurídicos. Entiendo por "tipos penales sim­
haya pedid0 25 . Uno tiene que ver muchas otras cosas que no le bólicos" aquellas leyes que no son necesarias para la protección
gustan, y precisamente en los casos expuestos puede solucionar de una convivencia pacífica sino que persiguen fines extrapena­
el problema por sí mismo, dejando de mirar o tirando la publica­ les, como la tranquilidad del electorado o la presentación de una
ción. La seguridad y la libertad de la convivencia en ningún caso buena imagen del Estado.
se ven afectadas, y por eso la punición es una reacción excesiva.
Como ejemplo de lo anterior pondré sólo un precepto del Códi­
El ámbito de las molestias periféricas debería en todo caso ser
go Penal alemán 27, que sanciona penalmente la negación o mini­
objeto del Derecho de policía.
mización de los delitos de genocidio cometidos durante el nacio­
En sexto lugar, ni la autolesión consciente ni su posibilitación nal-socialismo. La negación total o parcial de hechos históricos
o favorecimiento pueden legitimar la amenaza de pena. La pro- . que no supone una aprobación del delito no perjudica la vida en
tección de bienesjurídicos tiene como objetivo la protección de los común de las personas vivas, sobre todo porque estos hechos se
otros, y no la protección frente a uno mismo. El paternalismo es­ han probado y su realidad histórica es generalmente reconocida.
tatal, en la medida en que deba articularse a través del Derecho El auténtico sentido del precepto es mostrar que hoy en día Ale­
penal, sólo puede justificarse en situaciones de déficit de autono­ mania es un Estado purificado que no silencia u oculta los deli­
mía del implicado (minoría de edad, anomalías psíquicas o per­ tos de la época de HITLER. Tal finalidad es digna de encomio. Sin
sonas que no alcanzan a comprender los riesgos para sí mismas). embargo, su persecución no sirve a la protección de bienes jurí­
En consecuencia, y tal y como ocurre en Alemania en contraposi­ dicos, y por este motivo es ilegítimo usar el Derecho penal para
ción con numerosos otros países, la participación en el suicidio su obtención.
debería ser impune en los casos en los que la persona dispuesta a
~

morir ha tomado su decisión en un estado de plena responsabili­ ui


;':
irl
~ 26 Monografía: Voss, Symbolische Gesetzgebung, 1989; artículos: HASSEMER,
~ FS Roxin, 2001, p. 1001 Yss.; HAFFKE, FS Roxin, 2001, p. 955 Yss.; además, véa­
24 § 183a, StGB.
o se HEFENDEHL, Kollektive Rechtsgüter im Stra{recht, 2002, p. 179 Y siguientes.
25 § 184, párr. 10, n° 6, StGB.
l 27 § 130, ap. 30, StGB.
130 Fundamentos político-criminales del Derecho penal ¿Es la protección de bienesjurídicos una finalidad... 131

