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ORGANIZACIÓN, ESTRUCTURA Y
FUNCIONAMIENTO DEL ESTADO
Perú – 2017
PROGRAMAS
PROGRAMASDE
DE
MAESTRÍA
MAESTRÍAYYDOCTORADO
DOCTORADO
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LINEAMIENTOS ACADÉMICOS
PROGRAMAS DE MAESTRÍA Y DOCTORADO
1. Matrícula
a) El registro de matrícula se formaliza por cada ciclo, previo el pago del derecho
correspondiente con la primera pensión y su posterior registro.
b) Al registrar matrícula implica tácitamente la aceptación, por parte de los estudiantes,
de las normas de la Escuela de Posgrado y de la Universidad César Vallejo. El
registro de matrícula oficializa la condición de estudiante en el programa.
c) Los estudiantes que no hayan completado la documentación de su carpeta de ingreso no
podrán matricularse en el ciclo académico siguiente.
d) El estudiante que no registre matricula regular tendrá como último plazo realizarla dentro
del cronograma de matrícula extemporánea, asumiendo el pago estipulado por el área
correspondiente, de lo contrario tendrá realizar el registro en otra promoción.
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4. Horario de Clases
b) Los horarios son establecidos por la Secretaría Académica para cada programa.
5. Asistencia a clases
c) La inasistencia a más del treinta (30) por ciento del total de sesiones programadas
de clase es causal de inhabilitación, sin considerar las calificaciones que haya
alcanzado el estudiante durante la experiencia curricular. Es responsabilidad del
docente de la experiencia curricular velar por su cumplimiento.
6. Trabajos
d) Los trabajos no presentados en la fecha establecida son calificados con la nota cero
(0).
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7. Reconsideración de notas
f) Las rectificaciones a que hubiera lugar en las actas de notas serán efectuadas
por la Secretaría de la Escuela de posgrado, previa información de los procedimientos
correspondientes y pago por rectificación estipulado.
8. Publicación de notas
9.1. Retiro
a) Se define como retiro al acto voluntario, formal y por escrito (de manera virtual), por
el cual un estudiante comunica a la Secretaría Académica de la Escuela de Posgrado
su decisión de no continuar en el Programa.
b) El retiro es posible durante cualquier periodo académico.
c) Para que su solicitud de retiro sea procedente el estudiante no debe presentar deudas
de lo contrario deberá abonar el monto adeudado.
d) La liquidación económica está sujeta a la normatividad del área de finanzas de la
Universidad César Vallejo.
9.2. Reserva
a) Hace referencia a la suspensión temporal de la formación académica del estudiante. Este retiro
posibilita la posterior reincorporación del estudiante de acuerdo a lo normado en el punto referente
a reinicios.
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b) Esta reserva se podrá realizar en una sola oportunidad a lo largo del desarrollo del programa y es
posible en cualquier periodo académico, previamente debe solicitarlo y realizar los pagos
correspondientes.
c) Se formaliza esta reserva mediante la emisión, por parte de Secretaría Académica de una
Resolución de Reserva con un plazo máximo de un año.
9.3. Abandono
a) Se considera abandono c u a n d o un estudiante no cumple con formalizar su
decisión de retiro de acuerdo a lo señalado en el punto 9.1.
d) El estudiante que abandona el programa debe cancelar las deudas que, por costos
de estudios u otros rubros, se hayan generado a la fecha de haber sido declarado
en abandono. La liquidación económica del estudiante se efectuará de acuerdo a
las políticas vigentes por la oficina de finanzas de la Universidad César Vallejo.
9.4. Reinicios
DIRECCIÓN ACADÉMICA
ESCUELA DE POSGRADO
UNIVERSIDAD CÉSAR VALLEJO
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PROGRAMA DE MAESTRÍA EN GESTIÓN PÚBLICA
Aplica conocimientos de cultura general para reforzar las habilidades de gestión con
sentido crítico y analítico.
ÁREA DE
LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN COMPONENTES REFERENCIALES
ESPECIALIZACIÓN
Cultura organizacional
Gestión del cambio
Motivación y liderazgo
Desarrollo de habilidades
Administración del talento gerenciales
humano Evaluación de puestos
Gestión de remuneración y
Gestión estratégico del compensaciones
talento humano Responsabilidad social
Otros
Planificación estratégica
Organización
Gestión de remuneraciones y
Dirección
compensaciones
Dirección Estratégica
Modernización del Estado / Otros
Control Interno / Peritaje /
Auditoría gubernamental Control administrativo Contrataciones / Bienes estatales
Otros
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Presupuesto gubernamental
Costos
Planificación y control Sistema nacional de inversión
financiero pública
Gestión de proyectos de inversión
Otros
Plan de estudios
MAESTRÍA EN GESTIÓN PÚBLICA
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SÍLABO
ORGANIZACIÓN, ESTRUCTURA Y FUNCIONAMIENTO DEL ESTADO
I. DATOS GENERALES
1.9. Docente :
II. SUMILLA:
III. COMPETENCIA
Analiza conceptos, principios y normas de la organización, estructura y funcionamiento del Estado para
generar una visión holística de la gestión pública; con sentido crítico, innovador y de responsabilidad
social.
TEMAS TRANSVERSALES:
Desarrollo e identidad cultural.
Gestión de riesgos y seguridad.
Investigación.
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4.1. PRIMERA UNIDAD : Organización y Funcionamiento del Estado Peruano
4.1.1. Duración : 40 horas
4.1.2. Programación :
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4.3. ACTITUDES
El estudiante en el desarrollo de la experiencia curricular:
Muestra interés por los temas que son materia de análisis.
Es puntual en su asistencia y presentación de trabajos.
Participa activamente y en equipo.
Plantea soluciones acertadas.
Organiza adecuadamente su tiempo.
Manifiesta actitudes en el cuidado del medio ambiente.
V. ESTRATEGIAS METODOLÓGICAS
VII. EVALUACIÓN
7.2. PROMEDIOS
PRIMERA UNIDAD (X1) SEGUNDA UNIDAD (X2)
X1 = PA01*0.4 + PA02*0.6 X2 = PA03*0.6 + PA04*0.4
FINAL (XF)
(X1+X2)/2
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VIII. BIBLIOGRAFÍA
8.3 Linkografía
http://www.slideshare.net/wcalderoncastro/estructura-del-estado-peruano
http://www.slideshare.net/abastecimiento_pichari/gobierno-y-administracion-publica
Http://www.slideshare.net/yanguito/organización-8083284
http://www.slideshare.net/gabogadosv/material-seminario
www.ciat.org
http://www2.congreso.gob.pe/sicr/cendocbib/con3_uibd.nsf/A435FCFDD1E11B34052579490056
BF87/$FILE/Estado_Funcionamiento_Organizaci%C3%B3n.pdf
https://www.mef.gob.pe/contenidos/comunicado/Ley27815.pdf
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ORGANIZACIÓN, ESTRUCTURA Y
FUNCIONAMIENTO DEL ESTADO
DE LA ADMINISTRACIÓN
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PRESENTACIÓN
En este sentido, para alcanzar las capacidades propuestas en las unidades programadas,
los estudiantes deberán trabajar los productos académicos y, para tal efecto, les
entregamos las herramientas de consulta básicas para el análisis y comprensión de los
contenidos y logro de la competencia de la experiencia curricular.
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INDICE
Presentación---------------------------------------------------------------------------------------------- 02
Capítulo I: Conceptos previos vinculados al Estado------------------------------------------- 04
Modelo del estado peruano--------------------------------------------------------------------------- 07
Capitulo II: La Descentralización y modernización del Estado------------------------------ 10
Avances de la última década-------------------------------------------------------------------------- 11
Agenda pendiente--------------------------------------------------------------------------------------- 13
Hacia un nuevo estado--------------------------------------------------------------------------------- 15
Modernización del estado----------------------------------------------------------------------------- 16
Características del estado------------------------------------------------------------------------------ 17
Capítulo III: La reforma del estado en perspectiva -------------------------------------------- 22
Aspectos económicos que deben ser tomados en cuenta------------------------------------ 29
Gestión pública moderna: Gestión por resultados---------------------------------------------- 35
Gestión por resultados: Orientado al ciudadano------------------------------------------------- 36
Participación ciudadana-------------------------------------------------------------------------------- 53
Mecanismos de voz------------------------------------------------------------------------------------- 57
Transparencia-------------------------------------------------------------------------------------------- 58
Capítulo IV: Necesidad de estado descentralizado--------------------------------------------- 60
El Aspecto territorial------------------------------------------------------------------------------------ 63
Criterios para asignación de Competencias y funciones entre los niveles de gobierno 63
Principio de subsidiariedad---------------------------------------------------------------------------- 65
Principio del beneficio---------------------------------------------------------------------------------- 66
Tipos de descentralización----------------------------------------------------------------------------- 67
Capítulo V: Insumos e instrumentos para modernización del estado-------------------- 70
Recursos humanos-------------------------------------------------------------------------------------- 71
Gobierno electrónico----------------------------------------------------------------------------------- 73
Conclusiones--------------------------------------------------------------------------------------------- 74
Bibliografía----------------------------------------------------------------------------------------------- 76
Anexos………………………………………………………………………………………………………………….. 78
- Lectura Nº 1: “El Estado, el Pueblo y la Nación”.
- Lectura Nº 2: “La Descentralización política”.
- Lectura Nº 3: “Reflexiones sobre Nación-Estado. Poder y Gobierno”.
- Lectura Nº 4: “Estado: Funcionamiento, organización y proceso de construcción de
políticas públicas”.
- Lectura Nº 5: “El concepto de Administración Pública en la Legislación Peruana”.
- Lectura Nº 6: “Fortalecer la Gobernabilidad democrática a partir de la reforma
institucional en América Latina: Diez conclusiones”.
- Lectura Nº 7: “Principales sistemas políticos actuales”.
CAPÍTULO I: Conceptos previos que están vinculados al Estado
Los conceptos de organización del estado son aquellos que se encuentran vinculados a
la teoría administrativa y constituyen aspectos conceptuales básicos que debemos
recordar.
La administración constituye una ciencia sincrética que nos indica que el análisis de las
organizaciones, como su objeto de estudio, debe tomar en cuenta dimensiones que se
sustentan en otras ciencias, las que se refieren en el cuadro que se detalla a
continuación.
Otros autores señalaban que la teoría o ciencia organizacional sería una ciencia
aplicada puesto que el conocimiento que se obtiene se aplica a la solución de
problemas y a la toma de decisiones en empresas e instituciones.
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Dicho conocimiento se sustenta en varias fuentes: por un lado, de la investigación
deductiva e inductiva en diversas disciplinas de donde se extrae la base teórica de las
proposiciones, que permiten entender las organizaciones y su administración; por otro
lado, de las experiencias obtenidas por la práctica administrativa.
Otras definiciones, como las de origen sajón, nos presentan a la Administración como
un simple cuerpo de conocimientos técnicos, sustentados mayormente en la
experiencia empresarial o en investigaciones efectuadas en otros campos del saber
humano, tales como la psicología, la sociología, etc.
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“Es la planeación, organización, dirección y control de los recursos humanos y de otra
clase, para alcanzar con eficiencia y eficacia las metas de la organización” (Jones y
George, 2010; p. 5).
Una mirada a Rosenzweig, en su obra ya citada, nos muestra una cara de las
organizaciones que pueden entenderse desde la óptica de los sistemas y definirse
como:
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1. “Un subsistema inserto en su medio y
2. Orientado hacia ciertas metas –individuos con un propósito; incluyendo:
3. Un subsistema técnico –individuos que utilizan conocimientos, técnicas, equipos
e instalaciones.
4. Un subsistema estructural –individuos que trabajan juntos en actividades
integradas.
5. Un subsistema psicosocial –individuos que se interrelacionan socialmente y que
son coordinados por
6. Un subsistema administrativo -que planea y controla el esfuerzo global”
Por lo tanto, la mirada de una organización puede tener una clasificación en base a los
sistemas que administra, pero también debe tener en consideración que esta
organización debe tomar en cuenta la realización de funciones que son esenciales para
el logro de sus objetivos. La teoría administrativa clásica también nos señala algunas
consideraciones esenciales que pueden ser definidas de la siguiente manera:
Planificar: Es decir, tiene que decidir con antelación los objetivos o metas que la
organización debe alcanzar, diseñar las estrategias pertinentes y formular los
correspondientes planes, programas y proyectos.
Controlar: Esto es, debe verificar que las actividades se están desarrollando
conforme se planificaron y, de ser el caso, corregir cualquier desviación
significativa.
Podemos considerar otras funciones que hoy en día realiza el Estado pero en esencia
podemos decir que éstas son las funciones que se asumen en toda organización
pública.
En la década del setenta y durante el periodo del Gobierno Militar se inició una de las
reformas más importantes que hasta hoy duran y que definen y modelan el
funcionamiento del Estado Peruano. La adopción del modelo tridimensional constituye
una de las reformas más importantes del siglo XX a nivel del Estado Peruano y su
diseño e implementación se mantienen en el funcionamiento operativo del Estado e
incide en el modelo de planeamiento y gestión pública del presente milenio en el Perú,
la cual contó con el asesoramiento de organismos internacionales, como las Naciones
Unidas. Es importante recordar y reseñar esta reforma:
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“Para 1975, los líderes militares del Perú habían iniciado, en un tiempo tan breve,
más reformas fundamentales que ningún otro país en América Latina en el siglo
XX, con excepción de las revoluciones de México y Cuba, y quizás, del caso de Chile
durante el Gobierno de Allende. Por medio de cerca de 4,000 leyes e
incontables acciones administrativas, la élite militar de Perú trató de regimentar
a una nación, que a menudo se resistía a entrar en una revolución” (Jiménez Nieto).
Las instituciones, como células primarias del aparato de Estado tienen una acción
micro administrativo y gerencial. A la cabeza de ellas existe un órgano -personal o
corporativo‐ que ejerce las funciones de dirección y que es responsable ante el poder
público por los resultados de su gestión. Luego, se descompone en dos tipos de
órganos: auxiliares y de línea.
Los órganos de línea son aquellos que elaboran el producto institucional -bien o
servicio- que constituye el fin de la Entidad o razón por la que fue creada por el poder
político. Los auxiliares la proveen de los recursos de todo tipo, necesarios para que la
línea produzca sus fines. En todo caso, la provisión de cada tipo de insumos forma
parte del sistema administrativo correspondiente.
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Los sectores de actividad no existen en la realidad administrativa. El sector es un
concepto analítico y representa el sumatorio de la acción pública y privada en cada
uno de los compartimentos estancos en que arbitrariamente puede dividirse la acción
social. No es, por tanto, administrable, sino gobernable. La acción de gobierno no es
función administrativa, sino intrínsecamente política, en el sentido más vulgar del arte
de lo posible y en el más técnico de asignación autoritaria de prioridades, de acuerdo a
la captación por el gobernante de las demandas del grupo gobernado. Se administran
las instituciones (Ej. Ministerios) y se gobiernan los sectores (Ej. Salud, Educación).
En el Perú, tenemos hoy en día los sistemas funcionales y administrativos. Los sistemas
administrativos son los siguientes:
Los Sistemas Administrativos tienen por finalidad regular la utilización de los recursos
en las entidades de la administración pública, promoviendo la eficacia y eficiencia en su
uso. El Poder Ejecutivo tiene la rectoría de los Sistemas Administrativos, con excepción
del Sistema Nacional de Control. El Sistema Nacional de Planeamiento Estratégico se
rige por la ley de la materia.
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Ejecutivo es responsable de reglamentar y operar los Sistemas Funcionales. Las normas
del Sistema establecen las atribuciones del Ente Rector del Sistema.
Sin embargo, aún queda mucho por hacer para conseguir un Estado más cercano a las
personas, que garantice sus derechos y promueva la igualdad de oportunidades.
Antes de definir las categorías conceptuales que deben estar asociadas a un Estado
que busque responder a las necesidades de la población es indispensable situar la
discusión en el contexto de la sociedad peruana. Toda construcción conceptual carece
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de contenido si no está vinculada con la realidad para la cual está siendo elaborada.
Por ello, antes de iniciar la discusión haremos un breve recuento de la situación actual
del país tomando en consideración los eventos económicos y sociales de los últimos
diez años.
El Perú ha logrado avanzar en muchos campos en los últimos años. Así vemos que se
observa una significativa reducción de la pobreza. El ingreso por habitante ha crecido
considerablemente en los últimos años y se han obtenido significativos avances en
temas como la estabilidad macroeconómica, la competitividad y las facilidades para
hacer negocios. De la misma manera, la expansión de la actividad económica ha
llevado a que exista una mayor cobertura de servicios públicos y comerciales en todo
el territorio. Asimismo, la expansión de las microfinanzas ha logrado que una mayor
proporción de peruanos tenga acceso al crédito y por ende un desarrollo de la
actividad económica más equitativo.
Un salto cualitativo importante que ha sido dado en los últimos diez años es el
lanzamiento de la descentralización. Desde el año 2003 contamos con autoridades
regionales elegidas en sufragios universales, autoridades que se suman a los alcaldes
que han sido elegidos popularmente de manera continua desde 1983. Una de las
razones de este intento descentralizador fue acercar el Estado a la población en el
sentido de aplicar el principio de subsidiariedad lo que significa que aquel nivel de
gobierno más cercano a la población es quien debe detentar la responsabilidad por la
provisión de los servicios y bienes a los cuales la población tiene derecho.
El balance del proceso es sujeto de mucho debate pero este aspecto de la reforma del
Estado ha calado hondo en la población y lo que se espera es que siga avanzando de
una manera en que vaya perfeccionándose de manera paulatina.
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También se ha avanzado en temas relacionados a la atención al ciudadano con la
política de simplificación administrativa que se ha venido llevando a cabo así como
avances en gobierno electrónico en donde instituciones como SUNAT, SUNARP,
RENIEC entre otras han hecho uso de la tecnología de información para simplificar los
trámites y brindar un mejor servicio al ciudadano.
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AGENDA PENDIENTE
Por otro lado, lo avanzado es considerable pero si queremos contar con una sociedad
moderna con igualdad de oportunidades y acceso a los servicios públicos básicos, aún
es largo el camino que nos falta por recorrer. A pesar de todos los esfuerzos 31.3% de
la población vive en pobreza lo que representa cerca de 9 millones de personas que
viven en estas condiciones. Esta cifra agregada esconde una heterogeneidad
importante dado que en departamentos como Huancavelica la tasa de pobreza llega al
66.1%, mientras que en el departamento de Lima dicha tasa es 13.5%6. Por otro lado,
la pobreza extrema aún se ubica en 9.8% lo implica que cerca de 3 millones de
personas viven en esta condiciones las cuales se encuentran ubicadas en las zonas
rurales donde la incidencia de este tipo de pobreza es de 23.3%. Como vemos, existen
aún muchas zonas del país donde el Estado está ausente y se aprecia una
heterogeneidad considerable en los resultados económicos dado que existen zonas
que son muy dinámicas y otras siguen en un atraso permanente.
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De la misma manera, aún falta avanzar en lo referido a la lucha contra la corrupción
debido a que con frecuencia se detectan casos de mala utilización de fondos,
sobrevaloración de obras y contratación de personal sin calificaciones técnicas pero
con afiliación partidaria en los distintos niveles de gobierno que configuran un cuadro
de desprestigio de la administración pública y las autoridades.
Esta situación descrita lleva a pensar que la percepción del Estado en la ciudadanía no
sea de las mejores. Existen muchas críticas y desconfianza acerca de la idoneidad de las
acciones del Estado y de los efectos que tienen sus acciones sobre la población. Ello se
refleja en las cifras publicadas en el último informe de la corporación Latinobarómetro.
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capacidades, que sea eficiente, más cercano a la población e inclusivo. Además debe
ser eficaz y tener impacto sobre las necesidades de la población.
Todo lo anterior llama la atención dado que se detecta la necesidad de un Estado que
promueva la igualdad de oportunidades a través de asegurar el acceso a una serie de
servicios a los cuales los ciudadanos tienen derecho como lo establece la Constitución
Política del país. Como sabemos, la población tiene derechos sociales y económicos
como el derecho a la salud, la seguridad social, protección de la familia, la educación y
el trabajo. Estos se agregan a los derechos fundamentales y políticos. De lo que se
puede apreciar por las cifras aún falta consolidar al Estado como garante de estos
derechos. A pesar de los avances logrados, existe una percepción mayoritaria de que
ello no basta y si queremos asegurar las condiciones para que nuestra sociedad,
sistema político y sistema económico se consoliden en el futuro es necesario contar
con un Estado que responda a las expectativas de la población.
Los mencionados son problemas persistentes que se han ido acumulando a lo largo de
la historia. Es cierto que hoy estamos mejor que hace diez años pero también es cierto
que es tiempo de atacar estos problemas de manera frontal poniendo el Estado al
servicio de los ciudadanos.
Por ello es que la Reforma del Estado y la Modernización del Estado son acciones que
deben tomarse en cuenta con el fin de lograr consolidar al Estado y responder a las
necesidades de la población. Tomando en cuenta este diagnóstico inicial es que se
presentarán los principales elementos que componen un Estado que se acerca cada
vez más a las personas, que garantiza sus derechos y promueve la igualdad de
oportunidades.
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causando confusiones. El término “y/o” no es gratuito dado que para algunos pueden
sonar a sinónimos y para otros claramente diferenciables. Por ello es necesario
delimitar qué se entiende por cada uno de estos conceptos.
Una vez realizada esta delimitación de los términos a utilizar es importante también
hacer la distinción entre política pública y gestión pública. Una forma sencilla de
abordar estos conceptos está asociada a la diferencia entre el qué y el cómo. La
política pública está más asociada al qué se debe hacer. Por ejemplo, se puede pensar
en una decisión que involucra mejorar la calidad de la educación en el sentido que los
niños que van a la escuela tengan un nivel de comprensión matemática y lectora
acorde con estándares internacionales. Esto determina qué se va a hacer. La gestión
pública está referida a cómo se va a lograr cumplir con este mandato. Ello implica
contar con operadores (gestores públicos) que deben ser capaces de combinar los
distintos elementos necesarios como recursos financieros, capital, trabajo y factores
adicionales de tal forma de poder ofrecer a la población lo ofrecido.
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ESTADO: EFICIENTE, TRANSPARENTE, INCLUSIVO, DESCENTRALIZADO Y MODERNO
Un Estado…
… eficiente es aquel que utiliza sus recursos para satisfacer las necesidades de la
población al menor costo posible manteniendo un estándar mínimo.
… transparente es aquel que permite el acceso de todos los ciudadanos a la
información que éstos requieran y comunica sus decisiones abiertamente.
… inclusivo es aquel que garantiza los derechos y la igualdad de oportunidades para
todos los ciudadanos.
… descentralizado es aquel que satisface las necesidades de la población adecuándose
a la heterogeneidad de las mismas.
… moderno es aquel que se mantiene en constante cambio para adecuarse a su
entorno.
El sustantivo Estado que estamos proponiendo tiene una serie de adjetivos que
implican varias definiciones que es necesario desarrollar para delimitar el concepto del
Estado que se pretende construir. Esta serie de adjetivos depende de lo que la
ciudadanía exija.
EFICIENTE
Un Estado eficiente es aquel que utiliza sus recursos disponibles para satisfacer las
necesidades de las personas. Así, si lo que requieren las personas es mejor salud, los
recursos públicos existentes deben orientarse a ello. Esta primera definición hace
referencia a una relación estrecha entre necesidades de la población y las acciones del
Estado para satisfacerlas.
Pero además implica optimizar el uso de los recursos públicos. Esto quiere decir que
eficiente es una acción que busca satisfacer las necesidades de los ciudadanos al
menor costo dado un estándar de calidad predeterminado. Esto es muy pertinente en
la gestión pública porque, los recursos financieros no son abundantes y existen muchas
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necesidades. Si se prioriza determinada política, el objetivo del gestor público debe ser
buscar ahorrar costos que permitan liberar recursos para poder orientarlos a las otras
demandas de la ciudadanía.
Sin embargo, en el caso del sector público tenemos una particularidad. Esta se
relaciona al modo en que se asigna el presupuesto. Como sabemos, cada año se asigna
a cada unidad ejecutora un presupuesto por lo que el monto de dinero está
determinado de antemano. En estos casos debe hablarse de eficiencia en términos de
lograr satisfacer la mayor cantidad de necesidades de los individuos con los recursos
obtenidos. Como vemos, el término eficiencia impone una serie de retos a la gestión
pública.
Otra manera de entender la eficiencia es desde el punto de vista del bienestar. Por
ende, una acción eficiente es aquella que genera el mayor valor público y privado a
través del uso racional de los recursos con los que se cuenta, buscando proveer lo que
el ciudadano necesita, al menor costo posible con un estándar de calidad mínimo 10 y
en las mayores cantidades posibles. Este concepto implica la comparación permanente
con referentes nacionales y extranjeros, y también la recolección de bastante
información de los procesos de creación de valor público. Ambas prácticas permiten
evaluar e introducir mejoras permanentes en la gestión pública con el fin de optimizar
el uso de los recursos del Estado y así beneficiar a la población.
TRANSPARENTE
El Estado que se tiene como visión debe ser abierto en el sentido que la información
tiene que ser de dominio público. Esto no sólo se refiere a tener acceso a la
información sino también a ser abierto en el sentido de tener un comportamiento que
sea conocido por todos. La transparencia implica dos niveles, sobre todo en el caso de
los servidores públicos y las entidades públicas: el ámbito de lo privado y de lo público.
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demandas de los ciudadanos y asegurar sus derechos es necesario que comunique y
ponga a disposición de la población toda la información disponible para obtener
retroalimentación por parte de ellos y así buscar generar más legitimidad.
INCLUSIVO
El adjetivo inclusivo es muy importante porque la acción del Estado debe estar
orientada a que todos los ciudadanos tengan igualdad de oportunidades. Esto significa
que todos deben tener acceso a una educación y salud de calidad y ser respetados como
ciudadano, es decir, se garanticen sus derechos que están establecidos en la
Constitución.
Uno de los problemas del país es que existen muchas zonas donde el Estado no está
presente y por tanto los ciudadanos no tienen acceso a los servicios que éste presta.
Si un niño tiene acceso a la educación y otro no, las oportunidades que les brinda el
crecimiento económico no serán las mismas pues uno estará mejor preparado que
el otro para obtener un trabajo mejor remunerado.
Por ello, el objetivo debe ser brindar las mismas oportunidades a todas las personas
independientemente del lugar donde vivan. Esto implica que la calidad y cantidad
de los servicios que se prestan a los ciudadanos deben ser homogéneas. Se necesita más
Estado en aquellas zonas en las que casi ni existe para brindar los servicios a los que los
ciudadanos tienen derecho. Adicionalmente, se necesita mejor Estado lo cual está
vinculado a la característica de eficiencia que hemos mencionado anteriormente.
Los casos de éxito internacional tienen estos factores en común. Los primeros cuatro
puntos están referidos a las condiciones económicas que es hacia donde hemos
avanzado en los últimos años. El quinto punto es el que nos debe llamar la atención
porque implica una decisión política que permita que los frutos de crecimiento
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económico lleguen a todas las personas en la forma de asegurarles sus derechos en un
contexto de igualdad de oportunidades. Ello es muy importante porque el rol del
Estado en este contexto es compensar estableciendo políticas redistributivas e
interviniendo allí donde la labor del mercado no es suficiente.
Por tanto, para lograr una sociedad más inclusiva el rol del Estado es uno de los más
importantes. Por un lado debe asegurar que las condiciones sociales y económicas se
mantengan para generar los recursos necesarios que permitan invertir en áreas
necesarias donde las personas tienen derechos que deben ser garantizados. Esto es un
imperativo ético pero es complementario con la visión económica de mantener un
crecimiento sostenido en el tiempo. Un hecho que nos debe llamar la atención es que
la estabilidad macroeconómica sobre la cual se hace mucho énfasis respecto de
su manejo responsable ya no es suficiente para un crecimiento alto y sostenido.
En ese sentido es importante contar con un Estado que sea eficiente y eficaz en
el sentido en que provea los servicios a los que la población tiene derecho de manera
oportuna y al menor costo posible. Ampliando la presencia del Estado a zonas en
donde casi no existe y mejorando la gestión pública e introduciendo reformas
necesarias de orden político, económico y social se podrá contar con un Estado más
inclusivo que otorgue igualdad de oportunidades a todos los habitantes del país.
El Perú ahora está en una situación expectante porque una vez que se ha logrado la
integración económica al mundo y se ha generado un crecimiento sostenido en un
marco de estabilidad macroeconómica, se cuenta con los recursos necesarios para
poder generar la igualdad de oportunidades que es tan necesaria en el país. Esto
permitirá financiar programas que busquen reducir las desigualdades y generar
oportunidades económicas para que los ciudadanos que viven en pobreza actualmente
salgan de ese estado y puedan ser autosuficientes. En este sentido, las experiencias de
Brasil y México con sus transferencias monetarias condicionadas (PROGRESA en
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México y Bolsa Familia en Brasil) se pueden ampliar en el Perú de tal manera de ayudar
en el esfuerzo por crear un Estado más inclusivo.
DESCENTRALIZADO
Por ende, si hablamos de un Estado que satisfaga las necesidades de los ciudadanos,
debemos tomar en cuenta que estas necesidades son diferenciadas según el territorio
al cual se provean servicios. Por ello es necesaria una visión donde el territorio juegue
un rol decisivo. Si es así, un Estado debe ser eficiente pero entregando lo que las
personas requieren en diversas zonas lo cual puede estar claramente diferenciado. Por
ejemplo, no tiene ningún sentido que los parámetros que se establezcan para la
construcción de viviendas sean iguales en todo el territorio o que todas las escuelas
tengan el mismo diseño. En cada zona tenemos diferencias -climáticas y de
costumbres- que deben tomarse en cuenta al momento de diseñar políticas con
objetivos comunes pero con una provisión diferenciada según las necesidades de cada
grupo de población.
MODERNO
El desarrollo de lo que implica cada uno de los adjetivos que hemos propuesto acerca
del Estado que necesitamos debe constituirse en la guía para la acción del mismo en
donde la orientación al ciudadano, la introducción de criterios de eficiencia y equidad
así como la garantía de los derechos ciudadanos deben constituirse en ejes
fundamentales de su accionar.
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CAPÍTULO III: La reforma del estado en perspectiva
Una vez establecidos los términos vinculados a la reforma y modernización del Estado
y el significado de la visión de Estado que es necesario construir, en este capítulo se
describe el proceso reciente de reforma y modernización del Estado que ha vivido el
país.
Para ello, se tomará como punto de partida el año 1990. Como sabemos, a partir de
dicho año se inició un esquema económico en donde se le dio más importancia al
mercado y el Estado cobró un nuevo rol. Debido a la gran necesidad de las reformas
económicas que se llevaron a cabo es que se iniciaron esfuerzos en la modernización y
reforma del Estado.
Quedó claro en aquellos años que para afianzar las reformas económicas que se
introdujeron era importante modificar la naturaleza del Estado. Con un Estado
ineficiente y no moderno no se encontraría el sustento necesario para impulsar
reformas que permitieran salir del estado de crisis en que se encontraba en país. El
análisis de estas experiencias pasadas es sumamente importante porque nos permitirá
determinar los factores de éxito y fracaso de cada una de ellas. Son tres las principales
lecciones que se extraen de la historia.
Primero que situaciones de crisis abren ventanas de oportunidad por donde avanzar,
pues incentivan el apoyo político necesario para realizar reformas. Segundo que es
importante mostrar ganancias rápidas con el fin de generar un capital político que
permita seguir avanzando en el proceso. Por último reconocer que el proceso es
eminentemente político y los encargados de llevarla a cabo por más que cuenten con
las calificaciones técnicas deben tener las capacidades políticas para establecer
vínculos con los actores que tienen que llevar a cabo la reforma. Por ejemplo, el
Congreso pues de él depende la iniciativa legislativa, las agrupaciones políticas y
sobretodo de la autoridad de turno en el Poder Ejecutivo (Presidente de la República,
Ministros) para contar con apoyo político suficiente. Un resumen de las principales
etapas dentro del proceso de reforma y modernización del Estado se presenta a
continuación en un esquema que pretende incluir los principales hitos ocurridos en los
años precedentes.
