Está en la página 1de 2

Tenemos que correr con aguante: Tengamos confianza en que ganaremos el premio

¡Ey! ¡Ey!

—¡Hola! ¿Le podemos ayudar?

—Sí, muchas gracias.

—¿Por qué hace esto usted solo?

¡Mi amor! ¡Mi amor!

Di algo. ¿Estás bien?

—Háblame. Di algo.

—Rhett, ¿estás bien?

—Creo que tenemos que...

—¿Qué te ocurre?

—Creo que tenemos que...

—¡No! ¿Viste que...?

—¡No puede hablar! ¡No puede hablar!

No responde.

—No responde.

—Leví, ¿dónde estamos?


—Vamos de camino al hospital.

—Estamos muy lejos.

—¿Estaba...?

—Estaba bien y de repente se cayó.

—¿Señor Johnson?

¡Ah! Está bien. Solo es una taza.

Solo es una taza, mi amor.

No te preocupes.

No importa.

Después del derrame cerebral, parece que cada día hay algo nuevo que me
recuerda todo lo que no puedo hacer. Desearía que Jehová me devolviera las
fuerzas.

Carl me contó que lleva años con problemas de salud, y le pregunté qué lo
ayuda a seguir adelante. Me comentó que su texto favorito es
1 Tesalonicenses 5:17:

Me dijo que Jehová estuvo con él en los buenos momentos, y que también lo
está ahora en los malos. Le cuenta a Jehová todas sus dificultades, muchas de
las cuales solo él puede entender.

Muchas gracias. Pero la oración le da fuerzas. “Oren incesantemente”

También podría gustarte