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PRESENTACION
NOMBRE: LIZMAR
CURSO: 1ro. C
MATERIA: NATURALES
En los textos modernos y en la ciencia del sistema Tierra, la geósfera se refiere a las
partes sólidas de la Tierra; se usa junto con la atmósfera, la hidrósfera y la biósfera para
describir los sistemas de la Tierra (a veces se enumera la interacción de estos sistemas
con la magnetosfera). En ese contexto, a veces se usa el término litosfera en lugar de
geósfera o tierra sólida. La litosfera, sin embargo, solo se refiere a las capas superiores
de la Tierra sólida (rocas de la corteza oceánica y continental y el manto superior).
Manto terrestre
Corte esquemático de la Tierra, del núcleo a la exosfera. (No todo el dibujo está a
escala).
Durante tiempo se pensó que el Moho representaba la frontera entre la estructura rígida
de la corteza y la zona más plástica del manto, siendo la zona donde tendría lugar el
movimiento entre las placas de la litosfera rígida y la astenosfera plástica. Sin embargo,
estudios recientes han demostrado que esa frontera se ubica mucho más abajo, en pleno
manto superior, a una profundidad del orden de los 70 km bajo la corteza oceánica y de
los 150 km bajo la corteza continental. Así, el manto que se sitúa inmediatamente
debajo de la corteza está compuesto por materiales relativamente fríos (aprox. 600 °C),
rígido y fundido con la corteza, a pesar de estar separado de ella por la Moho. Ello
demuestra que la Moho es en realidad una discontinuidad composicional y no una zona
de separación dinámica.
Características físicas
Además de las diferencias de composición, el manto también presenta unas
características físicas muy diferentes de las de la corteza (y del núcleo). En los puntos
siguientes se hace una caracterización de los principales parámetros físicos del manto.
Densidad
La densidad en esta región aumenta linealmente de 3,4 a 4,6 (en el manto superior) y de
4,6 a 5,5 (en el manto inferior). En el manto superior, la presencia de la astenosfera
marca zonas de fusión parcial. Aparentemente, en el manto inferior no ocurre ningún
cambio de fase importante, a pesar de que se dan pequeños gradientes en la velocidad de
propagación de las ondas sísmicas a los 1230 km y 1540 km de profundidad. De esta
forma, se cree que el aumento en la velocidad de las ondas sísmicas debe ocurrir
principalmente como resultado de la compactación de un material de composición
uniforme.
Tiene un radio cerca de 3200/3500 km, mayor que el planeta Marte y representa el 60 %
de la masa total de la Tierra. La presión en su interior es millones de veces la presion en
la superficie y la temperatura puede superar los 6700 °C.1 Consta de núcleo externo
líquido, y núcleo interno sólido. Anteriormente era conocido con el nombre de NiFe
debido a su riqueza en níquel y el hierro.
Formación
La Tierra se formó hace unos 4600 millones de años. Previamente, la Tierra, al igual
que el resto de los planetas, lunas y meteoritos del sistema solar, se formó después de
una explosión de supernova engendrada en un sistema de estrellas binarias. Los
remanentes de metales pesados comienzan la aglomeración de materiales de un disco
que gira alrededor de la estrella sobreviviente, el Sol. La Tierra por su parte inicia con
un núcleo de hierro y materiales radiactivos como el uranio y el plutonio, los cuales
liberan energía en forma de calor, mediante un proceso conocido como fisión nuclear.
Pasó por una etapa de fusión -estado "líquido-pastoso"- lo que permitió que, debido a la
gravedad los materiales más densos se hundieran hacia el centro, mientras que los más
ligeros flotaron hacia la corteza, un proceso denominado diferenciación planetaria. A
causa de esto, el núcleo terrestre está compuesto en su mayor parte de metales nativos
como hierro (70 %), junto con níquel, iridio, osmio y varios elementos pesados; otros
elementos químicos densos, como el plomo o el uranio, o son muy raros en la Tierra o
son propensos a combinación química con elementos más ligeros, y por tanto
permanecen en la superficie.
Los metales que conforman el núcleo de la Tierra sufrieron una aleación cuando el
planeta aún ardía, formando con esto una estructura metálica increíblemente dura y
pesada, debido a esto el planeta Tierra es el más denso del sistema solar.