22
INICIOS DE LOS NOVENTA
En la década del 90 estaban en todo su apogeo las ideas del Consenso de Washington
que planteaban la reducción de la presencia del Estado y el establecimiento de una
economía con una reducción significativa de regulaciones de tal manera de propender
a un crecimiento económico sostenido. Ello fue impulsado por organizaciones como el
Fondo Monetario Internacional con el cual se negoció un plan de reinserción financiera
y la banca multilateral como el Banco Mundial y el BID que apoyaron para la
introducción de reformas que permitieran liberalizar la economía y establecer
programas sociales para paliar el efecto de las reformas estructurales que era
necesario implementar.
Por ello a partir de la situación de crisis de 1990, el gobierno entrante tomó la decisión
drástica de modificar el modelo económico y reducir el rol del Estado. Esta era una
reforma importante en términos de recuperar el manejo de la economía y asegurar un
mínimo de gobernabilidad en el país. La decisión fue muy pragmática dado que el
Estado estaba deslegitimado y había demostrado su incapacidad para dirigir la
economía del país. Además, no se contaba con los recursos fiscales suficientes para
23
mantener un Estado tan grande. La reforma incluyó una serie de acciones como el
inicio de la reducción del papel del Estado en la economía dejando a los mercados la
regulación de la actividad económica. De esta manera se liberalizaron una serie de
precios claves que eran fijados por el Estado y se unificaron los tipos de cambio.
Todo lo anterior determinó que el paso inicial para asegurar la viabilidad del país era
recuperar el control de las cuentas fiscales dado que el gasto era muy alto y rígido y los
ingresos habían caído drásticamente debido a las altas tasas de inflación. Por ello, las
primeras acciones estuvieron encaminadas a elevar los ingresos y disminuir los gastos.
Estas condiciones más el apoyo político con que contó fueron determinantes en la
recuperación de la recaudación que hacia 1992 se había elevado a 12%. Esto
determinó lo que luego se vino a denominar “isla de eficiencia” en donde se creaba
una nueva entidad con un blindaje que la aislaba de las normas tradicionales del
Estado y que operaba de manera eficiente con buen personal y mecanismos de gestión
utilizados por la empresa privada como un manejo moderno de personal e indicadores
de gestión, entre otros. Esta experiencia luego de replicaría en otro grupo de
instituciones como FONCODES y los organismos reguladores.
Por el lado del gasto fiscal, se tomaron decisiones drásticas. Una de ellas fue la
reducción de personal y la prohibición de contratación de nuevo personal que hasta
ahora se mantiene en la Leyes anuales de presupuesto. Se procedió a un proceso de
evaluación para separar a aquellos servidores que no contaban con las calificaciones
adecuadas y también se procedió a un sistema de compra de renuncias. Se
consiguieron relativamente los objetivos de la política, pues más de 100,000 personas
dejaron el sector público. Estas reducciones del gasto corriente como del gasto de
capital fueron muy significativas. Otra reforma importante fue la privatización de
empresas públicas que eran deficitarias y tenían niveles de eficiencia muy bajos. Como
la idea era reducir el déficit fiscal era indispensable que estas empresas pasaran a ser
administradas por operadores privados dado que el Estado no contaba con recursos
24
para reflotarlas. Así se inició una política agresiva de privatizaciones y la creación de
organismos técnicos de regulación bajo el mismo esquema de las “islas de eficiencia”.
Adicionalmente, se reformaron las normas referidas a la autonomía del Banco Central
de Reserva en donde se prohíbe expresamente que le preste dinero al gobierno central
bajo responsabilidad del directorio.
Este esquema fue una buena práctica internacional que mereció reconocimiento y se
replicó en otros países. La ventaja estaba en tomar en cuenta la demanda de la
población y contar con un elevado nivel técnico donde el salario de los funcionarios
públicos era muy superior al promedio del sector público tradicional. Como se puede
observar este primer capítulo de reforma del Estado se llevó a cabo por razones de
emergencia ante la situación fiscal tan débil que tenía el país. Factores de crisis
detonaron un primer episodio de reformas.
Es también importante señalar que la reforma del Estado fue algo instrumental a las
reformas económicas que se iniciaron a inicios de la década del noventa. Una vez que
se obtuvo lo necesario para sostener cada reforma se abandonaban los esfuerzos de
reforma que fue lo que hasta ahora genera desorden en la administración del Estado.
Como se pudo apreciar, ante la incapacidad generalizada del Estado se crearon
instituciones paralelas conocidas como “islas de eficiencia” que coexisten con las
instituciones tradicionales. Si bien estas nuevas instituciones mostraron resultados
rápidamente lo cual era positivo para los cambios que se estaban impulsando, también
es cierto que postergaron la Reforma de todo el aparato administrativo del Estado
sentando las bases de la falta de un sistema único que genera tantos problemas hasta
ahora.
25
en diversos ministerios y se crearon equipos de apoyo a los diversos ministerios con el
fin de ayudar en este proceso y contar con indicadores que permitieran monitorear el
cumplimiento de las metas establecidas en los ejercicios de planeamiento estratégico.
Debe recordarse que como parte de las reformas iniciales fue desactivar el Instituto
Nacional de Planificación (INAP) y esta función fue trasladada de facto al MEF que casi
no realizó ninguna acción en este sentido porque las necesidades coyunturales
demandaban los mayores esfuerzos debido a la crisis económica que se había
heredado. No sólo se trabajó en los ejercicios de planeamiento estratégico sino que se
desarrollaron estudios referidos a la estructura del Estado, la racionalización del
personal del Estado y la mejora de los sistemas administrativos. Estos estudios hacían
recomendaciones precisas con respecto a qué hacer con el Estado. Se recibió ayuda de
parte de organismos multilaterales y la cooperación internacional.
El hecho de ubicar esta oficina en la PCM se debió a que se veía a la reforma y/o
modernización del Estado como un tema transversal y es la PCM la encargada de
coordinar temas interinstitucionales. Inicialmente este intento contó con el apoyo
político necesario. Sin embargo, rápidamente como surgió el apoyo político, éste
desapareció. Dos hechos explican esta situación.
1. Inexperiencia política del equipo que trabajó en dicha oficina. Era un equipo con
buen perfil técnico pero muy joven y sin experiencia política. Desde el punto de vista
tecnocrático todo el esquema fue diseñado de manera consistente con los principios
relevantes pero no se tomó en cuenta el factor político. Es decir, no se supo establecer
alianzas con los ministros de cada portafolio. La situación final fue que los ministros
rechazaron la evaluación interna por estar a cargo de un grupo de jóvenes inexpertos y
también cualquier evaluación externa.
26
EL CONTEXTO RECIENTE: 2001-2010
Este sistema a través de sus directivas ha logrado introducir la cultura del ciclo de
proyecto (pre inversión, inversión y seguimiento) en la totalidad de los entidades del
Estado. Este sistema ha sufrido modificaciones en los últimos años buscando
flexibilizarlo más y descentralizarlo para ajustarlo a las condiciones del país.
Otros puntos que deben mencionarse son los relacionados a la introducción de los
Presupuestos Participativos dentro del proceso de descentralización que han mostrado
avances y han sido criticados y que están en una etapa de evaluación. Por otro lado
tenemos la promulgación de la Ley de transparencia y acceso a la información que
otorga al ciudadano el poder de poder solicitar cualquier información por parte de las
entidades del Estado y ciertas obligaciones por parte de las instituciones estatales de
publicar cierta información. El avance no es homogéneo en las instituciones y las
sanciones no son efectivas del todo pero se están mostrando avances. Por último la
creación del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN) como institución
encargada de la prospectiva y del establecimiento de objetivos estratégicos del país.
27
Los tres eventos mencionados tuvieron un lanzamiento significativo y han tenido un
impacto diferenciado en la administración pública y en la estructura del Estado. El caso
del proceso de descentralización quizás pueda ser el más significativo debido a que
cuenta con 10 años de duración y ha marcado el accionar de la administración pública
y la vida política del país desde entonces. En el caso de los otros dos, PPR ha significado
un cambio en la gestión de muchas instituciones públicas que han sido incluidas dentro
de los planes estratégicos que desde el año 2007 se han impulsado. Es una reforma en
proceso que ya muestra resultados interesantes de ser analizados. En el caso de la
reforma del servicio civil y la creación de SERVIR aún es poco el tiempo transcurrido
para poder tener una idea cabal de los resultados de esta reforma pero es claro que es
necesario contar con un recurso humano motivado y bien capacitado que apoye una
adecuada gestión pública. Los avances y resultados obtenidos de estas políticas serán
tratados en detalle en el segundo capítulo de este documento.
A MANERA DE RESUMEN:
En el último caso surgió SERVIR como nuevo actor encargado de la gestión del recurso
humano del Estado. La creación de estas entidades o el fortalecimiento de otras
implican que deben redoblarse los esfuerzos por una mayor coordinación para poder
sincronizar el proceso de modernización de la gestión pública con los otros
instrumentos de la reforma del Estado que han sido creados. Definitivamente estos
espacios de coordinación deben instituirse y fortalecerse a todo nivel en el Estado para
poder generar las sinergias necesarias en el camino de construir un Estado que
responda a las necesidades de los ciudadanos
28
modernización de la gestión pública han crecido en los últimos años. Estos nuevos
actores (SGP, Secretaría de descentralización, SERVIR, gobiernos regionales, ONGEI,
CEPLAN) sumados al Ministerio de Economía y Finanzas y los Gobiernos Locales juegan
diferentes roles y aún no están claras las delimitaciones de competencias de cada uno
de ellos en la práctica. El marco legal aún es confuso en ciertos casos y cuando no lo es
en la práctica existen problemas significativos de coordinación. Este es un reto que
debe afrontarse en esta nueva coyuntura además de generar el espacio político para
impulsar el proceso de modernización de la gestión pública y de contar con el
componente técnico que permita generar apoyo político suficiente.
Hemos establecido una visión del Estado y desarrollado los antecedentes de las
experiencias anteriores de Reforma del Estado y Modernización de la Gestión Pública.
COSTOS DE TRANSACCIÓN
Son todos los costos que se incurren para acceder a la provisión de un bien o
servicio. A mayores sean estos costos, se proveerán menos bienes o servicios que los
óptimos. Estos costos son monetarios, el tiempo invertido, los riesgos asumidos,
etc. El exceso de Estado genera que los costos de transacción sean mayores a
los necesarios, la ausencia del Estado genera que los costos de transacción sean
infinitos.
La Reforma del Estado y la Modernización del Estado debe buscar el grado óptimo de
presencia del Estado que permita la reducción de los costos de transacción. Este
grado óptimo depende del nivel de desarrollo del mercado y no tiene que ser
homogéneo en todo el país.
29
estos servicios está representado por el pago de los tributos que los ciudadanos
realizan.
Sin embargo, no todos los ciudadanos están en capacidad de pagar estos impuestos
tasas y contribuciones. Por ello existe un sistema impositivo progresivo que determina
que aquellas personas con más ingresos o patrimonio contribuyan más por razones de
equidad. Sin embargo, debe quedar claro que los costos por acceder a los servicios no
son exclusivamente los tributos. Así, hasta las personas con escasos ingresos incurren
en costos de acceder a los servicios que presta el Estado.13 Como sabemos, los
recursos son escasos y el presupuesto del Estado impone los límites de cuánto se
puede gastar para financiar estos bienes o servicios que reclama el ciudadano.
Un sistema económico debe operar de manera eficiente de tal forma que asegure que
los bienes sean provistos al ciudadano al menor costo posible. Desde el punto de vista
económico, una provisión eficiente implica una serie de condiciones como que todos
los que participan del proceso económico tengan acceso a la misma información y que
esta sea accesible al menor costo posible.
30
Ejemplo 3: Costos de transacción en la venta de un activo.
Pensemos que el mismo campesino quiere realizar una transacción que implica la
venta de un inmueble o de un bien. Esto puede tener dos complicaciones, la primera
está relacionada a que probablemente no se cuente con un certificado de propiedad
del inmueble o bien con lo cual no se puede realizar la transacción sino que además
pueden existir problemas en cuanto a la información referida a la otra parte de la
transacción y de los costos burocráticos de llevar a cabo la transacción.
Existen muchos otros ejemplos como anteriormente era el control de precios o las
licencias de importación mediante los cuales se daban señales erróneas a los agentes
económicos dado que no se generaban incentivos para la utilización eficiente de los
recursos sino que surgían grupos privilegiados que lucraban a partir de obtener
permisos o productos con precios controlados a costa de la mayoría de la población.
Estos costos que hemos mencionado son los llamados costos de transacción14. Estos
son generados muchas veces por la ausencia del Estado como por la regulación
excesiva, lo cual se ha ilustrado con los ejemplos mencionados. La ausencia de Estado
puede ser la más grave porque hace que los costos sean infinitos, mientras que la
regulación excesiva encarece las transacciones innecesariamente. Lo anterior nos lleva
a pensar que la presencia excesiva del Estado es mala pero la ausencia es aún peor.
Esto es un punto muy importante vinculado a la visión de Estado que ha sido
planteada.
Es el Estado el que genera las regulaciones o el que no está presente, de allí que la
reducción de los costos de transacción está en la base de las razones económicas para
la Reforma del Estado y también para la Modernización del Estado. Por lo tanto, este
principio debe estar dentro del manual de los diseñadores de políticas y de los
ejecutores de las mismas. Además, en la práctica debemos priorizar las acciones del
Estado que impliquen aumentar su presencia donde no hay Estado y reducir su
presencia en mercados donde esta puede ser perjudicial. Este equilibrio es difícil de
alcanzar e implica un serio análisis empírico que también incluya la identificación de
los recursos necesarios para atender las zonas donde la presencia del Estado es nula y
del ahorro de recursos donde la excesiva presencia del Estado sea contraproducente.
El resultado no necesariamente sería una alta presión sobre el presupuesto dado que
si se priorizan los gastos públicos en aquellas zonas donde es necesario, tendremos un
Estado que responderá de manera más efectiva a la demanda de los ciudadanos.
En este sentido, la elección no debe ser una elección entre mercado y Estado sino en
cuánto Estado es necesario. Además, reconocer que la cantidad y naturaleza de la
31
presencia del Estado en la economía no puede ser homogénea porque ello sería
ineficiente dadas las demandas diferenciadas que encontramos a lo largo del país.
Tenemos una estructura económica, social, cultural muy heterogénea en el país, cuyas
necesidades son muy distintas. Así, en el mismo territorio nacional conviven zonas en
donde no hay servicios públicos básicos versus zonas con mercados sofisticados que
cuentan con todos los servicios. Ambos necesitan la presencia del Estado pero de una
manera diferenciada. En el primer caso se necesita que el Estado brinde los servicios
básicos mientras que en el segundo se requerirá solo supervisión. Por ello la relevancia
de un Estado desconcentrado y descentralizado, como se verá más adelante.
Todos estos conceptos han sido llevados a la práctica bajo conceptos relacionados y de
moda en la actualidad como es el caso de la competitividad. Existen muchas
definiciones de un término esquivo como es la competitividad pero nos podemos ceñir
a una que enfatiza la capacidad de una economía o sociedad para asegurar condiciones
que le permitan crecer de manera sostenible. Este término de sostenibilidad es
también poco preciso porque se enmarca dentro de la viabilidad de una sociedad en
términos económicos, políticos, ambientales y sociales. En suma es qué características
de una economía garantizan que esta puede crecer de manera sostenida en el tiempo
para generar mayores recursos que permitan aumentar el nivel de bienestar de los
ciudadanos sin poner en riesgo el crecimiento futuro. De allí que se preste especial
atención a diversos factores como la regulación, la calidad del capital humano, el
desarrollo de la ciencia y la tecnología, las regulaciones estatales entre otras.
Todas estas dimensiones y otras más son medidas a nivel internacional por el World
Economic Forum quien construye cada año el ranking de competitividad en donde se
evalúa a las diferentes economías del mundo en una serie de factores. Usualmente se
considera que la competitividad está más vinculada a las empresas pero no es así dado
que la capacidad de un país de crecer de sostenidamente tiene como condición básica
que las personas tengan acceso a una buena educación y salud y niveles de nutrición
adecuados, entre otros. Es indispensable también la generación de valores públicos
32
como la democracia, la equidad, probidad. La eficiencia en la gestión estatal es
transversal a los llamados pilares de la competitividad.
33
En la administración pública así como en la actividad privada existe un problema muy
relevante que es el llamado problema de agencia. Este consiste en la divergencia de
objetivos entre el principal y el agente que puede conducir a resultados no deseados
por el principal. Este problema se resuelve con mecanismos que hagan que todas las
personas involucradas compartan un objetivo.
Estos mecanismos o incentivos pueden tomar formas diversas. En unos casos puede
ser un mayor monitoreo para asegurarse que el agente se está comportando como el
principal quiere. Sin embargo, el costo del monitoreo puede ser alto y muy complicado
de llevarlo a la práctica. Una estrategia más sencilla es premiar al agente a través de un
bono o incentivo monetario donde se establecen claramente los resultados a lograr al
final del período y se puede crear una escala creciente de incentivos según la magnitud
del logro de resultados.
Esto implica que los operadores de las políticas públicas, los gestores públicos o
gerente públicos deben contar con esquemas de incentivos claros y con un adecuado
nivel de motivación para realizar de manera eficiente su trabajo. El tema motivacional
es muy importante porque algo que suele apreciarse en los funcionarios públicos es
que su compromiso con el servicio público es fuerte y superior que el de un trabajador
promedio.
34
Todos estos incentivos son los que deben articularse para que se genere un círculo
virtuoso en donde se tengan las metas y resultados objetivos claros para que los
funcionarios sepan transparentemente lo que tienen que hacer para lograr los
objetivos de política y mostrar resultados a la población. Todo ello debe
complementarse con un sistema de evaluación y monitoreo que permita informar a la
población acerca de los resultados de la gestión pública.
ANTECEDENTES
Durante los últimos años hemos asistido a la necesidad de contar con un Estado más
eficiente en el sentido que nos permita obtener los bienes y servicios a los que tiene
derecho un ciudadano. Ello implica que estos bienes y servicios deben proveerse de
manera eficaz, al más bajo costo posible y respondiendo a la necesidad de los
ciudadanos.
35
Este Estado se deslegitimó con el transcurrir de los años y con las crisis económicas de
los años 80 en el caso de América Latina y las actuales en el caso europeo. En el caso
del Perú, como ya se mencionó, el nivel de gasto del Estado debió ser reducido a través
de despidos de empleados públicos, venta de activos, entre otros (Cortázar, 1999).
Procesos similares se dieron en varios países de América Latina. Una vez concluido el
ajuste fiscal que fue inscrito dentro de un proceso de liberalización de la economía que
implicó limitar los controles que tenía el Estado sobre empresas, precios y tarifas
básicas fue necesario buscar nuevos elementos que permitieran generar eficiencia en
la administración pública.
Esto nos lleva a la segunda ola de reformas necesarias para mejorar la calidad de vida
de la gente. En esta etapa se pasa de un paradigma en donde el Estado no debía
intervenir a uno donde la intervención del Estado debe darse de manera eficiente y
eficaz donde el énfasis está en el ciudadano. Esto configura lo que se conoce como la
Nueva Gestión Pública que se enmarca dentro de las reformas de segunda generación
y que se puede definir como la introducción de técnicas de gestión del sector privado
en la administración pública de tal manera de mejorar las capacidades para generar
valor público tomando en cuenta las particularidades del sector público que no tiene
clientes estrictamente hablando sino ciudadanos que cuentan con una serie de
derechos que el Estado tiene la obligación de asegurar, introduciendo mecanismos de
participación y transparencia.
36
Ello es más ambicioso que presupuesto por resultados que es una etapa de la gestión
por resultados. Es un elemento importante pero para gestionar un Estado moderno
debemos estructurar su operación bajo el esquema más amplio, participativo e
inclusivo de la gestión por resultados.
La gestión por Resultados se puede definir como “…un marco de referencia cuya
función es la de facilitar a las organizaciones públicas la dirección efectiva e integrada
de su proceso de creación de valor público (resultados) a fin de optimizarlo,
asegurando la máxima eficacia y eficiencia de su desempeño, la consecución de los
objetivos de gobierno y la mejora continua de sus instituciones” (García López y García
Moreno, 2007). Esta definición implica varias categorías que es necesario discutir
brevemente.
Valor público es el resultado generado por la acción del Estado y que incrementa el
bienestar de la población. En términos concretos esto puede significar, por ejemplo, la
reducción de la tasa de analfabetismo entre los adultos o el incremento de la tasa de
parto institucional que llevan a resultados finales como una mayor equidad y el
desarrollo de un Estado más democrático. Este proceso implica una retroalimentación
constante y contar con abundante información que permita generar indicadores de
monitoreo y una evaluación de los mismos. Los aspectos de eficiencia y eficacia
también están explícitos en la definición revisada. Estos dos conceptos implican que el
Estado debe ofrecer los bienes y servicios al menor costo posible y de la manera más
rápida posible a los ciudadanos.
Mejora continua es un proceso que debe guiar el accionar del Estado donde
permanentemente se deben buscar mecanismos a través de los cuales se puede
aumentar la cobertura o mejorar la calidad del servicio o disminuir el tiempo de
entrega de los bienes y servicios. Esto es importante porque implícitamente debe
subyacer una estructura de incentivos que permita que este proceso virtuoso se de en
la práctica.
37
Ejemplo: Cambio de visión en la provisión de servicios educativos
En el enfoque anterior los logros de la educación se miden por el número de alumnos
que van al colegio (producto), en el esquema que se propone los logros se miden por la
capacidad matemática y de comprensión de lectura (resultado). Es necesario tomar en
cuenta la forma en la cual se combinan esos productos (alumnos asistiendo al colegio)
con la calidad de los profesores y las técnicas didácticas que utilizan porque todo ello
redunda en el desarrollo de las capacidades matemáticas y de comunicación de los
alumnos.
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ETAPA 1: LA PLANIFICACIÓN PARA RESULTADOS
Esta etapa es clave en la gestión por resultados dado que aquí se establecen los
objetivos que un país quiere alcanzar. Para ello es importante realizar un diagnóstico
situacional que indique qué es lo que se ha logrado hasta el momento en que se realiza
la planificación. Ello implica contar con abundante información de tal manera que se
sustente el diagnóstico de manera rigurosa. Una vez determinado este diagnóstico
debe realizarse un ejercicio de establecer la visión del país para los siguientes años.
Esto pretende responder la pregunta de hacia dónde queremos llegar. Este paso es el
más importante pues es la etapa en donde se podrán establecer de manera escueta y
clara los objetivos para el futuro. Lo deseable es que en esta etapa se definan pocos
objetivos y metas porque incluir demasiadas categorías puede llevar a confusión y
puede impedir que se realice una evaluación que permita retroalimentar el proceso.
Este es un proceso en cascada en el sentido que una vez definidos los grandes
objetivos nacionales, cada institución pública debe definir sus objetivos dentro del
marco de sus competencias pero en clara alineación con los objetivos nacionales. En
esta etapa no es indispensable la participación ciudadana en el ejercicio de todas las
instituciones porque deberá tomarse en cuenta los costos de la misma. A nivel
subnacional, en donde las instituciones están más cerca del ciudadano (como es el
caso del nivel local) es claramente deseable la participación ciudadana en el ejercicio
de planeamiento, porque es indispensable que las acciones de las municipalidades
respondan claramente a las necesidades de los ciudadanos.
Establecida esta visión lo siguiente es identificar los medios a través de los cuales se
podrá alcanzar ese estado deseado de las cosas. Para ello se debe tener clara las
relaciones causales entre los insumos, productos y resultados. Herramientas como el
marco lógico serán importantes en este proceso.
Este proceso implica contar con una institución encargada de realizar esta tarea que
cumpla con dos condiciones: alta capacidad técnica de sus funcionarios y fuerte apoyo
político. Sin estas condiciones, la planificación puede degenerar en ejercicios de buena
voluntad sin sustento técnico ni estrategias definidas para lograr los objetivos de
manera concreta. Asimismo, en el proceso de planificación deben participar las más
altas autoridades del país. Tienen que ser ellos los que dirijan el proceso y establezcan
las prioridades según las necesidades de la población y el plan de gobierno que los
haya llevado al poder. Por ello es deseable que la más alta autoridad participe y apoye
el proceso.
39
Este proceso debe implicar tres dimensiones que están interrelacionadas entre sí: una
estratégica en donde se fijen los objetivos claramente, una participativa en donde se
construya la visión del país creando consensos y por último una dimensión operativa
que establezca claramente los recursos y actividades necesarios para alcanzar los
objetivos.
Una vez establecidas las prioridades, se debe pasar a la siguiente etapa que está
asociada al financiamiento de los insumos y actividades requeridas para lograr los
resultados que se planteen. Esta etapa de asignación de recursos financieros es
denominada como presupuesto por resultados. Esta asignación de recursos siempre
debe guiarse de los principios de priorización y escasez. Ello implica que los recursos
deben asignarse en los principales objetivos, en resultados que pueden tener algún
impacto rápido en el nivel de vida de la población o que sean resultado de consensos
políticos alcanzados de manera participativa y democrática.
40
discrecionalidad al momento de la evaluación dado que la metodología será la misma
para todos y los resultados serán comparables. Un elemento que es crucial y al que es
necesario evolucionar es dar flexibilidad al gestor público para que alcance sus
resultados. En el caso del Perú ello es complicado dado que cada sistema
administrativo, especialmente el sistema presupuestario tiene normas muy rígidas que
pueden afectar el desempeño de las instituciones involucradas. La experiencia
internacional demuestra que el presupuesto por resultados es más efectivo en la medida
que se otorgue mayor flexibilidad presupuestal y de otros sistemas administrativos
como el de compras o el de inversión pública. Dado el incentivo que genera el
presupuesto por resultados, la flexibilidad mencionada permitirá desarrollar la
creatividad por parte de las instituciones y funcionarios involucrados y puede ser un
caldo de cultivo para recoger buenas prácticas que puedan ser replicadas al resto de
las entidades públicas. La evaluación y las acciones de control deben estar ligadas al
logro de resultados y no al cumplimiento de procedimientos que pueden ser un
obstáculo más que un elemento que colabore en el proceso de generación de valor
público.
41
sector público. Está conformada por los principios, las normas, los organismos, los
recursos, los sistemas y los procedimientos que intervienen en las operaciones de
programación, gestión y control necesarias tanto para la captación como para el gasto
de recursos.
Como se puede apreciar este sistema de gestión financiera tiene como componentes al
sistema que genera ingresos como la administración tributaria. Como ya se mencionó
lo que se busca es que la administración tributaria mejore día a día con el fin de hacer
más amigable el pago de impuestos, incrementar la base tributaria, reducir las
evasiones, entre otros; para ello debe utilizar herramientas de información y de
tecnología de la información. Cada vez es más frecuente observar la existencia de
medios de pago electrónicos como las boletas y las facturas electrónicas que se han
introducido recientemente en el caso del Perú. Pero junto con facilitar el pago de los
tributos y reducir los costos de transacción de cumplir con las obligaciones tributarias,
esta administración debe contar con las herramientas necesarias para realizar una
buena labor de fiscalización. En países con altos niveles de informalidad la cultura
tributaria suele estar poco desarrollada, es decir, existe cierta resistencia a pagar
impuestos. Una administración tributaria eficiente debe contar con mecanismos de
fiscalización y el poder de sancionar y cobrar los impuestos a las empresas y personas y
castigar fuertemente a los evasores.
Una parte importante del proceso es cómo se habilitan las partidas presupuestarias a
los que ejecutan directamente el gasto en los programas y proyectos que estén
orientados a brindar los bienes y servicios a los cuales los ciudadanos tienen derecho.
Esto involucra diversos sistemas administrativos donde los más importantes son los
referidos a presupuesto y tesorería.
42
multianuales que hacen proyecciones sobre los ingresos en un horizonte temporal que
puede diferir en cada país (en el caso del Perú es de tres años).
Aquí surgen dos modalidades. En varios países el Congreso juega un rol importante al
contar con iniciativa de gasto y pueden incorporar luego de un debate nuevas partidas
presupuestales. En otros casos, la capacidad que tiene el poder legislativo sobre el
presupuesto es limitada en el sentido de no contar con iniciativa de gasto pero poder
establecer reasignaciones presupuestales dentro del límite total. Con ello lo que se
busca es que los legisladores internalicen la existencia de restricciones presupuestales
y que ellas deben cumplirse. La evidencia internacional muestra que sistemas
presupuestales más jerárquicos donde el poder legislativo tiene menor injerencia
resultan en un menor déficit y mejores situaciones fiscales para los países.
Una vez aprobado el presupuesto de la república por el Congreso, se procede a la fase
de ejecución en donde se busca introducir mecanismos que impidan que los gastos se
realicen de manera poco transparente. Por ello los portales de transparencia que han
aparecido en muchos países son consistentes con la política de informar a la
ciudadanía de la evolución del gasto. En el caso del Perú existe el Sistema Integrado de
Administración Financiera (SIAF), el cual a través del Portal de Transparencia
Económica del MEF permite ver en tiempo real la evolución del gasto público.
Una vez establecidos los montos a gastar existen diversos procedimientos que guían a
las unidades ejecutoras en la realización del gasto como la programación del mismo en
el período presupuestal relevante. A continuación se dan las normas en el marco del
sistema administrativo de tesorería, estas contienen una serie de requisitos ya que
implican la transferencia efectiva del dinero a las cuentas de las unidades ejecutoras o
de los proveedores.
Solo una vez que se presenta un documento oficial acerca de la recepción de un bien o
la conformidad del servicio se pasa a la etapa de devengado en donde ya se está en
condiciones de hacer el pago y se procede a transferir el dinero. Estos sistemas son
claves porque son el soporte financiero de las acciones del Estado.
En todos los países estos dos instrumentos – tanto el sistema presupuestario como el
de tesorería- cumplen un rol importante en una buena ejecución financiera que
permite contar con los recursos de manera oportuna para asegurar la disponibilidad de
bienes y servicios que el ciudadano demanda. En una lógica de gestión por resultados,
se espera que estos sistemas sean más flexibles para asegurar que el ejecutor de
43
políticas tenga más grados de libertad al momento de realizar su trabajo.
Adicionalmente en la gestión financiera están incluidos el sistema de contabilidad que
busca registrar todas las operaciones que realizan las entidades del Estado y el sistema
de administración de la deuda pública.
PROGRAMA VS PROYECTO
Antes de entrar en detalle en esta etapa de la gestión por resultados debemos aclarar
las diferencias que existen entre programas y proyectos. Existen muchas perspectivas
desde las cuales estos conceptos se diferencian, pero la que nos interesa es la
perspectiva de las finanzas públicas. Generalmente un programa está asociado al gasto
corriente, es decir a financiar un servicio público en particular que es brindado de
manera permanente por el Estado. Un proyecto en cambio está más relacionado al
gasto de capital. El resultado de la inversión pública debe inscribirse dentro de un
programa específico.
44
El esquema presentado acá nos da una idea de las diversas categorías presupuestales
atendiendo a la clasificación funcional programática.
Debe quedar claro que esta es quizás la etapa de la gestión por resultados más
importante. Acá es donde se ejecuta el gasto y se requiere contar con los insumos
adecuados para el logro de los objetivos y resultados planteados. Acá es donde entra
en juego el capital humano con que cuenta el Estado, ellos serán los responsables de
llevar a cabo las acciones concretas, los cuales se combinan con los recursos
financieros y el “back office” o los sistemas administrativos vinculados a la gestión
presupuestal. En esta parte es donde el proceso de mejora continua de la gestión
pública debe intervenir de manera imperativa.
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Dentro de la lógica de alineamiento de incentivos, es importante notar que se pueden
utilizar una serie de instrumentos para lograr dicho objetivo. Uno muy utilizado en
muchos países son los convenios de gestión en donde se firma un compromiso de
lograr ciertas metas asociados a la ejecución de un programa o proyecto y si se
cumplen las metas, las unidades ejecutoras involucradas y su personal pueden recibir
un incentivo monetario y no monetario.