En octavo lugar, tampoco los tabúes son bienes jurídicos, de lo anterior no se describe un bien jurídico suficientemente con­
modo que no deberían protegerse por medio del Derecho penal. creto. La exigida "adecuación" precisa un juicio de valor insufi­
Me limitaré a poner el ejemplo más provocador, el del incesto. cientemente fundado empíricamente. Para conseguir una solu­
Éste'es sancionado penalmente por el Derecho alemán 28 y por el ción racional susceptible de ser fundamentada de modo convin­
de otros muchos países, a pesar de que no resulta evidente cuál cente ha de renunciarse a estos vagos conceptos generale~ y
es el daño que se produce cuando por ejemplo un hermano y una constatarse si tales preceptos pretenden prevenir una auténtica
hermana mayores de edad deciden de mutuo acuerdo mantener amenaza para la seguridad o sólo persiguen la protección de ta­
relaciones sexuales. Lajustificación usualmente aducida de que búes o sentimientos.
se trata de evitar el nacimiento de niños con taras genéticas no
se sostiene. Por un lado, porque por lo general tales relaciones no
(VIl)
producen descendencia; en segundo lugar, porque en caso de que
la hubiera es muy improbable que efectivamente tuviera taras y, Podría alargar mi lista y multiplicar los ejemplos, pero en­
en tercer lugar, porque en el resto de los casos el Estado, por res­ tiendo que la apretada exposición anterior ya muestra que el
peto a la esfera íntima, no intenta evitar por medios penales el concepto de bienjurídico que defiendo aporta baremos para la li­
nacimiento de niños con taras. El precepto protege un tabú que mitación de la punibilidad que resultan plenamente aplicables.
procede de los inicios de la socialización de los seres humanos y Por supuesto que se podrá discutir una u otra de mis asuncio­
que hoy en día es generalmente respetado con independencia de nes 31 . Pero lo que es innegable es que el merecimiento de pena en
la intervención del Derecho penal. Como ya se observó en tiem­ todos los casos mencionados es desde hace tiempo percibido co­
pos de la Ilustración 29 , no existen razones suficientes para su mo algo problemático, y todas las argumentaciones relevantes a
protección penal. la hora de tomar la decisión dependen explícita o implícitamen­
te del principio de protección de bienes jurídicos.
En noveno lugar, tampoco han de ser reconocidos como bienes
En mi opinión este principio, tal y como lo he delineado, cum­
jurídicos aquellos objetos de abstracción inaprensible. Ellegis­
ple sobre todo una función de directriz político-criminal del le­
lador alemán, por ejemplo, pune ciertas formas de conducta
gislador, como arsenal de instrucciones para la elaboración de
cuando son "adecuadas" para "perturbar la paz pública" 30. Con
un Derecho penal propio del Estado de Derecho democrático li­
beral. La ulterior cuestión de si un precepto que no cumple con
28 § 173, StGB.
tales criterios puede incluso llegar a ser nulo la trataré aquí sólo
29 HOMMEL, Des Herrn Marquis van Beccaria unsterbliches Werk van Verbre­
chen und Strafen, Hammelische Varrede, 1778; reimpresión, Berlin, 1966, p. 15:
con unas breves referencias a la situación enAlemania, ya que se
"Casarse con la propia hermana es un pecado para los cristianos, pero no un ilíci­ trata de un tema constitucional que puede decidirse de forma
to civil. Sólo puede considerarse delito o ilícito aquello mediante lo cual injurio a distinta en uno u otro país.
alguien. Éste es el único objeto de las leyes penales civiles".
30 Así por ejemplo, en el ya mencionado § 130 Yen el § 166, StGB ["Desprecio
a las creencias, a las entidades religiosas y a las asociaciones ideológicas"]. Con 31 Esta apertura a la discusión racional es vista con razón por Mm PUlG, GA,
mayor profundidad sobre los delitos de protección de la paz, HEFENDEHL, Kallek­ 2003, p. 863 y ss. (866) precisamente como una ventaja del concepto de bienjurí­
tive Rechtsgüter im Strafrecht, 2002, p. 284 y siguientes. dico.

11
132 Fundamentos político-criminales del Derecho penal ¿Es la protección de bienesjurídicos una finalidad... 133

