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ALBUM TEMATICO

PRESENTACION

NOMBRE: LIZMAR

APELLIDO: TAPIA CHALAS

CURSO: 1ro. C

PROFESORA: SCARLETT GOMEZ

MATERIA: NATURALES

TEMA: ALBUM TEMATICO

FECHA DE ENTREGA: 1/03/2018


La estructura interna de la Tierra o Geósfera se puede tomar como el nombre
colectivo de la litosfera, la hidrósfera, la criósfera y la atmósfera.

En la física aristotélica, el término se aplicaba a cuatro lugares esféricos naturales,


anidados concéntricamente alrededor del centro de la Tierra, como describe Aristóteles
en sus lecturas Física y Meteorologica. Se creía que explicaban los movimientos de los
cuatro Elementos de la antigüedad: tierra, agua, aire y fuego.

En los textos modernos y en la ciencia del sistema Tierra, la geósfera se refiere a las
partes sólidas de la Tierra; se usa junto con la atmósfera, la hidrósfera y la biósfera para
describir los sistemas de la Tierra (a veces se enumera la interacción de estos sistemas
con la magnetosfera). En ese contexto, a veces se usa el término litosfera en lugar de
geósfera o tierra sólida. La litosfera, sin embargo, solo se refiere a las capas superiores
de la Tierra sólida (rocas de la corteza oceánica y continental y el manto superior).

Desde que comenzó la exploración espacial, se ha observado que la extensión de la


ionosfera o plasmasfera (magnetosfera interna) es muy variable, y a menudo mucho más
grande de lo que se apreciaba anteriormente, llegando a veces a los límites de la
magnetosfera o geomagnetosfera de la Tierra. Este límite exterior altamente variable de
la materia geogénica se ha denominado la "geopausa", para sugerir la relativa escasez de
esa materia más allá de ella, donde domina el viento solar.

Como la de otros planetas terrestres (planetas cuyo volumen está ocupado


principalmente de material rocoso), está dividida en capas de densidad creciente. La
Tierra tiene una corteza externa de silicatos solidificados, un manto viscoso, y un núcleo
con otras dos capas, una externa líquida, mucho más fluida que el manto y una interna
sólida. Muchas de las rocas que hoy forman parte de la corteza se formaron hace menos
de 100 millones de años, durante el periodo cretácico. Sin embargo, las formaciones
minerales más antiguas conocidas tienen 4400 millones de años, lo que nos indica que,
al menos, el planeta ha tenido una corteza sólida desde entonces.
Estructura
La estructura de la tierra podría establecerse según dos criterios diferentes. Según su
composición química, el planeta puede dividirse en corteza, manto y núcleo (externo e
interno); según sus propiedades geológicas se definen la litosfera, la astenosfera, la
mesosfera y el núcleo (externo e interno).

Las capas se encuentran a las siguientes profundidades:

Capa Profundidad (km)


... Corteza (varía localmente entre 5 y 70 km) 0-35
Litosfera (varía localmente entre 5 y 200 km) 0-100
Astenosfera 100-400
Manto 35-2890
Manto superior 35-660
Manto inferior 660-2890
Núcleo 2890-6371
Núcleo externo 2890-5150
Núcleo interno 5150-6371

La división de la tierra en capas ha sido determinada indirectamente utilizando el


tiempo que tardan en viajar las ondas sísmicas reflejadas y refractadas, creadas por
terremotos. Las ondas transversales (S, o secundarias) no pueden atravesar el núcleo, ya
que necesitan un material viscoso o elástico para propagarse, mientras que la velocidad
de propagación es diferente en las demás capas. Los cambios en dicha velocidad
producen una refracción debido a la ley de Snell. Las reflexiones están causadas por un
gran incremento en la velocidad sísmica (velocidad de propagación) y son parecidos a la
luz reflejada en un espejo.

La corteza terrestre es la zona más externa de la estructura concéntrica de la geosfera,


la parte sólida de la Tierra. Es comparativamente delgada, con un espesor que varía de 5
km, en el fondo oceánico, hasta 70 km en las zonas montañosas activas de los
continentes.

Se ha planteado que la primera corteza en la Tierra se formó hace 4400-4550 millones


de años. Los volúmenes de la corteza terrestre no han sido constantes sino que se cree
que han aumentado a través del tiempo. Se sabe que hace 2500 millones de años ya
existía una masa formidable de corteza; antes de esto se supone que hubo mucho
reciclaje de corteza hacia el manto. El crecimiento, es decir, el aumento en volumen de
la corteza, se cree que ha ocurrido episódicamente con dos eventos mayores: uno hace
2500-2700 millones de años y otro hace 1700-1900 millones de años.

La corteza oceánica cubre aproximadamente el 55 % de la superficie planetaria. Es más


delgada que la continental y se reconocen en ella tres niveles. El nivel más inferior,
llamado nivel III, colinda con el manto en la discontinuidad de Mohorovičić; está
formado por gabros, rocas plutónicas básicas. Sobre los gabros se sitúa el nivel II, de
basaltos, rocas volcánicas de la misma composición básica que los gabros; se distingue
una zona inferior de mayor espesor constituida por diques, mientras que la más
superficial se basa en basaltos almohadillados, formados por una solidificación rápida
de lava en contacto con el agua del océano. Sobre los basaltos se asienta el nivel I,
formado por los sedimentos, pelágicos en el medio del océano y terrígenos en las
proximidades de los continentes, que se van depositando paulatinamente sobre la
corteza magmática una vez consolidadas.