En este último método, dado que se trabaja con instituciones u organizaciones que
están al servicio del cliente y que se busca incorporar procesos de mejora continua
para mejorar la satisfacción del mismo, es importante tomar en cuenta las
herramientas de este modelo porque también pueden ser muy útiles en la
administración pública.
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La Gestión por Procesos es una herramienta enfocada a complementar dos etapas de
la gestión por resultados, estas son: gestión financiera y gestión de programas y
proyectos buscando identificar las formas en que se realizan las actividades que
permiten generar valor público para buscar identificar cuellos de botella y problemas
que puedan irse superando de manera continua.
Debe entenderse que procedimiento y procesos son distintos dado que el primero se
refiere a cómo se hacen las cosas y un proceso define qué se hace. Asimismo no todas
las actividades que se realizan son procesos. Para determinar si una actividad realizada
por una organización es un proceso, debe cumplir con los siguientes criterios:
Como se puede apreciar, lo que se tiene en mente es contar con objetivos claros y
cómo es que combinan los diferentes insumos con los que contamos para obtener un
resultado esperado. Esto implica contar con una secuencia lógica de los pasos que se
siguen con el fin de identificar a los responsables en cada caso.
Dado ello, la gestión por procesos es una forma de organización diferente de la clásica
organización funcional y en el que prima la visión del cliente sobre las actividades de la
organización. Los procesos que se definen de dicha manera tienen una gestión
estructurada y sobre su mejora se basa la de la propia organización. La gestión por
procesos aporta una visión y unas herramientas con las que se puede mejorar y
rediseñar el flujo de trabajo para hacerlo más eficiente y adaptado a las necesidades
de los clientes. En este sentido, no debe olvidarse que los procesos los realizan
47
personas y los productos los reciben personas y, por tanto, debe tomarse en cuenta en
todo momento las relaciones entre proveedores y clientes.
Si nos ponemos a pensar en esta lógica que ha sido simplificada de manera evidente,
vemos que la Gestión por Resultados implica justamente la aplicación de este modo de
gestión (la de procesos) a las actividades públicas. Sin embargo, el objetivo del Estado
no es hacer beneficios sino otorgar bienes
y servicios de calidad en las cantidades necesarias a la población. Los ahorros son
importantes porque permiten liberar recursos que pueden ser utilizados para financiar
actividades adicionales pero la estructura de propiedad es totalmente distinta y debe
tomarse en cuenta esta particularidad que diferencia al sector público del sector
privado en un régimen democrático.
Es una herramienta muy útil porque contar con los mapas de procesos y estandarizar
tiempos y acciones que deben seguirse para proveer un bien o servicio al ciudadano es
una manera adecuada de ver las cosas pero deja de lado particularidades inherentes a
la gestión pública que se inscribe dentro de un régimen político democrático, donde la
transparencia, la discusión política y la participación ciudadana imponen características
distintas a las de una empresa privada que es necesario tomar en cuenta.
Esta es la fase final de la Gestión por Resultados pero es quizás una de las más
relevantes. Ello porque en esta fase se recoge información acerca del avance de las
metas o resultados propuestos (monitoreo) y se realiza un análisis de porqué se
cumplieron o no los resultados esperados. Un buen sistema de monitoreo y evaluación
implica contar con abundante información. Esto lleva en una primera etapa a
establecer líneas de base que nos permitan ilustrar la situación inicial para de esa
forma poder medir el efecto incremental que tendrá la intervención que se proponga.
Una línea de base permite contar con información inicial. A esto debe sumarse la
elección de indicadores sencillos que puedan ser evaluados de manera simple pero
que a la vez transmitan la información necesaria acerca del avance en el logro del
49
resultado planteado. Adicionalmente deben establecerse las metas de una manera
realista porque pueden darse dos situaciones:
En Conclusión:
Hemos dedicado un espacio importante a la descripción de la Gestión por Resultados.
Lo hacemos así porque creemos que es el mecanismo adecuado a través del cual es
posible crear el Estado que hemos planteado en la primera sección de este
documento, el cual garantice derechos y la igualdad de oportunidades. La afirmación
se basa en las características muy deseables de la Gestión por Procesos como: la
orientación al ciudadano, la introducción de mecanismos de eficiencia en la gestión
pública y la permanente evaluación de los resultados obtenidos. Estos son los pilares
de un Estado moderno que busque generar igualdad de oportunidades y asegurar los
derechos de los ciudadanos.
50
La gestión por resultados engloba una serie de etapas y procesos mediante los cuales
se combinan los diversos insumos con que cuenta el Estado (recursos financieros,
capital humano, infraestructura, legislación, etc.) para lograr resultados que impacten
directamente en la población. Estos resultados pueden ser políticas sociales como
mejoras en la educación, salud o reducción de la desnutrición, así como otras mucho
más empresariales como la mejora del entorno de negocios o la necesidad de un
comportamiento más ético en las instituciones públicas.
Este es un proceso de largo aliento en donde la evaluación será importante porque nos
indicarán los errores que se han cometido y de donde se debe aprender. Este es un
proceso que debe contar con el más alto respaldo político para poder avanzar
permanentemente en la atención de las necesidades de los ciudadanos.
ORIENTACIÓN AL CIUDADANO
Tanto el enfoque propuesto de gestión por resultados complementada por la gestión
por procesos comparten la finalidad de orientación al ciudadano. Esto es un cambio a
nivel global en el énfasis de las organizaciones sobre todo gubernamentales. Por ello,
es importante analizar un poco más en detalle qué implica que las acciones del Estado
estén orientadas al ciudadano.
En el caso del Estado existe una característica particular: Es el único proveedor que
puede otorgar ciertos servicios como certificados, administrar justicia, brindar licencias
para el funcionamiento de un negocio, dar certificados de propiedad. Por ende, el
Estado monopoliza esos servicios y por tanto puede cobrar el precio que le parezca.
Una vez más, el precio no es lo efectivamente desembolsado de dinero sino que
incluye el costo del tiempo utilizado en realizar el trámite. Todo ello hace que la
actitud del ciudadano sea negativa hacia el Estado lo cual se convierte en un obstáculo
para acciones positivas que el Estado quiere desarrollar.
Esto es importante porque quiere decir que para iniciar una estrategia de Reforma del
Estado y también de modernización de la gestión pública se necesita buscar al ciudadano
y recoger sus inquietudes con la finalidad de dar un mejor servicio. Las empresas
invierten mucho dinero en saber cómo evolucionan los consumidores y las nuevas
necesidades que van surgiendo con el fin de ofrecer productos o servicios que satisfagan
esas necesidades y les permita hacer beneficios. En el caso del Estado, la
retroalimentación del ciudadano es importante porque nos brindará información
acerca de qué nuevos servicios requiere y de qué forma quieren que sean provistos.
Una herramienta útil para lograr capturar la retroalimentación del ciudadano así como
de reducir costos de transacción y acercarse más al ciudadano es el gobierno
electrónico por lo que es crucial en el proceso de modernización de la gestión pública.
Entonces el ciudadano debe ser el centro de atención del proceso. También es
necesario que el Estado incentive la participación de los ciudadanos a través de
diversos mecanismos como las sesiones de rendición de cuentas o mecanismos
financieros que permitan acceder a ciertos fondos si representantes de la sociedad
participan en los distintos espacios creados para tal fin. Por otro lado, el desarrollo de
ciudadanía a través de campañas de sensibilización y motivación para que los
ciudadanos perciban los beneficios de la participación son indispensables y todas las
instituciones del Estado deben estar involucradas en este proceso, dado que de esa
manera se genera una mayor gobernabilidad dado que las acciones del Estado ganan
una mayor credibilidad y se generan consensos que llevan a la legitimidad de las
políticas.
El acceso a la información así como la transparencia en las decisiones del Estado donde
se busca que la ciudadanía esté permanente informada de las decisiones que se
adopten en oposición a la cultura de la reserva de las acciones del Estado apelando a
conceptos como el interés nacional es lo que se denomina gobierno abierto y en los
últimos años hemos asistido a esfuerzos por instaurar este tipo de prácticas en el
Estado peruano como la promulgación de la Ley de Acceso y transparencia de la
información así como la difusión de las prácticas de gobierno electrónico como puede
ser el uso de las páginas web de las instituciones públicas para hacer de conocimiento
de la ciudadanía las acciones y normas legales que tienen que ver con cada una de
ellas. Tomando en cuenta un documento de la SGP (2005) podemos establecer por qué
es necesaria una reforma desde el ciudadano:
52
“Los beneficiarios de una reforma o modernización del Estado o de parte de ella son
los ciudadanos. No se puede concebir los cambios si los resultados de los mismos no se
hacen visibles directa o indirectamente a los ciudadanos. Si los beneficiarios no
participan ni opinan sobre dichos cambios existe la posibilidad que los mismos no tengan
los resultados queridos y, que por el contrario, el efecto sea adverso a los intereses que
desean proteger”.
Por otro lado, se menciona que “genera un círculo virtuoso entre funcionarios y los
ciudadanos, de tal manera que genera un ambiente de confianza y credibilidad basado
en el diálogo. Los ciudadanos emitirán su opinión sabiendo que van a ser escuchados y
es más, que serán tomadas en cuenta sus opiniones razonables al momento de
implementar las acciones y en consecuencia el funcionario contará con la confianza de
los ciudadanos”
PARTICIPACIÓN CIUDADANA
53
Por otro lado, en la práctica el tema de la participación ciudadana a veces ha sido muy
criticado. Desde un punto de vista conceptual implica básicamente un proceso de
información y de consulta (de toma de decisiones) de decisiones que va a tomar la
autoridad política. La ausencia de mecanismos de participación efectivos ocasiona que
cada vez se crea menos en ellos y se produzcan disrupciones del orden a través de
otros mecanismos menos ortodoxos pero más efectivos que pueden llegar a la
violencia.
54
prioritarias vinculadas a las necesidades de la población. Es importante poder
afianzarlas y fortalecerlas con el fin de poder generar liderazgos participativos en las
diversas circunscripciones.
Un elemento adicional tiene que ver con la orientación del gasto público, dado que se
decide en estos espacios la asignación del mismo a las obras consideradas claves por la
población. En este sentido es necesario trabajar desde la sociedad civil para poder
generar líderes locales y regionales que permitan que estas instituciones cumplan con
el fin para el cual fueron creados.
55
4. Consejos de Coordinación Local y Regional. Cuando se dio inicio al proceso de
descentralización se plantearon una serie de instancias que buscaban generar espacios
de concertación de políticas y acciones del Estado a nivel subnacional. Por ello es que
surgen los Consejos de Coordinación Regional y Local como mecanismos que fomentan
la participación ciudadana. El Consejo de Coordinación Regional es un órgano
consultivo y de coordinación del Gobierno Regional con las municipalidades. Está
integrado por los Alcaldes Provinciales y por los representantes de la Sociedad Civil. En
un órgano creado por la Ley Nº 27902 que modifica la Ley Orgánica de Gobiernos
Regionales Ley Nº 27867, para regular la participación de los Alcaldes Provinciales y la
Sociedad Civil en los Gobiernos Regionales y fortalecer el proceso de Descentralización
y Regionalización. El Consejo de Coordinación Regional está conformado por:
Las organizaciones de la Sociedad Civil que participan son, entre otras: organizaciones
de productores, gremios empresariales, laborales, profesionales, agrarios y vecinales;
universidades, iglesias, comunidades campesinas y nativas, mesas de concertación y
organizaciones de mujeres y jóvenes.
56
La legislación es bien clara en el sentido que el Consejo de Coordinación Regional no
ejerce funciones ni actos de gobierno. Esta es una de las razones por las cuales se
puede haber perdido interés en participar en estas instancias dado que sus decisiones
no son vinculantes. Sin embargo, al darle la función de discutir el presupuesto
participativo y establecer que las priorizaciones deben hacerse en el marco de
proyectos de inversión que ya cuenten con la viabilidad se les está dando un mayor
poder lo cual puede crear incentivos para una mayor participación de las
organizaciones sociales
MECANISMOS DE VOZ
Los mecanismos de voz son herramientas mediante las cuales la sociedad civil expresa
su disconformidad o conformidad con ciertas medidas. Se relaciona con la
participación ciudadana definitivamente pero además implica medios adecuados que
permitan canalizar el descontento a través de instituciones. En este sentido las
instituciones públicas deben contar con un sistema de detección de quejas y
problemas que se puedan estar gestando.
Debe funcionar como un mecanismo efectivo para recoger información acerca de las
necesidades de la población aunque puede que no sea muy representativo dado que
existe un sesgo en la recolección de la información porque sólo aquellos que tienen
una queja presentan los reclamos correspondientes. En este sentido es insuficiente
para el diseño de un sistema de información y alerta temprana de generación de
conflictos pero es una parte importante de él. En todo caso, lo que se espera de un
Estado moderno es que pueda responder de manera efectiva a las quejas que tienen
los ciudadanos de la manera más efectiva posible.
57
Adicionalmente existen otros mecanismos de voz como los ombudsman, palabra que
tiene orígenes escandinavos pero que es una especie de representante entre una
organización del Estado y un grupo de individuos u organizaciones que pueden ver
afectados sus derechos por acciones del Estado. En su interpretación moderna, el
ombudsman es un funcionario designado por el gobierno o el parlamento pero con un
alto grado de independencia al que se le encarga representar los intereses del público
al investigar o señalar quejas reportadas por los individuos.
TRANSPARENCIA
Transparencia es un concepto amplio que va más allá del acceso a la información, ello
implica dejar de lado la cultura de interés de Estado y ser mucho más abiertos. Esto
significa que no sólo se debe tener acceso a la información pública sino que las
acciones de los funcionarios deben ser de dominio público para poder ser evaluados
en su accionar y desempeño como tales. De las tres esferas de la vida, lo íntimo, lo
privado y lo público la transparencia atañe a los dos últimos en donde un funcionario
público debe ser transparente en su comportamiento y sus acciones las cuales deben
ser conocidas por los ciudadanos en la medida que se desempeñen como funcionarios.
58
De esta manera al verse informado, si la ciudadanía determina que alguna acción
puede generar ciertos problemas, está en la capacidad de recurrir a los mecanismos de
voz para expresar sus quejas. Desde otra perspectiva, la transparencia es consustancial
a una gestión pública moderna y una forma de legitimar la gestión. Es un deber del
Estado Uno de los puntos en donde se ha avanzado es en lo referido a transparencia a
los recursos públicos. En cada vez más países el uso de mecanismos como el portal de
transparencia económica del Ministerio de Economía y Finanzas o el Sistema
electrónico de Adquisiciones y Compras del Estado (SEACE) en el Perú son avances
importantes.
El primero permite conocer el nivel de gasto que está ejerciendo cada unidad
ejecutora, cómo ello contribuye a una meta determinada y cuan eficaz se está siendo
con respecto a la ejecución del gasto. La información es poder y por ello uno puede
observar cómo cada vez se expresa más la disconformidad con alguna autoridad
nacional o subnacional si es que el ratio de ejecución del gasto público es pequeño.
Ello lleva a que la población, los medios u organizaciones sociales puedan ejercer
presión por un mejor desempeño de las autoridades. Aún falta contar con indicadores
de eficiencia que sean sencillos de entender y construir para que la población esté
mucho más informada y ejerza presión por una mejor calidad en los servicios. Ese
sistema de información está aún por construir en muchos países de la región.
Además que se puede determinar si los funcionarios están cumpliendo con funciones
que benefician a todos los ciudadanos o solo a grupos de interés. Por ello la
transparencia de las acciones de los servidores públicos es uno de los elementos clave
en la construcción de un Estado transparente. Debe observarse que como todo
aspecto de gestión tiene que analizarse el costo beneficio de la transparencia de tal
forma de determinar el grado óptimo de la misma.
59
Pueden existir opiniones a favor de la transparencia absoluta pero ello puede generar
altos costos debido a la cantidad de información que habría que generar lo cual no
sería beneficioso porque implicaría que los funcionarios públicos tendrían que pasar
buena parte de su tiempo informando de sus labores o contratar personas para que lo
hagan. En todo caso se puede publicar la información general en formatos estándar y
dejar el análisis y evaluación a la sociedad civil quien a través de observatorios o
centros de investigación pueden realizar la labor de interpretar y analizar dicha
información y presentarla al público de manera sencilla y eficaz.
Hasta el momento hemos hablado del Estado como un ente que atiende a los
ciudadanos de manera homogénea. Sin embargo, hemos hecho mención a que las
necesidades de diferenciación son notorias cuando vemos un país con diversidad
cultural, histórica, étnica y geográfica por mencionar algunas dimensiones. El
panorama complejo que hemos descrito hasta este momento se torna un poco más
complejo cuando introducimos el aspecto del territorio. Ello porque el Estado debe
responder a las necesidades de las personas proveyendo los bienes y servicios a los
que tiene derecho pero diferenciando según las particularidades de cada grupo. Ello
nos lleva a que el Estado además de eficiente, eficaz y transparente tiene que ser
desconcentrado o descentralizado según sea el caso.
60
generar valores democráticos que logren instaurarse en la mente de los ciudadanos,
quienes exigirán más democracia. Y la relación también va en sentido contrario dado
que una mayor democracia debe responder a las necesidades de los individuos y si
estas son diferenciadas se necesitan respuestas distintas por parte del Estado. Ello
genera una demanda por mayor descentralización.
Aunque la motivación para descentralizar puede ser política, el hecho es que existe
una serie de justificaciones y ventajas de tipo económico y social que avalan este
proceso. En efecto, la descentralización puede aumentar la eficiencia y el grado de
responsabilidad del gobierno al acercar la prestación de los servicios públicos a las
preferencias ciudadanas, reduciéndose así los costos de transacción. Un gobierno local
con mayor información y responsable directamente ante sus ciudadanos podrá, en
teoría, prestar mejores servicios. En este sentido, la literatura sobre el tema señala que
de las tres funciones típicas de un gobierno, a saber, estabilización, redistribución y
asignación, sólo esta última podría verse grandemente favorecida con la
descentralización, precisamente por los factores mencionados en este párrafo.
61
El problema principal que podría ocasionar la descentralización está paradójicamente
relacionado con sus ventajas, esto es, por un inadecuado traspaso de funciones, entre
otros, en lugar de que la prestación de bienes y servicios a los ciudadanos mejore
adecuándose a sus necesidades de mejor manera, esta prestación se deteriora por la
falta de capacidad técnica en los gobiernos subnacionales.
Por un lado, muchos gobiernos locales no cuentan con la capacidad técnica suficiente
para llevar a cabo procesos de inversión pública ni con las instituciones apropiadas
para llevar a cabo su tarea. Por otra parte, en ocasiones el arreglo institucional y el grupo
de reglas que rigen las relaciones intergubernamentales no son los propicios en
términos de rendición de cuentas y autonomía, además de carecer de los incentivos
para promover una gestión local eficiente. Aunque claro, también muchas
instituciones nacionales sufren de los mismos problemas. Otro obstáculo importante
fue la falta de delimitación y definición de funciones entre los diferentes niveles de
gobierno.
62
EL ASPECTO TERRITORIAL
La idea es que el nivel de gobierno más apropiado sea el responsable de proveer los
servicios a la población. Así tendremos responsabilidades que por su impacto serán
nacionales y otras serán locales o regionales. Esto último implica que debe existir una
correcta asignación de responsabilidades entre los distintos niveles de gobierno para
que respondan eficazmente a las necesidades de la población. Una vez que se tenga
claro cuáles son los principios de la asignación de responsabilidades entre los distintos
niveles de gobierno revisaremos los principios del financiamiento de estas actividades
63
diferencia entre municipalidades rurales y urbanas. Sin embargo, al interior de las
municipalidades rurales y de los Gobiernos Regionales existe mucha heterogeneidad
por lo que podrían plantearse políticas diferenciadas. Esto se aplica también a la
organización interna de los gobiernos subnacionales en el Perú donde la estructura
orgánica que se plantea es la misma para todas las unidades y debería buscarse
diferenciarlas porque la complejidad en el manejo de una municipalidad rural con poco
canon debe ser distinta de aquella que cuenta con abundantes recursos. Uno de los
retos al futuro es contar con estructuras diferenciadas para propender a mejorar los
procesos mediante los cuales se brinda los servicios y bienes que requiere la población.
Existen tres principales motivos por los cuales se considera ineficiente que los
gobiernos subnacionales ejecuten políticas redistributivas. En primer lugar, la
movilidad de la mano de obra posibilita la migración de personas de bajos ingresos
hacia las jurisdicciones que apliquen programas agresivos de ataque a la pobreza,
mientras que los de mayores ingresos se desplazarán fuera de dicha zona al ver que el
nivel de población está llegando a niveles que no son soportables por ellos. Este tipo
de resultado definitivamente dificultaría el afán redistributivo de las localidades, dado
que, de manera paulatina, las localidades con mayores políticas de esta naturaleza
terminarían siendo habitadas únicamente por individuos de bajos ingresos.
64
La segunda razón por la que la redistribución de la riqueza debe corresponder al
gobierno central obedece al hecho de que esta se considera un bien público nacional, y
por lo tanto no es concebible que una jurisdicción busque solo el bienestar de los
pobres de su comunidad, ya que el bienestar de todos los pobres es urgente. Finalmente,
las políticas redistributivas o políticas sociales se ejecuta de manera más eficiente en el
nivel nacional de gobierno debido a que la habilidad de instancias como los Gobiernos
regionales o Locales de apoyar a los pobres está limitada por sus bases impositivas y
los recursos que reciben. En tal sentido (y paradójicamente), en las jurisdicciones
más necesitadas, a los pobladores no se les garantizaría estándares mínimos de bienes
y servicios públicos. Una de las maneras más evidentes de evaluar cuál es el nivel de
gobierno más adecuado para cumplir con determinadas funciones asociadas a la
asignación de recursos es juzgar en qué medida cumple con los objetivos planteados
por la estrategia de descentralización. Entre estos se distinguen la asignación
eficiente del gasto, la provisión equitativa de servicios, la preservación de la estabilidad
macroeconómica y la promoción del crecimiento económico.
EL PRINCIPIO DE SUBSIDIARIEDAD
65
Esta posibilidad descansa, en primer lugar, en la existencia de varias etapas
comprendidas en la provisión de un bien o servicio, entre las que se distinguen la
formulación o diseño, el financiamiento, la administración y la supervisión o
monitoreo. En estas circunstancias, mientras un nivel de gobierno se encarga de
ciertos componentes asociados a la provisión del bien, otra instancia gubernamental
podría ser la responsable por los elementos restantes. La coexistencia de varios niveles
de gobierno en el abastecimiento de un bien o servicio es factible, además, si se
considera la posible diversidad al interior de la demanda de aquel bien o servicio.
66
establece que el tema de la capacitación es importante para la transferencia de
competencias y que ella debe darse de manera gradual. Otro principio mencionado es
el de provisión que básicamente se refiere al concepto de neutralidad fiscal en el
sentido que toda competencia debe ser transferida con los recursos financieros
necesarios para su correcta operación. Por último, se menciona el criterio de
concurrencia en donde se plantea la necesidad de coordinación entre los distintos
niveles de gobierno y de tomar en cuenta las externalidades territoriales y las
economías de escala para la asignación de competencias.
TIPOS DE DESCENTRALIZACIÓN
DESCENTRALIZACIÓN POLÍTICA
DESCENTRALIZACIÓN ADMINISTRATIVA
67
Estas últimas están referidas a temas como la planificación, administración ejecución o
monitoreo entre otras. La imagen ideal de la descentralización administrativa es que
las competencias estén asignadas en función al impacto geográfico de los bienes
públicos, con autoridades y funcionarios capacitados que pueden ser buenos gestores
públicos. En adición a ello debemos tomar en cuenta que en el largo plazo la ejecución
debe ser responsabilidad de los niveles subnacionales mientras que la rectoría de
políticas, el financiamiento y la evaluación y monitoreo en manos del nivel nacional.
Si se tienen claras las competencias que tiene cada nivel de gobierno, los ciudadanos
tienen el derecho de que sus autoridades les reporten acerca de los avances
realizados.
DESCENTRALIZACIÓN FISCAL
En este caso debe mencionarse el concepto de equidad fiscal que es lo que todo
arreglo de descentralización fiscal debe buscar. Esta se refiere a que cada jurisdicción
debe contar con los recursos que necesita para proveer los servicios a la ciudadanía
con un estándar de calidad mínimo prefijado, esto es que cada localidad debe contar
con los recursos financieros necesarios para cumplir con su función. Asimismo es
importante que todo contribuyente deba ser tratado de manera similar en términos
tributarios y de bienes que obtiene del Estado independientemente de la zona en
donde vive.
68
DESCENTRALIZACIÓN ECONÓMICA
Como conclusión vemos que un Estado descentralizado impone una serie de retos
adicionales porque debe ordenarse la administración pública de tal manera que se
responda a las demandas heterogéneas de los ciudadanos. En este sentido los sistemas
administrativos del Estado deben tomar en cuenta esta heterogeneidad y debe ser
más flexible para responder a las demandas diferenciadas.
La gestión por resultados debe tomar en cuenta el rol de los gobiernos subnacionales y
su relación con el nivel nacional porque se necesitarán esfuerzos adicionales con el fin
de coordinar acciones a nivel vertical tomando en cuenta a los tres niveles de
gobierno.
69
Existen muchos reclamos acerca del proceso de descentralización en el sentido que
algunos críticos sostienen que el proceso ha generado más complicaciones que
beneficios debido a que la calidad de los servicios prestados a los ciudadanos ha
decaído. Se menciona adicionalmente que los costos y procesos de atender las
necesidades de los ciudadanos han aumentado considerablemente. No obstante lo
anterior, creemos que las ventajas de las descentralización son mayores que los
costos.
El problema radica en que los costos se aprecian en el corto plazo debido a la poca
capacidad de gestión que se observa en muchos gobiernos subnacionales. Sin
embargo, debemos ser claros en mencionar que los problemas que surgen ahora en
los gobiernos regionales y locales responden a que en muchos casos se han
descentralizado los problemas existentes a nivel nacional. En muchos casos se han
descentralizado funciones que cuentan con un presupuesto insuficiente y en otros
casos se han descentralizado competencias que no tenían presupuesto asignado. Estos
son temas pendientes del proceso de descentralización que deben ser subsanados en
el futuro. Sin embargo, existe una alta probabilidad de que los beneficios de la
descentralización se vean en el largo plazo y puedan superar a los costos inmediatos. El
reto es lograr que la descentralización contribuya de manera efectiva a satisfacer las
necesidades de los ciudadanos. Desde el punto de vista conceptual son muchas las
ventajas, pero lo que se requiere son acciones prácticas que hagan evidentes
ganancias rápidas del derivadas del proceso de descentralización.
70
RECURSOS HUMANOS
Una buena gestión pública requiere buenos ejecutores. Ello nos lleva al capital humano
con el que cuenta el Estado. Es indispensable pensar en la calidad de este recurso. En
cualquier Estado trabaja una parte considerable de la población económicamente
activa y es necesario que esté bien capacitado para cumplir con las necesidades de la
población. Para generar un buen recurso humano es necesario desarrollar una serie de
mecanismos e incentivos para que exista una cultura de servicio a la población. Un punto
de inicio importante es la motivación con que cuenta este recurso humano. Al Estado
generalmente se ingresa a trabajar por un afán de servicio.
Existen muchos funcionarios que describen su trabajo en el sector público como más
gratificante que en el sector privado porque sienten que generan un valor público y no
sólo utilidades para los accionistas de una empresa por más incentivos monetarios que
puedan existir. Las personas con esta mística deben ser potenciadas. Ello implica que
para contar con un recurso humano de buena calidad debe empezarse con contar con
un buen sistema de reclutamiento en donde se busque captar a aquellas personas y
profesionales que estén lo suficientemente motivados, calificados para trabajar y que
tengan fuertes valores éticos. La motivación en el sector público se diferencia por
tener raíces altruistas o políticas y lo que todo buen sistema de recursos humanos
necesita es potenciar esos valores.
Un segundo aspecto está en los incentivos que se logren generar para que el recurso
humano que entre al servicio público. Ello nos lleva a los sistemas de servicio civil,
donde se puede entender estos como el ordenamiento y reglas establecidas para la
superación de las personas que entran a trabajar al Estado. Ello implica establecer una
escala de puestos en donde un individuo que empieza a prestar servicio público pueda
tener claro el camino que tiene por delante en el sentido que sepa los beneficios que
pueda obtener por desempeñarse correctamente en los puestos que les toque asumir.
Estos beneficios deben ser tanto monetarios como no monetarios. Muchas veces las
personas se desempeñan correctamente en sus puestos de trabajo buscando el
reconocimiento de sus pares y superiores. Esto es un elemento que no se debe
desdeñar en el diseño de cualquier sistema de recursos humanos.
Un tercer elemento está referido a los salarios que reciben los funcionarios públicos.
Las escalas salariales y los beneficios complementarios que reciben los funcionarios
públicos son los principales incentivos que tiene un individuo que va a trabajar al
Estado. Estas escalas salariales deben contener dos elementos: El primero de ellos es
que debe remunerar adecuadamente a los servidores públicos permitiéndole cubrir
sus necesidades. Es obvio que el nivel de remuneraciones depende de la situación
fiscal de un país pero la regla que debe imperar es que el trabajador reciba una
remuneración acorde con su productividad. Ello implica recolectar información de la
productividad de los trabajadores del Estado y establecer los niveles de productividad
requeridos para cada puesto que necesite ser ocupado. El segundo elemento está
referido a que se requiere que tenga un elemento flexible que compense por la labor
que se está realizando si el puesto en el que se desempeña es uno que implica
71
responsabilidad política o que se maneja un presupuesto que está por encima del
promedio del sector público.
Determinado el perfil del puesto será necesario potenciar aquellas habilidades innatas
y conocimientos adquiridos que sean adecuados para el puesto, pero también se
pueden establecer cuáles son las brechas de competencias existentes para poder
diseñar programas de capacitación que busquen dotar de los conocimientos
necesarios y de las competencias necesarias que se requieran para cada uno de los
puestos.
Esto viene de la mano con un sistema de evaluación confiable y transparente que sirva
de retroalimentación al trabajador para que tome conocimiento de las brechas que le
falta cubrir. Este sistema de evaluación debe tener como base los principios de la
Gestión por Resultados. Si ese es el modelo que se quiere elegir para la gestión pública
debemos tener un personal que permanentemente sea evaluado. Esto debe
combinarse con un esquema de salida de los trabajadores no sólo por causales éticos o
de comportamiento abiertamente inmoral sino que deben incluirse causales de
despido por baja productividad para asegurar que el esfuerzo de los trabajadores sea
el adecuado y contribuir a solucionar el problema de agencia que surge en cualquier
institución.
Por último, es necesario contar con oficinas de recursos humanos, conformadas por
personal especializado en el manejo de recursos humanos en las instituciones del
Estado. Estas oficinas deben responder a un ente rector que dicta la política de
recursos humanos del Estado. Estos estándares deben buscar que la preocupación sea
por la persona y sus necesidades para poder realizar un buen trabajo como puede ser
un sistema de méritos y premios, material adecuado para realizar su trabajo y un buen
ambiente que fomente el trabajo en equipo y la creatividad. Desarrollar estos
mecanismos así como motivar a los trabajadores debe ser una de las tareas más
importantes a realizar.
El éxito de la gestión pública depende de las personas que la tienes a su cargo. Por ello
es importante desarrollar mecanismos transparentes, equitativos, que premien el
mérito y fomenten una cultura de la excelencia a través de la capacitación en las
entidades públicas. Usualmente el recurso humano ha estado descuidado en el Estado
pero es un factor clave que debe desarrollarse de manera adecuada.
