Está en la página 1de 12

El uso de los medios de comunicación como principales aparatos hegemónico productor de

consenso social

Wilfran Santiago Quinto Quichoya

Universidad del Cauca

Junio 10 de 2022

Wilfran Santiago Quinto Quichoya, Facultad de Ciencias Naturales y Exactas de la Educación,


Universidad del Cauca

Contacto: wquinto@unicauca.edu.co
Introducción

El uso de los lenguajes y la comunicación en la esfera de la vida social han permitido el

acercamiento y la interacción de los sujetos con las demás personas de la sociedad, así como lo

plantean Schaik y Dunbar (1990); Jolly (1998); Palombit (1999); Schaik y Kappeler (2003), “la

comunicación vocal juega un papel primordial como reguladora de las interacciones sociales y

sus mensajes contienen información sobre el medio externo e interno del individuo…” (En

Méndez-Cárdenas, M. G., & Vargas, L. A, 2015, p. 91). Estas capacidades han sido un resultado

histórico de la evolución biológica y de selección natural (teoría darwiniana), y que en cuanto a

términos de evolución del lenguaje Pinker y Bloom (1990) “considera al lenguaje como un

sistema biológico especializado, caracterizado por un diseño complejo que sólo puede ser el

resultado de la selección natural” (En Benítez-Burraco, A, 2009, p. 159)

El hacer uso de los lenguajes y la capacidad que tenemos para comunicar, es lo que nos

hace diferentes a las demás especies y nos ha asegurado la supervivencia en el tiempo (se puede

apoyar), también nos da la oportunidad te tener el control sobre el mundo, pero eso que hoy en

día nos define y nos hace diferentes como especie humana se ha convertido en una problemática,

ya que el uso que se le ha ido dando a los lenguajes, la manera en la que se configuran y la forma

en que se comunican, hacen que terminen siendo actos sin compresión debido a los

moldeamientos de pensamiento que las hegemonías, un concepto que debe ser analizado, han

utilizado para lograr un consenso social, un acuerdo de pensamientos en donde sus ideologías y

visiones de mundo son las que prevalecen, así como lo plantea Ruiz Sanjuán (2016) citando a

Gramsci, quién a la vez nos hace una breve introducción sobre el concepto de hegemonía

diciendo,
En una primera aproximación, el concepto de hegemonía en Gramsci se refiere a la estrategia

desplegada por un determinado grupo social para generar la aceptación de sus propias posiciones

ideológicas entre los otros grupos sociales por medio de la persuasión y el consenso, a través de lo cual

esa clase social logra establecer su dirección o liderazgo ideológico sobre las otras clases sociales.

(Ruiz Sanjuán, C. 2016, p. 2)

Si un grupo social hace uso de los lenguajes y la comunicación para lograr un consenso

social donde se reconfiguran pensamientos con ideologías y visiones de mundo propias, lo que

logran es condicionar el pensamiento para que no vea el trasfondo de la realidad, para que solo

comprendan y acepten lo que ellos quieren, lo que más les conviene como organización. Es tan

consistente y veras lo que comunican que logran persuadir a las personas hasta el punto de que

aceptan sus ideologías, entorpeciendo así el acto mismo de comprender la realidad como es y no

como ellos lo muestran, así como lo manifiesta Max Neef (2006) en uno de los capítulos de su

libro Desarrollo a Escala Humana planteando que “…padecemos de una especie de confusión

generalizada cuando hacemos un esfuerzo por comprender, (…). En otras palabras, no hay

manera de quebrar el código de la crisis, si no logramos codificar de manera adecuada nuestra

propia manera de comprender.” (Max-Neef, et al., 2006 p. 125), nos dejamos meternos el

cuento, ya que, aunque sepamos mucho dice Neef comprendemos poco. La pregunta aquí es,

como estos grupos sociales hegemónicos han logran llevar sus ideologías logrando un consenso

social de una manera tan eficiente, penetrando las mentes de las personas de la sociedad a un

ritmo tan acelerado. De todo lo anterior podemos decir que las clases dominantes han utilizado

unos “aparatos” generadores de consenso social que desempeñan la función dominante al interior

de la sociedad, uno de esos aparatos hegemónicos y el más importante que cambió la historia han

sido “los medios de comunicación que emergen como los nuevos aparatos de hegemonía

dominante que, prioritariamente moldean y dirigen la conciencia de la sociedad civil”


