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En el año 2017, Juan Francisco Pardo Molero editó, junto con otros señeros (omite el

adjetivo, preferible nombrarlos. Recuerda que puedes cortar oraciones y separarlas por
ideas para acomodar redacción) investigadores, un volumen titulado El gobierno de la
virtud: política y moral en la Monarquía Hispánica (siglos XVI-XVIII), cuya introducción,
“Gobernar según la virtud en la Monarquía Hispánica” 1, resulta de interés para el tercer
círculo de nuestro estado de la cuestión. Pardo Molero parte de la premisa de que, durante
los siglos XVI al XVIII, la virtud desempeñó un papel fundamental dentro de las
discusiones sobre el gobierno y el ejercicio del mismo, gracias al influjo de ideas y
pensamientos que llegaron desde el mundo clásico, fundamentalmente Platón, Aristóteles y
los estoicos, como Séneca.
La importancia del texto del doctor Pardo Molero radica en cuatro asuntos que se bosquejan
(esbozan o plantean queda mejor) de manera muy clara en sus líneas. En primer lugar, se
encuentra el tema de la justicia como la virtud principal del príncipe. Esta (acento en
demostrativos cuando van solos) jugaba un papel fundamental dentro de la definición y las
acciones del príncipe; Pardo Molero lo enuncia como Fons justitiae2 y, de esta manera, se
entendía al príncipe tanto como señor y ministro de la justicia, como rey creador y ejecutor
de la ley. Sin embargo, la justicia había de estar complementada con otras virtudes como la
prudencia que le permitía obrar con sabiduría y, es en este punto, en que he podido
encontrar una conexión que vincula este texto con la obra histórica de Castaldo, la cual, sin
duda, se encuentra inmersa en este universo referencial. (Ojo con los párrafos demasiado
largos)
Pardo Molero afirma que “la templanza y la fortaleza, liberaban a los jueces de sus
pasiones, tanto del afán de rigor, que puede encubrir venganza, como de la excesiva
blandura.”3 Es precisamente entre estos dos polos, venganza y blandura, que oscilan buena
parte de las reclamaciones que Castaldo realiza en torno a las acciones que narra de Pedro
Álvarez de Toledo y, por este motivo, aunque es claro que Antonino Castaldo no escatima
recursos en hacer notar algunas cualidades del tercer Marqués de Villafranca, el saldo sigue
siendo negativo a su juicio en tanto que Castaldo no olvida que la venganza siempre fue
motivación en el ejercicio de gobierno de don Pedro, lo cual conduce al señalamiento que
Pardo Molero hace a una de las fuentes referenciales de estos personajes: El cortesano de
Baldassare Castiglione, una obra que proporcionó referentes tanto a reyes como a ministros
durante el siglo XVI en Europa y a lo largo y a lo ancho de los territorios extraeuropeos de
la Monarquía, por lo que es posible pensar que, probablemente tanto Carlos V como Pedro
de Toledo entraron en esa serie de exigencias modélicas, más aún el virrey que: “al ejercer
[…] una amplia panoplia de potestades regias para reinos enteros, incluyendo materias
judiciales, gubernativas y militares (y, a veces, de gracia), no podían dejar de asumir