72
Por último, es necesario contar con oficinas de recursos humanos, conformadas por
personal especializado en el manejo de recursos humanos en las instituciones del
Estado. Estas oficinas deben responder a un ente rector que dicta la política de
recursos humanos del Estado. Estos estándares deben buscar que la preocupación sea
por la persona y sus necesidades para poder realizar un buen trabajo como puede ser
un sistema de méritos y premios, material adecuado para realizar su trabajo y un buen
ambiente que fomente el trabajo en equipo y la creatividad. Desarrollar estos
mecanismos así como motivar a los trabajadores debe ser una de las tareas más
importantes a realizar.
El éxito de la gestión pública depende de las personas que la tienes a su cargo. Por ello
es importante desarrollar mecanismos transparentes, equitativos, que premien el
mérito y fomenten una cultura de la excelencia a través de la capacitación en las
entidades públicas. Usualmente el recurso humano ha estado descuidado en el Estado
pero es un factor clave que debe desarrollarse de manera adecuada.
GOBIERNO ELECTRÓNICO
Un Estado que responde a las necesidades del ciudadano debe contar con todas las
herramientas que le hagan posible operar de manera eficiente. Dentro de la estrategia
de acercar el Estado a las personas y disminuir los costos de transacción una
herramienta importante es el Gobierno electrónico que básicamente se refiere al uso
de tecnologías de la información en la gestión pública.
73
Adicionalmente la instancia encargada del gobierno electrónico debe buscar introducir
medios informáticos que busquen instaurar sistemas de monitoreo como los llamados
ERP (Enterprise Resource Planning) que son utilizados en las empresas privadas como
sistemas de información gerenciales que permiten contar con información en tiempo
real para poder tomar buenas decisiones. En el caso del sector público ello es vital
porque estos sistemas de información gerenciales permitirán analizar si los procesos
utilizados son adecuados y buscarán la optimización de recursos.
CONCLUSIONES
Para lograr este objetivo es que se plantea las características del Estado que debe ser
moderno, eficiente, descentralizado e inclusivo. Cada uno de los adjetivos utilizados
implica cualidades específicas que permitirán generar la igualdad de oportunidades y
respeto a los derechos de los ciudadanos. Esto significa que deben conocerse las
necesidades de las personas para satisfacerlas haciendo un uso eficiente de los
recursos con los que cuenta el Estado, tomando en cuenta las diferencias que existen
en el territorio.
74
La respuesta por tanto debe ser diferenciada. En un país tan heterogéneo como el Perú
pretender aplicar políticas universales es muy riesgoso e ineficiente. No tiene sentido
mejorar la administración del Estado en un país donde en muchas zonas el Estado no
está presente. La mejora será imperceptible para grandes grupos de la población. Por
ello se requiere una mayor presencia del Estado en aquellas zonas donde no opera.
Bajo estos condicionantes es que proponemos la Gestión por resultados como eje de la
reforma del Estado y de la modernización de la gestión pública. Este enfoque privilegia
el enfoque al ciudadano y busca que los recursos financieros, humanos, da capital sean
combinados de manera eficiente, respondiendo a objetivos de largo plazo dentro de
un proceso de planificación moderna y concertada, que asigne los recursos
presupuestales en función a los resultados deseados y alcanzados por las diversas
instituciones, en donde haya flexibilidad en la gestión de programas y proyectos que
permitan a los gestores públicos combinar de manera creativa los recursos con el fin
de alcanzar los resultados y donde estos gestores públicos sean evaluados no por el
cumplimiento de procedimientos sino por el logro de resultados que redunden en el
bienestar de la población.
En este proceso la reducción de costos de transacción tiene que ser otro eje
fundamental de la política de modernización de la gestión pública en donde los
trámites y sistemas administrativos se adapten a la realidad del país y sus distintas
jurisdicciones. El incluir la heterogeneidad como elemento de diseño de política
pública es quizás el mayor reto así como la construcción de espacios de coordinación
de políticas. El diseño de incentivos monetarios y no monetarios para el logro de estos
objetivos será la gran tarea de la reforma del Estado donde deben articularse esfuerzos
de las distintas entidades del poder ejecutivo así como las entidades de los demás
niveles de gobierno.
75
instituciones más cercanas a la población como las municipalidades y gobiernos
regionales y asegurando al gobierno nacional un rol rector y de supervisión
permanente para buscar la consistencia de las políticas públicas.
Esa es la visión a largo plazo del Estado Es una visión que nos debe servir de referencia
para las acciones que se desarrollen en cada aspecto. Vemos que en los últimos años
se ha avanzado bastante en el presupuesto por resultados pero ello aún es
insuficiente. Lo importantes es que una vez consensuada la visión del Estado en el
largo plazo podamos desarrollar herramientas que acerquen el Estado al ciudadano y
que responda a sus necesidades. Para ello se requerirá un servicio civil adecuado y las
últimas tecnologías de la información.
BIBLIOGRAFÍA REVISADA
Artana, D., & López, M. (1995). Descentralización fiscal: Algunas lecciones para
Latinoamérica. En A. Porto, Finanzas Públicas y Economía Espacial. La Plata: Grafikas.
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77
ANEXOS
Calduch, R.- Relaciones Internacionales.- Edit. Ediciones Ciencias Sociales. Madrid, 1991 1
TEXTO N°1
Capítulo 6.
El Estado, el Pueblo y la Nación.
1. El estado como actor internacional: una aproximación critica al
concepto.
En línea con lo apuntado por POULANTZAS, podemos afirmar que los análisis
realizados por los internacionalistas, en relación con el concepto del Estado y su papel
como sujeto activo de la realidad internacional, ha seguido dos tendencias netamente
diferenciadas: una corriente formalista y una corriente materialista.
rigurosidad y realismo, frente a las realizadas, sobre idénticas cuestiones, por los
defensores del formalismo estatal.
La obra de MARX abrió una vía nueva para desarrollar los análisis sobre el
Estado, en tanto que realidad política, tanto nacional como internacionalmente. Por
esta vía han discurrido no pocos teóricos de las relaciones internacionales,
alumbrando de este modo una nueva visión del Estado y de las relaciones
interestatales.
Pero el Estado, como totalidad, puede y debe ser considerado como una
formación social que engloba tanto las instituciones, aparato jurídico-político, como
también otros elementos de la superestructura y de la base económica».
Como hemos podido apreciar, las distintas tendencias doctrinales que han
surgido, en torno a la consideración del Estado, se caracterizan por privilegiar alguno
de los rasgos definidores de la comunidad estatal, en ocasiones de manera
excesivamente simplificadora, para desde ellos tratar de explicar su actuación en el
mundo internacional.
Ante todo, cabe decir que la génesis de todo Estado está asociada a la
existencia de una población establecida sobre un territorio definido, por lo que
inevitablemente la posición y capacidad de actuación internacional de un Estado
estará condicionada por esa base geográfica. STOJANOVIC ha acuñado la expresión
sociedad territorial global para indicar:
Calduch, R.- Relaciones Internacionales.- Edit. Ediciones Ciencias Sociales. Madrid, 1991 7
Por lo que se refiere a la primera de estas dos dimensiones, es obvio que una
parte importante de las competencias asumidas y desarrolladas por el Estado, tanto
interna como internacionalmente, derivan de su realidad espacial. En efecto, las
potencialidades económicas y demográficas de cada país están condicionadas por la
extensión y naturaleza de su territorio. Además, la base espacial contribuye a definir
físicamente la esfera de las relaciones internas, de las internacionales, a través deja
determinación de las barreras político-territoriales que son las fronteras. Obliga
también al Estado a garantizar y defender la integridad territorial del espacio sobre el
que se asienta la población de ese Estado. En definitiva, como ha puesto de
manifiesto ARON, el espacio constituye uno de los fines permanentes que persigue
todo Estado por medio de su política exterior, a la par que una de las causas
generadoras de las relaciones con otros estados. Esta idea es también expresada por
STOJANOVIC cuando afirma:
«La territorialización de las sociedades global es provoca un tipo específico de
contradicción que, en último análisis, conduce al fenómeno esencial del que pueden
surgir las relaciones internacionales. La ocupación política de la tierra y su delimitación
de otras zonas ocupadas del mismo modo crea una interdependencia entre las
estados globales, toda vez que en ningún territorio aislado pueden concurrir todos los
recursos naturales que un país, en su conjunto, ofrece al hombre para el desarrollo de
la producción material».
Pero por importante que sea la dimensión territorial del Estado, no se agota en
ella la realidad estatal, puesto que una parte apreciable de las competencias estatales
se orienta, directamente, al desempeño de ciertas funciones básicas para la
subsistencia de la sociedad. Entre las funciones estatales más relevantes cabe
mencionar las de naturaleza política y las de naturaleza económica, que son, sin duda,
las causantes de la génesis del Estado. Pero junto a las anteriores, cabe mencionar
otras funciones, igualmente significativas, desde la óptica internacional. Por ejemplo, la
función de representación de la sociedad, frente a otras colectividades organizadas,
diferentes del Estado, y que operan en el marco de la sociedad internacional.
Como veíamos, entre las funciones principales del Estado hay que destacar la
función política y fa función económica. Ambas se encuentran interrelacionadas desde
los orígenes de las formaciones sociales estatales, pues éstas no son sólo la
expresión de una determinada organización política reguladora de las relaciones entre
los individuos que las integran sino también la plasmación de la organización
productiva de la sociedad.
Pero los estados y las relaciones entre los estados se ven afectadas también
por las funciones económicas asumidas por éstos. Es incuestionable que las
comunidades estatales han desempeñado y gozado de competencias económicas
cuya amplitud ha variado considerablemente a lo largo de la historia, pero que siempre
se han plasmado en una serie de órganos e instituciones estatales. El origen de esta
función económica del Estado radica en el hecho de que una parcela fundamental de
las relaciones entre los individuos y los grupos sociales las constituyen aquellas que
afectan a la producción de los bienes y servicios necesarios para la vida, y por tanto,
en la medida en que el Estado se erige como suprema fórmula de organización de una
colectividad, resulta necesario que asuma también la regulación, control y ejecución de
ciertas actuaciones económicas.
Por tanto, la fusión en el seno del Estado de estas dos funciones básicas, la
dominación del hombre por el hombre y la dominación de los bienes por el hombre, ha
contribuido a convertir al Estado en el actor fundamental del sistema de relaciones
internacionales, siendo el establecimiento del sistema económico capitalista y la
formación del Estado moderno la máxima expresión de esta fusión político-económica,
cuya consagración, en el marco de una sociedad internacional de ámbito universal, se
producirá durante los dos últimos siglos a través del proceso de colonización
imperialista realizado por las potencias europeas.
Dicho lo anterior, conviene añadir que cada vez más el protagonismo de los
acontecimientos internacionales sobre el mundo interno del Estado se deja sentir con
creciente importancia sobre el proceso contrario. En efecto, a diferencia de otros
períodos históricos, durante los dos últimos siglos se constata un fenómeno que
podemos calificar como: efecto descompensación, que opera en favor de un peso
creciente de lo internacional sobre lo intraestatal, que está obligando a una redefinición
de las funciones y competencias tradicionalmente atribuidas al Estado, y algunas de
las cuales están asumidas por otros grupos sociales nacionales y/o internacionales,
cuando el efecto descompensación operaba en sentido inverso, es decir, concediendo
un mayor peso a lo nacional sobre lo internacional.
puedan servir para una mejor comprensión de las características propias de cada una
de ellas.
A estas tres etapas señaladas por AMENGUAL, cabría agregar una corriente
actual que podríamos calificar de funcionalista, de acuerdo con MARSAL ARGELET, y
que se encuentra ampliamente difundida entre sociólogos y politólogos de inspiración
anglosajona, uno de cuyos más representativos exponentes es KARL DEUTSCH. Para
este autor, el concepto de pueblo cabe definirlo en los siguientes términos:
«Un grupo de personas con hábitos complementarios de comunicación.
(... )
Lo esencial para constituir un pueblo es que sus miembros compartan una
comunidad de significados en sus comunicaciones, de modo que puedan
comprenderse en forma efectiva en un amplio ámbito de diferentes temas. Es evidente
que una lengua común, aunque no sea indispensable, ayuda mucho para esta
finalidad, y resulta decisiva la existencia de una cultura común que proporcione los
significados comunes».
CHAUMONT nos señala en esta cita dos elementos que son consustanciales
con la idea de pueblo, por un lado la necesidad de que se desarrolle una conciencia
política común, y por otro, el que esta conciencia política común genere una actuación
colectiva de la mayoría de los miembros del grupo, orientada hacia la consecución de
una liberación de las relaciones de dominación político-económica, respecto de otros
grupos exógenos (otros estados, naciones o pueblos).
puedan existir. La etnia, por su parte, se conforma como conjunto de individuos cuyas
relaciones vienen determinadas por factores naturales preestablecidos, generalmente
de naturaleza biológica o de sangre. En ambos casos se aprecia que el conjunto de
individuos no logra configurarse como un grupo social organizado y activo, con
conciencia grupa¡ diferenciada, y mucho menos con conciencia política propia.
Aun cuando suele ser habitual la adscripción de( pueblo a un área territorial
definida, éste no es un requisito indispensable para el surgimiento de una realidad
popular, como lo demuestra claramente el caso del pueblo palestino, aunque
evidentemente sí constituye un elemento condicionante para la consecución del
objetivo básico a que aspira todo pueblo, es decir, su conversión en unidad estatal
independiente. Y ello es así porque el vínculo de agregación entre todos los miembros
de un mismo pueblo no descansa, a diferencia del Estado, en la coparticipación
territorial, sino precisamente, en la identidad política común, en la aspiración y en la
lucha por crear un Estado en el que el pueblo vea reconocidos sus intereses y
derechos políticos y económicos.
Según esta concepción del término nación cabe deducir sus principales
elementos:
No cabe, por tanto, considerar que la nación constituye una realidad social
permanente e inmutable una vez se alcanza su constitución. Por el contrario, la nación
sólo permanece como tal en la medida en que mantiene viva la lucha por su existencia
y en la medida en que esta lucha constituye, en sí misma, una prueba palpable de la
realidad nacional. No obstante, la autonomía nacional opera, fundamentalmente, en la
esfera de la cultura, ya que es la cultura el vínculo comunitario del que surge la nación.
Ello significa que las naciones son particularmente sensibles a las relaciones de
dominación en el ámbito cultural por parte de otras colectividades, por ser la
dominación cultural (lingüística, religiosa, étnica, artística, etc.) la que más
directamente afecta a la propia subsistencia de la nación.
d) Naturaleza personal
La nación, a diferencia de otras formas de agrupación social, alcanza su
estabilidad, integración y capacidad de actuación autónoma, debido a la identificación
que suscita en los individuos, entre su realidad personal y la realidad nacional. En
Calduch, R.- Relaciones Internacionales.- Edit. Ediciones Ciencias Sociales. Madrid, 1991 18
efecto, el fundamento último del poder de toda nación radica en el hecho de que sus
miembros individuales han interiorizado, a través de sus procesos de aprendizaje y
socialización, los vínculos culturales comunes forjados históricamente durante
sucesivas generaciones. En la medida en que tales vínculos culturales se transforman
en una parte importante de la personalidad, consciente e inconsciente, de cada
individuo, éste termina por asociar su propia existencia a la existencia del grupo
nacional, en el límite puede llegara aceptar la necesidad de su sacrificio personal por
salvaguardar la existencia nacional.
La nación, por tanto, no puede ser analizada más que desde la consideración
de su doble naturaleza, social y cultural, que no implica una relación de necesidad con
la existencia de otras formas de organización social, como puede ser el Estado. Desde
esta perspectiva, la concepción del Estado-nación no tiene más validez que la que
aportan los casos, siempre excepcionales, en los que tal vinculación entre ambas
colectividades se ha producido históricamente. No podemos aceptar tampoco la tesis
de CHAUMONT, según la cual «... Resulta exacto que la nación, al igual que el
aparato del Estado, posee una naturaleza ideológica. Entendemos por ello que cumple
la doble función de toda ideología: función interna de unificación, que sirve para
enmascarar y, a veces, superar las contradicciones; función externa de simbolización,
frente a las colectividades extranjeras. Pero el contenido de la ideología nacional no es
el mismo que el contenido de la ideología del aparato del Estado: mientras ésta última
expresa, organiza y justifica una determinada estructura económica y social, la
ideología nacional traduce y sacraliza las exigencias económicas de un pueblo. La
nación es, por tanto, un concepto ideológico, en cuanto superestructura de un pueblo».
Ante todo, la nación constituye una realidad social integrada, en la que los
vínculos que unen a sus miembros descansan en la identidad cultural gestada y
consagrada a través de la historia. Como lo ha señalado magistralmente GARCIA
PELAYO:
Calduch, R.- Relaciones Internacionales.- Edit. Ediciones Ciencias Sociales. Madrid, 1991 22
«A diferencia del pueblo, la nación no es una entidad natural sino una entidad
creada por la historia, que desde la esfera natural ha ascendido a la de la cultura, a la
capacidad de determinar su existencia y de crear su futuro. Es decir, la nación es el
resultado del ascenso de un pueblo desde la inconsciencia histórica a la conciencia
histórica, desde la necesidad a la autodeterminación, desde la actuación por causas a
la actuación por motivos y con arreglo afines planeados. Al revés que el Estado, la
nación no está necesariamente vinculada a un territorio, aunque ciertamente, pueda
estarlo, no es una entidad territorial, sino personal. Al Estado le es inherente la
soberanía, la coerción externa; a la nación -que es un orden constituido por
participación, que es una comunitas y no una societas- le es inherente la
autodeterminación».
Cabe afirmar pues que los conceptos de nación y Estado no son excluyentes ni
asociables por necesidad, puesto que hacen referencia a realidades sociales distintas.
Una nación puede coexistir en el seno de un mismo Estado con otras naciones o
pueblos, al igual que subsiste, aunque se encuentre participando de diversas
estructuras estatales. Ello es así porque la organización estatal no afecta, en principio,
más que la esfera de las relaciones político-económicas, que aun siendo una parte
sustancial del sustrato cultural de una nación no lo agotan en absoluto.
Desde luego no cabe afirmar que toda nación, por la simple razón de su
existencia, resulta ser nacionalista. RENOUVIN ha distinguido correctamente entre el
sentimiento nacional y el nacionalismo como exaltación discriminatoria del sentimiento
nacional respecto de otros grupos nacionales; por la misma razón, no cabe sostener la
tesis de DEUTSCH, según la cual la nación es aquel pueblo que logra controlar un
Estado, aunque ciertamente existen poderosas razones político-económicas que
favorecen la discriminación nacionalista, es decir, la tendencia de una nación a
dominar y discriminar a otros grupos culturales, mayoritarios o minoritarios, recurriendo
al aparato de coerción del Estado.
Finalmente, cabe decir que junto a las relaciones existentes entre los pueblos y
los estados de una parte, y las naciones y estados de otra, existe también una relación
dinámica y dialéctica entre las colectividades populares y nacionales. Un pueblo puede
llegar a configurarse como una nación en la medida en que su existencia histórica
como colectividad le posibilite ir generando unos vínculos de integración cultural
propios que transciendan el marco limitado de las relaciones políticas y económicas.
Análogamente, la realidad nacional no es una situación a la que se accede y que
garantiza indefinidamente, la integración social entre sus miembros. Por el contrario al
igual que por un lento proceso de integración cultural, se puede lograr la
Calduch, R.- Relaciones Internacionales.- Edit. Ediciones Ciencias Sociales. Madrid, 1991 24
En general, se puede afirmar que existen una serie de elementos básicos que
caracterizan al Estado y nos permiten diferenciarlo de otros actores internacionales.
Tales elementos podemos agruparlos en dos categorías:
La población
Resulta obvio que puesto que el Estado es una forma específica de
organización social de las relaciones, las características que presenten los individuos
que forman parte de esa sociedad afectará a sus posibilidades de intervención en los
asuntos internacionales. Sin duda, los rasgos que más directa y significativamente
afectan a la estructura estatal vienen determinados por la existencia de uno o varios
grupos populares y de uno o varios grupos nacionales.
El territorio
El territorio o espacio nacional de un Estado, aunque debe estar claramente
definido gracias a una delimitación fronteriza respecto de los estados vecinos, no
puede contemplarse como una realidad espacial estática. En efecto, el ámbito
geográfico propio de un Estado puede cambiar, ampliándose o reduciéndose, en el
transcurso de los siglos. Es más, la aspiración a lograr la ocupación territorial, primero,
y político-económica, más tarde, por ciertos estados ha sido uno de los fines que más
directa y permanentemente han influido en la política exterior de los estados y, por
tanto, en las relaciones internacionales.
La organización político-económica
Junto a la población y el territorio, el tercer elemento material que nos permite
definir al Estado, en su calidad de actor internacional, es la organización político-
económica. Por lo general, los autores hacen referencia exclusiva a la organización
política representada por el gobierna del Estado, pero aun cuando esta fórmula de
identificación entre Gobierno y Estado es cuestionable, lo verdaderamente significativo
es el hecho de que tales autores olvidan el alcance que las relaciones económicas y
su institucionalización en ciertos órganos posee para la comprensión del Estado y de
su actividad internacional.
Carta de las Naciones Unidas (2.625/XXV), así como otras muc has, no es menos
cierto también que el principio de soberanía estatal ha sido utilizado, y sigue siéndolo,
por las grandes potencias para amparar y proteger el dominio ejercido sobre extensas
áreas geográficas y numerosos pueblos, y que la descolonización no se ha
consumado en virtud de la soberanía estatal sino más bien a pesar de ella.
1. Introducción
La elección democrática de las autoridades regionales y locales es el elemento característico para diferenciar
los términos “descentralización política” y “desconcentración política”. Cuando las autoridades públicas (en
las regiones o municipios) son designadas directamente por el Gobierno Central o Nacional —y, por lo tanto,
en última instancia deben responder y actuar de acuerdo con los mandatos y disposiciones de éste—, se
está en un caso de desconcentración del poder político. De ello se colige que, a pesar de que haya
autoridades en las regiones, provincias o distritos, que incluso trabajan sobre temas relacionados
directamente con sus jurisdicciones, todavía mantienen dependencia del Gobierno Central, ubicado en la
capital, de modo que pueden ser removidas de sus cargos por éste. Por el contrario, un proceso de
descentralización política implica que las autoridades públicas regionales o locales adquieren cierto nivel de
independencia y autonomía política respecto al Gobierno Central, porque han sido elegidas por la
ciudadanía regional o local a la que en última instancia deben responder por sus acciones. El nivel de
autonomía puede variar según el tipo de Estado: por lo general, tiende a ser menor en Estados unitarios que
en los federales. Pero en un sistema descentralizado las autoridades no suelen estar subordinadas a la
dirección política del Gobierno Nacional o a la de un nivel de gobierno superior; no pueden ser designadas ni
removidas por éste. Entonces, incluso podrían asumir posiciones divergentes respecto a determinados
temas, aunque siempre con la limitación de las leyes y el control del propio Estado, pues no se trata de
gobiernos soberanos (Zas Friz 2001).
La transferencia de poder político a los gobiernos subnacionales a través de elecciones populares
implica realizar reformas en el sistema electoral, en el sistema de partidos políticos, en los procesos
participativos de la ciudadanía, entre otros (Center for Democracy and Governance 2000). Esas reformas
deben realizarse con suficiente anticipación a los procesos electorales, de manera que todos los
participantes, tanto candidatos como electores, conozcan sus derechos y deberes y tengan las reglas claras
del nuevo marco legal. El proceso de descentralización ha implicado la modificación de muchas leyes y la
creación de otras que incorporan aspectos que eran necesarios para el funcionamiento del sistema
electoral. En este texto se analizarán algunos puntos importantes para mejorar el sistema.
1
Extraído del libro Descentralización del Desarrollo: Perspectivas del proceso peruano. Ricardo Muñoz
Portugal (2013).
2
Según la tercera disposición transitoria de la LBD, todos los activos y pasivos de los CTAR pasaron a formar
parte de los gobiernos regionales.
Cuadro 1
Elecciones Regionales
Tipo Organización
2002 2006 2010
Política
Cant. % Cant. % Cant. %
Partido Político 16 64% 7 28% 6 24%
Movimiento Regional 9 36% 18 72% 19 76%
Totales 25 100% 25 100% 25 100%
Fuente: ONPE
Elaboración propia
Según ONPE (2002a), en el año 2002 se eligieron 25 presidentes regionales, de los cuales 16 (64%)
pertenecían a partidos políticos nacionales (entre ellos el Partido Aprista Peruano, Perú Posible, Somos Perú,
entre otros) y 9 (36%) a agrupaciones o movimientos independientes. El partido político que ganó más
gobiernos regionales fue el APRA, que obtuvo 12 presidentes regionales (48%). Sin embargo, cuatro años
después (el año 2006) la situación cambió drásticamente. La participación de los partidos políticos se redujo
a apenas 28%, mientras que los movimientos regionales subieron a 72%. En el segundo proceso el Partido
Aprista Peruano fue el que más gobiernos regionales perdió: se quedó con 2, de modo que su
representación se redujo a 8%. Las elecciones del año 2010 mantuvieron la tendencia: mientras los
movimientos regionales subieron a 76%, los partidos bajaron a 24%. El Partido Aprista Peruano se quedó
solo con el Gobierno Regional de La Libertad, con lo que redujo su representación a 4%.
Lo ocurrido en estos tres procesos muestra el nivel de preparación de cuadros de los partidos
políticos; en realidad, éste tiende a ser muy deficiente a nivel nacional. Los partidos políticos tienen mayor
capacidad en la capital que en los demás departamentos. Pero, por otro lado, muestra también un aspecto
cultural que caracteriza a la política peruana. Más allá del nivel de desconfianza de la población en los
partidos se encuentran las decisiones personales de los líderes regionales o locales que prefieren formar
agrupaciones más pequeñas pero lideradas por ellos mismos, lo que les permitiría alcanzar su objetivo de
llegar al Gobierno Regional o al Gobierno Local.
3
Al respecto, Álvaro Rojas Samanez afirmaba que “el Perú es un país donde los partidos políticos raramente
sobreviven a sus fundadores. Formados éstos como movimientos que apoyan una candidatura, pocas veces logran
proyectarse más allá de la actuación pública de ese personaje” (Rojas 1987: 13).
4
Por citar un ejemplo, una encuesta señala que solo 22% de la población del país tiene mucha o alguna
confianza en los partidos políticos, mientras que el 75% manifiesta tener poca o ninguna (Instituto de Opinión Pública de
la Pontificia Universidad Católica del Perú-PUCP, mayo del 2011).
política involucra los valores humanos porque éstos definen la esencia de nuestras vidas; nos dicen qué es
importante para nosotros y la sociedad, y nos proveen del estándar de referencia para poder tomar nuestras
decisiones. Los valores identifican lo que la gente siente que son, o deberían ser, las metas de la sociedad y
el sistema político. De ahí que los valores compartidos ayuden a definir las normas de un sistema político y
social. Según este autor, un nuevo estilo de la política del ciudadano implica necesariamente un cambio en
los valores políticos básicos de mucha gente. De manera que el caudillismo peruano es parte del estilo
político de la sociedad peruana, cuyos valores se orientan más a apreciar a las personas que lideran que a las
organizaciones que éstas representan; más importante que las ideologías o planes de gobierno son las
características y capacidades de convencimiento del líder de la agrupación: si éste es carismático e impone
fuerza y energía en su comunicación, probablemente habrá ganado más adeptos que los que el partido
podría captar solo con presentar el mejor ideario o programa de acción. La crisis de los partidos de los años
90 es un ejemplo de este rasgo distintivo.
El surgimiento de los llamados “independientes” a fines de la década de 1980, que desplazaron a
los políticos de los partidos tradicionales, expresa el descontento popular respecto a las organizaciones
partidarias (Bernales 1995: 174). En 1995 los “independientes” ganaron en 174 (89,7%) alcaldías provinciales
5
de un total de 194. Esta debilidad del sistema político partidario hizo que se instaurara una dictadura en la
década del 90, como ocurrió también a fines de la segunda década del siglo XX. Las listas independientes —
es decir, no patrocinadas por ningún partido político— proliferaron en las elecciones municipales de los años
80 y gran parte de la década del 90 debido a que, entre otras razones, fueron favorecidas por el sistema
6
legal vigente. Los requisitos para su inscripción establecían una valla sumamente baja en comparación con
los establecidos para los partidos políticos, que debían presentar no menos de 40 mil adherentes para su
7
inscripción. De manera que las elecciones locales se caracterizaban por la dispersión del voto, consecuencia
de la gran cantidad de candidatos de partidos políticos, alianzas electorales y agrupaciones de
independientes. A su vez, esta situación mostraba nuevamente la cultura política personalista de la sociedad
peruana. En el ámbito local importaba aún mucho menos el trabajo orgánico y la ideología y el programa
partidarios; bastaba encontrar una persona con características de caudillo para que, sin organización alguna
detrás de ella, compitiera y ganara las elecciones que les permitieran, a él y su grupo de allegados —por lo
general bastante reducido— adueñarse del Gobierno Local de algún distrito o provincia.
El descrédito de los independientes, sin embargo, llegó pronto. Su apogeo terminó con la
decadencia del régimen de Fujimori. La asociación de la palabra “independiente” con el anglicismo outsider
era inevitable. Fujimori lo había sido: había engañado a todos con su ingreso a la política y al gobierno. La
gran mayoría se sintió engañada y defraudada al final de su mandato, por la corrupción develada de su
régimen que mostró niveles poco vistos en la historia del país. Fue así como los partidos reingresaron con
cierta renovación y recuperaron el espacio usurpado por la dictadura. Anunciaron que buscarían su
“modernización” para ganarse otra vez la confianza de la gente y ser más transparentes, y se
comprometieron a proponer normas que consolidaran la estructura democrática interna (Rojas 2006: 96).
Su institucionalización empezaría a andar con una ley que los regulara; hay aún, no obstante, mucho camino
por recorrer para que el sistema de partidos se consolide.
5
En “Elecciones municipales e independentismo en el Perú”, artículo de Ignazio De Ferrari publicado el 19 de
noviembre del 2006 en la página web <www.perupolitico.com>.
6
De acuerdo con la Ley de Elecciones Municipales de 1963, las listas de candidatos no patrocinadas por
partidos políticos debían presentar una relación de adherentes no menor de 5 mil para el caso de la capital de la
República, de 500 en las capitales de departamento, el Callao y los distritos de Lima Metropolitana, y de 200 en las
demás capitales de provincia (artículo 28.°, Ley 14669). Esta Ley estuvo vigente hasta 1997, año en que fue promulgada
la Ley de Elecciones Municipales N.° 26864, que elevó la valla de las listas independientes a 2,5% del total de electores
hábiles de la circunscripción provincial o distrital donde postulen (artículo 11.°).
7
Artículo 26.° del Decreto Ley N.° 22652.
4. Barreras de acceso y permanencia en el sistema de partidos
En la segunda mitad de la década de 1990, la dictadura de Fujimori empezó a preparar el camino para
facilitar su re-reelección. El trabajo implicaba, entre otras cosas, hacer algunas modificaciones a las leyes
electorales; por ejemplo, era conveniente reducir el ingreso de posibles candidatos competidores. Había
pues que elevar la valla para la inscripción de nuevos partidos políticos y listas de independientes. En 1997 el
Congreso aprobó una nueva Ley Orgánica de Elecciones, mediante la cual dispuso que las agrupaciones
políticas eran hábiles para inscribirse ante el JNE siempre y cuando cuenten con una relación de adherentes
8
no menor del 4% de los ciudadanos hábiles para votar a nivel nacional; en otras palabras, debían recolectar
9
más de 496 mil firmas para poder inscribirse. A esto hay que añadir los elevados costos de inscripción: por
ese entonces el JNE vendía los planillones a razón de 0,01% de la UIT cada unidad (Chávez 2000: 43), con lo
que los partidos debían pagar más de 12 mil nuevos soles para adquirir los planillones. Luego de la caída del
régimen dictatorial de Fujimori, el gobierno de transición del presidente Paniagua promulgó, en 2001, una
ley que redujo el porcentaje de adherentes requeridos a 1% del total de votantes del proceso electoral
10
próximo anterior, y así se redujo la valla a un nivel más razonable. Como se puede apreciar, los requisitos
que deben cumplir los partidos políticos para ser inscritos en el JNE y poder competir en las elecciones
generales, regionales y locales constituyen barreras de entrada. El tamaño de tales barreras dependerá, en
última instancia, de decisiones políticas tomadas en los más altos niveles. Es natural que las organizaciones
que se encuentran inscritas y ya participan en las elecciones utilicen los mecanismos que se encuentren a su
alcance para elevar las barreras lo más alto posible, de manera que se reduzca la probabilidad de que
nuevas organizaciones políticas ingresen y compitan junto a ellas para ocupar los cargos públicos que se
oferten. El problema, otra vez, se encuentra en que las mencionadas organizaciones, al tener una fuerte
influencia en el Congreso, se convierten en juez y parte en este tema, pues están involucradas en el efecto
de las decisiones que ellas mismas tomen.
