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de la Globalization
Tomo I
Mann, Chomsky, Keohane, Chua, Girard.
Grandes autores de la globalización
DIRECTORIO
Tomo I
Mann, Chomsky, Keohane, Chua, Girard.
Grandes autores de la globalización
BIBLIOTECA
Este libro es producto de la investigación realizada dentro del ni,ir
co del Programa de Apoyo a Proyectos para la innovación y Mejo-
ramiento de la Enseñanza (PAPIME) en el proyecto de Enseñanza
para el estudio de los grandes pensadores de teoría política y social
contemporáneos (PE300913) y fue arbitrado de acuerdo a los criterios
académicos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM.
Grandes pensadores
de la Globalización. Tomo 1
Mann, Chomsky, Keohane, Chua, Girard.
Grandes autores de la globalización
Jorge Federico Márquez Muñoz
Alejandro Domínguez Uribe
(Coordinadores)
Introducción
JORGE FEDERICO MÁRQUEZ MUÑOZ Y ALEJANDRO DOMÍNGUEZ URIBE. . 9
Introducción
En el año 2011 el sociólogo John Hall llamó a Michael Mann "el Max
Weber de nuestro tiempo".2 Algunos teóricos de la talla de Randall Coll-
ins, David Laitin y Gianfranco Poggi, dedicaron un voluminoso libro a ex-
poner y discutir las ideas de Mann.3 Destaca el reconocimiento que le hi-
cieron personajes como Ernst Gellner4 y Perry Anderson, quien comentó:
¿Quién no se sentiría intelectualmente estimulado por la amplitud del
horizonte descrito por Michael Mann en los (...) volúmenes de su obra
The Sources of Social Power. Su propósito, según sus propias palabras, es
nada menos que proponer una historia y una teoría de las relaciones de
poder en las sociedades humanas, proyecto que considera prácticamente
sinónimo con el de una historia y una teoría de la propia sociedad huma-
na. Todas las reticencias que puede suscitar la idea de que un propósito
tan amplio deba ser ocioso o exagerado se desvanecen de inmediato. La
1 Doctor en Ciencia Política por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Profesor de tiempo completo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNAM. Adscrito
al Centro de Kstudios Políticos de la misma Facultad. Es miembro del Sistema Nacional de
Investigadores con el nivel II
2 Michael, Mann, Power in the 21st century. Conventions withJohhA. Hall, Cambridge,
Polity Press, 2011, p. I.
3 Cfr. John, A. Hall y Ralph, Shroeder (editan), The Anatomy of Power. The Social Theory
of Michael Mann, Camhridgc Unviersity Press, 2005.
4 Cfr. Michael, Mann, "The Sources of my Sources", Contemporary Sociology a Journal
of Reviews, 2013, URL: http://csx.sagepub.eom/conient/42/4/499, revisado el 18 de abril de
2014
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MichaelMann,laglobalizacióndelasfuentessocialesdelpoder
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JORGEFEDERICOMÁRQUEZMUÑOZ
6 Michael, Mann, Las fuentes sociales, I. Una historia del poder desde los comienzos hasta
1760 d.C. Tomo /(1986), trad. Fernando Santos Fomenta, España Madrid, Alianza, 1991,
p. 15.
7 ídem.
8 Ibidem, p. 32.
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JoüflE FEDERICO MÁRQUEZ MUÑOZ.
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Michael Mann, la globalización de las fuentes sedales del poder
los paraísos fiscales. Más aún, no vio la importancia del "sector informal",
pese a que éste representa más del 60% del PIB mundial.
Mann elaboró una tipificación de las relaciones entre las clases sociales
y para ello recurrió a tres criterios: desigualdad, organización y motiva-
ción. En los tres la identidad juega un papel central.
En cuanto a la desigualdad, el punto de partida es que hay un grupo de
personas que tienen la capacidad de controlar las oportunidades de vida de
otros mediante los medios de producción, distribución e intercambio. Pero
como las desigualdades nunca son completamente legítimas, siempre hay
una tensión social. Sin embargo, las fricciones no suelen convertirse en
una lucha de clases abierta, sino que se mantiene latente, debido a que
junto a las divisiones verticales están también las horizontales o segménta-
les, como las relaciones familiares, clientelares, tribales y locales.
