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Como puedes observar, cumplir estos pasos demanda tiempo para preparar la exposición,
generalmente, en estos cursos los alumnos dejan para el último momento la preparación de sus
exposiciones, esto es uno de los factores que propician el de su exhibición. Dedica tiempo a
preparar tus presentaciones, de manera que te sientas satisfecho con tu trabajo y tengas la
posibilidad de mejorar cada vez que te pares ante una audiencia.
6.2 Etapas de la comunicación estratégica
Fonseca (2005) señala que la comunicación estratégica se compone de
tres partes principales (tabla 6.1): planeación, organización e interacción;
independientemente del contexto es formalizada, se prepara y elabora
antes del momento de la interacción, además debe tener estructura y
forma. La comunicación puede llevarse a cabo:
De persona a persona
De persona a grupo
De persona a público
De grupo a público
¿Quién?
Definir quién presentará la información tiene que ver con identificar las
cualidades del comunicador para afrontar el reto de dar un mensaje a
una audiencia específica.
Como te habrás dado cuenta, se debe poner mucha atención; las preguntas que pueden surgir son
las siguientes: ¿Qué hago si nadie de mis compañeros de equipo cumple con los requisitos
anteriores? ¿Qué pasa si la exposición es individual y soy yo quien tiene que presentarse
ante la audiencia? ¿Qué hago si tampoco yo cumplo con el perfil para lograr una excelente
exposición?
Lo que se espera en cualquiera de los tres casos es que tú o tu equipo entren en un proceso de
reflexión para determinar la estrategia para prepararse y cumplir con el perfil. Cada persona tiene
habilidades diferentes, por lo mismo, el tiempo de preparación será distinto.
¿Dice qué?
Dale y Wolf (2006) reconocen que iniciar la preparación del mensaje es una
de las actividades en las que más problema encuentran los alumnos, señalan que esta tarea se
facilitaría si se lograra definir claramente el tópico sobre el cual se desea hablar.
Osborn, et al., (2009) apuntan que un buen tópico es aquel que estás preparado para manejar,
que se relaciona contigo y con la audiencia. Explican que te motivará a investigar información y hará
que te sientas cómodo al momento de exponer. Por otro lado, de acuerdo a McEntee (2004), para
seleccionar el tema hay que considerar tanto el interés y preferencia del público, como el
interés y preferencia del orador. Propone también que el orador haga un autodiagnóstico de sus
actividades preferidas y pasatiempos además de su conocimiento especializado, esto le permitirá
identificar un mayor número de temas sobre los que podría hablar; así mismo puede utilizar
una lluvia de ideas.
Osborn, et al., (2009) se enfocan en aquellas exposiciones en las que tú tienes la libertad de
seleccionar el tema, pero, ¿qué pasa cuando el reto se complica y no sólo tienes que exponer,
sino que debes hacerlo sobre un tema con el cuál no estás familiarizado o del cual no tienes
mucha información?
Fonseca (2005) señala que el orador puede construir el mensaje basándose en dos tipos de
información: la adquirida y la inmediata.
De acuerdo con estos dos tipos de información, existen dos categorías de temas que puedes
mencionar:
1. Los que conoces y de los cuales puedes hablar porque cuentas con información
2. Los que gustan o interesan, pero que desconoces y es necesario buscar información
En el proceso de la elección del tema intervendrá nuestra manera de ser, pensar y hacer, por
eso no basta producir ideas para decir algo, sino estar plenamente convencido de las ideas
que se eligen y se dicen.
Vale la pena señalar que debido la facilidad de acceder a la información a través de la tecnología,
un reto es identificar y seleccionar fuentes confiables. Debes cuidar que la información que citas
sea veraz y actualizada, trata siempre de incluir en tus presentaciones los datos más recientes,
las fuentes que son consideradas autoridad en el tema sobre el cual vas a exponer y en definitiva,
aportar información que la audiencia considere novedosa, relevante y útil.
¿A quién?
Conocer conformación de la audiencia es un paso que no debes pasar por alto, entre más sepas de
ella, mayores serán tus posibilidades de preparar y presentar un mensaje apropiado. Si conoces tu
audiencia tendrás el beneficio de incluir ejemplos, anécdotas, datos y estadísticas que sean
relevantes. Recuerda que uno de los objetivos al realizar una exposición es lograr la empatía y
ésta se logrará en la medida en la que te sientan sensible a su realidad o contexto. Una buena
forma de iniciar tu preparación es preguntarte:
¿Quiénes asistirán a escuchar mi presentación?
