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1ª edición, 2021
© Los autores, de sus respectivas contribuciones al presente volumen
© Guillermo Escolar Editor S.L.
Avda. Ntra. Sra. de Fátima 38, 5ºB
28047 Madrid
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Diseño de cubierta: Javier Suárez
Maquetación: Equipo de Guillermo Escolar Editor
isbn: 978-84-18981-20-3
Depósito legal: m-33238-2021
Impreso en España / Printed in Spain
Kadmos
P.I. El Tormes, Río Ubierna 12-14
37003 Salamanca
Reservados todos los derechos. De acuerdo con lo dispuesto en el Código Penal,
podrán ser castigados con penas de multa y privación de libertad quienes, sin la
preceptiva autorización, reproduzcan o plagien, en todo o en parte, una obra lite-
raria, artística o científica, fijada en cualquier tipo de soporte.
1º curso
Antropología cultural de las religiones Derecho y factor religioso
Historia de la Filosofía desde la idea de
Filosofía de la religión
Dios
Introducción al Judaísmo Introducción al Cristianismo
Análisis y estructura de los textos
Introducción al Islam
monoteístas
Metodología de las Ciencias de las
Religiones de Egipto y Próximo Oriente
religiones
2º curso
Sociología de las religiones Ética
Cristianismo, Judaísmo e Islam en el
Magia y religión
Medievo
Cristianismo Antiguo Religiones prehispánicas de América
Arte e iconografía religiosa Religiones del mundo clásico
Optativa i Optativa ii
3º curso
Religiones de India e Irán Religiones de China y Japón
Principios teóricos del ateísmo Religión y ciencia
Fenomenología de la religión Libertad de conciencia y religión
Iglesias cristianas orientales Reforma y contrarreforma
Optativa iii Optativa iv
4º curso
Conflictos políticos contemporáneos y
Psicología de las religiones
religiones
Geografía de las religiones y movimien-
Filosofía Política y religión
tos migratorios
Optativa v Gestión de la diversidad religiosa
Optativa vi Optativa viii
Optativa vii Trabajo Fin de Grado (6 ects)
Optativas
Perfil de Lenguas Perfil Profesional
Latín para el estudio de las CCRR i Religiosidad popular
Mediación y resolución de pacífica de
Latín para el estudio de las CCRR ii
conflictos
Griego para el estudio de las CCRR i Principios de la sociedad secular
Griego para el estudio de las CCRR ii Diálogo interreligioso
Árabe para el estudio de las CCRR i Nuevos movimientos religiosos
Árabe para el estudio de las CCRR ii Técnicas de meditación
Hebreo para el estudio de las CCRR i Turismo religioso
Hebreo para el estudio de las CCRR ii Prácticas 1 y Prácticas 2
Perfil Filosófico Perfil Histórico
Pensamiento judío contemporáneo Religiones de las culturas ágrafas
Dios y el problema del mal Arte islámico
Filosofía, Religión y colonización Música y religión
Religión e Ilustración El Islam Actual
Mito y Filosofía Culturas religiosas en la edad moderna
Los sacrificios religiosos Religiones mistéricas
La experiencia mística Asignatura Opt. 7
Fundamentos de la secularización Asignatura Opt. 8
10
11
• Formación Básica:
Antropología (6 ECTS): Antropología cultural de las religiones
(6 ECTS); Filosofía (12 ECTS): Historia de la Filosofía desde
la idea de Dios (6 ECTS); Filosofía de la Religión (6 ECTS);
Historia (24 ECTS): Religiones de Egipto y Próximo Oriente
(6 ECTS); Arte e iconografía del arte cristiano (6 ECTS); Reli-
giones del Mundo Clásico (6 ECTS); Pervivencia en la cultura
de los textos monoteístas (6 ECTS); Sociología (6 ECTS):
Sociología de las religiones (6 ECTS); Ética (6 ECTS): Ética
(6 ECTS); Derecho (6 ECTS): Derecho y factor religioso (6
ECTS).
• Historia de las religiones:
Religiones del libro (30 ECTS): Introducción al judaísmo (6
ECTS); Introducción al cristianismo (6 ECTS); Introducción al
Islam (6 ECTS); Cristianismo Antiguo (6 ECTS); Cristianismo,
judaísmo e Islam en el medievo ( 6 ECTS); Religiones Orientales
(18 ECTS): Religiones de India e Irán (6 ECTS); Religiones de
China y Japón ( 6 ECTS); Iglesias cristianas orientales ( 6 ECTS);
Religiones de América (6 ECTS): Religiones prehispánicas de
América ( 6 ECTS).
• Sociedad y Religión:
Religión y Derecho (6 ECTS): Libertad de conciencia y religión
(6 ECTS); Ciencias Sociales de la Religión (18 ECTS): Metodo-
logía de las Ciencias de las Religiones (6 ECTS); Psicología de
las religiones (6 ECTS) Geografía de las religiones y movimien-
tos migratorios (6 ECTS); Sociedad Contemporánea y religión
(18 ECTS): Conflictos políticos contemporáneos y religiones (6
ECTS); Magia y Religión (6 ECTS); Gestión de la diversidad reli-
giosa (6 ECTS).
• Fundamentos filosóficos de la religión:
Filosofía y religión (18 ECTS): Fenomenología de la religión (6
ECTS); Religión y Ciencia (6 ECTS); Filosofía política y religión
(6 ECTS); Historia del pensamiento y religión (12 ECTS): Prin-
cipios teóricos del ateísmo (6 ECTS); Reforma y Contrarreforma
(6 ECTS).
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Distribución del Plan de Estudios en créditos ECTS, por tipo de materia para
los títulos de Grado
TIPO DE MATERIA CRÉDITOS
Formación básica 60
Obligatorias 126
Optativas 48
Trabajo de Fin de Grado 6
CRÉDITOS TOTALES 240
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1
www.dvgr.de/dokumentation/frame-lehre.html
16
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18
19
20
2
http://www.ufjf.br/graduacaocre
3
http://www.ce.ufpb.br/ccr/nosso_curso.html
4
https://www.sigaa.ufs.br/sigaa/public/departamento/portal.jsf?id=736
5
https://www.pucminas.br/PucVirtual/Graduacao/Paginas/Ciencias-da-Religiao.
aspx?tipo=7ba9bba6-a28e-40cd-952c-e55604642276&campi=7c032ce9-
43f6-4571-b72e-674be76a5b62&curso=415&turno=5
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4º. El creciente interés que tales estudios provocan entre los futuros
alumnos, como demuestra el Máster en Ciencias de las Religiones. Un
interés que se debe no solo a la creciente importancia de la materia y la
conciencia de la necesidad de su estudio, sino a la flexibilidad y especiali-
zación que permite la interdisciplinariedad. En este sentido, la propuesta
de Grado se estructura sobre cuatro grandes áreas temáticas: La Filosofía,
la Historia, la Filología y las Ciencias Sociales, englobando la tendencia
existente en la Universidades europeas. Así hay estudios con un marcado
carácter histórico-filológico, como los ofertados en Italia, como los de la
Sapienza: Laurea Storia delle religioni, La Sapienza6 Roma Tre: Laurea,
Scienze delle Religioni, Roma o Venecia: Laurea, Scienze delle religioni,
Venecia7. Otros con un perfil más histórico-filosófico, Heidelberg8 y Erfurt9
o, por último, los que establecen una estructura más ligada a las Ciencias
Sociales, como La Sorbona10.
5º. La propuesta de grado incluye, además, un perfil profesionalizante
dirigido a propiciar la inserción laboral de sus egresados en diferentes ámbi-
tos en los que se va haciendo preciso un conocimiento específico y avan-
zado del fenómeno religioso: personal de organizaciones internacionales,
diplomáticos, fuerzas y cuerpos de seguridad, especialistas en cooperación
internacional, miembros de organizaciones no gubernamentales, funciona-
rios locales y autonómicos del ámbito de los servicios sociales de integra-
ción de la inmigración, mediadores interculturales, técnicos en resolución
de conflictos, en diálogo interreligioso, analistas de inteligencia, asesores de
comercio internacional, emprendedores del sector turístico y la meditación,
docencia en educación secundaria y superior, investigación, etc.
6º. Por último, es un grado que permite una perfecta complementarie-
dad con otros Grados ofertados por la Universidad Complutense como los
de Filosofía, Historia, Filología, Derecho, Psicología, Ciencias Políticas y
Sociales o Ciencias de la Información.
A esta justificación acompañó el siguiente plan de estudios:
6
http://www.lettere.uniroma1.it/orari-lezioni- studenti/19/2016/1
7
http://www.unive.it/pag/9066/
8
http://www.zegk.uni-heidelberg.de/religionswissenschaft/studium/bachelor.
html
9
https://www.uni-erfurt.de/studium/studienangebot/ba/religionswissenschaft
10
http://vof.paris-sorbonne.fr/fr/index/master-XB/sciences-humaines-et-
sociales-SHS/master-histoire-histoire-des-faits-culturels-et-religieux-program-
mhis1-215.html
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1. MODULOS y MATERIAS
Los Módulos que integran el Plan de Estudios del Grado en Ciencias de la
Religión son los siguientes:
• Formación Básica –FB– (60 ECTS de carácter básico).
• Historia de las religiones (66 ECTS de carácter obligatorio, 18
ECTS Optativos).
• Sociedad y religiones (66 ECTS de carácter obligatorio, 36 ECTS
Optativos).
• Análisis filosófico de las religiones (30 ECTS de carácter obliga-
torio, 18 ECTS Optativos).
• Formación Profesional (30 ECTS Optativos).
• Trabajo Fin de Grado –TFG– (6 ECTS de carácter obligatorio).
2. MATERIAS y ASIGNATURAS
Las materias están integradas por las asignaturas que se describen a
continuación:
• Formación Básica (FB):
23
24
1º curso
Derecho y religiones* Antropología cultural de las religiones*
Historia de la filosofía y pensamiento
Filosofía de la religión*
religioso*
Introducción al Judaísmo Introducción al Cristianismo
Literatura y religión: desde la Antigüe-
Religiones del mundo clásico*
dad a la Edad media*
Religiones de Egipto y Próximo Introducción al Hinduismo y
Oriente* Zoroastrismo
2º curso
Cristianismo, Judaísmo e Islam en el
Introducción al Islam
Medievo
Fenomenología de la religión Ética y religiones*
Cristianismo Antiguo Arte e iconografía del arte cristiano*
Literatura y religión: desde el Renaci-
Introducción al Budismo
miento al presente*
Optativa i Optativa ii
3º curso
Conflictos políticos contemporáneos y
Arte islámico
religiones
Filosofía y secularización Teologías políticas
Iglesias orientales e Iglesias reformadas Libertad de conciencia y religión
Introducción al Taoísmo y al Religiones de las sociedades
Confucianismo americanas
Optativa iii Optativa iv
25
4º curso
Gestión de la diversidad religiosa Religión y ciencia
Geografía de las religiones y movimien-
Nuevos movimientos religiosos
tos migratorios
Magia y religión Optativa vii
Optativa v Optativa viii
Optativa vi Trabajo Fin de Grado
Optativas**
Perfil profesional Perfil histórico-filosófico
Prácticas Religiones de las sociedades sin escritura
Espacios rituales y liturgia en las
Religiones y medios de comunicación
religiones
Sociología de las religiones Religiones mistéricas
Diálogo interreligioso e intercultural Música y religión
Psicología de las religiones El Islam actual
Religiosidad popular Pensamiento judío contemporáneo
Turismo y religión Dios y el problema del mal
Técnicas de meditación Ateísmo y religiones
Perfil lenguas***
Lengua principal para el estudio de
las CCRR (i-vi) (latín, griego, árabe o
hebreo)
Lengua secundaria para el estudio de
las CCRR (i-ii) (latín, griego, árabe o
hebreo)
* Asignaturas básicas
** El perfil no es obligatorio. Se requieren cinco asignaturas como mínimo para
completar el perfil.
*** El perfíl de lenguas se configura a partir de los módulos de lenguas de las titu-
laciones de Filología.
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27
Decanos. De ahí que las modificaciones finales, consecuencia del paso por
las diferentes comisiones del rectorado, de la pretensión de figurar en el
Grado de disciplinas pertenecientes a Facultades que no se habían impli-
cado inicialmente, pertenezcan a la competencia de los tres Decanos. En
todo caso, nos sentimos orgullosos del resultado final, y creemos que esas
últimas aportaciones mejoraron el diseño del plan, que, por otra parte,
tampoco se diferencia mucho en lo esencial de la propuesta del Instituto.
De forma que el plan que se envió a la Agencia de calificación Madrid I+D
(y que resultó finalmente aprobado) fue el siguiente:
1. MÓDULOS Y MATERIAS
Los Módulos que integran el Plan de Estudios del Grado en Ciencias de la
Religión son los siguientes:
• Formación básica -FB- (60 ECTS de carácter básico).
• Historia de las religiones (66 ECTS de carácter obligatorio, 24
ECTS Optativos).
• Sociedad y religiones (30 ECTS de carácter obligatorio, 60 ECTS
Optativos).
• Filosofía de las religiones (30 ECTS de carácter obligatorio, 18
ECTS Optativos).
• Formación profesional (36 ECTS Optativos).
• Lenguas para el estudio de las ciencias de las religiones (144 ECTS
Optativos).
• Trabajo Fin de Grado -TFG- (6 ECTS de carácter obligatorio).
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2. MATERIAS y ASIGNATURAS
Las materias están integradas por las asignaturas que se describen a
continuación:
• Formación Básica (FB):
Filosofía (12 ECTS): Historia de la Filosofía y pensamiento reli-
gioso (6 ECTS); Filosofía de la religión (6 ECTS); Ética (6 ECTS):
Ética y religiones (6 ECTS); Historia (18 ECTS): Religiones de
Egipto y Próximo Oriente (6 ECTS); Iconografía del arte cristiano
(6 ECTS); Religiones del mundo clásico (6 ECTS); Literatura (12
ECTS): Literatura y religión de Asia (6 ECTS); Literatura y reli-
gión: desde la Antigüedad a la Edad Media (6 ECTS); Antropo-
logía (6 ECTS): Antropología cultural de las religiones (6 ECTS);
Derecho (6 ECTS): Derecho y religiones (6 ECTS).
• Filosofía de las religiones:
Filosofía y religión (24 ECTS): Fenomenología de la religión
(6 ECTS); Ciencia y religión (6 ECTS); Teologías Políticas (6
ECTS); Dios y el problema del mal (6 ECTS); Historia del pensa-
miento y religión (24 ECTS): Secularización y ateísmo (6 ECTS);
Iglesias orientales y reformadas (6 ECTS); Música y religión (6
ECTS); Filosofía oriental (6 ECTS).
• Historia de las religiones:
Religiones del libro (36 ECTS): Introducción al judaísmo (6
ECTS); Introducción al cristianismo (6 ECTS); Introducción al
islam (6 ECTS); Cristianismo antiguo (6 ECTS); Cristianismo,
judaísmo e islam en el Medievo (6 ECTS); Arte islámico (6 ECTS);
Religiones Orientales (24 ECTS): Introducción al hinduismo y al
zoroastrismo (6 ECTS); Introducción al confucianismo, taoísmo
y sintoísmo (6 ECTS); Introducción al budismo (6 ECTS); Arte
e iconografía de las religiones asiáticas (6 ECTS); Otras religiones
(30 ECTS): Religiones de las sociedades americanas (6 ECTS);
Magia y religión (6 ECTS); Prehistoria de las religiones (6 ECTS);
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1º curso
Derecho y religiones* Antropología cultural de las religiones*
Historia de la filosofía y pensamiento
Filosofía de la religión*
religioso*
Introducción al judaísmo Introducción al cristianismo
Religiones de Egipto y Próximo
Religiones del mundo clásico*
Oriente*
Introducción al hinduismo y el
Literatura y religión en Asia*
zoroastrismo
2º curso
Introducción al confucianismo,
Introducción al budismo
taoísmo y sintoísmo
30
3º curso
Religiones de las sociedades Conflictos políticos contemporáneos y
americanas religiones
Fenomenología de la religión Teologías políticas
Literatura y religión: desde el Renaci-
Iglesias orientales y reformadas
miento al presente
Arte e iconografía de las religiones
Arte islámico
asiáticas
Optativa iii Optativa iv
4º curso
Gestión de la diversidad religiosa Nuevos movimientos religiosos
Geografía de las religiones y movimien-
Ciencia y religión
tos migratorios
Secularización y ateísmo Optativa vii
Optativa v Optativa viii
Optativa vi Trabajo Fin de Grado
Optativas**
Perfil profesional Perfil histórico-filosófico
Prácticas Prehistoria de las religiones
Espacios rituales y liturgia en las
Religiones y medios de comunicación
religiones
Sociología de las religiones Religiones mistéricas
Diálogo interreligioso e intercultural Música y religión
Psicología de las religiones El islam actual
Religiosidad popular Pensamiento judío contemporáneo
Turismo y religión Dios y el problema del mal
Técnicas de meditación Filosofía oriental
31
Fernando Amérigo
Director del IUCCRR-UCM
32
Flávio Senra*
1. Introducción
El área de Ciencias de la Religión y Teología, como área de evaluación en
el Sistema Nacional de Posgrado (SNPG), creado en 2016, es un logro
reciente en el escenario académico brasileño. Desde la apertura del primer
programa de posgrado en Teología, en la Pontificia Universidad Católica
de Río de Janeiro (PUC Rio), en 1972, y de los primeros programas de
posgrado en Ciencia de la Religión (nomenclatura en ese momento), el
de la Pontificia Universidad Católica de São Paulo (PUC SP), en 1978, y
de la Universidad Metodista de São Paulo (UMESP), en 1979, ya serán 47
años en los que los estudios de posgrado en el área son evaluados como un
subcomité en el área de Filosofía / Teología. Coordinación para el Mejo-
ramiento del Personal de Educación Superior (CAPES), fundación vincu-
lada al Ministerio de Educación (MEC). En un contexto en el que la teolo-
gía y las Ciencias de la Religión no disfrutaban del reconocimiento civil, la
implementación y consolidación del área comenzó por el posgrado.
1
Este texto es una adaptación de la conferencia presentada en el i Congreso Huma-
nitas en la PUCPR – Universidad Pontifícia de Paraná. El capítulo, así como la confe-
rencia, expresan el trabajo en la coordinación del área Ciencias de la Religión y Teo-
logía en CAPES – Coordinación de Mejora de Personal de Nivel Superior, órgano del
Ministerio de Educación en Brasil. La versión en portugués ha sido publicada en O
futuro das humanidades. Ciências humanas, desafíos e perspectivas, dirigida por Jelson
Oliveira e Ericson Falabretti.
*
Doctorado en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en
Ciencia de la Religión por la Universidade Federal de Juiz de Fora. Profesor del Pro-
grama de Postgrado en Ciencias de la Religión de la Pontifícia Universidade Católica
de Minas Gerais (PUC Minas). Coordinador del área de Ciencias de la Religión y
Teología en CAPES (2018-2022). Investigador becario del CNPq - Conselho Nacio-
nal de Desenvolvimento Científico e Tecnológico. Soporte: CNPq.
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36
37
2
El área asumió una forma de reunir esta diferencia de distintas propuestas teóri-
co-metodológicas para los cursos de Ciencia de la Religión usando la expresión
Ciencia (s) de Religión (es). A pesar de las diferentes concepciones, todas con buena
base epistemológica y lastre en el debate académico, este texto no deja de reconocer
esta diversidad, sino que se referirá al área de la nomenclatura oficial aprobada por la
Asamblea de la ANPTECRE.
3
Entre estos últimos hay un técnico profesional y una licenciatura en Ciencias de
la Religión, así como cinco licenciaturas en Ciencias de la Religión que agregan la
expresión Enseñanza Religiosa en el título del curso.
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39
40
41
Fenómenos religiosos,
espiritualidades, tradicio-
nes de sabiduría o filosofías
de vida en el «campo»;
Estudio histórico de ideas y
disciplinas «… de la
doctrinas religiosas, espiri-
Historia de Ciencias religión», en diálogo con
tualidades, tradiciones de
las Teologías Empíricas de teorías y métodos de otras
sabiduría (historia inte-
y Religiones la Religión ciencias constituidas:
lectual), sus expresiones o
sociología …, antropología
raíces socioculturales.
…, psicología …, historia
…, geografía …, fenome-
nología … – en sentido
descriptivo.
Religión y espacio público,
política, ética, salud, eco-
Psicología pastoral; eco logía, culturas; temas aso-
Ciencia de
Teología teología, fe y política, ciados con la diversidad,
la Religión
Práctica homilética y educación en el respeto y la tolerancia;
Aplicada.
la respectiva tradición. diálogo interreligioso; edu-
cación y religión; género y
religión.
Métodos y fuentes para el
estudio de religiones, espi-
Escrituras sagradas y rela- ritualidades o tradiciones
Tradiciones tos de la tradición oral de Ciencias del de sabiduría, sus lenguajes
y Escrituras las diversas tradiciones Lenguaje naturales, su vocabulario y
Sagradas religiosas, espiritualidades, Religioso gramática; relaciones entre
tradiciones de sabiduría. lenguaje religioso, lenguaje
artístico-literario y lenguaje
en general.
Sin lugar a dudas, este paso inicial que se ha dado en Brasil aún necesita
más estudio, no en un sentido revisionista, ya que el acceso al sistema para
cambiar esta estructura no es fácil. Lo que queda por hacer es obtener más
detalles sobre temas relacionados, su posible revisión o expansión. Ade-
más, una lista más detallada puede ser una tarea para la comunidad acadé-
mica en el área.
42
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Grado Posgrado
Art. 5 (…) Un título universitario en El estudiante graduado en Teología
Teología tiene como objetivo capacitar investiga la inteligencia de la fe, los con-
a personas que tengan la capacidad de: tenidos, las doctrinas, las tradiciones, los
i - comprender los conceptos relevan- textos, el lenguaje de tradiciones especí-
tes para el campo específico del cono- ficas, así como las experiencias que los
cimiento teológico, de acuerdo con su humanos desarrollan con lo que recono-
Tradición, y establecer las correlaciones cen y profesan sagrado, mediante el uso
apropiadas entre estas y las situaciones. de cualquier otro conocimiento cola-
prácticas de vida; ii - integrar diversas borativo, desde la perspectiva interna y
áreas del conocimiento teológico, para en diálogo con otras ciencias, con otras
desarrollar modelos, analizar preguntas culturas, tradiciones y religiones, con-
e interpretar datos en armonía con el siderando la diversidad de enfoques
objeto teológico de su estudio; iii - com- teóricos y metodológicos de las escue-
prender la construcción del fenómeno las y campos de estudios teológicos. El
humano y religioso desde la perspectiva área no solo reconoce, sino que también
de la contribución teológica, conside- propone y fomenta el debate plural en
rando al ser humano en todas sus dimen- el campo teológico, y es posible usar el
siones, y reflexionar críticamente sobre término teologías para considerar dis-
la cuestión del significado de la vida; cursos sobre diferentes escuelas y dife-
iv - analizar, reflexionar, comprender y rentes tradiciones religiosas. El perfil de
describir críticamente los fenómenos los estudiantes de posgrado en niveles
religiosos, articulando la religión y otras de posgrado de teología debe conside-
manifestaciones culturales, señalando la rar la formación de habilidades para que
diversidad de los fenómenos religiosos el estudiante pueda contribuir a la pro-
en relación con el proceso histórico-so- fundización y expansión de la reflexión
cial; v - promover la reflexión, la inves- teológica en general, así como a la inter-
tigación, la enseñanza y la difusión del pretación de textos y lenguajes de la
conocimiento teológico; vi - entender experiencia religiosa de un tradición,
la dimensión de la trascendencia como investigar científicamente la experiencia
una capacidad humana para ir más allá de fe de un grupo en particular, asesorar
de los límites experimentados en la exis- y capacitar especialistas y no especia-
tencia; vii - ejercer presencia pública, listas en una dada tradición espiritual
interfiriendo constructivamente en la determinada, contribuir a la traducción
sociedad desde la perspectiva de la trans- del contenido moral y religioso de esa
formación de la realidad y la valorización tradición en su cultura, tiempo y espacio
y promoción del ser humano; viii -ase- público. Además de poder desarrollar
44
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des, pero las obras con este perfil están apareciendo lentamente. Estos son
casos en los que los investigadores se articulan conjuntamente en torno a
la creación intelectual conjunta y pueden involucrar o no a estudiantes y
graduados de programas de posgrado. En particular, la producción inte-
lectual entre docentes y estudiantes avanza aún más lentamente, formando
gradualmente una conciencia de que la capacitación calificada de recur-
sos humanos en programas de posgrado implica la producción conjunta
de productos técnicos y bibliográficos. Los riesgos de este proceso son de
naturaleza ética, que deberán ser cuidadosamente monitoreados por la
comunidad académica en el área.