(VIII) Pero cuando no pueda encontrarse una fundamentación seria­


Por lo que respecta al Derecho alemán, hasta la fecha nuestro mente defendible, la consecuencia tendrá que ser la nulidad de
Tribunal Constitucional no ha elevado la aptitud del precepto semejante norma penal "desproporcionada". El futuro mostrará
para la protección de bienes jurídicos a la categoría de condición en qué medida lograrán imponerse las anteriores reflexiones.
de su validez. Ello ha encontrado además amplio acuerdo en las
monografías al respect0 32 , a pesar de que, tal y como se explicó al
principio, la restricción del Derecho penal a la protección de bie­ (IX)
nes jurídicos puede inferirse plenamente de las bases filosófico­
El principio de protección de bienes jurídicos no puede ser
políticas de la democracia parlamentaria. Este desdén por la po­
c0!1siderado el único criterio para la legitimación de los tipos pe­
tencia crítica del principio de protección de bienes jurídicos 33 ha
nales. En la doctrina jurídico-penal alemana se discute inten­
contribuido determinantemente a su desatención por la literatu­
samente sobre la justificación democrática de la tendencia de
ra doctrinal y el legislador alemán.
nuestro legislador a adelantar la intervención penal a estadios
Sin embargo, existen puntos de contacto que permiten la re­ previos a la lesión del bien jurídico. Así por ejemplo, la conduc­
cepción constitucional de la idea de protección de bienes jurídi­ ción bajo los efectos del alcohol se pune incluso cuando no ha ocu­
cos. El tribunal evalúa la admisibilidad de las intervenciones rrido nada 35, Yla punición por estafa consumada de seguro tiene
penales conforme al principio de proporcionalidad, una de cu­ lugar ya cuando uno hace desaparecer su propiedad para luego
yas manifestaciones es la denominada "prohibición de exceso" declararla como robada ante el segur0 36 .
[Übermassuerbot). Se podría afirmar sin más que un precepto pe­
En tales casos, muy numerosos en la legislación más reciente,
nal que no protege bien jurídico alguno es nulo por constituir una
el principio de protección de bienes jurídicos sólo es útil en forma
intromisión excesiva en la libertad de los ciudadanos 34 . Por su­
modificada. Sin duda, los preceptos que he puesto como ejemplo
puesto, a la hora de enjuiciar si un precepto penal se puede con­
sirven a la protección de bienes jurídicos; el primero de ellos a la
siderar un instrumento útil para la protección de bienes jurídi­
de la integridad física, la vida y los valores patrimoniales en el
cos habrá de concederse un margen de apreciación al legislador.
tráfico rodado, el segundo, a la del patrimonio de las empresas de
seguros. El problema de estos preceptos es que la conducta incri­
32 LAGODNY, Strafrecht vor den Schranken der Grundrechte, 1996; i\pPEL, minada aún se sitúa muy lejos de la auténtica lesión de bienes
Verfassung und Strafe, 1998; STÁCHELrN, Strafgesetzgebung im Verfassungsstaat, jurídicos. Del concepto de protección de bienes jurídicos sólo se
1998. sigue que en los supuestos de antelación considerable de la puni­
33 SCHÜNEMANN, en HEFENDEHL - VON HIRSCH - WOHLERS (eds.), Die Rechts­ bilidad se precisa unajustificación especial de por qué ésta es ne­
gutstheorie, 2003, ps. 133 y ss. (145).
cesaria para la protección efectiva de un bien jurídico.
34 En este sentido, STACHELIN, Strafgesetzgebung im Verfassungsstaat, ps.
163-165; HASSEMER, en HEFENDEHL - VON HIRSCH - WOHLERS (eds.), Die Rechts­
gutstheorie, 2003, ps. 57 y ss. (p. 64). De manera profusa sobre la proporcionali­
dad como un "límite constitucional negativo", HEFENDEHL, Kollektive Rechtsgüter 35 §316,StGB.
im Strafrecht, 2002, p. 83 Ysiguientes. 36§ 265, StGB.
134 Fundamentos político-criminales del Derecho penal ¿Es la protección de bienesjurídicos una finalidad ... 135

