En su infancia, el diseñador Paco Rabanne, ya estuvo influenciado por los
diseños de alta costura, gracias a que su madre fue costurera-jefa de la Casa Balenciaga en San Sebastián.
En su juventud, entre 1951 y 1963, ya como estudiante de arquitectura en
la Escuela Superior de Bellas Artes de Paris, creaba accesorios y collares, y pintaba pañuelos y corbatas para la firma Pierre Cardin, al que el propio Paco Rabanne consideraba como su descubridor. Finalizó sus estudios de arquitectura habiendo producido millares de bocetos de moda.
En 1959, la revista comercial de la industria de la moda Women's Wear
Daily (WWD), publicó una serie de siete vestidos de líneas geométricas muy depuradas, firmándolos como Franck Rabanne, nombre con el que muy pronto conocería la fama.
Entre 1955 y 1963 se encargó de diseños de bolsos para Roger Model, así como de calzado para Charles Jourdan.
De 1962 a 1966 fabricó artesanalmente accesorios de fantasía, como
botones o bordados sin hilo ni aguja, que se aplican a prendas de la alta costura firmadas por Balenciaga, Nina Ricci, Maggy Rouff, Philippe Venet, Pierre Cardin, Courrèges y Givenchy.
En 1965 creó los “pacotilles”, tratándose de accesorios de moda tales
como pendientes, gafas, cascos, etc., realizados en “rhodoïd” (acetato de celulosa que refleja fluorescencias de colores cuando reciben la luz artificial, fabricados por la Sociedad Rhone-Poulenc de París), en colaboración con Michèle Rosier, Christiane Bailly y Emmanuelle Khan, los estilistas más en boga del momento en el prêt-à-porter industrial.
Es a partir de este momento cuando nace la firma Paco Rabanne,