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RESUMEN
ABSTRACT:
The problem of the lack of a section designated for the teaching of soft skills in Higher Education
Institutions is presented. Objective: to identify the advances in the integration of soft skills into
the training curriculum. Method: systematic mapping, with a search in the databases attached to
the digital library of the Universidad del Cauca, collecting a total of 61 articles. Results: soft skills
give students and graduates a "competitive advantage" to function in the world of work and
although they are not fully formalized, the articulation with science and technology has allowed
better teaching and, therefore, better development. of this. Conclusions: although the relevance
of these in the training processes is recognized, they are not made visible; being part of the hidden
curriculum and therefore remain at the will of the teachers.
El término habilidad, según la Real Academia Española (2019) se define como la gracia y destreza
en ejecutar algo que sirve de adorno. Olivares (2007) indica que el término de las habilidades o
competencias se tiende a estratificar de manera bidimensional como: competencias duras y
competencias blandas. Por tanto, para comprender las habilidades blandas, es necesario
identificar a qué hacen referencia las denominadas habilidades duras, que son definidas como
características específicas y medibles que corresponden a todo el conocimiento académico
curricular y que se hacen necesarias para realizar un trabajo determinado, se adquieren durante el
proceso formativo formal, la participación en capacitaciones y cursos; dentro de ellas se puede
encontrar: conocimiento o certificación de una lengua extranjera, práctica en el manejo de
diferentes programas informáticos, conocimiento de técnicas de escritura y expresión oral, licencia
de conducción, conocimiento especialista, entre otras. Por otro lado, las habilidades blandas,
también llamadas habilidades sociales o transversales, hacen referencia a un conjunto complejo
de cualidades personales que no son exclusivas de ningún trabajo, y que les permiten a los
individuos ser miembros positivos y contribuyentes en cualquier organización. Son capacidades
comportamentales y elementos socio afectivos, cuyo origen biológico se remonta a la región
frontal y derecha del cerebro (Matus & Gutiérrez, 2015). Entre éstas cualidades personales se
destacan las siguientes: empatía, comunicación, planificación y organización, pensamiento crítico,
trabajo en equipo, entre otras.
Estas habilidades, también son llamadas no-cognitivas puesto que son adquiridas y desarrolladas
desde temprana edad, con la ayuda de los padres desde casa y posteriormente reforzadas en la
institución educativa por los docentes y demás miembros de la comunidad académica, entre otros.
El uso de dichas habilidades significa poner en práctica la aptitud, rasgos de personalidad y valores
adquiridos que permitirán al ser humano trabajar en equipo, adaptarse de forma flexible a
situaciones cambiantes, ser proactivos, autocríticos, empáticos, felices y sobre todo exitosos. Sin
embargo, es necesario enfatizar que no son trabajadas de forma directa sino de manera
transversal, es decir, se dan en todos los contextos de la vida (Ortega Goodspeed, T., 2016).
Gran parte de la importancia que han adquirido actualmente se basa en el hecho de que a partir
de la Revolución Industrial, los mercados y múltiples industrias se rigen por nuevas reglas de
juego, estas nuevas reglas se caracterizan por guardar una poca relación con lo que antes era
importante en el ámbito escolar donde se daba mayor peso a la formación académica. Lo anterior,
debido a que en este momento los mercados dan por sentado que se cuenta con suficiente
preparación académica, técnica e intelectual, para así centrar más bien su atención en la demanda
de cualidades personales como la empatía, adaptabilidad y la comunicación (Alles, 2007).
Es por eso que, en cuanto al ámbito educativo y su relación con las habilidades blandas, se hace
necesario mencionar que desde hace algunas décadas las instituciones de educación superior
atraviesan constantemente por desafíos que los llevan a la creación de diferentes estrategias y
métodos cada vez más innovadores donde el estudiante se convierte en el eje central del proceso,
quien en su formación integral debe destacar no solo por su rendimiento académico sino también
por aquellas competencias del ser. Es de resaltar que antes de la pandemia por COVID – 19 estas
competencias ya se habían valorizado, su relevancia traspasó los límites post pandemia, a lo largo
de la cual se pudo observar cómo los diferentes colegios, universidades y empresas se vieron
obligadas a cambiar su curso natural y empezar a desarrollar estrategias como el office home en el
caso de las industrias en el caso de las últimas, y en el caso de las primeras a implementar
programas, aplicaciones y adquirir destrezas y habilidades necesarias para no parar.