Tal justificación puede ofrecerse en el primer caso (ya que un forme al que sólo puede amenazarse con una pena cuando no
conductor ebrio no está en condiciones de controlar suficiente­ baste con medidas más suaves de carácter civil o administrativo,
mente su conducta, de modo que en cualquier momento puede o con otras medidas de política social. Como siempre he mante­
pasar algo), pero no en el segundo (porque a quien oculta su pro­ nid 0 39, el Derecho penal protege los bienes jurídicos de forma se­
piedad todavía le es posible decidir si procede a engañar a su cundaria. Pero ello no resta significado al concepto de bienjurí­
asegurador o no). Las múltiples precisiones necesarias en el ám­ dico, como quizás hayan logrado mostrar mis reflexiones.
bito de los delitos de peligro abstracto y la punición de los actos Además, HIRSCH piensa que del concepto de bien jurídico "tan
preparatorios precisan un análisis específico que aquí no puede sólo se desprendería qué es jurídicamente relevante y qué no, y
hacerse 37 . esto no es un problema específico del Derecho penal". Sin embar­
go, sin duda es un problema penal determinar si hay que derogar
(X) o introducir una prohibición penal en los casos en los que no hay
Para terminar, quiero decir algo sobre los críticos del concepto lesión de un bien jurídico, y ello no cambia por el hecho de que de
tal circunstancia también se desprenda la cuestión de la legiti­
de bien jurídico, para lo que me centraré en las últimas contribu­
midad de la intervención para otras ramas del ordenamiento.
ciones de los tres autores mencionados al inicio (HIRSCH, STRA­
En mi opinión, el hecho de que no exista una lesión de bienes ju­
TENWERTH, JAKüBS).
rídicos tampoco impide terminantemente que los estándares
1 - HIRSCH 38 no niega que sea posible inferir el concepto de culturales comúnmente admitidos de ciertos países puedan ser
bien jurídico personal del contrato social, pero entiende que éste protegidos mediante el Derecho administrativo. El que los nor­
no vincula al legislador. Según él, "ningún interés de la colectivi­ te-europeos tomen el sol completamente desnudos en las playas
dad lleva escrito que por su naturaleza pueda ono pretender pro­ del sur de Europa o anden en bañador por las zonas residencia­
tección penal". En el caso de los bienes jurídicos individuales les no puede ser objeto del Derecho penal. Pero la población au­
"tampoco está indicada la protección total, por ejemplo contra el tóctona tampoco tiene por qué aguantarse cuando ello atente
uso transitorio de la propiedad ajena". Sin embargo, la existen­ contra su concepción del decoro. La regulación por medio del De­
cia de la lesión de un bien jurídico, como ocurre en el hurto de recho administrativo (por ejemplo, la delimitación de las zonas
uso, sólo dice que la penalización de la conducta es posible, no nudistas y la prohibición de ir en bañador por las'zonas residen­
que sea obligatoria. Junto al principio de protección de bienesju­ . ciales o en los locales de la ciudad) debería permitirse y poder im­
rídicos y con igual rango está el principio de subsidiariedad, con­ ponerse mediante sanciones no penales.
A fin de cuentas, HIRSCH 4ü recurre al principio constitucional
37 Las más importantes de entre las últimas monografías son: HERZOG, Ge­
de proporcionalidad para imponerle límites al legislador. Lo vin­
sellschaftliche Unsicherheit und strafrechtliche Daseinsvorsorge. Studien zur cula sobre todo con el principio de subsidiariedad, pero añade
Vorverlegung des Strafrechtsschutzes in den Gefiihrdungsbereich, 1991; ZIES­
