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Calaverita literaria

Estaban los alumnos del Woods


esperando su clase de inglés.
De repente se oyó «¡ups!»,
pues a Dan se llevó la Muerte entre pies.

Con matraz y mechero andaba «Luz Ma»,


la Calaca, entusiasta, le dio caza.
Los de tercero, alborotada chusma,
le gritaron «¡oye, qué te pasa!».

A la profa Alma tampoco salvaron:


en su cubículo buscó refugio.
Pero a la Huesuda no engañaron,
con ella no sirve ese artilugio.

Gritos de espanto Jair profirió,


pensaron que era coreografía.
Mas, de pronto, su voz se apagó:
el último baile con la Muerte daría.

Profe Israel, «tampoco te salvas»,


la Temible su voz exaltó.
El sudor brotaba en las calvas,
al prefecto severo con saña mató.

El profe «Jos» pasó a ser historia.


De nada sirvió que voceara a Dios:
«maestros, no tuve la victoria,
manden a sus niños, mi último adiós».

Al gramático su ortografía le daremos,


severo castigo por niños atormentar.
«Carita triste en lista te pondremos»,
Reía la calaca al muerte conjugar.

Sandy Picos, la más dulce de todos,


ni su encanto de cívica le sirvió.
La Muerte le vino, de todos modos,
pero con alegría se fue, tal como vivió.
Los sobrevivientes, alumnos llorando,
ya no tendrían tareas ni actividades.
Cuenta la leyenda que se les ve bailando,
la Huesuda y ellos crearon nuevas festividades.

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