Características
La densidad media de la Tierra es de 5515 kg/m3, la mayor del Sistema Solar.2 Dado
que la densidad media de los materiales de la superficie oscila entre 2600 y 3500 kg/m3,
deben existir materiales más densos en el núcleo de nuestro planeta. La sismología
aporta otras evidencias de la alta densidad del núcleo. Se calcula que la densidad media
del núcleo es de 11.000 kg/m3.
Los meteoritos aportan datos sobre la composición del núcleo, ya que se cree que son
restos del material a partir del cual se formó la Tierra. Hay meteoritos rocosos formados
por rocas similares a las peridotitas y meteoritos metálicos compuestos por hierro, iridio
y níquel; los primeros se consideran similares a las rocas que forman el manto terrestre,
mientras que los segundos se supone que son representativos de la composición del
núcleo. Según los últimos datos, el núcleo se compone de hierro con 5-10 % de níquel,
iridio,osmio y menores cantidades de elementos más ligeros, tal vez azufre y oxígeno.1
Núcleo interno
El núcleo interno sólido consta de un radio que mide aprox. 1255 km y fue descubierto
en 1936 por Inge Lehmann y se cree que está compuesto principalmente por hierro hasta
un 70 %, de níquel 30 % entre otros metales pesados como iridio, plomo y titanio;
algunos científicos piensan que podría estar en la forma de un solo cristal de hierro
extremadamente duro y pesado que forma una aleación.34 Especulaciones recientes
sugieren que la parte más interna del núcleo está enriquecida por elementos muy
pesados, con números atómicos por encima de 55, lo que incluiría oro, mercurio y
uranio.5Gracias a la lluvia de meteoritos con metales de hace 3.900 millones de años,
nuestro planeta debería tener en la actualidad oro suficiente en su núcleo como para
cubrir el globo con una capa de 4 metros de espesor.6
Las capas de la Tierra se dividen en dos grupos diferentes según sea su estado sólido o
semi líquido. Otra manera de clasificarlas es según su estructura ya sea interna o
externa. Las capas internas de la Tierra son el manto y el núcleo y las capas externas son
la litosfera, corteza, hidrosfera, biosfera y atmósfera. Algunas de ellas están divididas a
su vez en varias capas como la atmósfera que se divide en troposfera, estratosfera,
mesosfera, termosfera o ionosfera y exosfera que es la capa más externa de la Tierra.
La Litosfera
La litosfera es la capa sólida de la Tierra y está compuesta por rocas y minerales.
Pueden ser simples o compuestas, según tengan uno o más minerales en su
composición. El grosor de esta capa va desde los 60 Km hasta la superficie.
La Corteza
La corteza de la Tierra forma parte de la litosfera, siendo la parte más superficial que va
desde los 35 Km hasta la superficie. En esta capa se encuentran el Sial (formado por los
continentes, islas y archipiélagos) y el Sima ( las zonas más profundas de los océanos).
Hidrosfera
Es la zona que está compuesta por agua por encima y por debajo de la superficie
terrestre. La hidrosfera incluye los océanos, mares, ríos, lagos, agua subterránea, el hielo
y la nieve. La hidrosfera de la Tierra está compuesta fundamentalmente por océanos,
pero técnicamente incluye todas las superficies de agua en el mundo, incluidos los
mares interiores y aguas subterráneas hasta una profundidad de 2000 m.
Biosfera
Es el sistema formado por el conjunto de los seres vivos que habitan el planeta Tierra, e
incluye a todos los ecosistemas, ya sean grandes o pequeños. Los seres vivos están en
los océanos y los continentes e islas. La biosfera tiene una gran importancia en
astronomía, geología, climatología, paleogeografía, evolución y, en general, en todas las
ciencias que tratan sobre la vida en la Tierra.
Atmósfera
La atmósfera es la parte gaseosa de la Tierra y es la capa más externa y menos densa del
planeta. Está constituida por varios gases que varían en cantidad según la presión a
diversas alturas. Esta mezcla de gases que forma la atmósfera recibe genéricamente el
nombre de aire y está compuesto de oxígeno (21%) y nitrógeno (78%). La atmósfera
protege la vida sobre la Tierra absorbiendo gran parte de la radiación solar ultravioleta
en la capa de ozono.
Además, actúa como escudo protector contra los meteoritos, los cuales se trituran en
polvo a causa de la fricción que sufren al hacer contacto con el aire, formando los
meteoros o comúnmente llamados lluvia de estrellas. La capa más externa de la
atmósfera es la exosfera que alcanza una altitud de 10,000 Km y es la zona de tránsito
entre la atmósfera terrestre y el espacio.