La corteza oceánica se distingue química y mineralógicamente del manto contiguo. Los


gabros del nivel III y los basaltos del nivel II se distinguen por su estructura, derivada
de su modo de formación, plutónica en el primer caso y volcánica en el segundo, pero
no por su composición, que los califica como rocas básicas o máficas; se trata entonces
de una diferencia de fase. Las peridotitas del manto, del otro lado de la Moho, son por el
contrario ultrabásicas (ultramáficas). Los minerales más abundantes de esta capa son los
piroxenos y los feldespatos y los elementos son el silicio, el oxígeno, el hierro y el
magnesio.

Manto terrestre

Corte esquemático de la Tierra, del núcleo a la exosfera. (No todo el dibujo está a
escala).

El manto terrestre es la capa de la Tierra que se encuentra entre la corteza y el núcleo


(supone aproximadamente el 84 % del volumen del planeta). El manto terrestre se
extiende desde cerca de 33 km de profundidad (o alrededor de 8 km en las zonas
oceánicas) hasta los 2900 km (transición al núcleo). La diferenciación del manto se
inició hace cerca de 3800 millones de años, cuando la segregación gravimétrica de los
componentes del protoplaneta Tierra produjo la actual estratificación. La presión en la
parte inferior del manto ronda los 140 GPa (unas 1 400 000 atmósferas). Se divide en
dos partes: manto interno, sólido, elástico; y manto externo, fluido, viscoso.
Características
El manto se diferencia principalmente de la corteza por sus características químicas y su
comportamiento mecánico, lo que implica la existencia de una clara alteración súbita
(una discontinuidad) en las propiedades físicas de los materiales, que es conocida como
discontinuidad de Mohorovičić, o simplemente Moho, en homenaje a Andrija
Mohorovičić, el geofísico que la descubrió. Esta discontinuidad marca la frontera entre
la corteza y el manto.

Durante tiempo se pensó que el Moho representaba la frontera entre la estructura rígida
de la corteza y la zona más plástica del manto, siendo la zona donde tendría lugar el
movimiento entre las placas de la litosfera rígida y la astenosfera plástica. Sin embargo,
estudios recientes han demostrado que esa frontera se ubica mucho más abajo, en pleno
manto superior, a una profundidad del orden de los 70 km bajo la corteza oceánica y de
los 150 km bajo la corteza continental. Así, el manto que se sitúa inmediatamente
debajo de la corteza está compuesto por materiales relativamente fríos (aprox. 600 °C),
rígido y fundido con la corteza, a pesar de estar separado de ella por la Moho. Ello
demuestra que la Moho es en realidad una discontinuidad composicional y no una zona
de separación dinámica.

Características físicas
Además de las diferencias de composición, el manto también presenta unas
características físicas muy diferentes de las de la corteza (y del núcleo). En los puntos
siguientes se hace una caracterización de los principales parámetros físicos del manto.

Estado del material


El material del que se compone el manto puede presentarse en estado sólido o como una
pasta viscosa, como resultado de las elevadas presiones. Sin embargo, al contrario de lo
que se pueda imaginar, la tendencia en áreas de alta presión es que las rocas se
mantengan sólidas, pues así ocupan menos espacio físico que los líquidos resultantes de
la fusión. Además de eso, la constitución de los materiales de cada capa del manto
determina el estado físico local. Así, el interior de la Tierra, incluyendo el núcleo
interno, tiende a ser sólido porque, a pesar de las altísimas temperaturas, está sujeto a
presiones tan elevadas que los átomos, al ser compactados, obligan a que las fuerzas de
repulsión entre los átomos sean vencidas por la presión externa. En resultado, a pesar de
la temperatura, la sustancia se mantiene sólida.
Viscosidad
La viscosidad en el manto superior (la astenosfera) varía entre 1021 y 1024 Pa*s,
dependiendo de la profundidad.1 Por lo tanto, el manto superior se desplaza muy
lentamente, comportándose simultáneamente como un sólido y como un líquido de alta
viscosidad. Ello explica el lentísimo movimiento de las placas tectónicas y los
movimientos isostáticos de hundimiento y realzamiento (rebound) de las placas
tectónicas cuando se altera su peso (por ejemplo, con la formación de masas de hielo y
su posterior deshielo).

Densidad
La densidad en esta región aumenta linealmente de 3,4 a 4,6 (en el manto superior) y de
4,6 a 5,5 (en el manto inferior). En el manto superior, la presencia de la astenosfera
marca zonas de fusión parcial. Aparentemente, en el manto inferior no ocurre ningún
cambio de fase importante, a pesar de que se dan pequeños gradientes en la velocidad de
propagación de las ondas sísmicas a los 1230 km y 1540 km de profundidad. De esta
forma, se cree que el aumento en la velocidad de las ondas sísmicas debe ocurrir
principalmente como resultado de la compactación de un material de composición
uniforme.

El núcleo de la Tierra es su esfera central, la más interna de las que constituyen la


estructura de la Tierra. Está compuesto fundamentalmente por hierro, con 5-10 % de
níquel y menores cantidades de elementos más ligeros, tal vez azufre y oxígeno.1

Tiene un radio cerca de 3200/3500 km, mayor que el planeta Marte y representa el 60 %
de la masa total de la Tierra. La presión en su interior es millones de veces la presion en
la superficie y la temperatura puede superar los 6700 °C.1 Consta de núcleo externo
líquido, y núcleo interno sólido. Anteriormente era conocido con el nombre de NiFe
debido a su riqueza en níquel y el hierro.

