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El ayuno, la oración y la limosna, tal como los presenta Jesús en su predicación (Mateo
6, 1-18), son las condiciones y la expresión de nuestra conversión. En este tiempo de
Cuaresma, acoger y vivir la verdad que se manifestó en Cristo significa ante todo
dejarse alcanzar por la palabra de Dios.
Para llegar preparados y limpios interiormente a la Semana Santa, te explicamos en
qué consisten estas prácticas:
• Ayuno: No solo de comida y bebida, sino también de nuestro egoísmo, vanidad,
orgullo, odio, pereza, murmuraciones, malos deseos, venganza, impureza, ira, envidia,
rencor, injusticia, insensibilidad ante las miserias y necesidades del prójimo.
• Limosna: No solo material, sino prestar ayuda a quien la necesita, enseñar al que
no sabe, dar un buen consejo a quien lo pide, compartir alegrías, repartir sonrisa,
ofrecer nuestro perdón a quien nos ha ofendido.
Esta práctica inicia el Miércoles de Ceniza y termina el Jueves Santo con el inicio del
triduo pascual (viernes santo, sábado santo y domingo de resurrección).
La oración, que es indispensable para nuestro encuentro con Dios; la penitencia, que
se realiza cotidianamente y sin necesidad de grandes sacrificios; y la caridad, que es
necesaria para llegar a la Pascua santificados.
En el ayuno se ingiere una sola comida fuerte en el día, mientras que la abstinencia
consiste en no comer carne.
Si tenemos la gracia de seguir felices en la casa paterna como hijos y amigos de Dios,
la Cuaresma será entonces un tiempo apropiado para purificarnos de nuestras faltas y
pecados pasados. Te invitamos a hacer conciencia en la sociedad, acompañado de un
propósito para responder a estas necesidades a través de obras de misericordia y
oraciones.
El triduo comienza el Jueves Santo con la misa vespertina de la cena del Señor,
alcanza su cima el viernes Santo con la celebración de la Pasión de Cristo y cierra con
las vísperas del Domingo de Pascua (vigilia pascual en sábado).
Esta unificación de la celebración pascual es más acorde con el espíritu del Nuevo
Testamento y con la tradición cristiana primitiva.
Es significativo que los padres de la Iglesia, tanto san Ambrosio como san Agustín,
conciban el triduo pascual como un todo que incluye el sufrimiento de Jesús y también
su glorificación.
San Agustín, en una de sus cartas, se refiere a ellos como "los tres sacratísimos días
de la crucifixión, sepultura y resurrección de Cristo".
Esos tres días, que comienzan con la misa vespertina del Jueves Santo y concluyen
con la oración de vísperas del Domingo de Pascua, forman una unidad, y como tal
deben ser considerados.
Las diferentes fases del misterio pascual se extienden a lo largo de los tres días como
en un tríptico: cada uno de los tres cuadros ilustra una parte de la escena; juntos
forman un todo. Cada cuadro es en sí completo, pero debe ser visto en relación con los
otros dos.
Interesa saber que tanto el viernes como el sábado santos, oficialmente, no forman
parte de la Cuaresma. Según el nuevo calendario, la Cuaresma comienza el Miércoles
de Ceniza y concluye el Jueves Santo, excluyendo la misa de la cena del Señor. El
viernes y el sábado de la Semana Santa no son los últimos dos días de Cuaresma, sino
los primeros dos días del "sagrado triduo".
Se llama “Tiempo Ordinario”, porque en dicho tiempo se medita sobre la “vida ordinaria”
de Jesús, es decir, qué hizo con sus discípulos, los lugares que visitó, los milagros que
realizó. Pero, a diferencia de otros tiempos, en el tiempo ordinario se profundiza en la
vida cotidiana Jesús. Por ejemplo, en el tiempo de Navidad se profundiza sobre el
nacimiento de Jesús, en el tiempo de Pascua se profundiza en la Resurrección de
Jesús, mientras que en el tiempo ordinario no hay un misterio específico que se
profundice, sino más bien se acompaña a Jesús en sus “actividades” de día a día.
Este tiempo es peculiar, es el más largo del año, dura entre 33 a 34 semanas, el color
que se utiliza es el verde, comienza después de la fiesta del Bautismo del Señor y
concluye con la Solemnidad de Cristo Rey del Universo. Y ahora ya sabemos, se
llama ordinario porque acompañamos a Jesús en su vida ordinaria.
