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Comentario al nuevo testamento William Barclay

2 TESALONICENSES

EL SIN LEY
Hermanos: En relación con la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestra
reunión con El, os rogamos que no os inquietéis fácilmente en vuestra mente ni
estéis en un estado de excitación nerviosa por ninguna afirmación que se
suponga que os llega de nosotros, ya sea en el Espíritu o de palabra o por carta,
alegando que el Día del Señor ya está aquí. Que nadie os engañe con nada. El
Día del Señor no llegará sin que antes tenga lugar la gran Rebelión contra Dios,
y se revele el Hombre del Pecado, el Hijo de Perdición que se opone y se exalta
a sí mismo contra todo lo que recibe el nombre de Dios o es hecho objeto de
culto de manera que trate de poner su trono en el mismo templo de Dios y
proclamarse a sí mismo como Dios. ¿No os acordáis de que cuando yo estaba
todavía con vosotros os decía estas cosas? En cuanto al presente, sabéis el
poder que le retiene hasta que se revele a su debido tiempo. Porque el secreto
de la rebelión contra la Ley ya está en operación; pero el Hombre del Pecado
aparecerá sólo cuando el que le retiene sea retirado de la escena. Y entonces El
Sin Ley se revelará, y el Señor Jesucristo le destruirá con el aliento de Su boca y
le dejará impotente con Su aparición y Su venida. La venida del Sin Ley es para
los que están condenados. Vendrá por obra de Satanás con todo poder y
señales y milagros realizados con falsedad, y con todo engaño malvado. Ellos
están condenados porque no recibieron el amor de la verdad para salvarse. Por
esta causa Dios les envía un poder engañoso para que crean en una mentira,
para que sean juzgados todos los que no han creído, sino que se han mostrado
conformes con ese principio de injusticia.

Este es, sin duda, uno de los pasajes más difíciles de todo el Nuevo Testamento;
y lo es porque usa términos y piensa en figuras que les eran perfectamente
familiares a los que se dirigía Pablo pero que nos son totalmente extraños.
El cuadro general es este. Pablo les estaba diciendo a los tesalonicenses que
debían abandonar esa espera nerviosa y tensa de la Segunda Venida. Negaba
haber dicho nunca que el Día del Señor hubiera llegado. Esa era una falsa
interpretación de sus palabras que no se le podía atribuir a él, y les decía que
antes del Día del Señor sucederían muchas cosas. Primero, habría una era de
rebelión contra Dios; ya se había introducido en este mundo un poder maligno
secreto que estaba obrando en el mundo y en los hombres para producir ese
tiempo de rebelión. En algún lugar se estaba ocultando uno que era la
encarnación del mal como Jesús lo era de Dios. Era el Hombre del Pecado, el
Hijo de Perdición, el Sin Ley. A su debido tiempo, el poder que lo estaba
reteniendo desaparecería de la escena; y entonces vendría ese demonio
encarnado. Cuando viniera, reuniría a su propio pueblo de la misma manera que
nuestro Señor Jesucristo había reunido al Suyo. Los que se habían negado a
aceptar a Cristo estaban esperando para aceptarle a él. Entonces se produciría la
última batalla, en la que Cristo destruiría totalmente al Sin Ley; el pueblo de
Cristo se reuniría con Él, y los malvados que habían aceptado al Sin Ley como su
maestro serían destruidos.

Tenemos que recordar una cosa. Casi todas las fes orientales creían en un poder
del mal al mismo tiempo que en un poder del bien. Por ejemplo: los babilonios
tenían la historia de Tiamat, el dragón, que se había rebelado contra Marduk, el
creador, y que había sido destruido en la batalla final. Pablo estaba tratando de
una serie de ideas que eran propiedad común. Los judíos también tenían esa
idea. Llamaban al poder satánico Belial, o más correctamente Beliar. Cuando los
judíos querían calificar a alguien como rematadamente malo le llamaban hijo de
Beliar (Deuteronomio 13:13; 1 Reyes 21:10,13; 2 Samuel 22:5). En 2 Corintios
6:15 Pablo usa este término como el contrario a Dios. Ese mal encarnado era la
antitesis de Dios.

Los cristianos asumieron esas ideas, después de Pablo, dándole el título de el


Anticristo (1 Juan 2:18,22; 4:3). Obviamente, tal poder no podía seguir existiendo
en el universo indefinidamente, así es que había una creencia muy extendida de
que habría una batalla final en la que Dios triunfaría, y esta fuerza anti-Dios
sería definitivamente destruida. Ese es el cuadro que Pablo está desplegando
aquí.

¿Cuál era la fuerza que estaba reteniendo y manteniendo al Sin Ley bajo
control? No se puede responder a esa pregunta con absoluta certeza.
Es probable que Pablo pensara que era el Imperio Romano. Una y otra vez le
salvaron los magistrados romanos de la furia de las masas. Roma era el poder
restrictivo que guardaba al mundo de la locura de la anarquía. Pero llegaría un
día cuando ese poder sería desplazado y entonces llegaría el caos.

Así es que Pablo describe una creciente rebelión contra Dios, la emergencia de
uno que sería la encarnación del diablo como Cristo era la de Dios, y tendría
lugar una batalla final en la que triunfaría definitivamente Dios.

Cuando este mal encarnado se introdujera en el mundo habría algunos que le


reconocerían como su señor, los que habían rechazado a Cristo; los cuales, con
su maligno jefe, serían finalmente derrotados y juzgados.

Aunque estas figuras nos parezcan muy remotas, sin embargo, contienen ciertas
verdades permanentes.
(i) Existe una fuerza del mal en el mundo. Aunque no puedan probar que existe
el diablo, muchas personas dirían: Sé que existe, porque me he encontrado con
él.» Escondemos la cabeza en la arena si negamos que hay un poder del mal
que obra en el mundo.

(ii) Dios está en control. Las cosas puede que parezca que se van precipitando
hacia el caos, pero Dios está en control hasta del caos. (iii) El triunfo definitivo
de Dios es seguro. A fin de cuentas, nada puede mantenerse contra Él. El Sin Ley
puede que tenga su influencia, pero llegará un momento cuando Dios diga:
Hasta aquí, y no más.» Así es que la pregunta clave es: «¿En qué lado estás? En
la contienda que se libra en el corazón del universo, ¿estás de parte de Dios o
de Satanás?

Comentario Willian Hendriksen


2:1-12

2:1,2. Ahora tocante a la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestra reunión a


(encontrarnos con) él, os rogamos, hermanos, que no seáis fácilmente sacudidos
de vuestro (estado normal de) pensamiento ni perturbados.

Pablo había escrito acerca del carácter repentino de la (segunda) venida de


Cristo (parousía; véase sobre 1 Ts. 2:19) y acerca de la necesidad de estar
preparados para ella (1 Ts. 5:1-11). Aparentemente este mensaje había sido
malinterpretado, como si venida "repentina" significase venida "inmediata".
Pablo también había hecho saber a los tesalonicenses lo que el Señor le había
revelado O: "solamente (hay) uno que ahora le retiene, hasta que sea quitado de
en medio". Esencialmente no hay diferencia; el significado resultante es la
misma aparición en las nubes del cielo. Su "día" había llegado.

Pablo dice, Que nadie os engañe en manera alguna. La causa de la agitación


que amenazaba los corazones y las mentes de los tesalonicenses era un error
doctrinal. Estaban siendo engañados, descarriados, alucinados (aлaτáo, usado
solamente por Pablo-Ro. 7:11; 16:18; 1 Co. 3:18: 2 Co. 11:3: 1 Ti. 2:14-, aunque la
forma sin el prefijo ti, que le da fuerza ocurre también en Santiago 1:26). Por
eso, Pablo les previene a fin de que no se dejen desviar en manera alguna, sea
por "espíritu, palabra, carta" o cualquier otro medio.

La razón por la cual los lectores no debían dejarse engañar y alarmar se declara
en las palabras: porque (aquel día no llegará) a menos que antes venga la
apostasía. Las palabras incluidas entre paréntesis no se encuentran en el
original, pero se pueden derivar fácilmente del contexto precedente. Tenemos
aquí otro caso de expresión abreviada.
El hecho de que el día del Señor sería precedido por la apostasía (el renegar,
rebelión)-apostasía acerca de la cual los lectores habían recibido previa
instrucción (véase sobre versículo 5) había sido claramente predicho por el
Señor estando él aun en la tierra (Mt. 24:10-13). Durante la antigua dispensación
la predicha apostasía final había sido prefigurada vez tras vez por la deserción
de Israel del Dios viviente. Uno de los más llamativos casos de apostasía ocurrió
durante el reinado del cruel y malvado antecesor del anticristo, a saber, Antioco
Epifanes (que reinó de 175-164 a.C.). Se había propuesto liquidar la religión de
Israel sin dejar raíz ni rama:

"En aquellos días salieron de Israel transgresores de la ley, que persuadieron a


muchos, diciéndoles, Vamos y hagamos alianza con los gentiles que están
alrededor de nosotros Y se hicieron incircuncisos, y abandonaron el pacto santo,
y se unieron a los gentiles, y se vendieron a hacer lo malo Y muchos de Israel
consintieron a este culto, y sacrificaron a los ídolos, y profanaron el sábado Y los
oficiales del rey, encargados de imponer la apostasía, vinieron a la ciudad de
Modín a sacrificar"

Lo que el apóstol Pablo está diciendo aquí, en 2 Tesalonicenses 2:3, equivale a


lo siguiente: Tal como la primera venida de Cristo fue precedida por un período
de apostasía, así también la segunda venida no ocurrirá hasta que una apostasía
similar haya tenido lugar. En este caso, sin embargo, la apostasía será un
renegar de (sí, una abierta rebelión contra) el Dios que culminó su amor por
medio de un acto de infinito sacrificio en pro de los pecadores, a saber, el dar a
su Hijo unigénito.

