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1.

1• t

FÁBULAS

SAMANIEGU
NOVISIIIIA EDICIÓN ILDSTRADA

CON NOTAS GRAMATICA I.ES 1 LITRIIAIIIAS, E'tC .


UN \'OCABU I, AI\10 DE L OS NOl\1 111\ES II I S T Ó I\I COS \' OEOOIIÁFICOS
Y UN IIETI\AT O DEL AUTOII

MIGUEL DE TORO GÓMEZ


Licenciado en Filosofía y Lelras
OOcial de Academia
y Aulor del Nuevo .Dicciomtrio &IICiriopédico ilurlrado

PARÍS
LIBRER iA ARMAND COL IN

i90 2
ABREVIAT URAS

au montati\'O.
anticuado. r roeto .
. derivado, dorivaUos. J. C.•• . Jesucristo.
~f~~- :. ~~~~:~~~:~~: ~\d~: : ~!~~o~~·~rbial.
oj.: ejemplo ó ejemplos. pd,::-. . . pdgina.
oxpr oxpros10n ¡1. a .•.• p:nticipio acth·o.

¡;~ : f;::~:~~~ . b: :. . Ei~~~;~~:.asóvo


ha.b ... habitantoóhabitantcs. SINÓN ••
.. . •• véase.
INTRODUCCIÓN

Uno de los más recientes biógrafos de Samaniego


decía no hace mucho (agosto de i901), hablando de
sus obras: e< Sus Fábulas, que han alcanzado cien los
de ediciones, corren de mano en mano , siendo obli·
gado li bro de lectura en todas las escuelas de pri- _
mera ensc iwnza. )) ¡.5' 1(
Pues bien, no obstante la popularidad de estas 1 ~. •
fábulas, es tal la fucna de la rutina, la mezquindad! •
de ciertos editores y hasta, si se quiere, la indife-\"-:· ..
reacia de los autores, que nadie ha pensado en ~/
hacer ediciones conven ientemente anoladas, como
las hay en Francia, muy numerosas y esmeradas,
de las Fábulas de La Fontaine. Y sin embargo, pocos
libros habrá que lanlo lo necesiten. Los niños repi-
ten como papagayos mnllitnd de nombres de per-
sonas y cosas de que no se dan cuenta . He aquí en
prueba de ello algunos pasajes escogidos entre mil:
¡Oh jOvenes amables
Que e n vuestros li ern os ailos
Al lemplo de lllinei'Va ...

De doradas espigas
Como Cercs rodeado.

Pues, escuchad á Esopo,


Mi s jóvenes amados.

Júpiter que se "ió co n tal basura ...

No <i pares, il. docenas enco nt1·aba


La s monas en 'felucín ...
-4-
Simónides en Asia se enriquece ....
. . . . . . . . . . . . . .
Ó tal ':ez como Ulises has corrido ...

Si con sus sc•·cnalas


El mismo Farinello ...

Que perdió lnssuyas


Allá en C~mpo Santo ....
¿Qué sabe el niüo quiénes fueron ó qué signiflcan
las palabras Jl!ine1•va, Ce1·es, E sopo, Júpilm·, Tetuán,
Simónides, Asia, Ulises, Fm·inell9 y Cam¡Jo Santo?
Y esto, dado caso que la edición sea correcta; pues
tenemos á la vista dos ediciones de estas Fábulas,
hechas por una de las librerías más antiguas de
París (en matel'ia de libros españoles) y en ellas
fallan hasta versos enteros, lo cual hace incompren-
sible el texto.
Á esto se agrega la necesidad de ex-plicar ciertas
formas y palabras, ya arcaicas, ya neológicas, y
ciertos giros poco usuales ó que conlravicneo, en
parte, á las leyes corrien les del lenguaje.
Hemos creído, pues, prestar un servicio, lo mismo
á los alumnos que á los profesores, ofreciéndoles
una edición correcta y cuidadosamente ano lada, á la
que hemos agregado un VocAUULAHIO completo de
nombres mitológicos , geográficos é históricos. No
dudamos que la ilustrada clase de Profesores y
Directores de colegios se apresUI·ará á adoptarla,
desterrando de las aulas esas ediciones cojas, inco-
rrectas, descuidadas, que son una afrenta para los
libreros que las dan á luz, una falta de cons idera-
ción á los profesores, y un ultraje á la memoria del
insigne Samaniego.
M. DE T. 0.
Paris, ta de diciembre de HW I.
SAMAN!EGO

El ilus tre fabuli s ta , ll am ado con jus ti cia por Pdn cipe
y poi' otros el La Fontainc espa ñol, nac ió en i. 7ft5 y
muri ó en la ,·illa de Lngu;:u·tlia en 1801 , después de
e mpl ea r s u vida en e l fome nto de los intereses dr su país
na tal. Fué un o de los primeros qu e se a lista ron en
aquell as famosas Sociedades de A migos del Jla.is, ini-
ciadas y fomentadas en ti emp o de Carl os III y á las que

~::~~n~:~:, ne~~.~~~:ci~~Lr~~ ~b~:ns~:r~a t~~~~c~~~


esfuerzos y energía á promov.cr y mejo rar la edu cación
popula r y á este fin co m puso 1 s u n ota.ble colecc ión de
Fábitlas destinadas, co m o reza el ULulo, ..i los caballeros
alumnos del Real Seminario Patriótico vascon yado , fuml ado
por la indicada societlad. Según Ti ckn or en su llis-
to,·ia de la litcr·atura cspa1iola, u la primera parLe (de las
Fábulas) publi cada en 1781 y pot· Jo ta nto un af1o anLes
qu e la co lección de lri arte, ha bla de éste co mo ele s u
-6-
mod elo 1 , sin dejar duda, por lo mismo, de qu e había
.." 1yavistola sus fábu las. Publi cóse la segund a en n S'I-, cuando
de su rival h<tbfa sido apl aud ida por el público ,
de donde se originó la rupLura de sus buenas re"lacioncs,
mediando en lL'e ambos cuestiones y folletos que les
hace n poco hono l' ... Las fábulas de Samani ego no están
seguramente tan bien escritas como las de Iriarte, ni
aplicadas co n tanta c:xactitud y ori ginaliJad; pero son
má s se ncillas, más naturales y más á propósito para el
común de los lectores. n
El em inen te criti co Sr. Men énd ez y Pelayo, en su obra
Los llete1'odoxos, hab la. larga mente acerca de otros tra-
bajos de Samaniego y de sus tendencias filosóficas.
Sin embargo, cualqui era que sea el juicio que pueda
rorm a rse sob re s us demás escritos, no puede negarse
que s us rábulas tuvieron y siguen ten iendo la mayor
aceptación entre maestros y disclpu los, y qu e cons ti-
tu ye n una obra indispensable en las escuelas.
Mi ilustre am igo y maestro, el eximio literato Don
Juan Valem, á q ui en daba cuenta no ha mucho de mi
propósito de pub licar la presente edició n, me decía en
fecha reciente {3 1 de diciembre de :1 !101 } : Mu cho 1(

celeb ro que publique Ud. a hí una bonita edición de las


rúb uias de Saman icgo, anotada por Ud . Estas fábulas, eu
mi senti1·, son preciosas y bien. pueden. entraren competencia
con las de La F011taine, que se ponen tan p01' las nubes. n
En ll de agosto del año pasado hizojustamcnteun siglo
que falleció el insigne fa.bulista 2 , y el 11 de scp liemb l'e
del mismo año organ izó la ilustre Sociedad EconUmica
Vascongada ele J. migos dcJ.Pais,en honor suyo, una solemne
fiesta en el Palacio de Bellas Artes de San Scbnstiáu,

1. •:n rnlij \erws, lriartc, Acen.:a de la un... rte de nuutro r~~obull~tu


\ano¡¡uicromhnrtc lliceeL:Sr. ll l'tcrroclc ll eugoneucltl ls·
t.lucponcr ,JosiU)'Oi jlOrmodclo. rurioc¡ue¡•ronunrlóenlaflc¡tadelcen-
U''dlm/a, 1•, libro 111 , ¡1ng. HO.) :~~;~::~.~~: ~~~~~~~~~~1 ¡:~::;r~c~~~l~~~~~:~~~~~~:::
'1!. S3manlego, StRnn llrmos Indicado no t¡ulso sontrltl'IIC (i la dt! lo~ tmltllco~.
ni anotar al¡.:una cle su~ mnuht~, no ten fu Se tr11tó :\ ~u modo, wlrt!JdlllltMc ct111

~~:::~\~'.:::~;j:~:\~:~~:;;.;,~~~::;~~~~ ¡:~;:;;i~!;?:f:;:;t;~~;~~::i:::~r:;;
-7-
con motivo del centenari o de su muerte 1 • De es te modo
procuraba correspo nd er al carii1o de su hijo pi·edilec to,
q'u e habla hecho inmortal su nombre, inscribiéndole al
frente de la 111 ed ición Oc sus Fábulas .
La junta de Gobierno de dicha Sociedad, que tiene
por presiden te á D. Leo nardo Al oyúa y pO I' secretario
gc neml á D. Tomás Bermin ghan , no pertlonó medio
para dar el mayor b•·illo y realce á tan patriótica cere-
monia, en la qu e fi guraba, presidiendo la esce na, el nota-
ble busto de Samanicgo debido al ci ncel del escultor
bilbai no Sr. Larrea 2 • En un inspirado di scu rso, cuyos
elocuentes párrafos al'l·ancttro n frecuentes ap lausos, traz ó
un animad o cuadro de la vida y t1·abajos de nuestro poeta,
el elega nte escrito r, profeso r y e rudilo polfg•·afo D.
Hi card o Bece 1TO de Bengoa 3 •
Puso términ o á la patriótica ceremon ia co n se ntida,
al pa r que elocuente peroración, el Excmo. Sr. Duqu e de
Almod óvar del !lío, i\lioistro de Estado, que hi zo notar
co n mu cha opo l'Lunidad qu e 1< en las Fábulas morales del
insi gne hij o de Laguard ia, no sólo gustamos las pri-
micias del arte litera ri o, sino qu e ap1·endirn os los
p1·eccptos morales, c¡ue más tard e en nu estra vida
ha bfan de guiarn os, con más gusto, co n mayor placer
qu e cuando esos mismos preceptos eran expues tos con
la seve ridad de la ciencia en Jos tratados ;'u·idos de la
Filoso ffa ¡\IOI·aJ. n

Pura terminar, agregaremos las siguien tes notas qu e


co nsignan los biógrafos de Samanicgo : e< er a de estatura
pequeña, pelo neg ro , cara un poco larga y expresiva; y
en cua nto á lo moral, algo escéptico, soca rrón y aleg•·c. ))
-8-
Con motivo Llc la. celebración de su cente nario, casi
todos los periódicO!:i cspailOics han honrado la memoria
de Samaniego, lo cual demuestra, bien á las claras, quB,
lejos de irse amo r tiguando su glor ia y fama, no han
hecho sin o crecer y co nsolidarse.
Miguel DE Tono Gú~rnz.

Paris, 1 de enero de i902.


PRÓLOGO DEL AUTOR

Mu chos son Jos sabios d e difer entes siglos y naciones


que han asp irado a l r enomb re de fabulistas; pero muy
pocos los qu e han hec ho esta carre ra felizmente. Este
conocimiento debiera habe rm e r etmfdo de l arduo
empeflo de meterm e á contar fábulas en verso caste-
llano. Así hubi era sido; pero pe rmftam e el públi co
protesta¡• co n s in ceridad en mi abo n o, que en esta
empresa no ha teni do parte mi e lección . Es puram ente
obra ele mi pronta obediencia, d eb ida (Luna persona, en
quien respe to unid as las calidades de Lío, maesl1'o y jefe.
En efec to , el director de la r ea l Sociedad Vascongada,
mirando la educación co mo á basa en que estriba la
felicidad pública, e mpl ea la mayor parte de su ce lo
patriótico en el cuidado de proporcionar á los jóvenes
alumn os del real Sem in a 1·io Vascongado cuanto conduce
á su instrucc ión ; y siendo, por decirlo así, e l primer
pas to conque se d ebe nutriL' el es píritu d e los n if1 os, las
máximas mom les disfrazadas en el ag rada bl e a rtifi cio
d e la fábula, me destin ü á pone r una co lección de ellas
en ve rso caste ll ano, con el obj eto d e qu e recibiesen esta
enseilan7.a, ya que n o mamá nd ola co n la lec he, según
deseó Pl a tón, á Jo meno s a ntes de ll egar á es tado de
poder ententler el latín.
D<"sd e lu ego di principio á mi obrilla. Ap enas pi-
llaban los j óven es se minari stas a lguno el e mi s primeros
ensayos, cuando los leía n y estud iaba n á porfía con
indecible place r y fa cilidad; m os trando en esto el deleite
que les causa un cu entec ill o adornado co n la dulzura y
arm onía poética, y libre para ell os de las espin as de la
traducción , qu e tan d esag radab lemente les punzan en
los princip ios de su enseñanza.
Aunque esta primera prueba me aseg ura en parte de
la utilidad de mi e mpresa, que es la verdadera r eco-
mendación d e un escrito, n o se contenta co n ella mi
-10-
am or propio. Siguiendo és te su ambi ciosa condi ción ,
desea que respectivam ente logren mis fábulas igual
acogida que en los ni1i os, e n los mayores, y aun, si es
posible, entre los doctos ; pero á la verdad es to no es
tan fácil. Las es pinas qu e dejan de encon trar e n ellas
los niñ os, las hall arán los que no lo so n en los repetidos
defec tos de la obra. Quizá no pa rece rán éstos tan de
marca, dando aquf una breve noticia del método que he
observado en la ej ecución de mi asunto, y de las razones
que he tenido para seguirlo.
Después de haber repasado los preceptos de la fábula,
formé mi pequeña librería de fab uli stas : examiné,
comparé y clcgf para mi s modelos en tre todos e ll os,
desp ués de Esopo, á Fedro y La Fontaine; no Lard é en
hallar mi Jesengalio. El primero, más para admirado
que para seguido, tuve que aba nd onarle á Jos primeros
pasos . Si la uni ón de la e l ga ncia y laconismo só lo está
concedida á es te poe ta en este género, ¿có mo podrá
aspirar á ella quien esc rib e en lengua cas tellana, y
palpa los grados qu e á és ta le fa ltan para igualar á. la
latina en concisión y c nergia ·? Este co nocimien to, e n
que me as egm·ó más y mús la prácti ca, me obli gó á
separarme de Fed ro.
Empecé a aprov echarm e del seH und o, como se deja ver
en las fábulas de La Ciga1'ra y l a llo1·miaa, Bl Cuci"VO !J el
Zo1'1'0 y al guna otra; pero reco nocí que no podía, sin
ridi culizarm e, trasladar á mi s versos ac¡uellas delicadas
nu evas grac ias y sales, qu e lan fác il y naturalmente
der rama eslc ingenioso fabu lista en su na rración.
No obs tante, en el estudio qu e hi ce de es te autor,
h a llé no solamente que la mayo r pal'le de sus argu-
men tos son to mados de Locman o, Esopo 1 y otros de los
ant iguos, sin o que no tuvo repa ro en ent1·egarsc á seguir
su propio carñcter tan fran camente, qu e me atrevo á ase-
gurar que apenas tuvo presente otro precepto, en la
nanación, que la regla general que él mi smo asienta
en el prólogo de sus fábulas en boca de Quintiliano: Por
a
mucho fl?·acejo que se dd la narrac ión., nunca scJ•á demasiado.
Con las difi cultades que toqué al seguir, en la for-
mación de mi obrita, á estos dos fabulistas, y con el
ejemplo que hallé en el último, me resolví á esc ribir
tomando en cerro los argumentos de Esopo, entresa-
t. \'éue lo que lliet' el VtX"ab«lorloacercallee5tos supue1tosautore•.
- 11-

cando tal cual d e algún mod ern o, y cnl!·egftndome co n


libe rtad á mi ge nio, no só lo en e l estil o y gus to de la
naiTación , sino aun en e l variar rara \'C7. algún tanto
-ya del argumento, ya de la ap li cac i6 n de la mora lid ad,
quitando, ailadiendo ó mudando a lgun a cosa qu e, s in
toca r al cu erpo prin cipal del ap61ogo, co ntribuya á darle
cie rto aire de novedad y grac ia.
En vc¡•dad que, según mi conr ien cia, más de r untro
veces se peca en rstc método contra los prece ptos Ue la
fábula; pero es ta práctica li cenc iosa es tan co rri ente
e ntre los fabulislas, que cu a lqui era que se ponga á
co tejar una mi sma fábula C'll diferentes versiones, la
h a iJ a¡•á tan transformada e n cada un a de ell as respecto
del origmal que, dege nerando por grados de unn en
otra versión, vend•·ú á pa recerle diferenlP en ca tl a una
de e llas. Pu es si co n todas es tas li ce n cias ú pccutloscontra
la s leyes ti c la fábula, ha habido fabuli stas que ha n hec ho
s u ca rrera has ta. ll ega r al lempo de la. inmortalidad,
¿ á qué JH e le rm e yo en esc rúpul os que e ll os n o tuvieron?
Si en algo he emp leado cas i nimi a mente mi atención,
ha s ido e n hace r ve¡·sos fác il es, has ta acomodar los,
según mi e nte nd e r , ú la co m p rens ión de los mu c ha-
ch os. Qu e a lgun a vez parezca mi es til o no sólo humilde.
sin o au n bajo, malo es ; mas¿ no sería muchísimo peor
que, hac iéndo lo incomprensib le á los niñ os , ocupasen
éstos su memo ria co n inútil es cop las·?
Á pesar de mi desve lo e n es ta parte, desconfío de co n-
segui •· mi On. Un a utor nwd orn o, e n su Tratado de Ed~t­
cación, dice que e n toda la co lecció n de l.a Fontain e no
conoce sin o c in co 6 se is fitb ul as, e11 que IJJ·illa con emi-
nencia la sencille:. pue1•il; y aun, haciendo an á li sis de
algun a de ellas, e n cu e ntra pasaj es desproporcionados á
la inte li ge n c ia de los niil os.
Esta crftica ha si do para mf un a lecc ión. Confe aré
sinceramente que no he acea·tado á aprovecharme de
e ll a, s i e n mi colección no se halla más de la mitad de
fábulas que, en la c lal'idad y sencillez de l estilo , no
pu eda apost(Jrselas á. la prosa m ás trivial. Éste me ha
parecid o el so lo med io de arc l'ca rm e al le n guaj e e n que
d e be mos e n seüa r á los muchachos; pei'O ¿ qui é n te ndrá
bastante filoso fía para acerta r á po ne rse e n e l lugar de
és tos , y medir asf Jos g rad os ú c¡ue ll ega la co mpre n sió n
d e un niil01
- 12 -
En cuanto a l metro, no guard o uniformidad : no es
esencial á la rúbula, co mo no lo es al epigra ma y á la
lira, que adm iten innnita variedad de metros. En los
apó logos hay tanta inconexió n de un o á otro, como en las
lims y epi gt·;unas. Co n la variedad de metros he ¡H·ocu-
rado huir Je alJuc l monotonismo 1 que ador mece los se n-
tidos y se opone ti la varia armonía, que tanto deleita
el ánim o y av iva la atenc ión. Los jóvenes qu e Lomen de
memol'ia estos versos, adquir irán co n la mpe li ció n de
ell os algu na facilidad en hacerlos arreglados á la3 diver-
sas med idas, o.t que por es te med io acosLu m bt·c n su oldo .
\" erdall es que se ha llará en mis v<:t'SOS gra n co pia de
cud ccasilab os pareados con la alternativa de pies que-
brados ó de sie te sílabas; pero me be acomodado á pre-
ferir su frecuente uso al de otros me tros, por la vr nlitja
que no Lienen los de esta ncias más largas, e n las cuales,
por acomodar una sola voz que fnltc para laclam exp li ca-
ción de la scntrncia,óquedacon fusoy como es tt·ujado el
pensamiento, ódemasiadarncnle holgado y lleno de rip io.
En co nclusión, puede perdon{trseme bas tante po r
ha ber sido el primero e n la nación que lut abierto e l
paso á esta ca z•t•era, en que he caminado sin gu ía, por
no hab er ten ido á bien ent rar en e ll a nuestros céleb res
])aetas caS tellanos. Di choso yo si logro que, co n la oca-
sión de r.or reg ir mis defectos, dediqu en ciez·tos ge ni os
poéticos s us Lat·cas •'t cu lti v;u· I'StP y ot ros importantes
!'amos de insLI'Hcciú n y provPcho. Mi entras asr no lo
hagan, hab remos de contentarnos co n leer sus excP-
lcutes ~glogas, y sacar de sus dulcrsimos ve rsos ca~ i
tanta melod ía co rn o de la mejor música tlcl div in o
ll uyd n, aunque tal vez no mayo r ensci1anza ni utilidad.

A excepci6n. de un corto número de m·gurnenlos sacados


de Esopo, Fl)(lro y La Fontaine, todos los asuntos C01llt:-
nidos en. los apólogos 'le los libros v1, vu y VIII, perte-
necen al fabulista in{)lds Gay. El iibt·o IX es original.
LIBRO PRIMERO

FÁBULA PlUMERA

El Asno y el Cochino

Á LOS CABALLEROS ALUMNOS


DEL IIEAL SEM INAIIIO PATJUÓTIOO VASCONGADO

Oh jóvenes amables
Que, en vuestros tiernos años,
Al templ o de Min erva
Oil'igfs vu estros pasosi
Seguid, Sf•gu id la se nda
En que rH ;:u·chái s, guiad os
1\ la luz de las cie ncias
Por profeso res sabios .
Aunqu e el camin o sea
'Ya difi c il , ya largo,
Lo allana y faci lita'
El li cmpo y el l•·abajo.
Hompi endo el duro suelo,
Con la esteva agobiado,
El labrador sus bueyes
Gufa co n paso Lal'do ;
Mas al fin ll ega tl verse
En med io del vc¡·ano
- 14 -
De doradas espigas,
Como Cer es ', rodeado .
Á mayo res tareas,
Á más graves cuidad os
Es mayo r y más dul ce
El premi o y e l descanso .
Tras penosas ra ti gas,
La lab radora mano
¡ Con qué gu sto r ecoge
Los racim os de Baca 2 !
Ea, j úve nes, ca,
Seguid , seguid marchand o
Al templo de Minerva
Á rec ibi r· f' llauro.
Mas yo sé, ca balle ros,
Que un j ove n entre ta ntos
Hcs pondcr á á mi s voces :
No puedo , que me canso .
Descanse en hora buena,
¿ Di go yo lo co n tra ri o?
Ta n lej os es toy de eso,
Que en es tos ve rsos trato
De daros un as unto
Qu e in struya d eleita nd o .
Los perros y los lobos,
Los ra tones y gatos,
Las 1.orras y las mon as ,
Los ciervos y caba ll os
Os han de ha bla r en verso,
Pe ro co n jui cio ta nto,
Que sus máx imas sean
Los consejos más san os .
Dele itaos en ell o ,
Y co n es te descan so
1t las serias tar eas
Volv ed más alen tados.
Ea, j óvenes, ea ,
Segui d, segui d ma t•c hando
Al tem plo d e l\lin erva
Á r ecibir el lauro.
-15-
Pero ¡ qué! ¿ os detiene 1
El ocio y el regalo?
Pues escuchad á Esopo,
Mis j óve nes amados.
Envidiando la suer te del Cochino 2
Un Asno maldecía su destino.
Yo, decía, trabajo y como paja;
El come harina y berza, y no trabaja.
Á mi me dan de palos cada día;
A él le rascan y halagan a porfia.
Así se lamentaba de su suerte¡
Pero luego que advierte
Que á la pocilga alguna gente avamm
En guisa de matanza!,
Al'mada de cuchillo y de caldera,
Y que con maíía fie1·a
Dan al gordo Cochino fin sa ngriento,
Dijo entre sí el Jumento :
Si en esto para el ocio y los 1'eyalos,
Al trabajo me atengo y ti los palos.

FAJ3ULA ll

La Cigarra y la Hormiga
. Cantando la Cigarra,
Pasó el verano entero
Sin hacer provisiones
-16-
Allá para el invi erno.
Lo s fJ'fos la obligaron
Á guardar el silenci o,
)' á acogerse al abrigo
De su estrec ho aposento.
Vióse desproveída '
J)c) preciso susten to,
Sin mosca, sin gusa no,
Sin trigo, sin ce nteno.
Habitaba la Hormi ga
Allí tabique en medio!,
Y con mil expresiones
De atención y respe to
La dijo : - Dot1a ll ol'miga,
Pues qu e en vuestl'os g¡·anc¡·os
Sobra n las provisiones
P ara vuestro alimen to,
Prestad alguna cosa
Con que viva este invi erno
Esta triste Cigarra,
Que alegre en o tro tiempo,
Nunca conoció el da i10 ,
Nunca supo temerlo.
No dudé is en preslarme,
Que fie lmente prometo
Pagal'oS con gana ncias,
Por el nombre que tengo. -
La cod iciosa ll ot· mi ga
Bcspo ndi ó con denuedo,
Ocultando á I<L espalda
Las llaves del granero :
- ¡Yo prestar Jo que gano
Con un trabajo inm enso !
Dfrn e pues, holgazana,
¿Qué has hecho en el buen tiempo?
- Yo, dijo la Cigarra,
A todo pasajero
Cantaba alegremente
Si n cesa r ni un momen to .
- ¡ Hola !¿ conq ue cantabas
-n-
cuando yo andaba al remo 1 ?
Pues abara que yo como,
Baila ¡ pese á tu cuerpo!

FÁBULA IJI

El Muchacho y la Fortuna.
Á la orilla de un pozo,
Sob r e la fl'escn hi erba,
Un in cauto mane bo 2
J)orm fa á pierna suel ta.
Gritóle la Fortun a :
- Insensato, despierta;
¡.No ves que ahogarte puedes
Á poco que te muevas?
Por ti y otros canallas
Á veces me motejan ,
Los unos de inconstante,
Y los otros de adversa.
Reveses de fo¡•ttma
Llamdis á las miserias :
¿ Por que, si son. fev escs
De la conduela nec-ia?
- !8 -

FÁBULA IV

La Codorniz.

Presa en estrec ho lazo


La Codorni z s~ncilla
Daba quejas a l aire,
Ya tarde a rrepe ntida.
- ¡Ay de mí mi se rab le,
Infeli z avecilla 1,
Que a ntes cantaba li bre,
Y ya ll oro cautiva !
P erd í mi nit.l. o amado,
Perd f en él mi s de li cias ;
Al fin perdílo todo,
Pues que perdí la vida.
¿ Por qw~ desg racia tanta?
¿ Por q ué ta nta desd icha?
Por· un grano de lrigo :
¡Oh cara golos ina!
¡ El apetito ciego
A cttánlos p1·ecipita
Que, po1' logra1· ttn nad(L,
Un todo sac1'ifican 1

1..4l'tr:ilfa, dhn.d cau.Otrolderh.:acedmrf¡o,acel"ia,ru;erlo,a~:utrn:.


- 19 -

FABULA V

El Águila y el Escarabajo.
~~ ¡ Qué me m a tan! fa vor >> : as í clamaba
Una Li ebre infeliz, que se miraba
~n las garras de un Águila san gri enta .
.\ las voces, según Eso po cue nta,
Acudi ó un co mpasivo Escara hnj o;
Y viendo á la cuitada eu ta l trabaj o ,
Po r libertarl a d e ta n cruda mu erte,
Ll eno de horror cxc lam.a d e esta s u erte :
- Oh r eina de las aves escogida,
¿_P or qu é quitas la vida
A es te pob1'C animal, ma nso y co ba rde ?
¿No se r ía mej o r hace r a larde
De devorar á d ai\ad oras fi eras :
Ó ya que res isten cia hall ar n o qui eras ,
Cebar tus uñas y lu co n •o pi co
En el f¡•ío caúávcL' de un borri co'! -
Cua_ndo e l Escambaj o así dec fu,
El AguiJa con desprecio se re fa ¡
Y sin u sar de más a tenta frase,
:\lata, trin cha, d evora, pilla y vase .
El pequcilo animal asl burlado,
Quiere verse vengad o.
En la ocasión primCI'a
Vuela al nido del Águil a ulta ne 1'a :
Halla sol os l os hu cYOS y, al'l'ilSLrando ,
Uno por un o fu élos 1 despefl a ndo .
-20-
Mas co mo nada a lcanza
Á dejar sati sfec ha una venganza,
Cuantos hu evos pon fa en ade lante
Se los hizo tortilla en el instante.
La reina de las aves sin co nsuelo,
Hemontando su vuelo,
Á Júpiter excelso humild e ll ega,
.Ex pon e s u t.lo lor, pfclele, ¡•uega
Hemedic ta nto mal. El dios prop icio,
P or un incomparable be neficio,
En ~u regazo hizo. que pus iese
El AguiJa s us hu evos, y se fuese;
Que á ht vuelta, co lmada de consuelos 1,
En co ntrarfa herm osos s us polluelos 2•
Sup o el Escarabtljo e l c<.~so todo¡
Astuto é in genioso, hace de modo,
Que una bola fabrica diestramente
De la materia en que continuam ente
Trabaj ando se halla,
Cuyo nombre se sabe, aunque se calla;
Y <ru e, según yo pienso,
Para los di oses no es muy buen in cie nso.
Carga con ella, vuela, y atrev ido
Pone su bola en el sagrado nido.
Júpite•· qu e se vió co n tul basura,
Al punto sac udi ó su vestidura,
Haciendo, u/ <lrrojar la a lb ondiguill a,
Con la bola y los hu evos su to •tilla.
Del L•·ágico s uceso noLiciosa,
AITepentida el 1\ guila y ll orosa,
J\preudió esta lección (L mucho precio :
A nadie se le lt•ate con desprecio,
Como at Escarabajo ;
Porque al mlis miserable, vil y bajo,
fJara tomar vcnaan:a, si se irrita,
¿Le {altarti siquiera -un" bolita 3?
- 21 -

FÁBULA \'1

El L eón vencido por el Hombr_e .


Cierto artífi ce pintó t
Una lu cha , en que va li ente,
Un ll om bre Lan sola me nte
Á un hor rible Leó n ve n ció.
Otro Leú n qu e el cuadro vi ú,
Sin pret,r unta r por su a utor,
En tono des prec iador
Dij o : Bien se deja. ver
Que es pintar como quci'CI' ;
l' no {u é león el pintor .

FABULA Vll

L a Zorra y el Busto.
Dij o la Zo1Ta al Bus to,
Des pués de ole l'l o :
Tu cab eza es herm osa ,
Pero sin seso'·
Como Cslc hay muchos
Que, aunque tJaJ·cceJi. hombr es ,
Sólo son bustos.
-22-

FÁBULA Vlll

El Ratón de la corte y el del campo.


Un Halón cortesano
qom'ichí con un mod o mu y urban o
A un Ha lón ca mpesi no.
Dió lc go rd o toc ino,
Qu eso fl'esco úc Holanda;
Y una despensa llena de vianda
Era su a lojami ento;
Pues no pudiera hab er un aposento
Tan magníficamen te preparado,
Aunqu e fu ese en Rat6poli.s 1 buscado
Con el mayor es mero,
Para a lojar á noepán t. p1·i1nero.
Sus se ntid os a ll í se re&rcahau :
Las paredes y tec hos adornaba n ,
Entre mil ratonescas 3 go losinas,
Salchi chones, perniles y cecinas.
Saltab an de place r, ¡oh qué emb eleso !
De pernil en perni l, de queso en queso.
En es ta situac ión tan liso njera
Ll ega la despensera :
Oyen el l'uid o, corre n, se agazapan,
Pi erde n e l tin o; mas al fin se escapa n
Atropelladame nte
Por cierto pasadizo ab ierto á diente.
- ¡Esto tenemos 4 ! d ijo el camp es ino;
Heni ego yo del queso, del toc in o,
Y de qu ien busca gustos
Entre los sobresaltos y los sustos.
-23-
Volvióse á su campaña en el instante,
Y es tim ó mucho m ás de allf adelante,
Sin zozob ra, temor, ni pesadumbres,
Su casita de ti erra y sus legumbres.

FÁBULA lX

El Herrero y el Perro.
Un l·lerrero tenía
Un Perro, qu e no hacfa
Sino co mer, dor mir y estarse echado .
De la casa j a más tuvo cuidado;
LevanLábase sú lo á mesa puesta :
Entonces con gran fiesta
Al due i'io se acercaba,
Con perrunas 1 cari cias le halagaba,
Mostrand o de ca rii•o mi l excesos
Por pillar las piltt•afas y los huesos.
- He ll egado á n o Lar, le dij o el amo
Que aunqu e nun ca te llamo,
Á la mesa te llegas prontamente :
En la fragua jamús te vi presente;
Y yo m e maravi ll o
De que, no despet·tándote el martillo,
Te desveles a l ruidú de mis dienles.
Anda, anda, poltrón; no es bi en que cuentes
Que el amo, hecho un gañán y sin reposo,
Te mantiene á lo co nde muy ocioso.
-24-
El Perro le responde :
-¿Qué más tiene que yo cualquiera conde?
Para no trabajar debo al destino
llabm· nacido perro y no ponina.
- Pues, seilor conde, fuera de mi casa;
Verás en las demtts Jo que le pasa.
En efecto salió á probar fortuna,
Y las casas anduvo de una en una :
Allf le hacen servi¡• de centinela,
Y que pase la noche toda en vela;
Acá de lazarillo 1 y de danzante;
Allá, dentro de un torno, á cada instante
Asa la carne que comer no espe ra.
Al cabo conoció de esta manera, .
Que el destino, y no es cuento,
A todos nos cm·gó, como al jumento.

FÁBULA X

La Zorra y la Cigüeña.
Una Zorra 2 se e mp eña
En dar una comida á la Cigüe1ia.
La convidó con tales expresiones,
Que anunciaba n sin duda provisiones
De lo müs cxcelenle y exquisito.
Acepta alegre, va con apetito;
-25-
Pero enco ntró en la mesa solamente
Jigote 1 claro sobre chata fuente.
En vano ú. la comida picoteaba,
Pues era para el gui so que miraba
Inútil tenedo r su Ja,·go pico.
La Zorra co n la lengua y el ho cico
Limpi ó tan bien su fuente, qu e pudiera
Servir de fregatriz, si á Holanda 2 fuera.
Mas, de allr á poco tiempo co nvidada
De la Cigüeila, halla preparada
Una redoma de jigote ll ena :
Allf fué su aflicción, alH su pena.
El hocico go loso al punto asoma-
Al cuello de la hidrópica 3 r edoma:
Mas en van o, pues era tan es trec ho ,
Cual si por la Cigli eña fuese hecho.
Envidiosa de ver que, á co nveni en cia,
Chupaba la del pico..._ á su presencia.
Vuelve, lienta, di scurre,
Huele, se desati na; en fin, se aburre.
Marchó rab o entre piernas, tan co rrida,
Que ni aun tuvo siquiera la salida
De decir : Estdn vcJ'Clcs, como anta1i o.
Tmnbien hay pa1'(t picm·os cngafio r; .
-26-

FÁBULA XI

Las Moscas.