¿Qué tanto saben del tema que les voy presentar?
¿Qué podría hacer para lograr la empatía con la audiencia?
Hay 3 tipos de análisis de receptores:
1. Análisis demográfico
Osborn, et al., (2009) explican que lo que la gente puede saber acerca del tema que vas a exponer
estará determinado por la edad, género, educación, grupos a los que pertenece y su historial social
y cultural. Estos factores conforman lo que se denomina el análisis demográfico de los receptores.
2. Análisis de actitudes
Realizar el análisis demográfico incluye tomar en cuenta las actitudes, creencias y valores de la
audiencia, con la intención de saber cómo reaccionarán sus integrantes ante el tema que presentas.
Piensa, por ejemplo, que estás exponiendo sobre el tema del aborto y que tanto tú como la
audiencia están de acuerdo en la legalización del mismo. En este escenario, lo más probable es
que logres empatizar con la audiencia y te escuchen con atención, sin embargo, ¿qué pasaría si la
audiencia estuviera conformada por personas que no están de acuerdo con la despenalización?,
¿cómo reaccionarían?, ¿qué tan fácil sería convencerlas de que escuchen tu exposición con
atención y sin interrumpir?, ¿qué tan dispuestas estarían a creer en la información que presentas?
Como te puedes dar cuenta, el análisis de actitudes es requisito indispensable para lograr que la
audiencia reciba tu mensaje y te otorgue credibilidad.
3. Análisis psicológico
Fonseca (2005) destaca que este análisis exige mucha investigación y se enfoca en el pensamiento
o conducta de los receptores; se usa en la comunicación persuasiva. Un comunicador que dedica
parte de su tiempo a observar, pensar y elegir el tema de acuerdo a las características de su
receptor tiene muchas probabilidades de influir y lograr credibilidad y éxito en su propósito de
comunicación.
Analizar los acontecimientos que ocurren en el contexto de la audiencia puede ayudar a
definir cómo se sienten sus integrantes, qué preocupaciones tienen, el ánimo o su necesidad de
asistir a escuchar a un expositor.
Piensa por un momento que vas realizar una presentación con el propósito de reclutar personas
para un cuerpo policiaco en una ciudad donde la delincuencia organizada ha cobrado la vida de
muchas personas y es conocido que el nivel de riesgo es sumamente alto. Lo más probable es que
las personas sientan miedo de enrolarse, por consiguiente, difícilmente tendrás éxito en tu
exposición si no presentas información que ayude a contrarrestar el temor.
¿Para qué?
Debes tener claro para qué te presentas ante la audiencia, ¿quieres que reciba información y
aumente su conocimiento sobre un tema?, ¿deseas que luego de escucharte difunda la información
que le presentas?, ¿quieres que se motive y decida realizar una acción? Si como expositor tienes
claro lo anterior, podrás organizar las ideas que vas a presentar, integrar ejemplos que sean válidos
y utilizar el tiempo de exposición para lograr tu objetivo y aumentar las posibilidades de éxito.
No olvides que si no tienes el “para qué” bien definido, corres el riesgo integrar a tu exposición
información interesante, pero no necesariamente útil para alcanzar tu propósito.
¿Dónde?
Los lugares en los que pude realizarse una exposición son muy variados, sin embargo, pueden
clasificarse de la siguiente forma:
Cada espacio representa un reto, piensa cómo se modificaría tu preparación si tuvieras que
exponer en los tres escenarios siguientes:
A lo largo de los semestres, se ha visto cómo los alumnos acostumbran a preparar sus
exposiciones para presentarlas en el salón de clase, cuando se les solicita hacerlo en escenarios
distintos, les cuesta mucho trabajo adaptarse y tener éxito en su presentación.
Algunas recomendaciones para que puedas sentirte cómodo al momento
de exponer son las siguientes:
Adopta como práctica común revisar personalmente y con anticipación el lugar en el que
expondrás.
Visita el lugar y practica la exposición de tu mensaje.
Si vas a utilizar el equipo de cómputo instalado en el lugar, revisa que las versiones del
software sean compatibles con las que utilizaste para desarrollar tus apoyos visuales.
Si vas a utilizar equipo de cómputo personal realiza pruebas con el proyector, cuida que
no se distorsionen las imágenes, colores y textos.
