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La cateccién “ta Magis do Chile de {civil Mataquto, 2 enmarca en Sacian el Bcenteraro de noes pas as Plan Lecter contra en Cuet05 comtcluyenwmatensy personales Pe Shuto def ead nacional. Cada cent ilastrado se acompaia ce ha Carb Se antdades laborades de acuerdo Site Cucaar det MINEDUC ya os Ha Progaso en fs nivel cores Meets, desde un enfoque qze POP rere conscmiento de procs mentale de conpnee ape rancor? «esc apoyarlaforcion ge ectoes at ra alco tleraiesy elenvs gu rae saalen valores y aces ns sa penatento penn, cm 8 crested ss | {NDICE La Tirana del Tamarugal ... Actividades .... Ad Lares naunvca Cuando apareefan los primeros rayos del sol en el Norte Grande, Anita salié de su casa vestida con ‘un uniforme de color azul marino, calcetas hasta la rodilla del mismo tono y zapatos bien ustrados. La nifia acomodé su mochila en su espalda, se aregl6 Ja cinta blanca que le afirmaba el pelo y comen6 a comer hacia el colegio, que se encontraba a algu- nas cuadras de su casa, Bn ese momento, el viento sopl6 suavemente levantando una nube de polvo por la calle en donde corria la nia. ‘Al Tlegar a la esquina, Anita escuché la cam- pana que anunciaba la entrada a clases, mité sus whe ‘zapatos y sac6 répidamente un paulo de su bo! <0 para limpiarlos. No puedo ereeelo, ya se ensucaron! ~excla- imé la pequefia haciendo una mucca de disgust, mientras trataba de sacarles el polvo a sus zapatos. Guard el pafiuelo en su bosillo y volvi6 aco- rrer velozmente para alcanzat a sus compafieros {que estaban entrando al colegio. Con una sons cen la cara salud6 al portero que Ie hizo un gesto ‘con la mano pare que se apurara. ~jS0on las ocho, Anita! jApiiate que vas alle= gat tarde! -sefial6 el hombre mientras cerraba Ia rej del colegio. -Si sé, Me quedé dormida don Martin ~gritd la nifia micntrastrataba de acelerar el paso. AL —jAptrate! Mafiana es el gran dia! ~enfatiz6 el hombre con una sontisa en los labios. Anita Hevaba casi un aff viviendo en La Ti- ‘ana, un pequefio pueblo ubicado a 72 kilémetros de Iquique y en el que celebran todos los afos la fiesta religiosa mis grande de Chile. La nifia no se podia olvidar de las palabras de su padre cuando partieron de Santiago en direccién a la primera regidn de Chile. Vamos a ir a vivir @ un lugar maravilloso, Anita, ~iAdénde, ap? Alnorte,Iremos a conocer la tierra donde na- i6 tu mamé, Te vas a sorprender hija mia, es un Ingar totalmente diferente a Santiago, La ‘Tirana hy esté en medio del desierto y es conocida porque alld se realiza la festa religiosa ms grande de todo Chile, para celebrar ala Virgen del Carmen, {De verdad, pap? ~pregunté la nifia con in- certidumbre. “Te lo prometo, mi vida. Llegan personas de ‘todos los lugares del mundo para celebrar ala Vir- gen, Es todo un acontecimiento y ti muy pronto serds parte de él Las palabras de su padre dieron vuelta por su cabeza durante todo el viaje al norte, Anita trataba de recordar las imagenes dela festa de La Tirana que habla visto més de alguna vez por fa televi- sidn, pero no lograba acordarse, Cuando Mlegaron al pueblo, el sol calentaba con fuerza la Pampa Ae La Tow pee ranean del ‘Tamarugal y las calles de La Tirana estaban v cfs, Los negocios estaban cerados, no abian muchos autos y s6lo algunos nitfos jugaban en Ta calle, mientras 1a mayorfa de los habitantes del Ingar dormian la siesta tratando de capear el calor del desierto. En ese momento, Anita comenzé a descubrir que ese pueblo era totalmente diferente a Santiago, y que muchas de las cosas que trafa en su maleta nunca las ocuparta, La