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LOS PRINCIPIOS SUPREMOS APLICADOS AL DERECHO

PRINCIPIO

Punto de donde parte, nace o surge una cosa. Es una ley o regla que se

cumple o debe seguirse con cierto propósito, como consecuencia necesaria de

algo o con el fin de lograr un propósito.

1. PRINCIPIO DE IDENTIDAD

Cada concepto que nosotros conocemos requiere una definición para precisar

su significado. Esta última equivale a la identificación del concepto ya

conocido, y el juicio en el cual se formula es una expresión del principio de

identidad, desde luego que establece una equivalencia entre el concepto a

definir y los atributos que le atribuye el predicado.

También es posible afirmar que, en última instancia todo objeto de

conocimiento es igual así mismo, con lo cual establece una tautología

identificadora aparentemente inútil pero en realidad operatoria para los fines de

cualquier razonamiento lógico.

Así el principio de identidad puede formularse indicando que el juicio que afirma

la identidad de un objeto consigo mismo es necesariamente verdadero. A = A,

o puesto en términos concretos, las tautologías: el Derecho es igual al

Derecho, o las normas jurídicas son iguales a las normas jurídicas. Son juicios

necesariamente verdaderos. El juicio de equivalencia, o definitorio, si bien

implica también una aplicación del principio de identidad, será verdadero solo

en la medida de los atributos predicando del sujeto le convenga efectivamente,

y referido a un tiempo preciso.

Aplicando al campo del derecho este principio puede anunciarse indicando que

todo sujeto del conocimiento jurídico idéntico así mismo, lo cual a nivel
abstracto enunciarse a su vez señalando que la norma que permite lo que no

está jurídicamente permitido es necesariamente valida.

Es claro que la aplicación de este principio al campo jurídico tiene una utilidad

bastante limitada, ya que ningún proceso o concepto (u objeto jurídico, una

norma) puede ser considerado como absolutamente constante en medio de la

mutabilidad de los demás. De ahí que sea necesario aclara que si bien en

lógica formal se utiliza este principio, es únicamente en función de las

necesidades prácticas del razonamiento y la argumentación, pero su naturaleza

abstracta lo hace valedero únicamente para el momento y las condiciones en

que dicho razonamiento o argumentaciones estén empleados. Así, identidad

dialéctica complementa la identidad formal abstracta, ya que es concreta y no

excluye el cambio ni la diferencia, ni tampoco el conflicto continuo que existe

internamente entre los elementos opuestos que constituyen todo proceso u

objeto concreto. Por lo tanto, toda auto identificación concreta de un objeto

consigo mismo es siempre limitada, relativa y transitoria, porque representa al

objeto en el trance de existir en una forma y estar llegando a existir en forma

diversa.

Una cita de Eli de Gortari puede ilustrar mejor nuestro punto de vista:

“contradiciendo la identidad rígida la ciencia ha llegado a determinar que

todo proceso del universo se encuentra en constante transformación y

que, por lo tanto, constituye un conflicto entre lo que haya sido y lo que

llegará a ser. Toda manifestación corresponde entonces a una

unificación transitoria entre opuestos; y en primer término a la de la

identidad ya lograda con la diversidad en que se está convirtiendo. En

rigor, la identidad corresponde a lo inmediato de la reflexión y, por esto,

a la manifestación aislada de un proceso, que se considera

abstractamente y de manera transitoria como una manifestación única.

Entonces, el mantenimiento de la identidad, en tanto que se considera al


proceso en un solo nivel de conocimiento y en cuanto se le toma

relativamente como estable, es empleado por el conocimiento científico

para evitar confusiones en la deducción entre las diversas

manifestaciones de un proceso (u objeto de conocimiento)”.

En consecuencia de lo anterior, en el campo jurídico afirmar que una forma que

permite lo que no está prohibido es una norma necesariamente válida, es algo

correcto si hacemos abstracción del movimiento y consideramos esa

determinada norma en un tiempo y espacio precisos, ya que en una fecha

ulterior la situación puede modificarse radicalmente por derogatoria de la norma

cuya identificación realizamos.

El principio de identidad se relaciona con el mundo y la realidad concreta, pero

tiene aplicación en la lógica. Se dice que es un principio ontológico porque

señala que todo cuanto existe es único y diferente a lo demás. Las cosas

tienen algo que los identifica y que permite reconocerlas en nuestro propio

pensamiento.