1. Cuando hay una graduación, eligen a uno de los miembros de la generación para que
dé un discurso a los compañeros.
2. Tu jefe te pide hacer una exposición sobre algún tema frente a los directivos de la
empresa.
3. Por tu experiencia laboral o alguna investigación académica, te piden dar una
conferencia en alguna universidad o compañía.
4. Cuando se te pide dar unas palabras en la boda del hermano, hijo, sobrino o brindis
navideño.
Como te puedes dar cuenta, el uso de la comunicación estratégica está presente en escenarios
muy diversos de nuestra vida diaria.
7.1 Organización estratégica del mensaje
Fonseca (2005) señala que el comunicador, luego de concluir la etapa de planeación, debe saber
organizar las ideas que contendrá el tema que haya seleccionado y elaborar las diferentes partes
que componen todo el mensaje, desde el principio hasta el final, haciendo las adaptaciones
necesarias de acuerdo con las características de los receptores.
La autora explica que para la comunicación estratégica se deben realizar acciones como respuestas
a las preguntas que señalan las tres etapas principales de la organización del mensaje:
¿CÓMO?
¿Cómo voy a organizar el mensaje?
¿Cómo lo voy a elaborar?
¿Cómo lo voy a presentar?
Responder “¿Cómo?” pudiera ser una de las tareas más operativas del proceso de la comunicación,
ya que el comunicador deberá efectuar tareas mentales para generar las ideas, estructurarlas,
darles un orden lógico y desarrollarlas verbalmente para formar el mensaje, así mismo, deberá
elaborar una introducción, una conclusión y, cuando se requiera, apoyar con material visual el
contenido. Estas tareas se resumen en tres procesos de acción:
Debe quedar claro que la interacción con la audiencia no es un acto que se deba dejar a la
improvisación.
Introducción
Idea central
Desarrollo del tema
Conclusión
La cantidad de información en cada subtema debe estar equilibrada, asegúrate que la audiencia
perciba que tus ideas están presentadas cronológicamente, tomando en cuenta la geografía o el
espacio, de lo general a lo particular o de lo particular a lo general; divididas por causa y
efecto o presentando el problema y posteriormente la solución.
Desarrollo verbal de ideas
Fonseca (2005) resalta que cuando se han determinado todos los pasos de la
etapa de preparación, lo siguiente será usar nuestras habilidades de redacción para elaborar
las ideas subordinadas, con su respectivo desarrollo verbal, para que extiendan y concreten el
mensaje. La redacción es muy importante, ya que requiere apoyos verbales que se utilizarán como
medios para expresar sus las ideas.
A continuación se presentan algunos de los apoyos verbales señalados por McEntee (2004) para
el desarrollo de ideas:
Al elaborar una introducción se debe cuidar que tenga las tres partes principales (Fonseca, 2005):
La conclusión
La seguridad y el dominio de la audiencia a lo largo del tiempo que dura tu exposición permitirán
que el cierre o conclusión se presenten de acuerdo a lo planeado. Se han visto muchos casos en
los que el expositor ha desarrollado un excelente mensaje, pero la presión y el nerviosismo lo
obligan a salir abruptamente de la sala de exposición sin concluir.
Recuerda que el secreto para mantener el control al momento de exponer es practicar antes.
Fonseca (2005) explica que una vez que se ha seleccionado la conclusión más adecuada para el
mensaje la etapa de elaboración se completará con todas sus partes:
1. La selección del tema
2. Los propósitos
3. La idea central
4. La introducción con sus tres partes
5. El cuerpo del mensaje, en un formato con sus ideas principales, ideas subordinadas y
material de desarrollo verbal
6. La conclusión
Con la conclusión termina la elaboración del mensaje, solamente falta elegir las ideas que
necesitarán algún tipo de material visual como apoyo para la presentación.
Objetos
Modelos
Fotografías
Diapositivas
Películas y videoclips
Dibujos
Mapas
Gráficas
Sitios de Internet
Portales electrónicos
Tutoriales en línea
Manipulación de herramientas en tiempo real
Experimentos transmitidos desde locaciones remotas
8.2 La conferencia
De acuerdo con Fernández (citado en Fonseca, 2005), la ponencia es un discurso que integra un
conocimiento a través de una tesis (o también el resumen de una investigación o conocimiento)
que se presenta ante un congreso o una mesa redonda para llegar a conclusiones,
recomendaciones y resultados aprovechables, realizando un análisis y una deliberación previos.