nifa entré a su nueva casa y guardé en el léset el paraguas, el abrigo y un par de chalecos, que segin su pronéstico dificilmente ocuparfa Luego, tomé un calendario y conté cuantos dias quedaban para la Fiesta de La Tirana, Con des sign descubrié que tendria que esperar casi un afio para poder celebrarla ansiada festa, Se levanté de A la cama, tomé un afiche que le habia regalado st snamdy lo pegé en la muralia de supieza. La ima- gen reirataba a un hombre con méscara de diablo bailando en La Tirana. La nifia sonrié y colgé al lado del afiche el calendario, Lo miré durante un rato y maro6 con una cruz ese dla, Ahora queda- fan menos dias, pata el 16 de julio. Despues de casi un aio de marcar eon eruces el calendatio, e dia por fin babja llegado. Esa sema- na se celebraba la fiesta de La Tirana y Anita seria ‘una de las protagonistas de la celebracién. Gynana Cane. Note ‘Anita abr la puerta de la sala de clases y res- pird tranquil al ver que sus compaieros resign se estaban acomodando en sus pupitres. Se sent6 ripi- damenteen su banco, sav6 un cuaderno y un lépiz, mientras Ia profesora hacia calla los alumnos. ~Como todos saben esta semana celebraremos la fiesta de La Tirana... -sefalé Ia profesora, sin «que sus alumos la dejaran temminar Ia frase, ‘Los nifios se levantaron de las sillas y comen- ‘aon a gyitar emocionados mientras que entona- ‘ban todas juntos una conocida cancion del baile deLa Tirana. + aT (Silencio! -exclamé la profesora haciendo callar @ los alumnos-, Todavia no he terminado, ‘Como les decia esta semana celebraremos la fiesta de La Tirana, por lo que necesito que todos parti- cipemos y ayudemos para que estos dias resulten todo un éxito, ‘Anita escuchaba con atencién a la profesora mientras seguia detenidamente cada uno de sus rmovimientos con Ta vista, La nia estaba segura de que la maesta iba anuneiar algo importante Durante dias hemos estado ensayando para ‘que nuestro baile de Ia escuela salga perfecto. Por Jo que les quiero comunicar que las autotidades del colegio nos han invitado a participar como uno de los grupos que bailarin en nuestra fiesta deLa Tirana, str Lerman psc nsanocas {Vamos a bailar, sefiorita? -pregunt6 Anita con la boca abierta —Bxactamente, Anita, Y todos vamos a partici- par en Ia fiesta de la Vingen del Carmen sea la profesore-. Sin embargo, necesito que conozean Ia verdadera historia de la fiesta de La Tirana. La leyenda euenta que cuando don Diego de Almagro salié del Cuzco en busca de nuevas tierras, venta acompathado de un gran niimero de incas entre los que se encontraban Paulino Tupac, principe de los incas, Huillac Huma, sumo sacerdote, y su hija la Nusta Huillac. To- dos ellos estaban destinados a pagar con la vida si los incas se rebelaban en contra de los espaiioles. Pero los conguistadores nunca se imaginaron que Huillac Huma escaparta junto wt ‘asu hija al legar al sector del norte grande de Chile, refugiindose en un bosque de acacias y tamarugos que cubrian gran parte de la pampa del Tamarugal. Los incas le dieron este nombre la zona porque tamarugal en su lengua signi- {fica escondite 0 bosque impenetrable. Asi, la Nusta Huillac se convirtié en la nueva iprincesa de la zona, que fue conocida como La Tirana del Tamarugal, por las duras medidas que tomaba en contra de todos los indios bautizados 0 los espafioles que encontraban cerca de su rei- nado, La mujer comenzé a matar a todos los eris- tianos que se acercaban a sus tierras, generando ‘asi uma guerra entre nativos y espaoles. Sin embargo, un dia sus guerreros eapturaron «aun hombre que se lamaba Vasco de Almeida y