En cuanto al criterio de la organización, las clases sociales pueden estar
en un sistema simétrico o asimétrico. El primero es cuando dos clases
poseen una formación extensiva similar, es decir, cuando se conciben con
toda claridad como antagónicas. El sistema asimétrico se presenta cuando
solo una clase está organizada, generalmente la dominante, y posee la
ventaja del diagrama. Este segundo caso se presenta cuando en el espacio
social predominan las relaciones horizontales sobre las verticales, es decir,
cuando la identidad se segmenta en factores distintos a los de la clase so-
cial.
En cuanto a la motivación, las clases pueden estar organizadas para
mantener el statu quo o para cambiarlo.
Una vez revisados los conceptos básicos para tipificar las fuentes sociales
del poder, vayamos a la definición de cada una de ellas.
El poder ideológico deriva de tres necesidades: 1) dar sentido a la rea-
lidad, pues para ello hacen falta más que los sentidos. La ideología es esa
mediación que permite comprender el mundo profundamente; 2) compar-
tir normas y valores que hacen posible la cooperación social estable; y la 3)
participar en prácticas estéticas y rituales.
El poder ideológico genera formas de organización difusas, funciona a tra-
vés de la persuasión y pretende una participación libre y verdadera. Como
forma socioespacial puede ser extensiva o intensiva, trascendente o inma-
nente respecto a las formas de poder político, económico o militar. Por
ejemplo, en lo referente al político, el cristianismo suele ser del primer
tipo y el nacionalismo del segundo. El feminismo trasciende las fronteras
nacionales y el socialismo suele ser inmanente.
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JORGE FEDERICO MÁRQUEZ Muñoz
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JORGE FEDERICO MARQCI:? MUÑO/
La globalización en sí no es nada
Al igual que con la sociología, el punto de partida de Mann es una crítica
radical a las teorías de moda:
La globalización no ha generado teorías innovadoras sobre la sociedad;
las teorías previamente usadas, cuando los científicos sociales equipara-
ban las sociedades con los estados-nación, simplemente han ampliado su
extensión geográfica, aunque esto es a menudo ocultado por el deseo de
los teóricos de reclamar una lama por haber descubierto transformaciones
fundamentales de la sociedad.10
Mann hace explícito a quien, entre otros, se refiere con esta crítica: Ma-
nuel Castells y Zygmunt Bauman. Tampoco está de acuerdo con Imma-
nuel Wallerstein y David Harvey, que según él, simplifican la realidad. A
diferencia de lo que piensan hiperglobalizadores y marxistas, la globaliza-
ción en sí misma no debe ser alabada o maldecida por el estado actual de la
humanidad. La globalización no es más que el producto de las expansiones
de las redes sociales del poder, que específicamente se enredan formando
tres telarañas: imperio americano, capitalismo y estados.
El Imperio Americano
En cuanto al imperio americano, ya en el tomo III de las Fuentes sociales
del poder, nuestro autor adelantó, en su análisis de la Segunda Guerra
10 Michael, Mann, The sources of social power. Volume 4. Globalizations, 1945-2011, New York,
Cambridge University Press, 2013, p.3.
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Michael Mann, la globalization de las fuentes sociales del poder
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JOKGK FEDERICO MÁRQUEZ MUÑOZ
En América Latina la política del Imperio fue muy distinta. Ahí se re-
primió a la izquierda moderada, en parte por la distorsión ideológica de los
diplomáticos estadounidenses, que temían no parecer lo suficientemente
anticomunistas en el contexto de la Guerra Fría. Los partidos socialistas
eran competitivos y Estados Unidos no vaciló en apoyar con recursos, y
aun con asesoría y material militar, a la derecha. Así, aunque obtuviera
algunos triunfos en las urnas, la izquierda no tenía la representación real
que le correspondía. Debido a ello, muchos socialistas moderados fueron
perdiendo sus esperanzas en el sistema democrático y comenzaron a radi-
calizarse.
Estos actores radicalizados parecían dar, como una profecía autocum-
plida, la razón a los halcones en Washington, quienes advertían la amenaza
comunista en América Latina. Era necesario entonces no sólo impedir que
avanzaran los socialistas sino que se volvió aceptable apoyar a las juntas
militares golpistas o a otros repugnantes dictadores con tal de evitar el
ejemplo cubano.