No se considera exclusiva de los ambientes científicos y académicos, al igual que la conferencia
representa un discurso que promueve el conocimiento, se presenta ante un público que acude a
congresos y expresa sus opiniones en un ambiente deliberativo.
Fonseca (2005) menciona las diferencias que existen entre la conferencia y la ponencia:
Cada caso requiere manejar información de forma diferente, por ejemplo, cuando quieres formar
actitudes proporcionas información nueva y relevante que le permita a la audiencia conocer sobre el
tema, cuando quieres cambiarlas presentas datos distintos y opuestos a los que conoce la
audiencia y en los cuales fundamenta su actitud. Para reforzar actitudes, requieres presentar
información que la audiencia ya conoce, pero enfocada a motivarlos para realizar una acción.
9.2 Tipos de razonamiento y organización de argumentos
Incluye ejemplos con los que puedas apoyar o hacer válida alguna generalización
Describe eventos que puedan relacionarse entre sí para elaborar conclusiones
Incluye signos, símbolos o evidencias que puedan probar algo
Incluye eventos ocurridos en el pasado para validar porqué una acción no se debe llevar
a cabo en el presente
Recuerda que en una argumentación tu éxito dependerá del orden en que presentes las ideas y la
tus argumentos.
9.3 Las falacias
Otra clasificación de falacias que te conviene tomar en cuenta es la propuesta por McEntee (2003):
La tabla anterior muestra que definir el propósito del discurso es relevante, ya que de ahí
dependerán muchas decisiones que se toman al momento de elaborar el mensaje.
Te podrás preguntar: si la comunicación persuasiva es tan importante, ¿en qué momentos de mi
vida la podría utilizar o la he utilizado? Considera la lista de situaciones en la que se refleja la
persuasión que está a continuación, lo más probable es que seas un experto en el arte de
persuadir y no te hayas percatado de ello:
Convencer a tus padres para que te dejen ir a un campamento por varios días con tus
compañeros de clase o amigos
Convencer a un amigo de que ver televisión es desperdiciar el tiempo
Convencer a tu jefe para que te aumente el sueldo o te promueva
Convencer a un cliente de realizar una inversión
Motivar a una audiencia a participar en un proyecto
Convencer a un amigo para que deje de fumar
Como puedes ver, la persuasión forma parte de tu vida cotidiana, eso no quiere decir que sea
sencilla de aplicar. Elaborar un mensaje y presentarlo ante una audiencia con resultados positivos
requiere tiempo y preparación.
El siguiente esquema representa el proceso de la comunicación persuasiva (Fonseca, 2005):
Proceso de comunicación persuasiva
Una vez que se entiende el proceso de comunicación persuasiva, es importante ejecutar tres
procesos importantes que constituyen la secuencia lógica para realizar el discurso persuasivo
(Vasile y Mintz, citados en Fonseca, 2005):
En este proceso resulta crucial conocer la actitud de la audiencia hacia el propósito comunicativo
para determinar la estrategia.
No se puede garantizar que siempre tendrás una audiencia homogénea, más bien, lo común es
encontrar audiencias con una mezcla de integrantes a favor y en contra de tu propósito
comunicativo. La siguiente imagen presenta de forma gráfica los diferentes tipos de actitudes
que puedes encontrar:
Si bien es cierto que habrá diferentes actitudes que presentan los integrantes de la audiencia,
debes enfocarte en la actitud de la mayoría y en función de ello preparar tu discurso.
Conocer las actitudes de la audiencia marcará la pauta para definir la estrategia persuasiva: ¿Qué
información vas a presentar?, ¿cómo la vas a organizar?, ¿cómo lograrás captar la atención?, ¿qué
datos presentarás?, ¿en qué momento?, ¿cómo concluirás? No es una tarea fácil, sin embargo, no
es imposible.
10.2 Secuencia motivadora
Una vez que se tiene lo anterior, se podrá elaborar el discurso mediante una estructura, semejante
a la del discurso informativo, que además de los tres aspectos mencionados, lleva una introducción
y una conclusión, formando así una secuencia.
10.3 La ética y los discursos persuasivos
Al momento de diseñar un mensaje persuasivo y presentarlo ante una audiencia, el expositor debe
considerar la ética y proponer acciones que traigan beneficios para sus integrantes.
Es imprescindible seguir las recomendaciones que Osborn, et al., (2009) proponen como una
forma de ganar credibilidad y reconocimiento en el uso ético de la información: