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Crucero ARA 9 de Julio pasó por Santo Domingo en viaje a Buenos Aires e
izó el pabellón tricolor. La ocupación yanqui llevaba cuatro años y el gesto
de rebeldía aún hoy es valorado, como lo muestran las 20 mil estampillas
que se emitieron en el centenario de aquel día.
"Id y saludad al pabellón dominicano en reconocimiento a su
independencia y soberanía", ordenó Yrigoyen.
La bandera tricolor flameando y las veintiún salvas de cañón fueron claro
mensaje al invasor Los dominicanos salieron a saludar a la valiente
tripulación argentina.
EEUU acusó recibo y levantó las medidas restrictivas a la libertad de
expresión.
Recién en 1925, los dominicanos recuperaron su soberanía. Nunca
olvidaron a Yrigoyen y su prédica panamericanista.
El Crucero Acorazado "9 de julio", regresaba de acompañar a su México natal a los restos del
poeta Amado Nervo, muerto en Montevideo.
La nave de guerra argentina hizo escala en Santo Domingo, capital de la República Dominicana.
En esos tiempos el país se hallaba ocupado por una intervención norteamericana. Ondeando
en la fortaleza que domina el puerto, la bandera de las barras y las estrellas.
El Capitán del barco telegrafía a Buenos Aires, pidiendo instrucciones de como debía proceder.
Y el Presidente Hipólito Yrigoyen envía la respuesta.
El pueblo dominicano al ver la actitud de aquellos marinos argentinos, arma con jirones de
trapos la bandera de su nación y corre al puerto a recibir a aquel buque que les ha devuelto
aunque sea por un rato, su honra y dignidad. Grandes homenajes recibieron aquellos hombres
argentinos que sólo supieron responder a las más altas tradiciones de Libertad e
Independencia que siempre han caracterizado al Pueblo de la Nación Argentina.