cerca.
3Nadie os engañe en ninguna manera; porque no
EL TIEMPO DEL ARREBATAMIENTO
DE LOS SANTOS
Arcadio Sierra Díaz
Junio 9 de 2020
Es necesario considerar el asunto del tiempo de la
segunda venida de Cristo y su relación con la gran
tribulación y el arrebatamiento de la iglesia. John F.
Walvoord, presidente del Dallas Theological Seminary,
Texas, recogió 50 razones por las cuales creía en el
arrebatamiento antes de la gran tribulación; eso significa
que la iglesia no pasaría por la Gran Tribulación. Esa
tendencia tiene su origen en el acervo doctrinal de los
dispensacionalistas, tendencia especialmente pregonada
y difundida entre multitud de orientaciones denominacio-
nales por las anotaciones de la famosa Biblia Scofield.
Estas tendencias doctrinales son muy respetables, pero
se inclinan a desorientar a muchos santos desprevenidos
y poco versados en los temas escatológicos, sencillamente
porque pregonan puntos de vista contrarios a la Palabra
de Dios.
Con la ayuda del Señor, hoy nos queremos ocupar, no de
las 50 “razones” del Dr. Walvoord, sino tan sólo de 36
expuestas en un artículo titulado «La iglesia no pasará por
la gran tribulación» que un hermano me envió en estos
días; pero antes de entrar en materia comenzamos afir-
mando que la generación de los santos que estén vivos al
manifestarse el anticristo, sí pasará por ese período de la
gran tribulación. Y de una vez aclaro que una cosa es estar
aquí viviendo durante ese negro período de la humanidad,
y otra cosa es sufrir los rigores de la gran tribulación
venidera.
«Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucris-
to, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, 2que no
os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os
conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como
si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está
1 2
vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el
hombre de pecado, el hijo de perdición, 4el cual se opone y
se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de
culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios,
haciéndose pasar por Dios» (2 Ts. 2.1-4).
En este contexto la Palabra declara que la venida del
Señor Jesucristo y nuestra reunión con Él (el arrebata-
miento) serán dos eventos simultáneos; es decir, que la
resurrección de la iglesia tendrá lugar el mismo día del
regreso del Señor a esta tierra. Allí la palabra «reunión» es
la traducción del griego «episunagoge», que significa
recogimiento, reunión en lo alto; reunión de los santos en
el aire para el encuentro con el Señor. De ahí deriva la
palabra sinagoga, para referirse al lugar de reunión de
determinadas religiones.
Por otro lado dice que esos dos eventos no ocurrirán sin
que antes venga la apostasía y sin que antes se manifieste
el anticristo; de manera que aquí declara que la iglesia
estará presente aquí en esta tierra durante el gobierno de
este personaje. Recuérdese que el Señor sólo regresará a
la tierra el último día del gobierno del anticristo (cfr. Ap.
19.20).
«E inmediatamente después de la tribulación de aquellos
días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y
las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos
serán conmovidas. 30Entonces aparecerá la señal del Hijo
del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las
tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo
sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. 31Y
enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán
a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del
cielo hasta el otro» (Mt. 24.29-31).
En este nuevo contexto, la Palabra afirma que inmediata-
mente después de la tribulación, aparecerá en las nubes
la señal de la venida del Señor, y desde las nubes Él
enviará a sus ángeles a reunir a todos sus elegidos de
todas partes del mundo. ¿Para reunirse con el Señor
dónde? En las nubes, por donde el Señor se acerca a la
tierra con la lentitud necesaria para que todo ojo lo vea.
Nótese que ahí no dice que los santos después del arreba-
tamiento van al Paraíso ni al tercer cielo.
«Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de
los que duermen, para que no os entristezcáis como los
otros que no tienen esperanza. 14Porque si creemos que
Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a
los que durmieron en él. 15Por lo cual os decimos esto en
palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos
quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los
que durmieron. 16Porque el Señor mismo con voz de mando,
con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá
del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
17
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos queda-
do, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes
para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con
el Señor» (1 Ts. 4.13-17).
En este contexto la Palabra nos adiciona unos nuevos
aspectos interesantes que respaldan lo que venimos
exponiendo. Dice que cuando el Señor regrese (el día de su
gloriosa parusía), Él va a traer consigo a todos los que
hasta esa fecha hayan muerto en Cristo; es decir, a todos
los santos que estén en el Paraíso. Dice que ese día será
tocada la trompeta, y que nosotros los que estemos aun
vivos en esta tierra no vamos a resucitar antes que ellos;
repito, no los precederemos en la resurrección.
Entonces, ¿cómo será eso? Pues que los que trae el
Señor del Paraíso (muertos en Cristo durante toda la era
cristiana) bajarán a la tierra, y que en un abrir y cerrar de
ojos resucitarán juntamente con nosotros, y en ese mismo
instante todos seremos arrebatados a las nubes, y ya
reunidos nos encontraremos con el Señor en el aire para
estar con Él para siempre. Eso significa que nos quedare-
mos aquí en la tierra con el Señor hasta la restauración del
reino de Dios en esta tierra.
«He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero
todos seremos transformados, 52en un momento, en un abrir
3 4
y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la
trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y
nosotros seremos transformados. 53Porque es necesario que
esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se
vista de inmortalidad» (1 Co. 15.51-53).
Aquí la Palabra de Dios asegura que todos seremos
transformados (resucitados al recibir un cuerpo glorioso),
y que eso sucederá al sonido de la final trompeta. Nótese
que no dice que sólo serán transformados unos creyentes,
y otros se quedarán acá sufriendo (los tibios, dicen
algunos). Como son siete trompetas, esa transformación
ocurrirá al sonar la final, es decir, la séptima. Pero nótese
que dice que los que hayan muerto resucitarán, y nosotros
seremos transformados simultáneamente con ellos. En
Apocalipsis dice lo que sucederá cuando suene la última
trompeta.
