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Policía Boliviana Su Historia.

Ensayo tentativo.

Jhosmane Jesus Rojas Padilla1

Nuestra Señora de La Paz/Chuquiago Marka

Noviembre de 2019

1
Docente, Investigador y Archivista. Licenciado en Historia – UMSA y Magister en Calidad de la Educación
Superior – UPEA - Candidato a Magister en Historia de Bolivia y Latinoamérica por la UMSA y tesista del
Doctorado en Ciencias de la Educación e Investigación por la UPEA.
INDICE

Estudio Introductorio.
Introducción.

1.- La Policía durante el siglo XIX.


1.1.- La coyuntura de la Guerra del Pacifico y la Policía.
1.2.- La coyuntura de la Revolución Separatista del Norte o la Guerra del Acre y la
Participación Policial.
2.- La Policía durante el siglo XX. Antes de la Guerra del Chaco.
2.1.- La coyuntura de la Guerra del Chaco.
2.1.1.- El RI 16 de Infantería.
2.1.2.- El RI 50 de Infantería “Murguía”.
2.1.3.- Otros Datos.
3.- La Policía en el siglo XX. Después de la Guerra del Chaco.
3.1.- La coyuntura de los sucesos del 19 de mayo de 1950 y la muerte del Capitán Javier
Zeballos Paredes.
3.2.- La coyuntura de la Participación de Carabineros y Policías durante los sucesos de la
Revolución Nacional de abril de 1952.
4.- La Policía en el siglo XX. Durante el doble sexenio del MNR.
4.1.- La coyuntura de la desaparición del Cuerpo de Carabineros: 5 de enero de 1965.
5.- La Policía en el siglo XX. Segunda Mitad de Siglo.
6.- La Policía en el siglo XXI.

Conclusiones
Anexos
Bibliografía.

2
Estudio introductorio

Cnl. MS.c. José Pavel Álvarez Salvatierra

A los 193 años de celebración de la Policía hoy Boliviana, debemos resaltar que es una de las
primeras instituciones de Bolivia, incluso más antigua que la primera Constitución del Estado,
cumpliendo desde su nacimiento las tareas de seguridad, evidentemente con carácter y jerarquía
departamental. Teniendo bajo tarea “….de ser responsables del buen orden interior de las ciudades”
así mismo “perseguirán y prenderán a los inquietos, ladrones escandalosos que pervierten las
costumbres y turban el orden”, mandatos inquebrantables, enunciados en el Reglamento de Policía
de 1826, con rubrica del Mariscal Antonio José de Sucre. Que al presente mantiene latente el espíritu
con el cual nació a la vida independiente nuestra amada Bolivia.

El presente ensayo del historiador Jhosmane Jesus Rojas Padilla capta documentos, hechos y
situaciones vividas en la historia policial y que merecen necesariamente una complementación para
profundizar algunos vacíos históricos evidentes, que deben generar inquietud en la comunidad
académica tanto de historiadores profesionales y aficionados, como de nuestros camaradas del
Verde Olivo.

Mención aparte, debe recibir la iniciativa del Licenciado Rojas Padilla, quien a recopilado mucha
información respecto a sucesos históricos en los cuales la institución policial fue actor principal de los
mismos, este aspecto debe contribuir colateralmente con el posicionamiento colectivo en el mismo
quehacer de la historia boliviana, al cual pertenece inseparablemente la Policía y la ciudadanía.

En cuanto a los capítulos del ensayo, se debe mencionar que existen varios aspectos que deben
puntualizarse en cuanto a su tratamiento historiográfico, que en las siguientes líneas, me permito
contribuir y complementar, de manera general, en la línea histórica y documental que pretende
absolver dudas e incentivar al lector a que puedan ser complementadas, ya que como se verá a
continuación, existen aspectos que no fueron investigados a profundidad, dejando en el olvido
pasajes y hechos, en los cuales nuestros antecesores policías participaron activamente y apegados al
cumplimiento del deber, pero que transitan al olvido colectivo, tanto de la ciudadanía y de nuestros
camaradas.

Un tema que merece atención es lo concerniente al Reglamento de Policía de 1826, mismo que a
partir de mi pericia investigativa en el Archivo y Biblioteca Nacional de Bolivia – ABNB, con sede en la
ciudad de Sucre, me permitió constatar – y posteriormente socializar – que el documento manuscrito
del “CONGRESO JENERAL CONSTITUYENTE DE LA REPUBLICA DE BOLIVIA” constituye el acta
de nacimiento de la Policía Boliviana, rubricado por puño y letra del Mariscal de Ayacucho y
promulgado en su presidencia.
3
De la misma manera se colecto documentos que permiten reforzar la idea que la recientemente
creada policía, tenía carácter departamental, por cuanto varias misivas encontradas en el ABNB,
poseen membretes DEPARTAMENTALES de las Intendencias de Policía de: Chuquisaca, Potosí, La
Paz, Cochabamba y Santa Cruz2, departamentos que fueron los primeros en crearse el 23 de enero
en 1826 y meses después, el departamento de Oruro, el 5 de septiembre del mismo año.

Debemos igualmente tomar atención a la Orden del 31 de mayo de 1827, que impone “que en las
capitales de departamento, se establezca un piquete de policía: individuos de que hade constar: se
detalla su uniforme, vestuario de cuartel, armamento “…el uniforme de esta tropa será casaca verde
regularmente larga… una chapa del mismo color (blanca) con la inscripción Policía Nº…” “…será su
armamento: sable con tirantes de cuero, y tercerola… – Dios guarde a U.S. – Facundo Infante…”;
orden que tiene directa relación con la función de policía ejercida en el departamento de Litoral y con
los denominados “policías de sable”3, por cuanto en la coyuntura de la Guerra del Pacifico, y en los
sucesos de la ocupación del puerto de Tocopilla, por la armada chilena, relacionada con la misiva de
respuesta a la intimidación del Comandante Williams Revolledo, el Subprefecto M. Abastos
respondería: “Tocopilla, marzo 22 1879. Cabe decir a Ud. en contestación que no he tenido más
fuerza armada que cuatro policías de sable, que no puedo poner resistencia alguna a la
determinación consignada en la nota que contesto”4.

Paralelamente recordar a la hija del Comisario de Policía, Don Clemente Ríos, Genoveva Ríos “quien
aprovechando el desorden reinante en ese momento de manera heroica salvo la bandera que se
hallaba izada en la Intendencia de Policía”5. Sin duda estos acontecimientos también descritos por el
autor del presente ensayo, merecen su ampliación y complementación, debido a que este suceso es
poco tomado en cuenta por nuestra historia boliviana, otro documento importante de análisis es el
reflejado por el chileno Ahumada quien recopila varios escritos entre los cuales se evidencia el haber
tenido en el frente de combate a policías de la: “…mal armada guarnición de 40 celadores de la
policía de Antofagasta”6.

En cuanto a la temática del periodo comprendido entre el final de la Guerra del Pacifico y la creación
de la Escuelas Nacional de Policías, en 1937, es necesario profundizar dicho periodo, por cuanto los
2
En cuanto la revisión de membretes departamentales de policía, debo aclarar que lastimosamente no pude
recolectar, membrete policial del departamento de Santa Cruz, por tanto a los nobles cruceños se les
encomienda darle continuidad a esta tarea, como un reto.
3
Dos sables que presumiblemente pertenecieron a los “Policías de Sable” del Litoral, se encuentran
resguardados por el Museo Policial, pero es tarea pendiente realizar el estudio pericial que permita determinar
con certeza su legitimidad.
4
Pascual Ahumada. 1884. Guerra del Pacifico recopilación completa de todos los documentos oficiales,
correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra. Valparaíso. Páginas 90 – 91.
5
Periódico El Comercio, 14 de febrero de 1879.
6
Pascual Ahumada. 1884. Guerra del Pacifico recopilación completa de todos los documentos oficiales,
correspondientes y demás publicaciones referentes a la guerra. Valparaíso. Páginas 62 - 63.
4
sucesos de final del siglo XIX y principio del siglo XX, son desconocidos y obviamente guardan
sucesos policiales de diferente magnitud, que deben ser conocidos a nivel nacional e internacional.

La década del 30, como un ejemplo digno de resaltar se encuentra el emblema institucional, que
mediante Resolución Suprema del 27 de septiembre de 1930, “… 4.- Se reconoce como emblema, en
el uniforme de oficiales y tropa del cuerpo nacional de carabineros dos fusiles cruzados sobre una
placa del mismo metal, de color amarillo de acuerdo al modelo fabricado en la Intendencia de
Guerra”7. Esta resolución se contrapone con “… Segundo.- El escudo insignia “El Escudo Insignia”
para generales será dorado y para; para jefes y oficiales, color natural del cóndor, debiendo
componerse de las siguientes partes:... c) en la parte inferior dos carabinas cruzadas sobre las que
posa el cóndor que representan “El Orden”.-8. Como se puede apreciar, y si bien fueron treinta años
de diferencia, la memoria colectiva institucional confundió u olvido la Resolución Suprema, en la cual
el emblema institucional son FUSILES CRUZADOS, tal cual se ostenta en algunos salones de los
Comandos Departamentales de Policía en la actualidad.

Realizando un balance de la década del 50, claramente el autor del ensayo, demuestra que la rama
uniformada estaba constituida por carabineros y la rama civil o de investigaciones por policías, esto
denota que el Estado y la misma institución aún se encuentra en búsqueda de una identidad
institucional propia, tal cual la normativa en vigencia tiene asignaciones económicas del IDH para
prevención y auxilio y no así para la investigación de delitos, exceptuando de esta a la FELCV
(Fuerza Especial de Lucha contra la Violencia).

Por todo lo mencionado cabe agradecer el interés y tesón de mi dilecto amigo, el historiador
profesional Jhosmane Jesus Rojas Padilla, quien asumió el reto de investigar y dar a conocer a la
ciudadanía en general, muchos hechos en los cuales los actores principales fueron carabineros y
policías, constituyéndose el presente ensayo en un impulso para profundizar con nuevos aportes la
centenaria institucional policial.

Espero con entusiasmo, que este aporte sea el cimiento de futuras ediciones.

“PROTECTUM POPULI SUPREMA LEX”

7
Resolución Suprema del Ministro de Guerra, del General José Leonardo Lanza.
8
Resolución Ministerial 48 – 60 de 8 de septiembre de 1960.
5
Introducción.

La Historia, en palabras de Marc Bloch, es la Ciencia del Tiempo, tiempo que se va relativizando en
medida que la memoria colectiva e individual de los sujetos de la historia, los humanos, van
avizorando como primordial y como secundario, episodios capaces de mantenerse latentes o ser
eliminados. Esta faceta tiende a establecer visiones sobre la historia, visiones que muchas veces
suelen constituirse en construcciones posteriores al hecho, influenciadas por coyunturas mediáticas.
La Historia de igual manera tiende “a no servir para nada” si es que no llega a cumplir una finalidad o
un objetivo, esta faceta está determinada por el uso que se le dé a la Historia la población.

En esta línea, analizar la evolución histórica de la Policía Boliviana va transitando por la necesidad de
comprender la historia misma de Bolivia, ya que sería incompleta si no está presente la Policía,
institución que tránsito – y transita - de la mano de la temporalidad histórica boliviana. Esta situación
ha llevado que la Policía esté presente en diferentes episodios, de corta, mediana y larga duración,
matizándose entre la conflictividad, la algarabía y la cotidianeidad del devenir histórico, prehispánico,
colonial, nacional y plurinacional.

Es cierto que el abordaje a la Policía - desde las ciencias sociales – ha sido desde una sola visión
generalmente negativa, sin haberse hecho el contraste entre las dos visiones (la positiva y la
negativa). La Historia tiende a revertir esta faceta, de las ciencias sociales, empleando el oficio del
historiador mismo que desde la crítica de fuentes y el análisis y síntesis histórica, permite cumplir su
función, la de explicar la historia, dejando de lado prejuicios ideológicos políticos y de mentalidades,
que transitan bajo lineamientos nada académicos.

En esta oportunidad, el ensayo tentativo Policía Boliviana Su Historia, pretende incorporar esa otra
visión sobre las distintas temporalidades en las cuales ha estado presente la institución del orden,
para poder construir una mirada más amplia y aglutinadores de nuestro tiempo boliviano. La finalidad
no es “maquillar” a la Policía Boliviana, sino abrir un sano debate en cuanto a nuestra manera de
entender las complejidades del tiempo humano, dejando de lado prejuicios ideológicos, religiosos,
institucionales, regionales y hasta nacionales, para construir verdaderamente una “Historia de Bolivia”
que no agrande a unos y menosprecie a otros, o peor, que no monopolice la visión de unos cuantos y
elimine la visión de los otros.

