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De la civilización maya tenemos las estelas que fueron partes de una de las ciudades más

importantes para la época, el templo Rosalila es una obra de arte de colores sin igual que es
mundialmente conocido, actualmente se han hallado cerámica que data de 3.200 años antes de
Cristo.

Los mayas fueron notables escultores. Con materiales como la piedra y el estuco, este arte tomó
tres formas: la primera, los trabajos de relieve, bajorrelieve, e incluso tridimensionales, que
formaron parte de la ornamentación arquitectónica. Segunda: las esculturas de estuco o piedra
adosadas a fachadas y pilares o empleadas como columnas, así como los complejos diseños de los
dinteles esculpidos en madera propios del periodo Clásico, los cuales honran también a los
mandatarios mayas y la tercera la escultura de bulto, sin relación directa con la arquitectura, fue
realizada sobre todo en estuco y cerámica. Destacan, en este grupo, los grandes incensarios y
urnas y, por su alta calidad artística, las figurillas funerarias de Jaina, que representaban a hombres
de diferente posición social.

Arte de Honduras en el Periodo colonial

También podríamos describir un tipo de arte colonial influenciada por los españoles la cual es
refleja hoy en día en las iglesias católicas a lo largo del país y en algunas edificaciones de en
aquella época fueron de gran importancia para la iglesia y conquista española.

En el plano de las artes visuales y específicamente en lo que se refiere a la pintura el núcleo de


Comayagua desarrollo una política que se ha definido como compra de bienes culturales, puesto
que muchas de las obras denotan que fueron importadas, esto se explica por el hecho de que gran
parte de esta producción artística fue donada por particulares; algunas obras son magníficas
copias y otras, invenciones afortunadas de los pintores locales.

Un fenómeno significativo de la producción plástica nacional es la gran cantidad de pintura


anónima de pintura anónima en manos de familia que la utilizaban con finalidad didáctica, para
explicar a otros sus ideas religiosas, o con el fin de expresar sus propias versiones místicas.

La pintura de evangelización fue lo central del periodo y correspondiente a finales del siglo XVI.
XVII y aun XVII, desarrollada en las zonas apartadas y muy pobres. Su planteamiento principal es la
comunicación de un mensaje bíblico, un ejemplo de esta pintura es el Lienzo de la Santísima
Trinidad, guardado en el museo de arte Religioso de Comayagua, en él se aprecia la identidad de
las tres divinas personas en blanco, rojo y azul.

Para esta época vale destacar al pintor José Miguel Gomes ya que fue el más destaco en cuanto a
pintura se refiere, pero también se pude mencionar a Blas de Mefa, Zepeda pintor de él San
Miguel de Arcángel en la iglesia de San Francisco, en Comayagua destacan los pintores Antonio
Pérez y Antonio Álvarez.
La escultura al igual que la pintura tiene una orientación profundamente religiosa, en el último
cuarto del siglo XVIII llega a Tegucigalpa uno de los más grandes escultores ensambladores
guatemaltecos a trabajar en la construcción de aparroquia de San Miguel Arcángel de Tegucigalpa,
se trata de Vicente Gálvez.

En Gracias Lempira es importante destacar las dos grandes esculturas que se encuentran en los
nichos lobulados de la iglesia de La Merced, a su vez existen muchas imágenes donde se destaca la
Virgen de la Merced, acompañadas por otros santos. La tradición escultórica colonial es diversa
como la pintura, pero se conserva mejor por los materiales, siendo en su mayoría yeso y madera.

Arte de Honduras en el Siglo XIX y la actualidad

Después de proclamarse la independencia de Centro América, en 1821, la plástica hondureña


desplazo progresivamente su interés del tema religioso a la naturaleza, los retratos de la nueva
clase dirigente y los bodegones, dicha tendencia novedosa fue protagonizada en general por
artistas foráneos.

A partir de las dos primeras décadas del siglo XIX destaca la figura de Toribio Torres, quien además
de pintar algunas obras de temas bíblicos, realiza los retratos de varios obispos de Comayagua, es
autor de un cuadro de gran factura titulado Las tres Divinas Personas, hoy día en manos de
particulares.

De acuerdo a investigaciones, en la primera década del siglo XX hay una especie de vacío con
respecto a la pintura hondureña, en esa época no es encuentran nombres representativos, aunque
se realizaron algunas obras de cierto valor artístico, recién en la década del 1910 comienza a
perfilarse un grupo de pintores de singular importancia entres los que se encuentra, Pablo Zelaya
Sierra, Confucio Montes de Oca.

Entre los precursores de esos gigantes de la plástica se encuentra Miguel Ángel Ruiz Matute,
Virgilio Guardiola, Dino Fanconi, Celsa Flores, Roque Zelaya, Benigno Gómez, Armando Lara.

Pablo Zelaya Sierra, uno de los fundadores de la pintura moderna centroamericana, egresado de la
Real Academia de San Fernando de Madrid. Su obra más recordada es “Hermanos contra
Hermanos”, finalizada unos días antes de que muriera en el año 1932.

La cosecha de los 90’s nos trae e Adonay Navarro, Darío Rivera, Iván Fiallos, Jacob Gradiz, Miguel
Romero, Melvin Alvarado y Marco Cueva son considerados los más sólidos de esa generación.

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