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ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

Magistrado Ponente

STC11274-2021
Radicación n.° 11001-02-03-000-2021-02945-00
(Aprobado en sesión virtual de primero de septiembre de dos mil veintiuno)

Bogotá, D.C., primero (1°) de septiembre de dos mil


veintiuno (2021).-

Decide la Corte la acción de tutela interpuesta por


Nancy Arango Costaín contra la Sala Civil Familia del
Tribunal Superior de Manizales, trámite al que fueron
vinculadas las partes y los intervinientes del asunto
constitucional a que alude el escrito inicial.

ANTECEDENTES

1. La promotora del amparo reclama la protección


constitucional de sus garantías esenciales al debido proceso,
al acceso a la administración de justicia y a la igualdad,
presuntamente conculcadas por la autoridad convocada, en
el marco de la salvaguarda que presentó contra el Juzgado
Séptimo de Familia de Manizales y otro, con radicado n.º
2021-00131-00.
Rad. n°. 11001-02-03-000-2021-02945-00

Por tal motivo, pretende que por esta senda se ordene a


la Sala Civil Familia del Tribunal Superior de Manizales,
«declar[ar] la NULIDAD del auto fechado 6 de agosto de 2021» a través

del cual no se concedió la impugnación presentada contra el


fallo emitido dentro del trámite constitucional antes referido,
pretextando la extemporaneidad en su presentación, y que
consecuencialmente, se ordene trámite a la segunda instancia.

2. Para respaldar su queja refiere que el 29 de julio de


la calenda que avanza, la Colegiatura accionada negó la
protección que solicitó contra el Juzgado Séptimo de Familia
de esa misma ciudad y el señor Santiago Giraldo Llano,
decisión que le fue notificada al día siguiente a través del canal
digital informado en su momento, pero «solo tuvo acceso al correo
electrónico hasta el día martes 3 de agosto de 2021, por lo cual[,]
tratándose de una notificación realizada a través de este medio
tecnológico, opera la aplicación de lo reglado en el Decreto 806 de 2020
en el inciso 3 del artículo 8».

Refiere que en virtud de lo expuesto, impugnó la


decisión el 5 de agosto siguiente, es decir en tiempo, pues
conforme las disposiciones del mentado Decreto, la
«notificación por correo electrónico se tendrá entendida a partir de los
dos días hábiles siguientes al envío del correo electrónico», por lo que

la presentación ocurrió efectivamente dentro de los dos (2)


días siguientes a su enteramiento y no al día cuatro (4) como
erradamente lo entendió la magistratura encartada, siendo
tal vicisitud suficiente para viabilizar la intervención del juez
de tutela.

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3. Una vez asumido el trámite, el 19 de agosto actual


se admitió la acción de tutela y se ordenó el traslado a los
involucrados para que ejercieran su derecho a la defensa.

RESPUESTA DEL ACCIONADO

a. La Sala Civil Familia del Tribunal Superior del


Distrito Judicial de Manizales, tras hacer un compendio de la
actuación a su cargo, defendió la legalidad de su proceder, y
en tal sentido explicó que la notificación a las partes se surtió
el 30 de julio de los corrientes, «transcurriendo el término para
impugnar los días 02, 03 y 04 de agosto de 2021», mientras que la

impugnación fue elevada el día 5, por lo que al día siguiente


profirió decisión denegando el mecanismo por extemporáneo.

b. Al momento de registrar el proyecto de fallo, no se


habían efectuado más pronunciamientos.