Esta idea se expresa con la fórmula A=A. indica que un concepto solo es

idéntico a sí mismo. Esto significa que solo puede ser ella misma y no otra: dos

gotas de agua serán muy parecidas, pero son diferentes. Cada una posee su

propia identidad (características que la hacen distinta). Lefebvre señala que

este principio supremo resulta ser un artificio lógico, pues es cierto solo en

abstracto. Lo que existe y lo que la experiencia indica es que A=B. es decir,

siempre que pensemos en una realidad (A=perro), le atribuimos una

característica o cualidad (B=mamífero). No existe la idea (concepto) “perro” en

abstracto, sin cualidades. Por ello, la mente no piensa “A=A” (Perro es perro),

sino piensa “A=B” (Perro es mamífero.

Sin embargo, el principio A=A, el más abstracto de todos, es la base de todo

desarrollo lógico. El pensamiento, de alguna manera, “congela” la realidad para

conocer su esencia. Esta es la que se expresa en este principio de identidad:


toda realidad solo puede ser idéntica a sí misma en el momento en que se le

piensa.

Todo lo que existe aunque es constante cambio, tiene algo que lo identifica y a

la vez lo diferencia de los demás. Ese algo es su esencia. Además, existe

identidad total de una realidad consigo misma y, por lo tanto, existe la

necesaria diferenciación con cualquier otra realidad.

La fórmula A=A indica que dos conceptos pueden ser idénticos cuando sus

características lo son: un ser humano es un animal racional. Ambas cosas son

idénticas puesto que todo el conjunto de los animales racionales está

constituido por todo el conjunto de los seres humanos. A la vez, todo el

conjunto de los seres humanos está constituido por todo el conjunto de

animales racionales. Ambos son “idénticos”. Tenemos dos conceptos que,

aunque expresados de forma diferente, nos remiten a una misma identidad.

2. EL PRINCIPIO DE NO CONTRADICCIÓN

A este principio también se le puede aplicar las observaciones que

formularemos para explicar el principio de identidad, que aplicaremos más

adelante, sin embargo para los fines de tipo didáctico de esté aparato

señalaremos que este principio está referido al contenido concreto de dos

juicios ya que en supuesto de contradicción la lógica indica que no pueden

ambos ser verdaderos. En otras palabras, si el juicio A en un sistema de

juicios que forman el razonamiento es verdadero, no podrá ser verdadero en

este sistema de juicios, un juicio que contradiga al juicio A… no puede ser

verdadero el juicio A y el juicio que lo contradice (10) (A no es no A).

Aplicando el campo del derecho este principio puede reformularse así en el

nivel ontológico: ninguna conducta puede hallarse, al mismo tiempo,


jurídicamente prohibida y jurídicamente permitida” y en nivel lógico (abstracto:

dos normas de derecho no pueden ser ambas válidas”.

Los lectores habrán notado la utilización del concepto de validez en

substitución del concepto de verdad. Esto es así porque si bien las dos

proposiciones refiéranse a juicios, los juicios jurídicos se diferencias de los

juicios lógico-formales en que los primeros son normativos ( prescribe una

conducta) mientras que los últimos son enunciativos (describen o atribuyen,

declaran, etc.) por consiguiente, validez y carencia de valide son las normas lo

que las nociones de verdad y falsedad son a los juicios existenciales

(ontológicos, que en dicho plano se enuncian con la formula “ s no puede ser,

al mismo tiempo, P y no P”).

Así pues los preceptos jurídicos se contradicen cuando en iguales

circunstancias uno prohíbe y el otro permite a un sujeto la misma conducta lo

cual es un derivado de principios ontológico que ya señalamos en el sentido de

un acto no puede encontrarse, a la vez jurídicamente permitido y jurídicamente

prohibido.

Una vez establecido en que consiste el principio general de contradicción,

indiquemos brevemente algunos criterios para designar los casos en que hay

contradicciones y criterios que se refieren a los ámbitos personal, especial,

temporal y material de validez de las normas.