Formación
La Tierra se formó hace unos 4600 millones de años. Previamente, la Tierra, al igual
que el resto de los planetas, lunas y meteoritos del sistema solar, se formó después de
una explosión de supernova engendrada en un sistema de estrellas binarias. Los
remanentes de metales pesados comienzan la aglomeración de materiales de un disco
que gira alrededor de la estrella sobreviviente, el Sol. La Tierra por su parte inicia con
un núcleo de hierro y materiales radiactivos como el uranio y el plutonio, los cuales
liberan energía en forma de calor, mediante un proceso conocido como fisión nuclear.
Pasó por una etapa de fusión -estado "líquido-pastoso"- lo que permitió que, debido a la
gravedad los materiales más densos se hundieran hacia el centro, mientras que los más
ligeros flotaron hacia la corteza, un proceso denominado diferenciación planetaria. A
causa de esto, el núcleo terrestre está compuesto en su mayor parte de metales nativos
como hierro (70 %), junto con níquel, iridio, osmio y varios elementos pesados; otros
elementos químicos densos, como el plomo o el uranio, o son muy raros en la Tierra o
son propensos a combinación química con elementos más ligeros, y por tanto
permanecen en la superficie.

Los metales que conforman el núcleo de la Tierra sufrieron una aleación cuando el
planeta aún ardía, formando con esto una estructura metálica increíblemente dura y
pesada, debido a esto el planeta Tierra es el más denso del sistema solar.

Origen del calor interno de la Tierra


La temperatura de la Tierra aumenta con la profundidad, fenómeno conocido como
gradiente geotérmico, y su centro puede superar los 6.700 °C, más caliente que la
superficie visible del Sol; se supone que los tres factores que han contribuido al calor
interno de la Tierra son los siguientes:

 El calor liberado por la colisión y compactación de partículas durante la


formación de la Tierra.
 El calor emitido cuando el hierro cristalizó para formar el núcleo interno sólido.
 El calor emitido por la desintegración radiactiva de los elementos, en especial
los isótopos radiactivos de uranio (U), torio (Th) y potasio (K).
 Solo el tercer factor permanece activo, y es mucho menos intenso que en el
pasado; la Tierra irradia al espacio más calor del que se genera en su interior, por
lo que se enfría lenta pero continuamente.

Características
La densidad media de la Tierra es de 5515 kg/m3, la mayor del Sistema Solar.2 Dado
que la densidad media de los materiales de la superficie oscila entre 2600 y 3500 kg/m3,
deben existir materiales más densos en el núcleo de nuestro planeta. La sismología
aporta otras evidencias de la alta densidad del núcleo. Se calcula que la densidad media
del núcleo es de 11.000 kg/m3.

Los meteoritos aportan datos sobre la composición del núcleo, ya que se cree que son
restos del material a partir del cual se formó la Tierra. Hay meteoritos rocosos formados
por rocas similares a las peridotitas y meteoritos metálicos compuestos por hierro, iridio
y níquel; los primeros se consideran similares a las rocas que forman el manto terrestre,
mientras que los segundos se supone que son representativos de la composición del
núcleo. Según los últimos datos, el núcleo se compone de hierro con 5-10 % de níquel,
iridio,osmio y menores cantidades de elementos más ligeros, tal vez azufre y oxígeno.1

Subdivisiones del núcleo


El núcleo, también llamado endosfera, está constituido por dos capas diferentes, en
extensión y estado físico según muestran los datos sísmicos: un núcleo externo líquido
de aproximadamente 2270 km de grosor y un núcleo interno sólido con un radio de unos
1220 km; ambos están separados por la discontinuidad de Lehmann.
Núcleo externo
Se cree que el núcleo externo es líquido, su radio mide 2250 km y está compuesto de
hierro mezclado con níquel y pocos rastros de elementos más ligeros. La mayoría de los
científicos cree que la convección del núcleo externo, combinada con la rotación de
dicho núcleo causada por la rotación de la Tierra (efecto Coriolis), causan el campo
magnético terrestre a través de un proceso explicado por la hipótesis de la dínamo.

Núcleo interno
El núcleo interno sólido consta de un radio que mide aprox. 1255 km y fue descubierto
en 1936 por Inge Lehmann y se cree que está compuesto principalmente por hierro hasta
un 70 %, de níquel 30 % entre otros metales pesados como iridio, plomo y titanio;
algunos científicos piensan que podría estar en la forma de un solo cristal de hierro
extremadamente duro y pesado que forma una aleación.34 Especulaciones recientes
sugieren que la parte más interna del núcleo está enriquecida por elementos muy
pesados, con números atómicos por encima de 55, lo que incluiría oro, mercurio y
uranio.5Gracias a la lluvia de meteoritos con metales de hace 3.900 millones de años,
nuestro planeta debería tener en la actualidad oro suficiente en su núcleo como para
cubrir el globo con una capa de 4 metros de espesor.6

Las capas de la Tierra se dividen en dos grupos diferentes según sea su estado sólido o
semi líquido. Otra manera de clasificarlas es según su estructura ya sea interna o
externa. Las capas internas de la Tierra son el manto y el núcleo y las capas externas son
la litosfera, corteza, hidrosfera, biosfera y atmósfera. Algunas de ellas están divididas a
su vez en varias capas como la atmósfera que se divide en troposfera, estratosfera,
mesosfera, termosfera o ionosfera y exosfera que es la capa más externa de la Tierra.

