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el cerebelo está en la fosa craneal posterior, dorsalmente al tronco

encefálico,
apoyado sobre las fosas cerebelosas del occipital, y separado de los
lóbulos
occipitais del cerebro por la tienda del cerebelo.
Está constituido por el vermis cerebeloso (línea media), y 2 hemisferios
cerebelosos (laterales). La superficie está recorrida por fisuras del
cerebelo que
lo dividen en lóbulos, lobulillos y láminas o folias. Circunvalando el
cerebelo el cerebelo, entre las caras superior (central) e inferior, está la
fisura horizontal →
En la cara superior está el vermis superior, y al lado del vermis está la cara
superior de los hemisferios cerebelosos. En la cara inferior, en la parte
media
está la vallécula del cerebelo. En la parte medial de los hemisferios, se
encuentran las amígdalas cerebelosas. En la cara anterior (para verla, es
preciso
seccionar los pedúnculos cerebelosos), está el fastigio (prolongación
central del
cuarto ventrículo), a los lados se observa la sección de los 3 pedúnculos
cerebelosos reunidos en una masa común., por encima está el velo
medular
superior (conecta los pedúnculos superiores y se fija a la língula), y por
debajo
está el velo medular inferior. En el límite entre las caras anterior e inferior
se
dispone el lóbulo floculonodular (nódulo + 2 flóculos; unidos mediante el
pedúnculo del flóculo, que se adhiere el velo medular inferior).
Simpático y parasimpatico

1. La estimulación de la rama simpática del sistema nervioso


autónomo desencadena los síntomas de la respuesta de lucha o
huida, mientras que la estimulación de la rama parasimpática
induce la respuesta de relajación.
1. La noradrenalina es el principal neurotransmisor liberado en los
receptores adrenérgicos, que pueden ser del tipo alfa o beta. La
acetilcolina es el otro neurotransmisor importante del sistema
nervioso autónomo.

La acetilcolina es el principal neurotransmisor liberado en los


receptores colinérgicos (nicotínicos y muscarínicos) tanto en el
sistema nervioso simpático como en el parasimpático. También es el
neurotransmisor de los receptores nicotínicos del músculo
esquelético.
1. Los fármacos que actúan sobre el sistema nervioso autónomo se
clasifican en función de los receptores que estimulan o bloquean:
los simpaticomiméticos estimulan los nervios simpáticos y los
parasimpaticomiméticos estimulan los nervios parasimpáticos; los
antiadrenérgicos inhiben la rama simpática, mientras que los
anticolinérgicos inhiben la rama parasimpática.
2. Los simpaticomiméticos actúan, bien directamente, activan do los
receptores adrenérgicos, bien indirectamente, aumentando la
liberación de noradrenalina de las terminaciones nerviosas. Se
emplean fundamentalmente por sus efectos sobre el corazón, el
árbol branquial y las fosas nasales.
3. Los antiadrenérgicos se emplean fundamentalmente para la
hipertensión y son los fármacos que actúan sobre el sistema
nervioso autónomo más usados.
4. Los parasimpaticomiméticos actúan, bien directamente,
estimulando los receptores colinérgicos, bien indirectamente,
inhibiendo la acetilcolinesterasa. Tienen escasas indicaciones
terapéuticas debido a sus
5. Los simpaticomiméticos actúan, bien directamente, activan do los
receptores adrenérgicos, bien indirectamente, aumentando la
liberación de noradrenalina de las terminaciones nerviosas. Se
emplean fundamentalmente por sus efectos sobre el corazón, el
árbol branquial y las fosas nasales.
6. Los antiadrenérgicos se emplean fundamentalmente para la
hipertensión y son los fármacos que actúan sobre el sistema
nervioso autónomo más usados.
7. Los parasimpaticomiméticos actúan, bien directamente,
estimulando los receptores colinérgicos, bien indirectamente,
inhibiendo la acetilcolinesterasa. Tienen escasas indicaciones
terapéuticas debido a sus
8. El sistema nervioso simpático se activa en condiciones de estrés y
desencadena una serie de acciones denominadas respuesta de
lucha o huida. La activación de este sistema prepara al organismo
para responder de forma inmediata ante una amenaza potencial: la
frecuencia cardíaca y la presión arterial aumentan y se incrementa
el aporte sanguíneo a los músculos esqueléticos; el hígado produce
inmediatamente más glucosa para obtener energía; los bronquios
se dilatan para aumentar la llegada de aire a los pulmones y las
pupilas se dilatan para mejorar la visión.
9. Por el contrario, el sistema nervioso parasimpático se activa en
condiciones de tranquilidad y produce un efecto que se conoce
como respuesta de relajación. Se estimulan los procesos digestivos y
desciende la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Al reducirse la
necesidad de aire, los bronquios se contraen. La mayoría de las
acciones de este sistema son las opuestas a las del sistema
simpático.
10.
Noradrenalina y acetilcolina
Los principales neurotransmisores del sistema nervioso autónomo son la
noradrenalina (NA) y la acetilcolina (Ach). La comprensión de la acción
farmacológica exigirá un conocimiento profundo de la fisiología de estos
neurotransmisores.

En el sistema nervioso simpático, la noradrenalina es el neurotransmisor


liberado en casi todos los nervios posganglionares. La excepción son las
glándulas sudoríparas y en ellas el neurotransmisor es la acetilcolina. La
noradrenalina pertenece a una clase de sustancias denominadas
catecolaminas naturales, todas ellas participantes de la neurotransmisión.
Entre las catecolaminas naturales se encuentran la epinefrina (adrenalina)
y la dopamina; ejemplos de catecolaminas sintéticas son la isoprenalina y
la dobutamina. Los receptores quese encuentran al final de las neuronas
simpáticas posganglionares se denominan adrenérgicos, que proviene de
la palabra adrenalina.
Clasificación y denominación de los fármacos que actúan sobre el sistema
nervioso autónomo
Dado que los sistemas nerviosos simpático y parasimpático tienen
acciones opuestas, estos fármacos se clasifican en función de cuatro
posibles acciones.

Estimulación del sistema nervioso simpático. Estos fármacos reciben el


nombre de adrenérgicos o simpaticomiméticos y provocan los clásicos
síntomas de la respuesta de lucha o huida. Entre las sustancias naturales o
sintéticas que desencadenan una respuesta simpaticomimética se
encuentran las catecolaminas.
Inhibición del sistema nervioso simpático. Estos fármacos reciben el
nombre de bloqueantes adrenérgicos o antiadrenérgicos, y su acción es la
opuesta a la de los simpaticomiméticos. El término simpaticolítico es otro
nombre para estos fármacos.
Estimulación del sistema nervioso parasimpático. Estos fármacos reciben
el nombre de colinérgicos o parasimpaticomiméticos y desencadenan los
síntomas característicos de la respuesta de relajación.
Inhibición del sistema nervioso parasimpático. Estos fármacos reciben el
nombre de bloqueantes colinérgicos o anticolinérgicos,
parasimpaticolíticos o bloqueantes muscarínicos y su acción es la opuesta
a la de los colinérgicos.
Aplicaciones clínicas de los simpaticomiméticos
Los fármacos adrenérgicos, también conocidos como simpaticomiméticos,
estimulan el sistema nervioso simpático e inducen los síntomas
característicos de la respuesta de lucha o huida. Estos fármacos tienen
aplicaciones clínicas en el tratamiento del shock y la hipotensión.

Los simpaticomiméticos producen muchas de las respuestas


desencadenadas por los anticolinérgicos. Sin embargo, dado que el
sistema nervioso simpático dispone de receptores α y β, las acciones de
muchos simpaticomiméticos son más específicas y tienen una mayor
aplicación terapéutica
Aplicaciones clínicas de los antiadrenérgicos
Los antiadrenérgicos o bloqueantes adrenérgicos inhiben el sistema
nervioso simpático y producen muchos de los efectos de relajación
desencadenados por los parasimpaticomiméticos. Su principal aplicación
terapéutica es el tratamiento de la hipertensión.

Los antiadrenérgicos actúan bloqueando directamente los receptores


adrenérgicos y sus acciones específicas dependerán del receptor que
bloqueen, alfa o beta. Los medicamentos de esta clase tienen una gran
aplicación terapéutica y son los fármacos que actúan sobre el sistema
nervioso autónomo
Aplicaciones clínicas de los parasimpaticomiméticos
Los parasimpaticomiméticos o colinérgicos son fármacos que activan el
sistema nervioso parasimpático, induciendo la respuesta de relajación.

El parasimpaticomimético clásico es la acetilcolina, el neurotransmisor


endógeno presente en las sinapsis colinérgicas del sistema nervioso
autónomo. Sin embargo, la acetilcolina casi no tiene aplicación
terapéutica, ya que se destruye rápidamente tras su administración y
produce muchos efectos secundarios. Recuerde que la Ach es el
neurotransmisor presente a nivel ganglionar, tanto en la rama simpática
como en la parasimpática, y en las conexiones neuroefectoras del sistema
nervioso parasimpático, así como en el músculo esquelético.
Los anticolinérgicos compiten con la acetilcolina para unirse a los
receptores muscarínicos. Cuando estos fármacos ocupan los receptores,
no se genera respuesta en los órganos neuroefectores. La inhibición de los
efectos de la Ach lleva al predominio de los síntomas de activación del
sistema nervioso simpático. La mayoría de los usos terapéuticos de estos
fármacos son consecuencia de su acción de bloqueo del sistema
parasimpático: midriasis, aceleración de la frecuencia cardíaca, sequedad
de secreciones y relajación de los bronquios, que son también síntomas de
la activación simpática (lucha o huida).
El mesencéfalo es una de las partes del cerebro más importantes, en
muchos sentidos. Por un lado, está situado casi en el centro del encéfalo,
ocupando una parte de su zona más profunda, y por consiguiente
establece una comunicación directa con muchas de las principales
estructuras del sistema nervioso central.

Por otro, es la zona que une el tronco del encéfalo al diencéfalo y partes
de la corteza cerebral. Sin el mesencéfalo no podríamos sobrevivir.

A continuación veremos cuáles son las características de esta región del


cerebro, repasaremos sus funciones principales y sus distintos
componentes anatómicos, y veremos qué ocurre cuando ciertas lesiones u
enfermedades alteran su funcionamiento.

Artículo relacionado: "Partes del cerebro humano (y funciones)"


¿Qué es el mesencéfalo?
El mesencéfalo es una de las partes del tronco del encéfalo. Está situado
es su zona superior, sobre el puente de Varolio (o protuberancia), y justo
por debajo del diencéfalo, compuesto principalmente por el tálamo y el
hipotálamo. Es la parte del tronco del encéfalo más cercana al centro del
cerebro, mientras que la protuberancia y el bulbo raquídeo están más
orientados hacia la médula espinal.

Además, el mesencéfalo está atravesado por un estrecho canal llamado


acueducto de Silvio, por el que fluye el líquido cefalorraquídeo desde el
tercer ventrículo hacia el cuarto. Este líquido tiene la función de aislar y de
proteger varias estructuras del sistema nervioso.

Quizás te interese: "Tronco del encéfalo: funciones y estructuras"


Su anatomía
La forma del mesencéfalo es la de un trapecio, con una base más estrecha
que su parte superior, y con el acueducto de Silvio (un pequeño canal por
el que circula líquido cefalorraquídeo) atravesándolo de arriba abajo.

La frontera entre el mesencéfalo y el diencéfalo está marcada por las


cintillas ópticas (la continuación de las fibras nerviosas de los nervios
ópticos), mientras que su límite inferior, que lo separa del puente de
Varolio, es señalado por el surco pontomesencefálico.

Además, en su cara anterior (cercana al rostro) se puede distinguir una


hendidura vertical llamada fosa interpeduncular, que divide dos cuerpos
de fibras nerviosas que suben hasta el cerebro, llamadas pedúnculos
cerebrales.

Partes del mesencéfalo


Las dos estructuras fundamentales que forman el mesencéfalo son el
téctum y el tegmentum.

Téctum
Está situado en la zona dorsal del mesencéfalo, orientado hacia la nuca, y
etimológicamente significa “techo”. Sus funciones están relacionadas con
las reacciones automáticas ante estímulos auditivos y sonoros.

Está formado por dos pares de bultos, uno situado encima del otro. Estos
bultos son llamados colículos, o tubérculos cuadrigéminos, y los
superiores juegan un papel en la visión y en la orientación de los ojos
hacia los estímulos visuales, mientras que los de abajo se involucran en las
reacciones involuntarias ante sonidos.

Tegmentum
En la zona ventral del mesencéfalo se encuentra el tegmentum. Contiene
tres regiones principales, cada una asociada a un color: la sustancia negra,
la sustancia gris periacueductal y el núcleo rojo.

La sustancia negra
La sustancia negra está ubicada en la zona superior del mesencéfalo, y
está repartida a ambos lados de esta estructura, siguiendo la división de
los hemisferios cerebrales. Tiene muchas funciones asociadas, vinculadas
especialmente a los movimientos y al tono muscular.
Quizás te interese: "Sustancia negra: qué es, funciones y trastornos
relacionados"
Núcleo rojo
Es otro de los importantes elementos del sistema motriz. Su función está
relacionada con la coordinación de movimientos.

Sustancia gris periacueductal


La sustancia gris periacueductal, que tal y como su nombre indica está
situada alrededor del acueducto de Silvio, interviene en la habituación al
dolor y en los procesos analgésicos en general.

Funciones del mesencéfalo


La ubicación del mesencéfalo hace que las principales funciones de esta
estructura tengan que ver con la integración entre distintos tipos de
informaciones. Por un lado, recoge impulsos nerviosos vinculados a
órdenes motoras que tienen que ser ejecutadas por músculos, y por el
otro recibe datos sensoriales.

Del mismo modo, los tubérculos cuadrigéminos ubicados en el téctum se


encargan de coordinar entre sí esta clase de informaciones para que
puedan dar lugar a secuencias de acción ajustadas a lo que van
registrando los sentidos en tiempo real.
Por otro lado, ciertas regiones del mesencéfalo están asociadas a procesos
de regulación de la consciencia y del sueño, al estar atravesadas por la
formación reticular. El mesencéfalo también interviene en funciones
homeostáticas orientadas a mantener el organismo en un buen equilibrio,
y por eso, por ejemplo, tiene un papel en la regulación de la temperatura
corporal.

Así pues, el mesencéfalo se encarga de realizar procesos de importancia


vital para que el orgganismo siga funcionando, hasta el punto de que la
actividad en esta estructura del sistema nervioso es lo que señala de un
modo más claro si hay muerte cerebral o no la hay.

Enfermedades y lesiones asociadas


Cualquier lesión que afecte a las zonas más bajas del encéfalo puede llegar
a alcanzar el mesencéfalo. Las consecuencias de esta clase de accidentes
casi siempre son muy graves, produciendo el coma o la muerte.

El motivo está en que el mesencéfalo es una sección del sistema nervioso


cuya importancia es crucial para lograr coordinar funciones fisiológicas
básicas del organismo, y además sirve para que varios tipos de impulsos
nerviosos alcancen los grupos de neuronas superiores. Como el
mesencéfalo actúa como nexo de unión entre muchas áreas, la presencia
de anomalías en esta zona afecta a muchas otras.

Por lo que respecta a las enfermedades que afectan a estas estructura del
cerebro, las más comunes son la enfermedad del Alzheimer y la del
Parkinson. Ambos son desórdenes neurológicos que interfieren en el
funcionamiento de amplias zonas del sistema nervioso, mesencéfalo
incluido, y pueden llegar a producir problemas de movilidad y de
cognición.
El tálamo es una de las partes del cerebro más importantes. No solo es
una de las estructuras encefálicas más grandes, sino que además está
situado en pleno centro del encéfalo, tal y como refleja su nombre, que
viene de la palabra griega thalamos (o "cámara interna").

Al ocupar tanto y estar tan bien comunicado con el resto de partes del
cerebro, el tálamo interviene en una gran cantidad de procesos mentales
que dan forma a nuestra manera de percibir las cosas y de actuar sobre el
entorno que nos rodea... incluso aunque no nos demos cuenta de ello.

¿Qué es el tálamo?
El tálamo es, básicamente, un conjunto de sustancia gris (cuerpos de
neuronas) formado por dos estructuras encefálicas con forma de huevo
que se encuentran por debajo de la corteza cerebral. Estas estructuras
están situadas la una junto a la otra, y además de tener la misma forma y
tamaño guardan una disposición simétrica, al igual que los dos hemisferios
cerebrales que las cubren. Se comunican entre ellas a través de una
especie de puente que las mantiene unidas y que es llamado conexión
intertalámica.

El tálamo forma parte de una zona llamada diencéfalo. El diencéfalo está


situado entre la corteza cerebral (y todos los lóbulos del cerebro) y la
parte superior del tronco del encéfalo. A su vez, el diencéfalo está
compuesto, por el tálamo, el hipotálamo (situado justo debajo del
primero) y algunas otras estructuras más pequeñas.

Además, el tálamo tiene una forma simétrica y al estar situado justo


debajo del espacio que separa los dos hemisferios cerebrales, tiene salida
a los dos lados del encéfalo. Para ver el modo en el que se interconecta
con estas partes, podemos echar un vistazo a las estructuras del tálamo y
a los tipos de neuronas que hay en este.
Las estructuras del tálamo
El tálamo es, básicamente, un amontonamiento de cuerpos de neuronas,
es decir, una estructura de materia gris, al igual que la corteza cerebral.
Pero dentro de este conjunto de grupos neuronales se pueden distinguir
una serie de núcleos del tálamo:

Núcleos de conexión específica. Estos mandan información sensorial a


zonas concretas de la corteza cerebral que están especializadas en
trabajar con ese tipo concreto de datos provenientes de un sentido
específico.
Núcleos de conexión inespecífica. Mandan información a zonas muy
amplias de la corteza cerebral, sin discriminar por especializaciones.
Núcleos de asociación. Forman parte de un circuito de información que
comunica la corteza cerebral con estructuras subcorticales.
Las neuronas del tálamo
El tálamo está compuesto por muchas otras subestructuras especializadas,
pero todas ellas son, al fin y al cabo, neuronas y células gliales. Como
cualquier otra parte del cerebro, el tálamo solo tiene razón de ser si está
conectado a otras zonas del sistema nervioso, y esto queda reflejado en el
tipo de neuronas que lo componen. En la distribución de estas se nota que
están asociadas a muchos otros fajos de neuronas que llegan de muchas
partes del sistema nervioso central.