El pasaje referente a la apostasía venidera de ninguna manera significa que los


que verdaderamente son hijos de Dios "caerán de la gracia". No existe tal caída.
El buen pastor conoce a sus propias ovejas, y nadie les arrebatará de sus manos
(véase C.N.T. sobre Jn. 10:28; véase también 1 Ts. 1:4). Pero sí significa que la fe
de los padres fe a la cual los hijos se adhieren por un tiempo en manera
meramente formal será finalmente abandonada del todo por muchos de los
hijos. En este sentido la apostasía será muy real, por cierto.

Será una deserción de parte de aquellos que han sido alcanzados por el
evangelio (cf. 1 P. 4:17; Ez. 9:6), y será en gran escala: "muchos tropezarán
muchos falsos profetas se levantarán y apartarán a muchos el amor de muchos
se enfriará" (Mt. 24:10-13).

El uso del término apostasía aquí en 2 Tesalonicenses 2:3 sin un adjetivo


adjunto señala hacia el hecho de que, de una manera general, la iglesia visible
abandonará la verdadera fe. 3b, 4. Y sea revelado el hombre de desafuero, el
hijo de perdición, el que se opone y se exalta en contra de todo lo (que es)
llamado Dios o adorado, de modo que se sienta en el santuario de Dios,
proclamándose ser Dios. El movimiento de la apostasía pronto tendrá su líder, a
saber, "el hombre de desafuero" (ó aveowлos τng dvouíaç). Esta es
probablemente la mejor lectura, aunque existe también un buen apoyo para la
versión "el hombre de pecado" (avОowлos τns áμaotias).
Pero en vista de que "pecado es desafuero" (1 Jn. 3:4), no hay diferencia. Es
importante observar en conexión a esto, que así la apostasía no será meramente
pasiva sino activa (no sólo un renegar sino también una rebelión contra Dios y
su Cristo), así como también el hombre de desafuero será un activo y agresivo
transgresor. No se le llama "sin ley" porque nunca oyó la ley de Dios, sino
¡porque abiertamente la desafía!

Ante todo, deben eliminarse algunos conceptos erróneos en cuanto a este


"hombre de pecado". (1) No ha de ser identificado con Satanás. El hecho mismo
de que su venida es "según la operación de Satanás (versículo 9) muestra que el
mismo no es Satanás. Llamarle "la encarnación del diablo" es un error.

(2) No ha de ser identificado con "la bestia que sale del mar" de Apocalipsis 13 y
17. Existe, sí, una estrecha relación entre los dos: a. "El hombre de desafuero"
está en íntima relación con Satanás, como así también "la bestia que sale del
mar" (2 Ts. 2:9; cf. 13:4).

Ap. b. "El hombre de desafuero" se opone a Dios y se exalta a sí mismo,


proclamándose ser Dios; similarmente "la bestia que sale del mar" abre su boca
en blasfemias contra Dios, y recibe el honor de ser adorada por un mundo
pecaminoso (2 Ts. 2:4; Ap. 13:5-8).

"El hombre de desafuero" es un "hijo de perdición" y sufre total derrota cuando


Cristo aparece en las nubes del cielo; así también la bestia que sale del mar va a
perdición (2 Ts. 2:8; cf. Ap. 17:8; 19:20).

No hemos de extrañarnos, por lo tanto, que muchos autores simplemente los


consideren idénticos. Sin embargo, tal identificación "no tiene fundamento
alguno".121 En Apocalipsis, las cuatro bestias de la profecía de Daniel (Dn. 7) se
combinan para formar una bestia compuesta. Ahora bien, debe ser evidente que
si aun las bestias de la profecía de Daniel claramente indican reinos y no
solamente individuos (aunque la idea de individuos no queda totalmente
excluida), la bestia compuesta de Apocalipsis no puede referirse a una sola
persona. Al contrario, debe referirse al gobierno anticristiano cuandoquiera y
doquiera sea manifestado.
Para captar el cuadro completo, debemos, por lo tanto, combinar 2
Tesalonicenses 2 y Apocalipsis 13 y 17. Entonces queda en claro que en todas
las épocas el poder anticristiano se manifiesta, y es nuestro deber resistirlo con
todas las fuerzas. Vez tras vez este dominio del "anticristo" sufre derrotas.
Sufrirá su más grande derrota al final de la presente era cuando, simbolizado
por "la bestia que sube del mar" bajo su octava cabeza, estará bajo el control de
un terrible blasfemo, a saber, el hombre de desafuero, el antagonista personal
mencionado y descrito en 2 Tesalonicenses 2 Apocalipsis (13 y 17) y 2
Tesalonicenses (capítulo 2) se complementan el uno al otro. Uno presenta un
movimiento, el otro su líder final. Esto nos lleva a una proposición más general:
(3) No es un poder abstracto ni un concepto colectivo, sino específicamente una
persona escatológica.

El principio de desafuero, siempre presente, será finalmente encarnado en "el


hombre de desafuero". Pero esto no significa que ambos el principio y el
hombre son exactamente lo mismo. Es verdad que el "hombre de desafuero"
real y final tiene sus precursores: pero lo que se describe aquí en 2
Tesalonicenses no es un precursor sino "el hombre de pecado" mismo.

Basamos este punto de vista no tanto en los términos "hombre de pecado" o


"hijo de perdición" (expresiones que por su carácter y significado semíticos no
pueden ser conclusivas para la tesis de que "el hombre de desafuero" aquí en 2
Tesalonicenses es una persona), sino en el hecho de que toda la descripción
aquí dada es de carácter personal. El hombre de desafuero "se opone", "se
exalta", "se sienta en el santuario de Dios", "se proclama ser Dios", y será
"matado". También hay toda la razón para creer que el hombre de desafuero
descrito por Pablo es la misma persona mencionada por Juan como el anticristo.
Ahora bien, Cristo es una persona. De ahí que, con toda probabilidad, el
anticristo ("contra Cristo") es también una persona. Por lo tanto, "el hombre de
desafuero", siendo el anticristo, es también sin lugar a dudas una persona.
Como Cristo mismo, "el hombre de desafuero" realiza señales y maravillas, tiene
su "parousía" y su "revelación". Sería extraño, por lo tanto, si "el hombre de
pecado" no fuese una persona. Pero, ¿ha de ser identificado "el hombre de
desafuero" con el anticristo? Nuestras razones para considerar a ambos idén-
ticos son las que siguen:

a. "El hombre de desafuero" será revelado inmediatamente antes de la venida


de Cristo. El anticristo respecto al cual los lectores han recibido previa
información vendrá "en la última hora" (2 Ts. 2:8; 1 Jn. 2:18).
b. El "misterio de desafuero" ya está obrando. Ahora mismo "existen muchos
anticristos" (2 Ts. 2:7; 1 Jn. 2:18). En ambos casos la idea es la siguiente: aunque
los creyentes estén en lo correcto al esperar un individuo definido al final de la
era, individuo en quien la malvada oposición a Cristo llegará a cristalizarse,
deben más bien centrar su atención en los "muchos anticristos ya presentes en
sus propios días y época, en el hecho de que el misterio de desafuero está en
operación ahora mismo.

c. La venida del "hombre de desafuero" es según la operación de Satanás, con


grandes señales y milagros, todos ellos falsos. Igualmente, al anticristo se le
llama el mentiroso y engañador (2 Ts. 2:9; 1 Jn. 2:22; 2 Jn. 7).

Sin embargo, "el hombre de desafuero" no solamente es una persona; es,


además, una persona que pertenece al tiempo del fin; de ahí que es una
persona escatológica. Esto es claro según los versículos 3 y 8.

Por cierto, al hablar de una línea larga de anticristos, estamos haciendo justicia a
un concepto bíblico (1 Jn. 2:18; cf. 2 Ts. 2:7). Además, este concepto tiene una
ventaja práctica sobre la idea de un solo anticristo final. El concepto líneo que
existen anticristos en cada época contra lo cual la Iglesia debe estar siempre en
guardia provee muy útil y apropiado tema para sermones. Pero una cuidadosa
lectura de 2 Tesalonicenses 2:3.4.8 y 9 debe ser suficiente para convencer a
cualquiera de que aquí estamos frente a una predicción precisa acerca de cierta
persona definida que ha de recibir su sentencia cuando Cristo regrese. Otras
explicaciones pueden ser filosóficas, pero no son exegéticas.

Esto nos lleva a la próxima proposición: (4) No ha de ser identificado con la línea
de emperadores romanos.