El Núcleo y el Manto de la Tierra


Son las dos capas internas de la Tierra, el núcleo está justo en el centro y esta
compuesto principalmente por hierro y níquel. Se divide a su vez en núcleo interno
desde los 6378 kilómetros de profundidad hasta los 5100 kilómetros, y en núcleo
externo que va desde los 5100 hasta 2890 kilómetros. El núcleo externo tiene en estado
líquido y el núcleo interno está en estado sólido

El manto de la Tierra es la capa que recubre el núcleo terrestre y está en estado de


fusión, compuesto fundamentalmente por hierro y silicato de magnesio. Se divide en
manto inferior desde los 2900 kilómetros hasta 700 y el manto superior entre los 700 a
70 kilómetros de profundidad.

La Litosfera
La litosfera es la capa sólida de la Tierra y está compuesta por rocas y minerales.
Pueden ser simples o compuestas, según tengan uno o más minerales en su
composición. El grosor de esta capa va desde los 60 Km hasta la superficie.

La Corteza
La corteza de la Tierra forma parte de la litosfera, siendo la parte más superficial que va
desde los 35 Km hasta la superficie. En esta capa se encuentran el Sial (formado por los
continentes, islas y archipiélagos) y el Sima ( las zonas más profundas de los océanos).

Hidrosfera
Es la zona que está compuesta por agua por encima y por debajo de la superficie
terrestre. La hidrosfera incluye los océanos, mares, ríos, lagos, agua subterránea, el hielo
y la nieve. La hidrosfera de la Tierra está compuesta fundamentalmente por océanos,
pero técnicamente incluye todas las superficies de agua en el mundo, incluidos los
mares interiores y aguas subterráneas hasta una profundidad de 2000 m.

Biosfera
Es el sistema formado por el conjunto de los seres vivos que habitan el planeta Tierra, e
incluye a todos los ecosistemas, ya sean grandes o pequeños. Los seres vivos están en
los océanos y los continentes e islas. La biosfera tiene una gran importancia en
astronomía, geología, climatología, paleogeografía, evolución y, en general, en todas las
ciencias que tratan sobre la vida en la Tierra.

Atmósfera
La atmósfera es la parte gaseosa de la Tierra y es la capa más externa y menos densa del
planeta. Está constituida por varios gases que varían en cantidad según la presión a
diversas alturas. Esta mezcla de gases que forma la atmósfera recibe genéricamente el
nombre de aire y está compuesto de oxígeno (21%) y nitrógeno (78%). La atmósfera
protege la vida sobre la Tierra absorbiendo gran parte de la radiación solar ultravioleta
en la capa de ozono.

Además, actúa como escudo protector contra los meteoritos, los cuales se trituran en
polvo a causa de la fricción que sufren al hacer contacto con el aire, formando los
meteoros o comúnmente llamados lluvia de estrellas. La capa más externa de la
atmósfera es la exosfera que alcanza una altitud de 10,000 Km y es la zona de tránsito
entre la atmósfera terrestre y el espacio.

La hidrosfera
La hidrosfera o hidrósfera es el sistema material constituido por el agua que se
encuentra sobre la superficie de la tierra sólida, y también parte de la que se encuentra
bajo la superficie, en la corteza terrestre.

La hidrosfera incluye los océanos, mares, ríos, lagos, agua subterránea, el hielo y la
nieve. La Tierra es el único planeta del sistema solar en el que está presente de manera
continua el agua líquida, que cubre aproximadamente dos terceras partes de la superficie
terrestre, con una profundidad promedio de 3,5 km, lo que representa el 97 % del total
de agua del planeta.

El agua dulce representa 3 % del total y de esta cantidad aproximadamente 98,2 % está
congelada, de allí que solo se tenga acceso al 0,08 % de toda el agua del planeta. El
agua migra de unos depósitos a otros por una combinación de procesos de cambio de
estado y de transporte que en conjunto configuran el ciclo hidrológico o ciclo del agua.
La presencia del agua en la superficie terrestre es el resultado de la desgasificación del
manto, que está compuesto por rocas que contienen en disolución sólida cierta cantidad
de sustancias volátiles, de las que el agua es la más importante. El agua del manto se
escapa a través de procesos volcánicos e hidrotermales. El manto recupera gracias a la
subducción una parte del agua que pierde a través del vulcanismo.
En los niveles superiores de la atmósfera la radiación solar provoca la fotólisis del agua,
rompiendo sus moléculas y dando lugar a la producción de hidrógeno (H) que termina,
dado su bajo peso atómico, por perderse en el espacio. A la larga el enfriamiento del
planeta debería dar lugar al final del vulcanismo y la tectónica de placas conduciendo, al
asociarse con el fenómeno anterior, a la progresiva desaparición de la hidrosfera.

