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UNIVERSIDAD DE HUÁNUCO

FACULTAD DE INGENIERÍA
E.A.P. INGENIERÍA AMBIENTAL
ASIGNATURA
CONTAMINACION Y TRATAMIENTO DE
SUELOS
PROPIEDADES FISICAS DEL SUELO

DOCENTE:I NG. SIMEÓN CALIXTO VARGAS                             2 
0 2 2 - II
INTRODUCCION
El suelo es un recurso natural no renovable compuesto por sustancias sólidas 
(materia orgánica, organismos y minerales), agua y aire. La proporción en la que
se encuentren estos componentes le confiere al suelo propiedades físicas, 
químicas  y biológicas  propias. La productividad de un suelo no sólo  depende de
los contenidos nutrimentales sino también de las características físicas del mismo,
ya que como es bien conocido, el desarrollo de la parte aérea  dependerá  del
desarrollo de la raíz. El desarrollo radical de las plantas está fuertemente influido
por el balance entre humedad y aireación del suelo. Por lo tanto, antes de iniciar
cualquier actividad agrícola  o instalar una huerta, es importante conocer las
propiedades físicas del suelo. 
LA TEXTURA DEL SUELO
La textura del suelo se refiere a la proporción  de componentes
inorgánicos de diferentes formas y tamaños  como arena,
limo y arcilla.  La textura es una propiedad importante ya que influye como
factor de fertilidad y en la habilidad de retener agua, aireación,  drenaje,
contenido de materia orgánica y otras propiedades.
La textura indica la proporción  de las partículas  fundamentales del
suelo: arcilla, limo y arena, que se pueden agrupar en fina, media y
gruesa. El diámetro de las partículas de arcilla es menor de 0.002 mm,
las de limo están entre 0.002 y 0.05 mm y las de arena son entre 0.05
y 2.0 mm. La textura, además  influye en la cantidad y disponibilidad
de agua y nutrimentos, así  como en la aireación,  drenaje y
accesibilidad en el uso de implementos agrícolas.
Suelos de textura gruesa. Son los suelos con más  de 50 % de
arena, pero contienen menos del 20 % de arcilla. Cuentan con una
baja capacidad para retener nutrientes y agua. La gran cantidad de
poros grandes y bajo contenido de arcilla provoca que se pierda más 
fácilmente agua y nutrientes, especialmente nitrógeno.
Suelos de textura media. Son suelos con buena aireación y drenaje para
el desarrollo de las raíces.  Generalmente tienen menos de 35 a 40 % de
arcilla y menos de 50 % de arena. Presentan una alta proporción de poros
de tamaño medio a fino. Son suelos con una amplia capacidad productiva,
disponibilidad de agua y nutrimentos. Son suelos que facilitan la
penetración  de las raíces y desarrollo más acelerado al tener un equilibrio
entre las partículas de arena, limo y arcilla.
Suelos de textura fina o pesada. Son suelos con más de 40 % de arcilla,
aunque también  se pueden agrupar aquellos con más  de 60 % de limo.
Presentan alta capacidad de retención de agua y nutrimentos. Estos suelos
normalmente son los de más  alta fertilidad natural. Sin embargo, deben
manejarse con precaución, pues se compactan fácilmente cuando se labran
o se cultivan en condiciones húmedas.
Estructura del suelo
La estructura del suelo se define por la forma en que se agrupan
las partículas  individuales de arena, limo y arcilla. Cuando las
partículas  individuales se agrupan, toman el aspecto de
partículas mayores y se denominan agregados.
La agregación  del suelo puede asumir diferentes modalidades, lo que da
por resultado distintas estructuras de suelo. La circulación  del agua en el
suelo varía notablemente de acuerdo con la estructura; por consiguiente, es
importante que conozca la estructura del suelo donde se propone construir
una granja piscícola.  Aunque quizás  no pueda recopilar toda está 
información  por cuenta propia, los técnicos  especializados del laboratorio
de análisis  de suelos podrán  suministrársela  después  de examinar las
muestras de suelo no alteradas que tome. Le podrán decir si la estructura
del suelo es mala o buena (poros/canales capilares, red, etc.). También 
podrán  ofrecerle información  sobre el grado de circulación  del agua o la
permeabilidad.
Clases y tipos de estructura del suelo
Por definición,  la clase de estructura describe el tamaño  medio de los
agregados individuales. En relación  con el tipo de estructura de suelo de
donde proceden los agregados, se pueden reconocer, en general, cinco
clases distintas que son las siguientes:

• Muy fina o muy delgada;


• Fina o delgada;
• Mediana;
• Gruesa o espesa;
• Muy gruesa o muy espesa;
Humedad del suelo.
Referida a la cantidad de agua disponible para la planta. Dicho contenido
puede variar de acuerdo al tipo y cantidad de arcilla y el porcentaje de MO
que se encuentre en el suelo. Entre mayor cantidad de arcilla y/o MO,
mayor cantidad de agua retenida; es por ello que suelos arenosos suelen
saturarse más  rápidamente  que un arcilloso. Es importante conocer el
manejo de los riegos en el cultivo en base al tipo de suelo y evitar un estrés 
hídrico que repercuta en el rendimiento. 
Conductividad hidráulica. 
Es definida como la capacidad del suelo para transmitir agua y
oxígeno  hacia el perfil del suelo. Su determinación  es
considerada como una medición  indirecta de la compactación, 
de la estabilidad estructural del suelo y/o posible presencia de
sodio en la fase de intercambio. Una baja conductividad
hidráulica  (< 2.5 cm/h) puede deberse a un bajo contenido de
materia orgánica, combinada con un alto contenido de sodio (>5
% de PSI), sobre todo en suelos de textura fina. Suelos con este
problema pueden mejorar su condición  al incorporarles una
fuente calcio (yeso agrícola) y/o MO.
Penetrabilidad.
Es la resistencia que presenta un suelo a la penetración 
radical y está íntimamente ligada a la densidad aparente
(sólidos  por unidad de volumen) y al nivel de humedad
del suelo. Se mide con aparatos denominados
penetrómetros  y se expresa en kg/cm2. La
penetrabilidad está  estrechamente relacionada con el
volumen de raíces. Según algunos estudios, resistencias
mayores a 20 kg/cm2 medida a capacidad de campo,
ocasiona crecimientos limitados de las raíces de cultivos
de alfalfa, maíz y algodón.
La porosidad del suelo.
La porosidad es la cantidad de espacio de los poros en
el suelo y que se subdivide en macro y microporos. El
porcentaje de porosidad es alto en suelos de textura fina
con una mayor proporción  de microporos, lo cual
favorece una mayor retención de humedad en relación a
un suelo arenoso. Por otro lado, a medida que aumenta
la densidad aparente, la porosidad disminuye e influye
directamente en la aireación  del suelo, llegando a
disminuir en casos extremos el desarrollo de las raíces. 
Los poros de diámetros  de 0.2 a 0.3 mm limitan el
crecimiento de raíces.
La compactación del suelo 
La compactación  del suelo está  referida a la reducción 
de la porosidad de los suelos, incrementando la
densidad aparente de éste. Por lo tanto, el fenómeno de
compactación limita el espacio para el almacenamiento o
movimiento del aire y agua dentro del suelo. Además es
una de las principales causas de restricción física para el
crecimiento radical de los cultivos. Los suelos con mayor
tendencia a compactarse son suelos de texturas finas a
medias comparados con suelos de texturas gruesas. De
igual manera, suelos con bajos contenidos de materia
orgánica  o con altos contenidos de humedad son más 
susceptibles a sufrirla
Los mayores daños  de compactación  los encontramos en los campos
agrícolas  en los cuales se practica agricultura intensiva (elevado uso de
maquinaria agrícola);  normalmente se encuentran problemas de
compactación  a diferentes profundidades, dependiendo del tipo de
implemento que se use en la preparación del suelo,
Efectos de la compactación del suelo 
Aireación. Se reduce el espacio poroso, limitando la capacidad
del suelo para retener agua y oxígeno,  indispensables para el
desarrollo radicular de las plantas.
Movimiento del agua. En suelos compactados hay pocos
macroporos y no hay capacidad para el movimiento descendente
del agua, por ello, las raíces no pueden expandirse o sus pelos
absorbentes no pueden penetrar poros inferiores a sus
diámetros. Como consecuencia de lo anteriormente descrito, se
obtiene un bajo rendimiento del cultivo debido al pobre desarrollo
de las raíces. 
Emergencia. Desde el inicio del cultivo puede repercutir en la
emergencia de la plántula debido a la dificultad mecánica que le
representa poder atravesar un suelo más denso.   
Disponibilidad de nutrientes. La compactación  disminuye la
proporción de los macroporos en el suelo, logrando aumentar el
contacto entre raíz y partículas, favoreciendo que la intersección 
de nutrientes por la raíz  sea mayor. Sin embargo, el efecto de
poros pequeños  evita un desarrollo considerable de la raíz;  por
lo tanto, se tiene una menor área  explorada por el sistema
radical y por ende, menor toma de nutrientes.
Color del Suelo
El color del suelo depende de sus componentes y varía con el contenido de
humedad, materia orgánica  presente y grado de oxidación  de minerales
presentes. Se puede evaluar como una medida indirecta ciertas
propiedades del suelo. Se usa para distinguir las secuencias en un perfil del
suelo, determinar el origen de materia parental, presencia de materia
orgánica, estado de drenaje y la presencia de sales y carbonato. 
Como afecta el color del suelo
Aunque este indicador no tiene un efecto directo sobre el
crecimiento y de las plantas, puede afectar indirectamente la
temperatura y humedad del suelo; a través de su efecto sobre la
energía  radiante, mientras mayor cantidad de energía  calorífica 
esté  disponible en el suelo, se causarán  mayores grados de
evaporación.  Por ejemplo, en el caso de un suelo oscuro, con
alta energía  radiante, se secará  mucho más  rápido  que uno de
color más claro. Utilizando una cubierta vegetal o de residuos de
cultivo anterior puede reducir naturalmente esta diferencia. En
cuanto a color, los suelos son muy diversos, algunos
característicos de color blanco, rojo, café, gris, amarillo y negro
¿Cómo  afectan las propiedades físicas  el desarrollo de los
cultivos?
Las propiedades físicas  de un suelo son el resultado de la
interaccion que se origina entre las distintas fases del mismo
(suelo, agua y aire) y la proporción en la que se encuentran cada
una de estas. La condición  física  de un suelo determina su
capacidad de sostenimiento, facilidad para la penetración  de
raíces,  circulación  del aire, capacidad de almacenamiento de
agua, drenaje, retención  de nutrientes, entre otros factores. Las
principales propiedades físicas  que influyen en el desarrollo de
los cultivos son las siguientes:
Color del suelo.
Es una de las características  que permite describir a los distintos tipos de
suelos. El color del suelo no tiene un efecto directo sobre el crecimiento de
las plantas, pero indirectamente afecta la temperatura y la humedad del
mismo. Mientras mayor cantidad de energía  calorífica  se encuentre en el
suelo, se tendrá una mayor temperatura y evaporación. Se ha comprobado
que los suelos oscuros bajo las mismas condiciones ambientales y sin
cubierta vegetal, tienden a secarse más  rápido.  Por otro lado, los suelos
húmedos son más oscuros que aquellos que se encuentran secos, además 
de que absorben mayor cantidad de luz que ayuda al incremento de
temperatura del suelo y un desarrollo más acelerado del cultivo. El color del
suelo también  nos puede indicar de manera general el estado actual del
mismo (Cuadro 1). Al considerar el color de los suelos es importante
conocer si proviene de un proceso de formación  reciente o se trata de un
color procedente del material parental.
El color del suelo puede servir de inicio para interpretar las propiedades del
suelo en cuanto a aireación, drenaje o contenido de materia orgánica (MO).
Color Características

Oscuro Denota alto contenido de materia orgánica (MO). Sin embargo, suelos con bajo 
contenido de MO y exceso de sodio también puede tornarse oscuros por la 
disolución de la MO a pH alcalino. Otra razón es la presencia de MnO2 o carbón 
elemental después de la quema de residuos

Rojo o Amarillo Propio de suelos viejos, puede ser producido por la presencia de Fe2O3 (rojos) o
por FeO-OH (amarillos, cafés). Estos colores provienen de la oxidación e 
hidratación de los compuestos minerales de Fe, cuando el drenaje permite la 
aireación y las condiciones de humedad y temperatura son favorables.

Azul o verde Se originan por la presencia de Fe en forma reducida e indican largos períodos en 


olivo condiciones inundadas cada año e inadecuada aireación.

Gris Indican períodos prolongados bajo inundación e inadecuada aireación. Este color o 
blanquecino puede deberse por la falta de intemperización de roca madre de ese 
color o por depósitos de carbonato de calcio, así como la afloración de sales y/o 
remoción de Fe.
Textura del suelo.
La textura indica la proporción  de las partículas  fundamentales del suelo: arcilla,
limo y arena, que se pueden agrupar en fina, media y gruesa. El diámetro de las
partículas de arcilla es menor de 0.002 mm, las de limo están entre 0.002 y 0.05
mm y las de arena son entre 0.05 y 2.0 mm. La textura, además  influye en la
cantidad y disponibilidad de agua y nutrimentos, así como en la aireación, drenaje
y accesibilidad en el uso de implementos agrícolas. Suelos de textura gruesa. Son
los suelos con más de 50 % de arena, pero contienen menos del 20 % de arcilla.
Cuentan con una baja capacidad para retener nutrientes y agua. La gran cantidad
de poros grandes y bajo contenido de arcilla provoca que se pierda más 
fácilmente  agua y nutrientes, especialmente nitrógeno.  Lo anterior ocasiona un
desarrollo pobre de los cultivos al no cubrir sus necesidades nutricionales.
La alta lixiviación  y volatilización  de nitrógeno  en estos suelos hace necesario
fraccionar la fertilización  nitrogenada tanto como sea posible y la aplicación  de
materia orgánica.  Por otra parte, la gran cantidad de poros grandes facilita la
penetración y desarrollo del sistema radical de los cultivos.
Humedad del suelo.
Referida a la cantidad de agua disponible para la planta. Dicho
contenido puede variar de acuerdo al tipo y cantidad de arcilla y
el porcentaje de MO que se encuentre en el suelo. Entre mayor
cantidad de arcilla y/o MO, mayor cantidad de agua retenida; es
por ello que suelos arenosos suelen saturarse más rápidamente 
que un arcilloso. Es importante conocer el manejo de los riegos
en el cultivo en base al tipo de suelo y evitar un estrés  hídrico 
que repercuta en el rendimiento.
Humedad del suelo.
Referida a la cantidad de agua disponible para la planta.
Dicho contenido puede variar de acuerdo al tipo y
cantidad de arcilla y el porcentaje de MO que se
encuentre en el suelo. Entre mayor cantidad de arcilla
y/o MO, mayor cantidad de agua retenida; es por ello
que suelos arenosos suelen saturarse más rápidamente 
que un arcilloso. Es importante conocer el manejo de los
riegos en el cultivo en base al tipo de suelo y evitar un
estrés hídrico que repercuta en el rendimiento.
Conductividad hidráulica. 
Es definida como la capacidad del suelo para transmitir
agua y oxígeno  hacia el perfil del suelo. Su
determinación  es considerada como una medición 
indirecta de la compactación,  de la estabilidad
estructural del suelo y/o posible presencia de sodio en la
fase de intercambio. Una baja conductividad hidráulica (<
2.5 cm/h) puede deberse a un bajo contenido de materia
orgánica, combinada con un alto contenido de sodio (>5
% de PSI), sobre todo en suelos de textura fina. Suelos
con este problema pueden mejorar su condición  al
incorporarles una fuente calcio (yeso agrícola) y/o MO.
Penetrabilidad.
Es la resistencia que presenta un suelo a la penetración radical y
está  íntimamente  ligada a la densidad aparente (sólidos  por
unidad de volumen) y al nivel de humedad del suelo. Se mide
con aparatos denominados penetrómetros  y se expresa en
kg/cm2. La penetrabilidad está estrechamente relacionada con el
volumen de raíces.  Según  algunos estudios, resistencias
mayores a 20 kg/cm2 medida a capacidad de campo, ocasiona
crecimientos limitados de las raíces de cultivos de alfalfa, maíz y
algodón.
La porosidad del suelo.
La porosidad es la cantidad de espacio de los poros en
el suelo y que se subdivide en macro y microporos. El
porcentaje de porosidad es alto en suelos de textura fina
con una mayor proporción  de microporos, lo cual
favorece una mayor retención de humedad en relación a
un suelo arenoso. Por otro lado, a medida que aumenta
la densidad aparente, la porosidad disminuye e influye
directamente en la aireación  del suelo, llegando a
disminuir en casos extremos el desarrollo de las raíces. 
Los poros de diámetros  de 0.2 a 0.3 mm limitan el
crecimiento de raíces.
La compactación del suelo 
La compactación  del suelo está  referida a la reducción  de la
porosidad de los suelos, incrementando la densidad aparente de
éste. Por lo tanto, el fenómeno de compactación limita el espacio
para el almacenamiento o movimiento del aire y agua dentro del
suelo. Además  es una de las principales causas de restricción 
física para el crecimiento radical de los cultivos. Los suelos con
mayor tendencia a compactarse son suelos de texturas finas a
medias comparados con suelos de texturas gruesas. De igual
manera, suelos con bajos contenidos de materia orgánica o con
altos contenidos de humedad son más susceptibles a sufrirla
Los mayores daños  de compactación  los encontramos en los campos
agrícolas  en los cuales se practica agricultura intensiva (elevado uso de
maquinaria agrícola);  normalmente se encuentran problemas de
compactación  a diferentes profundidades, dependiendo del tipo de
implemento que se use en la preparación del suelo,

