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Interposición del recurso

Art. 511.- El recurso de apelación deberá presentarse ante el juez que dictó la resolución impugnada, y a
más tardar dentro del plazo de cinco días contados a partir del siguiente, al de la comunicación de aquélla.

En el escrito de interposición del recurso se expresarán con claridad y precisión las razones en que se
funda el recurso, haciendo distinción entre las que se refieran a la revisión e interpretación del derecho
aplicado y las que afecten a la revisión de la fijación de los hechos y la valoración de las pruebas. Los
pronunciamientos impugnados deberán determinarse con claridad.

Si se alegare la infracción de normas o garantías procesales en la primera instancia, se deberán citar en


el escrito las que se consideren infringidas y alegar, en su caso, la indefensión sufrida.

Al escrito de interposición podrán acompañarse los documentos relativos al fondo del asunto que
contuviesen elementos de juicio necesarios para la decisión del pleito, pero sólo en los casos en que sean
posteriores a la audiencia probatoria o a la audiencia del proceso abreviado; y también podrán acompañarse
los documentos anteriores a dicho momento cuando la parte justifique que ha tenido conocimiento de ellos
con posterioridad a él.

Dentro de los aspectos básicos sobre el derecho de dominio, podemos iniciar con


la dimensión legal, siendo que el Art. 569 Inc. 1º del Código Civil, al definir el vocablo
dominio, lo hace en la forma que a continuación se expone: “Se llama dominio o
propiedad el derecho de poseer exclusivamente una cosa y gozar y disponer de ella, sin
más limitaciones que las establecidas por la ley o por la voluntad del propietario”.

Es oportuno dejar en claro que, tomando en cuenta que el Código Civil salvadoreño
equipara los términos de dominio con el de propiedad, como consta en la cita
legal supra consignada, cuando se hace mención de “la propiedad”, deberá entenderse
que dicha cita se refiere también al dominio, pues este derecho real es conocido
con ambas acepciones. Lo anterior aunque alguna doctrina –Molinario– desde una
perspectiva estrictamente académica y doctrinaria, insiste en la separación de ambos
conceptos; empero, al partir de la definición contenida en el Art. 569 C., es acertado desde
nuestra legislación denominarlos en el mismo sentido, más allá de las distinciones
meramente académicas.

El derecho de propiedad o Dominio consiste en la facultad que posee una persona


para: i) usar libremente los bienes, lo que implica la potestad de servirse de la cosa y de
aprovecharse de los servicios que esta pueda rendir; ii) gozar libremente los bienes, que se
manifiesta en la posibilidad de recoger todos los productos que acceden o se derivan de
su explotación; y iii) disponer libremente de los bienes, que se traduce en actos de
disposición o enajenación sobre la titularidad del bien.

Teniendo en cuenta lo anterior, algunas de las características del Derecho de


Propiedad o Dominio son las siguientes: i) es pleno, ya que le confiere a su titular un
conjunto amplio de atribuciones que puede ejercer autónomamente dentro de los límites
impuestos por el ordenamiento jurídico y los derechos de terceros; ii) es exclusivo, en la
medida en que, por regla general, el propietario puede oponerse a la intromisión de un
tercero en su ejercicio; iii) es perpetuo, en cuanto dura mientras persista el bien sobre el
cual se incorpora el dominio y, además, no se extingue —en principio— por su falta de
uso; iv) es autónomo, al no depender su existencia de la continuidad de un derecho
principal; v) es irrevocable, en el sentido de reconocer que su extinción o transmisión
depende, por lo general, de la propia voluntad de su propietario y no de la realización de
una causa extraña o del solo querer de un tercero; y vi) es un derecho real, dado que se
trata de un poder jurídico que se otorga sobre una cosa, con el deber correlativo de ser
respetado por todas las personas.

Debe enfáticamente afirmarse que la persona acusada de un delito ciertamente tiene


la posibilidad de aportar datos probatorios durante la investigación y la tramitación del
proceso penal; sin embargo, no está obligada aprobar su inocencia.
El principio de presunción de inocencia exige que la prueba con la cual se pretende
sostener y comprobar una imputación debe ser suministrada por la parte acusadora, por
lo que, pretender hacer una inversión de la carga probatoria no es viable en su caso
particular.