D. ¿cuáles son los colores litúrgicos y que se significan cada uno de ellos?
BLANCO:
Se usa en tiempo pascual, tiempo de navidad, fiestas del Señor, de la Virgen, de los
ángeles, y de los santos no mártires. Es el color del gozo pascual, de la luz y de la vida.
Expresa alegría y pureza.
ROJO:
Se usa el domingo de Ramos, el Viernes Santo, Pentecostés, fiesta de los apóstoles y
santos mártires. Significa el don del Espíritu Santo que nos hace capaces de
testimoniar la propia fe aún hasta derramar la sangre en el martirio. Es el color de la
sangre y del fuego.
VERDE:
Se usa en el tiempo ordinario (período que va desde el Bautismo del Señor hasta
Cuaresma y de Pentecostés a Adviento). Expresa la juventud de la Iglesia, el resurgir
de una vida nueva.
MENOS USADOS:
DORADO o PLATEADO:
Subraya la importancia de las grandes fiestas. En los días más solemnes pueden
emplearse ornamentos más nobles, aunque no sean del color del día
ROSA:
Subraya el gozo por la cercanía del Salvador el Tercer Domingo de Adviento, e indica
una pausa en el rigor penitencial el Cuarto Domingo de Cuaresma. Es símbolo de
alegría, pero de una alegría efímera.
AZUL:
NEGRO:
Expresión de duelo.
Debemos vivir con el vestido rojo del amor apasionado a Cristo, hasta el punto de estar
dispuesto a dar nuestra vida por Cristo, como los mártires.
Debemos vivir el vestido rosa, solo de vez en cuando, pues toda alegría humana es
efímera y pasajera.
Debemos vivir con el vestido azul mirando continuamente el cielo, aunque tengamos
los pies en la tierra.
En resumen
Alba: proviene del latín alba, que significa blanca. Es el vestido que se consideró
básico para todos los ministros en la celebración litúrgica. Es blanca para simbolizar la
pureza de los ministerios.
Cíngulo: la palabra latina cingulum viene de cingere, que significa ceñir. Este cordón
es útil para ceñir a la cintura ciertos vestidos amplios como el Alba.
Amito: del latín amictus, que significa rodear, envolver. Es un lienzo blanco,
rectangular que emplean los ministros de la liturgia debajo del alba cuando ésta no
tiene cuello.
Estola: es una tira de tela, más o menos de entre 15 y 25 cm de ancho, de colores, que
pende del cuello. Es común de todos los ministros ordenados, con la diferencia de que
los sacerdotes se la cuelgan en torno a los dos hombros sobre el alba y bajo la casulla,
y los diáconos, cruzada desde el hombro izquierdo al derecho.
Casulla: viene del latín casulla que significa casa pequeña o tienda. Se llama casulla a
la vestidura que el sacerdote se revista por encima del Alba y la Estola, a modo de
capa o manto amplio, abierta por los lados y con un hueco para la cabeza. La casulla
es la vestidura que caracteriza al que preside la Eucaristía.
E. ¿estructura del misal?
LECTURAS INFORMATIVAS SEGÚN LA CLASE DOMINGO
29/05/2022
Apuntes históricos
Los libros litúrgicos propiamente tales se desarrollaron a partir del siglo VII;
anteriormente, durante los periodos denominados "tiempo de improvisación" y "tiempo
de creatividad", se contaba sólo con algunas indicaciones sobre el bautismo, la
Eucaristía, la oración diaria, el ayuno y, por supuesto, el texto de la Biblia. Los primeros
libros litúrgicos se conocen con el nombre de libros "puros", en el sentido que cada uno
contiene un elemento de la celebración litúrgica: el Sacramentario, con fórmulas para la
Eucaristía; el Leccionario, con lecturas de la misa, y el Antifonario, con los cantos (que
al principio no tenían anotaciones musicales).
A partir del año 1000, aproximadamente, se empieza a recoger en un solo libro todos
los elementos que sirven para la celebración. Los dos más importantes en esta época
son el Misal, que contiene los elementos para la Eucaristía, y el Breviario, que reúne
los textos del salterio, homiliario, himnario, antifonal y oracional. También aparecieron
el Pontifical, con las indicaciones para las ceremonias reservadas a los obispos, y el
Ritual, con los ritos que debían realizar los presbíteros. A este conjunto se les conoce
como libros "plenarios" o "mixtos".