Á un panal de ri ca mie l
Dos mil Moscas acudieron,
Que, por golosas, murieron
Presas de patas en él.
Otras 1 dentro de un pastel
Enterró su go losina.
A si, si bien se examina,
Los ln~manos com.:oncs
Perecen en las p1·isiones
Del vicio que lfJs domi na.

FÁBULA XII

El L eopardo y las Monas.

No á pa!'cs, á llocf'nas enco ntraba


Las Monas 1 en Tc tui.Í.n, cuundo cawba,
Un Leopardo : apenas Jo veía n,
Á los árbo les todas se subfao,
-27-
Qu edando de l co ntrario tan scgur·as,
Qu e pudiera tl ec ir :No es tún madu1·as 1•
El cazador astuto se hace el mue rto
Tan vivamente, que parece cierto;
1-Ias la las viejas Monas ',
Al eg res en el caso y jugueton as,
Empi ezan á salta r: la más osada
Baja, anfmase a l mu erto de callada;
Mira, hu ele, y aun Li enta ,
Y grita muy contenta :
(( Ll egad, que muerto es tá de todo punto,
Tanto que em pi eza á oler el tal difunto ».
Bajan todas con bulla y a lgaza ra :
Ya le tocan la ca ra,
) ' a le sallan e n cima ;
Aquell a se le arrima,
Y haciend o mim os ú su lado c¡ueda;
Otra se finge muerta, )' lo r emed a.
Mas luego que las s iente fa ti gadas
De co rrer , de sa llar y hacer monadas 3 ,
Levántase lige ro,
Y más que nunca fi ero,
Pilla, mala, d evor a , de manera
Qu e parecía la sangri enta fi era ,
Cubri endo co n los muertos la crunpa üa ·~,
Al Cid ma tando Moros en Espaila.
Es el peo1· enemiyo el que aparenta
No poclcr causar claii.o; pm·qtte intenta,
Inspirando confian:.a,
Asegttrm· su (Jolpe de vcngan:.ct.
-28-

FÁR ULA XIII

El Ciervo en la fu ente .
Un Ciervo se miraba
En una hermosa cristalina fuente :
P lacentero admiraba
Los en ramados cuernos d"c su frente
P ero, al ver ~us delgadas largas piernas,
A1 alto ciclo daba quejas ti ernas.
rr ¡Oh di oses! L á qué intento 1 ,
Á esta fábrica hermosa de cabeza
Construís su cim iento,
Si n guardat· p•·oporción en la belleza?
¡Ob qu é pesar /¡ oh qué dolor pro funt.lo,
No habe1' gloria cu mplida en este muntlo!
ll ablando de esta s uerte
El Ciervo viO ven ir á un lebrel fi ero.
Por evitar su mu erte
Parte a l espeso bosque m u y ligero¡
Per-o el cuern o retarda su sal ida
Con una y otm rama entre tejida.
Mas libl'e del apul'o
Á duras penas, dijo co n espa nto :
• Si me veo seguro,
Pese á mis cuern os, fué por coner tanto.
Lleve el di ab lo lo hermo so de mis cuernos;
Haga. mis feos pi es ' el cielo etern os "·
-20-
Asi frecuentemente
El hombre se deslumbra con lo hermoso :
Elige lo apm·ente,
Abra:ando tal ve: lo mds daftoso;
Pero escarmiente uhom en tal cabeza 1•

El fttil bien es la mcio?· belleza.

FABULA XTV

El L eón y la Zorra 2.

Un Leó n, en otro tiempo poderoso,


Ya viej o y ac hacoso,
En vano pcrsegufa hambri ento y fiero
Al mamón 3 bece rrillo y a l co rdero,
Que trepando por la áspera montana
Huían libremente de su saña.
Afligido del hambre á par de mum·te,
Discurrió su r·emcdio de es ta suerte :
ll ace correr· la voz de que se hallaba
Enfermo en s u palacio, y deseaba
Ser de los unima les visitado.
Acudieron a lgun os de contado;
Mas, co mo el grave ma l que lo pos traba
Era una hambr·e voraz, tan sólo usaba
La rece ta exquisita
Oc cngulli rse al Monsiew"1• de la visita.
Acércase la Zorra ele call ada,
Y á la puerta aso mada,
Atisba mu y ele espacio
La entrada de aque l cóncavo pal acio.
El León la d ivi só, y en el momento
La dice: - \' en acá, pues que me siento
En el último in stante de mi vida:
Visftame como otros, mi querida.
t . En tal ((1/it~ll. La rrtlo;.c torrlcutc 1qucnohnttllcgndo A 1u couJ¡tlcto den·
e': ucanutlttnre•lcnbe~a ojtllfl. rrollo,tomo.le-rllón: que em¡t\('uanll.ej('·
i.\'(luc.tpbulice,p:\g.'!OO. eulural¡:: o,como-rofanltilt {l¡ucem¡tlcni

g15:i~i;Ht~~~?~~J:;~~~~i¡~.J ::;:~~.~:~~:,:::;::¡:~:i:;~~~::::i:~,:::
-30-
-¿ Cómo otros? ¡ ah , Sei10r! he con ocid o
Qu e entraron , s í, pe ro qu e n o han salitlo .
) lirad, mirad lll hu ella,
Oi en claro lo di ce ella ;
Y no es bi en el cnll·ar do 1 no se srtl e.
La prudente cautela mucho vale.

FABULA XV

La Cierva y el Cervato.

Á una Cierva d ecía ~


Su ti ern o Ce r vatill o : - Madre m fa,
¡.Es posibl e que un perro so lam ente
Al bosque te haga huir cobardemente,
Siendo él mucho menor , men os puj ante?
¿Por qué no has de se r tú más arrogante?
- Todo es cierto, hij o m io ;
Y cuando as í lo pi enso, d esafío

V Á mi s sol as á veinte per ros juntos :


Fi gúrom e lu cha ndo, y qu e difuntos
Dejo á los un os ; q ue otros fall ec iend o,
Pisá nd ose las tripas, van huyend o
En va n o de la mu er te; ·
Y á Lodos ve nzo de ga ll arda su erte.
-31-
Mas, si emb ebida en csLe pensamiento,
Á un porro ladrar siento,
E.:scapo más li gera qu e un venablo 1 ,
Y mi victoria se la lleva el diablo.
A quien no sea de (inimo esfor:.ado,
No m·mal'lc de soldado;
Pues por mds que, al mimrsc la armadura,
Piense, en tiempo de pa:., que su b1·avw·a
ffe1'i1·á, matará cuanto CLcometa;
En oye1ulo en cam1Ja11a la t1·ompcta,
Hará lo que la co1·:.a 2 de l a historirt,
!tf as que 3 el diablo se lleve la vic toria.

liÁBULA XVI

El Labrador y la Cigüeña.

Un Labrador miraba
Con du elo su se mbrad o,
Porque gansos y grullas
De su trigo sall an hacer pasto.
Armó sin más ta rd anza
Di es tram ente s us hl7.os,
Y cayeron en ell os
La Cigüefl a 4, las grullas y los gansos.
-32-
cflor rústi co 1 , dijo
La Cignei1a lcmbland o,
Qurtcme las prisiones,
Pues no merezco pena de culpados.
La di osa Ceres sabe,
Que lejos de hace r dai10,
. Limpi o de sabandijas,
De culebras y víboras los campos.
- Nada me sa tisface,
Respo ndi ó el 1-lombre a irado:
Te hall é co n delin cu e ntes,
Con ellos morir(Ls e ntre mis manos.
La inocc~zte Cigüc1ia
Tuvo el fin dcsgmcindo
Que pueden promclc,·sc
Los buenos que se juntan con los malos.

FÁBULA XVII

La Serpiente y la Lima.
En casa de un cerraj ero 2
Entró la. se rpi ente un dfa,
Y la i nseosata mordía
-33-
En una Lima de acero.
Dijole la Lima 1 : - El mal ,
Necia, será para ti :
¿Cómo has de hacer mella en mf,
Qu e hago polvos el meta l?
Quien 1Jrclendc, sin 1'a:dn,
Al mlis {ucl'tede1'ribm·,
No consigue sino da1'
Coces contra el aguijón.

FÁBULA XVIII

El Calvo y la Mosca.
Pi caba im per tin ente
En la espac iosa calva de un anciano.
Una Mosca in so len te.
Quiso matad a, levantó la mano,
Ti1·ó un cachete, pero ruese salva,
lliri endo el go lpe la redonda calva.
Con risa desmedida
La mosca prorrumpió : -Calvo maldito 2,
Si quitarme la vida
Inten taste por un leve delito,
¿Á qué pena condenas á tu brazo,
Bárbaro ej ec utor de tal porrazo·?
- Al que obra con malicia,
La respondió el varón 3 prudentemente,
Ri gurosa 4 justicia
-3ft-

Debe dar el casligo convenienle;


Y es bien ejercitarse la clemen cia
En el que peca por inadvertencia.
Sabe, t\losca villana,
Que co teja el agrav io re cibido
La condición humana
Según la mano de donde ha venido :
Que el g1'ado de la ofensa ti tanto asciende,
Cuanto sea mds vil aquel que ofende.

l'ÁBULA XIX

Los dos Amigos y el Oso 1•

Á dos Amigos se aparece un Oso :


El un o muy medroso,
En las ramas de un ;.Í.rbol se aseg ura :
El otro, abandonado á la ventura 2 ,
Se finge muerto rep entin ame nte.
El Oso se le a ce rca lentamente;
l\las como es te an ima l, según se cuenta 3 ,
De cadáveres nun ca se alimenta,
Sin ofenderle le registra y to ca,
11 u él ele las nari ces y la boca ;
No le siente el aliento,
-35-
Ni el menor movimi t' nto ;
Y asf se fué di ciendo sin recelo :
(( Éste tan mu erto está como mi abuelo. ))
Entonces el co ba rd e,
De su grand e amistad haciendo al ard e,
Del á rb ol se desprende muy ligero,
Corre, llega y abraza al co rnpaii ero :
Pond era la fortuna
De haberle hall ado s in lesión alguna ;
Y al fin le dice : - Sepas que be notado
Que el Oso te decía alg(m r ecado.
¿ Qué pudo se r ? - Di rete lo qu e ha sido 1 :
Es tas dos palabritas al ofd o :
Aparta tu amistacl de la p cTsona
Que, si te ve en el t'icsgo, te abandona.

FABULA XX

El Águila, la Gata y la Jabalina.

Un Águil a anidó sobre una encina.


Al pi e criaba cierta .Jabalina;
Y era un hu eco del tronco corpul ent o
De un a Gata y sus crfas apose n to.
Esta gra n marrull e1'a
Su be al nido del Ág uil a a ltane ra,

1. llirctc ¡10r 1clliri. Esta rormn U•JJuy uuch en roufo:


~~a ~ clirrle hu:11 la ro~3
ll f<JJbrnnJ IIHI! I t¡uc h nMofd o. (.\Tclulll).
\'~:u(' md!lmr.11111 110111 1, ¡•:i¡z;. Hl.
-36-
Y con fingidas lágr imas la t dice:
-¡Ay misera de mr! ¡ay inrelice!
Éste si que es trabajo :
La vecina que habita el cuarto bajo ,
Como tú misma ves, el dfa pasa
Hozando los cim ientos de la casa :
La arruinará; y en viendo la traidOL'U
Por tiel'ra á nuestros hijos, los devora!,
.Qespués que dejó al ÁgUila asustada,
A la cueva se baja de callada 3,
Y di ce :í. la cerdosa : -;- Buena amiga,
Has de saber C(UC el Aguila enemiga,
Cuando saques tus erras hacia el monte,
Las ha de dcvorJI': asf disponte.
La Gata, aparentando qu e tcmfa,
Se retiró ú su cuarto, y no salía
Sino de noch e, que co n mai'ia astuta 4
Abastecía su pequ eña grutali.
La Jabalin a, ca ntan triste nueva,
No sali ó d e su cueva .
La Águila • en el ramaj e temerosa,
Haciendo centinela no reposa.
1
En fin , á ambas familias la hambre mata 1
Y de ellas hizo víveres la gata.
¡J.6vcnes , ojo alerta , umn cuidado!
Que un cltismoso 8 en amiuo dis{ra:.ado,
Con capa de amistad cubre sus h·a:as,
Y asi causan el mal sus a11aya:.as.
1. l..n llil't. t:l autor u5.'l conslantemrnte trntn de un árbo l, y 1~ uruta e~ rot·idml
laporlecnd datho rcmculno.LllAca· a/lierwen..lafrrX"tlf1i¡.e•ituro..
tlcmin recotnl endn el 11110 1le le ¡uu·fl rl li. La A!]!iillt. Eu mtwhns eill<'ione.
dllti\·osingnlartl (!losdosgl!ncros ht•(!hDI¡torgeut(!lntlltclnsehll)"98u,tl·
!!. Dettora ¡tortltt•orar¡Í. Lnftloclortlcu\olnii Or d,ron locunltil'•·
3./Jetallafia,m.ml\. ¡lc.rl\·. tlc.l •uh· o¡tnrcceel \"CUO.
5tanlh"O callada, IJUC enLrncnlnfrue: 7.1Ahambrc. \'tluela nota V.
IJurlatalladllporrtfJ!Utlta.~:nclnli5mo 8. Ghi.f>IH,o, \lene derluAme.quc tlcu c
r1u.o se ('n<'ucntran: de JKISO, tle t•i.fla, lle el mbmo orl(l:en <JUC tUma. Otro~ tlerl\·.:
noche,c tc. ('/¡i.fmcar,rhi.fmeri«.rhi.&meroythilmo-
4. Que ron rlta>itl Mltda, lncorr.por yra{ilt.S t.'I Ó'I".: f.."nrcdo, hablilla,IU!bla
tUI¡uetolllllllriaa.d uto. durla,("llenlo,llruruwraci!Ítt.
::;. Gruta u Jl~lnbn hu¡tr011\a, ¡mc•ac
LIBRO SEGUNDO

FABULA. PRIMERA

El León con su ejército.

A DON JA \'IER ~l.\11iA DE ~IUNIVE


~ IOIAQUEZ
CO:'\OF. OE PE ~AF I .O I\IOA, 011\f.CTOR PEili'ETUO m: 1•.\ 1\KAL
SOCIF.OAO YASCONGAI>.\ IJE LOS AM IGOS llt:J, p,\iS.

~li e ntras qu e co n la espada, en mar)' ti e rra,


Los ilustres varonC's
En g¡·andecen su fama por la guerra
Sojuzgando nacion es;
Tú, conde, con la pluma y el arado 1
Ya enriqu eces la pat•·ia, ya la in s truyes;
·y haci endo v e 11 tu rosos, has ganado
El bie n que buscas, y el laurel que huyes.
Con darte todo al bien de los bwnan os
No con ten lo tu celo ,
Supo unir á lo:; nobl es ciuliadanos
Para felicidad del patrio suelo.
l. t 'u11 l11 1./uma y el ¡u-mlo. 1·:1 M uri~cul llugcnutl, ClltH¡nl.¡tno lor d1• 1~ Ar~clia,
tcnht ¡oor IJII·i¡u ;tnse d llrltlro , cuulu l'llm•1a y eluru• lo.
-38-
La hormi ga rodiriosa
Trabaja en sociedad 1 fructuosamente;
Y la abeja oficiosa
Labra s iemp re ay ud ada de su ge nte.
Asf unes ú. los hombres lab oriosos,
Para hacer sus trabajos má.s fru ctuosos.
Aqu él viaj a obse rvando
Por las naciones cultas;
Éste con expe ri en cias va mos trand o
Las útiles verdades más ocu ltas :
Cuál cultiva los campos, cuúl las ciencias;
1r de diversos modos,
Junta ndo es tudi os, viajes y experie ncias,
Hes ulla el bien en qu e tmbajan todos.
¡ En que trab ajan todos! ya lo dije,
P or más que yo también sea contado;
El sabio pr es id ente que nos ri ge,
Ti ene au n al más inútil oc upad o .
Darm e, con de, querfas un destino
Al contemplarme ocioso é igno rante :
Era diffcil; mas al fin lu tino
Encontró un genio en mf vers ifi can te 2 •
Á F'edro y La Fontain c por m odelos
Me pusiste á la vist...'l,
Y hall aron lus desvelos
Qu e pudiera ensayarme á fabulista.
Y pues viene a l in te nto,
Pase mos a l e nsayo : vtt ele cu ento.
El Leó n , rey de los bosques poderoso,
Quiso armar un ejército famoso.
JunLó sus animales a l instante :
Emp ezó por cargar a l Elefante
Un castill o co n útiles 3 , y encima
Rabiosos Lobos que pusiesen grima.
Al O•o lo encargó de los ¡¡sal los :
Al Mono con sus gestos y s us sallas
Mand ó que a l enem igo enLL'C Lu viese:
-39-
A la Zorra qu e diese
In geniosos al'dides a l intento.
':Jno gritó : - La Li eb re y e l Jum e nto,
Este por tardo , aq u élla por medrosa,
De es torbo serv i1·{u1, n o d e otra cosa.
-¿De eslorbo1 dijo el rey, yo no lo creo :
En la Li ebr e tendremos un correo,
Y en el Asn o mis tropas un trompeta.
Así quedó la armada bien comp leta.
Tu retrato es el Le6n, conde pJ•ttdentc.
Y si ci tu imitaci6n, scgitn. desea,
Bxaminan los icfes d su gente,
A todos han ele da1' útil cm7J leo.
¿ Po1· quC no lo han de hace1·? ¿ Jlabrci cucafía
Como no ltallm· ociosos en Espafla?

FABULA JI

L a L echera.

Ll evaba en la cabeza
Una. Lechera e l c;.í.nta l'o 1 al mercado,
Con aquella pt·esteza,
Aquel aire sencillo, aque l agrado,
Que va diciendo á. tot.lo el que lo advierte :
¡ 1'o s i que es toy co n ten tu. con mi su el'le !
Porque no apetecía
- '~0 -

Más com pa f1 fa c¡ ue su pe nsa mi ento,


Que a legre la ofrecía
Inoce ntes id eas de co ntento.
Marchaba sola la feliz Lec hera,
Y dec fa e ntre sf de es ta ma.nera :
- Esta lec he ve ndi da,
En lim pio 1 me dará ta nto d inero;
Y co n esta pa1'licla
Un ca nas to 2 de hu evos co mprar qui ero,
Pa ra sacar cien pollos, que al es tro
Me rodee n ca nta ndo el pio , 1>ío .
Del importe logrado
De ta nto pollo, mercaré 3 un cochin o ;
Con bellota, salvado,
llen a, cas ta fm engo rda rá sin tin o,
Ta nto que puede ser que yo consiga
Ver co mo se le arra slm la. barri ga 4 •
Ll evarélc ~ a l me rcado,
Sacaré de él sin dud a buen d i ne ro~
Co mp raré de contado
Una robusta vaca y un tern ero
Que s;_d le y co rra toda la co mpa ñ a~
llasta el m on te ce rcan o á la caba ña.
Co n es te pensa mi ento
Enaj enada brin ca de manera,
Que á su salto vi olento
El cánta ro cayó.¡ Pobre Lechera!
¡ Qué co mpas iún! Á Dios 8 lec he, din ero,
ll uevas, poll os, lechón , vaca y tern e ro.
! Oh loca fa ntasfa,
Qué palacios fabri cas en el viento!
Modera tu alegrfa/
No sea que. sallando de co ntento,
Al co ntempla r di chosa tu muda nza,
Qui ebre su 9 cantarill o la espe ranza.
l . ElllimJ.io,udct•ir,ti Ctl ucidoslotlo~ uultln de IUM JlNlnombl'f'B ••On e l verbo,
los ~~,n~;loM ro~a t¡uc ho)' Kt hu••em uc.ho )' mu.l,lob re
::!. UnCIII!tUlo. El 1'(11111111) IC dislin~uc !Otlo t•uundo el \CTbQ no u ltrlntl ¡tio d c
tl e la cmuu/1• ('u t¡ue 11r•u.• In boeu m;i~ frn1e. :.O:uln lu•l tan •llllen lllJ feo como
reeoMida.Lam\snt3difer('Jll'laha)·eutrc derir:CunmiDtlijeleloqueOCur"rill.
~U!l liluómnws rellu y ruin. \~ur 1::. nota t ,¡U!.Jii. Hl.
3.J/ crruri.t:SJ1UiahruHIII!nT)·:ullientuh•. U.lltltllfli••tro ¡JOrnwc/totlinero.
IJ JtiHV.: mert"mlo, merrmlcr. mel"('m/erfll· 7. t ;mUJI/IIill. \'~fiiC In uotn 4, ll~K· '!7.
4. 1'uromo ul<4tu·r«llrn;•cri:enlúl K. A lJi06;tsuniM n scesc rlbe;tldid•.
f'O TTCCIO:t•erromo ICIII"I'/IIII'tl !l.SII,ICCII101Cll t.otJn¡¡ lnl edlt'JQUCI:
S.J.let·nrile.!'oOICtlcbeabusardr la perotalvrtdrblrratleci r lu.
-41 -
No seas ambiciosa
De mejor ó mas próspera fortuna,
Que vivirás ansiosa,
Sin que pueda saciar te cosa alguna.
No anheles impaciente el bien futuro,
J1lira que ni ei p1·cscnte cstd seguro.

FABULA lll

El Asno sesudo .
Cierto llurro pacfo.
En la fresca y hermosa pradería •
Con tanta paz, como si aque lla Licna
No fuese entonces teatro de la guerra.
Su duelio, que con miedo le guardaba,
De centinela en la ribera estaba :
Divisa al enemigo en la llanut·a;
Uaja, y al buen Borrico le conj ul'a 2
Qu e huya precipitado.
E l asno muy sesudo y reposado
Empieza á anclar á paso perezoso .
Im paciente su dueño y temeroso
Con el marcial t•u ido
De bélicas trompclas al oído,
Le exhorta con fervor á la carrera.
- ¡Yo correr! dijo el Asno, ¡ bueno fuet·a 1
-42-
Que ll egue en hora buena Marte 1 fi ero :
Me rind o, y él me Ll eva prisionero .
Se rvir aqu í ó allr ¿ no es lodo un o?
¿ Me pondrá n dos alb;:trdas1 no, nin gu no 2..
Pues nada pie rdo, nada me acobarda,
Siem pre seré un esclavo con alb<trcL.1..
No estuvo más en sf, ni más entero
Que el huen Pollin o 3 , Ami c\as el barqu ero,
Cuando en su humilde choza le des pi erta
César con sus soldados :_í. la pu erta,
Pa ra que á la Calabria los gui ase.
¿Se podría encon tra r qui én no tembl ase,
Entre los poderosos,
De insultos 4 milita res horrorosos
De la guerra enemi ga?
No hay sin o la pob reza que co nsiga
Esla grande exen ción; de aq uí provien e ¡¡ :
Nada teme perdeJ' quien mula tiene.

FÁBULA IV

El Zagal y las Ovejas.


1

Apacentando un joven su ganado,


Gritó desde la cima tic u n collado 6 :
t .Dc MartaJ.Cderh·an;marcial,m«r· 3./'ollinoCKdim.dl'polloenA§turlu,
tWiidllll r mar:o. ··~nse nota-:!, 1'~1:\'- 'ro.
i!:. Ninyuno. ~:,¡ tomo •·ulgnrmcntl' se 4. De insult~. Ln frnse utli lneom-
diec,coneo rdanrln ••bcnhm,pucs«lb(lrtlt' pll'la. Dcbcrflldcl"lrAo:;.SeJHXIrfaenn:m-
u femeni no. l..n p:olnllra albarda entra erar quien no teml!lan 110r temor de, ó
en la& frniCI: ;\ //!arria 1obrt:t1lbarda; tmfc,losin~u.lt~, etc.
romo ahora /lu.er:e,1 albardtu; c01erv r..En11tru cdiciPne••elee:lleaq uf
hacer albardal todo u dar ¡•U~!Iadu~, le dene, frn5c incorTeeta.
cte. ot~;:ollado.S ...,ó~.:.~tlror,colina, loma,
- 43-
¡ Favor, qu e vi ene e l lobo, labradores !
Es tos, abandona ndo s us lab ores,
Acuden pL·ontamente,
Y hallan qu e es una chan za 1 sol a m ente.
Vu elve á clamur, y te men la d esg ra c i r~:
~~)~~~~~;~~~~~li~1ut~'~~zi ~!~:~:r~~acia !
Que vin o en !'Calidad la ham bri enta fiera :
En tonces el Zaga l se desgañita;
Y por más q ue pa tea, ll ora y gr ita,
No se rnu eve la gente escarme nta J a,
Y el lobo le devo ra la ma na da.
¡ Cuántas ueces J·csulta ele tm cnaa1io
Contrct el engu1lado1' el mayor da11o !

FÁBULA V

El Águila, l a Corneja y la Tortuga.

Á una Tortuga un AguiJa arre bata :


La ladrona se a pu ra y desba rata
Po r hace rl a pedazos,
Ya q ue no co n la garra, á pico tazos 2 •
Vi énd ola un a Co l'll ej a en tal fa en a,
La dice 3 : - En vano tomas ta nta pena:
¿ No ves qu e es la To rtu ga, cuya casa
Diente, cuern o ni pi co la tras pasa 4 ;
Y si siente que ll aman á su puerta ,
Se fin ge la dormi da , so rda ó mu erta? -
¿Pues qu é he de hacer ? - Remontarás tu vu elo
Y en mirá ndote a llá ce rca de l cielo,
La dej arás cae r· so bre un pe i1asco
- 4/t-

Y se hará una tortilla el duro casco.


La Águila 1, porque diestra lo ejecuta,
Y la Cornej<1 astuta,
Por auto ra de aquella maravill a,
Juntamente comieron la tortilla.
¿ Que pod1·d 1·esistiJ"SC ti ttn poderoso
Guiado de wt consejo malicioso?
De estos tales se apm·la el que es 'JH'uclente;
Y así poJ' escaparse de eslct gen,e,
Las descendientes de la tctl 'l'ortug ct
.tÍ cucvru ignomdas hacen fuga 2 •

FÁBULA VI

E l Lobo y la Cigüeña.

Si n dutla alguna que so hubiera ahogado


Un Lobo con un hu eso alraganlado,
Si U la sazón no pasa una Cigüei1a.
El paciente la ve, háce la sef1a 3 ;
Llega, y ejecu tiva
Con su pico, jeringa primitiva,
Cual dicsLI'O cirujano,
ll izo la operación, y quedó sano .
Su salario pedía,
Pero el ingrato lobo respondra·4 :
-¿Tu salül'io~ ¿pues qué más reco mpensa
Que el no haberte ca usudo leve ofensa,
-1~:-5-

Y dejarte vivit• para que cuentes


Que pusiste tu vida entre mis dientes!
Marchó, por evitar una desdicha,
Si n dec ir tus ui mus 1 la s usodi cha.
Haz bien, dice el proverbi o caste ll ano,
Y no sepas d quien; pero es muy ll ano
Que no ti e ne razón ni pot· asomo :
Es menester sabe r á quién y có mo.
El ejemplo sigui ente
Nos hará esta verdad mús evide nte .

FAIIULA VIl
El Hombre y la Culebra.
A una Oulebm, que de frf o ye rta 2
En el suelo yac! a medi o muerta,
Un Labrador cog ió ; mas fu é tan bue no,
Que in ca utame nte la abrigó en su seno .
~penas revivió , cuando la in grata
A su gt·an bi enh echor traidot·a mata.

FABULA Vlll

El Pájaro herido de una flecha.


Un Pújai'O inocente
Herid o de una Hecha,
- 1•6-
Guarnecida de ace ro
Y de plumas ligeras,
Dccfa en su lenguaj e
Con amargas querellas
u ¡ Oh crueles human os,
Más cru eles que fieras
Con nu estras propias alas,
Que la naturaleza
Nos dió, si n otras armas
J>ara propia defensa,
For·jáis el in strum ento
De la desdi cha nu es tra,
Haciendo que inoce ntes
Preste mos la mat eria.
Pero no , no es cx tra1io
Que así Mrbaros sean
Aquell os qu e, en su ruina,
Trabajan, y no cesan.
Los un os y otros fraguan 1
Armas para la guerra;
Y es da r co ntra su& vidas
Plumas para las fl ec has . n

FÁBULA IX

E l Pescador :t y el Pez.

Reco ge un Pescado(su red tendida,


Y saca un pececillo. -Por Lu ''ida,
Exclam6 el in oce nte prisionero,
-47-
Dame la lib ertad : sólo lo. quiero,
Mira qu e no te engaü o,
P orque ahora soy ruin 1 ; dentro de un aiio
Sin duda lograrás el gra n con suelo
De pescarmc má s g t'ande que m i abuelo.
¡Qué ! ¿ te bu l'l as? ~te rí es de mi llanto ?
Sólo por otro lan lo
Á un hermanito mío
Un sc ilor P escado r lo tiró al río. -
¡Por otro tanto al río? ¡ qué manía!
Replicó el Pescador; ¿ pues no sabfa
Que el refrán castellano
Di ce : Mlis vale 1Jdjm·o en. la mano ... !?
1\ sar té n te condeno, que m i panza
No se ll ena jamás con la esperanza.

FÁBULA X

E l G orrión y la Liebr e .

Un maldito 3 Gorri ón así decía


Á una Li ebre, que un Águila oprimía:
- ¿ No eres tú tan li ge ra,
Que si el perro te sigue en la can-era ,
Le acari cian y a laban como al cabo
Acerqu e sus nari ces á tu rab o?
Pues empi eza á co rrer¡ qué te deLi ene?-
De este modo la in sulta, cuando viene
El diestro Gavil án y le arl'ebata.
El preso chill a, el prendedor le mata;
Y la Liebre exclamó : Bien merecido :
1. fluin,enestccuotigniflrn ¡1equd'lo, 1 '!. M1U cnlt 1Jáfnro ... F.l refrll n cuelo
emtebte,hl•lgnifleantc. F.netmlsmo •en· dil'C: Már en/~ Jldjaro en mm10 que

::;7g;;l;~:;:e;:,:i;~~~~:~;e~~~~o;,~~~~ ::~!~~1~~~::\~et~O~~·~:~~:~:.d~fcrcer,o.
-48-
¿Q ui én te mandó in sultar al afl igido?
¿Y á más, á más meterte á co nsejero 1,
No sab iendo mirar por ti primero?

FÁBULA XI

Júpiter y la Tortuga.

Á las bodas de Júpiter estaban


Todos los animales convidados:
Unos y otros ll egaban
Á la fiesta nupcial apresurados 2 •
No faltaba á tan grande concurrencia
Ni aun la reptil y más lejana oruga,
Cuando llega muy tarde y con paciencia a
A paso perezoso la 1'ol·tuga.
Su tardanza r epre nd e el dios airado;
Y ella le respo ndi ó sencillamente :
- Si es mi casita mi retiro amado,
¿Cómo podré dejarl a prontamente'!
Por tal discu lp a Júpiter Tonante,
Olvidando el indulto do las fi estas,
La ley del caracol le echó al instante,
Que es andar con la casa siempre á cuestas.
Gentes machuchas hay que hacen, alm·de 4
-49-
De que aman su re tiro con exceso;
Pero d su obligación acuden tarde :
Viven como el ratón dentro del queso.

FÁllULA XII

El Charlatán.

u Si cualquiera de ustedes
Se da por las pa1·edes
O arroja de un tejado,
Y queda á buen lib rar descos till ado,
Yo me reiré muy bien: importa un pito 1,
Como tenga mi bálsamo exquisito '' ·
Con esta relación un chacharero 2
Gana mucha opinión y más diner o;
Pues el vul go, pendiente de sus labios,
Más quiere á un chal'iatún que á veinte sabios .
Por esta con ve ni encia
Los hay el din de hoy en toda ciencia,
Que ocupan igualm ente acred itados
Cáted ras, academias y tablados.
Prueba de es ta verdad se rá un famoso
Doctor en elocue ncia, k'l.n copioso
En charlatanería,
-50-
Que ofreció ens eñaría
Á habl ar discreto, con fecundo pico,
En diez años de término á un borrico.
Sábclo el rey, le ll a ma, y a l momento
Le manda de lecc iones á un jumento;
Pero ])ico entend ido.
Que sería, cumpli endo lo ofrecido,
Ricamente premiado;
.Mas cuand o IJ O, que moriría a horcado.
El doctor asegum nuevamente
Sacar un orador asno elocuente.
Dfcele callandito 1 un cortesano :
- Escuche, buen hermano,
Su r,·cscura me espanta :
Á cátmmo me hue le s u ga rganta.
-No temáis, señor mfo,
Hespondió el Charlatá n, pues yo me rfo.
¿ En diez a1i os de plazo que tenemos,
Ell'cy, el asno ó yo no mori1·emos?
Nadie encuentra embm·a:o
En dm· un largo pla:.o
A importantes negocios; mas no advierte
Que njusta mal su cuenta sin la muerte.

FÁBULA XUI

El Milano y las Palomas.

Á las tristes Palomas un Milano,


Sin poderlas pillar, seguía en vano;
Ma s él á todas horas
Servfa de lacayo á estas seiíoras.
Un dfa, en fin, hambriento é ingenioso,
l. Ca/landilo , dlm. deungernudlo.
- 51 -
Asf las dice : - ¿Amáis vuestro repo so,
Vuestra segu rid ad y co nveni encia ?
Pues creed me en mi conciencia :
En Ju ga r de SO l' yo \'Uestro enemigo,
Desde a hora me ob li go,
Si la banda por rey me aclama luego,
A tenerla en sosiego,
Sin que de garl'a ó pico Lema agrav io ;
Pues tocante á la paz se ré un Octavio 1 • -
Las se ncillas Palomas consintieron : ·
Aclám an lo por I'CY : ¡Viva, dije ron ,
Nuesl1'0 1'CY el MilanG l
Sin es perar á mús, este tirano 2
Sob re un vasall o mísero se planta:
Déja le con el viva 3 en la ga rganta;
Y continuando así sus 1iranías,
Acab ó co n el rein o en cuatro días.
Quien ctl poder se aeoja de un malvado,
Se1'li, en ve;; de feli::., un desclicluulo.