Con esta consigna, pongo en sus manos, un ensayo tentativo (complementándola con publicaciones
de prensa, de mi autoría, entre 2015 y 2019) para tener una visión distinta y de debate, sobre la
Policía Boliviana y Su Historia,

El Autor
JJR. Padilla.
6
1.- La Policía durante el siglo XIX.

La función de Policía tuvo características propias durante el periodo prehispánico y colonial boliviano,
con matices llamativos y hasta propios, los mismos - sobre todo el colonial – configuraron en gran
parte a la Policía de Seguridad que empezó a funcionar sobre la base del andamiaje de Alguaciles
Mayores, Alférez Reales, Dragones de la Reina, Celadores, Vigías y Rondines. Andamiaje que entre
1825 y 1826 entro en entredicho con la nueva manera de definición de la Policía de Seguridad,
sustentada en experiencias y modelos de origen francés, mismo que de manera “oficial” se fue
aplicando – tal es el caso de las Milicias del Orden – a la par de las autoridades e instituciones del
orden colonial que todavía ejercían función (el caso emblemático de la Audiencia, que funciono hasta
1827, como Tribunal Judicial).

El Reglamento de Policía del 24 de junio de 1826, busco uniformar los servicios policiales a nivel
departamental, estableciendo la autoridad del Intendente de Policía como máxima autoridad –
después del Prefecto – y creando una jerarquía policial, misma que fue transitando por significativas
modificaciones – más de forma que de fondo – lo que llevo a tener después del Intendente, un
Comisario de Policía (a nivel provincial, seccional, cantonal y villorrio) y una tropa de policía, con
diferentes definiciones a lo largo del siglo XIX, podría señalarse los piquetes de policía o piquete de
tropa armada, funcionario de policía o gendarmes, carabineros, serenos, celadores, vigías y rondines.

Las funciones de Policía (atribuciones y facultades) también transitaron por enmiendas, muchas de
ellas asociadas a coyunturas y modas policiales a nivel local, regional e internacional. De hecho
después de la Ley de 24 de junio de 1826 pueden encontrarse las leyes reglamentarias o
disposiciones normativas de las Policías de Seguridad Departamentales, del Gobierno de Santa Cruz
(1829 y 1831), de Velasco (1839), Ballivián (1844), Belzu (1851), Linares (1860), Achá (1864),
Melgarejo (1866), Morales (1871), Ballivián Coll (1873), Frías (1874), Daza (1876), Campero (1884) y
Pacheco9 (1886), mismas que identificaban el fin o finalidad de la labor policial, desde las más
esenciales, como ser el orden y el ornato público, la moralidad de la sociedad, el control del tránsito
de viajeros y extranjeros, la identificación y clasificación de vagos y mal entretenidos, seguimiento y
control a los lupanares de los extramuros de la ciudad, hasta las tareas de salubridad, tasajee de
carretas y control de rutas de mulares, recuas y caballares, el recojo de basura y la limpieza de las
calles y establecimientos públicos, entre las más importantes, mismas que en coyunturas concretas,
eran compartidas con la policía municipal o rural y la policía de sanidad.

9
Cabe señalar que esta Ley Orgánica permitió asentar los lineamientos generales de la función de policía,
misma que se mantendría casi inalterable durante el siglo XX, donde la idea de una “Fuerza Pública” constituiría
el componente estructural de las demás disposiciones. En esta línea, el artículo 1º de la Ley Reglamentaria del
11 de noviembre de 1886, es claro: “La Policía de Seguridad tiene por objeto la conservación del orden Publico,
el resguardo de las garantías personales y reales, la prevención de los delitos y faltas, la persecución de los
delincuentes y culpables para ponerlos a disposición de las autoridades que deban juzgarlos”.
7
El carácter militar de los cuadros policiales fue sin ninguna variación ejercido por militares de línea –
claro, se debe señalar que el cargo de Intendente y Comisario era otorgado a un ciudadano notable
de la ciudad o del pueblo o en su caso, a un militar con reputación “intachable” – teniendo esta faceta
una adscripción al régimen cuartelarío militar – con reglamentos internos y de organización – aplicado
a las Policías Departamentales de Seguridad. Las coyunturas revolucionarias de algunos caudillos,
típicas del siglo XIX, llevaron a adscribir a la Policía Departamental de Seguridad a diferentes
campañas y coyunturas revolucionarias.

Los ciclos económicos diversificaron las funciones de la Policía Departamental de Seguridad, tal cual
fue el caso de la Policía Fluvial - bajo el impulso fundacional del departamento del Beni – en el control
aduanero y comercial de la quina, castaña y la goma, con contingentes policiales reducidos. Por otra
parte, el ciclo minero también diversifico la función policial, creando la policía minera, misma que
empezó a desempeñar labores en los distritos argentíferos y cupríferos del Estado Boliviano. A este
ciclo minero se le incorporo - desde mediados de siglo - el guano y el salitre, los cuales modificaron
también, el comportamiento criminal de la población, al darse un inusitado crecimiento poblacional de
extranjeros. En ambos sectores, la presencia policial simbolizo, en la práctica, la presencia del Estado
en aquellos territorios.

Ciertamente el aspecto negativo de la imagen de las Policías Departamentales de Seguridad


transitaba por los casos de abusos de poder, abandono o ausencia de las funciones de seguridad y
criticas diversas a la tropa de policía, desde tener una “apariencia india” – esto por la mentalidad
clasista y racista de la población de elite, del siglo XIX - hasta el quedarse dormidos en las rondas,
evidentemente en contraparte existía el contraste del bajo número de efectivos, ante una población
que bordeo los un millón de habitantes durante el siglo XIX, por otra parte el bajo presupuesto
económico destinado por las Prefecturas a su Policía Departamental de Seguridad que variaba
enormemente y por supuesto también la inexistencia de una Escuela o Instituto de formación policial
– los piquetes de tropa eran formados bajo parámetros militares por militares retirados o en servicio –
lo que convertía al ejercicio de la función policial en una actividad improvisada.

Finalmente las coyunturas bélicas externas e internas, como la Guerra del Pacifico, la Revolución
Separatista del Norte y la Guerra entre el Norte y el Sur, también llamada Guerra Federal, contaron
con la participación policial, de tanto en el frente de combate como en los trajines bélicos y en las
acciones tendientes a brindar seguridad pública evidenciando una dinámica constante de las Policías
Departamentales de Seguridad en coyunturas de esta índole.

1.1.- La coyuntura de la Guerra del Pacifico y la Policía10.


10
Originalmente se publicó como “La Policía y el Litoral” el domingo 11 de febrero de 2018, en el Suplemento
Animal Político del periódico La Razón.
8
Entre 1826 y 1879, la región de la costa boliviana, tuvo la presencia de la Policía de Seguridad, la
cual a partir de las distintas normativas que se fueron dando por las autoridades bolivianas, en
relación a combatir el delito y también diferentes labores (aduana, transito, comercio, salubridad e
higiene, recojo de basura, control de postas, alumbrado y otros) mismas que fueron ejercidas, en
representación y presencia del Estado en la región de la costa (primeramente provincia, distrito y
finalmente departamento).

Las actividades desarrolladas en Atacama hasta antes del auge del guano, se vincularon
estrechamente al control de productos, procedentes del puerto de Cobija y Tocopilla. Aunque en
ciertas ocasiones, la Policía tuvo que lidiar con situaciones grandes, tal cual fue los movimientos
políticos y militares, de opositores (tanto del gobierno, como de la Confederación).

La exploración y explotación del Guano, trajo consigo un inusitado movimiento poblacional, de


extranjeros, del continente y también de otros. Esta “fiebre del guano” represento para la Policía, un
cambio en las costumbres delictivas, pues muchas de ellas, traídas por los extranjeros, ponían en
aprietos a la Policía de Seguridad, encargada de mantener la ley en la región. Las poblaciones
guaneras, como Mejillones y la Chimba (posteriormente fundada por Melgarejo, como Antofagasta) se
constituyeron en centros comerciales de bienes y servicios, el guano movía tiendas, almacenes,
casas de diversión y prostíbulos

Al auge económico del guano, se le sumarian los minerales (plata y cobre) y posteriormente el Salitre,
lo que convirtió al Departamento de Litoral (Departamento desde 1867) - al igual que la costa peruana
- en un destino furtivo de viajeros y aventureros del continente y del mundo, atraídos por el dinero
fácil. De este periodo destaca la labor policial del Coronel Exequiel Apodaca y sus policía de sable
(posteriormente participe en la batalla de Canchas Blancas) quien lidiando con la delincuencia en
Antofagasta, construyo para si un mito11.

Desde el gobierno de Melgarejo, la Policía Departamental del Litoral, fue adscrita al Ejercito de Línea,
en normativa y régimen interno, esto adecuo su presencia en la costa, dividiéndose la Policía de
Seguridad en Marítima y Terrestre. De igual manera, las autoridades de la Policía Departamental de
Litoral se adscribieron a un Intendente, Comisario y Vigías para la Policía Terrestre, en Cobija,
Mejillones, Antofagasta, Tocopilla, Caracoles y Atacama, por otra parte, un Capitán de Puerto, Patrón
de Bote, y Marineros para la Policía Marítima, en los puertos de Cobija, Mejillones, Antofagasta y
Tocopilla. Esta organización, permitió tener 113 policías dispersos en el Departamento del Litoral, 89
de la Policía Terrestre y 24 de la Policía Marítima, en 187912.

11
Periódico El Diario, noviembre de 1999. Gastón Velasco “La Litoral y la Policía”.
12
Presupuesto Genera de la Nación para 1879.
9
En los sucesos de febrero y marzo de 1879, fueron las fuerzas policiales, las primeras en tomar
acciones, ante la agresión militar chilena, resistiendo pacíficamente la invasión del puerto de
Antofagasta, el 14 de febrero, y organizando la defensa del Litoral boliviano, en la ciudad de Calama,
sobre la base de 5 vigías o celadores de Policía.

El personal de la Policía Terrestre de Caracoles y Atacama (27 policías) fueron los primeros en partir
a Calama, anoticiando al Dr. Cabrera de su decisión. Posteriormente, los emigrados policiales de
Antofagasta y Mejillones marcharon a reforzar la defensa. Finalmente, por orden del Prefecto del
Litoral, Severino Zapata, las últimas fuerzas policiales, de Tocopilla y Cobija, fueron enviadas a
Calama.

En la organización de la defensa de Calama, Eugenio M. Patiño, fungiría como Intendente de Policía,


cargo que desempeño, hasta la derrota boliviana, frente a la nutrida unidad militar chilena, que en
horas de la tarde, de aquel remembrado 23 de marzo de 1879, ocuparía la ciudad de la esperanza
boliviana, Calama.

Por ello, al referirnos a la presencia del Estado boliviano en el Departamento de Litoral, es inevitable
referirnos a la presencia policial, desempeñando funciones; en una coyuntura dinámica, de puertos y
poblaciones inicialmente dedicadas al comercio, a la abrupta irrupción de la fiebre del guano, salitre,
minerales y la estrambótica presencia extranjera, hasta los avatares de la dolorosa perdida del Litoral
boliviano, situación que la Policía enfrento en primera línea, en puertos y poblaciones internas,
bautizándose a la Guerra del Pacifico, en la emblemática Defensa de Calama.

1.2.- La coyuntura de la Revolución Separatista del Norte o la Guerra del Acre y la


Participación Policial.

A finales del siglo XIX se presentó un inusitado movimiento comercial en el norte del territorio
boliviano, la hacienda gomera había establecido sus redes comerciales tanto en Perú, Brasil y Bolivia.
La demanda mundial de la goma (Siphonia Elástica Hevea) había influenciado en el crecimiento
demográfico en la región “gomera” de Sudamérica. El establecimiento del orden en aquellos
territorios, se le fue encomendado a la Delegación Nacional de Alto Aquiri y Alto Purús, las mismas
con residencia en Villa Bella, Ribera Alta y desde 1899 en la Aduana de Puerto Acre13.

Con la ocupación de Puerto Acre - el 3 de mayo de 1899 – se daba por inicio la revolución separatista
del norte y para empeorar el problema, el 14 de julio se proclamaba la independencia del Estado de
Acre, Purús y Yaco.