Los libros litúrgicos del rito romano usados en la actualidad, que son principalmente el
Misal romano y la Liturgia de las Horas, fueron definidos en el Concilio Vaticano II
(1962-1965). Entre las innovaciones que resultaron del encuentro ecuménico fue la
introducción de la lengua vernácula a la liturgia y por tanto a los libros (por esta razón,
la mayoría de los libros que se encuentran en museos y bibliotecas son previos a la
década del 60 y están en latín, lengua oficial de la liturgia desde el siglo VI). En este
contexto también se modificaron el Leccionario, el Pontifical y el Ritual.
Libros litúrgicos
Misal. Libro litúrgico del rito romano que contiene las oraciones y lecturas
propias de la misa, así como el orden y el modo de celebrarse. Se desarrolló a
partir de varios libros usados en la Iglesia primitiva y en la época medieval, como
el Sacramentario, Leccionario, Antifonario y los primeros Ordines. Se le conoció
con el nombre de Missale, Liber missalis o Missale plenarium. La rapidez de su
difusión se debe a la multiplicación de misas "privadas", en el que el celebrante
decía todo, incluso lo que correspondía a otros ministros. En 1570 se promulga
el primer misal romano, que se difundiría posteriormente a la Iglesia occidental.
El título más habitual es Missale romanum.
Pontifical. Libro litúrgico que contiene los textos y normativas para las
celebraciones reservadas al obispo, como la confirmación, las ordenaciones, las
consagraciones de iglesias, de vírgenes, la bendición de abades y hasta la
coronación de reyes y emperadores. El primero fue el romano-germánico (950),
que fue simplificado por Gregorio VII (1073-1085). En el siglo XIII, Guillermo
Durando, obispo de Mende, preparó el pontifical que fue difundido
posteriormente a toda la Iglesia. Ya bajo la denominación de "pontifical romano",
el Concilio Vaticano II lo reformó. El título más común es Pontificale romanum.
Términos afines
Orejeta. Pequeño saliente de papel, cartón o tela que se pega al borde exterior
de una página de libro con el propósito de facilitar su uso y la búsqueda de
contenidos. Común en libros grandes, como misales y enciclopedias.
Registro. Cordón, cinta u otra señal que se pone entre las hojas de los libros
para manejarlos y consultarlos con facilidad. Algunas veces, como ocurre en
misales y otros libros litúrgicos, se puede encontrar más de uno y de distintos
colores.
Mobiliario relacionado:
¿Qué es?
A lo largo del desarrollo de la misa se hacen varias acciones además del rito de la
comunión.
Orígenes
El término “misa” empezó en el siglo 4 para despedir a los fieles al final de la ceremonia
eucarística y, luego, para toda la celebración o bien a la segunda parte de la misma (la
actual celebración eucarística).
Fines
Para alcanzar todas las gracias que nos son necesarias, y por esto se llama
impetratorio.
¿Cómo es la estructura de una misa católica?
Acto penitencial: se pide al Señor perdón por las faltas con una actitud de humildad.
Oración colecta: el sacerdote da una oración al Padre en nombre de todos los fieles y
a través de ella recoge las intenciones de todos.
Credo: confesión de la fe.
Liturgia de la Eucaristía
Intercesión: se pide por todas las autoridades de la Iglesia, por los fallecidos y por los
más necesitados.
Ritos de despedida
Misa rezada: aquella que se dice sin canto. También se la conoce como sencilla o
privada.
Además, existe la llamada misa pontifical, es una misa solemne celebrada por el
obispo, en ocasiones especiales.
En honor a las personas fallecidas, por detallar otras posibilidades, se pueden celebrar
misas de cuerpo presente (con los restos del individuo en el lugar del oficio religioso) y
misas de difuntos.
La misa de gallo (al inicio del día de Navidad), la misa de campaña (es al aire libre para
un gran número de gente y/o para los integrantes de fuerzas armadas), la misa seca
(limitada a las oraciones, sin comunión, consagración, etc) y la misa de purificación
(para mujeres que, tras haber parido, regresaban a la Iglesia) son otras clases de
ceremonias que, a lo largo de la Historia, han permitido extender el alcance y
modalidad de las misas.