FÁBULA XlV
-52-
Una en un estanque,
Otra en un camino.
CiCL'lo dfa á ésta
Aqu élla le dijo :
-¿Es creíb le, amiga,
De tu mucho juicio,
Que vivas contenta
Entre los peligros,
Donde te amenazan,
Al paso prec iso,
Los pies y las ruedas,
Ri esgos infinitos?
Deja Lal vivienda 1,
Muda de desLino :
. igue mi dictam en,
Y vente conm igo . -
En tono de mora,
ll aciendo mil mim os 2 ,
Hespondió á su amiga :
- ¡ Excelenle aviso!
¡ ,\ mí novedades!
¡Vaya, qué de liri o!
Eso si que ruera
Da rm e el diablo ruido.
¡Yo dejat· la casa,
Que ru é domici lio
nc padres, abuelos
Y Lod os los míos,
Sin que haya memoria
De haber sucedido
La men or desgracia
Desde luen gos :J siglos!
- Allá Le co mpongas :
Mas ten entendido,
Que tal vez suceda
Lo que no se ha visto . -
Llegó una carreta
J\ este ti emp o mismo,
-53-
y á la triste Hana
Tortilla la hizo.
Po1· hqmbres de seso
Mtwhos hay tenidos,
Que timWVltS1'(l.;UilCS
Cien·an los oidos .
Jlccibir consejos
Es 101 dcsuario :
La rancia costumbre
Suele se1· su. lib1'o.

FÁBULA XV

El parto de los Montes.

Con varios ademanes 1 horrorosos


Los Montes de pal'ir dieron señales:
Consintieron loS hombres temerosos
Ver nace r los abortos más fat..1les.
Después que con bramidos espantosos
Infundieron pavor á los mortales,
Estos Montes, que al mundo estremecieron ,
Un !'aloncillo l'ué lo que parieron.
lfay auto1'eS que, en voces misteriosas,
Estilo {an(m·¡·ón 2 y campanudo,
Nos anuncian ideas pottcntosas;
Pero suele lÍ menudo
Ser el gran 7Jcn'to de su pensamiento,
DespuCs de tanto 'ruido, súlo viento.
-51,-

FÁBULA XVI

Las Ranas pidiendo r ey.

Sin r ey vi,•i;:r libre, ind epe ndi ente,


El pueblo de la s Ba nas felizmente .
La amab le libertad sólo reinaba
En la inm ensa laguna que habitaba.
i\las las Banas al fin un r ey quisier on :
Á Júpiter exce lso Jo pidieron.
Conoce el Di os la súp lica importuna ,
Y arroja un rey de palo á la la guna :
Debió de ser sin duda buen pedazo,
Pu es dió su l'llaj cs lad tan gmn porrazo.
Qu e e l ruid o atemo1'iza al re in o todo :
Cadá cual se zambu ll e e n agua ó lodo 1 ;
Y queda n en silencio tan profunJo,
Cua l si no hubi ese lla nas en el mundo.
Una de e ll as aso ma la cabeza,
Y viendo á la r·cal pieza,
Publi ca que e l monarca es un zoque te .
Co n gr égase la Lur·ba y, por juguete,
Lo d esp r ecia n , Jo e n sucia n con el cien o 2 ,
Y piden oll·o rey, que aquel no es bueno.
El padre de Jos dioses irritado,
Envía á un cul e brón , que á d iente a irado
Muerde,,Lraga, c;u;Liga,
Y á la 111fsera g rey n i punto obli ga
-55-
,\._ re currir al dios humildemente.
Padeced, les r espo nd e, eternamente :
Que as f castigo á aq uel que no exa mina
Si su soli citud será su ruina .

FÁBULA XVII

El Asno y el Caballo.

- ¡ Ah 1 ¡ quien fuese Caballo!


Un Asno melancólico decfa :
1< Entonces sf que nadi e me vería
Flaco, tri ste y fatal 1 co mo me hallo .
Ta l vez uñ caballero
Me mantendría ocioso y bi en comido¡
Dándose su merced por mu y servid o
Con co rvek1.s y saltos de carnero.
Trátanme ahora como vil y bajo,
De ri sa sirve mi co ntrari a suerte :
Qui en me apalea más, mús f'e divierte,
"Y menos co mo, cuand o más trabajo.
No es posible enco ntrar so bre la ti erra
Infeliz como yo . )1 Tal se juzgaba,
Cuando al Caballo ve co mo pasaba
Con su jinete y a rmas á la guerra.
Enton ces co noció su desatino;
llióse de co rvetas y regalos,
Y dijo : Que trabaje y lluevan palos;
No me saquen los dioses de Pollino.

tlli"u~:~lal, R!gnlllca m¡u( : en m11!/ mui estado. l>tRI\·. : Fatalidad, {ataiWmo, (a-
-56 -

FÁBULA XVlll

El Cordero y el Lobo.

Uno de los Co rd eros maman tones 1 ,


Que para los glotones 2
Se crían sin sali r jamás al prado,
Estando en la cabaila muy cerrado,
Vió po r una rendija de la puerta
Que el caballero Lobo estaba alerta,
En silencio es perando astutamente
Una calva ocasió n 3 de ec ha l'l e el dien te .
i\las él, qu e bien seg uro se miraba,
Así le ¡H·ovocalHt :
- Sepa ustcU, seor ~ Lobo, que estoy preso,
Po,·quc sabe el pastor que soy trav ieso;
11as si él no fuese bobo,
No habría ya en el mundo ningún Lobo;
Pues yo co rriendo libre por los cerros;;,
Sin pastoies ni perros, ~
Con sola mi pujanza y va l entfa
Conqgo y co n tu raza acabaría.
- ¡A Dios, exclamó el Lobo, mi esperanza
De regalar á mi vacía panza!
Cua ndo es te miserabl e me provoca,
Es se1i al de que se halla de mi boca
Tan libre como el cielo de ladrones .
Así son los cobardes fanfarrones u,
Que se hacen en los puestos ventCI.josos
Más valentones, cuanbo más medrosos.
1. \' fase nota ll, ¡HI!f. '!'J. 1>. CerNJI. E~tu Jllllohrn entra cu 1111
:!. G/otútl, fli.I O come liiUt ho. Vfasc frnc&: Hcl~t~r 11110 por ut» cerros, Ir
nota 'l., )111!(.~1. fuer"? de camino¡)' l:.'clltii"}/Or lo.r ccrro.r
3.Caltt~oca.J(dii.SCtllco:/aiX'II$ÍÚIIU !iellbedll,irmuyc:ttrudado,hablarmuy
call'tl y mejor: la OC~Uidll la J•Íntllll fncrntlepro¡uhlto.
calt·a; tambi tln !IC dice: .41ir, courr li r.. /o'mi(IP'NIIIU, presunt11010, IJIIC "~
fumarla oauÍÚIIJICJrel COJ1eiC,JI01' la In echan de\·alicntet. \'(luc lauotll'!,
melc11a,}'Or lrwcabell~. (lig.'!'J.
IC~~~eor, ft~rma anticuada)' familiar de
- 57 -

FÁBULA XIX

Las Cabras y los Chivos.

Desde a ntaiw en el mundo


Heina el vano deseo
J~ e parecer iguales
A los grandes seiwres los plebeyos.
Las Cu.bms alcanzaron
Que Júpiter excelso
Les diese barba 1 larga
"Para su autoridad y s u rcRpc to.
Indi gnados los Chivos 2
De que su privilr.gio
e extend iese á las Cabras,
Lamp iilas con raz/111 en aquel tiempo;
Suced ió 3 la di scordia
-y los amargos celos
A la pa7. octaviana '",
Co n que fué gobe rnado el barbón pueblo.
Júpiter dije entonces,
Acud iendo al remedio :
-¿Qué importa que las Cabras
Disfruten un adorno propio vuestro,
Si es mayor ignominia
Ue su vano deseo,
. iempre que no igualaren
- 58 -
En fu erzas y valol' á vu es tro cu erp o?
El mC1·ito apa1·entc
Es digno de desprecio ;
La virtud solamente
Es del hombre el or nato verdadero.

FÁBULA XX

El Caballo y el Ciervo .
. P ersegu ía un Caba ll o ve nga tivo
A un Ciel'\'o qu e le hizo leve ofensa :
Mas hallaba segura la defensa
En s u veloz carrera e l fu gitivo.
El vengad or , perd id a la esperan za
De a lcanza d e y l o~ ril r as í s u intento,
Al hombre le piJiü s u valimi en to
Pa ra tomar d el ofenso r venganza.
Co ns iente e l hombre ; y el Caba ll o a irado
Sale co n s u jin ete 1 á la campañ a,
Corre con dirección, sigue con m a i1 a 2,
Y qu eda al fin del ofensor ve ngado.
Muéstrase al b~e nh ech o r agradecido,
Quiere marcha rse libre de su peso;
Mas desde enton ces mi sm o qued ó preso
Y e ternam ente al hombre so me tid o.
El Caball o, qu e s uelto y rozaga nte,
-59-
En el ft•ondoso bosque y prado ameno
Su lib ert.."ld gozaba tan de ll eno,
Padece sujeción desde ese instante .
Oprimi do del yugo ara la Licn·a;
P ;_\sa tal vez la vida más n-ma rga;
Sufre la silla, freno, espuela, car ga,
Y aguan la los horrores de la guerra.
En fin, per(lió la libeJ•lcul amable
Po1· vengar una ofensa solumente.
1
1'ales los frutos son que cieJ'tamenle
Prodt1ec la vengan.:a detestable .
1. Tult• IN (ruto• .ton. J.::Stn es um1 1rnns¡1o~iclón lnndmislblc en ¡1ron. llcbc rl~
tlt'dr~o: 'l"ulUJOII cierwmc11te los(rntos ...
LlBHO TEHCERO

FÁBULA PRDIEHA

El Águila y el CuerTo.

Á DON TOMÁS DE JHIARTE

En mi s versos, Iria rte,


Ya no qui e ro má s m'le,
Que poner á los tuyos por mod elo.
Á co mpetir anhelo
Con tu nume n , que el sabie mundo admim,
Si me prestas tu lira,
Aquella. en que tocaron dulcemente
Música 1 y poesia juntamente.
Es to no puede ser : o rdena Apolo
Que digno solo t ú !, la pulses solo.
¿Y poi' qué solo tú '! ¿ Pues cua ndo menos
No he de hace r versos fácil es, amenos,
Sin ambi cioso ornato?
¿Gastas otro poéti co aparato"!
Si tú. sobre el Parnaso 3 Le em pinases,
-61-
Y desde all f cantases :
Risco tramonto de epoca altanC1'Cl'
(;ón go !'a 1 e¡ u e te siga, te dij erai
P et·o si vas marchando pot· el ll ano,
Cantúndonos en verso castella no
Cosas clat·as, sencillas, naturnlcs,
Y todas ellas tales,
Que aun aque l que n o e nti ende pocsfa
Dice : Eso yo también me lo di1·ia 2 ;
¿Jlo L' qué no he de imitarte, y aun acaso
Antes que tú trepar po r el Parnaso?
No imploras las Sire nas, ni las ~ l usas
Ni de númenes usas,
Ni aun siqu ier·a con na s en Apolo .
Á la na tuml cza implo•·as sólo:
Y ella sabia te dicta sus \'erdadcs.
Yo te imito : n o invoco á las de idades;
Y por mejor co nsejo,
ea mi sacro n.um cn cier to viejo;
Esopo d igo. Dfctamc, machucho 3,
Una de tus patrañas, que te escuc ho.
Una Águila ¡•apante,
Con vi s ta pcrspicuz, rápido vuelo,
n esce ndi enclo veloz de junto a l cielo,
Arre bató un Co rd ero en un instante.
Qui ere un Cuervo imita rl a: de un Cal'llero
En el vellón sus uiws hacen presa :
Queda enredado entre la lan a espesa,
Como pája ro en li ga pris ione ro.
Hacen de él los pastores vi l juguete 4 ,
Para castigo de su intouto necio.
Bien m erece la bu d a y el desprecio
El Cuer\'O que á se r Águi la se mete.
E l Vi ej o me ha dictado esta patraña,
Y astutamente asf me descngaila.
Esa raci liclad , esa dcs trew.
Con que a rrebató e l ;\ gui la su pieza,
Fué la que engañó a l Cuervo, pues crera
-62-
Que otro tanto, á lo menos, él hn.rfa..
jfar;¿ qué log ró? servirl e t de escarmi ento .
OJalci que sirviese á nuís de cien to
Poetas de mal gusto inficionados:
Y dijesen, cual yo dcsenga1iados,
El A guita eres tU, divino IRI.\RTF:;
Yo no p1·etendo mds sino admirm·te :
Sea tuyo el laurel, tuyct la glo1·ia,
Y no sea yo eL Cuervo de la historia.

FÁRULA lJ

Los Animales con peste.


En los montes, los vall es y collados 2
De a nim a les poblados,
Se introd uj o la peste 3 de tal modo,
Que en un momento lo inf1 ciona lodo .
Allí do nde su co l"te el Leó n tenfa,
Mirando ca'da dfa
l.as cacerías, luchas y carrera s
De mansos brutos y de besti as lleras,
Se veían los campos ya cu biertos
De enfermos miserab les y de mue !'los.
-Mis amados herm anos,
Exclamó el tr iste rey, mi s co rtesa nos,
Ya v(·is que el justo cielo n os obliga
-G3-
A implorar su piedad, pues nos castiga
Con tan horr enda plaga :
Tal vez se aplacará co n que se le haga
Sacrificio de aque l más delin cuente,
Y muera el pecador , no el inoce nte.
Confiese todo el mund o su pecado :
Yo Cruel, sangu in a ri o, he dm·o rado
Ino ce ntes corderos 1 ;
Ya vacas, ya terner os;
Y he sido á fuerza de delito tanto 2
De la selva terror, del bosque espanto.
- Señor, dijo la Zona, en todo eso
No se halla más exceso
Qu e el de vu es tra b ond ad, pues qu e se dig n a
De teilir e n la sangre ruin, indigna
De los viles cornud os anima les,
Los sacros dientes, y las ui• as reales.-
Trató la corte al rey de esc rupul oso :
Allf de l Tig re, de la Onza y Oso
e oyero n confesio nes
De I'O bos y de muerte á millones;
Mas entre la grandeza, s in li sonja,
Jlasaron por escrúpulos de monja 3 •
El Asn o, sin em bargo, muy co nfuso
Pl'O J'J'umpi ó : - Yo me ac uso
Qu e al pasar por un trigo este verano,
Yo hambri ento y él lozano,
Sin gua rd a, ni tes tig-o,
Caf en la tentación , co mf tlel trigo.
- ¡Del trigo ! y ¡ un Jum en to!
Gritó la Zorra, ¡horrib le atrevim iento !
Los cortesanos claman : - l~ste, és te
Irrita a l cielo, que nos da la pes te.
Pronun cia el rey de muerte la se ntencia,
Y ejecutóla e l Lobo á su presencia.
Te ju:.yanin vú·tuoso,
Si e1·es , aunque petverso, podeJ'oso;
-64-
Y uunquc bueno, po1· malo detestable
Cuando te miran pob1'c y miserable 1 •
Esto hallará en la corte 2 , quien la vea;
Y aun el mundo todo ¡ J>ob1'e Astrea!

FÁBULA lli

El Milano enfermo.
Un Milan o, después de haber vivido
Con la co nciencia peo r qu e un forajido,
Enfermó gravemente.
Supuesto que :1 el paciente
~¡ á Galeno ni á ll ipócrales lefa,
A bulto co noció que se m orfa .
Á los di oses desea ver + propic ios,
Y ofrecel'ies ntonces sact·ifi cios
Por m ed io de s u madre, c¡uc afligida
Hogal'fa sin duda por su vida.
Mus és ta le r espo nd e : - Desdi chado ,
¿Cómo pod1'é al ca nzar pa ra un mulvado
De los di oses clemencia,
Si , e n vez de darles culto y reverencia,
Ni aun perdo n as te ;.Í. víctima sag rada
En las aras divinas inmolada?
Asi queremos , irritando al ciclo ,
Que en la ll'ibulación nos etc consuelo.
-65-

FÁ BULA IV

El L eón en vej ecido.

Al m iserable estado
De una ce r cana muerte red ucido ,
Estaba ya postrado
fTn viejo Le6 n del ti empo conswn ido :
Tanto más infeliz y lastimoso,
Cuan to ll abfa viv ido más dichoso 1.
Los que cuando va li en te,
ll um il des le re ndían vasn ll aj c,
Al ve d o decu den tc,
Acud e n á tratarle co n ultraj e ;
Que, como la t"x peri cn cia nos ensf' ila,
Del úrbol caído Lodo!; hace n le iw.
CC'bados {l porfí<l,
Le sitiaban sangl'i cntos y fC' roccs.
El Lobo le mordía;
Tirábale e l Caball o fu e rtes coces;
Lu ego le daba e l Toro una rornacla 2;
Después e l J abalí s u de ntellada.
Suftió constantemente
Estos in su ltos ; pero l'Cparnndo
Qu e hasla el Asno insolen te
Iba á ullrajarl e, fall eció clamando :
- Esto es doble m01·ir: no hay sufrim iento,

I'ÁRUL AS I)E SA~1ANI1.;00.


-66 -
1
Po,·c¡uc mu ero injul' iado de un J umento •

Si Cll su mudable vida


Al hombre la FoJ'tuna ha derribado
Con. mise1'a caida
Desde donde lo habia ella encumbrtulo 2;
¿Qué ventura en el mundo se 1JJ'Omctc,
Si aun etc los viles llega ci sc1· juouctc?

FÁBULA V

L a Zorra y la Gallina.

na Zorra caza nd o,
De corral en corral iba saltando
Á favo r de la noche en una a ld ea.
Oye al Gall o cantar : ¡maldito sea ! ,,
1(

Aga chada, y sin ruido,


Á me l'ced del olfalo y del oído,
M <~;rcha , ll ega, y oli endo á un agujero :1 ,
,, Este es 11 , di ce; y se cuela al gallinero •.
Las aves se alborotan, menos un a,
Que eStaba en ces ta co mo niiio en cuna,
Enferma gravemente.
Miránd ola. la Zona as tutam ente,
La pregunta : - ¿.Qué es eso, pobrecita?
¿C uál es tu en ferm edad? ¿tienes pepita;;?
-67-
ll abla : ¿cómo lo pasas, desdi chada?
La enferma le respo nd e apresurada:
-Muy mal me va, sef10ra, en es te in stante;
Muy bien, si us ted se quita de delante .
¡ Cutintas veces se vende un ene1Mgo,
Como gato po1· licb1·e 1 , po1· amigo !
Al oü· su fingido cumplimiento,
ltcs-pondiCrale yo para escat·miento :
Muy mal me va, se1io1·, en este instante;
Muy bien, si ustccl se quita de delante.

FÁBU LA VI

L a Cierva y e l L eón .
Más lige ra que el viento '2
Precipitada hu ra
Una inocente Cierva
De un cazador seguida.
En una obscura gruta,
Entre espesas encinas,
;\.lrope lladamente
Entró la fugitiva.
Mas ¡ay! que un León sañudo,
Que allf mi smo tenra
Su albergue, y e ra s usto 3
De la selva \'CCina,
~o g~e ~~~~.~~li~:·~a~us gart·as
1 1
Oió con crü el fi er ez a
Fin sangl' iento {t su vida.
Si ttl evitar los riesgos
l.a ?'a;;ón no nos aula,
lrop ie;;o
P o1· lmi1· de un
Damos mo7'ta.l caída.
-68-

FÁJ3ULA VII

E l León enamorado.

Am a.ba. un León á una Zagala herm osa :


Pidió la por esposa
A su padre pastor urbanamente.
El hombre temeroso, mas prudente,
Le 1'cspond ió : - Sei•or , en mi co nc ien cia',
Que la mu chacha logra co nveni en cia;
P e~·o la pohrcc it.n. 2 , acos tumbrada
Á no salir de l prado y la majada,
Entre la mansa oveja y el co rd ero,
llecelará ta l vez, que seas fi ero .
No obs ta nte, b ien podremos, si co nsientes,
Cortar tus mi as, y lim a r tus di e ntes;
Y asf verá que ti ene tu g¡·and cza
Cosas de majestad, n o de fi ereza.
Co nsie nte el manso León en amorado,
Y el bue n h ombre le deja desar mado.
Da lu ego s u silbid o :
Ll egan el Matalobos y Atrevido,
Pen·os de su cabaila; de esta suerte
Al indefenso Leó n dieron la muerte.
Un cua1·to 1 e~.postm·tJ li que en este instante
Dice, ltablando del León, al(litn aman te,
-60-
Que de la misma muerte lta1'ia gala,
Con tal que se la diese la :.uyala.
Deia, Fabio, el amor, dCjalo luego;
Mas hablo en vano, porque siemp1·c ciego,
No ves el clesengaüo,
Y asi te entregas d tu propio datio.

FABULA YIII

Congreso de los Ratones '.

Desde el gran Zapit·ón, el Manco y 1·ubio.


Que, dcs¡mCs de las aguas del diluvio,
Ftté pad1·c unive1·sal de todo gato,
Ha sido Miaumaato 2
Quien más sangrientamente
Persiguió á la infeliz ratona gente'·
Lo cierto es, que obligada
De su persecución la desdichada,
En /lat ópolis 4 tuvo su co ngreso.
Propuso el elocuente llocqueso 5
Echarle un cascabel, y de esa suerte
Al ruido escaparían de la muerte.
El proyecto ap robaron uno i.Í uno.
¿Qui Pn lo Ita de cjcculnl''! eso ning un o.
- Yo soy corto de vistu, yo muy viejo,
-¡o-
Yo gotoso, decian. El co nsejo
Se acabó co mo mucho s en el mundo.
Proponen un proyecto sin segundo :
Lo aprueban. R acen otl'o : ¡que portento!
¿ J>el'o la cjccueiUn? ahi cstd el cuento.

FÁBULA IX

El Lobo y la Oveja.
Cruzando m ontes y trepando cerros ,
Aquf malo, allf r obo,
Andaba cierto Lobo,
Hasta que Ui ó en las manos de los perros.
Mordido y arras trado
Pué de s us en emi gos cru elm ente :
Qu edó con vida mil ag rosam ente,
i\las invá li do al fin y Uerrolaclo .
Iba el Li c rnpo curand o su dolencia,
El hambre al m ismo !laSO le afiigfa;
Pero , como caza r aun no paella,
Con las hierbas hacia peniLencia.
Una Oveja pasaba, y él la 1 dice :
- Ami ga, ven acít : ll ega al mom ento :
Enfermo es lo y, y mu ero d e sed iento 2 :
Socorr e con el agua á este infeli cc 3 •
-¿. Agua quieres que yo vaya á ll evar le?
Le responde la Oveja recelosa;
Dfmc pues un a cosa :
¿Sin dud a que se rá para enjuagarte,
-71 -
Limpiar bien e l gtLrguero,
Abrir el apetito,
Y Lragarme d('spués como á un pollito?
¡ Anda, que te conozco, marru ll ero !
As[ d ijo, y se fué; s i no, In. m a ta.
¡ Cminlo impo1·ta saber con quien se trata !

FÁBULA X

El Hombre y la Pulga.
- Oye, Júpiter s um o 1, mi s qu erell ns,
Y haz, disparando rayos y ce ntellas,
Qu e muera es te anima l vil y tirano,
Plaga fatal para. el linaje hum a no;
Y si vos no lo hacéis, Hércules sea
Quien acabe con él y su ra lea 2 •
Éste es un ll ombre que á los dioses cla ma,
Porq ue una Pulga le picó en la cama,
Y es justo, ya que el pobre se rat iga,
Que de Júpiter y Hércul es cons iga,
De és te, qu e viva cl es pulga nd o sayos;
De aquél, matando pulgas co n sus rayos.
Tenemos en. el cielo los mortales
Recurso en las desdichas y los males;
1lfas se suele abusen· frecuentemente,
Por logt·m· un antojo impertinente.
- 72-

FABULA XI
~

1
:. - ~ •• _ ..... # -;.,:-~~~
.

El Cuervo y la Serpiente.
Pill ó el Cuervo dormida á la Serpiente,
Y a l quererse cebar e n ell a hambriento,
Le mordi ú venenosa. Sepa el euenlo
Quien sioue d su ape tito 1 incaut~.tmenlc .

FABULA XII
El Asno y las Ranas.
Mu y ca rgado de lcf1a un ButTO viejo,
1'risle a rm azón de htt('SOS y pell ejo,
Pensatfvo, según lo cn bizbajo,
Caminaba, ll eva ndo con trabajo
Su débil fu erza la pesada car ga.
El paso tardo, la ca rrera la rga,
Todo al fin co ntra el misero se e mp C'ila,
El ca min o, los ai1os y la leil a.
Enl ra C' n una laguna el desdichado,
Qu eda profundamente empantanado :!,
Vi 6nJosc de aquel modo,
Cubi erto dr agua y lodo,
Trocu nd o lo sufrid o a en impaciente,
Co nLra el destino dij o neciam ente
Exp resio n es aj e nas de s us cun as.
Mas las vecinas llanas,
Al oí r s us la mcntns y qu ejidos 1,
l. Seyuir ,¡ •11 "J'Clito. ~cr/3 un\~ co- le da car.lctcr de :uljciii'O, y llUido ~ 1111
rrecto ;teyvir.II'Ufll'etitu,couwsctllrl' lldjctl•o,losubllrmth·o .•hfdi ee lln¡lOCta:
•euuir/amoda.•euuir•n••oc,.cililt,8t-
!Juirl01 jJIIIOIU/al/ltMifllllletttiO,I'IC.
La ¡rrr¡1. ti .Uio !le antl'¡wru• ~ los com·
pl l'mC'niOI di' ¡w rwn11. ,\, n'CI'i 5C un(' lo co n un atljNil·o fem e-
't.E!IIJI(IIItlmado•·il'nl.'dcpanlano,u- nlno:megitdiiiUI!ermana¡oorwriltleiia
:::::Uu~~ e 1!~J:a":;;;,; 1 ,~~:~,,
· ,t ta•cado, (¡~~ ':.U~~:~~;::,n~ ~~t}~:~o~f¡~)¡ pleonumo
3. Lo~uf.·irhJ.Lo, unldo:i un subst~nth·o. ¡rar3 licuar el •cno
-73 -
Las unas se tapaban los ofdos.
L;:ts otras, que prudentes Jo escuchaban,
Hcprendfan le asr, y aconsejaban :
u - Aprrnda el mal Jum ento
Á tener su frimi ento,
Que entre las que IHtbitam os la laguna,
/l a de encontrar lecciün muy oportuna.
P o r Júpiter estamos condenadas '
;\ vivir sin rcme(lio cncenngadas
En agua dcteniJa 1, lodo espeso¡
Y á mús de todo eso,
Aqu f perpetuamente n os e nc ier ra,
Si n es pera n za de co rt'C I' lu tie r ra,
Cruzar el nnc lt urosn mar profu ndo,
Ni aun Rabcr lo que pasa por el mund o.
!\las ll eva mos ú b ien nuestro destino,
Y asf nos premia ,llíp iter divi no,
He pa r tiendo entre todas cada dfa
La sa lud , el suslenlo y alegría. ,,
Es de sume¿ importancia
Tener en los trabajos tolerancia;
Pues la impaciencia, en la contrm·ia suerte,
Es un mal mds wnal'go que fa muerte.

FÁBULA XIII

El Asno y e l P erro.
Un Peno y un Borrico caminaban
Sirviendo (t un mismo ductio.
-7/t-

nendido éste del sueito,


Se tendi ó sobre t el prado qu e pasaban.
El Borri co entre tanto aprovechado,
Descansa y pace; mas el Perro hambriento,
- Bájate, le decía, bue n Jume nto,
Pillaré de la a lfot:ja algún bocado.
El Asno se le aparta co mo en chan za :
El Perro sigue al lad o del Bol'l·ico,
Levantan do las man os y el hocico,
Como perro de ciego cua ndo danza. .
-No seas bobo, el Asno le decía:
Espera á. que nuestro amo se despierte,
Y será de esa suerte
El hambre m(l s, mejor la compañra.
Desde el bosque entre ta nto sale un lobo :
Pide el Asno favor al co mpaliero :
En lugar de lad l'il l' el marrullero, .
Con fi sga respondió : -No seas bobo 2 ,
Espera lÍ que nuestro amo se despiet·te,
Que pues me aconsejaste la paciencia,
Yo la sabré tener en mi co ncie ncia,
Al ver al Lobo qu e te da la mu erte.
El Pollino mttl'ió: no ltay que dudai'{O;
1lllts si 1·esucitara,
Corl'iendo el mundo lÍ todos prelhcam :
P1·estad auxilio, si quet•éis hallarlo.
-15-

FÁBULA XIV

El León y el Asno cazando.

Su Maj estad leo n esa, en com pailía


De un Hol'l'i co , se sale á montería •.
En la parte a l intento acomodada,
Formando el mismo Leó n una enram ada,
Mandó al Asno que en ella se oc u! tase,
Y que de tiempo e n ti empo rebuznase
Como trompa de caza en el oj eo.
Logró el rey su deseo;
Pues apenas se vió bien apos tado,
Cuando a_l so n d el rebuzno destemp lado,
Que los montes y va ll es r epetfan,
su se lvoso albergue se volvían
Precipitadamente
Las fieras enem igas juntamente;
Y en su coba rd e hufda
En las garras del Leó n pierden la vida.
Cuando el Asno se halló co n los despojos
De devoradas fi eras ú sus oj os,
Dijo : - ·Pardi ez 2 , si llego más temp ran o,
~ nin gú n muerto d ej o hueso. san o.
A tal fanfarro nada
Soltó el rey una grande carcajada :
Y es que jamtis convino
HacC1' del amlalu: 3 al vizcaino .
-76-

FÁBULA XV

, El Charlatán y el RU stico.
- Lo qu e jamás se ha visto, ni se ha ofd o
Verán ustedes : a tenció n les pido.
Así decía un Charlatán fam oso,
Cercado de un co n curso num e roso .
En e fecto : quedando todo el mundo
En silencio pro fund o,
Re medó á. un cochinill o tle tal modo,
Que el aud itorio todo,
Creyendo qu e le ti ene y que le tapa,
Atumultuado grita- ¡ftwra capa!
Dcscubrióse , y a l ver que n ada había,
Con vítores le aclaman á porfia.
- Pardi ez, dij o un Pa t{m, que yo prometo
Para mailaoa, hablando co n r espe to ,
ll acer el puerco 1 más perfectamente;
Si n o, qu e me lo claven en la fr ente .
Con ri stL pro meti ó la co n currencia,
Á burlarse del Payo, su asistenci a.
Llegó la hora, todos acudi er on :
No bi en al Charlatán gruflir oye ron
Gentes á su fav or preocupadas,
¡ Viva ! dicen, al so n de las palmadas.
Sube después e l Rú s ti co al tablado
Con un bullo en la capa, y em bozado ,
lmit.."l a l Charlatán e n la pos tura
De fin gir qu e un lec hón tapar procura;
Ma s es taba la gracia en que era el bu lLo
Un ma.rranill o que ten fa oculto.
Tind e callanclilo de la oreja :
Gruil endo en tipl e, el animal se qu eja;
Pero , al cree r que es r emedo el tal gl'llliido,
Aquí se oía un ¡ fuerld a lH un silbido,
, , todo el mund o queda
En que es el o tro quien mej or rem eda.

t.I111Ctr elJJUuco JlO r imitar al p1u:rco. v~~~~c lo not:1 i!, Jlllfl:. t:>
-i1-
El Rú sti co descubre su marrano;
Al público lo e oscila, y d ice ufano 1 :
- ¿Así juzgan ustedes?
j Oh preocu.ptwió.n, y ctui1llo puedes t!
LIBRO CUARTO

FÁBULA PRULERA.

La Mona corrida.

EL AUTOR Á SUS VEH SOS.


Fieras, aves y peces
Co rren, vuelan y nada n,
l>orqu e Júpiter sum o 1
Á gen e1'al co ngreso á tod os llam a.
Con sus hij os se acercan ,
Y es que un premi o se ñala
Pa ra aq uel, cu ya p role
En herm osura lleve la ventaja.
El alto regio trono
La multi tud ce rcaba,
Cuando en la concurrencia
Se se ntía dec ir : - La mona falt a.
- Ya llega, dij o entonces
Una habladora Urraca,
Qu e co mo ce ntin ela,
En la alta punta de un ciprés es taba.
Entra rompi endo filas,
Co n su cachorro! ufa na,
-79-
Y ante el exce lso trono
El premio pide de hermosura tan la.
El dios Júpiter qui so,
Al ver tan fea traza,
Dis imul al' la ri sa,
Pero se Jo so!Lú la ca rcajada.
Arm ósc en el co ncurso
Tal bulla y algaza ra,
Que co rriJ a la Mona
Á Tc luán se vo lvi ó J csenga i1 ada.
¿Escrciblc, SCIÍ0 1'CS 1
Que yo mismo pensm·a
En consanrar li Jlpolo
Mis versos, como dignos de su gracia?
Cuando por mi { o1·twu'
Me cncontt•é esta ma1iann,
Continuando mi ob1·illct,
Este cuento moral, esta pal1'll1ia,
Yo elije d mi capote t :
¡Con qwl chiste, qwi aracia,
Y que vivos coloJ·es
Bl jorobado Esopo me t·etrata!
Mas ya mis 1JJ'Oducciones
Mil·o con desconfianza,
Porque ap1·enclo en la Mona
Cuánto el cie(JO antOJ' propio nos cngafla.
-80-

FÁBULA 11

El Asno y Jú.piter.

1c- No sé como l~1y jumento,


Que ten ir ndo un adarme 1 de talent.o,
QuiCI'a m cte t•sc á burro de hortrla n o.
Ll evo á la plaza desd<' muy temprano
Cada día cien cargas de verdura:
Vuelvo co n olrttS tnnlas de basura;
Y para minora1· mi prs;:ulumbre,
Un c riad o me aznta pnr costumbre.
Mi vida es és ta: ¡, qw'· se rá mi mu<'t'IC,
Como no mude Jtípitr r· mi ~uf' tü•? ,,
Un Asno d(' ('sic tnotlo sr c¡urjaha.
El dios, •¡u r s us l;nn cntos rsthuc iJal m,
Al tlnminin lo cntrrga di" un tejrl'll .
- Esta vida, decía, no la quiero ·
De l peso dr las tejas op rimido ,
Bi en azolado, pero ma l co mid o.
Á Júpite r me voy co n e l cmpeilo
De lograr nuevo dnci10.
Enviólc á un curLid or. Entonces di cr :
-A un co n este ttnto soy m {ts infc licf' 2:
Cargado ti c pell ejos de difunto ,
-81-
~l e hace correr si n soscg;u· un punto,
Para mata rm e sin JI errar iL viejo ,
Y curtir al instante mi pell ejo.
Júpite r , por n o o ir ta n largas queja s,
Se tapó lindam ente las orej ns ,
Y ú nadi e csrucha de sde e l ta l Pollin o,
Si le habla de mudanza de des tino.
Sülo en 'VCI'SO se encuentran los di choso.~ ,
Que viven ni cn!'icliados, ni envidiosos .
LtL espada por ( eli:. tiene al arado,
Como el 1·emo tí la pluma y al cayado;
Mas se tienen por miSCJ'OS en suma
ncmo, espada, cayctdo, esteva y ¡>luma 1 •
¿ Pues d qué C$tado el homb1·e lLama bueno?
Al propio mm ca, pero si al a}eno 2.