Compartimentos de la hidrosfera

El agua de la hidrosfera se reparte entre varios compartimentos que en orden de mayor a


menor volumen son:

 Los océanos, que cubren dos tercios de la superficie terrestre con una
profundidad típica de 3000 a 5000 metros.
 Los glaciares que cubren parte de la superficie continental. Sobre todo los dos
casquetes glaciares de Groenlandia y la Antártida, pero también glaciares de
montaña y volcán, de menor extensión y espesor, en todas las latitudes.
 Las banquisas, capas de hielo marino flotante de entre 1 y 20 metros de espesor.
 La escorrentía superficial, un sistema muy dinámico formado por ríos y lagos.
 El agua subterránea, que se encuentra embebida en rocas porosas de manera más
o menos universal.
 En la atmósfera en forma de vapor de agua y nubes.
 En la biosfera, formando parte de plantas, animales y seres humanos.

La atmósfera
La atmósfera es la capa de gas que rodea a un cuerpo celeste. Los gases resultan
atraídos por la gravedad del cuerpo, y se mantienen en ella si la gravedad es suficiente y
la temperatura de la atmósfera es baja. Algunos planetas están formados principalmente
por gases, por lo que tienen atmósferas muy profundas.

La combinación de todos estos gases ayuda a absorber la radiación ultravioleta


procedente del Sol y a mantener la temperatura de la superficie terrestre. El 75% de la
masa atmosférica se encuentra de la Tierra hacia el exterior a 11 km. A medida que vas
ascendiendo en la atmósfera, se vuelve más fina, pero no hay una línea marcando la
separación entre la atmósfera del espacio, por lo que no está claro; sin embargo, la línea
Karman, a 100 km, es la que se toma como referencia principal entre la atmósfera y el
espacio exterior. A lo largo de la historia de la Tierra ha habido tres tipos diferentes de
atmósferas o una que ha evolucionado en tres grandes etapas. La primera atmósfera
surgió como resultado de una precipitación importante en todo el planeta causando la
formación de un gran océano. La segunda atmósfera se comenzó a desarrollar hace 2,7
billones de años aproximadamente. Aparentemente, la presencia de oxígeno comenzó
por la liberación de la fotosíntesis de las algas. La tercera atmósfera entró en juego
cuando el planeta comenzó a estirar sus piernas, por así decirlo.

Capas de la atmósfera de la Tierra

Capas de la atmósfera.

Troposfera
Esta situada a unos 10 o 12 km de la superficie terrestre. Es la capa en la que se
producen los movimientos horizontales y verticales del aire que son provocados por los
vientos y otros fenómenos atmosféricos como las nubes, lluvias, cambios de
temperatura -70°C etc.

Estratosfera
Es la capa que se encuentra entre los 10 km y los 50 km de altura. Los gases se
encuentran separados formando capas o estratos de acuerdo a su peso. Una de ellas es la
capa de ozono que protege a la Tierra del exceso de rayos ultravioleta provenientes del
Sol. Las cantidades de oxígeno y dióxido de carbono son casi nulas y aumenta la
proporción de hidrógeno. Actúa como regulador de la temperatura, siendo en su parte
inferior cercana a los –60 °C y aumentando con la altura hasta los 10 o 17 °C. Su límite
superior es la estratopausa.

Formación de la Tierra
El Planeta Tierra es parte de un sistema planetario denominado Sistema Solar. Así, el
origen de cada uno de los planetas que forman este sistema debe relacionarse con
algunos eventos de trascendencia mayor.
Para explicar fenómenos de tanta envergadura como el origen del Sistema Solar o de
cada uno de los planetas, siempre se encuentran hipótesis (afirmaciones basadas en
conocimiento previo que explican un fenómeno) alternativas.

En síntesis, y en forma muy simplificada, esta hipótesis sostiene que en "algún tiempo"
anterior a unos 4.500 millones de años atrás el Sistema Solar en formación, no era sino
que una "nebulosa" de polvo cósmico y gases. Dicha nebulosa se habría formado
producto de la explosión (Big-Bang) de una supernova (técnicamente una supernova
ocurre cuando una estrella particular quema su material nuclear, de modo que su fuerza
gravitacional deja de ser balanceada por la energía nuclear).
Es posible que el inicio del Sistema Solar haya ocurrido a continuación de tal explosión
(el planeta Tierra es, así, uno de los productos de la muerte de una gran estrella).
Habiéndose formado la "nebulosa" producto de la explosión del Big-Bang,
necesariamente se inicia un proceso de contracción del polvo cósmico y gases, producto
de la fuerza gravitacional de las partículas. Así, es posible pensar que comienza la
formación de "masas centrales" o nacimiento del Sistema Solar y de los planetas.

Placa tectónica
Una placa tectónica o placa litosférica es un fragmento de litosfera que se mueve como
un bloque relativamente rígido sobre la astenosfera (manto superior) de la Tierra. La
palabra tectónica deriva del griego antiguo τέκτων, τέκτωνος: nominativo y genitivo de
singular de constructor, carpintero, y del sufijo ικα: relativo a.

La tectónica de placas es la teoría que explica la estructura y dinámica de la superficie


terrestre. Establece que la litosfera (la zona dinámica superior más externa y rígida de la
Tierra) está fragmentada en una serie de placas que se desplazan sobre la astenosfera.
[cita requerida] Esta teoría también describe el movimiento de las placas, sus
direcciones e interacciones. La litosfera terrestre está dividida en grandes placas y en
otras menores o microplacas. En los bordes de las placas se concentra actividad sísmica,
volcánica y tectónica. Esto da lugar a la formación de grandes cadenas y cuencas.

La Tierra es el único planeta del sistema solar con placas tectónicas activas, aunque hay
evidencias de que en tiempos remotos Marte, Venus y alguno de los satélites galileanos,
como Europa, fueron tectónicamente activos.