Desde el punto de vista funcional, las clases de neuronas del tálamo son
las siguientes:

Interneuronas locales. Estas células nerviosas se encargan básicamente de


hacer que la información que llegue desde otras partes del sistema
nervioso se procese en el tálamo, transformándola en una nueva serie de
datos. Por lo tanto, su función principal es enviar impulsos nerviosos a
otras interneuronas del tálamo. Suponen aproximadamente el 25% de las
neuronas del tálamo.
Neuronas de proyección. Estas células nerviosas se encargan de mandar
información fuera del tálamo, hacia la corteza cerebral. Son el 75% de las
neuronas talámicas.
Las funciones del tálamo
Hemos visto que el tálamo está muy bien comunicado, pero su papel no es
el de ser un simple puente de comunicación entre partes del cerebro
relevantes. El tálamo en sí mismo es una estructura que juega un papel
activo en el procesamiento de la información que le llega desde otras
áreas. Pero... ¿cuáles son las funciones que desempeña esta estructura
encefálica?

1. Integración de los datos sensoriales


La función del tálamo más conocida y estudiada es la de ser una de las
primeras paradas en el cerebro para la información que nos llega a través
de los sentidos, con la excepción del olfato.

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El tálamo procesa esta información sensorial, descarta las partes que no


sean demasiado importantes y manda el resultado final hacia la corteza
del cerebro, donde esta información seguirá siendo procesada.
Así pues, facilita la integración de la información sensorial para pasar de
los datos crudos a las unidades de información relativamente complejas y
capaces de sostener un significado para nosotros. De todas formas, hay
que tener claro que este proceso no solo tiene lugar en el tálamo, sino que
en él participan varias redes de neuronas distribuidas por prácticamente
todo el cerebro.

2. El ciclo sueño-vigilia
El tálamo, al igual que su hermano menor el hipotálamo, interviene a la
hora de regular el ritmo con el que la sensación de sueño va y viene. Esta
función, además de ser fundamental para regular toda la actividad
nerviosa en general, también está relacionada con la siguiente.

3. La atención y la consciencia
Recientes investigaciones indican que el tálamo podría tener un papel
muy importante en la aparición de la consciencia y todo lo que está
relacionado con ella; desde la capacidad de pensar en los propios
pensamientos, hasta el uso del lenguaje, pasando por la capacidad de
centrar la atención en informaciones concretas según los objetivos que se
tengan en cada momento.

Sin embargo, es importante señalar que esos procesos relacionados a los


estados conscientes no son la consciencia en sí misma, aunque aparecen
en paralelo. No podemos centrar nuestra atención en nada cuando no nos
damos cuenta de que existimos, y tampoco podemos hablar ni reflexionar;
pero cuando estamos conscientes, hay aspectos de la atención y del
lenguaje que están más allá de la consciencia.

Además, todos estos procesos mentales tan complejos y relacionados con


el pensamiento abstracto requieren de la participación de muchas áreas
del cerebro, no solo del tálamo; esta parte del diencéfalo es un
componente necesario pero insuficiente a la hora de hacer que el
pensamiento, la atención y el lenguaje tengan lugar (algo que se puede
decir de prácticamente todas las partes del cerebro, porque todas
trabajan de manera interconectada).

Como el tálamo está tan bien conectado con muchas áreas de la corteza a
la vez, podría ser capaz de intervenir en la sincronización de la actividad
neuronal necesaria para que se mantenga el nivel de consciencia. Sin él, el
resto de partes del cerebro se vuelven no funcionales, al menos en la gran
mayoría de los casos. Siempre pueden aparecer excepciones de personas
nacidas sin tálamo o con uno muy poco desarrollado y que a pesar de ello
puedan vivir muchos años; en casos así, el resto del encéfalo habría
aprendido a reconfigurarse para llevar a cabo las tareas de esta estructura
ausente usando para ello otras redes de neuronas.

4. La regulación de las emociones


El tálamo no solo está conectado con circuitos que llevan información
sensorial, sino que también interactúa con vías neuronales que participan
directamente en la aparición de estados emocionales. No en vano el
tálamo está rodeado por el sistema límbico.

Así pues, el tálamo integra estas dos vías y trabaja juntando estos dos
tipos de información, haciendo que las emociones afecten a lo percibido y
viceversa. Además, recibe información del hipotálamo, que a su vez
interviene directamente en la regulación de las emociones y de la
segregación de diferentes tipos de hormonas en el torrente sanguíneo.

Conclusión
El tálamo es una de las partes del cerebro más grandes y, además, parece
tener un rol en multitud de funciones que ni se parecen demasiado ni
tienen que ver mucho entre sí en un primer vistazo.

Sin embargo, esto es un reflejo del propio funcionamiento del sistema


nervioso, en el que todo el rato, con independencia de si dormimos o
estamos despiertos, multitud de procesos se están llevando a cabo en
paralelo y a la vez de manera coordinada.

También tiene un papel muy relevante en la aparición y mantenimiento de


los estados de activación cerebral responsables de que nos mantengamos
conscientes de nuestra propia existencia y de lo que ocurre a nuestro
alrededor. Esto ha hecho que el tálamo haya llegado a ser considerado "el
interruptor de la consciencia".

Sin embargo, el tálamo en sí mismo no es la parte del cerebro en la que


"reside" la consciencia. Suponer esto sería como pensar que dentro de
nuestra cabeza existe un duendecillo con consciencia propia que está
rodeado de materia no consciente tal y como lo haría el piloto de un
avión; es decir, nos haría caer en el dualismo de filósofos como René
Descartes.

Actualmente se entiende que la consciencia es el fruto de la actividad de


varias partes del cerebro (entre las que destacaría el tálamo) trabajando
entre sí a gran velocidad y de manera coordinada, y por consiguiente este
estado mental no puede ser reducido a una sola estructura.
La parte más característica del encéfalo es su superficie llena de pliegues y
grietas, pero debajo de esta capa de células se encuentran otras muchas
estructuras encefálicas sin las cuales no podríamos ni pensar ni
adaptarnos al entorno. Algunas de ellas, como el cerebelo, son más o
menos conocidas porque a fin de cuentas sobresalen y son fáciles de ver,
pero otras están mucho más ocultas, como el hipotálamo.

Por supuesto, el hecho de que el hipotálamo sea pequeño y bastante más


discreto que otras partes del cerebro no nos da una idea acerca de su
importancia. El rol que el hipotálamo juega en nuestra supervivencia es de
suma importancia, porque, entre otras cosas, se encarga de coordinar y
comunicar dos mundos aparentemente independientes: el de las
neuronas y el de las hormonas que navegan por nuestra sangre.
¿Qué es el hipotálamo?
El hipotálamo es, junto con el tálamo, una de las partes de una estructura
cerebral llamada diencéfalo, que se encuentra en el centro del encéfalo de
los seres humanos, por debajo de la corteza cerebral y por encima del
tronco del encéfalo.

Su nombre es una referencia directa al lugar que ocupa: "hipotálamo"


significa, literalmente, "debajo del tálamo". En efecto, si nos fijamos en el
dibujo de un corte sagital del cerebro humano veremos que el hipotálamo
parece ser la montura del tálamo, que es bastante más voluminoso.

Funciones de esta parte del cerebro


El hipotálamo es una de las estructuras cerebrales con un papel más
importante en la regulación de los estados de ánimo, de la temperatura
corporal, del sueño, de los impulsos sexuales y del hambre y la sed.

Por su relación con la regulación e las emociones y los estados fisiológicos,


se considera que el hipotálamo forma parte del sistema límbico, el
conjunto de partes del cerebro relacionada directamente con la
generación de las emociones. Se puede decir que el hipotálamo se
encarga de poner en marcha y coordinar entre sí buena parte de los
procesos que nos permiten sobrevivir y adaptarnos a situaciones
cambiantes.

Además, el hipotálamo está ubicado cerca del tronco del encéfalo porque
interviene en las funciones básicas que garantizan nuestra supervivencia y
que, por tanto, se realizan de manera involuntaria, sin que nos demos
cuenta. Además de actuar como puente entre el cerebro y el sistema
endocrino, coordina todo lo que que se realiza a través del sistema
nervioso autónomo, es decir, el que le envía órdenes a partes del cuerpo
para que estas se adapten a cada situación.

Entre los procesos que se encarga de regular el hipotálamo se encuentran:

Los niveles de sueño y el ciclo circadiano.


La excitación sexual y la conducta asociada a ella.
El nivel de hambre.
La presión sanguínea.
La tensión muscular.
La temperatura corporal.
Los niveles de energía disponibles.
Un proceso vital: la homeostasis
El hipotálamo está constantemente recibiendo información proveniente
de todas las partes del cuerpo y mandando órdenes en consecuencia,
porque su tarea es hacer que nada de lo que ocurre en el interior del
organismo rompa el equilibrio de cómo debe funcionar la globalidad del
cuerpo. Es por eso que funciona como un mediador de diferentes partes
del cuerpo, estén o no en contacto con el cerebro; para influir en las
partes más alejadas, permite que se liberen en la sangre hormonas que en
cuestión de minutos llegan a su destino para desencadenar el proceso
necesario.

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Por ejemplo, si vemos algo que puede ser potencialmente peligroso, el


hipotálamo se encargará de que todo lo que pasa en el organismo
funcione coherentemente con la preparación para reaccionar de manera
rápida. No dejará que el corazón empiece a latir rápidamente sin que
muchos otros órganos actúen en consecuencia: los músculos se tensarán,
la cantidad de energía disponible en sangre aumentará, etc.

Del mismo modo, si hace mucho que no comemos el hipotálamo hará que
las neuronas del sistema límbico generen dinámicas que hagan aparecer la
sensación de hambre, a la vez que intervendrá en el modo en el que se
queman grasas y azúcares disponibles en el cuerpo. Todo ello a la vez,
para que haya siempre un equilibrio y se mantenga la propiedad de la
homeostasis, es decir, la capacidad de mantener una estabilidad en el
funcionamiento de las cosas.

El hipotálamo y su conexión con la hipófisis


El hecho de que el hipotálamo intervenga en la regulación de muchas
funciones vitales significa que ha de poder enviar órdenes que lleguen a
partes del cuerpo muy distintas. Además, algunos de los efectos que tiene
que producir deben ser más o menos instantáneos, mientras que otros
aparecen con retraso y permanecen más tiempo en activo.

¿Cómo lo hace el hipotálamo para ser capaz de abarcar todo este abanico
de responsabilidades? Pues actuando como bisagra entre el sistema
nervioso y el sistema endocrino. Como el hipotálamo está insertado en un
lugar muy bien comunicado del encéfalo (está muy cerca de su centro), su
conexión con el resto del sistema nervioso resulta muy fácil, pero además
conecta con el sistema endocrino a través de una pequeña estructura
llamada hipófisis, o glándula pituitaria.

La hipófisis está ubicada justo debajo del hipotálamo, y está muy bien
conectada a este, con lo cual se dedica a ejecutar las órdenes que este le
pasa: básicamente, hace que se liberen hormonas. El hipotálamo cruza
datos provenientes del sistema nervioso con los que le llegan acerca de la
cantidad y tipo de las hormonas que se encuentran circulando por la
sangre.

Cuando detecta algún desequilibrio, hace que la hipófisis segregue ciertas


hormonas que serán introducidas en el torrente sanguíneo y o bien
alterarán el funcionamiento de ciertos órganos o bien harán que otras
partes del cuerpo segreguen a su vez otras hormonas. De este modo, se
ajustarán los procesos biológicos necesarios para mejorar las posibilidades
de supervivencia.

Como el hipotálamo tiene efectos tanto en el cerebro como en muchas


otras partes del cuerpo que reaccionan a la presencia de las hormonas
que hay en la sangre, sus efectos se hacen notar tanto en cuestión de
milisegundos como de minutos.
Liquido cefalorraquídeo,
Es conocimiento popular que el cerebro se encuentra situado dentro del
cráneo, siendo protegido entre otras cosas por éste y por diferentes
membranas, como las meninges.

El correcto funcionamiento y protección de este órgano es fundamental


para la supervivencia, de manera que es necesario nutrirlo y evitar
posibles daños, como los producidos por los golpes o la presión
intracraneal. Además, en su necesariamente continuo funcionamiento se
generan residuos, los cuales pueden resultar nocivos y que por lo tanto
deben ser retirados del sistema.

En todo ello participa un líquido de gran importancia que circula por el


sistema nervioso, el conocido como líquido cefalorraquídeo.

Una idea general del líquido cefalorraquídeo


El líquido cefalorraquídeo o cerebroespinal es una sustancia presente en
el sistema nervioso, tanto a nivel de encéfalo como de médula espinal,
que realiza diversas funciones como la protección, el mantenimiento de la
presión intracraneal y estado de salud del órgano pensante.

Su presencia en el sistema nervioso se da especialmente en el espacio


subaracnoideo (entre la aracnoides y la piamadre, dos de las meninges
que protegen el encéfalo) y los ventrículos cerebrales. Se trata de un
líquido transparente de una importancia fundamental en la conservación y
buena salud del cerebro, con una composición similar a la del plasma
sanguíneo, del cual se deriva. A pesar de ser incoloro, diferentes
alteraciones e infecciones pueden dotarlo de diferentes tonalidades,
siendo su coloración signo de la presencia de un problema.

Ciclo vital del líquido cefalorraquídeo


El líquido cefalorraquídeo es sintetizado en los plexos coroideos, unas
pequeñas estructuras presente en los ventrículos laterales, siendo la
principal función de dichos plexos la producción de esta sustancia. Esta
producción se da de manera continúa, renovándose para mantener una
cantidad constante de dicha sustancia.

Una vez emitido fluye de los ventrículos laterales al tercer ventrículo y


posteriormente hacia cuarto a través del acueducto de Silvio. Desde allí
termina proyectándose al espacio subaracnoideo a través de un orificio
conocido como orificio de Magendie y los orificios de Luschka, aberturas
situada en el cuarto ventrículo cerebral que ponen en contacto el sistema
ventricular y el meníngeo al comunicar con la cisterna magna del espacio
subaracnoideo (situado entre las meninges aracnoides y piamadre). A
partir de ese punto circula a través de las meninges a lo largo de todo el
sistema nervioso, ejerciendo diversas funciones en el proceso.

Para culminar con su ciclo vital, finalmente es reabsorbido a través de las


granulaciones aracnoideas, que conectan con las venas presentan en la
duramadre, con lo que el líquido termina llegando al torrente sanguíneo.

El ciclo de vida medio de esta sustancia es de alrededor de tres horas,


entre su secreción, circulación, recolección y renovación.

Composición
Tal y como se acaba de mencionar, la composición del líquido
cefalorraquídeo es muy similar a la del plasma sanguíneo, siendo las
variaciones principales la comparativamente mucho menor presencia de
proteínas (se calcula que en el plasma sanguíneo la presencia de proteínas
es doscientas veces mayor) y el tipo de electrolitos que forman parte de
él.

Una solución de base aquosa, el líquido cefalorraquídeo tiene diversos


componentes de gran importancia para el mantenimiento del sistema
nervioso, como vitaminas (especialmente del grupo B), electrolitos,
leucocitos, aminoácidos, colina y ácido nucleico.

Dentro de esta gran cantidad de elementos, en el líquido cefalorraquídeo


destaca la presencia de albúmina como principal componente proteico,
junto con otros como la prealbúmina, alfa-2-macroglobulina o la
transferrina. Al margen de éstos componentes destaca la elevada
presencia de glucosa, teniendo alrededor de entre un 50 y 80% de
presencia en esta solución tan vital para el encéfalo.
Funciones principales
Hemos visualizado una óptica de qué es el líquido cefalorraquídeo, por
donde circula y de que se compone. Sin embargo cabe preguntarse por
qué esta sustancia resulta tan importante para el correcto funcionamiento
del conjunto del sistema nervioso. Para responder a esta pregunta es
necesario ver qué funciones tiene.

Uno de las funciones principales del líquido cefalorraquídeo es la de ser el


principal mecanismo de eliminación de los residuos producidos por el
continuo funcionamiento del sistema nervioso, residuos que podrían
afectar gravemente a su funcionamiento. Así, la circulación de líquido
cefalorraquídeo se lleva esas sustancias y metabolitos, los cuales
terminarán siendo excretados del sistema. En caso de no existir esta
sustancia, las toxinas y partículas sobrantes irían quedando sedimentadas
en regiones del sistema nervioso y zonas adyacentes, de manera que
aparecerían muchos problemas en el estado de las células vivas: ni
podrían liberarse de esos elementos sobrantes, ni podrían acceder a las
partes de estos que pueden ser reciclados una vez han pasado por el lugar
adecuado.

Otra de las funciones de mayor relevancia del líquido cerebroespinal es la


de mantener nutrido al encéfalo, así como asegurar la constancia del
medio entre las diferentes células del cerebro y la médula. Es una especie
de "amortiguador" químico que permite que aumente el margen de
maniobra en caso de que aparezcan ciertos desequilibrios hormonales,
por ejemplo, y cuando hay problemas de homeostasis en general.

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El líquido cefalorraquídeo permite también que el cerebro se mantenga en


flotación dentro del cráneo, reduciendo en gran medida su peso. Dicha
flotación también sirve como amortiguación ante agresiones, golpes y
movimientos al reducir la posibilidad de choque contra los huesos del
cráneo o elementos externos.

Asimismo, el líquido cefalorraquídeo tiene que ver en gran medida con el


mantenimiento de la la presión intracraneal, haciendo que no sea ni
demasiado grande ni demasiado pequeña, manteniendo un equilibrio
constante que permite el correcto funcionamiento.

Por último, participa también al actuar como sistema inmunitario,


protegiendo al sistema nervioso de agentes nocivos. También contribuye
como medio de transporte de hormonas.

Trastornos derivados

Así pues, el sistema nervioso tiene en el líquido cefalorraquídeo una


herramienta imprescindible para funcionar con corrección.

Sin embargo, es posible que se presenten alteraciones en la síntesis,


circulación o reabsorción de esta sustancia, que pueden provocar
diferentes problemáticas, siendo dos de ellas las siguientes.
1. Hidrocefalia
Este concepto hace referencia a la presencia excesiva de líquido
cefalorraquídeo, habiendo tal acumulación que se provoca una presión del
cerebro contra el cráneo. Algunos de los elementos que la pueden causar
son tumores, infecciones o traumatismos, pero también es frecuente
encontrar hidrocefalias congénitas, es decir presentes desde el
nacimiento.

Puede causar desde dolor de cabeza, vómitos, deterioro cognitivo o de la


coordinación o visión doble, entre otros síntomas, siendo en el caso de las
hidrocefalias congénitas motivo de una fuerte dificultad en el desarrollo y
de déficit intelectual. Generalmente se debe a obstrucciones en el
circuito, siendo un ejemplo común que se obstruya el orificio de
Magendie. Para tratar estos problemas es posible realizar cirugía con tal
de colocar una vía de escape del líquido hacia otras zonas, como por
ejemplo el estómago.