13
Alberto Crespo. Los bolivianos en el tiempo, La Paz, INDEAA, 1994, 360 paginas.
10
Anoticiado el supremo gobierno de los sucesos separatistas, encomendó la defensa a Tres Columnas
Expedicionarias, al mando del Ministro de Guerra Ismael Montes, el Vicepresidente Lucio Pérez
Velasco y el Delegado Nacional Dr. Andrés S. Muñoz.

La Columna del Dr. Muñoz partió de La Paz en octubre de 1899 siguiendo la ruta del rio Beni
(conformando por los piquetes Abaroa, Cochabamba, 16 de junio, 10 de abril, Zapadores y personal
civil), en tanto la Columna Pérez Velasco partió de Cochabamba el 4 de julio de 1900 por la ruta
Chapare – Mamoré (conformada por los destacamentos Cochabamba y Santa Cruz) y finalmente la
Columna Montes, la cual partió el 4 de julio de 1900 de La Paz (conformada por el Batallón
Independencia 2º de Línea)14.

Llama la atención la Orden General del 30 de agosto de 1889, la cual establecía que las Columnas de
Policía (de los departamentos) pasaban a denominarse: Batallón Murillo 3ro (La Paz), Batallón
Zapadores 4to (Potosí), Batallón Cochabamba 5to (Cochabamba), Batallón Chuquisaca 6to
(Chuquisaca), Batallón Oruro 7mo (Oruro), Columna Tarija 8vo (Tarija), Columna Santa Cruz 9no
(Santa Cruz) y Columna Mamoré 10mo (Beni). Mismos que conformaron las Tres Columnas (en el
caso del Batallón Cochabamba 5to, Batallón Zapadores 4to y la Columna Santa Cruz 9no).

Respecto al Decreto Supremo del 10 de diciembre de 1890, facultaba la creación de Intendencias de


Policía en las Delegaciones de Madre de Dios (o Abuna) y Purús (o Aquiri), incorporándose el Piquete
de Policía y Guardia Fluvial de Puerto Alonso.

Durante la primera campaña de la revolución separatista, la Policía de Seguridad y guardia Fluvial de


Puerto Acre (el 24 de diciembre de 1900) estuvo constituido por el Teniente Coronel Intendente de
Policía y Capitán de Puerto, Dr. Emilio Fernández Molina (jefe de la Guardia), Capitán José Santiago
Varela, Comisarios de Policía Roberto Suarez y Rafael N. Arauz; Sargento 2º de Policía Máximo
Rocha, Cabos 1º de Policía Exequiel Arroyo, Marcos M. Arandia y Marcelino Moreno; Cabos 2º de
Policía Diógenes Morales, Manuel M. Barberi, Eduardo Añez y Rodolfo Montero, Guardias de Policía
Tomas Rivero, Rogerio Ruiz Antelo, Máximo Méndez, Francisco Villanueva, Sixto Moreno y Susano
Rodríguez15.

Y fue durante la primera campaña (1899 – 1901) que se libraron las batallas de Cuajeiro, Riosinho,
Puerto Alonso y Bagé, finalizando esta campaña con la rendición de los cabecillas separatistas. Cabe
resaltar la participación de la Columna Cochabamba (conformada por Policías de Seguridad).

14
Julio Díaz Arguedas. Fastos Militares de Bolivia, La Paz, Don Bosco, 1971, 530 paginas.
15
Pastor Baldivieso. Campaña del Acre. Memorias Históricas de un Jubilado, La Paz, Artística, 1925, 248
paginas.
11
La segunda campaña o fase de la revolución separatista (1902 – 1903) empezó con la segunda
declaratoria de Independencia, el 6 de agosto de 1902, por Placido de Castro, ante ello, se enviaron
tres columnas al Acre, la primera a la cabeza del Coronel Manuel Canseco el 16 de septiembre de
1902, conformada por el Batallón Murillo 3ro (formado por Policías de Seguridad). En el mes de
noviembre partió la segunda columna, al mando del Coronel Quintín Ruiz - internándose por Capatará
- y el batallón Cochabamba (formando en sus líneas Policías de Seguridad). Siendo la tercera
columna, la del Coronel Rosendo Rojas, la cual partió de La Paz.

Las intendencias de las Delegaciones de Madre de Dios, Purús y Puerto Alonso se pusieron al mando
del Delegado Extraordinario del Acre Lino Romero.

Cabe resaltar la movilización de los “Guerrilleros del Acre” o mejor conocidos como la “Columna
Porvenir”, armados y movilizados por el empresario de la goma Nicolás Suarez.

La segunda fase o campaña de la revolución separatista, tuvo las siguientes batallas: Capitulación de
Vuelta Empresa, Bahía, Costa Rica, Capitulación de Puerto Alonso y Puerto Rico, que cabe señalar
que también contaron con la participación del General José Manuel Pando – Presidente de Bolivia -
quien se había movilizado al Acre para enfrentar personalmente la revolución separatista, pero que
ante las propuestas del canciller de Brasil Barón de Rio Branco y las negociaciones desarrolladas en
La Paz, se finalizó la campaña de la revolución separatista del norte con la “trasferencia de territorios
al Brasil” (la otra media mitad del Acre).

Fue durante la segunda fase que los esfuerzos bolivianos chocaron con un enemigo separatista
mucho mayor, como también las amenazas del Canciller del Brasil – Barón de Rio Branco – de una
intervención militar brasilera al territorio “revolucionado”, para salvaguardar los derechos de sus
ciudadanos, lo que desemboco en el Modus Vivendi y Tratado de Petrópolis del 17 de noviembre de
1903.

Muchos de los que fueron a combatir la revolución separatista del norte no retornaron a sus lugares
de destino, siendo que muchos fallecieron a consecuencia de las enfermedades, la guerra, el hambre
y la sed, tanto militares como policías marcharon a una última campaña en sus vidas, los que
pudieron retornar, se incorporaron nuevamente a sus unidades y a su servicio de Policía de
Seguridad, quedando guardadas en su memoria, los episodios de la campaña de la revolución
separatista del norte

2.- La Policía durante el siglo XX. Antes de la Guerra del Chaco.

El nuevo siglo transitaría entre conflictos internos (como la Guerra Federal) e internacionales (los
roces entre los Imperios Coloniales, en una coyuntura denominada Paz Armada) mismos que
12
tendrían una repercusión en las Policías Departamentales de Seguridad, por disposiciones vigentes
del siglo XIX - como el Decreto Supremo del 10 de enero de 1887 – que mantenían incorporadas a la
Policía de Seguridad a la obediencia estricta de las disposiciones del Régimen Militar. Esto llevo a
que las misiones militares – como la francesa y alemana – contratadas por el Estado, influyeran
directamente en la Policía de Seguridad, tanto en ejercicios sobre la marcha, manejo de armas
livianas, control y seguridad, hasta el modelo de los uniformes y prendas policiales. En un primer
momento, se buscó diferenciar a los funcionarios militares de los policiales, en torno al uso de gorro,
grados (galeones plateados) botas, polainas, uso de la bandolera, guantes, forro del arma y otras
más, ello por tener en ambas instituciones a militares de línea, en servicio o incorporados.

La evolución de las maneras y técnicas de investigación y combate del delito a nivel internacional
llevo – por parte de elite boliviana – a cuestionar los servicios de policía brindados en el Estado,
desde una “comparación” con casos de Estados “civilizados”. Por su puesto las comparaciones no
consideraban la realidad de la sociedad y del tipo de mentalidad existente aun en la población
boliviana.

Un factor que impulso los cambios en la Policía de Seguridad, fue el darle un carácter nacional y
establecer una autoridad centralizada, tal cual fue el Inspector General, mismo que dependía
directamente de la cartera ministerial del Interior o Gobierno, ello a partir de la Ley del 10 de febrero
de 1910, dispuesto por el Presidente Eliodoro Villazón. El cargo de Inspector General se mantuvo
inalterable, pese a que en 1913 se crearía el cargo de Director General de Policías, mismo que
empezó – en la práctica - a funcionar recién en 193016. De igual manera la organización de la Policía
de Seguridad se fue adecuando a la coyuntura política – militar 17 y por supuesto a los modelos de la
Policía vecina, local e internacional.

Si bien a principio del siglo, había empezado a “dejar huella” el automóvil en las principales ciudades
capitales, no fue hasta mediados de la década del 20´ que se pensó en reglamentar el tránsito
vehicular en las calles. La primera experiencia brindada por la Municipalidad de La Paz, elevo la
función del control del tránsito a control del Ministerio de Gobierno, creándose en 1929 una Dirección
de Tránsito, por supuesto que con la coyuntura de la Guerra del Chaco, la importación de vehículos
particulares y públicos empezó a tener otra dinámica. A mediados de la década del 40´ empieza a
funcionar en el Regimiento 21 de Julio – de San Pedro – un batallón de Varitas, los mismos que
posteriormente establecieron oficinas en la avenida Mariscal Santa Cruz, constituyendo con los años
el Batallón de Transito. El patrullaje fue otra característica llamativa, desde la década del 50´ situación

16
D.S. 28 de julio de 1930.
17
Llama la atención el caso de la “Guardia Republicana” de Bautista Saavedra, misma que emularía funciones
de la Policía de Seguridad, pero en una relación muy estrecha con el poder político del partido republicano.
13
que fue creciendo notablemente con las décadas posteriores, llegando a tener un servicio patrullero
con características llamativas en cuanto al uniforme y las motos18.

El Cuerpo de Carabineros19 empezó a tener notoria participación en las tareas de seguridad y control,
desde finales del siglo XIX y ya durante el siglo XX de manera más articulada a la Policía de
Seguridad. Esta característica llevo a otorgarle tareas de control fronterizo y del contrabando,
situación que en 1928 llevo al Estado a crear una Compañía Recaudadora Nacional – en torno a los
asuntos de cobro de dividendos de la política fiscal de entonces – incorporando al Cuerpo de
Carabineros como funcionarios principales de esta repartición estatal. Pero no fue hasta 1929 cuando
el Estado reconoció a los cuerpos de carabineros20 como una fuerza policial adscrita a la Policía de
Seguridad. Estos cuerpos de carabineros de frontera junto a gendarmes de seguridad constituirían
durante la Guerra del Chaco, los contingentes policiales que marcharían al frente de batalla a cumplir
su deber bélico.

2.1.- La coyuntura de la Guerra del Chaco.

Las relaciones diplomáticas con el Paraguay habían iniciado relativamente tarde – 1842 - en
comparación a los otros Estados vecinos con los cuales Bolivia tenía frontera. Esta situación llevo a
que desde la década del 50´ recién se den las conversaciones sobre la cuestión de límites en el
Chaco Boreal, teniendo avances protocolares en la demarcación de límites, mismos que no lograron
consolidarse en un Tratado de Límites.

La presencia colonial española en América, señalaba como herencia los territorios de las nuevas
republicas, teniendo un problema serio en cuanto a la posesión real del territorio, ya que los
españoles no llegaron a explorar y ocupar a cabalidad muchas zonas del vasto territorio americano
pero que aparecían citados en sus mapas. Esta situación llevo a generar “aspiraciones” por las
nuevas republicas y el caso del Chaco no fue la excepción, porque tanto Bolivia como Paraguay
argumentaban ser propietarios del territorio en disputa, pero sin tener presencia más allá de la cuenca
del Plata (ríos Pilcomayo y Paraguay) pero no así al interior del Chaco Boreal, pese a las sacrificadas
expediciones hechas en aquel territorio21.
18
En cuanto a los modelos de motocicletas – siguiendo la moda internacional – pueden citarse las marcas
Harley Davidson, Indiana y Honda entre algunas.
19
Respecto a profundizar la evolución histórica del Cuerpo de Carabineros de Bolivia, se podría consultar el
capítulo II “Carabinero” del libro “Sin Carabineros no hay Revolución” de Jhosmane J. Rojas Padilla.
20
Cabe recalcar, que fueron los Carabineros quienes empezaron a emplear el Verde como color de uniforme
distintivo – al igual que el distintivo de los fusiles (carabinas) cruzadas - ello tal cual lo establece el Reglamento
de la Compañía Recaudadora Nacional, en los incisos b) y h), del artículo 3: “El uniforme – verde olivo - está
constituido por: zapatos, polainas e implementos de vaqueta color café, un capote – verde olivo – poncho negro
con forro rojo de castilla, una montura argentina, anteojos de campaña, brújula y revolver Colt”. En comparación
al uniforme de la Policía de Seguridad que era azul oscuro con el emblema P.S.
21
Una de estas exploraciones está documentada en un informe del potosino Daniel Campos Cortes, al
Supremo Gobierno, que posteriormente se publicó como libro en 1888, bajo el título “De Tarija a la Asunción.
14
Este problema tomo otras matices entrado el siglo XX, cuando las unidades militares expedicionarias
empezaron de Bolivia y Paraguay, a construir fortines en las riberas de los ríos Paraguay y Pilcomayo
y poco a poco adentrándose en el Chaco. Las tareas de seguridad, escritas en un primer momento a
las unidades de Carabineros, fueron encomendadas al Ejército, a consecuencia de los problemas de
Fortín Sorpresa y Vanguardia, en 1929.