xbr que aseguraba ser portugués. La Nusta, cuando lo vio arrodillado a sus pies, no pudo evitar ser cautivada por ese hombre que buscaba la famosa “mina del sol”, y que altaneramente aseguraba no temerle ala Tirana del Tamarugal. La princesa sentia como su corazén latia cada vez con més fuerza por ese hombre que la desafia- bay que ponia a prueba sus emociones. La Nusta, ‘sin duda, se habia enamorado de é!, pero cuando ella se dio cuenta de sus sentimientos, la tribu ya habia decidido matar al cristiano, A pesar de esta decisién, la Nusta era la que tenia la iiltima pa- labra, ya que era la princesa y la sacerdotisa de su pueblo. Esanoche, entre sues, la princesa descubrié; una forma para mantener con vida a su amado. ~tr La mujer deeidlé engatiar a los integrantes de su tribu, aseguréndoles que al consultar alos astros estos le hablan asegurado que ese no era el mo- ‘mento adecuado para matar al prisionero, sino que tenian que esperar el término de des ciclos unares. Claramente, ninguno de los integrantes ‘Larue psu anv de su pueblo puso en dda el consejo de los dio- ses y la Nusta tuvo la posibilidad de coneretar su ‘amor con el cristiano, Las intensas conversaciones entre la prince- say Vasco de Almeida se prolongaban durante largas horas bajo la sombra de las tamarugos. Un dia, sin dudar, la Nusta, olvidéndose de sus creencias y ritos, miré a los ojos al portugués y no dudé en preguntar: Y de convertirme en cristiana y morir como tal, grenaceré en la vida del més allé y mi alma vivird unida a la tuya por siempre jamés? —Asi es, amada mia -sefialé el hombre. ki seguro? -pregunt la princes. sty Ast lo asegura mi religién y mi Dios dijo el portugues. —Enionces bautizame, quiero ser cristina. Quiero ser tuya en éstay en la otra vida -sefald la Tirana del Tamarugal, sin imaginar que es- tas palabras la levarian a ser traicionada por su propio pueblo. Un dia, cuando los enamorados estaban es- condidos entre los tamarugales, se sumergieron ‘en uma poza de agua y la Nusta le pidié a su ama- do que la bautizara para poder estar por siempre su lado. El hombre le pidié que se hincara y la ‘mujer accedié, ~Yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo ~bendijo el cristiano. dy En ese momento, los integrantes de ta tribu qe los observaban no pudieron soportar el en- sao de su soberana y lancaron una seguidilla de flechas que mataron al hombre, y que hirieron ala princesa. Entre lantas, gritos y silicas, la ‘usta le pis alos que la rodeabamn que la escu- charan y que munca se olvidaran de sus palabras. ~iMuero contenta, muero feliz, porque estoy ‘segura, como creyente en Jests, de que mi alma inmortal ascenderé a la Gloria y legaré al tro- no de Dios! jAhi estaré mi amado, con quien estaré toda la eternidad! Sélo les pido que des- pués de mi muerte coloquen wna cruz en mi se- ‘pultura y me entierren al lado de mi amado -en- fatizé la princesa del Tamarugal mientras caia al suelo muerta, str asombro a la Los nifios miraban con cara de ina de las profesora y no podian ereer que ess er ido como razones por la eval su pueblo era conoci La Tirana del Tamarugal —Todavia no termino,nifios. (Tranquiles! Bs cuchen que esta es la parte més importante de la historia ~aseguré 1a profesore. Los nifios continuaron en silencio, expectan tes, esperando que su meestra siguerareltando la historia, ios después, un sacerdote evangelizador dle la zona de Tarapacdy Pica, Hegé a la zona del ‘Tamarugal para ensefar Ia palabra de Dios a los Iugarefios. Un dia, mientras caminaba el sacer- dote por la zona, encontr6 una cruz enterrada en eine pec rua medio del