«El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces
en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a
ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los
siglos de los siglos. 16Y los veinticuatro ancianos que
estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postra-
ron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, 17diciendo: Te
damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que
eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder,
y has reinado. 18Y se airaron las naciones, y tu ira ha
venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el
galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que
temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de
destruir a los que destruyen la tierra» (Ap. 11.15-18).
Vemos, pues, que al sonar la séptima trompeta ocurrirá
la segunda venida de Cristo. En ese momento el mundo es
convertido en el reino de nuestro Señor y de su Cristo, y Él
reinará por siempre y para siempre.
Es necesario dejar bien claro que la palabra «rapto» no se
encuentra en la Biblia. Es más coherente usar la palabra
«arrebatamiento» por cuanto hemos visto que dice que
«seremos arrebatados juntamente con ellos». A continua-
ción, con la ayuda del Señor, vamos a tratar con todo
respeto de analizar y contestar el artículo mencionado, sin
modificar en nada el contexto de ese documento.
“LA IGLESIA NO PASARÁ POR LA GRAN
TRIBULACIÓN”
(36 razones bíblicas para afirmarlo)
“Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo
también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir
sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre
la tierra” Ap. 3:10.
“así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar
los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin
relación con el pecado, para salvar a los que le esperan”
He. 9:28.
Hoy miles de congregaciones modernas están dejando de
predicar profecías bíblicas, no hablan ni enseñan el Apoca-
lipsis, no les interesa el tema del arrebatamiento de la
iglesia al cielo, miran con indiferencia y menosprecio el plan
escatológico de Dios para la iglesia y para el mundo.
Inclusive cientos de denominaciones que antes lo creían,
ahora dicen que no habrá rapto, sino que la iglesia debe
establecer el reino en la tierra (el Kingdon now).
Para muchas denominaciones protestantes el Apocalipsis
es un libro cerrado, histórico o bien sin importancia, la Biblia
dice todo lo contrario; “Bienaventurado el que lee, y los que
oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en
ella escritas; porque el tiempo está cerca” Ap. 1:3.
De las pocas denominaciones que todavía están anun-
ciando el rapto, muchas de ellas lideradas por seudo
escatólogos, aseguran que la iglesia entrará en la gran
tribulación y que se irá al cielo arrebatada por Jesús a la
mitad del periodo de la gran tribulación o bien a finales de la
gran tribulación (en Armagedón), es decir aun muchos de
los que dicen creer en el rapto tampoco enseñan correcta-
mente la verdad del arrebatamiento de la iglesia al cielo.
Según la Escritura señala con claridad meridiana la iglesia
del Señor será llevada al cielo poco antes del comienzo del
periodo más terrible que la humanidad conocerá; el horren-
5 6
do tiempo de la gran tribulación (Mt. 24:15, Ap. 6:1), la
verdadera iglesia de Cristo no entrará en este periodo. En
este sencillo pero conciso estudio, veremos 36 razones
bíblicas para afirmarlo.
1. No existe ningún pasaje en el Antiguo Testamento o en
el Nuevo Testamento que diga que la Iglesia pasará por el
período de la Tribulación.
Respuesta: Ya hemos analizado en el preámbulo los
diferentes pasajes donde la Escritura Sagrada asegura que
la iglesia sí pasará por el período de la Gran Tribulación.
Hemos dicho que tribulación e ira de Dios no son sinóni-
mos; y al ignorar esto, se cae en un grave error y desorien-
tación. La historia registra amargas tribulaciones en el
seno de la iglesia; si no que lo digan las persecuciones
desatadas por Nerón, Domiciano y otros emperadores
romanos; otras crueles tribulaciones como en el período de
la inquisición. Ahora, medita en las siguientes citas
bíblicas.
«Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz.
En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido
al mundo» (Jn. 16.33).
«No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el
diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que
seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel
hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida» (Ap.
2.10).
Nos preguntamos, pues, ¿un inmenso sector de la iglesia
necesitará sufrir algún grado de tribulación en este
momento para que se arrepienta?
2. El período de la Tribulación es llamado el “Tiempo de
Angustia de Jacob” (el tiempo de angustia del Israel incrédu-
lo), pero nunca es llamado el tiempo de Angustia de la
Iglesia (Jer. 30:7).
Rta.: Desde la antigüedad Dios sabe perfectamente que
la única forma de que Israel fuese salvo sería que pasara
por ese proceso doloroso de la más gigantesca carnicería
durante la gran tribulación. Pero también es consciente el
Señor de algo, de que una dosis menos severa, de eso
necesita un enorme sector de la iglesia. No nos dejemos
engañar por esas apariencias de doctrinas que no son
respaldadas por las Escrituras.
3. Gabriel le dijo a Daniel, “Setenta semanas están
determinadas sobre tu pueblo [(el pueblo de Daniel es el
judío] y sobre tu santa ciudad”, la Ciudad Santa es Jerusa-
lén (Dn. 9:24). No hay mención de la Iglesia.
Rta.: La respuesta de Gabriel a Daniel sobre las setenta
semanas se refiere necesariamente a Israel, pues la
oración del profeta era por causa de Israel, pues él no
tenía conocimiento de que en el propósito de Dios habría
en el futuro algo como la iglesia, el cuerpo de Cristo; pero
téngase en cuenta que el profeta tampoco sabía que en el
curso del cumplimiento de esas setenta semanas, su
conspicuo protagonista, el anticristo, tiene relación con la
iglesia. «Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y
vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu,
pueblo, lengua y nación» (Ap. 13.7).
4. La Iglesia no tuvo parte en las primeras 69 semanas y
no tendrá ninguna parte en la septuagésima semana, es
decir la semana 70 (el periodo de la Tribulación) (Dn. 9:24).
