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DERECHO

PROCESAL CIVIL II
LA CASACIÓN CIVIL

Facilitador:

Licdo. Luis Gaitán

Estudiante:

Nohely E. Nieto S.

C.I.P. 8-816-830
INDICE

INTRODUCCIÓN

 ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL RECURSO DE CASACIÓN

o Antecedentes en el Derecho Romano

o Antecedentes en el Derecho Común

 ORIGEN DE LA CASACIÓN

 CONCEPTO Y DEFINICIÓN ETIMOLÓGICA DE CASACIÓN

 LA CASACIÓN CIVIL EN PANAMÁ

 DIFERENCIAS ENTRE CASACIÓN Y APELACIÓN

CONCLUSIÓN

BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN

Como es de saber en el derecho procesal panameño ha través de los tiempos se

ha ido poco a poco experimentado cambios significativos con relación a otras

legislaciones del continente, que instituciones tan importantes y complejas,

como ciertamente lo es el recurso de casación, merecen, a la vez que requieren,

de un renovado análisis a efectos de actualizar la interpretación de las mismas.

Asimismo, me parece que en esta tarea hermenéutica deben intervenir, con un

especial esfuerzo, quienes participan de las instituciones como operadores

directos, más allá, a veces, de la distancia que impone la cátedra.

En este escenario, esas instituciones nuestras panameñas, deben estar llamadas

a participar en los procesos judiciales más emblemáticos y complejos, ya que

tienen sin duda un papel protagónico, y es por ello que he creído oportuno

aportar con este personal análisis un recuento histórico del recurso de casación

civil.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL RECURSO DE CASACIÓN

 En el Derecho Romano

Si bien es cierto que en el primitivo derecho romano, o derecho preclásico, no

encontramos antecedente alguno que podamos vincular de manera directa con

la institución de la casación, ya durante el período clásico, con la adopción del

sistema formulario y la división del proceso en dos fases casi independientes la

una de la otra, como lo eran la “fase in iure” por una parte y la “apud iudicem”

por otra, en que el sentenciador va a valorar la prueba rendida por las partes,

integrando así las cuestiones de hecho, “questio facti”, con las de derecho o

“questio iuris”, las primeras entregadas al juez, quien conocía de la prueba de los

hechos y la segunda al praetor, quien establecía el derecho.

Además, en el romano clásico se distinguen las causas de impugnación de la

sentencia que se dicta, puesto que ésta puede ser nula por contravenir el ius

constitucionis, es decir, por incurrir en error respecto de las normas de derecho

bjetivo, o bien, por infracción al ius litigatoris, o errores en cuanto a la existencia

del derecho subjetivo de las partes litigantes, sin violar una norma de ley de

interés general.

Con posterioridad, el Magistrado va perdiendo su poder, el que se encontraba

cada vez más arraigado en las manos del “princeps”, tasándose la prueba de

acuerdo a ciertas normas de valoración, obligando al Magistrado a dar valor a

ciertos medios de prueba por sobre otros e incluso, en el período republicano, se


le impusieron vías de impugnación o recursos jurisdiccionales que permitirían

amplias revisiones a las sentencias del Magistrado, más aún, se las entendió un

negocio jurídico, permitiendo así que fueran anuladas por adolecer de defectos

externos, ya fueran errores de derecho o infracciones procesales, operando

incluso de pleno derecho, es decir, más que anulables se les entendía

inexistentes.

El derecho romano, entonces, conoció de sentencias válidas, nulas y recurribles,

éstas últimas, ya fuera por la vía de la “appelatio” o por la vía extraordinaria del

“restitutio in integrum” y de la “supplicatio”, ya en la época justiniana. De entre

estos recursos, podemos distinguir el de la “restitutio in integrum” como un

primer esbozo histórico de la casación actual, toda vez que recaía en una

sentencia que, sin ser nula de pleno derecho, era recurrible por la vía de una

verdadera anulación, entendiéndosele entonces como “un recurso de carácter

extraordinario concedido por el pretor con el fin de rescindir los efectos de un acto y

restablecer una situación existente modificada por ese acto”.

Cabe hacer presente, en cualquier caso, que la “restitutio in integrum” recae

sobre sentencias anulables pero lícitas, siendo, en palabras de Buigues, “la

posibilidad de que las decisiones tomadas por el que sustituye al praeses provinciaea

puedan ser objeto de restitutio in integrum a petición de los defensores de la república si

se considera que en algo ha resultado perjudicado el derecho de la república”, pero no

por la intervención de probanzas falsas u obtenidas con ilicitud, en otras

palabras, “un medio eficaz para la defensa de la legalidad”.