desierto y decidié construir una ighe- sia, que conel tiempo se convirtié en el Santuario de Nuestra Sefiora del Carmen. Es asi como la iprincesa Nusta le dio el nombre a La Tirana y a lasfiesta en donde se celebra ala Virgen ‘Los alumnos se quedaron sorprendidos con la historia y comenzaron a aplaudir a la profesor ‘Anita no podia creer que en ese hugar haba vivi- do una princesa, y que gracias a ella eelebraban ‘la Virgen. En ese momento soné Ia campana para salit a recreo y 108 nis corrieron a jugse al pati. Carannea Cama V. more Alsalir del colegio, Anita camin6 por las ca- Iles del pueblo y se encontré con que estaban ates: tadas de gente: turstas con cimaras fotogréfias, nifias vestidas con trajestfpicos y mujeres que re- zaban el rosario mientras sostenian velas en sus ‘manos. La nti, impresionada, siguié caminando paso lento, observando 2 Tos turistas que habfan Ilegado al pueblo y que hablaban en diferentes idiomas. También le Hamé Ta atencién que mu- hos peruanos y bolivianos andaban por la zona. ‘Comenzé a oscurecery se pereaté que ya era bas- tante tarde y que en su casa la estaban esperando. wt rato Anita empez6 a apurar el paso, nego acort6 ‘camino cortiendo por unas pequetis callejuelas hasta que Lleg6 a su casa. Tood la puerta durante un rato y salié a abrir su mama. Anita, me tenfas preocupadal ;Dénde esta- ‘bas? ~pregunts la mujer. tr ~Perdién, mamé, Bs que estaba entretenida mi- rando a toda la gente que Hlegé al pueblo ~sefal6 Ja niffa mientras le daba un beso a la mamé. “Bs por la fiesta de La Tirana -anunci6 Ia ‘mam, mnientras entraban a la casa, (Si, al fin leg6 el gran dia! ~exclamé la nifia. ‘Anita apenas alcanzé a sentarse en la mesa del comedor cuando escuché @ su mami que le gri- taba que se sacara el uniforme del colegio y le ayudara a poner la mesa para las once. La nifia se levant6 dgilmente y se fue a cambiar a la piez. Después de unos minutos salié Anita y se fue a ayudar a su mama ala cocina. Estoy muerta de hambre -sefialé Anita. ate —Ya vamos a tomar once, no reclames -enfati- 7b la madre mientras tostaba el pan en la cocina, ‘Anita puso en la mesa las servlleta, la panera Ym poco de jamén, Luego Hlegé la mam con ‘unas tasas y le pidi6 a su hija que se sentara, La nila tomé un pany le puso mantequlla, después dio unos sorbos a la leche, —jMamé, vamos a bailar en Ia fiesta de La Ti- rana! ~exclamé Anita, Entonces tenemos que arreglar el vestido, Anita, Te vas a ver preciosa -dijo Ia mama son- riendo. {Me vas aie a ver bailar, mami? -pregunts Ja nifia, wt {Claro que te voy a ira ver! Vamos a ir con tu papd y tus hermanos. No tienes que estar ner~ viosa, mi amor, ‘Td siempre has bailado muy bien! -agreg6 la mamé mientras tomaba una taza de'té. ‘Cuando terminaron de tomar once, la mami fue a su pieza y volvi6 con un vestido en tonos rojos en sus brazos. Este vestido es para ti, Anita-sefalé la mamé paséndole el vestido a la nif. =iBn serio, mam&? ~pregunt6 sorprendida lanifia Claro que si, Bs el mismo que ocupé yo para bailar en la festa de La Tirana ~dijo la mama con dy las ojos lorosos. = {Ti bailaste en la fiesta de La Tirana? Si. Cuando tenia tu misma edad, me selec- cionaron en la escuela para bailar el dia 16 de julio, para homenajear a la Virgen. Todavia me acuerdo de ese momento, por eso con tw papa ‘querfamos que conocieras nuestra tierra y mues- tras tradiciones, Mani este es un lugar maravilloso, Estoy tan orgullosa de conocer nuestra tierra. ;Todo esto es gracias a la princesa Nusca! -exclamé fa nifia ~Ya te contaron Ia historia, Me alegro que es- tés conociendo tantas cosas, Anita Gracias