5. Consideraciones finales
En ese artículo damos a conocer las consideraciones de naturaleza políti-
co-académica con relación a algunos aspectos del área de Ciencias de la
Religión y Teología. Analizamos temas relacionados con la profundización
necesaria de la definición disciplinaria e interdisciplinaria en el área, los
avances realizados en relación con el árbol del conocimiento y los desafíos
relacionados con temas estratégicos, redes, el problema de la empleabili-
dad y la reducción de las asimetrías éticas, de género y raciales. Para esta
oportunidad, destacamos estas cuestiones, lo que no significa que sean las
únicas, ni siquiera las principales. Además, con respecto a lo que se ha pre-
sentado aquí, debe enfatizarse que es necesario observar más de cerca cada
uno de los temas, ya que todos son complejos y requieren un análisis más
profundo, lo que podemos ofrecer en estudios posteriores.
48
6. Referencias
CAPES - Coordenação de aperfeiçoamento de pessoal de nível superior. Docu-
mento de área. Área Teologia. Brasília, 22 nov. 2016. Obtenido de https://
www.capes.gov.br/avaliacao/sobre-as-areas-de-avaliacao/74-dav/
caa2/4643-teologia
— Portaria 174, de 11 de outubro de 2016. Diário Oficial da União, Brasí-
lia, 13 out. 2016.
— Relatório de avaliação. Área Ciências da Religião e Teologia. Brasí-
lia, 20 set. 2017. Obtenido de https://www.capes.gov.br/avaliacao/
sobre-as-areas-de-avaliacao/74-dav/caa2/4643-teologia
— Resolução nº 1, de 4 de abril de 2017. Boletim de Serviço/CAPES, Bra-
sília, Edição Especial nº 1, abr. 2017.
— y Centro de gestão e estudos estratégicos. Subsídios ao Plano Nacional
de Pós-Graduação. Brasília, 2016.
Ministério da Educação. Diretrizes Curriculares Nacionais para o curso
de graduação em Teologia. Diário Oficial da União, Brasília, 19 set.
2016.
— Diretrizes Curriculares Nacionais para os cursos de licenciatura em
Ciências da Religião. Diário Oficial da União, Brasília, 28 mar. 2018.
Plataforma Sucupira. Disponível em http://plataformasucupira.capes.gov.
br Acesso em: 20 abr. 2019.
Portal E-mec. Disponível em http://emec.mec.gov.br Acesso em 20 abr.
2019.
Falabreti, E., Oliveira, J. (2019): O futuro das humanidades. Ciências huma-
nas, desafios e perspectivas, Caxias do Sul, Editora da Universidade de
Caxias do Sul.
49
1. Introdução
As considerações a seguir têm como objetivo refletir sobre a pesquisa rea-
lizada no contexto da subárea Ciência da Religião Aplicada que integra a
árvore do conhecimento dos estudos de religião no Brasil.
Embora tais estudos tenham uma trajetória de quatro décadas de acú-
mulo na pesquisa e atividades formativas em nível de Pós-Graduação no
país, a organização da área Ciências da Religião e Teologia é algo novo no
Sistema Nacional de Pós-Graduação brasileiro acompanhado e adminis-
trado pela Capes (Coordenação de Aperfeiçoamento de Pessoal de Nível
Superior), do Ministério de Educação. Criada em 2016, a partir de um pro-
cesso de autonomia e desmembramento da Teologia como subcomissão
da Filosofia, a Área desenvolve pesquisas de perfil multidisciplinar, inter-
disciplinar ou transdisciplinar. Neste sentido, a nomenclatura Ciências da
Religião e Teologia, assegura o estudo sobre religiões e sobre teologias, con-
siderando as epistemologias próprias, as teorias e métodos utilizados pelos
dois grandes blocos de programas/cursos que compõem a área1.
No caso do primeiro bloco, o estudo de caráter mais descritivo das reli-
giões, um dado introdutório importante é o debate em torno das diferentes
nomenclaturas usadas nos estudos de religião, que no Brasil possuem, pelo
menos, três variações: (a) Ciências da Religião [ciências no plural, portanto],
(b) Ciência da Religião [ciência no singular, no caso] e (c) Ciências da reli-
51
2
Para o debate epistemológico em torno da relação Ciências da Religião e Teo-
logia, veja as minhas observações em «O princípio pluralista como elemento arti-
culador de pesquisas na área Ciências da Religião e Teologia» (Ribeiro, 2019).
Veja também o artigo «Perspectiva interdisciplinar da teologia no Brasil: O debate
epistemológico da Área de Ciências da Religião e Teologia», de Alex Villas Boas
(2018). O autor apresenta o desenvolvimento histórico da epistemologia teológica
no Brasil, de acordo com as mudanças ocorridas nas condições da produção de
conhecimento científico desde a modernidade, sobretudo, com o surgimento das
Ciências da Religião. O texto mostra como se desenvolveu o perfil interdisciplinar
da Teologia no Brasil, dentro do debate da Área de Ciências da Religião e Teologia,
de uma «via cooperativa e de perspectiva compartilhada entre as duas áreas de
conhecimento». Neste sentido, trata-se de uma visão que se diferencia da linha
de compreensão que rege o Compêndio de Ciência da Religião (2013). Alex Villas-
-Boas, em diálogo crítico com a obra Constituinte da Ciência da Religião (2006),
de Frank Usarski, realça que embora haja um «histórico de interação interdisci-
plinar, não é um consenso no Brasil o modo de pensar a relação entre Ciências
da Religião e Teologia, especialmente entre autores que mantêm a posição alemã
[Religionswissenschaft] de uma afirmação da disciplina em negação à Teologia.
(…) Tal postura, apesar de ser minoritária, também é importante para o debate,
pois essa tensão dinamiza a tarefa do diálogo a aprofundar a pragmática da inves-
52
53
54
gia, sendo que cada uma das subáreas não corresponde diretamente à uma ou
à outra das duas frentes em questão, o que reforça a visão multidisciplinar das
pesquisas. As subáreas podem e devem atender a demanda de análises advinda
tanto de um dos campos quanto do outro3. Os «ramos» (subáreas) da árvore
do conhecimento possuem abrangência suficiente para abrigar pesquisas e
análises tanto no campo teológico como no da Ciências da Religião4.
Um exemplo disso, é a diversidade e a conexidade dos temas correlatos
às subáreas, conforme demostra o quadro abaixo:
Quadro - Árvore do conhecimento
Subárea Temas correlatos Subárea Temas correlatos
Fundamentação da teologia e
Reflexão teórico-me-
seu desenvolvimento coerente
todológica ou meta-
(sistemático); exposição do
teórica; abordagens
Episte- dogma (aspecto querigmá-
filosóficas sobre o Teologia
mologia tico); defesa ou clarificação
conceito/definição Funda-
das Ciên- atualizada das doutrinas reli-
de religião ou sua mental-Sis-
cias da giosas, espiritualidades, tradi-
negação; psicologia da temática
Religião ções de sabedoria específicas à
religião e fenomeno-
tradição (aspecto apologético);
logia da religião – em
teologia política, teologia filo-
sentido sistemático.
sófica; filosofia da religião.
3
Para um panorama dos processos que levaram a constituição e implementação da
árvore do conhecimento da Área Ciências da Religião e Teologia, veja o artigo «Estu-
dos de Ciência(s) da(s) Religião(ões) e Teologia no Brasil: Situação atual e perspecti-
vas», de Flávio Senra (2015). O artigo também apresenta as ações de política-acadê-
mica desenvolvidas pela Associação Nacional de Pós-graduação e Pesquisa em Teologia
e Ciências da Religião (ANPTECRE) no período 2007, época de sua fundação, à 2015.
Além disso, comenta o estágio da produção acadêmica nos Programas de Pós-gradua-
ção da área no país, segundo dados da CAPES no triênio de avaliação (2010-2012).
4
O debate epistemológico sobre cada uma dessas frentes, Ciências da Religião e Teo-
logia, e a relação fronteiriça entre elas é denso e tem ganho destaque nos últimos anos.
Dentre a produção acerca deste debate há variados livros e artigos científicos, além
de grupos de trabalho em curso, o que revela a atualidade do debate e o seu potencial
para novas abordagens. Destacamos o Compêndio de Ciência da Religião, organizado
por João Décio Passos e Frank Usarski (2013), já referido. Na parte relativa à Ciência
da Religião Aplicada há várias contribuições, que serão citadas ao longo de nosso
texto. Destacamos, por ora a de Afonso Ligório Soares com «Ciência da Religião
aplicada à Teologia» e a de Agenor Brighenti, «Ciência da Religião aplicada à ação
pastoral», este último voltado para as questões do cristianismo católico.
55
Fenômenos religiosos,
espiritualidades, tradi-
ções de sabedoria ou
filosofias de vida no
«campo»; disciplinas
Estudo histórico de ideias e
«… da religião», em
Ciências História doutrinas religiosas, espiritu-
diálogo com teorias
Empí- das Teo- alidades, tradições de sabe-
e métodos de outras
ricas da logias e doria (história intelectual),
ciências constituídas:
Religião Religiões de sua(s) expressão(ões) ou
Sociologia…, Antro-
arraigamento sociocultural.
pologia…, Psicolo-
gia…, História…,
Geografia …, Feno-
menologia…. – em
sentido descritivo.
Psicologia pastoral, teologia e
Religião e espaço saúde, eco teologia, fé e polí-
público, política, ética, tica, homilética, relação entre
Ciên- saúde, ecologia, cultu- teologia/culto/práxis, missão
cia da ras; temas associados Teologia e inculturação, inclusão e
Religião à diversidade, respeito Prática direitos humanos, teologia e
Aplicada e tolerância; diálogo sociedade, ação,
inter-religioso; educa- experiência e conhecimento
ção e religião. prático, educação na respec-
tiva tradição.
Métodos e fontes para
o estudo das religiões,
espiritualidades ou
tradições de sabedoria,
Ciências Escrituras sagradas e relatos
de suas línguas natu- Tradições e
da Lin- da tradição oral das diversas
rais, de seu vocabulá- Escrituras
guagem tradições religiosas, espiritua-
rio e gramática; rela- Sagradas
Religiosa lidades, tradições de sabedoria
ções entre linguagem
religiosa, linguagem
artístico-literária e
linguagem em geral.
Fonte: CAPES, Documento da área Ciências da Religião e Teologia, 2019
Tais formulações foram e são criadas, com boa capilaridade, pelos Pro-
gramas de Pós-Graduação da Área, encontraram eco e permanecem vigen-
tes nos fóruns criados pelas associações da Área, especialmente a ANP-
TECRE (Associação Nacional de Pesquisa e Pós-Graduação em Teologia
56
5
Nos sete congressos científicos da ANPTECRE já realizados, independentemente
de suas temáticas centrais, o debate epistemológico esteve sempre presente, e com
isso a discussão sobre as subáreas do conhecimento também. Os dois primeiros con-
gressos (São Paulo em 2008 e Belo Horizonte em 2009) deram especial atenção a ao
debate sobre a relação entre Teologia e Ciências da Religião. Os resultados podem
ser encontrados na obra Teologia e Ciências da Religião: A caminho da maioridade
acadêmica no Brasil (2011), organizada por Eduardo Cruz e Geraldo de Mori. Veja
também: Para onde vão os estudos da religião no Brasil? (2014), organizado por Gil-
braz Aragão, Newton Cabral e Edênio Valle.
57
6
Especificamente sobre turismo religioso há um crescente número de publicações.
Destacamos apenas o Dossiê «Santuários e turismo religioso» publicado pela revista
Horizonte (v. 16, n. 49, jan./abr. 2018). Nele, temas como espiritualidade e peregri-
nação, reforço da memória religiosa, adaptação ao mercado de consumo, reforço da
identidade nacional, são analisados e aprofundados a partir de bases etnográficas
e bibliográficas. Veja também «Ciência da Religião aplicada ao turismo», de Edin
Abumanssur, no Compêndio de Ciência da Religião (2013).
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59
60
7
Por ora, indicamos apenas algumas obras que são fruto de debate interdisciplinar
sobre religião e indicam questões epistemológicas importantes, parte delas relacio-
nadas à Ciência da Religião Aplicada: Como estudar as religiões: metodologias e estra-
tégias (2018), organizado por Emerson Sena da Silveira, Narrativas míticas: análise
das histórias que as religiões contam (2018), organizado por Dilaine Soares Sampaio
& Emerson Sena da Silveira, Religião, política e espaço público no Brasil: discussões
teóricas e investigações empíricas (2015), organizado por Emerson Sena da Silveira
& Manoel Ribeiro de Moraes Junior.
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8
Os limites de nossa pesquisa não permitiram um levantamento detalhado de teses
e publicações docentes realizadas em Programas de Pós-Graduação em Ciências da
Religião e Teologia, cujos objetos de pesquisa fossem religiões não cristãs. Chegamos
à um levantamento de pesquisas sobre diálogo inter-religioso, o que é saudável consi-
derando o enfoque que ora abordamos. Neste sentido, há várias contribuições, entre
as quais destacamos: Pluralismo religioso contemporâneo: diálogo inter-religioso na
teologia de Claude Geffré (2007), de Roberlei Panasiewicz, Pluralismo e Libertação
(2014), de Claudio Ribeiro, e Espiritualidade do diálogo inter-religioso: contribuições
64
na perspectiva cristã (2016), de Elias Wolff. Todavia, não se trata de teologias não
cristãs e, sim, de teologias cristãs do pluralismo religioso. No entanto, fora do quadro
docente dos Programas de Pós-Graduação nas duas frentes há produção nesta dire-
ção, especialmente os trabalhos de João Luiz Carneiro: Religiões afro-brasileiras: uma
construção teológica (2014) e Os Orixás nas Umbandas (2017).
65
9
GT «Espiritualidades contemporâneas, pluralidade religiosa e diálogo», vinculado
à SOTER (Sociedade de Teologia e Ciências da Religião) e à ANPTECRE (Associa-
ção Nacional de Pós-Graduação e Pesquisa em Teologia e Ciências da Religião) que
envolve em sua articulação três Programas de Ciências da Religião de universidades
confessionais. Ementa do grupo em http://www.unicap.br/observatorio2/?p=2586
(acesso em 4/3/2019). Entre as produções do GT, destacamos as obras Espirituali-
dades contemporâneas, pluralidade religiosa e diálogo (2017) e Espiritualidades contem-
porâneas e direitos humanos (2018), ambas organizadas por Claudio Ribeiro. Para as
análises que temos feito até agora, consideramos fundamentais os textos: «O para-
digma pós-religional desafia a teologia do pluralismo religioso», de Roberlei Pana-
siewicz, «Perspectivas transreligiosas e o estudo das religiões», de Gilbraz Aragão, e
«Pluralismo religioso, democracia e direitos humanos», de Claudio Ribeiro, presen-
tes na primeira obra citada.
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10
Veja, entre vários estudos, o Compêndio de Ensino Religioso, organizado por Sér-
gio Junqueira, Lauder Branderburg e Remi Klein (2018). Veja também «Ciência da
Religião aplicada ao ensino religioso», de Sérgio Junqueira, e «Ciência da Religião
aplicada à educação sociopolítica», de Mauro Passos, ambos no Compêndio de Ciên-
cia da Religião (2013).
67
Outro aspecto que não poderia nos escapar, é a relação entre as expres-
sões de fundamentalismo-intolerância e as de pluralismo e diálogo (Teixeira,
2008). Nosso destaque é que se trata de uma realidade ambígua, uma vez
que as duas expressões são antagônicas e ambas estão crescendo e se forta-
lecendo na sociedade. Tem sido comum no quadro religioso brasileiro, em
diferentes confissões, uma concepção unilateral e absoluta da verdade que
tende ao dogmatismo, o que inibe, entre outras coisas, o diálogo entre a fé e
as ciências, entre religião e secularidade e entre grupos religiosos distintos.
Há certa refutação religiosa das perspectivas antropológicas que levam em
conta as formas de evolução do universo e da vida humana, as explicações
mais racionais da vida e a possibilidade de visões plurais. Tais ideias, que pos-
suem uma longa história para além do contexto brasileiro, são recompostas
com novas ênfases, mas mantêm resguardada certa oposição às formas de
autonomia humana. No campo cristão, tanto católico-romano como evan-
gélico, são visíveis, por exemplo, as reações contra posturas mais abertas no
campo da sexualidade, especialmente no que se refere ao direito das mulhe-
res ao próprio corpo e ao prazer e também à homossexualidade.
O debate sobre a categoria «Gênero», por exemplo, é intenso no
campo da Ciências da Religião, embora nem sempre com a devida atenção
da Área como um todo. Há boa articulação das pesquisas no GT «Gênero
e religião», da ANPTECRE, que integra docentes de Programas de Ciên-
cias da Religião e de Teologia, o que revela a conexidade destas frentes
para estas temáticas11. Consideramos que para o debate sobre pluralismo
zação, laicidade e espaço público: uma conversa sobre gênero, religião e política no
68
A segunda é que
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6. Considerações finais
Nossa pesquisa foi desenvolvida considerando o perfil da subárea Ciência
da Religião Aplicada que integra a árvore do conhecimento da Área Ciên-
cias da Religião e Teologia, no Brasil. O objetivo principal das análises feitas
foi observar as ênfases que os documentos que norteiam o trabalho da Área
oferecem para o campo da aplicabilidade das pesquisas e ressaltar algumas
iniciativas no âmbito da Pós-Graduação brasileira nesta direção.
O passo metodológico principal da pesquisa foi o cotejamento das
demandas em Ciência da Religião Aplicada com aspectos importantes evi-
denciados nos Documentos da Área Ciências da Religião e Teologia, da
Capes (2019), especialmente a árvore do conhecimento e os perfis dos/
as egressos/as pós-graduados/as nestas duas frentes. Identificamos nestes
dois elementos as dimensões que cooperam para melhor compreensão da
Ciência da Religião Aplicada e nos referimos ao debate sobre diferença
religiosa e os desafios advindos dela para a pesquisa aplicada.
Procuramos apresentar e analisar os temas correlatos da Ciência da
Religião Aplicada, com destaque para aqueles associados à diversidade, ao
respeito, à tolerância e ao diálogo inter-religioso. Neste percurso, procu-
ramos identificar grupos de trabalho que, no campo da pesquisa da Área,
destacam dimensões e concepções plurais, cujas temáticas requerem apli-
cabilidade. Por isso, recorremos à extensas e detalhadas notas com referên-
cias bibliográficas, privilegiando a produção acadêmica de docentes dos
cursos de Pós-Graduação da Área, especialmente as mais recentes.
Com tais indicações, procuramos realçar pesquisas em curso, ora com
estágios bem consolidados, ora com lacunas e desafios conceituais e prá-
ticos a serem enfrentados, que cooperam na visualização de possiblida-
des de aprofundamento do debate epistemológico em torno da Ciência
da Religião Aplicada. Trata-se de modesta contribuição que precisa ser
somada à outras análises efetuadas a partir de perspectivas e de bases dis-
tintas das aqui apresentamos. Há um longo e árduo caminho pela frente,
que certamente fortalecerá os estudos de religião no Brasil.
7. Referências
Abumanssur, E. (2013): «Ciência da Religião aplicada ao turismo», en
Passos, J. D., F. Usarski (coord.), Compêndio de Ciência da Religião, São
Paulo, Paulinas/Paulus.
73
Aragão, G., Cabral, N. y Valle, E. (2014): Para onde vão os estudos da religião
no Brasil?, São Paulo, ANPTECRE.
Aragão, G. (2017): «Perspectivas transreligiosas e o estudo das religiões»,
en Ribeiro, C. O., Espiritualidades contemporâneas, pluralidade religiosa e
diálogo, São Paulo, Fonte Editorial.
Bhabha, H. (2001): O Local da Cultura, Belo Horizonte, Editora
UFMG.
Brighenti, A. (2013): «Ciência da Religião aplicada à ação pastoral», en J.
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Paulo, Paulinas/Paulus.
Carneiro, J. L. (2014): Religiões afro-brasileiras: uma construção teológica,
Petrópolis, Vozes.
— (2017): Os Orixás nas Umbandas, São Paulo: Fonte Editorial.
CAPES, Documento da Área Ciências da Religião e Teologia, 2019. Obtenido
de https://www.capes.gov.br/avaliacao/sobre-as-areas-de-avaliacao/
74-dav/caa2/4643-teologia
— Documento Orientador de APCNs. Área 44 – Ciências da Religião e
Teologia. Obtenido de https://www.capes.gov.br/images/Criterios_
apcn_2019/criterios_c_religiao.pdf
Cruz, E. R, De Mori, G. L. (2011): Teologia e Ciências da Religião: A cami-
nho da maioridade acadêmica no Brasil, São Paulo/Belo Horizonte, Pau-
linas/Editora PUC Minas.
GT Espiritualidades contemporâneas, pluralidade religiosa e diálogo.
Obtenido de http://www.unicap.br/observatorio2/?p=2586
Junqueira, S. (2013): «Ciência da Religião aplicada ao ensino religioso».
En, J. D. Passos, F. Usarski (Coord.), Compêndio de Ciência da Religião,
São Paulo, Paulinas/Paulus.
— Branderburg, L. Klein, R. (2018): Compêndio de Ensino Religioso, Petró-
polis/São Leopoldo, Vozes/EST.
Moraes Junior, M., Silveira, E. J. S. (2015): Religião, política e espaço público
no Brasil: discussões teóricas e investigações empíricas, São Paulo/
Belém, Fonte Editorial / UEPA.
Musskopf, A. (2012): Via(da)gens Teológicas: itinerários para uma teologia
queer no Brasil, São Paulo, Fonte Editorial.
— (2015): Uma brecha no armário: propostas para uma teologia gay, São
Paulo, Fonte Editorial/CEBI.
Panasiewicz, R. (2007): Pluralismo religioso contemporâneo: diálogo interre-
ligioso na teologia de Claude Geffré, São Paulo, Paulinas.
74
75
76
Frank Usarski* 1
1. Introdução
A indicação de um objeto único pelas nomenclaturas consensuais em
nossa comunidade acadêmica como «Ciência da Religião», «História da
Religião» ou «Sociologia da Religião» é apenas plausível à segunda vista.
Isso vale, pelo menos, para colegas que não compartilham da convicção,
propagada por fenomenólogos da religião da geração influenciada por
Rudolf Otto (1869-1937), de que as diferentes tradições religiosas devem
ser concebidas como nuanças da reação universal do ser humano ao cha-
mado «sagrado». Deste ponto de vista, o singular «religião» aponta para
uma base subjacente comum de qualquer expressão religiosa apesar da
aparente heterogeneidade com a qual o mundo religioso se apresenta em
seus determinados contextos culturais. Quem não concorda com tal pers-
pectiva amplamente criticada a partir dos anos 1960 encontra bons argu-
mentos no conceito de Clifford Geertz que parte da ideia de que religiões
(plural!!) são «sistemas simbólicos», tão diversificados como as línguas
humanas que, na busca das suas «gramáticas» particulares, devem ser
consideradas entidades com plausibilidades próprias.
Enquanto há diversos motivos epistemológicos e meta-teóricos para a
substituição de uma abordagem essencialista por um conceito da religião
que reconhece o caráter sistêmico-plural do mundo religioso, a exclusão da
fenomenologia da religião à la Rudolf Otto do seu repertório tem gerado o
problema de como dar continuidade a uma das tarefa centrais da nossa dis-
ciplina, isto é: a comparação entre religiões. Dúvidas sobre possíveis efei-
tos colaterais da rejeição do axioma de que no fundo do fundo as religiões
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Raro é aquele que, ansiando pela imortalidade, fecha os olhos para o exte-
rior e contempla o Eu» (Os Upanshads 1999, 42).
Com trechos deste tipo, a tradição upanishádica estabelece um cami-
nho alternativo a modalidade de revelação favorecida pelas religiões mono-
teístas e postula a introspecção como meio de acesso ao absoluto. Usando
um termo técnico hindu pode-se dizer que o conhecimento do Brahman
é fruto de anubhava. Trata-se de uma noção polissêmica que abrange
denotações como «experiência direta», «realização» e «intuição» da
última realidade como verdadeiramente existente (Myers 2001, 107). Em
todos estes sentidos, Weber tem razão quando afirma que o absoluto pos-
tulado pela «família asiática» das religiões «só é acessível por meio de
contemplação».
Outra diferença entre os dois tipos ideais do mundo religioso consta em
relação ao conceito do tempo, isto é, a quarta dimensão do nosso modelo
comparativo. Enquanto a tradição judaico-cristã se orienta em uma crono-
logia linear, o Hinduísmo é conhecido por sua visão cíclica do tempo. Em
analogia ao primeiro tipo ideal, este conceito abrange tanto os processos
cósmicos quanto o nível biográfico individual.