(Comunicación, Hegemonía, 1994, p. 214), por eso y de acurdo a la literatura, a la comunicación

se le considera un acto hegemónico, porque combinada con las nuevas tecnologías (nuevas

tecnologías de la información) se convierten en los principales aparatos de consenso,

produciendo una gran educación cotidiana sobre los individuos para que adquieran conductas y

actitudes que alimenten la sed de poder y de gobierno sobre los demás, así pues, a lo largo del

ensayo se hablara de como evolucionaron los aparatos hegemónicos y uso que le han dado

algunos sectores hegemónicos a los principales aparatos de consenso social como la

comunicación, que han ido evolucionando y se han instaurado en la sociedad.

Introducción

Es claro que como se ha ido configurando la sociedad y con el uso que se le ha ido dando al

lenguaje y la comunicación, ciertos sectores lograron sacar provecho instaurándose en un estado

de supremacía, configurando una hegemonía, un concepto que Para Laclau (1987) “la hegemonía

es un tipo de relación política” (En CASTRO ORELLANA, R. 2019, p. 124) y desde el

pensamiento de Gramsci,

La hegemonía es una categoría fundamental en Gramsci, que apunta a un fenómeno complejo,

caracterizado centralmente por la capacidad de un grupo social para articularse, desde una posición de

supremacía, con otros grupos sociales, y orientar la «visión del mundo» de un conjunto social mucho

más amplio que las fronteras estrictas de la clase, dando así las condiciones para realizar

transformaciones de largo plazo

Estas hegemonías, al buscar más dominio sobre los demás grupos sociales, no les importa

que la desigualdad aumente día tras día, así como lo dice Zygmunt Bauman citado en DE

SANTIAGO, J. R. (2016) “en casi todas partes del mundo la desigualdad está creciendo

rápidamente, y esto significa que los ricos y especialmente los muy ricos, son cada vez más
ricos, mientras que los pobres, y especialmente los muy pobres, son cada vez más pobres” (p. 2).

Este fenómeno social se fortalece a medida en que una economía, por ejemplo, nos vende la idea

de que estamos avanzando en cuestión de desarrollo sin que nos demos cuenta de que la realidad

es otra, así como lo plantea Max Neef (2006) diciendo que, “(…) lo que la mayoría de las

personas no sospechan (y la mayoría de los economistas tampoco dicen) es que un país puede

crecer a costa de empobrecerse(…)” (p. 132) (67). Todo esto se logra por la gran influencia que

tienen los medios de comunicación, los cuales logran el consenso social en donde las persona

aceptan y están al servicio de las clases dominantes, así como se plantea en el texto

Comunicación, Hegemonía (1994),

(…) los medios de comunicación ejercen una tarea cultural "dominante", no en el simple

sentido de ser instrumentos al servicio de la clase dominante, sino de ser las instituciones que

construyen la principal conciencia colectiva que relaciona la mente de los individuos con la realidad

(pp. 8 – 9).

Ahora bien, los medios de comunicación no han sido los únicos aparatos hegemónicos

constructores de conciencia, también aparece el papel de la iglesia que en su tiempo “se ubica

como el principal aparato hegemónico del momento y dirige a la sociedad medieval y colonial

mediante su red de educación clerical” (Comunicación, Hegemonía, 1994, p. 213), en una aparte

de la historia la escuela también se convierte en un aparato hegemónico, planteado en el mismo

texto anterior, que difunde e impone las modernas formaciones de conciencia y que requiere el

funcionamiento del nuevo proceso de producción y organización capitalista en las ciudades,

planteamiento que no se diferencia mucho de la situación actual, ya que la escuela aún sigue

preparando para la vida, esto siguiendo la idea de Arceo, A. M. (2009) que plante que,
Las escuelas, tal como existen actualmente están envueltas en dinámicas de cambios sociales

en las que la generación de los bienes y satisfactores humanos dependen cada vez más de las

capacidades de generar, distribuir y usar conocimientos asociadas a capacidades de aprender de

manera flexible, continua y colaborativa; en las que el aprendizaje, no la enseñanza, se constituye en el

centro de gravedad y en el eje de la dinámica del desarrollo de las organizaciones de los grupos y de

las personas. (p. 4)