CHANG, Die Gefiihrdungsdelikte, 1998; WOHLERS, Deliktstypen des Priiventions­
strafrechts, 2000, HEFENDEHL, Kollektive Rechtsgüter im Strafrecht, 2002. 39 ROXIN, Strafrecht, Allgemeiner Teil, vol. 1, 3a ed., 1997, § 2, n° 1 y siguientes.
38 HIRSCH,FS Spinellis, 2001, ps. 425 y ss. (430 y 431). 40 HIRSCH, FS Spinellis, 2001, ps. 425 y ss. (434).
136 Fundamentos político-criminales del Derecho penal ¿Es la protección de bienesjurídicos una finalidad... ~

que la "legitimidad de la incriminación sólo deja de existir en social en torno a "no querer algo" como base de la tipific2l ción pe­
aquellos ámbitos de conducta que no ofrecen motivo alguno pa­ nal. De este modo, se renuncia por completo al potenci2l1crítico
ra su omisión". Si se interpreta esta peculiar formulación en el del principio de protección de bienes jurídicos. PuedeJ1 existir
sentido de que no existe "motivo" para la "omisión" de la conduc­ buenas razones para que los grupos sociales con influeIlcia par­
ta cuando su prohibición no protege bienes jurídicos, la concep­ lamentaria "no quieran algo", como por ejemplo el fumar y el be­
ción de HIRSCH y la mía son perfectamente compatibles. ber lesivos de la salud, la lectura de libros pornográficoS o elli­
bertinaje sexual. En un Estado libre, sin embargo, de lo l1nterior
2 - STRATENWERTH 41 no rechaza completamente el concepto
no se sigue que exista una razón suficiente para punir.
de bien jurídico, aunque piensa que encontrar una definición
aceptable de éste es una tarea "irrealizable" 42. Por el contrario, Hay un punto importante en el cual coincido en conjOnto con
entiendo que la descripción ofrecida en esta conferencia ofrece STRATENWERTH. Éste quiere incluir entre las finalidadeS del De­
una base sobre la cual poder trabajar, aun cuando pueda necesi­ recho penal la protección de los animales 47 y de las condiciones
tar ser mejorada. para la existencia de las generaciones futuras 48 . Yo también
Además de ello, STRATENWERTH entiende que hay que proteger pienso que el maltrato de animales o la extinción de especies
penalmente "tabúes culturales" 43 y "algunas normas de conduc­ puede penarse, igual que por ejemplo la destrucción del clima
ta elementales"44, aun cuando su infracción no suponga lesión que perjudique de forma duradera la vida de las generaciones fu­
de bien jurídico alguno. De otra manera no podría explicarse la turas. Ello parecería contradecir la idea de protección de bienes
punición de las conductas sexuales en público o un tipo penal tan jurídicos, porque lo que se haga a los animales o a las generacio­
dudoso como el incesto entre adultos 45. Es cierto que los anterio­ nes futuras no tiene por qué perjudicar a las personaS actual­
res tipos chocan con el principio de protección de bienes jurídi­ mente vivas. Pero uno no tiene que renunciar al principio de pro­
cos, pero queda por explicar cómo de su existencia puede inferir­ tección de bienes jurídicos, como pretende STRATENWERTII, sino
se su legitimidad (siendo así que el propio STRATENWERTH duda que sólo tiene que ampliarlo, extendiendo el contrato social del
de la legitimidad del segundo tipo en cuestión). círculo de las personas vivientes a otras criaturas de la creación
[MitgeschOpfeJ ya las generaciones futuras 49 . En Alemilllia ello
En su última contribución sobre el tema46, STRATENWERTH ha
ha sido aclarado por la Constitución, que en un precepto introdu­
radicalizado su posición, admitiendo la suficiencia de consenso
cido en una reforma reciente establece50: "En cumplimiento de