CONSIDERACIONES

1. La acción de tutela es por regla improcedente


contra decisiones judiciales, premisa que aplica con mayor
rigor cuando la determinación atacada fue proferida por un
juez constitucional como epílogo del trámite de amparo; de lo
contrario, se abriría la puerta a una espiral infinita de
acciones de la misma naturaleza, en la que se controvertiría
ad aeternum lo expresado en el primer fallo. Así las cosas, de
manera sumamente excepcional, la Corte ha admitido la
intervención de un segundo juez de amparo cuando en el

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trámite de la acción se ha incurrido en una vulneración clara


y ostensible al debido proceso de alguna de las partes o de
terceros con interés en el resultado del respetivo trámite

2. Acerca de esta especial temática, la Corte


Constitucional, en sentencia SU-627 adiada 1º de octubre de
2015, consolidó los criterios dispuestos desde el año 2001
acerca de los casos en los cuales, de manera excepcional,
resulta procedente la acción de tutela frente a una
controversia suscitada con ocasión de un trámite de igual
naturaleza, de la siguiente manera:

«4.6. Unificación jurisprudencial respecto de la procedencia


de la acción de tutela contra sentencias de tutela y contra
actuaciones de los jueces de tutela anteriores o posteriores a la
sentencia.

4.6.1. Para establecer la procedencia de la acción de tutela,


cuando se trata de un proceso de tutela, se debe comenzar por distinguir
si ésta se dirige contra la sentencia proferida dentro de él o contra una
actuación previa o posterior a ella.

4.6.2. Si la acción de tutela se dirige contra la sentencia de tutela,


la regla es la de que no procede.

4.6.2.1. Esta regla no admite ninguna excepción cuando la


sentencia ha sido proferida por la Corte Constitucional, sea por su Sala
Plena o sea por sus Salas de Revisión de Tutela. En este evento solo
procede el incidente de nulidad de dichas sentencias, que debe
promoverse ante la Corte Constitucional.

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4.6.2.2. Si la sentencia de tutela ha sido proferida por otro juez o


tribunal de la República, la acción de tutela puede proceder de manera
excepcional, cuando exista fraude y por tanto, se esté ante el fenómeno
de la cosa juzgada fraudulenta, siempre y cuando, además de cumplir
con los requisitos genéricos de procedibilidad de la tutela contra
providencias judiciales, (i) la acción de tutela presentada no comparta
identidad procesal con la solicitud de amparo cuestionada; (ii) se
demuestre de manera clara y suficiente, que la decisión adoptada en la
sentencia de tutela fue producto de una situación de fraude (Fraus omnia
corrumpit); y (iii) no exista otro medio, ordinario o extraordinario, eficaz
para resolver la situación.

4.6.3. Si la acción de tutela se dirige contra actuaciones del


proceso de tutela diferentes a la sentencia, se debe distinguir si éstas
acaecieron con anterioridad o con posterioridad a la sentencia.

4.6.3.1. Si la actuación acaece con anterioridad a la sentencia y


consiste en la omisión del juez de cumplir con su deber de informar,
notificar o vincular a los terceros que serían afectados por la demanda
de tutela, y se cumplen los requisitos generales de procedibilidad de la
acción de tutela, la acción de tutela sí procede, incluso si la Corte
Constitucional no ha seleccionado el asunto para su revisión.

4.6.3.2. Si la actuación acaece con posterioridad a la sentencia y


se trata de lograr el cumplimiento de las órdenes impartidas en dicha
sentencia, la acción de tutela no procede. Pero si se trata de obtener la
protección de un derecho fundamental que habría sido vulnerado en el
trámite del incidente de desacato, y se cumplen los requisitos generales
de procedibilidad de la acción de tutela contra providencias judiciales, la
acción de tutela puede proceder de manera excepcional».

3. Acorde con el precitado pronunciamiento, esta Sala


ha protegido el derecho fundamental al debido proceso, en el

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específico evento en que el fallo de tutela de primera instancia


es notificado sin el lleno de los requisitos legales, y esa
irregularidad determina la posterior decisión de negar la
impugnación presentada por alguno de los extremos
procesales, situación generadora de un defecto procedimental
que justifica la pronta intervención en el asunto por parte de
un segundo juez constitucional, porque impide el estudio en
segunda instancia del reclamo por la protección de los
derechos fundamentales.

