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Víctima de un crimen

inesperado
E sta historia comienza en una ciudad muy tranquila, un día soleado como suele estar
siempre, a eso de las 3:30 de la tarde. Vamos caminando junto a mi prima Loren por
las calles del centro y de repente nos encontramos con una persona que está tirada en
el andén, su cuerpo inerte yace al lado de un charco de sangre que brota de algún lugar
desconocido, con  morados que a simple vista se ven, con el rostro pálido y un gesto sin vida,
estaba tan sorprendida que causó un gran impacto en mí, pues nunca había visto un cuerpo
sin vida tan cerca, me desconcertaba su estado y el intento de imaginar todo lo que sucedía y
cómo a esta persona le había llegado la muerte. La pregunta es, ¿cómo termina ese cuerpo
allí? La ciudad no suele ser tan peligrosa, muy rara vez se escucha en noticias o por las calles
sobre algún crimen, es como si alguien hubiese llegado a cambiarlo todo, así que alguien
debería llamar a la policía para informar el caso.

Entonces, empiezo a sentir un escalofrío que sube por mi espalda y el sudor tan frío que
cubría mi frente; la cara pálida de lo que antes solía ser una persona me hace sentir náuseas,
siento la bilis subir por mi garganta, pero intento soportar las ganas de vomitar, volteo a mirar
a mi prima que está igual de pálida a mí y hace un movimiento con la mano señalando el
cuerpo tirado - ¡Es tu vecina! - dice con una voz muy abrupta. 

Mientras esperamos la llegada de la policía, seguimos impactadas por lo que veíamos, pues
hace tan sólo veinte minutos la habíamos saludado, ¿cómo pudo pasar? El ambiente se
tornaba demasiado tenso, cada vez más las personas se acercaban a indagar sobre lo que
podría haber sucedido y los minutos se volvían eternos; me quedé tumbada junto al andén y
solo me cuestionaba si fuese capaz de cometer un crimen o tal vez ser partícipe, en el
momento podría decir que no, pero a veces lo puedo hasta dudar, incluso quisiera imaginar
como cometería un crimen, cómo matar a alguien a sangre fría por un altercado o porque
simplemente no me agrada. Las sirenas de los carros de policía se escuchan más cerca, el frío
del asfalto bajo mis piernas me empieza a entumecer, mis ojos se fijan en la mano de
Carmenza y observo que tiene algo fuertemente agarrado, un pedazo blanco se asoma entre
sus dedos, un trozo de papel, eso es lo que tiene; rápidamente tomo el pedazo de hoja de
cuaderno antes de que empiecen a retirar a la gente de la escena del crimen, logro esconderlo
dentro de mis dedos, y me sobresalta la llegada de los policías. Empiezo a ver como
acordonan la lúgubre escena, siento como empiezo a sudar por los nervios que me ocasiona el
papel entre mis dedos, no sabía que había detrás del sospechoso papel, pero me provoca
muchos nervios e intriga, sin embargo, no podía verlo porque tal vez me convertiría en una
sospechosa; decidí guardarlo con cautela y ni siquiera comentarlo con mi prima, sentí la
responsabilidad de averiguar lo que había ocurrido y aunque no era mi obligación, se lo debía
de algún modo.