FÁBULA Ill

El Cazador y la Perdiz.
Una Penli z, en celo reclamada,
Vin o á ser e n la red ap ri s ionada.
Al Cazado r la mh:iC I'i.l decfa :
-S i me das libe rtad, e n este día
Te he de proporciona•· un grao consue lo¡
Por ese ca mpo ex te nderé mi vue lo:
Juntaré ;í mi s am igas en bandada,
Que gui a ré {t tus red(·S enga ñada,
Y ir ndrús , s in costartr dos ochavos 3 ,
Doce pe rdi ces co rn o d oce pavos.
- ¡ Engai1ar y vend f' l' Ct lus amiga s !
;. Y asr crt•cs que me ob li gus?
Hespondi ó e l Cazador; pu es no, scf10m :
Mue re y paga la pe na d e t ra id ol'a.
L a pcrdi:. {u é bilm muer·la, no es dudable :
La traición, attn. so1iada, es delcslablc.
-82-

FÁBULA IV

El Viejo y la Muerte.

Entre montes por áspero camino,


Tropezand o con una y otra pcila,
Iba un Viejo cargado co n su lefHL 1

i\l a ldi ciendo su misero destino.


Al fin cayó, y viéndose de suerte
Que apenas leva ntarse ya podía,
Ll amaba co n co lél'ica po rfia
Una, dos y tres veces á la mueL" le.
Armad a de guaduili.l en esqueleto,
La Parca se le ofrece en aquel pun Lo;
P ero e l Viejo, tcmit.'ndo ser difunto,
Ll eno más de terro1' que de respe to,
Tré mul o la decfa, y balbuciente :
- Yo ... seflo 1·a •.. os llam é desesperado;
Pe ro ... - Acaba : ¡, quú quieres desd ichado?
- Que me carguéis:.! la lci•a solamente.
Tenga paciencia quien se cree inf clice,
Que aun en la situw;:iün má.s lamentable,
Es le' vida del hombl'e sicmp1·e amable :
El Viejo de la ltnla nos lo dice.
-83-

FABULA V

El Enfermo y el Médico.
Un miserable enfermo se morra,
Y el Médi co importuno le decfa:
- Usted se mucre, yo se lo confieso,
Pero por la alta ciencia que profeso,
Conozco, y le ascg ttL'O firmemente,
Que ya estuviera sano,
Si se hubiese acudido más temprano
Con el benigno clister 1 detergente.
El triste enfermo, que lo estaba oyendo,
Volvió la espalda a l J\lédico diciendo :
- Scilor Galeno 2 , su consejo alabo:
Al asno muerto la cebada al rabo ·3.
Todo va1·6n prudente
Aconseja en el tiempo conveniente :
Que es hacer de In ciencia vano alarde,
Dm· el consejo cuando llega tarde.

FABULA VI
La Zorra y las Uvas.
Es voz común c¡ue á más del medio día
En ayu nas la Zorra iba cazando :
llalla una parra, quédase mirando
-84-
De la alta vid el fruto que pendfa 1•

Causábale mil ansias y congojas


No alcanza r á las uvas co n la ga rru ,
Al mos tra r á sus di entes la alta parra
Neg ros r aci mos entre verd es hojas .
.Mi1·6, saltó, y a nJu vo e n probaduras;
Pero vió el im pos ibl e ya de fijo.
En ton ces fué cuanto la Zorra dijo :
u No las qui er o co mer ; no están maduras "·
No po1· eso te muestres impaciente,
Si se te t fru stm, Fabio, alglin intento.
Aplica bien el cuento,
Y di, No es tán maduras, frescamente 3.

FÁBULA VIl

La Cierva y la Vifta.

l·lu ye ndo de en emigos cazadores


Una Ci erva iigera
Siente, ya fati gada en la carrera,
Más cerca nos Jos pen ·os y ojeadores.
No vi endo la infeliz algún seguro
Y vecino paraje
De gru ta 6 de ra nHtje,
Crece su timidez, cr ece s u apu ro .
Al fin , sacando fu err.a s de fi aqu er.n,
-85-
Continúa la fuga presurosa :
Halla al paso una Vifla muy frondosa,
Y en lo espeso se oculla con presteza.
Cambia el susto y pesar en alegda,
Viéndose á paz y salvo 1 en tan buen hora;
Olvida el bien, y de su defensora
Los frescos verdes pámpanos comía.
Mas ¡ ay! que de esta suerte,
Quitando ella las hojas de de lante,
Abrió puert.a á la Hecha penetrante,
Y el listo t cazador le dió la muerte.
Castigó con la pena merecida
El justo cielo á la Cierva ingrata.
Mas¿ qué puede csperm· el que maltrallt
Al mismo que le esld dando la vida?

FÁBULA VID

El Asno cargado de R eliquias a.


De reliquias cm·gaUo
Un Asno rec ibía adoraciones,
Como si á él se hubi esen consagrado
Heverencias, inciensos y oraciones.
En lo vano, lo grave y lo severo
Que se manifestaba,
Hubo quien conoció que se engañaba,
Y le dijo : - Yo infiero
De vuestra vanidad vuestra locura.
El t•everente culto que pi'OCura'
Tributar cadu cual este momento li,
No es dirigido á vos, señor Jum ento;
Que sólo va en honor, a unque lo sientas,
De la sagrada carga que sustentas.
Cuando uu hombre sin merito estuviere
En elevado empleo ó gran 1·ique:.a,
-86-
Y se ensobeJ•bccierc
Po1·que todos le bajan la cabe;:;a _¡
Pam que su locw·a no prosigtL,
Tema encontm1· tal vez con. quien le dioa :
--:- Se1i01' jumento, no se engJ'itL tanto,
Que si besan la peana, es p01· el santo.

FÁBULA IX

Los dos Machos t.

Dos Machos caminaban : el primero,


Cargado de dinero,
Mostrando su penacho envanecido,
Iba marchando erguido
Al son de los redondos cascabeles.
El segundo, desnudo de oropeles,
Con un pobre aparejo solamente,
Aial·gando el pescuezo eternamente,
Seguía de reata su jornada
Cargado de costales de cebada .
Salen unos ladrones, y al instante
Asieron de la rienda al arrogan le :
Él se defiende, eJi os le mahratan;
Y después que el dinero le arrebatan,
Huyen, y dice enton ces el segundo :
- Si li estos ricsyos ex-ponen en el mundo
Las riquezas, no quiero, d fe de Macho,
Dinero, cascabeles ni penacho.
m!~:~~~~~~~· alnónlmo de mulo. Tamt1ién sl¡;nlllca, en general, animal de auo
-Si-

FÁBULA X

Mus ta.fá (Perro vi ejo,


LcbL·el en monlc ría 1 ej ercitado ,
): de a ntiguas heridas seli a.lad o
A colmillo y á cuern o s u pell ejo)
Seguía á un Jabalí sin espe ranza
De poderl e alcanzar; pero n o obstante,
Azuz.ándolc su am o á cada inslanlc,
h. duras penas Musta.fá le a lcanza.

El cerd oso vali ente


No escuchaba recados á la oreja;
Y así su resis t.e ncill no le deja
Cebar at Pci'L'O su cansado diente :
Con airad o colmillo le L'echuza,
Y bufando se ma rcha victorioso .
El cazad or furi oso
Reni ega del Lebrel y de su raza.
-Viej o estoy, le res ponde, ya lo veo ;
l\las dí, sin Musta f{t ¿,cuánd o tuvieras
La ~ pieles y cabezas ti C las fieras
En tu casa de abri go y de trofeo ?
Mi ras á lo que soy, no ft lo qu e he sid o.
¡Oh suerte dcsbrl'ac ia da l
Prese nte tienes mi vej ez cansada,
Y mi s robustos aüos co olvido.
Mas¿ para que me malo 2 ,
Si no he tle consegu ir cosa n inguna ?
Es lallrm· li ln luna
Et alegat· se1·vicios al ing1·etto.
- 88-

FABULA XI

La Tortu ga y e l Águila.
Una Tortu ga (tuna .\ g uiJa rogaba
La cnscilasc á volar; así la habl aba :
- Con só lo que me des cuat ro lecciones,
Li gera volaré ¡>Ot' las t·egiones :
Ya remontado e l ntelo,
Poi' medio de los aires, hasta el cielo,
Veré cercano al so l y las es trellas,
Y otras cien cosas bellas :
Ya rápida bajand o,
De ciudad en ciudad irP pasando;
y de este rú c il delicioso modo
Logral'é en poros días verlo todo.
El .\guiJa se rió del desatino :
La • aconseja que siga su destino,
Cazando torpemente con paciencia,
Pues l o dispuso nsf la Providencia.
Ella in s iste e n s u antojo c iegamente:
La re in a de las aves pt·ontruncntc
l.a arrebata, la ll eva po r las nubes
- J\lira , la t dice, mira có mo subcR.
Y al remontada 2 , dijo-¿ Vas contenta?
Se la deja caer, y se revi enta.
Para que asi cscannicnlc
Quien des¡n·ecict el c011Sejo del pmdcnlc.

FÁBULA XII

El L eón y e l Ratón.
Estaba un Hatonc ill o aprisionado
En las ganas de un León :el desdichado
En la. tal mtonem no fu(: preso
Por ladrón de tocino ni d e queso,
-89-
Sino porque ro n oli·os moles taba
Al Leó n que en ~ u retiro descansa.ba .
Pide perdún ll orando su in so lencia ;
Al ofr implorar la real cle mencia,
Bcspond e e l rey en maj es tuo so Lona :
(No dijera más Tilo) - Te perdono .
Poco después, car.a ndo el León, tropieza
En un a red oculta en la maleza;
Quiere sal ir, mas qu eda prisionCI'O :
Atrona nd o la se lva, ruge fiero.
El libre Hatonc ill o, qu e lo s ie nte,
Corriendo ll ega, I'OC 1 di ligente
Los nudo s de la red, de tal manCI'i.L,
Que al fin rompió los grill os de la fi e ra.
Conviene al podel'oso
Pa1·a 2 los infcl'iccs ser piadoso :
1'al ve.: se puede ' VC1' necesitado
Del auxilio de aque l más desdichado.

FABULA Xlll

Las Liebres y las Ranas.


Asustadas las Li ebres de un estr ue ndo,
Echaron á co rree todas diciendo :
1< Á quien la vida cuesta tanto su s to,
-00-
La muer te causará. menos disguslo. "
Llegan á una laguna de esta suer te
.-.. dar en lo profundo con la muerte.
Al ver á tanta Hana, que asustada
Á las aguas se arroja á su llegada:
n - ¡ Hola! dijo una Li ebre 1 ¿co n que hay otra s
Tan limidas c¡ue aun Liemblan de nosotras?
Pues suframos como ellas el desLino • :
Conocieron sin más su desatino.
Asila sue,·le adversa es tolerable,
Comparada con otra miserable 2 •

FÁBULA XlV

El Gallo y el Zorro.
Un Gallo muy madul'o
De edad provecta, duros espolones,
Pacrfico y seguro,
Sob re un árbol ofa las razones
De un Zorro muy cortés y muy atento,
Más elocuente cuan to más hambriento.
- Hermano, le decra,
Ya cesó entl"C nosoll'OS una guerra,
Que cruel repartía
-91-
Sangre y plumas al viento y á la ti erril :
Baja, daré para perpetuo sello
Mis amorosos brazos á tu cuell o.
- Amigo de mi alma,
Responde el Gallo, ¡ qué placer inm enso
En deliciosa calma
Deja esta vez mi espí ritu suspe nso 1
Allá. bajo, allti. voy tierno y ansioso
J\ gozar en tu seno mi r eposo;
Pero aguarda un instante
1
Porque vienen ligeros como el viento ,

Y ya estún adelante
Dos correos que ll egan al momento,
De es ta n oti cia portadores fieles,
Y son, según la traza, dos lebreles.
- A Dios, á Dios, amigo,
Dijo el Zorro, que estoy muy ocupado;
Luégo hablaré co nti go
Para finalizar es te tratado.
El Gallo se quedó lleno de gloria,
Cantando en esta letra su victoria :
S·icmpre traboja en su daiio
El astuto enga1iadm· :
A un enga1i0 hay otl·o engwio,
A tm picata otro mayor 2 •

FÁBULA XV

El León y la Cabra.
Un señor León andaba como un perro
Del valle al m onte, de la selva al ccn·o,
-!)2-
Á caza, sin ha llar pelo ni lana 1 ,
Perd iendo la paciencia y la maflana.
Po1· un ri co esca r pado
Ve trepa r á una Cab ra á Jo encu mbrad o,
De modo que- parece que se em peüa
En hace r cree r al León que se despeila .
El pretender segu irla fuera en vano :
El cazado r ento nces co •·tesa no 2
La d ice : - Baja, baja, mi quer ida,
No busques precip icios a tu vida :
l~ n el valle frondoso
Pacerús á mi Jado con reposo .
-¡.Desde <' Uáod o, sc i1or, la real persona
Cu ida co n tanto am or de la barbo na 3 ·!
Esos hal agos tiernos
No so n por bien, apostaré los cuer nos.
Asf le rcspoocli U la astuta Cabl'a;
Y él se fué sin repl ica r palabra.
Lo plt(la la infcli:. con el pellejo,
Si toma sin examen el consejo.

FÁBULA "XVl

La Hach a y el Mang o.
Un homb re, que en el bosq ue se mintba ~
Con una ll ucha sin Mango, s uplicaba
-n-
Á los úr bolcs diesen la made ra 1
Que más sólida fueta,
Para hacerle un o l'u c rle y mu y durable.
Al punto la arbolc cla 1 innum e rabl e
Le cedió el acebuche . ) él con tento ,
Perfecc ionand o luego su in s trum ento,
De rama en rama va cortand o á gusto
Del al lo rob le el brazo más robusto.
Ya los árbo les todos recorría,
)' mi entras los mejores elegía,
Dij o la triste En cina al Fresno : l( Amigo,
¡ lnfcli; del qttc ay ud(L lÍ su enemig o! ))

FÁBULA XVll

La Onza y los Pastores.


En una trampa una Onza inadvertida
Di ó mfser a caf da.
Al verla sin defensa,
Corrieron íÍ la ofensa
Los vecinos P asto res,
No valerosos, pero sí traido res.
Cada cual por su lado
l.a ma ltra taba ai rado,
ll ast...1. deja r sus fucl'7.as clcsn'layadas,
Un os á palos, o tros ú pedradas :
Al fin la aba nd onaron por perdida.
P ero viéndo la dar m ues tras de vida ,
Cierto Pasto r, do lido de s u s uerte,
Pol' evil.ar su mue rte ,
Lo arroj ó la mi tad de su al im ento,
Co n que pud iese rrcob t ar a li ento.
Ll ega la noche, Lémplasc la sa f1 a,
Marc ha n á descansar {t la cabalia,
Todos co n espera nza muy fundada
- 9>-
De hallarla muerta por la madrugada'·
i\I as la fiem en tre tanto,
Volviendo poco á poco del quebranto,
Toma nuevo valor y fuerza nueva;
Salta, deja la lrampa, va á su cueva,
Y a l sentirse de l todo rerorzada,
Sale li ge ra, pe1·o más airada.
Ya destruy~ ganados,
Ya deja á los Pastores destrozados;
Nada aplaca su cólera violenta,
Todo lo tala , en todo se ensangrie nta;
El buen Pastor, por qui en tal vez vivía,
Ll en o de horror, la vida le pedla.
-No se rás maltrado,
Dijo la Onza, vive descuidado;
Que yo sólo persigo á los traid ores
Que me ofendieron. no á mis bienhechores.
Quien hace aytavios, tema la vcnyanza :
Quien hace bien, cd fin el premio alcan:;a.

FÁBULi\ XVIII

El Grajo vano 2.

Con las plumas de un Pavo


Un Grajo se vistió : pomposo y bravo a
En medio de los pavos se pasea.
-95-
La manada lo adviet·te, lo rodea,
Todos le pican, burlan y lo envtan,
¿.Dó nde, s i ni Jos g1·ajos lo quería n ?
¿ Cudnto ha. que repetimos este cuento,
Sin que ha!JlL en los p lagia1'ios escar·mien to 1 ?

FABULA XIX
. El Hombre y la -comadreja.
Así dec ía cierta Comadreja
Á un Homb re que la h abía aprisionadO :
-¿.Por qu 6 no me dejái R 2 ? ¿Os he yo dado
Mo ti vo de disgusto ni de queja?
¿No soy la que desvanes y rincones,
Tu casa toda, cual si fuese mía,
Cuidadosa reg is tro n och e y día ,
Para qu e vivas Jibl'C de ratones? -
-¡Gran flnéza por cier to!
E l Ho mbre respo ndi ó : pues di, ladrona,
Si tu glotone ría n o perdona
Ni á ratón vivo, ni á. cochino muerto,
Ni á cu anto gua rd an ruines despenseras,
¿,Cómo he de cr eer que tu cu id ado ap ura
Por mi bien los ratones? ¡Qué locu ra!
No ten dría yo malas tragaderas a :
Morirás. Y el astuto que pretenda
Vender como fineza lo que ha hecho
Sin mira1· á mas fin que cí. stt pmvecho,
Sabrá que hay en el mundo quien lo entie1tda.

FABULA XX
Batalla de las Comadrejas y los Ratones.
Venc id os los Ra ton es,
llufa n co n presteza
De una atroz 1 en emi ga
-OG-
Tropa de Comadrejas.
]llarchab a n con desorden,
Que, cuando el miedo 1·ein a,
Es la con fusión so la
El jefe que gobi"t'na.
Ll egaro n prcsut·osos
Á sus angostas cuevas,
Logmndo los soldados
Entrar á dums penas¡
Pero los cap itanes 1 ,
Que e n las estrec has puertas
Uu edaro n atascados
~ in ninguna def ensa,
A causa de un os cuer nos
Pues tos en las cabezas,
Pa ra se r de s us lropas
Vistos en la refriega,
Fuemn las desdichadas
Víctimas de la guerra;
Haciendo de sus cuc t·pos
Pasto las Comadrejas.
¡Cuántas veces los hombres
Distinciones anhelan,
Y suelen seJ· la causa
De sus desdicltascllas2J
Si Jlipiter dispm·c,
Sus rayos tí la tie1Ta,
Antes que á las cabtuias,
A los palacios y á las l01'1'CS llegcm.

FABULA XXI

El L eón y la Rana.
Una lób rega noc he silenciosa,
Iba un Leó n horroroso,
Con mesurado paso majesLuoso
Por una. selva: oyó una voz ruid osa,
- n-
Que co n to no m o l<'slo y co ntinuad o
Ll a ma ha la a lc nc iü n , y <Hill e l cuiJ a d o
Del reinanlr 1 a nim a l, {JU C no sab ía
De qué b e~ ti a fcr ol. qui zá saltlria
t\ {(U t' lla \'(JZ, q ue ta nto müs sonaba
Cuan lo m ús e n si le nc io tod o es ta ba.
Su Majes tad leo nesa
La :-;e lva toda registra r proc ura;
.\l as nada encuentra co n la noc he obscura, .
JI as ta qu e pudo ve r, ¡o h qu é sorpresa!
Que sal e de un esta nqu e, á la mai'iana,
La tal bes tia feroz, y e ra un a Rana.
Llamará. üt ate11ciú n de mucha y cnte
El chm·tatán con su mani a loca ¡
¡)fas ¡,qué l ogt•et, si al fin VCJ'li el prudente
Que no es sino una Uana, todo boca '!.?

FÁBULA XXll

El Ciervo y los Bueyes.