Por esta vez no puedo estar de acuerdo con el Dr. B. B. Warfield, recio defensor
de la fe, cuyos puntos de vista sobre temas teológicos merecen el mayor
respeto. Su opinión era que el hombre de desafuero debe ser identificado con
la línea de emperadores romanos tales como Calígula, Nerón, Vespasiano, Tito,
y Domiciano (véase su Biblical and Theological Studies, [Estudios bíblicos y
teológicos] editado por S. C. Craig, Filadelphia, 1952, p. 472). Pero, como ya se
ha hecho ver, todo el contexto aquí en 2 Tesalonicenses 2 es escatológico.
Tiene que ver con "el fin" de la dispensación presente. El "hombre de desafuero"
es quien pre- cede inmediatamente a la segunda venida de Cristo (versículo 3),
y será "matado por el aliento de la boca de Cristo" cuando el Señor regrese
gloriosamente (versículo 8). Este hecho es un obstáculo insuperable en el
desarrollo de la teoría del "emperador romano" También deshace las teorías
discutidas más abajo, a saber, que "el hombre de desafuero" es Nerón
Redivivus, el Papa, o alguna vaga figura mitológica.

(5) No es Nerón Redivivus (Nerón vuelto a la vida). Aquí no se habla de la línea


entera de emperadores romanos ni algún emperador en forma particular. Así,
por ejemplo, el anti- cristo no es Nerón.

Fué Kern (en Tübinger Zeitschrift für Theologie, 2 [1839], p. 145 ss.) quien
reavivó la antigua teoría ¡Agustín la conocía!: "el hombre de desafuero es Nerón
Redivivus". Pensó que la idea partió de aquel muy difundido y supersticioso
temor de la iglesia primitiva de que el monstruo de crueldad reapareciera en
cualquier momento. La leyenda en cuanto a Nerón parece haberse manifestado
en dos formas. Según la primera, el emperador no murió de veras en 68 d.C.
sino que sencillamente se escondió, según la segunda (que llegó a prevalecer
especialmente después de 88 d.C.). Nerón realmente murió, pero se levantaría
otra vez.

Pero además del persuasivo argumento ya presentado (véase bajo (4) más
arriba), la respuesta más terminante es ésta, que aquella teoría, según la cual
quienquiera que haya escrito 2 Tesalonicenses 2 realmente quiso decir que
Nerón volvería y que estaba detenido temporalmente por Vespasiano y su hijo
Tito, debe ser considerada como "imposible de aceptar" por todo aquel que
crea en una Biblia infalible, ¡puesto que Nerón nunca regresó! Esta es la
contestación que damos a Kern, Baur, Weizäcker, Holzmann, Schmeidel, y todos
sus seguidores.

Pero si "el hombre de pecado" no es el emperador romano, entonces, ¿no


podría ser el Papa romano?

Esto introduce la próxima proposición:

(6) No es el Papa. La idea según la cual el anticristo es el Papa ¡se remonta ... al
Papa mismo! Fué Gregorio I ("el Grande", 550-604 d.C.) quien dijo que
cualquiera que se arrogue el título de "sacerdote universal" es un precursor del
anticristo. Hizo esta declaración en una epístola en que denunció las
pretensiones del "patriarca", su contemporáneo del Este. La idea se mantuvo
viva a través de la Edad Media y era susurrada aquí y allá cada vez que algún
ocupante de la silla papal se mostraba arrogante y codicioso de poder. Wyclif
hasta escribió un tratado Concerning Christ and his Adversary, Antichrist
[Concerniente a Cristo y su adversario, el Anticristo). Defendió la proposición, "el
Papa es el anticristo", dando doce razones.
Habiendo repasado los varios conceptos erróneos referentes a la naturaleza de
"el hombre de pecado" y del origen de la idea, se puede ahora establecer
positivamente que el uso que hace el apóstol del concepto pueda rastrearse a
un libro canónico. Es, sin duda alguna, verdad, como los conservadores han
mantenido siempre, que muchos de los aspectos de la descripción de Pablo
tocante al grande y final príncipe de la maldad se derivan del libro de Daniel: (1)
"El hombre de desafuero", cf. Daniel 7:25; 8:25. (2) "el hijo de perdición", cf.
Daniel 8:26. (3) "el que se opone", cf. Daniel 7:25. (4) "y se exalta contra todo lo
(que es) llamado Dios o adorado", cf. Daniel 7:8,20,25: 8:4,10,11. (5) "de modo
que se sienta en el santuario de Dios, proclamándose ser Dios", cf. Daniel 8:9-14.

Esto no ha de extrañarnos, puesto que "el cuerno pequeño" de Daniel 7, el que


creció después de los otros diez, es el anticristo, y "el cuerno pequeño" de
Daniel 8, el cual salió de uno de los cuatro notables cuernos, es Antíoco
Epifanes, el más conspicuo precursor del anticristo, el que profanó el templo de
Jerusalén erigiendo un altar pagano sobre el altar del sacrificio, y luego
ofreciendo sacrificios sobre él (lo cual fue un "horror espantoso" a los ojos de
todo verdadero creyente).

Además, en Mt. 24:15 (cf. Mc. 13:14) "la abominación desoladora" ("horror
espantoso") de que habla Jesús se deriva de Daniel 11:31; 12:11 (tal vez no
directamente de Dn. 9:27). La historia, en cierto sentido, se repite. Mejor dicho:
la profecía se realiza en múltiples cumplimientos. El pensamiento básico es
siempre el mismo. La ciudad de Dios y el santuario son profanados, ya por
Antíoco Epifanes y sus sacrílegas ofrendas (Dn. 8:9-14; cf. "Gog" en Ez. 38 y 39),
por los ejércitos romanos y sus normas idólatras (Lc. 21:20; Me. 13:14); o
finalmente por el anticristo mismo.

Ahora con respecto al anticristo final tal como lo describe Pablo, el pasaje que
estamos tratando (2 Ts. 2:3b, 4) declara lo siguiente: Él es "el hombre de
desafuero" (un semitismo), esto es, el hombre en quien se encarnará, por decirlo
así, la oposición a la ley de Dios, la personificación misma de la rebelión contra
las ordenanzas de Dios.

Es también "el hijo de perdición (otro semitismo), el Judas final, véase C.N.T.
sobre Juan 17:12. Cf. la observación de David a Natán, "el hombre que ha hecho
esto es hijo de muerte" (2 S. 12:5; i.e., ciertamente debe morir); y cf. también
Mateo 23:15; "hijo del infierno". Al hombre de desafuero se le describe aquí
como alguien absolutamente perdido, destinado a perdición. Contrástese con
"hijos de luz" 1 Tesalonicenses 5:5.
Todavía más, se le describe como "el que se opone". Esta palabra (ἀντίκειμαι,
aqui ὁ ἀντικείμενος) se halla ocho veces en el Nuevo Testamento (Lc. 13:17;
21:15; 1 Co. 16:9; Gá. 5:17; Fil. 1:28; 2 Ts. 2:4; 1 Ti. 1:10; 1 Ti. 5:14). Se usa ya
como verbo (finito) o como substantivo participio (como aquí). El hombre de
pecado es el adversario de Dios, de la ley de Dios, del pueblo de Dios, etc.
Como tal, nos recuerda de inmediato a su maestro, Satanás, quien es "el gran
adversario".

En muy estrecha relación con esta actividad opositora resalta el hecho de que
este adversario que aparecerá en el tiempo del fin "se exalta contra todo lo (que
es) llamado Dios o recibe adoración". En su imprudente audacia y feroz
insolencia se ensalza a si mismo (лeau) no sólo contra el Dios verdadero quien
se ha revelado en Jesucristo y contra los así llamados dioses, sino además
contra todos los objetos sagrados, y contra todo lo que se relacione con cultos
sagrados. Se refiere probablemente a objetos tales como templos, lugares de
Arde en ira contra todos ellos. Reconoce solamente un dios (éllo deletrearía con
mayúscula: Dios), a saber, ¡él mismo! De ahí que se sienta en el santuario (el
término vaós en su sentido primario, a diferencia de iɛgóv, se refiere
generalmente al santuario mismo antes que a todo el complejo arquitectónico)
de Dios, a saber, en la iglesia (véase 1 Co. 3:16; 6:19; 2 Co. 6:16; Ef. 2:21; y véase
C.N.T. sobre Ef. 2:19-22), puesto que el término vaós se usa aquí claramente en
forma metafórica. Se arroga autoridad sobre el pueblo de Dios. Por supuesto,
ellos no reconocerán a este violento usurpador, y rehusarán rendirle homenaje.
La consecuencia será gran tribulación para ellos (Mt. 24:15; 21, 22, 29). "Puesto
donde no debe estar", proclama o públicamente declara ser Dios mismo. En el
griego de aquella época el verbo (ά лodɛízvuut) era usado para proclamar una
designación para un oficio público. Se nos dice, por ejemplo, "La expectación y
esperanza del mundo, ¡Nerón! ha sido declarado (ά лоdédɛixται) emperador"
(M.M., p. 60), cita que también es ejemplo del culto al emperador. Pero aun
Antíoco Epifanes, o sea, "Antíoco (el) ilustre (Dios)" o "Antíoco (el) Dios que se
revela", al demandar homenaje divino, pero sin desconocer enteramente a

Zeus, no fue tan blasfemo como lo será el hombre final de desafuero, puesto
que este último reconocerá solamente una deidad, a saber, él mismo, se sentará
(no meramente colocará su imagen) en el santuario de Dios, y demandará
adoración divina solamente para sí. Es aleccionador observar que la explicación
que he dado con respecto al pasaje del "hombre de pecado" está en armonía
con la que recibió el apoyo de los primeros escritores eclesiásticos. Ellos lo
entendieron como una profecía referente a una persona definida que viviría en
la tierra al final de la historia y que sería totalmente derrotada por Cristo a su
regreso. La iglesia no debió jamás haberse apartado de esta interpretación. He
aquí algunas citas:
La Didaché ("Enseñanza de los doce apóstoles") A medida que aumente el
desafuero se odiarán unos a otros y se perseguirán y traicionarán, y entonces
aparecerá el engañador del mundo como un Hijo de Dios, y hará señales
maravillas... Y entonces aparecerán las señales.... y primero, la señal extendida en
el cielo, luego la señal del sonido de la trompeta, y tercero la resurrección de los
muertos" (XVI. iv-vi).