11
El año 2003, al aprobar la Ley de Partidos Políticos, el Congreso cambió nuevamente las barreras
de entrada de los partidos. Si bien es cierto mantuvo el porcentaje de adherentes requeridos en 1%,
adicionó otros requisitos para que una agrupación política pueda ser admitida por el JNE. Aunque la mayoría
de estos requerimientos son meramente formales —uno de ellos, por el grado de dificultad para cumplirlo—
, se puede considerar como una nueva valla: se trata de la constitución de comités provinciales en por lo
menos la tercera parte del total de provincias del país y cubrir al menos las dos terceras partes de los
12
departamentos; además, cada comité deberá contar con al menos 50 afiliados. El criterio para establecer
esta barrera de entrada sería la promoción de un sistema de pocos partidos, pero más fuertes (Tanaka 2005:
13
122). A fines del 2009 el Congreso aprobó una modificación de la Ley de Partidos Políticos para elevar el
14
porcentaje de adherentes de 1% a 3% del total de votantes en la última elección. Las razones planteadas
por los congresistas para este cambio apuntarían al criterio señalado: se trataría de afianzar el sistema de
partidos políticos partiendo del principio de que “la democracia necesita instituciones fuertes, estables,
enraizadas en la sociedad, dotadas de amplia autonomía […] que los partidos políticos ocupan un lugar
15
central en el entramado institucional democrático”. Se reclama así la existencia de muchas agrupaciones
políticas, varias de ellas inscritas sin cumplir los requisitos, que compiten en los comicios nacionales y
16
fragmentan el sistema de partidos. No obstante, la reducción de la cantidad de partidos nuevos como
consecuencia de elevar el número de adherentes como requisito para la inscripción (barrera al ingreso) no
8
Ley N.° 26859, artículo 88.°, inciso ‘b’.
9
Para mayor detalle sobre este cálculo hecho sobre la base del proceso de elecciones de 1995, véase Chávez
(2000: 42).
10
Ley N.° 27505 del 10 de julio del 2001.
11
Ley N.° 28094 del 1.° de noviembre del 2003.
12
Ley N.° 28094, artículo 8.°.
13
Ley N.° 29490, publicada el 25 de diciembre del 2009.
14
Aunque esta modificación entró en vigencia una vez concluido el proceso eleccionario del 2011.
15
Proyecto de Ley N.° 3537, presentado por el grupo parlamentario Unión por el Perú, p. 3.
16
El Proyecto de Ley N.° 2717, presentado por Unidad Nacional, señala en su exposición de motivos que en las
elecciones de abril del 2006 participaron 29 agrupaciones políticas.
necesariamente hará que éstos sean más fuertes. La solidez de los partidos no depende de las barreras de
ingreso al sistema, sino de su vigencia política en la sociedad. Actualmente el sistema mantiene varios
partidos formalmente inscritos pero con escasa participación política y ascendencia en la población
17
electoral. De modo que tampoco es cierto que esta nueva barrera permitirá enraizar a los partidos en la
sociedad, ni los hará más estables, como señalan los congresistas. Lo que sí hará, en cambio, es convertir el
sistema de partidos en una suerte de comercio de marcas y franquicias, porque los nuevos líderes y caudillos
políticos que aparezcan, cuando no pertenezcan a ninguna de las organizaciones existentes, deberán optar
entre embarcarse en una aventura de inscripción de una nueva organización política, que les costará cada
vez más tiempo y dinero, o negociar sus candidaturas a través de una agrupación política formalmente
registrada, lo que implicará someterse, en cierta forma, a las exigencias de los “dueños” de la marca o
18
partido y realizar con ellos algunas concesiones relacionadas con su postulación.
Por otro lado, los partidos inscritos buscarán formar alianzas electorales solo para mantener la
inscripción, siendo lo más probable, como hasta ahora ha ocurrido, que una vez superadas las elecciones,
varias de esas alianzas se disuelvan. Así se vuelve a diversificar la composición del Congreso casi en la misma
cantidad de partidos que siempre ha habido, pero esta vez formando parte de un exclusivo oligopolio
político partidario.
Pero el mayor peligro no se encuentra ahí. Sartori señala que los partidos, cuando son “partes”
(sistema pluralista), se convierten en organismos de expresión, es decir, cumplen el objetivo fundamental de
“comunicar con vigor a las autoridades las exigencias del público como un todo” (1992: 92). El problema de
cerrar la compuerta de entrada al sistema de partidos resulta pues en que los existentes dejen de
representar en algún momento a la población, que no sean más instituciones enraizadas en la sociedad, tal
como los congresistas reclaman; desafortunadamente, esto es algo que sucede muy frecuentemente en el
Perú. Dada esta situación, en la medida en que ese desarraigo se vaya haciendo más pronunciado y los
partidos dejen de cumplir con su rol de canalizar las exigencias de la ciudadanía, mayores serán las
probabilidades de instauración y retorno a un régimen autoritario.
Desde este punto de vista, los partidos vienen a formar parte del alma de la democracia.
Schattschneider afirma: “la democracia moderna es impensable, excepto en términos de los partidos”
(Hofstadter 1987: 24), y Clinton Rossiter, citada por White (2006: 7), aplica una tautología muy conocida
para el contexto americano: “No hay América sin democracia, no hay democracia sin política, y no hay
política sin partidos”. Si se quiere, entonces, conservar un alma siempre joven, fuerte y activa, debe
nutrírsele de las semillas nuevas que germinan cada cierto tiempo. De manera que el peligro para la
democracia no es que los partidos desaparezcan sino que no surjan otros que los reemplacen.
17
Es el caso de partidos como Despertar Nacional, Participación Popular, Siempre Unidos, etcétera.(Fuente
página Web del JNE, consulta enero 2010)
18
Sucedió en el 2006 con la candidatura de Ollanta Humala, que participó por la agrupación Unión por el Perú,
pues no pudo inscribir su partido —el Partido Nacionalista Peruano— a tiempo.
19
Proyecto de Ley N.° 2717/2008 –CR, p. 4. Al respecto cabe precisar que la democracia representativa debe
consolidarse también a nivel regional y local.
20
Ibidem.
21
políticas de alcance local de 1% a 3% de los ciudadanos que sufragaron en las últimas elecciones. Al
parecer, los congresistas aún no comprenden la importancia de consolidar el sistema democrático en las
regiones y localidades. Las responsabilidades tanto en materia de competencias como en recursos que
deben asumir los gobiernos regionales y los gobiernos locales así lo demandan. De manera que la
descentralización no puede orientarse solo a la consolidación de partidos políticos nacionales: los cimientos
de la democracia se encuentran en las regiones y en los municipios. La autonomía política de los gobiernos
descentralizados, reflejada a través de elecciones periódicas, es una característica fundamental de la
descentralización. El criterio de que la democracia representativa debe tender a consolidar a los partidos
políticos nacionales es marcadamente centralista. Desde una perspectiva descentralista, la democracia
representativa debería tender más bien a consolidar los sistemas político-partidarios descentralizados.
En contraste, el reclamo desde las regiones consiste justamente en que los movimientos regionales
tengan representación en el Congreso. Los actuales gobiernos regionales no se sienten representados en el
Parlamento; los partidos políticos no los representan, lo que refleja la fragmentación política existente entre
el centro y las regiones. Resulta claro, entonces, que subsiste un ordenamiento centralista entre el sistema
de partidos y el electoral. La representación en el Congreso solo puede alcanzarse a través de los partidos
políticos, y la mayoría de éstos tienen estructuras y organización centralizadas. La verdadera representación
de las regiones en el Congreso podría ser facilitada con el regreso a la bicameralidad (véase apartado sobre
el Congreso): una Cámara elegida entre los partidos políticos nacionales, y la otra a la que tengan acceso y
participación también los movimientos regionales. Sus procesos de elección serían en diferentes periodos:
mientras que la Cámara Alta se elegiría cada cinco años en las elecciones generales, la Cámara Baja se podría
elegir cada cuatro años, en las elecciones regionales y locales.
Los miembros de la Cámara Baja, por ser un poco más numerosos, podrían trabajar la mayor parte
del tiempo en sus regiones de origen, de manera que exista una mayor conexión con las provincias y sus
necesidades. En cambio, la Cámara Alta, con mayor espíritu reflexivo, estaría dedicada principalmente a los
temas de carácter nacional y, en este sentido, podría tener una composición paritaria, es decir, no
responder al criterio poblacional sino a uno representativo de cada departamento; y sus representantes no
22
deberían ser más de 60. Por otro lado, las discusiones y debates sobre las leyes no deberían darse solo en
Lima, sino también en las regiones. En materia de comunicación, el Congreso cumple una acción
fundamental. El avance de las tecnologías de la información y las comunicaciones contribuye a establecer
estructuras organizacionales menos centralizadas geográficamente. Si el Congreso no realiza una
reorganización de su estructura y una reingeniería de sus procesos, orientándolos hacia la descentralización
de sus funciones, difícilmente se podrá alcanzar aquella visión de la función del Parlamento del futuro que
Henry Pease (1999: 17) precisaba como la vinculación a la “tarea de comunicación-representación hecha por
el parlamentario, es decir, a un esfuerzo de ida y vuelta por llevar hacia el ciudadano los hechos principales
de la escena política oficial y por traer hacia el debate parlamentario las opiniones del ciudadano, sus
iniciativas y sus sentimientos a veces muy encontrados con el quehacer de los gobiernos”. Estados Unidos es
uno de los países más avanzados en lo que respecta a la aplicación de esa vinculación comunicación-
representación. Las opiniones de los ciudadanos cuentan, y los parlamentarios tienen la obligación de
considerarlas en su actuar en el Congreso. Pero, además, ello obedece a que cada estado cuenta con su
propio Parlamento, donde se discuten las leyes y se aprueban los presupuestos. Y ésta es, quizá, una de las
grandes diferencias con los gobiernos unitarios, porque en éstos las leyes y los presupuestos se deciden en
la capital.
21
Ley N.° 29490, artículo 17.°.
22
En los Estados Unidos la Cámara Alta está compuesta por dos representantes por estado; como son 50
estados, entonces son 100 senadores. Un criterio similar podría aplicarse aquí.
23
Ley N.° 28094, publicada el 1.° de septiembre del 2003.
políticas locales. Pero, en sí, estos tres tipos se enmarcan bajo el mismo concepto de partido político, si nos
atenemos a la acepción que Sartori emplea para definir a un partido, es decir, como “cualquier grupo
político que se presenta a elecciones y que puede colocar mediante elecciones a sus candidatos en cargos
públicos” (1992: 90). Según este concepto, tanto los movimientos como las organizaciones políticas locales
se considerarían partidos políticos. La Ley, sin embargo, hace esta clasificación con la finalidad de establecer
un tratamiento exclusivo para aquellas organizaciones reconocidas por el órgano electoral como “partidos”.
Así, señala que, a no ser que exista una disposición legal distinta, solo los denominados partidos gozan de las
24
prerrogativas y derechos establecidos en la referida norma. De lo que se colige que prácticamente toda la
Ley desarrolla el primer tipo, es decir, los partidos políticos; en cambio, a los otros dos les dedica apenas un
25
artículo, en el que se los define básicamente y se establecen los requisitos para su constitución.
Esta clasificación así establecida obedece a un criterio de ámbito geográfico y, por ende, a su
asociación con el tipo de elección en que pueden participar los tres diferentes tipos de organizaciones
políticas señalados. De esta manera, los partidos políticos, por ser organizaciones de carácter nacional, son
las únicas que pueden participar en las elecciones generales, en las que se elige al Presidente de la República
y a los miembros del Congreso. Los movimientos tienen un alcance regional o departamental, por lo que
pueden participar en las elecciones regionales y locales de su jurisdicción; y, finalmente, las organizaciones
políticas locales solo pueden hacerlo en las elecciones municipales. Pero, aparte de este criterio de ámbito
geográfico, se observa la existencia de otro que se deriva de éste y que da la idea de una estructura de
organización geográfica jerarquizada, en la cual lo nacional abarca lo regional o departamental; éste, a su
vez, comprende lo provincial, que, a su vez, contiene lo distrital. De ahí que esta jerarquía conjugada con el
poder —vale decir, quien puede lo más también puede lo menos— conduce a determinar que los partidos,
por tener carácter nacional, también podrían participar en las elecciones regionales y municipales; e,
igualmente, los movimientos podrían tomar parte en las elecciones municipales de sus respectivas
jurisdicciones.
En la Ley también se aprecia una casi completa desatención respecto a los movimientos y
organizaciones políticas locales, a los que se convierte en algo así como hijos no reconocidos del sistema
creado. Montesquieu afirmaba que toda ley tiene un espíritu; el de esta ley, diríamos nosotros, parece ser
bastante centralista. La Ley de Partidos no considera fines ni objetivos para los movimientos, como sí lo hace
en el caso de los partidos políticos, aquéllos no requieren de un estatuto que regule su funcionamiento
interno; ni contar con un ideario, visión y principios; ni tener objetivos hacia dónde deben orientarse. Sin
embargo, ironías del destino, las elecciones regionales del 2006 fueron ganadas mayoritariamente por
26
movimientos regionales; tuvieron mayor notoriedad y representatividad que los partidos políticos. Al
respecto, Touraine (2000: 79) señala que la representatividad requiere que “exista una fuerte agregación de
las demandas provenientes de los individuos y de sectores de la vida social muy diversos. Para que la
democracia tenga bases sociales muy sólidas, habría que llevar ese principio al extremo, lograr una
correspondencia entre demandas sociales y ofertas políticas”. Quienes pueden hacer que esa
correspondencia se dé con mayor nitidez son precisamente los movimientos regionales y las organizaciones
políticas locales en sus respectivas jurisdicciones. A diferencia de los partidos políticos, que son
organizaciones más grandes cuyo núcleo central por lo general se encuentra situado en la capital, los
movimientos regionales tienen su estructura ubicada en las propias regiones; su núcleo central está en la
región a la que pertenecen y participan, y, por consiguiente, tienen una ventaja comparativa respecto a los
partidos, cuyas principales dirigencias, por lo general, se encuentran en la capital.
En este sentido, se observa que los congresistas no tomaron en cuenta los cambios y los nuevos
vientos que empezaron a soplar con el proceso de descentralización. Las dimensiones regionales y locales
cobran importancia bajo este esquema, y los ciudadanos ya no piensan unidimensionalmente. Dado que el
desarrollo del país en su conjunto depende del desarrollo de cada una de las regiones y municipios, se
requiere profundizar la democracia en todo el territorio y a todo nivel. Ahí, justamente, se encuentra la
24
Ley N.° 28094, artículo 1.°.
25
Ley N.° 28094, artículo 17.°.
26
Según los datos brindados por ONPE, los movimientos regionales ganaron las elecciones regionales del 2006
en 19 regiones o departamentos (76%) (Fuente: ONPE: <www.onpe.gob.pe>).
importancia de un mayor cuidado al establecer los derechos y obligaciones de los movimientos y
organizaciones políticas locales.
27
Artículos 13.° y 14.° de la Ley N.° 28094.
28
Artículos 1.° y 2.° de la Ley N.° 28617 (29 de octubre del 2005), que modifica la Ley Orgánica de Elecciones y
la Ley de Partidos Políticos, respectivamente. Solo para las elecciones del 2006 esta Ley estableció un porcentaje mínimo
de 4% (disposición transitoria única).
29
Véase sentencia del Tribunal Constitucional N.° 0030-2005-PI/TC, publicada el 13 de febrero del 2006.
Al respecto, el magistrado Juan Bardelli, miembro del TC en ese momento, señaló que la citada Ley
era plenamente compatible con la Constitución, porque
La posición del TC expresada por Bardelli es, sin embargo, irreal. En el Perú no existen dos o tres
grandes partidos fuertes que tradicionalmente se hayan disputado las elecciones; más bien, la tradición ha
sido que éstas giren en torno a candidatos más que a partidos. El sistema peruano es multipartidista por
tradición y por naturaleza, porque se basa en el caudillismo y porque refleja la fragmentación social de la
sociedad, de modo que la aparición, desaparición y reaparición de partidos es una de sus principales
características. La modificación de las tradiciones y características de la sociedad responde solo a cambios
culturales y sociales que nada tienen que ver con vallas electorales. Además, en el plano práctico y real la
valla electoral ha demostrado su total inoperancia. Nada de lo planteado por el TC como justificación de su
existencia ha podido ser demostrado. Por ejemplo, en las elecciones del 2006, apenas asumieron sus
funciones los partidos políticos elegidos bajo esta regla como integrantes del Congreso, empezaron a
dividirse en diferentes grupos, hecho que se podría llamar en varios casos una traición justamente a sus
31
electores. No es cierto, pues, que la barrera electoral evite el ingreso de gente que sea portavoz de
intereses particulares o personales. Ese tipo de gente ha ingresado al Congreso a través de partidos que
superaron la valla. Por otro lado, no es menos cierto que algunas de las personas que hubiesen ingresado de
no haber existido la valla, hubieran podido desempeñar un papel más decoroso como congresistas. No es
pues un problema de barreras sino de personas; no es un problema legal, sino uno social y cultural. Queda
claro, entonces, que los partidos, para evitar desaparecer legalmente, buscarán formar las alianzas
electorales necesarias que les permitan salvar su inscripción, pero éstas se formarán únicamente con ese
criterio electoral, pues será muy difícil que dejen de conservar su propia organización. Las alianzas
responden, en suma, a la necesidad de mantener su organización; y de ahí que el Congreso siempre correrá
el riesgo de la fragmentación político-partidaria luego de los procesos electorales.
Si vamos más allá de lo establecido en la Ley, la pregunta es: ¿Por qué un partido debe perder su
inscripción si no alcanza representación en el Congreso? ¿Qué sucede cuando los partidos políticos ganan las
elecciones en gobiernos regionales y locales y no logran representación en el Congreso? Ésta es otra
incongruencia de la Ley de Partidos. Si el criterio está basado en la representatividad que logran los partidos
a través de las elecciones, ¿los presidentes de los gobiernos regionales y los alcaldes de los gobiernos locales
acaso no son también producto de un respaldo popular? Tomar como única referencia el Congreso es un
criterio centralista que no aporta a la consolidación de, justamente, una democracia descentralizada. Los
partidos no deberían dejar de ser legales si mantienen su vigencia a través de gobiernos regionales y
30
“La valla electoral en el Perú”, por Juan Bardelli, publicado en El Peruano, Lima, 2 de marzo del 2006.
31
En las elecciones para el Congreso del año 2006, la aplicación de la barrera electoral hizo que ingresaran
legalmente siete partidos políticos (Fuente: ONPE: <www.onpe.gob.pe>). Sin embargo, la alianza Unidad Nacional se
dividió en dos grupos y el partido Unión por el Perú en cuatro, de manera que existieron 11 grupos; incluso, algunos
congresistas fueron considerados sin grupo (Fuente: Congreso de la República: <www.congreso.gob.pe>). La situación
en el año 2011 fue muy similar.
municipales; quizá debiera establecerse un porcentaje mínimo, por el carácter nacional que los caracteriza,
pero si éste no fuese alcanzado debería, por último, cambiárseles el estatus a movimiento u organización
política local, según sea el caso, y no, de ninguna manera, cancelar su inscripción.
En cuanto a la vigencia legal de los movimientos y organizaciones políticas locales, la Ley es
bastante curiosa. Hasta hace un tiempo los primeros podían gozar de una vida casi sempiterna, mientras los
32
segundos desaparecían apenas concluía el proceso electoral. El criterio aplicado no parece ser nada
equitativo. De acuerdo con su tipología, había organizaciones políticas que tenían vigencia indefinida (los
movimientos), otras que debían luchar por su sobrevivencia en cada lid electoral (los partidos), y,
finalmente, otras que nacían prácticamente desahuciadas (las organizaciones políticas locales), condenadas,
como Sísifo, a repetir el procedimiento de inscripción indefinidamente. La descentralización debe procurar
un tratamiento igualitario entre los diferentes tipos de organizaciones políticas. Los movimientos y las
organizaciones políticas locales pueden jugar un rol tan importante como el de los partidos para el
desarrollo de sus comunidades. Entonces, no hay justificación alguna para cancelar la inscripción de oficio de
todas las organizaciones políticas locales apenas hayan culminado las elecciones —incluso, esto sucede con
aquéllas que hubiesen ganado las elecciones—. Los alcaldes elegidos gobiernan sin el respaldo de la
organización política a través de la cual fueron elegidos. ¿No es esto, acaso, un sinsentido?
32
Artículo 17.° de la Ley N.° 28094.
33
Artículo 18.°.
34
Artículo 18.° de la Ley.
35
Numeral 5.2 de la Resolución N.° 120-2008-JNE.
población tiene mayores opciones para escoger y en muchos casos con propuestas más cercanas a su
realidad; pero, por otro lado, debilita la organización partidaria nacional. La cuestión pendiente es definir si
sería posible que los ciudadanos de una región puedan afiliarse a un partido y a la vez adherirse a un
movimiento? Esto sería factible si cada tipo de agrupación política participase en el tipo de elecciones
correspondiente a su cobertura geográfica; es decir, si en las elecciones nacionales participasen únicamente
partidos políticos (algo que actualmente sucede), si en las elecciones regionales participaran solo
movimientos, y si en las municipales participasen únicamente agrupaciones políticas locales. Sin embargo, el
marco legal electoral y de partidos señala que los partidos políticos son los únicos que pueden participar en
todo tipo de elecciones; de esta manera, en las elecciones donde participa más de uno de los tipos de
agrupaciones se produciría un conflicto de intereses si los ciudadanos pertenecieran simultáneamente a un
partido y a un movimiento regional, salvo en aquellos casos en los que ambos estén participando en alianza.
Por otro lado, esta situación también resulta un tanto injusta, porque a los ciudadanos que pertenecen a un
movimiento, al no poder afiliarse a un partido político, se les priva formalmente de ejercer una participación
más activa en las elecciones generales o nacionales. La solución a este problema quizá sea permitir a los
movimientos unirse para conformar un partido político sin perder su condición de movimientos, de modo
que todos los ciudadanos que deseen puedan ejercer una participación activa en las elecciones para
cualquier nivel de gobierno al interior de sus organizaciones políticas.
36
Hasta hace poco tiempo el JNE contaba con solamente tres unidades regionales de enlace en Arequipa,
Chiclayo y Huancayo. Ha ampliado sus oficinas a Cajamarca, Ucayali, Puno, Amazonas, Loreto y Madre de Dios que
realizan una labor de recepción y tramitación de expedientes y su remisión a la sede central (ROF JNE, aprobado por
Resolución N.° 130-2008-JNE).
37
A veces, cuando el funcionario no es profesional en Derecho o no cuenta con fundamentos del Derecho,
puede pensar que seguir al “pie de la letra” lo que señala la norma es hacer respetar su cumplimiento, sin darse cuenta
de que las normas tienen sus estructuras y jerarquías, y que justamente por ello se está violando otras de mayor
relevancia. Esto lleva a afirmar que la admisión de un expediente no puede depender del criterio discrecional del
funcionario que se encuentra en Mesa de Partes, menos aún cuando existen normas que se deben respetar y cumplir, y
peor aún cuando éstas no están claras o presentan vacíos.
respaldar las diferentes posiciones políticas debatidas en el Congreso, pero muy poco para promover una
participación más inclusiva de la ciudadanía y el fortalecimiento del sistema de partidos.
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del Congreso del Perú.
TEXTO N°3
43
BUP-CENDI
astor
astor,, Eduardo
Morón PPastor
Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego /
Eduardo Morón y Cynthia Sanborn. -- Lima : Centro de Investigación de la Universidad
del Pacífico, 2007. -- (Documento de Trabajo ; 77).
35(85) (CDU)
4
Eduardo Morón y Cynthia Sanborn
Índice
Introducción ..................................................................................................... 7
5
Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
5. Conclusiones ............................................................................................ 89
Bibliografía ..................................................................................................... 93
6
Eduardo Morón y Cynthia Sanborn
Introducción*
Hasta bien entrado el siglo XX, la política peruana fue también una activi-
dad exclusiva en la que la mayoría de la población permaneció fuera del
juego. El legado colonial de violencia y racismo, combinado con la histo-
ria errática de desarrollo orientado por la exportación primaria, más la alta
concentración de riqueza, afianzaron los patrones de desigualdad econó-
mica y exclusión social que tuvieron su contraparte en la esfera política.
* Traducción al castellano del texto The Pitfalls of Policymaking in Peru: Actors, Institutions and Rules of the
Game, Inter-American Development Bank, Research Network Working Paper R-511, April 2006. Los autores
agradecen a Eliana Carranza y Dania Muñiz por su excelente trabajo de asistencia de investigación, a John
Carey y Carol Wise por sus generosos comentarios y consejos, a Gregory Schmidt, Martín Tanaka y Fernando
Tuesta por sus muy útiles observaciones y sugerencias, y a Eloy Neira por su excelente traducción.
7
Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
Durante años los analistas tendieron a culpar del desarrollo político erráti-
co del Perú a factores estructurales e históricos, incluidos los shocks eco-
nómicos externos, los desastres naturales y las derrotas en las guerras. Si
bien estos, en efecto, han sido desafíos fundamentales para la gobernanza,
análisis recientes han trasladado su atención hacia la debilidad de las ins-
tituciones y del liderazgo en el país. Tal como señalan Schmidt, Cameron y
Mauceri, McClintock, Kenney y otros, las élites peruanas han tendido a
promover intereses particulares, de corto plazo, mientras que la construc-
ción de instituciones para mediar en el conflicto, aliviar los shocks exter-
nos y suministrar los bienes colectivos, han tenido por lo general una baja
prioridad (Schmidt 2004: 3)1. Si bien las constituciones han variado en su
forma, la tradición política predominante ha sido la de una alta concentra-
ción de poder en el Ejecutivo y, como resultado, un ejercicio del poder
arbitrario y personalista, lo que inhibe la construcción de coaliciones y
brinda pocos controles efectivos para la elaboración de políticas. Al mis-
mo tiempo, conflictos políticos mutuamente destructivos y tensiones so-
ciales han llevado a repetidas crisis tanto en tiempos de democracia como
bajo las dictaduras. En tales contextos, los peruanos han seguido apostan-
do por individuos antes que por instituciones, en especial por carismáticos
líderes populares –tales como el general Juan Velasco en 1968 y Alberto
Fujimori en 1990– que prometen suspender la política competitiva con el
objetivo de lograr que se «hagan las cosas».
1. En particular, véanse Schmidt (1996, 2004), Cameron y Mauceri (1997), y Kenney (2004).
8
Eduardo Morón y Cynthia Sanborn
Es claro que en el Perú existe una suerte de círculo vicioso, en el que las
restricciones históricas contribuyen a perpetuar las debilidades insti-
tucionales y, a su vez, estas inhiben las reformas. No obstante, en los últi-
mos veinticinco años se han presentado nuevas oportunidades para que la
acción política reduzca tales restricciones e introduzca nuevas formas
institucionales. Sin embargo, hasta la fecha se han realizado pocos esfuer-
zos para analizar estas oportunidades y la magnitud en la que los cambios
en los marcos institucionales posteriores a 1980 han afectado la naturaleza
y la elaboración de políticas. Este documento de trabajo representa un
paso inicial en tal dirección2. En la sección 1 resumimos brevemente algu-
nos de los legados históricos y las nuevas oportunidades encaradas por la
democracia instalada en 1980. Luego examinamos la evolución del régi-
men político y las «reglas de juego» formales existentes desde 1980, y la
forma en la que diferentes líderes aplicaron, desafiaron o cambiaron las
reglas. Esto brinda un telón de fondo para comprender la naturaleza de las
políticas públicas y la elaboración de políticas durante este período.
2. Los fundamentos analíticos para este artículo incluyen a Spiller y Tommasi (2003) y Weyland (2002).
9
Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
10
Eduardo Morón y Cynthia Sanborn
1. Véanse, por ejemplo, Gonzales de Olarte (1991), Cameron y Mauceri (1997), Schmidt (2004: 87-127),
Tanaka (1998), Tuesta (1996a) y Parodi (2002).
11
Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
12
Eduardo Morón y Cynthia Sanborn
Cuadro 1.1
Clasificación de los regímenes latinoamericanos (1945-1999)
D = democrático S = semidemocrático A = autoritario
Argentina 1945 A Honduras 1945-1956 A
1946-1950 S 1949-1954 S
1951-1957 A 1955-1956 A
1958-1961 S 1957-1962 S
1962 A 1963-1970 A
1963-1965 S 1971 S
1972-1981 A
1966-1972 A 1982-1993 S
1973-1974 D 1994-1999 D
1975 S México 1945-1987 A
1976-1982 A 1988-1999 S
1983-1999 D Nicaragua 1945-1983 A
Bolivia 1945-1955 A 1984-1999 S
1956-1963 S Panamá 1945-1947 S
1964-1981 A 1945-1955 A
1982-1999 D 1956-1967 S
Brasil 1945 A 1968-1989 A
1990-1993 S
1946-1963 D 1994-1999 D
1964-1984 A Paraguay 1945-1988 A
1985-1999 D 1989-1999 S
Chile 1945-1972 D Perú 1945-1947 S
1973-1989 A 1948-1955 A
1990-1999 D 1956-1961 S
Colombia 1945-1948 S 1962 A
1949-1957 A 1963-1967 D
1958-1973 S 1968-1979 A
1974-1989 D 1980-1982 D
1983-1984 S
1990-1999 S 1985-1987 D
Costa Rica 1945-1948 S 1988-1991 S
1949-1999 D 1992-1994 A
Ecuador 1945-1947 A 1995-1999 S
1948-1960 D República Dominicana 1945-1965 A
1961-1962 S 1966-1973 S
1963-1967 A 1974-1977 A
1968-1969 S 1978-1993 D
1970-1978 A 1994-1995 S
1979-1999 D 1996-1999 D
Uruguay 1945-1972 D
El Salvador 1945-1983 A
1973-1984 A
1984-1991 S 1985-1999 D
1992-1999 D Venezuela 1945 A
Guatemala 1945-1953 S 1946 S
1954-1986 A 1947 D
1986-1999 S 1948-1957 A
Haití 1945-1999 A 1958-1999 D
Nota: los autores codificaron el año de un régimen de transición como perteneciente a un nuevo régimen.
Por ejemplo, si bien la dictadura militar argentina duró de 1976 a 1983, el año 1983 fue calificado como
democrático porque el nuevo régimen empezó en diciembre de ese año.
Fuente: Mainwaring et al. (2001: 49).
13
Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
Cuadro 1.2
Perú: evolución del derecho al sufragio
(elecciones presidenciales)
Electores/
Año Electores hábiles Tipo de voto
población
1896 Hombres alfabetos, contribuyentes mayores Opcional, indirecto y público 0,2 %
de 21
1931 Hombres alfabetos mayores de 21 Obligatorio, directo y secreto 6,7 %
1956 Hombres y mujeres alfabetos mayores de 21 Obligatorio, directo y secreto 18,2 %
1980 Hombres y mujeres alfabetos y analfabetos Obligatorio, directo, secreto y 37,4 %
mayores de 18 universal
Fuentes: Transparencia (2005), Tuesta (2001), portal electrónico del INEI, Mainwaring y Scully
(1995).
