MÓDULO 2:

ESPIRITUALIDAD
Y REALIDAD SOCIAL
 Educación de la interioridad para el desarrollo de la Inteligencia Espiritual

Contenido

1 Espiritualidad y religión. .............................................. 3

2 Espiritualidad laica. ...................................................... 5

3 Creencias y valores. ..................................................... 7

4 Vacío espiritual............................................................ 10

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 Educación de la interioridad para el desarrollo de la Inteligencia Espiritual

1 Espiritualidad y religión.
La palabra religión viene del latín “re-ligare” que significa “volver a unir”. Este es el papel
que han realizado las religiones a lo largo de la historia: promover la unión o lazo entre el
creyente y Dios, proporcionando una serie de reglas o dogmas para poder conseguirlo.

Gracias a la existencia de las religiones se ha podido mantener un cierto nivel de

espiritualidad en nuestro mundo. Pero es evidente que el creer o no creer en Dios, o
pertenecer a una u otra creencia religiosa no es sinónimo de que la persona posea un
buen desarrollo de su inteligencia espiritual. Recordemos la cantidad de actos violentos
que se han producido y se siguen produciendo en nombre de Dios.

Es importante establecer la diferencia entre espiritualidad y religión, ya que en muchos

ámbitos han sido confundidas:

La religión promueve una serie de prácticas y dogmas, con una base teológica,
para crear una conexión entre la persona y Dios. Es un acto de fe. Dentro de la
religión aparece la confesionalidad, que se define como la pertenencia a una
religión u otra.
La espiritualidad es una cualidad innata en el hombre, es universal, es la
inteligencia del alma. Es una experiencia directa, interna, de expansión de
conciencia y unidad, cuya experiencia nos aporta paz, claridad, sabiduría,
compasión y amor.

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Cuando un ser humano es capaz de desarrollar su inteligencia espiritual puede

descubrir la profundidad original oculta bajo sus propias creencias religiosas, porque ya
no son procesos mentales de pensar o creer en algo (ideas), sino que supera el nivel
mental y llega a la experiencia de la trascendencia.
Un ejemplo claro son los místicos de todas las religiones, los cuales trascendiendo los
dogmas, llegaron a la verdadera experiencia de Dios.

Lo importante es que el ser humano, sea a través del camino de la religión o sea a través
de cualquier otro, llegue a la experiencia de lo que realmente es y de la conexión con la
Energía Creadora.

Cuando la persona llega a la experiencia de lo trascendente es cuando de

verdad entra de lleno en el desarrollo de su espiritualidad.

Por lo tanto podríamos decir que la religión es una vía para poder desarrollar la
inteligencia espiritual, pero no es garantía de que ello ocurra si no hay experiencia.

Como dice el teólogo y escritor Francesc Torralba:

“Conciencia, trascendencia y sentido”.

La espiritualidad incluye a las religiones, pero las trasciende.

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2 Espiritualidad laica.

Al afirmar que la espiritualidad es una condición humana, afirmamos que todo ser humano
posee inteligencia espiritual, independientemente de que la desarrolle o no. Por lo tanto,
la espiritualidad no se puede limitar únicamente a las personas que profesan un credo
religioso, sino que también se puede desarrollar este tipo de inteligencia desde un ámbito
laico.

Todo ser humano posee inteligencia espiritual, independientemente de que la

desarrolle o no.

La espiritualidad laica se basa en que el ser humano se pregunte sobre su verdadera

identidad desde la indagación personal, desde la propia conciencia. Ayuda a despertar a
la felicidad y a la conexión con uno mismo, con los demás y con su entorno.

El sentir esa conexión con uno mismo y conocerse mejor a nivel personal ayuda muy
positivamente al desarrollo de una buena autoestima, lo que se traduce en una mejora de
las relaciones y de la coexistencia entre todos, basada en el respeto y la tolerancia.

Es muy necesario que también se promueva el desarrollo de la inteligencia

espiritual en el entorno laico:
Muchas personas desean educar su espiritualidad más allá de los dogmas de las
religiones tradicionales, e incluso si tienen hijos, les interesa que éstos tengan una
educación integral. Entienden que para ello es necesario que desarrollen completamente
los aspectos emocional, social y espiritual.

Como hemos podido observar, la espiritualidad se puede desarrollar tanto en ámbitos

religiosos como en ámbitos laicos.

Lo verdaderamente importante es que, tanto en unos como en otros, la persona llegue a

la experiencia de lo que realmente es.

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Sin experiencia no hay trascendencia:

Se puede ser muy religioso y muy espiritual; se puede ser muy religioso y no
ser espiritual; se puede ser espiritual y no ser religioso.

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3 Creencias y valores.

Por creencia se entiende una afirmación personal que consideramos verdadera. Las
creencias nos condicionan la imagen que tenemos de nosotros mismos, de los demás y
del entorno.