La compactación  del suelo limita la germinación  de las plantas


Efectos de la compactación del suelo
Aireación. 
Se reduce el espacio poroso, limitando la capacidad del suelo
para retener agua y oxígeno,  indispensables para el desarrollo
radicular de las plantas.
Movimiento del agua.
En suelos compactados hay pocos macroporos y no hay
capacidad para el movimiento descendente del agua, por ello,
las raíces  no pueden expandirse o sus pelos absorbentes no
pueden penetrar poros inferiores a sus diámetros.  Como
consecuencia de lo anteriormente descrito, se obtiene un bajo
rendimiento del cultivo debido al pobre desarrollo de las raíces.
Emergencia.
Desde el inicio del cultivo puede repercutir en la emergencia de
la plántula  debido a la dificultad mecánica  que le representa
poder atravesar un suelo más denso.   
Disponibilidad de nutrientes.
La compactación  disminuye la proporción  de los macroporos en
el suelo, logrando aumentar el contacto entre raíz  y partículas, 
favoreciendo que la intersección  de nutrientes por la raíz  sea
mayor. Sin embargo, el efecto de poros pequeños  evita un
desarrollo considerable de la raíz;  por lo tanto, se tiene una
menor área  explorada por el sistema radical y por ende, menor
toma de nutrientes.
GRACIAS
UNIVERSIDAD DE HUÁNUCO
FACULTAD DE INGENIERÍA
E.A.P. INGENIERÍA AMBIENTAL

ASIGNATURA
COTAMINACIÓN  Y TRATAMIENTO DE 
EFECTOS DE LA DEGRADACIÓN DEL SUELO SOBRE LA POBLACIÓN
SUELOS

DOCENTE: ING. SIMEÓN CALIXTO VARGAS 

11/10/2022 36
LA DEGRADACIÓN  DEL SUELO AFECTA YA A UN CUARTO DE LA
POBLACIÓN MUNDIAL
• La erosión  crece y afecta a un 20% de las tierras
agrícolas,  el 15% de los pastizales y el 30% de los
bosques.
• 1.500 millones de personas dependen de estos suelos
para sobrevivir.
• La erosión  trae consigo hambre, emigración  y daños  al
ecosistema.
El 78% de las tierras sujetas a degradación están en zonas húmedas
La erosión del suelo ha aumentado en los últimos 20 años y afecta a un
20% de las tierras agrícolas, un 15% de los pastizales y un 30% de los
bosques, ha informado este miércoles la Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Esa degradación  del suelo afecta ya a un cuarto de la población 
mundial, es decir, más  de 1.500 millones de personas, según  la FAO,
que concluye en su estudio que "la erosión  del suelo empeora en vez
de mejorar".

La principal causa de este problema es la mala gestión de la tierra, algo


que se produce a pesar de que 193 países han ratificado la Convención 
de las Naciones Unidas para el combate contra la desertización  de
1994
La FAO destaca que más  de 1.500 millones de personas
dependen para sobrevivir de suelos sujetos a la erosión,  un
fenómeno  cuyas consecuencias incluyen el hambre, la
disminución de la productividad agrícola, la emigración, los daños 
a recursos y ecosistemas básicos y la pérdida de biodiversidad.
Además, "la erosión del suelo tiene importantes implicaciones para
la mitigación y la adaptación al cambio climático, ya que la pérdida 
de biomasa y materia orgánica  del suelo desprende carbono a la
atmósfera",  señaló  Parviz Koohafkan, responsable de la División 
de Tierras y Aguas de la FAO.
Las regiones húmedas, más afectadas
Cerca del 22% de las tierras sujetas a degradación están 
en zonas muy áridas  o secas, mientras que el 78% está 
en regiones húmedas, de acuerdo con un estudio.
En comparación  con evaluaciones previas, los expertos
han descubierto que la erosión  del suelo ha afectado a
nuevas zonas desde 1991, mientras que algunas áreas 
muy degradadas históricamente están ahora estables tras
haber sido abandonadas o explotadas con un bajo nivel de
productividad.
Según  las previsiones demográficas  mundiales de 2019 de las
Naciones Unidas, la población mundial aumentará de 7 700 millones de
personas en 2020 a 9 700 millones en 2050.

La superpoblación,  unida a la sobreexplotación  de los recursos


naturales y a la contaminación  y los residuos generados en la
producción  de bienes de consumo, está  causando importantes
externalidades ambientales negativas. Además,  amenaza gravemente
la sostenibilidad de dichos recursos.

Es tanto el impacto de la humanidad sobre el planeta que los científicos 


han acuñado  el término  Antropoceno para describir este periodo en el
que el hombre es la nueva fuerza que impulsa el cambio global.
La población  no solo está  experimentando un gran
crecimiento, sino que también  están  variando
significativamente sus características.  Se trata de una
población  cada vez más  urbana, con una desigual
distribución de la riqueza, pero a la vez con un creciente y
exacerbado consumismo propiciado por el sistema
económico,  que da lugar a patrones de consumo y
producción insostenibles.
Los países  más  desarrollados son capaces, mediante la
tecnología y manteniendo o reduciendo la producción, de
disminuir –o  al menos, no incrementar–  el impacto
ambiental en su territorio. Sin embargo, los países  en
desarrollo, ante la elevada demanda mundial de recursos
e impulsados por el crecimiento económico en que se ven
inmersos, están  ejerciendo una extraordinaria presión 
sobre los recursos naturales.
La (insostenible) pérdida del recurso edáfico
Uno de las consecuencias del crecimiento exponencial de la población 
mundial es la correspondiente demanda de alimento. Se estima que
aumente un 50 % hasta 2050, lo que se traduce en la expansión  del
área cultivada y la intensificación del uso del territorio para la obtención 
de alimento.

La Comisión  Europea considera que, en la actualidad, la agricultura


utiliza el 11 % de la superficie terrestre del mundo para la producción de
cultivos y el 70 % de toda el agua extraída de los acuíferos, arroyos y
lagos. Estas cifras pueden dar idea de la dimensión  futura de la
explotación de estos recursos.
Además,  a medida que la población  humana aumenta, una gran parte del
planeta es vulnerable a la desertificación,  entendida como la degradación 
permanente de la tierra en zonas áridas. Según Naciones Unidas, en torno a
12 millones de hectáreas de tierra se pierden al año a causa de la sequía y la
desertificación.

Para la Convención  de las Naciones Unidas de Lucha contra la


Desertificación,  esta degradación  es una acción  combinada de las
condiciones y variaciones climáticas y las actividades humanas responsables
de la sobreexplotación  de la tierra, como la deforestación,  la intensificación 
agrícola  y el sobrepastoreo. Todo ello da lugar a una serie de procesos –
erosión, deterioro de las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo y
pérdida  duradera de la cubierta vegetal–  que inducen a la pérdida  de
productividad de las tierras.
Actualmente, las tierras áridas  son el hogar de un 38 % de la
población  mundial. Ocupan en torno al 40 % de la superficie
terrestre y cuentan con las tasas de crecimiento de población 
humana más  altas del planeta. Nos encontramos, por tanto, ante
el paradigma de la desertificación:  el mayor crecimiento
demográfico  se producirá  en los países  con las tierras menos
productivas y fértiles –como África Occidental–, lo que conducirá a
un aumento de la desertificación y con ello, de la pobreza y la falta
de alimentos.
El suelo también es un recurso
El Centro Internacional de Referencia e Información  en Suelos
(ISRIC) estima que, en la actualidad, el suelo es un recurso natural
gravemente amenazado. Alrededor del 17 % de la superficie
terrestre está fuertemente degradada.

Sus principales amenazas mundiales son la erosión, la pérdida de


materia orgánica  y el desequilibrio de nutrientes. Son
consecuencia no solo del cambio climático  como se podría 
imaginar en primera instancia, sino también de la creciente presión 
demográfica y económica.
La FAO, en su Informe sobre el Estado Mundial de los Recursos
del Suelo, también  ha identificado la contaminación  del suelo
como la principal amenaza mundial para el recurso edáfico.  La
considera un “peligro  oculto”.  Un suelo está  contaminado cuando
la presencia de ciertos componentes químicos  procedentes de la
actividad humana altera sus características, pudiendo presentar un
riesgo para salud humana y el medio ambiente.
Por una gestión sostenible de los recursos
Con el fin de proteger el suelo como recurso necesario para el mantenimiento
de los ecosistemas terrestres y la biodiversidad, una de las metas del Objetivo
15 de Desarrollo Sostenible es impulsar, para 2030, la lucha contra la
desertificación y degradación del suelo.

Indefectiblemente, el uso del territorio va ligado a la sostenibilidad del recurso


edáfico.  Así,  la conversión  permanente de bosques a un uso de la tierra
diferente al forestal (la deforestación) es una de las principales causas de la
desertificación.  Según  las últimas  estimaciones, el 27 % de la pérdida  de
bosques a nivel global se atribuye al cambio permanente de uso del territorio
para la producción de productos básicos, como la agricultura o la minería.
Pero la pérdida de bosques no se está dando de manera
homogénea  por todo el planeta. Las regiones tropicales
(en especial, Latinoamérica y el Sudeste Asiático) son las
más  afectadas, mientras que los bosques templados y
boreales del hemisferio norte cuentan con una tasa casi
nula.

El Objetivo 15 de Desarrollo Sostenible incluye la


necesidad de poner fin a la deforestación,  haciendo una
gestión sostenible de los bosques y recuperando aquellos
que han sido degradados.
Sumado a la pérdida del recurso edáfico, y también como resultado del
desarrollo insostenible y factores como la intensificación  agrícola  y la
desertificación, cada vez más personas sufren escasez de agua –vista 
como la falta de acceso de la población a la cantidad necesaria de agua
de calidad aceptable–. Para el año 2050 se espera que un 25 % de la
población mundial viva bajo sus efectos de forma crónica.

frente a los problemas futuros causados por la falta Una de las metas
del Objetivo 6 de Desarrollo Sostenible es aumentar el uso eficiente de
los recursos hídricos  –a  la vez que disminuye la huella hídrica–  para
poder hacer de agua.
Aunque aquí nos hemos centrado, fundamentalmente, en
los suelos, el escenario es más  complejo y preocupante.
Hay otros recursos gravemente amenazados por la
degradación  y contaminación,  además  del cambio
climático:  están  los océanos  y la atmósfera.  Estos, como
ocurre con los suelos y el agua continental, son
igualmente necesarios para el mantenimiento de la vida.
Hemos superado la capacidad autorregeneradora del
planeta. En este escenario de agotamiento progresivo de
los recursos naturales, que –si  se consideran las
amenazas sobre ellos–  se agravará  en las próximas 
décadas,  se hace apremiante la necesidad de usar y
gestionar nuestros recursos naturales de una manera
sostenible. De esa manera podremos conseguir el
equilibrio ineludible entre el crecimiento económico  y
demográfico,  por un lado, y el bienestar social de la
población  y el mantenimiento de los ecosistemas, por el
otro.
UNIVERSIDAD DE HUÁNUCO
FACULTAD DE INGENIERÍA
E.A.P. INGENIERÍA AMBIENTAL

ASIGNATURA
COTAMINACIÓN  Y TRATAMIENTO DE 
SUELOS
DEGRADACION DEL SUELO

DOCENTE: ING. SIMEÓN CALIXTO VARGAS 

11/10/2022 69
INTRODUCCION
El uso agrícola  del suelo representa una modificación  brutal de su entorno.
Como consecuencia el suelo reacciona, se producen unos cambios negativos
en sus propiedades y se degrada.
La degradación  del suelo es la consecuencia directa de la utilización  del
suelo por el hombre. Bien como resultado de actuaciones directas, como
agrícola, forestal, ganadera, agroquímicos y riego, o por acciones indirectas,
como son las actividades industriales, eliminación de residuos, transporte, etc. 
Actualmente existe una fuerte tendencia que clama por una utilización 
racional del suelo. Sus principios se agrupan en lo que se conoce por
Conservación  de Suelos. Las teorías  conservacionistas persiguen obtener
más rendimientos pero con mínima degradación.
CONCEPTO
La degradación del suelo es un proceso que afecta negativamente la biofísica 
interna del suelo para soportar vida en un ecosistema, incluyendo aceptar,
almacenar y reciclar agua, materia orgánica  y nutrientes. Ocurre cuando el
suelo pierde importantes propiedades como consecuencia de una
inadecuada utilización. Las amenazas naturales son excluidas habitualmente
como causas de la degradación del suelo.
Proceso que rebaja la capacidad actual y potencial del suelo para producir
(cuantitativa y cualitativamente) bienes y servicios (FAO-UNESCO)
OBJETIVOS
Se pretende aclarar
• Que se entiende por degradación del suelo
• Que ocurre en los suelos cuando se degradan
• Como se puede evaluar la degradación de los suelos
Se considera como degradación del suelo a toda modificación que conduzca
al deterioro del suelo.
El problema de la degradación del suelo no es un descubrimiento de nuestra
civilización, pues ya quedaba registrado en los documentos de los romanos y
de los griegos: Así  ya Platón  describió  la destrucción  del suelo como
resultado de las deforestaciones. No obstante en un principio el problema no
era acuciante debido a la escasa densidad de población  y al hecho de que
las civilizaciones primitivas se establecían en las llanuras próximas a los ríos 
(suelos fértiles,  con abundante agua y fáciles  comunicaciones). La
espectacular explosión  demográfica  actual ha provocado la roturación  de
tierras en relieves cada vez con pendientes mas fuertes, fuertemente
degradables, y como consecuencia frenar la degradación  del suelo se ha
convertido en uno de los grandes retos de nuestra civilización.
Degradación fertilidad: 
Disminución de la capacidad de soportar vida. Existe una relación 
inversa entre degradación  y producción.  Al degradarse el suelo
pierde fertilidad y para un buen uso agrícola hay que reponer los
nutrientes con fertilizantes externos. Un suelo con buena salud
responde con rapidez y con aumento de la producción al añadirle 
fertilizantes, pero un suelo degradado tiene una respuesta lenta e
incompleta. Puede tratarse de una degradación  química,  que se
puede deber a varias causas: pérdida de nutrientes, acidificación, 
salinización, sodificación, aumento de la toxicidad por liberación o
concentración de determinados elementos químicos. 
El deterioro del suelo a veces es consecuencia de una
degradación física, por: pérdida de estructura, aumento de
la densidad aparente, disminución  de la permeabilidad,
disminución  de la capacidad de retención  de agua. En
otras ocasiones se habla de degradación  biológica, 
cuando se produce una disminución  de la materia
orgánica incorporada.
Es la disminución  de la capacidad del suelo para soportar vida.
Se producen modificaciones en sus propiedades físicas, 
químicas,  fisicoquímicas  y biológicas  que conllevan a su
deterioro.
Pérdida de fertilidad por monocultivo y salinización
Cuando se siembra la misma especie cada año,  la tierra se
deteriora. El trigo agota el nitrógeno y otros nutrientes del suelo.
Si se continúa  cultivando trigo en la misma tierra, disminuye la
producción cada año.
El monocultivo de especies forestales también  es un problema
por la misma razón. Se está viendo que el replante de pinos en
el mismo terreno ya no es tan rentable, porque en la segunda y
tercera plantación  disminuye el ritmo de crecimiento de los
árboles.  Además  de agotar las tierras, el monocultivo multiplica
algunas plagas, pues éstas pueden contar siempre con el tipo de
alimento al que están  adaptadas (especialmente si el
monocultivo es además de siembra directa) .