Co n inmin e nte l'icsgo d e la vida
n cie rvo se esca pó de la ba lida,
Y en la quinta ce rca na de repe nte
Sr m e ti ó en e l esta bl o in cau ta m e nte .
l)lcf' le un Bu ey : - ¿ Ig no ras, d esd ic hado,
Qu e aqul vive n lns ho mbres? ¡ a h c uidad o !
De te nte, y ha lla rás tan to r e poso ,
Co mo pe rdi1. e n boca d e mp oso .
m Cie rvo L'Cspondi ó : - Pe l'O , no o bstante ,
Dejad m e dt•sran sa r algún in sta nte ,
Y e n In. oca sit'1 n pl'im e ra.
Al bosq ue esprso e m¡wc nd o mi carre ra .
Oc ulto r n e l ¡•;¡ maj e per-mao ece :
Á la noc he e l 1Joy0ro se apa rece,
Al ga na d o ¡·a pa rte e l a lim e nto :
Nad a tli visa; sálcsr a l m o m e n to .
l. ll~ilumte, ¡ o, u. t\ ,• r ciwrr. 1.:• Ula)\lr 1 ~. To•l8 OO.·a. se cllrla cu,•j or loda W<t1.

~~~~n:~~j~j;~:,;:.~~.:~;~,;::.::¡::~~~~:·;::~.~:::::: ~;~b;~~~~·~u! ;f~,~,~~:e~~:!~:~:!~L.~~~~~7,:


0

t'Áill'L.\~ Dt: ~A)I.\NUWO. 4


-98-
El mayoral y los criados entran,
Y tampoco lo encuentran.
Libre de aquel apuro,
El Ciervo se co ntaba por seguro;
Pero el llu ey más anciano
Le di ce : - Qué ¿te alegras tan temprano'?
Si el amo ll ega, lo perdi ste totlo :
Yo le ll amo Cienojos 1 por apodo;
M a~ chitón, c¡ue ya viene . -
Entra Cienojos, todo lo previene;
Á los rtlsti cos dice : - No hay consuelo :
Las colleras tiradas por el suelo,
Limpio el pesebre, pero muy de paso,
El ramaj e muy seco y mús escaso ;
Seor 2 mayoral, ¿es és te bu en gobiemo?
En esto mira al enramado cuerno
l) el triste Ciervo : grita, acuden lodos
Contra el pobre animal d e varios modos;
Y á la nísli ca usanza
Se celebró la fiesta d e matanza.
Esto quiere decü· que el amo bueno
No se debe fiar del ojo ajeno 8 •

FAI3ULA XXIIl

Los Navegantes.

Ll oraban un os tri stes pasaj eros ,


Viendo su pobre nave combatida
De rec ias olns y de vien tos fi e ros,
Ya casi sumergida;
Cuando sú bitam ente
El vie nto calma, el ciri o se se re na ,
Y la a fli g ida gente
Convierte en risa la pasada pena.
Mas el piloto es tuvo mu y sereno,
-!)9-
Tanto en la tempestad corno en bonanza¡
Pues sabe que lo malo !J que lo bueno
Eslti sujeto ti sü.bita mudan.:;a 1 •

FtÍBUL.\ XXIV

El Torrente:·y el Río.
Despeiiado un Torrente
De un encumbrado cerro 2 ,
Cara en una pei1a,
Y atro naba el r·ecinto co_11 su csll'u endo.
Seguido Oc ladrones
Un triste pasaj e ro ,
Desp reciando e l ruido,
Atr·avesó el raudal s in desaliento;
Que es comt.'ln en Jos homb res
Posefdos de l mi edo,
Para salvar la vida,
Exponerla tal vez á mayor ri esgo.
Ll ega ron los bandidos,
J>racticaron lo mcsmo 3
Que antes el cam in a nte,
Y fueron e n s u a lcance y seguimiento.
Encontró el mi se rable
De gilí á muy poco tr·echo
Un rfo caudaloso 4,
1. lt er u tlnl l'n~e lo~ rcfrnnc~; ne l•orfl 1 :J. Jlumo es \ulgar r nntlrun•lo; se
tr~hora!Jiw tut)Ortl .ru.thQrr<I;Noh«y dlrc mi1111o.

::~::f::~~:~~~r~~::~0::~t~~~~;~l•••~••tc ~i;: :~~~~ii~~~a:::~::~ai~:~~i::~u~~~~/b::


1
- 100 -
Que corría apacible y co n sil e ncio.
Con lan bu enas sc iwl cs,
Y el próspero s uceso
Del r·audal bullicioso,
Dete rmin ó vadearle s in r ecelo¡
i\l as a pena s diú un paso,
Pagó su desacuc1'do l,
Qu edando sepultado
En las alcvcs aguas s in re medio
Temamos los peligms
De designios secretos;
Que el t•uidoso apamto,
2
Si no se desvanece, ammrin el riesgo •

F.\BULA XXY

El L eón, el Lobo y la Zorra .


Trémul o y achaooso :¡
Á fuerza de años un León es taba :
ll izo ven ir los médicos a ns ioso,
Ilor ver si alf>'llllO de ell os le curaba .
])e todas las especies y regiones
Profesores ll ega ban {t millones.
Todos co noce n in curab le el duilo,
Nin gun o a l rey prop n o el desengai10;
- 10 1 -
Cada cual sus re medi os le procura.,
Como si la vej ez tu viese cura.
Un Lobo co rtesa no,
Con to no adu lador y fin torc ido,
Dij o á su so be ra no :
- 1-l e n otad o, se f• or , qu e no ha as is tid o
La Zorra, co mo médi co, al co ngreso;
Y pudie1·a espc n:u·sc buen s uceso
De su di cLam en en tan gr ave asunto. -
Quiso s u Maj es tad qu e lu ego ;d pun to
Por la pos ta vini ese :
Ll ega, sube á pa lacio ; y co mo viese
Al Lobo s u e ne mi go, yu ins tru fda
IJ c qu e él e ra e l auto r de s u ve nida ,
Que ell a excusaba caute losamente,
Jnclinánd osc a l rey 1 profund amente ,
Dij o : - Qui zá l , se1i or , no ha brá fal lad o
Quien haya mi tarda nza acriminad o;
.Mas se rá po •·qu e ign om
Que ve ng-o tic c ump lir u n vo to a h o1·a,
Que po r vu cs tm salud ten fa hec ho;
Y para mús JH'ovcc ho,
En mi viaj e lraLé gc ntcs3 de c ie n cia
So hrc vues tra dol c n chl.
Co1wi c ne n pues los grand es pro rcso rcs
li:n qu e no Lc n ~·· i s vic io e n los hum o res ;
En l¡u e sú lo los a il us ha n dcj aJ o
El calo r natura l al go a pagad o;
Pero és te se recob ra y vi,·i fi ca,
Sin ras Lidi o, sin drogas de ho ti ca,
Co n ur'l remedi o s imp le, liso y ll an o,
Que vues tra Maj st.a d Li c u e en la man o.
Á un Lobo vivo a rrá nc¡u c nl e el pell ej o;
ll ace d qu e os lo uplic¡uen al ins tant e,
Y po r más qu e es téis débil, fla co, vi ejo,
Os sentiréis m bu sto y rozaga nte,
Con a petito ta l, <¡uc s in es fu er zo,
El mi s mo Lubo os se rvirá de a lmu e rzo.
Co n vin o e l l'ey, y, e ntre e l ruror y e l hi CI'I'O,
- 102-
~ hll'i ó
el infeliz Lo iJo co mo un perro.
Asi viven y muet·en cada dia
En su gue1·rct interio1· los palaciegos 1 ,
Que con la emulación 1·abiosc' ciego,<;,
Al degüello se tü·lm tí po1·{ia.
Tomen esta lecció" muy op01·tuna :
Lleguen á la 1Wivan.:ct, c11 ltom buena:
Mas labren su /'o1'tww
Sin cimentm·la en ltt dcsgmcia ajena.
LIBRO QUINTO

I•ABULA PIWI81U

Los Ratones y el Gato.


Marramaqtti:; , gran Gato,
De nariz ro ma, pero largo olfato,·
Se metió en una casa de H<.Llo nes.
En uno de s us lóln·cgos r·in co nes
Puso su alojamiento :
Por dela nte de sf de cie nto en ciento
Les dej<Lba por gus to libre el paso,
Como hace el bebcclo1· que mir-a al vuso;
r e nsanc ha nd o asf más sus tragaderas 1 ,
Al fin los elegía como peras.
Éste fu é su ej ct•cicio r:o tidian o;
P ero tard e ú temp¡:;¡ no
Al fi n ya los Batonrs co nocían
Que por ins tantes se di s minuían.
non llocpfin ! 1 cacique el müs pl'ude nl c 3
De la rato na 1 gr nlf',
Con los suyos fo rm ü pleno co nsejo,
Y dijo así con natural despejo :
Supuesto, h C' l'nllln os, que el sang ri ento bruto
Que metidos nos tiene f'n ll a nto y luto,
ll abi ta el cuarto hajo,
- ,1 04-
Sin qu e pueda ::;ubir ni aun co n trabajo
llasta nues tra \'ivi t: nda, es ev idente
Qu e se atajará. el dailo so lam ente
Con n o bajar allá d e modo algu no.
El medio pareció wuy nporlu no :
y ru l· tan obse r vado,
Que ya 11fa1'ramaqui:;, el muy l<l imado ,
Metid o por el hambre en ca lzas pri eta s 1 ,
ni scuni ó e ntre mil ll'Cla s
La de colgarse por los pies de un pal o
Haciendo e l mu erto ! : no era el ardid malo.
P er o don Hocpdn lu ego qu e advierte
Qu e su en emi go estaba de tal suerte,
Asomando el hoc ico á s u agujero :
- ¡Hola! , ti ice;¿. qu é es eso, caball r ro?
¡.Estás mu erto de burlas, ó de veras·!
Si es lo que yo recelo, e n van o espe ra s :
Pues no nos contaremos ya scgums,
Aun sabiendo de cierto
Qu e eres, á m(ts iÍ más d e gato mu erto,
t~ato rell eno ya de pesos duros 3 •
Si alguno llcyct con astuta mcuia,
Ywut vez nos cnyWi(t 1
Es cosa muy sabida
Ouc puede, alnwws veces ,
El httil• de sus tra.:.as y dobleces
Valct'1WS nada menos que La vida.

FÁBULA ll

El Asno y el Lobo.
Un BulTO coj o vi''' qu e le segura
Un Lobo cazado r , y no pudi end o
llui1' de su en em igo, le decía :
- Amigo Lobo, yo me estoy muri end o :
Me acaban por instantes los dolores
- 105-
De este mn!Jito pi e de que coj eo :
Si yo no m e valiese d e he rradores,
No me vcria así co mo nw veo;
Y pues falkz t'n, sé ca ritativo:
S(lCame con lo s di <· ntrs (•s Le c lavo,
Muera yo s in Jolur lun t•xccs ivo,
Y có mcmc dC'spués d e ra bo ti. rab o.
- ¡Oh! dij o el cazado r co n ironía,
Contando con la presa ya en la mano,
No ·solamente sé la a nato min,
~in o que soy pe rfecto ci mj ano.
El caso es pa1·a rnf un a patamla 1;
La o peración no más qu e de un m o mt~ nto :
Ala rgu e bi e n la pala,
Y no se me acobarde, Lue n Ju mento.
Co n su cs tu ch p m o lar desenvainado
El nuevo profeso r ll ega al dolien te;
~la s éste lo cl ispa 1·a de co ntado
Una coz que le deja si u un diente.
Escapa el cojo; pero el tr iste he ri do
Ll omndo se quedó s u desventura .
<< ¡Ay infeliz de mf! bien merrciclo

El pago ten go de mi gra n loc ura .


Yo sie mpre m r ll evé el mejor bocado
En mi otleio de Lobo cam iccro ¡
Pues si pude Yiv ir tan rcgaltH.lo,
Á e¡ u (· meterme a hora ú curand e ro!!? ll
Hablemos en m:<.in. : no tiene juicio
Quien clc.ftt cltn•opio poi' ajeno oficio .

FABULA lil

El Asno y e l Cab a llo.


Iban, mas no sé á dónde cier tam ente,
~n Caba ll o y un ..-\ su o juntame nte:
Este ca1·gado, pe ro aqué l s in cu rga.
El grave peso, la carrem lal'ga,
- !OG -
Causaron al Bol'L'i co tal fati ga,
Que la necesidad mi s ma lo obliga
Á dar en tierra.- Ami go com pail Cl'O,
No puedo mús, de da; yo me mu ero :
He partamos la carga, y será poca;
Si no, se me va el a lm a por la boca.
Dice el Oll'D: - Hcv icnta en ho ra buemt;
¿Por eso he de su fr·ir la ca rga ajena?
Gran bestias ré yo, si ta l hi ciere .
l\Uren, y ¡qué Borri co se me muere !
Tan justamente se quejó el Jum ento ,
Que exp iró 1 e l infcli1. e n e l momento.
El Ca.IJallo conoce su pecado,
Pues tu\'O que ll eva r mal de su grad o
~os fard os y aparejos todo junto;
ILcm m;ís, e l pellejo del difunto.
Juan, alivie' en sus pcna.s al vecino;
Y él, cuando tú las ten.gas, detc ayuda.
Si no lo li<Lcl!is asi, tcmecl sin. duda
Que ~crtiis el Caballo y el Pollino.
- - - --

l'ÁlllJ LA JV

E l L abrador y la Provid encia.


Un labrador cansado
En el o.u·dicn te csUo t
-107-
Debaj o de una enr ina
He posa ba pacffico y h'Clllt¡uilo.
Desdo su dulce es tan cia
~ l ira ha agradecido
El bien co n que la tierra
Prcm iabn s us penosos eje rc icios 1•
Entre m il pmduccioncs,
!l ijas de su cu lti vo,
Vera ca lubazas,
i\l elones por los s uf' los espa rcidos.
- 1c ¿ Por qué la Providencia ,
J)ecfa en tre sf mismo,
Puso a la I'Ui n he!l ota
En elevado pr·ecmincnte sitio"?
¿C uánto mejor S<'J'fa,
Qu e LI'Ocando cJ destino,
Pen di ese n de las ram<JS
Calabazas, melon es y pepinos?))
Bien opo¡·tun;:unentc,
Al ti emp o que esto dijo,
Cayendo una be ll ota,
Le p egó en las nal'i ccs de im pt•oviso.
- u Pardiez, prorrumpió en tonces
El Labrado r senci ll o,
Si lo que fu é bellota,
Al gú n go ,·do melón hubi e r·a s id o,
Ucsclc lu ego pudiera
Tom a r á bue n pal'tido,
En caso semejante
Quedar desna ri gado, pero vivo.
Agui lct Providencia
Manifestarle quiso
Que supo d cada cosa
Seii.ttlar sabiamente su destino .
.ri mayor :! bien del homb1'e
Todo esta 1·epartido;
Preso el pe:: en su conclut 3 ,
Y libre por el aü·e el pajarillo.
-108-

FÁBULA V

El Asno vestido de León t.

Un Asno disfrazado
Con un a grand e pie \ 2 d e León nndaba;
Pol' su temib le aspecto casi estaba
Desierto el bosque, solitario el prado .
Pero qui so el destino,
Que le li gase á ver desde el molin o
L;t punta de un a oreja el mol in ero.
Armado entonces d e un ga n ·ote fi ero,
Dale de palos, ll éva la á su casa ;
Di vú lgn.se al con lomo 3 lo r¡n P. pasa;
Ll egan todos á ver e n el in s ta n le
Al que ha h,an te mid o Leó n re in ante;
Y hacic ntl o mofa de s u idea necia,
Quien mils le res petó, más le desp recia.
Desde que oi del Asno cantal' esto,
Dos ocltnvos apue:;lo,
i es que J'ed1'0 FcJ'IUinde:. ' no $C deja
De amúu· con el dis(ra:. de caballero,
A vucltlLS del vestido y el sombrero :; ,
· Que le han de t•ct la puntn ele la oreja.
- 109-

FÁBULA VI

La Gallina de los Huevos de oro.


Érase 1 una Callina que pon fa
Un hu evo d e oro al du ci1 o cada dfa .
Aun co n tanta ganancia mal co ntento,
Quiso cll'i co ava ri ento
Desc ubr·i L' de una vez la min a de oro,
Y ha llar en me nos tiempo más tesoro.
¡\l a tóla, abrióla:! el vi entre de contado;
Pero después de habcda rcgist r·ado,
¿Qué s uced ió ? que muerta la Ga ll ina,
Perdi ó su hu evo de O I'O y no halló min a.
¡ Cwintos hay que teniendo lo bc,slante,
Em·iquccersc quic1·en al instante,
Abm:.ando lJroycctos,
A veces de tcm rcipidos efectos,
Que sólo en pocos meses,
Cuando se contemplaba11 ya mm·quescs,
Contando sus miLlones,
Se vieron en lct calle sin ca.l:.oncs a !
- l!O-

FÁBULA \'U

Los Cangrejos.
Los müs autol'ilados, los más viejos
])e todos los Cangrejo~,
Una gran asamblea celebraron.
Entre los graves puntos qu e trataron,
f.._ propuesta. de un docto presiden te,
Como resolu ción la más urgente,
Tomaron la que sigue : - pues que a l mundo
Estamos dando ejemplo sin segundo
E l más vil y grosero
En andar hacia ;lli'ÚS como el soguero 1 ;
Siendo cierto tambi én qu e los a ncianos,
Dm·os de pies y manos,
Causándonos los años pesadumbre ,
No podemos vencer nu es tra coStumbre :
Toda madre, desde este mi s mo instante,
Ha ele enseñar á andar hacia adelante
Á sus hijos; y dure la ense ñanza
ll asla quilar del mundo tal usanza.
- Garras á la ob ra ', dicen las macstms
Que se crefan diestras " :
Y sin dejar nin guno,
Ordenan á sus hijos uno (1 uno
Que muevan sus palitas blandamente
Hacia adelante sucesivamente.
- 111 -

1las ito ú paso, a l modo que podían,


Ell os obed ec ían ;
Pero, al ver á sus madres, qu e mar cha ban
Al r e\'és de lo que ellas enseñaban ,
Ol vidand o Jos nu C\'OS docum e ntos 1,
I mitaban sus pasos más co ntentos.
RcpeLfan las madi'CS sus l ecciones ;
~l as no basLaban teó ri cas razones,
Porque obraba en los j óve nes Can gr ejos
Sólo un eje m plo más que mil co nsej os.
Cada maestra.:! se a fli ¡.:;c y desco nsu e la ,
No pudi edo hace r prác ti ca su escu ela .
De modo qu e en e recto
AUandona i'O n todas r l proye cto.
!.os magis trados sab Pn el su ceso,
Y en su pleno co ngreso
La nticva ley a l punto derogaron ,
Po r<¡uc se aseguraron
De que en van o intentaban la refo rma,
Cuand o ell os n o sa bía n se r la n orma .
Y es asi, que la {uc1':.a de las leyes
Suele ser el ejemplo ele los 1·eyes.

FABULA Vlll
Las Ranas sedientas.
Dos Hanas qu e vivfa n junlam cnle,
En uu vera no a rdi e nte
~e quedaron en seco r n su laguna:
Sa ltand o aqu f y a llí, ll egó la una
.\..la orill a de un pozo .
Ll e na e nlo nce!:i de gozo,
Gritó it su co m pai1 cra :
- Ven y sa lla liger a.
Ll egó, y es ta ndo e ntra mbas á la orilla ,
No ta ndo co mo gra nde maravilla
Entre los agos tados 3 j un cos y heno
- 112-
EI rresco pozo casi de agua ll eno,
P¡•orrumpió la prim ero : - ¡,,\qué es pC' I'<un os,
Que no nos a l'l'oja mos
Al agua que apaciblr nos co nvida?
La seg unJa res pond e : - ln ad\•ertida ,
Yo te ngo igual d eseo ;
Pe ro pi enso y pn·vco
Qu e, aunque es fi1cil al pozo nu estra e ntrad a,
J.a. agua 1 , co n los ca lor es ex hal ada,
~egún vaya raltauúo,
Xos iL'<i dulcemente sepultando;
Y al ti e mpo que salir !->o li citc mos,
En la E~Li g ia laguna no s veremos.
Por consu ltar al uusto solamente,
Entra en la nctSa cl7Je::. i ncautamente;
Bl pfijaro sencillo en la 1·etl queda;
¡ Y en que ln:.os el ltom.ln·e no se em·etla!

FA~BULA JX

El Cuervo y el Zorro.
En la rama de un ár bol,
Bien urano y conten to,
Con un qursó en el pico
Estab\.1 el srf1or Cuervo.
Ocl olor atraft.!o
Un Zorro muy maestro,
Le dijo es tas pnlabras
- 1 13 -
Á poco m<'ts ó menos :
- Ten ga uste d bu nos dfas 1,
Sei1or Cuervo, mi dueil o :
¡Vaya! que cstú is donoso,
.\l ono, lindo en t•xlrc m o.
Yo no gasto li sonjas,
Y di go lo que sie nto,
Que si Ct Lu bella 1mza
CorrC'spondc el go t'j co,
Juro á la diosa Cct·rs,
~icndo tes ti go el cic lo,
Uu c tú sc ¡•;'ts el fén ix ~
De sus vastos impe ri os.
Al ofr un discut·so
Tan dulce y ha lag:ncilO,
nr vanidad ll evado
Quiso cantar e l Cuervo.
Abrió su n egro pic. o,
Dej ú cae r e l qu eso .
El muy astuto Zoi'I'O,
Des pu (·s de habe rl o presu J,
Le dijo : - Sc i1 or bobo,
Pu es sin o li'O a lim e nto
Qu ed:.ii s con alabanzas
Tan hin c had o y r e pl e to,
Di gC' r id las li so njas,
Mi en tras digie r o el queso .
Quien oye aduladorc,r;;,
NunclL CSJJCre otro p1'cmio.

FÁ BULA X
U n Cojo y un Picarón 4,
1\ un bue n Cojo un desco l'tés
Ins u ltó atl'evi(lamente:
-if!t-
Oyólo paci entemente
Continuando su carrera,
Cuando al so n de la coj era
Dijo e l otro : Una, dos, L1'es,
Cojo cs .
Oyó lo el Cojo; aqu! fuó 1
Dond e el buen hombre perdió
Los es tribos, pues le dió
Ta ntu cóle ra y la \ ira,
Que la mul eta le Li1·a,
Quedándose, ya se ve,
Sobre un pie .
- Sólo el no poder cor rer
Para darte el esca rmi ento ,
Dijo r l Cojo, es lo que sien to,
Que es te ma l no me ;.üormenta :
Porque ltl hombre sólo afrenta,
Lo que supo nw·ccer,
Pltd CCC1' .

FÁBULA XI

El Carretero y Hércules.
En un ato ll adero
El ca rro se a Lascó de Juan Rega iJa ' ;
Él á nada se mu eve ni se amaña,
- 1 15 -
Pero jura muy bi en : ¡ g t'an ca n·elero!
Á ll ércules invocó y r l dios le dice :
-A li gera In carga, ceja un tanto;
Quita ahora ese can lo;
¿Está?- Sf, le res ponde, ya lo hi ce .
- Pvcs en a rbola el láti go, y co n eso
Puedes ya ca min a r. - De esta ma nera,
Arreando ú la l\l ohin a y la Roncera,
Sali ó Jua n co n su cano del suceso 1 •
Si haces lo que estuviere de tu pa1'te,
J>ide al ciel o (aoo1· : ha de ayudw·tc 2 •

FÁBULA X II

La Zorra y e l Chivo.
Una Zorra cuzaba;
Y al segu ir á un gazapo,
Entre aquí se esca1 ull e, allí lo atrapo,
En un pozo cayó que al paso estaba.
Cuando m ás la afli gía su tl'istc7.a,
Por n o ha llar In infeli z salida aJguna ,
fi ó asomarse a l brocal por su fortuna
Del Chi vo padre la gentil cabeza.
-¡, Qué tal ? dijo el barbón,¿ la agua 3 es salada?
- Es tan dul ce, Lan fresca y deli ciosa,
Respondió Ja Raposa,
Que en el tal pozo estoy como encantada.
3. La ayua. Véa~e ht u ~;~la 1, ¡nig. 11:!.
- 116 -
AI agua e l Chi \'O se ar rojó sedi ento :
Mon la sobre él la Zor1;a, de manera
Que, haciendo de sus cuern os escalem,
Pilla el brocal y sale en el mo mento.
Quedó el pob re ato ll ado¡ cosa dura!
¿ lllas quién podrli ti la Zorra dar castigo
Cuando el hombre, aun d costa ele su amigo,
Del pclifJ1'0 mayor salir procura?

FÁBULA Xlll

El Lobo, la Zorra y el Mono juez.

Un Lobo se quejó- c rim ina lm en te


De r¡u e una Zorra astuta le robase.
El Mono j uez, como ell a lo negase,
Dcjólos alega r pro lijamentc .
Enterado, pro nun cia la sen te ncia:
-No co nsta que Le ralle nada, Lobo;
Y tú , lla posa, tú ti enes el robo: -
Dij o, y los desp id ió de su presen cia.
Esta con tradicción es cosa bue na,
La dijo el doc to J\l ono co n ma li cia.
Al pc1·verso su fama le condena ,
Atm cuanda alguna vez pida jtlsticia.
- Jl 7 -

FÁBULA XIV

Los dos Gallos.


ll abientlo {t s u ri val ve ncido un Gall o,
Qued ó entre su s gallin as vi ctori oso,
Más grave, más pomposo
1
Qu e el mi smo f:ran Sult;.í n en su se rmllo •
Desd e un alto pregona vocing lero
Su gran hazaim : el gav il án lo advierte,
Le pilla, le a !Te bata y por su muerte,
Quedó el rival sc iJ OI' del gallin ero.
Consuele al abatido tal mudanza :
Si1"Va también ele ejemplo 2 ci los mDJ·talC$
Que se ju:yan e.ventos ele los males,
Ctlando se ven. en p1·6spcm bonan:a.

FÁBULA XV

L a Mona y la Zorra.
En visita un a Mona
Co n un a Zo!Ta esln.ba cierto dfa,
Y as f ni mús ni meno s la 3 decfa. :
- P or mi fe qu e tenéis bell a persona"-,
Ga ll ardo tall e, ca ra place ntera,
Airosa en el anda r , como vos so la :
l .Serral/Q, IUf'llt en ¡¡ue los musul·¡l11mbit11 n ej~plo ... elc.,ron lucnal
wane• e ncil'rrun ~ r.111 nmJ<'ret. S!~Ó'f. : qnl'da de~lruido el •·erso.
11
:~~~~~ muchas \Pe:
edlclonn 110 pr~~J2~~~::;,:;;:e~~~~:~~~~~·~~:rv;b=~a
Sín·a
- ii8-
Y :í no se r tan disfol'me vuestra co la,
Ser!ais e n lo herm oso la primera.
Escuchad un co nsejo,
Que ha de ser á Jns dos muy importante :
Yo os la he de rOI'lU I', y lo restante
Me lo acomodaré po1· zagalejo 1.
Abrenuncio 2 , la Zorra le responde :
Es cosa para mf menos amarga
Bal'rer el suelo co n mi co la larga,
Que Yel'ia por pa1ia l bien sé yo donde.
JloJ' ingenioso que el necesitado
Sea para pedir al avm·icnto,
.nste sc1·á de supe1'iOI' tCLlcnto
Pam 1tcgcwse cí dar ele lo sobraclo.

FÁBULA XVI

La Gata mujer 3,
Zapaquilda la bella
Era Gala doncella
Muy l'ecatada, no menos hermosa :
Quel'fala su duc1io po1' esposa
Si Ve nu s cons inti ese,
Y en mujer á In. t: ata com•irLi ese.
De agradable manera
Vino en ello la dio&1. placentera;
Y ved á Zapaquilda en un instante
Uecha moza gallarda, rozagante.
Cclébrase la boda;
Estaba ya Ja sala nu pcial toda
De un lu cido co n curso coro nada;
La novia relamida, almidonada
Jun to al novio galán enamorado;
Todo bri ll antemente preparado;
Cuando quiso la diosa
Que ce r ca de la es posa
- 1[9 -
Pasase un ratoncillo de repe nte .
. -\1 punto qu e le ve, vi olenta mente,
,.\ pesar del concur!'IO y de su amante,
Salta, corre tras él, y éc hal c el guante.
Aunque clel valle humilde á la ctlt" cmnbre
Inconstante nos mude lct llo1·tuna,
La propensión del natural t:s W 1."
En todo estado, y más con la costumbre 1•

I' ÁilULA X\'11

La Leona y el Oso.
Dcnll·o de un hosque obsc um y silencioso,
Co n un rugir co utinu o y es pa ntoso,
Que e n medio de la noc he reso naba,
Una Leona ú las ri eras inqui etaba.
Díce la 11 un Oso : - Escúcliame una cosa :
¿_ Qué tragedi a ho rrorosa ,
O qué sangr ienta guerra ,
Qué rayos, ó c¡ué plagas á la ti erra
Anun cia tu clam or desesperado
En el nombre de Júpiter airado?
- ¡Ah 1 mayo r ca usa ti enen mi s rugidos.
)'o , la más infeliz ele los nacidos,
¿ Cómo no mol'iré deses perada
Si me han robado el hij o~ ¡ ay desdi chada!
- 120 -
- ¡ ll ola ! ¿ co nqu r eso es Lodo?
Pues si se lam entasen de ese modo
Las madres de los muchos qu e devoms ,
Bu ena músi ca hubiera á todas hor as.
¡ \'aya! ¡ vaya! co nsu(·latc como ellas,
No nos q uite n el sucflo tu s querellas.
i desdichas y males
Vivimos condenados los mortales.
A cadet cual no obstante le parece,
Que de esta ley una cxcepciól11nCI'CCC .
. .-\ si nos conformam os con la pena,
No cuando es lJ1'0lJÚt, si cuando es ajena, 1•

FÁBU LA XVIII

El Lobo y e l P erro :flaco.


Dis tante de la a ldea
I ba cazando un Pen o
Flaco, qu e parecía
Un and ante esq uele to.
Cuando me nos lo pi ensa.
Un Lobo le hizo preso.
Aquf de s us clam ores,
De sus llanlos y ruegos.
- Dec id me, se 1io r Lobo,
¡. Qu é que ré is de mi c- uerpo ,
Si no ti ene o lru cosa
Que hu esos y pe ll ej o'?
Dentro tlc qu in ce días
Casa á su hija mi du e ño
Y ha de bnbe1· pU l'a lodos
Arroz y gall o muerlo 2. ·
Dejad me 3 ahora libre,
Qu e, pasado es lc li empo,
Podro.í.s co merm e á. gu slo,
Lu cio, go rd o y r ell eno. -
- 12 1 -
Qu eda1'o n co nve nidos ,
"'apenas se cumpli ero n
Los di as se •i a l ;u.l o~.
El Lobo buscó al Pcn·o.
Es túba sc en s u rasa
1

Con otro co mpa iJC ro,


Lla mado l la ta lobos 2 ,
Maslfn de Jos más fi eros :
a len ú recibid e
Al punto que le vi e ron;
Matalobos baj aba
Con co rbatín de hi e rro.
No era e l Lobo pe rso na
De tantos cu mplimi e ntos,
Y as f por uo gas tul'l os,
Ced ió de s u lle l'echo.
lt ufa, y le ll a m aba n ;
~l as 61 iba di ciend o
Co n el mb o e nLI'C pi ern as :
Pies, ¿, para qu é os qui crot
/lasta los 11 ilios saben
Que es de mayor ap1·ecio
Un plij ar o en la mano,
pue po¡· el ai1·e ciento a.
- - - -- - -

FABU LA XIX

L a Ovej a y e l Ciervo.
Un celemín 4 de tri go
P idió á la Ovej a e l Cie rvo, y la tl cc fa :
-Si es qu e us ted de mi paga desco nfía,
.\. presc ntal· me obli go
Un fiad o1· desde lu ego,
Que no da rá luga r á tc ne l' qu eja .
-¿.Y q ui én es és te? pl'cgunló la Ü\'Cj a.
- Es un lobo a bonado, ll;mo y lego .
- 122-
- ¡ Un lobo! ya; mas hallo un embarn1.0 :
Si no tenéis más fin cas que él sus dientes,
Y tú los pies para escapa r vt~ li c nLes ,
¿A quién acudiré cumpl ido el plazo·?
Si, quit!n e.~ el que pide y sus fiadores,
Antes de dar p1·estado se examina,
Será menor, sin otra medicina,
La peste de los maLos pagadores.

FÁBULA XX

La A l forja.
En un a Alforja al hombro
Ll evo los vic ios;
Los ajenos delante,
Detrás los mios.
Esto hacen todos;
Asf ve n los aje n os,
Mas no los prop ios.

FÁBULA XXI
El Asno infeliz.
Yo conocl un Jumento 1

Que murió muy co ntento,


I.Jumelllo.\'¡lascl:anot:al.\l:"oi!.OG·
- 12 3 -
Por cree r (y no iba fu era de camino)
Que asf cesaba su fatal des tin o .
Pero la advcl':;a suerte,
Aun después d e s u mu erte,
Le per siguió : dispusu que a l difunto
Le arr·ancasen el cu ero t lu ego a l punto
Para hacer tambo ril es
Y que en los r egocij os pas toril es
Ba ilasen las zaga las en el pmdo
Al son d e s u pell ejo vaquctcado.
Quien por su mala estt·ellu es infcl'ice,
Atm muerto lo sercí : FEDHO lo dice .

FÁBULA XXII

El J abalí y la Zorra.
Sus hot·r•iblcs culm illos aguzaba
Un Jabalí e n el tro nco de una encin a .
La Zorra , que vecina
Del an im al ce•·doso se miraba,
Le di ce : - Extrañ o el verte,
Siendo tú en paz se ñot· de la beUota.,
Cuando ningún contrari o Le alborota,
Qu e tus armas afiles d e esa su et•Le.
La fi era le •·esponde : - Tengo oído
Que en la paz se prepara el buen gue1Tero,
Asf co mo en la calma el marin ero,
Y que vale po1· do s el pnvcn.illo 2 •
l. f"11ert~. !'1~0,.: l'cll(jo, piel.
-!. Tamblfn ha)' olro rcfr.in ti Uf' tllrc : llom!,r-c oputiltifio, medio comb6Udo
- 124,-

FÁBULA XXIll

E l Perro y el Cocodrilo.
Be bi e nd o un }>e r ro en el Ni lo,
Al mi s mo ti e mp o co rría.
- Be be qu ie to, le d ec ía
Un taimad o Cocodril o.
Díj ole e l Pe l'l'o prud e nte :
- Da üoso es be be r y a ndar,
J~ e r o ¿.es san o e l agua rd a r
A q u ~ me c laves e l di e nte?
Oh ¡ quti docto Perro t'iejo!
Yo venero su sentir
En esto de no se[J ttir
Del enemigo el co nsejo.

liÁHULA XXIV
La Comadreja y lo s R atones.
Dé bil y fl aca c ierta Co ma dreja,
No pudi e ndo ya m ás de puro 1 vi ej a,
Ni cazaba , ni hac ía provis ion es
De a bundantes Halon es,
Como e n ti e mp os pasados,
Qu e e leg ía los ti ern os r cg~Llad os
Jla1·a cu bri r s u mesa.
ólo de ta rd e e n ta rd e hacia presa
En ta l cu a l, qu e pasaba mu y ce rca no,
Gotoso, pa ra lrti co 6 a nc ia n o.
1 . /~prtro, 111. arl\,ylllrubltln d ¡¡uro.
- 125 -
Obligada del hambre cie rt o día,
Urdió e l modo mejor co n que sald rfa
De m¡uella pobre s ituació n ha mbri enta 1 ,
Pu es la necesidad todo lo inventa 2 •
Esta vieja taimada
Métese entre la harina amo ntonada.
Alerta y co n cnutcla,
Cual sue le en la gar ita el ce ntin ela,
Espf'l'a ansiosa su feli z momento
PHI'il la ejecución del pr nsamiento.
Ll ega el Baló n s in conocer su ruina,
Y mete el hociqu ill o entre la harin a .
Entonces e lla le ec ha de repente
La ga rra al cue ll o y al hoc ico el Uiente.
Con es te nu evo a rdid tan o portuno
Se los iha t'm hu chand o de un o en un o;
Y (L mCJ'CCd de discurso tan ex trai• o
L o~l'ó sat.:a r s u tl'ipa tic mal ai1o.
1:-'s w1 {cli:. ingenio inlercsm1te :
Él nos ayuda, si el pocleJ· nos deja;
Y al ver lo que pasú á la Comadreja,
¿ Ouit!n no aau:m·á el suyo en adel ante?

El Lobo y e l Perro.
En bus('a do a lilll ento
ILa un Lobo mu y flaco y lllU) hambriento.
-126-
Encontró co n un Perro tan ¡•e ll en o,
Tan lu cio, sano y bueno ,
Que le dijo:- Yo extmño
Qu e es tés tl e tan bu en afio,
Corno se deja ve r por tu se mblante ;
Cuando á mr, más pujante,
Más osado y sagaz, mi tri ste suerte
!\l e ti ene hec ho ,. •trato de la muerte.
El Pe rro respondió : :....-- Sin duda alguna
Logra ¡'{ls, s i tú quieres, mi fortun a .
Deja el bosque y el prado,
Helírate á pob lado;
Se rvi¡•fts d e J)OI'Le r o
Á un rico CRba\l cro,
Sin otro afán ni mt'ts ocupac iones
Que d efend er la casa d e ladrones.
- Acepto desde luego tu partido
Que para mu cho más estoy curtido.
Asf me librarl' de la fa ti ga,
Á que el hamb1·e me obli ga,
De a ndar pol' montes sendereando peitas,
Trepautlo riscos y rompi en do breiHlS,
Sufri endo d e los ti em pos los ri go res,
Lluvias, ni eves, esc<U'chas y calores. -
Á paso dili ge nte
Marchaban juntos a mi gab lemente,
Tratando \'arios puntos de con fianza
Per tenec ientes á ll c nal' la panza t.
E:n esto e l Lobo po 1' algún r ece lo,
Que co'm enzó á turbarl e su co n suel o,
Mirando a l Perro dijo : - ll e r eparado 2
Que tien es el pescu ezo algo p elad o.
Dfme , ¿qué es eso? - Nada.
-Dímelo por tu vida , camarada. -
No es más que la sei1al de la cadena ;
Pero no me da pena,
Pues, aunque por inqui eto,
Á ella estoy suje to,
Me sueltan cuand o co m en mis se ilores.
Recí ben me á s us pi es de mil amores :
-127-
Ya me tiran el pan, ya la tajada,
~ 5 ~~~~ ~<~t1c~~a;:~~~ les desagrada :
Aqu él un hu eso poco descarnado;
Y aun un glotó n que Lodo se lo traga,
¡;_lo menos me hala ga,
Pasánd ome lo mano por e l lomo ;
Yo meneo la co la, call o y como.
-Todo eso es bueno, yo te lo confieso;
Pero por 11 n y ()OS lre tú es tás preso,
Jam<ÍS sales de casa,
No puedes ver lo que en el pueblo pasa.
¿ Es asf? pues, amigo,
La amada lib cl'k'ld c¡uc yo consigo,
No he de trocada de m anera alguna
Por tu abundante y próspe ra fortuna.
Marcha, maL"cha (t vivir enca rcelado;
No sercts envidi ado
De qui en pasea el campo libre mente,
Aunque tú comas tan glotonamente,
Pan, tajadas y hu esos, porque al cabo
No hay bocado en sa:;ón para ttn esclavo 1 •

l . 1\ l'ru¡!rde~l' l'l r<·frin t¡nl' llice : Jllist·a/e romer !/1"1111111 y 11brojo q11e traer
ru¡¡irolttll dQjn
LIBRO SEXTO

1' 11ÚLOGO

FÁBULA PRl~lERA

El Pastor y el Filósofo.
De los confusos pueblos apartado,
Un anciano Pastor vivió en su choza,
En el feliz estado en que se go.za,
Existir ni envidioso, ni envidiado 1 •
No turbó co n t·uidados la riqueza
A su tranquila vida 2;
Ni la extremada mrser a pobreza
Fu é del dichoso anc iano conoc ida.
Empleado en su labor gustosamente
Envejeci(J : sus ca n as , su exper iencia
Y su virtud le hi ciero n finalm ente
n cspc tabl e varón, homb re de cie ncia.
Voló su gra nlle !';.un a por el mundo,
Y ll evado de nu eva tan cxL!'afla,
A.ccrcllse un Filósofo profundo
Á la humilde cabai1a,
Y pregunltí a l Pastor: - Dímc, ¿en qué escuela
Te hi ciste sabio ? ¿Acaso Le ocupaste

t. ~·r:•)' l.ul~ th' L.t•ún h:.,•lkho.


- 129-
Lnrgas no c hrs IP ye ndo cí la ca nd ela·?

1: -~~~~~~~: ~~~~/~)ll~~l ~~~~~:~,;,~,~~~~~~~~~?


~ g"¡:~:~~~~:~~::~~~r:;::~·!'f,··~~\~~:!.~~~~
·?
Por ignorados pucblos y co nfusos,
Observando costumbres, leyes y usos?
-Ni las letras seguí, ni como Ulises
( ll umiltlcmente J'espo ndió e l anciano)
Di scul'l'f por in cógnitos pafscs.
S6 que el géne ro humano,
En la escue la d e l mund o lin so nj cro,
Se in s tru ye e n c l 2 doblez y e n la patrai1a;
Con la ciencia que engalla
¡, Quil'n podní harN·se sab io vcl'dadcro?
Lo po co c¡uc yo sú me lo ha enscimdo
Naturah·za e n l';iciles lí'ccio ncs:
Un od io firm e al vicio me ha inspirado;
Ejemplos de vil'tud da á mis acciones.
1\ pl'f'IHií de la abeja lo industrioso,
~·de la ho¡·miga, c¡uc en guardar se afana,
A pensar en el dfa de mailana;
Mi maslfn, e l hrrmoso,
Y fiel sin semejante,
De grat itud y lealtad cons tante
Es rl mejor modelo,
Y, si nc ierlo á copial'le, me consue lo.
Si mi nup c ial :¡ amo¡· lecciones toma,
l ~as encuentra en la cán tlida paloma.
La gallin tl á su s pollos abrigund o
Con s us piadosns nlas co mo madre,
Y las se nc illas aves aun volando,
Me prrstan ¡·rglas pal'a ser buen padre.
Sabia nutural rza, mi maesLl'n,
L o mrtlo y lo t•idículo me muestra
Par·a hact- ,·melo od ioso.
Jamás hablo á las ge ntes

P,{Ul,'l...\!1 DI! ¡;M>I.\Sif.GO.


-130-
Con aire S''a.ve, tono jactanci oso ;
Pues saben los prudentes
Que, lejos de ser sabi o, el r¡ue asi ha bl e
SCI'<Í. un b'Uho solemne, dC'sprrciable.
Un hab lar moderado,
Un silencio oportuno
En mis co nversac iones he guardad o :
El hablador molesto é impo rtuno
Es di gno de desprecio.
Quien escuche ú la Urraca, se rá un nec io.
Á los que usan la fu erza y e l enga i1 o
Para. el aj eno U.ai1o,
) ' usurpan [¡ los otros s u de i'Ccho,
Los debe aborrecer un no ble pec ho.
Únanse co n los lobos en la caz:l,
Con milan os y hal co nes,
Con la maldita sr rp en lin a raza,
Caterva de camrvoros ladrones.
~l as¿ qul· dije? Los hombres tan malvados
Ni aun merece n tener estos aliados.
No hay dalio ni animal t.a.n pelig1'0SO
Como el usu r pador y el e nvi dioso .
P or último e n el li bro interminable
De la naturaleza yo medito :
En todo lo c reado es ad mirabl e :
Del ente más senci ll o y pcqueilito
Una co ntemplac ión profunda alcanza
Los m {ls preciosos frutos de ense i1 anza.
- Tu virtud acredita, buen anciano,
(El Filósofo exclama )
Tu ciencia ve rd adera y justa fama.
Vi erte el g6 nel'o human o
En s us libros y escue las sus e rmres :
En precep to s mejores
Nos da natural ci.'a su doctrina.
Asi quien sus verdades examina
Con la meditación y ht c.1:periencia,
Llcgard <i conocer virtwl y ciencia.
- ¡ :¡ ¡ -

FABULA ll

El Hombre y la Fantasma.
Un Joven licencioso
Se ha ll aba en un estado vcrgonzo!'io
Con sus ma les secretos L'etiratlo :
En solcdatl, doliente, exasperado,
Cavi la, ll ora, ca nta, jura, reza, .
Co n10 qui e n ha pcrdiJo la cabeza.
- ¡. Tr falta la salud·! Pues, caball ero,
De todo tu din e ro,.
Nob lr7.a, juven tu d y podc rro
Súbe te 1 qu e me rfo:
T•·ata de •·ccobral'ia, pues perdid a,
¿.De qué si rven lns bicocs de La vida?-
Todo esto una Fantasma 2 le previno,
Y a l instante se fué co mo se vino.
El enfe rm o se ('U ida, se repone,
Un nuevo plan de vida se propone.
En efecto se casa;
Cércan le los cuid¡¡dos de la casa,
Que se van aumenla nd o de hora en hora.
La mujer (Dios nos libre), gastadora,
Aun mucho más que rica,
Los hijos y las deudas multipli ca;
De modo que e l mal'id o,
Mús que nun ca abul'rido,
Se puso so bre un pie de cronomía,
Quc 1 estr ec h{tndnln más de día e n día,
Al fi n se c nl'iqucc ió con o pul e n c ia.
l.a Fantas nm le dice : - En m i co n c itlncia
Qn e Le veo ;tHHu·i l\ o romo C' l o t·o :
Ti C' nl's Lu rol'azón en e l teso ro 3 :
~lil' as so bre tu pt~¡; lt o acongojado
El puf! a l del ladnh1 enal'holado ~;
- 132 -
Las noches pasas en mortal desvelo,
Y¿ así, quieres vivir? .. ¡ c¡ué desconsuelo! -
El hombre, como caso milagroso,
Se transl'ot·mú Oc a\·aro en ambicioso.
Llegó dc nll'O de poco á la privanza:
¡ El seiiO I' don Dinero qué no alcanza 1 !
La Fantasma le muesl1'a claramente
Un falso confidente,
Cien traidores am igos,
Que quieren ~cr aulu1·es y testigos
De su · pronta carJa.
Hesué lvcse á dejar aque lla vida,
Y ya JcscngaiJado,
En los campos se mira retil'ado.
Busca ba los plácercs in ocentes
En las flores y frulas Jifc rcn les.
¿ Quiel'fm ustedes creer (esto me pasma)
Que aun allf le persigue la Fantasma?
- Los insectos, los hielos y los vientos,
Todos los clcmcnlos
Y las plagas de todas estaciones
Han de se r en el campo tus ladrones.
¿ Pu es adónde irá el pobre caball ero? .. ,
Digo que es un solemne nutjadcro
Todo aquel que pretende
\fivi1· en este mundo sin su duende.

FÁBULA lli

El Jabalí y e l Carnero.
De la rama de un árbol un Carnero
Dego llad o pcndfa;
En él á sangr e frfa
Cot'laba e l remangado cal'Oicero.
El rebtuio in ocente,
Qu e el trúgi co espectáculo mi raba,
De miedo ni pacfa, ni balaba.
-133-
Un Ja.ba1í gritó : - CO'harlle ge nte,
Que mirüi s la Ct~rnfvonl matanza 1,
¡.Cómo no os vengáis del enem igo·?
- Tcndr{l (di jo un Curnei'O) su castigo;
Mas n o de n uestra parte la venganza.
La piel, que an·anl'a co n sus propias manos,
Sirve para los pleitos y la b'llHru,
Las dos mayores plagas <.le la tierra,
Que afligen á los miseros humanos.
Apenas nos desuellan, se destina
Para hacer pergaminos 2 y tambo res :
Jltim cónw los hombres malltcchores
Lab1·an en su maldad su 1Jl'Dpia 1·ui1w.

I'Á BULA IV

El R aposo, la Mujer y el Gallo.


Con las orejas gac has
Y la co la en LI'C piernas,
Se llevaba un naposo
Uu t:allo de la aldea.
Muchas gracias al alba,
Que pudo ver la fiesta,
Al salir de su casa,
Juana la macll'uguera 3.
Como una loca gr ita:
-Vec inos, que le lleva;
Qu e es e l m ro, vecinos.
Oye el Gallo las quejas,
Y le dice al llaposo :
-Dile que no nos mienta,
Que soy tuyo y muy tuyo.
Volviendo la cabeza
Le r esponde el Haposo :
- ¿Oyes, g1·an embuste ra?
-IJ't, -

No es tuyo, s in o mfo;
1t 1 mismo lo confi esa.
~li c nLI·as t•sto decía ,
El Callo libre vuela,
Y e n la co pa tl e un á1·bo l
Canta que se h1 s pe la.
El llaposo bul'iado
1-lu yó ¡ qui é n lo c reye ra!
Yo, pues , ci más de cuatro
Muy .::o1'ros en sus tretas ,
Jlor habla1' á destiempo,
L os v·i 7JC1·clc1·1a, ptcsrt.

li'JÍHULA V

El Filósofo y e l Rústico.
Ln. del alha scrfa
Lu. hora en e¡ u o un Fil óso fo salía
Á m editar ni campo so li tario,
En lo he rm oso y lo vari o
Qu e á la lu z d E' la aurora nos e nsc ila
Naturaleza, entonces mú s r isuC'im.
llislmfdo, sin senda caminaba,
Cuando llegó á un co i'Lij o, dond e cslaha
Con un martill o el Hústico e n la m ano,
En la Oll'a un milan o,
Y so bre una po¡•L;.Hi l escale ra .
- ¿.Qué haces d e esa man e l'a ?
El Fil úsoro dij o .
- 135-
-Castigar ú un ladrón de mi cortijo,
Qu(' e n mi co l'l'al ha h{'c ho m;ls des trozos,
Que tod os ¡,,s liulrunes en Torozos.
Le davn Pn la pared ... ya estoy co ntento ...
Sirve á toda tu 1·aza de esca rmi ento .
-El matad or es di"no de la mu e!'Le,
El Sabio dij o : mas si de esa suerte
El milan o JllC I'CCC se r tratado,
¿ De qué modo será bien castigado
El hombre sangui nari o, cuy os dientes
Devoran ú infinitos inocentes,
Y cuenta co mo mrse t·n. su vid n,
Si no hace de cachtvc t·cs com ida?
Y aun tú , que ilSí castigas los de litos,
Ce nadas anoc he tus pollitos 1 •
- Al mundo le e nco n tramos de este mOdo,
Dijo airado el patá n 2 ; y sobre lodo,
Si lo mi smo son hombl'es que milanos,
Guárdese no le pill r entre mi s manos.
E l Sabio se dejó de refl ex iones.
Al tirano le ofenden las ?'a.::;ones,
Que demucst1'an su otgullo y timnia :
,1/'ientJ-.as 1J01' su sentencia cada dia
Muere (viviendo Cl mismo impunemente)
l'ot meno1·es delitos otra gente.

FÁB ULA VI

La Pava y la Hormiga.
Al sa lir con las y un tas
Los c riado s de Pedro ,
El corral se dejaron
De par e n par ubie 1·lo.
Todos los pav ipoll os
Co n su mad re se fu ero n,
Aquí y allí pi ca ntl o
- 13 6 -
ll a~Ha el cercano otero 1•

i\lu y ront~nta la Pava


Decía ;i. !' US pollu Plos ~ :
-Mirad, hij os, el raslt·o
De un co pioso hormiguero.
Ea, co med hormi gas,
Y DO teng(Lis recelo,
Qu e yo tamhién las co mo :
Es un su broso ce bo.
Picad, que rid os míos :
¡Oh qur días Jns nu es tros ,
Si no hubi ese en el mundo
,\ la ldilo s coc in e ros!
Los ho m hrcs nos devoran ,
Y todoR nu cs t r·os cuerpos
ll urn Pa n e n las m esas
l)c no hl cs y plebeyos.
Á cualqui er ll rs l.cc illa
ll a de hab er pavos nmcrlos.
¡Qué pocas Navidades J
Contaron mi s abu elos !
¡Oh glotones human os,
Cru eles carni ceros ! -
Mienlras lanlo una 1-lormiga
Se puso en salvamento
So bre un {u·bol vecino,
Y ¡:rr·itú co n denu edo :
- ¡ lf ola! ¿co n que los hombres
So n crue les, perversos?
Y ¿q ut· sc r·éis los Pavos?
¡ ;\ y de mi ! ya Jo veo :
Á mi s tr is tes pur icn les,
¿ Qu é digo? á lodo el pueblo,
Sólo po1· desay uno
Os IP váis r ngull cnd o. -
No respondió la Pava
Poi' n o sabor un cuonlo,
Que Pl'il cnl onccs de l caso

1. Our11, <'l'rro QlH' domin~ un ll~no.l ''i~se la unt:. '!, 1•~¡¡-. ~.y
~e d<'rln de ottor, \l'rbo muy nnlii!UO In '!.Polluelo.
not11 1, ll~!(- 133

~~~:~;~};~~~ ~~:~:~r,~~~~:~~l'r!';:~u~ña ... ;~~:~:~:~~;~ ~:f:b~~~~~h~~~:; 1~•~ 1 ~~:~~~ :


11 11
' - t:ti-
y ah o m viene ú. pelo.
Un gusano roía
Un grano tle centeno;
\' iéronle las Hormigas :
¡Quó gritos !¡ qué aspavientos!
-Aquí ru é Tl'oya 1 (dicen) :
~ lu cre , pícaro peno .
Y ell as ¡,qué hacfan ·? Nada :
Habar Lodo el granero.
1/ombJ•es, Pavos, lformiyas,
Según estos ejemplos ,
Celda cual en su libro
Esta moml tenemos.
La faltu leve en oti'O
Es un pecado hoJTcndo;
Pe1'0 el delito propio
N.o más que pasatiempo.