Dado este contexto, el objetivo de mayor interés que se ha planteado para este trabajo, hace
referencia al hecho de poder identificar los avances de la integración de las denominadas
habilidades blandas al currículo de formación; asumiendo que desde esta realidad podría
realizarse un gran aporte en los ámbitos personal, laboral y formativo educacional, para el cual
dicha información se encuentra aún de forma escasa, puesto que si bien estas habilidades
corresponden a las competencias del ser, son más difíciles de medir, evaluar y por ende,
desarrollar.
MÉTODOS:
Para conseguir la finalidad del objetivo propuesto, el presente estudio implementó la metodología
de mapeo sistemático, “el cual es un método útil para construir clasificaciones y obtener
información sobre el conocimiento existente en una temática específica; por tanto, permite
identificar los vacíos del conocimiento y las necesidades en un área determinada, con lo que se
acerca de la definición de un nicho de en investigación pertinente” (Petersen et al., 2008)
El mapeo se realizó siguiendo las etapas propuestas por Peterson y otros, quienes definieron cinco
etapas:
Esquema 1 - Diagrama de flujo de proceso de selección de los artículos en cada etapa para el
mapeo sistemático.
RESULTADOS:
El total de artículos analizados fue de 61 que cumplieron los criterios de inclusión. La búsqueda se
realizó entre los meses de Junio y Julio del año 2022, a través de las bases de datos adscritas a la
Facultad Ciencias de la Salud de la Universidad del Cauca. Estas fueron EBSCO, SAGE JOURNALS,
SCIENCE DIRECT y SCOPUS. La base de datos SCOPUS es la que mayor número de investigaciones
arrojó con el 42,6% (n=26). El país con mayor número de divulgaciones fue Estados Unidos con un
16,4% (n=10). De acuerdo al Tipo de Institución, se encontró que las Universidades tuvieron un
total de 47 artículos correspondientes al 77%, siendo estas las instituciones con mayor número de
investigaciones y/o estudios; seguidas de los Institutos Educativos con un total de 8 artículos
correspondientes al 13,1%, Escuelas y Colegios con un total de 5 artículos correspondientes al
8,2%, y para la variable Otros (Centro de Investigación) un total de 1 artículo correspondiente al
1,6%, siendo este el lugar con menor número de investigaciones. Respecto al año con mayor
número de publicaciones, este fue el 2021 obteniendo un total de 19 correspondiente a 31.1%. El
Tipo de Población con el cual se realizaron el mayor número de estudios fueron Estudiantes con
un total de 46 publicaciones correspondientes a 75.4%. El Área de Estudio sobre la cual se hizo la
mayoría de los énfasis en las publicaciones fue la Educación con un total de 54 artículos que
corresponden al 88.5%.
N %
BASE DE DATOS
EBSCO 10 16,4
SAGE JOURNALS 2 3,3
SCIENCE DIRECT 23 37,7
SCOPUS 26 42,6
Total 61 100,0
PAÍS
India 4 6,6
Estados Unidos 10 16,4
España 5 8,2
Italia 1 1,6
Indonesia 4 6,6
Malasia 6 9,8
Portugal 3 4,9
Rusia 4 6,6
Alemania 1 1,6
Grecia 1 1,6
Hungría 1 1,6
Marruecos 1 1,6
Reino Unido 2 3,3
Arabia Saudita 1 1,6
Sudáfrica 1 1,6
Japón 1 1,6
Finlandia 1 1,6
Estonia 1 1,6
Singapur 1 1,6
Pakistán 1 1,6
Vietnam 1 1,6
Chile 2 3,3
Argentina 1 1,6
Tanzania 1 1,6
Perú 2 3,3
Colombia 3 4,9
Costa Rica 1 1,6
Total 61 100,0
TIPO INSTITUCIÓN
Universidad 47 77,0
Institutos educativos 8 13,1
Escuelas y colegios 5 8,2
Otros 1 1,6
Total 61 100,0
AÑO PUBLICACIÓN
2014 1 1,6
2017 4 6,6
2018 6 9,8
2019 4 6,6
2020 17 27,9
2021 19 31,1
2022 10 16,4
Total 61 100,0
TIPO POBLACIÓN
Estudiantes 46 75,4
Profesionales 4 6,6
Artículos 3 4,9
Estudiantes y Profesionales
7 11,5
Otros 1 1,6
Total 61 100,0
Total 61 100,0
De igual manera, la evaluación que realizan las instituciones respecto a la presencia o carencia de
habilidades blandas en sus estudiantes, ha permitido identificar que entre las más destacadas por
sus estudiantes son la escucha, influencia, liderazgo, comunicación asertiva y trabajo en equipo y
así mismo, se evidenció mediante métodos cualitativos (entrevista) el hecho de que tanto los
estudiantes como la movilidad dentro del mundo laboral es consciente de que la aplicación de
estas habilidades otorga un grado de competencia mucho mayor, obligando a que las instituciones
dentro de los estudios evaluados y leídos a profundidad se vean en la necesidad de emplear de
forma transversal diversos e innovadores métodos para el desarrollo y adquisición de las mismas.
