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REDACCION SIN DOLOR

¡Aprenda a escribir con claridad y precisión! ¿porqué?


Por Sandro Cohen

Hay ciertos términos que de inmediato provocan escozor. La palabra redacción es uno
de ellos. Mucha gente cree en lo más íntimo de su ser que está en deuda con su propio
idioma. Ha cursado la primaria, la secundaria y hasta la universidad, pero intuye que ha
fallado en una cuestión fundamental: no aprendió a expresarse bien por escrito.

Para empezar, es necesario eliminar todo sentimiento de culpa. El primer paso consiste
en reconocer dos cosas: que sí es importante saber redactar bien y que cualquiera
puede aprender a hacerlo si se lo propone. Se hace hincapié en estos dos puntos
porque muchas personas no lo creen así. Piensan que la buena redacción compete
únicamente a los escritores, los periodistas, los investigadores.

Gracias a algún mecanismo de defensa, quienes opinan de este modo, están


convencidos que no hay problema si las cartas o comunicaciones, mensajes, pedidos,
reportes, informes, memorandos, entre otros., están redactados de manera confusa o
excesivamente enredada. Si alguien les señalara que tal o cual palabra no se escribe
así, o que quizás emplean mal los gerundios, responderían sin pensarlo “Pero tú me
entiendes, ¿no? Eso es lo importante.” Tal vez, pero quién sabe.

En algunas ocasiones sí es posible razonar el sentido de un escrito mal redactado, con


faltas de ortografía, sintaxis y el uso inadecuado de los signos de puntuación. Sin
embargo, algunas veces surgen equívocos de consecuencias imprevisibles, sobre todo
cuando aquellos que leen no conocen a quienes escriben; cuando nada saben del
contexto personal, profesional o emocional del redactor. Además, uno puede
preguntarse por qué debiera invertir grandes esfuerzos para comprender un texto que
pudo haberse escrito claramente desde el principio.

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