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Las recompensas en el cielo. (2 Cor 5:9-10).

La una de las mayores recompensas del cristiano es estar en el cielo con el


Padre, Hijo, Espíritu Santo. También habrá más recompensa en el tribunal de
Cristo, en base a nuestra fidelidad y servicio.
Nuestras vidas están íntimamente ligadas a la vida de Jesús. La recompensa que
él recibe la comparte con todos nosotros: (Romanos 8:17).
Nuestras recompensas en el cielo dependen de la bondad de Dios. A través de la
resurrección de Cristo, ganamos una herencia en el cielo; en la tierra, nuestra fe
es probada y redunda en alabanza, gloria y honor cuando Cristo sea revelado (1
Pedro 1:3-9).
Dios dará recompensa a fin de cumplir con la ley de la siembra y la cosecha.
Gál 6:7-9
- Las recompensas mostrarán la realidad de nuestros trabajos.1 Cor 3:10-15
. -Tenemos que proyectarnos hacia el cielo para recibir recompensa. Col 3:1-4.
Mat 6:19-21
- Tenemos que vivir para él y compartiremos su gozo. Rom 6:8; Mat 25:21.
Gál 2:20 "Ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo
vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí"
Recompensar con mansiones en el cielo. Juan 14:1-3.
Recompensa por predicar 1Cor 9:16-18.
Recompensa por sufrir persecución. Mat 5:11-12.
Recompensa por amar al prójimo Luc 6:27-35.
Recompensa por el trabajo en la Obra del Señor.1 Cor 15:58.
Recompensa a los creyentes esforzados. Heb 6:9-10).
Las recompensas que obtenemos en el cielo no son como las que ganamos aquí
en la tierra. Tendemos a pensar en términos materiales, como: Casa, joya, Auto,
etc.
Lo terrenal representa a las verdaderas recompensas que ganaremos en el cielo.
Estas serán valiosas para nosotros porque lleva el peso y el significado de
nuestra relación, amor a Dios.
De esta manera, las recompensas en el cielo glorifican a Dios y nos brindan
alegría, paz, y admiración. Somos un pueblo que, sufren pérdidas y experimentan
temores, pero un día recibiremos realmente los deseos de nuestro corazón.
La historia no sería satisfactoria sin un final. Las recompensas en el cielo son el
final de nuestra historia terrenal, y esas recompensas serán eternamente
placenteras (Salmo 16:11).
La Corona de gozo (1 Tesalonicenses 2:19)
Corona Incorruptible – (1 Corintios 9:24-25) 
La Corona de Justicia – (2 Timoteo 4:8)
La Corona de Gloria 1 Pedro 5:4)
La Corona de la Vida – (Apocalipsis 2:10) 
2 Timoteo 4: 7. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado
la fe. 8.  Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el
Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman
su venida.

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