Justino Mártir, Diálogo con Trifo "Qué hombres estúpidos! puesto que no han
podido entender lo que se ha enseñado mediante todos estos pasajes, a saber,
que han sido anunciados dos advenimientos de Cristo, el primero, en el cual se
le muestra sufriendo, sin gloria, sin honor, sujeto a crucifixión, y el segundo, en
el cual vendrá desde los cielos en gloria, cuando el hombre de apostasía, que
habla cosas arrogantes contra el Al- tísimo, intentará atrevidamente perpetrar
hechos ilegales contra nosotros los cristianos" (CX).

Agustín, De Civitate Dei ("Concerniente a la Ciudad de Dios") Al comentar sobre


2 Tesalonicenses 2:1-11 dice: "No cabe dudas que lo que se halla aquí se refiere
al anticristo y al día del juicio, o como Pablo lo llama, el día del Señor..." (XX. xix).

En el mismo capítulo señala que aun en sus días la interpretación que nos aleja
del único anticristo final hacia una gran multitud de anticristos ya estaba
comenzando a ser popular; también agrega que la teoría de Nerón Redivivus,
en sus dos formas, es muy forzada.

Habiendo ya discutido la naturaleza del hombre de pecado en forma extensa,


podemos resumir la idea expresada en los versículos 3 y 4 como sigue:

El día de la gloriosa venida de Cristo no vendrá hasta que la apostasía haya


llegado a ser un hecho y el hombre caracterizado por un total desprecio por la
ley, hombre que con toda certeza está bajo condenación, sea revelado, de
modo que tanto él mismo como su programa de acción sean visibles a todos, y
el velo que ahora lo esconde de la vista. (Porque hasta aquí él es solamente una
idea en la mente de satanás) haya sido descorrido.

Síntesis del Capítulo 2

Véase p. 192. La revelación del Señor Jesús desde el cielo será precedida por la
apostasía y por la revelación de "el hombre de El destino de este último y el de
sus seguidores contrastado con desafuero". el de los lectores. Versículos 1-3a
Los dos eventos que precederán el regreso de Cristo.
En este capítulo el apóstol previene a los lectores que no procedan como si el
fin del mundo ya hubiese llegado, y que no piensen él mismo hubiese escrito
algo que pudiera haber dado alas a esta noción. Declara que primero tendrán
lugar dos eventos, a saber, a. la apostasía-esto es, el apartamiento mundial
alejándose de (y rebelándose contra) las ordenanzas de Dios-y b. la llegada del
"sin ley".
Versículos 3b-12 El sin ley

a. Su carácter perverso (versículo 3b) Será la infernal encarnación personal del


espíritu de antagonismo a la ley de Dios.

b. Su actividad desafiante contra Dios (versículo 4) Se empeñará en destronar a


Dios y entronarse a sí mismo. En su temeraria audacia y feroz insolencia se
ensalzará a sí mismo no solamente contra el verdadero Dios y los así llamados
dioses sino además contra todos los objetos sagrados. Se esforzará para ejercer
dominio sobre el pueblo de Dios. Su prototipo es todo aquel que aspire a ser
Dios, por ejemplo, en el rey de Babilonia (Is. 14), el rey de Tiro (Ez. 28), y
especialmente Antioco Epifanes.

c. Su encubrimiento presente y futura revelación (versículos 6-8a)

Comentario Michael Holmes


2 tesalonicenses 2:1-12

La respuesta de Pablo: el día no ha llegado aún (2:3-4)

Con respecto a este malentendido, Pablo rehúsa enfáticamente tanto que se le


atribuya a él (cf. 2:15, donde los insta a permanecer firmes en lo que él les
enseño anteriormente, y no en cualquier malentendido posterior sobre ello)
como su contenido: "No se dejen engañar de nin- guna manera" (2:3a; cf. Mr
13:5). Cualquier afirmación de que el día del Señor haya llegado es falsa, insiste,
porque ciertas cosas que deben ocurrir primero (antes de que llegue ese día) no
se han producido aún (y, por tanto, el día no puede haber venido todavía)."

Estas cosas que deben suceder primero (que, probablemente, debe- rían
tomarse como componentes de un único acontecimiento compuesto, pero que
también podrían ser dos elementos secuenciales) incluyen (1) que se produzca
la "rebelión" (v. 3), y (2) la manifestación (cf. vv. 6, 8) del "hombre de maldad" (v.
3b). Pablo da por sentado (cf. v. 5) que sus lectores saben lo que quiere decir
con "la rebelión [apostasía]" y no añade nada más sobre ella.
El término podría denotar una rebelión política o religiosa; aquí, ambas ideas se
combinan del mismo modo con el énfasis en la última. El apóstol, como otros
escrito- res neotestamentarios (cf. Mt 24:10-12; Mr 13:5; Lc 8:13; Jud 18), tiene
probablemente en mente un tiempo de creciente maldad y de oposición
general a Dios (cf. 2Ti 3:1-9).

El líder de esta rebelión se describe en 2:3b-4 por medio de una serie de frases
paralelas. En primer lugar, es un "hombre de maldad" (cf. Sal 89:22 [LXX 88:23],
lit., "hijo de maldad"). Es decir, esta persona está caracterizada por anomia (cf.
2:8), un término que describe la oposición voluntaria a Dios, así como una
condición pecaminosa (cf. 1Jn 3:4). (A causa de su oposición es, sea consciente o
no de ello, un "hijo de destrucción", a saber, "condenado a la destrucción"
[NV]," en el sentido de 1:9; la idea se desarrolla con mayor amplitud en v. 8 más
abajo.) Pablo presenta a este individuo, además, como alguien que no solo se
"opone" a Dios, sino que también "se levanta contra todo lo que lleva el nombre
de Dios o es objeto de adoración"; cf. Hch 17:23). una descripción que se hace
eco de Daniel 11:36-37.

El resultado ("hasta el punto") y apogeo de esta autoexaltación arrogante y


audaz es el intento de esta persona de usurpar el poder y la posición mismos
del único Dios verdadero. Esto ocurre cuando "se adueña del templo de Dios"
(lit., naos, el santuario mismo, la parte más santa del recinto del templo), un acto
simbólico que implica ni más ni menos que "pretender ser Dios" (cf. Ez 28:2).
Además, como el Señor Jesús mismo, este hombre de maldad tendrá su propia
"manifestación" (2:3, 6, 8) o "parousia" 82:9), una imitación diabólica del
acontecimiento real. Esto sugiere que es nada menos que un mesías rival o
anticristo (cf. 1Jn 2:18).10

La identidad del "templo" en el que el malvado se establece es un tema de


cierto debate. En vista de la forma en que el lenguaje de Pablo se hace eco de
intentos anteriores (algunos con éxito) de profanar el santuario de Jerusalén,"
tal vez se estaba refiriendo al templo de Jerusalén (destruido por los romanos
en el 70 d.C.).

[citados en Hch 7:49]; Mi 1:2; Hab 2:20; 1 Enoc 14:15-20; Heb 8:1-2; 9:24).12 I. H.
Marshall observa que Pablo retoma un tema central bien conocido que se
derivaba de Ezequiel y Daniel y al que se le dio u ilustración concreta en las
anteriores profanaciones del templo de Jerusalén (tanto reales como los
intentos), y que usa este lenguaje de forma metafórica y tipológica: una

Para retratar el carácter de la culminante manifestación del mal como poder


antiteísta que usurpa el lugar de Dios en el mundo. No se tiene en mente
ningún templo específico, sino que la idea central de sentarse en uno y afirmar
ser Dios se utiliza para expresar la oposición del mal a Dios. Información
adicional sobre el "hombre de maldad" (2:5-12)

Una de las razones de parte de la incertidumbre con respecto a 2:4 es que Pablo
da por sentado que los tesalonicenses saben de qué está hablando. Como
indica 2:5, les había enseñado sobre este asunto con anterioridad. Es evidente,
pues, que no sintiera la necesidad de repetir los detalles de aquello que les está
recordando. Sin embargo, como con- secuencia de ello, los lectores posteriores
desconocen algunos de los aspectos de lo que escribe. Esto es aún más
evidente en lo que sigue. Habiendo expuesto brevemente en 2:3b-4 que el
"hombre de maldad" debe ser "manifestado" antes de que llegue el día del
Señor, Pablo alude en 2:6-8 a lo que está "deteniendo" o "refrenando" su
aparición hasta "su debido tiempo" (lit., "su tiempo"). Pero solo hace referencia
a ello, ya que los tesalonicenses saben bien de qué está hablando. Como
resultado, 2:6-8a se encuentra entre lo más difícil del corpus paulino.