En efecto las normas poseen un ámbito personal de validez, integrado por

aquellos sujetos a quienes estas se dirigen, un ámbito espacial determinado

por el lugar en que estas se aplican (el territorio de un Estado, de una

provincia o departamento, etc.), un ámbito temporal, que se refiere al tiempo de

vigencia de las normas y finalmente un ámbito material que concierne a la

conducta que prescribe, prohíbe o permite la norma. Tales ámbitos pueden

identificarse recurriendo a las preguntas: “¿a quienes dirigen la norma?, ¿a

quienes se dirige el precepto?”.


“¿cuándo se inicia y cuando termina su fuerza obligatoria? Y finalmente ¿que

ordena lanorma?, ¿que prohíbe?, con lo cual el principio de no contradicción

jurídica puede concretamente enunciarse así:

“Dos norma jurídicas son contradictorias cuando una prohíbe y la otra permite,

a los mismos sujetos (ámbito persona) una misma conducta (ámbito material)

en condiciones iguales a tiempo (ámbito temporal) y de espacio (ámbito

espacial).

O bien para los casos especiales en que hay falta de concordancia material

aparente:

“Si una norma prohíbe y la otra ordena a un sujeto el mismo acto, es iguales

condiciones de espacio y tiempo, esas normas que oponen

contradictoriamente, porque la segunda permite en forma tácita lo que la

primera no expuso.

A si pues,hay que tener presente que cuando la conciencia de los ámbitos de

validez no es completa los preceptos no son contradictorios, por ejemplo, si

dos normas poseen ámbitos comunes de validez material, espacial y

temporal, pero una prohíbe y la otra permite a personas distintas la misma

conducta, no puede decirse que se opongan contradictoriamente , la ley que

prohíbe a los extranjeros lo que permite a los nacionales no se opone

contradictoriamente a esta, por cuanto el ámbito personal determina a un sitio

o lugar y se prohíbe en otro , tampoco hay contradicción, dado que no

coinciden los ámbitos especiales de validez, así este sería el caso de una

norma que prohibiese la tala de árboles en los departamentos de Guatemala y

Chimaltenango, pero no indicase nada con respecto a él Peten, con lo cual

implícitamente se permite el corte en este departamento. Cosa parecida puede

decirse respecto a normas que implican distintos ámbitos temporales de

validez, como sucedería en el supuesto de suspensión de garantías

constitucionales con toque de queda, caso en el cual se suspende (durante el


lapso de treinta días normalmente) el derecho de libre locomoción a partir

de ciertas horas, y lo mismo en lo concerniente a las libertades de reunión,

manifestación, emisión del pensamiento, etc.

En cambio en el supuesto hipotético de la existencia de una norma sustantiva

de derecho civil que permitiese una conducta determinada) la prescripción de

una hipoteca a partir de diez años de registrada) y una norma individualizada

( sentencia) que denegase el derecho a la cancelación de dicha hipoteca, si

existiera una contradicción, desde luego que una de ellas permite lo que la

otra prohíbe . El tratamiento de estos problemas de manera específica y los

criterios legales y doctrinarios para resolverlos se estudiaran más adelante

razón por la cual prescindiremos exponerlo en esta sección.

3. EL PRINCIPIO DE TERCERO EXCLUIDO

Como el principio de contradicción el de tercero excluido se refiere a dos juicios

opuestos contradictoriamente. Pero mientras aquel, en su forma general afirma

que tales juicios no pueden ser verdaderos ambos, el de tercero excluido

establece que cuando dos juicios se contradicen no pueden ser ambos falsos.

O sea que necesariamente uno de los dos es verdadero.

En el campo jurídico dicho principio se aplica estableciendo que de dos normas

contradictorias, una necesariamente tiene que ser válida, en el nivel lógico, y

que la conducta jurídicamente regulada sólo puede hallarse prohibida o

permitida en el nivel ontológico. O sea que el principio de exclusión de tercero

lo que hace es complementar el principio de no-contradicción (ningún objeto

puede ser al mismo tiempo p y no p), ya que si dos normas opuestas

contradictoriamente no pueden ambas carecer de validez esto equivale a

indicar que forzosamente, desde el punto de vista lógico formal, se debe buscar
una solución al problema que significa la existencia de la dicha contradicción

(todo objeto tiene necesariamente que ser P o NO P)

Como los casos de conflictos de oposición contradictoria se examinarán más

adelante (como ya quedo indicado), tanto en su modalidad intrasistemática

como extra sistemática, por de pronto nos concretamos a enunciar únicamente

la naturaleza de estos principios.