En 1931 la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Bolivia y Paraguay, representaba en la


práctica el inevitable anuncio de una confrontación bélica. El 15 de julio de 1932 la ocupación de la
laguna paraguaya Pitiantua por parte de las tropas bolivianas del My. Oscar Moscoso, desemboco en
una respuesta inmediata del Ejército paraguayo y posteriormente de su similar boliviano. La
ocupación de los Fortines paraguayos Toledo, Corrales y Boquerón – como escarmiento – mostro el
inicio de una guerra que se prolongaría por tres años más, hasta junio de 1935.

Ante esta coyuntura, las unidades de carabineros y policías de seguridad (o gendarmes) se


incorporaron a unidades del ejército de línea y en algunos casos conformando sus propias unidades,
ello en cumplimiento a la Ley del 22 de agosto de 1932, que ordenaba su movilización. En 1932
partieron de la ciudad de La Paz, los Regimientos de Infantería 15 “Calama” (Carabineros) y 16
“Sucre” (Gendarmes), de Santa Cruz partiría el Regimiento 14 de Infantería “Florida”, de
Cochabamba el Regimiento 24 de Infantería “Vanguardia” y de Potosí el Regimiento 27 de Infantería
“Potosí”. Conformándose también en 1932 el Regimiento 50 de Infantería y en 1934 el Regimientos
40 Infantería.

A dos años de la confrontación bélica, se expide un Decreto Supremo – de 10 de enero de 1934 -


dirigido a funcionarios de Policía, Carabineros y Gendarmes, donde se reconocía el 50% de sus
haberes, mismos que serían pagados desde el momento en que fueron movilizados al Chaco, esto
permitió solventar los gastos de las familias de carabineros y gendarmes movilizados.

Por otra parte, entre 1933 y 1934 estallaría un movimiento de levantamientos indígenas en contra de
los abusos de hacendados22 y algunos movimientos en las ciudades de federaciones anarquistas en
contra de la guerra. Para ello se organizaría la “Legión Cívica”, misma que recluto a nuevos
carabineros y gendarmes – no comprendidos en las edades de movilización de la guerra – para
hacerle frente a los conflictos. Esta situación llevo a la detención de varios indígenas y dirigentes

Expedición boliviana de 1883”.


22
Edwin Balboa, en su libro “La participación indígena en la Guerra del Chaco” rompe con el mito de que los
indios fueron obligados a ir a la guerra. En base a publicaciones de prensa y el juicio de Leandro Nina Quispe,
evidencia que fueron los “indios” los más animados a enfrentar la guerra y defender la “heredad nacional del
Chaco”. Llama la atención que los distintos regimientos indígenas que marcharon al Chaco, como su
participación, haya sido borrada intencionadamente de la “Historia Oficial” e historiadores aficionados, como
Pablo Michel y la Academia de Historia Militar sigan repitiendo el discurso de que “el indio fue obligado a ir a la
Guerra” sin sustento histórico.
15
sindicales, los cuales serían puestos a disposición de las autoridades militares, las cuales en gran
parte de los casos, remitirían al frente de batalla a los procesados.

2.1.1.- El RI 16 de Infantería23.

Esta unidad en un primer momento, seria conformada sobre la base de carabineros gendarmes del
Cuartel “Sucre”. El 22 de julio de 1932 recorrerían las calles de la ciudad de La Paz – en marcha y
con los aplausos - los Regimientos 15 y 16 de Infantería, hasta la Estación Central de Trenes, de
donde serían embarcados con dirección al Chaco. Transitando la ruta – en el tren - por Huari, Oruro y
finalmente Tarija.

“………En fecha 16 de julio último ha desaparecido de esta ciudad el niño Ruperto


Rodríguez de doce años de edad, habiendo sido visto por algunas personas en la
Estación Central cuando partía al Chaco el Regimiento de Carabineros, razón por la que
se presume que se hubiera embarcado juntamente con éstos…..Según los datos que
proporciona su padre, el chiquillo vestía saco negro, pantalón gris y gorrita negra……”24

En Tarija se constituyó definitivamente el Regimiento 16 de Infantería, con 600 “plazas”, siendo


Comandante de la unidad el Mayor Julio Aguirre, Sub Comandante el Mayor Miguel Ocampo y
teniendo entre sus filas a los oficiales Ascarrunz, Rivera, Ledesma, Melacini, Aguilar, Miranda,
Clavijo, Mercado, Vargas y Murillo. De igual manera, al futuro Mayor de Carabineros José Soria.

La ruta al Chaco Boreal, para el RI - 16 transito – en camión – por los Monos, Sereré, Entre Ríos,
Villamontes y San Antonio. A partir de allí, la ruta fue a pie. Ante las noticias de los sucesos en el
Fortín Toledo – donde destacaba la muerte del Sbtte. Vila - el RI - 16 fue destinado a reforzar el
Fortín Ballivián. Los 320 kilómetros de distancia fueron cubiertos en ocho días, entre sed, hambre y el
peso del equipo de campaña, siendo destinados a los dos días, al Fortín Platanillos. En el Fortín
Platanillos, el RI – 16 trabajo en la construcción de una pista de emergencia para aviones, ello, ante
el curso inevitable de los acontecimientos bélicos.

Ante la retoma de la posición Huijay por parte del Ejercito paraguayo, el nuevo destino fue reforzar el
Fortín Arce. En Arce no solo estaban unidades de infantería (como el Campos) sino también la
Batería Divisionaria, la aviación y artillería paraguaya estaban entrando en combate. Durante un mes,
entre los Fortines Castillo y Ramírez, el RI – 16, desempeño tareas de vigilancia y guardia contra el
enemigo.

23
Artículo publicado originalmente como “Los temibles “Polainas Negras”” el domingo 9 de septiembre de 2018,
en el suplemento Animal Político, de periódico La Razón.
24
Periódico La Razón, 21 de septiembre de 1932, pág.8 “UN NIÑO QUE DESAPARECIO HACE TIEMPO”.
16
El 7 de septiembre, se dispuso la orden de marcha hacia Boquerón, a reforzar la tropa del Tcnl.
Marzana. El 8 de septiembre, a las 3 de la mañana, el RI – 16 partió con rumbo al Fortín Boquerón. El
tronar de los cañones y ametralladoras, anunciaba novedades en el frente Boquerón, las 12 del
medio día fue la hora de su bautizo en la batalla, con la novedad de la muerte del carabinero – de
apodo - “Chamillo”. A las 3 de la tarde, se ordenó “tomar las determinaciones que el caso
aconsejara”. A las seis de la tarde, con los flancos cerrados por tropas paraguayas, a solo 300 metros
del Fortín Boquerón y con números bajas en el pajonal, la nueva orden llego “replegarse sobre
Castillo”. A partir de ese día – en comentarios - el ejército paraguayo reconocería a un enemigo
valeroso y aguerrido, los “botas negras”, el cual era la seña de las “polainas negras” del carabinero.

El 9 de septiembre de 1932, a las 2 de la mañana, formaba el RI – 16 en la plaza de armas, para


recibir la bendición del padre Tapia. A las 6 de la mañana emprendería marcha al Fortín Yujra. En
Yujra se reorganizaron a los Regimientos Lanza, 14 y 16. Al primer batallón del RI – 16 le
correspondió ser la vanguardia. A las diez de la mañana empezaron las escaramuzas con el
enemigo, con el apoyo de la aviación boliviana se logró hacer retroceder a los “pilas”. Desde la
posición del costado derecho próximo al Fortín Boquerón, el primer batallón del RI – 16 esperaba
nuevas órdenes, resistiendo la contraofensiva paraguaya. En este punto, es tomado prisionero el
cadete paraguayo Fiorio, quien relata que en su retaguardia, se comentaba las hazañas de un
aguerrido regimiento boliviano de “polainas o botas negras”, quienes habían sido el “terror de aquellos
días de combate”.

Al final de la tarde, y bajo un nutrido fuego de artillería, era ocupado el Fortín Boquerón, ante el
escenario de varios camaradas carabineros muertos al pie del Fortín. Los regimientos que constituían
el grueso de Boquerón eran: El Batallón Ocampo (al mando del Tcnl. Marzana), el Primer Batallón del
RI – 14 (al mando del Capitán Romero), el Primer Batallón del RI – 16 (comandado por el Mayor
Miguel Ocampo) y 16 soldados del RI – Lanza (al mando de los Sbtes. Ruck y Reynolds). En la
contraparte paraguaya, se encontraban cuatro regimientos de artillería (obuses y 105), 8 regimientos
de infantería: Cerró Corá, Ñandutí, Itororo, Acararaí, 2 de mayo, Estero Bellaco, Curupaití, Isagratí,
Escuela Militar (al mando del My. Bray) y los “Macheteros de la Muerte” de Placido Jara.

Durante veinte días resistirían el cerco de Boquerón, ante los intentos de refuerzos (tanto de los
capitanes Ustarez, Busch y Manchego) víveres (los envíos in acerteros desde la aviación) y las
fuerzas de todo un país, dirigidas a Boquerón, durante esos veinte días de caprichosa resistencia.

El 29 de septiembre la situación se precipito en minutos, la tregua inicial termino siendo confundida


como una derrota, de un minuto a otro, el Tcnl. Marzana caí prisionero, en el otro minuto la tropa

17
paraguaya avanzaba sobre Boquerón, ocupando sorpresivamente el fortín y tomando prisioneros a
sus más de cuatrocientos combatientes.

En un primer momento se esperaba las represalias del Mayor Bray (quien como Comandante de los
cadetes de la Escuela Militar, había jurado en Asunción, al momento de su partida, recuperar
Boquerón en 24 horas, que tras 22 días, solo perdió a su unidad) en tono despectivo les increpaba “a
estos indios no podemos perdonarles la vida, porque han dado fin a mi regimiento”.

Pero la presencia de un oficial, montando un caballo blanco - dirigiéndose a las “piltrafas bolivianas” -
cambiaría la situación, “Soldados bolivianos, el Paraguay y su Ejercito están orgullosos de tener un
enemigo valiente como Uds. somos un pueblo guerrero y nos gusta pelear con hombres. El Ejército
boliviano es de leones pero les falta comando”.

Posteriormente, el personal del RI 16, seria dispersado – a consecuencia de las distintas batallas – en
diferentes unidades, constituyéndose posteriormente el RI 16 “Castillo” y el RI 16 “Beni” pero con
refuerzos de otras unidades.

2.1.2.- El RI 50 de Infantería “Murguía”.

Posterior a la caída del Fortín Boquerón, se desato una contraofensiva del ejercito paraguayo sobre la
posición Agua Rica – Murguía, para cual se habían movilizado un destacamento paraguayo, al mando
del Mayor Francisco Caballero Álvarez, el 27 de octubre de 1932, buscando interceptar las
comunicaciones con Saavedra con Agua Rica. En el Fortín Saavedra se encontraba – recién llegado
del altiplano – el RI 50 bajo el mando del Tcnl. Genaro Blacut (unidad incorporada a la División
Séptima del Ejército) al cual se le ordenaría restablecer comunicaciones entre Murguía y Agua Rica.
El 28 de octubre entraría en defensa del Fortín Murguía el RI 50, repeliendo el ataque de las unidades
paraguayas RC 4 “Aca Carayá” y RC 5 “Aca Verá”, logrando de esta manera defender el accedió del
Fortín Murguía.