La estructura básica de lo que Pablo afirma en estos versículos es bastante clara:


(1) "El poder secreto de la maldad [lit., el misterio de la maldad] ya está
ejerciendo su poder" (2:7a), pero (2) está operando de una forma un tanto
restringida o refrenada (2:6, 7b). (3) En un momento futuro, sin embargo, "aquel
malvado ["el hombre de maldad" de 2:3] se manifestará" (2:8a; cf. 2:3, 6) o
tendrá su propia "venida" (es decir, parousia, 2:9); en ese instante (4) será
derrotado y destruido por el poder aún mayor y el esplendor de la propia
parousia del Señor (2:8b). En 2:7, Pablo confirma que el mal ya está en marcha
en el mundo p presente (tal como evidencian, p. ej., las persecuciones que los
tesalonicenses están experimentando) y es de origen satánico (2:9)," pero está
siendo limitado u obstaculizado de algún modo. Aquí llegamos a una pregunta
dificil, la de la identidad o carácter de la restricción que está manteniendo bajo
control, en la actualidad, al "poder secreto de la maldad".

En primer lugar, Pablo se refiere en 2:6 a esta influencia restrictiva como


tokatechon (un participio neutro que significa "lo que restringe") y, después, en
2:7, como ho katechon (un participio masculino que quiere decir "el que
restringe"). ¿Qué o a quién tenía Pablo en mente para poder referirse a ello
tanto en término impersonal como personal? Las sugerencias forman un amplio
abanico, como se puede ver en la lista siguiente: 15

(1) el Imperio romano personificado en su emperador;

(2) el principio de la ley y el orden (personificado en el v. 7); (3) el estado judío;


(4a) Satanás;

(4b) una fuerza y una persona hostil a Dios (tomando el verbo en el sentido de
"poseer, ocupar" o "dominar");

(5a) Dios y su poder; En tales circunstancias resulta difícil evitar la conclusión de


San Agustin: "Yo confieso que de ningún modo entiendo lo que quiso decir".

Una vez "quitada de en medio" (2:7) la influencia restrictiva (cual quiera que sea)
"entonces [gr. tote, que tiene aquí una clara fuerza temporal] se manifestará
aquel malvado" (2:8; cf. 2:3, 6). Es decir, tendrá su parousia (2:9). No obrando ya
en secreto (cf. 2:7), aquel cuya actividad concuerda con "la obra de Satanás" se
manifestará abiertamente "con toda clase de milagros, señales y prodigios
falsos" (2:9-10a).

El paralelismo con la venida de Jesús es obvio; esto no es más ni menos que la


que la "anti-Parousia" del anticristo, una parodia malvada de la verdadera
venida del genuino Cristo, el Señor Jesús.

La combinación de milagros, señales y prodigios como obra de Dios es común


en ambos Testamentos (p. ej., Ex 7:3; Is 8:18; Jer 32:20-21; Jn 4:48; Hch 2:43; 6:8;
15:12; 2Co 12:12; Heb 2:4): para su asociación con los falsos mesías y profetas
ver Mt 24:24//Mr 13:22 (cf. también Ap 13:13-14; 16:14; 19:20). Lo que es de
verdad, Pablo se lo atribuye al poder del Espíritu Santo (Ro 15:19), mientras que
estas se las imputa claramente a Satanás. Si "falsificación" describe el carácter
de los actos del malvado, entonces la frase siguiente (2: 10a, "con toda
perversidad engañará") indica el efecto (cf. Mr 13:22; Ap 13:13-14).

Aunque la parousia del malvado puede ser grandiosa (la terminología recuerda
el boato, pompa y ceremonial que rodeaba la llegada del emperador) y
sutilmente engañosa, será efimera, porque es "el destructor por naturaleza"
(2:3b), "a quien el Señor Jesús derrocará con el soplo de su boca y destruirá con
el esplendor de su venida" (2:8b). Esta simbología recuerda Isaías 11:4 (cf. 1Co
15:24, 26; también Ap 19:11-21). La frase "esplendor de su venida" se compone
de dos nombres, epiphaneia ("aparición"; cf. 1Ti 6:14; 2Ti 4:1, 8; Tit 2:13) y
parousia ("venida"), que tienen el mismo significado básico. Juntos sugieren
(esp. teniendo en cuenta epiphaneia) lo repentino o inesperado de la venida de
Jesús (cf. ITs 5:2-3) y su grandeza abrumadora y su gloria (cf. Hch 2:20), en
comparación con su falsa imitación. Además, en algunos contextos epiphaneia
significa "alba" o "amanecer", un matiz particularmente adecuado a la vista de
su asociación aquí con el "día del Señor".
Comentario Moody

Nadie os engañe. Véase Mt. 24:4ss. En ninguna manera. La indicada en 2 Ts. 2:2
o alguna otra. No vendrá no figura en el texto griego, pero hay que incluir algo
parecido. Apostasía. Los lectores de Pablo conocían el significado de la palabra,
pero nosotros no somos tan afortunados. Apostasía suele indicar "rebelión", ya
en el sentido político ya en el religioso. Es probable que aquí se refiera a la
movilización de los poderes del mal contra los propósitos de Dios y su pueblo.
Cristo y Pablo pusieron sobre aviso en cuanto a esta conspiración maligna final
(p.ej. Mt. 24:10ss.; 1 Ti. 4:1-3; 2 Ti. 3:1-9; 4:3ss.). Según parece tendrá suficiente
intensidad y alcance como para distinguirse de una oposición general a Dios
(misterio de la iniquidad, 2 Ts. 2:7) que caracteriza la actitud del mundo.

La culminación de la rebelión será la revelación del hombre de pecado. Se


manifieste sugiere que está esperando entre bastidores hasta que llegue el
tiempo de aparecer en público. En el NT sólo Juan emplea el término
"anticristo" (1 Jn. 2:18,22; 4:3, 2 In. 7), pero no cabe duda alguna en cuanto a
quien tuvo en mente Pablo. Hijo de perdición (cf. Jn. 17:12) alude tanto a la
naturaleza como al destino del maligno. Sus propias acciones lo condenan. En
cuanto a hijo de, véase comentario a 1 Ts. 5:5.

4. La Obra del Anticristo. Se opone. Como ministro de Satanás, el Anticristo


llevará a cabo la obra de su jefe (1 Ti. 5:14). Todo lo que se llama Dios. El Dios y
verdadero (1 Ts. 1:9) y todos los falsos dioses. Es objeto de culto, es decir. todo
lo que se considera sagrado templos, santuarios, etc. El Anticristo ocupará el
puesto de Dios. se sienta en el templo de Dios como Dios, probablemente el
templo de Jerusalén, como lo sugiere la íntima conexión de este pasaje con la
descripción de Antíoco Epifanes (Dn. 11:36ss.; véase también Mr. 13:14, donde
el participio masculino puede indicar una persona en vez de un símbolo).
Apocalipsis 13:4-15 describe el culto del Anticristo. Haciéndose pasar. Mejor,
proclamándose, según el significado helenístico de apodeiknymi.

Comentario Beacon
Descripción del hombre de pecado
El hombre de pecado se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios
(todo lo que lleva el nombre de Dios) o es objeto de culto ( NASB) tanto que se
sienta en el templo de Dios como Dios (4; "incluso se sienta en el templo de
Dios, proclamándose Dios a si mismo", NVI). Este hombre se opone a Dios y lo
desafía, exaltándose a sí mismo por encima de todos los demás objetos de
adoración, demandando para si mismo arrogante y blasfemamente la deidad.

Sin duda alguna el lenguaje aquí se deriva parcialmente de Daniel 7 y 18.


La profecía de Daniel había tenido ya un cumplimiento parcial (tal vez sea mejor
decir cumplimiento inicial) en los eventos de la historia judía que presagiaron la
venida del hombre de pecado Alrededor del año 168 A.C. Antíoco Epifanio
había edificado un altar a Zeus en el templo, y había sacrificado cerdos en el
área del mismo, lo cual precipitó la guerra de Independencia de los Macabeos
En el año 40 DC. el emperador Calígula habla intentado que su estatua fuese
erigida en el templo. Pero la descripción que Pablo hace aquí va mucho más allá
de estos vagos "rayos de anticipación" (cf. también Mr. 13:14). El hombre de
pecado generalmente es identificado con el Anticristo de las Epístolas de Juan
(1 Jn. 2:18, 22, 4:3; 2.Jn. 7) y la bestia del Apocalipsis (13:1).

Muchos eruditos protestantes de siglos recientes han identificado al "hombre


de anarquía" con el papa o la iglesia católica en términos generales. Escritores
anteriores han sugerido al emperador Nerón, a la vez que un vocero del siglo xx
hubiera ofrecido los nombres del Kaiser Guillermo, Benito Mussolini, Adolfo
Hitler y José Stalin. Cualquiera que intente conquistar el mundo será
identificado por alguien como el hombre de pecado.