La salinización  del suelo es la acumulación  de sales


provenientes del agua de regadío  y de los fertilizantes usados.
Debido al exceso de sales, el suelo pierde la fertilidad.
Para conservar la fertilidad del suelo el mayor tiempo posible se deben
reponer los nutrientes y la materia orgánica  del suelo perdidos tras la
cosecha de los cultivos o como consecuencia de los procesos de
erosión.  Entre las prácticas  a poner en marcha se encuentran el
establecimiento de sistemas de rotación  de cultivos y cultivos
asociados, la plantación  de leguminosas, la reposición  de la materia
orgánica,  de manera natural dejando descansar la tierra durante un
tiempo o mediante la aplicación  de abonos y la aplicación  de
fertilizantes de tipo mineral.
Al degradarse el suelo pierde capacidad de producción  y cada vez
hay que añadirle  más  cantidad de abonos para producir siempre
cosechas muy inferiores a las que produciría  el suelo si no se
presentase degradado.

Puede tratarse de una degradación química, que se puede deber a


varias causas: pérdida  de nutrientes, acidificación,  salinización, 
sodificación, aumento de la toxicidad por liberación o concentración 
de determinados elementos químicos. El deterioro del suelo a veces
es consecuencia de una degradación  física,  por: pérdida  de
estructura, aumento de la densidad aparente, disminución  de la
permeabilidad, disminución  de la capacidad de retención  de agua.
En otras ocasiones se habla de degradación  biológica,  cuando se
produce una disminución de la materia orgánica incorporada.
La erosión  es la pérdida  de suelo fértil,  debido a que el agua y el viento
normalmente arrastran la capa superficial de la tierra hasta el mar.
El ser humano acelera la pérdida de suelos fértiles por la destrucción de la
cubierta vegetal, producto de malas técnicas  de cultivo, sobrepastoreo,
quema de vegetación  o tala del bosque. Las prácticas  productivas sin
criterios de protección, contribuyen en gran medida a que este problema se
agrave cada día más.
La degradación del suelo reviste gran importancia, porque su regeneración 
es en extremo lenta.
En zonas agrícolas tropicales y templadas, se requiere de un promedio de
500 años para la renovación de 2,5 centímetros de suelo.
El cultivo de tierras en lugares con pendiente aumenta la posibilidad de
agotamiento del suelo fértil,  ya que es muy fácil  el arrastre de tierra por
acción de la lluvia.
La actividad minera ha utilizado grandes cantidades de leña, eliminando así 
la cubierta vegetal, imprescindible para la protección del suelo .
La erosión también puede afectar ecosistemas lejanos, como los
de la vida marina. El suelo arrastrado al mar se deposita como
sedimento y cambia la composición del fondo marino, sepultando
vegetación  y cuevas, y transformando el contenido químico  de
las aguas.

Es importante destacar que la erosión  del suelo, además  de


afectar y alterar los ecosistemas, afecta seriamente a la gente y
a la economía  de un lugar. Hay una relación  directa entre la
disminución  de la capacidad productora del suelo y la
disminución de los ingresos de la comunidad.
Los principales agentes de la erosión del suelo son el agua y el viento.
Combinados, la erosión  hídrica  y eólica  son responsables de
aproximadamente el 84% de la extensión global de tierras degradadas,
lo que hace que la erosión  excesiva sea uno de los problemas
ambientales más importantes en todo el mundo.
La erosión  del suelo puede ser un proceso lento que continúa 
relativamente desapercibido, o puede ocurrir a un ritmo alarmante,
causando una grave pérdida de la capa superior del suelo. La pérdida 
de suelo de las tierras de cultivo se puede ver reflejada en la reducción 
del potencial de producción  de cultivos, la menor calidad del agua
superficial y las redes de drenaje dañadas.  La agricultura intensiva, la
deforestación,  las carreteras, el cambio climático  antropogénico  y la
expansión  urbana se encuentran entre las actividades humanas más 
importantes en cuanto a su efecto sobre la estimulación de la erosión. 
Sin embargo, existen muchas prácticas que pueden prevenir, reducir o
limitar la erosión de los suelos vulnerables.
TIPOS DE EROSION DE LOS SUELOS

La erosión hídrica se produce por el paso del flujo de agua
Existen tres tipos principales de erosión natural del suelo:
• La erosión  hídrica. Se produce por el paso del flujo de agua que
puede ser pluvial o fluvial.
• La erosión eólica. Se produce por el viento que sopla con fuerza.
• La erosión gravitatoria. Se produce por acción de la gravedad ante
la caída  de rocas o el deshielo de glaciares, desde lo alto de una
ladera.
Existe otro tipo de erosión  del suelo que ocurre de manera más 
acelerada:
• La erosión  antrópica. Se produce por la actividad humana que
impacta en el desgaste y en el deterioro del suelo como, por
ejemplo, la agricultura intensiva, la deforestación, la construcción de
canales y de rutas, la ampliación  de las zonas urbanas, la cría  de
ganado intensivo, la minería, entre las principales.
CAUSAS DE LA EROSIÓN DEL SUELO

El golpe del viento contra el suelo, desprende partículas y restos de la superficie.
Las causas de la erosión del suelo pueden ser diversas y entre las principales
se destacan:

• El movimiento del agua. En forma de lluvias, de ríos  o de


corrientes marinas, el agua golpea contra el suelo y desprende parte
de la superficie, que es arrastrada por la corriente.
• El movimiento del viento. El golpe de los fuertes vientos contra el
suelo, desprende partículas  y restos de la superficie (en forma de
polvo, de arena o de rocas) y los traslada.
• El movimiento de rocas y glaciares. El desprendimiento de hielo
en los glaciares o de rocas que descienden desde lo alto de una
ladera, provoca desgaste o grietas a su paso.
• La exposición  a temperaturas extremas. Las
condiciones climáticas  de extremo calor o frío  que se
manifiestan durante un tiempo prolongado, alteran la
superficie del suelo y provocan grietas o rupturas que
facilitan su desgaste.
• El uso y abuso de la tierra por parte del humano. La
actividad humana desmedida, como la agricultura
intensiva o la construcción de zonas urbanas, provoca el
deterioro del suelo, en muchos casos, con daños 
irreversibles
CONSECUENCIAS DE LA EROSIÓN DEL SUELO
Las principales consecuencias de la erosión del suelo a causa del
accionar humano, implican:
• La pérdida  de rendimiento de la tierra fértil  para la
sostenibilidad de los ecosistemas agrícolas  y para la
productividad de la tierra.
• El aumento de la contaminación y la sedimentación de arroyos
y de ríos, provoca la disminución de las especies que viven allí.
• La desertificación  del suelo convierte al terreno en una zona
árida o no apta para la vida (por la falta de agua, de vegetación 
y de alimento).
• La reducción  de la capacidad de filtrado en los suelos
desertificados puede generar inundaciones en la zona.
• El desequilibro del ecosistema genera pérdida  de la
biodiversidad, es decir, de las poblaciones animales y
vegetales.
• El clima global es alterado, en gran medida, por la
reducción  de los bosques que tienen la capacidad de
absorber el dióxido de carbono.
¿CÓMO EVITAR LA EROSIÓN DEL SUELO?

La plantación de árboles favorece el mantenimiento del suelo.
Para evitar la erosión y el desgaste del suelo debido al accionar del humano,
la mejor solución es la prevención y el desarrollo de actividades como:
• El uso sostenible de la tierra. Puede ayudar a reducir los impactos de la
agricultura y de la ganadería,  y evitar la degradación  del suelo por la
pérdida nutrientes.
• La reforestación. La plantación  de árboles  y de plantas favorece la
restauración de los ecosistemas y el mantenimiento del suelo.
• La plantación  de vegetación.  Fomentar la plantación  sostenible en
territorios expuestos o zonas donde hubo despliegue de maquinaria para la
construcción, ayuda a estabilizar el terreno y sus nutrientes.
• La construcción de canales de desagüe. En zonas donde el suelo tiene
poca capacidad de absorción, los desagües pueden ayudar a canalizar el
agua para evitar inundaciones.
Deforestación y erosión del suelo

La deforestación ocasiona la pérdida de hábitat de millones de especies animales y vegetales.
La deforestación es la acción provocada por el humano que consiste
en desmontar los bosques y las selvas mediante la tala o la quema.
Si esta acción se realiza de manera intensiva y no es seguida por la
práctica  de reforestación  adecuada, genera daños  graves en el
suelo y en el ecosistema, entre los que se destacan:

• La pérdida  de hábitat  de millones de especies animales y


vegetales. Es el impacto más dramático porque los seres vivos no
pueden sobrevivir a la destrucción de su entorno.
• El cambio climático. La tala indiscriminada de árboles  altera las
condiciones climáticas,  porque éstos  protegen el suelo y
mantienen la humedad del ambiente y el ciclo hidrológico  que
devuelve vapor a la atmósfera.
• Un mayor efecto invernadero. Además de intervenir en el clima,
los árboles  absorben los gases que provocan el calentamiento
global. Su ausencia, debido a la tala indiscriminada, altera la
concentración de gases de la atmósfera.
La vegetación mantiene las propiedades del suelo, evita la erosión, 
ocupa un lugar clave en el ciclo del agua —y consecuentemente en
el clima —  y conserva la biodiversidad. Por eso, para mantener la
armonía  del ecosistema, es indispensable el cuidado y
mantenimiento del suelo.
UNIVERSIDAD DE HUÁNUCO
FACULTAD DE INGENIERÍA
E.A.P. INGENIERÍA AMBIENTAL

ASIGNATURA
COTAMINACIÓN  Y TRATAMIENTO DE 
SUELOS
DESARROLLO HISTÓRICO DE LOS AGENTES CONTAMINANTES 

DOCENTE: ING. SIMEÓN CALIXTO VARGAS 

11/10/2022 108
Agentes contaminantes y su procedencia
Son muy diversos. Dentro de ellos tenemos los metales pesados, las emisiones
ácidas atmosféricas, la utilización de agua de riego salina y los fitosanitarios.
Estos agentes contaminantes proceden generalmente de la actuación 
antropogénica  del hombre, así  los metales pesados proceden directamente de
las minas, fundición y refinación; residuos domésticos; productos agrícolas como
fitosanitarios; emisiones atmosféricas  mediante actividades de minería  y
refinería de metales, quema de combustibles fósiles, purines, etc.
Los metales pesados en pequeñas  dosis pueden ser beneficiosos
para los organismos vivos y de hecho son utilizados como
micronutrientes, pero pasado un umbral se convierten en elementos
nocivos para la salud.

Las emisiones ácidas  atmosféricas  proceden generalmente de la


industria, del tráfico  rodado, abonos nitrogenados que sufren el
proceso de desnitrificación.  Como consecuencia de esta
contaminación  se disminuye el pH del suelo con lo que se puede
superar la capacidad tampón  y liberar elementos de las estructuras
cristalinas que a esos pH pueden solubilizarse y son altamente
tóxicos para animales y plantas.
Utilización de agua de riego salina.
El mal uso del agua de riego provoca la salinización  y la
sodificación  del suelo. En el primer caso se produce una
acumulación  de sales más  solubles que el yeso que
interfieren en el crecimiento de la mayoría  de los cultivos y
plantas no especializadas (se evalúa  por la elevación  de la
conductividad eléctrica  del extracto de saturación).  En el
segundo caso se produce una acumulación  de sodio
intercambiable que tiene una acción  dispersante sobre las
arcillas y de solubilización de la materia orgánica, que afecta
muy negativamente a las propiedades físicas del suelo.
Fitosanitarios.
Dentro de ellos agrupamos los plaguicidas y los fertilizantes. Son,
generalmente, productos químicos  de síntesis  y sus efectos
dependen tanto de las características  de las moléculas  orgánicas 
(mayoría de los plaguicidas) como de las características del suelo.
Los fertilizantes además de contener metales pesados, producen contaminación 
por fosfatos (eutrofización en lagos) y nitratos.