“El 50 de Infantería boliviano es ese momento era la mejor tropa con que contaba el I.C. Ej.
suboficiales, sargentos y soldados eran carabineros con férrea disciplina, seleccionados
físicamente, habían hecho un recorrido a pie de 900 Km. Y, a los dos días de esa agotadora
marcha el R.I.50. fue lanzado al contraataque que en alarde de valor se desplegaron en el
campo de Murguía, quebrando la línea de posiciones del enemigo rechazando y barriendo de
todo el campo. Brillante bautizo del R.I.50. que mereció el galardón de llevar el nombre de los
campos donde se hicieron victoriosos: “REGIMIENTO MURGUIA 50 DE INFANTERIA”, por
orden del Comando en Jefe de las FF.AA.”25
25
Jorge Antezana Villagrán. La Guerra del Chaco (hasta Campo Vía) Análisis y critica sobre su conducción.
Pág. 296.
18
Por otra parte, también tomaron parte, una sección de caballería al mando del Teniente Luis Reyes
Peñaranda junto al Teniente Santa Cruz, en la persecución y dispersión del cuatrero paraguayo My.
Placido Jara, quien llevaba a cabo el asalto a haciendas y asesinaba a la población (de indefensos y
niños). Entre Tinfuqué y Esteros seria movilizado el Regimiento Chichas, logrando provocar bajas
considerables a Jara y a sus cuatreros o montoneros. El Teniente Santa Cruz lograría dispersar el
bandalaje de Jara en el sector Tinfuqué y en la misma línea el Teniente Reyes Peñaranda, en el
sector de Esteros, laguna Escalante y Puesto Moreno, aunque al ser acorralado Jara en las riveras
del rio Pilcomayo, opto por escapar a nado hasta la banda argentina.

Destaca también el denominativo de “cuchilleros de la muerte”, mismo con el cual se denominaría al


RI 50 “Murguía”, durante las acciones de la batalla del 10 de noviembre de 1932, la “Batalla de
Campo Candía o Kilometro 7”, donde el RI 50 arrollaría las posiciones del Puesto de Comando del RI
3 “Corrales”, con solo 368 carabineros, quienes emplearían las bayonetas, ante la carencia de
municiones.

“El comportamiento de tropa y oficiales del “Murguía” mereció especial citación de honor; My.
José María Valdivia, Capitanes Jacinto Muñoz, Víctor Críales, Ernesto Rivera y Ricardo
Suárez. Fue ascendido al Teniente el Subtte. Ananías Terán por brillante comportamiento y
entre los soldados ascendidos también figuraban dos heroicos mineros Cabos Eusebio Cruz y
Luis Manzaneda. Por su intrepidez en la lucha con bayoneta fue denominado por los propios
paraguayos “cuchilleros de la muerte”26

Entre 1933 y 1935, el personal del RI 50 “Murguía” fue dispersado en diferentes unidades, ello a
consecuencia de las bajas dadas en cada batalla.

2.1.3.- Otros Datos27.

Entre los regimientos donde formaron parte carabineros y gendarmes, están: RI – 3, RI – 6


“Campero”, RI – 7 “Juana Azurduy”, RI – 8 “Ayacucho”, “Camacho”, Tren Nº1, “Rocha”, “Vanguardia
Hernando Siles”, RC – “Castillo”, RC – 10 “Yacuma”, RC – 11 “Warnes”, RC – 12 “Chile”,
Destacamentos “Ramos” de la IV División y “Orengo de Sucre”, Baterías “Calero” 9 de Artillería y
“SELEME”.

De igual manera, entre las batallas donde tomaron parte carabineros y gendarmes, esta: Toledo,
Fortín Fernández, Rancho 8, Pirijayo, Bello, Fortín Arce, Fortín Castillo, Fortín Murguía, Agua Rica,

26
Ibídem, pág. 338.
27
Datos tomados del libro “Policía Boliviana: Memoria Documental de Archivos Policiales referentes a los
Héroes Carabineros en la campaña de la Guerra del Chaco”. Donde llama la atención los expedientes de los
carabineros beneméritos, mismos que por cuestiones económicas, siguieron ejerciendo su oficio a muy
avanzada edad.
19
Nanawa. Platanillo, Km. 7, Km. 11, Km. 14, Lomas de Trata, Condado, Campo Noveno, Magariños,
Campo Jurado, Ballivián, El Carmen, Cañada Strongest, Ruptura del cerco de Nanawa, defensa de
Carandayti, defensa del Pozo del Burro, asalto del Algodonal, combates de la Rosa y Villalón,
maniobras de Irindague, batallas de Yujra, Ramírez, retoma de Picuiba, acciones de armas de
Tacuarandi, Caimbeti, Casa Alta, San Pablo, Santa Fe, Huirapitindi, Quebrada del Cuervo, Naguapua,
Ñancarainza y otras más.

3.- La Policía en el siglo XX. Después de la Guerra del Chaco.

La post guerra significo para la Policía de Seguridad, transitar hacia una nueva organización de los
servicios policiales, tal cual fue el D.S. del 18 de enero de 1937 que creo una corporación policial,
denominada “Carabineros de Bolivia” al fusionar en su seno, a la Policía de Seguridad, Cuerpo de
Carabineros y Policía Comercial. Dividiéndose a la vez en dos ramas, la uniformada (Carabineros)
quienes se encargaban de combatir el delito y la rama civil (Policías) encargados de investigar el
delito.

Esta característica de dos ramas, también constituyo jerarquías diferentes, por un lado la rama
uniformada con tropa, oficiales y jefes, en cambio la rama civil con comisarios, subcomisarios y
agentes o detectives. La base del personal de Carabineros de Bolivia, después de la Guerra del
Chaco, fueron los ex combatientes, quienes tanto en la rama civil como uniformada, llegaron a ser
incorporados.

Faceta llevo al gobierno del Coronel Davis Toro a establecer, mediante decreto del 26 de febrero de
1937, una Escuela Nacional de Policías, la cual como primera tarea, cumpliría la misión de habilitar al
personal en ejercicio de Carabineros de Bolivia, a partir de cursos cortos (de tres y seis meses) como
técnicos policiales. La Escuela Nacional de Policías, empezó a funcionar en predios del Cuartel
Sucre, trasladándose posteriormente al Cuartel Calama y a principios de la década del 40´ a predios
de la calle Loayza (ex Convento de la Orden de los Mercedarios). La tecnificación policial del personal
en servicio (rama civil y uniformada) como la formación del nuevo plantel de oficiales carabineros – a
partir de 1938, cuando ingreso el primer curso, egresando en 1940, 43 Subtenientes de Carabineros
– permitió impulsar la modernización del Cuerpo de Carabineros y Policías.

A las tareas de la rama civil, también se le adscribieron los gabinetes de criminalística, huellas
dactilares o dactiloscopia e identificación, bajo el impulso del Dr. Víctor Manuel del Castillo – más
tarde asimilado al grado de Coronel de Carabineros – y del entonces My. Alberto Mariño Guzmán y la
Srta. Benigna Manzano. Esto permitió a que la formación de Agentes o Detectives (de 1ra y 2da)

20
llegara a darse en la Escuela Nacional de Policías y Carabineros, desde mediados de la década del
40´ y dirigido a personal civil.

Otra característica de este periodo fue la instrucción de conscriptos en Regimientos de Carabineros a


partir de 1943 y por orden del Presidente Gualberto Villarroel López, esto llevo a modificar la malla
curricular de la Escuela Nacional de Carabineros y Policías, introduciendo materias militares de
conducción de tropa y manejo de armamento pesado y liviano. Esta característica llevo a que el
personal de soldados licenciados de un Regimiento de Carabineros pueda ser incorporado como
carabineros de tropa e iniciar la carrera de carabinero, misma que desde la década del 50` le permitió
ascender en grados, de tropa a oficial y finalmente a Jefe, ello por los Cursos Regimentarios que se
establecieron en las Brigadas Departamentales de Policías y los Regimientos de Carabineros.

La faceta conflictiva vinculada a la delincuencia tubo un componente común, los radicalismo


ideológicos y sindicales, mismos que llevarían a tener una coyuntura plagada de escándalos político –
militares, matanzas de Chuspipata (1944) colgamiento del Presidente Villarroel (1946) linchamiento
de oficiales del Ejército por una turba (en 1946 y 1947) una Guerra Civil (1949) y los sucesos de 1950
y 1951, que modifico el componente “clásico” de protestas a una escalada de enfrentamientos
armados y con muchas bajas, de ambos lados (del Cuerpo de Carabineros y de los “revolucionarios”).

Finalmente debe señalarse que la imagen del Carabinero – sobre todo de tropa – se encontraba en el
ojo de la tormenta, de las críticas al desempeño de sus funciones. Se lo tildaba de “indio uniformado”
y de “abusivo y prepotente del poder”. Ciertamente el contar con carabineros reenganchados del
servicio militar y de ascendencia rural o indígena, frente a una sociedad con una mentalidad “racista y
discriminadora” era contraproducente. Nada raro que los casos de golpes a carabineros de tropa, por
parte de “ciudadanos ejemplares” se constituyeran en una estadística cotidiana, en el Cuerpo de
Carabineros y Policías28.

3.1.- La coyuntura de los sucesos del 19 de mayo de 1950 y la muerte del Capitán Javier
Zeballos Paredes29.

Los sucesos de la guerra civil de 1949 aun mantenían en zozobra a la población, a consecuencia de
irse identificando – según el gobierno – al MNR como principal actor subversivo y cabecilla de hechos
vandálicos recientes.

28
Debe mencionarse, que durante la “Era Vincenti” (1946 – 1951) se logró mejoras considerables en el Cuerpo
de Carabineros y Policías, desde lo referente a Seguridad Social, atención médica y dental, montepío y
jubilación. Como también la promulgación – primero como D.S en 1949 – de una Ley Orgánica del Cuerpo
Nacional de Carabineros y Policías, una Ley en 1950 y una Reglamentación en 1951, que permitía elevar a la
institución a un reconocimiento por parte del Estado.
29
Folleto publicado con la colaboración del Centro Nicolás Fernández Naranjo, de la Escuela Superior de
Policías, el 2018.
21
A inicios de 1950, se estableció un “Comité Coordinador”, para demandar al gobierno del presidente
Mamerto Urriolagoitia, el cumplimiento a las demandas laborales de varios sectores (Ferroviarios,
Bancarios, Fabriles, Universitarios y otros).

La convocatoria del desfile del 1 de mayo de 1950, fortaleció la legitimidad del “Comité Coordinador”
como instancia laboral representativa, por el éxito masivo del desfile.

El 16 de mayo, en una Asamblea General, el “Comité Coordinador” decidió ir a una Huelga General a
partir del 18 de mayo, si el gobierno no daba solución a su pliego petitorio. Concluida dicha asamblea,
los asistentes organizador una marcha de protesta, la misma que termino en enfrentamientos contra
las fuerzas de carabineros.

El 17 de mayo, el gobierno respondía con una negativa “que las condiciones impuestas por la
dirección obrera eran inaceptables”. El 18 de mayo fue declarada la “Huelga General”, que poco a
poco fue tornándose violenta y vandálica.

Un primer choque se dio en San Francisco, otro a la altura del Cine Monje Campero, donde un
camión cargado de carabineros volcó y fue presa del saque de su armamento y municiones. De igual
manera el ataque a las instalaciones de los periódicos “La Razón” y “Tribuna”.

La utilización de gases lacrimógenos permitió el repliegue hacia las “zonas altas” de la ciudad, de los
grupos en protesta, los mismos que a su paso por las avenidas y calles Evaristo Valle, América,
Pando, Manko Qapak, Tumusla, Graneros, Max Paredes y adyacentes, provocaban temor en la
población, por el uso indiscriminado de armas de fuego, la destrucción de árboles ornamentales,
bancos, casetas de varitas y concluyendo con el asalto de la Comisaría de Policía de Chijini y
Munaypata (de donde sustrajeron armas y municiones).

Los regimientos de carabineros “21 de julio” y “Constitucional La Paz” apoyados por unidades
militares, lograron hacer retroceder a varios grupos – que ya se tornaron – sediciosos, quienes
portaban armas livianas y pesadas como también dinamita.

El 19 de mayo los grupos “sediciosos” se atrincheraron en Villa Victoria, a donde tanto militares como
carabineros fueron movilizados, en cumplimiento al Decreto Supremo del 15 de mayo, donde “se
declaraba al país en emergencia y se entregaba a las FF. AA y carabineros el mantenimiento de la
paz y tranquilidad nacional”.

El Comando en Jefe de las FF. AA, General Ovidio Quiroga, daba un ultimátum a las fuerzas
sediciosas parapetadas en el bosquecillo de Pura Pura, para deponer las armas y entregarse.

