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En 1897 Hipólito Yrigoyen, en desacuerdo con de Bernardo de Irigoyen, disolvíó el

Comité de la UCR de la provincia de Buenos Aires, debido a lo cual el partido dejó


prácticamente de existir. Esto determinó la formación de un núcleo de radicales que
reconocen como jefe a Hipólito Yrigoyen, quien en 1903 comenzó la refundación y
reorganización del partido. El 29 de febrero de 1904 el Comité Nacional de la UCR
declaró la abstención electoral en todo el país en las elecciones de diputados de
la Nación, de senador por la capital, electores de presidente y vicepresidente de
la Nación y anunció la lucha armada. En el gobierno estaba Manuel Quintana,
representante del Partido Autonomista Nacional.

El 4 de febrero de 1905, en la Capital Federal, Campo de Mayo, Bahía Blanca,


Mendoza, Córdoba y Santa Fe, se produjo el alzamiento armado con el propósito de
derrocar a las autoridades que, por su parte, estaban al tanto de la conspiración y
decretaron el estado de sitio en todo el país, por noventa días.

En la Capital Federal los golpistas fallaron al no poder asegurar el control del


arsenal de guerra de Buenos Aires cuando el general Carlos Smith, jefe del Estado
Mayor del Ejército desplazó a los soldados yrigoyenistas. Las tropas leales y la
policía recuperaron pronto las comisarías tomadas por sorpresa y los cantones
revolucionarios. En Córdoba los rebeldes apresaron al vicepresidente José Figueroa
Alcorta y amenazaron matarlo si no renunciaba el presidente Manuel Quintana; este
no cedió y la amenaza no fue ejecutada. También apresaron al diputado Julio
Argentino Pascual Roca, y Francisco Julián Beazley, exjefe de policía de Buenos
Aires, pero no al expresidente Julio Argentino Roca, quien logró escapar a Santiago
del Estero.

En Mendoza los rebeldes se llevaron 300 000 pesos del Banco de la Nación y atacaron
los cuarteles defendidos por el teniente Basilio Pertiné. Las tropas sublevadas en
Bahía Blanca y otros lugares ni tuvieron perspectiva, ni hallaron eco en el pueblo.
Solo continuaron los combates en Córdoba y Mendoza hasta el 8 de febrero, pero
finalmente los alzados fueron derrotados y enjuiciados recibiendo penas de hasta 8
años de prisión y enviados al penal de Ushuaia.

1910: el país del Centenario

Postal conmemorativa de la Revolución de Mayo, de 1910


1910 fue un año en el que los logros y los fracasos de la Generación del 80
quedaron en evidencia.

El 25 de mayo de 1910 se cumplían 100 años desde la Revolución de Mayo, paso


inicial de la independencia. El gobierno argentino, presidido por José Figueroa
Alcorta, decidió entonces organizar las festividades del Centenario, como un
acontecimiento internacional al que asistieran personalidades de todo el mundo.

Llegaron a Buenos Aires la Infanta Isabel de España, el presidente de Chile Pedro


Montt y representantes de numerosos países. Los presidentes de Bolivia y de Brasil
estuvieron ausentes debido a las malas relaciones diplomáticas que mantenían con la
Argentina.

Buenos Aires fue el centro de los festejos, realizándose diversas ceremonias


organizadas por el gobierno y particulares con participación del mundo de la
cultura, militares, escolares y de colectividades extranjeras.

Se realizaron desfiles militares, manifestaciones cívicas, y una función de gala en


el Teatro Colón. Se crearon monumentos y se reanudó la construcción del Congreso y
de la Corte Suprema.

Se organizaron conferencias internacionales y una exposición de bellas artes.


Muchos diarios publicaron artículos especiales, entre ellos, el más importante fue
el editado por La Nación.

El día del 25 de mayo, a la madrugada, una marcha de estudiantes se dirigió al Río


de la Plata para ver el amanecer. A la mañana en la Plaza de Mayo se colocó la
piedra fundamental del monumento a la Revolución de Mayo y en la Plaza del Congreso
hubo una reunión de escolares. A las tres de la tarde se realizó un desfile
militar.