Movimientos de rotación y traslación de la tierra


Como los demás planetas del Sistema Solar, la Tierra gira sobre sí misma y se desplaza
por el espacio alrededor del Sol, sin detenerse. Estos movimientos, llamados rotación y
traslación originan el día y la noche y las estaciones del año.

Movimiento de Rotación
La rotación es uno de los movimientos de la Tierra que consiste en girar en torno a su
propio eje. La Tierra gira de oeste a este. Tomando al polo norte como punto de vista, la
Tierra gira en sentido antihorario, es decir, de derecha a izquierda. Un giro completo en
relación a una estrella fija dura 23 horas, 56 minutos y 4 segundos. Este movimiento se
hace patente con el péndulo de Foucault cuya masa considerable se suspende de un
punto a gran altura para independizar su movimiento del propio movimiento de rotación
terrestre, es decir, del suelo, aunque no se puede independizar de manera absoluta del
movimiento del punto del techo de donde se suspende.

La medición del día terrestre toma en cuenta el valor exacto del movimiento de
rotación. Como ese valor se hace cada vez más corto, se hace necesario ajustar
periódicamente la medida del tiempo con un reloj atómico que es de gran precisión y no
depende de la velocidad de rotación. Como resulta obvio, no se puede ajustar la
duración del movimiento de rotación terrestre al reloj atómico (que, como hemos dicho,
no depende de la duración de esa rotación) sino al contrario: cuando la hora marcada
por un reloj atómico marca un segundo más que el movimiento de rotación terrestre
como ha sucedido al iniciarse el año 2017, se suprime dicho segundo en la medición
precisa del movimiento de rotación terrestre. En cualquier caso, esta exagerada
precisión que ahora tenemos de la rotación terrestre tiene poco que ver con lo que se
refiere a las consecuencias de la misma. La disminución muy lenta pero consistente de
la rotación terrestre puede estar también relacionada con la teoría del Bing Bang, del
universo en expansión, en el cual la velocidad de la expansión en ese movimiento se va
reduciendo con el tiempo, pero ello tampoco es relevante cuando estudiamos los efectos
de la rotación terrestre (o de la traslación).

Consecuencias de la rotación terrestre

Uno o varios wikipedistas están trabajando actualmente en este artículo o sección.Es


posible que a causa de ello haya lagunas de contenido o deficiencias de formato. Si
quieres, puedes ayudar y editar, pero antes de realizar correcciones mayores contáctalos
en sus páginas de discusión o en la página de discusión del artículo para poder coordinar
la redacción. El movimiento de rotación terrestre tiene una consecuencia muy compleja
sobre los cuerpos en movimiento de la superficie terrestre. En general, se puede decir
que las características de dicha consecuencia son las siguientes:

Las rocas
En geología se le denomina roca a cada uno de los diversos materiales sólidos,
formados por cristales o granos de uno o más minerales, de que está hecha la parte
sólida de la Tierra y otros cuerpos planetarios. En la Tierra el manto y la corteza están
hechos de roca.
Las rocas se forman por procesos diversos (procesos petrogenéticos), según un ciclo
cerrado, llamado ciclo litológico o ciclo de las rocas, en el cual pueden intervenir
incluso seres vivos.
Las rocas están constituidas, en general, por mezclas heterogéneas de diversos
materiales homogéneos y cristalinos, es decir, minerales. Las rocas poliminerálicas
están formadas por granos o cristales de varias especies mineralógicas y las rocas
monominerálicas están constituidas por granos o cristales de un solo mineral. Las rocas
suelen ser materiales duros, pero también pueden ser blandas, como ocurre en el caso de
las rocas arcillosas o las arenosas.
En la composición de una roca pueden diferenciarse dos categorías de minerales:

1. Minerales esenciales o minerales formadores de roca — Son los minerales que


caracterizan la composición de una determinada roca, los más abundantes en
ella. Por ejemplo, el granito siempre contiene cuarzo, feldespato y mica. La
mayor parte del volumen terrestre está formado por un número muy limitado de
minerales.
2. Minerales accesorios — Son minerales que aparecen en pequeña proporción
(menos del 5 % del volumen total de la roca) y que en algunos casos pueden
estar ausentes sin que cambien sustancialmente las características de la roca de
la que pueden formar parte. Por ejemplo, el granito puede
contener zircón y apatito. Aunque los minerales accesorios contribuyen poco a
las propiedades fundamentales de la roca, pueden ser muy característicos e
importantes para su identificación, afectando a propiedades como el color.

El Magma
Magma (del latín magma y éste del griego μάγμα, «pasta») es el nombre que reciben las
masas de rocas fundidas del interior de la Tierra u otros planetas. Suelen estar
compuestos por una mezcla de líquidos, volátiles y sólidos. Cuando el magma se enfría
sus componentes cristalizan se forman las rocas ígneas, que pueden ser de dos tipos: si
el magma cristaliza en el interior de la tierra se forman las rocas plutónicas o intrusivas,
pero si asciende hacia la superficie, la materia fundida se denomina entonces lava, y al
enfriarse forma las rocas volcánicas o efusivas (intrusivas y efusivas son términos en
desuso). Esta sustancia se compone de una combinación de gases disueltos, fragmentos
de roca y cristales y la parte líquida de la que se conoce como masa fundida. Debido a
su creación a altas presiones y temperaturas, es una sustancia extremadamente caliente,
que va desde 1.292 a 2.372 grados Fahrenheit. Con frecuencia esta sustancia se
encuentra en las cámaras de magma que alimentan a los volcanes. También pueden
inmiscuirse en las rocas cercanas y subir a la superficie en forma de lava, o producir
expulsiones explosivas de tefra.