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Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
En 1979, uno de los pocos objetivos que generó amplio consenso entre
todos los partidos políticos fue la intención de promover un Ejecutivo
más fuerte y más proactivo, en particular en el campo de la elaboración
de políticas económicas y sociales2. A los elementos parlamentarios de la
2. Según el constitucionalista Enrique Bernales: «Existió un pleno consenso acerca de este tema entre todos
lo grupos representados en la Asamblea Constituyente porque este fue un tema demandado por la propia
realidad y […] porque las constituciones modernas han aceptado la delegación [de poderes legislativos al
Ejecutivo] como una institución que se desprende del desarrollo del estado contemporáneo» (Bernales y
Rubio 1985: 336).
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Eduardo Morón y Cynthia Sanborn
3. Véanse Martínez (1998) y Sardón (2004). Sin embargo, la mayoría de analistas ubica al Perú como un
régimen presidencial, incluidos Mainwaring y Shugart (2002), Carey y Shugart (1998), y Tuesta (1996b),
sobre la base de los sistemas electorales y de partidos, y la naturaleza dependiente del presidente del
Consejo de Ministros y del gabinete.
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Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
4. En 1980 había aproximadamente 6,5 millones de electores hábiles. En 1990 fueron aproximadamente 10
millones y en el 2006 llegaron a 16,5 millones.
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del país, sin lograr una mayor estabilidad o la muy necesitada reforma
del sector público5.
5. Esta presentación del período 1980-1985 se basa en Schmidt (2004) y Sanborn (1991).
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Eduardo Morón y Cynthia Sanborn
Los desafíos externos que encaró García desde un inicio fueron exacer-
bados por la naturaleza arbitraria de la toma de decisiones, la incapaci-
dad y corrupción del partido de gobierno, y la estructura de poder que
García heredó y amplió hasta límites extremos. Hacia 1989, los votantes
habían perdido confianza en virtualmente todas las instituciones políti-
cas, y los partidos eran los menos respetados –el 77 por ciento de los
ciudadanos desconfiaba de ellos–. Sin embargo, y sorprendentemente, el
61 por ciento todavía creía que la democracia era el mejor sistema de
gobierno para su país (Schmidt 2004: 32). Lo que buscaban era un nuevo
liderazgo, no necesariamente un nuevo régimen –lo que consiguieron
fue ambos–.
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Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
7. Para un excelente análisis de la victoria de Fujimori, véanse Schmidt (1998) y Degregori y Grompone
(1991).
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Eduardo Morón y Cynthia Sanborn
Desde 1992 hasta el 2000, Fujimori gobernó con mano dura, con un
Congreso incondicional y un Poder Judicial purgado y políticamente
dependiente. Durante este período, se apoyó también en su asesor de
seguridad nacional, Vladimiro Montesinos, y en un creciente aparato de
inteligencia clandestino dedicado a sobornar o intimidar a sus oponentes
a la par que sostenía una fachada de legitimidad democrática. Si bien los
votantes expresaron su preocupación acerca de los derechos humanos y
ante las señales de altos niveles de corrupción, los resultados económi-
cos y de seguridad bajo la supervisión de Fujimori mantuvieron en gran
medida al público de su parte. Hacia finales de 1994, la violencia políti-
ca había disminuido al 20 por ciento frente a los niveles de 1990, el PBI
creció en 4,8 por ciento en 1993 y en 12,5 por ciento en 1994, mientras
que la inflación cayó 15 por ciento en 1994 y 10 por ciento en 1995.
«Estos logros –señala Schmidt– hicieron que el Perú de Fujimori fuese
una ‘‘vitrina de exhibición’’ para el Banco Mundial, el FMI y la comuni-
dad financiera internacional» (2004: 38). Mientras tanto, la oposición
política permaneció dividida y desconcertada acerca de cómo enfrentar
a este régimen. En 1995, Fujimori fue reelegido con el 64 por ciento de
la votación, y su lista Cambio 90-Nueva Mayoría ganó 67 de los 120
escaños del Congreso unicameral.
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Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
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Es importante notar, sin embargo, que desde 1990 se han dado también
algunos éxitos de política significativos. Durante la década de 1990, los
hacedores de política han avanzado de manera considerable en el logro de
una estabilidad financiera general y el fortalecimiento de las políticas orien-
tadas al mercado. Desde el año 2000 en adelante, se realizaron importantes
avances en las áreas de descentralización política, así como también en la
protección de los derechos humanos y las libertades civiles. Si bien nosotros
analizamos por qué algunas políticas específicas han tenido éxito o han
fracasado, nuestra preocupación principal aquí es por qué el patrón general
de elaboración de políticas permanece tan errático y cortoplacista.
33
Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
1. Esta distinción entre políticas volátiles y flexibles fue también enfatizada en una comunicación personal
con John Carey, quien nos brindó aportes valiosos para el análisis de este caso.
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Eduardo Morón y Cynthia Sanborn
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Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
Cuadro 2.1
Volatilidad en América Latina
Desviaciones estándar de la tasa de crecimiento por década
País 1980 1990
Argentina 5,6 5,5
Bolivia 2,9 1,0
Brasil 4,6 3,0
Chile 6,4 3,5
Colombia 1,5 3,3
Costa Rica 4,5 2,4
Ecuador 4,5 3,4
El Salvador 5,7 1,9
Guatemala 2,7 0,8
Honduras 2,5 2,5
Haití 2,9 6,4
México 4,4 3,6
Nicaragua 5,4 2,3
Panamá 6,5 2,6
(continúa)
2. La tasa de inflación promedio en el Perú entre 1980 y el 2001 fue de 586,2 por ciento, mientras que el
promedio de los países latinoamericanos en el mismo período fue de 203,9 por ciento. Véase la base de
datos de Eclac.
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Eduardo Morón y Cynthia Sanborn
(continuación)
Perú 8,4 5,2
Paraguay 5,3 1,5
República Dominicana 2,7 4,4
Uruguay 6,6 2,8
Venezuela 4,8 5,0
Promedio no ponderado 4,7 3,3
Promedio ponderado 4,6 3,5
Mediana global 4,6 3,0
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Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
3. Véase el reciente «Economic Freedom of the World 2004 Annual Report», disponible en la página web
<http: //www.freetheworld.com>.
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Eduardo Morón y Cynthia Sanborn
7. Por ejemplo, el gasto per cápita en la educación terciara equivale a seis veces el gasto en la educación
primaria. Véase Wu et al. (2000).
8. De acuerdo con un estudio del Banco Mundial de 1999, solo 40 por ciento de los estudiantes terminó la
escuela primaria sin repetir un año, y el 43 por ciento de los estudiantes de secundaria se retiraron.
9. En pruebas estandarizadas de lenguaje y matemática aplicadas en el 2000, el Perú se ubicó entre los
últimos tres en comparación con el resto de países latinoamericanos. Véase Willms y Somers (2000).
10. Ha disminuido de 10,6 a 9,5 por ciento entre la población de quince años y mayor en el período 1999-
2002. Véanse los Indicadores de Desarrollo Mundial del Banco Mundial, disponibles en la página web
<http://www.worldbank.org>.
41
Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
11. Véase el cuadro 5 en MacIsaac y Rama (2001). Es importante notar que no todas las personas que
pierden sus puestos de trabajo tienen derecho a recibir este beneficio.
42
Eduardo Morón y Cynthia Sanborn
jadores tienen el poder para hacer cumplir las obligaciones de las firmas
negligentes. Las autoridades estatales no han encontrado una forma más
eficiente de hacer cumplir los pagos que mediante los juzgados regula-
res, los cuales, como veremos más adelante, se encuentran entre las ins-
tituciones más ineficientes del país.
Tal como hemos señalado antes, en algunas áreas clave se han dado
esfuerzos significativos para reducir el rango de posibles vaivenes de la
política, y también para mejorar la calidad y la eficacia de los resultados
de políticas. Un ejemplo de aquello es la política cambiaria. En las cinco
décadas pasadas, el Perú osciló entre sistemas de tasa de cambio flexible
y de tasa fija, y todas las posibles opciones intermedias, y entre un mer-
cado de tasa de cambio unificado y un sistema de tasa de cambio múlti-
ple (con diecisiete tasas de cambio diferentes). Sorprendentemente, en
medio de la peor inflación que se haya visto (1990), el Perú optó por un
régimen de tasa de cambio flotante que ha sobrevivido hasta ahora a
pesar de una serie de shocks externos y regímenes políticos. Y, lo que es
más importante, el viejo debate sobre la necesidad de emplear esta polí-
tica como un instrumento clave para impulsar el desarrollo, práctica-
mente ha desaparecido. Casi no existe ningún agente en el juego político
que proponga cambios sobre esta decisión. Tal resultado se debe a una
combinación de opciones estratégicas; lo primero, y lo más importante,
fue el otorgamiento de independencia política al Banco Central; lo se-
43
Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
12. Por lo mismo, la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep), la máxima
asociación de las principales empresas peruanas, fue el grupo más interesado en promover el Acuerdo
Nacional como un factor disuasivo frente a las oscilaciones de política. Sus afiliados esperaban utilizar el
Acuerdo como un instrumento para bloquear posibles iniciativas congresales que condujesen a mayores
oscilaciones de política.
13. Durante la década de 1990, se firmaron más de quinientos «convenios de estabilidad». Para más
detalles, véase la página web de Proinversión: <http://www.proinversion.gob.pe>. Tales convenios fueron
seriamente cuestionados en el período post-Fujimori, lo que explica el número relativamente pequeño de
nuevos convenios firmados luego del año 2000.
44
Eduardo Morón y Cynthia Sanborn
Existen otros ejemplos en los que las políticas han sido diseñadas o
aplicadas para evitar la ineficiencia o el bajo cumplimiento. Un ejem-
plo es el reciente empleo de las capacidades del sector privado para
mejorar la recaudación tributaria. Mientras que el impuesto general a
las ventas (IGV) debería producir el nueve por ciento del PBI, en la
actualidad solo da cuenta del seis por ciento, y la diferencia se debe
básicamente a la magnitud de la evasión tributaria. En los últimos dos
años, la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat),
la agencia encargada de la recaudación de impuestos, ha delegado en
las grandes firmas del sector privado el papel de recaudación tributaria,
obligándolas a retener impuestos a sus proveedores y sometiéndolas a
multas si cometen errores. De ese modo, los ingresos tributarios han
venido creciendo a más del diez por ciento anual en términos reales,
reduciendo así la brecha de evasión tributaria.
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Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
1. Fernando Tuesta y Martín Tanaka destacaron esta distinción en conversaciones con los autores.
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Eduardo Morón y Cynthia Sanborn
la sociedad civil, así como líderes que eran políticos profesionales, brin-
dó algunos controles a la autoridad del Ejecutivo –si bien estos contro-
les fueron con frecuencia extraparlamentarios–. En contraste, a finales
de la década de 1980, la pérdida de credibilidad y fragmentación de
estos partidos, la crisis del socialismo (democrático o no), y el surgi-
miento de movimientos electorales transitorios dirigidos por políticos
independientes, debilitaron la capacidad del sistema de partidos per se
de influir en las políticas o proporcionar controles al gobierno.
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Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
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Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
Tal como se ha señalado, desde 1980 todos los presidentes han tenido
la oportunidad de emprender reformas audaces. En los tres escenarios,
por tanto, las ambiciones y preferencias personales de cada líder tam-
bién son factores importantes para explicar cómo ciertas reformas fue-
ron (o no) implementadas. Belaunde estaba interesado principalmente
en restaurar una prensa libre y de propiedad privada, y en supervisar
las ambiciosas obras públicas y programas de vivienda, y ambas polí-
ticas fueron aplicadas –la última a pesar de una inminente crisis de la
deuda y de los altos costos para el cada vez más empobrecido tesoro
público–. Inicialmente, apoyó también un importante programa de li-
beralización económica, dejándolo en manos de Manuel Ulloa, presi-
dente del Consejo de Ministros y ministro de Economía, y un equipo de
tecnócratas. Sin embargo, su propia voluntad política de apoyar estas
reformas se desvaneció a medida que crecía el descontento popular y
sus propias bases partidarias dejaban de mostrarse entusiastas con él.
52
Eduardo Morón y Cynthia Sanborn
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Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
que se trata del partido peruano más organizado y más antiguo; y más
difícil de sostener entre los partidos caracterizados por estructuras más
débiles y por la ausencia de una ideología o una agenda clara (véase la
sección 4). Al mismo tiempo, la naturaleza de todo el «juego» parecería
alentar horizontes de corto plazo y comportamientos oportunistas de
parte de los legisladores sin importar sus identidades partidarias. Des-
afortunadamente, existe poca evidencia empírica o análisis disponibles
acerca del comportamiento de los partidos políticos o del comporta-
miento congresal en el Perú que permitan medir definitivamente estas
variables. Sin embargo, las entrevistas con líderes partidarios y con ex
autoridades principales del Ejecutivo describen la elaboración de políti-
cas en el escenario 1 como relativamente fácil, por lo menos en el área
de políticas macroeconómicas.
54
Eduardo Morón y Cynthia Sanborn
2. Estas cifras fueron empleadas durante el discurso de presentación del presidente del Consejo de Ministros
Ulloa ante el Congreso, el 27 de agosto de 1980.
55
Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
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Eduardo Morón y Cynthia Sanborn
decretos, los presidentes vetaron menos del diez por ciento de la legisla-
ción proveniente del Congreso, y pocos de estos vetos fueron desestima-
dos (ninguno en el gobierno de Belaunde, cinco por ciento en el de
García). Tal como se ha mencionado, en el escenario 2 (1990-1992),
Fujimori vetó 52 por ciento de todas las leyes aprobadas por el Congreso
y vio desestimado el 23 por ciento de estos vetos (Kenney 2004).
57
Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
Durante la mayor parte del último cuarto de siglo, los presidentes toma-
ron las decisiones de política más importantes de modo arbitrario y
personalista, y los frenos y contrapesos formales de la política no fun-
cionaron bien en la práctica ¿Por qué ocurrió esto? En el gráfico 3.1
intentamos bosquejar los diversos factores que contribuyen a este resul-
tado. Tal como se mencionó al principio, esto refleja en un grado consi-
derable viejos legados históricos, incluyendo la tradicionalmente alta
concentración de poder, con la consiguiente tendencia hacia su ejercicio
autoritario –con frecuencia en manos de caudillos populares–, y la pro-
clividad a resolver las disputas mediante la confrontación antes que la
negociación. Las profundas desigualdades sociales y económicas en el
Perú han servido durante mucho tiempo para sostener esta dinámica, y
para debilitar los partidos de masas y organizaciones de la sociedad civil
que podrían desafiarla de manera efectiva.
3. En febrero del 2006, la gestión de Toledo tuvo un 75 por ciento de desaprobación en el ámbito nacional,
mientras que el Congreso tuvo un 84 por ciento de desaprobación (Apoyo 2006).
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Eduardo Morón y Cynthia Sanborn
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Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
¿Por qué han sido tan débiles los partidos peruanos? En este caso, su
comprensible inexperiencia en 1980 (luego de doce años de régimen
militar) fue exacerbada por las reglas y políticas electorales que influye-
ron sobre subsecuentes comportamientos partidarios y sobre las motiva-
ciones de los políticos individuales. Entre tales reglas se incluyen la
elección del Presidente por una mayoría del cincuenta por ciento más
uno o balotaje
balotaje, las bajas barreras para la competencia electoral, las can-
didaturas presidenciales y parlamentarias simultáneas (para 1993), el voto
preferencial, el distrito electoral único (1993-2001), y cláusulas que per-
mitían a los legisladores individuales (en lugar de los partidos) auspiciar
legislación. Actuando al unísono, sirvieron para alentar los conflictos y
divisiones intrapartidarias, reforzaron la conducta política personalista
por encima del desarrollo institucional y programático, facilitaron el
ingreso de competidores poco preparados, y desalentaron las alianzas y
coaliciones interpartidarias.
60
Cuadro 3.1
Perú: decretos y legislación (1980-2006)
Fernando Valentín Alejandro
Instrumento Alan García Alberto Fujimori
Belaunde Paniagua Toledo Total
legal
1980-1985 % 1985-1990 % 1990-1992 % 1992-1995 % 1995-2000 % 2000-2001 % 2001-2006 %
Decretos
legislativos 348 20 263 13 156 20 174 15 11 9 9 10 4 41 3 1.111
Decretos de
urgencia 667* 3 8 1.033* 53 562* 72 744 62 507 38 122 49 210 15 3.845
Legislación total 1.739 100 1.961 100 785 100 1.193 100 1.351 100 249 100 1.373 100 8.651
Leyes vetadas
(% del total
de leyes
aprobadas por
el Congreso) 38 5,2 60 9 35 52,2 46 17 88 12 16 14 320 29
(*) Antes de 1993, este tipo de legislación no era conocido formalmente como «decretos de urgencia», sino como «medidas extraordinarias bajo
el amparo del artículo 211 inciso 20», aunque ambos tienen la misma fuerza de ley.
Fuente: Delgado Guembes (1992: 43, 226); Schmidt (1998: 110, 118) y Archivo Digital de la Legislación en el Perú (disponible en la página
web <http://www.leyes.congreso.gob.pe>.
Eduardo Morón y Cynthia Sanborn
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Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
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Eduardo Morón y Cynthia Sanborn
¿Qué hay acerca de los otros componentes del gobierno? Tal como vere-
mos más adelante, si bien el Poder Judicial tiene debilidades institucionales
propias, su capacidad de ejercer una influencia autónoma sobre el dise-
ño de políticas en las décadas de 1980 y 1990 fue restringida principal-
mente por la interferencia y manipulación política constante de otras
ramas, en especial del Ejecutivo. Y si bien se creó un conjunto de entes
constitucionalmente autónomos para regular el sistema y defender las
reglas de juego –incluyendo los organismos electorales relacionados (JNE,
ONPE, Reniec), el Tribunal Constitucional, la Contraloría General, la
Defensoría del Pueblo y el Banco Central de Reserva–, en la práctica solo
los dos últimos han jugado este papel por razones que parecen ser sui
géneris. Por último, a diferencia de Brasil y Chile, el Perú nunca ha
tenido un servicio civil profesional, uno que se ubique por encima de la
manipulación política y que pueda, por tanto, mantener los asuntos de
Estado por un derrotero mínimamente estable.
En resumen, con escasas excepciones, los presidentes del Perú han toma-
do decisiones importantes de política con pocos insumos de parte de, o
responsabilidad frente a, los otros actores presentes en el juego político.
Este es el resultado de legados históricos, de alternativas estratégicas
tomadas por los actores principales, y de las reglas que ellos diseñaron,
las cuales han perpetuado estos legados a través del tiempo. El resultado
ha sido una toma de decisiones arbitraria y errática, una incapacidad de
emprender reformas fundamentales de segunda generación y una ten-
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4. Instituciones y actores
4.1 El Ejecutivo
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Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
1. Véase Payne et al. (2002). En términos de poder presidencial formal, el Perú aparece en el segundo lugar
entre el conjunto de países latinoamericanos.
2. Para una discusión amplia acerca del proceso presupuestario, véase Morón et al. (2003).
3. El artículo 118 (19) de la Constitución de 1993 autoriza al Presidente a «Dictar medidas extraordinarias,
mediante decretos de urgencia con fuerza de ley, en materias económicas y financieras, cuando así lo
requiere el interés nacional y con cargo a dar cuenta al Congreso» (énfasis de los autores). El Congreso,
posteriormente, puede modificar o derogar estas medidas. Si bien la Constitución de 1979 no contempló
formalmente la delegación de poder al Ejecutivo para legislar mediante decretos de urgencia con fuerza de
ley, el gobierno de Belaunde se basó en un inciso similar del Artículo 211º (20), el cual le permitiría al
Presidente dictar medidas extraordinarias en asuntos económicos y financieros, y en la práctica estas fueron
tratadas como leyes (Schmidt 1998: 116).
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Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
4.2 El Congreso
5. Las fuentes para esta sección incluyen a Sanborn et al. (2000), Schmidt (1998) y Carey (2003).
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Los desafíos del policymaking en el Perú: actores, instituciones y reglas de juego
6. En el 2003 el Congreso contó con una tasa de aprobación pública de 10 a 12 por ciento (y de 6 a 9 por
ciento para los partidos integrantes), y para el 2006 esta cayó a 8 por ciento. En 1989, la aprobación fue
de 20 por ciento para el Congreso y de 17 por ciento para los partidos integrantes. Véase Apoyo,
Informe de opinión (varios años).
7. El 62 por ciento de los legisladores elegidos para el período 2001-2006 no había sido miembros del
Congreso antes, y el 85 por ciento tenía menos de cinco años de experiencia.
8. Si bien los medios de comunicación muestran poco interés en seguir los récords de votaciones, le prestan
considerable atención a los «escandalosos» incrementos de sueldos y beneficios que se hacen los congre-
sistas, reforzando la percepción pública acerca de que los legisladores son «rentistas» antes que servidores
públicos.
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Eduardo Morón y Cynthia Sanborn
¿Qué hacen realmente los legisladores peruanos, y por qué lo hacen? ¿Por
qué su desempeño es tan pobremente evaluado? Estas no son preguntas
fáciles de responder, y en este caso existe una notoria falta de estudios
empíricos que ayuden a dar respuestas. Sabemos que los legisladores no
siempre legislan –tal como muestra el cuadro 3.4, más de la mitad de toda
la legislación entre 1980 y el 2001 fue emitida por el Ejecutivo, incluyen-
do la mayor parte de las principales políticas públicas que afectaron la
economía, el mercado laboral y la prestación de servicios sociales; en
otras palabras, aquellas políticas que impactan en las vidas diarias de los
votantes–. El Congreso también tiende a funcionar pobremente como un
foro para el efectivo debate público de los principales temas de política –
la delegación formal de poder legislativo significa evadir la deliberación
pública–. Cuando los congresistas en efecto legislan, como en el caso del
Congreso del período 2001-2006, invierten grandes cantidades de tiem-
po en iniciar leyes de escasa importancia política, así como en la elabo-
ración de numerosos proyectos de ley que tienen pocas esperanzas de
ser aprobados9. Los reglamentos del Congreso, que permiten a los legis-
ladores la iniciativa de presentar proyectos de ley a título individual, en
lugar de por bancadas, parecen favorecer esta tendencia. Al mismo tiem-
po, los legisladores no tienen iniciativa de gasto y, por lo tanto, no
pueden «repartir favores» o realizar las obras públicas que muchos elec-
tores esperan, excepto a través del uso de contactos y favores provenien-
tes del Ejecutivo. Otra vía alternativa para burlar la prohibición a desti-
nar recursos públicos es la aprobación de exoneraciones tributarias es-
pecíficas, que al final son un gasto tributario.
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11. Menos del dos por ciento del presupuesto nacional va al sector justicia en todas sus formas. Véanse
Lovatón (2003) y Hernández (2003).
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Durante la mayor parte del siglo XX ha existido un solo partido con una
organización de alcance nacional, con cuadros disciplinados y un
liderazgo consistente –el APRA–. Al igual que en el caso del Partido
Justicialista en Argentina, el APRA siempre ha contado con un núcleo de
fervientes adherentes y una organización jerárquica, pero esta cohorte
nunca superó un tercio del electorado; asimismo, los esfuerzos del parti-
do por construir pactos han estado destinados al fracaso, y las fuerzas
antiapristas en la sociedad y en las Fuerzas Armadas han sido igualmente
pertinaces en su oposición. Durante la década de 1960, nuevos partidos
reformistas y radicales, ubicados a la izquierda del APRA, surgieron
para competir por el voto de los jóvenes, pero su desarrollo se vio trun-
cado por el régimen militar.
12. AP gobernó en el período 1980-1985, en alianza con el PPC para formar una mayoría parlamentaria
y compartir puestos en el gabinete, y el APRA gobernó durante el período 1985-1990. La IU ganó las
elecciones municipales de Lima y un conjunto importante de consejos municipales durante la década de
1980, y fue el segundo grupo más votado en el ámbito nacional en 1985.
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Este es también un sistema en el que podría ser cada vez más difícil
forjar mayorías funcionales, o implementar exitosamente acuerdos na-
cionales entre los principales contendores. Fujimori gobernó con mayo-
rías disciplinadas entre 1992 y el 2000, pero en medio del contexto de
un régimen semiautoritario basado en la corrupción y la coerción. Si
bien los partidos más experimentados −APRA, AP y PPC−retornaron a la
lid electoral en el 2001 y el 2006 (el último como parte de la coalición
Unidad Nacional), ellos encararon una mayor competencia de una multi-
plicidad de pequeños movimientos cuyo atractivo es en gran medida
mediático14. El propio presidente Alejandro Toledo era ajeno a la clase
política tradicional, sin experiencia previa, y su movimiento Perú Posi-
ble sigue siendo una débil amalgama de intereses divergentes.
14. Un promedio de once partidos y movimientos fueron representados en el Congreso entre 1992 y el 2006.
El movimiento Perú Posible de Toledo obtuvo el 39,2 por ciento de los escaños parlamentarios en el 2001,
seguido por el APRA, con 23,3 por ciento, y por Unidad Nacional, con 12,5 por ciento.
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15. Para un análisis en mayor profundidad de la sociedad civil en el Perú, véanse Panfichi (2002), y
especialmente Kahatt (2002: 449-83) y Sanborn (2001).
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recursos y baja moral del personal han cambiado poco a lo largo del
tiempo (Wise 2003).
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Ningún análisis del PEP peruano sería completo sin una mención de las
Fuerzas Armadas, que han gobernado el país durante períodos mayores
que cualquier gobierno civil, y han mantenido una considerable influen-
cia en la elaboración de políticas incluso estando fuera del gobierno.
Durante las últimas dos décadas, sin embargo, tanto las posiciones polí-
ticas como el poder relativo de los militares han sido tan volátiles como
los de los actores civiles16.
16. Esta sección se basa en gran medida en Obando (1999) y Sanborn et al. (2000).
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17. En 1991, Fujimori eliminó el sistema de ascensos basado en antigüedad, y tuvo éxito en lograr la
aprobación de una ley que autorizaba al Presidente a nombrar al jefe del Comando Conjunto, y que le
permitía al nombrado servir durante todo el tiempo que el Presidente considerase conveniente.
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5. Conclusiones
Desde finales de la década de 1970, las personas que redactaron las consti-
tuciones y los reglamentos electorales peruanos han buscado generar pre-
sidentes civiles fuertes y legítimos, que pudieran liderar de manera efecti-
va el país y llevar a cabo las muy necesitadas reformas sociales y económi-
cas, evitando al mismo tiempo los impasses políticos y las intervenciones
militares del pasado. Han buscado también diseñar congresos que pudieran
brindar los necesarios frenos y contrapesos frente al poder del Ejecutivo, y
han alentado un sistema de partidos pluralista que pudiese representar al
gran y socialmente diverso electorado del país. Luego de las dramáticas
transformaciones sociales de la década de 1970, se esperaba que tales cam-
bios pudieran conducir a una democracia que fuese tanto más inclusiva
como más efectiva en comparación con los esfuerzos del pasado.
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2. Esto se basa ampliamente en el análisis de Carranza y Morón (2003) de los primeros diez años de la
reforma del sistema privado de pensiones.
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3. Un informe bastante detallado del proceso de adopción de esta política se halla en Roggero (1993).
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A Temas de Gestión Pública y Actualidad TEXTO N° 5
Mario Alva En esa misma línea BONNIN señala que: “...la adminis-
tración pública es la que tiene la gestión de los asuntos
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). comunes respecto de la persona, de los bienes y de las ac-
Profesor del “Post Título en Tributación” de la Pontificia Universi-
dad Católica del Perú. Maestrista en Contabilidad con mención en
ciones del ciudadano como miembro del Estado, y de su
Política y Administración Tributaria, Universidad Nacional Mayor persona, sus bienes y sus acciones como incumbiendo al
de San Marcos. Profesor de la Especialización en Tributación del orden público” (2).
CEUPS de Contabilidad y de la Facultad de Derecho de la Universi- Para MUÑOZ AMATO, la Administración Pública es: “... un
dad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Profesor del Curso conjunto de ideas, actitudes, normas, procesos, institucio-
de Especialización en Derecho Tributario dictado en el Colegio de nes y otras formas de conducta humana que determinan
Contadores Públicos de Lima. Autor de artículos para revistas uni- como se distribuye y ejerce la autoridad política y como
versitarias y profesionales sobre diversos temas tributarios. Coau-
se atiende los intereses públicos” (3).
tor del Libro: “Infracciones y Sanciones del Código Tributario. Tomo
I y II” del Informativo Caballero Bustamante. Ha trabajado en el Finalmente, en a doctrina se precisa que: “La Adminis-
Servicio de Administración Tributaria - SAT de la Municipalidad Me- tración Pública es el contenido esencial de la actividad
tropolitana de Lima. Actualmente, es Asesor Tributario del Estudio correspondiente al Poder Ejecutivo, y se refiere a las ac-
Caballero Bustamante. tividades de gestión, que el titular de la misma desem-
peña sobre los bienes del Estado para suministrarlos de
forma inmediata y permanente, a la satisfacción de las
1. INTRODUCCIÓN necesidades públicas y lograr con ello el bien general;
dicha atribución tiende a la realización de un servicio
El término “Administración Pública” se identifica de modo público, y se somete al marco jurídico especializado que
tradicional con el Estado. De igual manera, en los diccionarios norma su ejercicio y se concretiza mediante la emisión y
de términos jurídicos se menciona a la Administración Pública realización del contenido de actos administrativos emiti-
como “el Poder Ejecutivo en acción con la finalidad de cumplir dos ex profeso” (4).
y hacer cumplir cuanto interesa a la sociedad en las actividades
y servicios públicos”. 3. LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN LA LEGISLACIÓN PE-
En la legislación peruana, el concepto de Administración RUANA
Pública ha ido variando con el transcurrir de los años, por lo
que resulta pertinente hacer una evaluación de los textos de las En la actualidad, en materia de Derecho Administrativo,
normas que han regulado el tema administrativo a efectos de la doctrina considera que, cuando la Administración Pública
poder apreciar el mencionado concepto. ejerce función administrativa, lo debe hacer a través de las
formas jurídicas que le están permitidas. Estas formas son:
2. LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN LA DOCTRINA reglamentos, actos administrativos, contratos administrativos,
actos de la administración y por último los hechos adminis-
En la doctrina se puede citar a MULARZ, quien acuña trativos. Estas manifestaciones de la administración pública
una definición de “Administración Pública” entendida como: pueden ser efectuadas tanto por: (i) Organismos, (ii) Órganos
“... aquella organización que el Estado utiliza para cana- y (iii) Personas-órgano (5), las mismas que pueden ser estata-
lizar adecuadamente demandas sociales y satisfacerlas, a les o privadas.
través de la transformación de recursos públicos en accio- Si bien estas explicaciones técnicas pueden parecer del
nes modificadoras de la realidad, mediante la producción todo claras, en la práctica y, sobre todo, en la legislación po-
de bienes, servicios y regulaciones. sitiva, podemos observar una gran confusión conceptual, tal
Este concepto de administración publica nos muestra lo vez producto del “efecto pendular” de la legislación y de la
diverso que es esta “organización”, en el sentido de que decisión política que toman los gobiernos en determinadas
incluye en su seno diferentes espacios y especialistas que épocas.
se ocupan específicamente de una tarea, y que su interde- Si se hace un recuento de la legislación peruana para verifi-
pendencia hace muy difícil establecer que se debe reformar car el concepto de “Administración Pública”, podemos mencio-
y que no, y por ende realizar una reforma administrativa no nar a los siguientes dispositivos:
es tarea de unos pocos, sino que abarca a todo el conjunto • El Decreto Supremo Nº 006-67-SC.
de ella y también a la sociedad como destino final de los • La Ley Nº 25035.
“output” que ella produce” (1). • El Decreto Legislativo Nº 757.