O termo técnico «kalpa» tem a ver com o conceito «macro» de
tempo. A noção designa o «período entre a origem do universo, sua disso-
lução e o período em que toda matéria retorna à forma de semente no oce-
ano cósmico, representando a condição indiferenciada do cosmos antes do
surgimento da forma». (Geaves 2008, 401) Voltando a usar uma metáfora
já apresentada, a expressão designa o intervalo em que o oceano, depois de
um período de silêncio e devido a seu potencial criativo inerente, começa
produzir suas ondas, mantém-se ativo e finalmente reassume seu status
primordial. A dissolução (pralaya) do mundo manifesto inaugura o inter-
valo da não-atividade do Brahman. Em termos mais detalhados, «pralaya
significa a dissolução das formas e o retorno da energia e matéria em uma
massa amorfa, comparável ao derretimento do gelo que, pelo calor, se
transforma em água, enquanto a substância é preservada». (Dettelbacher
2008, 61) A duração da «noite do universo», isenta de qualquer manifes-
tação material, corresponde a extensão do «dia». A oscilação entre as duas
fases representa o eterno ritmo cósmico.
O pensamento em categorias de ciclicidade se desdobra na escala
menor no âmbito da reflexão sobre a biografia individual. Partindo do
conceito de atman, a instância imutável e eterna em nós, a tradição hindu
afirma que «a morte não é o fim de tudo, mas também não é o início de
uma vida eterna ultraterrena» Em vez disso, «o atman transmigra de uma
88
Quando uma ação é concluída, a ação em si não existe mais em sua forma
bruta, mas o efeito dela acaba por manifestar-se mais cedo ou mais tarde.
Ambos, ação e efeito, são armazenados em suas formas sutis na mente
inconsciente. […] Trata-se de um círculo vicioso que, uma vez colocado em
movimento, torna-se difícil pará-lo. Esse círculo –de ações criando impres-
sões que, por sua vez, motivam outras ações– é a lei do karma (Tigunait
1997, 24-25).
89
uma direção diferente daquela indicada pela ideia do pecado original típica
para a tradição judaico-cristã.
A mesma divergência em comparação com o Luteranismo vale para a
Soteriologia dos Upanishads e do Advaita Vedanta. Enquanto o Lutera-
nismo destaca o papel da graça oferecida por Deus, a tradição hindu, de
acordo com sua lógica monista, salienta o potencial do ser humano. O indi-
víduo é capaz de se auto resgatar desde que não procure a salvação «fora»
de si, mas cultive o olhar para «dentro». Os respectivos procedimentos
espirituais recomendados pelos Upanishdes e por Shankara têm como
objetivo de que o praticante transcenda tanto «as camadas da aparência
tangível e visível» quanto «todos os estratos intelectuais e emocionais
da psique». (Zimmer 1986, 91) Estes métodos pretendem cortar o véu
da maya, corrigir a aparência errônea da existência multiforme e treinar a
consciência humana para experimentar o próprio atman imutável e eterno
como idêntico ao Brahman. O atman, sem ação, pousado em si e autossufi-
ciente é caracterizado como consciência eterna de beatitude em que todas
as aspirações cessaram. É o estado de moksha, termo técnico hindu para
a liberação do ser humano da sua determinação cármica. Esta realização
espiritual se dá, segundo Shankara, «quando todos os defeituosos esta-
dos mentais tiverem sido rejeitados» (Śankara 1992, 103) ou seja, quando
forem removidos todos os bloqueios da fisiologia sutil que impedem uma
reflexão autêntica do Brahman na consciência do praticante. Tudo isso é
fruto de esforços autorresponsáveis do ser humano.
Resumindo:
90
7. Referências
Azria, Régine (2000): O Judaísmo, Bauru, EDUSC.
Barret, Justin L.; VanOrman, Brent (1996): The effects of image-use in
worship on God concepts, Journal of Psychology and Christianity 15 (1),
1996, 38-45.
Barth, Karl (2006): Esboço de uma Dogmática, São Paulo, Fonte Editorial.
Berger, Peter L. (1985): O Dossel Sagrado, São Paulo, Paulus.
Catecismo da Igreja Católica (1998), São Paulo, Paulinas.
Cohn, Gabriel (2003): «Introdução», en G. Cohn, Gabriel (Coord.):
Max Weber, São Paulo, Ática, 7-34.
91
92
Sau, Nguyen Van (2014): The Theory of Karma and Rebirth in Buddhist and
Jaina Traditions (Tese de doutorado), Pune University, Pune.
Sclair, Moacyr (1994): Judaísmo. Dispersa e Unidade, São Paulo, Ática.
Stolz, Fritz (1996): Einführung in den biblischen Monotheismus, Darmstadt,
Wissenschaftliche Buchgesellschaft.
Tigunait, Pandit Rajmani (1997): Da Morte ao Nascimento. Entendendo o
Karma e a Reencarnação, São Paulo, Pensamento.
Weber, Max (2002): «A Psicologia Social das Religiões Mundiais», en M.
Weber, Ensaios de Sociologia, Rio de Janeiro, LTC, pp. 189-211.
Zimmer, Heinrich (1986): Filosofias da Índia, São Paulo, Palas Athena.
93
1. Introducción
En este trabajo analizaremos en dos fases, aunque sea parcialmente, el área
que en Brasil ha sido llamada de «Ciencias Empíricas de la Religión». Pri-
mero discutiremos el surgimiento de las ciencias empíricas de la religión,
relacionadas con la Teología y las Ciencias Humanas. En según lugar, anali-
zaremos algunos datos y la importancia de los términos institucionalmente
establecidos para la definición de lo empírico en las Ciencias Empíricas de
la Religión, como son actualmente conocidas.
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99
100
2
Los datos fueron publicados en revistas académicas por Flavio Senra (2015; 2016;
2018), actual coordinador del área de Ciencias de la Religión y Teología junto a
la CAPES - Coordinación de Mejora de Personal de Nivel Superior (2016-2018 /
2018-2022). Ha sido el coordinador de la extinta área llamada de Filosofía/Teología
(2014-2016).
101
3
Actividades canceladas en 2019.
102
Maestría 1983
EST Doctorado 1990
Teología Sur
Escola Superior De Teologia
Maestría
2001
Profesional
FAJE Maestría 1987
Faculdade Jesuíta de Filosofia E Teología Sudeste
Teologia Doctorado 1987
PUC/RS Maestría 1991
Pontifícia Universidade Católica Teología Sur
do Rio Grande do Sul Doctorado 2015
PUC/SP
Pontifícia Universidade de São Maestría Teología 2002 Sudeste
Paulo
PUC/PR Maestría 2008
Pontifícia Universidade Católica Teología Sur
do Paraná Doctorado 2013
FTBP
Maestría
Faculdade Teológica Batista do Teología 2013 Sur
Profesional
Paraná
UNICAP
Universidade Católica de Maestría Teología 2015 Noreste
Pernambuco
FTLA
Maestría
Facultad Teológica Teología 2019 Sur
Profesional
Latinoamericana
Origen: Senra, Figueiredo, Klein (2015), con datos revisados/
corregidos por los autores
103
104
105
106
107
108
109
110
Asignaturas Asignaturas
Institución Áreas de
subárea concentración «empírico/a de «ciencias sociales
la religión/es» de la religión»
Estudios Empíricos
de la Religión
PUC/SP CR 2 3
Estudio Sistemá-
tico de la Religión
Lenguajes de la
Religión
UMESP CR 0 8
Religión, Sociedad
y Cultura
Filosofía de la
Religión
Religión, Sociedad
UFJF CR y Cultura 0 8
Tradiciones Reli-
giosas y Perspecti-
vas de Diálogo
Religión, Cultura y
PUC-GO CR 0 6
Sociedad
Ciencias Socia-
UPM CR les, Religión y 0 4
Sociedad
Ciencias Sociales
De las Religiones,
Educación y Salud
UFPB CR Perspectivas His- 0 3
tórico-Filosóficas
y Literarias de las
Religiones
111
Campo Religioso
Brasileño, Cultura
y Sociedad;
UNICAP CR Tradiciones y 0 6
Experiencias Reli-
giosas, Cultura y
Sociedad
Religión, Cultura y
UEPA CR 0 4
Sociedad
Religión y
FUC CR 0 0
Sociedad
Fenómeno
PUCCAMP CR 0 0
Religioso
Ciencias de la
FUFSE CR 2 2
Religión
PUC T Teología Cristiana 0 0
Tradiciones y
EST T 0 1
Escrituras Sagradas
Teología
Sistemática
FAJE T 0 0
Teología de la Pra-
xis Cristiana
Teología
PUC/RS T 0 0
Sistemática
PUC/SP T Teología Cristiana 0 0
Teología Sistemáti-
co-Pastoral,
Exegesis y Teología
PUC/PR T 0 0
Bíblica.
Teología
Ético-Social.
FTBP T Teología Práctica 0 0
Origen: Investigación de los autores, 2019 por medio de sitios oficiales de los
programas de posgrado
112
9. Referencias
Aragão, G. S. (2015): «Encruzilhada dos estudos de religião no Brasil»,
Revista de Teologia e Ciências da Religião da Universidade Católica de Per-
nambuco. 5(1), 319-337. Obtido de http://www.unicap.br/ojs/index.
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113
114
115
1. Introdução
As religiões afro-brasileiras ou as religiões de matriz africana ou ainda
matrizes africanas, como preferem denominar alguns autores, reúnem
um conjunto muito diversificado de modalidades e tradições religiosas
que podem ser encontradas em todo o território nacional brasileiro.
Para além das modalidades mais conhecidas, que são o Candomblé2 e a
1
No Brasil há uma diversidade na denominação das Ciência(s) da(s) Religião(ões),
de modo que há uma variação no uso e no nome dos Programas de Pós-Graduação,
a partir das diferentes perspectivas teórico-metodológicas. Assim temos desde o uso
de «Ciência da Religião», no singular, conforme a tradição alemã, até a utilização da
forma plural, «Ciências das Religiões», seguindo a tradição italiana, além da Espa-
nha e outros países europeus que adotam o plural. Encontramos também as formas
intermediárias, como Ciências da Religião ou ainda Ciência das Religiões. Em nosso
texto, optamos por Ciências da Religião acompanhando a nomenclatura «Ciências
da Religião e Teologia», que prevaleceu oficialmente para a nossa área de avaliação
na CAPES - Coordenação de Aperfeiçoamento de Pessoal do Nível Superior, órgão
do governo que regula a Pós-Graduação no Brasil. Usaremos um termo diferente
apenas quando houver a necessidade de referência aos Programas, quando respei-
taremos a nomenclatura de cada um. O capítulo de Flávio Senra, nesta obra, trará
maiores esclarecimentos sobre a questão.
* Professora do Departamento de Ciências das Religiões e do Programa de Pós-
Graduação em Ciências das Religiões da Universidade Federal da Paraíba (UFPB).
Coordenadora Adjunta da área de Ciências da Religião e Teologia na CAPES – Coor-
denação de Aperfeiçoamento de Pessoal do Nível Superior – Brasília.
** Professora Titular do curso de Licenciatura em História e Coordenadora do Pro-
grama de Pós-Graduação em Ciências da Religião da Universidade Católica de Per-
nambuco (UNICAP).
2
Nome dado a religião que traz os elementos das religiões tradicionais africanas, sendo
os seus cultos, na maioria das variedades, restrito às divindades de origem africana.
117
3
Religião que aglutina elementos das religiões tradicionais africanas, das ameríndias,
do catolicismo e do espiritismo. Institucionalizada no Rio de Janeiro nas décadas de
1920 e 1930, a Umbanda absorve e aceita as mais diversas formas de hibridismo reli-
gioso, de forma que o seu culto é feito às mais variadas entidades, havendo assim um
panteão muito mais diversificado do que o Candomblé. É praticada em todo territó-
rio nacional e considerada por muitos autores como uma religião tipicamente brasi-
leira, embora esteja já transnacionalizada.
4
No contexto da Umbanda, as distintas tradições religiosas são denominadas
«linhas», já no âmbito do candomblé, são chamadas de «nações», ou seja, o termo
sofre um deslizamento semântico e passa a significar «modalidade ritual». Essas
diferentes linhas e nações implicam em distinções nos rituais, na hierarquia, nas ves-
timentas utilizadas e em demais aspectos no culto.
5
A partir do sentido originário, de origem grega, que significa «dispersão» ou «dis-
seminação». Nei Lopes, afirma que o vocábulo «serve também para designar, por
extensão de sentido, os descendentes de africanos nas Américas e na Europa e o rico
patrimônio cultural que construíram» (Lopes 2004, 236). Assim, embora a origem
do termo remeta à ideia de dispersão, é importante não tomarmos a diáspora como
«sinônimo de movimento» ou resultado de um trânsito, o que eufemizaria o termo,
retirando o aspecto da violência da desterritorialização sofrida pelos africanos entre
os séculos xi e xix (Gilroy 2001, 22-23).
6
Denominação dada aos templos e espaços de culto das religiões afro-brasileiras.
118
do ano de 1896.
119
8
Publicado originalmente pela editora Civilização Brasileira em 1934.
9
Jung chama de «inconsciente coletivo» todos aqueles conteúdos psíquicos que
não são peculiares a um só indivíduo, mas a muitos simultaneamente. Tais conteú-
dos são as «ideias coletivas místicas» do homem primitivo descritas por Lévy-Bruhl.
(Campbell 1986, 109).
10
Do ponto de vista antropológico sob o aporte teórico de Nina Rodrigues e Arthur
Ramos.
11
Fruto de sua dissertação de mestrado defendida na Universidade de Columbia em
1949 e publicada em língua portuguesa em 1950.
12
Denominação utilizada no estado de Pernambuco para se referir às religiões
afro-brasileiras.
13
Nomenclatura de origem yorubá utilizada para a liderança religiosa feminina. No
Brasil se utilizam ainda os termos «mãe de santo» ou «sacerdotisa».
120
14
Espécie de colar aberto usado para adivinhação.
15
Hoje Universidade de São Paulo (USP)
16
Publicado originalmente em língua francesa em 1958 e no Brasil em língua portu-
guesa pela editora Nacional, em 1961.
17
Publicado originalmente em língua francesa em 1960 e no Brasil em língua portu-
guesa pela editora Pioneira, em 1971.
121
18
Publicado originalmente em língua inglesa em 1947 e no Brasil em língua portu-
guesa pela editora Civilização Brasileira, em 1967.
19
Publicado na França em 1954.
122
2.3. A geração de antropólogos dos anos 1970 e 1980: em busca de novas cate-
gorias conceituais
O terceiro momento que desejamos tratar é marcado por categorias con-
ceituais para o estudo das religiões afro-brasileiras que forneceram um
certo distanciamento com o objeto. Para isso elencamos: Yvonne Maggie,
com o seu clássico, Guerra de Orixá; Roberto Motta, que tem uma vasta
obra publicada na forma de artigos, e Beatriz Gois Dantas, com Vovó Nagô
e Papai Branco. Maggie e Motta iniciam seus trabalhos na década de 1970,
já Dantas publicou sua pesquisa na década de 1980.
Roberto Motta, inspirado na Escola Pernambucana de Antropologia,
dedicou a maior parte da sua obra ao estudo do sacrifício nos terreiros
de Xangôs em Recife, capital do estado de Pernambuco. Seus trabalhos
reforçam a função do sacrifício como ato primordial da religião. Inclusive,
quando elabora o seu ensaio de classificação das religiões afro-recifenses,
destaca essa prática como uma das principais características distintivas das
diversidades indo-afro-religiosas do estado. Para Motta (1991), o sacrifício
é o rito primordial do Xangô. É designado comumente pelos praticantes
de «obrigação», «matança» ou «ebó» e constitui a regra absoluta e não
a exceção no culto do Xangô. O autor ainda afirma que além da função
religiosa do sacrifício, o rito também tem papel socioeconômico, visto que,
através da imolação, a comunidade usufrui através dos alimentos ofertados
aos deuses e distribuídos aos homens.
É nessa perspectiva de análise que Motta ainda acrescenta em outro de
seus trabalhos que o sacrifício, no Xangô, tem uma utilidade prática. Ape-
sar das consequências ontológicas, o sacrifício não é bom apenas para rezar
ou para simbolizar, ele também tem função terapêutica, na vida dos fiéis, e
econômica, na cidade do Recife (Motta, 1998). Assim, para ele os Xangôs
são bons para comer, bons para pensar e bons para organizar.
Os estudos de Yvonne Maggie marcam as pesquisas de antropologia
urbana no Brasil. Daí resultou Guerra de Orixá: um estudo de ritual e conflito,
produto de sua pesquisa de mestrado em um terreiro de Umbanda, loca-
20
Foi primeiramente publicado na França, em 1970, e no Brasil em 1981.
123
Publicado em 1988.
21
124
23
Movimento fundado nos finais da década de 1970 e que luta pelo fim da discrimi-
nação racial no país.
24
Trataram-se de dois documentos escritos que chegaram a conhecimento público,
no ano de 1983. O primeiro datado de 27 de julho e o segundo, de 12 de agosto, feito
em resposta ao tratamento dado pela imprensa ao primeiro documento. Para mais
detalhes ver Sampaio, 2012, v. ii.
125
ros sobre o tema, indica as igrejas pentecostais que surgiram a partir de meados da
década de 70 –em especial a Igreja Universal do Reino de Deus-IURD, fundada por
Edir Macedo em 1977– com o objetivo de demarcar as novas características que
essas igrejas apresentaram em relação as igrejas pentecostais anteriores. Por sua vez,
o termo «pentecostal» surge no contexto da expansão do protestantismo europeu
para as Américas e vem para demarcar a distinção das tradições protestantes dada a
maior valorização do fenômeno bíblico de pentecostes, a presença do Espírito Santo
nos cultos, dentre outros aspectos. Para maior aprofundamento sobre a questão ver a
obra de Ricardo Mariano, Neopentecostais: sociologia do novo pentecostalismo no Brasil,
de 2012.
126
a escolha dessas religiões como principal alvo? Uma vez que os neopen-
tecostais são extremamente organizados, se sobressaem pelas habilidades
comerciais e administrativas de suas igrejas e estão interessados na conver-
são em massa, por que iriam se incomodar com religiões que não represen-
tam 1% da população brasileira, segundo dados do censo de 2000?26
A princípio Silva explica que a guerra declarada pelo neopentecos-
talismo, mais explicitamente pela Igreja Universal do Reino de Deus –
IURD, contra as religiões afro-brasileiras, destoam da visão estrangeira que
se tem do Brasil como país da «tolerância religiosa» ou das «misturas».
Ao buscar responder suas indagações, explicita que o confronto promove,
sem dúvida, o afastamento das instituições, beneficiando o crescimento
das IURDs e também promovendo a desvalorização e o desrespeito aos
praticantes das religiões afro-brasileiras. Porém, o autor também encontra
um movimento inverso. Um imbricamento desses campos que também se
aproximam. São eles, a institucionalização da magia e o entendimento de
que «apoderar-se de si» é o passo mais importante para a conquista de
bens materiais e de proteção sagrada.
Por fim, ressaltamos o trabalho de Stefania Capone, A busca da África
no Candomblé. Neste livro a pesquisadora faz o seguinte questionamento:
Por que a maioria dos estudos afro-brasileiros são centrados no candomblé
de matriz ioruba ou nagô? Por que os discursos dos candomblecistas e dos
pesquisadores que escreviam sobre esse assunto, se preocupavam tanto
com a «pureza» dos cultos? Capone olha para o Brasil e para os terreiros
de Candomblé através da perspectiva plural. Para a autora, os terreiros de
Candomblé existentes no país são extremamente diversos, «cada terreiro
possui sua própria especificidade ritual, fruto da tradição de que faz parte,
mas também da idiossincrasia do chefe do culto» (Capone 2009, 21).
Com esse breve panorama, tivemos como intuito demonstrar como se
construiu o campo de estudos afro-brasileiros, apresentando seus princi-
26
O autor refere-se ao Censo do IBGE (Instituto Brasileiro de Geografia e Estatís-
tica). Trata-se de uma pesquisa sociodemográfica que abrange diversos aspectos da
realidade nacional brasileira e que é realizado, pelo IBGE, desde a década de 1940,
a cada 10 anos. O último realizado foi em 2010. Nele, as religiões afro-brasileiras
seguem alcançando menos de 1% da população brasileira. Todavia, diversos traba-
lhos demonstram a subnotificação do Censo com relação às religiões de matrizes
africanas, tendo em vista que muitos adeptos ou frequentadores terminam se autode-
clarando como espíritas ou católicos, o que se deve a diversos fatores que envolvem
questões como a da identidade, a múltipla pertença religiosa, o histórico de persegui-
ção a essas religiões no Brasil, dentre outros.
127
128
129
130
131
28
Era padre, dedicado a missão. Deixou livros e artigos publicados, trabalhava tam-
bém muito com questões ligadas a religião do povo, a inculturação e o tema da mis-
são. Foi secretário executivo do Conselho Missionário Nacional - Comina e faleceu
no dia 8 de dezembro de 2002 (Comina 2003, p.13).
29
Informações disponíveis em: https://tede2.pucsp.br/handle/handle/2114?mo-
de=full. O resumo da dissertação é o seguinte: «O trabalho procura compreender
a identidade do umbandista e da religião por ele produzida. Visa definir o campo
religioso da umbanda na sociedade brasileira envolvente e compará-lo ao campo
católico popular».
132
Prof. Dr. Antonio Gouvêa Mendonça. Como se pode ver e até onde se pôde
levantar, os dois primeiros trabalhos revelam algum vínculo com a Teolo-
gia e não foram orientados por especialistas nos estudos afro-brasileiros.
A busca no banco de teses e dissertações da CAPES, que disponibiliza
os trabalhos feitos a partir de 1987, nos trouxe os seguintes dados. Ao inse-
rirmos o termo «religiões afro-brasileiras», filtrando apenas os desenvol-
vidos na área de avaliação de Ciências da Religião e Teologia, encontramos
um total de 480 resultados e o sistema mostrou trabalhos apenas a partir
do ano de 2013. Porém, ao se consultar cada título, verificamos que ape-
nas 54 deles referem-se de fato a trabalhos que envolvem as religiões afro-
-brasileiras. Tal situação ocorre porque o sistema busca qualquer menção
feita no âmbito das teses e dissertações, o que gera esse tipo de distorção.
Obviamente, que qualquer mudança na palavra-chave altera o resultado
obtido. Então se buscarmos por «religião afro-brasileira» no singular,
teremos um número de resultados muito mais elevado, ao passo que se
inserirmos modalidades específicas, como Candomblé ou Umbanda, tere-
mos um número muito inferior ao encontrado para o termo religiões afro-
-brasileiras. Assim, tivemos que fazer uma opção e a escolha pelo termo
plural justifica-se pelo seu maior uso entre os pesquisadores.
Os dados da busca revelam que as Ciências da Religião ainda desenvol-
vem poucos trabalhos sobre as religiões afro-brasileiras, se considerarmos
o tempo de existência desse campo de estudos. Nesse sentido é preciso
atentar para um aspecto importante que é o vínculo com a tradição cristã
que a área apresenta, desde suas origens, no Brasil, o que já foi objeto de
análise de vários autores, dentre eles Ênio Brito e Cláudio Pimentel. Os
autores recordam que estudos de religião no Brasil «surgiram vinculados
a instituições religiosas cristãs, católicas e protestantes» e que «apenas
recentemente tem se manifestado na direção de ampliar os seus interesses
de pesquisa de maneira a acolher os temas afro-religiosos» (Brito; Pimen-
tel 2019, 464). Ponderam ainda os autores:
133
30
Utilizamos o termo no sentido atribuído por Aníbal Quijano (2010), que implica
o enfrentamento da «colonialidade do poder». O tema é bastante vasto e se conecta
aos chamados estudos pós-coloniais, de(s)coloniais, de-coloniais ou ainda estudos
subalternos. A discussão ainda precisa de grande aprofundamento nas Ciências da
Religião e nesse sentido o texto de Lauri Wirth (2013), intitulado Religião e episte-
mologias pós-coloniais é uma contribuição importante para uma introdução ao tema.
31
Na realidade brasileira, os movimentos sociais que envolvem a questão da identi-
dade de gênero/orientação sexual possuem grande complexidade e, a partir disso, ao
longo dos anos, diversas siglas surgiram para denominá-lo e mesmo atualmente não
há consenso em torno de uma única abreviatura. Fizemos a opção pela sigla LGB-
TQIA+, que significa «Lésbicas, gays, bissexuais, transgêneros, queer, intersexo,
assexuais» e o sinal de mais, que pretende dar abertura ao movimento, tornando-o
permanentemente inclusivo.
32
Acompanhando os trabalhos de Boaventura de Souza Santos, entendemos epis-
temicídio como um processo de «supressão dos conhecimentos locais perpetrada
por um conhecimento alienígena». Assim, o projeto da colonização procurou homo-
134
135
(…) qual seria o diferencial das Ciências da Religião, para o que se faz em
relação ao tema da religião no âmbito de cada uma dessas Ciências Humanas
em particular? Respondo: do ponto de vista científico-acadêmico, nenhuma!