Lo anterior ha permitido, que ante esta realidad que no solo es de carácter local, sino también y en
su mayoría mundial, el campo de la educación logre articularse de manera inédita con el campo de
la ciencia, la tecnología, la ingeniería y matemáticas, con el fin de generar diseños y métodos
didácticos que le permitan tanto al estudiante como al egresado desenvolverse con un perfil más
idóneo frente al resto de la comunidad. Como ejemplo de lo mencionado, se encontraron los
siguientes hallazgos: no es claro qué es, de donde surgen estos puntos?
Así pues, aunque se tiene conocimiento sobre las habilidades blandas, se sabe que estas no se
encuentran del todo formalizadas en el ámbito educativo y que por tanto, presupone un diario
reto para cada uno de los docentes y miembros directivos ya que es su responsabilidad velar por
una formación integral, aún más, cuando el estudiante frente a las diferentes evaluaciones,
encuestas, entrevistas y observaciones, ha logrado entender que dichas habilidades le brindan una
“ventaja competitiva” al momento de entrar a movilizarse en el mundo laboral.
Ahora bien, desde el punto de vista innovador, se sabe que diferentes países, desde la primera
potencia mundial han destinado un presupuesto para la implementación y ejecución de diseños y
medios que van desde juegos, hasta la utilización de realidad virtual para hacerle frente al desafío
de que sus habitantes, y específicamente aquellos que se ubican en la etapa estudiantil e inclusive
alcanzando la laboral, puedan tener un acceso más eficiente, interesante y prometedor frente al
hecho de poder desarrollar sus habilidades poderosas. Teniendo en cuenta esto, sería pertinente
pensar en la idea de una inversión en Colombia, que permita la generación de nuevos empleos
para los futuros egresados, lo cual se visibiliza como una posibilidad frente a la creación de
posibles alianzas estratégicas con países con mayores desarrollos en los campos de la ciencia,
tecnología e innovación; así como instituciones que hayan enfocado su trabajo al fortalecimiento
de las habilidades blandas en su comunidad académica, permitiendo finalmente que los y las
estudiantes de las diferentes instituciones educativas puedan formarse adecuadamente, no solo
desde su ámbito académico sino también facilitando la adquisición desde etapas tempranas de
estas habilidades, que si bien no son muy conocidas por algunos son de gran importancia e incluso
el puente que puede conectar con el éxito personal y profesional.
En la educación, las habilidades blandas se desarrollan a través del APRENDIZAJE que se encuentra
mediado por los distintos métodos de enseñanza que se implementan en las instituciones de
educación superior. Esta diversidad de métodos le permite al estudiante y/o profesional la
adquisición de nuevas competencias, con el objetivo de otorgar una adecuada preparación
académica que les permita incrementar la probabilidad de competir exitosamente en el mercado
laboral. Es por esto, que, a partir de lo anterior, surge la necesidad de que la educación atraviese
por un proceso de EVALUACIÓN continuo y permanente, que se determina a partir del
rendimiento académico y de las competencias del ser, para posteriormente determinar el nivel en
el cual se encuentra el estudiante y de esta manera, poder plantear estrategias desde las
diferentes disciplinas, contribuyendo en la acción de perfeccionar bases sólidas para su formación
profesional, creando de manera simultánea la posibilidad de que estos mismos se caracterizan por
contar con un perfil óptimo. Finalmente, cabe resaltar que, uno de los grandes escenarios
involucrados en este campo de la educación que nos compete a todos, es la INVESTIGACIÓN, de
ahí que, los procesos evaluativos como parte fundamental de la metodología en los diferentes
tipos de estudios, permiten descubrir cómo el desarrollo y/o adquisición de habilidades blandas
durante la educación primaria y superior, intervienen en el proceso de contratación de los
profesionales o egresados y así mismo, se convierten en un determinante de su presente y futuro
éxito en el sector laboral; teniendo en cuenta que este factor recibe influencia desde el ámbito
académico y social (Esquema 1)
Esquema 1. Representación del papel que desempeñan las habilidades blandas en el ámbito
educativo, frente a los procesos de aprendizaje, evaluación y escenarios de investigación.