 En el Derecho Común

Luego del oscurantismo propio del derecho germánico, en el que la prueba, más

que un acto de esclarecimiento de los hechos, se constituyó en olimpiada de las

suertes y destrezas de los litigantes, principalmente del demandado, en el siglo

XIII se racionalizan los procedimientos judiciales y se considera de la esencia de

los mismos el establecimiento de los hechos en que se basan las pretensiones de

las partes, adoptándose un sistema probatorio rígidamente tasado, a fin de

evitar la arbitrariedad de la magistratura, tanto con el objeto de ejercer un

control político que defendiera al legislador de las actuaciones del juez, cuanto

para que el tribunal superior pudiese poner remedio a los defectos

procedimentales del juez inferior.

Así, se retoma el derecho romano justinianeo y la Escuela de Bolonia diferencia

como causales de anulación de una sentencia, por una parte los “errores in

procedendo” y, por la otra, los “errores in iudicando”, cuya característica común

era impedir que la sentencia fuera válida, aun cuando, según señala Guasch, en

algunos Estatutos de ciudades italianas se confundieron con razones de

impugnación por injusticia de la sentencia y no por invalidez de la misma. Los

errores “in procedendo” eran atacables por la vía de la “querella nullitatis” y los

“in iudicando”, por la “querella iniquitatis”, cuyas causales generalmente podían

servir tanto de base, para este recurso de nulidad, como para el clásico recurso

de impugnación por agravio, constituido desde Roma como la “appelatio” o

apelación.
Cabe hacer presente que la nomenclatura del derecho moderno antes referida,

no guarda relación directa con los conceptos romano clásicos de “ius

constitutionis” e “ius litigatoris”, puesto que la “querella nullitatis” abarcaba tanto

a uno como a otro, sirviendo, en palabras de Chiovenda, “para garantizar la

exacta observancia de la ley por parte del Juez y para impedir realizar obra de legislador:

de manera que la querella en todo tiempo tuvo en sí un elemento político, asociando la

defensa del individuo (ius litigatoris) a la del interés general (ius constitutionis)”.

Por último, cabe hacer presente que fue el derecho canónico el que estableció

que todo error “in iudicando”, ya fuera de hecho o de derecho, constituía causal

de invalidación del fallo cuando fuera notorius, manifestus, expressus, como el

“error contra ius thesi clarum” o contra ley expresa, y la contradicción entre lo

fallado y el hecho probado o notorio.


ORIGEN DE LA CASACIÓN

Tal como hemos expuesto, la casación nació como un instrumento político del

rey frente a los Parlamentos que dictaban resoluciones en contra de las

ordenanzas reales, por lo cual era de competencia exclusiva del propio rey.

Luego evolucionó de manera de quedar al alcance de los súbditos, a fin de que

ellos pudiesen denunciar los abusos de los parlamentos ante el Rey, sin que en

sus primeros tiempos entregara competencia alguna al soberano para

pronunciarse sobre el fondo de lo discutido, sino que, por el contrario,

haciéndolo reenviar el asunto a los tribunales ordinarios a objeto de que ellos

mismos enmendaran el error cometido.

La Revolución Francesa mantiene este recurso entregado a la Corte de Casación,

organismo autónomo instalado dentro del Poder Legislativo, cuya misión era

impedir los ataques o abusos del Poder Judicial, el que podía transgredir el

espíritu y, aun, la letra de la ley, atacando así al Parlamento, conservando su

carácter eminentemente político. Más adelante se la hace evolucionar hasta

tener como objeto prioritario la unificación de la doctrina, a fin de conquistar

una deseada unidad en la interpretación jurídica.

La casación francesa, así perfilada, fue adoptada con mínimas modificaciones,

primero en el derecho español y luego, en la mayor parte de Europa y América

Latina, siendo Panamá uno de los países que más demoró en adoptar la

casación entre sus normas procesales. De hecho, primero concedió a la Corte


Suprema, máximo Tribunal de la República, la competencia para conocer de

dicho recurso (1875), sin haber establecido aun las normas sobre su

procedencia, causales y tramitación (1902).

CONCEPTO Y DEFINICIÓN ETIMOLÓGICA DE CASACIÓN

La palabra "casar" proviene del latín casare, que significa abrogar o derogar. Por

su parte, "casación" proviene del término francés cassation, derivado a su vez de

casser, que se traduce como anular, romper o quebrantar.

El recurso de casación es un recurso extraordinario que tiene por objeto anular

una sentencia judicial que contiene una incorrecta interpretación o aplicación de

la ley o que ha sido dictada en un procedimiento que no ha cumplido las

solemnidades legales. Su fallo le corresponde a un tribunal superior de justicia

y, habitualmente al de mayor jerarquía, como el Tribunal Supremo. Sin

embargo, en ocasiones también puede encargarse del recurso un órgano

jurisdiccional jerárquicamente inferior o específico1.