Procesos responsables de la redistribución y acumulación
Un riesgo importante en la acumulación  de contaminantes en el suelo se
produce en aquellas situaciones en las que el contaminante no pierde su
capacidad tóxica  sino que únicamente  se encuentra almacenado en forma
inactiva en el suelo mientras este mantenga unas determinadas condiciones
pero que, si éstas desaparecen, regresa a su condición negativa. Este hecho es
frecuente en moléculas  orgánicas  de alta persistencia pero es especialmente
importante en metales pesados
La presencia de metales como contaminantes pueden producir a las plantas
diferentes alteraciones, tales como:
METAL EFECTOS
ALUMINIO  Inhibición de la división celular, alteración de la membrana celular y de las 
funciones a nivel citoplásmico.
ARSÉNICO  Reducción del crecimiento y alteración de la concentración de Ca, K, P y Mn en la 
planta.
CADMIO  Inhibición de la fotosíntesis y la transpiración. Inhibición de la síntesis de clorofila. 
Modificación de las concentraciones de Mn, Ca y K.
COBRE  Desbalance iónico, alteración de la permeabilidad de la membrana celular, 
reducción del crecimiento e inhibición de la fotosíntesis.
CROMO  Degradación de la estructura del cloroplasto, inhibición de la fotosíntesis. Alteración 
de las concentraciones de Fe, K, Ca y Mg.
MERCURIO  Alteración de la fotosíntesis, inhibición del crecimiento, alteración en la captación de 
K.
PLOMO  Inhibición del crecimiento, de la fotosíntesis y de la acción enzimática.
ZINC  Alteración en la permeabilidad de la membrana celular, inhibición de la fotosíntesis, 
alteración en las concentraciones de Cu, Fe y Mg.
Uno de los tantos elementos que afectan el suelo son: los metales
pesados, tradicionalmente se llama metal pesado a aquel elemento
metálico  que presenta una densidad superior a 5 g/cm3, aunque a
efectos prácticos  en estudios medioambientales se amplía  esta
definición  a todos aquellos elementos metálicos  o metaloides, de
mayor o menor densidad, que aparecen comúnmente  asociados a
problemas de contaminación.  Algunos de ellos son esenciales para
los organismos en pequeñas cantidades, como el Fe, Mn, Zn, B, Co,
As, V, Cu, Ni o Mo, y se vuelven nocivos cuando se presentan en
concentraciones elevadas, mientras que otros no desempeñan 
ninguna función  biológica  y resultan altamente tóxicos,  como el Cd,
Hg o el Pb.
Estos elementos tienen su origen en el substrato litológico, 
apareciendo bien como elementos nativos o incorporados
normalmente en las estructuras de sulfuros, silicatos, carbonatos,
óxidos  e hidróxidos.  Los aportes dominantes se producen por
deposición atmosférica y afectan de forma significativa a los primeros
centímetros de suelo. Son fuentes importantes de metales en suelos
las cenizas y escorias de los procesos de combustión de carbón fósil 
o derivados del petróleo, el aporte directo procedente de actividades
agrícolas  (adición  de fertilizantes, pesticidas, lodos de depuradoras,
compost, etc.) y su acumulación  a partir de residuos industriales,
urbanos y mineros (metalurgia, fabricación  de pinturas, barnices,
disolventes, baterías, textiles, curtidos, etc.).
Al hablar de contaminación por metales hay que tener en cuenta que
más importante que el contenido total de un elemento en el suelo es
la forma o especie química  bajo la que se encuentra, es decir, su
especiación. Así, la forma resultante de dicha especiación va a influir
decisivamente en su distribución  en el suelo, condicionando su
solubilidad, su movilidad en el suelo y las aguas superficiales y
subterráneas,  su biodisponibilidad y toxicidad y, por tanto, su
comportamiento como contaminante potencial .
La dinámica y disponibilidad de los metales están muy influenciadas
por las condiciones físico-químicas del suelo en el que se encuentran,
como el pH y el potencial rédox,  mientras que los constituyentes
orgánicos  e inorgánicos  del suelo son los que en gran medida
condicionan los mecanismos de retención de metales por adsorción, 
complejación y precipitación fundamentalmente. Además, las plantas
y los microorganismos (bacterias y hongos) del suelo también 
pueden interaccionar con los metales mediante mecanismos de
extracción,  estabilización,  biosorción,  bioacumulación, 
biomineralización y biotransformación.
En cualquier caso, es importante resaltar que los metales
tóxicos  en los suelos no pueden ser destruidos sino sólo 
neutralizados y que pequeñas  variaciones en las
condiciones del medio edáfico  pueden liberar los metales
anteriormente insolubilizados, por lo que es necesario
realizar un seguimiento en profundidad de la distribución de
estos contaminantes en el suelo, especialmente de los más 
tóxicos.
Lluvias ácidas  Consisten en deposiciones húmedas  (agua de lluvia, nieve y
niebla) o secas (gases o partículas  sólidas)  de la atmósfera  constituidas
principalmente por SO2 y óxidos  de nitrógeno,  NOx[1] , que proceden
fundamentalmente de actividades industriales, como las emisiones de centrales
térmicas y las producidas por la combustión de hidrocarburos, la desnitrificación 
de fertilizantes añadidos  en exceso a los suelos y otros procesos naturales
similares que tienen lugar en zonas de manglares, marjales, arrozales, volcanes,
etc. Los óxidos de azufre y nitrógeno así emitidos a la atmósfera reaccionan con
el agua y el oxígeno,  dando lugar a soluciones diluidas de ácido  sulfúrico  y
nítrico que se van depositando sobre los suelos, plantas, árboles, ríos, lagos, etc.
Las consecuencias de estas deposiciones se reflejan en un aumento de la
acidez de los suelos y las aguas, un incremento de la movilidad de iones y
metales pesados, la solubilización  y movilización  del Al y la materia orgánica y,
en definitiva, el descenso de la capacidad de los suelos para neutralizar ácidos. 
En este sentido, los suelos presentarán  distinta sensibilidad al impacto de las
deposiciones ácidas en función de su poder de amortiguación para contrarrestar
la acidez, de forma que los suelos más  sensibles a las lluvias ácidas  serán 
aquellos desarrollados en zonas frías,  donde las bajas temperaturas limiten su
alteración, sobre materiales poco alterables, con valores bajos de capacidad de
intercambio catiónico  y grado de saturación  y pobres en formas de Al y Fe
activas.
Salinización
Es el resultado de la acumulación en el suelo de sales más solubles que el yeso
(2,6 g/L en agua pura a 25°C. La salinización se refleja en un incremento en la
conductividad eléctrica de la solución del suelo que tiene efectos adversos sobre
las propiedades físicas  y químicas  del suelo y dificulta el crecimiento y la
productividad vegetal.
Los suelos afectados por este proceso se denominan suelos salinos y en ellos el
Ca y el Mg son los cationes predominantes en el complejo de cambio. En el caso
específico de que sea el Na el catión predominante en el complejo de cambio se
habla de suelos sódicos,  en los que esta acumulación  de Na produce una
alcalinización que da lugar a la dispersión de las arcillas y la materia orgánica y
a la destrucción de la estructura del suelo. Los principales tipos de sales que se
encuentran en suelos salinos son cloruros, sulfatos, carbonatos y bicarbonatos,
y nitratos. Para que se produzca esta acumulación  de sales en el suelo es
necesario que haya un fuerte aporte de sales y que su eliminación del suelo esté 
impedida por algún mecanismo, como malas condiciones de drenaje y lavado.
En regiones áridas  y semiáridas,  donde la evapotranspiración  es superior a la
precipitación, el proceso de salinización se origina de forma natural a partir de la
herencia o alteración de la roca original (fundamentalmente rocas sedimentarias)
o de las aguas de escorrentía  cargadas de sales que se acumulan por
evaporación  en las zonas más  deprimidas. En otras ocasiones, las
acumulaciones salinas ocurren por ascensión capilar de las sales en el suelo a
partir de mantos freáticos suficientemente superficiales, especialmente en zonas
costeras y, en cualquier caso, el viento siempre puede contribuir a la
contaminación  salina por arrastre de partículas  en suspensión.  El hombre
también contribuye en gran medida a la contaminación de los suelos por sales a
través de prácticas agrícolas inadecuadas, como el riego con aguas salinas y el
empleo de cantidades muy elevadas de fertilizantes solubles, de la
sobreexplotación  de acuíferos,  que ocasiona un descenso de los mantos
freáticos regionales y la intrusión de agua salina, y de actividades industriales y
mineras que contaminan directamente los suelos o indirectamente a partir de
deposiciones atmosféricas o de las aguas superficiales.
Como ya se ha indicado, el exceso de sales en el suelo
tiene efectos perniciosos sobre los cultivos. La
concentración de sales eleva la presión osmótica del suelo y,
en consecuencia, el agua menos concentrada contenida en
los jugos celulares de las plantas tiende a salir hacia la
solución  del suelo para igualar ambas concentraciones.
Como resultado, las plantas sufren estrés hídrico, se secan
a pesar de que el suelo contenga agua y terminan muriendo.
En otras ocasiones, las plantas realizan una adaptación 
osmótica que les permite seguir absorbiendo agua pero que
requiere un consumo energético  que se realiza a costa de
un menor crecimiento
También se atribuye a que la inhibición del crecimiento está asociado
a que las sales afectan la división  celular y producen un
engrosamiento de las paredes celulares, impidiendo el crecimiento
de forma irreversible aunque se produzca el ajuste osmótico  o
disminuya la salinidad del suelo. En cualquier caso, el proceso de
salinización aumenta la concentración de algunos iones que pueden
resultar tóxicos  para las plantas o que pueden provocar
desequilibrios en el metabolismo de nutrientes. Además,  en suelos
sódicos  la destrucción  de la estructura puede favorecer el sellado y
encostramiento del suelo y la disminución  de la conductividad
hidráulica.
Causas Fitosanitarias
El hombre, con objeto de “proteger”  los cultivos frente al efecto pernicioso de
múltiples organismos vivos (insectos, hongos, nemátodos, malas hierbas, etc.) y
aumentar la producción  viene utilizando desde hace décadas  productos
fitosanitarios como plaguicidas, herbicidas, fungicidas y fertilizantes. Una vez
aplicados, son absorbidos por las plantas o sufren procesos de adsorción, 
volatilización, lavado y degradación biótica y abiótica en el suelo que conducen a
la formación  de nuevos productos, en ocasiones más  móviles,  persistentes y
más  peligrosos que los compuestos de partida, que son susceptibles de
contaminar los suelos, las aguas y pasar a la cadena trófica.
Los fertilizantes son sustancias químicas  de origen agrícola  (fertilizantes
inorgánicos)  o ganadero (purines, estiércoles,  composts, etc.) que aportan
nutrientes, fundamentalmente N y P, para mejorar el desarrollo y crecimiento de
las plantas en el suelo. Sin embargo, cuando son aplicados de forma abusiva
con objeto de aumentar el rendimiento de las cosechas pierden su efecto
beneficioso y se convierten en fuentes de contaminación.  El exceso de estos
nutrientes no puede ser absorbido por la vegetación  y su lixiviado del suelo se
forma sobre todo de nitratos, muy solubles, o a través  de las aguas de
escorrentía en el caso de los fosfatos da lugar a problemas de eutrofización de
las aguas superficiales y subterráneas, provocando el crecimiento desmesurado
de biomasa, en especial algas, y un aumento de la demanda biológica  de
oxígeno  para descomponer y degradar la materia orgánica  procedente de esa
biomasa que puede terminar creando condiciones de anaerobiosis que lleven a
la destrucción de ese ecosistema
Lógicamente, el aporte de nutrientes realizado por los fertilizantes es
deseable en tanto en cuanto conduzca a una mejora de las cosechas
y un aumento de la producción,  pero para minimizar sus efectos
perniciosos en los suelos es necesario tener un extenso
conocimiento de las condiciones iniciales del suelo previas al aporte
y de las propiedades edáficas  que permitirán  en mayor o menor
medida amortiguar esos efectos, fundamentalmente la capacidad de
cambio, la conductividad hidráulica, la capacidad de fijación, etc.
Las Explotaciones mineras
Las actividades mineras provocan generalmente grandes impactos ambientales,
con destrucción  de los suelos naturales y creación  de nuevos suelos
(Antrosoles) que presentan fuertes limitaciones físicas,  químicas  y biológicas 
que dificultan la reinstalación  de vegetación.  Las consecuencias negativas se
reflejan fundamentalmente en una destrucción  de la estructura del suelo y una
modificación  de sus características  texturales, frecuentemente una disminución 
de la fracción  arcilla a favor de fracciones más  gruesas; una acidificación 
asociada a los procesos de oxidación que favorece la movilización de especies
químicas  tóxicas  limitantes de la actividad biológica;  la decapitación  de los
horizontes superficiales biológicamente  activos, que conlleva la ruptura de los
ciclos biogeoquímicos  y la dificultad de enraizamiento; y una disminución  de la
capacidad de cambio y de la retención de agua en el suelo como consecuencia
de la escasez de materia orgánica y arcilla.
Los Contaminantes orgánicos
La producción  y el uso masivos de compuestos orgánicos  los hace estar entre
los contaminantes más frecuentes en suelos y aguas. Entre ellos podemos citar
los hidrocarburos monoaromáticos,  hidrocarburos policíclicos  aromáticos, 
hidrocarburos alifáticos,  hidrocarburos policlorados, fenoles, nitroaromáticos, 
alcoholes, éteres,  disolventes clorados, isocianatos, cianuros orgánicos, 
carbonilos de metales, etc.
La distribución y el comportamiento de los compuestos orgánicos contaminantes
en suelos están  gobernados por diferentes factores que incluyen las
características  del suelo (pH, contenido en materia orgánica  y arcilla, potencial
rédox,  contenido en nutrientes, actividad microbiológica,  etc.), las propiedades
específicas  de cada compuesto (presión  de vapor, solubilidad, estabilidad
química,  biodegradabilidad, características  de sorción,  etc.) y factores
ambientales como la temperatura y la precipitación.  Así,  estos compuestos
pueden sufrir procesos de lavado, biodegradación,  volatilización, 
fotodescomposición  e hidrólisis,  inmovilización  por adsorción  y formación  de
enlaces con partículas  de arcilla, óxidos,  oxihidróxidos,  etc., y transferencia a
organismos. Los procesos de contaminación  de suelos descritos anteriormente
tienen efectos locales o regionales.
Sin embargo, la comunidad científica  está  cada vez más  sensibilizada ante las
consecuencias que determinados procesos generales como el calentamiento
global del planeta debido al efecto invernadero pueden tener en los ciclos
biogeoquímicos  terrestres y el papel que los suelos pueden jugar para mitigar
sus efectos perniciosos. Desde el inicio de la revolución industrial, ha habido un
drástico incremento en la atmósfera de la concentración de dióxido de carbono
(CO2) y otros gases (metano, óxido  de nitrógeno,  clorofluorocarburos) como
consecuencia de la quema de combustibles fósiles  para las actividades
industriales y el transporte y la deforestación, que provoca la disminución de la
actividad fotosintética.
Este enriquecimiento artificial en la atmósfera de los llamados gases invernadero
aumenta la absorción de la radiación infrarroja emitida por la superficie terrestre
y da lugar a un incremento global de la temperatura. Para limitar la emisión de
gases invernadero a la atmósfera se desarrolló el Protocolo de Kioto de 2005, un
convenio internacional en el que se reconoció  que las emisiones netas de
carbono podían ser reducidas en parte a través de su acumulación en sumideros
terrestres. Así,  los suelos constituyen uno de los principales sumideros de
carbono de la naturaleza y tiene potencial para incrementar el secuestro de CO2,
principal responsable del efecto invernadero.
El secuestro de carbono por el suelo implica la eliminación del CO2 atmosférico 
por las plantas y el almacenamiento del carbono fijado como materia orgánica 
del suelo. Esta estrategia persigue incrementar la densidad de carbono orgánico 
en el suelo, mejorar su distribución  en profundidad y estabilizarlo en
microagregados edáficos  para protegerlo de la actividad microbiana. Aunque la
02. Y las técnicas  de recuperación  de suelos contaminados, para acumular
carbono en el suelo depende del contenido original en materia orgánica,  del
clima, de las características del suelo y su manejo, se puede potenciar al tomar
medidas para restaurar los suelos degradados y adoptar prácticas que protejan
los suelos cultivados como la ausencia de laboreo o el uso de cubiertas
vegetales.
Resumiendo;
El suelo es, por principio, el sitio donde van a parar gran parte de los desechos
sólidos  y líquidos  de cualquier actividad humana. Indiquemos no obstante, que
los suelos son también el receptáculo de los deshechos no deseables de origen
geológico, por ejemplo, de las aguas ácidas con metales pesados provenientes
de mineralizaciones sulfuradas aflorantes.

Todo lo que no tiene una utilidad en los procesos industriales, mineros, urbanos,
agrícolas,  etc., se acumula en el suelo, en general sin precauciones. Con ello,
las escombreras, mineras, los productos producidos en una fábrica,  muchos
desechos líquidos,  se han venido depositando sobre los suelos sin control
alguno a lo largo de siglos e incluso milenios.
Acompañado  a ello, la actividad agrícola  se ha venido enfrentando durante las
últimas  décadas  a la necesidad de aumentar la producción,  sobre dos bases
principales: el abonado, y el control de plagas. Baste mencionar dos ejemplos: el
uso intensivo de nitratos y fosfatos. En países  como Reino Unido y Francia
existen serios problemas de contaminación  de acuíferos  con compuestos
nitratados.
En definitiva, las actividades industriales y mineras por un lado, y las agrícolas 
por otro, han dado origen al problema de que muchos productos de origen
humano, o formados gracias a las actividades humanas, han ido a parar a los
suelos, generando a su vez otros problemas: la contaminación  de aguas
subterráneas, la bajada de productividad agrícola, la contaminación de cultivos,
el envenenamiento de ganado, la contaminación  de la selva, afectando así  de
forma directa la salud humana y ambiental.
DESARROLLO HISTÓRICO DE LOS AGENTES CONTAMINANTES
Las primeras manifestaciones de contaminación  antrópica  pudieron
causar efectos similares a los de otras causas naturales. Así en las
primeras culturas sin duda el fuego, que fue un elemento clave para
el desarrollo de las mismas, permitió  modificar la organización 
espacial del suelo. En un incendio forestal se producen un gran
número  de sustancias volátiles,  cenizas, etc, que regresan al suelo
con la lluvia o simplemente por la acción de la gravedad.