N %
CLASIFICACIÓN MÉTODO
Cuantitativa 6 9,8
Cualitativa 24 39,3
Mixta 8 13,1
Revisión Sistemática 4 6,6
Otro 19 31,1
Total 61 100,0
.
DISCUSIÓN:
Ojo, no repetir resultados ni introducción, solo analizas lo que significan tus resultados a la luz de
otros autores
Desde el inicio del siglo XXI, el mundo entero ha venido experimentando algunos cambios,
realizando una obligatoria y demandante transición, hacia la formación de una sociedad basada en
conocimientos e información, regida en sus cimientos por la constante actualización, necesaria
para estar a la par de los diferentes procesos que forman parte del entorno y la vida cotidiana.
Esto, sumado a lo mencionado por (Vargas, 2006) afirmando que la configuración de este nuevo
contexto ha propiciado el que se deje de lado lo que antes era importante - como la medición de
tiempos de trabajo, operaciones y movimientos, siendo ahora el eje central las competencias
claves o transversales- en función de las motivaciones y capacidades del trabajador.
Dichas competencias transversales fueron descritas por (Ortega, 2010) como aquellas
competencias que incluyen, pues, competencias intelectuales, personales, interpersonales,
organizacionales y empresariales, y se consideran fundamentales para capacitar al estudiante a
trabajar en diversos ámbitos profesionales, así como para integrarse con éxito en la vida social.
Cabe mencionar que estas competencias transversales, son también denominadas claves puesto
que de acuerdo con Mertens (1996) asume estas como competencias de empleabilidad puesto
que son necesarias para conseguir un empleo, permanecer en él o encontrar uno nuevo. Advierte
que son “transversales” debido a que lo ideal sería que el total de la población debe poseerlas, ya
sea por razones de equidad (para evitar la marginación) como por razones de productividad
(porque así los trabajadores pueden continuar aprendiendo, afrontar cambios y oportunidades).
Ahora bien, a partir del conocimiento de la existencia de estas habilidades transversales y de
empleabilidad se destacan dentro de ellas, con mayor porcentaje, aquellas que se hacen llamar
competencias sociales o en el ámbito de las mismas, competencias o habilidades blandas.
Estas habilidades blandas obtienen su reconocimiento en el año 1972 cuando el ejército de los
Estados Unidos validó que sus mejores tropas no se relacionaban con el mayor conocimiento de la
maquinaria y los dispositivos militares, sino por la presencia de habilidades transversales, tales
como: comunicación, trabajo en equipo, resolución de conflictos, liderazgo y responsabilidad (1).
Posteriormente fueron descritas por distintos autores dentro de los cuales destaca lo mencionado
por Hewitt (2006) quien describe las habilidades blandas como esencialmente de tipo
interpersonal - habilidades no técnicas, intangibles-, en la personalidad que determinan la fuerza
de un individuo como un líder, oyente, negociador y mediador de conflictos.
Por tanto, y teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente, no cabe duda alguna de que las
habilidades blandas desde hace ya algunos años y especialmente durante y después de la
pandemia por COVID-19 (y todo lo que esta acarreó a nivel personal y profesional para cada
individuo); han venido experimentando un gran auge, puesto que la necesidad de estudiantes y
posteriormente profesionales idóneos y aptos para enfrentar las demandas del mundo actual,
adquiere con el paso de los años un peso considerable tanto para las instituciones de carácter
público y privado de educación primaria y superior, así como aquellas empresas que persiguen la
excelencia y buscan mantenerse liderando los estándares más altos del ranking competitivo en el
mundo laboral, aun mas sabiendo que ya el éxito se relaciona cada vez menos con el conocimiento
teórico respectivo a cada disciplina y se relaciona cada vez más con aquello que es tácito, que no
depende de la tecnología ni de los avances rutinarios, sino que hace referencia a aquello que es
propio de cada ser y que por ende, dependerá de la inteligencia humana y los valores adquiridos
durante la niñez; aquellos que se verán reflejados al unísono en un trabajo arduo al momento de
querer marcar una diferencia notable con el resto de la población.