El suelo

Se denomina suelo a la parte superficial de la corteza terrestre, biológicamente activa,


que proviene de la desintegración o alteración física y química de las rocas y de los
residuos de las actividades de seres vivos que se asientan sobre ella.

Son muchos los procesos que pueden contribuir a crear un suelo particular, algunos de
estos son: la deposición eólica, sedimentación en cursos de agua, meteorización, y
deposición de material orgánico. De un modo simplificado puede decirse que las etapas
implicadas en la formación del suelo son las siguientes:

«Instalación de los seres vivos (microorganismos, líquenes, musgos, etc.) sobre ese
sustrato inorgánico». Esta es la fase más significativa, ya que con sus procesos vitales y
metabólicos, continúan la meteorización de los minerales, iniciada por mecanismos
inorgánicos. Además, los restos vegetales y animales a través de la fermentación y la
putrefacción enriquecen ese sustrato.

«Mezcla de todos estos elementos entre sí, y con agua y aire intersticiales».
Inicialmente, se da la alteración de factores físicos y químicos de las rocas, realizada,
fundamentalmente, por la acción geológica del agua y otros agentes geológicos
externos, y posteriormente por la influencia de los seres vivos, que es fundamental en
este proceso de formación. Se desarrolla así una estructura en niveles superpuestos,
conocida como el perfil de un suelo, y una composición química y biológica definida.
Las características locales de los sistemas implicados —litología y relieve, clima y biota
— y sus interacciones dan lugar a los diferentes tipos de suelo.
Los fósiles

Los fósiles (del latín fossilis, que significa ‘excavado’) son los restos o señales de la
actividad de organismos pretéritos. Dichos restos, conservados en las rocas
sedimentarias, pueden haber sufrido transformaciones en su composición (por
diagénesis) o deformaciones (por metamorfismo dinámico) más o menos intensas. La
ciencia que se ocupa del estudio de los fósiles es la paleontología. Dentro de la
paleontología están la paleobiología, que estudia los organismos del pasado —entidades
paleobiológicas, que conocemos solo por sus restos fósiles—, la biocronología, que
estudia cuándo vivieron dichos organismos y la tafonomía, que se ocupa de los procesos
de fosilización. El vocablo fósil se deriva del verbo latino fodere, excavar, a través del
sustantivo fossile, aquello que es excavado. A lo largo de toda la historia, y antes, en la
prehistoria, el hombre ha encontrado fósiles, restos de seres vivos petrificados por los
minerales con los que se hallaban en contacto. Fueron esos minerales los que
sustituyeron o preservaron su forma externa.

El hombre primitivo les atribuía un significado mágico. Los autores de la Antigüedad


clásica los habían observado y, en general, interpretado correctamente. El término fósil
lo empleaba ya Plinio en el siglo I, y su uso fue recuperado en el siglo XVI por
Agricola, aludiendo a su carácter de cuerpo enterrado (como derivado de fossa) e incluía
tanto los restos orgánicos como los cuerpos minerales integrados en los materiales de la
corteza terrestre. Esta situación se mantuvo hasta principios del siglo pasado, si bien es
verdad que los auténticos fósiles solían diferenciarse como fósiles organizados.
La teoría del Big Bang

La teoría del Big Bang (también llamada Gran explosiónnota) es el modelo


cosmológico predominante para los períodos conocidos más antiguos del universo y su
posterior evolución a gran escala.234 Afirma que el universo estaba en un estado de
muy alta densidad y luego se expandió.56 Si las leyes conocidas de la física se
extrapolan más allá del punto donde son válidas, encontramos una singularidad.
Mediciones modernas datan este momento aproximadamente 13 800 millones de años
atrás, que sería por tanto la edad del universo. Después de la expansión inicial, el
universo se enfrió lo suficiente para permitir la formación de las partículas subatómicas
y más tarde simples átomos. Nubes gigantes de estos elementos primordiales se unieron
más tarde debido a la gravedad, para formar estrellas y galaxias. A mediados del siglo
XX, tres astrofísicos británicos, Stephen Hawking, George F. R. Ellis y Roger Penrose,
prestaron atención a la teoría de la relatividad y sus implicaciones respecto a nuestras
nociones del tiempo. En 1968 y 1979 publicaron artículos en que extendieron la teoría
de la relatividad general de Einstein para incluir las mediciones del tiempo y el
espacio.89 De acuerdo con sus cálculos, el tiempo y el espacio tuvieron un inicio finito
que corresponde al origen de la materia y la energía. Desde que Georges Lemaître
observó por primera vez, en 1927, que un universo en permanente expansión debería
remontarse en el tiempo hasta un único punto de origen, los científicos se han basado en
su idea de la expansión cósmica. Si bien la comunidad científica una vez estuvo
dividida en partidarios de dos teorías diferentes sobre el universo en expansión, el Big
Bang y la teoría del estado estacionario, la acumulación de evidencia observacional
proporciona un fuerte apoyo para la primera.

Erosión o degradación de los suelos. 