El templo de Dios ha sido interpretado como un templo reconstruido en


Jerusalén, o la iglesia, o aun el cielo. De acuerdo con Morris," nos parece que lo
mejor es considerarlo sencillamente como un edificio que se vuelve la catedral
de tal adoración blasfema

Con lo que podría ser una amonestación suave, Pablo les recuerda a sus
lectores lo que les había enseñado previamente sobre el particular. Es
enteramente claro que aquí el apóstol no está virando de su enseñanza sobre la
venida en la primera carta. ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con
vosotros, os decía (el tiempo griego perfecto podría traducirse: "os solía decir")
esto? (5). Pablo puede lar al previo conocimiento que ellos tenían, y por ende
no necesita tan explicito en los detalles como los lectores de nuestro día lean
que él hubiera sido. No podemos saber todo lo que Pablo les babia enseñado
con cuidado a los tesalonicenses acerca del hombre de pecado Sin duda alguna
este pasaje sería mucho menos oscuro si lo supiéramos.

Comentario Mac Donald


B. El hombre de pecado (2:3-12)

2:3 Ahora el apóstol explica por qué no podían estar ahí en aquel Día. Hay unos
ciertos acontecimientos que han de suceder primero. Después del
Arrebatamiento, estos acontecimientos comenzarán a suceder.
Primero, habrá la apostasía.? ¿Qué significa esto? Sólo podemos suponer que se
refiere a un masivo abandono del cristianismo, a un rechazamiento positivo de
la fe cristiana.

Luego surgirá una gran figura mundial. En cuanto a su carácter, es el hombre de


pecado o de iniquidad, es decir, la encarnación misma del pecado y de la
rebelión. En cuanto a su destino, es el hijo de perdición; está sentenciado a
condenación eterna.

Las Escrituras contienen muchas descripciones de importantes personajes que


surgirán durante la Tribulación, y es difícil saber diferentes nombres se aplican a
la misma persona. Algunos comentaristas creen que el hombre de pecado será
Judío Otros enseñan que será la cabeza gentil del Imperio Re reavivado. Aquí
tenemos los nombres de algunes de los gobernantes de los tiempos del fin:
Anticwel hombre de pecado e hijo de perdición (2 Ts. 2 el Anticristo (1 Jn. 2:18)

el cuerno pequeño (Dn. 7.8, 24b-26)

el rey altivo de rostro (Dn. 8.23-25) ...el principe que ha de venir (Dn. 9:26)

el rey voluntarioso y engreido (Dn. 11:36) el pastor inútil (Zac. 11:17)

la bestia subida del mar (Ap. 13:1-10)

la bestia subida de la tierra (Ap. 13:11-17)

la bestia escarlata con siete cabezas y siete cuernos (Ap. 174.10

el rey del norte (Dn. 11:6)

el rey del sur (Dn. 11:40)

el falso profeta (Ap.19:20; 20:10) Gog, de la tierra de Magog (Ez. 38:2-39:11) [no
debe confundir con el Gog de Ap. 20:8 que surge después del Milenio el que
viene en su propio nombre (Jn. 5:43)

El hombre de pecado ha recibido una intrigante variedad identificaciones a lo


largo de los años. Ha sido identificado con la Iglesia Católica Romana, con el
Papa, el Imperio Romano, el final de la cristiandad apóstata, la reencarnación de
Judas, la recarnación de Nerón, el Estado Judío, Mahoma, Lutero, Napoleón,
Mussolini y la encarnación de Satanás.
2:4 Se opondrá de manera violenta a cualquier forma de culte divino y se
entronizará a sí mismo en el templo de Dios en Jerusalén Esta descripción lo
identifica claramente como el Anticristo, aquel que está opuesto a Cristo y que
se pone a sí mismo en lugar de Cris

Daniel 9:27 y Mateo 24:15 muestran que esta acción blastema del Anticristo
tiene lugar en medio del Periodo de la Tribulación. Los que rehúsen adorarlo
serán perseguidos; muchos morirán como mártir

2:5 Pablo solía explicar esto a los tesalonicenses cuando él estaba todavía con
ellos. Sin embargo, con aquellas enseñanzas contradictorias que estaban
recibiendo y que parecían describir de modo a todo las feroces persecuciones
que estaban entonces soportando habían olvidado lo que el apóstol había
dicho. Todos olvidamos demasiado fácilmente y necesitamos que se nos
recuerden una y otra vez las grandes verdades de la fe. 2:6 Ellos sabían lo que
detenía la plena y abierta manifestación del hombre de pecado, y lo que
seguiría deteniéndole hasta d momento señalado.

Esto nos lleva a la tercera gran cuestión no respondida en este capítulo.


La primera es: ¿Qué es la apostasia?».
La segunda es "¿Quién es el hombre de pecado?».
La tercera es: ¿Qué o quién es lo o el que detiene?». En la primera parte del v. 6,
el que detiene es descrito de una ...lo que lo detiene. Pero en el versiculo 7
manera impersonal: una persona Quien al presente lo detienes,10

E. W. Rogers lo pone de manera clara:

Es Algo y Alguien que, de una manera consciente, con propósito y designio, lo


detiene con vistas a asegurar que el Hombre de Iniquidad se manifiesta en el
momento apropiado."

Siete de las opiniones más comunes acerca de la identidad del que detiene son:
(1) el Imperio Romano, (2) el Estado Judío, (3) Satanás, (4) el principio de ley y
orden en el gobierno humano, (5) Dios, (6) el Espíritu Santo, y (7) la verdadera
iglesia en tanto habitación del Espíritu. que

El Espíritu Santo morando en la iglesia y en el creyente individual parece


ajustarse de una forma más completa y precisa a la descripción del que detiene
que cualquiera de los otros. Así como el que detiene es mencionado como Algo
y Alguien en este capítulo, así se habla del Espíritu en Juan 14:26, 15:26, 16:8, 13,
14 como a la vez neutro (el Espíritu Santo) y masculino (Él).12 Ya tan al principio
como Génesis 6:3 se menciona al Espíritu Santo en relación con el
refrenamiento del mal. Más adelante es contemplado en este mismo papel en
Isaías 59:19b, Juan 16:7-11 y 1 Juan 4:4.

Es por el Espíritu morador que los creyentes son la sal de la tierra (Mt. 5:13) y la
luz del mundo (Mt. 5:14). La sal es un conservante, y además impide el avance
de la corrupción. La luz expulsa las tinieblas la esfera en la que los hombres
gustan de llevar a cabo sus malas acciones (Jn. 3:19). Cuando el Espíritu Santo
salga del mundo como morador permanente en la iglesia (1 Co. 3:16) y en los
creyentes individuales (1 Co. 6:19), habrá desaparecido el freno a la iniquidad

2:7 Ya cuando Pablo escribía, el misterio de la iniquidad estaba a en acción. Por


esto comprendemos que ya se estaba agitando bajo ya en un enorme espíritu
de desobediencia contra Dios. Estaba obrando en forma de misterio no que
fuese algo misterioso, la superficie, sino que aún no estaba plenamente
manifestado. Seguía en forma embrionaria.

¿Qué es lo que ha estado estorbando la plena manifestación de este espíritu?


Creemos que la presencia del Espíritu Santo morando en la iglesia y en cada
creyente ha sido el poder refrenado. Y seguirá, es decir, en el Arrebatamiento. a
su vez desaparezca de el.

Pero aquí se suscita una objeción. ¿Cómo puede el Espíritu Santo ser quitado de
este mundo? Como una de las Personas de la Deidad, no es Él omnipresente, es
decir, ¿no está en todas partes en todo momento? ¿Cómo puede dejar el
mundo?

Naturalmente, el Espíritu Santo es omnipresente. Está siempre en todos los


lugares a la vez. Y sin embargo hay un sentido distinto en el que Él vino a la
tierra en el Día de Pentecostés. Jesús había repetido una y otra vez que Él y el
Padre enviarían el Espíritu (Jn. 14:16, 26; 15:26; 16:7). ¿Cómo pues vino el
Espíritu? Vino como el Morador permanente de la iglesia y de cada creyente.
Hasta Pentecostés, el Espíritu había estado con los creyentes, pero desde
Pentecostés ha habitado en ellos (Jn. 14:17). Hasta Pentecostés se sabía que el
Espíritu podía apartarse de los creyentes -de ahí la oración de David: "No retires
de mi tu santo Espíritu» (Sal. 51:11b). Después de Pentecostés el Espíritu
permanece para siempre en los creyentes de la Era de la Iglesia (Jn. 14:16).

El Espíritu Santo, creemos, se irá del mundo en el mismo sentido en que vino en
Pentecostés -esto es, como el Morador permanente de la iglesia y de cada
creyente. Seguirá estando en el mundo, con- venciendo a las personas de
pecado y llevándolos a la fe salvadora en Cristo. Su retirada en el
Arrebatamiento no significa que nadie vaya a ser salvado durante la Tribulación.
Naturalmente que habrá salvos. Pero estas personas no serán miembros de la
iglesia, sino que vendrán a ser súbditos del glorioso reino de Cristo.