Entonces, si gran parte de la adquisición de las habilidades blandas recae sobre el modus operandi
de las diferentes instituciones de educación primaria y superior, que para todos se han convertido
en un segundo hogar de aprendizaje y vivencias, durante la niñez y nuestra juventud; autores
como Succi y Canovi (2019), indican que es de vital importancia lograr una sensibilización en los
actores principales: estudiantes, graduados, empleadores e instituciones educativas sobre la
importancia del desarrollo de habilidades blandas de los estudiantes para comprender mejor las
expectativas de los empleadores, desarrollo que debe iniciarse desde el mundo académico. Todo
esto con el fin de que una vez los profesionales se ven enfrentados al mundo laboral cuenten con
un arsenal de capacidades que les permita abarcar y suplir todas las necesidades de las
organizaciones. Razón por la cual, diversos estudios como el presentado por CNN Chile (2019)
elaborado por KeyClouding, una plataforma de selección online arrojó que 9 de cada 10
organizaciones evalúa a sus candidatos, principalmente, por competencias blandas y que, entre
ellas, las más evaluadas son trabajo en equipo, orientación al cliente, compromiso, adaptación al
cambio y comunicación. (Canossa, 2019, p.7.
Razón por la cual, se hace necesario implementar programas de aprendizaje en los currículos
formativos, como una alternativa que logre proporcionar a los estudiantes un acercamiento inicial
a la experiencia laboral, que ellos mismos puedan determinar las herramientas con las que
cuentan y cuáles hacen falta por desarrollar dentro de estas habilidades blandas, para que así con
este tamizaje se pueda hacer énfasis en las ausencias o carencias de estas. Lo anterior, dado que
cada vez se vuelve más indispensable influenciar correctamente y tempranamente la naturaleza
cognitiva, de donde surge la inteligencia emocional, pilar fundamental y derrotero de las tan
mencionadas, competencias sociales o blandas, ya que estas no pueden ser desarrolladas por la
ciencia o la tecnología; y que por tanto, al no ser incluidas en los procesos de formación del futuro
egresado las empresas no podrán avanzar y la economía del país se estancaría, afirmación
propuesta por Immatqul (2020).
Sin embargo, y a pesar de las múltiples investigaciones y evidencias que distintos autores han
coincidido y aportado sobre el nombre, se trae a colación la opinión contradictoria de Jorge
Maturana (2017) presidente de la Asociación de Informáticos UTE – Universidad Santiago de Chile,
quien a partir de La Teoría de la Mente o Psicología Popular sustenta El Origen de las Inexistentes
Capacidades “Blandas”: La Teoría de la Mente afirmando textualmente “A pesar de lo mucho que
se habla de ellas, las Habilidades Blandas nunca han existido. Algo blando es algo suave, leve,
flácido, laxo, dócil, débil, etc. ¿Contrataría usted una persona que le asegura que sus fortalezas son
capacidades débiles, suaves o laxas? Quizás es el momento de llamarlas como debe ser.”,
proponiendo entonces el nombre de “competencias críticas” pues sobre estas reposa la
sostenibilidad de la vida social y la posibilidad de existencia de las organizaciones humanas.
Opinión respaldada por Josh Saterman (2022) director ejecutivo y cofundador de Saterman
Connect, ENTREPENEUR, quien apunta que, a pesar de no ser habilidades de carácter técnico,
estas lideran y son la esencia del trabajo en equipo, por ende, también deben ser llamadas
“competencias o habilidades críticas”.
Opinión frente a la cual, el presente autor se muestra a favor, ya que, si bien estas son innatas al
ser humano y propias de la psiquis que no es medible objetiva y subjetivamente de manera
sencilla, han adquirido con el paso de los años tal magnitud que logran trascender los procesos de
formación dado que muestran aquello que es más difícil formar, como es la condición humana de
las personas, y que se han convertido para muchos en un propósito digno de alcanzar. Motivo
suficiente para que las instituciones de educación superior (IES) y las empresas logren articularse
con el fin no solo de dar a conocer la importancia de estas, sino también guiando a estudiantes y
egresados frente a la responsabilidad que cada uno debe asumir para poder lograr una buena
adaptabilidad, frente a un mundo que se torna cada día más exigente y demandante.