Sin embargo, y a manera de nota aclaratoria por relación a los puntos de la

lógica dialéctica que se exponen también en este trabajo, es necesario aclarar

que la función esencial, tanto del principio de no contradicción como del

principio del tercero excluido es de carácter formal ya que contribuye a evitar

confusiones entre el proceso de curso de investigación y los otros procesos

existentes, siendo su principal función la de “poner de relieve la compatibilidad

o incompatibilidad entre los juicios, lo mismo que entre los conceptos que

figuran en un juicio. En esas condiciones el criterio es bien simple: los juicios

contradictorios y los conceptos opuestos son formalmente incompatibles”, pero

ello no significa que estos principios constituya “… en modo alguno, un criterios

para decidir en definitiva acerca de la validez de un juicio. Ni tampoco sobre

cuál de los juicios que constituyen una pareja de opuestos contradictorios es

verdadero y cuál es falso. En rigor, el único criterio necesario y suficiente para

decidir sobre la validez de un conocimiento consiste en su correspondencia con

los procesos existentes, la cual se comprueba indefectiblemente por medio de

práctica (o) del experimento”.

4. PRINCIPIO DE RAZON SUFICIENTE

Este principio está intimaste ligado con el problema de la demostración y se

formula indicando que todo tiene una razón suficiente, o bien, de manera más

correcta, que todo juicio tiene una razón o causa que lo determine, para ser
verdadero, o lo que este principio nos indica es que todas nuestras

afirmaciones deben demostrarse cuando razonamos a nivel científico. Por

demostración entendemos aquí el enlace entre los conocimientos recién

adquiridos y el conjunto de los conocimientos anteriores, constituyendo dicho

enlace una secuencia finita de proposiciones, en la cual cada proposición un

postulado o una conclusión que se ha obtenido de las proposiciones

precedentes, todo lo cual constituye un sistema.

El razonamiento demostrativo se apoya en primicia cuya validez se encuentra

admitida, o bien, en última instancia, sobre los fundamentos de una ciencia que

se utilizan como postulados o bien como “conjunto de hipótesis que son

aceptadas como válidas para cada nuevo caso concreto”, en virtud de que han

quedado comprobadas experimentalmente en todos los casos anteriores. De

esta manera la demostración es el razonamiento o la serie de razonamiento

que prueba la validez de un conocimiento, al poner rigurosamente de

manifiesto que se infiere como conclusión necesaria de los postulados, ya sea

de modo directo o indirecto.

En el campo del derecho el principio de razón suficiente establece que toda

norma jurídica, para ser válida, ha menester de un fundamento suficiente,

puesto que todo objeto del conocimiento jurídico posee una razón suficiente.

Así en el caso de las normas jurídicas de derecho estatal se demuestra su

“razón suficiente” de manera directa, recurriendo a las normas de jerarquía

superior o bien al conjunto o sistema legal que ha fundamentado la

promulgación de tales normas, es decir, que el fundamento suficiente de la

validez de una norma es el resultado de realidad por el derecho positivo. Ahora

bien, dado que en términos generales podemos afirmar que el fundamento de

validez de los preceptos estatales es el de haber sido promulgados de acuerdo

con lo establecido en la norma fundamental.


Es también claro que esta norma fundamental que tiene a su vez un

fundamento, en el caso del derecho será económica, social y material, esto es

la adecuación de la conducta de los individuos a las prescripciones normativa.

Esto último significa que, como afirman Romero y Pucciarelli, “el principio lógico

de razón suficiente no es por completo un principio lógico: se refiere demasiado

concretamente a la verdad del juicio para que lo sea, y el problema de la

verdad es gnoseológico y no lógico. Nótese cómo difiere de otros tres

principios, constituyen algo sobre la verdad de juicio, pero constantemente,

según sus relaciones puramente lógicas: nunca aluden a los objetos a los que

los juicios se refieren. En el principio de razón suficiente entra en juego la

correspondencia entre el juicio y la situación a que el juicio se refiere. Estas

aseveraciones llevaron a García Máynez a expresarse en los siguientes

términos respecto a este problema;