Sin embargo, de manera paralela a los festejos, los sindicatos expresaron su


descontento ante la situación de desigualdad social y económica. La CORA y la FORA,
dirigidas por las corrientes socialista, sindicalista revolucionaria y anarquista,
realizaron protestas y amenazaron con realizar una huelga general. Pedían la
derogación de la Ley de Residencia, que habilitaba al gobierno a expulsar
extranjeros sin el debido proceso. El gobierno impuso el estado de sitio y la
policía reprimió a los manifestantes. Los partidos obreros se fragmentaron y la
huelga no se concretó.

Para la clase alta, el acto del Centenario fue una demostración del poder y
grandeza a la europea, que perduraría a través de los años. Para las clases bajas
el acto del centenario fue un evento aristocrático y excluyente.

Participación argentina en la exploración antártica y ocupación permanente de la


Antártida
En 1848 el futuro comandante argentino Luis Piedra Buena viajó a la Antártida como
grumete del barco de William Smiley.

La Expedición Argentina a las Tierras y Mares Australes de 1881 al mando teniente


de la Marina Italiana Giacomo Bove exploró Tierra del Fuego hasta que su barco
naufragó. La expedición del rumano Julio Popper se frustró durante su alistamiento
por su muerte en 1893.

El 29 de diciembre de 1894 el presidente argentino Luis Sáenz Peña autorizó a Luis


Neumayer para explorar el territorio situado al sur de la Patagonia y denominado
Tierra de Grand (península Antártica), aunque prohibiendo cualquier tipo de
explotación, pero la expedición no se realizó.79

Entre 1897 y 1899 una expedición belga comandada por Adrien de Gerlache, de la que
participó Roald Amundsen, debió invernar en la Antártida al quedar encerrada por
los hielos.80

El 10 de octubre de 1900 el gobierno argentino decidió incorporarse a la Expedición


Antártica Internacional, compuesta de varias expediciones, pero el viaje argentino
no se realizó y se ofreció colaboración a la expedición sueca al mando del doctor
Otto Nordenskjöld. Este recibiría apoyo argentino a cambio de incorporar a un
marino argentino a su expedición y entregarle los datos científicos y las
colecciones zoológicas que se recogieran. A su paso por Buenos Aires el alférez de
navío José María Sobral se embarcó en el buque Antarctic el 21 de diciembre de
1901. Como no se tenían noticias de la expedición el gobierno argentino cumplió su
compromiso de apoyo acondicionando a la corbeta ARA Uruguay, que partió en su
búsqueda el 8 de octubre de 1903 al mando del teniente de navío Julián Irízar,
rescatando a los integrantes de la expedición que habían quedado invernando a raíz
del hundimiento del Antarctic.81

Base Primavera, en la península Antártica.


El 2 de enero de 1904 la Argentina adquirió la estación meteorológica instalada por
el escocés William Speirs Bruce, en la isla Laurie de las Orcadas del Sur, en la
que había quedado una dotación de seis hombres realizando observaciones
científicas. En ella se instaló un observatorio meteorológico, donde funcionaba
también una oficina de correos. Al civil —empleado la empresa oficial argentina de
correos y telégrafos— argentino Hugo Alberto Acuña le correspondió izar por vez
primera de un modo oficial la bandera argentina en el sector Antártico Argentino,
el día 22 de febrero de 1904.82 Tal observatorio devino en la Base Orcadas, el
establecimiento humano permanente más antiguo existente hoy en todo el territorio
antártico.

La corbeta argentina ARA Uruguay volvió a la Antártida en 1905 —zarpó desde le


puerto de Buenos Aires el 10 de diciembre de 1904— para relevar a la dotación de
las Orcadas del Sur y dirigirse a la isla Decepción y luego a la isla Wiencke en
busca de Jean-Baptiste Charcot, cuya expedición francesa (1903-1905) se creía
perdida. En agradecimiento a la colaboración argentina con su expedición Charcot
bautizó a un grupo insular como islas Argentina. Una de esas islas fue nombrada
como isla Galíndez en homenaje al capitán de la corbeta, Ismael Galíndez, y otra
fue denominada isla Uruguay, en homenaje a la corbeta argentina de tal nombre.83

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