Rta.: Es obvio que Gabriel le señaló a Daniel que las 70
semanas se relacionaban con Israel, pues esa era la
respuesta a la oración del profeta; pero recuérdese que la
razón de ser de Israel va de la mano con la existencia final
de la Iglesia. La salvación viene de los judíos. De ahí el
tiempo transcurrido entre la 69ª. semana y el cumplimien-
to de la 70ª semana, a fin de que se predicara el evangelio
de la salvación y del reino por todos los rincones de la
tierra, y viniera a existir la iglesia. La iglesia no se puede
excluir del propósito de Dios, pues todo la Biblia se refiere
a Cristo, y Cristo es la iglesia, con sus santos.
5. En el libro de Apocalipsis, el Rapto ocurre en Apocalip-
sis 4:1, cuando Dios lleva a Juan al 3° cielo, lo cual es antes
del periodo de la Tribulación descrito en Ap. 6:1-19. En la
secuencia de eventos, el Rapto es antes de los juicios de
los sellos, las trompetas y las copas.
Rta.: No percibir la iglesia en los capítulos 4 al 19 de
7 8
Apocalipsis es no tener en cuenta el trasfondo histórico
bajo el que fue escrito el Apocalipsis. En ese tiempo la
iglesia sufría horribles persecuciones, y era necesario
guardarla, alentarla y consolarla, y no a Israel propiamente
dicho. Claro que en su aspecto profético, ese será el
tiempo de la retribución de Jacob, en su connotación
nacional. Indiscutiblemente, la iglesia en general será
purificada en esa gran tribulación.
6. La Iglesia es mencionada más de veinte veces en los
primeros tres capítulos de Apocalipsis, pero la Iglesia nunca
es mencionada en la descripción del periodo de la Tribula-
ción entre Ap. 4:1 y Ap. 19:1.
Rta.: La iglesia como tal no es el principal objetivo del
anticristo, sino Israel, pues con esa nación hará el pacto
de paz engañoso; sin embargo, no hay necesidad de
mencionar la palabra «iglesia» para darse uno cuenta que
ahí está, como lo hemos mencionado en Ap. 13.7. Por
ejemplo, al abrir el quinto sello (Ap. 6.9-11) aparecen las
almas de los que habían sido martirizados por causa de la
palabra de Dios. Ante su inquietud, a ellos les fue dicho
que descansaran hasta que se completara el número de
los mártires. Pero, ¿en qué escenario serían martirizados
los que faltaban? En la gran tribulación, pues desde el
primer sello ya había aparecido ese personaje siniestro, la
bestia, en el escenario político mundial.
7. El período de la Tribulación es llamado en la Biblia “un
Día de Ira” (Sofonías 1:15), pero la Biblia dice, “Dios no nos
ha puesto (a la Iglesia) para ira” (1 Ts. 5:9).
Rta.: La iglesia jamás ha sido blanco de la ira de Dios, ni
lo será en el futuro. Dios dispone de otros mecanismos
para corregir a sus hijos. Además, la gran tribulación no es
la manifestación de la ira de Dios. En ese contexto del
profeta Sofonías habla de destrucción sobre todos los
habitantes de la tierra, y en concreto de la tierra de Judá;
no de la iglesia; y eso lo confirma 1 Ts. 5.9.
8. El período de la Tribulación es llamado en la Biblia un
Día de Ira (Sofonías 1:15), pero la Biblia dice que Jesús
“nos libra de la ira venidera (librará a la Iglesia del periodo
de la Tribulación) 1 Ts.1:10. Dios pues nos ha prometido en
su palabra a todos los que somos parte de su iglesia, que
nos librará de esa gran ira que viene sobre el mundo entero.
Rta.: El contexto de Sofonías 1.14-18 se refiere a un juicio
inminente sobre Judá ante la invasión de Nabucodonosor,
aunque tiene referencia de tipo escatológico, incluido
algún juicio sobre las naciones circundantes, enemigas de
Israel.
9. El periodo de la Tribulación es llamado “el Día del
Señor” en la Biblia (Sofonías 1:14). La Biblia dice, “el día del
Señor (el periodo de la Tribulación) vendrá así como ladrón
en la noche; que cuando digan (los incrédulos): Paz y
seguridad, entonces vendrá sobre ellos (sobre los incrédu-
los no nosotros) destrucción repentina, como los dolores a
la mujer encinta, y no escaparán (los incrédulos, nosotros sí
escaparemos)” 1 Ts. 5:2-3. Todo este pasaje enseña
claramente que el periodo de la Tribulación vendrá sobre los
incrédulos, pero no incluye a los creyentes.
Rta.: «El día del Señor» es una frase que aparece en 2 Pe.
3.10, donde dice que vendrá como ladrón en la noche, y en
otros textos como Hch. 2.20 y otros, y se refiere a la
segunda venida de Cristo, que llegará en el momento
decidido por Dios y no en una fecha predecible por el
hombre. Será un evento repentino y sin aviso previo, y será
un día de juicio solemne (Jn. 17.31), no relacionado para
nada con la gran tribulación. Es claro que Dios espera que
en todos sus hijos, hijos de luz, esa luz les sirva para saber
que el Señor está a las puertas, que deben estar velando,
y no embriagados con las atracciones del mundo y dormi-
dos espiritualmente; pero desafortunadamente no es así.
Estamos en una etapa donde millones de creyentes están
siendo pastoreados por pastores mercenarios, embriaga-
dos por su codicia, los cuales no pueden dar de lo que no
tienen; de manera que a sus dormidas congregaciones les
vendrá el Señor como ladrón en la noche. Si así no fuera,
ese contexto de Pablo no tendría razón de ser.
10. Con respecto al Rapto, la Biblia dice, “Consolaos unos
a otros con estas palabras” (1 Ts. 4:18). No hay consuelo en
9 10
la enseñanza que la Iglesia atravesará parte o todo el
periodo de la Tribulación.