• El Decreto Ley Nº 26111 (D.S. Nº 02-94-JUS). aquí, además de las entidades del sector estatal, a otras
• La Ley Nº 27444. instituciones públicas o privadas que presten servicios
públicos, incluidas las universidades. Se incluye, pues,
3.1. El Decreto Supremo Nº 006-67-SC al sector no estatal, situación que era impensable años
Conocido como el Reglamento de Normas de Proce- atrás.
dimientos Administrativos, consideraba como adminis-
tración Pública únicamente al Poder Ejecutivo (Presi- 3.5. L a Ley Nº 27444
dencia, Consejo de Ministros y Ministerios); a las en- Ley del Procedimiento Administrativo General. Es la nor-
tidades del subsector público independiente incluidas ma que actualmente regula los procedimientos adminis-
las empresas estatales; y, por último, a los gobiernos trativos en el país y, en palabras de ELOY ESPINOZA-SAL-
locales representados por los municipios. DAÑA, ésta tiene una vocación didáctica y pedagógica.
Como vemos, el concepto de Administración Pública Por ello, señala que: “... en ocasiones esta norma tiene
es restrictivo y sólo se menciona al sector estatal exclu- una redacción bastante más próxima a la de un ma-
yéndose al sector privado que también ejercía función nual de Derecho Administrativo, ya que su innegable
administrativa a través de sus organismos, órganos y preocupación por proporcionar a la Administración y
persona-órgano. Pero, la decisión política, al margen de a los administrados múltiples elementos e insumos
que ejercieran o no función administrativa, fue excluir- destinados a facilitar una cabal interpretación de sus
los. preceptos le ha hecho recoger una explicación deta-
llada sobre una serie de temas, además de consignar
3.2. La Ley Nº 25035 una larga lista de conceptos que en la mayoría de las
Conocida también como la Ley de Simplificación Ad- normas existentes en el Derecho Comparado no están
ministrativa, amplía considerablemente el concepto de recogidos expresamente, pues se dan por conocidos y
Administración Pública. “Comprende a los Poderes presupuestos” (7).
Legislativo, Judicial y Ejecutivo, las reparticiones de Al revisar el texto del Artículo I del Título Preliminar de la
éste último, las entidades, instituciones u órganos a Ley del Procedimiento Administrativo General observa-
los que la Constitución les confiere autonomía, las mos que, para los fines de la presente norma, se enten-
instituciones públicas descentralizadas, las empre- derá por “entidad” o “entidades” de la Administración
sas de Derecho Público, los Gobiernos Regionales, Pública al Poder Ejecutivo incluyendo a los Ministerios y
los Gobiernos Locales, los Organismos Descentra- Organismos Públicos Descentralizados; al Poder Legisla-
lizados Autónomos y, en general , las entidades de tivo; al Poder Judicial; a los gobiernos regionales y loca-
Derecho Público del Estado en cuanto ejerzan fun- les; a los Organismos a los que la Constitución Política
ciones administrativas. Como vemos, esta norma del Perú y las leyes les confieren autonomía; también, a
excluye a los no estatales. Esto debido a que hubo las demás entidades y organismos, proyectos y progra-
un insuficiente manejo del concepto de Administra- mas del Estado cuyas actividades se realizan en virtud
ción Pública” (6). de potestades administrativas y, por tanto se consideran
sujetas a las normas comunes de derecho público, salvo
3.3. El Decreto Legislativo Nº 757 mandato expreso de Ley que las refiera a otro régimen;
Ley Marco para el Crecimiento de la Inversión Privada, y, finalmente, las personas jurídicas bajo el régimen pri-
reconoce como entidades de la Administración Pública vado que prestan servicios públicos o ejercen función
a los ministerios, instituciones y organismos públicos administrativa en virtud de concesión, delegación o au-
y a otras instituciones de la administración pública de torización del Estado, conforme a la normativa de la ma-
cualquier naturaleza, sean dependientes del gobierno teria.
central, gobiernos regionales o locales. Como aprecia- Como se aprecia, aquí se mantiene la tendencia de
mos, nuevamente se excluyó al sector no estatal que considerar dentro del concepto de Administración Pú-
también ejerce función administrativa. blica no solo a las entidades estatales, sino también
en el caso de los particulares, sobre todo en el caso
3.4. El Decreto Ley Nº 26211 que se presten servicios públicos o se ejerza una fun-
Elevó a la categoría de Ley al Reglamento de Normas ción administrativa. Observemos entonces que, en la
Generales de Procedimientos Administrativos. Con ello, práctica, “...no sólo existe Administración Pública en
el Poder ejecutivo lo retiró de su esfera de dominio, es el Poder Ejecutivo, sino en gran parte del Estado e
decir, ya no podía modificarlo por vía reglamentaria. incluso en entes privados que desempeñan funcio-
Ello equivale a decir que sólo podía hacerlo a través de nes administrativas por habilitación del Estado. Del
la emisión de una norma con rango de Ley. Posterior- latín “ad-ministrare”, que significa servir, o de “ad
mente, se dictó el Decreto Supremo Nº 02-94-JUS, el manus trahere” que alude a la idea de manejar o
cual aprobó el Texto Único de la Ley de Normas Gene- gestionar” (8).
rales de Procedimientos Administrativos. Es pertinente citar a MORÓN URBINA, quien manifies-
Aquí se plasmó un concepto de Administración Pública ta sobre este tema que: “No se trata de un concepto
mucho más amplio y acorde con la doctrina en mate- unitario de lo que se conceptúa como Administración
ria administrativa. La Administración Pública comprende Pública aplicable a todos los ámbitos normativos e
incluso para todo el ámbito del Derecho Público. Este (2) BONNIN, Charles-Jean. Principios de Administración Pública. México, 2004. Fondo
catálogo no es opuesto ni deroga los contenidos del de Cultura Económica.
término Administración Pública establecidos para (3) MUÑOZ AMATO, Pedro. Introducción a la Administración Pública. Puerto Rico,
1957.
fines presupuestarios, de la contratación pública, o (4) Esta información puede consultarse en la siguiente página web: http://www.
para fines de régimen laboral público. Se trata, ex- tuobra.unam.mx/publicadas/021128143527.html
clusivamente, de un concepto para identificar a cua- (5) Se entiende por Organismo a aquel ente sea estatal o no que cumple una función
determinada y que goza de personería jurídica, por ejemplo, los ministerios.
les entidades le serán aplicables las normas de esta Por Órgano se entiende a aquella oficina o departamento que, necesariamente,
Ley (9)”. debe pertenecer a la estructura de un organismo. Ejemplo de ello lo tenemos
en la Dirección General de Administración de un Ministerio. Finalmente, por
Persona-Órgano se entiende que es aquella persona que, para efectos de la
4. CONCLUSIÓN Administración Pública, ejerce determinadas funciones. Como ejemplo de ello,
podemos mencionar al Superintendente de Banca y Seguros. Estos temas pueden
A manera de conclusión, apreciamos que el concepto de ser revisados en el artículo titulado “El Tránsito de la D.G.C. a la SUNAT”, elabo-
rado por Mario Alva Matteucci y publicado en la Revista “Derecho y Sociedad”
Administración Pública ha dejado de ser restrictivo y exclusivo Nº 7, páginas 67 a 72. Lima, 1993.
del sector estatal, toda vez que existe un mejor manejo del mis- (6) ALVA MATTEUCCI, Mario. “El Concepto de Administración Pública” Parte II. Artículo
mo a nivel normativo y se refleja una mejora en la legislación publicado en el Diario Oficial “El Peruano”. Página Opinión - Derecho. B-14.
Edición del jueves 13 de mayo de 1993.
acorde con la doctrina, lo cual redundará en un mayor beneficio (7) ESPINOZA-SALDAÑA, Eloy. La Ley Nº 27444: Las razones de su puesta en
para el administrado. vigencia y una breve mención a sus rasgos fundamentales. Esta información
puede consultarse en la siguiente página web: http://derechogeneral.blogspot.
NOTAS com/2007/12/la-ley-27444-las-razones-de-su-puesta.html
(8) Esta información puede consultarse en la siguiente página web: http://
(1) MULARZ, Jordán. Teoría de la Administración I: Paradigmas y debates en es.wikipedia.org/wiki/Administraci%C3%B3n_p%C3%BAblica
torno a la Reforma Administrativa. Esta información puede consultarse en la (9) MORÓN URBINA, Juan Carlos. Comentarios a la Nueva Ley del Procedimiento
siguiente página web: http://www.monografias.com/trabajos13/parde/parde. Administrativo General. Primera Edición. Gaceta Jurídica. Lima 2002. Página
shtml#que 18.
TEXTO N° 6
A Sequential Theory of Decentralization: Latin American Cases
in Comparative Perspective
TULIA G. FALLETI University of Pennsylvania
B
oth advocates and critics of decentralization assume that decentralization invariably increases
the power of subnational governments. However, a closer examination of the consequences of
decentralization across countries reveals that the magnitude of such change can range from
substantial to insignificant. In this article, I propose a sequential theory of decentralization that has three
main characteristics: (1) it defines decentralization as a process, (2) it takes into account the territorial
interests of bargaining actors, and (3) it incorporates policy feedback effects. I argue that the sequencing
of different types of decentralization (fiscal, administrative, and political) is a key determinant of the
evolution of intergovernmental balance of power. I measure this evolution in the four largest Latin
American countries and apply the theory to the two extreme cases (Colombia and Argentina). I show
that, contrary to commonly held opinion, decentralization does not necessarily increase the power of
governors and mayors.
oes decentralization always increase the power Moving beyond the fiscal arena, the decentralization
327
Sequential Theory of Decentralization August 2005
power to subnational officials and show that it can aug- policies are important determinants of the evolution of
ment distributional conflicts (Treisman 1999), foster intergovernmental balance of power. Previous studies
subnational authoritarianism (Cornelius, Eisenstadt, have successfully accounted for varying degrees of fis-
and Hindley 1999), and exacerbate patronage (Samuels cal decentralization at one point in time (e.g., Garman,
2003). Recent studies also suggest that, in the absence Haggard, and Willis 2001), but have fallen short of
of proper fiscal and political mechanisms, the trans- explaining the effects of decentralization policies on
fer of resources to subnational governments may lead the evolution of intergovernmental relations. I will not
to higher levels of inflation (Treisman 2000), larger only measure the absolute level of decentralization at
deficits (Rodden 2002), and poorer overall macroeco- different points in time but also trace the effects of
nomic performance (Wibbels 2000). Interestingly, de- earlier reforms on later ones.
spite their disagreements on the effects of decentraliza- The article also brings subnational actors and inter-
tion for democratization and economic reform, all of ests to the center of the analysis. The puzzle of why
the aforementioned studies share an assumption that national politicians choose or agree to give power away
decentralization increases the power of subnational has led scholars to focus largely on the interests of na-
officials. This power increase is generally used as the tional politicians toward decentralization, either in the
intervening variable connecting decentralization poli- executive branch (Grindle 2000; O’Neill 2003) or in
cies and either positive or negative outcomes, without the relations between the national executive and the
questioning the existence of such a power increase in legislature (Escobar-Lemmon 2003; Willis, Garman,
the first place. and Haggard 1999). I show that a wide array of social
If we conceive of decentralization as a multidimen- and political actors, including the governors and their
sional process (Montero and Samuels 2004, 8) that ministers, the mayors, the governors’ and mayors’ asso-
entails political bargaining over the content and im- ciations, the unions of the sectors to be decentralized,
plementation of different types of policies, we find that and other sectors of civil society are also the makers of
certain forms of decentralization in fact decrease the decentralization.
power of subnational officials. In order to evaluate Finally, the article emphasizes the territorial com-
the consequences of decentralization on broader pro- ponent of interest representation. A large part of the
cesses of democratization and economic reform, we literature on decentralization has focused on the parti-
need to establish first when and how decentralization san or electoral incentives that move decentralization
policies increase or decrease the power of subnational forward. Although very important, such emphasis on
officials. This article advances a definition of decentral- electoral incentives overlooks the territorial aspects of
ization that distinguishes among administrative, fiscal, interest representation. In issues of decentralization,
and political decentralization. Unlike previous studies the territorial interests that derive from the choice of
that have, for the most part, treated these categories officials through geographic areas (Tarrow 1978, 4) are
separately, the definition presented here allows a dis- as important as electoral incentives. I show later that
tinction to be made between decentralization processes the feasibility and contents of decentralization reforms
that increase the power of subnational officials and do not lie solely with politicians’ electoral calculations,
those that—–contrary to the expectation—–do not.3 Fur- but also with their territorial interests. Thus, types of
thermore, because we lack a framework to understand decentralization, territorial interests, and sequences of
how the transfer of authority in one area interacts with, reforms are the three main components of the sequen-
reinforces, or halts decentralization reforms in other ar- tial theory advanced in the following sections. This the-
eas, this article studies the interactions among different ory will serve to explain when and why decentralization
types of decentralization as they evolve over time. policies are likely to either increase or decrease the
By drawing on recent works on path dependence and power of subnational officials.
institutional change (e.g., Mahoney 2000; Pierson 1992,
2000, 2004; Thelen 2000, 2003), this article provides
a dynamic analysis of decentralization. In this ap- SEQUENTIAL THEORY OF
proach, the conditions under which decentralization
DECENTRALIZATION
is first implemented and the timing and order of the
Decentralization as a Process
3 By prioritizing different theories and methodological approaches,
the literature on decentralization has divided the process into its com-
Decentralization is a process of state reform composed
ponent parts. Policy-oriented works have undertaken the study of by a set of public policies that transfer responsibilities,
administrative reforms, such as the transfers of education and health resources, or authority from higher to lower levels of
services (e.g., Di Gropello and Cominetti 1998). Another group of government in the context of a specific type of state.
works has sought to explain the reasons behind political decentral-
ization or why rational actors choose to give power away (Grindle
Compared to previous definitions, this one poses four
2000; O’Neill 2003). Likewise, institutional approaches have argued important restrictions. First, decentralization is con-
that differences in the political party systems explain the degrees ceived as a process of public policy reforms and not
of fiscal or political decentralization (Riker 1964; Willis, Garman, as a description of the state of being of the political
and Haggard 1999). Few studies have analyzed two or three types or fiscal systems at a point in time. Second, lower lev-
of decentralization at the same time (e.g., Manor 1999; Penfold-
Becerra 1999), but even these studies do not analyze the interactions
els of government are the recipients of the transferred
among the different policies and the consequences of their timing responsibilities, resources, or authority. Reforms such
and evolution. as privatization or deregulation, which target nonstate
328
American Political Science Review Vol. 99, No. 3
actors, are not included in this definition (cf. Cheema strengthen the political autonomy of subnational
and Rondinelli 1983, 24–5). Third, because decentral- governments.6
ization is a process of state reform, a transition to a
different type of state necessarily implies the com- Regarding the consequences of each type of decen-
mencement of a new decentralization sequence. The tralization, I expect administrative decentralization to
contents of decentralization policies and their interac- have either a positive or a negative impact on the au-
tion with the broader political and economic systems tonomy of subnational executives. If administrative de-
are highly determined by the type of state they seek to centralization improves local and state bureaucracies,
reform. Hence, in order to compare decentralization fosters training of local officials, or facilitates learn-
policies across countries as part of analytically equiva- ing through the practice of delivering new responsi-
lent processes, we must compare policies taking place bilities, it will increase the organizational capacities of
within the same type of state. Finally, in studying the subnational governments. Nevertheless, if administra-
downward reallocation of authority, much is gained tive decentralization takes place without the transfer
from a clear taxonomy of decentralization based on of funds, this reform may decrease the autonomy of
the type of authority devolved, such that three types of subnational officials, who will be more dependent on
decentralization can be distinguished:4 subsequent national fiscal transfers or subnational debt
for the delivery of public social services. Similarly, fiscal
r Administrative decentralization comprises the set of decentralization can have either a positive or a negative
policies that transfer the administration and delivery impact on the degree of autonomy of the subnational
of social services such as education, health, social level. The result will depend largely on the design of
welfare, or housing to subnational governments. Ad- the fiscal decentralization policy implemented. Higher
ministrative decentralization may entail the devolu- levels of automatic transfers increase the autonomy of
tion of decision-making authority over these policies, subnational officials because they benefit from higher
but this is not a necessary condition. If revenues are levels of resources without being responsible for the
transferred from the center to meet the costs of the costs (political and bureaucratic) of collecting those
administration and delivery of social services, ad- revenues. On the contrary, the delegation of taxing
ministrative decentralization is funded and coincides authority to subnational units that lack the adminis-
with a fiscal decentralization measure. If subnational trative capacity to collect new taxes can set serious
governments bear these costs with their own pre- constraints on the local budgets and increase the de-
existing revenues, administrative decentralization is pendence of the local officials on the transfers from the
not funded. center. Prosperous subnational units prefer to collect
r Fiscal decentralization refers to the set of policies their own taxes, but poor states or municipalities are
designed to increase the revenues or fiscal autonomy negatively affected every time the collection of taxes is
of subnational governments. Fiscal decentralization decentralized and, as a consequence, the horizontal re-
policies can assume different institutional forms such distribution of transfers from rich to poor subnational
as an increase of transfers from the central govern- units is affected. Finally, political decentralization, by
ment, the creation of new subnational taxes, or the the definition provided previously, should almost in-
delegation of tax authority that was previously na- variably increase the degree of autonomy of subna-
tional.5 tional officials from the center. The only case when
r Political decentralization is the set of constitu- political decentralization could have a negative effect
tional amendments and electoral reforms designed on the power of governors and mayors vis-à-vis higher
to open new—–or activate existing but dormant or level authorities is when, by augmenting the separation
ineffective—–spaces for the representation of subna- of powers at the subnational level (such as through
tional polities. Political decentralization policies are the creation of subnational legislatures or municipal
designed to devolve political authority or electoral councils), it leads to divided subnational governments.
capacities to subnational actors. Examples of this In such instances, the subnational political opposition
type of reforms are the popular election of may- could undermine the authority of governors and may-
ors and governors who in previous constitutional ors vis-à-vis the national executive.
periods were appointed, the creation of subnational
legislative assemblies, or constitutional reforms that 6 Although political decentralization and democratization can be
mutually reinforcing, the two processes need to be distinguished
analytically. For example, the return to free and fair elections at all
4 I do not distinguish among policies according to the degree of
levels of government after an authoritarian regime does not neces-
authority devolved—–such as deconcentration, decentralization, or sarily constitute a political decentralization policy. The transition to
devolution (cf. Cheema and Rondinelli 1983)— –because degree of democracy may simply be reinstating the electoral norms and rules of
authority devolved is part of what I seek to explain. the pre-authoritarian period, with no negotiation of a policy reform
5 Unlike other definitions of fiscal decentralization that collapse de- that specifically targets the subnational level. Similarly, if an electoral
centralization of revenues and expenditures, in this definition fiscal reform that is designed to augment political competition in the po-
decentralization refers to revenues, whereas expenditures are part litical system as a whole were to have the unintended consequence
of administrative decentralization. This analytic separation makes of increasing the power of subnational political actors, it cannot be
it easier to evaluate the consequences of decentralization processes considered a political decentralization measure because it was not
where the transfer of revenues and expenditures do not go hand planned, designed, or negotiated with the explicit goal of empower-
in hand, allowing the disentanglement of seemingly contradictory ing subnational polities. To qualify as political decentralization, the
outcomes such as “centralization via decentralization” (see Wibbels reform in question must explicitly address the devolution of political
2004, 220–21). authority or capacities to subnational polities.
329
Sequential Theory of Decentralization August 2005
By unpacking decentralization in this way, we see decentralized are large and strong. That is, subnational
that, depending on their institutional design, decen- executives prefer political autonomy, money, and re-
tralization policies can actually decrease the power of sponsibilities, in that order.
subnational officials with regard to the national ex-
ecutive. As shown in the following, the institutional
design of decentralization policies is highly dependent
Sequences of Decentralization: Origins,
on when those policies take place within the sequence Timing, and Mechanisms
of reforms. Political and fiscal decentralization poli-
cies that take place early in the sequence tend to in- The origins of the process of decentralization are im-
crease the power of governors and mayors, whereas portant both theoretically and methodologically. On
early administrative decentralization reforms tend to the one hand, the main argument of this article incorpo-
negatively affect their power. rates elements of path dependence, for which the issue
of origins is crucial. On the other hand, the method of
process tracing requires specifying when the process
Territorial Interests of Bargaining Actors
starts. Scholars have adopted different approaches to
The territorial interests of presidents, governors, and answer the question of when a path-dependent process
mayors are defined by the level of government (na- starts, such as critical junctures (Collier and Collier
tional, state, or municipal) and the characteristics of 1991) or contingent events (Mahoney 2000). I define
the territorial unit (e.g., rich or poor province, big city, the origin of the decentralization process by the state
or small town) they represent. Drawing from the lit- context in which it takes place. As stated earlier, the
erature on decentralization and in-depth interviews contents of decentralization policies and their interac-
with national and subnational politicians and public tion with the broader political and economic systems
officials,7 I describe the set of preferences of national are largely determined by the type of state they seek
and subnational actors with regard to decentralization to reform. In Latin America, for example, in the con-
types.8 text of the oligarchic states, decentralization reforms
The national executive prefers administrative decen- sought to consolidate or balance power among regional
tralization (A) to fiscal decentralization (F), which in elites (Ansaldi 1992, 17). In the context of the devel-
turn is preferred to political decentralization (P), or opmental states, meanwhile, decentralization policies
A > F > P. The rationale of this ordering is that the sought to strengthen certain regions to make them
national government seeks to divest itself of expendi- more adequate for private investment (González 1990,
ture responsibilities first and foremost. Administrative 75); whereas in the context of market-oriented states,
decentralization is greatly preferred over the other two decentralization policies largely sought to reduce the
types of decentralization. As Garman, Haggard, and size of central governments. Of course, these were not
Willis (2001) say: “[W]e would expect the president to the exclusive goals of decentralization reforms in each
be more inclined to transfer responsibilities than the of these periods. Nonetheless, it is evident that in dif-
resources to meet them” (209). If the center is forced ferent historical periods the policies that transferred
to choose between surrendering fiscal and political au- responsibilities, resources, or authority to subnational
thority, it will choose to give away fiscal authority and governments were part of state reform projects that
to retain political control, which may serve to influ- had largely different overarching political and eco-
ence the expenditure decisions made by subnational nomic objectives. For this reason, when comparing
officials. across countries, the researcher should qualify the pro-
The same reasoning applies to explain the reverse cesses or sequences of decentralization by the type of
order of preferences of the subnational governments: state in which they take place, in order to assure the
P > F > A. Their preference, first and foremost, is polit- analytic equivalence of the compared policies.
ical decentralization. If the president does not control For the purposes of this article, I focus on the process
the appointment and removal of governors and mayors, of decentralization that began with the transition from
they can push forward the issues and concerns of their a “developmental” to a “public-goods” type of state
territorial units without fear of retaliation from above. (Block 1994). In Latin America, this was the transi-
If governors and mayors have to choose between fiscal tion from a desarrollista to a market-oriented type of
and administrative decentralization, they will choose state. During this period, decentralization policies were
the transfer of revenues over responsibilities, particu- part of what became known as “second-generation”
larly if the unions representing the public sectors to be reforms (Camdessus 1999). Prior examples of central-
ization and decentralization existed in the region (see
7 These are 86 in-depth interviews carried out in Argentina, Mexico,
Eaton 2001, 2004; Montero and Samuels 2004, 14) and
and Colombia during the summer of 1998, the spring of 1999, and
constitute the background against which the policies
between August 2000 and July 2001. analyzed in this article took place. However, because
8 The order of preferences of national and subnational officials helps they occurred in different types of state contexts, they
to understand their position in the bargaining over different types of form part of prior sequences of intergovernmental re-
decentralization. However, I do not assume that these preferences forms.
are fixed throughout the entire decentralization process. Once the
first decentralization policy has been implemented, its consequences
Regarding the origin of the sequence analyzed
on intergovernmental relations may reshape the bargaining actors’ here, although it is difficult to pin down the exact
interests for subsequent rounds of reforms. date when the desarrollista state ended in each case
330
American Political Science Review Vol. 99, No. 3
(Schneider 1999, 293), it is nonetheless possible to decentralization is likely to produce a policy ratchet
identify the first administration in each country that effect (Huber and Stephens 2001, 10): a group of sup-
applied orthodox measures of economic adjustment porters who will continue to push in the direction of
and moved the state away from intervention in the further decentralization. The formation of associations
economy. The market-oriented sequence of decentral- of governors, mayors, or similar instances of coordina-
ization reforms starts with the first decentralization tion of subnational politicians is an example of such
policy successfully implemented by the first adminis- policy ratchet effect. Lobbying through these associa-
tration that made the transition from a developmental tions, governors and mayors will enhance their power
economy and state toward a market-oriented economy and capacities for the next rounds of decentralization.
and state.9 Failed decentralization attempts do not con- Even if this coordination mechanism is not in place,
stitute original moments because they do not have an governors and mayors will find themselves in a bet-
impact on intergovernmental relations. They are ana- ter position to advance their preferences in the sec-
lyzed as part of the process, as they may reflect on the ond round of reforms because they will enjoy greater
distribution of power among bargaining actors, but do political autonomy from the national executive. The
not constitute key transformative or original moments. president, moreover, may become more dependent on
Using Skowronek’s (1993, 9) terminology, we may elected governors and mayors for the mobilization of
conceive of intergovernmental relations as a layered votes in national elections. Thus, in the second round of
structure of institutional action. Decentralization poli- decentralization, governors and mayors will most likely
cies affect the fiscal, administrative, and political layers demand fiscal decentralization and influence its terms.
of intergovernmental relations. Rarely does a decen- Administrative decentralization, which after fiscal de-
tralization policy simultaneously affect all three inter- centralization is likely to follow to compensate for the
governmental layers (although it is possible). More previous decentralization of resources (Haggard 1998,
often, different types of decentralization (as well as 217), will be the last type of reform. Administrative
different policies within each type of decentralization) decentralization will therefore be funded and will not
are negotiated and enacted at different points in time. have a negative impact on the power of governors and
Hence, the timing of each reform determines the partic- mayors. The final outcome of this trajectory of decen-
ular sequence of decentralization that a given country tralization (P → F → A) that conforms to the prefer-
undergoes. If the three types of decentralization de- ences of the subnational officials is likely to be a high
fined previously take place (which is not theoretically degree of autonomy for governors and mayors with
necessary, but is a common occurrence), we can identify respect to the president (see Table 1). I show below
six sequences of decentralization according to the tim- that Colombia followed this path from 1986 to 1994.
ing of the first decentralization policy within each inter- If, instead, national interests prevail at the begin-
governmental layer. This does not mean that posterior ning of the process, administrative decentralization is
decentralization policies in each layer do not happen likely to occur first. If fiscal resources do not accom-
or should be overlooked (see the analysis of empirical pany the transfer of responsibilities, the national ex-
cases in the following section). However, the sequenc- ecutive will strengthen its power vis-à-vis subnational
ing of the first decentralization policy in each layer is officials, who will become more dependent on trans-
particularly important because it sets constraints on fers from the center. If the process of decentralization
what is feasible in the remainder of the sequence and continues, the president will choose fiscal over politi-
allows us to establish a basic model of the impact of cal decentralization. But due to a power reproduction
different sequences of decentralization reforms on the mechanism (Stinchcombe 1968, 117–18), the national
intergovernmental balance of power. executive will control the timing, pace, and contents
The level of government whose territorial interests of the reform. Governors and mayors, under the fiscal
prevail at the origin of the decentralization process strain of the first round of unfunded administrative
is likely to dictate the first type of decentralization. decentralization, will be in no position to reject those
The first round of decentralization, in turn, produces terms set by the center—–unless exogenous circum-
policy feedback effects that account for the order and stances were to change their relative power vis-à-vis the
characteristics of the reforms that follow. If subnational president. Following this trajectory, political decentral-
interests prevail in the first round of negotiations, po- ization, if it happens, will be the third type of reform.
litical decentralization is likely to happen first. Political The outcome of this trajectory of reforms (A → F → P)
that conforms to the preferences of the national exec-
utive is likely to be little or no change in the redistri-
9 In the countries analyzed in this article these administrations were bution of power to the subnational authorities. I show
the military governments of Jorge R. Videla in Argentina (1976– in the following that Argentina followed this path of
1981) and João Figueiredo in Brazil (1979–1985) and the presiden- reforms from 1978 to 1994.
cies of Belisario Betancur in Colombia (1982–1986) and Miguel de
la Madrid in Mexico (1982–1988). In most of Latin America, the It is also possible that exogenous changes (such as
transition from state interventionism to free-market economies was midterm elections, a context of fiscal expansion, fiscal
the response to the economic troubles unleashed by the debt crisis crisis, or a process of democratization) could produce
of the early 1980s (albeit not in Argentina and Chile, where the reversals on the distribution of power between national
move to free-market economies preceded the foreign debt crisis).
Subsequent administrations applied both orthodox and heterodox
and subnational executives once the process of decen-
economic policies, but the move away from developmentalism had tralization has started. This would lead to the alterna-
already taken place (see Weyland 2002, 72, 77–81). tive sequences P → A → F and A → P → F. In the first
331
Sequential Theory of Decentralization August 2005
a A positive direction of change in the intergovernmental balance of power reflects a move toward greater autonomy of subnational officials vis-à-vis national officials. Thus, a “high” value in
the degree of change of the intergovernmental balance of power corresponds to a higher degree of autonomy for governors and mayors, whereas a “low” value indicates that the degree of
Balance of Powera
of the sequence, triggering political decentralization.
Intergovernmental
Change in the
However, reactive mechanisms (such as a fiscal crisis
Degree of
that undermines subnational demands for fiscal decen-
Medium/low
Medium/low
tralization) lead to a prevalence of national interests
in the second round and, thus, to administrative decen-
Medium
tralization. The last stage (should it happen) is fiscal
High
High
Low
decentralization. This trajectory may be disastrous for
= subnational officials if administrative decentralization
=
=
=
=
=
is unfunded. If they are granted political autonomy, and
Administrative decentralization
Administrative decentralization
soon after that they receive unfunded responsibilities,
Third Type of Decentralization
Political decentralization poor performance. Most likely, this trajectory will lead
Fiscal decentralization
Fiscal decentralization
Administrative decentralization
Second Type of Decentralization
Political decentralization
Self-reinforcing
→ Political decentralization
Subnational
First Move
Prevailing
National
332
American Political Science Review Vol. 99, No. 3
the trajectory), administrative performance will likely cial and municipal); (2) the subnational share of ex-
be poor, and the result will be small change in inter- penditures, which measures the percentage of public
governmental balance of power. Alternatively, if after money allocated by subnational governments; (3) the
a tie of territorial interests and a first round of fiscal de- policymaking authority, which measures the degree of
centralization subnational executives prevail, political autonomy of subnational officials to design, evaluate,
decentralization should be next, with administrative and decide on issues concerning a specific policy area;
decentralization taking place last (F → P → A). This (4) the type of appointment of subnational officials,
sequence should lead to a high change in balance of which records whether governors and mayors are
power in favor of the subnational governments. In this elected or appointed; and (5) the territorial represen-
type of trajectory, subnational governments gain fis- tation of interests in the national legislatures, which
cal capacities, then political autonomy; and last, they reports the average degree of overrepresentation of
receive administrative responsibilities. The first two the subnational units in the lower and upper chambers
moves in this sequence should allow subnational au- of congress. If decentralization reforms were always to
thorities to build strongholds of supporters (because increase the power of subnational officials, we would
they have the resources to do so) and to win elections. observe a positive change in all these indicators. If,
Once this happens, they gain greater autonomy from however, it is possible for decentralization not to in-
the national executive, as illustrated in the bottom line crease the power of subnational officials, we would
of Table 1. expect some of these indicators to decrease in value
The assumptions thus far have been that the three or to remain unchanged.
types of decentralization take place and that a sequence The remainder of this section compares the absolute
among them can be established. Moreover, I have only levels of decentralization before and after decentraliza-
taken into account the first successfully implemented tion and analyzes the degree of change in intergovern-
policy within each type of decentralization and the mental balance of power in the four largest countries of
first cycle of decentralization, which ends once the Latin America—–the region that took the lead in the im-
three types of reforms have occurred. Decentralization plementation of decentralization reforms (Camdessus
processes, however, could evolve differently in reality. 1999). Several commonalities make Argentina, Brazil,
Only one or two types of reforms could occur, the tim- Colombia, and Mexico suitable countries for compar-
ing of policies could overlap, and successive reforms ison. First, due to their size, it is safe to assume that
within each layer could affect those that follow. Some relationships between center and periphery are con-
of these complexities will be revealed in the analysis tentious and that issues of decentralization are politi-
of the cases in the following sections. Nonetheless, as cally relevant. Second, they all underwent similar de-
long as at least two types of devolution of authority centralization policies, although with different impact
and two implementation moments can be identified, on the intergovernmental distribution of power. Third,
the proposed sequential reasoning could be modified they all have similar structures of government, with
accordingly and applied to cases and sequences that three tiers of government and bicameral national leg-
follow different patterns. islatures. Finally, differences among the cases allow for
controls to the main argument. Although Argentina,
Brazil, and Mexico are federal countries, Colombia is
EVOLUTION OF INTERGOVERNMENTAL a unitary country; and although Argentina, Brazil, and
BALANCE OF POWER IN LATIN AMERICA Colombia have decentralized party systems, Mexico
has a centralized one.