1
Juan Francisco Pardo Molero, “Gobernar según la virtud en la Monarquía Hispánica”, en Juan Francisco
Pardo Molero (editor), El gobierno de la virtud: política y moral en la Monarquía Hispánica (siglos XVI-XVIII) ,
Madrid, Fondo de Cultura Económica, 2017, pp. 9-27.
2
Íbid. p. 13.
3
Íbid. p. 14.
virtudes que los equiparasen, o casi, a los reyes de quienes eran imagen.” 4 (mucho cuidado
con las oraciones demasiado largas, recuerda separar por ideas porque se enreda la lectura
de tus planteamientos)
Ahora bien, un segundo tema que Pardo Molero aborda se trata de la antítesis de lo
virtuoso, que se encuentra íntimamente relacionado con la protesta y, a su vez, con la
rebelión, palabra fundamental dentro del vocabulario de Antonino Castaldo: Pardo Molero
describe brevemente cuando se rompe la virtud, lo cual resulta sumamente interesante
porque no lo hace a partir del castigo del rey o de las autoridades, lo cual parece incluso
obvio, sino, sobre todo, desde el momento en que la sociedad es la receptora de ese
rompimiento de la virtud de parte de sus autoridades: “en las conmociones políticas no se
protestaba tanto contra un gobierno técnicamente malo, sino contra los abusos producto de
la corrupción, el abandono de la justicia, el latrocinio, la traición, etc., o contra la
desafección del príncipe, traducida en el alejamiento de la corte de quienes se sentían con
derecho a participar en la política. La tiranía, particularmente la de ejercicio, se consideraba
fundamentalmente en términos morales, cifrada en la falta de la virtud del gobernante
plasmada en actos perjudiciales para sus súbditos y para su reino.” 5 En mayor o menor
medida, estos son los temas que aborda Castaldo en su obra histórica, es decir, se aborda la
falta de virtud, tanto del virrey Pedro de Toledo porque se vengó cruelmente de inocentes,
en nombre de la justicia, como de la nobleza napolitana que no buscaba el bien común sino
solamente sus propios intereses. (Bien notado y buen análisis. Trata de mandar las citas
largas a pie de página para que no se coman tu cuerpo textual o usa frases muy específicas
y breves que definan tus conceptos de forma redondeada)
Tal vez uno de los mayores alcances del texto se encuentra en el tercer asunto que se
aborda, es decir, la rehumanización de prácticas, conductas, pensamientos no sólo de
pensadores, productores de textos o nobles y gobernantes, sino de la sociedad entera la
cual, por mucho que pudiera tener referentes comunes, no dejaba de tener discrepancias, sin
ir más lejos, el tema del descubrimiento y conquista de América, por lo que Pardo Molero
acierta en señalar que estos ideales no son monolíticos sino que están en constante diálogo
y cambio: “actuaciones vistas como correctas o incluso virtuosas por unos, podían
parecerles lo contrario a otros: la arbitrariedad en la aplicación de la justicia, a veces
explicada en aras de la equidad, la misericordia o la clemencia, podía verse llanamente
como injusticia; las desigualdades jurídicas y fiscales, aunque eran en parte consustancial
de una sociedad basada en el privilegio, no siempre parecían adecuadamente justificadas y,
a veces, especialmente en casos de súbitos encumbramientos, se veían como fruto del
favoritismo o del capricho; y también las dispensas y excenciones de cumplir con
determinadas obligaciones civiles o religiosas, podían ser motivo de escándalo. Por eso
mismo, mediante el eje de la virtud podemos percibir la evolución de las jerarquías de
valores en la Edad Moderna, así como el juego de estrategias de que disponían individuos y

4
Íbid. p. 15
5
Íbidem. p. 17.
grupos sociales para afianzar o mejorar sus posiciones.” 6 (Muy bien este párrafo,
nuevamente, cuida las oraciones largas, sé que te gana la emoción)
Finalmente, otro de los grandes aciertos de Pardo Molero consiste en sembrar una duda,
una pregunta que vincula a los siglos que estudia con el tiempo presente y es intentar
dilucidar qué tan grandes son los ecos de ese pasado relativamente lejano y de qué manera
afectan a nuestros tiempos porque, el poder sigue existiendo a día de hoy y una excelente
manera de generar autoridad sigue siendo ir en busca de la virtud, en lo que él llama
asunción de los ideales morales que “se manifestaba en quienes desde posiciones de mayor
o menor relevancia, participaban en la vida pública, hasta convertirse en requisito para
plantear propuestas políticas, reivindicar la acción o la trayectoria propias o edificar la
memoria personal o familiar. La gravedad, la habilidad en el manejo de las pasiones, la
capacidad de guiarse de forma “práctica” en la vida, constituyen otras tantas muestras de la
utilización de valores y virtudes de prestigio como fórmulas de representación de uno
mismo, lo que demuestra su relavancia en el desarrollo de las respectivas carreras políticas
de quienes las hacen propias.” 7(No abuses de las citas, no temas parafrasear al autor
mientras escribes. Siempre que pongas la referencia bibliográfica al final de tu paráfrasis,
no se ve como un plagio.)
En este sentido, tal vez Pardo Molero nos podría estar haciendo soñar, con dirigir nuestros
caminos vitales no solamente a través de nuestras decisiones sino a través de la virtud y,
con algo de suerte, acabar construyendo un mundo mejor, y también, que el estudio de estos
ecos del pasado verdaderamente ayuda y hace vivir la vida de una mejor manera, porque en
realidad viven dentro de nosotros. (Recuerda que tu conclusión debe enfocarse al ámbito
histórico, cómo y por qué nutre tu tema de tesis. Aún así, me gusta leer cómo repercuten tus
textos en ti :) )

6
Íbidem
7
Íbidem. p. 15

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