Es la pérdida del mismo, principalmente por factores como las corrientes de agua y de
aire, en particular en terrenos secos y sin vegetación, además el hielo y otros factores.
La erosión del suelo reduce su fertilidad porque provoca la pérdida de minerales
y materia orgánica.
Desde la perspectiva geológica y de formación del paisaje, la erosión es entendida como
parte del proceso de morfogénesis a través del cual se alteran y moldean las formas
terrestres. Desde este punto de vista, la configuración que hoy se tiene de la superficie
de la tierra, se debe a los procesos continuos de agradación y degradación que en
tiempo geológico, han moldeado la superficie.
Estos procesos geomorfológicos están relacionados con factores internos (litología,
estructura, tectónica, volcanismo y topografía) y externos (clima: temperatura
y precipitación; organismos; y acción antrópica).
Conformación
 Fragmentos de rocas: formados por abrasión mecánica debida a la acción del viento,
aguas y glaciares o producto de la meteorización mecánica (termoclastia,
gelifracción, etc.)
 Suelos: en especial aquellos que han sido despojados de su cubierta vegetal por tala
o incendio.
Elementos que participan
 Pasivo: el suelo.
 Activo: el agua, el viento, o su participación alterna.
1. El agua es un erosivo muy enérgico actúa sobre el suelo desprotegido de la
vegetación (arrastrándolo hacia arroyos y ríos). El suelo, desprovisto de la capa
superficial, pierde la materia orgánica (humus) y entra en un proceso de
deterioro que puede originar hasta un desierto.
2. El viento, otro de los agentes de la erosión: El suelo desprovisto de
la cortina protectora que forman los árboles, es víctima de la acción del viento
que pule, talla y arrastra las partículas de suelo y de roca.

El ciclo del agua

El ciclo hidrológico o ciclo del agua es el proceso de circulación del agua entre los
distintos compartimentos que forman la hidrosfera. Se trata de un ciclo biogeoquímico
en el que hay una intervención mínima de reacciones químicas, porque el agua sólo se
traslada de unos lugares a otros o cambia de estado físico.

El agua de la Tierra se encuentra en su mayor parte en forma líquida, en océanos y


mares, como agua subterránea, o formando lagos, ríos y arroyos en la superficie
continental. La segunda fracción, por su importancia, es la del agua acumulada como
hielo sobre los casquetes glaciares antártico y groenlandés, con una participación
pequeña de los glaciares de montaña de latitudes altas y medias, y de la banquisa.

Por último, una fracción menor está presente en la atmósfera, en estado gaseoso (como
vapor) o en estado líquido, formando nubes. Esta fracción atmosférica es muy
importante para el intercambio entre los compartimentos para la circulación horizontal
del agua, de manera que, se asegura un suministro permanente de agua, a las regiones de
la superficie continental alejadas de los depósitos principales.

El agua de la hidrosfera procede de la desgasificación del manto, donde tiene una


presencia significativa, por los procesos del vulcanismo. Una parte del agua puede
reincorporarse al manto con los sedimentos oceánicos de los que forma parte cuando
éstos acompañan a la litosfera en subducción.

Propiedades Físicas Del Agua

1) Estado físico: sólida, liquida y gaseosa


2) Color: incolora
3) Sabor: insípida
4) Olor: inodoro
5) Densidad: 1 g./c.c. a 4°C
6) Punto de congelación: 0°C
7) Punto de ebullición: 100°C
8) Presión critica: 217,5 atm.
9) Temperatura critica: 374°C

El agua químicamente pura es un liquido inodoro e insípido; incoloro y transparente en


capas de poco espesor, toma color azul cuando se mira a través de espesores de seis y
ocho metros, porque absorbe las radiaciones rojas. Sus constantes físicas sirvieron para
marcar los puntos de referencia de la escala termométrica Centígrada. A la presión
atmosférica de 760 milímetros el agua hierve a temperatura de 100°C y el punto de
ebullición se eleva a 374°, que es la temperatura critica a que corresponde la presión de
217,5 atmósferas; en todo caso el calor de vaporización del agua asciende a 539
calorías/gramo a 100°.

Propiedades Químicas del Agua

1) Reacciona con los óxidos ácidos


2) Reacciona con los óxidos básicos
3) Reacciona con los metales
4) Reacciona con los no metales
5) Se une en las sales formando hidratos
1) Los anhídridos u óxidos ácidos reaccionan con el agua y forman ácidos oxácidos.
2) Los óxidos de los metales u óxidos básicos reaccionan con el agua para formar
hidróxidos. Muchos óxidos no se disuelven en el agua, pero los óxidos de los metales
activos se combinan con gran facilidad.
3) Algunos metales descomponen el agua en frío y otros lo hacían a temperatura
elevada.
4) El agua reacciona con los no metales, sobre todo con los halógenos, por ej: Haciendo
pasar carbón al rojo sobre el agua se descompone y se forma una mezcla de monóxido
de carbono e hidrógeno (gas de agua).
5) El agua forma combinaciones complejas con algunas sales, denominándose hidratos.
En algunos casos los hidratos pierden agua de cristalización cambiando de aspecto, y se
dice que son eflorescentes, como le sucede al sulfato cúprico, que cuando está hidratado
es de color azul, pero por pérdida de agua se transforma en sulfato cúprico anhidro de
color blanco.

Por otra parte, hay sustancias que tienden a tomar el vapor de agua de la atmósfera y se
llaman hidrófilas y también higroscópicas; la sal se dice entonces que delicuesce, tal es
el caso del cloruro cálcico.

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