Rta.: El contexto de esa cita aparece en el momento
misma de la venida del Señor, después de la gran tribula-
ción.
11. Jesús le dijo a la Iglesia en Filadelfia: “Por cuanto has
guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guarda-
ré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo
entero, para probar a los que moran sobre la tierra” (Ap.
3:10). Dios prometió mantener a los miembros obedientes
de la Iglesia fuera del periodo de la Tribulación.
Rta.: Bien dice esta «razón», a los miembros obedientes.
Téngase en cuenta que el texto presentado aquí está
tomado de la carta del Señor a la iglesia en Filadelfia,
precisamente la iglesia que el Señor está restaurando en
el mundo entero, la iglesia que guarda la Palabra de Dios,
y se supone que no se desvía siguiendo las doctrinas de
hombres; la iglesia que no niega el nombre del Señor
cambiándolo por otro nombre. Pero ¿todos estarán obran-
do así? He ahí el quid. Entonces, todos aquellos que estén
guardando y obedeciendo la palabra de Dios y no negando
el nombre del Señor Jesús, a esos el Señor los guardará de
sufrir los rigores de esa hora de la prueba, la gran tribula-
ción. ¿Y los demás qué? ¿Será que no necesitan sufrir esa
prueba? Entonces algunos creyentes serán protegidos del
caos que habrá, tal como algunos creyentes fueron
protegidos de las persecuciones romanas, tanto por parte
del imperio como por parte del catolicismo romano.
12. De acuerdo con la Biblia, las Bodas del Cordero se
llevarán a cabo en el cielo antes de que Jesús regrese a
pelear la Batalla de Armagedón al final del periodo de la
Tribulación. (Ap. 19:7-21). Esto significa que la Iglesia irá al
cielo (será arrebatada) para las Bodas del Cordero antes de
la Segunda Venida.
Rta.: El contexto citado no aclara que las Bodas del
Cordero se llevarán a cabo en el cielo. Ya hemos visto que
los resucitados se reunirán con el Señor en las nubes y
seguirán descendiendo con el Señor el mismo día de su
venida. (1 Ts. 4.17). Por otro lado, no todos los creyentes
participarán de las Bodas del Cordero (Mt. 25.9-13,30; 1
Co. 3.13-15); y esto se debe a que antes de efectuarse las
Bodas del Cordero aquí en la tierra, Dios juzgará a sus
hijos en el tribunal de Cristo (Ro. 14.10). Allí será determi-
nado quiénes entrarán a las Bodas y al reino milenial (Mt.
7.21-23), como el galardón.
13. El fin de la era será “como los días de Noé” (Mt.
24:37). Noé y su familia fueron removidos de la tierra
(entraron al arca) antes del diluvio. Algunos creen que esto
significa que la Iglesia será removida de la tierra antes del
juicio de Dios es decir, arrebatada antes del periodo de la
Tribulación (Gn. 7:23).
Rta.: El énfasis del contexto de Mt. 24.36-39 no es
necesariamente el hecho de que Noé se haya metido en el
arca con su familia y se haya salvado, sino que a pesar de
que él lo haya advertido previamente, la gente siguió sin
creerlo, viviendo su vida lejos de la voluntad de Dios, sin
preocuparse por humillarse y arrepentirse. Y ese es el
llamado del v. 42. Si la gente se hubiese arrepentido, es
posible que Dios no hubiera mandado el diluvio. No
necesariamente que hayan tenido un lugarcito en el arca
con Noé y hayan tenido la oportunidad de escaparse, y
asunto resuelto.
14. El fin de la era será “como los días de Lot” (Lc. 17:28).
Lot y su familia fueron removidos de Sodoma antes del
juicio de Dios (antes que el fuego y el granizo cayeran)
Génesis 19:16. Creemos por lo tanto, que indudablemente
la Iglesia será removida de la tierra antes del juicio de Dios
(Arrebatada antes del periodo de la Tribulación).
Rta.: La respuesta es similar a la anterior. El Señor está
interesado en que la iglesia se arrepienta, sobre todo esos
colosales sectores que mantienen al Señor fuera de su vida
religiosa y apariencia de piedad. El problema no es la gran
tribulación asociada con el anticristo, no. El problema es
que el mundo se ha convertido en una gigantesca Sodoma.
Ya no hay dos sexos, como los creó Dios; ahora la Organi-
zación Mundial de la Salud –de la ONU– ha inventado
11
oficialmente 112 géneros, y el mundo está feliz con esto. El
problema es la incredulidad y dureza de Israel y su
rechazo del Señor Jesucristo como su Mesías. El problema
es que Tel Aviv se ha erigido como la capital mundial del
orgullo homosexual. Si Israel se arrepiente, seguro que no
sufrirá los horrores de esa carnicería. El problema no es la
gran tribulación sino el pecado de la iglesia, que no se
quiere arrepentir, y para ello han inventado lo de un rapto
secreto para supuestamente evadir ese sufrimiento. Si en
la iglesia la gente se arrepiente, cada creyente que se
arrepienta, puede pasar todo ese período tranquilo.
Tendrá comida para comer y bebida para beber y un lugar
donde vivir.
15. Jesús estaba hablando acerca del periodo de la
Tribulación cuando dijo, “Orad en todo tiempo que seáis
tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que
vendrán” (Lc. 21:36). Parece irrazonable creer que Jesús le
diría a la Iglesia que ore por algo; “escapar”, que El no está
dispuesto a conceder.
Rta.: Aquí se aplica exactamente la respuesta del punto
anterior. Toda persona que se arrepienta, de seguro es
tenida por digna de «escapar» de esos horrores que tanto
temor infunde en la gente, incluso en los creyentes que se
han dejado llenar su corazón de temores, y no le quieren
creer al Señor.
