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busca de Dionisios
Las relaciones entre arte y psicoanálisis han sido desde sus orígenes intensas y
bidireccionales. Este último no ha dudado en echar mano a las artes tanto para
poner a prueba sus hipótesis como para hurgar en un acervo cultural a fin de
relanzar su propio campo de problemas. Para esas operaciones, las elegidas tanto
por Freud como por Lacan solían ser la literatura (en el sentido amplio), la escultura
¿Cuáles son las metáforas que podemos producir con música desde psicoanálisis?
¿Acaso se sostiene esa idea tan difundida de que Freud no tenía oído para la
también a Lacan? ¿Por qué ese dios caótico de la música y el éxtasis ha quedado
Siguiendo a Darian Leader (2003), podemos situar a grandes rasgos distintas líneas
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b) la operatividad de los conceptos musicales para pensar y teorizar psicoanálisis;
Escribe Max Graf (1971) que en la Viena del ‘900 “uno se encontraba con la historia
musical haciéndose en cada esquina” (p. 15, traducido del inglés por mí), gracias a
compositores como Johannes Brahms, Hans Richter, Anton Bruckner y Hugo Wolf,
quienes formaban parte de la esencia misma de la ciudad. “La ciudad parecía haber
sido creada para la música, así como otras ciudades habían sido creadas para los
susurro de las hojas en los bosques cerca de Viena, en la fragancia de los jardines,
en la sonrisa de las niñas, en la alegría de vivir (...)” (p. 18-19). Además, se trata de
toparse con los edificios donde Mozart, Haydn, Beethoven o Schubert habían vivido
Con todo, a menudo se dice: a Freud no le gustaba la música. Hela aquí la primera
y más sonada cita: en su texto (inicialmente anónimo) “El Moisés de Miguel Ángel”,
declara que “aquellas manifestaciones artísticas (la Música, por ejemplo) en que
sin saber por qué lo estoy y qué es lo que me emociona” (Freud 2008: 1876).
También lo dice Ernst Jones (1957): “Su disfrute y apreciación de las artes (ya sea
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estético o no) eran, en orden descendente, las siguientes: poesía primero, luego
2003: 74). Hasta el propio Freud se sentenció como alguien “carente de oído
perra, MD], me encuentro tarareando una melodía que, aunque soy carente de oído
musical (unmusical), puedo reconocer como un aria de Don Juan” (en Jones 1957:
211). ¿Hace falta aún recordar que, durante su adolescencia, Freud les prohibió a
estudios?
las últimas décadas son muchas las investigaciones que han cuestionado este
música, en particular de la ópera”, citando, entre otros ejemplos que durante una
sesión con uno de sus analizados, su interpretación consistió en cantar una tonada
(en Leader 2003: 75). Quizás sea más afinado señalar que la aparente antipatía de
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Freud por la música es una prueba de su sensibilidad por la misma. Es cada vez
mayor la bibliografía respecto a este punto, desmitificando así uno de los supuestos
zarza ardiente que no se consume: “es lo que es, lo que fue y lo que será” (metáfora
inspirada en Steiner, 2012; la traducción de Éx. 3:14 del hebreo es propia). Cuando
no definirlas más que mediante tautologías, lo que nos indica las afinidades entre
con su lira calmando a las fieras y al terrible Cerbero, pero despedazado por las
bacantes a las que rehúsa una orgía; luego está el sileno Marsias desollado por las
musas luego de perder un concurso musical contra el terrible Apolo; finalmente, los
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marineros antiguos y el canto seductor de las sirenas, esas aves macabras cuya
confines de esos tres términos, con la crudeza que lo caracteriza, tanto en “El sexo
y el espanto” (2017) como en “El odio a la música” (2012), quizás la música no esté
invirtiendo una idea de François Nicolas (2003). Piensan a través de los aportes y
desarrollos singulares (aunque nunca aislados) de los distintos actores que aran en
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su campo. Piensan en acto y piensan en obra (obra en latín se dice ópera). Pero
Por eso los roces entre artes y psicoanálisis son anárquicos, se tensan, conjugan,
agrietan los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa llegando así
al límite de las gunfias (parafraseo de la Rayuela de Cortázar, 2011 cap. 68). ¿Este
Volviendo al tema, acá llega Borges (1952) silbando bajito una respuesta a la
Pater, en 1877, afirmó que todas las artes aspiran a la condición de la música,
que no es otra cosa que forma. La música, los estados de felicidad, la mitología,
las caras trabajadas por el tiempo, ciertos crepúsculos y ciertos lugares, quieren
decirnos algo, o algo dijeron que no hubiéramos debido perder, o están por decir
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Siguiendo el tono borgeano, mediante la pura forma algo de esa Cosa perdida para
psicoanálisis.