En el caso de la política anti-socialista del Imperio en América Latina,
cabe destacar la opinión de Michael Mann sobre México. Al comentar la
tragedia del ciclo "popularidad de los socialistas-intervención
estadounidense en favor de la derecha-radicalización de la izquierda-golpe
de Estado de la derecha justificado", en el caso nicaragüense, afirma que
de no haberse producido la intervención norteamericana, quienes habrían
gobernado el país centroamericano, hubieran sido socialistas moderados,
centristas predominantes al punto de crear un régimen de partido único, tal
y como el régimen del Partido Revolucionario Institucional. Es decir, en
lugar de la guerra civil habría habido un país pacificado y con instituciones
estables."
Mann concluye que América Latina fue el lugar en donde Estados
Unidos más intervino como Imperio, en donde más éxito tuvo a corto
plazo, pero en donde los daños menos han contribuido al desarrollo. Claro
está, cabe aclarar que Mann se concentra en aquellos casos en donde el
Imperio intervino profundamente, pero no en países en donde consideró
poco viable entrometerse o bien, en donde calculó que el costo de imponer
un régimen era muy elevado. Por ejemplo, están los casos de México y
Brasil, en donde más que intervenir Estados Unidos intentó influir, no
siempre exitosamente.
11 Cfr. Michael, Mann, The sources of social power. Volume 4. op. cit., pp. 115-116.
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Michael Monn.La globalUación de las fuentes sacióles del poder
Sin embargo, justamente estos dos países son los que mayor interés
habría tenido describir, pues concentran más cuatro quintas partes de la
población de América Latina. Al escapar a Mann este análisis también es-
capó su oportunidad de construir, con su teoría, un modelo para América
Latina en la globalización, como el que realizó a propósito de Rusia y los
países de Europa Oriental, China, Rusia, Estados Unidos u Occidente.
De regreso a la influencia del Imperio, Finalmente Michael Mann
analiza Medio Oriente. Se trata de "un asunto inconcluso". Una región
cuyos atrasos económicos y democráticos se deben, en buena medida, a la
importancia geopolítica que le confieren sus reservas petroleras.
Aquí Estados Unidos ha apoyado a las elites conservadoras en contra
de los impulsos populares por las siguientes razones: 1) una ideología pa-
ranoica que triunfa sobre la razón, confunde a los reformistas con comu-
nistas o terroristas. 2) Las ganancias de las grandes corporaciones petro-
leras, que abaratan los precios del crudo gracias a una mano de obra sobre
explotada y; 3) el impulso militarista, tanto de la elite estadounidense
como de la árabe; esta última, debido a que requiere de enormes dosis de
violencia para mantenerse en el poder. 4) La preferencia de la estabilidad -
así sea autoritaria- por encima de la democracia.
Mann concluye que el Imperio Americano, con notables excepciones,
ha esparcido la retórica de la democratización pero no su práctica.
El poderío militar de Estados Unidos es incontestable pero no om-
nipotente. Ello debido a dos razones: 1) el poder intensivo de las armas
nucleares, que hace inviable su utilización y por tanto, contribuye a la
pacificación de las relaciones entre los mayores imperios aun entre éstos y
algunos países subdesarrollados.
2) Debido a que el poder militar se encuentra incrustado en otras redes
de poder tiene serias limitaciones. No se puede hacer la guerra, así sea a
rivales débiles, sin pagar un costo económico. Y cuando se cobran las fac-
turas de una intervención militar, como la de Irak o la de Afganistán, éstas
se deben pagar no solamente con dinero, sino también con capital político.
El poder ideológico del Imperio estadounidense no es incontestable.
De hecho, la ideología imperial sólo es fuerte entre los círculos de conser-
vadores radicales y en coyunturas poco comunes. La ideología imperialista
es muy débil, ni siquiera es aceptable para la mayoría tie los capitalistas -
excepción hecha de los beneficiados directos de la guerra-, que consideran
que es mejor la dominación económica que la militar y la política.