4. En el presente asunto se observa, que la censura de


la ciudadana Nancy Arango Costaín está encaminada, en lo
fundamental, contra el proveído dictado el 6 de agosto del año
que avanza por la Sala Civil Familia del Tribunal Superior de
Manizales, a través del cual se negó por extemporánea, la
impugnación que presentó contra la decisión del 29 de julio
anterior que resolvió «DECLARAR IMPROCEDENTE el amparo de los
derechos fundamentales al debido proceso, defensa e igualdad», en el

marco de la acción de tutela que la aquí interesada promovió


contra el Juzgado Séptimo de Familia de la capital Caldense y
el señor Santiago Giraldo Llano, pues según su criterio, sí
presentó oportunamente la opugnación frente a lo
determinado.

5. Tienen trascendencia para la decisión que se está


adoptando, los siguientes elementos de juicio extraídos del
escrito de tutela y del expediente del amparo cuestionado, a
saber:

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5.1. Dentro de la salvaguarda antes individualizada, el


29 de julio de los corrientes la Sala Civil Familia del Tribunal
Superior de Manizales desestimó la protección reclamada por
la aquí interesada.

5.2. Al día siguiente, esto es, el 30 de julio de la


presente anualidad, se notificó electrónicamente esa decisión
a las partes e intervinientes dentro del asunto.

5.3. El pasado 5 de agosto la aquí interesada vía e-mail,


impugnó la sentencia constitucional de primer grado a través
de su apoderada judicial.

5.4. Mediante decisión del 6 de agosto hogaño, el


Tribunal cognoscente rechazó por tardío el mecanismo
incoado, tras advertir que «la notificación la sentencia de tutela
puede hacerse por telegrama o por cualquier medio expedito que asegure
el cumplimiento, en un lapso que no debe exceder del día siguiente a su
expedición (art. 30 Decreto 2591 de 1991); cumplido lo cual, inicia a
correr el plazo de tres días para intercalar el recurso de impugnación (art.
31 Decreto 2591 de 1991)», y, en el caso bajo estudio, «la sentencia
adiada el 29 julio de 2021 fue notificada el 30 subsiguiente2 y la censura
se presentó el 5 de agosto del año en curso, ha de pregonarse su
extemporaneidad; por consiguiente».

6. Expuesto lo anterior, concluye la Corte lo resuelto


por la Colegiatura encartada en la determinación
previamente citada, ciertamente ostenta un defecto que
constituye la causal de procedencia del amparo que a través
de esta vía se reclama, si en cuenta se tiene que en el conteo
del término para presentar la impugnación, se pasó por alto

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lo previsto por el legislador en el artículo 8º del Decreto 806


de 2020 sobre notificaciones judiciales a través de medios
electrónicos, en cuanto a que «las notificaciones que deban hacerse
personalmente también podrán efectuarse con el envío de la providencia
respectiva como mensaje de datos a la dirección electrónica o sitio que
suministre el interesado en que se realice la notificación (…) la
notificación personal se entenderá realizada una vez transcurridos dos
días hábiles siguientes al envío del mensaje y los términos empezarán a
correr a partir del día siguiente al de la notificación».

Lo anterior, porque los artículos 16 y 31 del Decreto


2591 de 1991 establecen, en su orden, que en el trámite de
la acción de tutela «las providencias que se dicten se notificaran a
las partes o intervinientes, por el medio que el juez considere más
expedito o eficaz», y que «el fallo se notificará por telegrama o por otro
medio expedito que asegure su cumplimiento, a más tardar al día
siguiente de haber sido proferido»; entonces, de optarse por

enterar el fallo de tutela a través del uso de los medios


digitales de información, corresponde aplicar lo que al
respecto regula el inciso tercero del artículo 8º del Decreto
806 de 2020: «[l]a notificación personal se entenderá realizada una
vez transcurridos dos días hábiles siguientes al envío del mensaje y los
términos empezarán a correr a partir del día siguiente al de la
notificación».