La hidrosfera
La hidrosfera o hidrósfera es el sistema material constituido por el agua que se
encuentra sobre la superficie de la tierra sólida, y también parte de la que se encuentra
bajo la superficie, en la corteza terrestre.
La hidrosfera incluye los océanos, mares, ríos, lagos, agua subterránea, el hielo y la
nieve. La Tierra es el único planeta del sistema solar en el que está presente de manera
continua el agua líquida, que cubre aproximadamente dos terceras partes de la superficie
terrestre, con una profundidad promedio de 3,5 km, lo que representa el 97 % del total
de agua del planeta.
El agua dulce representa 3 % del total y de esta cantidad aproximadamente 98,2 % está
congelada, de allí que solo se tenga acceso al 0,08 % de toda el agua del planeta. El
agua migra de unos depósitos a otros por una combinación de procesos de cambio de
estado y de transporte que en conjunto configuran el ciclo hidrológico o ciclo del agua.
La presencia del agua en la superficie terrestre es el resultado de la desgasificación del
manto, que está compuesto por rocas que contienen en disolución sólida cierta cantidad
de sustancias volátiles, de las que el agua es la más importante. El agua del manto se
escapa a través de procesos volcánicos e hidrotermales. El manto recupera gracias a la
subducción una parte del agua que pierde a través del vulcanismo.
En los niveles superiores de la atmósfera la radiación solar provoca la fotólisis del agua,
rompiendo sus moléculas y dando lugar a la producción de hidrógeno (H) que termina,
dado su bajo peso atómico, por perderse en el espacio. A la larga el enfriamiento del
planeta debería dar lugar al final del vulcanismo y la tectónica de placas conduciendo, al
asociarse con el fenómeno anterior, a la progresiva desaparición de la hidrosfera.
Compartimentos de la hidrosfera
Los océanos, que cubren dos tercios de la superficie terrestre con una
profundidad típica de 3000 a 5000 metros.
Los glaciares que cubren parte de la superficie continental. Sobre todo los dos
casquetes glaciares de Groenlandia y la Antártida, pero también glaciares de
montaña y volcán, de menor extensión y espesor, en todas las latitudes.
Las banquisas, capas de hielo marino flotante de entre 1 y 20 metros de espesor.
La escorrentía superficial, un sistema muy dinámico formado por ríos y lagos.
El agua subterránea, que se encuentra embebida en rocas porosas de manera más
o menos universal.
En la atmósfera en forma de vapor de agua y nubes.
En la biosfera, formando parte de plantas, animales y seres humanos.
La atmósfera
La atmósfera es la capa de gas que rodea a un cuerpo celeste. Los gases resultan
atraídos por la gravedad del cuerpo, y se mantienen en ella si la gravedad es suficiente y
la temperatura de la atmósfera es baja. Algunos planetas están formados principalmente
por gases, por lo que tienen atmósferas muy profundas.
Capas de la atmósfera.
Troposfera
Esta situada a unos 10 o 12 km de la superficie terrestre. Es la capa en la que se
producen los movimientos horizontales y verticales del aire que son provocados por los
vientos y otros fenómenos atmosféricos como las nubes, lluvias, cambios de
temperatura -70°C etc.
Estratosfera
Es la capa que se encuentra entre los 10 km y los 50 km de altura. Los gases se
encuentran separados formando capas o estratos de acuerdo a su peso. Una de ellas es la
capa de ozono que protege a la Tierra del exceso de rayos ultravioleta provenientes del
Sol. Las cantidades de oxígeno y dióxido de carbono son casi nulas y aumenta la
proporción de hidrógeno. Actúa como regulador de la temperatura, siendo en su parte
inferior cercana a los –60 °C y aumentando con la altura hasta los 10 o 17 °C. Su límite
superior es la estratopausa.
Formación de la Tierra
El Planeta Tierra es parte de un sistema planetario denominado Sistema Solar. Así, el
origen de cada uno de los planetas que forman este sistema debe relacionarse con
algunos eventos de trascendencia mayor.
Para explicar fenómenos de tanta envergadura como el origen del Sistema Solar o de
cada uno de los planetas, siempre se encuentran hipótesis (afirmaciones basadas en
conocimiento previo que explican un fenómeno) alternativas.