2. Hipertensión/Hipotensión intracraneal
Un exceso o déficit de líquido cefalorraquídeo puede causar que la presión
que sufre el cerebro dentro del cráneo sea excesiva o demasiado baja
como para permitir el buen funcionamiento. Mientras que la hipotensión
se produciría a la pérdida o poca producción de líquido cefalorraquídeo, la
hipertensión se produciría por un exceso de esta, lo cual puede ser grave
porque presiona zonas del sistema nervioso y evita que funcionen bien (o
incluso mata áreas de tejido celular).

En cualquier caso, las alteraciones en el líquido cefalorraquídeo que


puedan aparecer en estos casos se suman a los problemas de la condición
cardíaca que origina, de modo que la peligrosidad aumenta. Es necesario
tratar ambos grupos de síntomas para evitar que se produzca un efecto en
cadena fruto de los problemas en el funcionamiento del sistema nervioso
y del sistema circulatorio.
Formación reticular
Buena parte de las estructuras del cerebro pueden ser fácilmente
localizables y separadas del resto. Sin embargo, hay otras que, al estar
más distribuidas por varias partes del encéfalo, cuesta más detectar.

La formación reticular es una de estas, aunque el hecho de que sea más


discreta no significa que tenga menos importancia. De hecho, la
necesitamos para vivir y ser conscientes de lo que nos ocurre.

A continuación veremos las características de la formación reticular, sus


funciones y los problemas que pueden aparecer si algo interfiere en su
estado a causa de enfermedades o lesiones.

¿Qué es la formación reticular?


La formación reticular es una red de neuronas que se encuentra entre el
tronco del encéfalo y el diencéfalo, concretamente el tálamo. Esto es, está
situada en una de las partes más bajas del encéfalo, y por consiguiente
tiene un papel fundamental en todo lo que ocurre en las áreas superiores.

Como la formación reticular es una red de neuronas, sus límites y


fronteras son difusos, y no es nada fácil saber dónde empieza y dónde
acaba. Por ejemplo, a simple vista es prácticamente imposible localizarla,
y en todo caso es posible ver de un modo aproximado las estructuras por
las que está repartida.

Se considera que el “punto de partida” de la formación reticular es una


parte del tronco del encéfalo llamada protuberancia anular, entre el bulbo
raquídeo y el mesencéfalo, y que de ahí sube hasta llegar al tálamo
abriéndose cada vez más, como un abanico. Esta formación está
constituida por un centenar de grupos de neuronas esparcidos de manera
irregular por el tejido nervioso de estas zonas.

Funciones
La formación reticular tiene un papel fundamental a la hora de regular el
nivel de consciencia que se tiene, un proceso en el que también interviene
especialmente el tálamo. Esto significa que su trabajo tiene que ver con el
ritmo circadiano y la aparición y desaparición del sueño, entre otras cosas.

Por otro lado, otra de las funciones de esta red de neuronas es la


regulación del estado de excitación, o estado de alerta, un proceso
paralelo al de la regulación del estado consciente.

Como la formación reticular está en la puerta de entrada al encéfalo a


través de sus zonas más cercanas a la médula espinal, también actúa
filtrando la información que va llegando desde los sentidos, seleccionando
piezas de datos y descartando partes irrelevantes, que no llegan a la
consciencia. Del mismo modo, su relación con los procesos atencionales y
de consciencia hace que intervenga en la percepción del dolor físico y en
los procesos de habituación a estímulos repetitivos.

Además, la formación reticular influye en movimientos involuntarios y


automáticos, como los que sirven para mantener las constantes vitales
(latidos del corazón, por ejemplo). En ese sentido, es uno de los
componentes del sistema nervioso sin los cuales no podríamos vivir.

Sus partes
La formación reticular puede ser dividida en las siguientes partes.
1. Grupo central de núcleos
Una región de la formación reticular que a su vez se divide en núcleos
posterolaterales y núcleos mediales.

2. Grupo lateral de núcleos


Dividido en núcleo reticular del tegmento póntico, núcleo lateral y
paramediano.
3. Grupo mediano de núcleos
Conocidos también como núcleos del rafe, ubicados en la zona medial del
tronco del encéfalo. Se divide en núcleo oscuro del rafe y núcleo magno
del rafe.

Enfermedades asociadas a la formación reticular


Las enfermedades que afectan a la formación reticular suelen ser muy
graves, ya que la interferencia con esta región encefálica produce el coma
o la muerte.

Por ejemplo, la enfermedad del Parkinson en estado avanzado puede


deteriorar esta red de neuronas, ya que se expande por todo el sistema
nervioso. Del mismo modo, la narcolepsia, directamente implicada en los
estados de consciencia alterados, produce efectos dañinos en la
formación reticular.

Otra de las enfermedades relacionadas con esta red neuronal es la


cataplejía, cuyo principal síntoma es la pérdida de tono muscular; de algún
modo, en estado de vigilia el cuerpo empieza a comportarse como si
estuviese en una fase REM del sueño, lo cual significa que el cerebro
queda desconectado de los músculos.

Más allá de las enfermedades vinculadas a procesos de deterioro de


causas desconocidas o a la acción de virus, las lesiones también pueden
alterar gravemente el funcionamiento de la formación reticular, llevando
al coma o a la muerte cerebral en un elevado número de casos.

Esta es una de las zonas más vulnerables del sistema nervioso, no solo
porque interviene directamente en el estado de consciencia, sino porque
participa en el mantenimiento de funciones vitales básicas sin las cuales se
produce una muerte súbita a causa de la hipoxia en el encéfalo. Es por eso
que el funcionamiento de esta región se considera un indicador de la
presencia de vida más fiable incluso que el registro de actividad eléctrica
por medio de técnicas como la EEG en zonas más superficiales de la
corteza cerebral.
Estructuras del cerebro
El encéfalo humano ha sido descrito como el sistema más complejo del
universo conocido, y no sin razón.

Está compuesto por un entramado de glía, neuronas y vías nerviosas y es


la parte más importante del Sistema Nervioso Central, pero su intrincada
estructura y funcionamiento no significa que no podamos hacer una
clasificación de las principales partes del cerebro.

Las principales partes del encéfalo


En los seres humanos, el encéfalo o cerebro es la parte del Sistema
Nervioso Central que está ubicada al final de la médula espinal, dentro del
cráneo. Es, en definitiva, el órgano gracias al cual podemos realizar las
operaciones mentales más complejas y tener consciencia, es decir, sentido
del yo. Justamente por eso dentro del encéfalo hay una gran cantidad de
estructuras trabajando conjuntamente a una gran velocidad, hecho que
hace que el funcionamiento del cerebro sea, aún a día de hoy, un misterio
en muchos de sus aspectos.

Para empezar a entender lo que sabemos acerca de esta compleja


maquinaria, es indispensable conocer las partes del encéfalo, es decir, el
modo en el que las estructuras que lo componen pueden ser clasificadas.
Una buena manera de clasificar por encima las diferentes partes del
cerebro puede ser atendiendo a las distintas formaciones que se van
formando dentro de la cabeza de un embrión humano. Son un total de
tres estructuras.
1.1. Rombencéfalo
Se trata de la parte superior de la médula espinal y a lo largo del
desarrollo del feto se irá transformando en las estructuras encargadas de
realizar tareas indispensables para la supervivencia, como el control del
ritmo cardíaco y de la respiración. Se terminará transformando en el
cerebelo, el puente troncoencefálico y el bulbo raquídeo, tal y como
veremos.

1.2. Mesencéfalo
En los embriones humanos aparece justo encima del rombencéfalo, y se
irá transformando en la parte medial del encéfalo, encargada también de
realizar buena parte de las funciones básicas de supervivencia pero que
también actúa de puente entre las otras dos estructuras.

1.3. Prosencéfalo
Situado en el extremo más alejado de la médula espinal y en el lado más
cercano al rostro del embrión, el prosencéfalo es la formación que se irá
transformando en las partes del cerebro que han aparecido más
recientemente en nuestra línea evolutiva y que, por tanto, tienen que ver
con el uso del lenguaje, la planificación y la búsqueda de soluciones
creativas a problemas nuevos. Como veremos, las dos principales
estructuras a las que da paso el desarrollo del rombencéfalo son el
diencéfalo y el telencéfalo.

Las partes del cerebro adulto


Yendo más al detalle, podemos pararnos a ver los distintos componentes
del encéfalo en los seres humanos completamente desarrollados. Es en
este conjunto de órganos donde encontramos todas aquellas partes del
cerebro que definen el modo de funcionamiento de nuestra mente.
Aquí veremos, en primer lugar, las partes del cerebro que se generan a
partir del prosencéfalo, para luego pasar a la zona del mesencéfalo y al
rombencéfalo, en ese orden.

2.1. Telencéfalo
El telencéfalo es la parte del cerebro que es más fácil de ver a simple vista,
ya que ocupa la mayor parte de la superficie del encéfalo. Sus
componentes son la corteza cerebral, los ganglios basales y el sistema
límbico.

2.1.1. Corteza cerebral


La corteza (o córtex) cerebral es la parte del cerebro que es rugosa y llena
de pliegues. Cubre por encima el resto del encéfalo, y es el área en la que
se integra la información necesaria para llevar a cabo los procesos
mentales más complejos, ya que la información que llega a esta región ya
ha sido procesada parcialmente por otras estructuras del cerebro. El
córtex está dividido en dos hemisferios cerebrales que son casi simétricos
a simple vista, aunque a escala microscópica son muy diferentes.

Además, cada hemisferio está compuesto por varios lóbulos del cerebro,
cada uno de los cuales está más involucrado en ciertos procesos mentales.
Los lóbulos del cerebro son estos:

Lóbulo frontal
Lóbulo parietal
Lóbulo occipital
Lóbulo temporal
Ínsula
Puedes leer más acerca de ello en este artículo sobre los lóbulos
cerebrales.
2.1.2. Ganglios basales
El segundo componente del telencéfalo es el conjunto formado por los
ganglios basales. Estos son un grupo de estructuras situadas por debajo de
la corteza cerebral y distribuidos de forma simétrica bajo cada uno de los
hemisferios. Los ganglios basales son el globo pálido, el putamen y el
núcleo caudado, que se ven complementados por una región a la que se
conoce como sustancia negra.

Los ganglios basales son las partes del cerebro que nos permiten realizar
movimientos relativamente complejos y precisos de manera fácil y casi
automática: escribir, hablar, modificar nuestras expresiones faciales de
manera voluntaria, etc. Por lo tanto, monitorizan de manera
semiautomática el modo en el que realizamos cadenas de movimientos
que ya hemos practicado antes muchas veces hasta llegar a dominarlos, y
a la vez nos permiten aprenderlos bien, entre otras funciones.

Para leer más acerca de este conjunto de estructuras del cerebro, puedes
visitar el artículo dedicado a los ganglios basales.
2.1.3. Sistema límbico
El sistema límbico es un conjunto de estructuras encefálicas cuyos límites
son bastante difusos, ya que se mezcla con muchas partes del cerebro
diferentes. Sus funciones están relacionadas con la aparición y regulación
de las emociones y de las respuestas corporales más allá de la cabeza que
las acompañan. Es por eso que a veces se le considera "el cerebro
emocional" en contraposición al "cerebro racional" que correspondería a
las zonas ocupadas por la corteza cerebral (y especialmente el lóbulo
frontal).

Sin embargo, ni el sistema límbico ni el córtex pueden funcionar bien de


manera independiente, y por lo tanto esta distinción entre zonas
racionales y emocionales resulta muy artificial, y más teniendo en cuenta
que no somos tan racionales como podría parecer.

Si te interesa saber más acerca de esta parte del cerebro, puedes acceder
a este artículo sobre el sistema límbico.

2.1.4. Hipocampo
El hipocampo es una estructura alargada situada en la parte interna de los
lóbulos temporales, una de las regiones de la corteza cerebral más
antiguas, presentes en las formas de mamíferos más antiguas. Su función
está relacionada con el almacenamiento y la recuperación de recuerdos, el
aprendizaje y la navegación espacial.

Puedes leer más acerca de esta parte del cerebro en este artículo
dedicado al hipocampo.
2.1.5. Amígdala
La amígdala cerebral es un conjunto de neuronas que se agrupan en la
cara interna del lóbulo temporal de cada uno de los hemisferios. Es decir,
que al igual de lo que ocurre con el hipocampo, es una de esas partes del
cerebro que se encuentran por duplicado en cada cerebro humano,
habiendo una en cada mitad (izquierda y derecha) del encéfalo.
La amígdala cerebral forma parte del sistema límbico, y es una de las
estructuras cerebrales que tienen más importancia a la hora de relacionar
estados emocionales con situaciones que vivimos; es por eso que juega un
papel clave en los procesos mentales relacionados con la memoria
emocional y los aprendizajes vinculados a esta, que son muy importantes.
A fin de cuentas, saber con qué emociones están emparejada cada tipo de
estímulo o experiencia hace que adoptemos una actitud ante ellas y nos
decantemos por unas posibles reacciones y no otras.

Puedes leer más acerca de la amígdala cerebral en este artículo.


2.2. Diencéfalo
El diencéfalo es la segunda gran estructura que forma el prosencéfalo, y
está situado justo debajo del telencéfalo, en las profundidades del Sistema
Nervioso Central. Las partes del cerebro que componen el diencéfalo son
básicamente el tálamo y el hipotálamo.

2.2.1. Tálamo
Es la parte más grande del diencéfalo, y es el núcleo en el que se integra
por primera vez toda la información que nos llega a través de los sentidos
(a excepción del olfato, que llega al cerebro directamente a través del
bulbo olfatorio de cada hemisferio cerebral). El tálamo manda esta
información a áreas del cerebro más altas, para que allí se siga procesando
la información que ha empezado a sintetizarse en él, y además es capaz de
hacer posible que el Sistema Nervioso Autónomo reaccione rápidamente
ante estímulos que pueden significar la presencia de un peligro.

Para leer más sobre esta parte del encéfalo puedes leer este artículo sobre
el tálamo
2.2.2. Hipotálamo
El hipotálamo está situado justo debajo del tálamo, y se encarga
principalmente de hacer que todo el organismo se encuentre
constantemente en un estado de homeostasis, es decir, en equilibrio en
todos los sentidos: temperatura corporal, niveles de hormonas en sangre,
ritmo de la respiración, etc.

Además, gracias a su capacidad para hacer que diferentes glándulas del


cuerpo segreguen hormonas, nos induce a estados más o menos altos de
estrés y activación general dependiendo de lo que esté ocurriendo en
otras partes del cerebro. También es la estructura responsable de la
aparición del estado de sed y hambre.

Puedes leer más acerca del hipotálamo en este artículo


2.3. Tronco del encéfalo
El tronco del encéfalo, o tallo cerebral, es la parte del encéfalo que está
más directamente conectada con la médula espinal, y también es la
encargada de realizar las tareas básicas de mantenimiento de las
funciones vitales como la respiración involuntaria o el ritmo cardíaco. Está
formado por las partes que evolucionan a partir del mesencéfalo y el
rombencéfalo. Sus partes son las siguientes.

2.3.1. Mesencéfalo
El mesencéfalo es la parte del tronco del encéfalo que queda justo debajo
del diencéfalo. Se encarga de comunicar el tallo cerebral con las
estructuras superiores y viceversa, y también interviene en el
mantenimiento de procesos automáticos que nos permiten sobrevivir. Se
divide en el tectum y el tegmentum.

2.3.2. Protuberancia
También se conoce a esta estructura como puente de Varolio o puente
troncoencefálico. Está situada justo debajo del mesencéfalo.

2.3.3. Bulbo raquídeo


Es la parte inferior del tronco encefálico, y sus funciones son muy
parecidas a las de las otras dos estructuras de esta parte del encéfalo.
Además, es el enlace entre el encéfalo y la médula espinal. En el bulbo
raquídeo se encuentra una parte conocida como la decusación de las
pirámides, que es donde los fajos de fibras nerviosas de los dos
hemicampos (las mitades izquierdas y derechas del cuerpo humano) se
entrecruzan para pasar de un lado a otro; esto explica por qué el
hemisferio derecho se encarga de procesar información de la mano
izquierda mientras que el izquierdo se encarga de la otra, por ejemplo.

Si te interesa leer más acerca del tronco del encéfalo, puedes leer este
artículo
2.4. Cerebelo
Junto al bulbo raquídeo y la protuberancia, el cerebelo es la tercera gran
estructura que evoluciona a partir del rombencéfalo. Además, el cerebelo
y la protuberancia forman parte de una región llamada metencéfalo.

El cerebelo es una de las partes del cerebro con una mayor concentración
de neuronas y entre sus muchas funciones la más estudiada es la
regulación y monitorización de movimientos complejos que requieren una
cierta coordinación. También tiene un papel en el mantenimiento del
equilibrio al estar de pie y caminar.

Si te interesa saber más acerca del cerebelo, puedes visitar este artículo
Otras estructuras del sistema nervioso relacionadas
Las distintas partes del cerebro no solo trabajan coordinándose entre sí,
sino que necesitan de la participación de otros ciruitos del sistema
neuroendorino.

Estas estructuras y sistemas, que no pertenecen en sí al encéfalo, son los


nervios cerebrales (o pares craneales) y el Sistema Nervioso Autónomo
(SNA).

Pares craneales
Los pares craneales son haces de axones que salen de diferentes puntos
de la zona baja del encéfalo y van a parar a otras partes del cuerpo sin
pasar por la médula espinal. Esto es lo que los distingue del resto de
nervios, que no salen de las diferentes partes del encéfalo sino desde
varios tramos de la médula.

Ejemplos de los pares craneales son el nervio trigémino, el nervio vago o


el olfatorio; todos ellos son de gran importancia, y en el caso del
trigémino, su incorrecto funcionamiento puede llegar a generar mucho
dolor.
Puedes leer más sobre estos nervios del cerebro en este artículo.

Sistema Nervioso Autónomo


El Sistema Nervioso Autónomo es un entramado de axones, ganglios y
órganos que se encarga de regular las funciones que nos mantienen con
vida, como la digestión, la respiración involuntaria o los latidos del
corazón. Es por eso que estas funciones no pueden ser controladas
voluntariamente; son demasiado importantes, y están totalmente
automatizadas.

Esta red de neuronas interactúa especialmente con la partes del cerebro


que son más bajas (las del tronco del encéfalo) , y se divide en sistema
simpático, sistema parasimpático y sistema entérico.

A través de estas vías de comunicación, se controla partes del cuerpo que


al estar en la base de la supervivencia de los tejidos y células que forman
el cuerpo no pueden depender de decisiones voluntarias ni de la gestión
de la atención, lo cual significa que además de ser procesos
automatizados, aunque una persona quiera no se puede intervenir sobre
ellos o hacer que se detengan, dado que esto podría llevar a una muerte
inmediata. Puedes leer más acerca de él en este artículo.
Piamadre
Cuando hablamos acerca del sistema nervioso del ser humano, en el que
se incluye el cerebro, a menudo olvidamos que este conjunto de
estructuras anatómicas no podría funcionar bien sin muchas otras partes
del cuerpo asociadas a ella. En concreto, tanto nuestro encéfalo como la
médula espinal dependen de la protección de una serie de capas
protectoras conocidas como meninges.