16. La Biblia dice, “Porque ya está en acción el misterio de
la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta
que Él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se
manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el
espíritu de Su boca, y destruirá con el resplandor de Su
venida” (2 Ts. 2:7-8). La interpretación más común de esto
es que el Anticristo no puede ser revelado en el mundo
hasta que el que restringe (quien la mayoría de los comen-
taristas dicen que es el Espíritu Santo y la Iglesia) sea
removido. Si el que restringe es sólo la Iglesia, esto significa
que la Iglesia será removida antes de que el Anticristo sea
revelado (esto es el Rapto PreTribulacional). Si el que
restringe es sólo el Espíritu Santo en la iglesia, pues queda
claro que será precisamente el Espíritu del Señor quien
12
quitará a la iglesia de la tierra en el momento del rapto ya
que el único pueblo que tiene una promesa de ser sacado
de la tierra antes de la aparición del Anticristo, es justamen-
te la iglesia, una vez que ella sea sacada de en medio se
abrirá el 1° sello del Apocalipsis y aparecerá el anticristo o
1° jinete Ap. 6:1-2.
Rta.: En mi video «El misterio de la iniquidad» (al cual
remito) le doy respuesta a este asunto. No existe base
bíblica para asegurar que el Espíritu Santo pueda ser
removido de esta tierra. Sabemos por las Escrituras que Su
presencia está en todas partes, pues el Espíritu Santo es
Dios, y Dios es omnipresente. Lea las declaraciones del rey
David en el Salmo 139.7-10. La presencia del Espíritu
Santo y la iglesia no es ningún impedimento, pues el
mismo Satanás se presenta delante del trono de Dios (Job
1.6).
Entonces, ¿cuál puede ser la respuesta? Teniendo en
cuenta que todas las naciones de la tierra, así como los
grandes imperios revelados en Daniel 2 y 7, han sido y son
regidos por príncipes diabólicos (Dn. 10.13,20,21), otros
comentaristas bíblicos han planteado que lo que frena la
manifestación del anticristo es la remoción del poder del
espíritu diabólico que rige el imperio romano; pero, como
lo revela Daniel con referencia a la remoción del espíritu
maligno del imperio persa, cuando fue derrotado por el
espíritu maligno de Grecia (cf. Dn. 8.1-8), el poder del
espíritu maligno de Roma tuvo su fin en el momento en
que cayeron las dos capitales del imperio romano: Roma
en 476 y Constantinopla en 1453, respectivamente.
Entonces me inclino por la corriente exegética que se ha
venido abriendo camino entre algunos eruditos modernos,
y que ya existía entre los padres de la iglesia, y es que
algún poder angelical bueno, está restringiendo hasta el
momento la manifestación del anticristo y la plena acción
del misterio de la iniquidad; y que esa manifestación se
relaciona con un pacto de paz suscrito entre ese personaje
e Israel. Cuando la nueva nación de Israel tuvo su comien-
zo el 14 de mayo de 1948, ese día comenzaron los últimos
13
tiempos. Por otra parte, el arcángel Miguel es el protector
de Israel (no un príncipe diabólico).
«13Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante
veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales
príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de
Persia. 20El me dijo: ¿Sabes por qué he venido a tí? Pues
ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe de
Persia; y al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá.
21
Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la
verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel
vuestro príncipe» (Dn. 10.13,20,21).
Vemos que Daniel revela que Satanás, príncipe de este
mundo, gobierna las naciones del mundo (Mt. 4.8,9); y lo
hace implantando en cada nación su propia organización
espiritual diabólica, al mando de un príncipe, algo así
como un rey satánico en cada nación. Esta jerarquía es
declarada en Efesios 6.12. No obstante, eso ocurre con la
única excepción de Israel, cuyo protector es el arcángel
Miguel, como hemos visto. Por ello, podemos colegir que
esa es la causa por la cual, desde el nacimiento del
moderno Israel en 1948, todos las guerras que le han
declarado sus enemigos vecinos con el fin de aniquilarlo
han sido fallidas, no han podido lograr su objetivo, a pesar
de la superioridad de las tropas y del armamento de esas
naciones, incluyendo el elemento sorpresa del que siem-
pre se han querido valer.
Entonces en el tiempo del anticristo, Dios le quitará la
protección a Israel, y vendrá sobre esa nación una verda-
dera carnicería humana. Ese es el freno.
«En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe
que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de
angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta
entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo,
todos los que se hallen escritos en el libro» (Dn. 12.1).
Ahí está para que lo meditemos, pues llegará el momen-
to en que ese “freno” que impide la manifestación del
anticristo sobre Israel será quitado, y el misterio de la
iniquidad que ahora opera subrepticiamente bajo la
14
dirección de influencias satánicas ocultas, llegará la hora,
y ese día se aproxima, en que se manifestará claramente
y sin tapujos ante la vista de los hombres en toda su
maldad.
17. Isaías escribió que Dios dijo, “Tus muertos vivirán; sus
cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del
polvo! porque su rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra
dará sus muertos. Anda, pueblo mío, entra en tus aposen-
tos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un
momento, en tanto que pasa la indignación. Porque he aquí
que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la
tierra por su maldad contra Él; y la tierra descubrirá la
sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más sus
muertos” (Is. 26:19-21). Observe que los muertos resucitan
primero (eso es el Rapto), luego el pueblo de Dios es
llamado a entrar en sus aposentos por un tiempo corto
hasta que la indignación (un nombre del periodo de la
Tribulación) haya pasado. Dios levantará a los muertos y
convocará a Su pueblo porque pretende castigar a los
habitantes de la tierra (enviar el periodo de la Tribulación).