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JOI«.E: KEIIÜHICO MAKQUEZ MUÑOZ
El capitalismo
El capitalismo es la red de poder que más dinamismo ha dado a la glo-
balización. En el Tomo III de Las funetes sociales del poder Mann habla
de la "media globalización" ocurrida hasta antes de la Segunda Guerra
Mundial. Realiza un estudio de los flujos comerciales y las inversiones
extranjeras. Encuentra que, con tres excepciones -Europa Occidental, los
países anglosajones y sus colonias-, las economías estaban muy poco in-
ternacionalizadas.
Por el contrario, en el periodo de la Posguerra dichas redes alcanzaron
todos los continentes. Y más aún, con la reforma capitalista en China a
partir de los años ochenta y con la caída de la URSS a principios de los
noventa, el capitalismo realmente se mundializó.
El análisis de Mann respecto a la economía global se concentra en tres
temas: 1) el ingreso de China y Rusia -con sus exsatélites en Europa
Oriental y las exrepúblicas soviéticas- al capitalismo; 2) los efectos del
neoliberalismo, tanto en los países desarrollados como en los países en
desarrollo y; 3) el impacto del capitalismo global en el medio ambiente.
Ahora me concentrare en los dos primeros aspectos y dejaré para el final de
este ensayo el tercero, por dos razones: debido a que el apartado que trata
sobre el tema es justo el último capítulo del volumen IV de la Fuentes; y,
debido a que el problema ecológico es una especie de conclusión de la obra
Mann, en la medida en que, de no resolverse, colapsará los progresos de
las fuentes sociales del poder.
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Michael Mann. La globalization de las fuentes sociales del poder
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JORGE FEDERICO MÁRQUEZ MUSOZ
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Michael Mann. La globalization de los fuentes sociales del poder
Los Estados
Michael Mann describe la formación del Estado moderno europeo en el
tomo II de Las fuentes sociales. Sus elementos, además de la jerarquización
-que es lo propio de todos los estados, antiguos y modernos-, son: la bu-
rocratización, la nación y la lucha de clases. La burocratización surge, en
primer lugar, como un modo eficiente de recolectar impuestos y organizar
el Estado, antes que nada, para la guerra. Adicionalmente la burocracia
también contribuye a la impartición de justicia.
Aguijoneados por una rivalidad medieval, los reinos de Francia c In-
glaterra, comenzaron a modernizar sus ejércitos y para ello requirieron
modernizar también sus aparatos administrativos. Inglaterra fue a la cabeza
de este proceso. Sin embargo, a principios del siglo XIX, en las guerras
napoleónicas, por primera vez, pareció que los franceses habían logrado la
vanguardia. Un elemento adicional parecía superar las ventajas organiza-
cionales de los británicos: el nacionalismo. Pero éste no fue suficiente para
hacer triunfar a un imperio que se echó en contra a prácticamente toda
Europa.
El modelo francés estatal, debido a la Revolución de 1789, fue el de un
nacionalismo popular, que se rebeló contra los poderes de la vieja aristo-
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JOK<;E FEKHUICO MÁUUUEZ MUÑOZ
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I I > K <; E FEIIFHK:» MAKUIIIV Mi'vv
paraciones de las políticas nazis con las de las primeras décadas de Estados
Unidos.
Finamente, en el tomo IV de Las fuentes, Mann muestra como el im-
perialismo europeo obstaculizó, a lo largo del siglo XIX y la primera mitad
del XX, la organización de Estados modernos en África y Asia, y con an-
terioridad lo hizo también en el caso Latinoamericano. Pero esta situación
cambió como un efecto involuntario de la Segunda Guerra Mundial. A
partir de ese momento el Estado moderno se convirtió realmente en una
forma de organización global.
El Estado se ha convertido en la forma más universal de organización
política. Implica el control de territorios, poblaciones, ejércitos y presu-
puestos por una elite gubernamental. Sin embargo, debido a dos elementos
la mayoría de los Estados ha moderado su poderío militar. Estos elementos
son: I) que Estados Unidos cuenta con un poder militar incontestable V 2)
la era nuclear vuelve inviable muchas guerras.
En segundo lugar, está el poderío económico de los Estados. Mann
señala desde el tomo I de Las fuentes, que la relación entre las redes de
poder políticas y económicas es muy compleja. En ocasiones se refuerzan
y en otras se obstaculizan. En el caso específico de los capitalistas, éstos
eran un poder intersticial hasta la era moderna. Por ejemplo, en el sistema
de ciudades c imperios de la antigüedad mediterránea, los tenidos eran un
poder intersticial, al igual que los comerciantes de la civilización medieval.