1
Ese es el caso de Argentina, donde en lugar de ocuparse la Corte Suprema de Justicia de la Nación de
estos recursos en materia penal, ellos están entregados a la Cámara Nacional de Casación Penal.
LA CASACIÓN CIVIL EN PANAMÁ

Como hemos visto Los orígenes de este recurso judicial pueden encontrarse en

los Estados italianos, que utilizaron este mecanismo para imponer sus estatutos

locales por sobre el ius commune. El apogeo de este medio se dio en Francia,

donde se utilizó como un mecanismo para uniformar el Derecho a partir de la

ley territorial, llegando a ser característico de su ordenamiento jurídico.

En Panamá, la casación civil se lleva a cabo en la sala de lo Contencioso

Administrativo de la Corte Suprema de Justicia y sus funciones principales son

obtener:

 Aplicación correcta de la ley por parte de los diversos tribunales, como

garantía de seguridad o certeza jurídica.

 Unificación de la interpretación de las leyes a través de un solo órgano,

fijando la jurisprudencia.
DIFERENCIAS ENTRE CASACIÓN Y APELACIÓN

Existen importantes diferencias entre un recurso de casación y una apelación,

dada su naturaleza y la excepcionalidad de presentar un recurso ante el órgano

jurisdiccional de mayor importancia jerárquica.

Mientras en la apelación se puede revisar el Derecho y los hechos del juicio,

siendo constitutiva de instancia, la casación sólo se refiere al derecho y no

constituye instancia. Sin embargo, en los ordenamientos en que se tiene en

cuenta el agotamiento de la capacidad de revisión de los tribunales de casación,

la diferencia entre ambos recursos queda supeditada a las resoluciones

judiciales que se pretende revisar o anular, según el caso.

Resumiendo en orden podemos encontrar, por regla general, las siguientes

diferencias:

 La apelación es un recurso judicial ordinario; en cambio el de casación es

extraordinario.

 La casación no es instancia, en consecuencia no se pueden revisar los

hechos, ni mucho menos abrirse a o agregarse pruebas; por el contrario,

la apelación si constituye instancia.

 La casación tiende a proceder en el sólo interés de la ley, pudiendo

incluso declararse de oficio; no así la apelación que se reduce a los

intereses de las partes.

 La casación es, en muchas legislaciones, fuente de jurisprudencia

obligatoria; en cambio los fallos en apelación no suelen formarla.


CONCLUSIÓN

Dado que el Derecho procesal es muy variable en cada país y en el tiempo,

podemos concluir que la casación:

 Es un recurso extraordinario, es decir, la ley la admite excepcionalmente y

contra determinadas resoluciones judiciales.

o Sus causas están previamente determinadas. Ellas se pueden agrupar,

básicamente, en infracciones al procedimiento, es decir errores de forma

(error in procedendo) e infracción del Derecho, o sea errores de fondo

(error in judicando).

o Posee algunas limitaciones a su procedencia, entre otras: la cuantía,

sobre todo en casos de derecho civil y los motivos que se pueden

alegar.

 Según la doctrina y jurisprudencia podemos encontrar dos variantes en

relación a la amplitud de las facultades de revisión de las cuestiones

acaecidas en un caso particular:

o En la interpretación más clásica, se le considera un Recurso no

constitutivo de instancia, o sea, el tribunal puede pronunciarse sólo

sobre las cuestiones de Derecho. En otras palabras, la revisión es más

limitada, pudiendo basarse sólo en una incorrecta interpretación de la

ley por parte de los órganos inferiores y nunca revisar los hechos de

la causa.

o En una interpretación más amplia y circunscrita al recurso de

casación en materia penal, se ha entendido que en la casación no sólo


pueden revisarse cuestiones de hecho, sino que se deben revisar

éstos. No hacerlo implicaría la violación a la garantía de la doble

instancia en el proceso penal, reconocida en diversos tratados

internacionales sobre derechos humanos (por ejemplo, el artículo

8.2.h de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y el

artículo 14.5 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos).

Para sostener esta posición se utiliza la teoría alemana de la

Leistungsfähigkeit (o agotamiento de las capacidades de revisión), que

sostiene que un tribunal de casación debe revisar todo lo que le sea

posible, quedando solamente excluidas las cuestiones directamente

relacionadas al principio de inmediación.

BIBLIOGRAFÍA
 El Recurso De Casación Civil;   Vicente C. Guzmán Fluja  (Editorial

Tirant Lo Blanch)

 La Casación Civil; Dr. Galo Pico Mantilla Magistrado de la H. Corte


Suprema de Justicia de Ecuador.

 La casación civil en la doctrina, en la jurisprudencia y en las legislaciones


europeas y americanas; Secundino Torres Gudiño

 Panorama del Derecho Procesal Civil panameño; Secundino Torres


Gudiño

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