En este artículo veremos cómo es una de estas capas de las meninges, la


llamada piamadre, y qué funciones cumple en nuestro organismo. Pero,
en primer lugar, repasamos brevemente qué son exactamente las
meninges.

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Las meninges: definición
Las meninges son una serie de tejidos que recubren el sistema nervioso
central, ofreciendo tanto protección como soporte para que el sistema
circulatorio haga llegar la sangre a muchas de las zonas ocupadas por
neuronas y células gliales.

Además, como veremos, las meninges también sirven para producir


líquido cefalorraquídeo, que llena varios espacios del sistema nervioso
central y también cumple una función de protección y apoyo a esta parte
del organismo (por ejemplo, dejando un espacio entre el cerebro y partes
duras con las que puede chocar).

Por otro lado, las meninges no son una estructura homogénea, sino que se
dividen en varias capas, cada una con sus propiedades y con distinta
consistencia. Están formadas por tres membranas, colocadas una encima
de la otra. Se trata, de arriba hacia abajo, de la duramadre, la aracnoides y
la piamadre.

Artículo relacionado: "Meninges: anatomía, partes y funciones en el


cerebro"
¿Qué es la piamadre?
Tal y como hemos visto, la piamadre es la capa más profunda de las
meninges, lo cual significa que es la que está más alejada de los huesos del
cráneo y el cuero cabelludo.
Por otro lado, la piamadre es muy fina y tiene la consistencia de una malla
flexible, lo cual hace, por ejemplo, que en su superficie queden insinuados
los surcos y las cisuras de la corteza cerebral que recubre.

Esto es así porque crea un medio adecuado para que pasen por ella los
conductos que transportarán la sangre a las células del encéfalo y la
médula espinal. Además, al ser tan fina se puede adherir bien al contorno
del encéfalo.

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Tipos
Es posible diferenciar entre dos tipos de piamadre: la craneal y la espinal.

Piamadre espinal
La piamadre espinal se encarga de envolver toda la médula espinal de
arriba abajo.

Piamadre craneal
Aunque su composición es casi idéntica a la anterior, sus funciones sea
daptan mejor a las características morfológicas del encéfalo.

Funciones
Entre las principales funciones de la piamadre se encuentran las
siguientes.

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1. Irrigación del sistema nervioso


La piamadre se encarga de proporcionar un soporte físico para las venas, y
arterias y capilares que pasan del medio externo a irrigar los tejidos del
sistema nervioso central. Así pues, su presencia las neuronas y células
gliales pueden sobrevivir gracias a la combinación de oxígeno y nutrientes
que les llega a través de la sangre.

2. Generación de líquido cefalorraquídeo


De la piamadre emergen las telas coroideas, las cuales a su vez germinan
los plexos coroideos, lugares en los que es segregado el líquido
cefalorraquídeo.

Artículo relacionado: "Líquido cefalorraquídeo: composición, funciones y


trastornos"
3. Un molde para la médula espinal
La consistencia y la forma de la médula espinal hacen que esta estructura
anatómica sea propensa a deformarse. Sin embargo, la piamadre
contribuye a evitar que esto ocurre, ya que se encarga de que todo quede
en su sitio y, a la vez, por su función como molde también evita que esta
se alargue debido a la gravedad.

4. Crea un filtro
De un modo similar al de la barrera hematoencefálica, la piamadre
también sirve para intentar evitar que ciertas partículas y sustancias
indeseadas pasen a estar en contacto con las neuronas y las células gliales
del sistema nervioso central. Pero esta protección es más cuantitativa que
cualitativa, ya que por sí misma la piamadre no bloquea de forma perfecta
el paso de elementos concretos, sino que limita la difusión de estos.

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5. Deja un espacio entre sistema circulatorio y sistema nervioso
La piamadre es permeable, pero a la vez es lo suficientemente densa
como para crear una separación entre el sistema nervioso y los vasos
sanguíneos. Esto hace que ciertas proteínas y partículas puedan cruzar
entre ambos medios, ascendiendo o descendiendo desde o hacia el
espacio subaracnoideo.

6. Función sensorial asociada al dolor


El sistema nervioso central no dispone de sensores del dolor
(nociceptores), pero la piamadre sí que está en contacto con ellos. Eso
hace que ciertos accidentes como las hernias discales generen dolor,
permitiéndonos saber que hay algo en nuestro organismo que funciona
mal.

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tipos"
Trastornos asociados
Las principales enfermedades que afectan a la piamadre son aquellas que
terminan resultando en una inflamación, que en este caso recibe el
nombre de meningitis. Este problema de salud asociado a la piamadre y a
la aracnoides puede ser causado por ciertas bacterias, virus y hongos, a
veces tras haber sufrido una lesión en la zona.

Por otro lado tanto la aracnoides como la piamadre y la duramadre


pueden ser el lugar en el que ocurra un bloqueo de los vasos sanguíneos,
ocasionando accidentes isquémicos y aneurismas de diferente gravedad.
Artículo relacionado: "Meningitis: causas, síntomas, tratamiento y
pronóstico"
Sistema ventricular
Nuestro encéfalo es un órgano complejo, formado por una gran cantidad
de diferentes estructuras que permiten la realización de muy diversas
funciones.

Uno de los diversos sistemas que forman parte del encéfalo y que
permiten su estructuración y mantenimiento es el sistema ventricular
cerebral, es decir, los la red de ventrículos cerebrales.

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El sistema ventricular: definición y origen
Los ventrículos cerebrales son una serie de estructuras situadas en el
interior del cerebro que se encuentran interconectadas formando el
conocido como sistema vestibular. Los ventrículos en sí serían
ensanchamientos de dicho sistema que configuran una serie de cavidades
revestidas de epéndimo.

Dentro del sistema ventricular se origina la mayor parte del líquido


cefalorraquídeo (se calcula que algo más del 60%), concretamente en las
estructuras y células ependimarias propias de los plexos coroideos.

El sistema ventricular se origina en el feto durante el tercer trimestre


semana de embarazo, evolucionando del canal central del tubo neural. Se
compone de un total de cuatro ventrículos y los diferentes canales que los
comunican.

Artículo relacionado: "Líquido cefalorraquídeo: composición, funciones y


trastornos"
Componentes del sistema ventricular
Existen un total de cuatro ventrículos cerebrales, interconectados entre
ellos por diversos canales y aperturas.

En la parte superior y justo debajo del cuerpo calloso encontramos los


ventrículos laterales, una pareja de ventrículos gemelos que se
encuentran a lo largo de los hemisferios cerebrales. Es en estos
ventrículos en los que podemos encontrar en su mayoría los plexos
coroideos, donde se genera la mayor parte del líquido cefalorraquídeo.

Estos se comunican a través el orificio interventricular o de Monro con el


tercer ventrículo, el cual se sitúa por debajo del tálamo. Finalmente, el
tercer y cuarto ventrículo (localizado entre el tronco cerebral y el
cerebelo) se comunican mediante el acueducto cerebral o de Silvio.

El cuarto ventrículo se conecta con la médula espinal a través del canal


ependimario, el cual recorre la totalidad de la médula y permite que el
líquido cefalorraquídeo fluya a través de ella hasta su fin en el conocido
como ventrículo terminal.

El cuarto ventrículo también se conecta a través de los orificios de Luschka


y Magendie con la aracnoides, permitiendo de este modo que el líquido
cefalorraquídeo se distribuya a lo largo del encéfalo.

Funciones de los ventrículos cerebrales


Los ventrículos cerebrales y el sistema ventricular en general pueden
parecer un residuo del desarrollo que no tiene demasiadas funciones,
pero en realidad se trata de elementos de gran importancia en el
mantenimiento de la salud y el estado del cerebro.
Algunas de las principales funciones que poseen son las siguientes.

1. Producción de líquido cefalorraquídeo


Se trata de la principal función de los ventrículos cerebrales. Si bien
también es secretado en pequeñas cantidades por otras estructuras como
el espacio subaracnoideo, en general la mayor parte de líquido
cefalorraquídeo que poseemos es secretado por los plexos coroideos del
sistema ventricular.
Este líquido ofrece un medio por el que el cerebro elimina residuos de su
actividad a la vez que permite crear un ambiente estable para el
funcionamiento de las neuronas, e incluso contribuir a nutrir y facilitar el
funcionamiento de las células. También permite que el cerebro flote,
reduciendo su peso, a la vez que ayuda a protegerlo de agentes y daños
externos. Por último, permite que el nivel de presión interna del cerebro
permanezca estable.

2. Contribuyen a mantener el cerebro sano


Los plexos coroideos, además de producir líquido cefalorraquídeo, ayudan
a impedir que sustancias externas nocivas puedan afectar a éste y llegar a
través de él al resto del encéfalo, de modo que contribuyen a mantener
sano el cerebro.

3. Mantenimiento de la forma y estructura del cerebro


Los ventrículos cerebrales pueden expandirse en gran medida según las
necesidades del organismo. Aunque puede parecer una función poco
importante permite mantener la estructura del cerebro y sus
interconexiones. Además, el líquido cefalorraquídeo que se produce en
ellos ayuda a mantener el cerebro en flotación y reducir el nivel de presión
intracraneal.

Alteraciones producidas por diversos trastornos


Como hemos mencionado, una de las funciones de los ventrículos es
mantener la forma y estabilidad del conjunto del encéfalo. De hecho, en
diversos trastornos en los que se produce pérdida de masa neuronal los
ventrículos cerebrales se expanden para ocupar el espacio libre. A
continuación se indican algunas de las alteraciones que provocan algún
tipo de efecto sobre los ventrículos cerebrales.

Alzheimer
La enfermedad de Alzheimer produce a lo largo de su desarrollo un
deterioro y muerte de una gran cantidad de neuronas, disminuyendo la
densidad neuronal según el trastorno va avanzando. El espacio
desocupado es rellenado por los ventrículos, los cuales se expanden para
ocupar el lugar.

Artículo relacionado: "Alzheimer: causas, síntomas, tratamiento y


prevención"
Esquizofrenia
Diversos estudios han demostrado que muchas personas que padecen
esquizofrenia poseen ventrículos más grandes.

Hidrocefalia
La hidrocefalia en un trastorno caracterizado por una producción excesiva
de líquido cefalorraquídeo, un desequilibrio entre producción y
reabsorción o por una mala circulación de este a través de los ventrículos
o sus interconexiones. Se trata de un problema muy grave que puede
causar secuelas severas o incluso producir la muerte del sujeto debido a la
compresión de las estructuras cerebrales.

Artículo relacionado: "Hidrocefalia: causas, tipos y tratamientos"


Ventriculitis
Se trata de un trastorno que se basa en la inflamación de los ventrículos
cerebrales. Tal y como ocurre con la meningitis, esta inflamación puede
ser peligrosa debido a la presión ejercida por los ventrículos contra el
resto del sistema nervioso. Además, la infección de los ventrículos puede
generar alteraciones en el líquido cefalorraquídeo o en el sistema
vascular, que puede terminar causando una encefalitis.
Dónde están los ventrículos cerebrales?
Son 4 estructuras que se localizan en diferentes espacios de la cavidad
craneal, siendo los hemisferios del cerebro, el tálamo, el acueducto de
Silvio, el cerebelo y el tallo cerebral los lugares característicos por donde
se ubica cada ventrículo. Sin embargos, estos espacios poseen unos
canales que permiten la conexión de un espacio con otro, para así permitir
el correcto transito del líquido cefalorraquídeo por el tercer, cuarto y cada
ventrículo lateral.

¿Qué contienen los ventrículos cerebrales?


Son las estructuras del cerebro destinadas a la producción y transito del
líquido cefalorraquídeo, por lo que cuando hay enfermedades como la
hidrocefalia, el sistema ventricular se observará con aumento de tamaño.

¿Qué hacen los ventrículos cerebrales?


Son considerados como un sistema ventricular, ya que primero se
encargan de producir la cantidad correcta del líquido cefalorraquídeo,
posteriormente cada ventrículo se va comunicando para que esta
sustancia pueda recorrer cada estructura cerebral, lo que conlleva a que
se mantenga una correcta presión intracraneal, pero además sirve como
una barrera protectora ante traumatismos en cualquiera de las zonas del
cerebro.

"Entre las funciones de los ventrículos se encuentra el paso del líquido a


través de sus canales"
¿Qué es la dilatación de los ventrículos cerebrales?
El término dilatación se refiere al aumento de tamaño de los ventrículos
por causa de elevación en los niveles de líquido cerebroespinal en los
espacios por donde pasa esta sustancia, lo cual es generado por un daño
en el sistema ventricular que termina afectando al sistema nervioso
central por exceso de presión en las cavidades. Y esta condición
neurológica es conocida como Hidrocefalia y puede tener múltiples
causantes.
Ventrículos cerebrales: anatomía, funciones y enfermedades
Por Cinta Martos Silván
Los ventrículos cerebrales son una serie de cavidades que están
interconectadas entre sí en el interior del encéfalo. Estas cavidades están
llenas de líquido cefalorraquídeo y su principal función es la protección del
cerebro.

El conjunto de ventrículos cerebrales se denomina sistema ventricular y se


encuentra localizado en el parénquima cerebral. Este es el tejido funcional
del cerebro que controla la cognición; el resto de tejido cerebral es el que
sirve de soporte.

ventriculos laterales del cerebro


Los ventrículos cerebrales se dividen en dos ventrículos laterales, el tercer
ventrículo y el cuarto ventrículo. Estos se conectan entre sí por pequeños
orificios.

Dentro de los ventrículos se encuentran los plexos coroideos que son los
que producen el líquido cefalorraquídeo, que rodea el cerebro, la médula
espinal y llena el sistema ventricular. Este líquido sigue un ciclo constante
de producción y reabsorción, nutriendo las estructuras cerebrales.

Los ventrículos cerebrales poseen alrededor de una 1/5 parte del volumen
del líquido cefalorraquídeo adulto, es decir, entre 20 y 25 mililitros.
Índice del artículo [Mostrar]

Anatomía

El sistema ventricular. Fuente: OpenStax CC BY 4.0


(https://creativecommons.org/licenses/by/4.0)
Ventrículos laterales
Son las cavidades más grandes del sistema ventricular y existe una en el
interior de cada hemisferio, dividiéndose en ventrículo derecho y
ventrículo izquierdo.

Los ventrículos laterales tienen forma de C. Cada uno de ellos se divide en


una parte central, compuesta del cuerpo y el trígono o atrio, y tres
extensiones laterales o “cuernos”.

Tamaño y ubicación del sistema ventricular en la cabeza humana. Fuente:


BodyParts3D[1] by DBCLS. CC BY 2.1 Japan
(https://creativecommons.org/licenses/by/2.1)
La parte central está situada en el lóbulo parietal. Mientras que el techo
está compuesto por el cuerpo calloso. En la zona inferolateral
encontramos el tálamo dorsal y la cola del núcleo caudado, y en el suelo
está la parte anterior del fórnix, el plexo coroideo, la superficie
dorsolateral del tálamo, la estría terminal y parte del núcleo caudado.

Los ventrículos laterales se conectan con el tercer ventrículo a través de


dos agujeros interventriculares, también denominados agujeros de
Monro. Estos agujeros se sitúan entre el tálamo y la parte anterior del
fórnix.
Los ventrículos laterales poseen cuernos que se proyectan en los lóbulos
occipitales, frontales y temporales. El volumen de estos ventrículos
aumenta con la edad.

Tercer ventrículo

El tercer ventrículo consiste en una ranura estrecha que encuentra en el


diencéfalo del cerebro, entre el tálamo derecho y el izquierdo. Se conecta
con el cuarto ventrículo a través del acueducto cerebral o también
llamado acueducto de Silvio, que desciende a través del cerebro medio.

Su superficie anterior posee dos protuberancias:

– El receso supraóptico: que se encuentra sobre el quiasma óptico.

– El receso infundibular: que se localiza encima del tallo óptico.

Cuarto ventrículo

Este ventrículo es el más inferior del sistema ventricular. Se encuentra en


el tronco del encéfalo, en la zona donde se unen el puente de Varolio y la
médula oblonga. Su piso está constituido por una parte del
romboencéfalo, llamada fosa romboidal.

El cuarto ventrículo se localiza debajo del cerebro medio, posterior a la


protuberancia, delante del cerebelo y sobre el bulbo raquídeo. Se
comunica con dos canales diferentes:

– Canal espinal central, que permite al líquido cefalorraquídeo llegar a la


médula espinal.
– Cisternas subaracnoideas, que permite que el líquido cefalorraquídeo
llegue a las meninges cerebrales a un lugar llamado espacio
subaracnoideo. El espacio subaracnoideo cubre todo el encéfalo
permitiendo que este líquido rodee toda la estructura.

En las cisternas subaracnoideas el líquido cefalorraquídeo se vuelve a


reabsorber.

El cuarto ventrículo se comunica con espacio subaracnoideo a través del


foramen lateral de Luschka y mediante el agujero mediano de Magendie,
que se encuentra en el techo del ventrículo.

Funciones de los ventrículos cerebrales

Sistema ventricular del ser humano. Fuente: BodyParts3D by DBCLS. CC BY


2.1 Japan (https://creativecommons.org/licenses/by/2.1)
Los ventrículos cerebrales están llenos de líquido cefalorraquídeo. Este
líquido se forma, en gran parte, en los plexos coroideos, que son
estructuras vasculares muy pequeñas, que filtran el plasma sanguíneo
para crearlo. Este ejerce importantes funciones en nuestro sistema
nervioso central, por eso hay tantos espacios en el cerebro que lo
contienen.

Además, el líquido cefalorraquídeo da flotabilidad al cerebro, esto


contribuye a reducir el peso de éste. Así, se disminuye la presión en la
base del cerebro que existiría si éste no estuviera rodeado del líquido.

La flotabilidad permite disminuir el peso de unos 1400 gramos hasta unos


50 gramos. Las principales funciones de los ventrículos cerebrales son:
– Permitir que el líquido cefalorraquídeo circule por las estructuras del
sistema nervioso central, con ellos se consigue mantener una adecuada
homeostasis interna, permitiendo la circulación de sustancias importantes
para regular las funciones de nuestro cuerpo.

También permite defendernos de agentes externos que pueden ser


peligrosos para el cerebro, es decir, aporta una protección inmunológica.
Asimismo, mantiene a las estructuras nerviosas nutridas, eliminando sus
desechos.

– Mantiene una presión intracraneal adecuada. Gracias a los ventrículos


craneales se puede compensar los cambios de volumen sanguíneo dentro
del cerebro para que no aumente ni disminuya la presión intracraneal.