Rta.: Aquí el profeta Isaías hace un llamado a refugiarse
sólo en Dios. Si tú buscas al Señor a tiempo en humilla-
ción, en arrepentimiento, no tendrás que temerle a nada,
ni al peor de los virus. Hemos dicho que la gran tribulación
no es un castigo emanado de Dios sobre la humanidad. La
verdadera ira de Dios será derramada sobre las naciones
inmediatamente después de su venida; y eso lo veremos
nosotros. Y el Señor va a reinar sobre todas las naciones
de la tierra, pero antes va a destruir todo vestigio de
maldad y todo lo que ostente algún poder, o alguna
memoria histórica, de esta civilización perversa; lo que no
hará el anticristo, porque iría en contra de su propia
naturaleza. El anticristo implantará un nuevo orden
mundial y quitará toda libertad sobre la tierra; pero se
ensañará principalmente contra el pueblo de Israel y con
esa facción de la iglesia que se ha apartado de Dios.
Muchos saben que hoy en día se está hablando de un
Estado Profundo, pero a la vez ya se habla de una Iglesia
Profunda. Investiguen sobre ese tema. Hermanos, hay que
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despertar.
18. Malaquías escribió que Dios dijo, “Y serán para Mí
especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día
en que Yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que
perdona a su hijo que le sirve. Entonces os volveréis, y
discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que
sirve a Dios y el que no le sirve” (Mal. 3:17-18). Los maes-
tros Pre-Tribulación creen que Dios está diciendo que El
vendrá por Su Iglesia (el Rapto) y luego El regresará con Su
Iglesia (la Segunda Venida) para juzgar entre los justos y los
malvados es decir al llevarse a su pueblo (los buenos) y
dejar a los impíos en la tribulación (los malos) confirma este
pasaje.
Rta.: Si tú lees bien el contexto de Malaquías 3, ahí habla
del juicio para los pecadores y las bendiciones para el
penitente, y el contexto comienza con el envío del Mesías,
y hace una distinción entre el justo y el malo. En este
punto, el autor de estas «razones» da por sentado que
todos los creyentes tienen la plena aprobación de Dios, y
que los saca de este mundo para que no sufran esa
tribulación. Eso iría en contra de la revelación bíblica.
19. En el Rapto, Jesús viene por Su Iglesia (1 Ts. 4:16-17;
Jn. 14:3). Cuando Él viene al final del periodo de la Tribula-
ción, Él vendrá con Su Iglesia (1 Ts. 3:13; Ap. 19:14).
Rta.: Este punto ya fue contestado al comienzo de este
trabajo. Si se lee todo el contexto de 1 Ts. 4.13-17, vemos
que el Señor trae consigo a todos los que habían muerto
en Cristo en toda la historia; los trae del Paraíso; pero esos
hermanos, ese mismo día resucitan juntamente con los
hermanos que estén vivos en la tierra, quienes son trans-
formados.
20. Con respecto a la Segunda Venida, Jesús dijo, “Pero
del día y de la hora nadie sabe ni aun los ángeles de los
cielos, sino sólo mi Padre” (Mt. 24:36). Pero si la Iglesia
pasa por el periodo de la Tribulación, algunos sabrán el día
porque será siete años después de la firma del tratado de
siete años. Algunos sabrán el día porque será 1.260 días
después que el Anticristo profane el Templo (Ap. 12:6).
16
 Rta.: Hermanos, todo creyente que tenga suficiente
comunión con el Señor, jamás estará desarmado, pues
conocerá cómo va girando el reloj de los acontecimientos.
Eso del famoso rapto, sí que desarma a las personas. «Mas
vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel
día os sorprenda como ladrón» (1 Ts. 5.4). «Mas él respon-
diendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo;
porque el cielo tiene arreboles. 3Y por la mañana: Hoy habrá
tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipó-
critas! que sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las
señales de los tiempos no podéis!» (Mt. 16.2-3).
21. Con respecto al Anticristo, muchos eruditos creen que
la Biblia enseña que él no será revelado hasta que la Iglesia
se haya ido (2 Ts. 2:6-8), pero si la Iglesia pasa por el
periodo de la Tribulación, algunos sabrán quién es él porque
él firmará el tratado de siete años (Dn. 9:24-27), encabezará
el gobierno mundial (Ap. 13:1-10), intentará forzar que
multitudes lo adoren y que reciban su marca, reciban su
nombre o su número (Ap. 13:15-17). Muchos de aquéllos
que estén aquí y estén siendo forzados a adorarle y a tomar
su nombre o morir, sabrán quién es él.
Rta.: La Palabra de Dios dice claramente que la venida
del Señor Jesucristo y nuestro encuentro con Él (el arreba-
tamiento) no se dará sino después que se haya manifesta-
do el anticristo (2 Ts. 2.1-4). Entonces esa iglesia victorio-
sa, esa que tenga los ojos abiertos y la íntima comunión
con el Señor, sí sabrá quién es el anticristo cuando se
manifieste. Claro, habrá millones de creyentes nominales
que no se darán cuenta, aunque estén aquí haciendo
religión (Ap. 3.3).
22. El Anticristo no está supuesto a ser revelado hasta
después que la Iglesia se haya ido (2 Ts. 2:6-8), pero si la
Iglesia pasa por el periodo de la Tribulación, la Iglesia sabrá
quién es el Anticristo porque él pondrá una estatua de sí
mismo en el Templo reconstruido (Dn. 11:31; Dn. 12:11; Mt.
24:15).
Rta.: Contestamos lo mismo que al anterior punto.
Cuando el Señor en Mt. 24.15 dice que cuando veamos en
17
el lugar santo (del templo de Jerusalén que debe ser
construido) la abominación desoladora, ¿a quién se lo está
diciendo? ¿no es a la iglesia? Debe ser a una iglesia que
debe estar sabiendo todo lo que está aconteciendo en
Jerusalén y en el mundo, y debe saber quién es el anticris-
to a su debido tiempo.