FÁBULA 1"11

El Enfermo y la Vision.
- « ¡Con que de tus r celas exqu isitas
(Un enfermo exclamó) ninguna alcanza!
El médico se ful' sin esperanza,
Contando por los do<.los sus vis itas. ,,
As[ desc ngait:.ulo,
Y creciendo por horas su dolencia,
De este modo examina su concien cia :
- 138 -
- \( En todos mis contratos he logrado
(No lo niego ) ga nan c ia muy scg um:
Trabajt· e n c<.~ l c ular mi s intereses.
AunH'nlé mi caudal r n potas mcsrs,
Más por felicitlad qur por usura.
Sin rrnCOI' ni mali cia
lli cc que ú mi de ud or pusiese n preso :
Muri ó po lwe e n la cárce l, lo con fi eso¡
Mas en fin es un hecho de justicia.
Si (lOr ci crlo instrum ento 1
H.edujc una famili a mu y hcmrada
.l pohrcza extre mada ,
Al gún día lecr<i n mi tes tam ento .
Entonces, mu erto ~·o, se hadt patente
En la ti erra , lo mi s nw que en rl ciclo,
Para ;i\ivi o d e po brr!-l y co n sue lo,
Mi ca ridad arllicntr. "
Una Yi siún se nccn·a, y dice : - ll er mano ,
La espe ranza co nJ cno
De l qu e aguarda {t morir para ser hu c no :
Una acción d e pie dad c!it~t en tu mano.
Tu s prój im os, según s us oracion es,
Es tán neces itados :
Pa1·a S(' r I'C' med iad os
Han mc ncs le 1· s iqui e 1·a eic n doblones'·
-¡Cien doblon es ! ¡No es nada!
Y s i, porqu e Di os {1ui e1'il, no m e murro.
"'1' tl es pu (•s me ho.t·c l'alta ese dinero,
¿.Seda cal'idad Li t• n ordenada?
-Ava ro ¡.le r es is tes'! l'u esa l cal)u
Te anuncio que lu mu ert e está ce r ca na.
-¿M e muoro ?. .. Pu es qu e es per en [l maflana.
La Visión se volvió s in un oc havo a. "
-1:19-

FÁBULA Vlli

El Camello y la Pulga.
Al que oste nta va limiento,
Cuando su poder es tal
Qu e ni influ ye en bien n.i e n mal ,
Le quiero co ntar un cuen to.
En una larga joi·nada
Un Camello 1 muy cargado
Exclamó, ya fatigado :
,, ¡Oh qué carga tan pesada! 11

Doila Pulga, que mo ntada


Iba so bre él, a l instante
Se a pea, y di ce arrogante :
- Del peso te libro yo .
El Camello respondió :
- í.rac ias, seil.o r elefante.
1. El r¡¡¡uc/lo, ¡1or bU ~r•brkchul )' rc~i•lc n cl:o, e~ In J'fl)\lolencl:t ele l us que \'iltjuu
por lus d c~i cr\us ufrlo·anu~.
FÁHULA IX

El Cerdo, el Carnero y la Cabra.


P oco antes de mor·ir·, e l corderill o
La me alegre la ma no y e l c uc hill o
Que han d e se r de s u mu erte e l instnun cnto ,
Y es feliz hasta el últim o momento.
As í, cuand o es e l mal in cv ita.bl e,
Es qui e n me nos prevé, más envidiabl e.
Bien oportunamente mi mrmoria
Me presenta al Lechón de cierta hi storia .
Al mert·a do Jl ev¡¡ ba un Can elero
Un Marra no, un a Callm y un Carn ero.
Con pe rd ón 1 , el Cochino
Cla ma ba s in cesar e n e l camin o :
- ¡Ésta sf c¡ ue es miseria!
Perdid o soy, me llevan á la feria.-
As f g rilit ba, ¡ mas con qur STU iiid os !
No dió e n su esc lavitud tales ge midos
llécuba la infeli ce.
El Can·c te r o a l gruñidor le di ce :
- ¿ No miras al Carnero y á la Cabra,
Que vi e ne n sin habl a r una palabra?
- ¡Ay, señor·, le responde : ya lo veo!
Son Lonto s y no pi e nsan : yo preveo
Nues tra mu e rte ce rcá na.
J\ los d os, por la leche y por la lan a,

t. ron ¡~rdún. ~e uta Ula fúrmula corl~l , cuando su cita algun11 palab ra ó ro~•
de&l.l~radabh.•s ,
llliii iOUitUICS, CIC.
- i 'l- 1 -
Quizi¡ no matarán ta n prontamente;
Pe ro á mí , que soy bueno so lam ente
Para pasto del hombre ... no lo Judo,
Mai1:ula co me1·án de mi menudo 1 •
Á Di os, pocilga, :.'L Dios, gamel la mía.
SulilmenLc su muerte prcvefa;
¿Mas, qué log ,·aba el pe nsador Marran o?
Nad d, si no sentirl a de ante ma no .
El dolo1· ni los ayes es segw·o
Qlle no remecliardn el mal futw·o.

FÁBULA X

El León, el Tigre y el Caminante.


Enlre su s fieras garras op rimía
Un Tigre á un Cam in ante .
A los tri stes quej id os al instante
Un León ac ud ió : co n bizarría
Lu c ha, vence á la fiera y ll eva al hombre
Á su r<'gia cavcl"lla. - Toma aliento,
(Le dccla el Leó n) nada te asombre,
Soy tu libertador, es t{une atento:
¿ ll ahrá b<'slia saiJUda y enemigil
Qu e se aLJ'CVil ;"t mi ru cn,a in co mp arab le?
Tú puedes rcspondCI'i ú que lo diga
Esa pintnda fiera! d sprecin..b le.
Yo, yo solo, monarca poderoso,
Domino en todo el bos.,que dilatado .
¡Cuántas veces la on za, y aun e l oso
Con s u sangre el tributo m e han pagado~
Los despojos d e pieles y cabezas,
Los huesos que blanq uean este piso,
Dan e l más claro aviso
De mi valOL' sin par y mis proezas.
- Es ve rdad, elijo e l h ombre, soy lcstigo;
Los Ll"iunfos mil'o de tu fuerza airada,
Contemp lo {L tu nación a medre ntada.
- 1·:2-
Al librarm e v n cislc á mi enemigo.
En todo esto, se ñor {co n tu li cencia),
Sólo es digna del trono tu cleme n cia .
Sé b enéfico, amab le,
En lugar de despólico tiran o;
Porque, seño r, es llan o,
Que el monarca se¡•[t mús ve nturoso
Cuan to hicim·e á su pueblo más dicho!-to .
-Con ra7.ún has hablad o;
Y ya me causa p na
El haber yo buscudo
Mi propia gloria en la desdicha njena.
En mi s j ó"en cs ai1os
El orgu ll o produjo mil CITOI'CS,
Qu e m e los ha Oft(' llhi erto con cngtui os
Un a corte servi l de ad ul ador es.
Ellos me aseyw·abtm., etc concicrt•J,
Que por el mundo todo
No 1·einan. los lwmanos ele otro modo :
Tü lo sabnis mcjo1·, clima, ¿y es cie1'to?

F.\ BUL.\ XI
La Muerte.
Pensaba en elegir la reina :\fuerte
Un ministro de Esla.do 1 •
Le quería ele sue rte
Que hiciese fl oreciente su rein ado.
-El Tabardillo, Gotu, Pulm onía,
Y todas ln s demás cn fcnn cdades,
Yo conozco, dedn,
Que tienen ex.ce le ntes calidad rs.
MtLs¡, qué imp orta'! La Peste 2 , por ejemp lo,
Un mini stro sería s in segun d o ;
Per o ya por intilil la contemplo
Habiendo tanto m éd ico e n e l mundo.
- 1'~:3-

Uno dr estos elij o ... i\las no quiero,


Qur cst{in muy bien premiados su s srrvi cins
1
Sin otra reco mp e nsa que e l dinero . -
Prete ndi e ron la plaza a lgunos \'icios,
Al egando rn su ahonn mil razones .
Conside1'Ó la reina su imp orta n c ia ,
Y, d es pul·s de maduras reflexiones,
El e mpleo oc up O la Intemperancia.

FABULA Xll

El Amor y la Locura .
ll abicndo la Loc ura
Co n el Amor l'rü id o,
Dejó c iego de un go lpe
Al miserable nii10 .
\'en ganza pide a l cie lo
Ye nus, i m as ,·on qué gritos!
Era madre y espnsa,
Co n esto queda dicho.
Qucréllasc {L los dioses
Prese nta ndo á su hij o :
- ¿ Oc qu é s irve n las fl ec has,
De qué e l arco ú Cupido,
Fallándo le la vista,
Para asrstar sus tiros'!
Quflc nsc lc las a las,
·y aque l a rdi r ntc ciri o,
Si tí. su !m. S(' l' no pueden
Sus vue los dirigidos.-
Atendiendo á que el Ciego
Siguiese ~u ejucicio,
- J'f.'t. -
Y á que la delincuente
Tuvi ese su castigo,
Júpiter, pl'csidentc
De la asamiJiea, dijo :
- Ordeno á la Locura
Desde este instcmte mismo,
Que elcrnamenlc sea
De .\mm•clla;;arillo •.
t.l.a:;a,.jllu, \ta<cla nutn 1.¡•:11(.::1:1.
LIBHO S J~PTIMO

FABULA PHIMERA

El Raposo enfermo.

El tiempo, qu e cn nsumc de hora e n hom


Los fue rtes mul'allones elevados,
Y lo mismo devora.
~r o n tes agigantados,
.l11n Haposo quittS de dfa en día
Di en tes, fuc,·za, valor, s;:dutl, de SUC I' Lq
Qu (• t'·l mi smo co noda
Que se haii;.J ba en Ja¡.o g<IITit!; de la muerte.
Génat.lo de pal'i{'nlcs y d1· a mi gos,
Dij o e n trémula voz y la~timera :
- ¡ Oh V{lSOLI'os, testigos
De mi hora postre m,
Atentos escuchad un descngat10!
,\ lis ya pasadas culpas me atormentan,
.\h ora co njuradas e n mi dai1 o.
;. No véis cómo ú mi lad o se presentan?
¡\JiraJ, mi1·ad !tJS ga nsos inocentes,
Con ~u sang re teñidos,
Y los pavos en ¡nu'lcs diferentes
Al furor de 1 tni s gat'I'U!J divididos.
Apartad esas aves qu e aqui veo,
~ .1/fw•u,•dr;l'n \etrlc Jllll' ti {11/'0rr/t •.•
- ( .'¡.(j -

Y me pide n sus poll os devorad os :


Su inf<' l' nal ca cttreo 1
)l e ti e ne lns oídos pe nc Lmtlos. -
Los Ha posos le allrm a n r on tri s teza
{No sin lam e rse labi os y na r ices)
-Ti e nes dcb iliLadn la ca beza,
Ni una pluma se ve d e c ua nto di ces.
Y bi e n lo pu ed<'s cr cH qu e s i se vi ese ...
-¡Oh gloto nes! call ad : ya os e nti e nd o ,
El e nfe rm o excla m ó : ¡ si yo pudi ese
Corregir las costumbres cua l pr ete nd o !
¿ No se ntís qu e los gustos ,
Si so n co nLt·a la paz d e la co n c ie n cia ,
Se cambian e n di sgus tos ?
Te ngo de es ta ve rdad gra n ex pe t·ie nc ia.
E xpu es tos;, las tr;_ unpas y ú los p c lTOS ,
:\la tüi s y pe t·scg uf s á todo trapo 2
En la ;.lid c;_¡ gallinas, y e n los ce n os
Los in oce ntes lomos de l gaz ap o:~ .
i'tl pde rad , hij os m fos, las pasio n es,
Obse r vad vid a q ui eta y arreglada,
·y co n bu en as acc iones
Ga n a t•é is o pin ió n mu y estim ada.
- Aun qu e nos co nvirta mos e n co rd e ros,
Le ¡•es pondi ó un oye nte se nte n cioso,
Otros ha n de roba r los gallin eros +
A cos ta df' la fa ma d e l lt a poso .
Ja más se co bra la op ini (m pe rdid a :
Esto es lo un u; á más, ¿. us ted pr e tend e
Que mud e mos d e vida1
Qui e n ma las monas ha ... ya us ted me c nti e ntle .
- Sin em ba rgo, he rmanito, Cl'e a , c rea ...
El e nfCI'IllO le dijo.¡ Mas qué s ie nto! ...
¿ No ofs c¡uc una gallin a cacarea ?
Esln s í q ue no es c ue nto . -
.\Di os, se rm ón ; csco.ipase la. ge nte.
- 1~7 -

El enfel'mo orador e~ fuerza el grito :


-¿Os \'Úis, herm11n os? Pues tened pt·esente
Que no me haría d tlilO algún pollito.

FABULA TI

L as Exequias de la Leona.
En :;u regia ~ave rna, inconsolable,
El rey Leó n yac f<l 1,
Porque en el 1nis mo dia
Murió (¡ cru el dolor !) su esposa amab le.
1\ palacio la GO rl e toda ll ega,
Y en fúnebre aparato se co ngrega.
En la cóncava gruta resonaba
Del triste rey el doloroso llanto.
Allí los cortesanos entre tanto
También gcnllan, porque el rey lloraba ;
Que si el viudo monarca se riet·a,
La co rte lisonj era
Trocara e n risa el lam entab le paso.
Perdone la Jifunl.a, voy a l caso.
Entre tanto so ll ozo
El Ciei'Vo no' llomba (yo lo creo),
P01·que lleno de gozo
Miraba ya cumplido su deseo.
La tal reina le habla devorado
Un hij o y la muj er al desdichado.
El Ciervo, en ri n , no llora;
t. l'11rtr, \Crbo irrq¡ulnr,hUl'f.'l'llt'l¡fro'tl'Ulo."dcindlciltivu. IJ(J::>!JU0 [!Cr<f tumhll!n
.eencucntrn laf<muoyn90
- 148 -
El concurso lo adv ierte,
El monarca Jo sabe, y en la hora
Ül'dena co n furor darle la muerte.
- ¿ Cómo podrt'> ll orar, e l Ciervo dijo,
Si ape nas puedo hablar de r egoc ij o·?
Ya disfruta, gra n rey, más venturosa
Los elfseos campos vuestra esposa :
,\l e lo ha. revelado á la venida,
.\l uy cerca de la gruta, aparecida :
Me mandó lo callase a lgún m om ento t,
Porque gus ta mostréis e l sentim iento. -
Dij o asf, y e l co ncurso cor tesano
Aclamó por milagro la patra1ia :!,
El Cier vo co nsigui ó que el sobe ran o
Cam biase en am is tad su ll e m saña.
Los que en la indignación lum, incurl'ido
De los grandes smiores,
A veces su favor han conseguido
Con SCI' adulaclores.
Mas no por esto advierto
Que el medio sea justo; pues es cierto
Que li más tn•incipes viC'ia
La adulación SCJ'IJil, que la malicia.

PABULA lli

El Poeta Yla Rosa.


Una fresca mañana
En el norid o campo
- 149 -
Un Poe ta buscaba
Las deli cias de mayo.
Al peso de las fl ores
Se in cl in aba n Jos m mos,
Co mo pa ra ofrece rse
Al hu ésped so li ta ri o.
Una ll osa lozan a ,
Movida al a ire blan do,
l.e ll a ma , y él se acc¡·ca ;
La loma , y di ce ufa no :
- Qui ero, llosa, q ue vayas
No más q ue po r un rnlo
Á que la herm osa Clori 1
Te reciba en su man o.
1\l as no, no, pobrecita 2 ,
Qu e s i va s á s u lado,
TendrUs de su herm os ura
Unos celos a ma rgos.
Tu s üa ,·e fraganria,
Tu color deli cado,
El ve rdo r de lus hojas,
Y tus pi m po ll os caros
Entre es tas fl oreci ll as
Puede n sc1· a laba dos;
Mas j un to a Clori bell a
Es locu ra pe nsarl o.
Mar chita, C<Lb i zb;:~j a
Te idas d('s hojan do ,
!las ta pa ra r lu vida,
En un desnudo ca bo.
La llosa, qu e has ta entonces
No despegó sus labi os,
Le rlijo rese ntida :
- P oeta chabacano,
Cuando á un héroe lJUi e m s
CPr ona r co n el lauro,
Del j ardfn de sus hechos
Has de corta r los ra mos.
Pm· lab1'ar su co1·ona 3,
- 150 -
No es justo que tus manos
Desnuden otras sienes
Que la virtud y el me1·ito adornaron.

FÁBULA IV

El Buho y el Hombre.

Vi vfa en un gra ner·o retirado


Un rcver·end o Buho, dedicado
,\. sus meditaciones,
Sin olvidar la caza de rato nes.
Se dejaba ve r· poco, mas co n arte :
Al Gran Turco imi tab a en es ta parte.
El duci1o del gran cr·o
Por ar.a1· advirti ó que en un madero
El pt1ja ro n octurn o
Con gravedad es taba taciturno.
El ll omb re le miraba, se t·c fa:
-¡Qué carita de pasc ua! le decfa .
¿ Puede hab er más rid ícu lo visaje?
Vaya, qu e e res un raro perso naje.
¿Po r qué no has de vivir a legremen te
Con la pájara ge nte 1,
~eg uir desde la au rora.
A la turba canora
De jilgueros, cala nddas, rui seilores,
Por valles, fuentes, árboles y flores?
- Piensas á lo vul gar : eres un necio,
Dijo el solemn e Buho con desprecio :
t.Jlrijaf'III.'S el fcmcn iuodcJ"-ijlfro yuo cst:ó bicu u¡¡;¡do tomo adjcthu.
- 1:-it -·
-Mira, mim ignora nte,
t \ la sabidurla en mi semblante;