22
A las diez de la mañana, ante la carencia de combustible en el Regimiento de Carabineros
“Constitucional La Paz”, partieron dos camionetas con rumbo al Alto de La Paz, para recoger de los
depósitos gasolina. En una camioneta – cargada de turriles - iba el Subteniente Mario San Román,
seguida de la segunda camioneta, con Genaro Salinas (chofer), Jorge Cavero (sanitario), Teniente
Javier Zeballos y ocho carabineros.

A la altura de la parada de los ex colectivos de Villa Victoria (sobre la avenida Quintanilla Zuazo) la
caravana empezó a recibir disparos de arma de fuego, obligando al Teniente Zeballos a dar la orden
de parar las camionetas e iniciar la defensa. La situación se tornó dramática, al caer mortalmente
heridos el Teniente Javier Zeballos y los carabineros Luciano Ramírez y Martin Vargas, que pese a
ser evacuados al Regimiento, fallecieron.

En tanto el resto de la caravana fue tomado preso, el Subteniente San Román se salvaría de ser
colgado, gracias a la intervención de un conocido, en cambio el sanitario Jorge Cavero, seria
golpeado hasta perder el conocimiento, a consecuencia de tener en su poder el revólver del Teniente
Zeballos.

La emboscada a la caravana de carabineros, alerto al Comando en Jefe a tomar acciones inmediatas,


cumpliéndose las mismas al final del ultimátum, a las 20 horas. Las unidades militares y los
regimientos de carabineros enfrentaron una resistencia dura en Villa Victoria, que concluyo con más
de veinte muertos y ciento cincuenta heridos, a las 23 horas. A la misma hora, era retomado el control
del Monoblock de la UMSA, a consecuencia del abandono de los grupos “armados” de sus previos.

Los muertos y heridos del Cuerpo de Carabineros y Policías, durante los enfrentamientos del 19 de
mayo de 1950, fueron:

- MUERTOS.
o Regimiento “Constitucional Cap. Javier Zeballos Paredes”.
 Cap. Javier Zeballos Paredes.
 Carabinero Luciano Ramírez.
 Carabinero Martin Vargas.
- HERIDOS.
o Dirección General de Policías.
 Agente Roberto Guzmán Castro.
o Brigada Departamental de La Paz.
 Teniente Ciro Montaño Caballero.
 Agente Eduardo Messmer Núñez del Prado.
o Escuela Nacional de Carabineros y Policías.
 Brigadier Ulises Martínez Alarcón.
 Cadete Humberto Márquez Canedo.
o Regimiento “21 de Julio”.
23
 Teniente Arnulfo Gutiérrez Pérez.
 Carabinero Pedro Sillerico Cruz.
 Carabinero Pablo Quispe Yucra.
 Carabinero Alejandro Tola Suxo.
o Regimiento “Constitucional Cap. Javier Zeballos Paredes”.
 Subteniente Mario San Román.
 Agente Hugo Zegarra.
 Sanitario Jorge Cavero.
 Chofer Gerardo Salinas.
 Carabinero Víctor Moncada.
 Carabinero Manuel Villca.
o Brigada Departamental de Oruro.
 Carabinero Segundo Morales Jiménez.
 Carabinero Antonio López.
 Carabinero Agapito Lovera.
 Carabinero Guillermo Llanos Velarde.

3.2.- La coyuntura de la Participación de Carabineros y Policías durante los sucesos de la


Revolución Nacional de abril de 195230.

La historia oficial y los revisionismos – de línea marxista - sobre los sucesos del 9, 10 y 11 de abril de
1952, están plenamente marcados y alineados al discurso creado por el MNR y por los mineros,
durante el doble sexenio del MNR (1952 – 1964). Tal discurso poco a poco se convirtió en oficial e
irrefutable. Es más, esa idea fue fríamente direccionada a hegemonizar la postura de que el MNR, los
mineros y el pueblo habían hecho la revolución.

Un protagonista, que pese a los esfuerzos por lograr “desaparecerlo” de la historiografía, fue el
Cuerpo Nacional de Carabineros y Policías, institución que tuvo una participación trascendental
antes, durante y después de los sucesos de abril de 1952.

Para comprender la real participación del Cuerpo de Carabineros y Policías, es necesario analizarla
desde sus inicios. El Cuerpo Nacional de Carabineros y Policías fue creado en 1937, al haberse
fusionado el Cuerpo de Carabineros y la Policía de Seguridad. Como institución se organizaba en
ramas, la rama civil, constituida por policías, que cumplían la función de investigación del delito. La
rama uniformada, constituida por carabineros, que cumplían la función de combatir el delito.
Carabineros, estaba organizada internamente, por reglamentos militares. Dentro de sus filas tenía a
militares reenganchados (ex combatientes de la guerra del Chaco) o destinados y carabineros
egresados de la Escuela de Carabineros y Policías.

30
Artículo publicado originalmente con el nombre “¿Dónde están los carabineros de abril de 1952?” el 25 de
octubre de 2015, en el suplemento Animal Político, del periódico La Razón.
24
La instrucción militar - iniciada en 1943, por orden del Presidente Villarroel – dentro de los cuarteles
de carabineros, los fue armando y equipando con logística militar de grueso calibre, llegando a
constituirse en un brazo armada superior al Ejército. De igual manera, los reservistas tenían el
derecho a rengancharse como carabinero de tropa. Durante la Dirección General del Coronel de
Ejército, Isaac Vincenti (1946 – 1951) se fue consolidando el proyecto de “Carabineros en las
ciudades y militares en el área rural”. En 1951, el regimiento Sucre fue trasladado a la población de
Achacachi. Ese mismo año, durante los asaltos violentos (de elementos subversivos) de las
comisarías de Chijini y Munaypata, fallecieron varios carabineros y policías detectives en el
cumplimiento de su deber.

El 9 de abril de 1952, el Cuerpo de Carabineros y Policías fue movilizado “institucionalmente” por el


Ministro del Interior, Gral. Seleme, lo que significó la toma de instituciones estratégicas, como
prefecturas y cuarteles militares en toda la república. En los casos de Oruro, Potosí y Cochabamba, la
falta de precaución y cautela, por parte de los dirigentes movimientistas, llevo a enfrentamientos
posteriores, con vidas inmoladas a la “revolución”.

En la ciudad de La Paz, en la madrugada del 9 de abril de 1952, fueron movilizados los regimientos
de carabineros “Capitán Zeballos” y “21 de Julio”, la Brigada Departamental de Policías, cadetes de la
Escuela de Carabineros y Policías y la Dirección General de Policías y Carabineros, todos con
armamento y municiones, para tomar zonas estratégicas. A todo el elemento civil del MNR, como
voluntarios, el Cuerpo de Carabineros y Policías les distribuyo armas y municiones, tanto de la
Brigada Departamental, Dirección General y de los Regimientos de Carabineros. Por su puesto el
Arsenal de la plaza Antofagasta, tomada por el Capitán de Ejercito Israel Téllez, ya había sido
distribuido masivamente a combatientes civiles.

En día miércoles 9 de abril de 1952, durante la mañana y parte de la tarde, no vio ningún
enfrentamiento “fantástico”. Es más el MNR y su cúpula de dirigentes, desde la radio Illimani, tuvo el
tiempo suficiente para destinar horas a discursos y análisis sobre el nuevo gobierno “revolucionario”
de las FF.AA, Carabineros, MNR y Falange, dirigidos por el Presidente General Antonio Seleme
Vargas. Durante estas horas “apremiantes” se fue creando el discurso de que la “revolución la hizo el
pueblo”, pese a que ese día, el “golpe revolucionario” había sido totalmente pacifico, sin ningún acto
“heroico” de armas.

Lechín desde la radio Illimani, discurseaba sobre la participación minera en la “revolución” y


convocaba a los distritos mineros próximos a la ciudad de La Paz, para movilizarse y hacer “acto de
presencia” porque según él, era necesario defender la “revolución”. Revolución que no había tenido
ninguna participación minera hasta ese momento.

25
En horas de la tarde, el General Humberto Torres Ortiz, se pronunciaba en defensa del gobierno del
General Ballivián, estableciendo su cuartel en la Base Aérea del Alto de La Paz y al mismo tiempo
ordenando la movilización de varios regimientos – nueve en total – con rumbo a La Paz, para
escarmentar a los golpistas. La movilización del batallón de cadetes del COLMIL no fue solo una
orden militar, sino una cuestión de honor institucional, los cadetes optaron por movilizarse a
consecuencia de enterarse que el golpe fue hecho por los carabineros - sus enemigos a muerte - y
que estaban dirigidos por el traidor “turco” Seleme.

Recién en la tarde del 9 de abril iniciaron los combates y por razones del apagón de electricidad a la
ciudad, los combates se reactivaron energéticamente recién al día siguiente, el jueves 10 de abril de
1952.

Los mineros de Milluni, fueron capturados por tropas del Regimiento “Pérez 3ro de Infantería” en la
zona de Achachicala, cuando avanzaban con rumbo a la ciudad de La Paz. Su participación no existió
sino hasta el 11 de abril, cuando fueron liberados por los carabineros.

Ante la renuncia del General Seleme a la conducción de “Gobierno Revolucionario”, se hizo cargo el
Dr. Siles Zuazo el jueves 10 de abril. Las tropas movilizadas de carabineros y policías detectives
fueron puestas a disposición del Comando Revolucionario de Carabineros, a órdenes de Hugo
Roberts Barragán, Coronel de Carabineros Cesar Aliaga y Walter Valda, quienes trazaron una nueva
estrategia de combate, movilizando carabineros y policías detectives a lugares donde se
desarrollaban combates. Cabe resaltar que el personal de carabineros y policías detectives, estaban
instruidos en combate urbano, instrucción que el Ejército no tenía. Razón por la cual capturaron el
polvorín de Caiconi, con el uso de morteros.

El Cuerpo de Carabineros y Policías combatió fervientemente el 10 y 11 de abril de 1952, cooperado


por los voluntarios civiles y militantes del MNR. Su liderazgo fue indiscutible.

El 11 de abril de 1952, el Comando Revolucionario de Carabineros, aplico el plan “Tres Tenazas” por
el cual carabineros y policías detectives de distintas unidades, tomaron la ciudad, atacando cualquier
foco “contrarrevolucionario”. Una primera columna descendió desde la tranca a los Yungas, plaza
Arqueológica (plaza Villarroel), rio Orkojahuira hasta el Cuartel General. La segunda columna reforzó
el frente Universidad, Laikakota y Cuartel General. Finalmente la tercera columna marcho sobre el
centro, San Jorge, Sopocachi, Llojeta y Alto San Pedro.

Destacándose su participación en la captura de regimientos militares en Llojeta, Sopocachi,


Cementerio, Base Aérea de El Alto de La Paz y la defensa del COLMIL por cadetes carabineros.

26
El Cuerpo de Carabineros y Policías tuvo una destacada participación, la cual poco a poco fue
borrada por la historia oficial. Lo contradictorio es que las corrientes revisionistas sigan la misma línea
de la “historia oficial”. Encasillando nuevamente al Cuerpo de Carabineros y Policías (con un sistema
de radio comunicaciones en toda la ciudad, con personal capacitado en lucha urbana, con
excombatientes y reservistas reenganchados y armamento superior al Ejercito) solo como un “apoyo”
pasajero y sin ninguna trascendencia.

4.- La Policía en el siglo XX. Durante el doble sexenio del MNR31.

Los primeros meses del triunfo de la “Revolución Nacional”, el Cuerpo de Carabineros y Policías
continuo brindando sus servicios, por un lado la rama civil o de investigación, identificando los restos
de victimas desconocidas, de las jornadas de abril, para ser entregadas a sus familiares. La rama
uniformada o de seguridad, impulsando la normalización de las actividades comerciales y cotidianas
de los ciudadanos, deteniendo a especuladores, agitadores y maleantes que buscaban sacar
provecho de la situación imperante. De igual manera, resguardar a los prisioneros militares y civiles,
de las jornadas de abril de 1952, que se encontraban recluidos en el Panóptico Nacional (de San
Pedro) y en carceletas de los Regimientos de Carabineros (“21 de Julio” y “Cap. Zeballos”).

En años posteriores a 1952, el Cuerpo de Carabineros y Policías empezó a brindar seguridad a los
pozos y refinerías petroleras de YPFB, capacito a su personal en cursos de Topografía, destinados a
brindar sus servicios en la demarcación de tierras afectadas o colindantes, bajo la coyuntura de
aplicación de la Reforma Agraria. Otra tarea en la cual colaboro el personal de Carabineros y Policías
fue en la alfabetización de la población, sobre todo “campesina” 32movilizando para ello a contingentes
de las diferentes Brigadas Departamentales, Regimientos de Carabineros y Destacamentos
Policiales. Con las medidas de “Nacionalización de las Minas” el servicio de seguridad y orden
también fue una tarea brindada por carabineros y policías33.