23. Si la Iglesia pasa por el periodo de la Tribulación, la
Iglesia sabrá quién es el Anticristo, porque él encabezará el
gobierno mundial y recibirá una herida mortal en su cabeza
que será sanada (Ap. 13:3). Algunos piensan que él será
resucitado de los muertos o al menos fingirá la resurrección.
Rta.: La respuesta de este punto es similar a las de los
dos anteriores. No vale la pena entrar aquí en esos otros
detalles, pues no es el tema.
24. Si la Iglesia pasa por el periodo de la Tribulación, la
Iglesia sabrá quién es el Anticristo, porque él encabezará el
gobierno mundial y estará apoyado por la cabeza de la
religión mundial llamado el Falso Profeta (Ap. 13:11-18).
Rta.: Repetimos, la iglesia, ese sector glorioso de ella,
sabrá, y deberá saberlo, quién será el anticristo a su
debido tiempo, y desde ya debe ir conociendo cómo se va
conformando esa religión mundial ecuménica, a esa que
ya están llamando la Iglesia Profunda.
25. Si la Iglesia pasa por el periodo de la Tribulación, la
Iglesia sabrá quién es el Anticristo, porque él será el que
matará a los dos Testigos (la mayoría concuerda que ellos
serán Elías y Moisés) en ese periodo (Ap. 11:7).
Rta.: La iglesia de los vencedores sabrá quién será el
anticristo desde el primer momento en que se manifieste,
y a su debido tiempo sabrá quiénes son los dos testigos,
y la iglesia verá sus cadáveres en las calles de Jerusalén,
por televisión y otros medio de comunicación actuales.
Repetimos, habrá un gran sector de creyentes que no
tendrá luz para ver estas cosas, y cuando las puedan ver,
será cuando se arrepientan.
26. Muchas personas no piensan que la Iglesia pasará por
el periodo de la Tribulación debido a versículos de la
Escritura que dicen cosas como, “Jehová guarda a todos los
18
que le aman, mas destruirá a todos los impíos” (Salmo
145:18-20). Muchos creen que Dios preservará a la Iglesia
del periodo de la Tribulación o que mantendrá a la Iglesia
fuera del periodo de la Tribulación y no destruirá a la Iglesia
en el periodo de la Tribulación.
Rta.: A lo largo de nuestras respuestas, basados en la
Palabra de Dios, ya hemos visto que la iglesia pasará por
el período de la gran tribulación, unos guardados por Dios,
y otros tratados bajo el rigor de la gran tribulación, como
una gesto de misericordia del Señor, a fin de que tengan
la oportunidad de arrepentirse.
27. El autor de la carta a los Hebreos dice claramente; “Así
también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los
pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin
relación con el pecado, para salvar a los que le esperan”
He. 9:28, por ende si en su primera venida hace 2.000 años
vino para salvarnos del pecado como dice Lc. 19:10, Hch.
4:12, 1 Tim. 1:15, Ro. 6:23, ahora vendrá en el rapto para
librarnos de la gran Tribulación ¿A quiénes, a todos? no
definitivamente No, solo a aquellos “que le esperan”.
Rta.: Conscientes de que las siete cartas a Apocalipsis
2 y 3, son siete profecías que revelan los siete estadios o
períodos históricos de la iglesia a través de la era de la
gracia, hay consenso de que los tres primeros estadios
(Efeso, Esmirna y Pérgamo) ya no existen; incluso hay
claves en las cartas para asegurarlo; pero sí los últimos
cuatro (Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea). En esas
cuatro cartas, el Señor menciona su segunda venida, y por
eso esos cuatro estadios de la iglesia existirán hasta la
venida del Señor; o mejor, hasta la precedente aparición
del anticristo. Aclaro esto. Los creyentes que al final
militen en esos cuatro estadios de la iglesia, estarán acá
hasta la venida del Señor, y claro, tendrán que pasar por
el período de la gran tribulación. Pero esas organizaciones
religiosas estructuradas con sus nombres, personerías
jurídicas, privilegios, propiedades, algunas con clero
jerarquizado y demás, a las cuales ahora millones pertene-
cen, dejarán de existir a partir del gobierno del anticristo.
El Señor no respalda ni defiende semejantes estructuras.
19
Por favor, es bueno leer Ap. 17.12-18.
En cada uno de esos estadios, hay creyentes vencedores,
y otros que no lo son. Entonces, los no vencedores,
necesitan arrepentirse, y es necesario que sufran algún
grado de tribulación. Veamos las citas:
Tiatira. «Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero
no quiere arrepentirse de su fornicación. 22He aquí, yo la
arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella
adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella. 24Pero a
vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no
tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman
las profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré
otra carga» (Ap. 2.21,22,24).
Sardis. «Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y
guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti
como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. 4Pero
tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado
sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas,
porque son dignas» (Ap. 3.3,4).
Filadelfia. «Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto
delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar;
porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi
palabra, y no has negado mi nombre. 10Por cuanto has
guardado la palabra de mi paciencia, yo también te
guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el
mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra»
(Ap. 3.8,10).
Laodicea. «Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé,
pues, celoso, y arrepiéntete. 20He aquí, yo estoy a la puerta
y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él,
y cenaré con él, y él conmigo» (Ap. 3.19,20).
Los remito a que vean mi video «La iglesia y su partici-
pación en la gran tribulación».
28. En las siete cartas a las siete Iglesias del Asia, Jesús
dijo, “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las
Iglesias”, siete veces (Ap. 2:7,11,17,29; 3:6,13, 22). Cuando
llegamos al periodo de la Tribulación, Jesús dijo, “Si alguno
tiene oído, oiga” (Ap. 13:9). El dejó fuera, “lo que el Espíritu
20
dice a las iglesias” ¿Por qué razón? Sencillamente porque
no hay iglesia en la tierra que pase por el periodo de la
Tribulación. La Iglesia estará en el Cielo.