Lo expuesto, sin que lo indicado al inicio de la citada


norma, respecto a que aplica para las notificaciones que
«deban hacerse personalmente», pueda tenerse como un motivo
para excluir las notificaciones de tutela, no solo porque el
texto legal no está restringiendo su aplicación a ese único
evento, valga señalar, las notificaciones que deban hacerse

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personalmente, sino más importante aún, porque se


excluiría al mecanismo constitucional para la protección de
los derechos fundamentales, de una garantía adicional para
los derechos de defensa y contradicción, socapa de una
restrictiva interpretación normativa.

7. Ante este panorama, al haberse enviado el


mensaje de correo electrónico para la notificación de la
sentencia de tutela el viernes 30 de julio del presente año, en
aplicación a lo establecido en el artículo 8º de la comentada
normativa, el enteramiento se entiende surtido dos (2) días
después, es decir, transcurridos los días lunes 2 y martes 3,
por lo que el término para impugnar aconteció los días
miércoles 4, jueves 5 y viernes 6 de agosto, siendo en
consecuencia, oportuna la réplica presentada por la
accionante el segundo de esos días, es decir, el 5 de agosto
actual, cuando todavía se encontraba corriendo el término
para tal efecto, conforme a lo previsto en el último inciso del
artículo 109 del Código General del Proceso que señala: «[l]os
memoriales, incluidos los mensajes de datos, se entenderán presentados
oportunamente si son recibidos antes del cierre del despacho del día en
que vence el término».

8. Así, aunque los jueces ordinarios gozan de una


discreta y razonable libertad para la exégesis del
ordenamiento jurídico, no cabe duda que en el presente caso
se hace necesaria la intervención excepcional de un segundo
Juez de tutela con el fin de remediar el quebrantamiento
constitucional advertido, pues el desacierto evidenciado en
líneas precedentes transgredió de forma directa el derecho

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fundamental de la actora al debido proceso, mediante la


inobservancia de una norma procedimental aplicable al
asunto sub examine, y de contera, evitó su acceso efectivo a
la administración de justicia, al quitarle la posibilidad de
contar con la garantía de doble instancia, que se contempla
para las acciones de este linaje.

9. En conclusión, se concederá la salvaguarda para


que el estrado criticado resuelva nuevamente sobre la
impugnación presentada por la gestora al interior de la
salvaguarda aquí revisada.

DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia,


en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre
de la República de Colombia y por autoridad de la Ley,
CONCEDE el amparo invocado a Nancy Arango Costaín. En
consecuencia:

PRIMERO: Se ORDENA a la Sala Civil Familia del


Tribunal Superior de Manizales, que dentro de las cuarenta
y ocho (48) horas siguientes al recibo del expediente, tras
dejar sin valor ni efecto el auto proferido el 6 de agosto de los
corrientes, conceda la impugnación presentada por la aquí
accionante contra la sentencia proferida el 29 de julio
anterior dentro de la acción de tutela que ésta promovió
contra el Juzgado Séptimo de Familia de esa urbe y otro, con
radicado n.º 2021-00131-00.

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SEGUNDO: COMUNICAR por el medio más expedito lo


aquí resuelto, y en oportunidad, remítase el expediente a la
Corte Constitucional para su eventual revisión, en caso de no
ser impugnado.

FRANCISCO TERNERA BARRIOS


Presidente de Sala

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

HILDA GONZÁLEZ NEIRA

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

LUIS ALONSO RICO PUERTA


Con Ausencia Justificada

OCTAVIO AUGUSTO TEJEIRO DUQUE

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABO

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Firmado electrónicamente por Magistrado(a)(s):

Francisco Ternera Barrios

Alvaro Fernando Garcia Restrepo

Hilda Gonzalez Neira

Aroldo Wilson Quiroz Monsalvo

Octavio Augusto Tejeiro Duque

Luis Armando Tolosa Villabona

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