una más? Quizás se trate de una tarea descollante de inutilidad. Pero si de inutilidad
musicales son facultades que tengan la menor utilidad para el hombre (...) deben
catalogarse entre las más misteriosas con las que está dotado” (citado en Sacks,
2015: 10). Entonces, así como para Darwin la música es especialmente misteriosa e
así como este último durante su juventud se permitió con audacia pensar el origen
mestizarlo un poco desde otras frecuencias, componiendo algo cada vez menos
clásico. Con este término quiero retomar la ocurrencia de Brian Eno: “la música
resquicio donde pueda entrar Dionisios, ese dios oriental que llegó tarde al panteón
olímpico.
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3. ¿Pueden los legos bailar house?
tiempo algún día- habría que hablar de la música, al margen” sostuvo el 8/5/1973),
dijo que
palabra.
cual inflexión, entonación o cadencia -allí está la poesía para difuminar fronteras-,
Gloria Leff (2022) sostiene que el ejercicio que permitió a Istvan Hollós escuchar la
poesía en las palabra extrañas y confusas de sus pacientes locos surge de la forma
en que se dejó atravesar por la música de su tiempo (Bartok, Debussy), una música
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más preocupada por las armonías antes que por las melodías. Podría decirse que
se trata de una música más abierta a la textura que al sentido. Sigamos esa pista en
este tiempo.
Del océano de música existente (quizás no sea casual que quien acuñó la bella
Conversando con amigos, tienen un buen punto al señalarme que podría tomar el
el “entre” las notas antes que lo melódico, y seguramente sea una línea de
electrónica.
corriente musical. Los materiales con los que trabaja (a grandes rasgos: timbre,
paisaje sonoro, decoración aural o banda de sonido de una película imaginaria. Pero
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La electrónica no se trata de “comunicación” sino más bien de programación de
intersección entre ritmo y cuerpo. Se trata de una llamada somática, mera golosina
house, donde hay secuencias melódicas bien definidas, la melodía es una artimaña
sensación.
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Es por ello que si bien tanto Apolo como Dionisio son dioses vinculados a la música,
para cierto psicoanálisis. Aquí Apolo metaforiza lo que Foucault dio en llamar la
realidad, sus mesuras gaussianas, sus ficciones familiares y científicas, sus sujetos
(2019) sostiene que este no es un dios para tejer, sino que desata, disuelve. Curioso
Para la práctica analítica, se trata de Dionisios quien mejor encarna esa paradójica
indicación freudiana de 1912, cuando sostiene que en este trabajo hay que olvidar lo
que uno sabe. Lacan luego precisó que se trata de ignorar el saber referencial y
Allouch esclareció que ese saber a ignorar es tanto referencial como en relación al
analizante. En todo caso, Dionisios, el dios impredecible que rechaza los modelos,
el único dios que “ni en la guerra necesita mostrarse viril” (Calasso: 2019: 49), ese
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Bibliografía
Ballesteros y de Torres.
● Graf, Max (1971). Composer and critic. Two hundred years of musical
● Jones, Ernst (1957) The Life And Work Of Sigmund Freud. Volume III: 1919-
● Lacan, Jacques (2014). Escritos II. Buenos Aires: Siglo XXI. Traducción de
Tomás Segovia.
Yamanaka.
● Leff, Gloria (2021). Lo oculto, verdad indómita. Freud István Hollós… Y otros.
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● Nicolás, François (2003). ¿Cómo puede la música pensar con el
de Silvia Pasternac.
Damián Alou.
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