De lo mencionado, podemos decir que los aparatos de consenso social emergen de

acuerdo al hecho histórico y las necesidades que se estén presentando en ese momento, y como

lo mencionaba al comienzo del párrafo, la comunicación no es el único aparato ideológico que es

capaza de generar conceso social, dando paso a la construcción de una hegemonía, planteado en

(Comunicación, Hegemonía, 1994, p. 216)

Ello quiere decir que la hegemonía no se produce por la acción de un solo aparato cultural,

sino con el apoyo de un sistema complejo y amalgamado de instituciones y redes ideológicas propias

de esa formación social o heredadas del modo de producción anterior, que determinan y modelan la

conciencia y los hábitos de los individuos.

Estos aparatos ideológicos aún siguen presentes y más en nuestra sociedad actual que se

ha visto envuelta en un fenómeno que se le denomina sociedad del conocimiento y sociedad de la

información que desde Abdul Waheed Khan (subdirector general de la UNESCO para la

Comunicación y la Información), escribe [3]:

La sociedad de la Información es la piedra angular de las sociedades del conocimiento. El

concepto de “sociedad de la información”, a mi parecer, está relacionado con la idea de la “innovación

tecnológica”, mientras que el concepto de “sociedades del conocimiento” incluye una dimensión de

transformación social, cultural, económica, política e institucional, así como una perspectiva más

pluralista y desarrolladora. El concepto de “sociedades del conocimiento” es preferible al de la


“sociedad de la información” ya que expresa mejor la complejidad y el dinamismo de los cambios que

se están dando. (...) el conocimiento en cuestión no sólo es importante para el crecimiento económico

sino también para empoderar y desarrollar todos los sectores de la sociedad. (En Burch, S., 2005, p. 3)

De este fenómeno social, el estado capitalista por medio de los medios de comunicación

logra llegar a las personas para vender su mercancía, que puede que sea de utilidad o que solo le

genere cierto grado de satisfacción.

Así, se relaciona su hegemonía con la multiplicación de las plataformas informativas a partir

de internet y la transformación del mercado, puesto que se van a convertir en estrategia de

acumulación y promoción del capital financiero que reproduce formas de pensamiento y acción que

colonizan los mundos de vida (al ofrecer interpretaciones prefacturadas y fáciles de digerir desde el

ordenamiento de la palabra para convertirla en mercancía informativa). (Hernández Albarracín, J.

D., et al., 2021, p. 98)

Es evidente que estos medios de comunicación de masas, un concepto trabajado por

Luhmann que “define al sistema de los medios de comunicación de masas como al conjunto de

aquellas comunicaciones sociales que se sirven de medios técnicos de reproducción masiva para

propagarse (Becerra, G., & Arreyes, V., 2013, 9. 49), que se acomodan fácil mente a los

mercados financieros debido a que los ciudadanos acceden a lo que ocurre en su ciudad, su país o

en el mundo a través de los medios esos medios de comunicación como lo menciona Freidenberg

en 2004.

Por otro lado, los usos de los medios de comunicación también aparecen en actores

políticos en una estrecha relación en cuanto al consumo de la información de sus votantes o

seguidores ya que “los elementos perceptivos y afectivos tienen una enorme influencia en la

audiencia, y los medios de comunicación se configuran como un elemento indispensable solo


para la construcción de las emociones colectivas” (Rivera Otero et al., 2021, en CAZORLA, Á.,

et al., 2022, p. 86). Un ejemplo claro de lo citado anteriormente, se presenta en las elecciones

para presidentes, ya que el político que tenga un mayor dominio ideológico sobre los demás va a

tener cierta ventaja sobre sus contrincantes, y todo se debe las grandes campañas publicitaras que

realizan utilizando plataformas digitales que tienen mucha audiencia, en donde muchas personas

simpatizan con sus propuestas, pero este fenómeno no se dio por que sí, según Sánchez-Medero,

R. (2013) “Tras la Segunda Guerra Mundial, los medios de comunicación invaden la escena

política” (p. 43).