– Actúa como amortiguador al estar llenos de líquido, así evitan daños


cerebrales debidos a golpes u otras lesiones en el cráneo.

En definitiva, los ventrículos cerebrales sirven para que el líquido


cefalorraquídeo llegue a las estructuras más internas de nuestro cerebro,
aumentando la protección de éste frente a los traumas y manteniendo los
tejidos nutridos, libres de desechos y de sustancias amenazadoras.

Desarrollo de los ventrículos cerebrales


Los cuatro ventrículos del cerebro se desarrollan en la etapa embrionaria
durante el primer trimestre del embarazo. Surgen a partir del canal central
del tubo neural.

Al final del primer mes de gestación, aproximadamente, se forman las tres


vesículas cerebrales. Estas son el prosencéfalo, el mesencéfalo y el
romboencéfalo.
El tubo neural se dilata dentro del prosencéfalo, de forma que el espacio
existente dentro de ese tubo se ensancha formado los ventrículos
laterales y el tercer ventrículo.

La cavidad del mesencéfalo da lugar al acueducto cerebral, mientras que


el cuarto ventrículo se forma con la dilatación del tubo neural en el
romboencéfalo.

Enfermedades relacionadas con los ventrículos cerebrales


Varias enfermedades pueden afectar a los ventrículos cerebrales. Las más
comunes son: la hidrocefalia, la meningitis y la ventriculitis.

Es muy importante que la producción del líquido cefalorraquídeo se


equilibre con su reabsorción para que no se acumule más de la cuenta.
Muchas de las patologías que afectan a los ventrículos cerebrales se debe
a una obstrucción de éstos.

También su agrandamiento o disminución puede ser señal de distintas


patologías. A continuación, se describen las anomalías más frecuentes del
sistema ventricular:

Hidrocefalia
La hidrocefalia es la acumulación de líquido cefalorraquídeo en los
ventrículos cerebrales al no absorberse éste como debería. Si no se trata,
provoca presión intracraneal elevada y atrofia cerebral.

En los escáneres cerebrales se observan los ventrículos muy dilatados. Hay


dos tipos de hidrocefalia según sus causas:
– Hidrocefalia comunicante: ocurre cuando el líquido se acumula sin que
existan obstrucciones en la circulación. Suele deberse al deterioro de las
granulaciones aracnoideas que reabsorben el líquido cefalorraquídeo.

– Hidrocefalia no comunicante u obstructiva: se debe a una obstrucción


dentro del sistema ventricular. Normalmente suelen encontrarse en el
acueducto cerebral, el que une el tercer y cuarto ventrículos.

Los síntomas de la hidrocefalia son: dolores de cabeza, somnolencia,


pérdida de coordinación, visión borrosa, convulsiones, náuseas, además
de cambios cognitivos como problemas para mantener la atención o
retraso psicomotor.

Si este proceso se produce antes de que se hayan fusionado las


fontanelas, es decir, antes de unirse las distintas regiones del cráneo, se
puede observar macrocefalia. En ésta, el tamaño del cráneo crece
anormalmente.

Mientras que, si las fontanelas se han fusionado, es más probable que se


comprima y se lesionen los tejidos adyacentes.

Atrofia cerebral
atrofia cerebral
También se ha observado que los ventrículos se expanden en
enfermedades neurodegenerativas, paralelamente a la atrofia cerebral.
Esto es lo que ocurre, por ejemplo, en la enfermedad de Alzheimer.

Meningitis

La meningitis es una enfermedad en la que se inflaman las meninges del


cerebro y la médula espinal, es decir, las capas que lo cubren y que
contienen el líquido cefalorraquídeo. Suele originarse por virus, hongos o
bacterias, produciéndose un aumento de la presión intracraneal y
dificultades para la circulación del líquido cefalorraquídeo.

Se acompaña de dolor de cabeza, deterioro cognitivo, náuseas,


sensibilidad a la luz, fiebre repentina, debilidad muscular, etc.

Ventriculitis
La ventriculitis, como su nombre indica, es la inflamación de los
ventrículos cerebrales, que abarca a las cuatro cavidades.

La ventriculitis es una complicación grave de cualquier meningitis. Está


ligada a la ausencia de tratamiento con antibióticos. Viene acompañada
de hidrocefalia y se asocia con la aracnoiditis, encefalitis, cerebritis y
encefalomielitis.

Esquizofrenia
Algunos científicos han encontrado vínculos entre la esquizofrenia y la
extensión de los ventrículos cerebrales. En concreto, parecer ser que los
esquizofrénicos tienen unos ventrículos más grandes que las personas
sanas.

No obstante, no está claro si son los trastornos mentales los que dan lugar
al agrandamiento de los ventrículos o si es la dilatación ventricular la que
es responsable de los trastornos mentales.

Por otra parte, también pueden producirse obstrucciones en el sistema


ventricular debidas a tumores, quistes, traumatismos, anomalías en el
desarrollo, malformaciones vasculares (aneurismas), etc.
Por otro lado, es frecuente observar una asimetría en los ventrículos
laterales en escáneres cerebrales. En un artículo en el que se estudió la
asimetría de los ventrículos del cerebro fetal humano, se encontró que
esta suponía una variante normal que no implicaba ninguna patología.

Según Orellana (2003), lo que ayuda a determinar que la asimetría es una


variante anatómica y no una patología, es que, normalmente, en la
variante, lo cuernos temporales son del mismo tamaño e incluso, a veces,
el contralateral está más dilatado.
TERCER VENTRÍCULO

INTRODUCCIÓN

El III ventrículo es una cavidad media e impar situado en el centro del


cerebro. Pertenece al diencéfalo y esta ubicado entre ambos tálamos, por
debajo del fórnix o trígono cerebral y por encima de la región del
hipotálamo.

DESARROLLO

Se comunica hacia arriba y adelante con los ventrículos laterales mediante


los forámenes interventriculares (agujeros de Monroe) y hacia atrás con el
IV ventrículo a través del acueducto mesencefálico (Silvio).

Consta de 6 paredes: una anterior, una posterior, una superior, una


inferior y dos hacia los laterales:
Pared Anterior: Ubicada entre la separación de las dos columnas del
fórnix.

Está formada por una lámina de sustancia gris (la lámina terminal), a
través de la cual corre la comisura anterior (fibras nerviosas que conectan
ambos lóbulos temporales).

Pared Posterior: Está formada por el orificio del acueducto cerebral, por
encima de este la comisura posterior (fibra que une el tálamo con el
mesencéfalo), y a su vez por encima, la base de la glándula pineal.

Pared Superior (techo): Es una capa de epéndimo que se continúa con el


revestimiento del ventrículo, por arriba existe la tela coroidea.

Se relaciona con el cuerpo del fórnix y el cuerpo calloso.

Pared Inferior (piso): Corresponde al piso del cerebro. Está relacionado


con el quiasma óptico, el tuber cinereum que es una masa de sustancia
gris que se continua con el infundíbulo en el cual esta fijada la hipófisis, los
cuerpos mamilares (que corresponden al hipotálamo), y la calota
mesencefálica.

Pared Lateral: Formada por la superficial medial del tálamo hacia arriba y
el hipotálamo hacia abajo, ambas separadas por el surco hipotalámico.
Esta pared se encuentra limitada arriba por las estrías medulares del
tálamo; y ambas paredes se encuentran conectadas por la adhesión
intertalámica.

PLEXOS COROIDEOS DEL 3º VENTRÍCULO:

Los plexos coroideos de los ventrículos aparecen en los lugares donde la


piamadre y la membrana del epéndimo están en contacto, formando la
tela coroidea.

Estos plexos juntos con los de los ventrículos laterales, y el 4to se


encargan de la formación de LCR que tiene un volumen total de
aproximadamente 130 ml. Y tiene como función:

Amortiguar y proteger contra traumatismos al SNC.

Proporciona estabilidad y sostén al encéfalo.

Nutre y elimina metabolitos del SNC.

Vía para que las secreciones pineales alcancen la hipófisis.

El líquido pasa desde los plexos coroideos de los ventrículos laterales hacia
el III mediante los agujeros interventriculares, luego hacia el IV mediante
el acueducto del mesencéfalo [las aperturas medias y laterales del IV lo
comunican con el espacio subaracnoideo.]

El LCR rodea a todo el encéfalo y medula espinal; y es reabsorbido por


vasos de la piamadre, vainas perineurales de los nervios y granulaciones
aracnoideas, desembocando en el sistema venoso.

CONCLUSIÓN

El III ventrículo se encuentra en el centro del encéfalo entre ambos


tálamos e interviene en la circulación de LCR. Su conocimiento es de
importancia ya que si se obstruye los “estrechos de paso” de los
ventrículos se produce hidrocefalia que es cuando el volumen de LCR
aumenta dentro de la cabeza y se produce aumento del tamaño de los
ventrículos, se puede evaluar por medio de TC y RM, [con estos puede
demostrarse el contorno de los ventrículos para ver si hay distensión,
distorsión y también si hay tumor cerebral que produce el trastorno.]
El tercer ventrículo es una cavidad estrecha situada entre los dos
hemisferios del diencéfalo del prosencéfalo . El tercer ventrículo es parte
de una red de cavidades interconectadas (ventrículos cerebrales) en el
cerebro que se extienden para formar el canal central de la médula
espinal . Los ventrículos cerebrales están formados por los ventrículos
laterales, el tercer ventrículo y el cuarto ventrículo.

Conclusiones clave
El tercer ventrículo es uno de los cuatro ventrículos cerebrales. Es una
cavidad llena de líquido cefalorraquídeo ubicada entre los dos hemisferios
del diencéfalo del cerebro anterior.
El tercer ventrículo ayuda a proteger el cerebro de traumatismos y
lesiones.
El tercer ventrículo también participa en el transporte de nutrientes y
desechos del sistema nervioso central del cuerpo.
También interviene en la circulación del líquido cefalorraquídeo.
Los ventrículos contienen líquido cefalorraquídeo, que es producido por
un epitelio especializado ubicado dentro de los ventrículos llamado plexo
coroideo . El tercer ventrículo está conectado con el cuarto ventrículo a
través del acueducto cerebral, que se extiende a través del mesencéfalo .

Función del tercer ventrículo


El tercer ventrículo participa en varias funciones del cuerpo, entre ellas:

Protección del cerebro contra traumas


Vía para la circulación del líquido cefalorraquídeo
Transporte de nutrientes hacia y desde el sistema nervioso central
Ubicación del tercer ventrículo
Direccionalmente , el tercer ventrículo está situado en el medio de los
hemisferios cerebrales , entre los ventrículos laterales derecho e
izquierdo. El tercer ventrículo es inferior al fórnix y al cuerpo calloso .

Estructura del tercer ventrículo


El tercer ventrículo está rodeado por una serie de estructuras del
diencéfalo . El diencéfalo es una división del cerebro anterior que
transmite información sensorial entre las regiones del cerebro y controla
muchas funciones autonómicas. Vincula las estructuras del sistema
endocrino , el sistema nervioso y el sistema límbico . Se puede describir
que el tercer ventrículo tiene seis componentes: un techo, un piso y
cuatro paredes. El techo del tercer ventrículo está formado por una parte
del plexo coroideo conocida como tela corioidea. La tela chorioidea es
una densa red de capilaresque está rodeado de células ependimales. Estas
células producen líquido cefalorraquídeo. El piso del tercer ventrículo está
formado por una serie de estructuras que incluyen el hipotálamo , el
subtálamo, los cuerpos mamilares, el infundíbulo (tallo pituitario) y el
techo del mesencéfalo . Las paredes laterales del tercer ventrículo están
formadas por las paredes del tálamo izquierdo y derecho . La pared
anterior está formada por la comisura anterior ( fibras nerviosas de
sustancia blanca ), la lámina terminal y el quiasma óptico.La pared
posterior está formada por la glándula pineal y las comisuras
habenulares . Adheridas a las paredes externas del tercer ventrículo hay
adherencias intertalámicas (bandas de materia gris) que cruzan la cavidad
del tercer ventrículo y conectan los dos tálamos.

El tercer ventrículo está conectado a los ventrículos laterales por canales


llamados agujeros interventriculares o agujeros de Monro. Estos canales
permiten que el líquido cefalorraquídeo fluya desde los ventrículos
laterales hasta el tercer ventrículo. El acueducto cerebral conecta el tercer
ventrículo con el cuarto ventrículo. El tercer ventrículo también tiene
pequeñas hendiduras conocidas como huecos. Los recesos del tercer
ventrículo incluyen el receso preóptico (cerca del quiasma óptico), el
receso infundibular (receso en forma de embudo que se extiende hacia
abajo hasta el tallo pituitario ), el receso mamilar (formado por las
protuberancias de los cuerpos mamilares en el tercer ventrículo) y el
receso pineal. (se extiende hacia la glándula pineal ).

Anomalías del tercer ventrículo


tercer ventrículo
Tomografía computarizada del cerebro de un paciente con hemorragia
intracerebral por accidente cerebrovascular con sangrado en el tercer
ventrículo. Sopone Nawoot/iStock/Getty Images Plus
Los problemas y anomalías del tercer ventrículo pueden ocurrir en una
variedad de afecciones, como accidente cerebrovascular, meningitis e
hidrocefalia. Una causa relativamente común de anomalía del tercer
ventrículo ocurre con la hidrocefalia congénita (contorno anormal con un
tercer ventrículo dilatado).
Sistema ventricular del cerebro
El sistema ventricular consta de dos ventrículos laterales, el tercer
ventrículo y el cuarto ventrículo.

Más información
Para obtener información adicional sobre el tercer ventrículo, consulte:

El tercer ventrículo
Anatomía del cerebro
El cerebro es el centro de control del cuerpo. Recibe, interpreta y dirige la
información sensorial en el cuerpo. Obtenga más información sobre la
anatomía del cerebro .

Divisiones del cerebro


Cerebro anterior: abarca la corteza cerebral y los lóbulos cerebrales.
Mesencéfalo : conecta el prosencéfalo con el rombencéfalo.
Cerebro posterior : regula las funciones autonómicas y coordina el
movimiento.

IV ventrículo
El ventrículo cuarto del cerebro o cuarto ventrículo (ventriculus quartus
cerebri) es una cavidad de forma irregular, situada en el romboencéfalo,
entre el bulbo raquídeo, la protuberancia y el istmo por delante y el
cerebelo por detrás.

Se continúa con el conducto central de la médula espinal por abajo, con el


acueducto de Silvio por arriba, y por sus aberturas lateral y media agujero
de Luschka y Magendie con el espacio subaracnoideo.
Receso lateral del cuarto ventrículo, constituido por la parte peduncular
del velo medular inferior, tela coroidea y labio rómbico.

En el pasado la vía de acceso, se realizaba dividiendo el vermis o por


excisión de parte de un hemisferio cerebeloso.
] El ventrículo cuarto del cerebro o cuarto ventrículo es una cavidad de
forma triangular, situada en el romboencéfalo, entre el Bulbo raquídeo, la
protuberancia y el mesencéfalo por delante y el cerebelo por detrás. [.
¿Qué es la cavidad del IV ventrículo?
En forma, la cavidad del IV ventrículo se asemeja a una tienda de campaña
cuyo fondo tiene la forma de un rombo (fosa romboidal) y está formado
por las superficies posteriores (dorsal) del bulbo raquídeo y el puente.
Mielencefalo
Mielencéfalo: características, funciones y fases de desarrollo
Veamos cómo es esta parte del sistema nervioso propia de los embriones.
l mielencéfalo es una vesícula embrionaria, es decir, es una parte del
sistema nervioso en formación. Aunque no se puede encontrar en el
cerebro adulto como tal, sí que es la precursora de una estructura
fundamental, dado que cumple con varias funciones básicas para nuestra
supervivencia.

A continuación vamos a ver más a fondo qué es el mielencéfalo, a qué se


corresponde en el cerebro postnatal, qué fases de desarrollo neurológico
pasa y qué funciones están asociadas a la estructura en la que se acaba
convirtiendo.

Artículo relacionado: "Partes del cerebro humano (y funciones)"


¿Qué es el mielencéfalo?
El mielencéfalo es una vesícula secundaria del tubo neural, esto es, el
sistema nervioso embrionario en formación, que se sitúa en la zona del
romboencéfalo.

A lo largo del desarrollo embrionario, esta parte del cerebro se prolonga


hasta convertirse en la médula oblongata, también conocida como bulbo
raquídeo, además de formar parte del canal central. A pesar de disponer
de un tamaño reducido, el mielencéfalo se convierte en una parte que
contribuye con varios sistemas y funciones.

El mielencéfalo también está incluido en parte del cuarto ventrículo,


concretamente en la parte inferior del mismo. Por otro lado, en su parte
interior podemos encontrar la formación reticular, una parte del cerebro
que interviene en la regulación de varias funciones básicas.

Al igual que sucede con otras estructuras formadas a partir del


rombencéfalo, el mielencéfalo y, concretamente, su estructura madurada,
el bulbo raquídeo, juega un rol muy importante en el control de los
impulsos humanos más básicos, como estar alerta, la atención y el ciclo
del sueño y la vigilia, además de estar detrás de varios reflejos
fundamentales para la supervivencia.

En muchos aspectos, el mielencéfalo es una estructura de paso entre lo


que será el encéfalo, es decir, cerebro y cerebelo, y la médula espinal. Esto
se puede ver en base a la organización funcional y la forma que presenta,
muy similares a las de la médula.

Desarrollo embriológico
Como hemos comentado, el mielencéfalo es una vesícula secundaria del
tubo embrionario, a medio camino entre las vesículas primarias del mismo
tubo y las estructuras más o menos desarrolladas posteriores durante el
desarrollo embriológico. Es decir, no es una parte del cerebro adulto, pero
sí que una parte del cerebro adulto está formadaa partir de esta
estructura, siendo concretamente el bulbo raquídeo.

Son dos fases las que se pueden destacar en cuanto a su desarrollo

1. Primera fase: del tubo neural al mielencéfalo


Cuando empieza a formarse el feto, dentro del vientre materno, éste
presenta una estructura que será la precursora del sistema nervioso: el
tubo neural. Este tubo se irá especializando con el paso de las semanas,
formando estructuras neurológicas más complejas, como el cerebro
maduro y los nervios.

Sin embargo, antes de que el tubo neural se convierta en el sistema


nervioso postnatal tal y como lo conocemos, éste se tiene que segmentar
en diferentes partes:

Las tres primeras partes son las conocidas como vesículas primarias, que
se forman más o menos a las tres semanas de la concepción: el
prosencéfalo, el mesencéfalo y el rombencéfalo.

Luego, las vesículas primarias se segmentan formándose las secundarias.


El prosencéfalo se segmenta en dos partes, el telencéfalo y el diencéfalo, y
el rombencéfalo se divide en el metencéfalo y el mielencéfalo. Esta parte
del desarrollo neurológico ocurre a la quinta semana.