Por otro lado, hablando del perfil profesional idóneo para Blanco (2009) las competencias
generales que todos los graduados deben poseer independientemente de su carrera para
desempeñarse con éxito en el campo laboral son: trabajo en equipo, planificación, comunicación,
bilingüismo, búsqueda y procesamiento de información, análisis y síntesis. Encontrando también
que Employers Value Communication and Interpersonal Skills - EVCIS (2004) sugiere que una
persona que se comunica efectivamente se lleva bien con los demás, sabe trabajar en equipo y
posee una sólida ética de trabajo, puede ser considerado como alguien con un completo set de
habilidades blandas. Esto adquiere vital importancia puesto que Carlos M. Rodriguez, Ph.D (2017)
líder académico y consultante estratégico, aporta sobre las investigaciones llevadas a cabo por la
Universidad de Harvard, la Fundación Carnegie y el Centro de Investigación de Stanford, las cuales
han concluido que “el 85% del éxito en el trabajo proviene de tener destrezas blandas y sólo el
15% del éxito laboral proviene de habilidades y conocimientos técnicos.” (National Soft Skills
Association, 2016).
En ese orden de ideas, sería apropiado designar en los respectivos currículos formativos y de la
mano con demás entidades a las cuales el propio alumnado aspire en su vida profesional, medidas
de evaluación que si bien no se espera que sea tan específicas, pudieran dar un índice
sobrevalorado sobre las aptitudes y competencias que acompañan a los estudiantes antes de
finalizar sus etapas académicas, para esto se requiere entrenamiento por parte de los docentes y
disposición para además de revisar y aplicar cuestionarios y escalas de observación, brinden un
feedback efectivo. Se sabe que Solanes et al. (2008), han proporcionado un cuestionario de
evaluación de competencias transversales clasificándolas en las categorías de instrumental,
interpersonal y sistemática (Tabla 3). esto es resultado?
Aun así, y a pesar de que existen diferentes estilos de cuestionarios y preguntas estandarizadas
aplicables para desarrollar un método evaluativo sobre las habilidades blandas, dicha evaluación
se considera un obstáculo frente a lo complejo que resulta la mente y el ser humano con todo lo
que este involucra intrínsecamente. Frente a esto la tecnología y su articulación con personal
capacitado e interesado en el tema han logrado desarrollar algunos métodos didácticos, revelados
en el presente estudio y revisados en las diferentes investigaciones aportadas a partir de la
búsqueda sistemática, dejando entrever un gran esfuerzo por tratar de entender y servir de
coadyuvante en el seguimiento de estas competencias. Una de las razones de la falta de evidencia
sobre métodos de evaluación podría deberse a que, así como lo afirma Singer, Guzmán y Donoso
(2009) la evaluación de los sistemas educativos se hace en función de conocimientos y procesos
cognitivos, ejemplo de esto sería observar que los países se comparan en su rendimiento
académico en ciencias, matemáticas y otras materias; dejando a un lado lo correspondiente al ser
y olvidando que estos datos serían de gran ayuda en el entrenamiento y desarrollo de estas
competencias sociales o blandas, pues es sabido que existen conductas que al ser intervenidas
desde temprana edad pueden modificarse, adquiriendo nuevas o mejorando las mismas, siempre
teniendo en cuentas los roles y el entorno a que cada ser humano se enfrenta cotidianamente. Lo
anterior es respaldado por Singer, Guzmán & Donoso (2009) quienes señalan que inclusive si se
pudiera realizar intervenciones puntuales como asistir a talleres sobre competencias blandas
mejoran significativamente estas habilidades, apoyado por (Driskell, Willis, & Cooper, 1992)
quienes hacen referencia a que solo a través de la repetición aquello que se aprende puede llegar
a conseguir una automatización de la conducta.