Hoy en día es tan fácil acceder a tanta información y con un solo clic, que muchos grupos

con o sin ánimos de lucro o que pretende llevar sus ideologías a distintas partes, depositan la

información necesaria para atraer a las personas, las cuales caen en una red de información y de

lenguajes pobres que resultan incomprensibles que denotan en interpretaciones errónea de la

realidad, todo esto ha tomado fuerza por los desarrollo tecnológicos, las redes sociales y gracias

a los programas de gobierno como las NTIC. Todos estos medios y dispositivos están al servicio

de los estados capitalistas, que como decía en un comienzo, le han sacado el mejor provecho y

han ido configurando sus hegemonías logrando aceptación por parte de los grupos sociales,

logrando ese consenso que solo beneficia a ese grupo en específico y que trae detrimento para las

clases suprimidas en este caso, lo que hay que ver ahora es como superar este hecho real, que

escapa de la interpretación de las personas, teniendo en cuenta que,

En esta transición económica mundial necesitamos una(s) hegemonía(s) que nos

permitan una nueva forma de darle sentido a la realidad desde otros parámetros: urge articular

epistemologías críticas no-antropocéntricas y situadas, es decir, sensibles al contexto, que

permitan reconfigurar los marcos de lo vivible y que revisen los parámetros de la


administración de la precariedad, como señala la filósofa Judith Butler.2 En otras palabras,

necesitamos crear una revolución en el pensamiento y la cultura global para la construcción

de un futuro posible. (D., F. A., 2021, p. 12)

Conclusiones

Los medios de comunicación han significado un gran avance para la sociedad, pero el uso que le

hemos dado no ha sido el adecuado, al menos desde mi perspectiva, de igual manera para los

lenguajes que utilizamos para expresar o comunicar nuestras ideas a las demás personas de la

sociedad. Yo creo que deberíamos de preguntarnos a nosotros mismo sobre qué es lo que

queremos trasmitir, que lenguaje utilizar para que mis ideas sean comprendidas y no terminen

siendo un problema por el cual muchas personas pierdan la noción de lo que es real, creyendo en

fantasía o promesas baratas cargadas de un lenguaje pobre que solo deteriora nuestras

conciencias y entorpece la capacidad que tenemos los seres humanos de razonar y de mostrar

nuestra inconformidad con lo que el mundo quiere y nos ofrece, un mundo donde unos pocos

quieren imponernos sus ideologías sin importarles que al querer uniformar conciencias se debe

pagar las consecuencias, donde el rico se hace más rico a costa del sufrimiento del pobre.

Nosotros tenemos la posibilidad de cambiar la historia, un acto de fe muy valiente que requiere

de sacrificios, debemos enfrentarnos a nosotros mismo, educarnos y educar a los demás teniendo

en cuenta de que somos un colectivo, hay que ser muy críticos y reflexivos sobre el papel que le

estamos dando a los medios de comunicación como las redes sociales, muy comunes hoy en día.

Aunque las hegemonías han tenido un gran peso y han logrado un consenso social

imponiéndonos ideologías y visones de mundo distintas a las que quizá muchos soñamos,

debemos buscar la manera de romper ese paradigma y cambiarlo por uno que sea más humanista

y que vele de verdad por el desarrollo social sin exclusiones.


REFERENCIAS

Arceo, A. M. (2009). Gestión Del Conocimiento en Educación Y Transformación De La

Escuela. Notas Para Un Campo en Construcción. Sinéctica, 32, 1–21.

Becerra, G., & Arreyes, V. (2013). Los medios de comunicación de masas y las noticias como

objeto de estudio de la sociología en la perspectiva del constructivismo operativo de

Niklas Luhmann. Revista MAD, 28, 47–60.

https://doi-org.acceso.unicauca.edu.co/10.5354/0718-0527.2013.26947

Benítez-Burraco, A. (2009). La evolución del lenguaje: algunos parámetros relevantes y un

escenario lingüístico molecularmente plausible (y viceversa). Verba: Anuario Galego de

Filoloxia, 36, 155–194.