En síntesis, y en forma muy simplificada, esta hipótesis sostiene que en "algún tiempo"
anterior a unos 4.500 millones de años atrás el Sistema Solar en formación, no era sino
que una "nebulosa" de polvo cósmico y gases. Dicha nebulosa se habría formado
producto de la explosión (Big-Bang) de una supernova (técnicamente una supernova
ocurre cuando una estrella particular quema su material nuclear, de modo que su fuerza
gravitacional deja de ser balanceada por la energía nuclear).
Es posible que el inicio del Sistema Solar haya ocurrido a continuación de tal explosión
(el planeta Tierra es, así, uno de los productos de la muerte de una gran estrella).
Habiéndose formado la "nebulosa" producto de la explosión del Big-Bang,
necesariamente se inicia un proceso de contracción del polvo cósmico y gases, producto
de la fuerza gravitacional de las partículas. Así, es posible pensar que comienza la
formación de "masas centrales" o nacimiento del Sistema Solar y de los planetas.
Placa tectónica
Una placa tectónica o placa litosférica es un fragmento de litosfera que se mueve como
un bloque relativamente rígido sobre la astenosfera (manto superior) de la Tierra. La
palabra tectónica deriva del griego antiguo τέκτων, τέκτωνος: nominativo y genitivo de
singular de constructor, carpintero, y del sufijo ικα: relativo a.
La Tierra es el único planeta del sistema solar con placas tectónicas activas, aunque hay
evidencias de que en tiempos remotos Marte, Venus y alguno de los satélites galileanos,
como Europa, fueron tectónicamente activos.
Movimiento de Rotación
La rotación es uno de los movimientos de la Tierra que consiste en girar en torno a su
propio eje. La Tierra gira de oeste a este. Tomando al polo norte como punto de vista, la
Tierra gira en sentido antihorario, es decir, de derecha a izquierda. Un giro completo en
relación a una estrella fija dura 23 horas, 56 minutos y 4 segundos. Este movimiento se
hace patente con el péndulo de Foucault cuya masa considerable se suspende de un
punto a gran altura para independizar su movimiento del propio movimiento de rotación
terrestre, es decir, del suelo, aunque no se puede independizar de manera absoluta del
movimiento del punto del techo de donde se suspende.
La medición del día terrestre toma en cuenta el valor exacto del movimiento de
rotación. Como ese valor se hace cada vez más corto, se hace necesario ajustar
periódicamente la medida del tiempo con un reloj atómico que es de gran precisión y no
depende de la velocidad de rotación. Como resulta obvio, no se puede ajustar la
duración del movimiento de rotación terrestre al reloj atómico (que, como hemos dicho,
no depende de la duración de esa rotación) sino al contrario: cuando la hora marcada
por un reloj atómico marca un segundo más que el movimiento de rotación terrestre
como ha sucedido al iniciarse el año 2017, se suprime dicho segundo en la medición
precisa del movimiento de rotación terrestre. En cualquier caso, esta exagerada
precisión que ahora tenemos de la rotación terrestre tiene poco que ver con lo que se
refiere a las consecuencias de la misma. La disminución muy lenta pero consistente de
la rotación terrestre puede estar también relacionada con la teoría del Bing Bang, del
universo en expansión, en el cual la velocidad de la expansión en ese movimiento se va
reduciendo con el tiempo, pero ello tampoco es relevante cuando estudiamos los efectos
de la rotación terrestre (o de la traslación).
Las rocas
En geología se le denomina roca a cada uno de los diversos materiales sólidos,
formados por cristales o granos de uno o más minerales, de que está hecha la parte
sólida de la Tierra y otros cuerpos planetarios. En la Tierra el manto y la corteza están
hechos de roca.
Las rocas se forman por procesos diversos (procesos petrogenéticos), según un ciclo
cerrado, llamado ciclo litológico o ciclo de las rocas, en el cual pueden intervenir
incluso seres vivos.
Las rocas están constituidas, en general, por mezclas heterogéneas de diversos
materiales homogéneos y cristalinos, es decir, minerales. Las rocas poliminerálicas
están formadas por granos o cristales de varias especies mineralógicas y las rocas
monominerálicas están constituidas por granos o cristales de un solo mineral. Las rocas
suelen ser materiales duros, pero también pueden ser blandas, como ocurre en el caso de
las rocas arcillosas o las arenosas.