Respecto a estas intervenciones autores como Guerra (2019) propone un modelo para el
entrenamiento de estas competencias, el cual cuenta con seis etapas bien fundamentadas. La
primera de ellas es la importancia de identificar las habilidades que se han desarrollado en el
transcurso de la vida, las cuales se pueden perfeccionar y de igual manera fortalecerse en la
educación superior. La segunda etapa consiste en realizar una inducción en donde se aborda cada
aspecto relacionado con la habilidad y todo lo aprendido en la práctica. La tercera teoría se dirige
a la persona quien está enseñando y está guiando al estudiante. La cuarta etapa es aquí en donde
los estudiantes recopilan todo lo aprendido del modelador para ponerlo en práctica. La quinta
etapa se fundamenta en realizar un feedback entre el estudiante y el modelador, en donde se
deben plasmar los aspectos positivos y negativos en el desarrollo de las prácticas. La última etapa
plantea que se debe realizar la aplicación de lo aprendido en el ámbito laboral. Pese a esto, (De
Freitas & Routledge, 2013) refutan que los juegos en línea y toda aquella interacción que por
medio de la tecnología y el internet, le permitan al individuo relacionarse y alcanzar una
comunicación interpersonal, donde este experimente situaciones que lo acerquen a la toma de
decisiones y roles en el mundo real, además plantean la necesidad de que las instituciones de
educación superior enfrenten en diversos escenarios a situaciones que posiblemente podrían vivir
sus estudiantes.
Haciendo énfasis en que algunos autores señalan que es más sencillo y factible la enseñanza de
estas competencias sociales en aquellos que se encuentran en la academia, es decir, que aún no
están inmersos en el mundo laboral, ya que así como lo aportado por la (American Management
Association, 2012) el 60% de los ejecutivos y líderes competitivos, consideran que resulta más fácil
cultivar estas competencias en los estudiantes, ya que los caracterizan como más abiertos a
cambios e ideas, en comparación de aquellos egresados y quienes ya se catalogan como
trabajadores, puesto que al enfrentarse, algunos quizá drásticamente a su entorno, puedan
adquirir de él, ciertos patrones o actitudes difíciles de moldear.
Ciertamente entonces, aunque el tema de las competencias transversales de tipo social, dentro de
las cuales se enmarcan aquellas competencias blandas, ya es un tema que se ha investigado,
solidificado y divulgado nacional e internacionalmente, se continua con la ardua tarea de que se
pueda establecer un compromiso con las instituciones, respecto a que estas fomenten el
desarrollo e impartan estrategias con su cuerpo directivo, docentes y demás trabajadores, e
incluso charlas de común acuerdo con sus estudiantes, abordando la temática, su presencia o
falencia en la vida de los mismos y que así a partir de esto, pueda implementarse en el contexto de
educación primaria, secundaria y universidades actividades que ligadas a los respectivos currículos
formativos permitan que a través del ejemplo de sus maestros, o de estrategias recursivas los
chicos del presente puedan tener una experiencia mas cercana y real, interactuando y
relacionándose con otros, pero sobre todo, conociéndose a sí mismos; ya que al reconocer en que
punto de la balanza se encuentra cada individuo se puede reforzar y empezar a trabajar por estas
competencias y habilidades que así sean llamadas “blandas” o “criticas” finalmente son el
cimiento sobre el cual el estudiante podrá convivir enfrentando diariamente sus necesidades, las
necesidades de la población y el entorno en el que se desenvuelve, así como también le permitirán
entran a formar parte de aquel grupo que al poseer un arsenal de habilidades blandas le permiten
ser un “diferenciador número uno” (Sutton, 2002) independientemente de la industria o profesión
que tenga.
CONCLUSIÓN:
La mayoría de los artículos revisados dan cuenta del uso de las habilidades blandas en las
diferentes instituciones educativas, sin embargo, no es algo que se haya visualizado
curricularmente. Por lo tanto, es un trabajo que requiere que las directivas y docentes de las
diferentes instituciones para buscar diversas alternativas para enfatizar en el ámbito escolar y
familiar, el desarrollo y adquisición de estas.
Adicionalmente, la investigación realizada encontró que en su mayor parte, los autores logran
destacar la relevancia que adquieren las habilidades blandas o poderosas en sus estudiantes y
egresados, puesto que el valor de estas radica en que promueven la realización del ser,
fomentando el respeto y la calidad humana que se adquiere como un ser en sociedad; sin
embargo, es claro que el número de disciplinas dedicadas específicamente al desarrollo y
abordaje de este tema es relativamente pequeño. En consecuencia, cada día los sectores
educativos se enfrentan a una constante y necesaria evolución en sus líneas de acción y
metodologías pedagógicas para la correcta integración de estas en los diferentes currículos de
formación y pueda ser de gran impacto y visualización.
CONFLICTO DE INTERESES
Ninguno por declarar.
FINANCIACIÓN
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