Mi a!'pecto, mi silenci o, mi reti ro

~~~:~~~·,~ ,:~;.s,';~ ~1 ;g\\c~ : ~ ~~~o


1 1 1 1
saLes,
De visitar la luz, todas las aves
!\le siguen y rodea n ; desde luego
Mi ml-rito co nocen : no lo niego.
-¡Ah, tonto, presumid o!
( El hombre dijo así) te n entend id o
Que las <lves, muy lejos de admirart€',
Te sigu en y rodean por burlarte.
Dr ignorante orgulloso te motejan,
Co mo yo ú aquellos hombres que se al eja n
Uel trato de las gen tes,
) 'co n rxt1·avaganc ias dife rentes
ll an llegado (L doctores en la ciencia
De se r sahi os no más que en la apa ri e ncia.
De esta sue1·te de /neos
llay hombi'CS como buho.-;, y no pocos.

FÁBULA V

La Mona.
Subi6 una ~I OIHl á un nog¡t\
Y cogiend o una nu ez verde,
En la cásca ra la. muerde;
Con que la 1 s up o mu y mal.
Al'l'ojóla el animal,
Y se quedó si n co mer.
1 /.11 cu lul!:or tiC /11 . \\l u~c nula 1, ¡1ág. 31:.
-152-
Asi suele suceder
..f quien :;u empresa abandona,
Po1·que halla, como la Mona,
A l p1·incipio que rcncet· .

· FÁBULA VJ

Esopo y un Ateniense.
Cercado d e muchac hos,
Y jugando á las nu eces,
Estaba el viejo Esopo
Más qu e todos a leg re.
- ¡Ah pob re ! ¡ ya chochea!
Le dijo un Ateni ense .
En r esp ucs la el An cia no
Coge un m·co qu e ti en e
La cuenta floj a, y dice :
- Ea, si es que lo cnticnclcs,
Dime, ¡,qut! signillca
El arco d e esta s Ucl'tc? -
Lo exa mina el de Atena s,
Pi ensa, cavila, vuelve,
Y se rati ga en vano,
Pu es qu e no lo co mprende . ...
El Fri gio 1 victo ri oso
Le dij o: - Atni go, adv ierte ,
Que rompe rás e l arco
Si está tirante sie mpre :
Si fl ojo, ha de se rvirte,
J. E.-)JHl cna orlumlu t.le t'rl~IA.
-153-
Cuando Lú lo quisieres.
Si al ánimo estudioso
Alylin t'CCI'~O dieren,
VolvcJ'(i ri sus tareas
Mucho más titilmente.

FÁBULA Yll
Demetrio y Menandro.
Si te falta el buen 11ombre,
Fabio en vano p1·esumes
Que en el mundo te tcngcm pOI' g1•anclc 1 hom.bre
Si más que pm· tus galas y pe1'{tmlCs.
Dc m ctrio e l fa !cri an o 2 so apodera
De AlentlS ¡ y aun qu e fué con tiranía,
De agradable manera
Los del vulgo le aclaman á porfía.
Los grandes y los ~o bies distinguidos
Con fin gid o placer la mano besan
Qu e los tiene oprimidos .
Aun á los que en rl ocio se embelesan,
Y á la poltrona gen te
Los a rrastra el temor al cump limi ento :
Con e ll os va Me n and ro juntamen te,
Dram útico esc ritor de gra n talento,
Cuyas obras leyó, sin conocerle,
De m e tri o. Co n perfumes olor osos
Y pasos a fec tados en tra : al ve d e
Ll egtu· entre los tardos per ezosos,
El nuevo arconte 3 p!'O I' r u mpió e n oja do :
-¿.Co n qu6 va lo r se pon e en mi prese ncia
Ese hom bre a fem in ado '?
- SCiior, le r es pondi ó In concurre n c ia,
Es Mcnand ro, e l autor . - Al punto muda
De sembla nte el tirano :
Al escri tor salu da,
Y co n grata expresiú n le da la mano.
- 1:.> '.. -

FÁBULA VIII

Las H ormigas.
Lo que hoy las hormi gas son,
Eran los hombres anlaflo :
l) e lo prop io y de lo ex trail o
ll acian s u provisión.
Júpiter, qut: ta l pasión
Notó de siglos a11·tts,
No pudiendo agua ntna· mús.
En Hormi gas los trunsforma.
15/los mttdet!'on de fotnw.
¡. Y ele cos tumbres? Jamás .

FÁBULA IX
L os Gatos escrupulosos.
~'- las once, y aun mús de la m;_uiana,
La corinera Ju ana,
Co n pa·etexlo dC' hablar á la vecina,
Se sale, cierra, y deja en la coc in a
A Micifuf y Zapir6n hambri entos .
Al punto (pues no gastan cumplimientos
f:atos en ha mbrecidos)
Se avanzan á probar de los cocidos.
- ¡ Fú, dijo Zapirón, maldita olla!
¡ Cómo abrasa! Veamos esa po lla
Que está en e l asador lejos del fuego. -
Ya ta mbi én escaldado, desd-e l uego
Se arrima Micifu.f, y en un inst.._1.nte
;\lucs tra cada trin cha nte 1
Que en el arte cisor ia \sin gran pena,
- t:):.;-
Pudiera dar lecc iones á Vi ll ena.
Concluido el asu nto,
El sc il o r Mici{uf tocó es te punto :
Ut1·wn 1, si se podfa ó no en co nciencia
Com et· el asador. - ¡Oh qu é demen cia!
(Exclamó Zapirún en altos gritos}
¡Come ter e l mayor de los delitos!
¿.Nn sabes que e l herre ro
ll a ll evado por (• \ mucho din ero,
\'qu e, si bien la cosa se exa mina,
Entre la baterla de cocina 2
No hay un mu ebl e más se ri o y respeta ble?
Tu pas iún te ha engaflad o, mis erabl e . -
Micifu{ en efecto
Abandonó el proyec to;
Pues e ran Jos dos r:ato s
Oc sue rte tim oratos
Que si el di ab lo, tentando sus pasiones,
Les pusiese asadores ;i mill on es,
(No hahlo yo dr lc:ts pollas} l• me engaf10,
Ó no co mi emn unn en todo el afio.

DE OTilO M0 1)0.

¡Qué dol or! por un descuido


!ll ici{uf y Zopi1'ún
Se C01 11iero n un capó n
En un asador metido.
Des pués de haberse la mid o,
Tra taron e n con ferencia
Si obra¡•fan co n prudencia
En co mer se el asador.
¿ Lo contieron? No sclio1·;
f'..'ra caso de conciencia.
I' ÁllULA X
El Águila y la A samblea de los animales.
Todos los Animal es cada ins tante
Se quejaban á Jú¡lit('l' tonante
lle la mi sma manera
Que si fu ese un a lca ld e de montera 1 •
El dios (y co n razón ) amostazado,
Vi énd ose imp rtunado,
Por dar fin de un a vez á las querellas,
En lugar de sus rayos y cen tellas,
De L'ece tor 2 c nvia d esde el cie lo
Al águila rapante, que de un vue lo
En la ti erra juntó los animales,
Y expusieron en suma cosas tal es a :
Pidi ó el León la astucia. del Raposo,
Éste de aquél lo fuerte y valeroso;
Envidia la Paloma a l Ga ll o fi ero;
El Gallo tl la Pal o ma e n lo li ge ro;
Qui e re el Sabueso patas más fe lices,
Y cuenta ro mo nada s us nari rcs .
El Gal go lo co ntrari o soli cila;
Y en fin (¡cosa inaud ita!)
Los peces, de las ond as ya cansados,
Qui ere n poblar los bosques y los prados;
Y las bestias, dejando sus lugar es,
Surcar las olas de los anchos mares.
Despu és de oh·lo lo tl o,
El 1\gui la co ncluye de es te modo:
-<e¿ Ves, maldita ca teL'va impe rtin e nte,
Que en tre tanto viviente
De un o y otro eleme nto,
Pues nadi e está con tento,
No se encuentnt feliz ningún destino·!
¡.Pues para qué envidiar el del vec in o 4 ? ))
Con solo es te discurso
-l:ii-
Aun el bruto ma yo r de aquel co n curso
Se dió por co nvencido .
De modo que es sabido
Que ya sólo se matan los humanos
En 1 envidütt· la suerte á sus /uwmanos.

FÁBULA XI

La Paloma.
Un pozo pintado vió
Una paloma sed ien ta 2 :
Tirúse á t'·l lan violenta ,
Que contra la tabla dió :
Del golp e al s uelo cayó,
Y allí mu cl'l' de tont.:1.do .
De Stt ltpctito yttütdo,
POI' no consullar al juicio,
Asi 'lmelt' al precipicio
El hombre desenfrenado.

FÁBULA Xll
El Chivo afeitado.
- Vaya una quisicosa :
Si aciertas, Juao a h ermosa,
Cuál es el animal más presumido,
Que mbia por hacerse distinguido
- J58-
Entre sus semejan tes,
Te he tle regular un pa1· de guantes.
No es el pav,Jn ',ni el gallo,
Ni el leó n, ni el caba llo,
r así no me ratigues co n de ma nda s. -
¿.Será ta l vez ... el mono·! - Cerca le an das. -
¿. El mi co'?- Que te quemas:
Pero no accr ta rús; no, no lo temas :
])éjalo, n o te canses el caletre
Yo Le dirt· cuúl es : el Petimetre 2 •
Este vano orgull oso
Pi et•J.e ti empo. doblones y reposo
En hace r di stinguida su fi gura.
No p;Ha en lo s adom os su loc ura :
ll acc es tudi o de ges tos y de acc ion es
A costa de violentas co ntors iones.
l)c perfumes va s iempre p reven id o :
l\' o quiere ole r á h ombre ni en .dcscuido 3 •
Qu e mire, marche (, ha iJi c,
En todo busca hace rse 1'enuu·ca1Ac . "'
\' ¿.qut'· co nsigue? Lo que todo nerio:
Cuanto más se di s tin gue, más desprecio.
En la hi sto ria siguie nte yo m e fund o:
Un Chivo, co •no mu chos en el mundo,
\"an o extremadam e nte,
Se mira ba al espejo de una fuente.
- (( ¡ Qut'· liis tima , decía, .
Que es té mi juvrntud y lm·.anfa
Por sie mpre di sfra zada
Debajo de esta barba lu n poblada !
Y ¿cuándo? cuand o en todas las nacion es
.No ti en e n ni aun bi go tes los varones;
Pues ya cuc nli.1n qu e so n los m osco vita s:;,
Si barbones aye r. hoy se i1 orita s.
¡ Qut- cabr un os estil os tan groseros!
Á bien que es toy en ti e r ra tl e barh e1·os. n -
La hi sto ria fu é en Te tu ün, y Lodo el día
l.a ha rl.H.:: ril guita rra se sr ntía.
-150-
~1 Chivo fu é g~li ado de su tono t
A la li e nd a dC' un m on o,
Bal'bcrill o afamad o,
Qu e afeiLtj al sei10 rito de co ntad o.
Sale barbilampiño:! á la campai•a;
Al ver una figura tan cxLra iHL,
No hub o pen o ni gato ·
Qu e n o le hi cie r a burla ul mentecato.
Los chi\'OS le desprec ia n, de man em
Qu e no hay más que decir(¡ qukn lo CI'Cyera !)
Un res petabl e Macho
Dicen que se ri cí co mo un muchado.
LIBRO OCTAVO

FAilULA PH IMERA

El N aufragio de Simónides.

Á ~LIS.\

En tanto que tus vanas compañeras,


Cercadas de galan es seductores,
Escuchan placenteras
En la escuela de Venus Jos amores;
Elisa, retirada te contemplo
De la diosa MineL·va al sacro templo 1.
Ni eres menos donosa,
Ni me nos agmciada,
Qu e Clori, ponderadn
De gen til y de hermosa;
Pues, Elisa divina,¿ por c¡ué quieres
Huir e n tu retiro Jos placm·cs·?
¡Oh sabia, qu(· bien haces
En estimttr e n poco la hermosura,
Los placeres fugaces,
El bi en que slilo dura
Como rosa qul.' r l ilb i'Cgo marchita!
Tu prudencia infinita
Busca el sólido bien y permanente
En la virtud y ciencia solam e nte.
Cuando el liC'mpo implacable, co n presteza,
- 16!-
Ó Jos males tal vez inopinados,
Se lleven la hermos ur'a y gentil eza,
Con lágrimas es téri les llorados
Serú n aque ll os días que se fuei'On,
Y itjuegos vanos tus amigas dieron¡
P ero ú tu bie n 1 estab le
No hay Liempo ni accidente que co nsu ma :
Siemp re serás feliz, s iemp re es timabl e.
Eres sabia, y en suma
Este bien de la ciencia no pel·ece :
Oye c6mo esta fábula lo ex ¡)Ji ca,
Que mi respeto á tu virtud dedica.
Sim ónid es en Asia se e nriqu ece
Cantando á justo precio los loores
De algunos ge nerosos vencedo res.
Este sabio poeta, co n deseo
De voh·cr á su amada patria, Ceo,
Se embarca, y en la mar emb ravecida
Fué la m fsCI'a nave sumergida .
nr la gen te á las ondas ar rojada
Sa le quie n di es tro nada¡
Y el que nadar no sabe,
Fluctúa en las reliquias 2 d la nave.
Pocos llegan á tierra afortunados
Con las náu ft·agas tablas ab razados.
Todos cuan Los el oro recogieron,
Con e l peso ab ruma dos perecieron.
Á Clezémone van : allf vivía
Un vat·ón literato, que lefa
Las obras de Sim ónidcs, de SU Cl'LC
Un e, al conversar los náufmgos, adv ierte
Que Sim ún id es hab la, y en su estil o
Le conoce, le presta lodo asi lo a,
De vestidos, criados y dineros;
Pero (L sus compaileros
Les c1uell.ó solamente por sufragio
Mend iga¡· con la tabla t!el naufragio.

J'ÁOlfLA'J Ut: 11.\M.UUt:GO.


-162-

FÁBULA 11
E l Filósofo y la Pulga.
:\led ilan do á sus solas cierto dlu,
Un pen sador Filósofo, d ecía :
e( - El jru·di n adornado de mil ll ores ,
Y difCI'Cnles árboles ma yo r es,
Con su fruta sabrosa en riquec id os,
Tal vez entretejidos
Con la frond osa vid que se derrama
Por una y otra rama,
Mostrand o á todos lados
Las pel'as y racimos desgajados,
Es cosa destinada solamente
Para que la disfruten lib¡·emente
La o¡·uga, el caraco l, la mariposa :
Ne se persuaden ell os otra cosa.
Los pújaros sin cuento,
Burlándose del viento,
P or los aires si n ducüo van girand o.
El milano cazand o
Saca la co nsecuencia :
Para mf Jos cl'i ó la Providencia.
El can grejo, en la playa envan ecid o,
Mira los anchos mares, persuadido 1
Á que las olas ti ene n por e mpleo
Sólo satisfacerle su deseo ;
Pues cree que van y vienen tantas veces
P or dejarle en la orilla ciertos peces.
No hay, prosi gu e el Filósofo pl'ofundo,
Anima l s in or gull o en este mundo :
El hombr e sola mente
Pu ede en esto a labarse justamente.
Cuando yo me co ntemp lo colocado
En la ci ma de un risco agigantado,
Imag ino que si 1·vc {t mi perso na
Tod o el có n cavo cic lo de co r ona.
\ 'en á mi s pies los mares espac iosos,
, . Jos bosques umbrosos
l.l'tnuadítlo d. Seria mejor J>er~rwdill o d~fJUe.
-103-
Poblndos de animales diferentes:
Las escamosas gentes 1,
Los brutos, y las licl'i.IS
Y las aves lige ras,
Y cuanto tiene aliento
En la ti erra, en el agua y en el viento;
·y digo finUlm ente : Lodo es mfa;
¡ Oh gra ndeza del hombre y podcrro! "
Una Pulga que oyó con gran cachaza
Al Filósofo maza t
Dijo : - Cuando me mi1'0 en tu s nari ces,
Como tú sobre el ri sco qu e nos dices,
Y co nte mpl o á mis pi es aquel ins tante 3
Nada me n os que al hombre domina n te,
Que manda en cunnlo encierra
El :1guu , viento y ti erra,
Y qu e r l ta l pode roso ca ballero
De alimento me sirve cuando quiero ,
Concluyo finalm ente: lodo es mfo;
¡Oh grand eza de Pulga y podc rfo!
Así dijo , y sa ltando, se le ausenta'·
De este modo se a(rcnl(L
;lun al más JJoderoso,
Cuando se muestrct vano y orgulloso.
- 164 -

FABUL.\ lli

El Cazador y los Conejos.

Poco antes que esparc iese


Sus cabell os e n hr b1·as
~1 rubi cu n,Jo Ap olo 1
Por la faz de la tiCI'ra,
De cazadol' armud o
Al soto F'abi o ll ega.
P or e l nudoso tron co
De cie rta e n cina vieja
Sube, para ocu llal'RC
En las mmas espesas .
Los in ca utos Conejos
..-\ leg1·es se le acercan :
Uno tlel ve rde prad o
Igualaba la hierba;
Otro, cual jardin ero,
Las 1\orecill aR l'ie¡2a :
El tom illo y romero
Éste y aquél ce rce nan.
Entr tanto, al más gordo
l'abio su tiro asesta :
Dispa1·a, y al estrue nd o
·e meten e n sus c uevas '
Tan r e¡)en tinam enlc,
Qu e <'L muchos pareciera
Que, sa lvo e l muerto, a Lodos
-t6>-
Se los tragó la tierra.
¿Después de tal es panto
Habrá a lguno que crea
Que de allf á poco ralo
La tím ida caterva,
Olv ida n do el peligro,
Al riesgo se presen ta?
Cosa extrmltL pa1'ece,
Mas no se allmú·en de ella :
¿ A caso los humanos
Obran de otra numera?

FÁBULA IV

El Filóso fo y el Faisán .
Ll evado de la du lce mc lodia
Del c[tntico va 1·iado y de li c ioso,
Que en un bosque frond oso
Las aves fo 1·man saludando a l clia,
Entró cie rta matian tt
Un Sabio en los dominios úc Diana.
Sus pasos esparcie 1'on el es pan Lo
En la agradable cst;mcia :
fn terrümpcse e l canto;
Las aves vuela n á mayor distancia;
Todos los animales, asustados,
Huyen delante de é l precipitados;
Y el Fil ósofo queda
Con un triste silenc io en la arboleda.
Marc ha co n cauto paso O(' ult.:tm e nte,
J)escubre sobl'c un fu·bo l emine nte
¡{ un Faisán rodC'aclo de su crf<J,
Que con amor matcr·no l it r dccfa :
r. /~1 in<'orr. \'l!ucnoro 1, ro(i¡~. :tt;
- I GG-
- llij os m ros, pu es ya qu e en mi s leccionf'S
Largam ente os habl é de los milan os,
])e los hu ilrcs y hal cones,
Hoy hemos de t r al..'l l' de l os humanos.
La ovej a en lec h e y lana
Da abri go y alim ento
Para la ra1.a humana;
) " en agrad ec imi ento
Á tan gra n bi enh ech ora,
xal:~~~j~l' l:l~:~~~~l~~~su~op~n·t~ll :scvora.
ArtiO ciosamente,
La 1 r oba , co me, vend e sus caud ales,
Y la ~ ma ta e n ej érci tos su ge nte .
¡.Qué r eco mp en sa <' 11 suma
Co nsigue al nn el gan so mi se rabl e
P or el precioso bi en in co mparable
3
De ay ud ar á las cien cias e n !';U plum a ?
Le da muerte temprana el h ombre in gr ulo
Y hace de s u ca dáver un gr an pla to.
Y pues qu e los human os so n peo res
Qu e mil an os y a zores,
Y qu toda pc L'VCL'Sa cri atura ,
Huiréis co n horror d e s u figura. -
Asf cha rl ó 4 , y el homb re se prese nta .
- Ése es, grita la maUre; y a l iust..'lntc
La fa mili a vo la nte
Se desprende de l (¡rbol y se a use nta.
¡ Oh rú mo habl ó el Fa isan 1 ¡ Mas, que dijera,
El fil óso fo ex clama , si sttpiCI'a
Que en sus PJ'01'ios hel'man.os
Ln ingmtitud ejercen los humanos !
- 1/i l -

FABULA Y

El Zapa tero módico


Un inll úb il y hambrie nto Za patero
En la co r te por médico corrfa;
Con un co n ll'avcneno que fingra,
C: nnó fama y di n ero.
Es taba. el rey postrado en una cama
De una 1•rave dolencia :
Para hacer experiencia
Del ta lento de l méd ico , le llama.
El anlfdoto pide, y en un vaso
Finge el rey qu e le m ezcla con veneno;
Se lo manda be ber : el tal Ga leno 1
Te me morir: confiesa todo el car;o,
Y d ice c¡ue, s in cien cia, '
Logrt'1 hace rse doctor de gt·antle prec io
Po 1· la credulidad de l vu lgo nec io.
Co n voca el t'ey a l pur bl o : - ¡ Qué de mencia
Es la \'UCstr a, cxclamú, que hab6is (l ado
La sn lud fran ca mente
De un homb t'e á qui en la gente
Ni :wn quer fa 11nl'ie su calzado! -
Esto para los Cl'édulos se cuenta
En quienes tiene el clta1'latán su renta .
-168-

FÁB LA VI

El Murciélago y la Comadreja.
Cayó sin sab er có mo
Un Murciélago á ti erra.
Al ins tante le a trap a
La lis ta Comadreja .
Clama ba el desdi chado _
Vi end o su muerte ce rca.
Ella le di ce : -Muere,
Que por 11\lluraleza
Soy morta l enemiga
Oc todo cuanto vu ela. -
El avec hu cho ' grita,
Y mil veces protes ta
Que él es ratún, cual todos
Los de su descend en cia.
Co n cslo (¡ qué fortun a !)
El preso se liberta .
Pasado ciert o ti empo,
No sé de qu é man era,
Seg unda vez le pilla :
1~ 1 nu evam ente ru ega ;
¡\las ell a le r es pond e
Qu e Júpiter la ordena
Tenga paz co n las aves,
Con los ra tones guerra.
- ¿Soy yo ratón acaso ?
Yo creo qu e es tás c iega.
¿. Quie res ve r có mo vu elo? -
En efecto, le deja,
Y á merced de s u in ge ni o,
-169-
Libre el pájaro ' vuela.
Aqui aprendió de Esopo.
La gente marinera,
JlurciClagos que fingen
Pasapo1·tc y bandera.
No importa que haya pocos
Ingleses comad1·cjas :
Tal vez puede de un 1·iesgo
Sacarnos una t1'eta.

FÁBULA VII

L a Mariposa y el Caracol.
Aunque te haya elevado la fortuna
Desde el polvo á los cuernos de luna,
Si hablas, Fabio, a l humilde con desprecio,
Tanto como eres b'Ta nde, serás necio .
j QLlé! ¿ te il'l' itas ·¡¿te ofende mi lenguaj e?
- No se habla de ese modo ú un personaje .
-Pues haz cuenta, scf10 1', que no me oiste,
Y escucha á. un Caracol : vaya de chiste.
En un be ll o jm·dfn cierta maJiana,
Se puso muy ufana
Sobre la blanca rosa
Una recién nacida Ma1·iposu.
El sol rcsplande('iente
Desde su clal'o nl'icnte
- !iO -
Los ray o ~ espan·ra :
Ella á su luz las alas extendía ,
ólo por qu e e nvidia se n su s co lores
Manchadas aves y pinl_a das fl ores 1 •
Esta vana , p reciada de bell eza,
Al volver la cabeza
Vi ó mu y c~ rca de s i so bl'e un a rama
Á un pa nl o Ca r aco l. La bella dam a
J_rritada cxcl~m ú : - ¿,Cómo, grosero.
A mi lad o Le acer cas'! .Jardin er o,
¿De qu é sirve qu e tengas co n cuidad o
El jardfn cultivado,
Y guard e Lu desvelo
La ri ca fruta d el rigor del hi elo,
Y los ti ernos b oton es de las plantas,
Si ensu cia y com e todo cuanto plantas,
Este vil Caracol d e baj a es fera?
Ú mfttal e al ins tante, ó vaya fu era.
- Qui en ahora Le oyese,
Si no te con ociese,
Respondi ó el Caracol, en mi con cien cin
Qu e pudi era tembl ar en tu presen cia .
Mas dí me, misHabl e rri atura,
Que acabas de salir de la basura,
¿Puedes n egar que aun n o hare cuatro días
Qu e gustosa so \ras,
Com o humild e repLil andar co nmi go,
Y yo Le hacía h on or en se r tu ami go?
¿No es tambi (: n evid ente ,
Qu e et·es por línea r erta desce ndi ente
De lus Oru gas:!, pobres hilandero s 3,
Qu e mirándo se e n cu ero s,
De sus tripas hilaban y tejfan
Un fardo en qu e el im·iemo se melfan ,
Como tú le has m etid o,
Y aun no hace cua tro dfas qu e has salid o.
Pues si és te fu é tu ori gen y tu casa ,
-171-
¿, Por c¡ué lu ventolera se propasa
Á despreciar á un Camcol honrado'?-
El que tiene de vidrio su lcjculo 1
.. Esto logra de bueno
Con tim1· las pcclmclas al ajeno.

l'JÍBULA Vllf
Los dos T itiriteros !!.
Todo el pueb lo admirad o
Es taba en una pl aza nmontonado,
·y en medi o se empi naba un Titerero
Ensetiantl o un a bolsa sin dinero ;
- Pase de mano en ma no, les decfa :
Señores, n o hay enga ño, es tá vacra. -
Se la vuelven, la sop la, y al m omento
Derrama pesos duros, ¡qué portento!
Leván tase un mu rmu ll o de repente,
Cuando ven por encima de la gcn tP.
Otro Titiritero á co mpete ncia .
Queda e n expec tación la co n currencia
Con silencio profundo ;
Cesó el prim e r o, y empezó el segund o.
Presenta de li co r unas botellas:
Al gun os se a l'l'ojai'O D hacia ell as ,
Y al punto las hall aro n transformaJas
En sangrienlas espadas.
Muestm un par de bolsillos de doblones :
Dos pe 1·so nas, s in duda dos lad ron es,
Les echaron la garra muy ufan os,
Y se ven dos co rd eles en sus man os.
Á un r clato1' cargado d e p1·ocesos
Una letra le ensci1a d e mil pesos.
Sop le usted : sop la el hombre ap resurado,
Y le cim·ra los labios un candado .
Á un abate 3 arrimad o á su co ,·Lejo
Le presenla un espej o,
- Jl2-
Y al mirar su r etrato pP.regt·ino,
Se vió co n las orejas de pollino.
A un san tero 1 le manda
Que se acerque: le pi ll a la demanda!,
Y a ll á, co n sus hochizos,
La co nvirti ó en merienda de chorizos.
A un joven d esenv uelto y r ozagante
Le rega la un diamante :
Es te le dió á su dama, y en el punto
Pálido se quedó co mo un difunto,
Hem mús, s in n<Jrices y sin di e ntes;
Al\1 fu6 la r echifla de \us gentes,
La burla y la chaco la.
El primer Tite rero se albOI'Ota.
Dice po r el segu ndo con denu edo :
- Ese hombre ti e ne un diablo en cada dedo,
Pues n o enc ierran vi 1·Lud tan peregrina
Los polvos de la mad re Celestina 3 ;
Que declare su nombre. -
El conc urso lo pide, y el buen hombre
Entonces, mtí.s modesto que un novicio,
Dij o : No soy el diablo, sino el vicio .

F.\BULA IX

El Raposo y el Perro .
De un modo muy afable y amistoso,
El i\lasLrn de un pustor con un B.aposo
Se so lía juntar algunos ra tos,
-173-
Como tal vez los penos y los gatos 1

Con amistad se tratan. Cierto dfa


El Zo•·ro ü su co mpadi'C' le decía :
Estoy mu y irriLado:
Los hombi'CS por el mundo han divulgado
Que mi L'aza inocente(¡ c¡ué injusticia!)
Les anda ci1•ctlmCi1'Ca a 011 la mali cia.
¡Ah maldita. canalla!
Si yo puOiera ... - En esto el Zorro caliR,
Y erizado se agacha. - Soy perdido,
J)i cc, los cazadores he ofdo.
¿,Qué me sucede?- Nada:
No temas, le responde el cama¡·aJa;
Son las ge ntes'" que pasan u\ mc ¡·cado.
:M ira, mira, cui tado,
Marchar haldas en cinta ;i mis vecinas
Coronadas con cestaS de gallinas.
-No estoy, dijo el llaposo, para fiestas¡
Ve te con tus gall inas y tu s cestas,
Y satit·iztt ú ott·o . Pot·que sabes
Qu e robaL'Oil anoche algunas aves,
¿ ll e de ser yo el ladrón? - En mi conc ien cia
Que hab li\ dijo el Mastrn, con inocencia.
¿.Yo pensm· que has r obado el gallinero,
Cuando siempre le vi como un co rd ero?
-¡Co rde ro! cxc lamn e l Zorro; no hay aguante
Que co rdero me vuelva en e l inslante,
Si h e hurtado el que falta en lu majada.
- 1-i ola, conc lu ye el Pel'l'o, camarada,
El ladrón es Ud. G segu n se expli ca.-
El es luche e molae al punto aplica
Al mísero Ha.poso,
Para que asi escarmi ente el cosq uilloso 1 ,
Que de las fabulillas se resiente.
ce Si no estás inocente,
Dime, ¿por qué no bnjas las orejas?
Y si aca:;o lo estás , ¿ de que le quejas ? '1

r:~~~~ ~~~~J~~~~
LIBHO 1
0NO

FÁBULA PlliMERA

El Gato y las Aves.


Ch nl'la. ta nes se ven por todos Ind os
En plazas y en es trados,
Que ofrece n sus se rvi cios (¡ cosa ra•·a !)
A todo el mund o por su lind a cara 1

Éste, c¡ufmi co y médi co excelente,


Cura á tod o dol ie nte,
Pero grntis : no se ha ble de din ero.
El otro pe tim etre! caball ero
Canta, toca , dibuja, borda, danza,
Y ofrece la e n se lia nza
G1·atis por afi ción {L cierta gente.
Veremos en la fábula sigui ente
Si puede ha ber e n es to a lgú n c nga•i o :
La prudente cautela n o hace dañ o.
Dejando los desvan es y rin co nes
El señor Jllirrimi::., Gato de mili~t.t ,
Se sa lió d e la vill a á la campa1i a.
En paraj e so mbrfo
Á la orill a de un rfo
De sauces co ronado,
En unas ma tas se qu edó agachad o.
El Gata.zo 3 call aba como un muc•·to
-175-
Escuchando el co n cierto
nc dos mil avecillas,
Qu e en las ram as cantaban maravillas.
Pero callaba en vano,
Mientras no se acercaban {l su mano
Los músicos volantes, pu es quería
Mi1Tim'i::; arreglar la sinfon ía.
Cansado de esperar, p.i'OJTumpc al cabo,
Sacando la cabe1.a : ¡ Bravo, bravo 1
La turba calla : cada cual procura
Alejarse 6 meterse en la espesura;
Mas él les 1 per suad ió con buenos modos,
Y al fin logró que le escuchasen todos.
-No soy Gato montés 6 campesino;
Soy honrado vecino
De la cercana villa;
Fuí Gato de un maestro de capilla ;
La mús ica aprend( y aun , si me empeii.o ,
Veréis como os la enseño;
P ero !J1'atis y en menos de un a hora.
¡Qué cosa tan so nora
Será el oí r un co ro de canto res,
Verbigracia, calan d ri as, ruisei10rcs 1
Con estas y otras cosas diferentes,
Algunas de las aves in ocentes
Con manso vuelo {t Jllú·rimi.: llegal'on :
Todos en torno de él se co locaron;
EnlQnces con más grac ia
Y más diestro que el Mú s ico de Trac ia 2 ,
Ecilando su compás hacia el más go rdo,
Cons igue gratis merendarsc un tordo.

FÁBULA 11
La Danza pastoril.
Á. la som bra que o frece
Un gran pei1ún tajado,
-1.76-
P or cuyo pi e co rría
Un arroy uelo man so,
So fol'rllab a en estío
Un tlrli cioso prado.
Los árboles silvestres
Aqul y ulll plunlud os,
El sue lo siempre verde
De mil fl o ~es.se mbmd o,
l'll ús agr·adnble hacian
E\lu •ar solilario .
Contento en él pasaba
La siesta, recostaJo
Debaj o lir una e ncina,
Con el a l bogue, Bato 1.
Al so n de s us tonadas
Los pasto res ce rcanos,
Sin olvitl ar algunos
La gua1·da del ga nado.
Descendfan li geros 2
Desde la sierra al llano.
Las hones ta s zagalas,
Según iban llegando,
Bai laba n lindamente,
Asidas de las ma nos,
En torno de la encina
Donde tocaba Bato.
De las e pesas mmas
Se vera colgando
Una guirnalda bella
De r osas y a maa·anto.
La fi es ta presi dfa
Un mayo l'ul anc iano :
Y ya qu e el regoc ijo
Bas tó pam desca nso,
Antes que se volviesen
Al eg res al r ebañ o,
El vi ej o presidente
Con s u co rvo cayado
Al canzó la guimalda,
-'117-
Que penclra de l {trbo l,
Y co •·o n6 co n ella
Los cnbe llos dorados
De la ge ntil zagala,
Qu e co n se nc ill o ag rado
Supo ganar á toda s
En modes ti a y r eca to.
Si la viNucl p7·cmiaran
Algunos cortesanos,
Yo seque no lmi1·ia
Desde la co1·tc al campo.

]rÁBULA 111

Los dos Perros.


Procm·c se1· en todo lo ¡Josiblc
El que ha d e 1'CP1'C1Ulc1' ú·rep1'Citsible.
Sultán, pe rro go loso y a trevido,
En s u casa robó , por un descuid o,
Una pi e rna exce le nte el e carnero.
Pinto, gran tmgador, su co mpatiero,
Le e n c ue ntra co n la {)I'Csa e n carnizado,
Ojo al través, co lm ill o acic~Li ado,
Fruncidas las na 1·i ces y grui~e ud o.
- ¿ Qué cosa es tás bacienll o,
Desgraciado Sultán? Pinto le d ice.
¿No saiJcs, inf(•licc 1,

l.lll{clirc 1•or i11(di:, en \lrtutl th' 1 ~ fi guro (lllragogt'.


-178-
Qu e un perro infi el, ingrato ,
No merece se r perro, sino ga lo·?
¡ Al amo, que nos fra
La custodia de casa noche y día ,
Nos halaga, nos cuida y alimenta,
l.e das tan buena cucnla 1
1
Qu e le robas go loso
La pierna del cam ero más jugoso !
Como amigo te ruego
No la malLrates más : d éjal a. lu ego .
- ll ablas , dij o Sultán, perfectam ente.
Una duda m e queda so lam ente
Para segu ir al punto tu co nsejo :
Df, ¿te la come rás s i yo la d ejo?

FÁBULA IV
La Moda.
Dcr.; pués de h¡¡ber corrido
Cie rto danumte Mono
Por canton es y plazas
He ciudad en ciudad el mund o todo ,
Log¡•ó (di ce la hi storia,
Aunque no cuenta el có mo)
Volverse libremente
Á lo s ca mpos de l Áfri en orgull oso .
Los Monos al viaj ero
Hcciben co n más go1.0
Que á P eOro, el czar, los rusos,
Qu e los griegos á Uli ses ge n eroso .
De leyes, d e cos tumbres
Ni él h;:tbl ó, ni algún otro 2
Le prct.'llllló palabra ;
P er o de traj es y d e m odas todo s.
En cie rta j eri go nza ,
Co n extra nj ei'O ton o,
l.es hizo un gran detalle 3
-179-
De lo más t·cmtu·cahlc 1 á los curiosos.
t< Empece mos, decían,
Aunque sea por poco . "
lli ciéron sc zapa tos
Cón cásca ras de nu eces por Jo pronto.
Toda la raza mona
Andaba co n s us choclos',
Y el no traerlos era
Falla r (t la dece ncia y al deco ro.
Un leopa rd o hambriento
Trepa para los .\l onas;
Ellos hui r intentan
Á salvarse en Jos á rholes de l so to a.
Las c hin e la s~ lo es to rban ,
Y de mu y fácil modo
Aquí y a ll í mataba,
llacien do á su placer dos mil d es trozo~.
En Tetuü n desde entonces
Manda e l senado docto,
Que cualqui er uso ó moda
De países ce rca nos ó remotos,
Antes que lleg ue e l caso
De adoptarse en el prop io,
Haya de exa minarse
En junta de políticos á fondo .
Con tan :justo dcct·eto ,
Y el suceso lto1'1'0J'OSo
;, Dejaron tales modas ?
Primero dcjw·ian de SCJ' Monos.

FÁBULA V

El Lobo y e l Mastín.
Trampas, redes y perros
Los celosos pastores disponían
En lo oculto Jel bosqu e y de los cerros,
l> orquc matar qu erran
-180-
.\ un Lobo por e l btu·baro delito
De no dejar [L vida ui un cabrito .
IJ allúse CU I'U (L CU I'U
Un 1\lastrn co n el Lobo de repente,
Y cada c ual se para,
Tal co mo en Za ma estaba n frente á frente
Antes de la batalla, muy serenos,
Anibal y Esc ipión , ni más ni me nos .
En esta suspensión treguas propo ne
El Lobo á su enemi go .
El Mastín no se opone,
Antes le di ce :-Amigo,
Es cosa bi en ex t¡·aiw. po1' mi vida
Meterse un sc Ji or Lobo á cab 1·icida t .
Ese cuerpo brioso
Y de pujanza fuerte,
Que mate al j a ba lf , qu e venza al oso.
Mas ¿ qu(· dirán al ve rte
Qu e lo valiente y fi ero
]~ m picas en la sa ngre de un cord ero?
El Lobo le respo nd e : -Ca marada ,
Tienes mu cha razón; en adclñ.nte
l>ropongo no co me¡• sino ensalada. -
Se despiden y toman el portante .
Informados del hecho
Los pas tores se apuran y patean :
Aga rran a l ,\lastín y le apa lean.
Oigo qu e fu é bien hec ho;
Pues, e n vez de ensalada, en aque l ai10
Se fu é co mi end o el Lobo su rebailo.
¿ Con una 1'Cptensiún, con un consejo
Se pretende quil01' un vicio micjo?
- 181-

FABUL.\ Yl

La Hermosa y el Espejo.

Anarda la bella
Tenia un am igo
Co n qu ien coHsultaba
Todos sus caprichos :
Co lores de moda,
Mús 6 menos vivos,
Plum as, so mbre retes 1 ,
Lunares y rizos
Jamás en su adorno
Fueron admi ti dos,
Si él no la 2 decfa :
1< Gmcioso, bonito>>.
Cuando su hermosura
Ll ena de al racti vo,
En sus verdes <~iJos
Te n fa m ás brillo,
Traido ras la roban
(Ni ac ierto á decirl o)
Las negras viruelas
Sus gracias y hec hizos.
Ll ogóso al espejo :
Este era su amigo,
Y como se jacta
De fiel y se ncillo,
Lisa y llanamente
- 1 82-
La verdad la dij o .
Anarda ful'i osa,
Casi sin se ntid o,
Le vuelve la espalda
Dando mi 1 quejidos.
Desde aq u el instante
Cuen ta n que no quiso
Vo lver á co nsultas
Con el selio 1' mío 1.
Escúcltame A nw·da :
<<Si buscas amigo$
Que te representen
Tus gracias y hechizos,
Jlfas que no le adviertan
Defectos , y mm vicios
De aquellos que 1wdie
Conoce en si mismo ;
Dime¿ de que modo
Podt·ás corrcgi1·los? >l

FABULA VIl
El Viejo y el Chalan.
Fabio estlt , no lo ni ego, muy notado
De un a cierta pasión que le domina;
¿ Mas qu é im porta, se iwr? s i se exam ina
Se verá que es un mozo muy honrado,
f. encroso, co rtés, hábil, activo,
Y que de todo enti ende
Cuanto pide el empl eo que pretende.
Y qu r, ¿ no se le dan ? ... ¿ por qu6 motivo? ...
Tmtab a un Vi ejo de co mprar u n perro
Para. que le guardase los doblon es.
Le decra el Cha lán estas raz on es :
- Con un coll ;u de hi err o
Qu e ten ga el animal, échen le gen te :
Es herm oso , puj ante ,
- 1 83 -
Leal , bravo , arrogan te;
Y aun que ti en e la falta solamente
De se r a lgo go loso ...
- ¿Go loso? di ce el Ri co¡ no le qui ero.
-No es para marmitón 1, ni dcs pC' nsc ro,
Continúa el Chalún m uy presuroso,
Sin o pa1·a vali en te centin ela.
- Menos, co nclu ye el Viej o :
Dejará que me qu iten el pell ej o
Por lam er entre ta nto la ca7. ucla .

FÁBULA \'!Il
L a Gata con Cascabeles.

Salió cierta maflana


Zapaq uiUla al tejado ·
Co n un collar de grana,
De pelo y cascabeles adornado .
Al ver tal maravilla,
Del alto co rredor y la guardilla 2
Van sallando Jos Galos de un o en un o;
Congrégase a l ins tan te
Tal co ncu rso gatuno 3
En torno de la dam a rozagante,
Que entre fl exibles colas arboladas
Apenas divi sarl a se podfa.
Ella co n mil monadas
El cascabel parl ero saruclfa;
P ero cesa ndo al fin el sonso nete,
l) ij o, q ue por juguete,
Quitó el collar al perro s u se ñoL'a,
Y se lo puso á ell a.
Cie rto que Zapaquilda estaba bell a :
Á todos ena mora ,
Tanto que en la gatesca compañfa,
-184-
Cu{tl dice su atrevido pensamiento,
Cuá 1 se enc respa celoso;
lliñ en éste y aquél con ardimiento,
Pu es con ansia qucl'fa
Cada Gato so iLe ,·o sat· su esposo .
Entre los araf¡azos y maullidos
Levántnse Garra{, r:ato prudente,
Y á los enfurecid os
Les grita : -Noble ge nte,
¡ Gata co n cascabeles por esposa !
¿Quién pretende tal cosa?
¿No veis que el cascabel la caza a hu yen ta
Y qu e la damn. ham bri pn la
Necesita s in eluda que el marido,
Ausento y aburrido,
Busque la provisió n en los desvanes,
Mi enLL'as ell a cercada de galanes,
Porqu e el mundo la vea,
De tejado en tejado se pasea?-
Marchóse Zapaquilda conven cida,
Y lo mismo quedó la concur renc ia.
¡ Cuántos chascos se llevan en la vida
Los que no mi1·an más que la apm•iencia!

FÁBULA IX
El Ruiseñor y el Mo chuelo.
t.: na. noche de mayo,
Den tro de un bosque espeso,
Donde segú n I'Cin a ba
l.a triste obscuridad con el sil cncin,
J>cu ecc que tenia
Su habitación Morfeo;
Cuando Lodo viviente
Disfrutaba del dulce y blando suci1o,
Pendiente de una rama
Un lluise Jj o¡· parlero 1
-185-
EmpezO rn n s us ayes
t\ publica,· sus do lol'osos ce los .
J)espués dr mil qucrcllns,
Que llegaron a l cir io,
,\ canta r empeza ba
La a nti gua hi sto ria d el infi e l Teseo,
Cuando, sin sRbc r como,
[n cazad ot· Mochuelo
Al músico arrebata
Entre las co rvas uilas pt·isioncro.
Jamas Pan co n ln llauta
Igualó sus go rj eos,
Ni rcsonú tan grata
La dul ce Ji,·a del divin o Ot•fco .
No obstante, cua ndo da ba 1
Sus últimos lamentos,
Los vecin os de l bosq ue
Aplnudfan su mu e¡·tc : yo lo c reo .
Si co n s us se re na tas
El mi smo Farinclo
Vini ese á despertarme,
Mi entras que yo dormfa:! en blando lecho ;
En lugar de los bmvos,
])irfa : Caball ero,
¡Que no vi niese ahol'a
Para tal Hui seilo r a lg ún :\loc hu elo !
Clori tiene mil gracias :
Y ¿ qut! logm con eso?
llace1·se fastidiosa
Pol' no qllercr usa1·las (i su tiempo .
t .Cumulodn&l,)nll'j ormit•¡¡/msdfdm.
:!. /Jormfn. Heria u u'L~ eorrect'; micntrM que yo d1umiem ..
- 1 86 -

F.iBULA X

El Amo y el Perro.
- Callen tod os los perros de es te mundo
n ond e es tá mi Palomo : '
Es fi el, dec ía el Amo, sin segun J o
Y me guarda la casa ... pero¿ có m.o ?
Con la despe nsa abi erta
Le dej é cierto dfa ¡
En m edio de la puet·La
De guardi a se plantó co n biza rría.
Un formid abl e ga lo,
En vez de perseguir á los ratones,
. e ven fa gui ado del olfa to
Á vi sitar chori zos y jamo nes.
Palomo le des pide buenam ente;
El ga ta 7.0 1 se encrespa y acalora :
lliiJCn sn ngri cntnmente,
Y mi Guarda;"amoncs 2 le devorn. -
Esto co nta ba el Am o (l sus ami gos,
"1' des pués f1 s u casa se los ll eva
Á que fu ese n tes tigos
De tal fid elidad en otra prueba.
Teni a a l buen Palomo pri sionero
Entr·e manidas poll as y pe rdi ces :
Los se bosos t•iiw nes de un ca t·nero
Casi cas i le unta ban las nari ces .
- I Si-
Dcntro de este retiro á penitencia 1
El triste fu é metiJ o
Desp u és de a lgunos dfas de abstin encia.
Al fin , ya s u SciiOl' co mpaJ ecido
Abre co n sus amigos el cncic n o;
Sale rabo entre piernas agac hado :
Al Am o se acercaba el pobre P eno,
Lami éndose el hoc ico <!nsangrc ntado.
El J)ueilo se alborota y enfurece
Con tan fatal es nuevas.
Yo te preguntw·ia ¿ Y quC merece
Quien la, virtud expone á tales pntebas ?

FÁBULA XI
Los dos Cazadores.
Qur en una rn ;.ucial funciún,
Ó cuu nd o el caso lo pida,
Arriesgue un hombre su vida,
J)igo que es mucha razón.
Pero el ctu c por divers ión
Exponer su vida quiem
1~ juguete de una fiera,
O pel igros no menvrcs,
Sepa de dos Cazadores
Una historia verJ.adcra.
P edro P once, el v;:Lie¡·oso,
Y Juan C:.uTam.a, e l prudente,
Vi ero n venir frente {t fren te
Al lobo más hono roso.
~1 prudente, teme r oso,
Á una cndna se aba lanza,
Y cual otro Sa ncho Panza,
En las ramas se sa h•ó .
Pech·o Poncc allf rnuriú :
fmitemos ti Cnrmn;;a.
1. Í penitcud11. Se \!ice mr.~ cor~clnmcnte ; tll J>tllit~nt:ill.
- 188-

FÁBULA XII

El Gato y el Cazador.

Ci e rto Gato e n poblado desconte nto,


J1oL' m cjomr s in duda de desLin o
{Qu (· n o se ría Ga to d e co n ve nto)
Pasó de ciudada no il camp esin o.
i\l c ti ósc santa me nte
De ntro de un a co vac ha , mas no ll·j os
JJ c un gTa n soto poblaJ o de co n ej os.
Considere el lector piadosamente
Si este nob le ermitail o
]>ro bnría la hi erba en lodo el a fi o .
Lo mej or de la caza devora ba,
ll acic nd o mil excesos;
Mas a l fin por e l ras tro qu e d ej a ba
J) e plum as y d e hu esos,
Un Cazad or lo ad vici'LC : le pers igue,
Arma trampas y redes co n ta l mafi a,
Que al instante co nsigue
At1·apar la camfvora alim a iw..
Ll égase e l Ca zad or a l pr isione r o,
Qu ier e dal'l c la mu e rte .
El animal le di ce : - Caba ll e ro,
Du élasc de la s u e rte
De un tri s te p obrecito ' ,
~l c tido e n la pi'is ión '. l sin ~e lit o .
- ¿. Sin de li to, me di ces,
Cu a ndo st· c¡ uc tus ufl as y tu s di e ntes
Devo ra n infini tos in ocen tes?

l. Pobrecito,tllm. tle }HJ hrt. \'éue la nola :!, t•ág. &.1


- 180-
- SciJOr, eran co n ejos y perd ices;
Y yo no hacía mús, á fe de Gato,
Que lo que ustedes hacen en el plato.
-Ea, pícaro, muere,
Que tu mala razón no satisface.
Con que sett t la co.sa que se fuere,
¿La podrá ttt:ted hacer, si otro la. hace?

FÁBULA XIII
El Pastor.
~a li c i o!
usaba tnit et·
Ln zampoita todo el nito,
Y, por oí d o, el rcbaito
Se olvidaba de pace r.
M j or sería I'Ompcr
La zampoim a l tal Sali cio;
Pol'quc si causa perjuicio
En luga1· de utilidad,
La mayo1· habilidad,
En t•e.:de 'VÍ1'lucl,cs vicio .

. F.\B ULA XIV

El Tordo Flautista .
. E1·a un gusto el ofr, era un enca nto,
A un tordo gra n flautista, pero tanto,
Que en la ga ita gallega,
- 190-
ó la pasión me ciega,
Ó á ~li són le ll evaba mi l ventajas.
Cuando todas las aves se hacen raja!' •
Saludando á la aurom,
Y la turba confusa chttdadora t
La 3 canta sin compás y con destreza
Todo cuanto la viene {1 la cabeza,
El ll aulista empezó : cesó el conc ierto.
Los pújaros con tanto pico abierto
Oyeron en un tono soberano
Las folras 4 , la gaita y el villano;;_
Al escuchar las aves ta les rosas,
Quedaron admiradas y env idi osas¡
Los ji lgueros preciados de canto res,
Los vanos ruiseñores,
Unus y otros co rrid os,
Callan r ntre las h ojas escond id os.
Ufano el Tordo grita:- Camaradas,
Ni saben, ni sabd n estas tonadas
Los pájai'OS ociosos,
Sino los retirados estudiosos.
Sabed, c¡ue con un h:ibil zapate ro
Estudié un af10 entero :
Él dale que le das á sus zapatos,
Y allemando, silbá.bamos ú ralos.
En fin, viéndome dieslro,
- Vuela al campo, me dice mi maestro,
Y harús vc1· á las aves de mi pai'Lc
Lo que gana. el ingenio con el (1.1'lc.

FABULA XV
El R aposo y e l Lobo.
Un triste llap oso
J>or medio de l ll ano
;\1archaba sin piernas,
Cual oL1·o soldado,
-19 1 -
Qu e pent i~·~ las su yas
AII (L en Campo Santo .
L'n Lobo le elij o :
- ll ola, buen hermano,
Diga,¡. en qué rerr·iega
Quedó tan lisiado?
-¡Ay de mi! respo nde ;
Un maldito rastro
Me llevó tí una trampa,
Donde por mi lagro,
Dejando una pierna,
alí co n trabajo .
Des pués de algún tiempo
I ba yo cazando 1,

) ' en la tramp tt misma


Dejé pierna y rabo. -
El Lobo le dice '
- Cl'ei bl c es el caso :
Yo es toy Luerto, cojo
Y desorejado
Por ciertos mastines,
Guardas de un rcbai10.
Soy de es tas montaiias
El Lobo decano,
Y como co n ozco
Las maiHlS de entra mbos,
Temo que acabemos,
No digo enmendados,
in o tú en. la trampa,
Y yo en el rcbaüo.
Que el ciego tt7Jetilo
Pueda arrasb·ar tanto
i los bnttos,pase,
¡ Pero á los humanos!
-192-

FABUL.\ XVI

El Cuidadano Pastor.

Cierto joven le la
En versos excelen tes
Las dulces pastorclas 1

Con el mayor deleite.


Tenía la cabeza
Ll ena de prados, fu en tes,
Pa s lol'es y zagalus,
Zampoflas y rabcles.
Al fin, cie rta maiiana
Prorrumpe de esta suerte :
-¡Yo he de es tar prisionc1'0
Cc¡·cado de paredes,
E5clavo de los hombres,
Y sujeto ft las leyes,
Pudiendo , entre pastores,
f:raL..'l y sencillamente
Di sfrut<.u' desde ahora
La libertad ca mp estre!
De la ciudad al bosque
Me marcho para sicmpl'C :
Alli nuturu lem
Me lH·inda con sus bienes;
Los úrboles y rfos
Con frulas y con peces;
1,os ga na dos y abejas
Con la mi e l y la Icd1e ¡
- 1~3-

!l asta las duras rorns


ll clbitución me ofn•ccn
En gl'utus coronada~
De piunpanos si lvestres.
Desde tan bella estancia,
¡ Cu(mtas y cuántas veces,
Al son d e dulces flautas,
Y so nor os rabclcs,
Oit•é á lus pastores,
Que discretos co nti enden,
Publicando. e n sus versos
Amores inocentes!
Como que ya diviso
Enlt•o el ramaje vorJc
Á la pastora Ñisc 1,
Que al lado de una fu ente,
Sentada al pie de un olmo,
Una gui rnalda teje.
¿Si será p<Lra Mupsu 2 ·? .•. -
Tanto el j oven enc iend e
Su loca fantasfa,
Que ya en fin se resue lve,
Y en zuga l disfrazado,
En los bosques se mete.
A un rabadün 3 encuc tltt·a,
Y le pregun La <llegre :
- Dime, ¿es de Mclibco
Ese ganado 4?- Mi ente,
Que es mfo; y sob re todo,
Sea de quien se fuere .
- 'o respondió el buen hombre
~lu y pol·Licamentc.
El J oven te me r oso
De que tal vez le diese
Con el fi el'o gar l'otc
Que poi' cayado tiene,
Sin c hi sta r más palabra;;,
!luyó bonitamente .

FÁBtiW.S 01! 8AMAKU.:00,


Mat·clt aba pensativo,
Cuando quiso la su erte
Que cogiendo bellotas
Á la pastot'a viese.
- ¡O h Ni se rumentida!
Exclama : ¡ cmí.nlas ''eces,
Siendo niña, qucrfas
Que yo te recogiese
La fruta con l'OCÍO
])e mi s manzan os verdes! -
lJi ciendo asf, se ace rca :
La moza se revuelve,
Y dándole un bufido
En las brei1as se me te .
Sorp r endido el ,\ l an~ebo,
J)i cc : ((¿Qué me sucede·?
¿.Son éstos los pastores
Disc t·etos, in oce ntes,
Que pintan los poetas
Tan delicadame nte'?
Á nu evos desengaftos
Ya no quiero exponerme . n
Hendid o, cavi loso
Á la ciudad se vuelve .
Yo siento á pa1' del a.lma.
Que no se detuviese
A clisfJ·~ta1'W1]JOCO
De la vi da cmnpcst!'e.
Por mi fe que las miga.s,
El pastoril nlbc¡·yuc,
ll:L1·iaordelve1'Ctno,
Los hielos y las nieves,
Le hubieran pe1·suadido
J\lttcfto mas vivamente,
Que es ttn solemne loco t
Todo aquel que creyere
Hallen· en lct experiencia
Cuanto el hombre 110s pinta 1J01' deleite .
-19:;-

rAilULA XVU

El Ladrón.
Por ca Lar ' una co lm ena
Cierto go loso Ladrón ,
De l Yenenoso agu ijún 2
Tuvo qu e sufrir la pcn<t.
e<- La miel, di ce, estú muy buena,
Es un bocado exq ui s ito ;
P or e l aguijón maltlito
:\'o vo lveré a l colm cna l'. -
¡ Lo que tiene el encontrar
La pc11a tms ol <lclitol

FÁBULA XVIII
El Jov en filósofo y sus Compañeros.
Un j oven ed ucatlo
Con e l mayor c uidad o
Por un viejo fil ósofo profundo,
Sali ópOI' fin tl visita!' el mundo .
- 196 -
Concurrió c ie rto dfa
Enll·c c ivil 1 y alegre co mpañfu ,
,\ un a mrsa abundante y primorosa.
u ¡ EspccLúculo horrend o! ¡ fi era cosa!

!\ i;:t ~~¡~~~ S:, ~~~~~~~~et -~~;!e~·!te


1 1
acierta
;\ come r los d spojos de la muerte! u
El Joven dec lamaba de esta sucl'lc .
.\1 so 11 de lil osóficas mzones,
Devorand o pon!ices y pichones,
l.c I'CSponden algunos co nc urre n les :
- Si usted ha do vi vi l' e ntre las ge ntes',
])c bc rú hacerse á Lodo . -
Con un grac ioso modo,
Alaband o e l horado de ex quisito,
Le prese nta n un go rdo pnjarito.
- Cuanto usted ha exclamado, serú cierto
)lns en fin , le decían, ya es tá mu erto:
Pru (· bc lo por s u vida ... Con~idere
Que o tro le comerü, si n o le quiere. -
l.a ocasión, las palabras, el ej emp lo,
Y segú n yo con templo,
Yo no se qué o lo rci ll o,
Que ex halaba e l ca li e nte pajarillo,
Al Joven persuadi e ron d e maneí·a,
Qu e a l fin se le co mió 3 • ¡ Qui én lo dijera!
- ¡ Haber yo devorado un inocente! -
As í clamaba , pero frfamenle .
Lo c ie rto es, qu e ll evado de ar¡uel ce bo,
Con más fa cilidad cayó d e nu evo .
La ocasión se re pite
Oc uno en o tro co nvite
Y de una co dorniz ú una becada,
Ll egó el Joven a l fin de la jornada,
Ol vidando sus m ltx imas primeras,
Á ser d evo rado r co m o las fi e ras.
De esta sue,·te los vicios se insimian,
Cl'ecen, se petpettittn
Dentro del co1·a.:ón de los humanos,
- 197-
llast(' ser sus sc1iot·es y tiranos .
jovencitos,
P ttes ¿que nmeclio? ... fncautos
¡Cuenta con los primcl'os pnjaritos!

F.\B ULA XTX

E l Elefante, el T oro. el A sno y los d emás an imales.


Los man sos y los fieros ani ma les,
A que se r emed iase n ciertos males,
Desde los bosques l!Cgan,
Y en la rasa c;.unpai1a J se congregan.
Desde la más pelada y u ita roca
Un Asno trompete ro los convoca.
El co n curso yn j un to,
ln sh·uido tamb ié n en e l Mu nlo,
(Pu es á lodos por .lúpitcr previn o
Con cédula ante diem 1 el Poll ino)
Impon iendo s ilencio e l Elefante,
Así dijo : - Sciiol·cs, rs constante
En todo el vasto mundo
Que yo soy en lo fuerte sin segundo :
Los árboles <ll' l'a nco con la mano:~,
Venzo a l Leó n ,) es ll a n o
Que un g0 lp c de mi cuerpo en la m uralla
Ab1·c s in duda brcclm. ;\. la. bata ll a
Ll evo lodo U ll castillo guarnecido 4 ;
En la paz y en la guerra soy len ido
-198-
Por un bruto in vcncihle,
No sólo 1 por mi fu erza i•·•·esistihl e,
Por mi go •·do en lelo 2 ~· grave masa,
Que hace Le mbl a•• la lie•·•·a dond e pasa,
Mas, sei•or·cs, co n Lod o lo que c ue nto,
Sólo de vegeta les me a lim e nto ;
\' como <'• nadie dailo, soy querido,
Mu ch o má s t•es pc tado qu e te mido .
.¡\prend ed pues de mf, crueles fl oras,
Las que hacéis profcsiún de carni cems,
Y no hagúis, pnl' comer, atroces muC I'LOs ,
Pu es to qu e n o se r é is ni me nos rue •·tcs,
Ni menos t•ospeladas,
Sino mu y os titl)adas
De g •·and cs y pequeños animales,
Vivi end o co mo )'O de vegetales. -
Gran pensamiento, di ce n , gra n discurso;
Y nadi e se le opone del concl~rso.
Habló después un Toro de Jarama :
Escar·ba el polvo, cabecea, b•·ama.
- Ve ngan , di ce, los Lobos y los Osos,
Si so n tan poderosos,
, . en e l c irco vcrún con qué donaire
Les haró que volteen por el aire 3 .
¡Qué ! ¿ so n me no s ga llardo:.. y valientes
Mi s cue 1'nos que s us garras y sus d ientes?
Pues¿ po1' qu é los villanos c<u'niceros
ll au de comer mis Vacas y Te l'l1 e ros·!
Y si n o se con ten tan
Con la s h ojas y hi erbas 4 que a lim en tan
En los bosq u es y prados
Á los mt'ls genei'Osos y es forzado:..,
Que mu01·dan d e mis cuerno s al in s tan le,
O si n o de la trompa a l El efante. -
La asamblea aprobó cuanto decra
El Toro con razó n y valentra.
- 199 -
Scgufasc á los dos en el. as iento,
P OI'falla el e buen ord en, el Jume nto,
Y co n rubor expu so su s razo nes.
-Los Mil a nos, ¡n·on·umpe, y los ll a \co ncs t
(No ofendo á los presentes, ni quisiera),
Sin esperar tampoco á que me mu e ra,
Halla n p;u·a sus ui• as y su pi co
Es tu che 2 entre los lomos del Borri co.
Ellos querrán a hora, co mo bobos,
Co mer la hi erba los se it or cs Lobos.
Sada menos: aprendan los malditos
De las Chochape rdi ces ó Cho ditos,
Que, s in hace r á los Jum entos gue rra,
Envaina n sus pi co tes 3 en la ti e rra:
Y viva Lodo el mundo santame nte,
Sin picar ni morde r en lo vivie nte. -
- ¡ Sccctlad , disparate, imp ertin encia!
Gritaba aquí y allf la co n curre nc ia :
¡!l aya si lencio, clamtul, ltaya modo!
Al borótasc todo :
Crece la co nfus ití n, la grita cr ece;
Por más que el Elefante se enfurece,
Se deshizo en desorden la asamblea.
t\ Dios, gl·an pensamiento : á Di os' idea.
- SCii.Ol'CS animales, yo pregunto,
¿ ll nbló el as no la n mal en el asunto?
¡, Di scutTi er on lal vez co n más ac ierto
El El efunle y Toro ·1 No por cierto.
¡, Pu es por qué so lamf'n te al buen Poll ino
Le gyita n: - Dispa rate, desatino?-
Porqu e nadi e en razone!$ se paraba ;;,
Sin o en la cal idad de qui en ha blaba 6 •
- Pu es, a mi go El efante, n o te asombres :
Po1· l<t misma 1•a:;6n. entre los hombres
Se desprecia una ide<t ventajosa.
¡Que preocupación tan pcli yrosa!
APÉNDICE

li emos cre fdo oportuno ag¡·egar, por vía de apfondice ,


algunas rábulas qu e hemos enco ntrad o en varios de
nues tt·os clás icos, co mo Alarcó n, Tirso de Ma lin a y l.ope
de Vega, y e¡ u e so n preci sa mente ve rs ion es mús 6 menos
ingeni osas de algun as fábulas esó pi cas, qu e han sido
igualmente versifi cadas por Samanicgo.

El Léon y la Zorra.

}'ábulaX.l\' .-Lihro i (p¡íg.29).


llame dado una lecció n
La rábu la dell có n ¡
Ya Ll• , sci1o r , la sa brás .
Estaba. Yiejo un a \·cz
Y tullido ; que no es nu evo
Quien anda mu cho man cebo
Esta r cojo á la vejez.
Como no podia ca1.ar,
Y andaba so lo y hambri ento,
n emiLió al entend imiento
Los pies que solian vola r ;
Y !lomando á cortes ¡·cales,
~l a ndó por edi cto y ley
Que,a tenUi endo q ue ua rey
De todos los anim ales,
Acudi ese n á s u cueva.
l{ucron todos, y asentados
-20l-
Dij o : - ¡ Vasallos honrados,
A mi me han dntlo nueva
Exta·alia, y que me prm·oca
Á pesadumbre y pasióu,
Y es que dicen que al léon
Le hu ele muy ma ll a boca:
No es bien que un supu es to real
De Lanlos brutos sCi"lOl' 1
En vez de dar buen olo •·.
A todoshncla tan mal;
Y asi, buscando el remedio,
Ha ll o que á todos os toca
Que, ll egilndoos á mi boca,
Vetiis si al principio 6 medio
Alguna muela poclt'ida
ll uelc mal. pot·quese saque ,
Y de es ta suc l'lc se aplaq ue
Afrentatanconocidn.-
~lctióse con esto adentro,
Y ent a·ando de tmo en uno,
No vieron sali •·ninguno.
La raposa, que es el centro
De malicias, olió el poste,
Y convidá.ndolc iL enl l'ílr
Para ver y visitrll'
Al león, ¡·espo ndi ó:- Oste.
Y asomando la cabeza
Dijo:- Por no se•· tenida
Po1· tosca y descomedida ,
Nocnlro a ver á vuestra aller.a;
Que, como paso trabajo::;,
Unos ajos be a lm oa·zado,
Y para un rey no hny enfado
Como el olor de lo::; ajos;
Por aquesta cerbatana
Vuestra alleza eche el aliento,
Que si yo po1' ella sie n lo
El mal olor, cosa es llana
Que hay muela con agujea·o,
Y el saca lla est;i ó. o tra cuenla ,
Que yo estoy sin he1·ramienta
Y en mi vida fui barbei'O.
( Tn'ISODE)IOLtNo~.,E'll'retelldientealreuésJ.
-202-

:SI Asno veat.ldd' de Léon .

Fdhuln Y. - I~ibro Y {p1lg. 108).


- Nnnc..'lnspi¡•a tí sc t·lcón
El cordero.
- ¡Qué discreto!
-El bruto que co n su piel
Una vez se disfrazó,
Causa (le su afrenta dil}
A los que burl aron de él.
La ocasión de estar pe rdid o
El mund o, es porque cualqu iera,
No contento co n s u cs rera,
Se eleva desvanecido .
Viste seda el ofi cial
Porqu e anhela (l ciud adano:
Y éste con la hacienda ''ano,
Ser quiere al hidalgo igual;
El hid algo, caba ll ero,
Y el caballero, marqués:
Este principc, y después
E l principe, rey severo :
El rey , ha sta emperad or
No para siempre anhelando,
Y as í se va n despcimndo,
~fs::eh~]{~~:ajvoor~~~~~~ot·.
En la hacienda se ocupa t•a,
El oficial trabajara,
Y, contento el ca iJall ero
Con lo que el ciclo le ha dado,
No sa liera de comp<'•s •
Prete ndi endo ''n lcr más,
Todo and tl\'iern orde nado.
Yo, en fin , qne en mi esfera estoy,
An s i mi o ncio cn tl'elu"c,
Padre q ue fué sas tt·e tuve,
Sastre nncl, y sas lre soy.
(Tm<;o m: MouNA, S11111o !1 Sa.rlre).
-203-

El Asno cargado de reliquias.

F1ihnla YI!l . - l~ihro l Y (pñ¡;. 85).

En un librill o he 1 ~ \d o
Que ~n un jum ~ nto ll e\'Uba n
Un a diosa qu e ndorn ban
Con el res peto d ebido,
Los que la oian pasar ,
Hincá ndose de ro<lillas¡
Cuyas altas mara\'ill as
Pudo el jUinento pensar
(Co mo en fin era ju mento)
Qu e era n po r Cl, y pm·óse.
Viénd olo el du eilo, cnfudóse
])el sol)erbio pensami ento,
Y pegá ndole mu y bi en,
Le d ijo co n vo1. ruriosa :
- No es a ti, si no a la diosa .
(Lo1•t: o& Yt:G.\, Los Tellos de .Mcne•e•)·

La Gata mujer.

}<"!\.bula XV I. - l.ihro V (púg. 11 8).

Co noe i un hombre en Ate nas


Qu e pi dió ú Venu s le hi ciese
Muj e r , con ruegos y orrendas,
Una ~ala domin ica,
Quiero decir , bl a nca y negra .
Estando en su estrado un d ia ,
Con moñ o y nag uas d e tela ,
Vió pasa¡· un a nimal
De aqu estos, co mo poe tas,
Qu e and a n roye ndo papeles;
Y d ando un ~a lto \i ge¡·a
De la tu l·i mna l ratón
Mosbró q ue, en na tu ra leza ,
La que es gata sera gala,
La qu e es pe !"l'a SC I' i perra .
(I.OP& o~: V¡,;o,\ 1 El Cr111tiyo sin rcuya11:11).
-204-

Congreso de los Ratones

Ftibul:t VI II. - Libro lll (pág. f.I9J.


Junt<ironsclosr·ntoncs
Pura librarse del gato
Y, dcspuCsde un largo rato
De disputas y opiniones,
Oijet·on que acertarían
En ponerle uu crtscabel;
Que andando el gato con él
Gua¡·darse mcjol' podian.
Sali ó un ra lUn barbicano,
Colilar·gO, hociquir¡·om o,
Y e ncr·cspundo el gt·u esolo mo,
Dij o al se nad o romano,
Después de hablarcu!Lo un ralo:
-~Quién de todos ha de se t·
g¡ que se atrc,•a á poner
Ese cascabel al gnLot
{Lo••& ot: Vt.:O.\, LaE&clamlie&u Gtllt/11 ),

La Corneja y al Águila.

Es varianlo do In Fábula, El Grajo ua110 (pág. íli ).


A!5istir quiso á la boda
Del óguila, mas se halló
Ln corneja lan sin galas,
Que ndornócl cue r•po y las alas
~c0 ~·~~~n:v~~~~~~l:s11~~1~;~urló
Que ape na s ll egóit la s bodn!:l,
Cuando conocieron todas
Sus plumas, y la primera
El ág uila la emhistió
Á cobrarlas con lal furia,
Que para In misma injuria
Ejemplo d la8 ot1·as dió.
-Detente:¿ qué rabia C!:i ésta'!
-205-
(Dijo la co1·neja) nd,·ic rle
Que sólo por complacerle
Y po1· ,·en ir á la íicsla
Más bl'illante, las hurté.
Y el águila I'Cspondió:
- ~ccin, 6 po1· ven tu m ~-o
Pud iera <'Uipar Lu te,
Siendo tu rorluna escasa~
Cuando galas no lrujcras,
Ó co n las luyas vinieras
U cs tu viéraslc en tu casa.
(ALM•cóx, .Yo hay mal que por bien no vell!/11).
LÉ XICO

' ' b ••ll {l' e•lro Slrn•"on!. ~otabl e lnuua- At.e llll 8 . Cn¡Jitul y dutlatl ¡•rhu• ]¡,~ l
nl ~ta ts¡•a il ol ¡¡ue ¡mltll có, e nt re otr-.u; de \a :aulil!u:a l:rtrla. ~:ra C'IUJIOri o '''-' la•
tlhru. 1:1~ ff,buln~ llnnHut:u dr t:Sono artes, de li•s denrlu y de la chlliueiUn
(l:;t;;-ttai), l!:ricgn.
Afa·lcn . ~na «s
lu elnco¡umuMI
mund o. Tiene:!!l m\llones dr kil. ruadra - nnco. lllo• del •lno:hiJodrJ•I¡til<'r
tlosr tOmlllonu de habltnnt rs. y tle Smnele. t:n ¡crlel!n •e llamnhallio
Al cti:r."'-' llalta ~:•r il ri.CII iehre¡ooct:l, U] $iO.
n:uurnlde8f'•illa 1:>30-lllOil). Uld¡ml ó PilJmi . J• ersonnje•w•·r-
Anll c ltt. @l, l'e~e ad or oiJAC Uroqu t>~ LCiit'O,l¡nc intero ieneen ht narr.H'L6no ri l.'n-
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blé n IC llama Cid CamJ>t mlor 10\~I O'Y.l¡. ddu y t•nhlkada~ r n t'llstcllano t•ur <'1
C l n zonu•nln . Gco¡¡r. ' '· Cl.~t:.IIO'"to:. hunmnls ta t•.;dro !Shuóu Abril.

:~~~~~::~~~:i~;:~:;:::~f::~~~~;·:·:, :: :::.~~:i:.~~'f::.;:~·· ~::~l~~~r,~!·li':::~::::


~~r:~i1~ '!~~,:~::; ~:c~~¡;r~~~~~::•:~c~~~~~~ Gr!~:~·;~~¡\:::~r~:~~~~~~~~~:~i~·;u'!~
¡;rtc¡¡o lc llanlll J-:rm. co111o una de l:li 111:\i nut;tlllc•ll~·••bir

J) t• nu•t••lo ... ah• .-lo ó e l .1-'l.ll e- 1-'¡u •ln e l o )' rncjor J-' a••ln e lll

ri.:~!:~;:~~n;,~tf; ;:,~~~~:;,;~1:Jt: ;:~~~;:~m@~~:¡::::~:::··:·::::~:.:::·.:~


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~,~~:i~~:::~::~~:r::~~~:~:~~.:~;::~~ ~i::::.~:~::~:f:;.fz:;;,~;~;:f~~~::\t:l:~:~
li ento Y J,lmt• ('n 1'1 1'\elo. traducid u cu~l !Ollas In t'ábuludc t'cdru

