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Intercambios.

Asociación CivilPara el estudio y atención de


problemas relacionados con las drogas

¿Qué es Reducción de daños?


La reducción de daños –en algunos países llamada reducción del riesgo o minimización
de los daños- es una estrategia de abordaje de los daños potenciales relacionados con el uso
de drogas.

Tiene como primer objetivo disminuir los efectos negativos producto del uso de drogas, y a
partir de allí, construir conjuntamente con el sujeto que demanda objetivos de mayor
complejidad, con el fin de mejorar la calidad de vida de los usuarios de drogas.

Las estrategias de reducción de daños se han ocupado no sólo de las prácticas individuales
de los usuarios de drogas, sino de comprender las condiciones de vulnerabilidad de los
sujetos para desarrollar intervenciones apropiadas, y establecer relaciones específicas de
cuidado y reciprocidad entre los individuos y los grupos en los contextos de uso de drogas.

Algunos programas de reducción de daños desarrollan acciones para involucrar a otros


habitantes del territorio en el que intervienen (vecinos, militantes sociales o instituciones
públicas como las escuelas o los centros de atención sanitaria) en la transformación de
situaciones de padecimiento que los afectan.

Salud mental y adicciones


¿De qué hablamos cuando hablamos de Salud Mental y adicciones?

La  Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657 define en su artículo 3ro. a la salud mental
“como un proceso determinado por componentes históricos, socio-económicos, culturales,
biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de
construcción social vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda
persona.
Se debe partir de la presunción de capacidad de todas las personas. En ningún caso puede
hacerse diagnóstico en el campo de la salud mental sobre la base exclusiva de:

· Status político, socioeconómico, pertenencia a un grupo cultural, racial o religioso.


· Demandas familiares, laborales, falta de conformidad o adecuación con valores morales,
sociales, culturales, políticos o creencias religiosas prevalecientes en la comunidad donde
vive la persona.
· Elección o identidad sexual.
· La mera existencia de antecedentes de tratamiento u hospitalización."

Y en el artículo 4to. de la presente Ley, en relación a la problemática de las adicciones, se


establece que “deben ser abordadas como parte integrantes de las políticas de salud
mental. Las personas con uso problemático de drogas, legales e ilegales, tienen todos los
derechos y garantías que se establecen en la presente ley en su relación con los servicios
de salud.”

Si bien, históricamente, tanto desde los modelos médicos como desde la cultura popular, el
tema de la Salud Mental se pensó y se abordó desde la enfermedad y no desde la salud, hoy
es fundamental cambiar esta perspectiva ya que todos tenemos la posibilidad de decidir
sobre cualquier aspecto de nuestra vida si contamos con los apoyos necesarios para
potenciar lo mejor de cada uno. También es imprescindible dejar atrás la mirada que se
difundió sobre la persona cuya salud mental se encuentra comprometida como la de un
“loco peligroso” al que es necesario encerrar, y asimismo comprender la problemática de
las Adicciones como parte integrante de la Salud.  En la actualidad, según el Informe
Mundial de la Salud del año 2001 de la Organización Mundial de la Salud (OMS): “A la
luz de los avances científicos y técnicos, de las reformas sociales, y de las nuevas
legislaciones en el mundo, no hay motivo ético o científico que justifique la exclusión de la
persona con padecimiento mental”.

Para fortalecer la salud de las personas es primordial trabajar en pos de la inclusión, la


participación y la organización; pilares fundamentales que promueven una comunidad que
ejerza sus derechos con salud, educación y organización social. Un Estado presente y una
comunidad activa caminan juntos, reconociendo y respetando los derechos de todos sus
miembros, pero sin eludir responsabilidades. Esto supone la asignación de un rol
protagónico a aquellas decisiones compartidas por la comunidad teniendo en cuenta los
actores locales y las fortalezas de cada región.

Abordaje comunitario en salud mental y adicciones

La salud nos involucra a todos. Es un proceso de intercambio colectivo. Es el resultado de


una forma de existir dentro de un proceso histórico y social donde las condiciones
económicas, culturales y sociales intervienen en su construcción. En la medida que la
comunidad se involucra en acciones y proyectos, adquiere mayor protagonismo, autonomía
y responsabilidad. Esto conduce a una mayor movilización de las  capacidades –
individuales y colectivas- para afianzar la inclusión, tomar decisiones y ejercer sus
derechos.
La Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones dirige sus acciones hacia el abordaje
territorial como herramienta primordial tanto para la planificación como para la puesta en
marcha de políticas de salud integrales desde un Estado presente, promotor y participativo.
Esta estrategia implica una mirada de las políticas de salud a partir de la dinámica territorial
propia de cada municipio, provincia o región, y la acción coordinada entre el Estado
nacional, provincial y municial, las organizaciones sociales y las comunidades, recuperando
los saberes de todos y todas para construir juntos estrategias de desarrollo local que
profundicen la organización comunitaria y la capacidad local para gestionar.

Salud Mental es…


 Inclusión en redes sociales, afectivas y laborales en la comunidad.

 Capacidad para usar los recursos de los que se dispone y reinventar otros.

 Cantidad y calidad de los lazos sociales que se establecen.

 Capacidad para enfrentar y resolver los conflictos que plantea la propia vida.

 Participación en proyectos colectivos.

 Tiempo de diversión, ocio y esparcimiento.

 Ser reconocidos, valorados y estimados.

 Cumplir con las metas que nos proponemos individual y colectivamente.

 Ejercer los Derechos que todos tenemos en tanto ciudadanos de nuestro país

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