Rta.: La respuesta es sencilla. El Señor no tiene necesi-
dad de explicar ahí que debe ser la iglesia, pues nadie
fuera de la iglesia tiene oídos transformados como para oír
la voz de Dios, y menos en ese período. Israel la oirá sólo
después de su gran salvación.
29. Cuando el Rapto ocurre, la Iglesia sube para encontrar
a Jesús en el aire (1 Ts. 4:13-18), pero al final del periodo
de la Tribulación, la Iglesia descenderá a la tierra con Jesús
para atestiguar lo que Él hace en la Batalla de Armagedón
(Ap. 19:14-21).
Rta.: Repetimos, en ese contexto habla de la segunda
venida de Cristo y el arrebatamiento simultáneo de la
Iglesia.
30. El Rapto Pre-Tribulación es más consistente con la
gracia, el amor, la misericordia y la compasión de Dios, etc.
Los Rapto Mid y PostTribulación son más consistentes con
la ira de Dios.
Rta.: La Palabra de Dios no habla de rapto; y la tribula-
ción es para los que necesitan arrepentirse, por la miseri-
cordia de Dios.
31. Si el Rapto se lleva a cabo al final del periodo de la
Tribulación, y todos los inicuos son removidos de la tierra en
ese momento (Mt. 13:24-30,47-50; 25:41) no quedaría nadie
para repoblar la tierra durante el Milenio. Si todos los salvos
son arrebatados y todos los perdidos son removidos de la
tierra al final del periodo de la Tribulación, no quedará nadie
para repoblar la tierra.
Rta.: En ninguna parte de la Biblia aparece que todos los
inicuos serán removidos de la tierra durante la gran
tribulación. Después de la gran tribulación, en el juicio de
las naciones, el Señor echará a los inicuos al fuego eterno,
pero a los justos invitará a hacer parte del reino milenial,
donde estarán ahí para repoblar la tierra.
32. El Anticristo prevalecerá contra los santos que se
queden aquí (por tibios y no dar frutos) durante el periodo
21
de la Tribulación, pero las puertas del infierno no prevalece-
rán contra la Iglesia (Ap. 13:7; Mt. 16:18). Por lo tanto, la
Iglesia no pasará por el periodo de la Tribulación.
Rta.: Como la idea del rapto no es respaldada por la
palabra de Dios, acá no quedará ningún tibio. Ya lo hemos
explicado. Hay personas en el cristianismo que por la
misericordia del Señor sufrirán los rigores de la gran
tribulación a fin de que se arrepientan. Ahora, la Biblia
tampoco habla de dos resurrecciones para la iglesia, sino
de una sola para todos los creyentes al final de la gran
tribulación (Ap. 20.5; 1 Ts. 4.17).
33. Los 24 ancianos (representantes de la Iglesia formada
por todos los santos del antiguo y del nuevo testamento)
estarán en el cielo antes que el rollo de siete sellos sea
abierto (Ap. 4:4; 6:1-17).
Rta.: Los 24 ancianos sentados alrededor del trono de
Dios, no son humanos, son seres angelicales. Es una
simbología de los 24 grupos de sacerdotes en 1 Cr. 24.1-
19.
34. Jesús estaba hablando acerca del periodo de la
Tribulación cuando dijo, “Orad en todo tiempo que seáis
tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que
vendrán” (Lc. 21:36). Él no dijo: “Oren en todo tiempo para
que seáis tenidos por dignos de soportar algunas o todas
estas cosas que vendrán”, por lo tanto es claro que los
creyentes verdaderos escaparán de la tribulación y escapa-
rán de todos de los sucesos que ocurrirán en ese terrible
periodo.
Rta.: Ese «para que seáis tenidos por dignos de escapar»
no se refiere a que sean sacados de esta tierra, sino de no
sufrir los rigores de la gran tribulación, como hemos
explicado ampliamente.
35. No hay señales del Rapto, el rapto es sorpresivo
“como ladrón en la noche”, pero si el Rapto ocurre durante
el periodo de la Tribulación, tendría que ser después que el
tratado de siete años sea firmado por el Anticristo, y tal vez
después de varias otras cosas dependiendo de lo que una
persona crea acerca del Mid Tribulación, Post-Tribulación,
22
etc.
Rta.: El arrebatamiento es después de la gran tribula-
ción, el día cuando el Señor regrese a la tierra. Ese rapto
es algo traído de los cabellos, como dicen.
36. Jesús dijo, “Cuando estas cosas comiencen a suce-
der” (Lc. 21:28). Él no dijo, “Después que todas estas cosas
hayan ocurrido vuestra redención se acerca”. El dijo,
“Cuando estas cosas empiecen a suceder, está cercano”.
Para terminar solo diremos que las evidencias bíblicas son
abrumadoras a favor de que la iglesia no entrará, ni pasará
por la gran tribulación. Los argumentos bíblicos son contun-
dentes y evidentes, solo un ciego o un hereje no podría
aceptarlas, además en nuestro movimiento pentecostal
jamás se ha escuchado una profecía, vaticinio o revelación
de algún creyente, usado por el Espíritu Santo, que diga,
advierta o preparare a la iglesia para enfrentar la gran
tribulación, sino muy por el contrario, siempre Dios por
medio de su Espíritu, amonesta a la iglesia y a los creyen-
tes, a prepararse para ser llevados al cielo antes de la ira
venidera, Amén, que así sea.
Rta.: La gra tribulación no es la manifestación de la ira
de Dios. Dios no derrama su ira sobre sus hijos. Cuando
estas cosas comiencen a suceder, significa que el Señor en
su misericordia quiere que todos sus hijos no se descuiden
y estén atentos a que los acontecimientos del fin están a
las puertas.
“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros
corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de
los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros
aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que
habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo
tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de
todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante
del Hijo del Hombre” Lc. 21:34-36.

Pueden comunicarse, si lo desean, a nuestro email:

cristiasidia@gmail.com

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