Nosso diferencial é que poderíamos oferecer uma atenção especial e uma
alta concentração de saberes das Ciências Humanas ao tema da religião (res-
peitando a autonomia de cada ciência humana que compõe o campo, em
meio a exercícios, experimentações – não obrigatoriamente necessárias – de
interdisciplinaridade (Camurça 2008, 66-67)
136
4. Considerações finais
Entre nossos objetivos anunciados estava o de apresentar um estado da
arte dos estudos afro-brasileiros no âmbito das Ciências da Religião e espe-
ramos que a exposição feita tenha contribuído para um melhor conheci-
mento acerca de como têm se construído a temática afro-brasileira na área
e de como os estudos advindos das Ciências Sociais, mais especificamente,
a Antropologia, são imprescindíveis para o desenvolvimento das pesquisas
acerca das religiões afro-brasileiras nas Ciências da Religião. Também nos
propusemos a refletir sobre a especificidade da contribuição das Ciências
da Religião para os estudos afro-brasileiros, o que possui um caráter menos
objetivo do que trazer um estado da arte. Assim para essa questão não pre-
tendíamos dar respostas, pois consideramos que é muito mais um cami-
nho em aberto do que algo que possa ser taxativamente respondido. Logo,
neste momento final, gostaríamos de registrar os desafios que se colocam a
partir dos dados que conseguimos levantar.
Um primeiro ponto que observamos é que ainda interagimos pouco
enquanto estudiosos das religiões afro-brasileiras na área. Embora tenha-
mos conexões entre dois ou três Programas, que buscam construir peque-
nas redes, ainda não temos uma rede maior que reúna os interessados nos
estudos afro-brasileiros no âmbito das Ciências da Religião, o que precisa
ser construído e certamente nos conduzirá a outro patamar.
A resistência à temática, seja entre docentes ou discentes, coloca-se
como um segundo desafio e o caminho para isso é o da decolonização das
Ciências da Religião, que passa pela renovação de nossa produção inte-
lectual, pelo modo como construímos nossas disciplinas e projetos de
pesquisa, no sentido aqui proposto, que vai na direção da ampliação das
epistemes e, portanto, das perspectivas teóricas, rompendo com o episte-
micídio. Por outro lado, temos também o desafio em relação aos nossos
pares de outras áreas das Humanidades, que nos veem com desconfiança
e consideram que pesquisas sobre as religiões afro-brasileiras, feitas nas
Ciências da Religião, podem estar marcadas por certa confessionalidade
137
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138
139
140
1. Introdução
Ao iniciar uma análise sobre o estudo das tradições indígenas a partir da(s)
Ciência(s) da(s) Religião(ões) é imprescindível delatar um certo desconforto
a cada convite recebido para unir duas categorias –religião e tradições indíge-
nas– em uma expressão coesa de sentido, sem levar em conta as relações con-
flituosas entre o que convencionalmente denomina-se religião e o contexto
das populações indígenas no Brasil. A incômoda pergunta, que tem levan-
tado inquietações no âmbito dos poucos esforços de produção de pesquisas
e estudos acadêmicos em contextos indígenas envolvendo a(s) Ciência(s)
da(s) Religião(ões) enquanto área autônoma, ecoa, dando mote ao presente
texto: é possível falar em tradições indígenas enquanto tradições religiosas?
Não pretendo retomar a já debatida questão em torno da definição de
religião enquanto categoria analítica, por mais alargada que se encontre,
sobretudo a partir das incansáveis discussões teórico-epistemológicas em
busca da consolidação de uma certa autonomia da área de Ciência(s) da(s)
Religião(ões) no Brasil –em todas as suas perspectivas e possibilidades
elencadas e elaboradas através destes debates–. No que tange à questão
acima anunciada, ao levantar os desafios dos estudos sobre religião e reli-
giosidades em contextos indígenas, a categoria religião incomoda não por
conta da disputa epistemológica, mas pelo contorno que a delineia como
categoria analítica, enquanto reflexo de uma antropogênese que a ante-
cede, na elaboração –ocidental e moderna– de uma relação do ser humano
com o mundo que o rodeia –incluindo aqui as noções de natureza e sobre-
natureza– na qual ele (o ser humano) se assume como centro de referência
ao estatuto ontológico dos demais seres.
141
142
dos mais de 500 anos de colonização. Não por acaso, o que se compreende
por religião nestes contextos é aquilo que define a religião ocidental euro-
peia: o cristianismo, em seus mais diversos aspectos e desdobramentos
possíveis.
Em se tratando da prática missionária cristã, são muitos os pontos de
controvérsias e discussões que podem ser encontrados na relação entre
religião e tradições indígenas. Retomando o viés histórico do contato da
missão cristianizadora com as etnias, percebemos o embate e as dificulda-
des que já se iniciam no simples trato com o outro, ou nas muitas tentativas
históricas de se catequizar os indígenas e enquadrá-los à visão de mundo
europeia: «Por demais é trabalhar com estes que são tão bestiais que não
lhes entra no coração cousa de Deus, estão tão encarniçados em tratar e
comer, que nenhuma outra bem-aventurança sabem desejar; pregar a estes
é pregar em deserto às pedras» (Nóbrega s/d, 102). Assim o Padre Manuel
da Nóbrega, um dos primeiros jesuítas a trabalhar na conversão dos indíge-
nas ao cristianismo, falou através do personagem Gonçalo Álvares em seu
«Diálogo da Conversão do Gentio» sobre as dificuldades encontradas no
trabalho missionário nas aldeias. Essa dificuldade maior, à qual Eduardo
Castro (2002) chamou de «inconstância da alma selvagem», esteve pre-
sente desde as primeiras tentativas de catequese e de conversão dos gru-
pos indígenas brasileiros. Também o Padre Antônio Vieira, outro jesuíta
famoso pela catequese entre os índios, escrevia:
Há nações, e estas são as do Brasil, que recebem tudo o que lhes ensinam com
grande docilidade e facilidade, sem argumentar, sem replicar, sem duvidar, sem
resistir; mas são estátuas de murta que, em levantando a mão e a tesoura do
jardineiro, logo perdem a nova figura, e tornam à bruteza antiga e natural, e a
ser mato como dantes eram (Antônio Vieira apud Castro 2002, 183).
143
1
A tese doutoral de Ronaldo Vainfas (1995) é emblemática sobre este tema.
144
2
Missão Novas Tribos do Brasil é uma versão brasileira da NTB (New Tribes Mis-
sion), agência missionária fundamentalista norte-americana, presente na Amazônia
desde a década de 1950.
145
146
3
Ver Horácio 2018.
147
148
149
Hoje, o animismo é de novo imputado aos selvagens, mas desta vez ele é lar-
gamente proclamado como reconhecimento da mestiçagem universal entre
sujeitos e objetos, humanos e não-humanos, a que nós modernos sempre
estivemos cegos, por conta de nosso hábito tolo, para não dizer perverso, de
pensar por dicotomias. Da húbris moderna, salvem-nos os híbridos primiti-
vos e pós-modernos (Castro 2002, 235).
«Não esqueçamos que cada espécie possui seus próprios xamãs, e que a relação
4
dos xamãs humanos com as outras espécies se estabelecem, sobretudo, com os xamãs
dessas espécies com as quais ele se aliou» (Castro 2018, 171).
150
[o]s seres que são concebidos e tratados como pessoas, que têm pensamen-
tos, sentimentos, desejos e instituições em tudo parecidos com os humanos,
não são mais seres naturais. O achuar desconhecem essas distinções, que me
[para Descola] pareciam tão evidentes, entre os humanos e não humanos
[…]. Em outras palavras, meu senso comum não tinha nada a ver com o
deles. Quando observávamos as plantas e os animais, não víamos a mesma
coisa (Descola 2016, 14).
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152
153
154
155
de solidão, algo que seja digno de pena ou de lamento, seja qual for con-
texto (desde uma pessoa que vive sozinha a um caçador que abate somente
uma caça).
Nas sociedades anímicas, o duplo é parte do corpo. É na(s) natureza(s)
que o corpo se completa e busca seu equilíbrio. Neste sentido o corpo,
em constante construção, está sempre aberto à possibilidade de ser outro.
Não por acaso é justamente na unidade (de Deus, da verdade, da revela-
ção, da pessoa) que insistem os discursos missionários na atualidade. Não
há meio melhor de se conter o xamanismo do que impossibilitar que os
corpos sejam assumidos enquanto via de movimento e definição de subje-
tividades. Se a subjetividade é uma questão coletiva, a desestruturação dos
duplos, através da desanimação da natureza (ou das naturezas) pelo dis-
curso missionário, aparece como um caminho profícuo para desarticular
os sistemas baseados nos regimes tradicionais de conhecimento, tornando
os corpos individuais. Parece que, ao longo de 500 anos buscando con-
verter a alma dos indígenas, a missão cristã começa a perceber que, neste
mundo, a alma é definida pelo próprio corpo.
Se diferentes naturezas estão relacionadas aos diferentes corpos, a
pessoa se constrói justamente a partir do maneirismo de seu corpo. É sig-
nificativo também um exemplo vivenciado por mim em uma de minhas
incursões a campo na área Maxakali, grupo indígena do tronco linguístico
Macro-Jê situado na região nordeste do estado de Minas Gerais. Pesqui-
sando sobre a presença de missionários cristãos nas aldeias, no ano de
2003, ao indagar se havia entre eles algum convertido, me apontaram uma
pessoa que se identificava como crente. Ao entrevistá-lo o mesmo me afir-
mou que, embora não frequentasse a igreja, não lesse a Bíblia e nem orasse
para Deus, se considerava crente pois se comportava enquanto um: não
bebia e não fumava. A definição de cristão para eles claramente perpassava
pelo habitus corporal.
O corpo ameríndio é um corpo em constante construção e feitura,
inacabado, aberto ao mundo (aos mundos). Os mitos insistem na dife-
renciação através dos corpos, pois as mudanças corporais são o que
define os pontos de vista. Regras alimentares, interditos, pinturas, fei-
turas, corte de cabelos, botoques, e tantos outros hábitos corporais nas
sociedades indígenas, embora possam parecer ao olhar ocidental como
operações de ordem física, no mundo ameríndio se configuram essencial-
mente como operações metafísicas. Elas remetem o corpo a um espectro
transcendente, não através da disciplina e sublimação deste corpo para
uma elevação da alma, mas através do corpo ele mesmo, na medida em
156
157
6. Referências
Descola, P. (2016): Outras Naturezas, outras culturas, São Paulo, Editora
34.
Eliade, M. (1951): O Xamanismo e as técnicas arcaicas do êxtase. Trad. Bea-
triz Perrone Moisés e Ivone C. Benedetti, Martins Fontes, São Paulo.
1998.
Ingold, T. (2018): Antropologia: para que serve?, Petrópolis, Ed. Vozes.
Lima, T. S. (2005): Um peixe olhou para mim. o povo Yudjá e a perspectiva,
São Paulo, UNESP/ISA/NUTI.
Montero, P. (2006): Deus na Aldeia, São Paulo, Globo.
158
159
1. Introducción
El campo de la epistemología es, en primer lugar, un campo de incertezas,
controversias y sospechas. La duda es un presupuesto de la producción de
conocimiento, lo que implica que es en el debate, en la controversia, en el
cuestionamiento de verdades fijas, donde reside el proceso de construcción
del conocimiento científico. La misma discusión de los modelos de conoci-
miento, explicitando sus posibilidades y, principalmente, sus insuficiencias
e inconsistencias, deconstruyendo sus «evidencias», es un ejercicio episte-
mológico. Los estudios feministas, desde hace algún tiempo, han presentado
los límites de estos modelos y se han dedicado a la crítica de la ciencia y de
sus «dogmas», han afirmado la ciencia como actividad generificada y, a tra-
vés del camino feminista y sus elásticas posibilidades epistemológicas, pode-
mos verificar su importancia para los Estudios de Religión.
161
1
Negrita en el original.
2
Se escribieron diferentes trabajos en esta dirección. En este sentido, ver un artículo
de Catherine A. Mackinnon, titulado «Feminismo, marxismo, método y Estado: una
agenda para la teoría» (2016). El texto fue publicado originalmente en la revista Signs
en 1982. Otro ejemplo es el capítulo «Reproducing Marxist Man», de Mary O’Brien,
escrito en 1979. En él, O’Brien defiende el «perfeccionamiento» del modelo mar-
xista con la incorporación de la categoría reproducción.
162
163
164
3. Epistemologías feministas
Incluso hoy pensar en una teoría feminista del conocimiento es chocar
con las sospechas de su legitimidad. Entre las académicas feministas, se
reconoce la importancia de la reflexión epistemológica, pero se llama la
atención sobre la necesidad de una mayor inversión en este sentido. De
acuerdo con Margareth Rago:
165
que saben» y «sujetos que ignoran» y que «son ignorados». Las mujeres
fueron construidas como sujetos que no saben, es decir, como sujetos que
no tienen la capacidad de conocimiento científico, que no están autoriza-
dos para producir discursos de verdad y, por lo tanto, como sujetos que
deben ser ignorados (Tuana y Sullivan 2006).
Desde la filosofía clásica pasando por la filosofía moderna, las mujeres
fueron consideradas incapaces de racionalidad científica. Tomando dico-
tomías normativas jerárquicas como razón y emoción, en la cual la razón,
considerada superior, se atribuye al hombre (como ser supuestamente
universal), y la emoción, considerada inferior, se atribuye a las mujeres,
el saber femenino no tendría valor epistémico, y las mujeres tendrían que
aceptar su condición de objeto por la ciencia. Esto demuestra que la pro-
ducción y reproducción de una semántica de género está en la base de lo
que «elegimos» conocer, así como la forma cómo conocemos.
Cuestionar lo que conocemos, cómo conocemos y qué significado
damos a las cosas es tomar el camino del universo de la epistemología.
El análisis del lenguaje de la ciencia es, en sí mismo, una estrategia epis-
temológica feminista. Las metáforas sexuales a las cuales los científicos
recurren para clasificar las ciencias –«ciencias duras» y «ciencias blan-
das»– indican la necesidad de este análisis (Maffía 2014). Estas metáfo-
ras estarían relacionadas con lo masculino y lo femenino respectivamente,
evocando dicotomías normativas para afirmar una jerarquía en la que las
ciencias «duras» se superponen a las ciencias «blandas», que resalta el
sustrato patriarcal que organiza y significa el mundo, definiendo sus claves
de interpretación.
Para Londa Schiebinger, el objetivo de una «ciencia feminista» sería
«incorporar una conciencia crítica de género» (2001, 31) en la produc-
ción y práctica científica. El desarrollo teórico-metodológico de género,
como categoría de análisis de los Estudios Feministas, ha permitido el
crecimiento del debate científico. Además, el debate sobre la categoría de
género indica, en sí mismo, el dinamismo y la vitalidad del pensamiento
feminista, y la profundización de la discusión sobre sexo/género, en la
reflexión sobre la génesis de la categoría de mujer, así como la superación
de los binarismos, siguen siendo desafíos para este campo de saber (Butler
1988, 522). Sin embargo, esto no excluye el uso de género como categoría
analítica. Género significa relaciones de poder (Scott 1990, 14). Es a través
del análisis de género que es posible entender que la propia forma de cono-
cer está atravesada por relaciones de poder basadas en representaciones de
los sexos. Según Diana Maffía (2014, 115), esta «ideología de género»
166
Se trata de una categoría que González acuñó para referirse a la experiencia común
4
167
168
941). Género aquí entendido como una construcción colonial que habría
producido divisiones y tensiones, más especialmente entre colonizados y
colonizadas.
Como es característico del pensamiento feminista, las divergencias
posibilitan también la producción de saberes. Lugones defiende que las
sociedades indígenas no conocían la dicotómica distinción jerárquica de
género, y que fue impuesta por la modernidad colonial. Esta perspectiva es
objeto de discusión en el ámbito del propio feminismo decolonial. Julieta
Paredes se refiriere al «entroncamiento de los patriarcados», es decir, el
encuentro del patriarcado pre colonial o «pre-intrusión», como prefiere
Rita Segato (2012), y el patriarcado occidental. Según Paredes, es impor-
tante «reconocer que las relaciones injustas entre hombres y mujeres
(…) no son solo una herencia colonial, pues también se dieron antes de
la colonia» (2008, 6). Paredes y Segato, sin embargo, coinciden en que la
interferencia, en las sociedades que fueron objetivo del proyecto colonial,
tuvo impacto en las estructuras de esas sociedades que se reorganizaron
basándose en la lógica eurocéntrica.
De todos modos, lo que está en pauta, entre otras cosas, y en lo que las
feministas decoloniales coinciden, es la necesidad de decolonizar la teo-
ría, incluso en relación con los feminismos hegemónicos (Mendoza 2014,
102), y reivindicar su lugar epistemológico, porque sigue siendo un gran
desafío para el feminismo decolonial salir de la invisibilidad y provocar el
desplazamiento del locus y el corpus teórico que delega la clave para la inter-
pretación del mundo.
169
6
El libro solo obtuvo su versión brasileña 124 años después de su publicación, en
2019. El título de la obra fue traducido como «La Biblia para las mujeres». La edi-
ción fue una iniciativa de pastoras, teólogas y laicas de la Iglesia Anglicana Episcopal
de Brasil.
170
171
ces volver atrás y colocarlo de nuevo hacia arriba. Y ahora que ellas están
reivindicando hacerlo, es mejor que los hombres dejen» (Stanton et al.
2009, 116).
En su discurso, Sojourner Truth responde a la teología del clero con
la teología de la vida. Ignorando las abstracciones teológicas del cuerpo
clerical presente allí, hace teología desde su vida concreta y demanda la
interseccionalidad de género, raza y clase ya en el siglo xix, cuando surgió
el feminismo y las primeras sistematizaciones teológicas feministas en los
Estados Unidos. El pensamiento teológico feminista contemporáneo pro-
pone justamente eso:
Las teologías feministas son discursos que surgen de diversos lugares, dife-
rentes a la teología hegemónica, afirman a las mujeres como sujetos de inter-
pretación y que promueven disensos en medio del consenso previsto en
torno a la narrativa dominante y de sus autores (Souza 2019, 33).
7
El término «womanist» fue forjado por la escritora Alice Walker en 1983, y fue
rápidamente adoptado por las teólogas feministas negras.
172
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174
175
5. Consideraciones finales
Los Estudios Feministas plantean nuevas preguntas a los Estudios de Reli-
gión, evocando sujetos y saberes hasta entonces ignorados por esta área
del conocimiento, instigándola a reevaluar su marco teórico estable, cues-
tionando sus métodos y proponiendo nuevas metodologías, explicando
la parcialidad de nuestras aproximaciones teóricas, admitiendo inestabi-
lidades y rechazando encuadramientos. Mucho más que resolver proble-
mas, los Estudios Feministas de la Religión lanzan nuevas y emocionantes
preguntas sobre la religión, generando así «oportunidades para plantear
mejores problemas que aquellos de los cuales comenzamos» (Harding
1993, 12). El debate de género, la perspectiva interseccional/decolonial,
la asunción de la experiencia, entre otros, como elementos constitutivos
de saberes en movimiento, alimentan este terreno inestable de epistemo-
logías feministas de la religión.
6. Referencias
Alcoff, Linda y Potter, Elizabeth (1993): Feminist Epistemologies, New York
and London, Routledge.
Bologh, Roslyn Wallach (1987): «Marx, Weber and masculine theorizing:
a feminist analysis», en Wiley, N., The Marx-Weber debate, Newbury
Park, Sage Publications.
— (2009): Love or Greatness: Max Weber and Masculine Thinking, London,
Routledge.
176
177
178
179
1. Introdução
O volume de estudos sobre «religião, espiritualidade e saúde» no con-
texto internacional cresceu de tal forma desde as duas últimas décadas do
século 20 e de modo especial na primeira década do século 21, a ponto de
se tornar, em pouco tempo, um campo específico de conhecimento.
Na primeira edição do Manual de Religião e Saúde (Handbook of Reli-
gion and Health), organizada por Koenig, McCullough, & Larson (2001),
os autores selecionaram 1.200 estudos de qualidade sobre o tema, com-
preendendo o período entre 1800 e 2000. Na segunda edição do Manual,
preparada também com novos autores, foram selecionados 2.100 estudos
quantitativos, de qualidade, desenvolvidos entre os anos de 2000 e 2010
(Koenig, King, & Carson 2012, 9). Conforme observado pelos autores,
«houve literalmente, o nascimento de um novo campo de conhecimento,
o campo da ‘religião, espiritualidade e saúde’» (Koenig et al. 2012, 4).
Hefti & Esperandio (2016)observam que a publicação brasileira se tor-
nou mais evidente na última década, especialmente na área das Ciências da
Saúde (Medicina e Enfermagem). Este campo de estudos vem crescendo
de tal modo que o Brasil já está sendo considerado um dos países de lide-
rança na pesquisa sobre essa temática (Damiano et al. 2016, 16). Tal inte-
resse emergiu também entre pesquisadores e pesquisadoras brasileiras no
campo das Ciências da Religião (ou das Religiões). Quais são os principais
enfoques da pesquisa nesse tema na área de Ciências da Religião e Teologia
(CR & T)? Há grupos de pesquisa e localidades geográficas que se des-
tacam quanto à investigação sistemática e contínua? Em quais regiões e
Programas de Pós-Graduação as pesquisas sobre espiritualidade e saúde
181
182
183
184
Espiritualidade
em pacientes Empíricos
PPGCR / 2012 - Cavalcanti, 04
vivendo com Validação de
UFPB 2018 – APR (DP) 03
2 HIV num Escalas 10
João Pessoa
hospital de Teórico-con-
- PB 03
referência no ceituais
município de
João Pessoa
Espirituali-
dade em ação: Possebon,
2017 - transcendên- F.
cia, saúde e (DP)
educação.
Spirituality
and Health
The place of
PPGCR / Maraldi, Empíricos
spirituality 01
3 PUC 2016 - EO Revisão de 2
within Therapy 01
São Paulo -SP (DC) literatura
A comparative
study of the UK
and Brazil
185
2016-
Religião e
PPGCR / 2018 Santos,
Saúde Mental – Revisão de
4 FUV (finali- FAZ 01 1
Religião e literatura
Vitória - ES zado) (DP)
Saúde
2019
PPGCR / Ciberativismo: Projeto sem
Lages,
UFJF saúde e reli- produção
5 2017 - SRC - -
Juiz de Fora giosidades de identificada
(DP)
- MG matriz africana (PSPI)
Pesquisas em
PPGCR/ Lemos,
Espiritualidade,
6 PUC- 2017 - CT. PSPI - -
Religiosidade e
Goiânia - GO (DP)
Saúde
PPGCR/
Espiritualidade Alves, MJS
7 FUFSE 2018 - PSPI - -
e Saúde (DC)
Aracaju - SE
Total de Produções – Artigos Científicos 32
186
187
Dará, & Simeão (2016 ); Alves & Aquino (2017); Vieira & Aquino (2016);
Vianna & Souza (2017); (Melo et al. 2019); Esperandio et al. 2017; Espe-
randio, Escudero, Fanini, & Macedo (2019); Esperandio & Ladd (2013);
Esperandio & Ladd (2015).
Outras pesquisas empíricas investigaram a atitude e crenças de diversos
profissionais que trabalham no cuidado em Saúde, médicos, psiquiatras, e
estudantes de enfermagem sobre a integração da dimensão espiritual nas
práticas de cuidado (Esperandio, 2014; Esperandio & Machado, 2019;
Marques, Esperandio, Zorzi, Zarpelon, & Silva, 2015; Silva et al. 2016;
Menegatti-Chequini, Maraldi, Peres, Leão, & Vallada, 2019).
Destaca-se que essas escalas não foram criadas com vistas ao uso exclu-
sivo no contexto de pesquisa sobre E & S. Elas podem ser empregadas tanto
em situações clínicas quanto na pesquisa de fenômenos variados onde se
deseja levantar dados sobre religião, religiosidade e espiritualidade.
188
189
190
Entretanto, para que a área possa prestar uma contribuição efetiva aos
estudos nessa temática faz-se necessário que leve em conta alguns aspec-
tos específicos. Um deles diz respeito ao modo de fazer ciência que parece
caracterizar as pesquisas atuais: individual, institucional e presa na bolha
acadêmica, sem um diálogo com outras ciências e mesmo com a sociedade
mais ampla. Um exemplo claro do que parece ser uma surdez e cegueira da
área de CR & T diz respeito aos resultados das pesquisas de outras áreas no
que concerne à necessidade de formação de pessoal competente para atu-
ação em equipes multidisciplinares, quer seja no contexto hospitalar, no
âmbito da Atenção Primária em Saúde, em hospices (que aos poucos come-
çam a emergir no campo social), ou mesmo no atendimento domiciliar
em Cuidados Paliativos. Os Programas parecem distantes dessas questões
em suas pesquisas. A área de CR & T está entre aquelas que mais podem
contribuir na tarefa de pensar acerca da espiritualidade do ser humano e se
movimentar em direção às demandas sociais relacionadas à minimização
do seu sofrimento e à promoção de relações humanas significativas (con-
sigo, com o outro, com o ambiente mais amplo e com a dimensão imaterial
da existência) que tenham a potência de promover a vida em seus proces-
sos de afirmação. Mas é preciso fazer isso de modo coletivo e em colabora-
ção com outros Programas, outras áreas de conhecimento e com pessoas
que pesquisam o tema no Brasil e fora dele.