La validez, en sentido jurídico-positivo, no siempre queda establecida con la

simple comprobación de que el precepto que se tiene a la vista deriva de

alguna de las fuentes formales (legislación, costumbre, jurisprudencia) ya que a

vencer se exige que no se oponga contradictoriamente a otras normas de

rango superior, o a la fundamental del ordenamiento. Ninguno de los dos

requisitos esta sin embargo referido a la justicia o a la fundamental del

ordenamiento. Ninguno de los dos requisitos está sin embargo, referido a la

justicia o a la bondad intrínseca de la norma, puesto que el primer dilema del

cumplimiento de las condiciones constitutivas de su proceso de creación y el

segundo consiste en la compatibilidad de su contenido con el de otra regla de

mayor rango. Pero en ambas hipótesis, la última razón de validez del precepto

reside en la norma básica.

Sin embargo, el mismo García Máynez reconoce que en ocasiones pueden

presentarse conflictos intersistemáticos (entre dos sistemas normativos) en

cuyo caso se trata más bien de establecer que norma posee mayor validez. Lo
cual únicamente puede hacerse en función de criterios valorativos y pautas

axiológicas, como sería en aquellos casos en los cuales una norma de derecho

se opone a otra de carácter moral o es contraria a los principios de la justicia.

Los conflictos entre disposiciones contradictorias cuyo fundamento ultimo de

validez es distinto, sólo pueden resolverse de manera satisfactoria si se conoce

la jerarquía de los valores fundantes.

Esta ley fue dirigida inicialmente en contra del pensamiento mágico o religioso.

Por ejemplo; cuando cae un rayo, muchas personas creen que es in castigo de

dios. Sin embargo, es un pensamiento científico y lógicamente errado. Todo

cuanto ocurre tiene una causa razón suficiente, sin un rayo cae es a causa de

choques eléctricos entre dos corrientes de agua y aire, en las nubes. Puede

que el ser humano desconozca aún muchas causas o explicaciones. Sin

embargo, esto no indica que los fenómenos aún inexplicables no posan una

razón o causa suficiente.

Este principio también indica que un pensamiento podrá ser considerado

verdadero si existen suficientes razones para ello. Es decir para nuestro

pensamiento solo son verdaderos los conocimientos que podamos probar

suficientemente. Y esto será posible si se apoyan en conocimientos anteriores

reconocidos de antemano como verdaderos; deben basarse en razones

previamente aceptadas como ciertas. Por ejemplo, yo tengo razones

suficientes para asegurar que algún día moriré, puesto que la razón indica que

todo ser viviente tarde o temprano muere.

Este es otro ejemplo aplicando al derecho; si el Ministerio Público tiene pruebas

de que el acusado secuestro a la víctima y tiene indicios de que también la

mató, pero no tiene pruebas contundentes, no podrá formalizar una acusación

de homicidio; deberá hacerlo solo por secuestro. Es decir, solo aquello de lo

cual tanga suficientes razones. De lo contrario corre el riesgo de perder el

juicio.
Este principio establece que todo juicio jurídico, para ser válido, requiere un

fundamento suficiente.

Las reflexiones manifestadas en la lógica clásica sobre el principio lógico de

razón suficiente, indicadas por Francisco Romero y Eugenio Pucciarelli, citados

por el Luis Alberto Padilla, tienen implicaciones en el principio lógico-jurídico de

razón suficiente, porque como dice Eduardo García Máynez, los principios

lógico-jurídico de identidad, no contradicción y tercero excluido refieren algo

sobre la validez del juicio jurídico pero por sus relaciones estrictamente lógicas

(el carácter o la regulación jurídica de la conducta, no la conducta jurídicamente

regulada), en cambio, el principio lógico-jurídico de razón suficiente, no es por

completo de naturaleza lógica, porque se refiere concretamente a la validez de

los juicio jurídicos derivado de algo extrínseco o ajeno a dichos elementos del

pensamiento que condiciona su fuerza obligatoria, y éste problema es jurídico y

no lógico. Y ciertamente, el fundamento suficiente de los juicios jurídicos se ha

determinado desde lossiguientes puntos de vista:

a) el formal, el cual estudia la validez de un juicio jurídico con fundamento al

proceso de su creación- y

b) el material, el cual determina la validez de los juicios jurídicos si su

contenido no se opone al comprendido en los de máxima categoría en la

jerarquía del ordenamiento jurídico: los expresados en la ley fundamental.