~~~Il!t.;~2¡~;~;?·~~:;~~t~:~ : :~:~~~:~2:,~;;,~.~:~~~~,~~·~~:~
~~~~~~~~ [~~}~~;~~~
~~r~~~t~:~~~~~:;~~;;~::~::~~~::~~ :~¡:j~I&~~~¡:f:~··:~: ·;.:·:·: : .:
- 20R-
- .20\l-
- 2 10 -

:IC:tl'n'arun umllilud de rncntij!:O" . .\rur


.
~~n~~~C~I;:b~-c~~~r~~:::::::~· ;1lb~~~:~b;~ ha~nl ~~=-~~~·e~ort~l;:, e':~:::: ,11 ;e¡:c.:~~
lo¡1c y ¡oadrr deTcl~maeo. Futltnlo de l o~
5a>lo d clm¡fled~d,fu~eoutlrn:uloJ :1. bebtr ¡>rinri¡>:~lcs lilt~• del sitio de Tro)'a,
l~ l'irula ( ltiíl-3!19 nnt. J. C.. l. donde ~e dl~tln¡,¡ul(i por su llf\Ui cnci~.
Í:\'DTCE

1 :-~rnonllCCIÓS ... .
Snmanicgo .• T. El León con su ojór-
Prólngo del autor .. cito........ 37
ll. La Lechera.......... :W
111. E\ Asno SC'SUdO...... 11

l. ~\Asno y el Cochino. 13 1~;: 1~11y1~~~ 11/ \:s g;~~~:js~ 1·~


11 . La Cigarra y la ll or· la Tortuga .....•
¡niga ......... , ... . Yl. Ell.ohoy JaCigiiclia.
E\~1 uac~l~~.lt.~ :y.l·a· ~?or- V I f. El bl::~~~.~r~ .): .l~l. ~·.u.l~~
1H .
0 17
Vll l. El Ptijaro herido de
1V. LaCodornir. ......... 18
Y. El ,\guiJa y e l l·:sca- unaJlccha ....... .
r:'l.hajo ........... . LX. El Pcscadorycll'cz.
VI. El León ví'lh:itlo por X. E\Gorriúnyla Licbrc.
el ll ombrc, . ...... 121 XI. Ji1pitcr )'la Tortuga.
\'lf. La Zorra y e l Bu"lO. '11 XII. El Charlat:in ....... .
VIII. El Ra1ón de la corte XLII. El )!ilanoylas l'nlo·
y el del campo .... '.H
\ X. El ll crrcroyclPcrro. :r.l Xl\'. Las dos Rauns ..
X\'. 1·:1 Parto do los mon·
xi: :~::~~~~1~~~.~i.~i~~~~:
XI I. El !.copardo y las
~
Monas ........... '10
XI II. E!Cicrvocnlnfucntc. ·:?S X\'I r
XIV. El Lctin y la Y.orra... ~~ X\'111.
X\'. L:t Cicn·a. y el Ccr- XIX.'-"' c:a"'"'' v w;wn-
r,1
XVl. El Labrador y la Ci- XX. EICaballoyciCior\'O. 58
güclia ............ .
XV II. L\¡~~~~.l~~~~~ .. ~· . . ~~ 3'2
X\'111. E\ Calvo y la :\!osea.. 33 T. El Ao;oiln l'elC•'"'·o.
XfX. Los dos Amigos ,\'e l 11. tH
XX. El ~:~¡¡~·,·l~; {i:i(:i );i~ 31 111. .. ."~,':~':::·:.:;:.:.:.~"· ij ]

Jabalina... J\•. 05
- 2 12 -
V. J.a Zorra y la Gal·
lina .•. . ........... 66
G1 l. I..osRatoncs,ycl(i;Ho. IU3
YJ. La Cierva y el I.cün.
VI J. 1~1 l.ct",n ('namoratlo ..
ó8 JI. El Asno y cll..o iJO... 101
111. El Asno y el Caballo. JO..')
\' 11 1. <A>:r:~~~. ~~-o. ·J·o·s· -~ ~-· \\'. Ell:nhr:~dor y la Pro-
vHiencia ......... .
IX. El Lobo y la 0\'o-
Jn •... . .•.. . ...••..
70 Y. El Asno vostido do
71 León •............. IOR
xi: ;¿: lg.·~l~:~: )~lal;u~~~: i-!
Vl. La Gallina dolos hne·
vosdooro.... JO'J
pionto ............ .
XII. Jo:l.\sno y las nanas.
XIIL El.\sno y el Perro ..
~; \~;~;: ::~: ~l~~~~ojso:d¡¿~;~~: : :~
XIV. 1<:1 LeOn y el Asno ca· IX. El<.:ucrvo yol ~orro.. 11-1
znn¡Jo ............ . 15 X. UnCojoyunPicarón. tl:l
XL El Carretero y JJ C¡·cu-
XV. El~~~~·l.:u~~~- y el Hli:s· lcs .......... . . , .. JIJ
XII. l.u i':orra )'el Chi\'0 .. JJ;'¡

XI Jl. El ~j~:~~· ~~;,~r·r·o· ~: ~~


I.La.:'ll onacorrida .... 'iS J.os dos Gallo<; ....... ¡¡r¡
11. El Asno y Jitpitcr ... SO La )lona y la Zorra .. 117
11 1. 1::1 CazaUor y la Por- J.aGatamnjN ...... 118
diz •.•............. t:ll La i.('ona y t•l Oso .. JIU
IV. El Vif'jo y la~lucrtc. 8·2 El Loho )' el P Nro
\'.El Jo:nfNmo J r·l :'llC· naco .............. E!Q
dico. S:J XIX. La Ú\'cjn y el Ciervo. l-!1
\'l. La Zorra} las Uvas .
Yll. La Cicn·ay la Yi1ia. ~ ~\:i: ~~ ,~~~.~~t:r~ii~::: .... :;:;
\'111. ¡.~¡ Asno cargado do XXII. E!Jabali y la Zorra .. I-'J3
reliquias ...... . XX liT.
t;:; E!Pcrroyo!Cocodrilo. 1-!1
IX. Los dos Machos .... . 8G X..."'\'. La Comadreja y los
X. J::JCnzadoryclPcrro. Si Hatoncs ........... 1~1

XI. La Tortuga y el ¡\gui· XX\'. El Lobo y l'i Perro .. 1·1;:,


la ................ . 88
XII. El I~cón y el Ratón .. 8$
XIIT. l.a.'! LicbrcsylasHa·

XIV.
XV. 131
X~~:: Lall<>cha•o'<'l"'"'""· 13'1

ros ..•.•...... 03
XYII L 1•:1 Grajo vano ..... 01
X IX. 1-:1 llomhrcylaComa· 13 1
drcja ............. . 13ft
XX. B:nn.lla tlo las Coma-
drojo.s y los Hato- 131
nos ..... . .. . ..... . !)5 130
XXL El J.eón y la B:ana .. \)6
XXII. Ji;JCií'n·oylosBu<'yCs 07 )lO
XXIII. l.osNavogantcs ...... •s
XXI\'. El Torrente y el Rio.
XX.\'. El León, el Lobo y la
Zorra ...
"" 111
11-!
113
- 2 13 -
LIIJI\O S f:I'TI:\10 \"IH. Lo,tlos Titiriteros... l'il
IX. EIR nposoyci P crro. IH

,..,.,,,,,, .......... lli


111. :~ J. E l Gato .r In~ Ave-;. 17 1
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bcl<'S ............. .
IX.. El H.uio.;ctior y el :\lo-
¡~,u chuclo........... 18-1

~;~ x~: ::~sA~~~ ta~:1uio~~~~:: :~


XI.
XH.
XH. El Gato y ül Cazador. 188
Xlll. El Pastor .......... . 189
XIV. 10:1 Torololltnui:stn .... 189

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Profesor de ¡zeogrnrin en In Universidad do Pnris
M iomln·o correspondiente de In ncn! Acndemin de la Historia de Mndrid

'l'ORRES CAMPOS

LISTA DE LOS MAPAS


·1. Europa fí sica. 10. Amér ica del Su r polilka.
2. Eur opa politica. H. España fí sica.
3. Asia física. H. España política.
'•· Asia po\ilica. 13. Esta dos-Unidos Mexica no s.
!:i. Áfr ica fisica. mapa físico.
6. Áfri ca poliLica. 14. Est ado s-U nid os Mexican os,
1. América fí sica. mapa po lítico.
8. Ocean ia. 15. Pl anisferio e:;c1·ito .
9. Am érica del Nort e politica. {6. Planisferio mudo.
Impresos en colol' 1 en papel simili japón (i"',20 Xfm).

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mismo tamaño d e Jos ?ll apas mul'al es YIOAL-LAilLACIIE
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