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CELEBRACION DE LA PALABRA

DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO


La verdadera riqueza "es hacer amigos"

Monición de entrada
Buenos días queridos hermanos. Nos reunimos nuevamente para esta
celebración del domingo, como una sola familia, en torno al altar de Dios.

En el Vigésimo quinto domingo del tiempo ordinario, el mensaje del Evangelio es


radical: nadie puede servir a dos amos, no se puede servir a Dios y al dinero.
Sólo hay un Dios, leemos en la carta a Timoteo. Por boca del profeta Amós, el
Señor denuncia esa idolatría que pone el dinero por encima de la persona.

Con un corazón desprendido de las cosas de este mundo, dirijamos nuestra


mirada a Dios y comencemos esta celebración.

Reflexión homilía
Otra parábola con un final sorprendente: el engañado alaba a su estafador. La
alabanza del señor, sin embargo, tiene un objetivo preciso, no se refiere a la
deshonestidad del administrador, sino a su astucia… este, se puso a pensar y
se dijo: ¿qué voy a hacer?, y ahí comenzó a entender la diferencia entre la
falsa riqueza y la verdadera riqueza. Entonces empezó a utilizar el patrimonio
económico para crear el patrimonio real, el relacional: hacer amigos que lo
acogieran “Siéntate y escribe cincuenta, toma el recibo y escribe ochenta…”
Descubrió dónde invertir: compartir la deuda para generar ingresos, amistad,
…ingresos espirituales…

Y la historia continúa… hoy nos enseña que necesitamos buenos amigos y


buenas relaciones en la vida, estos pueden ayudarnos en un futuro, incluso son
ayuda para vivir "en las mansiones eternas"… Vida eterna, casa eterna, son
términos que en labios de Jesús no indican tanto lo que sucederá al final de la
vida, en el cielo o fuera de este, como lo que hace verdadera la vida, (ya desde
ahora, aquí, entre nosotros… cómo debe ser lo auténtico / de lo humano.

Y aquí está el maravilloso mandado: hacer amigos. (Incluso cuando lo


planeamos para nuestro beneficio...) Las personas valen más que el
dinero. Lo bueno siempre es bueno. la limosna, aun dada por un ladrón, no deja
de ser limosna. Lo bueno nunca es inútil. No es el mal lo que revoca el bien que
has hecho. Sucede lo contrario: es el bien el que revoca, cancela, abroga el mal
que has cometido.

La enseñanza es entonces: Nadie puede servir a dos señores: a Dios y a las


riquezas. El gran poder de la riqueza es hacernos no necesitados de Dios. El
verdadero enemigo, el adversario de Dios en la Biblia no es el diablo, de hecho
Jesús libera a la persona de los demonios que se han instalado en ella. El
competidor de Dios ni siquiera es el pecado: Dios perdona y elimina los
pecados. El verdadero competidor de Dios, el “dios” alternativo, es la
riqueza… la riqueza es atea. Ella gana la confianza, da certezas, quita el
corazón. Sin darnos cuenta, podemos estar enfermos de ateísmo. No importa si
van a la iglesia, este puede ser un aspecto superficial que no cambia la
sustancia. Su Dios está en el banco. Y su corazón está ahí, junto a su dinero.

La solución que ofrece Jesús es "hacer amigos": serán ellos quienes te acojan,
antes y mejor que los ángeles. O, tal vez, está diciendo que las manos de los
que te aman terminan siendo esos ángeles. Tus verdaderos amigos te abrirán la
puerta como si el cielo fuera su casa, como si hubieran encontrado para ti las
llaves de la eternidad, las que te harán feliz por un día o por una vida.

Jesús no es moralista: el dinero no es sucio, sólo es aparente porque promete lo


que no puede cumplir, y el discípulo, el hijo de la luz, lo usa sin convertirse en su
esclavo.

Prestemos atención a las pequeñas cosas: al gesto de honestidad cotidiana, a


la ética del trabajo, al compartir. Fieles en lo poco, cuidadosos del Evangelio,
comprensivos, no constantemente irritados y pesimistas, para que nuestro
rostro, nuestra vida, de alguna manera, se convierta en una profecía del mundo
en la que prevalece la lógica de Dios; hagamos amigos, regalando tiempo,
sonrisas, apoyo, ánimo. Aunque no seamos santos, habremos hecho la inversión
más rentable de nuestra vida.

Oración de fieles
Con la prohibición de idolatrar el dinero, el cristiano no queda privado de la
posibilidad de ser plenamente feliz. Dios nos conoce y sabe que nuestra alegría
no puede residir únicamente en los bienes materiales. Oremos juntos y digamos:
Señor, ayúdanos a juzgar sabiamente.

1. La voluntad de Dios es que todos los hombres se salven. Pidamos por la


Iglesia Universal, para que siga luchando, aún con las adversidades de
nuestros tiempos, por llevar esa Buena Nueva de salvación a todos los
rincones del planeta. Oremos.

2. Dios nos pide este día de manera especial que oremos por los que ocupan
cargos en nuestra sociedad. Pidamos de manera especial por los
gobernantes de nuestro país, para que luchen por procurarnos esa paz
que nos permita una vida tranquila y apacible. Oremos.
3. Dios nos pide ser justos. Pidamos por los oprimidos de nuestra sociedad,
especialmente por aquellos que son explotados injustamente, sin tener
una voz que se alce para defender sus derechos. Oremos.

4. Dios nos ha reunido en torno a si. Pidamos para que esa unidad que nos
congrega hoy aquí en este templo, la hagamos vida también en nuestros
hogares compartiendo.

5. Por nuestros amigos, para que ellos, sea como sea que los hayamos
conocido, sean soporte verdadero en la adversidad Oremos.

Oh Padre, nos pides que seamos fieles en la administración de lo poco para


poder confiarnos lo mucho. Ayúdanos a administrar bien nuestra libertad. Te lo
pedimos por Cristo nuestro Señor.

Rito de comunión
Viva Jesús sacramentado, viva y de todos sea amado.
(momento de silencio)

Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre por vosotros, para que vosotros os
enriquecierais con su pobreza.

Antífona de comunión
"No podéis servir a Dios ya las riquezas", dice el Señor. (Lc 16,13)

Envío
Alegres de haber optado siempre por el Señor, regresamos a nuestros hogares
a continuar mostrando a nuestro único Señor en el trabajo de cada día.

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