Me retire en seguida y corrí hacia mi casa, entré a mi habitación y me aseguré de que nadie
entrara, aunque sentía gran angustia, intenté abrirlo poco a poco y de repente tocan la puerta,
es mi prima, al parecer ya había algunos sospechosos, según los vecinos y amigos de la
familia escucharon que el culpable se encontraba muy cerca de mi residencia. Me sucede algo
extraño cada vez que dicen "culpable", en primer lugar, solo tengo en mente ese papel, en
seguida recuerdo la apariencia de Carmenza y finalmente, mis manos y mis labios empiezan a
temblar de forma incontrolable sin querer mencionar una palabra de lo que acababa de
suceder, regreso a mi cuarto, me armo de valor y desdoblo el pedazo de hoja ensangrentado.
Al principio no se veía nada, solo una hoja con una mancha marrón, pero al mirar fijamente
se podían ver las marcas escritas con lápiz, una dirección, las pulsaciones de mi corazón
empiezan a ser más lentas, tengo la sensación de que conozco esa dirección, vagamente
siento un recuerdo y siento la necesidad de ir, pero no es muy claro mi recuerdo, se siente
borroso, ¿dónde es?  Me cuestiono, hago el mayor esfuerzo para poder recordar, en un reflejo
agarro un el álbum de fotos y empiezo a mirar cautelosamente, página tras página analizando
cada centímetro del álbum, pero aún no logro recordar, ahí es cuando me doy cuenta que
habían algunas páginas pegadas, pero no por accidente, literalmente estaban unidas con
alguna clase de pegante, incluso estaba un poco húmedo , lo que indicaba que Carmenza
podría estar tras esta dirección hacía unos instantes; busque en internet y en diferentes
páginas de direcciones y no aparecía la ubicación, utilizaba diferentes recursos y no me daba
una guía o algo coherente para empezar la búsqueda, la incógnita crecía, junto al dolor y la
impaciencia por las noticias y posibles culpables. En realidad ya me sentía enferma, saturada
de recuerdos, dudas, preguntas y demás, por tal razón decido salir a tomar un respiro pero en
un momento, sin intención alguna, el álbum de fotos cae al piso y justamente las páginas que
estaban antes pegadas, se separan, caen unas fotos de un lugar y este lo conozco, me doy
cuenta que la dirección son unas coordenadas de un lugar que ya no existe, pero si se dónde
es, era el río donde solía ir cuando era pequeña, este lugar fue demolido para construir unas
residencias, pero todo quedó como un caño mal oliente y muy sombrío. Agarro algunas cosas
que podrían ser útiles y las empaco en mi maleta, no le dije a nadie que me dirigía a tal lugar,
pensé que era lo mejor, de igual modo no tenía algo concreto sobre qué me indicaría este
lugar. A lo lejos veo qué hay completa soledad, pero de un impulso y guiándome por un
presentimiento, creo que debía averiguar la importancia de este caño. La sensación del lugar
me da escalofríos, pero la necesidad de saber es más grande y le gana al miedo, empiezo a dar
los primeros pasos hacia el agua fangosa que se empoza en la boca negra que era la entrada
del desagüe, el olor a humedad y naturaleza en descomposición es penetrante así que cubro
boca y nariz con ayuda de la manga de mi saco, con la otra saco la linterna de mi maleta y
dándome un golpe mental de no haber pensado antes en cambiarme los Converse por una
botas, pero esto no es un impedimento, sigo mi recorrido por el oscuro túnel, empiezo a
escuchar ruidos muy extraños y me sobresalto por estos, no lograba reconocer que tipo de
sonido era, tenía muchos nervios, no quería continuar pero todo era por saber la verdad, pues
las preguntas se estaban volviendo enfermizas, así que con valentía continué.

Empecé a gritar y a preguntar si alguien se encontraba en aquel lugar, nadie respondía, pero
el insistente ruido aumentaba y me dejé guiar por este para seguir mi camino. Había pequeños
rincones y en medio de la confusión, seguía sin encontrar nada; al pasar el tiempo y aumentar
mi recorrido, veo qué hay leves huellas y trozos de las vestimentas de una mujer, rasgada y
manchada y con un olor para nada agradable. Curiosamente la ropa que había allí es idéntica
a la que usualmente usaba Carmenza, el desespero y la confusión empezaron a invadirme
nuevamente. No sé si debo encontrar yo misma las respuestas de todo o pedir ayuda, aunque
cuando alguien me acompaña no suelo tener confianza, pues mi primer presentimiento es
pensar en que yo pueda ser la próxima víctima. Ya me siento agobiada y desconcertada, se
puede ver resto de partes de ropa que llevan hacia un lugar y al seguirla encuentro un cuerpo
tumbado en una esquina de la estrecha tubería en la que me encontraba, estaba encadenado
por manos y tobillos a la pared, me acerqué rápidamente para ver si todavía tenía signos de
vida, pegué un brinco al ver cómo se movía al escuchar el ruido de mis zapatos, mis ojos no
podían creer lo que veían, era Carmenza, un poco más delgada y pálida de lo normal pero
indudablemente era ella. Al verme, sus ojos se llenaron de lágrimas y me hizo un gesto de
ayuda, inmediatamente le solté sus cadenas y la liberé. Empiezo a cuestionarla sobre lo
sucedido y hacerle saber que la dábamos por muerta, y de forma inmediata me responde: -
Esa chica no era yo, era un clon -.

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