Outro aspecto que a área deve levar em conta diz respeito ao dire-
cionamento dos temas de pesquisa nesse campo. Estudos internacionais
apontam que o foco da pesquisa já não está mais na preocupação em
demonstrar que a integração da espiritualidade nos cuidados em saúde
traz impactos significativos nos resultados em saúde. O foco está em veri-
ficar quais modos são mais efetivos e por quais razões o são. Além disso,
devido aos avanços do conhecimento já alcançados, discute-se de que
modo a Academia pode melhor contribuir na capacitação de profissionais
do cuidado em Saúde, nas suas várias especialidades, incluindo a pessoa
que trabalha com o cuidado espiritual (spiritual caregiver). Não há, hoje,
nenhum programa no Brasil, atendendo a essa demanda de formação de
pessoal e de profundo impacto social. Esse impacto diz respeito à quali-
dade do cuidado humano e promoção da dignidade. Dignidade não é algo
intrínseco ao ser humano. Ela depende do elemento da relacionalidade e
das relações de cuidado para sua promoção e expansão (Leget, 2013). O
povo brasileiro «naturalmente» integra a dimensão da espiritualidade em
situações nas quais essa demanda é mais premente, como por exemplo,
em tempo de saúde ameaçada. Entretanto, a produção científica ainda não
191
192
5. Considerações finais
O Brasil é um laboratório de estudos sobre espiritualidade, religião e
saúde. Se entendemos que a espiritualidade, religiosidade e religião têm a
ver com as questões do sentido existencial, das crenças pessoais e coletivas
que organizam a existência humana e direcionam modos de vida, enten-
deremos que a área das CR & T é uma instância privilegiada, dada a sua
singularidade interdisciplinar e conhecimento no campo da religião e da
espiritualidade. Nesse sentido, a área tem um grande potencial para cola-
borar com as outras ciências tanto no aspecto teórico, nos estudos nesse
campo, quanto no aspecto prático, nos processos de formação de pessoal
para a realização de um cuidado integral, humanizado e que contemple de
modo adequado a dimensão espiritual que é intrínseca às boas práticas de
cuidado.
6. Referências
Alves, A. B., & Aquino, T. A. A. de (2017): «Atitude Religiosa e Percepção
Ontológica do Tempo: Um Estudo Correlacional com Pacientes com
Insuficiência Renal Crônica em Hemodiálise», Revista de Psicologia Da
IMED, 9(1), 55. https://doi.org/10.18256/2175-5027.2017.v9i1.1554
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196
197
1. Introducción
El lugar destacado que tienen los fenómenos religiosos en las relaciones
humanas y sociales es notorio. Estudiarlos sistemáticamente contribuye
a la comprensión del ser humano y de la sociedad que produce. En este
sentido, los estudios formales en el área de las Ciencias de las Religiones y
Teología (CR y T) juegan un rol sumamente importante, aunque el fenó-
meno religioso puede y debe ser estudiado también por otros campos del
conocimiento.
Uno de los temas de interés ha sido el estudio del pentecostalismo.
El propósito de este capítulo es destacar el lugar que dicha investiga-
ción ocupa en los centros de posgrado en Brasil, llamados Programas
de Postgrado (PPG). En cuanto a la metodología, no presentaremos un
mapeo exhaustivo de la producción sobre pentecostalismo, sino algo
más modesto, a saber, un estudio sobre las disertaciones y tesis produ-
cidas en los cursos de maestría y doctorado en el país, con énfasis en los
PPG en el área CR y T.
El pentecostalismo representa un fenómeno religioso con un impacto
relativamente alto en la sociedad brasileña y latinoamericana, con amplia
participación en las periferias (Álvarez 1992). Gilbert Durand (1996)
habla del imaginario en los márgenes, tratando la marginación como lugar
fértil. En los márgenes de la sociedad y de las instituciones tradicionales
hay más fuerza creadora (Oliveira y Rocha 2018).
Los grupos pentecostales inciden en el campo político, cultural, social
y religioso. En la política, inciden en grupos de diputados evangélicos y en
los procesos electorales, además de estar vinculados a movimientos y gru-
199
2. Pentecostales en Brasil
Es cierto que el pentecostalismo puede analizarse bajo diferentes aspec-
tos, pero no podemos pasar por alto el hecho de que es, sobre todo, un
fenómeno religioso relacionado con cuestiones doctrinales (Land 1993;
Cox 1995). Afirma Allan Anderson (2019, 214): «Teorías inadecuadas de
científicos sociales, teólogos y otros académicos a veces dejaron de reco-
nocer lo obvio, que el pentecostalismo es esencialmente un movimiento
religioso con razones religiosas para su fuerza creciente». Por lo tanto, su
espiritualidad característica, su visión de mundo y sus agendas deben estu-
diarse por igual para apoyar inferencias y explicaciones. Un segundo tema
que se abordará aquí será una visión general de las primeras propuestas
que estudiaron el pentecostalismo en Brasil.
200
Para este grupo, las narrativas que involucran a las primeras comuni-
dades cristianas con experiencias carismáticas vívidas son normativas, es
decir, se pueden experimentar en cada generación y en todos los luga-
res. Esta percepción de mundo fue llamada pentecostalidad por el teólogo
peruano Bernardo Campos (2018), que funcionaría como un principio
que genera expresiones concretas, a saber, los pentecostalismos. Tal con-
cepción de mundo significa que los seguidores de esta corriente cristiana
habitan un mundo encantado, bajo las fuerzas del bien y del mal, en un
estado permanente de éxtasis, que puede alcanzar trances ocasionales (Oli-
veira y Terra 2018).
Campos (2018) argumenta que el pentecostalismo moderno, como un
movimiento del siglo xx y xxi, debe entenderse a la luz de otros eventos
bajo el principio de la pentecostalidad, construyendo una línea histórica
continua desde el comienzo del cristianismo. En este sentido, el pente-
costalismo no sería un evento sin precedentes, sino el resultado de una
postura extendida a lo largo de la historia del cristianismo, que insiste en
manifestarse en los moldes de una religión del Espíritu: una tendencia para
formar liderazgo carismático en el sentido weberiano, intensas experiencias
religiosas, apreciación de la corporeidad y de las emociones, una estruc-
turación anticlerical, anti institucional y comunitaria, énfasis en ciertos
aspectos doctrinales (estas caracterizaciones son cercanas al concepto
weberiano de secta).
Émile Léonard (1988) hace un recorrido hasta la Reforma del
siglo xvi, y percibe un tipo constante de protestantismo que el llamó de
protestantismo del Espíritu:
201
mericana del fin del siglo xix e inicio del siglo xx ha modelado la expe-
riencia pentecostal mundial, pero el movimiento es más complejo que sus
raíces locales.
Dos grandes marcas en la historia pentecostal norteamericana son
Topeka (Kansas) y Los Ángeles (California) (Campos 2005, 104). Vinson
Synan (2005, 11) defiende como hito histórico inicial el 1901 en Topeka,
Kansas, con un grupo de estudiantes en oración junto al pastor y maestro
Charles Fox Parham en el Bethel Bible College. Sus ideas de renovación eran
divulgadas en su periódico The Apostolic Faith y otros medios. En 1905
Parham inicia una escuela bíblica en Houston (Texas), en donde William
Seymour es su estudiante. El pastor Seymour inaugura en 1906 una iglesia
independiente en Los Ángeles, en la Calle Azusa, que se vuelve el centro
difusor del pentecostalismo mundial (Campos 2002). Otra ciudad impor-
tante fue Chicago, en la North Avenue Mission, influenciada por la Calle
Azusa, con William Durham, por donde pasan los que llevaron el pente-
costalismo a Brasil, como Louis Francescon, Daniel Berg y Gunnar Vin-
gren (Campos 2005, 112). Cabe la advertencia:
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205
de Tarso Cerqueira, Paulo Ayres Mattos, entre otros. En los años noventa
la participación de los pentecostales en los medios de comunicación ha
impulsado nuevas denominaciones como la Igreja Universal do Reino de
Deus (IURD) y la Igreja Renascer em Cristo (IRC). Nuevos grupos pente-
costales surgen, además de la fuerza que persistió en las primeras iglesias
pentecostales clásicas, como las Assembleias de Deus, que contaba con
más de doce millones de feligreses en 2010, según el censo oficial brasi-
leño (IBGE 2012).
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4.2. Taxonomía
El segundo desafío a ser destacado es la necesidad de una taxonomía que
no sea tan reduccionista o demasiado particular al gusto del investigador,
frente a un fenómeno multifacético y cambiante.
Los grupos cristianos identificados con la fe pentecostal han sido lla-
mados peyorativamente a principios del siglo xx como pentecostistas por
sus detractores, y evolucionó la terminología para pentecostales, una forma
más neutral. El aparente consenso sobre el término pentecostal oculta las
diferencias internas del grupo, muchas de ellas por razones teológicas que
a menudo son ignoradas por distintas áreas. Debido a esto, pero también
a los intereses de cada área en la percepción del fenómeno religioso, han
surgido varias clasificaciones, algunas de las cuales se superponen o nom-
bran a los mismos grupos de manera diferente. Hay un número excesivo de
adjetivos sobre los pentecostalismos que confunden los análisis.
Algunas clasificaciones bien conocidas son: pentecostalismo en ondas
(primera, segunda y tercera); pentecostalismo clásico, neopentecosta-
213
214
5. Conclusión
Este capítulo consideró solo la producción de disertaciones y tesis en los
PPG del país. Es necesario ampliar el análisis y considerar la producción
internacional, además de incluir publicaciones en periódicos y libros. Otro
frente de estudios será analizar los contenidos con más detalle, para com-
prender los temas recurrentes y aquellos que necesitan atención.
Los estudios pentecostales se han ido consolidando en Brasil, desde la
CR y T, pero también en otras áreas del conocimiento. Es necesario pro-
fundizar los estudios basados en una epistemología pentecostal y trabajos
científico-humanistas en epistemología pentecostal. Además, para evitar la
repetición de estudios y enfoques, es importante revisar la literatura pro-
ducida hasta ahora, con bases de datos más confiables y una mayor circu-
lación de la producción intelectual. Otro desafío señalado fue el de una
taxonomía más integral.
6. Referencias
Álvarez, C. E. (1992): (Ed.), Pentecostalismo y liberación: una experiencia
latinoamericana, San José, Costa Rica, DEI.
Alencar, G. F. (2019): Matriz pentecostal brasileira. 2 ed. ampliada, São
Paulo, Recriar; Vitória, Unida.
Anderson, A. H. (2019): Uma introdução ao pentecostalismo: cristianismo
carismático mundial, São Paulo, Loyola.
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Century: Spirit, Scripture, and Community», London, T&T Clark.
Bobsin, O. (1984): Produção religiosa e significação social do pentecostalismo
a partir de sua prática e representação, São Paulo, PUC-SP.
Burgess, S. M. y McGee, G. B. (1995): (Eds.), Dictionary of Pentecostal and
Charismatic Movements, Grand Rapids, Michigan, Zondervan Publi-
shing House.
Camargo, C. P. F. (1973): Católicos, protestantes, espíritas, Petrópolis, Vozes.
Campos, B. (2018): O princípio da pentecostalidade, São Paulo, Recriar.
Campos, L. S. (1996): Teatro, templo e mercado: uma análise da organização,
rituais, marketing e eficácia comunicativa de um empreendimento neopente-
215
216
217
218
Elisa Rodrigues* 1
1. Introdução
O tema religião e educação no Brasil apresenta-se como importante
tópico, em razão de dois motivos. O primeiro diz respeito a escassez de
trabalhos acadêmicos no campo da Educação, que considerem a capilari-
dade social do discurso religioso e «como» ele tem se feito presente no
cotidiano escolar, seja como matéria de estudo, seja como modo de crença
de estudantes, docentes e gestores. O segundo motivo liga-se ao primeiro,
na medida em que se apresenta como via de resposta para a demanda de
tratamento do fenômeno religioso nos ambientes escolares. Neste sentido,
emerge a proposta de um Ensino Religioso (ER) como componente curri-
cular destinado à promoção do debate sobre religião nos currículos, que a
partir do fenômeno religioso contribua para a ampliação do conhecimento
e da compreensão sobre o indivíduo, a sociedade e a cultura brasileira.
Neste capítulo, pretende-se apresentar brevemente as formas como o
ER foi concebido metodológica e ideologicamente no interior dos regimes
histórico-políticos do Brasil. Considerando brevemente os três períodos
históricos colonial, imperial e republicando, pretende-se dar destaque a
alguns aspectos políticos e concepções ideológicas que tiveram influência
na trajetória de construção dos diferentes modelos e práticas do ER no
sistema de educação brasileiro.
Para tanto, ao considerar a especificidade da história da formação do
Estado brasileiro e da sua relação com a esfera religiosa, pretende-se lançar
luz sobre o binômio Religião-Estado no Brasil, a fim de indicar como no
processo de formação do nosso Estado secular nunca houve uma saída da
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220
1
Quando empregamos o termo religião nesse capítulo, consideramos esse termo
um emblema sob o qual abrigam-se diversas tradições religiosas com distintas teolo-
gias, práticas e códigos de usos e costumes. O uso no singular, portanto, não reflete
uma intenção de uniformidade ou singularidade, mas um termo, um conceito, que se
refere e pretende abarcar diversas tradições e epistemologias da fé.
2
A ética intramundana, segundo Weber, consiste na ascese cristã de controle metó-
dico na condução da vida, uma conformação racional da existência segundo a von-
tade de Deus, transposta do mundo em comunidades monásticas para o mundo
externo. Essa forma de condução da vida fora dos monastérios «ingressa no mercado
da vida, fecha atrás de si as portas do mosteiro e se põe a impregnar com sua metó-
221
dade. Todos esses são conceitos debutários de uma semântica que é parte
de um repertório religioso-cristão. Tais conceitos subjazem ao binômio
Estado-nação e aos processos de formação dos Estados seculares moder-
nos, como é no caso do Brasil.
Essa abordagem é relevante porque reconhece o dado histórico par-
ticular das origens de cada Estado-nação, assim como compreende a
especificidade do caso da cristandade latina e seus tipos diferentes de
secularização3. Para José Casanova (2010, p.276), a emergência dos Esta-
dos-seculares deve-se à reforma protestante, em grande medida empreen-
dida no seio da religião cristã-católica. No eixo Atlântico-norte isso teria
ocorrido segundo dois modelos:
dica justamente a vida mundana de todo dia, a transformá-la numa vida racional no
mundo, não deste mundo, não para este mundo» (Weber 2004, 139).
3
Abordagens secularistas que tendem a compreender o secular como espaço esva-
ziado da religião e do aumento da descrença, como resultado do progresso da ciên-
cia e das perguntas racionais, constituem formas de humanismo exclusivo que, em
grande parte, entendem a modernidade secular como último episódio triunfal da
história da humanidade e de um processo de secularização homogêneo e universal.
222
4
A distinção entre laicização e secularização como processos que envolvem cada um
marcos diferenciados, a primeira jurídica e a segunda social (ver por exemplo o artigo
«Ensino religioso na escola pública: o retorno de uma polêmica recorrente», de Car-
los Roberto Jamil Cury, 2004) corrobora ao entendimento de que a religião deve ser
objeto restrito à esfera privada. Nesse sentido, não problematiza o enfraquecimento
das fronteiras entre público e privado, tampouco a insistência da religião em parti-
cipar da vida pública com seus argumentos, como «grupos de pressão» de direito.
5
Regime de Padroado – consórcio entre igreja e Estado firmado pelo monarca de
Portugal e o Sumo Pontífice, concedendo privilégios e benefícios materiais para a
igreja, mas também restringindo-lhe o campo de ação. Fortalece-se nesse período
uma noção paternalista de Deus como aquele que protege, resolve problemas, dá sus-
tento, amparo e ordem, no sentido de mandar.
223
auspícios da Igreja, teve seu começo marcado por uma natureza catequé-
tica e disciplinadora. Tal educação objetivava sustentar o projeto coloniza-
dor português subsumindo as tradições, a organização, as identidades e as
formas de expressão nativas. Pode-se afirmar que tal relação se constituiu
em duas fases.
A primeira fase foi marcada por um ensino de religião catequético e
confessional. Nesta etapa não havia distinção entre ecclesia e administração
política. A hierarquia eclesiástica determinava a criação de paróquias, leis,
decretos e instruções relativas à colônia. Já no século xvii, a evangeliza-
ção realizada principalmente por jesuítas privilegiava a alfabetização e o
estudo da gramática da língua portuguesa, além da botânica e do latim. Em
segundo plano, havia algum esforço para valorizar a língua indígena. Os
marcos desse período são a missão e a colonização. O método permane-
ceu sendo a catequese como estratégia de dominação, de conquista (ade-
são à religião católica) e de transmissão dos padrões de comportamento
português-europeu aos nativos. Assim, os padres deviam ensinar a todos
sem restrições e o ensino da religião visava preparar cristãos por meio do
ensino da religião católica.
A segunda fase conheceu algumas mudanças significativas, principal-
mente, com a vinda da família real ao Brasil, fugida das revoluções que
ocorriam na Europa. Já no século xviii, o poder político passou a ser
centralizado no senhor local e os dízimos arrecadados, que antes eram
destinados para a metrópole, passaram a assegurar o sustento da hierar-
quia e instituições eclesiásticas. Mas entre os anos 1750-1777, Marquês
de Pombal implementou transformações administrativas como a extinção
do sistema de capitanias hereditárias, o estabelecimento de uma forma de
Estado e a luta contra os jesuítas (através do decreto de expulsão dos jesu-
ítas). Essas mudanças ocorreram sob uma orientação política do período,
protagonizada pelos «déspotas esclarecidos», que promovia a ideia de
liberdade de consciência e o incentivo ao espírito científico, com vistas ao
desenvolvimento econômico e à atualização da cultura. Tantas mudanças
enfraqueceram o capital político da Igreja Católica. Mas não significaram a
sua saída da cena pública.
No final do século xviii encaminhou-se um salto qualitativo na educa-
ção com a criação de instituições de ensino de nível superior e a criação de
obras públicas na área da cultura e arte, como teatros, bibliotecas, escolas
especializadas e imprensa. Essas melhorias, no entanto, eram usufruídas
principalmente pelos filhos das famílias nobres, enquanto as famílias de
classes mais populares, bem como indígenas e afrodescendentes perma-
224
225
6
A «laicidade francesa se impôs no âmbito de uma democracia conflituosa: o campo
católico, em ‘guerra’ com o campo republicano, não teve muito acesso à esfera da
decisão governamental antes dos anos 1940 e, portanto, nem pode defender seus
interesses confessionais como teria desejado» (PORTIER, 2011, p.17).
226
227
228
Ciência da
MODELO Catequético Teológico
religião
Cosmovisão Unirreligiosa Plurirreligiosa Transreligiosa
Aliança Sociedade Sociedade
Contexto político
Igreja-Estado secularizada secularizada
Antropologia
Conteúdos
Fonte e Teologia do Ciência da religião
doutrinais
pluralismo
Método Doutrinação Indução Indução
Epistemologia
Afinidade Escola tradicional Escola nova
atual
Expansão das Formação reli- Educação do
Objetivo
igrejas giosa dos cidadãos cidadão
Confissões Confissões Comunidade cien-
Responsabilidade
religiosas religiosas tífica do Estado
Proselitismo e Catequese Neutralidade
Riscos
intolerância disfarçada científica
229
230
7
A qual resultou a Lei no 9.475/97, que assegurou a matrícula facultativa, o respeito
à diversidade cultural e religiosa e vedou o proselitismo. A nova redação especificou
que os Estados da Federação ficam responsáveis pela oferta da disciplina, pela defi-
nição dos conteúdos e pela formação docente. Para dar cabo dessa tarefa, ficou esta-
belecido que os sistemas de ensino (estaduais e municipais) devem buscar parcerias
com agências consultivas, a fim de elaborarem suas propostas.
8
Em complemento ao artigo 210 da Constituinte, o artigo 33 da LDB, Lei no 9.475/97
corresponde a um conteúdo indispensável para (a) o fortalecimento e preservação da
laicidade do Estado brasileiro, (b) a formação de cidadãos e cidadãs conscientes do
dever de respeito às liberdades individuais e direito de escolha de cada indivíduo e,
231
232
1. objetivos
2. competências específicas
3. unidades temáticas, divididas em três eixos:
3.1. Identidades e alteridades
3.2. Manifestações religiosas
3.3. Crenças religiosas e filosofias de vida (Brasil 2017, 436-437).
233
Disponível em http://www.in.gov.br/materia/-/asset_publisher/Kujrw0TZ-
12
C2Mb/content/id/57493489/do1-2018-12-31-resolucao-n-5-de-28-de-dezembro-
-de-2018-57493286. Acesso em 20 de novembro de 2019.
234
6. Considerações finais
Por fim, a partir do exposto é possível distinguir Religião de Ensino Reli-
gioso. A primeira existe no Estado democrático na condição de uma agên-
cia social (instituição), sistema de referências a partir do qual se interpreta
o mundo (modos de crença, tradições religiosas) e experiências religiosas
pessoais. Ela, a religião, não é sob nenhuma forma, tampouco deve ser sub-
vencionada pelo Estado.
O segundo, o Ensino Religioso, corresponde a uma disciplina ou um
componente curricular, previsto na Constituição (1988) e na LDB (1997),
a fim de corresponder ao ideal constitucional de proporcionar ao cidadão
formação plena, capaz de subsidiar-lhe na constituição de sua consciência
crítica e autônoma.
A Religião, pois, é objeto do Ensino Religioso. Nessa condição, o com-
ponente curricular Ensino Religioso, especialmente na escola pública, não
tem por objetivo promover discurso religioso de espécie alguma. Ele pre-
tende ser uma ocasião para a construção de saberes sobre a religião e da
religião. Está em relação, mas é distinto, do saber religioso, que pode ser
trazido como campo de experiência para a escola, mas jamais instituído
como regra para os alunos e alunas. No Brasil contemporâneo, a oferta
do Ensino Religioso na escola pública é um dever do Estado secular e um
direito dos cidadãos e das cidadãs.
Neste sentido, o binômio Estado-religião não é antitético, nem significa
uma simbiose, como se pode notar na história do Brasil discutida ao longo
deste capítulo. A religião integra o Estado como um de seus elementos
historicamente fundantes e, ao Estado cabe proporcionar aos cidadãos e
cidadãs, condições de possibilidade para que possam compreender essa
relação histórica-política-social e culturalmente.
O objeto do ensino religioso é a religião como fenômeno, como dimen-
são da vida social e da subjetividade das pessoas. Importa conhecer e com-
preender seus discursos, a fim de reconhecer sua positividade e, quando
preciso, fazer a crítica dela. Por essa razão, a natureza do Ensino Religioso
tanto na BNCC quanto nas DCNs da CRE, é possibilitar a construção de
um conhecimento sobre a diversidade religiosa brasileira capaz de promo-
ver a compreensão das similaridades, continuidades e descontinuidades
das tradições religiosas presentes na vida social brasileira, com vistas a, a
partir desse conhecimento, fomentar (a) valores como o respeito e o reco-
235
7. Referências
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tora UFS; Recife, Fundação Joaquim Nabuco.
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Ocidental», en Religião e Sociedade 31(2), 11-28.
Rodrigues, E. (2015): «Formação de professores para o ensino de religião
236
237
*
1
Profesora Emérita del Departamento de Filología Clásica de la UCM y Coordina-
dora del Programa de Doctorado en Ciencias de las Religiones (2012-2020).
**
2
Profesor Titular del Departamento de Filología Alemana y Filología Eslava de la
UCM, Secretario Académico del Instituto Universitario de Ciencias de las Religio-
nes (2015-2020) y Coordinador del Máster Universitario en Ciencias de las Religio-
nes de la UCM (2012-2020).
241
242
1
http://www.ucm.es/master-ciencias-religiones/buzon-de-sugerencias-y-
reclamaciones-2
243
244
245
246
247
dad que caracteriza al estudio de las Ciencias de las Religiones, así como en
la calidad de la enseñanza. En definitiva, como ya dijimos anteriormente,
los profesores del MCCRR se adecúan perfectamente, por sus especialida-
des científicas y docentes, a los perfiles de las asignaturas ofertadas. Así, la
asignación de la docencia la realiza el Consejo del IUCCRR en función del
perfil de especialización de cada profesor y no tanto en base a su categoría y
antigüedad. Como figura en la Memoria de verificación del título, la evalua-
ción de la calidad del profesorado del Máster perteneciente a la Universi-
dad Complutense de Madrid se realiza mediante el Programa DOCENTIA
verificado por la ANECA con fecha 31 de marzo de 2008.