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asociadas"
2. Segunda fase: del mielencéfalo a la médula
Como hemos comentado, el mielencéfalo es una estructura que se podría
situar a medio camino entre el cerebro propiamente dicho y la médula
espinal. Esta se va desarrollando hasta convertirse en el bulbo raquídeo,
bien diferenciable del resto del cerebro y de la médula espinal a partir de
la semana número 20 de gestación.

Partes y contenido del mielencéfalo


Si bien el mielencéfalo es una estructura embrionaria, su versión adulta, la
médula oblongada o bulbo raquídeo, se puede encontrar en el tallo
cerebral, sirviendo de conexión entre la médula espinal y el encéfalo,
estando situada en el punto de Varolio. Podemos ver que esta estructura
es el origen aparente o contiene parte los siguientes componentes:

La parte inferior del cuarto ventrículo.


El nervio glosofaríngeo (IX par craneal).
El nervio vago (X par craneal).
El nervio accesorio (XI par craneal).
El nervio hipogloso (XII par craneal).
Una porción del nervio vestibulococlear (VIII par craneal)
Funciones
Como precursor de la médula oblongada, podríamos considerar que el
mielencéfalo forma parte del sistema nervioso autónomo. El bulbo
raquídeo se encarga de regular multitud de funciones básicas relacionadas
con los reflejos de supervivencia. Además, también participa en funciones
cerebrales más complejas, como lo son la atención, el estar alerta o el
ciclo del sueño y la vigilia. A continuación las explicamos con más
detenimiento.
1. Respiración
El mielencéfalo está relacionado con la regulación del ciclo respiratorio. El
bulbo raquídeo monitoriza constantemente los niveles de acidificación en
la sangre, evitando que estos lleguen a niveles que impliquen daños a
nivel orgánico.
Una vez la médula oblongada detecta que está ocurriendo esto, envía
señales nerviosas a los tejidos musculares intercostales, es decir, los
músculos que se encuentran entre las costillas, activándolos para efectuar
los movimientos respiratorios.

De esta manera estos músculos pueden aumentar su ritmo de


contracción, haciendo que entre más oxígeno en la sangre y que esta
adquiera los niveles de pH adecuados para que no se dé daños en el
organismo.

2. Control cardiovascular
Además de la función respiratoria, el bulbo raquídeo se encarga de regular
varios componentes de la actividad cardíaca y, consecuentemente, del
sistema circulatorio. Si bien no es la única estructura que se encarga de
regular la actividad del corazón, sí que se trata de una de las más
importantes.

El bulbo raquídeo se encarga de excitar al sistema nervioso simpático para


que, así, aumente el ritmo de los latidos del corazón. Esto es
especialmente importante para aquellas situaciones en las que se requiere
un mayor esfuerzo físico, como cuando hacemos deporte o estamos ante
una situación amenazante, para facilitar la activación de respuestas de
lucha o huida.

Pero, además, se encarga de producir el efecto contrario, esto es,


disminuir la frecuencia cardíaca mediante la activación del sistema
nervioso parasimpático. Como cabe esperar, esta función será necesaria
en situaciones opuestas, como lo son la relajación o estados de baja
alerta.

Además de incrementar y reducir el latido cardíaco, el bulbo raquídeo


regular la presión sanguínea por medio de mecanismos de vasodilatación
y vasoconstricción.
3. Estado de alerta y reflejos
Debido a la función del bulbo raquídeo sobre los sistemas simpático y
parasimpático, el desarrollo del mesencéfalo es de suma importancia para
la regulación de todos los procesos que tienen que ver con la atención, el
estado de alerta y, como ya hemos comentado anteriormente, el ciclo del
sueño y la vigilia.

Por último, la estructura adulta del mesencéfalo está relacionada


directamente con la realización de varios reflejos e instintos
fundamentales para la supervivencia, que se producen, de forma
automática e inconsciente, ante la presencia de varios estímulos. En base
a las investigaciones, se sabe que el bulbo raquídeo es el componente
cerebral principal detrás de comportamientos parcialmente involuntarios,
como toser, estornudar, el reflejo de deglución, vomitar y tener náuseas o
el reflejo maseterino.
ROMBENCÉFALO
El encéfalo es la parte rostral del sistema nervioso central. Está formado
por tres grandes compartimentos que de caudal a rostral son:
rombencéfalo o cerebro posterior, mesencéfalo o cerebro medio y
prosencéfalo o cerebro anterior. Al conjunto formado por el rombencéfalo
y el mesencéfalo también se conoce como tronco encefálico.

Cerebro posterior o rombencéfalo

Esta estructura encefálica se encuentra entre la médula espinal y el


mesencéfalo (Figuras 1 y 2). El rombencéfalo se forma por una
segmentación transversal que crea unidades llamadas rombómeros, y
anatómicamente está dividido en tales rombómeros (Figura 2). Las células
de estos rombómeros suelen permanecer en los límites de su rombómero
mediante mecanismos de adhesión de atracción y repulsión. Estos
compartimentos permiten crear grupos de células que pueden
desarrollarse de manera distinta y pocesar informaciones diferentes. A
este patrón de desarrollo en segmentos se le llama metamería. La familia
de genes Hox son responsables de establecer la identidad y límites de los
segmentos en el rombencéfalo.

Rombencéfalo
Figura 1. Principales compartimentos del rombencéfalo.
Actualmente se considera que hay 11 rombómeros (rh; Figura 2), siendo
rh11 el más caudal y rh1 el más rostral, seguido de un segmento ístmico o
rh0. La región que abarca desde el rh11 hasta el rombómero rh4 se
denomina bulbo raquídeo o mielencecéfalo (Figuras1, 2 y 3). En la región
que va desde el rh3 hasta el rh1 se encuentra ventralmente la parte del
rombencéfalo denominada puente, protuberancia, o zona pontina y
dorsalmente en el rh1 se localiza el cerebelo, formando todo ello lo que se
denomina metencéfalo. Al rh0 se le denomina istmo o istmo
rombencefálico, que es el límite con el mesencéfalo o cerebro medio.

Rombencéfalo
Figura 2. Organización del rombencéfalo en rombómeros. Arriba un
cerebro en desarrollo. Abajo un cerebro de rata.
En el encéfalo de vertebrados hay 12 pares de nervios craneales (12
nervios a cada lado) que se nombran con números romanos y en orden de
rostral a caudal (Figura 3). En el rombencéfalo se encuentran aquellos que
van desde el IV al XII, ambos incluidos. Cada uno de ellos está
especializado en inervar determinadas estructuras corporales.

Rombencéfalo
Figura 3. Localización de los nervios craneales en el rombencéfalo de un
ratón. Vista ventral. (Modificado de Cordes, 2001).
IV, troclear o patético (motor): se encuentra en la región del istmo e
inerva el músculo extraocular oblicuo superior.
V o nervio trrigémino (mixto): se encuentra en la zona del puente y
vehicula información sensorial de la cabeza y de la cara, y controla los
músculos de la masticación.

VI, nervio abducens o motor ocular externo (motor): se encuentra en la


parte alta del bulbo raquídeo e inerva musculatura extraocular (músculo
recto externo).

VII o nervio facial (mixto): se encuentra en la parte alta del bulbo raquídeo
y trae información gustativa de los dos tercios anteriores de la lengua y
somática de la zona posterior del conducto auditivo interno y del pabellón
auricular. Este par craneal inerva los músculo que controlan la expresión
facial y aquellos que controlan a las glándulas nasales, palatinas, faríngeas,
salivales (sublingual y submaxilar) y la glándula lacrimal.

VIII o nervio estatoacústico (sensorial): se encuentra entre el puente y el


bulbo raquídeo y trae información auditiva desde la cóclea, además de
aquella necesaria para el mantenimiento del equilibrio que se genera en
las estructuras sensoriales del laberinto membranoso del oído interno
(canales semicirculares y crestas sacular y utricular).

IX o nervio glosofaríngeo (mixto): se encuentra en la zona media del bulbo


raquídeo y trae información gustativa del tercio posterior de la lengua e
información visceral de varias partes como la faringe. Inerva glándulas
como la paratiroidea y un músculo de la faringe.

X o nervio vago (mixto): se encuentra en la zona posterior del bulbo


raquídeo. Recoge información gustativa de la epiglotis y visceral general
de las vísceras torácicas y abdominales. Inerva la mayoría de los músculos
de la laringe y todos los de la faringe. Controla los músculos de la voz.
También inerva la musculatura lisa de las vísceras torácicas y abdominales.
XI o nervio accesorio (motor): está formado por varias raíces que se
encuentran en la zona más caudal del bulbo raquídeo y a ellas se unen
algunas raíces procedentes de las raíces ventrales más rostrales de la
médula espinal. El componente bulbar inerva músculos laríngeos,
mientras que el componente espinal inerva los músculos del cuello
(esternocleidomastoideo y trapecio).

XII o nervio hipogloso (motor): posee varias raíces y se encuentran en la


zona posterior del bulbo raquídeo. Aporta inervación a los músculos
intrínsecos de la lengua, lo cual es importante para comer y hablar.

El cerebelo es una estructura prominente del rombencéfalo localizada en


la zona dorsal del rombómero 1 (rh1). Externamente presenta surcos
transversales dispuestos de forma más o menos paralela. Posee dos
hemisferios divididos en lóbulos, que de rostral a caudal se denominan
anterior, posterior y floculonodular. En una sección de cerebelo se puede
observar una parte interna donde predomina el neuropilo sobre los
cuerpos celulares denominada sustancia blanca. Externamente a la
sustancia blanca las células se disponen formando una lámina,
denominada corteza cerebelosa (Figura 4). En esta corteza plegada se
encuentran las células de Purkinje y las células granulares. En la zona
profunda del cerebelo las neuronas se disponen formando los núcleos
cerebelosos profundos, los cuales son las principales vías de salida de la
información procesada por el cerebelo. Otra vía de salida de información
cerebelosa es a través del núcleo vestibular lateral. Como dijimos, el
cerebelo está implicado en coordinación del movimiento, pero también en
procesos de atención, y en humanos también está relacionado con el
lenguaje.

Cerebelo
Figura 4. La imagen de la izquierda es un esquema de un cerebelo humano
cortado por la línea media donde se señalan la sustancia blanca y la
corteza cerebelosa (en rojo). La imagen de la derecha es un esquema de la
corteza cerebelosa y sus capas.
Se considera al rombencéfalo como una parte primitiva del sistema
nervioso central, es decir, es la región del encéfalo que más se parece
cuando se comparan especies muy separadas filogenéticamente, como
peces o anfibios con mamíferos. Podríamos decir que se originó hace
mucho tiempo en el ancestro de todos los vertebrados, funcionó, y ya no
sufrió modificaciones sustanciales a lo largo de la evolución.

Este conservadurismo evolutivo quizá tenga que ver con su importante


papel en el mantenimiento de funciones vitales para la supervivencia de
cualquier vertebrado como la respiración, la presión sanguínea o el ritmo
cardiaco. También es una estación de relevo para los sentidos del tacto,
gusto, oído, y equilibrio. Además, controla la masticación, los movimientos
oculares, y las expresiones faciales. Funciones que si no se llevan a cabo el
organismo moriría. Los diferentes compartimentos del rombencéfalo
están especializados en diferentes funciones.

Médula oblonga o bulbo raquídeo: respiración, acción de tragar


(deglución), tono muscular, digestión, ritmo cardiaco.

Puente o protuberancia: nivel de atención, control motor, control del


movimiento ocular, consciencia y sueño.

Cerebelo: movimientos precisos, posturas corporales, equilibrio,


modulación de movimientos.

El rombencéfalo es también un centro importante de relevo o estación


intermediaria de información que se origina en las zonas del encéfalo más
rostrales y llega a la médula espinal o a algunos músculos del cuerpo. En
su zona ventromedial posee una población alargada de neuronas
denominada formación reticular que recibe información desde la corteza y
participa en muchos aspectos de la coordinación motora. Además, posee
numerosas agrupaciones de neuronas formando núcleos motores, los
cuales forman nervios denominados craneales que salen directamente del
rombencéfalo para inervar diferentes músculos y producir movimiento. De
ahí el nombre de motores. Estos núcleos motores están controlados por
centros que no necesariamente residen en el rombencéfalo. Uno o varios
núcleos motores agrupan sus axones para salir del rombencéfalo
formando un haz, y a cada haz se le llama nervio craneal. En algunos de
estos nervios también se encuentran axones que traen información desde
la periferia corporal al sistema nervioso central, por tanto conducen
información sensorial, denominándose entonces nervios mixtos, por
poseer un componente motor y otro sensorial.
El rombencéfalo es una parte muy importante de nuestro cerebro. En este
artículo explicamos su desarrollo, las responsabilidades que asume y qué
puede ocurrir si se produce una lesión en esta parte del cerebro.
Rombencéfalo, estructura y funciones
Dividimos al cerebro en diferentes partes para intentar entender mejor su
funcionalidad y desarrollo. Una de ellas es el rombencéfalo, una región
que proviene de la vesícula embrionaria primaria caudal.

Cuando se habla de rombencéfalo se hace referencia al cerebro posterior.


Se trata de la estructura que a lo largo de su desarrollo irá dando lugar a
diferentes subestructuras, encargadas de realizar distintas funciones
esenciales para el organismo.

A través de este texto te mostraremos cuál es la estructura, cómo se da el


proceso de diferenciación y las funciones de este increíble centro de
relevo. ¡Comencemos la exploración!

Cerebro
Diferenciación del rombencéfalo
Para comenzar, hay que comprender el origen del rombencéfalo. Y para
ello, es importante aclarar qué es la diferenciación. Según Bears Connors y
Paradiso, autores del libro Neurociencia. La exploración del cerebro se
trata de un proceso en el que las estructuras se hacen más complejas y se
especializan funcionalmente.

El primer paso en la diferenciación del encéfalo es el desarrollo de tres


engrosamientos llamados vesículas primarias del tubo neural que se
originan en el extremo rostral.

La parte más rostral de las vesículas primarias es el prosencéfalo o cerebro


anterior; la vesícula ubicada detrás del prosencéfalo se llama mesencéfalo
o cerebro medio, y la parte más caudal de las vesículas vendría siendo el
rombencéfalo o cerebro posterior, que a su vez conecta con la parte
caudal del tubo neural.

Entonces, el rombencéfalo se forma durante el desarrollo embrionario. Lo


hace a través de segmentaciones transversales a las que se les denomina
rombómeros, compartimientos que permiten crear grupos celulares que
se van a desarrollar de forma distinta; además, van a procesar diferentes
funciones. El rombencéfalo se diferencia en tres estructuras esenciales:

Cerebelo. Se une al tronco cerebral en el puente, y es un centro de control


del movimiento fundamental para nuestro organismo. Deriva de la
porción rostral.
Puente. Se trata de una parte del rombencéfalo rostral. Se encuentra en
posición anterior respecto del cerebelo y el cuatro ventrículo.
Bulbo raquídeo o médula oblongada. Se encuentra situado en posición
caudal respecto al puente y el cerebelo. Deriva de la porción caudal.
Ahora bien, en la etapa de las vesículas, el rombencéfalo rostral en sección
transversal tiene forma de tubo. Posteriormente, el labio rómbico o tejido
de la pared dorsolateral del tubo va creciendo en dirección rostral y
medial hasta que se fusiona con el lado opuesto. Además, pliegue que
resulta crece formando el cerebelo. Además, la pared ventral del tubo se
dilata para formar el puente o protuberancia.

Por otra parte, en la diferenciación de la mitad caudal del cerebro


posterior en el bulbo raquídeo, se dan cambios, pero menos acentuados.
Por un lado, las paredes se dilatan y dejan solamente el techo cubierto por
células ependimales no neuronales. Y por otro, a lo largo de la superficie
ventral de cada lado de la médula oblongada o bulbo raquídeo están
presentes sistemas de sustancia blanca.

Finalmente, en cuanto al hueco que ocupa el líquido cefalorraquídeo se va


a convertir en el cuarto ventrículo, que va a continuar con el acueducto
cerebral del mesencéfalo.

Funciones del rombencéfalo


El cerebro posterior cuenta con diversas funciones. Veamos:

Es un lugar de paso fundamental para la información, desde el


prosencéfalo a la médula espinal y viceversa. Por ejemplo, de sistemas de
sustancia blanca.
Sus neuronas colaboran en el procesamiento de la información sensorial.
Hay una contribución por parte de las neuronas del rombencéfalo al
control del movimiento voluntario. Además, ayudan a regular el sistema
autónomo.
El cerebelo, también llamado cerebro pequeño, regula el movimiento,
como si fuera un centro de control. También recibe entradas de axones
masivas, que vienen de la médula espinal y del puente. Por otra parte, el
cerebelo se encarga de comparar la informaciones que llegan y calcula las
secuencias de las contracciones musculares, esenciales para llevar a cabo
el movimiento.
El bulbo raquídeo se encarga de llevar la información somática de la
médula espinal al tálamo. Además, de controlar los movimientos de la
lengua. Y, está asociado a funciones sensoriales de tacto y gusto.
Los axones de los nervios auditivos se encargan de llevar información
desde los oídos, a los núcleos cocleares del bulbo. Los núcleos se encargan
de proyectar axones a diferentes estructuras. Entre ellas, al téctum del
mesencéfalo.
Ahora bien, las entradas que provienen de la médula espinal traen
información sobre la posición espacial del cuerpo. Además, las entradas
del puente se encargan de llevar información de la corteza cerebral. Y, se
encargan de especificar la finalidad del movimiento.