Así también, desde la doctrina, el dominio se concibe como “Poder de usar y disponer de
lo propio. […] Para el Derecho Civil, dominio significa tanto como propiedad o plenitud de
facultades legalmente reconocidas sobre una cosa” [Cabanellas de Torres, Guillermo.
“Diccionario Jurídico Elemental”, Editorial Heliasta, 15ª edición, 2001. Pág. 135]; y el
mismo autor en el Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual define dominio como: “[...]
facultad de usar y disponer de algo, y en especial de lo que por eso es propio [...] siendo
que en el ámbito jurídico lo define con palabras de Sánchez Román como: “[...] derecho
constituido en cosa corporal, que otorga a una persona el poder exclusivo de su libre
disposición y aprovechamiento, sin más limitaciones que las establecidas por las leyes o
por la voluntad del transmitente”.
Ossorio, haciendo acopio de diversos elementos tanto doctrinales como legales se refiere
al dominio como: “Poder que uno tiene de usar y disponer libremente de lo que es suyo.
Derecho real en virtud del cual una cosa se encuentra sometida a la voluntad y a la acción
de una persona. Plenitud de los atributos que las leyes reconocen al propietario de una
cosa para disponer de ella. Plena in re potestas: total potestad sobre una cosa.” [Ossorio,
Manuel. “Diccionario de Ciencias Jurídicas Políticas y Sociales”, Datascan, 1ª edición
electrónica]. Mientras que entendiéndolo como propiedad se dice que: “[...] es el derecho
real que tiene una persona llamada propietario para usar, gozar, y disponer directa e
inmediatamente de manera perpetua, exclusiva y absoluta de un bien corpóreo e
individualizado, estando las demás personas obligadas a respetar el ejercicio de ese
derecho” [Felipe de la Mata Piñaza, Roberto Garzón Jiménez “Bienes y Derechos Reales” p
120]

I. Instrumentos Públicos, Auténticos y Privados


 
El concepto y las reglas aplicables a la prueba instrumental Instrumentos Públicos,
Auténticos y Privados. El concepto y las reglas aplicables a la prueba instrumental
y casa una de sus clases, son las mismas que para el mismo tipo de prueba en
asuntos civiles, no obstante ello, en derecho mercantil existen ciertos derechos y
relaciones jurídicas que exigen una prueba instrumental especifica, la cual solo
puede suplirse mediante la reposición del mismo documento; los documentos con
pólizas y títulos- contratos, como los contratos de seguro, de capacitación, de
ahorro y préstamo o de ahorro para adquisición de bienes; en los casos a que se
refiere este literal, la perdida o destrucción del documento original, puede suplirse
siguiendo procedimientos similares a los expuestos en relación con la cancelación
y reposición de títulos valores; en estos casos, el documento repuesto tiene igual
fuerza probatoria que el original.
Los documentos de dividen en Públicos, Auténticos, y Privados. Art. 254 Pr.C.
I. los INSTRUMENTOS PUBLICOS, deben extenderse por la persona autorizada
por la ley para cartular y en la forma que la misma ley prescribe. Art. 255 Pr. C, es
decir que son los instrumentos notariales regulados por la Ley de Notariado.
ESCRITURA MATRIZ: se asienta en horas del protocolo y es el original que se
redacta por la persona autorizada para ejercer el notariado. Puede presentarse
como prueba en un proceso?. Art. 28 de la L de N. y el Art. 256 Pr. C. No pues se
le niega valor probatorio, lo que se permite es la confrontación con la escritura
matriz.
ESCRITURA PUBLICA O TESTIMONIO: es la reproducción literal de la escritura
matriz. Expedida en papel simple mediante transcripción mecánica o sistema de
fotocopias. Se expide a los otorgantes o a favor de quien derive un derecho. La
escritura publica y testimonio son lo mismo (son la copia fiel de la escritura matriz).
El valor probatorio de este instrumento público, se le reconoce como plena prueba
de acuerdo al Art. 1571 y 1577 del Código Civil.
ACTAS NOTARIALES: Se asientan en hojas simples. Su contenido consiste en un
hecho que el notario presencia o comprueba,  cuando interponga  sus oficios por
disposición de la ley o a requerimiento de los interesados. Así como actos jurídicos
que la ley permite.
Instrumento auténticos:
Instrumentos auténticos (documentos públicos no notariales): son los autorizados
y expedidos por funcionarios públicos en el ejercicio de su función, dando fe de su
existencia y contenido por haber comprobado actos jurídicos o por tener registro
público bajo su custodia.
Instrumentos privados
Son aquellos documentos otorgados sin previa solemnidad por los contratantes y
documentos en papel simple. Art. 262 Pr.C. Son aquellos documentos literales
emanados de las partes, sin intervención de otras personas, salvo los interesados.
A simpe viste el valor probatorio de este tipo de instrumento es inexistente, pero
bajo la autorización notarial, adquiere valor jurídico (probatorio para el caso) y
procesal, es decir que debe reconocérsele por los otorgantes ante notario.

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