Los valores son aspectos de la vida a los que la persona da importancia. Por ejemplo la
salud, el amor, el éxito, etc.

Cómo vivimos nuestra vida depende más de nuestra interpretación mental que de la
realidad en sí, ya que cada uno la interpreta según su sistema de creencias y valores. Es
a través de este sistema como damos significado a nuestro mundo. Por este motivo nos
cuesta muchísimo cambiar nuestras creencias, ya que cualquier cambio puede
desestabilizar nuestra realidad.

Cada ser humano tiene sus propias creencias y valores, y en algunos casos le sirven para
realizarse como persona y en otros para limitarle. Son aspectos que condicionan mucho
nuestra conducta.
.

Las creencias y valores se forjan en el núcleo familiar y en el entorno social.

Por eso es tan importante el medio en el que se desarrolle la persona, ya que si por
ejemplo, un niño crece en un ambiente violento, verá como conductas normales la
agresión y la falta de respeto.

Las creencias y valores recibidos en la infancia son de vital importancia porque es en

esta etapa donde se modela la personalidad del futuro adulto. Si las creencias arraigan en
el niño, difícilmente las podrá variar de mayor, a no ser que se convierta en una persona
que cuestione su realidad, o que en su vida haya tenido ejemplos de que sus creencias
son equivocadas.

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Precisamente es en este punto donde entra en juego el beneficio que supone el

desarrollo de la inteligencia espiritual:
Una persona que desarrolla este tipo de inteligencia es capaz de cuestionar sus propias
creencias y respetar las de los demás. Llegará a la profundidad de las cosas, pero desde
la libertad, no desde la imposición de lo que debe creer o no. Desarrollará de manera
natural un sentimiento de respeto y tolerancia, basado en el amor y que permite la
coexistencia de posturas diferentes frente a un mismo tema, sin que ello provoque
malestar o tensión.

Es muy importante observar a qué estamos dando importancia en nuestra vida, porque
eso nos va a condicionar la manera cómo vamos a vivirla y el sentido que le vamos a dar.

Los valores son estados que se desean para obtener una cierta felicidad o
seguridad.

Si conocemos cuales son los auténticos valores que poseemos como seres universales,
profundizando en nuestro interior, podremos hacer que éstos sean la base de nuestra
existencia y sabremos cómo actuar para conseguirlos.

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Es evidente que nuestra sociedad está basada en que el éxito está en el tener
más que en el ser.

Eso ha provocado que las personas tengan unos valores y creencias basadas en que la
felicidad está en el poseer y como consecuencia, se generan unas prioridades en su vida
basadas en esas creencias.
Aunque a nivel educativo se hable de amor, respeto, tolerancia, etc. y se pretendan
educar todos esos valores en los niños, no será posible hacerlo si por ellos mismos no
llegan a la experiencia de lo que realmente significan.

Para que esa experiencia se produzca, primero debemos educar a la persona para
que sea libre de elegir en lo que quiere creer y qué valores quiere fomentar en su vida.
La educación debe adoptar ese papel: mostrar al individuo todas las posibles maneras de
entender la realidad y proporcionarle las herramientas para que elija lo que siente en su
interior que conecta con él, y pueda realizarse completamente como persona.

Los valores universales como la paz, la libertad, la compasión, el amor, la solidaridad...

no se pueden aprender como si fueran asignaturas de clase. Estos valores surgen de
manera natural en la persona cuando ésta educa su interioridad a través del desarrollo de
su inteligencia espiritual y conecta con sus verdaderas virtudes como un ser de amor que
es.

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4 Vacío espiritual.

Por desgracia, no es necesario dedicar muchas líneas a explicar que en nuestra sociedad
existe un gran vacío espiritual. Este vacío es un reflejo del que existe en el interior de la
mayoría de los seres humanos que forman parte de ella. Las personas viven
completamente desconectadas de su verdadera realidad, de lo que realmente son, y por
eso hay tanto sufrimiento en su vida.

Sólo a través del desarrollo de su inteligencia espiritual podrán volver a conectarse con su
esencia, con su parte de divinidad y serán capaces de no identificarse con su sufrimiento,
aunque pasen por situaciones de vida muy dolorosas. Serán capaces de asombrarse ante
la maravilla de la vida y de analizar su realidad desde sí mismos.

En los siguientes temas vamos a hablar de porqué es tan importante el desarrollo de esta
inteligencia y las herramientas para poderlo llevar a cabo.

Os invito a realizar un viaje hacia el interior, primero de una forma personal, para que
cada uno de vosotros llegue a la experiencia de percibir como vuestra vida se va
transformando hacia un estado de mayor felicidad y bienestar; en segundo lugar, como
educadores, para que podáis acompañar a vuestros hijos y/o alumnos en su propio
proceso interior.

Vuestro acompañamiento sólo les será útil si vosotros lo habéis recorrido.

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