El desarrollo agrícola  del Neolítico  y sobre todo el posterior


descubrimiento de los metales y la manera de transformarlos,
debieron ser las causas fundamentales de la contaminación  de los
suelos.
Las labores agrícolas  en climas más  o menos áridos  provoca
frecuentemente la salinización  del suelo. El regadío  intensivo con
aguas de baja calidad (a veces, además,  en áreas  con suelos de
sustratos ricos en sales) provoca la rápida degradación del suelo. La
salinización  ha originado pérdidas  muy importantes de la capacidad
productiva en todas las culturas.
El descubrimiento y utilización  de los metales originó  la
meteorización  de S= y elementos metálicos,  que provocaron la
contaminación del entorno.
Desarrollo de la cultura urbana. La concentración  de población  en
pequeños  espacios implican residuos que se eliminan a través  del
suelo y el agua, así como el incremento de actividades comerciales e
industriales.
La revolución industrial ha representado una extrema abundancia de
productos residuales que han llevado en el siglo XX, y más 
concretamente en la segunda mitad, los niveles de contaminación 
mundial a límites insostenibles.
En la evolución  de la contaminación  producida por diferentes
compuestos se observa en los últimos  años  que los compuestos
radiactivos tienen tendencia a disminuir mientras que otros como los
organoclorados, derivados del petróleo y contaminaciones de origen
biológico, no dejan de aumentar.
La evolución  de los distintos contaminantes en los últimos  años  se
representa en las siguientes figuras.
UNIVERSIDAD DE HUÁNUCO
FACULTAD DE INGENIERÍA
E.A.P. INGENIERÍA AMBIENTAL
ASIGNATURA
CONTAMINACION Y TRATAMIENTO DE
SUELOS
LA PROBLEMÁTICA DE LA UTILIZACION  
DEL SUELO

DOCENTE:I NG. SIMEÓN CALIXTO VARGAS                             2 
0 2 1 - II
INTRODUCCION
Uno de los recursos naturales más  importantes es el suelo. Su
conocimiento se obtiene a través  de levantamientos que indiquen
las varias clases de suelos que podrían usarse para determinar los
cultivos que pueden desarrollarse exitosamente. Los estudios de
suelos pueden usarse para determinar la adaptabilidad de tierras
nuevas para la colonización,  o para proyectos de irrigación  y
drenaje. Los estudios pueden ayudar también  para determinar los
problemas de erosión,  que tan seriamente atañe  a las tierras del
Perú.  Estos levantamientos suministran la información  básica 
necesaria para los planes reguladores del uso de la tierra, de
urbanización, carreteras, etc.
La sostenibilidad y seguridad del sistema global de producción  de
alimentos dependen de la conservación  de determinadas funciones
del suelo, que es un recurso finito y no renovable. Actualmente la
producción  primaria de alimentos prioriza el mantenimiento de la
productividad del suelo, disminuyendo los costes financieros. La
degradación del suelo inducida por la agricultura intensiva es la causa
principal de pérdida  de productividad; por ello, la investigación 
agronómica se ha orientado hacia sistemas de cultivo que mantengan
la productividad del suelo. Algunos ejemplos significativos son
sistemas basados en no-laboreo, siembra directa, cultivos resistentes
a herbicidas, cultivos resistentes a la sequía  y a la salinidad y
eficiencia de uso del agua. En el contexto de seguridad del suministro
global de alimentos las estimaciones no parecen comprometidas a
corto plazo. Otra cuestión  es la calidad de los alimentos, la cuál 
depende de muchas otras funciones ecológicas del suelo
LA CONTAMINACIÓN DEL SUELO, PROBLEMÁTICA DE
PRIMERA MAGNITUD
Según  la ONU, “la  sostenibilidad de los suelos es
fundamental para afrontar las presiones de una población 
cada vez mayor y el reconocimiento, la promoción  y el
apoyo para fomentar la gestión  sostenible de los suelos
pueden contribuir a la existencia de suelos sanos y, por
extensión,  de un mundo que cuente con seguridad
alimentaria y de ecosistemas estables y que se utilicen de
manera sostenible”.
El suelo es la base para la producción  de la inmensa mayoría  de alimentos,
carburantes y materias primas que se emplean diariamente, y está sometido a
diversos tipos de amenazas, entre las que destaca la contaminación  por
fuentes puntuales industriales.
En el marco de la política  de protección  ambiental en la
Unión Europea, la Hoja de Ruta hacia una Europa Eficiente
en el Uso de los Recursos (COM 2011) 571 final) establece
que “para 2020 las políticas ambientales de la UE deberán 
tener en cuenta el impacto directo e indirecto del uso del
suelo a en la UE y globalmente, asegurarse de que la tasa
de ocupación del suelo está alineada con el objetivo de una
tasa nula para 2050; que la erosión del suelo se reduzca y
la materia orgánica  del suelo aumente, y que los trabajos
de remediación  en emplazamientos contaminados esté 
siendo acometida a un ritmo notable»
A nivel de la UE, la problemática de la contaminación del suelo es de primera
magnitud, con cerca de 250.000 emplazamientos potencialmente contaminados
(EEA), aunque el número real podría ser aún mayor ya que existen cerca de 3
millones de actividades con capacidad potencial de contaminar el suelo.
Aunque se han hecho esfuerzos en este sentido (80.000 emplazamientos
recuperados en los últimos  30 años)  se espera que el impacto de los errores
cometidos en el pasado en la gestión  de actividades potencialmente
contaminantes siga perdurando en las próximas  décadas  a medida que se
amplíen  los inventarios de emplazamientos históricos  y se inicien nuevas
actividades. La estimación  de la UE sobre los costes de les acciones de
recuperación  se sitúa  en el rango de miles de millones de €.  En el caso
concreto de España  se estima que existen más  de 10.000 emplazamientos
contaminados.
Con el fin de seguir proporcionando la mejor capacitación  a los profesionales
responsables de la gestión de espacios contaminados, el Instituto Superior de
Medio Ambiente imparte el curso de Contaminación  de Suelos y de las Aguas
Subterráneas.  El curso, con un claro enfoque práctico,  proporciona las
herramientas de diagnóstico necesarias para evaluar la calidad del suelo y las
aguas subterráneas  ante episodios de contaminación  puntual de origen
industrial, aborda estrategias y técnicas  para la planificación  del muestreo,
profundiza en la metodología del análisis cuantitativo de riesgos (ACR) y perfila
las principales tecnologías disponibles para la recuperación de suelos y aguas
subterráneas contaminados.
Manejo de suelos problemáticos
Los suelos no se categorizan como ‘‘buenos’’ ni ‘‘malos’’ ya
que la distinción se basa en su uso previsto. No obstante, la
mayoría  de los suelos presentan características  donde se
requiere intervenciones de manejo para evitar problemas en
la producción  agrícola  o degradación  ambiental. Se
diferencian entre los suelos “problemáticos”  cuyas
características poseen problemas para su manejo óptimo y
‘‘degradados’’  cuyos manejos inapropiados resultan en
problemas ambientales y de productividad.
La degradación  del suelo y sus efectos sobre la
población
La degradación del suelo afecta la calidad de vida de todo
ser humano. El suelo es uno de los recursos naturales más 
valiosos de un país, calificado con acierto como “el puente
entre lo inanimado y lo vivo”.  Se compone de material
rocoso meteorizado y descompuesto, agua, aire, materia
orgánica formada de la descomposición vegetal y animal, y
miles de formas diferentes de vida, principalmente
microorganismos e insectos (FAO)
El uso actual que se le da a la tierra, es el tema ambiental que hoy
reviste mayor gravedad y, a la vez, mejores posibilidades para la región, 
siendo sus principales consecuencias la erosión y pérdida de fertilidad, la
desertificación,  la deforestación,  la degradación  de pasturas, la
salinización  y alcalinización  de suelos bajo riego y la subutilización  de
tierras agrícolas  de buena calidad (BID-PNUD, 1992; IICA, 1997). Es
indudable que las modificaciones producidas en el suelo, y por efecto de
éste en el medio ambiente, afectan considerablemente la calidad de vida
de toda una población.  Sabemos que la agricultura es uno de los
principales autores de ese cambio. El cuidado ambiental no debe ser
considerado una cuestión momentánea, ni pasajera. Debe realizarse con
visión de futuro, en función a una idea de sostenibilidad, con el fin último 
de crear las condiciones que aseguren mejores niveles de vida, para las
generaciones actuales y venideras
Causas de la pérdida de tierras 
La modificación  del ambiente, a través  de la degradación  de la tierra, es un
proceso perjudicial que afecta negativamente el desarrollo de la población. Una
de las consecuencias se da en el rendimiento de los cultivos, que va
disminuyendo a medida que avanza la degradación.  Con el tiempo, cambia
también el uso que se da a esa tierra: de ser cultivable se convierte en área de
pastoreo; luego, se cubre de maleza y, finalmente, se torna árida  (Encina R.,
Arnulfo y José Ibarra. 2000). Muchas tierras aptas para cultivo se pierden, pues
éstas  son destinadas en la actualidad a usos no agrícolas  (FAO, 1984). Las
causas principales son la expansión  urbana, la construcción  de carreteras, la
minería  y la industria. Aparte de estas formas de pérdida,  existen otras de
degradación de la tierra, como la acumulación salina, daños físicos y biológicos, 
erosión eólica y erosión hídrica.
Efectos de la degradación del suelo sobre la población 
En los últimos  decenios, la ganadería  y el pastoreo excesivo han ocasionado
daños incalculables en numerosas regiones de África, Asia y América Central y
del Sur. En las zonas más  secas, el resultado final de la erosión  es la
desertificación. Si la erosión es para la tierra una enfermedad, la desertificación 
significa su muerte. Hoy, la desertificación  amenaza a unos 3.200 millones de
hectáreas  de tierra, y pone en peligro el sustento de más  de 700 millones de
personas. Hace veinte años, aproximadamente, un 30 por ciento de los suelos
cultivables del mundo se dedicaban todavía a la agricultura migratoria. Sólo en
África, más de 30 millones de personas practican este tipo de agricultura. En el
pasado, esto permitía conservar la fertilidad de la tierra, al dejarla en barbecho
durante largos períodos.  Así,  el suelo recuperaba su fertilidad original. En la
actualidad, debido a la presión demográfica y a los esfuerzos por aumentar el
rendimiento, prácticamente se suprimen los períodos de barbecho o descanso
de suelos utilizados en agricultura, y ésta  se convierte en una mucho más 
intensa.
La degradación  del suelo, sustento fundamental de toda la
población  humana, puede intervenir en la destrucción  de
civilizaciones enteras. Este es el caso de la cultura Maya, que se
mantuvo floreciente durante 1.700 años,  en lo que es actualmente
el territorio de Guatemala. Entre las causas de su decadencia, hacia
el año 900 d.C., se menciona la drástica degradación que sufrieron
sus suelos, ocasionando una grave disminución de la productividad
agrícola.  Al aumentar la presión  demográfica,  los Mayas
comenzaron a talar árboles  de las laderas abruptas, para extender
sus áreas de labranza. La tierra comenzó a sufrir una fuerte erosión, 
decayó  la capacidad de autoabastecimiento alimentario, y se
produjo, finalmente, el desmoronamiento de su civilización
Practicar el desarrollo sustentable es, sin duda, una necesidad
urgente. El desarrollo no puede dejarse enteramente a los albures
del mercado. La relación  hombre-medio ambiente debe ser
armónica,  en donde al hombre le corresponde establecer reglas y
condiciones, pues es quien posee poder de decisión.  La
conformación  de una relación  satisfactoria entre la sociedad y la
naturaleza implica, necesariamente, prever con suficiente antelación 
los daños  ecológicos  que las actividades humanas ocasionan,
algunos de los cuales podrían  ser de carácter  irreversible. De esta
manera, se podrá  tomar las medidas requeridas para mitigarlos o
evitarlos, antes de que ocurran. A partir de ahí,  el ordenamiento
territorial juega un rol fundamental.
“Deficiente  Aprovechamiento del Recurso Suelo en
el Sector Agrario” en el Perú
El Programa de la FAO Land Degradation Assessment in
Drylands señala  que a nivel de degradación  del suelo
debido al factor humano, la actividad agraria (
sobrepastoreo y deforestación)  constituye la principal
causa de degradación.  El Perú  presenta el 54% de la
superficie con degradación  moderada, severa y muy
severa, por encima de países como Chile, Brasil, México, 
Holanda, Noruega, Egipto, etc.
La problemática de contaminación de suelos en el Perú 
El Perú es un país pobre en suelos. Solamente el 6 % tiene un
potencial para el desarrollo agrícola,  mientras que el 13.94 %
para pastos naturales; solo contamos con 25,525,000 ha aptas
para la producción agrícola y ganadera; por ello, el alto valor de
los suelos con potencial agrícola.  En comparación  con otros
países  de Sudamérica,  nuestro país  presenta la relación  más 
baja de suelo productivo como sustento alimentario. Los tipos de
suelo que tenemos se han clasificado en siete regiones
geoedáficas:  Yermosólica,  Litosólica,  Paramosólica  o
Andonsólica,  Kastanosólica,  Lito-Cambisólica,  Acrisólica  y
Ferrasólica,  con variedades de grupos en cada región, 
determinando en total 36 grupos de suelos en nuestro territorio.
El suelo es un sistema abierto, complejo, autoorganizativo,
estructural y polifuncional; se comporta como un filtro y es un
soporte material de las plantas; por lo tanto, debe proporcionar
un medio adecuado para la germinación  de las semillas y el
desarrollo de las raíces;  buena aeración,  buena capacidad de
retención del agua y un régimen de circulación adecuado de las
fases líquida  y gaseosa dentro de los espacios porosos de la
fase sólida. Un buen suelo tiene 45 % de materiales inorgánicos 
en su composición,  5 % materiales orgánicos,  50 % de espacio
poroso, 25 % ocupado por el aire y 25 % por el agua; por las
propiedades que presenta el suelo, los contaminantes que estén 
en el aire o en agua ocupan los espacios y modifican su
composición.
Una vez que los contaminantes entran al suelo, se dispersan y
pueden llegar por aire, agua o depósitos  de residuos; tener un
suelo contaminado es tener un depósito  donde se dispersarán 
los contaminantes por la acción  del aire y del agua,
convirtiéndose  en un foco de contaminación.  La movilidad de
tales contaminantes depende de condiciones ambientales como
tipo de suelo, estructura, nivel de la napa freática,  temperatura,
composición  del suelo, y de los procesos del suelo que
finalmente regulan la contaminación,  como el pH que tiene una
capacidad de amortiguamiento, materia orgánica  que influye en
las propiedades físicas  y químicas,  precipitación  y disolución, 
volatilización,  oxidación  –  reducción,  que se produce en los
electrones libres en el agua oxidando los elementos metálicos y
formando sulfitos con los sulfatos, cambio iónico, y el proceso de
adsorción y desorción.
Los contaminantes en el suelo, dependiendo de sus
características,  si son residuos sólidos  se mantienen formando
parte de él, degradándose de acuerdo a su composición material.
Los contaminantes que estén  en líquido  o en estado gaseoso
serán  transportados por el agua y el aire; en el primer caso, el
agua transporta los contaminantes solubles presentes en el
suelo, superficialmente, por la acción de las lluvias, ríos, lagos y
mar, o se infiltran llegando hasta el acuífero  subterráneo; 
mientras que los contaminantes en estado gaseoso, debido a su
peso molecular, pueden ser transportados por el viento, por
ejemplo los hidrocarburos que son muy volátiles, los compuestos
orgánicos aromáticos, aminas, etc.
La falta adecuada de uso, manejo y planificación de suelo en el
Perú  ha ocasionado la pérdida  de este recurso, y cada día  es
mayor, principalmente el que sirve para el desarrollo agrícola  y
ganadero. La problemática  es diferente en cada región 
geográfica,  por ejemplo, en la costa se presenta la salinización 
de suelos, erosión  eólica,  erosión  fluvial, erosión  hídrica, 
desertificación;  en la sierra y selva alta la erosión  hídrica  es
grave, así  como el sobrepastoreo, la quema de pajonales y la
cobertura forestal, mientras que en la selva baja, se suma a los
problemas señalados  la pérdida  de fertilidad de los suelos una
vez que se pierde la cobertura forestal
Salinización de suelos 
Se presenta debido al excesivo sistema de riego que
todavía  practicamos en el Perú.  El riego por gravedad
que inunda el suelo y la malas condiciones de drenaje
ocasionan que el agua se evapore y se queden las sales
en el suelo, causando su pérdida por el alto contenido de
sal; es el principal problema de contaminación  de suelo
en la costa peruana.
Erosión eólica 
Causada por la acción  del viento. Este transporta
partículas  que, cuando chocan con el terreno, lo van
desgastando; es un proceso lento y afecta al suelo
cuando ha perdido la cobertura vegetal.
Erosión pluvial 
Los ríos  tienen un potencial erosivo por la energía  que
genera la acción  del agua, determinada por su caudal,
ocasionando el arrastre de suelos de las orillas en los
diferentes valles de la costa, sierra y selva.
El sobrepastoreo y la quema de pajonales
El pastoreo mal manejado por parte de algunas comunidades
campesinas ocasiona que el ganado divague sin ningún  control
en busca de alimento, erosionando el suelo y, a la vez,
exterminando las especies vegetales. El pastoreo en forma
simultánea  y por tiempo prolongado anula la capacidad de
regeneración  natural. Otro problema asociado a la pérdida  del
suelo es la quema de pajonales compuestos por ichu, iro ichu,
kachi, acsha, etc; una práctica  muy común  cuando los pastos
alcanzan gran tamaño  y no son consumidos por el ganado.
Después  de la quema, los rebrotes de los pastos son más 
suaves y suculentos, pero la continuidad de la quema afecta la
regeneración  natural de los pajonales y el suelo pierde
propiedades básicas y está expuesto a la erosión hídrica y eólica
Desertificación
La desertificación es la intensificación de la aridez. Cabe
destacar que este término  se utiliza para describir
procesos causados por los seres humanos. En cambio,
otro concepto llamado "desertización",  se utiliza para
describir el proceso natural de la formación de desiertos.
La desertificación, definida como la intensificación de las
condiciones desérticas y el decrecimiento paulatino de la
productividad de los ecosistemas, es generada
principalmente por el ser humano, que actúa  sobre un
medio frágil  y lo presiona en exceso para obtener su
sustento.
Cuando se tala vegetación  para despejar tierras o usar leña,  la
capa fértil del suelo es expuesta a la lluvia y al sol, la corteza del
suelo se endurece y se seca, impidiendo la infiltración  de más 
agua. Así  comienza el proceso de desertificación,  ya que
disminuye la filtración  acuosa a depósitos  subterráneos,  y la
capa de suelo superficial se erosiona y se convierte en estéril.