La excelencia del personal académico del Máster ya fue puesta de
manifiesto en el informe de renovación de la acreditación del título por
la ANECA en el curso 2015/2016, en el que se señalaba lo siguiente: «Es
muy positivo al indicar que todos los profesores son doctores y que todos
ellos tienen sexenios de investigación vivos. La adjudicación de las asigna-
turas va en función del perfil de especialización de cada profesor, aspecto
muy destacable, así como la participación alta en el programa Docentia y
la tasa altísima de evaluaciones positivas».
En cuanto a sus indicadores, la tasa de graduación del MCCRR pre-
senta un elevado porcentaje, que ha ascendido significativamente hasta el
92,31% en el curso 2018/2019, superando el 80% previsto en la Memo-
ria Verifica. A la inversa, el Máster muestra una baja tasa de abandono del
8,33%, estando por debajo del 10% previsto por la Memoria. Cabe desta-
car también la alta satisfacción que muestra el profesorado con respecto
al título (92% en el último curso 2018/2019), así como de los alumnos
egresados con el 80% de satisfacción global con el título.
Con respecto a los resultados de la inserción laboral de los egresados,
hemos de decir que este es un Máster eminentemente teórico y no profe-
sionalizante, que está enfocado principalmente a la investigación. Y este es
un hecho que se refleja en los datos de la inserción laboral de los egresados.
De esta forma, para los datos de los que disponemos, la tasa de afiliación a
la Seguridad Social ha ascendido al 66,70%, que coincide con la media de
los alumnos egresados en las titulaciones de Grado y Máster de la Facultad
de Filología. Y en lo que respecta al grupo de cotización, destaca que el 50%
se trate de trabajo de tipo universitario, y que el otro 50% sea un trabajo
medio, no manual. Esto confirmaría el enfoque investigador del Máster, al
corresponderse el 50% al grupo de cotización universitario con contratos
de investigación como becas predoctorales o contratos como PDI de los
egresados. Por otra parte, en la última encuesta de inserción laboral de los
248
249
250
251
252
253
254
255
académica exigidas para entrar a formar parte del Instituto son tan exigen-
tes que no es necesario solicitar ningún requisito más. A esta plantilla se
suman varios profesores de otras Universidades y del CSIC que estaban
integrados en el antiguo doctorado y que mantienen su colaboración desde
entonces. Entre estos profesores se elige a los tutores que se hacen cargo de
la tutela y orientación de los doctorandos a lo largo de todo su periodo de
permanencia, y con gran frecuencia también los directores de Tesis proce-
den de este grupo nuclear del Programa. Sin embargo el Programa prevé
la posibilidad de admitir como directores de Tesis a otros Doctores, Pro-
fesores universitarios o Investigadores de instituciones de prestigio, como
directores de Tesis Doctorales de sus alumnos. Para ello es precisa la apro-
bación de la propuesta por la Comisión Académica, y es necesario en todo
caso que el tutor pertenezca al Instituto. Gracas a esta posibilidad pode-
mos contar con la dirección de Tesis de Programa de estudiosos de gran
prestigio, de universidades españolas y extranjeras (UChicago, EPHE,
Florencia) y sobre todo de nuestro Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, con cuyas áreas de Humanidades mantenemos una muy estre-
cha y fructífera relación.
256
4. Retos de futuro
Por último, en lo que respecta al futuro del Máster en Ciencias de las
Religiones cabe decir que podemos ser optimistas para afrontar los retos
y desafíos a los que deberá enfrentarse en un futuro próximo, como son
la adaptación de sus contenidos a las demandas e intereses procedentes
de la sociedad, la transformación de su docencia a la modalidad online
debido a contingencias como la situación de emergencia sanitaria que
hemos vivido, así como la reforma de su estructura como resultado de la
implantación del Grado en Ciencias de las Religiones, lo que se producirá
previsiblemente durante el curso 2021/2022. Con el fin de ayudar y guiar
a la Comisión de Coordinación Académica y a la Comisión de Calidad del
Máster en estas tareas se crearon recientemente la Comisión de estudio de
las mejoras a introducir en el Máster y la Comisión de nichos de mercado
(«business plan») del Máster, que ya han comenzado a trabajar para el
estudio de propuestas y planes de mejora para los estudios del Máster en
Ciencias de las Religiones.
Así pues, estamos convencidos de que gracias al trabajo de estas comi-
siones en colaboración con las de Coordinación Académica y de Calidad,
así como a la realización de un atento seguimiento de los datos de los indi-
cadores académicos y de los comentarios y sugerencias proporcionados
a través de las encuestas de satisfacción de alumnos, profesores y egresa-
dos, estaremos plenamente capacitados para diseñar una nueva estructura
y ofrecer unos contenidos renovados que respondan satisfactoriamente a
las exigencias de las nuevas promociones de estudiantes de los cursos veni-
deros, y que sirvan para cumplir la auténtica finalidad de los estudios del
Máster como una especialización de los estudios del Grado en Ciencias de
las Religiones que facilite a los alumnos su incorporación a la carrera inves-
257
258
1. Introducción
La Sociedad Española de Ciencias de las Religiones ha resultado un ele-
mento clave en la consolidación en España del estudio académico y no
confesional de las religiones1. Y lo ha hecho por una parte sirviendo de
foro común y potenciando las sinergias entre investigadores que provenían
de campos disciplinares muy diversos y por la otra ahondando en la inter-
nacionalización gracias al inclusión de la SECR en los dos foros principales
de la disciplina, a escala global, con la entrada en 1995 como miembros de
la International Association for the History of Religions (IAHR)2, donde
se ha participado en diversos puestos de responsabilidad y a escala europea
con el papel clave que han tenido miembros de la SECR en la fundación de
la European Association for the Study of Religion (EASR)3 y en su desa-
*
Catedrático de la Universidad de La Laguna y editor de la revista Bandue. Este tra-
bajo se realiza en el contexto del proyecto de investigación «Bases teóricas y metodo-
lógicas para el estudio de la diversidad religiosa y las minorías religiosas en España»
(HAR2016-75173-P) del Ministerio de Ciencia e Innovación de España, 2017- 2020,
desarrollado en la Universidad de La Laguna.
1
Sobre el tema del desarrollo de la disciplina en España véase: Marcos 2009 y Diez
2009 con más referencias bibliográficas.
2
Véase https://www.iahrweb.org. Los cargos ocupados por miembros de la SECR
en la IAHR han sido la vicepresidencia entre 2000 y 2005 (Montserrat Abumalham)
y 2015-2020 (Mar Marcos), la Secretaría General Adjunta (Deputy General Secre-
tary) entre 2019 y 2015 (Mar Marcos) y el puesto de Internet Officer desde 2005 a
2010 (Francisco Diez de Velasco).
3
Véase http://www.easr.eu. Los cargos ocupados por miembros de la SECR en la
EASR han sido la Secretaría General Adjunta (Deputy General Secretary) entre
2002 y 2007 (Emilio Suárez de la Torre), la Secretaría de miembros (Membership
Secretary) entre 2005 y 2010 (Mar Marcos) y 2017-2019 (Silvia Alfayé) y la vicepre-
259
260
10
Véase https://revistas.ucm.es/index.php/ILUR.
11
Véase https://www.ucm.es/iucr.
12
Se puede acceder de modo completo al volumen en: https://revistas.ucm.es/
index.php/ILUR/issue/view/ILUR959511.
13
El título fue: «Religious tolerance and intolerance in Ancient world: a reli-
261
262
López 2007.
16
Véase https://www.pluralismoyconvivencia.es/publicaciones/coleccion/coleccion-
17
263
18
Suárez Pertierra et al. 2007. El índice del libro se puede consultar en: https://dial-
net.unirioja.es/servlet/libro?codigo=716468.
19
El índice se puede consultar en la página de la editorial Trotta (https://www.trotta.
es/libros/bandue/9771888346000700107) y en la de la SECR también los resúme-
nes (http://secr.es/bandue-i).
264
20
El índice se puede consultar en la página de la editorial Trotta (https://www.trotta.
es/libros/bandue/9771888346000900309) y en la de la SECR también los resúme-
nes (http://secr.es/bandue-iii).
21
Marcos 2009; Diez 2009.
265
una temática muy jurídica) fueron solo una docena. Además de ellos y
mostrando los intereses de quienes se engloban en la SECR, al islam se
dedicaron dos, tres al mundo eslavo, otros tantos al medieval y tres a pen-
sadores importantes en la teoría y sociología del derecho. Los trabajos de
los ponentes se publicaron en Bandue, en su cuarto número22, a excepción
de la conferencia inaugural, que corrió a cargo de Gregorio Peces Barba y
versó sobre la distinción entre ética pública y privada que quedó inédita.
Dicho número de la revista incluyó 10 artículos de los cuales ocho eran en
español, uno en francés (el de Pierre Brulé), y uno en italiano (el de Giulia
Sfameni Gasparro). Resultan una condensación de las principales líneas de
interés de la SECR y de las personas que han tenido una influencia desta-
cada en su consolidación. El peso del islam y de Montserrat Abumalham,
del judaísmo y de Julio Trebolle, del cristianismo primitivo y de Ramón
Teja, de las religiones antiguas y de Emilio Suárez de la Torre, de la socio-
logía y de Juan Luís Pintos y en especial, dado el tema del congreso y su
importancia en la SECR, del derecho y de José María Contreras y Dioni-
sio Llamazares marcan las líneas fuertes del volumen que se complementa
con que, en una publicación monográfica independiente, se publicaron las
comunicaciones editadas por Emilio Suárez de la Torre y Enrique Pérez
Bento23. Esta práctica de una doble publicación, las ponencias en Bandue y
las comunicaciones en una monografía aparte, será repetida en los congre-
sos de la SECR de 2011 (el ix) y de 2013 (el x). En este caso el volumen
de comunicaciones incluía casi una treintena de contribuciones de las que
solo una estaba en otra lengua distinta del español (el italiano, la de Carla
Sfameni) y se centraban en el mundo antiguo la gran mayoría (seis sobre el
mundo clásico, una sobre el próximo-oriental y once sobre el cristianismo
antiguo), seguido de los trabajos de tema jurídico (que son siete) y tres
sobre el medievo y uno de sociología.
El siguiente volumen de Bandue, el quinto, fechado en 201124 y de nuevo
misceláneo, incluyó doce trabajos, todos en español. Si bien la temática
22
Suárez 2010; el índice se puede consultar en la página de la editorial Trotta
(https://www.trotta.es/libros/bandue/ 9771888346000900410) y en la de la SECR
también los resúmenes (http://secr.es/bandue-iv).
23
Suárez/Bento 2010; el índice se puede consultar en: https://dialnet.unirioja.es/
servlet/libro?codigo=716429.
24
El índice se puede consultar en la página de la editorial Trotta (https://www.trotta.
es/libros/bandue/ 977188834600900511) y en la de la SECR también los resúme-
nes (http://secr.es/bandue-v).
266
267
25
Caerols 2012; el índice se puede consultar en la página de la editorial Trotta
(https://www.trotta.es/libros/bandue/9771888346000900613) y en la de la SECR
también los resúmenes (http://secr.es/bandue-vi).
26
Caerols 2013; se pueden consultar los datos de la publicación en: https://www.
guillermoescolareditor.com/libro/religio-in-labyrintho_39358.
27
El índice se puede consultar en la página de la editorial Trotta (https://www.trotta.
es/libros/bandue/97718888346000900714) y en la de la SECR también los resúme-
nes (http://secr.es/bandue-vii).
268
269
28
Marcos / Martín 2014-2015; el índice se puede consultar en la página de la edito-
rial Trotta (https://www.trotta.es/libros/bandue/9771888346X) y en la de la SECR
también los resúmenes (http://secr.es/bandue-viii).
29
Acerbi / Marcos / Torres 2016; se pueden consultar los datos de la publicación en:
https://www.trotta.es/libros/el-obispo-en-la-antiguedad-tardia/9788498796261.
30
Torres / Acerbi 2016; se pueden consultar los datos de la publicación en: https://
www.guillermoescolareditor.com/libro/la-religion-como-factor-de-identidad_39391.
31
El índice se puede consultar en la página de la editorial Trotta (https://www.trotta.
es/libros/bandue/188346X) y en la de la SECR también los resúmenes (http://secr.
es/bandue-ix).
270
32
Véase https://www.kaiciid.org.
271
33
Como puede verse, por ejemplo, en Diez de Velasco 2017.
34
Contreras / Parejo 2018.
35
El índice se puede consultar en la página de la editorial Trotta (https://www.tro-
tta.es/libros/bandue/9771888346010) y en la de la SECR también los resúmenes
(http://secr.es/bandue-x).
272
añade uno sobre religión grecorromana. Dos trabajos tratan sobre mino-
rías religiosas en la España actual (uno sobre el funeral budista y otro sobre
la conversión al islam) y otros dos tratan temas más diversos (los cantos
en la antigua liturgia hispana y el tabú de la sangre entre los aborígenes
canarios). La mitad de los trabajos versaron, por tanto, sobre cristianismo
y la mitad del volumen trató de temas relativos a España y en dos casos los
autores no eran españoles, Claudio Calabrese trabaja en México y Adolfo
Roitman en Israel, aunque ambos son argentinos de nacimiento.
El último congreso de la SECR celebrado hasta el momento ha sido el
duodécimo, desarrollado en 2018 en Zaragoza, titulado «Religión y polí-
tica: acuerdos y conflictos» y organizado por el activo grupo de la Univer-
sidad de Zaragoza que trabaja sobre religiones antiguas. Fue el contexto,
además, en el que se realizó un homenaje a Francisco Marco Simón sobre
el tema «Dioses, sacerdotes y magos en el mundo antiguo», que contó
con cuatro sesiones y una quincena de intervenciones a las que se añadió
una laudatio por Attilio Mastrocinque y Francisco Pina Polo, este último
uno de los co-organizadores del congreso junto con Silvia Alfayé Villa.
El peso de las intervenciones sobre religiones de la Antigüedad fue
muy destacado puesto que a las quince intervenciones del homenaje a
Francisco Marco se añadió una ponencia (de Greg Woolf sobre religión
romana) y casi cincuenta comunicaciones, de las que dieciocho versaron
sobre religión griega, nueve sobre romana, ocho de cristianismo antiguo
y otras tantas sobre temas antiguos extra-clásicos que van desde Egipto a
Mesopotamia, Irán o el mundo védico. El resto de las intervenciones, que
junto con las anteriores superaron las noventa, versaron sobre judaísmo
(siete), islam (dos), minorías religiosas (nueve) a añadir a las que trataron
de temas de derecho revisando cuestiones diversas (otras ocho) y final-
mente otras tantas dedicadas a temas más misceláneos (desde la represión
del chamanismo en la URSS al catolicismo actual o a la religión preeu-
ropea en Canarias). A pesar de la fuerte dedicación del congreso a temas
de la Antigüedad, como hemos podido ver, hay que resaltar que los orga-
nizadores, especialistas en el mundo antiguo pero con una apertura a las
cuestiones teóricas y comparativas (en la estela inaugurada en Zaragoza
por Francisco Marco), intentaron abrir la temática a cuestiones actuales,
por medio de la programación de las ponencias invitadas. De las cuatro
previstas y salvo la antes citada de Woolf, las otras tres permitían apunta-
lar la reflexión sobre religión y política desde el presente. La primera, la
conferencia de apertura, dictada por Julián Casanova revisó el papel de la
religión en la España contemporánea, la de Álvaro Albacete versó sobre
273
36
Alfayé / Pina 2018-2019; el índice se puede consultar en la página de la editorial
Trotta (https://www.trotta.es/libros/bandue/9771888346010) y en la de la SECR
también los resúmenes (http://secr.es/bandue-xi).
37
Se pueden ver los datos en la página de la revista (http://secr.es/publicaciones/
bandue/bandue-en-cifras-in-some-figures), en suma de los 123 artículos publicados
en Bandue hasta la fecha once han sido en inglés, cuatro en italiano y dos en francés y
los autores han ido españoles en noventa casos, del resto de Europa en veinte casos y
de América en trece casos.
274
275
39
Amérigo 2003.
40
Abumalham 2001.
276
41
En Vega 1998 se puede consultar la publicación de las actas.
42
Destaca Salvador Rodríguez Becerra como miembro del consejo de redacción de
Bandue y participante en diversos congresos, Mónica Cornejo y su asidua participa-
ción a los últimos congresos y en la revista Bandue, Alberto Galván o Grecy Pérez
Amores en este último foro o Carmen Castilla, que ha participado en diversos con-
gresos y está al cargo de organizar en mayo de 2021 el xiii congreso de la SECR en la
Universidad de Granada.
43
Véase http://isor.cat/es.
277
4. Bibliografía
Abumalham, M. (coord.), Samadhanam. Homenaje a Raimon Panikkar,
anejo vi de ‘Ilu, Madrid, 174 pp.
Acerbi, S., Marcos, M. y Torres, J. (eds.) (2016): El obispo en la Antigüedad
Tardía. Homenaje a Ramón Teja, Madrid, 368 pp.
Alfayé, S. y Pina, F. (eds.) (2018-2019): Dioses, sacerdotes y magos en el
mundo antiguo, Bandue 11 (monográfico), 381 pp.
Amérigo, F. (ed.) (2003): Religión, religiones, identidad, identidades, mino-
rías. Actas del V Simposio de la Sociedad Española de Ciencias de las Reli-
giones, Valencia 1-3 de febrero de 2002, Martos, 492 pp.
Caerols, J. J. (ed.) (2012): Religiones en sociedades complejas, Bandue 6
(monográfico), 118 pp.
Caerols, J. J. (ed.) (2013): Religio in Labyrintho: encuentros y desencuentros
de religiones en sociedades complejas, Madrid, 427 pp.
Contreras, J.M. y Parejo, M.J. (eds.) (2018): Religiones: (no)violencia y diá-
logo. Actas del xi Congreso de la Sociedad Española de Ciencias de las Reli-
giones, Valencia, 510 pp.
Diez de Velasco, F. (ed.) (2002): Miedo y religión, Madrid, 380 pp.
Diez de Velasco, F. (2009): «History (Study) of Religions in Spain and
the SECR (Sociedad Española de Ciencias de las Religiones / Spanish
Society for the Sciences of Religions)», Bandue 3, 123-136.
Diez de Velasco, F., (2017): «Las minorías religiosas en España: un campo
de investigación emergente», en Feliciano Montero, Julio de la Cueva
y Joseba Louzao (eds.), La historia religiosa de la España contemporánea:
Balance y perspectivas, Alcalá de Henares, 299-316 (cap. 15).
44
Véase http://www.aehrc.es.
278
279
1. Introducción
El Centro de Estudios del Próximo Oriente Antiguo (de ahora en adelante,
CEPO) es una sociedad científica dedicada a promocionar el estudio, la
investigación y la transferencia de conocimiento sobre el Oriente Próximo
Antiguo. Esta asociación privada nació en Madrid, bajo la iniciativa de
Jesús-Luis Cunchillos Ilarri, su primer Presidente, en 1993, para aunar
los esfuerzos de numerosos investigadores españoles que trabajaban en el
estudio del Próximo Oriente Antiguo, pero que carecían –y todavía care-
cen– de un área de conocimiento específica en el elenco elaborado por el
Ministerio de Educación y Ciencia y de titulaciones específicas en la Uni-
versidad Española. Jesús-Luis Cunchillos dejó la Presidencia del CEPO
en septiembre de 2003 y le sucedió Alberto Bernabé, que desempeñó este
cargo entre 2003 y 2013. Desde esa fecha es director del CEPO el autor de
este artículo.
Su actividad se centra en cinco áreas temáticas: Egipto, Mesopotamia,
Siria-Palestina, Oriente indoeuropeo y Oriente en Occidente, donde se
dan cabida todos los espacios geográficos claves en la historia y civilizacio-
nes del Oriente Próximo Antiguo, más la presencia de elementos orienta-
les en Occidente, con especial atención a la Península Ibérica.
La principal actividad del CEPO se ha concentrado en la celebración
de los Congresos Nacionales, de los que ha celebrado ocho hasta la actua-
Director del Centro de Estudios del Próximo Oriente y miembro del Instituto Uni-
versitario de Ciencias de las Religiones, del que ha sido Director entre 2004 y 2008
y por un nuevo mandato que comienza en 2020; ha sido Director de ´Ilu, Revista de
Ciencias de las Religiones desde su fundación en 1996 hasta 2004 y Coordinador del
Programa de Doctorado en Ciencias de las Religiones en 2020.
281
282
283
284
285
286
287
4. Otras actividades
El CEPO presta su apoyo económico e institucional a otros congresos,
seminarios o cursos que se imparten y que están directamente relaciona-
dos con su ámbito de interés.
Así sucede con la colaboración con diversos encuentros científicos rela-
tivos a la papirología, como las v Jornadas de Papirología. Papiros docu-
mentales, papiros literarios y paraliterarios y papiros mágicos, organizadas
por el Grupo DVCTVS y celebradas en la Fundación Pastor de Estudios
Clásicos y la Facultad de Filología de la Universidad Complutense en
Madrid, los días 16 y 17 de septiembre de 2013, o el International Seminar
in Coptic Papyrology, celebrado en Barcelona del 6 al 13 Julio de 2014.
Actividades más específicas directamente relacionadas con la religión
en las que ha colaborado el CEPO han sido por ejemplo el seminario inter-
nacional Bridges between Life and Death. On funerary practice in Graeco-Ro-
man Egypt, Madrid, CSIC, 25 de febrero de 2015, o «If a city is situated on
seven heights…» Current insights into Ancient Near Eastern divination,
Congreso internacional celebrado en el Istituto Svizzero de Roma los días
23 y 24 de septiembre de 2020.
288
5. Consideraciones finales
En ese capítulo hemos presentado una parte de las actividades de una
sociedad científica privada española, el Centro de Estudios del Próximo
Oriente. En concreto, hemos desglosado las publicaciones y actividades
científicas patrocinadas por dicha sociedad científica que tienen que ver
con el estudio de las religiones de Egipto antiguo y del Próximo Oriente
Antiguo. En la citada relación se puede apreciar de manera nítida la impor-
tancia del hecho religioso en ambas cunas de la civilización y lo relevante
que es nuestro conocimiento de todo este conjunto de religiones para la
mejora de nuestro conocimiento en dicho campo científico. Es de notar
el esfuerzo que los investigadores españoles de diversos campos, Arqueo-
logía, Arte Clásico, Historia Antigua, Filología Semítica y Filología Clá-
sica, principalmente, realizan para que, aun no existiendo en España titu-
laciones oficiales de Asiriología o Egiptología, se pueda seguir trabajando,
investigando y enseñando sobre estos ámbitos en España.
289
Mª Cruz Cardete* 1
1. Introducción
A pesar de que, desde fuera de la disciplina, la Historia de las religiones es,
a menudo, vista como una realidad bastante estática, en la que los cambios
son tan lentos como los que se le presuponen a su objeto de estudio, lo
cierto es que los historiadores de las religiones cada vez somos más cons-
cientes de que dicho estatismo no es más que una ilusión que ha contri-
buido a mantener el estudio de lo religioso alejado del dinamismo social
que le es tan propio como a cualquier otro fenómeno humano. El camino
que ha llevado desde la negación del cambio hasta su aceptación es largo y
han contribuido a conformarlo muy variadas escuelas de pensamiento his-
tórico. En esta propuesta de análisis vamos a centrarnos en lo que las teo-
rías sobre la construcción del paisaje (especialmente las teorías post-pro-
cesuales) han aportado al reconocimiento del hecho religioso como pleno
hecho social, desarrollando un concepto, el de paisaje religioso, que tiene
mucho que ofrecer para el estudio de las religiones pasadas y presentes
entendidas como constructos culturales.
*
1
Profesora Titular del Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología
de la UCM y Vicedecana de Estudios y Calidad en la Facultad de Geografía e His-
toria de la UCM. Secretaria Académica del Instituto Universitario de Ciencias de
las Religiones de la UCM (2008-2011) y Coordinadora del Máster Universitario en
Ciencias de las Religiones de la UCM (2010-2012).
291
292
1
Eliade (1999, 1974, 1972, 1954).
2
https://dle.rae.es/?id=RT6QMkS
293
3
Cardete (2017), Schama (1995, 546), Traina (1992, 47-83).
294
4
Bender (2002, 105), Classen (2005), Cosgrove (1985, 46-55), Harley (1992),
Johnson (2007, 7), Thomas (2002, 31 y 2001, 169-170).
5
Bonnafé, Decourt y Helly (2000, 17-19), Chapman (1997, 7-12), Cosgrove (1985),
Hernando (1999, 14-15), Johnson (2007, 85-95).
6
Cosgrove (1985, 58), Ingold (1997); Jackson (1986), Johnson (2007, 18-33),
Lemaire (1997, 7), Meinig (1979, 34-35), Mitchell (1994, 6-7), Tuan (1974, 105).
7
Müller (1889, 1881).