Rombencéfalo
Posibles afecciones asociadas al rombencéfalo
Si el desarrollo cerebral no es adecuado, el rombencéfalo podría verse
afectado, igual que sus funciones, que son vitales para nuestra
supervivencia. Veamos otras de sus afecciones:

Lesiones en el romboencéfalo pueden provocar problemas de


movimiento, como movimientos descoordinados e inexactos, como los
propios de la ataxia.
Su daño podría llegar a producir sordera, por ejemplo, si hay una lesión en
los núcleos cocleares.
Problemas relacionados con el tacto y el gusto.
Síndrome de Dandy Walker, y Arnold Chiari, síndromes que derivan del
desarrollo anormal del rombencéfalo.
Su daño puede producir, vómitos, debilidad, problemas en la respiración y
de circulación.
Rombencefalitis, es decir la inflamación del rombencéfalo causada por
distintos factores.
Entonces, el rombencéfalo es una parte fundamental de nuestro
organismo. A través de sus funciones motoras, sensoriales y viscerales
ayuda a regularlo. Las consecuencias de que falle o no esté presente
pueden afectar gravemente a nuestra supervivencia.
metencefalo
l metencéfalo deriva de la región craneal del rombencéfalo, está situado
entre el mesencéfalo y el mielencéfalo; forma ventralmente la
protuberancia (puente) y dorsalmente origina al cerebelo. El metencéfalo
comparte el cuarto ventrículo con el mielencéfalo
Metencéfalo: el futuro cerebelo y el control de los nervios craneales
2 de febrero de 2021 Publicado por Ramón Contreras
El metencéfalo es una estructura propia del cerebro de los vertebrados
durante el desarrollo embrionario. El sistema nervioso central de los
animales cordados está formado por el cerebro y la médula espinal. Entre
ambos componentes existe una región nerviosa donde ambos sistemas se
conectan, pero su actividad es mucho más que la mera comunicación. El
tronco encefálico, esta región de conexión, es el punto de salida de los
nervios craneales. Concretamente desde el metencéfalo saldrán cuatro de
ellos (V, VI, VII y VIII) que controlarán el movimiento de los ojos,el olfato,
el oído o diversos músculos faciales y funciones tan importantes como el
ritmo cardíaco o la respiración. El tronco encefálico se puede dividir a su
vez en tres partes. En orden desde el cerebro hasta la médula:
Mesencéfalo, metencéfalo y el bulbo raquídeo. Puedes leer más de los
otros componentes en sus propios artículos. En humanos estas tres
regiones conjuntamente no ocupan más de 10 cm. El metencéfalo es una
región muy pequeña, apenas un repliegue del tronco encefálico.
Morfológicamente es como una U vulvosa o una A, puesto que ambos
lados se conectan dejando un espacio en su interior. Será en la zona
interior donde encontraremos las regiones o placas basal y alar. Siendo la
placa basal central y está rodeada por dos regiones alares.
El metencéfalo como hemos dicho es la región central. Durante el
desarrollo embrionario se forma a partir del rombencéfalo, que es la
primera vesícula que se forma. A partir del crecimiento de esta vesícula se
formarán los futuros puente de Varolio y el cerebelo. El cerbelo se
formara desde la región denominada placa alar y el puente de Varolio
desde la placa basal. Además, la región que interaccionará con el
mesencéfalo dará lugar al cuarto (IV) ventrículo conjuntamente con él.
Este ventrículo quedara en el centro de la “A” que forma el tejido, siendo
la placa basal la cara interna de laintersección de la punta y las placas
alares se colocaran una a cada lado. Puedes leer más sobre las funciones
que tendrá el futuro cerebelo en el control de los movimientos voluntarios
e involuntarios del cuerpo.

En esta porción tan pequeña del tronco encefálico se pueden apreciar tres
tipos de neuronas motoras diferentes. Como será el inicio de diversos
nervios es normal que cuente con diferentes tipos de neuronas
especializadas para cada uno de ellos. La placa basal contiene los cuerpos
celulares de 3 tipos de neuronas. Neuronas eferentes somáticas que darán
origen al nervio abducens (VI par craneal), el grupo eferente visceral
especial del que saldrán los axones de los nervios trigémino y facil y el
grupo eferente visceral general que enervarán la mandíbula y la lengua. El
borde de la placa basal será donde estarán los cuerpos neuronales del que
saldrán los axones que formarán el puente que conectará la corteza del
cerebelo con la corteza del cerebro.
La placa alar por su lado contiene otros tres tipos de neuronas, o al menos
sus cuerpos celulares. El grupo aferente somático lateral que conformara
el nervio trigémino y dos grupos mas denominados aferentes el especial y
el visceral general. Los nervios eferentes son los que llevarán los impulsos
hacia los órganos de destino y los aferentes los que traerán haste el
cerebro la información sensitiva.

Vías piramidal y extra piramidal


El sistema nervioso somático esta formado por nervios mixtos (mezclas de
axones sensoriales y motores) que emergiendo desde el sistema
nervioso central, inervan a los efectores somáticos (músculos
esqueléticos). En esta sección sólo consideramos la parte motora, es decir,
la formada por los axones motores (eferentes) que van desde el sistema
nervioso central a los musculos.

2. Síndrome de pérdida de autoactivación psíquica Tal y como se ha


mencionado anteriormente los ganglios basales tienen relación
con la motivación personal. Una lesión en dichas zonas puedan
comportar pues graves implicaciones en este aspecto, como sucede
en el síndrome de pérdida de autoactivación psíquica o PAP. Este
trastorno, también conocido como acinesia psíquica pura o
pérdida del inicio o mantenimiento de la acción, produce una
pasividad extrema en quien lo padece, perdiendo la capacidad de
interesarse, la espontaneidad y la motivación. Quien lo sufre es
capaz de reconocer sus déficits, de manera que no se presenta
anosognosia, pero presentan una gran indiferencia por ellos. 4.
Trastornos por tics y síndrome de la Tourette En estos trastornos,
como el síndrome de Tourette, los cuales se caracterizan por la
presentación de movimientos, vocalizaciones, gestos o conductas
muy estereotipadas que se realizan de forma inconsciente, se
presenta una afectación severa de los ganglios basales. Más
específicamente, se cree que estos trastornos pueden estar
relacionados con problemas en el putamen. 5. Otros trastornos
vinculados Al margen de estos trastornos, alteraciones de los
ganglios basales suelen darse en una gran cantidad de problemas
psicológicos. Por ejemplo, en el trastorno obsesivo compulsivo o
el TDAH pueden y parecen darse alteraciones de estos sistemas
cerebrales.
3. Las vías motoras somáticas se inician en las áreas motoras de la
corteza cerebral. Neuronas de proyección en esa corteza, emiten
axones que descienden por el tronco cerebral hasta alcanzar la
médula espinal.
En esa trayectoria se produce el cruce de los axones
descendentes al lado opuesto (contralateral). En la médula van
inervando, a diferentes niveles, a las motoneuronas-a cuyos axones
inervan, a su vez, a los músculos esqueléticos. Históricamente se
han descrito dos vías motoras somáticas, la piramidal y la
extrapiramidal. Sistema piramidal, conocido también como vía
corticoespinal es un conjunto de axones motores que viajan
desde la corteza cerebral (donde se encuentra la motoneurona
superior) hasta las astas anteriores de la médula espinal (donde
hace contacto con la motoneurona inferior). La vía corticoespinal
contiene exclusivamente axones motores. Cerca del 90% de los
axones se decusan (se cruzan) en el bulbo raquídeo (en el punto
conocido como decusación de las pirámides). Esto explica por qué
los movimientos de un lado del cuerpo son controlados por el lado
opuesto del cerebro. Sistema formado por las vías del Sistema
Nervioso Central encargadas de llevar los impulsos nerviosos desde
la corteza cerebral motora hasta las motoneuronas alfa de las astas
ventrales de la médula espinal. DEFINICIÓN: El haz (o fascículo)
piramidal es un conjunto de fibras nerviosas. Parte del cerebro
hasta la médula espinal, por el interior de la columna vertebral. Sus
fibras nerviosas permiten transferir las órdenes del cerebro hasta
las células nerviosas contenidas en la médula espinal. El [haz
piramidal transmite esencialmente las órdenes que conciernen lo
que denominamos "los movimientos motores voluntarios". Se trata
de todos los movimientos que hacemos de forma voluntaria, como
abrir una botella, por ejemplo. FUNCIÓN: Controlar las
motoneuronas del Sistema Segmentario (Centros motores
subcorticales) estimulándolas o inhibiéndolas. • Corresponde
filogenéticamente a la más nueva y específica, la actividad
voluntaria o neocinética. • Los axones del Haz Corticoespinal y
Corticobulbar, terminan indirecta o directamente en la
motoneuronas alfa segmentarías, que inervan los músculos de la
cara, lengua y laringe y los músculos de la parte distal de las
extremidades superiores. • Esto explica la destreza de la mano y de
la perfección de la voz en el hombre. • Los axones del Haz
Corticoespinal, hacen sinapsis con las motoneuronas gamma de
los músculos anteriores, por lo tanto el Sistema Piramidal,
interviene también en la regulación de la actividad fusimotora,
interviniendo en el control del tono muscular. • Algunas fibras del
Haz Piramidal, terminan en centros subcorticales, como el
neoestriado, formación reticular, núcleo rojo y oliva bulbar, por lo
cual el Sistema Piramidal, contribuiría indirectamente a la
regulación postural.
Las vías motoras somáticas se inician en las áreas motoras de la
corteza cerebral. Neuronas de
proyección en esa corteza, emiten axones que descienden por el
tronco cerebral hasta
alcanzar la médula espinal.
En esa trayectoria se produce el cruce de los axones
descendentes al lado opuesto
(contralateral). En la médula van inervando, a diferentes niveles, a las
motoneuronas-a cuyos
axones inervan, a su vez, a los músculos esqueléticos.
Históricamente se han descrito dos vías motoras somáticas, la
piramidal y la extrapiramidal.
Sistema piramidal, conocido también como vía corticoespinal es
un conjunto de axones
motores que viajan desde la corteza cerebral (donde se encuentra la
motoneurona superior)
hasta las astas anteriores de la médula espinal (donde hace contacto
con la motoneurona
inferior). La vía corticoespinal contiene exclusivamente axones motores.
Cerca del 90% de los
axones se decusan (se cruzan) en el bulbo raquídeo (en el punto
conocido como decusación
de las pirámides). Esto explica por qué los movimientos de un lado
del cuerpo son controlados
por el lado opuesto del cerebro.
Sistema formado por las vías del Sistema Nervioso Central encargadas
de llevar los impulsos
nerviosos desde la corteza cerebral motora hasta las motoneuronas
alfa de las astas ventrales
de la médula espinal.
DEFINICIÓN:
El haz (o fascículo) piramidal es un conjunto de fibras nerviosas. Parte
del cerebro hasta la
médula espinal, por el interior de la columna vertebral. Sus fibras
nerviosas permiten transferir
las órdenes del cerebro hasta las células nerviosas contenidas en la
médula espinal. El [haz
piramidal transmite esencialmente las órdenes que conciernen lo que
denominamos "los
movimientos motores voluntarios". Se trata de todos los
movimientos que hacemos de forma
voluntaria, como abrir una botella, por ejemplo.
FUNCIÓN: Controlar las motoneuronas del Sistema Segmentario
(Centros motores subcorticales) estimulándolas o inhibiéndolas. •
Corresponde filogenéticamente a la más nueva y específica, la
actividad voluntaria o neocinética. • Los axones del Haz
Corticoespinal y Corticobulbar, terminan indirecta o directamente en
la motoneuronas alfa segmentarías, que inervan los músculos de la
cara, lengua y laringe y los músculos de la parte distal de las
extremidades superiores. • Esto explica la destreza de la mano y de la
perfección de la voz en el hombre. • Los axones del Haz
Corticoespinal, hacen sinapsis con las motoneuronas gamma de los
músculos anteriores, por lo tanto el Sistema Piramidal, interviene
también en la regulación de la actividad fusimotora, interviniendo en
el control del tono muscular. • Algunas fibras del Haz Piramidal,
terminan en centros subcorticales, como el neoestriado, formación
reticular, núcleo rojo y oliva bulbar, por lo cual el Sistema Piramidal,
contribuiría indirectamente a la regulación postural
El Sistema Piramidal, además de la función motora, tiene la
función de integración sensoriomotora. • La lesión de la corteza o
vía Piramidal, no solo produce pérdida de habilidad de los
movimientos, sino también debilidad de los músculos, con
sensación de esfuerzo aumentado, por parte del paciente.
VÍA MOTORA: La vía corticoespinal se origina en la neuronas
piramidales gigantes (células de Betz) de la corteza motora. Los cuerpos
neuronales en la corteza motora envían sus axones a los núcleos motores
de los nervios craneales principalmente del lado contralateral de los
pedúnculos cerebrale(tracto córtico-peduncular), protuberancia o
puente de Varolio (tracto córtico-pontino), el bulbo raquídeo (tracto
córtico-bulbar); sin embargo, la mayor parte de esas fibras se extienden
hacia abajo hasta la médula espinal (tracto córtico-espinales). La mayoría
de las fibras córtico-espinales (cerca del 90%) se cruzan hacia el lado
contralateral en el bulbo raquídeo (decusación piramidal), mientras que
algunas de ellas (10%) se cruzan a su nivel en la médula espinal. Existe una
representación somatotópica precisa de las diferentes partes del cuerpo
en la corteza motora primaria, con el área del miembro inferior localizada
en la corteza medial (cerca de la línea media), y el área de la extremidad
cefálica localizada en la corteza lateral, en la convexidad del hemisferio
cerebral (homúnculo motor). El área motora del brazo y la mano es la
mayor y ocupa la parte precentral del gyrus, localizada entre el área
del miembro inferior y de la cara. Los axones motores se mueven juntos y
viajan a través de la sustancia blanca cerebral, y forman parte de la
pierna posterior de la cápsula interna. Las fibras motoras continúan hacia
abajo dentro del tronco cerebral. El haz de axones corticoespinales es
visible como dos estructuras en forma de columnas ("pirámides") en la
cara ventral de la médula espinal -de aquí viene el nombre de vía
piramidal. CARACTERÍSTICAS: • Es filogenéticamente más nuevo que el
extrapiramidal, con una estructura anatómica y funcional mucho más
simple. Se origina en las siguientes áreas de Brodman: Área 4 y 6 (giro
precentral); 1, 2 y 3 (giro poscentral); 40 (área somestésica secundaria). •
Desde el Giro Precentral se van a originar las fibras descendentes,
siguiendo la somatotopía (Homúnculo Motor). Las fibras que tienen como
destino la región de la cara nacen de la porción más inferior del giro
precentral, en cambio, las que tienen como destino el tronco y el inicio del
miembro inferior, nacen de la porción más alta del giro precentral. •
Alrededor de 2/3 de las fibras proviene del lóbulo Frontal y 1/3 del lóbulo
Parietal. • Sólo el 60% de sus fibras que vienen del córtex cerebral
son mielinizadas, y un 40% son amielínicas. • Las fibras mielinizadas o
axones de las células gigantes sólo corresponden al 2 ó 3 % del total de
fibras mielinizadas. • Los movimientos automáticos están bajo control de
los centros motores subcorticales, los cuales pueden ser modificados por
acción del Sistema Piramidal. • Esta constituido por los Fascículos:
Corticoespinal y Corticonuclear.
VÍAS DEL SISTEMA PIRAMIDAL: Las fibras pasan a través de la Cápsula
Interna, Pedúnculo Cerebral, Porción Basilar del Puente, Pirámide Bulbar.
En la cápsula Interna pasan a nivel del brazo posterior. Estas fibras, una
vez que han pasado la cápsula interna pueden sufrir alguna patología
como es, por ejemplo, la presencia de un coágulo producto de una rotura
de algunas de las arteriolas que se originan de la arteria cerebral media, el
cual produce un bloqueo de la conducción nerviosa a través de la cápsula
interna, lo que se manifiesta en una hemiplejia o parálisis contralateral.
Junto a las Fibras Corticopontinas, el Sistema Piramidal forma los
Pedúnculos Cerebrales. El Tracto Piramidal se ubica en la parte media de
los Pedúnculos Cerebrales. A nivel de los Pedúnculos Cerebrales, las fibras
del Tracto Corticonuclear son las más mediales, seguidas por las del Tracto
Corticoespinal (fibras para el miembro superior, tronco, miembro inferior)
y Parietopontinas. Al pasar al puente las fibras rotan, quedando: el
Tracto Corticonuclear Dorsalmente y ventralmente las fibras del tracto
Corticoespinal (cervicales, torácicas, lumbares y sacras). El 70-90% de las
Fibras del Tracto Corticoespina cruzan la línea media a nivel de la
decusación de las pirámides. Las fibras para el miembro superior cruzan
dorsales a las destinadas al control del miembro inferior. La mayoría de
las Fibras del Tracto Corticoespinalterminan en las interneuronas entre
el cuerno ventral y dorsal.
Tracto Corticoespinal La mayoría se origina en las áreas motoras y
premotoras; y terminan en las interneuronas, entre el cuerno ventral y
dorsal (alfa motoneuronas). Funciones: Es esencial para la habilidad y
precisión de movimientos; la ejecución de movimientos finos de los dedos.
(Sin embargo, no puede iniciar estos movimientos por sí mismos, lo hacen
las fibras corticofugales). Además, regula los relevos sensitivos y la
selección de la modalidad sensorial que alcanza el córtex cerebral. El
tracto corticoespinal fundamentalmente estimula las neuronas flexoras
e inhibe las extensoras. A nivel de la sustancia gris medular existen
las neuronas inhibitorias de Renshaw que inhiben a las neuronas
extensoras
Clasificación: Las fibras del Tracto Corticoespinal se disponen más o menos
dispersas, se van concentrando y se van ubicando dentro de las pirámides
bulbares para llegar a nivel del límite inferior del bulbo donde un 70-90%
de las fibras cruzan la línea media constituyendo el Tracto
Corticoespinal Lateral que se ubica en el cordón lateral de la médula, en el
lado opuesto. El resto de las fibras va a descender directamente en
dirección a la médula constituyendo el Tracto Corticoespinal Anterior, el
cual también decusa, pero a nivel de la comisura blanca medular. Tracto
Corticoespinal Lateral Es producto de la Decusación Piramidal, por lo
tanto, representa el 70 a 90% de las fibras. Sus fibras terminan en las
neuronas motoras, en la parte lateral del cuerno ventral. Se ubica a lo
largo de todo el cordón lateral de la médula. Presenta las fibras
para el miembro superior mediales a las fibras para el miembro inferior.
Inerva la musculatura distal de las extremidades.
Tracto Corticoespinal Ventral Corresponde al 8% de las fibras que no
decusa a nivel bulbar. El 98% de este tracto, decusa en forma segmentaria
en los niveles medulares a través de la comisura blanca. El 2% se mantiene
ipsolateralmente (Tracto Barnes). Sus fibras terminan en las neuronas
motoras de la parte medial del cuerno ventral, que inerva la
musculatura del cuello, tronco y porción proximal de las
extremidades. Lesiones: • Su lesión provoca Parálisis. • Si la lesión es por
encima del nivel de la decusación motora será una Parálisis Contralateral
al sitio de la lesión. • Si la lesión es por debajo del nivel de la decusación
motora será una Parálisis Ipsolateral al sitio de la lesión. Además de la
parálisis, las lesiones producen un conjunto de signos neurológicos, que
incluye: • Espasticidad • Reflejos Miotáticos Hiperactivos (Hiperreflexia
Signo Babinsky positivo Clonus En conjunto, este conglomerado de datos
clínicos se conoce como: - Signos de Motoneurona Superior. Podemos
concluir señalando que el sistema piramidal realiza el control de
todos los movimientos voluntarios a través de un proceso de inhibición de
motoneuronas, o a través de un proceso de estimulación de
motoneuronas. Podría esto explicar por qué cuando hay una lesión de
motoneurona superior en una primera etapa tenemos una parálisis
espástica, debido a que se libera la motoneurona inferior del control de la
motoneurona superior, haciendo que la persona se ponga rígida y
aumenten sus reflejos tendinosos. Entonces el sistema piramidal actúa
inhibiendo o facilitando la acción de la motoneurona que se encuentra en
el cuerno ventral de la médula. (Tanto el tracto corticoespinal lateral como
el anterior participan en el control de la motoneurona inferior). Tracto
Corticonuclear o Corticobulbar Se origina en las áreas de la cara, en la
corteza cerebral. En la cápsula interna, se ubica a nivel de la rodilla. No
alcanza la médula, se proyecta sobre los Núcleos de los Nervios Craneales.
Algunas de sus fibras se proyectan directamente sobre los siguientes
núcleos: Motor del V par, del VII par y Núcleo del XII par (Inervación
bilateral) La mayoría de sus fibras termina en núcleos reticulares (Tracto
Corticorreticulonuclear), antes de alcanzar los núcleos de los nervios
craneales. Es importante tener en cuenta que la mayoría de los
núcleos de los Nervios Craneales reciben fibras Corticonucleares
Bilaterales.
Trayecto: Cápsula Interna (rodilla) —> Pedúnculo Cerebral —> Porción
Basilar del Puente (aquí se entrecruzan sus fibras con las del tracto
corticoespinal) Lesiones: Su lesión provoca Paresia, de los músculos
inervados por el núcleo del Nervio craneal correspondiente (Parálisis
Pseudobulbar). Curiosamente, se dice que el tracto corticonuclear trae
fibras homolaterales para el núcleo del troclear. Por lo anterior, en la
parálisis central se paralizan todos los músculos de la órbita hacia abajo,
en cambio, hacia arriba se puede realizar movimiento
El sistema Extrapiramidal, se distingue del piramidal por su constitución,
desarrollo y funciones. Constituye el aparato motor tónico más antiguo
filogenéticamente, en el que evolutivamente el sistema Piramidal está
ausente, el Extrapiramidal resulta ser la parte superior del encéfalo, que
percibe la excitación de los órganos de recepción y manda los impulsos a
la musculatura mediante mecanismos automáticos de la médula
espinal, en consecuencia aparecen los movimientos automatizados. En
los mamíferos con el desarrollo del procencéfalo y de su corteza,
surge el sistema piramidal, que corresponde a la nueva forma de actos
motores, en relación con la especialización cada vez mayor de
pequeños grupos de músculos. Específicamente en el hombre están
presentes ambos sistemas y a pesar de la búsqueda y las contribuciones
actuales sobre el sistema extrapiramidal todavía existen aspectos no
esclarecidos totalmente, lo que nos motivó para la realización del
presente trabajo. Dentro de la denominación de “movimiento
involuntario” se ocupan en Neurología una serie de manifestaciones
hipercinéticas que a veces solo tienen en común el hecho de ser
movimientos anormales o exagerados que no dependen de la voluntad, ya
que los mismos reconocen mecanismos de producción y factores
causantes diferentes. Algunos de estos trastornos son originados por
afecciones de carácter orgánico (lesiones anatómicas) en tanto que otros
son debidos a factores psicopatológicos. Los movimientos involuntarios
de origen orgánico, tienen en muchos casos relación con alteraciones del
Sistema Extrapiramidal (S. E). En condiciones normales existe una
integración funcional completa entre el Sistema Piramidal (P) y el Sistema
Extrapiramidal (S. E), el cual se relaciona con los movimientos automáticos
y asociados, los cuales no dependen de la voluntad, rige el mantenimiento
del tono muscular y la regulación de su trabajo , así como se ha sugerido
que está implicado en la generación interna del movimiento y en la
retención y adquisición de los problemas motores.
El Sistema Extrapiramidal se distingue del piramidal por su
constitución, su desarrollo y sus funciones. Este sistema es el aparato
motor tónico más antiguo filogenéticamente, que se encuentra en los
peces donde solo existe globo pálido; en los anfibios ya aparece el
putamen. En este estadío del desarrollo, en que el Sistema Piramidal aún
está ausente, el S.E resulta ser la parte superior del encéfalo, que
percibe la exitación de los órganos de recepción y que manda los
impulsos a la musculatura mediante mecanismos automáticos de la
médula espinal. En consecuencia aparecen los movimientos
comparativamente simples (automatizados)
En los mamíferos, con el desarrollo del procencéfalo y de su corteza, se
forma el nuevo sistema, el piramidal, que corresponde a la nueva
forma de actos motores, en relación con la especialización cada vez
mayor de pequeños grupos de músculos. Como resultado en el
hombre se desarrollan dos sistemas: Piramidal y Extrapiramidal, este
último juega un papel subordinado, por su ancestro premamífero
recibe el nombre de sistema antiguo y en una terminología
afortunada, aunque un tanto vaga el nombre de Sistema Motor
Extrapiramidal. A pesar de que las recientes contribuciones ofrecidas por
la neurocirugía esteroatáxica en el hombre, han producido un notable
adelanto acerca de los conocimientos sobre estructuras importantes de
este sistema, todavía existen aspectos relacionados con la misma no
esclarecidos totalmente, lo que nos ha motivado a realizar el presente
trabajo, para el cual se revisaron los trabajos que hacen referencia a esta
vía que estuvieron a nuestro alcance como: libros y folletos de
Anatomía, Fisiología, Revista de Neurología y Propedéutica Clínica
entre otras.
DESARROLLO Este sistema está compuesto por una serie muy compleja
de estructuras suprasegmentarias, estrechamente relacionadas entre sí
por abundantes conexiones que forman junto con los tractos
descendientes un intrincado sistema de integración motora entre la
corteza cerebral, el cerebelo y la médula espinal. Las agrupaciones
celulares que componen este sistema en el hombre son muy variados y en
el encéfalo adulto ocupan posiciones en el telencéfalo, diencéfalo,
mesencéfalo que agrupa zonas de la corteza cerebral, el estrío pálido,
substancia negra, núcleo subtalámico, núcleo rojo, formación reticular y
techo mesencefalico, entre otros. Corteza cerebral: Este sistema se inicia
en la corteza del lóbulo frontal (corteza pre-motora), corteza pre y post-
central (corteza sensorimotora), corteza motora suplementaria (cara
medial del giro frontal superior por delante del área motora primaria.
Desde todas estas áreas parten fibras de proyección que terminan en
el núcleo caudado y putamen, substancia negra y formación reticular a
dieferentes niveles. Por otra parte la neocorteza recibe fibras de
proyección desde el estriado y probablemente desde la Substancia Negra.
Es la corteza promotora, la que recibe el mayor número de conexiones
que proceden desde el globo pálido por la vía intercalada de los
núcleos ventral y ventral anterior del tálamo. Como
vemos además de establecerse conexiones importantes (circuitos de
retroalimentación) entre las diferentes estructuras descritas
anteriormente , desde el tronco encefálico se extienden fibras hasta
los núcleos motores de los cuernos anteriores de la médula espinal, que
parten del techo mesencefálico, núcleo rojo, formación reticular,
núcleo olivar inferior y núcleos vestibulares formando los tractos:
tectoespinal, rubroespinal, reticuloespinal, y vestibuloespinal.
Tracto tectoespinal: se origina en los núcleos de los colículos
superiores, sus fibras se decusan en el miniencéfalo y decienden por el
funículo anterior de la médula espinal. Actúa sobre las neuronas
motoras encefálicas y espinales mediante células intercaladas. Es una
importante vía refleja relacionada con la visión. • Tracto ruboespinal:
procede del núcleo rojo, sus fibras cruzan al lado opuesto en el
mesencéfalo (decusación ventral del tegmento), transcurren por el
funículo lateral de la médula espinal, terminando a distintas alturas
haciendo sinapsis con neuronas de la sustancia gris del hasta anterior de la
médula espinal. Participa en la exitación de las neuronas motoras de los
músculos flexores así como en la inhibición de los extensores. Es una vía
cruzada. • Tracto reticuloespinal: se inicia en los núcleos de la formación
reticular donde establece enlaces con los núcleos de los nervios craneales.
En su trayecto por la médula espinal se divide en dos haces: uno directo
(homolateral) que desciende por el funículo lateral y otro cruzado que
desciende por el funículo anterior, ambos establecen contacto con las
células de los núcleos motores de la médula espinal. Los enlaces de la
Formación Reticular con los núcleos de los nervios craneales y de la
médula espinal permiten su participación en todos los actos reflejados
en que intervienen muchos músculos en variadas combinaciones, tales
como en la fonación, deglución, respiración etc. • Tracto olivoespinal:
toma inicio en el núcleo olivar inferior de la médula oblongada y
desciende por el funículo lateral de la médula espinal. Está
relacionado con el mantenimiento del equilibrio. • Tracto
vestibuloespinal: Se origina en los núcleos vestibulares, desciende por el
funículo anterior estableciendo sinapsis con neuronas motoras
distintas a la de los tractos piramidal y rubrospinal. Actúa
aumentando el tono muscular del mismo lado. Hay autores que
describen un tracto lateral más voluminoso y otro menos medial. El
cerebelo es un eslabón importante en este sistema, la vía
corticopontocerebelosa, y las vías eferentes del cerebelo también
constituyen vías extrapiramidales, aunque a veces se describen de
forma independiente. El cerebelo ayuda a escalonar las actividades
motoras y también supervisa y hace ajustes correctos de las
actividades motoras que surgen en otras partes del encéfalo (9), la
vía corticopontocerebelosa y las vías motoras cerebelosas permiten que la
corteza del cerebro influya y controle la actividad del cerebelo, y a este
último coordinar y regular las actividades involuntarias.
CONSIDERACIONES CLÍNICAS La enfermedad de Parkinson es una de las
entidades que con mayor frecuencia se presenta y es un representante
importante de los síndromes extrapiramidales, aunque no es la única,
pues existen otros cuadros de menos incidencia como la corea, atetosis,
hemibalismo, mioclonías, espasmos de torción, entre otro