41 STRATENWERTH, FS Lenckner, 1998, p. 377 Ysiguientes. 47 STRATENWERTH, FS Lenckner, 1998, ps. 377 y ss. (386).
42 Ídem, p. 388.
48 STRATENWERTH, en la conferencia "Zukunftssicherung mit den ¡vIitteln des
43 Ídem, p. 389.
Strafrechts", ZStW 105 (1993),679 Ysiguientes.
44 Ídem, p. 390.
49 De acuerdo (al menos para la protección del futuro), SCHÜ¡$MANN, en
45 Ídem, ps. 389 y 390. SCHÜNEMANN -MÜLLER - PHILIPPS (eds.), Das Menschenbild im weltweiten Wandel
46 STRATENWERTH, en HEFENDEHL - VON HIRSCH - WOHLERS (eds.), Die Rechts­ der Grundrechte, 2002, p. 3 Ysiguientes.
gutstheorie, 2003, p. 299 Ysiguientes. 50 Art. 20a de la Ley Fundamental.
138 Fundamentos político-criminales del Derecho penal ¿Es la protección de bienesjurídicos una finalidad... 139

su responsabilidad para con las generaciones futuras, el Estado mación sobre la legitimidad ola ilegitimidad del contenido de las
protegerá la fauna y los recursos naturales". Entiendo que la evo­ normas, ya que considera que este tipo de afirmaciones no son
lución internacional sigue esta misma dirección. científicas. Entiende que uno puede "optar políticamente por
normas que protejan la vida libre de las personas" 54 y conseguir
3 - Para JAKüBS, finalmente, el Derecho penal no tiene como así "el mismo punto de partida crítico del que se vanagloria la
fin la protección de bienes jurídicos, sino impedir la pérdida de teoría de protección de bienes jurídicos. Pero no se trata de un
vigencia de la norma 51 . "Desde esta perspectiva, la ejecución de punto de partida científico, sino político. Sobre ello no hay nada
la pena supone siempre el cumplimiento de su fin. Se confirma la más que decir".
constitución de la sociedad" 52. Se trata de una teoría de la socie­
Me parece que la utilización de un concepto restringido de
dad cuyo parecido con la teoría de la pena de HEGEL (la pena co­
ciencia pone en este caso a los juristas a merced del capricho y la
mo "negación de la negación del Derecho") salta a la vista. Sin
arbitrariedad del legislador. Es sin duda cierto que la política
embargo, no comparto este enfoque. En mi opinión, el sistema
criminal como tal todavía no es una ciencia. Sin embargo, el de­
social no debe ser conservado en su propio beneficio 53, sino en be­
sarrollo de .límites sustantivos a la legislación penal desde los
neficio de las personas que viven en tal sociedad. Y aunque ello
principios político-criminales del orden constitucional democrá­
no fuera así, el Estado no se podría conservar mediante imputa­
tico-liberal es desde luego una tarea de los juristas, tanto da que
ciones de sentido, sino por la eficacia real de sus medidas de di­
se lleve a cabo por la doctrina o por lajurisdicción constitucional.
rección de conductas, entre las que se encuentran la amenaza y
la ejecución de la pena. JAKüB8 discute sobre todo que pueda vincularse con la lesión
de bienes jurídicos la categoría por mí introducida de los delitos
Aun prescindiendo de estas objeciones, la norma no puede
de infracción de un deber 55 , entre los que se cuentan principal­
pretender únicamente la obediencia por parte de los ciudada­
mente aquellos cometidos en el ejercicio de la función pública.
nos, sino que siempre tiene que dirigirse a la obtención de una
Según él, por ejemplo, la prevaricación judicial 56 sólo se entien­
acción o una omisión, esto es, a la producción de un determinado
de correctamente como infracción de un deber, y no como lesión
estado de cosas. En un Estado de Derecho democrático del tipo
de bienesjurídicos 57 . Sin embargo, no estoy de acuerdo. LaAd­
que he asumido como modelo, este estado de cosas sólo puede
ministración de justicia, cuya condición de bien jurídico es indis­
consistir en la convivencia pacífica, libre y respetuosa de los de­
cutible 58 , se ve perjudicada en grado sumo cuando unjuez dicta
rechos humanos de los distintos miembros de la sociedad. Fren­
te a lo anterior, JAKüB8 evita a propósito efectuar cualquier afir­
54 JAKOBS,FS Saito, 2003, ps. 17 y ss. (31).
55 ROXIN, Tiiterschaft und Tatherrscha{t, 7" ed., 2000, p. 352 y ss.; edición es­
51 JAKOBS, FS Saito, 2003, p. 17 Yss. Ylas citas ya mencionadas supra, ap. Iv.
pañola, 1998,p. 383 Yss. Al respecto, véase con mayor profundidad, SÁNCHEZ VE­
RA, Pflichtdelikt und Beteiligung, 1999.
52 Ídem, p. 34.

56 § 339, StGB.
53 En sentido parecido, véase la crítica de Mm PUIG, GA, 2003,863 y ss. (866):

"En lugar de ser un instrumento que debe legitimarse conforme al fin que persi­ 57 JAKOBS,FS Saito, 2003, ps. 17 y ss. (21).
gue, la norma pasa a ser un fin en sí misma". 58 Véase supra, ap. V.
140 Fundamentos político-criminales del Derecho penal

conscientemente una decisión incorrecta. La infracción de un


deber típico especial, por el contrario, sólo es un elemento de la
autoría; a los inductores y a los cooperadores, aunque no sean
jueces, se les pena por el mismo artículo, sin que importe que sea
en menor medida. Ello no sería posible si la lesión del bienjurí­
dico no trajera consigo la punibilidad.
Además, y de nuevo según JAKüBS, el concepto de bien jurídico
"carece de contenido liberal genuino" 59. Así, la punibilidad de la
homosexualidad en una "comunidad caracterizada por la jerar­
quía masculina", como ocurría en el ejército prusiano, protegía
bienes jurídicos, ya que las relaciones sexuales "ajenas a lajerar­
quía establecida" habrían tenido efectos negativos para ésta 6ü .
Del mismo modo, en momentos históricos anteriores el incesto le­
sionaba el bien jurídico de la "clara estructuración familiar" 61.
Resulta indiferente que estas atrevidas tesis puedan demos­
trar que tales preceptos protegieron bienes jurídicos en el pasa­
do lejano. Los bienes jurídicos no tienen una eterna validez ius­
naturalista, sino que se ven afectados por los cambios en la es­
tructura constitucional y las relaciones sociales. Hoy en día, en
cualquier caso, ya no son bienes jurídicos, como concede JAKüBS
cuando dice que "estos bienes han sido abandonados" 62. El Dere­
cho penal contemporáneo de la democracia parlamentaria es el
único trasfondo de mi noción de bien jurídico. En la medida en
que recomienda la renuncia a preceptos "abandonados", JAKüBS
se aproxima a fin de cuentas a la postura aquí defendida. Sólo
falta reconocer, además, que, como he intentado mostrar, algu­
nas disposiciones penales no cumplen de antemano función legí­
tima alguna.

59 JAKOBS, FS Saito, 2003, ps. 17 y ss. (27).


60 Ídem, p. 26.
61 Ídem, p. 27.
62 Ídem, p. 27.

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