8
Mannhardt (1877 y 1875).
295
Frazer (1922).
9
Bruit Zaidman y Schmitt Pantel (1989), De Polignac (1998, 1995 y 1984), Sour-
10
vinou-Inwood (1990).
296
los años 90 que lo religioso formaba parte del proceso histórico de cons-
trucción de la polis griega y que, de hecho, era tan importante que este no
podía entenderse sin aquel. La reivindicación de que la religión no solo
crea dioses, mitos o ritos, sino que también construye territorio, solida-
ridades políticas y realidades económicas y que unos y otros solo pueden
comprenderse en sus puntos de interacción supuso una verdadera revolu-
ción en las formas de pensar lo religioso que ha ido calando lentamente y
que ha ayudado también a superar la equiparación en parte simplista de
paisaje con territorio, muy propia de los años 80-90, cuando la arqueología
griega vivió un auténtico boom de prospecciones regionales11 que no han
sido la panacea para comprender los paisajes históricos griegos, pero sí una
herramienta muy útil.
En el camino de conformación del actual concepto científico de pai-
saje tiene una incidencia trascendente la llamada Arqueología del paisaje,
bastante presente en el estudio del mundo griego antiguo, aunque aún
no tanto como sería deseable en el análisis de los elementos religiosos de
dicho mundo12, otra razón más por la que el desarrollo del concepto de
paisaje religioso es necesario13.
11
Entre las más importantes destacan las centradas en Mesenia (McDonald y Rapp
1972), Beocia (Bintliff y Snodgrass 1985), Berbati-Limnes (Wells y Runnels 1996),
Norte de Keos (Cherry, Davis y Mantourani 1991), Laconia (Cavanagh et alii 1996),
Methana (Mee y Forbes 1997), Nemea (Wright et alii 1990), Pilos (Alcock et alii
2005; Davis et alii 1997; Zangger et alli 1997) o el Sur de la Argólide ( Jameson, Run-
nels y Van Andel 1994).
12
La bibliografía sobre Arqueología del Paisaje en el mundo griego es ingente, por lo
que creo necesaria una pequeña selección que no es exhaustiva, pero sí significativa,
de lo que se ha conseguido en los últimos 40 años de investigación: Alcock (2002,
1994 y 1993), Alcock, Cherry y Davis (1995), Bevan y Conolly (2004), Bintliff y
Snodgrass (1985), Cardete (2016, 2010 y 2005), Cherry (1983), Cherry, David y
Mantzourani (1991), Davis et alii (1997), Edlund (1987), Fitzjohn (2007), Forbes
(2007 y 1996), Forsén y Forsén (2003), Foxhall (2003 y 2000), Jameson, Runnels y
Van Andel (1994), Mee y Forbes (1997), Muggia (2000), Osborne (2008 y 1987),
Pettegrew (2001), Shipley y Salmon (1996), Van Andel y Runnels (1987), Veronese
(2006), Wiseman y Zachos (2003), Zangger et alli (1997).
13
Johnson (2007, 130).
297
14
Hawkes 1954.
15
Higgs y Jarman (1975, 1).
16
Hoy incluso se cuenta con obras de referencia que recogen los avances de la
Arqueología de las religiones, al igual que ocurre con otras disciplinas más asentadas:
vid. Biehl, Bertemes y Meller (2001); Insoll (2011); Whitley y Hays-Gilpin (2008).
17
Lewis-William (2008, 23); Whitley (2008a, 551); Whitley y Hay-Gilpin (2008, 19).
298
Los últimos 20 años, sin embargo, han estado marcados por la creciente
aceptación de la Arqueología como una más de las llamadas Ciencias de
las Religiones puesto que lo religioso se comprende cada vez más en su
dimensión contextual e histórica, absolutamente equiparable con la de
cualquier otro fenómeno social, lo que hace imposible comprender lo reli-
gioso sin las dimensiones prácticas que vinculan la creencia y sus formas
de representación con la acción social y el contexto histórico18.
La querencia que ha mostrado la tradicional Historia de las religiones
por las figuras estáticas (el templo, el exvoto, el dios; la creencia, el rito, el
mito) pierde fuerza e importancia si aplicamos sobre el estudio de lo reli-
gioso los principios relacionales de la Arqueología del paisaje. El paisaje es
una red y el paisaje religioso no es en absoluto ninguna excepción: los ele-
mentos concretos se interrelacionan en un sistema de acción y representa-
ción amplio que cambia conforme lo hacen las sociedades que lo generan,
con todas sus dinámicas de interacción.
Partiendo de estos presupuestos, cada vez más extendidos, la investi-
gación sobre lo religioso se dirige hacia la visión plenamente histórica que
supone el paisaje religioso, concepto que podríamos definir como una «malla
de interacción social en la que lo religioso no solo se expresa y toma carta de
naturaleza a través de mitos, creencias, imágenes y ritos, sino también a tra-
vés de elementos políticos, económicos, filosóficos, sociológicos, culturales,
domésticos y cotidianos»19. Así entendido lo religioso no puede aislarse de
la sociedad que lo crea, puesto que precisamente su existencia se debe a la
interacción que establece con el resto de elementos de la malla relacional que
ofrecen a los grupos humanos sus referentes identitarios20. Y tampoco puede
separarse de la sociedad desde la que se estudia, pues es en la conjunción
entre pasado y presente donde se construye historia y donde se forjan los
significados que constituyen la realidad perceptiva de los paisajes.
Dos casos muy evidentes de lo necesario que es analizar lo religioso en
su contexto para poder comprenderlo de una forma plena e histórica son,
por ejemplo, la relación que mantiene la religión con el poder o la que se
establece entre religión y monumentalización.
18
Cardete (2016, 2010, 2005); Edwards (2005); Gow (1995); Insoll (2011, 2007,
2004 y 2001); Morphy (1995); Rodman (1992); Russell (2008); Shaw (2013);
Toren (1995).
19
Cardete (2016, 46).
20
Bender, Hamilton y Tilley (2007, 17); Croxford (2005, 10); Grant (1991) Shel-
drake (2001, 21-22); Whitley (2008a, 548); Woolf (2005, 130).
299
21
Bourdieu (1979, 1977, 409-411 y 1971, 45-49).
300
22
Connerton (1989).
23
Alcock y Van Dyke (2003, 4); Barret (2001, 154); Chaniotis (2012); Chapman
(2009, 10); Christensen (2009, 14); Kirk (1981, 55); De Certeau (1979); Garwood
(1991, 13); Meskell (2007, 218); Rowlands (1993, 147); Sorensen (2013, 12-13);
Whitley (2008b, 98); Yioutsos (2014).
24
Fogelin (2008, 132).
25
Arafat (1996, 10); Bourdieu (1977, 409-411); Bradley (1991, 211 y 1987, 3);
Cardete (2005, 113-125); Hobsbawn (2003, 1-3); Osborne (2008, 285); Renfrew
(1985, 3); Rowlands (1993, 146); Shaw (2013, 5-7).
301
3. Conclusión
La evolución de la Historia de las religiones en el último siglo ha supuesto
un movimiento creciente desde posturas espiritualistas hacia otras histó-
ricas y contextuales, desarrollándose nuevos conceptos de análisis que
superan las oposiciones convencionales (sagrado vs profano, ciencia vs
religión, culto vs rito, acción vs pensamiento, sujeto vs objeto, cuerpo vs
26
Heidegger (2009 y 1971, 160).
27
Ingold (1995, 58, 66 y 76-77); Sheldrake (2001, 1-9); Thomas (2008, 302 y 2001,
172); Tilley (2010, 25-40, 2006, 13-15 y 2004a, 1-31).
28
Borić y Robb (2008); Fowler (2011, 142-146 y 2008, 48-49); Hamilakis, Plucien-
nik y Tarlow (2002, 2-3); Howes (2005); Meskell (1996); Tilley (2010, 26-39, 2006,
22-29, 2004a y 2004b); Whitehouse (2001, 161).
302
29
Brück (2007, 281-288).
303
4. Bibliografía
Alcock, S. E. (2002): Archaeologies of the Greek past: landscapes, monuments
and memories, Cambridge.
— «Minding the gap», en Alcock, S. y Osborne, R. (eds.) (1994): Placing
the gods. Sanctuaries and sacred space in Ancient Greece, Oxford, 248-261.
— (1993): Graecia capta, Cambridge.
Alcock, S. E., Berlin, A. M., Harrison, A. B., Heath, S., Spencer, J. y Stone,
D. L. (2005): «The Pylos Regional Archaeological Project, Part vii:
Historic Messenia, Geometric through Late Roman», Hesperia, 74 (2),
147-209.
30
De Polignac y Scheid (2010, 432).
304
305
306
307
308
309
310
311
312
1. Introducción
En los últimos años, desde las ciencias sociales se advierte un especial inte-
rés por la relación entre las prácticas religiosas y el espacio urbano en el
que estas acontecen. Parte de esta literatura1 destaca la ausencia de una
reflexión sustantiva sobre una dinámica concreta: el modo en que las ciu-
dades, con sus particularidades, afectan a la vida religiosa, al tiempo que
son afectadas por las prácticas, aspiraciones y creencias sobre la vida social
por parte de los actores religiosos que las habitan. Tal interacción ha sido
pensada, recientemente, desde la construcción del espacio público por
parte de los actores religiosos, de sus formas de participación en la vida
urbana, de sus relaciones con la sociedad general pero, también, con otros
grupos religiosos y con los actores políticos formales, quienes (a menudo)
imponen sus propios puntos de vista sobre la legitimidad de algunos o
todos los grupos religiosos como actores en lo público.
La interacción entre ciudades y formas religiosas parece haber estado
dominada por una concepción secular de lo urbano. Tanto la sociología
weberiana de la religión como los enfoques materialistas sobre la historia y
la economía urbana proyectaron la asociación entre proceso de urbaniza-
ción y secularización en el marco de una idea abstracta de modernidad, de
modo que los vínculos pasajeros, propios de las formas de vida urbanas y
*
Profesora Contratada Doctora del Departamento de Antropología Social y Psicolo-
gía Social de la UCM.
**
Beneficiario del Programa Universidad Complutense de Madrid - Banco Santan-
der para Ayudas a Contratos Predoctorales de Personal Investigador en Formación,
convocatoria 2016.
1
AlSayyad y Massoumi 2010, Becci, Bourchardt y Casanova 2013, Beumont y Baker
2011, Della Dora 2015, Goh y Van der Veer 2016, Pinxten y Dikomitis 2013.
313
2
Burchardt y Becci 2013, 5.
3
Cox 1966.
4
Luckmann 1967.
5
Casanova 1994.
6
Casanova 2006.
7
Díez de Velasco 2013.
8
Datos recogidos durante 2016 y 2017 en el marco del proyecto «Expresiones Reli-
giosas en el Espacio Urbano en Madrid y Barcelona. Un estudio de casos múltiple
sobre la visibilidad de la diversidad religiosa en el espacio público (EREU-MyB)»,
referencia CSO2015-66198-P, con Mar Griera como investigadora principal. El
equipo investigador estuvo conformado por Mónica Cornejo y Maribel Blázquez,
314
quienes trabajaron con el catolicismo; Óscar Salguero, quien lo hizo con el islam
sunita bangladesí; Hutan Hejazi, con el chiismo duodecimano; Santiago López-Pa-
villard, con el budismo chino; Carolina Esteso, con el sijismo; Javier Carrera, con las
minorías personalistas New Age; y Alaitz Penas, Sergio Serrano y Borja Martín-An-
dino, con el cristianismo evangélico y el adventismo. La discusión colectiva por el
equipo generó la propuesta teórica que desarrollamos a continuación.
9
López García et al. 2007.
315
10
Rozenberg 1993.
11
Lisbona 1993.
12
Ibidem.
13
Vilar 2001.
14
López García et al. 2007, Salguero 2019.
15
Moreno 2001.
316
16
Monroy 2003.
317
17
Según el INE, la población censada en Madrid a 01/01/2018 es de 3.223.334 per-
sonas, http://www.ine.es/dyngs/INEbase/es/operacion.htm?c=Estadistica_C&ci-
d=1254736177011&menu=resultados&idp=1254734710990 [acceso: 12.06.2019].
18
Microdatos del Barómetro de septiembre de 2017, Estudio 3187 del CIS. Con-
junto estatal: 70,2 % católicos, 25 % no creyentes, 2,6 % creyentes de otra religión,
http://www.cis.es/cis/opencm/ES/1_encuestas/estudios/ver.jsp?estudio=14359
[acceso: 03.12.2017].
19
En https://www.mjusticia.gob.es/cs/Satellite/Portal/es/areas-tematicas/liber-
tad-religiosa/buscador-lugares-culto [acceso: 03.12.2017].
318
319
20
Hervieu-Léger 2005.
320
21
Kuhar y Paternotte 2017.
22
Consejo Pontificio para la Familia 2004.
23
Cruz 2008.
321
322
24
Díez de Velasco 2009.
25
Heelas y Woodhead 2008.
323
4. Estrategias de in/visibilidad
Si el sentido de los eventos religiosos en el espacio público es poner en
juego la visibilidad de los actores confesionales o de sus actividades, a par-
tir de nuestra casuística observamos que las convenciones sociales sobre lo
religioso, y los estereotipos particulares respecto a cada una de las confesio-
nes, implican que cada grupo se comporte de forma distinta en el manejo
de su visibilidad, en función de la legibilidad o disonancia de su mensaje e
identidad religiosa. Si bien tanto la literatura sobre secularización27 como
el enfoque del postsecularismo28 han puesto el acento en la cuestión de la
legitimidad de los actores religiosos en el espacio público, una perspectiva
comparativa de distintos tipos de actores nos permite apreciar que, además
de la legitimidad (reconocida a los grupos o no) para la ocupación de la
vía pública, la pauta de variación encontrada entre ellos también guarda
relación con el enmarcado (framing) de la religiosidad29, es decir, con el
significado y el valor dado a la religiosidad de cada uno.
Este enmarcado no es solo una estructura de prenociones estática sobre
qué o quiénes son religiosos o cómo se es religioso, sino que es el fruto de
un proceso colectivo de construcción de significados en el que intervienen
tanto los actores confesionales como la anónima audiencia que eventual-
mente transita el espacio público. En nuestra investigación hemos dado
26
Cornejo y Blázquez 2013.
27
Casanova 1994.
28
Beaumont y Baker 2011, Beckford 2012, Molendijk 2015.
29
Goffmann 1974, Lakoff 2004, Snow et al. 1986.
324
30
Honneth 2004, Voirol 2005.
31
Díez de Velasco 2009.
32
Cantón et al. 2004, Vargas 1999.
33
Díez de Velasco 2013.
325
326
34
Cruz 2008.
35
Tilly 2004.
327
36
Vaggione 2005.
37
Juan Pablo II 1995.
38
Hudson 2003.
39
Beaumont y Baker 2011.
40
Pfadenhauer 2010.
41
Berger 2005.
328
5. A modo de conclusión
Estudiando una muestra de distintos actores religiosos en la ciudad de
Madrid hemos intentado narrar la fotografía de un momento histórico en
el que la diversidad religiosa se encuentra más viva y visible en el terri-
torio actual del Estado español. Sin embargo, las asimetrías y variaciones
entre los casos no solo representan una escena del pluralismo sociológico y
religioso contemporáneo, sino también, al mismo tiempo, los ecos, huellas
y heridas del presente y del pasado. La hegemonía histórica (y política,
y cultural) del catolicismo se escribe en la ciudad con la multiplicación
de la presencia católica en las formas más variadas, formales e informales,
eclesiales y seculares, tradicionales e innovadoras. La variable visibilidad e
invisibilidad de lo católico parece también una expresión de su propia con-
dición hegemónica, que hace que la «religiosidad» de lo católico en la ciu-
dad quede a la merced de la conflictividad emergente que eventualmente
puede surgir en los contextos políticos concretos o por la intervención o
intenciones de los actores que intervienen.
Frente a este caso, complejo e internamente diverso, otras confesiones
manejan la visibilidad de una forma estratégica que a menudo no puede
obviar el estigma sectario que históricamente han sufrido las minorías reli-
giosas en el país. Considerando las estrategias de visibilización e invisibi-
lización de las minorías, no obstante, se obtiene un retrato interesante y
novedoso de la nueva sociedad plural que hoy habita la ciudad. Una socie-
dad plural en la que conviven tradiciones e innovaciones religiosas recla-
mando espacios públicos para la expresión de su diversidad y también para
afirmarse, desde sus particularismos, como alternativas con vocación de
inclusión que también participan de los valores hegemónicos que la socie-
dad plural comparte, empezando por el propio pluralismo como valor
democrático fundamental.
Observando las distintas maneras de comparecer en el espacio público
reconocemos también cómo la visibilidad no es tanto un resultado (o
quizás un objetivo) de los eventos religiosos (o de sus actores), sino que
es además una conducta compleja que implica elecciones estratégicas en
cuanto a lo que se decide hacer visible y lo que se decide invisibilizar en el
329
6. Bibliografía
Al Sayyad, N. y Massoumi, M. (eds.) (2010): The Fundamentalist City? Reli-
giosity and the remaking of urban space, Oxford y New York, Routledge.
Beaumont, J. y Baker, C. (eds.) (2011): Postsecular Cities: Space, Theory and
Practice, London y New York: Continuum.
Berger, P. (2005): «Pluralismo global y religión», Estudios Públicos, 98, 5-18.
Becci, I., Burchardt, M. y Casanova, J. (eds.) (2013): Topographies of faith:
religion in urban spaces, Leiden, Brill.
Burchardt, M. y Becci, I. (2013): «Introduction: Religion Takes Place.
Producing Urban Localty», en Becci, I., Burchardt, M. y Casanova, J.
(eds.), Topographies of faith: religion in urban spaces, Leiden, Brill, 1-21.
Beckford, J. (2012): «SSSR Presidential Address. Public Religions and the
Postsecular: Critical Reflections», Journal for the Scientific Study of Reli-
gion 51(1), 1-19, https://doi.org/10.1111/j.1468-5906.2011.01625.x
Cantón, M., Marcos, C., Medina, S. y Mena, I. (2004): Gitanos pentecosta-
les. Una mirada antropológica a la Iglesia Filadelfia en Andalucía, Sevilla,
Signatura.
Casanova, J. (1994): Public religions in the modern world, Chicago, Univer-
sity of Chicago Press.
330
331
332
333
José-Miguel Marinas*
1. Introducción
Esta reflexión, que recoge versiones anteriores1, tiene como figura inspira-
dora al hacedor de una de las imágenes centrales de nuestro relato: Aniceto
Marinas, escultor de la estatua al Sagrado Corazón en el Cerro de los Ánge-
les de Getafe (Madrid)2.
Pensar en las imágenes de los santos y en su alcance cívico y político
tiene en esta imagen concreta un verdadero centro atractor. Quien entre
nosotros fue capaz de levantar un emblema que recorre prácticamente todo
el siglo xx y que sufrió avatares contradictorios, merece ser tomado como
ejemplo para una reflexión sobre el hacerse de las imágenes religiosas.
Siempre nos hacía reír este final de historia en el que a un viejo carpintero
le preguntan por su propósito al ir desbastando un tronco tomado de su
huerto. Ese titubeo, mezcla de inseguridad y tono zumbón, es el que nos
da la entrada en materia.
*
Catedrático del Departamento de Filosofía y Sociedad de la UCM.
1
Materiales y fragmentos del presente texto fueron editados en primera versión en
mi libro El poder de los santos. Análisis político de la imágenes religiosas, Libros de la
Catarata, 2015.
2
Su monumento a Velázquez, frente al Museo del Prado, su monumento a Eloy Gon-
zalo, capitaneando la cabecera del rastro de Madrid, son quizá los emblemas de este
escultor segoviano y madrileño.
335
Porque las imágenes de los santos están, por una parte, enormemente
codificadas, reglamentadas en sus atributos, formas, colores y tamaños; y,
por otra, parecen ser el resultado muchas veces de capturas delirantes por
parte de quien las fabrica. Nos topamos aquí, nada más comenzar, con el
problema del parecido. O de la representación entera: ¿a quién se pare-
cen los santos pintados, esculpidos, discretos o exhibidos en la cima de los
montes? Salvo en los llamados santos de la época de la fotografía, todas las
imágenes buscan y establecen un parecido, pero ¿con quién?
«San Pedro como era calvo/ le picaban los mosquitos/ y su madre
le decía:/ ponte el gorro, Periquito». Así va la literatura popular, oral las
más de las veces, para establecer las canas de san Pedro, orlando su augusta
calva, las de san José en muchas representaciones, incluso las de Dios
Padre (por ejemplo, los retablos barrocos españoles o los indígenas o mix-
tos de Centroamérica: en la mexicana Santa María de Tonantzintla, junto
a Puebla de los Ángeles, la Trinidad es presidida por un hombre mayor, de
tez rosada, de larga barba y melena blanca que poco casa con los fieles del
lugar). Santa Gema Galgani, la joven mártir italiana del xix, viste siempre
de negro, como postulante a monja, cuando en realidad parece llevar el
vestido de proletaria pobre en domingo. Por no hablar de la Virgen María,
que –sobre la base de la iconografía del Apocalipsis («La viste el Sol/ sus
pies calzan la Luna/ su sien de estrellas coronada está»)– ha consagrado
un repertorio en el que se muestran las figuras de las mujeres andaluzas
que sirvieron de modelo, en su esplendor o, como es el caso de la Dolorosa
de Salzillo, se trata de una mujer madura, bella e infinitamente apenada.
Hay, pues, una doble cuestión que nos puede hacer pensar: a) ¿a quién se
parecen las imágenes religiosas?; b) ¿cómo adquieren valor de modelo, o
de ejemplo?
La primera pregunta tiene que ver con un proceso de comprensión de
las imágenes que están en el corazón mismo de la apreciación estética y del
plano de la devoción. Es el que Charles Peirce, que fundó la semiótica trans-
oceánica, llamó el problema del interpretante [1]. A ver si lo digo fácil: un
signo (una imagen) representa un objeto (un personaje, un santo), pero lo
hace «para un interpretante», es decir, que necesita otro signo que lo aclare
y lo traduzca. Permítaseme un ejemplo de cómic. En el cielo de Metrópolis,
un elemento volador llama la atención del público que se arremolina en las
aceras de las calles, la vista fija en el cielo. Para entender de qué se trata, unos
suponen: «Es un pájaro», y otros, más medrosos, tal vez exclaman: «Es un
avión». ¿Qué objeto representa esa señal celeste –de un como humano o
pajaril o avión por lo raudo–…? No hay palabras para esa representación.
336
3
www.ewtn.com/spanish/saints/Gertrudis.htm
337
trudis». Dice la santa que un día vio que de la herida del costado de Cristo
salía un rayo de luz y llegaba al corazón de ella. Desde entonces sintió un
amor tan grande hacia Jesucristo como nunca antes lo había experimentado.
Matilde teme por los escritos místicos de Gertrudis, pero entiende que son
por inspiración divina; ella se encargó de corregir aquel escrito, publicado con
el título de Revelaciones de Santa Matilde. La cosa sigue con esta consulta
extraña y afectuosa: Santa Matilde le preguntó a Jesús: «Señor, fuera de la
Santa Hostia, ¿dónde te puedo encontrar?». Y Jesús le respondió: «Búscame
en el corazón de Gertrudis». Murió el 17 de noviembre del año 13024 [5].
Esta simbología cordial tan claramente representada en la palabra no
tiene imágenes pintadas o esculpidas, pero es seguramente –como otros
rasgos del movimiento nórdico de las místicas llamadas beguina– la cuna
del culto al corazón como símbolo del amor de Cristo.
La pregunta queda abierta en el sentido del origen de esta metáfora del
amor místico –sin palabras ni imágenes– con el potente icono del corazón
como órgano de amor. Recordemos que, en la Biblia, Yahveh es nombrado
como el que entra en la intimidad: «Tú, que escudriñas el corazón y los
riñones» ( Jeremías 17,10).
La dualidad que pretendo mostrar, entre la advocación del Corazón de
Jesús y la de Cristo Rey, parece tener antecedentes medievales, cosa que
resulta llamativa a primera vista. Aunque, lo diré de antemano, no con-
viene reducir los símbolos susceptibles de varias lecturas a meros antece-
dentes de los cultos y enfrentamientos de siglo xx, cuando la advocación
de Cristo Rey se consolida.
Si en los esquemas religiosos del Barroco, una religiosa francesa, Mar-
garita María de Alacoque, siente que es invitada por una voz interior a
confiar su intimidad (su corazón) a la presencia divina, esa metonimia se
convertirá en la cercanía del corazón divino, en cuya intimidad entra. La
alegoría engendra un nuevo objeto: el Cor Jesu.
Volviendo al momento quieto, orgánico, nos topamos con un culto que
comienza en la intimidad del discurso místico (siglo xiii) y no ve su fin en
la actualidad. De enorme importancia en la configuración de los espacios
llamados confesionales, con la incorporación de otra figura que se sale del
esquema inicial y que marca la directriz política de la metáfora del corazón
divino, a saber, la figura de Cristo Rey.