Respecto a los abusos cometidos por las “Milicias” obreras, campesinas y mineras y los abusos de
los campos de concentración contra la población, se debe señalar que algunos carabineros se
prestaron a desempeñar esas tareas, al ser el salario y la influencia política de las milicias, bastante
tentadora.

31
Jhosmane Jesus Rojas Padilla. Cuerpo Nacional de Carabineros y Policías (1952 – 1956). 2015. Tesis de
Licenciatura en Historia. Carrera de Historia, UMSA.
32
Se debe recordar, que el MNR busco transformar al indio en campesino, aplicar un proceso de
“campesinizacion”.
33
Como dato anecdótico, en 1955 la Escuela de Carabineros fue elevada a Academia Nacional de Carabineros,
modificándose su malla curricular y los años de formación de oficiales de carabineros. Se aprobó una Ley
Orgánica de Policías, que en la práctica estableció la eliminación del término carabinero y solo mantener el
término “Policía”.
27
Por otra parte la politización de las diferentes fuerzas sociales organizadas por parte del MNR, llevo a
crear las famosas “Cedulas”, la cual también se constituyó en el Cuerpo de Carabineros,
corrompiendo los principios policiales a muchos carabineros y policías, mismos que desde la “Cedula
Armada de Carabineros” lograron acceder a provenzalismos y clientelismos del MNR.

Los conflictos regionales, las pugnas al interior del MNR, llevaron a una división del partido (las alas
de izquierda y de centro) y el carácter caudillista de Paz Estenssoro (quien llego a considerar la
“Revolución Nacional” como algo inseparable de él, “sin Víctor Paz Estenssoro no hay Revolución”)
empujaron a un desgaste desenfrenado del último gobierno del MNR, lo cual posibilito el ascenso en
popularidad, del entonces Vicepresidente, Gral. Rene Barrientos Ortuño. Situación que finalizo con el
Golpe de Estado del 4 de noviembre de 1964 contra el Presidente Paz Estenssoro.

4.1.- La coyuntura de la desaparición del Cuerpo de Carabineros: 5 de enero de 196534.

En noviembre de 1964, una protesta de estudiantes de secundaria (en rechazo a la elevación del
costo de las libretas escolares) apoyado por estudiantes universitarios, había alcanzado situaciones
dramáticas como resultado del choque con las fuerzas de carabineros, milicias movimientistas y
barzolas.

Tales sucesos oxigenaron al movimiento político antipazestenssorista, es más adelantaron el golpe


de Estado, de las FF.AA y los partidos opositores al MNR.

El 3 de noviembre de 1964, unidades militares de La Paz y Cochabamba se amotinaban contra el


gobierno de Paz Estenssoro. El entonces vicepresidente Barrientos solicitaba, como salida a la crisis
política – militar, la renuncia del presidente Paz como la suya y la entrega del poder a una Junta
Militar. Todo ello, a consecuencia de existir un motín militar que se iba expandiendo “masivamente” a
toda la república.

El Cuerpo de Carabineros mantenía sus labores “constitucionales” de mantener el orden público y el


resguardo de la propiedad privada, razón por la cual no se plegó inmediatamente al motín militar, es
más, mantuvo una postura desconfiada tanto con el gobierno, como con los militares.

El 4 de noviembre de 1964, con la renuncia del presidente Víctor Paz Estenssoro, el Cuerpo de
Carabineros se replegó a sus cuarteles y unidades, a la espera de nuevas órdenes. La renuncia del
presidente no se materializo hasta horas de la tarde, por ello los enfrentamientos entre milicianos

34
Publicado como “5 de enero de 1965: Desaparición del Cuerpo de Carabineros” el domingo 10 de enero de
2016, en el suplemento Animal Político, del periódico La Razón.
28
movimientistas y barzolas contra militares, universitarios y población continuaba. La aviación apoyó el
ataque a puntos estratégicos contra los milicianos, tanto en Laikakota, Killi Killi y San Antonio.

La población identifico el hermetismo del Cuerpo de Carabineros, como una defensa pasiva del
gobierno movimientista, razón por la cual inicio el asalto a sus regimientos y unidades, logrando
aprovisionarse de armamento pesado y liviano. Para horas de la tarde, la noticia de la renuncia del
presidente se hizo “viral” y ya se empezaba a hablar de un gobierno militar, encabezado por el Gral.
Alfredo Ovando Candía.

El 5 de noviembre de 1964, juraba como presidente de la Junta Militar, el Gral. Rene Barrientos
Ortuño (con una corta copresidencia Barrientos – Ovando) iniciando – según Barrientos – “la
Restauración de la Revolución Nacional”.

Entre noviembre y diciembre de 1964 se fue denunciando los excesos políticos del partido derrocado
– el MNR – como ser: Control Político, Milicias, Logias, casos de corrupción y otros que lograron
despertar un apoyo inusitado a la persona del Gral. Barrientos, sumado a los casos de “atentados”
contra su vida (auto atentado) que lo convirtieron en la figura pública de la política boliviana.

Las voces para una “Reforma del Cuerpo de Carabineros” nacidos en la universidad, hicieron eco en
las autoridades militares, las cuales criticaban el carácter armado de los carabineros y buscaban
convertir a la institución en una “Guardia de Seguridad”, con laque, pito y revólver.

El primer paso fue abrogar la Constitución de 1961 y retornar a la de 1947, donde el art. 172 les daba
la potestad – a las FF.AA – de la función de Seguridad Interna. El segundo paso, desarmar a la
institución a partir de un plan indirecto, apoyado por la población, el “PLAN DESARME” (que si bien
logro la entrega de armamento tanto de ex milicianos, civiles y campesinos, no consiguió desarmar
totalmente al Cuerpo de Carabineros). El tercer paso, crear un escenario adverso a la institución
policial, reactivando casos judiciales e iniciando investigaciones contra oficiales de carabineros (citar
el caso Calamarca, la existencia de una logia “Guadalquivir”, la célula movimientista de Carabineros y
otros) lo que permitiría a corto plazo, la aceptación por parte de la sociedad de una “necesaria
intervención de las FF.AA al Cuerpo de Carabineros”.

El cuarto y último pasó, vincular a los carabineros en un golpe de Estado pro Paz Estenssoro. En
diciembre de 1964 se hizo público, mediante denuncia del ministro de gobierno, sobre un plan
conspirativo de los carabineros, para apoyar el retorno del ex presidente Paz. Esta conspiración
pretendía – según el gobierno – movilizar a los carabineros, con todo el material bélico que tenían,
contra las FF.AA y el pueblo.

29
El 3 de enero de 1965, el presidente Gral. Barrientos ordenó la intervención de todas las unidades de
carabineros existentes en la república, como garantía para frenar los planes golpistas de los
carabineros. A partir de ese momento, la institución policial fue intervenida por las FF.AA, se inició la
detención de supuestos implicados en el plan golpista (incluso el Comandante General, Gral. Agustín
Morales fue detenido y acusado de sedición) se requisaron los cuarteles de carabineros como la
Academia Nacional de Policías, donde se encontraron armas pesadas y livianas “escondidas”, las
cuales fueron trasladadas al Cuartel General de Miraflores y se procedió a perseguir y dar de baja a
jefes, oficiales y tropa de carabineros.

Mediante Decreto Ley Nº 7015 del 4 de enero de 1965, el Cuerpo de Carabineros (la ex Policía
Nacional) pasaba a denominarse “Guardia Nacional de Seguridad Publica”, descentralizando al
Cuerpo Policial en tres unidades: La Guardia Nacional, Dirección Nacional de Investigación Criminal
y Dirección Nacional de Tránsito, buscando con esta medida – según el gobierno – despolitizar al
Cuerpo Policial de la influencia movimientista, crear una institución acorde a la “Doctrina de
Seguridad Nacional” y de servicio de la sociedad civil, mostrando a un guardia armado de laque, pito
y revólver.

El 5 de enero de 1965 inicio la desaparición de la memoria del Cuerpo de Carabineros y la


consolidación de la vendetta militar por la derrota del 9 de abril de 1952. Intervención militar que
duraría 17 años (1965 – 1982) periodo en el cual las FF.AA relegaron a la institución policial a un bajo
perfil en las tareas de seguridad pública.

5.- La Policía en el siglo XX. Segunda Mitad de Siglo.

Las tareas de seguridad y de investigación desarrolladas por la Policía Nacional, tendrían la


incorporación de un nuevo elemento delictivo, tal cual fue el narcotráfico, mismo que desde la década
del 70´ se presentó como una actividad ilícita de crecimiento en torno a casos y sujetos involucrados.

El narcotráfico no discriminaba clase o estatus social, ricos o pobres, citadinos o campesinos, el


negocio ilícito llevo a involucrar a familias enteras e incluso a poblaciones. El caso de las “matanzas
de Chulumani” del 1 y 2 de octubre de 1982 mostraba como los narcotraficantes podían influenciar en
la población, al grado de llevar a cabo la muerte horripilante de 7 policías, de donde solo 2 salvaron
sus vidas “milagrosamente”. Esta experiencia traumática llevo a estructurar a la entonces Oficina de
Narcóticos a una Dirección y finalmente a una Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico
(FELCN)

Por otra parte, la década del 70´ represento el crecimiento y consolidación institucional, de la mano
del Comandante General, Coronel Pablo Caballero Díaz, viabilizando el funcionamiento de

30
reparticiones policiales, como la Escuela Básica Policial Femenina 35, el GES y Radio Patrullas 110
entre algunas, como también el funcionamiento de la Escuela Superior de Policías. Igualmente, junto
a la Brigada Femenina, las dos primeras oficiales de Policia, egresadas de la Academia Nacional de
Policias, Hilda Garcia y Noemi Valdivia.

Si bien es cierto que la década del 80´ permitió consolidar una aspiración institucional, al tener al
primer General de Policía (Roberto Quinteros Encinas), el ámbito normativo fue el que tuvo mayor
relevancia, porque se llegó a aprobar una nueva Ley Orgánica de la Policía, el 8 de abril de 1985,
misma que permitió unificar los servicios policiales, que a consecuencia del D.S. del 5 de enero de
1965 se encontraban divididos en 3 ramas o direcciones.

El nuevo modelo económico trajo consigo una diversificación o proliferación de delitos, mismos que
tuvieron que ser enfrentados con la creación o establecimiento de nuevas unidades o reparticiones
policiales, tales como UMOPAR, C.O.A, Brigada de Protección a la Familia, DIPROVE, Unidad de
Polivalentes y la Dirección Nacional de Seguridad. En la misma línea, los conflictos tomaron otras
matices, desde la recordada “Marcha por la Vida” de 1986, la cual fue intervenida por orden del
gobierno, los secuestros y atentados terroristas perpetrados por organizaciones guerrilleras, como el
ELN y el EGTKL, mismas desarticuladas en operativos de inteligencia policial. Hasta los dolorosos
sucesos de la “Masacre de Navidad de 1996” o enfrentamientos entre Amayapampa, Capacirca y
Llallagua, que sembraron luto y dolor en la familia potosina y en filas de la Policía, lamentándose la
muerte del Coronel Eduardo Rivas Rojas, comandante del GES, casi en las postrimerías del siglo XX
que terminaba su ciclo histórico.

Cerrando el siglo XX, la crítica de la población hacia la Policía había mantenido los parámetros del
siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, identificando a la Policía como una institución corrupta,
prepotente del poder y vinculada al crimen organizado, si bien era cierto que algunos “elementos
malos” de la institución habían arrastrado la imagen de la Policía a ese nivel, existió un esfuerzo por
parte de la misma institución para transparentar el servicio policial ante la población pero sin contar
con la repercusión que se esperaba de parte de la población.

5.- La Policía en el siglo XXI.

El nuevo siglo trajo consigo los pormenores del agotamiento del “nuevo modelo económico”, aplicado
desde 1985, que había entrado en crisis y que empezaba a repercutir en protestas considerables. El
caso de la llamada “Guerra del Gas” y de los “Bloqueos del Altiplano” que generaron espirales de

35
En 1973 se inició la formación de mujeres policías, en el ámbito de tropa o clases. Pero en 1798 lograron
egresar de la Academia Nacional de Policías las subtenientes Hilda García Alcázar y María Noemí Valdivia
Rico.
31
violencia, delincuencia y muerte - aprovechados por agrupaciones de la vieja izquierda - mismas
como respuesta radical a la crisis del nuevo liberalismo.