Las principales causas de desertificación  son la agricultura de


secano y riego;, la erosión  hídrica  y eólica,  los cambios
climáticos,  el sobrepastoreo, la deforestación,  los incendios
forestales, la extinción de especies nativas de flora y fauna, y la
expansión urbana.
Perdida de fertilidad por monocultivo y salinización:

Cuando se siembra la misma especie cada año, la tierra se deteriora.


El trigo agota el nitrógeno y otros nutrientes del suelo. Si se continúa 
cultivando trigo en la misma tierra, disminuye la producción cada año. 
El monocultivo de especies forestales también es un problema por la
misma razón.  Se está  viendo que el replante de pinos en el mismo
terreno ya no es tan rentable, porque en la segunda y tercera
plantación  disminuye el ritmo de crecimiento de los árboles.  Además 
de agotar las tierras, el monocultivo multiplica algunas plagas, pues
éstas  pueden contar siempre con el tipo de alimento al que están 
adaptadas.

La salinización del suelo es la acumulación de sales provenientes del


agua de regadío  y de los fertilizantes usados. Debido al exceso de
sales, el suelo pierde la fertilidad.
Urbanización:
La urbanización  es el avance y crecimiento de las
ciudades y la edificación de nuevas poblaciones, las que
generalmente se ubican sobre suelo fértil. De esta forma
se pierde el mejor suelo agrícola, se impide la recarga de
los depósitos de agua subterránea y se destruye mucha
microflora y microfauna que vive en el suelo. Una gran
parte de los suelos con alto potencial agrícola de muchos
países  se encuentran dentro de límites  urbanos y el
rápido crecimiento de las urbes amenaza las tierras.
Compactación:

La compactación  del suelo se produce por el paso de personas,


animales y vehículos  en forma repetida por el mismo lugar. Esto
provoca la desaparición de los espacios existentes entre las partículas 
del suelo, lo cual disminuye la cantidad de oxígeno  presente y, por
ello, la microflora y microfauna…

La degradación de los suelos es como una crisis silenciosa que esta


avanzando tan rápidamente  en América  Latina que pocos países 
tienen la esperanza de alcanzar una agricultura sostenible en un
futuro próximo. Es un problema que, a pesar de estar amenazando la
subsistencia de millones de personas en la región,  tiende a ser
ignorado por los gobiernos y la población en general.
Los Gobiernos nacionales, provinciales y locales tienen la
responsabilidad urgente de crear una mayor conciencia en la
población  acerca del deterioro de los recursos de tierras y de su
efecto negativo sobre la producción  agrícola  y la economía  de sus
países.

Las causas de la degradación de suelos tienen su origen en factores


socioeconómicos, en la sobre-explotación de la capacidad de uso de
las tierras y en prácticas de manejo de suelo y agua inadecuadas.

La información  disponible de investigación  sobre los tipos, causas,


grado y severidad de la degradación de tierras es todavía insuficiente
en la mayoría  de los países  de América  Latina. Esta falta de
información  dificulta enormemente la identificación  y la puesta en
práctica  de estrategias efectivas de conservación  y rehabilitación  de
tierras.
Para superar los problemas mencionados, se deben considerar
soluciones que impliquen una acción  inmediata y, también, 
métodos  de prevención  para impedir mayor deterioro futuro.
Parte del deterioro causado lo puede solucionar la naturaleza
misma con sus ciclos naturales. Por ello la acción  del ser
humano debiera contribuir a crear las condiciones necesarias
para que la naturaleza emprenda su obra de restauración.  Sin
embargo, recuperar el suelo una vez que éste ha sido destruido
es un proceso lento si se lo deja sólo  a su ritmo natural, y muy
costoso si se trata de acelerarlo. Por lo tanto, lo más razonable
es evitar que se destruya el suelo.
GRACIAS
UNIVERSIDAD DE HUÁNUCO
FACULTAD DE INGENIERÍA
E.A.P. INGENIERÍA AMBIENTAL

ASIGNATURA
COTAMINACIÓN  Y TRATAMIENTO DE 
SUELOS
METODOLOGÍA  DE EVALUACIÓN DE SUELOS.

DOCENTE: ING. SIMEÓN CALIXTO VARGAS 

11/10/2022 180
GUÍA PARA MUESTREO DE SUELOS 
Introducción
De conformidad con el Decreto Supremo N°  002-2013-MINAM por medio del
cual se aprueban los Estándares  de Calidad Ambiental (ECA) para Suelo, la
Guía para Muestreo de Suelos establece especificaciones para: 
i) determinar la existencia de contaminación en el suelo, 
ii) determinar la dimensión  (extensión  horizontal y vertical) de la
contaminación, 
iii) determinar las concentraciones de nivel de fondo, y/o
iv) determinar si las acciones de remediación lograron reducir la concentración 
de los contaminantes en el suelo, de acuerdo a las metas planteadas
En función al objetivo del muestreo de suelos, la Guía establece los siguientes
tipos:
muestreo de identificación, 
muestreo de detalle,
muestreo de nivel fondo, y
muestreo de comprobación de la remediación. 
En ella se especifica además, diferentes técnicas de muestreo, criterios para la
determinación  del número  de muestras, así  como medidas de calidad para la
toma y el manejo de muestras de suelos. No incluye el muestreo de aguas
subterráneas y sedimentos en ríos, lagos y mares.
1. PLAN DE MUESTREO
Para la realización de cualquier tipo de muestreo, previamente se debe elaborar
un plan de muestreo que contenga la información  y programación  relacionada
con los objetivos del muestreo. Para el plan del muestreo de suelos, es
necesario definir claramente los objetivos que permitan un óptimo  proceso de
levantamiento de la información  necesaria para la descripción  del sitio,
definiendo:
i) el área en la que se focalizarán los esfuerzos de muestreo, 
ii) objetivos del plan de muestro,
iii) los tipos de muestreo según  los objetivos definidos, la determinación  de la
densidad, y posición de puntos de muestreo,
v) los procedimientos de campo,
vi) los métodos de conservación de muestras, y 
vii) las necesidades analíticas a desarrollarse. 
1.1. Consideraciones Generales
El plan de muestreo, debe contener por lo menos los siguientes aspectos:
a) Información básica del suelo (potencialmente) contaminado, comprendiendo
los mapas de ubicación,  planos de distribución  de la infraestructura y
construcciones realizadas en el sitio de acuerdo a la evaluación  preliminar
(investigación  histórica  e inspección  del sitio) descrita en la Guía  para la
elaboración de Planes de Descontaminación de Suelos (PDS). 
b) Resultados de los estudios previos del suelo (potencialmente) contaminado.
c) Determinación  de las Áreas  de Potencial Interés.  La sustentación  de la
ubicación  y el número  de puntos de muestreo, la profundidad y el volumen
de muestra a colectar.
d) Personal involucrado precisando las responsabilidades y actividades en cada
procedimiento
e) La estrategia y procedimiento de toma de muestras a realizar. Tipo y método 
de muestreo.
f) Determinación de los parámetros a analizar en las muestras. 
g) Las técnicas,  el equipo y los instrumentos a emplearse en el muestreo, que
aseguren la homogeneidad y representatividad de las muestras.
h) Tipo y características  de la preservación  y conservación  de las muestras a
emplearse durante el transporte de las mismas al laboratorio.
i) Medidas de seguridad para el manejo de muestras, que determinen las
condiciones óptimas de la calidad del muestreo. 
j) Medidas de seguridad ocupacional a seguir durante el muestreo, lo
suficientemente explicitadas para garantizar la salud y seguridad de quienes
toman la muestra.
k) Número mínimo de puntos de muestreo según el tipo de muestreo
1.2. Estructura del Plan de Muestreo
El plan de muestreo de suelos (potencialmente) contaminado debe tener la siguiente
estructura básica:
1. Datos generales
1.1.Objetivo del muestreo: Definir de manera precisa las metas que se desean cumplir
1.2. Vías de acceso al sitio: Explicitar el acceso geo-referenciado al sitio de interés 
1.3. Resumen de estudios previos: Identificar información relevante de acciones previas
realizadas en el sitio de estudio
1.4.Localización geográfica del sitio (UTM WGS 84): Para su respectivo mapeo 
1.5.Delimitación  de las áreas  de interés  de muestreo: En base a la información 
disponible sobre las actividades anteladas o los procesos en curso.
2. Planeación y procedimiento del muestreo 
2.1.Tipo de muestreo
2.2.Localización, distribución y número de puntos de muestreo 
2.3.Profundidad de muestreo
2.4.Tipos de muestras (muestras simples o compuestas, de profundidad o
superficiales)
2.5.Estimación del Número total de muestras 
2.6.Parámetros de campo 
2.7.Equipo de muestreo de suelo
2.8.Medidas para asegurar la calidad del muestreo
2.9.Preservación de las muestras 
2.10. Tipo de recipientes y volumen de las muestras
2.11. Plan de salud y seguridad del operario
2.12. Plan de cadena de custodia
Anexos
3.1.Planos de ubicación 1
3.2.Plano vial de carreteras, caminos o calles para llegar al sitio y edificaciones2
3.3.Imagen aérea o satelital del sitio de alta resolución (de 15 cm a 60 cm) orto-
rectificadas.
3.4.Plano de la zona de estudio e identificación de los puntos de muestreo geo-
referenciado en coordenadas UTM.
3.5.Copia de la acreditación  y de la aprobación  del laboratorio vigente, con el
listado de signatarios autorizados.
1.3. Tipos de muestreo
1.3.1. Muestreo de Identificación (MI)
El muestreo de identificación  tiene por objetivo investigar la existencia de
contaminación  del suelo a través  de la obtención  de muestras representativas
con el fin de establecer si el suelo supera o no los Estándares  de Calidad
Ambiental y/o los valores de fondo de acuerdo a lo establecido en el D.S. N° 
002-2013-MINAM. El alcance del MI estará  definido por los resultados y
conclusiones de la investigación histórica y el levantamiento técnico (inspección)
del sitio.
En el muestreo de identificación,  no se dispone de datos precisos sobre la
concentración  de compuestos contaminantes en un suelo, sin embargo, para
contar con un límite  de confianza aceptable, es pertinente realizar un número 
mínimo de puntos de muestreo
Los resultados analíticos del MI serán comparados inicialmente con
los ECA suelo. Si los valores detectados en el suelo superan los
valores del ECA y/o los valores de fondo, se determina que el suelo
está contaminado y se procede con la fase de caracterización. 
Para la elaboración  del muestreo de identificación  es necesario
utilizar la información de la investigación histórica y la inspección del
sitio potencialmente contaminado, que provee de insumos para la
elaboración del modelo conceptual inicial, el mismo que debe ser lo
suficientemente detallado para identificar claramente las fuentes
potenciales o sospechosas de contaminación.  La hipótesis  de
distribución  de contaminantes contenidas en el modelo conceptual
orientan el diseño del muestreo de identificación. 
Se debe tener en consideración  los siguientes aspectos al momento de la
formulación del Muestreo de Identificación: 
• Se determina el Área  de potencial Interés  sobre la base de la investigación 
histórica y el levantamiento técnico (inspección) del sitio.
• Los contaminantes (parámetros)  que se analicen serán  aquellas sustancias
químicas  de interés  toxicológico  o ecotoxicológico  generados por las
actividades y procesos principales, secundarios y auxiliares, que se
desarrollan o se desarrollaron en el sitio de estudio).
• Cuando en base a la investigación  histórica  y la inspección  del sitio se
considere que hay información concluyente sobre el origen, fuente y tipo de la
posible contaminación  del suelo, el número  de puntos de muestreo se
determinará respetando el número mínimo de puntos de muestreo indicados
en la Tabla N° 5, aportando información que valide los resultados obtenidos y
enfocado en el área y los compuestos de potencial interés.
• Cuando no se tiene previo conocimiento de la distribución  del contaminante
se podrá  optar primero por una distribución  sistemática  por ejemplo una
Rejilla regular, en el Área de Potencial Interés, tomando en consideración los
puntos de muestreo. Más información de patrones de muestreo. 
• La profundidad del muestreo dependerá  del tipo de suelo y contaminante a
estudiar, y debe ser debidamente justificado, siendo necesario el muestreo a
lo largo de la perforación, incluyendo su documentación geológica. 
• En casos de perforaciones a diferentes profundidades, las muestras deben
ser tomadas por cada metro de profundidad que se perfore, considerando la
estratigrafía local. La longitud del núcleo de perforación a muestrear no debe
ser mayor a un metro.
• Para puntos de muestreo con profundidades igual o menores a 3 m, todas las
muestras tomadas deben ser analizadas.
• En perforaciones o zanjas con una profundidad mayor a 3 m, el número 
mínimo de muestras a analizar obtenidas por punto de muestreo son 3. Como
el objetivo de los análisis  químicos  es delimitar verticalmente la
contaminación, puede ser necesario analizar más de tres muestras.
• Las muestras a ser analizadas deben ser aquellas que presenten mayor
evidencia de la presencia del contaminante bajo estudio.
• Las modificaciones al proceso de muestreo de identificación  previamente
elaborado deberán justificarse, fundamentarse y documentarse.
• Para el control de calidad analítica se debe duplicar el 10% de las muestras a
ser analizadas para sitios con superficies menores o igual a 20 ha, y 5% para
superficies mayores a 20 ha, que deben ser analizadas en otro laboratorio
acreditado.
Con la documentación  y los resultados del muestreo de identificación,  y
establecida la necesidad de proceder con una fase posterior, se elaborará  el
Estudio de Caracterización,  el cual retroalimenta el modelo conceptual3 y los
objetivos del muestreo de detalle.
Patrón de En identificación y caracterización En remediación
Muestreo
Con distribución uniforme
Rejillas regulares Recomendado ampliamente Recomendado ampliamente
Rejillas triangulares Recomendado ampliamente Recomendado ampliamente
Rejillas circulares Recomendado en sitios donde hayan ocurrido Recomendado en sitios donde se aplique
fugas o derrames puntuales una remediación in situ en
contaminaciones puntuales
Sobre una línea Recomendado en sitios donde hayan ocurrido Recomendado en sitios donde se aplique
fugas a lo largo de una remediación in situ a lo largo de ductos
ductos
Diagonales múltiples Recomendado sólo si se asegura Recomendado sólo si se asegura
equidistancia entre los puntos homogeneidad en el suelo y
equidistancia entre los puntos
Con distribución homogénea
Diagonal cruzadas rotantes No recomendado Recomendado sólo en aquellos sitios
donde la contaminación es uniforme y
se va a dar seguimiento a una
atenuación natural
1.3.2. Muestreo de Detalle (MD)
Tiene por objetivo obtener muestras representativas de suelo para determinar el
área  y volumen (la distribución  horizontal y vertical) del suelo contaminado en
las áreas de interés determinadas a través de la fase de identificación. 
El muestreo de detalle, cuantifica y delimita las zonas de afectación del suelo y
las plumas de propagación en el agua subterránea, tanto en espacio y tiempo, a
partir del modelo conceptual redefinido. Caracteriza los medios en relación  a
factores que influyen en la liberación,  migración  y comportamiento de los
contaminantes, a través  de la delimitación  y cuantificación  de los focos; así  el
muestreo de detalle deberá  también  enfocarse a la determinación  de las
probables rutas y vías de exposición debiendo considerar los posibles puntos de
exposición  en el caso de que se lleve a cabo una evaluación  de riesgos a la
salud y el ambiente (ERSA).
Como resultado de la información  generada (modelo conceptual final), se
establece la necesidad de continuar con los siguientes procesos de gestión  de
un suelo contaminado: la realización del ERSA (de ser el caso) y, la propuesta
de remediación, que podría incluir, entre otras, las siguientes acciones: 
• De remoción de contaminantes 
• De contención 
• De atenuación natural monitorizada 
• De restricciones de uso
• De control de riesgo
Para el MD deberá tomarse un número de puntos mínimos de muestreo, En el
caso de que la información obtenida a través del Muestreo de identificación no
sea concluyente, se debe realizar un muestreo sistemático  lo suficientemente
detallado como para justificar la validez estadística  asociada al grado de
definición de la alteración. 
1.3.3. Muestreo de Nivel de Fondo (MF)
El objetivo de este muestreo es determinar la concentración  de los químicos 
regulados por el ECA suelo en sitios contiguos al área contaminada, los mismos
que pueden encontrarse en el suelo de manera natural o fueron generados por
alguna fuente antropogénica ajena a la considerada, siendo aplicable a metales
y metaloides.
Cuando se trate de sitios con antecedentes de presencia natural de sustancias
potencialmente tóxicas  en el sitio en estudio, se deberá  tomar muestras fuera
del área  de influencia del contaminante, pero de características  geográficas 
similares, que sirvan para establecer los niveles de fondo de dichos
contaminantes.
La estrategia del muestreo de nivel de fondo ha de ser debidamente justificada
tanto desde el punto de vista estadístico  como desde el punto de vista de la
localización de las muestras, usando como ayuda los datos y conclusiones de la
Fase de Identificación.  Así,  la localización  del área  de muestreo ha de
considerar lo siguiente:
a) El sitio de muestreo deberá estar fuera del sitio o predio en estudio y no debe
estar demasiado alejado del mismo.
b) El sitio de muestreo deberá presentar una orografía y geología similar al sitio
en estudio; y debe de estar en la misma área climática y de vegetación. 
c) Las muestras para el nivel de fondo deben ser compuestas, recolectadas en
un mínimo de tres áreas diferentes pero con características similares al área 
de estudio
Se debe proponer una estrategia de muestreo en base a la Fase de
Identificación y los criterios del especialista o empresa calificada.
1.3.4. Muestreo de Comprobación de la Remediación (MC) 
Tiene como objetivo demostrar que las acciones de remediación implementadas
en un suelo contaminado, alcanzaron de forma estadísticamente  demostrable,
concentraciones menores o iguales a los valores establecidos en el ECA Suelo
o los niveles de remediación  específicos  establecidos en base al Estudio de
Evaluación  de Riesgos a la Salud y el Ambiente (ERSA), según  su guía 
correspondiente.
Los resultados serán incorporados en el Informe de culminación de acciones de
remediación  que será  presentado a la entidad de fiscalización  ambiental
correspondiente.
Es recomendable que antes de la realización de un Muestreo de comprobación 
de la Remediación (MC) se realice un muestreo preliminar (muestreo que al no
ser obligatorio se realiza bajo criterios de la empresa), con la finalidad de tener
un buen margen de seguridad que los resultados del MC sean exitosos (el MC
se realiza con laboratorio acreditado y en lo posible con la presencia de la
autoridad fiscalizadora). Las experiencias recopiladas de otros países muestran
que cuando no se realiza un muestreo preliminar entonces es muy probable que
ocurran MC subsecuentes.
Para la remediación  consistente en la remoción  de suelos contaminados se
muestra seguidamente el procedimiento para la determinación de los puntos de
muestreo en el área de excavación.
a. Para áreas de contaminación de forma regular menores a 1 000 m2
� Cuando el área  de contaminación  tenga forma regular de un cuadrado, el
Número  de muestras y distribución,  será  de una muestra en cada pared (4) y
una en el fondo (1), total 5 muestras.
x x