Como se puede apreciar, tanto el fundamento formal como el material, no son

suficientes independientemente, y son de índole extra-lógico.

El principio de razón suficiente (RS) que a todo le exige razón y dice que la

realidad es un sistema de partes relacionadas de manera tal que de cualquiera

de sus partes se puede pasar a cualquier otro mediante las relaciones que las

ligan; dicho de otra manera, la realidad es un sistema debidamente

relacionado, concatenado y solidario de partes, es decir, la realidad es un

universo. Y como tal el Principio de Razón Suficiente es el más grande y


potente de todo cuanto es posible de existir y por tanto incluye a los tres

principios anteriores y a todos los demás principios descubiertos y formulados

hasta ahora.

Sobre esta relación de principios, Mariano Iberico nos anticipó la aplicación

de los cuatro principios de la lógica jurídica en forma relacionada y

coherente al Derecho al manifestar que en el pensamiento jurídico y en la

práctica del derecho el Principio de Razón Suficiente funciona principalmente

como una exigencia de fundamentación conceptual y lógica. Por ejemplo:

cuando un juez declara fundada una demanda es, precisamente, porque

considera que la pretensión del actor o el demandante se funda en la ley o en

los “Principios generales del Derecho” o en la doctrina o jurisprudencia que el

caso sub Litis está comprendido en el concepto general de una

determinada institución jurídica o que en la pretensión del actor se cumplan

los supuestos que la ley establece como condiciones básicas para que se

realicen tales o cuales consecuencias jurídicas, las mismas que constituyen

el objeto de la pretensión planteada en la demanda.


CUESTIONARIO
1. ¿En qué consiste el principio de identidad?
Consiste en que las cosas tienen algo que los identifican y que permite
reconocerlas en nuestro propio pensamiento.
2. ¿Por qué se dice que el principio de identidad es un principio
ontológico?
Porque señala que todo cuanto existe es único y diferente a los demás.
3. ¿Cuál es el pensamiento que se expresa en el principio de
identidad?
Expresa que toda realidad solo puede ser idéntica a sí misma en el
momento en que se le piensa.
4. ¿A qué se refiere el principio de no contradicción?
Se refiere al contenido concreto de dos juicios ya que en supuestos de
contradicción la lógica indica que no pueden ser ambos verdaderos.
5. ¿De qué manera se enuncia el principio de no contradicción
jurídica?
Dos normas jurídicas son contradictorias cuando una prohíbe y la otra
permite, a los mismos sujetos una misma conducta en condiciones iguales a
tiempo y de espacio.
6. ¿De qué manera puede reformularse el principio de no
contradicción a nivel ontológico y a nivel lógico, aplicado al campo
del derecho?
Nivel ontológico: ninguna conducta puede hallarse, al mismo tiempo,
jurídicamente prohibida y jurídicamente permitida.
Nivel lógico: dos normas de derecho no pueden ser ambas válidas.
7. ¿Qué establece el principio de tercero excluido?
Establece que cuando dos juicios se contradicen no pueden ser ambos
falsos. O sea que necesariamente uno de los dos el verdadera.
8. ¿Por qué el principio de no contradicción es de carácter formal?
Porque contribuye a evitar confusiones entre el proceso en curso de
investigación y los otros procesos existentes.
9. ¿Cuál es la principal función del principio de tercero excluido?
Poner en relieve la compatibilidad o incompatibilidad entre los juicios, lo
mismo que entre los conceptos que figuran en el juicio.
10. ¿Cómo se formula el principio de razón suficiente?
Se formula indicando que todo tiene una razón suficiente, en que todo juicio
tiene una razón o causa que lo determine para ser verdadero.
11. ¿Qué establece el principio de razón suficiente en el campo del
derecho?
Establece que toda norma jurídica, para ser válida, debe tener un
fundamento suficiente, puesto que todo objeto del conocimiento jurídico
posee una razón suficiente.
12. ¿Qué indica el principio de razón suficiente en cuanto a un
pensamiento?
Indica que un pensamiento podrá ser considerado verdadero si existen
razones para ello.

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