Ciertamente esta ola de descontento social también tuvo repercusión en la Policía Boliviana, al
haberse dado el amotinamiento de unidades policiales – aglutinadas en el G.E.S – por la búsqueda
de la mejora de las condiciones laborales y salariales de los policías. Este motín en dos
oportunidades (2000 y 2001) había logrado el ansiado aumento salarial, pero al darse un tercer motín
– los tres representados y liderados por el My, Vargas – la situación cambio abismalmente, al darse el
enfrentamiento entre Policías y Militares en la plaza Murillo, en febrero de 2003, finalizando en horas
de la noche, con saqueos y actos vandálicos, perpetrados por la sujetos, ante la carencia o
inexistencia de la Policía. Como balance de muertos se tuvo 14 civiles, 4 militares y 10 policías.

En esta coyuntura conflictiva que se alargó desde la mal llamada “Guerra del Gas” – en octubre de
2003 – pasando por el caso del minero Picachuri y la muerte del Coronel Marbel Flores y el Cabo
René Amurio – el 30 de marzo de 2004 – y otros casos más en Papel Pampa (Oruro), Caihuasi (La
Paz), Sorata, Achacachi y Epizana (Cochabamba), hasta los conflictos regionales, entre la mal
denominada “Media Luna” y su pulseta con el gobierno de Evo Morales Ayma, el proceso de la
Asamblea Constituyente (2006 – 2009) los mismos como antecesores histórico – sociales del
establecimiento del Nuevo Estado, el Estado Plurinacional de Bolivia.

Al interior de la Policía, la consecución del Sistema Educativo Policial y la Universidad Policial, tuvo
como punto de inicio, la Resolución Suprema del 2 de enero de 1996, que crea la Facultad de
Ciencias Policiales (ANAPOL), Escuelas Básicas Policiales (ESBAPOL) y Centro de Formación
Técnico Policial (CEFOTES) como unidades de formación policial y a nivel post grado la Escuela de
Especialización y la Escuela Superior de Policías. Las disposiciones de 1996, 2004 y 2010 – que
crean el Instituto de Investigación Técnico Científico de la Universidad Policial IITCUP – permitieron
consolidar el Sistema Educativo Policial, al igual que su incorporación al CUB (Comité de la
Universidad Boliviana) como Universidad Policial “Mariscal Antonio José de Sucre”.

El nuevo siglo presenta nuevos desafíos para la Policía Boliviana, como los casos de delitos
cibernéticos y la trata y tráfico de personas, mismas que han llevado a encarar una continua
especialización de la función policial y la mejora de la imagen policial, aunque cabe reconocer que las
estadísticas sitúan a la Policía como una de las instituciones con mayores denuncias de abuso de
poder, maltratos a la población y corrupción 36, pero dichas estadísticas deben considerarse por parte
de la misma Policía, como un parámetro de continua mejora e identificación de los malos elementos
policiales y su alejamiento definitivo de la institución.
36
Citar los informes del Defensor del Pueblo, de la APDH, del Observatorio de DD.HH. de las ONU y del
Ministerio de Transparencia y lucha contra la Corrupción entre algunos.
32
Evidentemente una de las reformas más necesarias es la institucionalización de la Policía, misma que
pasa por despolitizarla, situación que conlleva un respeto tácito a la función constitucional de la
Policía Boliviana, por encima de caprichos de partidos políticos o sectores sociales, ello para
dignificar su rol ante la sociedad, la cual es la seguridad del “pueblo boliviano”. Ante ello, las
coyunturas transitan evidentemente por ciclos históricos llamativos, siendo el caso reciente de los
sucesos de noviembre de 201937, muestra de ese necesario respeto a la institución policial y su
función constitucional. Complementariamente una nueva escala salarial y reglamentación disciplinaria
interna, conllevaría a profundizar esta institucionalización policial.

Conclusiones.

La capacidad que tiene el oficio del historiador de enfrentar las diferentes visiones sobre un mismo
hecho, muchas que transitan por invenciones recientes y otras que han soportado el peso de los
años, manifiesta el objetivo que el historiador busca, el de explicar los hechos, sucesos, fenómenos,
coyunturas y procesos de nuestra humanidad, objetivo que debe lidiar con mentalidades, doctrinas,
ideologías, religión y otras más, ciertamente arraigadas profundamente en la mente de los individuos.

Por ello, la historia de la Policía Boliviana, va transitando por este objetivo del oficio del historiador, el
de explicar a la Policía como el sujeto de la historia, sujeto que transita por un olvido bibliográfico en
relación al “estado del arte” sobre la temática de la Historia de Bolivia. Esta situación, debe indagar
por qué no está incorporada la Policía Boliviana, al ser una institución creada a la par del Estado
Boliviano y existente en diferentes coyunturas y procesos de la vida histórica de Bolivia.

A partir de este cuestionamiento, tentativamente el presente ensayo histórico busco introducir de


manera breve, coyunturas de la Policía Boliviana y Su Historia, en quien busca comprender que la
Policía Boliviana, mas allá de sus estigmas sociales y culturales, forma parte de la Historia de Bolivia
y mantener la mentalidad de seguir excluyéndola es caer en una negación histórica, la Policía
Boliviana y Su Historia también es la Historia de Bolivia.

El análisis histórico de la realidad boliviana queda con vacíos, y en parte se debe a solo incorporar a
un sector o actor histórico, esto minimiza la búsqueda de una historia global, por ser sectorial y hasta
discriminatoria. La historia tiene diferentes visiones, dinámicas y no estáticas, y entre ellas está la

37
El 8 de noviembre, personal policial de la Unidad UTOP de Cochabamba llevaría a cabo el repliegue de su
personal, manifestando su apoyo a la población boliviana, el respeto al Referéndum del 21 de febrero de 2016 y
a la resolución del Cabildo del 4 de noviembre, que pedía la renuncia del presidente Evo Morales por el fraude
en las elecciones del 20 de octubre. Este repliegue policial se expandiría a toda Bolivia, logrando el apoyo
ciudadano y el rechazo de los sectores afines al partido de Gobierno (MAS). Posteriormente a la renuncia de
Evo Morales, las acciones vandálicas sobre todo en la ciudad de La Paz y El Alto, desembocaron en la quema y
saqueo de unidades policiales, siendo algunas que gracias a la vigilia y resistencia ciudadana lograrían salvarse
de la turba iracunda y berrinchuda, que levantaba la demanda de retorno de su “caudillo”, Evo Morales.
33
historia de la Policía Boliviana, misma con sus pros y contras, por ser la función del oficio del
historiador no juzgar sino explicar las diferentes temporalidades del tiempo de la humanidad.

El presente ensayo tentativo no es el final sino el inicio de más investigaciones sobre la temática
“Policía Boliviana”.

Anexos.

34
35
36
37
Fac
símil original del Reglamento de Policía del 24 de junio de 1826. Archivo y Biblioteca Nacional de Bolivia –
Sucre. Proporcionado por el Coronel Pabel Álvarez.
38
Intendencia de Policía, Oruro 1827.

39
Intendencia de Policía, Cochabamba 1827.

Intendencia de Policía, Potosí 1827.

40
Intendencia de Policía, La Paz de Ayacucho 1827.

Intendencia de Policía, Chuquisaca 1827.

La coyuntura de la Guerra del Pacifico.

Coronel Exequiel Apodaca.


41
Fuente: Historiador José Pradel
La coyuntura de la Guerra del Chaco.

Diario de Campaña del RI 16 de Infantería.


Fuente: Archivo Histórico Militar – Estado Mayor.

Carabineros en la Guerra del Chaco. Luis Vergara Aumada. Octubre de 2005


42
Museo y Archivo Policial.

Regimiento de Gendarmes – La Paz.


Fuente: Historia de la Policía Boliviana. Tomo II.

Mensaje del Presidente Enrique Hertzog, al Cuerpo de Carabineros y Policías.


43
Fuente: Revista de la Policía Boliviana. 1948
La Policía en el siglo XX. Después de la Guerra del Chaco.

Cuartel del Regimiento de Carabineros Calama –


Zona del Calvario. Década del 40.
Fuente: Familia Bustillos.

Cuartel de la Calle Sucre – Zona Central. 1938


44
Fuente: Fotos Antiguas de La Paz – Facebook.

Grupo A, Sección de motocicletas, Brigada Departamental de Carabineros y Policías.


Fuente: Revista de la Policía Boliviana 1937.

Primer laboratorio de criminalística.


45
Fuente: Revista de la Policía Boliviana. 1937

Benigna Manzano (Pionera de la investigación criminalística)


Fuente: Revista de la Policía Boliviana marzo de1937

Víctor Manuel del Castillo


46
, Fuente: Revista de la Policía Boliviana, mayo – junio de 1952.

Primer carro bombero.


Fuente: Revista de la Policía Boliviana. 1940

Teniente Javier Zeballos Paredes.


Fuente: Revista de la Policía Boliviana, mes de mayo y junio de 1950.
47
Imagen estilizada del Capitán Javier Zeballos Paredes.
Museo y Archivo Histórico Policial.

La coyuntura de la Revolución de abril de 1952

Instrucción de Armas Pesadas en el Regimiento “Zubieta”. Potosí.


Fuente: Museo y Archivo Policial
48
Servicio de motocicletas, del Cuerpo de Carabineros y Policías.
Fuente: Revista de la Policía Boliviana. 1952

Acto Cívico en el Regimiento “Capitán Javier Zeballos Paredes”. Zona Calvario. 1952
Fuente: Museo y Archivo Policial.
49
Carabineros, Policías y civiles movilizados el 9 de abril de 1952, encima de camionetas de la Brigada
Departamental de Policías de La Paz.
Fuente: Álbum de la Revolución Nacional.

Brigadier Mayor Remberto Tapia Cuellar38


Fuente: Revista de la Policía Boliviana, abril de 1956.

38
El Brigadier Mayor fallecería el 9 de abril de 1952, en horas de la tarde, cuando empezarían los primeros
enfrentamientos en la zona de San Jorge. Al final de la avenida 6 de agosto, mientras ocupaba una posición en
un techo seria herido mortalmente en la cadera derecha.
50
Carabineros, Policías, movimientistas y civiles movilizados el 9 de abril de 1952.
Fuente: Periódico El Diario, viernes 11 de abril de 1952.

Detective, Carabinero y civil, durante los enfrentamientos de abril de 1952.


Fuente: Revista de la Policía Boliviana. 1952

51
Bajo la coyuntura del “Nacionalismo Revolucionario”.

Fuente: Revista de la Policía Boliviana Nº 175.

Fuente: Revista de la Policía Boliviana Nº 175.


52
Fachada de la Academia Nacional de Carabineros – Década del 60´
Fuente: Archivo y Museo Policial.

Academia Nacional de Policías – Década del 60´


Fuente: Archivo y Museo Policial.

53
Bajo la coyuntura de la desaparición del Cuerpo de Carabineros.

Fuente: Periódico El Diario enero de 1965.

Ocupación militar del Regimiento de Carabineros de la Zona de San Pedro.


Fuente: Periódico El Diario, enero de 1965.

54
Bajo la coyuntura de la unificación policial.

Fuente: Revista de la Policía Boliviana, numero 215.

Coronel Pablo Caballero Díaz.


Fuente: Revista de la Policía Boliviana número 215.
55
Inauguración del año académico de la Escuela Superior de Policías.
Fuente: Revista de la Policía Boliviana, numero 217.

La mujer policía.
Fuente: Publicación Oficial por el Sesquicentenario de la Policía Nacional 1975
56
La mujer policía.
Fuente: Publicación Oficial por el Sesquicentenario de la Policía Nacional 1975

Egreso de las primeras oficiales policías, Noemí Valdivia e Hilda García.


Fuente: Revista de la Policía Nacional Nº 222.

57
Aspirantes a Oficiales de Policía de 1979.
Fuente: Revista de la Policía Nacional Nº 222.

La mujer policía.
Fuente: Publicación Oficial por el Sesquicentenario de la Policía Nacional 1975
58
La Policía en el siglo XXI.

Entierro de policías caídos, durante las jornadas de febrero de 2003.


Fuente: Periódico La Razón, digital.

Repliegue de personal policial de la Unidad UTOP - Cochabamba


Fuente: Periódico Los Tiempos, digital.

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