mamé por el vestido. Me voy a ver igual de bonita que ti. hy (cara Cama V. La niffa com a la pieza con el vestido en Jos brazos y le pidié a su mamé que la espe- rata, Anita volvié después de unos minutos con el vestido rojo puesto y con un sombrero en Ia cabeza. ~{Cémo me veo? -pregunté la nitia, ‘Preciosa, Sélo hay que hacerle unos arreglos, al vestido en la cintura ~anuncié la mami, Anita comenz6 a dar vueltas con su vestido, queria ver como giraban los vuelos. Luego co- menzé a danzar al ritmo de un tambor imaginario el baile que le habian enseffado en el colegio. -Mafiana es el gran dia! ~exclamé rigndose la nif jMafiana es el gran dial why aq Taune nse eanocat more Al dia siguiente, Anita se levant6 muy tempra- no y se puso su hermoso vestido rojo de falda re- polluda, sc hizo dos trencitas en su pelo y comple- 16 el atuendo con un sombrero también rojo con adornos dorados. Se mie6 al espejo durante algu- nos segundos mientras jugueteaba con su vestido to. ‘que se levantaba suavemente con el movimi ‘Su mamé abrié la puerta de la habitaci6n y sonrid al verla lista. Te ves hermosa, Anita. he Mi crees? Estoy segura, Ya apiirate para que te vaya- mos a dejar al colegio ~enfatiné la mami La niffa continué por unos minutos més ob- servindose ante el espejo, y luego con un movi- miento répido giré hacia Ia cama. En ese instante, vio el afiche que habta puesto en su pieza casi un aflo aris, Ahora yo también soy una princesa de La Ti- rama ~dijo para si, La Tou net maura more Fn la entrada del colegio estaban alineadas va- rias nifias vestidas con sus trajes de baile, mien- tras que sus compatieros hombres se encontraban, en otra hilera con camisas blancas y pantalones de colores. Llegé la profesora y admir6 sorprendida a sus alumnos. fe ven muy lindos! ~sefialé la profesora Gracias -se escuch a coro. —Bueno, Ahora hay que elegir« la princesa de ‘nuestro baile, Como todos saben en el baile de los a Laine oa aera zambos caporales hay una majer que guia el baile yylleva la guatipola, En ese instante se escuché un mutmullo de asombro entre los alumnos y las nifias empezaron ‘a mirarse entre elas. Bs muy dificil poder elegir a alguna de uste- des, porque todas bailan muy bien, Pero me gus- tariainvitar a Anita Leiva a que sea nuestra prin- cesa de La Tirana este aio. La nifia miré con cara de sorpresa a su pro- fesora y sus compafieros comenzaron a aplauci, mientras ella agradecfa a su maestra ~Teelo mereces, Anita. Has trabajado muy duro dijo la profesora, A Gracias, seflorita, --Ahora quiero que todos se pongan en sus puestos, ue sonran y que caminemos juntos has- tala Plaza de Armas, Los alumnos volvieron a alinearse en filas mientras que Ia profesora le peda @ Anita que se pusiera on su lugar, La nifia se puso al frente de las filas, mareé el trte del bail, su vestido se mo- ‘via coquetamente al caminar, mientras era segul- dda por sus compaiieros. ‘Al pasar por las calles se encontraron con mi~ Jes de turistas, grupos de peregrinos, familias y personas vestidas con trajes de baile que los sa- Iudaban con las manos. Otros, les sacaban fotos y Jos nifios posaban nerviosos. 4 A.lo lejos se escuchaba el murmullo de una oracién que se mezclaba con el canto de una ala- ‘banza a la Virgen det Cartnen, Virgencita del desierto, chinita del Carmen, cescucha la voz de un pueblo que hoy reunido se acerca a tus brazos, en busca de Dios. Tamarugos y algarrobos agitan tus ramas, siguen el compas de ritmos y melodias que ‘canta los hijos de la terra Carmelita, Carmelita Madre de Nuestro Seftor,

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