2:8 Después que la iglesia haya sido arrebatada al cielo, entonces será revelado
aquel inicuo al mundo. En este versículo, el apóstol final. Casi suena como si ha
de ser destruido tan pronto como sea pasa por alto la carrera del Anticristo, y
describe su condenación revelada. Pero, naturalmente, no es así. Se le permite
mantener un reinado de terror descrito en los versículos 9-12 antes de ser
abatido en la venida de Cristo para reinar. Si tenemos razón en creer que el
hombre de pecado es revelado después del Arrebatamiento y que prosigue
hasta la Manifestación de Cristo, entonces su loca carrera dura
aproximadamente siete años -la duración del Periodo de la Tribulación.

El Señor Jesús lo matará con el espíritu de su boca (cf. Is. 11:4; Ap. 19:15), y lo
reducirá a la impotencia con la manifestación de esplendor de Palabra de Cristo
y el brillante resplandor (Gr. epiphaneia) de Su manifestación (parousia) será
todo lo necesario para poner fin al régimen de este frenético impostor.

La manifestación de la venida de Cristo, como ya se ha explicado, tiene lugar


cuando vuelve a la tierra para tomar el trono y reinar por mil años.

2:9 Inicuo cuyo advenimiento es en conformidad a la actuación de Satanás. Su


carrera se asemeja a la de Satanás porque recibe su energía de Satanás. Llevará
a cabo toda clase de milagros, y señales y prodigios mentirosos. Aquí es
importante observar que no todos los milagros son de Dios. El diablo y sus
agentes pueden hacer milagros. El hombre de pecado también los hará (Ap.
13:13-15).

Él era Un milagro indica poder sobrenatural, pero no necesariamente poder


divino. Los milagros de nuestro Señor demostraban que el Mesías no
meramente porque fuesen sobrenaturales, sino porque cumplían las profecías y
eran de una naturaleza moral que Satanás no los habría podido llevar a cabo sin
perjudicar su propia causa.

2:10 El Anticristo empleará sin escrúpulos toda clase de maldad para engañar a
los que perecen -a quienes oyeron el evangelio durante la Edad de la Gracia
pero que no tuvieron amor por la verdad. Si hubiesen creído, habrían sido
salvos. Pero ahora son engañados por los milagros del Anticristo.

2:11 Dios realmente les enviará una operación de error para que crean la
mentira. La mentira es, naturalmente, la pretensión del Anticristo de ser Dios.
Estas personas rehusaron recibir al Señor Jesús como Dios manifestado en la
carne. Cuando estaba en la tierra, Él advirtió a los hombres: «Yo he venido en
nombre de mi Padre, y a mí no me recibís; si otro viene en su propio nombre, a
ése recibiréis (n. 5:43). De modo que ahora reciben al hombre de pecado que
viene en su propio nombre y demanda adoración como Dios. «La luz re-
chazada es luz negada.>> Si una persona levanta un ídolo en su corazón, Dios
le responderá en conformidad a su ídolo (Ez. 14:4).
El Anticristo será probablemente judío (Ez. 28:9, 10; Dn. 11:37, 38). Los judíos no
serían engañados por nadie que se presente como Mesías a no ser que
reivindique su descendencia de la tribu de Judá y de la familia de David.

2:12 En base de este pasaje, parece que los que oigan el evangelio en esta Era
de la Gracia pero que no confían en Cristo no tendrán otra oportunidad para ser
salvos después del Arrebatamiento. Si los hombres no creen ahora en el Señor
Jesús, creerán en el Anticristo entonces. Dice aquí que todos serán juzgados a
causa de su incredulidad y de su amor al mal. Esto es reminiscente de Lucas
14:24: <<Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron con-
vidados, gustará mi cena».

Sabemos que muchos serán salvos durante el Periodo de la Tribulación. Por


ejemplo, ciento cuarenta y cuatro mil judíos serán salvados y serán los
mensajeros de Dios para la predicación del evangelio del reino por todo el
mundo. Mediante su ministerio, muchos otros serán salvos. Pero parece que los
que serán salvos son los que nunca oyeron el evangelio claramente presentado
durante esta edad presente y que nunca rehusaron deliberadamente al
Salvador.

Nuevo comentario bíblico

2:1-12 SUCESOS QUE PRECEDERAN AL DIA DEL SEÑOR

A algunos de los cristianos tesalonicenses se les había metido en la cabeza la


idea que el día del Señor ya había comenzado. Pablo les explica que debe ser
precedido por la gran apostasía, dirigida por el anticristo, que será reducido a la
nada con el advenimiento del día del Señor.

1 Con respecto a la venida; la preposición griega es hyper. Nuestra reunión con


él; probablemente una referencia al acontecimiento descripto en 1 Ts. 4:17,
donde los que sobrevivan a la parusía seremos arrebatados juntamente con los
que son resucita- dos de entre los muertos para recibir al Señor en el aire. 2 Ni
por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra; es decir, no
deben dejarse engañar ni por enunciados proféticos, ni por comunicaciones
orales ordinarias, ni por carta que pretenda ser de Pablo o de sus compañeros.
No podemos asegurar si Pablo sospechaba que los tesalonicenses recibieron
una carta en su nombre sin su autorización. Pero sería injustificable suponer que
esta observación arroje dudas sobre la autenticidad de 1 Ts. Aun en el supuesto
de que 2 Ts. fuera un seudónimo, es inverosímil que su autor hubiera tenido la
intención de crear sospechas sobre la autenticidad de 1 Ts. Posiblemente la
referencia a la carta como si fuera nuestra alude a las falsas conclusiones
sacadas por la redacción de 1 Ts.

Lo más probable es que Pablo sospechara que la idea de que el día del Señor ya
había comenzado la obtuvieron los tesalonicenses de alguien que afirmaba
contar con la aprobación del apóstol, pero no estaba muy seguro sobre este
hecho. De que el día del Señor está cerca; "que está inminente el día del Señor"
(BJ), (gr. enete- ken), es decir "ya establecido" Cf. 1 Ts. 5:2. 3 Sin que antes venga
la apostasía; gr. apostasía, que aquí se refiere a la rebelión, al final de los
tiempos, contra las reglas de Dios.

Y se manifieste el hombre de pecado, aquel inicuo (cf. v. 8), que por otra parte
se lo denomina anticristo y Belial y la bestia que sube del abismo (cf. Ap. 11:7),
líder de la gran rebelión escatológica contra Dios. El hijo de perdición; es un
hebraísmo que significa "el que está condenado a la destrucción"; es la misma
frase que se utiliza para Judas Iscariote en Juan 17:12, donde más bien lleva el
sentido de "el muchacho perdido". 4 El cual se opone y se levanta contra todo
lo que se llama Dios o es objeto de culto. El lenguaje es un eco de la descripción
del anticristo precristiano Antíoco Epifanes, en Dn. 7:25; 8:9ss.; 11:36ss.; cf.
también Ap. 13. Tanto que se sienta en el templo de Dios. Esta parte de la
descripción del anticristo refleja probablemente el intento del emperador Gayo
en el año 40 d. de J. C. de hacer erigir su estatua en el templo de Jerusalén. Esa
crisis trajo a la mente de los cristianos en forma vívida el discurso escatológico
de Jesús que figura en Marcos 13. Las palabras "cuando veáis la abominación de
la desolación erigida donde no debe" (Mr. 13:14, BJ; obsérvese que se hace
referencia a una persona) parecían especialmente aplicables a la política del
emperador. 5 ¿No os acordáis...? Interesante acotación sobre el elemento
apocalíptico en el temprano kerygma.
6 Puede parafrasearse así: "Ya saben qué es lo que ahora lo retiene para no
hacer su aparición pública antes del tiempo que se le ha señalado." Lo que lo
detiene aquí es impersonal, pero es personal en el v. 7; esto arroja luz sobre el
significado. Intencionalmente el apóstol escribe en forma algo vaga sobre esto,
pero pareciera haber sido más explícito durante sus enseñanzas orales en
Tesalónica.

Esto va en apoyo de la opinión de que quien detenía al anticristo era el imperio


romano, dado que puede ser considerado tanto como un poder impersonal, o
personificado en el emperador. Después de la acusación efectuada contra Pablo
en Tesalónica (Hch. 17:6s.), toda alusión al poder imperial, especialmente a su
presunta abolición, tenía que ser lo más vaga posible, en caso de caer la carta
en manos enemigas. 7 porque ya está en acción el misterio de la iniquidad. Ya
pertenece al campo de los hechos el principio de rebelión contra Dios (e.g. en la
oposición al evangelio en Tesalónica y en otras partes), pero no está
entronizado en el mundo como lo estará durante el breve período de
dominación del anticristo, debido al "que ahora le retiene" (BJ).

Aquí el agente que mantiene sujeto al espíritu de inicua rebelión es personal,


seguramente el emperador. Otros, sin embargo, consideran que el retenedor es
una figura tan apocalíptica como el anticristo, e.g. el ángel del abismo (Ap. 9:1;
20:1); pero de ser así, la referencia de Pablo pudo haber sido más explícita.
Menos plausible aún es la sugerencia de que sea el Espíritu Santo, o la teoría de
que Pablo se refiere a su ministerio apostólico en el sentido de que será
completado antes del fin. Pero si el retenedor es el emperador, no tenemos
necesariamente que imaginar que específicamente se refiere al emperador
reinante Claudio (d. de J. C. 41- 54), o que Pablo pensara en Nerón, como el
heredero de Claudio, que vio impedida su ascensión al poder mientras vivió
Claudio. Nerón contaba solamente 12 años de edad en el año 50 d. de J. C.. y
algunos de los más cálidos elogios de Pablo al poder romano (especialmente
Ro. 13:1-7) fueron escritos después que Nerón ascendió al poder.