¿QUÉ SON LOS GANGLIOS BASALES? Denominamos ganglios basales a


un conjunto de núcleos subcorticales interconectados situados en torno
al sistema límbico y del tercer ventrículo. Se ubican a ambos lados del
tálamo, a la altura del lóbulo temporal. Se trata de cúmulos de sustancia
gris (es decir, zonas en las que se concentran las partes de las neuronas
que no están mielinizadas) que poseen una gran número de conexiones
con otras zonas del cerebro, como la corteza o el tálamo, tanto a nivel de
aferencias como de eferencias (reciben información de otras áreas
cerebrales). Los ganglios basales están repartidos entre zonas cercanas
al centro del encéfalo, bajo la corteza cerebral y alrededor del
diencéfalo, y por su localización tienen un papel en acciones que están
entre lo automático y lo voluntario. Los principales neurotransmisores que
actúan en estas áreas cerebrales son la dopamina como excitador y el
GABA como componente inhibidor, teniendo diferentes efectos según el
núcleo y los circuitos nerviosos en el que actúen. Principales componentes
de los ganglios basales: A pesar de considerarse un como un conjunto de
núcleos dada su interconexión, los ganglios basales constan de diversas
subestructuras diferenciadas y, de hecho, físicamente es fácil reparar
en los espacios que hay entre ellos. A continuación puedes encontrar las
principales estructuras de este conjunto de estructuras cerebrales: 1.
Cuerpo estriado: El estriado es considerado la principal zona de
recepción de información de los ganglios basales. Es decir, se trata de
una zona que recibe numerosas proyecciones de diversas áreas
cerebrales, integrando la información y actuando con ella. Está
compuesto por el núcleo neoestriado (compuesto por núcleo caudado
y putamen), el cual se encarga fundamentalmente de recibir
aferencias del tracto nigroestriado, y el núcleo lenticular (conformado
por putamen y globus pallidus), más centrado en el envío de mensajes a
otros núcleos cerebrales. 2. Núcleo Caudado: Situado debajo del lóbulo
frontal y en conexión con el occipital, esta estructura está vinculada con la
sensación de alarma, avisando de que algo no funciona correctamente, así
como a la motivación. Esto se debe a sus conexiones con el lóbulo frontal,
especialmente con el córtex orbitofrontal. 3. Putamen: Elemento
fundamental en el control de los movimientos automatizados, Situado
debajo del núcleo caudado y unidos por la zona anterior. Se vincula al
movimiento de la cara y extremidades. 4. Globus pallidus: Derivado del
diencéfalo, se sitúa entre putamen y cápsula interna. En este caso
posee neuronas mielinizadas que son utilizadas para transmitir
información al tálamo y a la sustancia negra.
. Sustancia negra: Localizado bajo el tálamo, en el tronco del encéfalo, esta
estructura es conocida por ser una de las principales fuentes de dopamina
del cerebro. Participa activamente en el sistema de recompensa cerebral.
En su conexión con el estriado (formando parte del tracto nigroestriado)
también tiene gran importancia en el control del movimiento fino, tanto
de extremidades como de los ojos. 6. Núcleo accumbens: Situado bajo el
globus pallidus, recibe señales del área tegmental ventral y envía señales
al globo pálido. Este núcleo participa en el mantenimiento de conductas
reforzadas por drogas y habituación, poseyendo conexiones con el sistema
límbico. 7. Núcleo subtalámico: Situado en el punto de unión entre
mesencéfalo y tálamo, la principal función que se le otorga al núcleo
subtalámico es la de regular funciones motoras. 8. Sustancia roja: Esta
estructura mantiene importantes conexiones con el cerebelo y la médula
espinal, estando especialmente vinculada a la coordinación motriz.
Concretamente, posee especial relevancia en el control de brazos y
hombro. Funciones de los ganglios basales: Como se ha podido observar
en la explicación de sus componentes, las funciones de los ganglios
basales son variadas, participando en numerosos e importantes aspectos
de nuestra vida. Haciendo un repaso general de los aspectos en los que
participan podemos decir que algunas de sus principales funciones son las
siguientes: 1. Planificación, integración y control del movimiento
voluntario: Una de las funciones por la que más se conoce a los ganglios
basales es por la regulación y gestión de las acciones motoras
voluntarias. Actuando a través del circuito corticoestriatal, actúan
concretamente como filtro inconsciente que inhibe o selecciona los
movimientos a realizar, concretamente ayudando a controlar la postura
corporal y a coordinar el movimiento fino/preciso de las extremidades.
Los ganglios basales permiten marcar el final de un movimiento,
planificar secuencias y corregirlas en caso de necesitar hacerlo. 2.
Aprendizaje procedimental Otro de los aspectos en que los ganglios
basales tienen una actuación predominante es en el aprendizaje
procedimental y en la automatización de la conducta. Este tipo de
aprendizaje es el que permite acostumbrarse a realizar secuencias de
acciones tales como las necesarias para conducir, tocar un instrumento,
afeitarse o coser, permitiendo la gestión de los recursos atencionales de
forma que puedan dirigirse hacia otros menesteres.
. Funciones ejecutivas Los ganglios basales también participan de
forma activa en las funciones ejecutivas. Concretamente contribuye al
mantenimiento de la velocidad de procesamiento, la planificación a
nivel cognitivo y la elaboración de estrategias para solucionar problemas.
Del mismo modo, las conexiones de los ganglios basales con la corteza
orbitofrontal provocan que estén implicados en la capacidad de inhibición
conductual. 4. Participación en conducta emocional y motivacional Como
se ha mencionado anteriormente, algunos ganglios basales como el
núcleo accumbens tienen conexiones con el sistema límbico y el sistema
de recompensa cerebral, habida cuenta de su importancia en la gestión de
la dopamina. Así, se puede considerar que los ganglios basales participan
en la conducta emocional y en el reforzamiento producido por drogas o
estimulación. Por ejemplo, los ganglios basales tienen un papel muy
importante tanto en el condicionamiento clásico como en el
condicionamiento operante. Trastornos vinculados a problemas en
ganglios basales Como se puede observar, todos estos elementos y
funciones hacen de los ganglios basales elementos fundamentales para la
correcta funcionalidad del organismo. Pero..., ¿qué ocurre cuando existe
una lesión o un suceso provoca que estos núcleos no se coordinen o
actúen como deberían? En ese caso nos podemos encontrar con algunos
de los siguientes problemas y trastornos, generalmente tratándose
problemas de tipo hipo o hipercinéticos, es decir, vinculados al
movimiento. 1. Parkinson El trastorno más común y más conocido
derivado de un mal funcionamiento de los ganglios basales es la
enfermedad de Parkinson. Los síntomas más reconocibles de este
trastorno son los temblores parkinsonianos o en reposo. Asimismo,
también aparece rigidez muscular y pérdida de movimientos espontáneos.
junto con una marcada bradicinesia o pérdida de velocidad motora y
trastornos de la marcha. Este trastorno se da especialmente ante la
degeneración y muerte de las células dopaminérgicas del nigroestriado,
que hace que la transmisión de la dopamina se pierda en gran medida, no
llegando la información a la corteza motora. 2. Corea de Huntington Se
trata de un trastorno genético neurodegenerativo causado por una
alteración un gen dominante en el cromosoma número cuatro, con
penetrancia completa. Produce síntomas hipercinéticos: la enfermedad
causa movimientos incontrolados semejantes a una danza (de ahí el
nombre de corea), y pérdida importante de funciones ejecutivas y
memoria. Los déficits son producidos principalmente por la muerte de
neuronas del núcleo caudado, especialmente de neuronas gabaérgicas y
colinérgicas.
Síndrome de pérdida de autoactivación psíquica Tal y como se ha
mencionado anteriormente los ganglios basales tienen relación con la
motivación personal. Una lesión en dichas zonas puedan comportar pues
graves implicaciones en este aspecto, como sucede en el síndrome de
pérdida de autoactivación psíquica o PAP. Este trastorno, también
conocido como acinesia psíquica pura o pérdida del inicio o
mantenimiento de la acción, produce una pasividad extrema en quien lo
padece, perdiendo la capacidad de interesarse, la espontaneidad y la
motivación. Quien lo sufre es capaz de reconocer sus déficits, de manera
que no se presenta anosognosia, pero presentan una gran indiferencia por
ellos. 4. Trastornos por tics y síndrome de la Tourette En estos trastornos,
como el síndrome de Tourette, los cuales se caracterizan por la
presentación de movimientos, vocalizaciones, gestos o conductas muy
estereotipadas que se realizan de forma inconsciente, se presenta una
afectación severa de los ganglios basales. Más específicamente, se cree
que estos trastornos pueden estar relacionados con problemas en el
putamen. 5. Otros trastornos vinculados Al margen de estos trastornos,
alteraciones de los ganglios basales suelen darse en una gran cantidad de
problemas psicológicos. Por ejemplo, en el trastorno obsesivo
compulsivo o el TDAH pueden y parecen darse alteraciones de estos
sistemas cerebrales.

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