x x
Cuando el área  de contaminación  tenga forma regular de un rectángulo,  el
Número de muestras y distribución, será de una muestra en cada pared corta (2),
dos en cada pared larga (4) y dos en el fondo (2), total 8 muestras.

x x

x xx

x x
b. Para áreas de contaminación de forma irregular menores a 1 000 m2 y hasta
5 000 m2
� El Número de muestras y distribución, será de una muestra por cada 15 – 20
metros lineales en las paredes del perímetro del área excavada y 2 en el fondo
según la superficie (áreas menores a 1 000 m2) y 3 o 4 para áreas hasta 5 000
m2, según sea el caso
c. Para áreas  de contaminación  de forma regular de 1 000m2 hasta 9 999
m2
El número de muestras y distribución será:
- Una muestra (1) por cada 75 a 100 m lineales en cada pared corta o larga
(distancia/75 - 100 = NPM).
- Dos muestra (2) en el fondo por cada 1 000 m2
d. Para áreas de contaminación de forma regular de 10 000 m2 a 150 000m2 
� El número  de muestras y distribución  será: - Una muestra (1) por cada 75 a
100 m lineales en cada pared corta o larga (distancia/75-100 = NPM)
- El número de puntos de muestreo (NPM) en el fondo se calculará según la
siguiente ecuación.
NPM = 18+ 2.34 * A
Donde
NPM = Número de puntos de muestreo;
A = Superficie en hectáreas.
Por ejemplo el total de puntos de muestreo para un área  de 6,000 m2 y 750
metros lineales de perímetro es de 12 muestras {2 x (6000 m2 /1000 m2)} en el
fondo, más 8 muestras en las paredes (750 m/100 m). 
En total son 20 puntos de muestreo más 2 duplicados.
Para otras técnicas  de remediación  como, técnicas  in situ (extracción  de
vapores, air –  sparging, bioventilación,  oxidación/reducción,  etc.) o
confinamiento/contención (cobertura, instalación de barreras, sistemas de recojo
de aguas y lixiviados), se requiere comprobar la eficacia de dichas técnicas 
mediante un muestreo idóneo a la técnica aplicada. 
En el caso de acciones de remediación in situ se requiere un número mínimo de
puntos de muestreo igual al muestreo de identificación. 
En el caso de acciones de confinamiento/contención, la comprobación de
la eficiencia de las medidas aplicadas estará  en función  de los objetivos
de remediación trazados, por ejemplo que la fuente de contaminación esté 
completamente aislada y no se generen lixiviados, polvos y gases, y/o
evitando la entrada a aguas superficiales y subterráneas;  esta
comprobación  se podría  realizar por ejemplo instalando una cadena de
pozos distribuidos transversalmente al flujo del agua subterránea  que
atraviesa el área remediada. 
Cuando la remediación  sea por atenuación  natural, el muestreo de
comprobación  tiene como objetivo el cumplimiento de la hipótesis 
planteada para la recuperación natural del sitio en el tiempo previsto. 
2. TÉCNICAS DE MUESTREO 
2.1. Consideraciones generales El muestreo es la actividad por la que
se toman muestras representativas que permiten caracterizar el suelo en
estudio, en tanto que la muestra puede ser definida como una parte
representativa que presenta las mismas características o propiedades del
material que se está  estudiando y las muestras que serán  enviadas al
laboratorio4 , constituyen las muestras elegidas para ser analizadas de
acuerdo a los objetivos establecidos.
La técnica  del muestreo a aplicar depende, entre otros, del objetivo del
estudio, de las condiciones edáficas,  meteorológicas,  geológicas  e
hidrogeológicas  en el sitio, la profundidad y accesibilidad de la
contaminación  en estudio y de los requerimientos analíticos acerca de la
cantidad y calidad de las muestras
Los equipos, las herramientas y los instrumentos a usarse en el muestreo
estarán en función de: 
• La profundidad máxima a la que se va a tomar la muestra. 
• El tipo de textura del suelo.
• El tipo de contaminante (volátil,  semivolátil,  no volátil)  que se presuma en el
sitio.
• La accesibilidad al punto de muestreo.
• El tamaño  de muestra necesaria para los análisis  requeridos, con base en
la(s) característica(s) o propiedad(es) de interés del contaminante y del sitio,
así como las especificaciones de los métodos analíticos. 
• Los instrumentos para la colecta de muestras en campo, deben ser fáciles de
limpiar, resistentes al desgaste y no deberán  contener sustancias químicas 
que puedan contaminar o alterar las muestras
• En el caso de contaminantes orgánicos,  los instrumentos de muestreo y los
envases o contenedores para la conservación  de la muestra no deberán 
contener sustancias químicas que puedan producir interferencias al momento
de realizar las pruebas analíticas.
• Cuando se trata de suelos contaminados con metales, se recomienda
utensilios de plástico,  teflón  o acero inoxidable para el muestreo. Los más 
comunes son: palas rectas y curvas, picos, barrenas y barretas, nucleadores,
espátulas,  navajas y martillo de geólogo,  considerar lápices,  marcadores y
etiquetas, así como, cinta métrica o flexómetro, planos o fotografías aéreas de
la zona con la ubicación tentativa de los puntos de muestreo. 
• Durante las actividades de muestreo, es importante incluir como material de
apoyo, cartas topográficas,  edafológicas,  climáticas  y geológicas,  un plano
cartográfico  del sitio y mapas de carreteras, con toponimia actualizada.
Además,  es recomendable incluir una libreta para registrar las acciones de
campo, una cámara fotográfica y la cadena de custodia para las muestras. 
En zonas de montañas  con laderas de diferentes pendientes, el muestreo
deberá  realizarse considerando la estratificación  en ladera alta, media y baja,
obteniéndose muestras para cada uno de los estratos identificados. 
La toma de muestras debe documentarse detalladamente considerando los
siguientes aspectos
• Datos generales del sitio en estudio (por ejemplo razón social, ubicación, uso
principal). Datos del punto de muestreo (por ejemplo clave del punto,
coordenadas, técnica  de muestreo, instrumentos usados, profundidad final,
profundidad de la napa freática, operador, etc.). 
• Datos de las muestras tomadas (por ejemplo, clave de muestra, profundad,
características  organolépticas,  textura, cantidad de la muestra tomada,
compactación/consistencia, humedad, etc.). 
• Comentarios adicionales y ubicación  de los puntos de muestreo en un
Croquis
Durante el muestreo las condiciones organolépticas comprenden: 
• El color determinado con la Tabla Munsell de colores.
• El olor teniendo cuidado de posibles intoxicaciones por inhalación de agentes
contaminantes (por ejemplo olor petroquímico  para gasolinas y productos
petroquímicos, sulfuroso por presencia de H2S, ácido proveniente de relaves
mineros, aromático provenientes de hidrocarburos aromáticos como alquitrán, 
BTEX, dulce para solventes, almendrado para cianuros, etc.).
2.2. Para muestras superficiales
Para la toma de muestras superficiales (hasta una profundidad de
aproximadamente un metro) se pueden aplicar sondeos manuales. Este sistema
es relativamente fácil, rápido de usar y de bajo costo, siendo poca la cantidad de
suelo que se puede extraer con esta técnica, será necesario obtener muestras
compuestas de varios sondeos. Otras técnicas  alternativas para la toma de
muestras superficiales pueden ser hoyos o zanjas.
En este tipo de muestras es permisible tomar muestras compuestas. La toma
de muestras superficiales no es aplicable para la determinación  de sustancias
orgánica volátiles. 
Grandes volúmenes de muestras (p.e. extraído de zanjas) requieren someterlas
a partición,  para reducirlas y obtener una muestra compuesta representativa.
Para esto se recomienda cuartear la muestra mezclada y repetir el proceso
hasta que llegue a la cantidad de material necesario
Se recomienda en particular la toma de muestras superficiales compuestas para
la evaluación  de riesgos a la salud humana (p.e. cuando se tiene un contacto
directo) o para la flora y fauna. En estos casos se recomienda un muestreo
bidimensional, es decir, la toma de sub-muestras (10 – 25 unidades) en un área 
y una capa determinada y unir las sub-muestras individuales en una muestra
compuesta.
Tabla N° 2: Profundidad del muestreo según el uso del suelo
Usos del suelo Profundidad del muestreo (capas)
Suelo Agrícola 0 – 30 cm (1) 
30 – 60 cm 
Suelo Residencial/Parques 0 – 10 cm (2) 
10 – 30 cm (3)
Suelo 0 – 10 cm (2)
Comercial/Industrial/Extracti
vo
1) Profundidad de aradura
2) Capa de contacto oral o dermal de contaminantes
3) Profundidad máxima alcanzable por niños 
2.3. Para muestras en profundidad
En un sitio potencialmente contaminado puede existir también una distribución espacial
en profundidad de las sustancias contaminantes. Esta puede resultar de la interacción 
entre las características  y propiedades del suelo a lo largo del perfil con las
características  y propiedades de las propias sustancias contaminantes. Por ello, es
esencial que el muestreo refleje también la posible variabilidad espacial en profundidad
de las sustancias contaminantes. De otra forma, las decisiones tomadas pueden no
resultar adecuadas.
• La profundidad del muestreo dependerá del tipo de suelo y contaminante a estudiar,
y debe ser debidamente justificado, siendo necesario el muestreo a lo largo de la
perforación, incluyendo su documentación geológica.
• En casos de perforaciones a diferentes profundidades, las muestras deben ser
tomadas por cada metro de profundidad que se perfore, considerando la estratigrafía 
local. La longitud del núcleo  de perforación  a muestrear no debe ser mayor a un
metro.
• Las muestras del suelo contaminado, siempre serán simples (material colectado en
un solo punto de muestreo), a menos que se señale otra especificación dependiendo
del contaminante.
• Evitar el uso de fluidos de perforación  y la utilización de equipos y recipientes para
las muestras, que ocasionen la pérdida de hidrocarburos volátiles y la contaminación 
cruzada.
• En el proceso de perforación  para la obtención  de muestras de suelo no se debe
inducir a la contaminación de acuíferos o cuerpos de agua subterráneas.
• Cuando se pueda recuperar una muestra del producto contaminante en fase libre (en
el caso de compuestos orgánicos como por ejemplo hidrocarburos), debe entregarse
dicha muestra al laboratorio junto con las muestras de suelo para la identificación del
tipo de compuesto presente.
• Se elegirá  el método  y equipo para el muestreo de acuerdo a las condiciones
geomorfológicas  del sitio, el tipo de contaminante, el nivel de la napa freática;  así 
como el tipo y profundidad de muestras a tomarse.
• En el caso exista peligro de que la perforación  induzca una contaminación  de
acuíferos  o cuerpos de aguas subterráneas  u ocasione un corte hidráulico  es
requerido sellar el agujero de la perforación  con materiales adecuados (p.e. pellets
de arcilla, suspensión de bentonita, etc.). 
• Una lista de los sistemas comúnmente utilizados para la toma de muestras sólidas, 
indicando su aplicación y las ventajas e inconvenientes
2.4. Para muestras en la fase gaseosa del suelo
Las muestras (aire de suelo, vapores en el suelo) se toman para medir la
concentración de agentes contaminantes volátiles en la fase gaseosa del suelo
(BTEX, hidrocarburos clorados y/o fluorados, n-alcanos), siendo importante para
la caracterización  de estos compuestos en el suelo. Por las características 
fisicoquímicas  de los contaminantes volátiles  (por ejemplo su fugacidad,
tendencia de acumularse en estratos con granulación fina) se considera que la
determinación de su concentración en la fase sólida del suelo es insuficiente. 
La lixiviación  y fugacidad de contaminantes volátiles  es controlado por varios
factores (por ejemplo características fisicoquímicas de la matriz sólida del suelo
y de los agentes contaminantes, influencias atmosféricas  e hidrogeológicas, 
interferencias por el proceso del muestreo, etc.) que se tiene que considerar en
la interpretación  de los resultados y el cumplimiento de altos estándares  de
calidad.
La extracción de la muestra gaseosa se realiza a través de pozos de
extracción, que pueden ser:
• Pozos de extracción  temporales (diámetro  entre 35 a 80 mm, en
pulgadas apto para uso único, bajos costos, instalación  de los
dispositivos de extracción en el agujero de un sondeo).
• Pozos de extracción estacionarios (diámetros > 80 mm, apto para
múltiples  muestreos y ensayos de extracción,  costos más 
elevados, instalación  de tuberías  de plástico  o acero con
perforaciones en el tramo de muestreo).
Antes y durante la construcción  de los puntos de muestreo debe observase lo
siguiente:
• Durante la perforación  de un punto de muestreo no debe aplicarse ningún 
enjuague dentro del mismo.
• Las cuerdas de las brocas de los tubos de perforación no deben aceitarse o
engrasarse.
• Solo se deben utilizar equipos de perforación  limpios. Antes de cada nueva
perforación  debe limpiarse el equipo de perforación  completa y
minuciosamente ya sea mecánicamente  o con agua. Compuestos
tensoactivos o solventes deben evitarse completamente durante la limpieza
del equipo.
• El equipo o herramienta de perforación  debe sacarse inmediatamente
después de realizada la perforación.
Independiente de qué tipo de pozo sea, es necesario colocar un sello en el
espacio superior del pozo entre el suelo y el equipo de muestreo (por
ejemplo mangueras o arcilla) y extraer un volumen de aire determinado