El capitalismo ascendió junto con la guerra moderna, el nacionalismo,
el imperialismo, las revoluciones industriales y las finanzas. Todo ello im-
plicó pactos entre los poderes estatales con los dueños -i.e. de tierras- y
con quienes eran capaces de reproducir el capital -i.e. los burgueses.
El mayor impacto contemporáneo del capitalismo sobre los Estados se
encuentra en relación a la globalización de las finanzas y la transna-
cionalización de la producción, la distribución y los mercados. Como ya
mencioné en el apartado anterior, el neoliberalismo afecta o beneficia de
manera distinta a distintos Estados; algunos de ellos se debilitan debido a
la globalización pero otros se fortalecen.
Finalmente, está la ideología; el ámbito en donde las redes sociales del
poder más rápidamente trascendieron. Los primeros intentos de globa-
lización de la ideología fueron las religiones salvacionistas, descritas por
Mann en el tomo I de Las Juanes. Estas doctrinas comenzaron como
poderes intersticiales y en ocasiones, como con el cristianismo en Europa o
el confucianismo en China, adquirieron el status de religiones oficiales.
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Michael Moan. La globalization de las fuentes sociales del poder
Sin embargo, Mann atenúa un poco su visión del futuro al admitir que el
extremo de indiferencia o reacción furiosa no son las únicas vías posibles. Algún
progreso limitado podría hacerse en las políticas de mitigación. Este es el camino
más probable. No sabemos qué tanto podrían retrasarse las consecuencias nocivas
del cambio climático, pero del reconocimiento general de una trayectoria
indeseable hacia el desastre podrían surgir gradualmente políticas de mitigación
más estrictas.
Pero aún esta vía intermedia implica reducir los estándares de vida. Lo cual no
es del todo improbable, pues las dos Guerras Mundiales también fueron testigos de
voluntad para sacrificarse, siempre que los sacrificios fueran vistos como
necesarios, universales y justos.
Nadie puede predecir qué camino podría escogerse, pues estamos lidiando
con seres humanos, capaces en el siglo XX de lanzar colectivamente dos
terribles guerras sin alguna buena razón, en tanto que después fueron
capaces de desvanecer las guerras entre estados de la mayor parte de la
tierra. ¿Quién sabe qué podrían hacer ahora? La elección, dijo Rosa Lu-
xemburgo en 1918, es entre el socialismo y la barbarie, aunque el socia-
lismo climático sería muy diferente al socialismo que ella había previsto,
y más cercano al reformismo que ella denunciaba. El libre mercado y los
gobiernos corrompidos por los negocios y los delirios del socialismo nos
metieron en este problema. Las preferencias de los consumidores y los
votos nos mantienen en este estado. Pero confrontados por un problema
global en común, la supervivencia de la humanidad requiere de concebir
métodos efectivos de toma de decisiones colectivas, en conjunto con una
manera más socialmente responsable de vivir de los ciudadanos. El siglo
XX vio el rompimiento y luego el acercamiento al dominio del mercado.
Ahora debería alejarse nuevamente, pero esta vez también debería distan-
ciarse del encapsulamiento nacional también (...). Sin embargo, la crisis y
la amenaza permanecen abstractas. Ésta no se encuentra arraigada en la
experiencia de todos los dias de la gente. Hasta que un movimiento social
con mucha imaginación pueda cerrar la brecha entre el cambio climático y
la experiencia cotidiana, temo que este capítulo se lo llevará el viento.14
Curioso que Mann haya concluido de esta manera su majestuosa obra. En más de
una ocasión él mismo se ha mostrado escéptico de los movimientos sociales. Por
una parte, pueden contribuir a la democracia orgánica -la forma de organización
política más genocida de la historia- y por otro parte, pueden banalizar las causas
sociales. Ello sucede cuando dichos movimientos se multiplican en un sinfín de
"causas justas" y por tanto, atomizan las
14 Michael, Mann, The sotmes of social power. Volume 4...op. cit., p. 399.
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JORGI Fl DI lili o MÁRQUEZ MlIÑ'OZ
Fuentes
Anderson, Perry, Campa de batalla, (1992) tr. Magdalena Holguin, Barcelona, Ana-
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