El icono del corazón de Jesús, como es de sobra conocido, es la bomba,
la flama, símbolo poderoso en el que se muestra no tanto como una señal
4
Fuente: EWTN: Eternal Word Television Network. Internet.
338
de dejación, aquel símil de la religión como opio del pueblo, sino como
la continuación que el propio Karl Marx añade y que, como sabemos, no
se suele leer: la religión es el lamento del corazón desdichado. He ahí una
clave para este uso y rito cordial. Da la impresión, cuando uno se acerca
con interés a los avatares de este culto, de una diversidad interna que deja
de estar encerrada bajo un rótulo que es el culto al corazón de Jesús. Por la
variaciones íntimas y públicas del mismo.
La difusión de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús se debe a santa
Margarita de Alacoque, a quien Jesús se le apareció en 1673 con estas pala-
bras: «Mira este corazón mío, que a pesar de consumirse en amor abrasador
por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio,
indiferencia e ingratitud, aun en el mismo sacramento de mi amor. Pero lo que
traspasa mi Corazón más desgarradamente es que estos insultos los recibo de
personas consagradas especialmente a mi servicio»5.
La letra es también interesante, por el tono contractual que supera la
relación mística renacentista y protobarroca (salí tras ti clamando y eras
ido). Se instaura un vínculo que es la promesa, que lo menciono por el
quiebro que se da al culto en su última fase.
He aquí las promesas que hizo Jesús a santa Margarita y, por medio de
ella, a todos los devotos de su Sagrado Corazón:
5
Devocionario Católico. Internet.
339
Juan de Loyola S.J., Vida del V. y angelical joven P. Bernardo Francisco de Hoyos de la
6
340
espinas. Reparé que además de la herida grande había otras tres menores en el
Corazón de Jesús, y preguntándome si sabía quién se las había hecho, me trajo a
la memoria aquel favor con que nuestro amor le hirió con tres saetas. Recogida
toda el alma en este camarín celestial decía: Haec requies mea in saeculum
saeculi: hic habitabo, quoniam elegi eam (He aquí mi descanso para siem-
pre: aquí habitaré, pues lo he elegido). Dióseme a entender que no se me daban
a gustar las riquezas de este Corazón para mí solo, sino para que por mí las
gustasen otros. Pedí a toda la Santísima Trinidad la consecución de nuestros
deseos, y pidiendo esta fiesta en especialidad para España, en que ni aun memo-
ria parece hay de ella, me dijo Jesús: ‘Reinaré en España, y con más veneración
que en otras muchas partes’». Hasta aquí las palabras de nuestro joven.
Las notas del texto de Juan de Loyola SJ nos permiten aclarar muy efi-
cazmente el tema. Esta es la que se ha llamado «la Gran Promesa». Apa-
rece escrita en la bóveda del santuario nacional de Valladolid, rodeando la
circunferencia de la misma. Hay dos versiones, escritas ambas por el padre
Loyola: la que estamos comentando ahora, que aparece en la Vida manus-
crita del padre Hoyos, y otra que aparece en el libro del Tesoro escondido
y que dice: «Reinará en España y con mayor veneración que en otras par-
tes». ¿Cómo se explica esta diferencia? En una dice: «Reinaré…»; en la
otra: «Reinará…». Es que, en el libro de la Vida, el P. Loyola cita teniendo
a la vista los escritos de Bernardo, que habla en primera persona; mientras
que en el Tesoro escondido el P. Loyola cita narrando el hecho y por ello en
tercera persona: «Reinará…». Lo mismo digamos de: en otras partes o en
otras muchas partes. La frase que ofrece más garantías, evidentemente, es
la escrita personalmente por el propio Bernardo en sus Apuntes espirituales
y tenidos a la vista por el P. Loyola cuando escribía el manuscrito de su
Vida. Quedémonos, pues, con esta frase: «Reinaré en España y con más
veneración que en otras muchas partes» como la más auténtica.
Como dice el padre Uriarte en su libro Principios del reinado del Corazón
de Jesús en España, no se trata de ningún nacionalcatolicismo o de una espe-
cie de pugilato competitivo. En realidad, pensamos nosotros que –viendo,
en conjunto, todas las circunstancias que concurren en esa época– el ver-
dadero sentido de esa frase sería este: Reinaré en España y con no menos
veneración que en otras partes (ya que en nuestra Patria estaba «amane-
ciendo» esta devoción cuando en otros países era ya casi «mediodía»).
Esta frase es la que, a mi entender, queda en cierta forma de modo latente,
con manifestaciones de culto y desarrollo de la espiritualidad y presencia
pública de los católicos. Hasta los comienzos de los años veinte del siglo
pasado.
341
No estaría bien omitir con cuánta arte tentó el diablo a Martín por aquel
entonces. Cierto día haciéndose preceder y orlado él mismo por una luz
brillante, por facilitar la burla a la luz de un resplandor asumido, en atavío
regio, ciñendo diadema de oro y gemas, calzando zapatillas doradas, el porte
7
Jesús Moya, Las máscaras del santo, Espasa Libros, Madrid, 2000, p. 346.
342
sereno, el rostro alegre, que todo parecía menos diablo, se le arrimó mientras
oraba en su celda […] �Martin, ¿qué dudas? ¡Cree pues estás viendo! Soy
el Cristo.
Entonces él, entendiendo por revelación del Espíritu que aquel era el dia-
blo, no el Señor, dijo:
�El Señor Jesús no predijo que vendría purpurado ni radiante con dia-
dema. Yo no creeré que haya venido Cristo sino en el aspecto y forma de
su pasión, mostrando las marcas de la cruz […] Dicho lo cual, al punto se
esfumó, no sin dejar la celda henchida de fuerte hedor, que fue dejar sus
señas indudables de diablo. Este suceso, como antes dije, lo supe de boca del
mismo Martín, por si alguien lo toma por fabuloso (Vita Martini, 397, cap.
24.4.)8.
8
Sulpicio Severo, Vie de Saint Martin, Editions du Cerf, París, 1967.
343
pero sirve de lábaro y señal para declarar una guerra (la cristera de México,
la guerra civil española).
Es como si la evolución del xvii y xviii, con la consolidación de las cul-
turas absolutistas nacionales, tuviera su referente en una divinidad (Cristo)
que debe adoptar forma de poder, amenaza del enemigo y protección de
los sumisos a su ley, pero no a la ley civil.
Hay antecedentes que no podemos sino aludir. Los episodios de la
Vendée (hacia mediados de 1700) y las guerras de los chouans franceses
contra los revolucionarios de 1798 son como el fondo de una vasija que
se llena pronto de reivindicaciones de libertad y a la vez de identificación
nacional, como el himno mexicano vigente aún en los años sesenta: «La
Virgen María es nuestra protectora y nuestra defensora/ no hay nada que
temer/ Somos cristianos y somos mexicanos/ guerra, guerra contra Luci-
fer/ Somos cristianos y somos mexicanos/ viva, viva, viva Cristo Rey…»
(¡cantado con la música del himno de España!).
25. Nos anima, sin embargo, la dulce esperanza de que la fiesta anual de
Cristo Rey, que se celebrará en seguida, impulse felizmente a la sociedad a
volverse a nuestro amadísimo Salvador. Preparar y acelerar esta vuelta con la
acción y con la obra sería ciertamente deber de los católicos; pero muchos
de ellos parece que no tienen en la llamada convivencia social ni el puesto ni
la autoridad que es indigno les falten a los que llevan delante de sí la antor-
cha de la verdad. Estas desventajas quizá procedan de la apatía y timidez de
los buenos, que se abstienen de luchar o resisten débilmente; con lo cual
344
345
33. La celebración de esta fiesta, que se renovará cada año, enseñará tam-
bién a las naciones que el deber de adorar públicamente y obedecer a Jesu-
cristo no solo obliga a los particulares, sino también a los magistrados y
gobernantes.
346
El 31 de julio de 1926, unos hombres hicieron por que Dios nuestro Señor
se ausentara de sus templos, de sus altares, de los hogares de los católicos,
pero otros hombres hicieron por que volviera otra vez; esos hombres no
vieron que el gobierno tenía muchísimos soldados, muchísimo armamento,
muchísimo dinero pa’ hacerles la guerra; eso no vieron ellos, lo que vieron
fue defender a su Dios, a su Religión, a su Madre que es la Santa Iglesia;
eso es lo que vieron ellos. A esos hombres no les importó dejar sus casas,
sus padres, sus hijos, sus esposas y lo que tenían; se fueron a los campos de
batalla a buscar a Dios nuestro Señor. Los arroyos, las montañas, los montes,
las colinas, son testigos de que aquellos hombres le hablaron a Dios Nuestro
Señor con el Santo Nombre de VIVA CRISTO REY, VIVA LA SANTÍSIMA
VIRGEN DE GUADALUPE, VIVA MÉXICO. Los mismos lugares son tes-
tigos de que aquellos hombres regaron el suelo con su sangre y, no contentos
con eso, dieron sus mismas vidas por que Dios Nuestro Señor volviera otra
vez. Y viendo Dios nuestro Señor que aquellos hombres de veras lo busca-
ban, se dignó venir otra vez a sus templos, a sus altares, a los hogares de los
católicos, como lo estamos viendo ahorita, y encargó a los jóvenes de ahora
que si en lo futuro se llega a ofrecer otra vez que no olviden el ejemplo que
nos dejaron nuestros antepasados.
347
348
9
Jean Meyer Cristiada, vol i La guerra cristera, Alianza Editorial, 1994, p. 93. Véase
también Antonio Ríus Facius, México Cristero, Editorial Patria, México, 1966, p.138 y
Álvaro Ruiz Abreu, La cristera, una literatura negada, México, UAM, 2003.
10
www.eltestigofiel.com/diálogo
349
Es muy llamativa la versión del otro lado. La biografía del jefe de Poli-
cía que se encarga de detener y ordenar la ejecución del padre Pro y de
sus cómplices en el atentado contra el presidente Obregón. Se trata de
Roberto Cruz, cuyas memorias son recogidas por el escritor y periodista
Julio Scherer12:
11
www.martirdecristorey.jimdo.com
12
Julio Scherer, El indio que mató al padre Pro, Ediciones de Bolsillo, México, 2013.
350
recibió con estas palabras que no olvidaré mientras viva: «Lo que han dicho
es un reto al gobierno y a la Revolución. No estoy dispuesto a tolerarlo […]
ya que los curas se ponían en ese plan, se aplicará la ley tal y como estaba.
351
que vi una pequeña luz muy tenue que vino acompañada con un «¡Alto,
Quién vive!» Yo conteste que: «Evadidos del bando Rojo». Y nos contesta-
ron en catalán, posiblemente debido a nuestro pronunciado acento: «Som
del Terç de Requetes de la Mare de Deu de Montserrat, som Catalans»13.
352
14
www.biblioteca-antologica.org.
353
trata de san Ezequiel Moreno, del cabo de siglo xix-xx, navarro, sacerdote
en Filipinas y obispo en Colombia, canonizado hace un par de décadas por
Juan Pablo II.
Profesó en los Agustinos Recoletos el 21 de septiembre de 1864 en
Monteagudo (Navarra), donde llegó a ser prior del monasterio. Fue
ordenado sacerdote en Manila (Filipinas) el 3 de junio de 1871 y llegó
a ser un misionero reconocido. Sirvió como vicario apostólico de Casa-
nare y fue nombrado obispo de Pinara (Colombia) el 23 de octubre de
1893. Fue obispo de Pasto (Colombia) el 2 de diciembre de 1893. Fue
querido en su diócesis por su generosa caridad. Juan Pablo II lo proclamó
santo en 1992, durante la celebración de la iv Conferencia del Episco-
pado Latinoamericano en Santo Domingo, República Dominicana y en
el marco del v Centenario de la Evangelización del Continente Ameri-
cano. Una vez más el sentido de oportunidad para levantar las imágenes
de los santos… Como la mayoría de jerarcas de la Iglesia católica colom-
biana, Ezequiel Moreno se alineó con las ideas del gobierno conserva-
dor del momento, durante la guerra de los Mil Días (1899-1902). Con la
Constitución de 1886 se dio también el Concordato con la Santa Sede,
mediante el cual la educación en Colombia quedaba bajo el control de la
Iglesia católica, la cual determinaba los textos escolares y universitarios
que podían estudiarse estableciendo una censura por motivos religiosos
o políticos. Igualmente, todos los nombramientos de docentes queda-
ron bajo su supervisión, desatándose en los centros educativos del país la
persecución y expulsión de los educadores que no profesaran la fe cató-
lica. El religioso canonizado usó sus escritos y predicaciones para atacar
al Partido Liberal Colombiano y para llamar a los católicos a «defen-
der su religión con remingtons y machetes», prometiendo absolución
automática15.
Como en estos antecedentes americanos, la Revolución mexicana
brinda una ocasión de pensar en el alcance de la cultura democrática, laica
y su dilema en cuanto a las creencias y las prácticas de los sujetos políticos:
entrar en una lógica ciudadana o seguir queriendo un poder territorial.
Concluyo con un par de notas de las imágenes principales de este poder
localizado. En primer lugar, el Jesús Cristero Cristo Rey de la Paz del Cubi-
lete y, luego, el cerro de los Ángeles.
El Cerro del Cubilete es una especie de mogote en el estado de Guana-
juato. Su valor simbólico se incrementa porque es el centro geográfico de
15
(http://www.lablaa.org/…/revistas/c…/octubre1993/octubre2.htm)
354
El Cristo de su montaña
del Cerro del cubilete
consuelo de los que sufren
adoración de la gente16.
16
Estrofa de la canción de José Alfredo Jiménez, La vida no vale nada.
17
http://www.lablaa.org/blaavirtual/revistas/credencial/octubre1993/octubre2.htm
355
356
ción porque en su centro, bajo la tiara y el báculo, tiene una imagen del
Corazón de Jesús coronado de espinas. Ya la cosa había empezado antes
de los años veinte18.
18
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/d/d9/Escudo.sanezequiel.jpg
357
Fernando Amérigo*
1. Introducción
Los conflictos entre conciencia y Ley o entre convicciones personales y
Derecho son tan antiguos como la propia existencia del Derecho. En los
Estados democráticos en los que rige el pluralismo, el reconocimiento de
los Derechos Humanos, el respeto a la discrepancia y a las minorías, la ley
entendida como expresión de la voluntad general y la primacía de normas
permisivas frente a las imperativas y prohibitivas, los conflictos entre con-
ciencia y Ley se han reducido, pero no desaparecen. La situación ideal es
la de la armonía entre norma jurídica y norma de conciencia individual o,
al menos, como señala Llamazares, la no contradicción entre ellas1. Como
afirmaba Piero Bellini, de lo que se trata es de que las leyes tengan un con-
tenido tal que el ciudadano no se vea compelido en los dictados de su con-
ciencia por el cumplimiento del mandato legal2.
Ciertamente ese es el ideal y es patente que los conflictos entre Ley y
conciencia son menores en los Estados democráticos, pero habrá que reco-
nocer que la absoluta armonía entre Derecho y conciencia es imposible
por irrealizable.
Las leyes no pueden respetar siempre los dictados de la conciencia
individual: como ha puesto de manifiesto Ruiz Miguel, «es fácil mostrar
la posibilidad de criterios subjetivamente morales, fanáticos o intolerantes
*
Director del Instituto Universitario de Ciencias de las Religiones de la UCM
(2012-2020).
1
Llamazares Fernández, D. (2011): Derecho de la Libertad de Conciencia ii, Civitas
Thomson Reuters, 4ª edición, Cizur Menor (Navarra), p. 319.
2
Bellini, P. (1975): «Libertà dell’uomo e fattore religioso nei sistemi ideologici con-
temporanei». En VV.AA. (1975) Teoria e Prassi delle Libertà di religione. Società Edi-
trice Il Mulino, Bologna, pp. 105-209; p. 134.
359
que sería enormemente dañino e inmoral aceptar por parte del Estado:
sin ir más lejos, piénsese en las sectas que provocan “suicidios colectivos”
que en realidad suelen ser asesinatos masivos con suicidio final de sus
responsables»3.
En realidad, los motivos de conciencia para rechazar un precepto legal
son innumerables, tantos como dictados de conciencia quepa imaginar:
así, habrá quien entienda que se puede matar en conciencia, agredir en
conciencia, robar en conciencia, estafar en conciencia, no pagar impuestos
por ingentes motivos de conciencia y así ad infinitum.
El instituto jurídico de la objeción de conciencia es ciertamente com-
plejo. Más allá de una definición, más o menos aceptada por todos, como
la que utilicé en su día traduciendo a Venditti, «la actitud del sujeto que
rechaza un mandato de la autoridad, un imperativo jurídico invocando,
en el seno de su conciencia, la existencia de un dictamen que le impide
obedecer el mandato prescrito por la norma»4, la complejidad de la obje-
ción de conciencia es fruto del significado jurídico que tiene en cada orde-
namiento. La discusión se centra en su naturaleza y alcance, así como en
el papel que desempeñan o pueden desempeñar en su reconocimiento y
desarrollo los poderes legislativo y judicial. La Constitución española de
1978 reconoció en su artículo 30.2 la objeción de conciencia al servicio
militar5, siguiendo la estela de la Ley Fundamental de Bonn y de la Cons-
titución portuguesa, únicas constituciones, entonces, que reconocían la
objeción de conciencia al servicio militar a nivel constitucional.
La complejidad de la objeción de conciencia, más allá de la confronta-
ción doctrinal, se ha puesto de manifiesto, de manera evidente, en la juris-
prudencia de nuestro Tribunal Constitucional, en la que pueden diferen-
ciarse con claridad dos líneas jurisprudenciales. La primera de ellas tiene
su origen en la sentencia 15/1982, de 23 de abril, que ligaba la objeción
de conciencia a la libertad ideológica del artículo 16 CE y consideraba que
«puede afirmarse que la objeción de conciencia es un derecho reconocido
3
Ruiz Miguel, A. (1998): «La objeción de conciencia a deberes cívicos». En Revista
Española de Derecho Constitucional, año 16, núm. 47, pp. 101-124; p. 102.
4
Amérigo, F. (1985): «La objeción de conciencia al servicio militar: especial refe-
rencia al Derecho español». En Anuario de Derechos Humanos, nº 3, pp. 11-47; p. 11.
5
Art. 30.2 CE: «La ley fijará las obligaciones militares de los españoles y regulará,
con las debidas garantías, la objeción de conciencia, así como las demás formas de
exención del servicio militar obligatorio, pudiendo imponer, en su caso, una presta-
ción social sustitutoria».
360
6
Para resumir esta línea jurisprudencial utilizamos el voto particular de la Magis-
trada Adela Asúa a la STC 145/2015 de 25 de junio.
361
7
Castro Jover, A. (1998): «La libertad de conciencia y la objeción de conciencia
individual en la jurisprudencia constitucional española». En Martínez Torrón, J
(ed.) (1998): La libertad religiosa y de conciencia ante la justicia constitucional, Coma-
res, Granada, pp. 133-186; p. 137.
362
8
Triviño Caballero, R. (2019): «Objeción de conciencia». En Economía. Revista en
Cultura de la Legalidad, 15, octubre 2018-marzo 2019, pp. 198-208; p. 200.
9
Castro Jover, A. (1998): «La libertad de conciencia…», op. cit., p. 138.
10
Triviño Caballero, R. (2019): «Objeción de…», op. cit., p. 200.
11
Navarro Valls, R. y Martínez Torrón, J. (2012): Conflictos entre conciencia y ley. Las
objeciones de conciencia, Iustel, 2ª ed., Madrid, p. 36.
12
Castro Jover, A. (2016): «Libertad de conciencia, objeción de conciencia y dere-
cho a la objeción de conciencia», en Quaderni di Diritto e Política Ecclesiastica, 2,
agosto, pp. 441-464; pp. 445-446.
363
13
Llamazares Fernández, D. (2011): Derecho de la Libertad… , op. cit., pp. 330-331.
14
Navarro Valls, R. y Martínez Torrón, J. (2012): Conflictos entre…, op. cit., p. 34.
15
El paréntesis es nuestro.
16
Castro Jover, A. (2016): «Libertad de conciencia…», op. cit., p. 442.
17
Ibídem.
18
De Lucas, J. (1999): «Conciencia y obediencia al Derecho: problemas del plura-
lismo en el espacio multicultural europeo». En VV.AA. Estudios jurídicos en Home-
naje al profesor Vidal Guitarte, Valencia, pp. 535-544; p. 537.
364
19
Voto particular de los Magistrados Fernando Valdés Dal-Ré y Juan Antonio Xiol
Ríos.
20
Castro Jover, A. (2016): «Libertad de conciencia…» , op. cit., p. 461.
21
Voto particular de los Magistrados Fernando Valdés Dal-Ré y Juan Antonio Xiol
Ríos.
22
Castro Jover, A. (2016): «Libertad de conciencia…» , op. cit., p. 462.
23
Peces-Barba, G. (1989): «Desobediencia civil y objeción de conciencia». En
Anuario de Derechos Humanos, 5, 1988-89, pp. 159-176; p. 166.
365
24
Llamazares Fernández, D. (2011): Derecho de la Libertad… , op. cit., pp. 319.
25
Prieto Sanchís, L. (2013): El Constitucionalismo de los derechos, Trotta, Madrid, p.
283.
26
Llamazares Fernández, D. (2011): Derecho de la Libertad… , op. cit., p. 319.
27
Palomino, R. (2009) «Objeción de Conciencia y Religión: una perspectiva com-
parada», en Anuario de derechos Humanos, Nueva Época, vol. 10, pp. 435-476; p. 411.
366
2.3. La excepcionalidad
El tercer elemento que caracteriza el concepto de objeción de conciencia
es el de la excepcionalidad. «Constituye, en este sentido, una excepción al
complimiento de un deber general», dirá el Tribunal Constitucional sobre
la objeción de conciencia al servicio militar (STC 160/1987, de 27 de
octubre). La norma de conciencia solo prevalece en algunos casos, a modo
de excepción, cuando no son posibles ni una alternativa ni una fórmula sus-
titutoria razonables28.
La norma general viene establecida en el artículo 9.1 de la CE: «Los
ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del
ordenamiento jurídico»
Por tanto, la Ley obliga a todos. Se trata del principio de generalidad de
la norma en tanto que expresión de la voluntad popular. Cualquier exen-
ción a su cumplimiento debe, primeramente, ser excepcional, puesto que
lo contrario conculcaría el principio de igualdad, pero además debe ser
justificada razonablemente y ser proporcionada. En un sistema continen-
tal como el nuestro, debería partirse de un principio básico: las excepcio-
nes al cumplimiento de la ley deben ser realizadas por ley. Surge aquí el
debate de la interpositio legislatoris para el reconocimiento de la objeción
de conciencia.
El Tribunal Constitucional ha mantenido la tesis de la previsión legal
para el reconocimiento de la objeción en diferentes casos. Así, afirma:
28
Llamazares Fernández, D. (2011): Derecho de la Libertad…, op. cit., p. 332.
29
Auto del Tribunal Constitucional 71/1993 de 1 de marzo.
367
30
Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana de 29 de
marzo de 1989.
31
Peces-Barba, G. (1989): «Desobediencia civil y …», op. cit., p. 174.
32
Alenda Salinas, M. (2015): «La objeción de conciencia en el ordenamiento jurí-
dico español: ¿un insoluble enigma?», en Revista Latinoamericana de Derecho y Reli-
gión, 1, pp. 1-27. p. 13.
368
Vid. Por todas la STS de 11 de febrero de 2009, de la que fue ponente el Magistrado
34
369
35
De Lucas, J. Vidal, E. y Añón, M.J. (1988): «La objeción de conciencia según el
Tribunal Constitucional: Algunas dudas razonables», en Revista General de Derecho,
520-521, pp. 81-93, pp. 88-89.
36
Navarro Valls, R. y Martínez Torrón, J. (2012): Conflictos entre…, op. cit., pp. 68-69.
370
37
Prieto Sanchís, L. (2013): El Constitucionalismo de los…, op. cit., p. 300.
371
38
Gutmann, A. (2008): «¿Es especial la identidad religiosa?», en Claves de Razón
Práctica, 185, pp. 68-73; pp. 70-72.
39
Triviño Caballero, R. (2019) «Objeción de… », op. cit., p. 205
40
Gutmann, A. (2008) «¿Es especial la…», op. cit., p. 73.
372
41
Navarro Valls, R. y Martínez Torrón, J. (2012): Conflictos entre…, op. cit., pp. 61-62.
42
Triviño Caballero, R. (2019): «Objeción de… , op. cit., p. 202.
43
STEDH de 7 de julio de 2011, Bayatyan c. Armenia, § 110.
44
STEDH de 2 de octubre de 2001, Pichon y Sajous c. Francia.
373
45
Peces-Barba, G. (1989) «Desobediencia civil y …», op. cit., p. 165.
374
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