evitando el ingreso o presencia de aire atmosférico en el agujero que podría 
falsificar la muestra La temperatura atmosférica durante el muestreo no debe
estar por debajo de los 5°C,  para evitar resultados atenuados por
condensación  de contaminantes volátiles  en el equipo. Además  se
recomienda evitar la toma de muestras en momentos de lluvias. Para la toma
de muestra se aceptan métodos directos (por ejemplo envasar la muestra en
recipientes como viales de vidrio, botellas de aluminio con depresión 
“minican”, bolsas de plástico), métodos de acumulación (por ejemplo tubillos
con carbón activado) o sistemas de medición pasiva.
El equipo básico  que se requiere para la extracción  de muestras gaseosas
abarca:
• Sondeo de extracción.
• Dispositivos de extracción (por ejemplo bombas), que permiten regular el
flujo de aire.
• Medidor del flujo de aire.
• Recipientes para colectarlas muestras gaseosas (dependiendo del método 
de muestreo)
• Dispositivos para medir el contenido de metano, dióxido  de carbono,
oxígeno  y eventualmente ácido  sulfhídrico  o monóxido  de carbono en el
flujo de aire.
• Eventualmente dispositivos para medir la concentración  de agentes
contaminantes directamente en el campo.
Los datos básicos que se tienen que documentar en el muestreo son:
• Datos generales (fecha, hora, lugar, nombre de la persona que ejecute el muestreo).
• Características  del punto de muestreo (por ejemplo sellado de la superficie, perfil
geológico, nivel de la napa freática).
• Datos climáticos (temperatura, presión atmosférica, precipitación antes y durante el
• muestreo).
• Descripción del pozo de extracción (profundidad del agujero, equipamiento, tipo de sello).
• Sistema/dispositivo de extracción.
• Volumen extraído antes del muestreo.
• Flujo de aire (antes y durante la toma de las muestras).
• Presión inferior.
• Contenido y desarrollo de los componentes principales durante la extracción  (metano,
dióxido de carbono, oxígeno y eventualmente ácido sulfhídrico o monóxido de carbono),
que serán  utilizados en el estudio de caracterización  y en la evaluación  de riesgos a la
salud y el ambiente.
• Descripción de los recipientes y/o el procedimiento del muestreo.
3. MANEJO DE LAS MUESTRAS
Es necesario observar ciertas consideraciones en el manejo de
las muestras, sin embargo, es pertinente cumplir con los
protocolos establecidos por los laboratorios respecto a la
recolección y conservación de las muestras para su análisis. 
3.1. Materiales para guardar y transportar muestras
Las características  del recipiente deben ser compatibles con el
material del suelo y los agentes contaminantes en estudio a
muestrear deben ser resistentes a la ruptura y evitar reacciones
químicas con la muestra y/o pérdidas por evaporación. 
Debe evitarse en lo posible el uso de agentes químicos  para conservar
muestras de suelo, salvo que las metodologías  lo estipulen. Para su
conservación  es conveniente mantenerlas en lugares frescos (4 a 6 °C), 
aplicables en contaminantes orgánicos. 
El volumen del contenedor debe ser aproximadamente el mismo de la
muestra, a fin de minimizar el espacio vacío. 
Cuando se trate de COV’s  o elementos volátiles,  no es recomendable la
toma de muestras de suelos por trasvase debido a las pérdidas  y
subestimaciones a las que estas últimas  conducen, esto es aún  más 
importante y válido si se pretende realizar una evaluación de riesgos del sitio.
3.2. Etiquetado
• La etiqueta debe ser colocada en un lugar visible y no sobrepasar el
tamaño del recipiente y adherida adecuadamente para evitar su pérdida.
• La etiqueta que acompañe  a la muestra, debe contar con la siguiente
información  como mínimo: número  o clave única  de identificación,  lugar
del muestreo, nombre del proyecto, y la fecha y hora del muestreo,
nombre de la empresa así  como las iniciales de la persona que toma la
muestra.
• La impresión  de los datos en la etiqueta, debe realizarse con tinta
indeleble.
• Inmediatamente de la toma de muestra se debe proceder al etiquetado y
registro de la muestra.
3.3. Ficha de muestreo
Documento que recoge información  levantada en campo, que incluye la
técnica  de muestreo, las condiciones del punto de muestreo y una
descripción de las muestras tomadas 
3.4. Cadena de Custodia
La documentación de la cadena de custodia debe contener al menos:
• El número  de la hoja de custodia proporcionada por el laboratorio
acreditado.
• El nombre de la empresa y del responsable del muestreo.
• Los datos de identificación del sitio (coordenadas UTM).
• La fecha y hora del muestreo.
• Las claves de las muestras.
• Nombre del laboratorio que recibe las muestras.
• Los análisis o la determinación requerida.
• El número de envases. 
• Observaciones.
• Identificación  de las personas que entregan y reciben en cada
una de las etapas de transporte, incluyendo fecha y hora.
La cadena de custodia en original y dos copias debe acompañar 
a las muestras desde su obtención, durante su traslado y hasta el
ingreso al laboratorio. El laboratorio debe incluir una copia de esta
cadena con los resultados del análisis,  la copia debe estar
firmada por todos los participantes en el proceso de muestreo y
por la persona del laboratorio que recibe las muestras para su
análisis
3.5. Condiciones de seguridad de las muestras
• Considerar los pre-tratamientos in situ de las muestras, según  determinadas
operaciones requeridas como por ejemplo el filtrado, adición  de reactivos, de
preservantes, etc.
• El traslado de la muestra deberá ser realizado con los cuidados requeridos para
evitar su deterioro, para ello deben ser embaladas asegurando la completa
inmovilidad de los recipientes que las contienen durante el transporte.
• Las muestras que requieran temperatura y condiciones de almacenamiento
especial deben ser transportadas en contenedores adecuados.
• El traslado de las muestras al laboratorio se debe hacer dentro de los plazos
recomendados.
• Para la seguridad y limpieza en la manipulación  de la muestra, se debe incluir
guantes de látex-k, agua deionizada, lentes de seguridad, toallas de papel,
mascarilla para polvos y franelas. Usar etiquetas adheribles, marcador indeleble,
cinta adhesiva y bolígrafos.
• No se deben analizar muestras cuyos sellos hayan sido violados
4. MEDIDAS DE SEGURIDAD OCUPACIONAL DURANTE EL MUESTREO
El levantamiento de información  y muestras en un emplazamiento
contaminado debe considerar los aspectos relacionados con el riesgo a la
salud y la seguridad del personal que interviene en su desarrollo, así como
de la población  local si la hubiere y que puede verse afectada, debiéndose 
tener en consideración los siguientes aspectos: 
• Considerando que las muestras pueden tener propiedades tóxicas, 
corrosivas, explosivas e inflamables, debe evitarse el contacto a través de
la piel o las mucosas. Una protección mínima implica el uso de gafas de
seguridad, de guantes de látex  o de otro tipo (dependiendo de los
potenciales contaminantes), de botas aislantes, protectores auditivos, ropa
adecuada y uso de explosímetros. 
• Acciones de contingencia frente a ingestión  accidental de medios
contaminados (suelos, aguas, alimentos, etc.)
• Inhalación de gases o vapores presenten o que se desprendan durante el
muestreo pudiéndose  emplear mascarillas y respiradores de oxígeno 
cuando el muestreo se realiza en pozos o áreas  cerradas, y en cúmulos 
de residuos químicos, para ello deberán usarse detectores automáticos de
gases, tubos colorimétricos. 
• Prevención  a la exposición  a peligros físicos  durante las actividades de
muestreo y/o uso de la maquinaria y equipos tales como detectores de
canalizaciones y tuberías enterradas. 
• Exposición  a riesgos eléctricos,  fuego o explosiones, para ello es
necesario el uso de ropa protectora especial.
Se deberá  seguir los procedimientos, protocolos y directivas que están 
establecidas en las normas sobre seguridad e higiene a nivel nacional.
5. DETERMINACIÓN DE PUNTOS DE MUESTREO 
5.1. Consideraciones generales
La hipótesis planteada acerca de la distribución espacial de la contaminación 
en el emplazamiento debe orientar la distribución  y selección  de los puntos
de muestreo, de allí que sea pertinente la división de la zona en estudio en
áreas  de potencial interés  en función  a la probabilidad de encontrar
contaminación. 
Se debe identificar aquellas áreas que presenten una distribución similar en
cuanto a la contaminación  (zonas con afectación  localizada y zonas en las
que se sospeche afectación no localizada), discriminadas de aquellas en las
que se tiene constancia de que nunca fueron utilizadas con fines industriales
dentro del emplazamiento (zonas no probable de afectación). Así el esfuerzo
se debe centrar en las áreas  donde haya mayor incertidumbre o mayor
probabilidad de existencia de contaminantes y en la que la variabilidad de la
distribución de la contaminación sea mayor. 
5.2. Número mínimo de puntos de muestreo 
Un punto de muestreo es la ubicación  espacial geo-referenciada
del lugar donde se va a colectar las muestras sean éstas 
superficiales o en profundidad.
5.2.1. Para el Muestreo de Identificación 
El número  mínimo  de puntos de muestreo se determina en
función  de cada área  de potencial interés  dentro del predio de
estudio, que abarca el número  total de los puntos de muestreo,
tanto superficial (área  de toma de muestras compuestas) como
de profundidad.
Número mínimo de puntos de muestreo para el Muestreo de Identificación
Área de potencial interés (Ha)  Puntos de muestreo en total
0,1 4

0,5 6

1 9

2 15

3 19

4 21

5 23

10 30

15 33

20 36

25 38

30 40

40 42

50 44

100 50
Nota: para áreas  superiores a las 100 hectáreas  se deberá  determinar el
número mínimo de puntos de muestreo con la siguiente ecuación:
N = 0.1X + 40
Dónde:
N= Número mínimo de puntos de muestreo
X =Superficie en hectáreas
El número  total puntos de muestreo estará  distribuido entre puntos de
muestreo superficiales y de profundidad. Dicha distribución estará en función 
de las características  del sitio, de la distribución  supuesta de los
contaminantes y de las rutas de exposición en estudio.
5.2.2. Para el Muestreo de Detalle
El número de puntos de muestreo de detalle está en función a los objetivos
señalados en el ítem 
1.3.2, En el caso de que con el muestreo de identificación  y los análisis 
correspondientes hayan determinado que el suelo está  contaminado. La
representatividad del muestreo debe justificarse adecuadamente de forma
técnica de acuerdo a las características del sitio. 
Para asegurar una calidad mínima  de la caracterización  se requiere un
número  mínimo  de puntos de muestreo adicionales en torno a los puntos
provenientes del Muestreo de Identificación  que hayan superado el ECA
para suelos o los Niveles de Fondo
Por ejemplo, en el muestreo de identificación  se realizaron 10 puntos de
muestreo de los cuales resultaron mediante análisis 4 que superaban el ECA
Suelos o niveles de fondo, en consecuencia para el muestreo de detalle se
requerirán.
El número  mínimo  de puntos de muestreo
representan el “mínimo de calidad” y por ello en la
ejecución de una caracterización deberán tomarse
muestras de un número igual o mayor de puntos de
muestreo. Solo en casos particulares el mínimo es
adecuado, por regla común  se requiere de un
número mayor de puntos de muestreo. 
 Número mínimo de puntos de muestreo en el Muestreo de Detalle
Puntos del MI P8untos de muestreo en el
> ECA o Nivel de Fondo M9uestreo de Detalle
1 4
2 6
3 7
4 9
5 11
6 13
7
8 14
9 16
10 18
15 20
20 37
25 46
50 90
Cuando se requiera calcular un número mínimo de puntos de muestreo que
no estén contemplados en la tabla se deberá utilizar la siguiente ecuación.
N = 1.75X + 2
Dónde:
N= Número mínimo de puntos de muestreo en el Muestreo de Detalle
X = Puntos de muestreo del MI que superaban los ECA suelos o Niveles de
Fondo
5.2.3. Para el Muestreo de Nivel de Fondo
En el caso del muestreo de fondo, se considera como punto de
muestreo un área  donde se obtendrán  sub-muestras
representativas para la conformación de una muestra compuesta.
Como se señaló  en el ítem  1.3.3, para el muestreo de fondo se
considera un mínimo  de tres puntos de muestreo en áreas 
homogéneas  con características  orográficas,  geológicas, 
climáticas  y de vegetación  similares. En áreas  de estudio
heterogéneas  con las características  mencionadas, se deben
duplicar el número de puntos de muestreo. 
5.2.4. Para el Muestreo de Comprobación 
El muestreo dependerá de las acciones de remediación ejecutadas conforme
al PDS, en consecuencia se deberá tener criterios y protocolos que permitan
abordar la variedad de dichas acciones. En la presente Guía  se ha
considerado en el Ítem 
1.3.4 los criterios para el muestreo de comprobación  en actividades de
remediación concerniente a excavación o remoción del suelo contaminado. 
Para otras actividades de remediación, tales como técnicas de mitigación in
situ, confinamiento, encapsulado, atenuación natural o restricciones de uso;
la comprobación  de la eficacia de su aplicación  estará  en función  de las
medidas propias de la técnica,  en consecuencia se debe de tomar en
consideración las recomendaciones de cada técnica.

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