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Nuestra historia comienza en Nochebuena, en casa de Clara.

Rodeada de familia y amigos,


que bailan y cantan alrededor del árbol de Navidad; Clara espera con ansías la llegada de
su misterioso padrino Drosselmeyer, quien es un juguetero maravilloso; crea trenes,
soldados, muñecas y arlequines; pero Drosselmeyer le regaló a Clara un mágico
cascanueces hecho de madera, que ella recibió con mucho anhelo, sin saber lo que esa
noche estaba a punto de suceder.

Clara, fue a dormir y es su profundo sueño, se apareció un reloj y un árbol de Navidad


gigante, el Rey ratón, unos ratoncitos, soldados y su Cascanueces, ellos, cobraban vida; y
así comienza una terrible batalla entre los ratones y los soldados, con explosiones de
cañones y golpes de espadas. Los ratones estaban a punto de herir al Cascanueces, pero
Clara corrió a rescatarlo golpeando al Rey Ratón con una de sus zapatillas y en ese preciso
momento, por el amor que Clara demostró a Cascanueces, el hechizo que caía sobre él se
rompió, y la figura de madera se convirtió en un apuesto principie, y agradecido por la
muestra de amor, la invitó a un viaje, lleno de magia, igual que la su padrino Drosselmeyer
le daba a sus juguetes; Clara acepto, durante su viaje pasaron por un bosque cubierto de
copos de nieve; se dirigieron al país del azúcar, en el cual se bailan danzas de diferentes
orígenes, como, el chocolate de España, el café de Arabia, el té de China, el Trepak de
Rusia, el turrón de Francia, flautas de caramelo, es hermoso ver como todas las flores y el
hada de Azúcar se reúnen para bailar el vals. Clara estaba fascinada, pero, pronto debe
despertar y debe decir adiós (Suspiro del lector de la historia) … Sin duda esta será una
noche inolvidable para Clara.

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