Pero es que Pablo tenía más que una razón para estar agradecido a las
autoridades imperiales, que contuvieron a las fuerzas más opuestas al evangelio.
Cuando tal protección fuera retirada, las fuerzas del anticristo podrían actuar a
voluntad. Comparando Ro. 13:1-7 con Ap. 13 (cf. también 1 P. 2:13-17; 3:13
junto con 4:12ss.) permite comprender como es que el mismo poder podía en
una etapa contener a las fuerzas anárquicas que amenazaban al evangelio y en
otra aparecer como encabezando esas fuerzas.

Hasta que él a su vez sea quitado de en medio. El sujeto de esta cláusula es el


retenedor, pero sería considerado sedicioso referirse explicitamente a la
eliminación del emperador, de ahí la forma vaga de expresarse Pablo. El texto
griego ek mesou genesthai, "ser quitado de en medio" es una forma semi pasiva
que corresponde al activo ek mesou airein "quitarlo de en medio" (1 Co. 5:2;
Col. 2:14; y cf. lat. e medio tollere). El no poder reconocer este idioma ha llevado
a algunos a darle una traducción literal a esas palabras, "hasta que (el anticristo)
sea (es decir, aparezca) fuera del medio"; pero no es eso lo que Pablo quiere
decir. 8 Y entonces se manifestará aquel inicuo. Aquí tenemos una normal
construcción griega (ho anomos), que corresponde a la forma semítica de
"hombre de pecado" del v. 3. Su revelación o manifestación precede al del
verdadero Cristo. Con el espíritu de su boca; es decir por su palabra; cf. Is. 11:4;
Ap. 19:15. Con la manifestación de su venida; es decir, "por la manifestación (gr.
epiphaneia) de su parusía". 9 El anticristo también tiene su parusía (venida). Para
constatar cómo fue vigorizado por Satanás con gran poder y señales y prodigios
mentirosos, cf. Ap. 13:2, 13ss. 10 Por cuanto no recibieron el amor de la verdad.
La negativa a aceptar la verdad de Dios es el seguro preludio a la infatuación
por error que en forma similar enseña Ro. 1:18ss. 11 Para que crean la mentira;
la "mentira" es la falsa contraparte de la verdad de los vv. 10, 12; cf. Ro. 1:25,
cambiaron la verdad de Dios por la mentira. También en el zoroastrismo, "La
Mentira" (Avestán druj) denota todo el sistema del mal.

Comentario al texto griego del nuevo testamento A.T. ROBERTSON


3. Que nadie os engañe en ninguna manera (më tis humas exapatësëi kata
mëdena tropon). Primer aoristo de subjuntivo, en voz activa, de exapataö
(antiguo verbo, engañar, forma intensificada del verbo simple apatao) con doble
negación (më tis, mëdena), de acuerdo con el idioma griego regular como en 1
Corintios 16:11, más que el aoristo de imperativo que sí aparece en ocasiones
en la tercera persona como en Marcos 13:15 (më katabatö).

Pablo amplía su advertencia para ir más allá de conversaciones y cartas, e


incluye «trucos»> de cualquier tipo. Es asombroso lo crédulos que pueden ser
algunos comunica el de los santos cuando un nuevo engañador saca nuevas
modas religiosas. Porque no vendrá (hoti). Hay una elipse aquí de ouk estai (o
genesetai), que se debe suplir tras hoti. Westcott y Hort hacen un anacoluto al
final del versículo 4. El sentido es claro. Hoti es causal, debido a que, pero el
verbo se sobrentiende. La segunda venida no sólo no es «inminente», sino que
no se efectuará hasta que no ha- yan tenido lugar ciertos acontecimientos de
gran importancia, lo que es una repulsa concreta a los falsos entusiastas del
versículo 2. Sin que antes venga la apostasía (ean më elthei hë apostasia
pröton). Condición negativa de la tercera clase, indeterminada con perspectiva
de determinación y el aoristo de subjuntivo. Apostasía es la forma tardía de
apostasis y es nuestra palabra apostasía. Plutarco la emplea de revuelta política
y aparece en 1° Mac. 2:15 acerca de Antíoco Epifanes, que procuraba forzar a
una apostasía del judaísmo, para llevar hacia el helenismo. En Josué 22:22 se
emplea de rebelión en contra del Señor. Parece claro que la palabra, aquí,
denota una revuelta religiosa, y el empleo del artículo determinado (hë) parece
significar que Pablo había ya hablado a los tesalonicenses acerca de ello.

El único otro empleo de la palabra en el N.T. está en Hechos 21:21, donde


significa apostasía de Moisés. No está claro si Pablo significa una revuelta de los
judíos contra Dios, de los gentiles contra Dios o de los cristianos contra Dios, o
si la referencia es a una apostasía que incluye a todas las clases dentro y fuera
del cuerpo de los cristianos. Pero tiene que ser primero (protön) antes de que
Cristo vuelva. Nótese este adverbio cuando solamente se comparan dos
acontecimientos (cf. Hch. 1:1). Y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de
perdición (kai apokaluphthei ho anthropos tës anomias, ho huios tes apöleias).
Primer aoristo de subjuntivo, voz pasiva, después de ean më y la misma
condición que con elthei. El empleo de este verbo apokaluptö, como
apokalupsin de la segunda venida en 1:7, parece designar al carácter
sobrehumano (Milligan) del acontecimiento, y el mismo verbo es repetido en los
versículos 6 y 8. La implicación es que el hombre de pecado está oculto en
alguna parte, y que será repentinamente desvelado, de la misma manera en que
los falsos apóstoles se presentan como ángeles de luz (2 Co. 11:13ss.), sea que
éste sea el acontecimiento coronador de la apostasía u otra descripción de
dicho acontecimiento. Lightfoot señala el paralelo entre el hombre de pecado,
de quien la principal característica es el pecad (caso genitivo, un hebraísmo para
describir al inicuo del verso 8) y Cristo. Tanto Cristo como el adversario de Cristo
son revelad hay misterio acerca de cada uno de ellos, los dos hacen
reivindesciones de divinidad (v. 4). Parece tratarse del Anticristo de 1 2:18. La
terrible frase, hijo de perdición, es aplicada a Judas en Jus 17:12 (como de Judas
sentenciado a perdición), pero aquí le inicuo (ho anomos, v. 8), que no es
Satanás, pero sí una persona concreta que lleva a cabo la obra de Satanás.
Nótese el articl determinado en cada caso.

4. El cual se opone y se exalta (ho antikeimenos kai kupera romenos). Como el


Anticristo de Juan, éste se opone (anti-) a Cristo y se exalta (voz media directa
de huperairo, antiguo verbo, levanta y exaltarse por encima de otros, sólo aquí y
en 2 Co. 127 en el N.T pero no Satanás, sino un agente de Satanás. Esta cláusula
participa está en aposición a las dos frases precedentes, el hombre de pecado
el hijo de perdición. Nótese 1 Corintios 8:5 acerca de uno llamado Dios, y
Hechos 17:23 para sebasma (de sebazomai), objeto de culto palabra tardía,
solamente en el N.T. en estos dos pasajes. Tant se sienta en el santuario de Dios
(höste auton eis ton naon tou th kathisai). Otro ejemplo del infinitivo con höste
para resultado. Cayo Caligula hizo un desesperado intento para que su estatus
fum erigida en el Templo en Jerusalén para que fuera adorada. Este is cidente
puede estar en el trasfondo del lenguaje de Pablo aqui Haciéndose pasar por
Dios (apodeiknunta heauton hoti estin theos). P ticipio presente activo (forma
en mi) de apodeiknumi, concordando caso con auton, mostrándose a sí mismo
que es Dios. Calígula pretendía ser Dios. Moffatt duda acerca de si Pablo está
identificando est engaño con el culto imperial en esta etapa. Lightfoot cree que
la edificación del emperador de Roma suplió a Pablo con la fraseología que
encontramos aquí. Wetstein remarca una moneda de Julio con theos en un lado
y Thessalonikeön en el otro. En 1 Juan 2:18 se s advierte acerca de los muchos
anticristos», algunos de los cuales ya habían venido. Por ello no está claro si
Pablo tiene en mente sólo a un individuo o siquiera a varios en lugar de malos
principios p que en el versículo 6 habla de to katechon (lo que lo detiene), mi
que en el versículo 7 tenemos ho katechon (el que lo detiene), Frame
argumenta en favor de una combinación de Belial y Anticristo.com la
explicación del lenguaje de Pablo. Pero toda esta cuestión es dejas por Pablo en
una forma tan inconcreta que apenas si podemos ter la esperanza de aclararla.
Es posible que sus propias enseñanzas mientras estaba con ellos dieran a sus
lectores una clave que a poseemos.

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