En la composición de una roca pueden diferenciarse dos categorías de minerales:
El Magma
Magma (del latín magma y éste del griego μάγμα, «pasta») es el nombre que reciben las
masas de rocas fundidas del interior de la Tierra u otros planetas. Suelen estar
compuestos por una mezcla de líquidos, volátiles y sólidos. Cuando el magma se enfría
sus componentes cristalizan se forman las rocas ígneas, que pueden ser de dos tipos: si
el magma cristaliza en el interior de la tierra se forman las rocas plutónicas o intrusivas,
pero si asciende hacia la superficie, la materia fundida se denomina entonces lava, y al
enfriarse forma las rocas volcánicas o efusivas (intrusivas y efusivas son términos en
desuso). Esta sustancia se compone de una combinación de gases disueltos, fragmentos
de roca y cristales y la parte líquida de la que se conoce como masa fundida. Debido a
su creación a altas presiones y temperaturas, es una sustancia extremadamente caliente,
que va desde 1.292 a 2.372 grados Fahrenheit. Con frecuencia esta sustancia se
encuentra en las cámaras de magma que alimentan a los volcanes. También pueden
inmiscuirse en las rocas cercanas y subir a la superficie en forma de lava, o producir
expulsiones explosivas de tefra.
El suelo
Son muchos los procesos que pueden contribuir a crear un suelo particular, algunos de
estos son: la deposición eólica, sedimentación en cursos de agua, meteorización, y
deposición de material orgánico. De un modo simplificado puede decirse que las etapas
implicadas en la formación del suelo son las siguientes:
«Instalación de los seres vivos (microorganismos, líquenes, musgos, etc.) sobre ese
sustrato inorgánico». Esta es la fase más significativa, ya que con sus procesos vitales y
metabólicos, continúan la meteorización de los minerales, iniciada por mecanismos
inorgánicos. Además, los restos vegetales y animales a través de la fermentación y la
putrefacción enriquecen ese sustrato.
«Mezcla de todos estos elementos entre sí, y con agua y aire intersticiales».
Inicialmente, se da la alteración de factores físicos y químicos de las rocas, realizada,
fundamentalmente, por la acción geológica del agua y otros agentes geológicos
externos, y posteriormente por la influencia de los seres vivos, que es fundamental en
este proceso de formación. Se desarrolla así una estructura en niveles superpuestos,
conocida como el perfil de un suelo, y una composición química y biológica definida.
Las características locales de los sistemas implicados —litología y relieve, clima y biota
— y sus interacciones dan lugar a los diferentes tipos de suelo.
Los fósiles
Los fósiles (del latín fossilis, que significa ‘excavado’) son los restos o señales de la
actividad de organismos pretéritos. Dichos restos, conservados en las rocas
sedimentarias, pueden haber sufrido transformaciones en su composición (por
diagénesis) o deformaciones (por metamorfismo dinámico) más o menos intensas. La
ciencia que se ocupa del estudio de los fósiles es la paleontología. Dentro de la
paleontología están la paleobiología, que estudia los organismos del pasado —entidades
paleobiológicas, que conocemos solo por sus restos fósiles—, la biocronología, que
estudia cuándo vivieron dichos organismos y la tafonomía, que se ocupa de los procesos
de fosilización. El vocablo fósil se deriva del verbo latino fodere, excavar, a través del
sustantivo fossile, aquello que es excavado. A lo largo de toda la historia, y antes, en la
prehistoria, el hombre ha encontrado fósiles, restos de seres vivos petrificados por los
minerales con los que se hallaban en contacto. Fueron esos minerales los que
sustituyeron o preservaron su forma externa.
El ciclo hidrológico o ciclo del agua es el proceso de circulación del agua entre los
distintos compartimentos que forman la hidrosfera. Se trata de un ciclo biogeoquímico
en el que hay una intervención mínima de reacciones químicas, porque el agua sólo se
traslada de unos lugares a otros o cambia de estado físico.
Por último, una fracción menor está presente en la atmósfera, en estado gaseoso (como
vapor) o en estado líquido, formando nubes. Esta fracción atmosférica es muy
importante para el intercambio entre los compartimentos para la circulación horizontal
del agua, de manera que, se asegura un suministro permanente de agua, a las regiones de
la superficie continental alejadas de los depósitos principales.
Por otra parte, hay sustancias que tienden a tomar el vapor de agua de la atmósfera y se
llaman hidrófilas y también higroscópicas; la sal se dice entonces que delicuesce, tal es
el caso del cloruro cálcico.