Burch, S. (2005). Sociedad de la información/Sociedad del conocimiento. Palabras en juego, 56.

Belloch, C. (2012). Las Tecnologías de la Información y Comunicación en el aprendizaje.

Departamento de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación. Universidad de

Valencia.

CAZORLA, Á., MONTABES, J., & CARLOS LÓPEZ-LÓPEZ, P. (2022). Medios de

comunicación, información política y emociones hacia partidos políticos en España.

Revista Española de Ciencia Política, 58, 83–109.

https://doi-org.acceso.unicauca.edu.co/10.21308/recp.58.03
Campione, D. (2005). Hegemonía y contrahegemonía en la América Latina de hoy. Apuntes

hacia una nueva época. Sociohistórica, (17-18).

CUÉLLAR RIVERO, R. (2021). La comunicación política en la era de la mediatización. Revista

Española de Ciencia Política, 55, 181–185.

CASTRO ORELLANA, R. (2019). Apuntes Críticos Sobre El Concepto De Hegemonía en

Dussel Y Laclau. Alpha: Revista de Artes, Letras y Filosofía, 48, 123–137.

https://doi-org.acceso.unicauca.edu.co/10.32735/S0718-2201201900048621

CRESPO-MARTÍNEZ, I., GARRIDO-RUBIA, A., & MIGUEL ROJO-MARTÍNEZ, J. (2022).

El uso de las emociones en la comunicación político-electoral. Revista Española de

Ciencia Política, 58, 175–201.

https://doi-org.acceso.unicauca.edu.co/10.21308/recp.58.06

Comunicación, Hegemonía. (1994). Estudios Sobre Las Culturas Contemporáneas, 6(16/17),

209–253.

DE SANTIAGO, J. R. (2016). ¿La riqueza de unos pocos nos beneficia a todos? Estudios:

Filosofía, Historia, Letras, 118, 191–196.

https://doi-org.acceso.unicauca.edu.co/10.5347/01856383.0118.000270988

Darwin, C. (1963). El origen de las especies por la selección natural (Vol. 2). Ediciones Ibéricas

y LCL.

D., F. A. (2021). Hegemonías y dispositivos para un futuro posible. Revista Iberoamericana de

Comunicación, 40, 9–48.


Freidenberg, F. (2004). Los medios de comunicación de masas:¿ también son actores. Selected

Works, 1-18.

Hernández Albarracín, J. D., Lasso Urbano, C., Pallarés Piquer, M., & Alba Niño, M. (2021).

Medios de comunicación y accionar político: apuntes para una fenomenología de la

mediocracia en Colombia. Revista Científica Guillermo de Ockham, 19(1), 95–110.

https://doi-org.acceso.unicauca.edu.co/10.21500/22563202.4310

Max-Neef, M. A., Elizalde, A., & Hopenhayn, M. (2006). Desarrollo a escala humana:

conceptos, aplicaciones y algunas reflexiones (Vol. 66). Icaria

EditorialMéndez-Cárdenas, M. G., & Vargas, L. A. (2015). Evolución de la comunicación

vocal y su papel en la estructuración del espacio social y bioacústico en prosimios: una

aproximación biosemiótica. Revista Cuicuilco, 22(64), 89–125.

Ruiz Sanjuán, C. (2016). Estado, sociedad civil y hegemonía en el pensamiento político de

Gramsci. Revista de Filosofia y Teoria Politica, 47, 1–18.

Sánchez Nuevo, L. A., Meixueiro Nájera, G., & Contreras Mendoza, N. (2018). Propaganda

política en México y Estados Unidos: aproximaciones teórico - metodológicas

discordantes. Revista Anagramas, 17(33), 51–71.

https://doi-org.acceso.unicauca.edu.co/10.22395/angr.v17n33a3

Sánchez-Medero, R. (2013). De la afiliación de la militancia a la filiación a los medios de

comunicación. Una revisión del caso español. Convergencia: Revista de Ciencias

Sociales, 20(63), 41–66.

También podría gustarte