Intergovernmental balance of power is defined as the In Table 2, the first two columns within each country
relative power or degree of autonomy of subnational measure the absolute level of decentralization (term
officials with regard to national officials. Intergovern- used as to describe the state of being of the fiscal,
mental power is dependent on (1) economic resources, administrative, and political systems), and the third
which enhance the capacity of political actors to pur- column measures the relative degree of change in the
sue their desired courses of action; (2) legal author- intergovernmental balance of power. Along the fiscal
ity, which sets the institutional limit that economic re- dimensions, the subnational share of revenues (SSR)
sources can reach; and (3) organizational capacities, decreased in Argentina and increased in the other three
which facilitate coordination at each level of gov- countries; whereas subnational share of expenditures
ernment. (SSE) increased in the four countries. At the beginning
Because this article is concerned with the effects of the period, Argentina and Brazil had the highest ab-
of decentralization on the evolution of balance of solute levels of fiscal decentralization, in terms of both
power, in operationalizing this concept, the focus is revenues and expenditures, followed by Colombia and
precisely on those dimensions of intergovernmental Mexico, in that order. By the end of the period a dif-
power susceptible to change due to the implementation ferent pattern emerged. Brazil continued to be fiscally
of decentralization policies. Building on the works of the most decentralized, but now Colombia was second,
Stepan (2004) and Samuels and Mainwaring (2004), and in SSR Mexico surpassed Argentina, which had
intergovernmental balance of power is operational- the lowest collection of subnational revenues and the
ized in five dimensions: (1) the subnational share of highest fiscal vertical imbalance of the four countries.
revenues, which measures the percentage of public Relative to the initial conditions, Mexico was the coun-
money collected by subnational governments (provin- try whose fiscal structure changed the most, followed
333
334
TABLE 2. Absolute Level of Decentralization and Evolution of Balance of Power in Argentina, Brazil, Colombia, and Mexico, 1978–1999
Sequential Theory of Decentralization
in the intergov.
balance of power
Sources: SSR: Argentina: 1983 data from Artana et al. 1995, 79 and 1999 data from the Ministry of Economy and Production, Argentina (both figures include taxes on labor); Brazil, Samuels
2003, 161; Mexico, Willis, Garman, and Haggard 1999, 13 and IMF 1985, 2001; Colombia: Dillinger and Webb 1998. SSE: for Argentina: IMF 1985, 2001; Mexico: IMF 1985, 2001; Brazil:
Samuels 2003, 161; Colombia: IMF 1985; and Dillinger and Webb 1998, 21. PMA: data collected from secondary sources and education laws. ASO: data collected from secondary sources
and national constitutions. TRI: for Argentina: National Constitution and INDEC 1997; Mexico: Lujambio 2000, 35, 73–6; and INEGI 1995; Brazil: data provided by David Samuels; Colombia:
Registradurı́a Nacional del Estado Civil (various years).
Note: Bold numbers rank the countries by absolute level of decentralization, from 1 most centralized to 4 most decentralized. Averages of absolute level of decentralization for each country
are presented in the second to last row. Italic numbers rank the countries by degree of change in each dimension of intergovernmental balance of power, from 1, corresponding to the country
that experienced the least change, to 4, which corresponds to the country that changed the most. The average degree of change of intergovernmental balance of power in each country is
presented in the last row.
a SSR change = (SSR after − SSR prior)/SSR prior.
b SSE change = (SSE after − SSE prior)/SSE prior.
c PMA: N, National; C, Concurrent; S, Subnational. PMA change value is 0 if level of authority did not change; 1, if authority moved from N to S; and 0.5, if it moved from N to C or from C to S.
d ASO: E, Elected; A, Appointed; A/E, only formally elected or with appointment of some offices. ASO change, value is 0 if type of appointment did not change; 1, if it changed from A to E;
and 0.5, if it changed from A/E to E, or from A to A/E.
e TRI change values result from resting the value of TRI prior from TRI after.
335
Vol. 99, No. 3
Sequential Theory of Decentralization August 2005
by Colombia and Brazil. Argentina was the country the distribution of formal authority among levels of
that changed the least, even experiencing a negative government. This change only came about when a
change in SSR. new federal education law was passed in 1993 and
Regarding the administration of social services, the some educational issues became the sole domain of the
dimension policymaking authority (PMA) is applied provinces (Corrales 2004). As can be seen in Table 2,
to the educational sector. The selection of education in terms of PMA, Brazil experienced the most change,
over other policy sectors responds to several reasons. followed by Mexico, Colombia, and Argentina, in
First, in most countries, education was the first public that order.
sector to be decentralized, influencing the pace and Two dimensions account for the distribution of
characteristics of decentralization in other areas. Sec- power in the political arena. The first one is the
ond, education is the largest public sector in these appointment of subnational officials (ASO). Along
countries, in terms of both fiscal and human resources. this dimension, and because of its starting point,
The transfer of education carries, therefore, significant Colombia is the country that changed the most. Prior
fiscal and administrative consequences for states and to decentralization, mayors and governors were ap-
municipalities. Finally, the education sector has often pointed; their offices became popularly elected in 1988
strong and large unions. This makes decentralization and 1991, respectively. Mexico follows Colombia in
of education politically crucial for national and sub- degree of ASO change. In Mexico there were elec-
national executives, who have to negotiate with the tions for subnational offices (with the exception of
teachers’ unions. The six indicators taken into account Mexico City’s mayor), but they were not competitive.
within this dimension were authority over the curricula; It was not until the mid-1990s that elections for mayors
responsibility for training teachers; responsibility for and governors became (by and large) competitive in
evaluation of the educational system; management of Mexico. Next is Argentina. The office of the mayor
schools; authority over hiring, firing, and relocation of of the city of Buenos Aires was politically decentral-
teachers; and authority over salaries. At the beginning ized in 1994, but the other mayors and governors had
of the period, the countries can be paired in terms historically been popularly elected. Finally, ASO re-
of the distribution of responsibilities among levels of mained constant in Brazil throughout the period of
government: Argentina and Brazil were the most de- reforms.
centralized, and Mexico and Colombia were the most The second political dimension is the territorial rep-
centralized. By the end of the period, the ordering of resentation of interests (TRI). In this dimension, over-
the countries is similar, but Brazil experienced a greater representation coefficients report the degree of devi-
degree of devolution of authority to subnational au- ation from the principle “one citizen, one vote.” A
thorities than Argentina. Whereas in 1982 the Brazilian coefficient value of 1 indicates proportionality between
states and the federal government shared responsibil- seats and population. If the overrepresentation coeffi-
ities along all of the educational indicators considered cient is higher than 1, it means that in some subna-
(Tavares de Almeida 1995, 20, 27), by the mid-1990s all tional units the “cost” of electing a deputy or a senator
of these issues lay in the hands of governors, mayors, is lower than in others. In Stepan’s (2000) words, the
or school directors (Burki, Perry, and Dillinger 1999, higher the coefficient the more “demos-constraining”
71). Mexico and Colombia follow Brazil in the degree these Senates or Houses are. The higher the overrep-
of change in PMA. In Mexico, all issues of public ed- resentation coefficients, the easier it is for some of the
ucation management were in the hands of the federal deputies and senators to represent the territorial in-
government in 1978 (with the sole exception of the terests of their subnational units and constituencies,
management of school buildings). In 1992, after the instead of the interests of the political majority. Brazil
signing of a decentralization agreement, authority over and Colombia are the countries that experienced the
the curricula and evaluation of the system remained highest degrees of change in overrepresentation in
at the federal level, but all other issues were decided either one or both of their chambers. In Brazil, the
on by the subnational level or jointly by both levels creation of two new states (Mato Grosso do Sul and
of government. The situation in the education sector Tocantins) and changes introduced in the 1988 con-
in Colombia by the early 1980s was similar to that in stitutional reform meant that between 1962 and 1995,
Mexico: all responsibilities resting with the national the degree of overrepresentation in the lower chamber
government, with the exception of the maintenance increased from an average of 1.51 to 1.92. The changes
of schools. But after the decentralization of education were even more drastic in the Senate, where the alloca-
in 1992 and 1993, all educational issues became mat- tion of seats to previously unrepresented and relatively
ters of state authority (with the sole exception of the small subnational units meant that the average degree
design of the curricula, which remained in the hands of overrepresentation increased from 2.66 in 1978 to
of the central government). In Argentina, the situ- 3.94 in 1995. In Colombia, as a consequence of the
ation was different. By the mid-1970s the Argentine changes introduced in the 1991 constitutional reform
provinces managed half of the public primary and sec- and the allocation of seats to 7 previously unrepre-
ondary schools, which meant that all responsibilities sented departments, the average degree of overrep-
concerning the public educational system had histor- resentation of subnational units in the lower cham-
ically been shared by the federal and provincial gov- ber increased from 1.17 in 1982 to 2.73 in 1994. The
ernments. Decentralization of primary and secondary Senate, whose seats where distributed among 23 de-
schools (in 1978 and 1992, respectively) did not change partments according to population prior to 1991, was
336
American Political Science Review Vol. 99, No. 3
337
Sequential Theory of Decentralization August 2005
decentralization had the least significant impact on in- subnational level. Although O’Neill’s (2003) theory
tergovernmental balance of power.10 is compelling, she also notes “it would be absurd to
ignore the importance of context-specific factors that
affected decisions to decentralize” (1070). My con-
THE SEQUENTIAL THEORY OF
tention is that when other types of decentralization
DECENTRALIZATION APPLIED
are considered, those context-specific factors help to
To illustrate the range of the proposed theory, this account not only for the timing of decentralization but
section traces the trajectories of decentralization in also, and more importantly, for the type and content of
the two extreme cases: Colombia and Argentina. the policy first implemented. In the case of Colombia,
From the late 1970s to the mid-1990s, Colombia and the social mobilizations against the shortcomings
Argentina both underwent processes of decentraliza- of the developmental state help to explain why and how
tion that accompanied the movement from state-led decentralization came about. They reveal the presence
to free-market economies. In both cases, fiscal, admin- of territorial subnational interests in the coalition that
istrative, and political decentralization reforms took pushed decentralization forward, a presence that has
place, and decentralization was pursued under the pre- been largely overlooked.
tense of strengthening the subnational units. In spite of During the 1960s and 1970s, the planning and imple-
these similarities, the processes of decentralization and mentation of developmental policies had been trans-
the consequences they brought about for intergovern- ferred to parastatal institutions, relatively autonomous
mental relations were radically different, as described agencies attached to central offices and ministries. They
previously. These differences can be appreciated more were equipped with significant financial resources and
fully by analyzing the evolution of the first cycle of were designed to operate in a cost-recovery basis and
political, fiscal, and administrative reforms. In what on a nationwide scale. These agencies supplanted the
follows, I argue that the different outcomes for inter- role of local government in areas such as urban plan-
governmental balance of power are less a result of the ning, housing, health, education, and the provision of
particulars of individual policy reforms than a product services such as electricity, water, and sewage. The cov-
of the evolution of such reforms and of the type of erage was not uniform, however. Large municipalities
actors they empower along the way. kept the management of more responsibilities, and pe-
ripheral, poorer regions were left largely unattended.
The parastatal agencies tended to focus more heavily
Colombia: The Subnational Path on the regions prone to private investment, which cre-
to Decentralization ated profound regional inequalities (Collins 1988, 426–
In 1986, by initiative of Conservative President 27; Maldonado 2000, 72). Moreover, local government
Belisario Betancur (1982–1986), the younger and less expenditures had dropped from 18% of total expen-
entrenched factions of the two traditional parties in ditures in 1967 to 14% in 1978 and were concentrated
congress (Liberal and Conservative) passed a consti- in the largest cities. In 1979, the three largest munici-
tutional amendment for the popular election of may- palities (Bogotá, Medellı́n, and Cali) absorbed 72% of
ors. This law changed one hundred years of inter- the total local government expenditures, even though
governmental relations. Since 1886, the president had they accounted for 26% of the population. After the
appointed the governors, who in turn appointed the rest of the departmental capitals were considered, only
mayors. President Betancur explained in the following 13% was left to be spent in more than nine hundred
terms his support for this measure: remaining municipalities, where over 35% of the pop-
ulation lived (Collins 1988, 426; DNP and PNUD 1998,
I had the conviction; I had the obsession that the commu- 39; Nickson 1995, 146). This created ample discontent
nity should be closer to their representatives. I knew that among the inhabitants of the poorer regions.
as long as the community was closer to the rulers, those Between 1971 and 1985, over two hundred civic
rulers would feel more stimulated, with greater support to
govern . . . If popularly elected, mayors would be freer and
strikes (paros cı́vicos) took place. These strikes “in-
more efficient. (Betancur, Belisario, interview by author, volved the total or partial paralysis of social and eco-
Bogotá, March 28, 2001) nomic activity in urban centers and/or regions as a
means of pressing the state to accede to demands”
However, the decision to popularly elect the mayors (Collins 1988, 425). Sixty percent of the strikes were
did not result solely from the president’s political con- related to problems in the delivery of electricity,
victions. According to O’Neill (1999, 2003), presidents water, and sewage; 9%, to problems with roads; 6%, to
are more likely to implement political decentraliza- problems in education; and 5%, to ecological problems
tion when the prospects of their parties winning fu- (Velásquez 1995, 246). The majority of these strikes
ture national elections are bleak, while at the same occurred in midsized municipalities (with 10 to 50
time strong pockets of support exist throughout the thousand people) in the country’s peripheral regions,
country that would win them elected positions at the particularly in the departments of the Atlantic coast
(Maldonado 2000, 73). Broad sectors of the population
10 As Escobar-Lemmon (2001, 27) writes: “while state structure may
participated in these strikes, voicing the territorial in-
explain the initial level of decentralization in a country, with fed-
terests of the underdeveloped regions. As Jaime Castro,
eral cases being more decentralized, it does little to explain changes former mayor and member of the 1991 constitutional
within a country over time.” convention, said:
338
American Political Science Review Vol. 99, No. 3
The civic strikes had become the mechanisms of protest ization reform of 1986, they were responding to those
of la provincia [the interior] in relation to the central gov- subnational demands and interests voiced in the civic
ernment. The civic strikes brought to the forefront the strikes.
fact that it was necessary to strengthen the municipalities What were the consequences of the direct election
and departments. . . . They continued to happen after the of mayors? The immediate result was a decline in the
popular election of mayors, but I would say that thanks
to decentralization civic strikes have now disappeared.
number of civic strikes. There were 51 strikes in 1987,
(Castro, Jaime, interview by author, Bogotá, March 29, 35 in 1988, and only 19 in 1989 (Correa Henao 1994, 48–
2001) 54). Former guerrilla members were incorporated into
the legal political system. In some cities and regions, the
The civic strikes brought local government to the grip of traditional caciques and local bosses loosened,
center of the political scene in several ways. First, they and competition for public office presented them with
pointed out the deficiencies of the parastatal agen- new challenges they had never had to face in the past
cies and the local administrations in delivering pub- (Angell, Lowden, and Thorp 2001; Velásquez 1995).
lic services. The national executive paid close atten- The direct election of mayors also produced two major
tion to this problem. In 1980, a team of economic policy ratchet effects: (1) incrementalism in the polit-
experts was formed to study how to improve the sys- ical sphere and (2) coordination among subnational
tem of intergovernmental finances. Richard Bird led authorities.
this team, whose findings and recommendations were The 1986 decentralization reform created an impulse
published a year later (Misión de Finanzas Interguber- to further develop political decentralization, and this
namentales 1981). When the next president, Belisario impulse would prove difficult to reverse. At the be-
Betancur, was confronted with increasing economic ginning of 1991, a constitutional assembly convened in
problems and steadily declining municipal and depart- Bogotá. The assembly, in session from February to July
mental revenues, he passed an emergency plan that 1991, was organized into five committees. The second
included some of these recommendations. Law 14 of committee was responsible for territorial organization.
1983 sought to strengthen the collection of taxes in de- Two of the main issues discussed in this committee
partments and municipalities. Departments were given were the popular election of governors and the de-
a new tax on automobiles and the authority to update gree of autonomy to be conferred to the intermediate
and simplify their existing taxes, whereas municipal- level of government. The assembly was split between
ities could modernize their tax bases—–important for the so-called departamentalistas, who were in favor of
property taxes—–and determine within certain param- the popular election of governors, and the municipal-
eters their own level of industry and commerce tax istas, who opposed it. However, against a backdrop
(Ocampo Gaviria and Perry Rubio 1983). This fiscal of popularly elected mayors, the election of governors
measure halted the trend of declining municipal and came to be seen as an inevitable next reform, even by
departmental revenues and, although its overall impact the municipalistas. As one of them said, “The popular
on the distribution of resources among levels of gov- election of governors appeared to be a complement to
ernment was negligible (Wiesner Durán 1992, 117–29), the popular election of mayors. It was the next step”
it revealed the importance of subnational pressures. (Castro, Jaime, interview by author, Bogotá, March 29,
Second, the civic strikes were signs that the old system 2001).
of handpicked mayors was coming to an end. Local Political decentralization in 1986 also fostered co-
bosses and traditional clientelist practices had proved ordination among the beneficiaries of the reform. It
inadequate in alleviating popular discontent. The po- created a group of followers interested in deepening
litical appointment of mayors had led to a system in decentralization. The clearest manifestation of such an
which mayors were dependent on the legislator, the effect was the creation of an association of mayors.
governor, or the president—–whoever was politically In 1988, the first cohort of elected mayors created the
responsible for their appointment—–and only account- Colombian Federation of Municipalities (Federación
able to them. There were frequent changes of local Colombiana de Municipios, or FCM). As expressed
administrations and corruption was pervasive (Gaitán in its statutes, the mission of the association is: “[T]o
Pavı́a and Moreno Ospina 1992, 150–51). Very often represent the collective interests of the municipalities,
mayors were not native to the town they governed. A to lead and support the development of the munic-
number of these became known as “professional may- ipal management, and to promote the deepening of
ors,” who “would travel around all the municipalities decentralization” (FCM 1991). In 1991, FCM was very
of one department until they were discredited in all active in lobbying conventionalists for the extension of
of them” (Osorio, Luis Camilo, interview by author, the mayors’ tenure from 2 to 3 years, for the recogni-
Bogotá, July 30, 1998). Finally, the strikes showed that tion of municipal autonomy in the constitution, and for
there were locally based citizens who were demanding the transfer of more fiscal resources to municipalities
accountability and better services in their municipal- (El Tiempo, Bogotá, 23 February and 23 March 1991).
ities. These were broad nonpartisan civic coalitions Despite the reluctance of the national executive, all
that helped to put municipal democratization on the these reforms were approved and political and fiscal
agenda. Decentralization in Colombia was thereby ini- decentralization were deepened as a result.
tiated from below. It was fueled by the protests of the Although previous measures in the direction of
local communities. When the president proposed and transfer of revenues and expenditures to subnational
the national legislators passed the political decentral- governments had been taken, their impact in the
339
Sequential Theory of Decentralization August 2005
distribution of resources between levels of government levels of government, the law also established the dis-
was negligible.11 However, after the first round of polit- tribution of resources among the subnational units and
ical decentralization and the creation of FCM, a major the creation of committees (comisiones veedoras) at
fiscal decentralization reform was incorporated in the both the departmental and the municipal levels to
1991 constitution. Article 357 of the new constitution ensure that the transfers were properly allocated ac-
established that the transfers to municipalities would cording to the law. It also granted FCM 0.01% of the
increase from a level of 14% of the current national total transfers to the municipalities “for the promotion
income in 1993 to 22% in 2002. This reform expanded and representation of all its members . . . the districts
not only the rate but also the base of the automatic and municipalities” (Article 37, Law 60). Administra-
transfers, which included thereafter both tax and non- tive decentralization was thus favorable to subnational
tax revenues. As a consequence, the total transfers authorities, regarding both policymaking and fiscal ca-
to subnational governments (both departments and pacities. This was largely due to the fact that politi-
municipalities) passed from 38% to 52% of the cur- cal and fiscal decentralization had already taken place
rent national income between 1991 and 1997 (Vargas and subnational interests were effectively represented
González and Sarmiento Gómez 1997, 33). by the time administrative decentralization came
The administrative counterpart to fiscal decentral- about.
ization came about in 1993. The initial impetus to pass The process of decentralization in Colombia fol-
this reform came from the national executive, which lowed a sequence of reforms that conformed to the
was eager to establish a new distribution of respon- preferences of subnational actors. Political autonomy
sibilities among levels of government as a means to was devolved first, followed by resources, and finally by
cut the double spending and the deficit that fiscal de- responsibilities. The decision to popularly elect mayors
centralization had introduced in 1991. The national in Colombia had self-reinforcing effects on the next
executive sent the administrative decentralization bill rounds of political, fiscal, and administrative reforms.
proposal to congress in mid-1992. It took 1 year from It produced coordination among subnational author-
the presentation of the bill proposal until the final ap- ities that led to fiscal decentralization and deepened
proval of Law 60 in August 1993. Law 60 became to political decentralization through the extension of the
be known as the “framework law” of administrative mayor’s mandate and the recognition of municipal
decentralization. It ruled on the distribution of respon- autonomy in the national constitution. It also pro-
sibilities among levels of government regarding educa- duced a sense of incrementalism in the political elite
tion, health, housing, and water and sewage. It was the that allowed for the approval of the popular election
result of compromises made by the national executive, of governors. Administrative decentralization was the
the representatives of states and municipalities, and the last, almost residual, type of reform. It was pushed
national teachers’ union. The national minister of edu- through by the national executive. However, owing
cation mediated between the interests of the ministry of to the sequence of previous decentralization reforms,
economy and the department of national planning, who subnational actors and the teachers’ union were able
wanted to take decentralization of education to the mu- to get the guarantee that the fiscal resources necessary
nicipal level, and those of the union, which was opposed to afford the costs of the transferred services would
to decentralization, particularly toward the municipal also be transferred. As a result, this measure did not
level. With the agreement of subnational representa- have a negative effect on the degree of autonomy of
tives, the compromise reached between the union and subnational executives with regard to the national gov-
the national government was that decentralization of ernment. As is evident in Table 2, this first cycle of
education would take place toward the intermediate political, fiscal, and administrative decentralization in
level of government, with funds guaranteed from the Colombia empowered subnational executives.
national level (Angell, Lowden, and Thorp 2001, 178).
The departments thereby became responsible for pay-
ing and training teachers. They could also give vouchers
Argentina: The National Path
to students with special needs. The municipalities were
to Decentralization
responsible for investing in the construction and main- Unlike the case of Colombia, Argentina’s path of de-
tenance of school buildings. Together, departments and centralization conformed to the preferences of the na-
municipalities were responsible for managing the ed- tional executive. After the move away from develop-
ucational services of preschool, primary school, sec- mentalism, the process of decentralization started with
ondary school, and high school. The national level an administrative reform in 1978. It was followed by
retained jurisdiction over curricula and general edu- fiscal decentralization in 1988, and finally by political
cational guidelines, and the three levels shared respon- decentralization in 1994.12
sibility for the evaluation of the educational system. On June 5, 1978, the national military junta passed
Apart from the distribution of responsibilities among two decrees transferring all national preschools and
primary schools to the provinces, the city of Buenos
11 For this reason, they do not count as prior instances of decen-
tralization. These reforms were Law 14 of 1983—–described earlier—–, 12 Other decentralizing and centralizing reforms followed (see Eaton
Law 12 of 1986, Law 29 of 1989, and Law 10 of 1990 (for a com- and Dickovick 2004). I focus here on the first cycle of decentraliza-
plete list and description of measures, see Gaitán Pavı́a and Moreno tion, which ends once the three types of decentralization (fiscal,
Ospina 1992, 283–94). administrative, and political) have taken place.
340
American Political Science Review Vol. 99, No. 3
Aires, and the territory of Tierra del Fuego. Retroactive During the electoral campaign of 1983, at least six
to January 1, approximately 6,500 schools, 65,000 public political parties (including the two main parties: Unión
employees, and 900,000 students (about one third of Cı́vica Radical, UCR; and Partido Justicialista, PJ) ad-
the primary public education system) were transferred vocated for a constitutional reform (Leiva and Abásalo
to the provincial administrations. No revenues or fiscal 2000). The common concern was to strengthen political
capacities were transferred with the schools, and yet institutions and to avoid future disruptions to demo-
the transfer had a cost of 207 billion pesos—–equivalent cratic rule. Several proposals to reform the constitution
to 20% of the total national transfers (FIEL 1993, 148). were introduced in congress in the first 2 years of the
National interests prevailed in this first round of democratic transition. At the end of 1985, President
decentralization. In the context of an authoritarian Raúl Alfonsı́n (1983–1989) ordered the creation of a
regime, the national executive was able to impose on council to study the matter. The council’s recommen-
the provinces its most preferred outcome: administra- dation for a constitutional reform included the creation
tive decentralization. The central government was in- of a mixed presidential system (with a prime minister),
terested in administrative decentralization for several the strengthening of federalism, decentralization of the
reasons. First, they saw the provinces as enclaves of state, municipal autonomy, provincial control over nat-
conservatism, in which future right wing political par- ural resources, and limits on the president’s authority to
ties could develop. Second, the central government was intervene in the affairs of the provinces (Consejo para
interested in cutting the size of the federal bureaucracy la Consolidación de la Democracia 1986). The council’s
and the national deficit, in the spirit of a neoliberal pro- proposal was highly decentralizing, from both political
gram of government (Novick de Senén González 1995, and fiscal perspectives. Had it been implemented, it
138). Third, an increase in provincial revenues—–which would have granted mayors constitutional autonomy,
rose from 0.88% in 1976 to 1.56% of the GDP in 1977 a prerogative they lack to this day. Governors would
(Kisilevsky 1998, 55)—–established a favorable envi- have had total control over natural resources (including
ronment to transfer expenditures without resources. oil) and more autonomy from the national executive in
A report by the national ministry of education gave situations leading to federal interventions. Had this re-
the following account of conditions before the 1978 form materialized, its political effects would have likely
transfer: been similar to those of Brazil’s 1988 constitution (on
such effects, see Stepan 2000). Interestingly, the debate
At the end of 1977, the national minister of economy over the constitutional reform in Argentina became
[José Martı́nez de Hoz] considered that there had been structured along partisan (rather than territorial) lines
an increase in provincial revenues; therefore, he decided
(Botana and Mustapic 1991; Smulovitz 1987), and the
to initiate a policy of transfer of social services, among
which was education. (Ministerio de Cultura y Educación governors did not endorse this political decentraliza-
1980, 1, 151) tion reform. Instead, with the return to democracy,
governors focused on a fiscal reform, exhibiting a shift
Despite the authoritarian regime, the governors in their expected preferences.
voiced their concerns. Among others, the governor of Given the design of the prior round of administrative
Salta wrote to the minister of interior in November decentralization, governors were eager to negotiate an
1977: “by no means is the provincial treasury in a sit- increase in fiscal transfers. When the revenue-sharing
uation to afford the total costs of the services to be law of 1973 expired at the end of 1984, governors
transferred” (Kisilevsky 1990, 20). At this time, how- pushed to have a new revenue-sharing law in place.
ever, the military’s grip on power was at its strongest, Carlos Menem, who at the time was the governor of La
and the unfunded transfer was imposed from above. Rioja, proposed that the interior provinces rebel and
The administrative decentralization of 1978 had dis- cut the supply of energy to the city of Buenos Aires
astrous fiscal consequences for the provinces. The al- until an agreement on fiscal transfers was reached with
location of provincial resources for education had to the president (Pı́rez 1986, 68). But President Alfonsı́n
increase from 14% in 1977 to almost 20% in 1982 controlled the timing of the reform and was successful
(IMF 1985), at the same time that automatic transfers in delaying its approval. Meanwhile, he used discre-
to the provinces decreased from 48.5% to 29% of all tionary transfers to buy the political support of oppo-
shared revenues (FIEL 1993, 151). Thirteen percent of sition governors. Discretionary transfers amounted to
the primary schools (about 3,400 schools) closed down 59% of the total transfers in 1985 and 54% in 1986
prior to 1980, and governors were forced to beg for (Ministerio de Economı́a 1989, 177–79). Thus, from
discretionary transfers from the national executive to 1984 to 1987, Alfonsı́n gained bargaining power vis-
avoid further closures. à-vis the governors by using the fiscal transfers to the
Unfunded administrative decentralization had four provinces—–which they desperately needed after un-
important policy effects: (1) it reshaped the preferences funded administrative decentralization—–in exchange
of governors toward political and fiscal decentraliza- for political support (mainly in the Senate).
tion; (2) it contributed to the reproduction of power of Only after the 1987 midterm elections, when the rul-
the national executive; (3) it produced a demonstration ing party lost its majority in the House (passing from
effect by providing an example that future policymak- 51% to 46% of the seats) and five governorships to
ers could follow; and (4) it produced incrementalism the PJ, President Alfonsı́n agreed to the governors’
within the educational sector toward further decen- demand for redistribution of revenue-shared taxes. On
tralization of responsibilities. January 7, 1988, congress passed a new revenue-sharing
341
Sequential Theory of Decentralization August 2005
law (Ley de Coparticipación, or Law 23,548) by which that the increase in revenues would allow the provinces
the provinces were granted 57.66% and the national to afford the expenditures generated by the transfer of
government 42.34% of all revenue-shared taxes, and social services.
the discretionary transfers were cut to 1% of the shared Finally, the 1978 decentralization reform also pro-
taxes. By all accounts, this fiscal decentralization law duced incrementalism. Although the national sec-
was a victory for the governors, which came about when ondary schools were administered de jure by the
an exogenous change (the midterm elections of 1987) national government until 1992, a process of decen-
altered the balance of power between the president and tralization of responsibilities was already under way.
the governors inherited from the first round of reforms. In the words of the governor of Mendoza from 1987 to
But the reform was also instrumental to the national 1991:
executive. By that point, mounting economic problems
and adverse midterm electoral results had made it clear . . . the truth is that a de facto transfer [of national schools]
that the ruling party would not retain the presidency was already taking place, without recognition in the dis-
tribution of revenues. In practice . . . every time there
after 1989. If the PJ were to win the 1989 presidential was a problem in a national school, [people] came to the
election, the new co-participation law would guarantee provincial government to ask for a solution. (Bordón, José
resources to UCR governors.13 Octavio, interview by author, Buenos Aires, February 8,
The provincial fiscal recovery did not last long, how- 2001)
ever. Soon after the new revenue-sharing law was
passed, the national executive (now in the hands of National officials also recognized this situation. Secre-
the PJ) was able to push forward a second round tary of education Luis A. Barry said:
of unfunded administrative decentralization, which
neutralized the effects of fiscal decentralization. On There were [national] schools that for ten years had not
had any supervision. They were managed by phone [from
December 6, 1991, the Argentine congress passed Law Buenos Aires] or . . . by mail. The link was formal, epis-
24,049 according to which the administration of all na- tolary, but not efficient. (X National Seminar on National
tional secondary and adult schools and the supervision Budget, Buenos Aires, Public Administrators Association)
of private schools were transferred to the provinces
and the city of Buenos Aires. Two food programs and Or as a member of the ministry of economy put
the few remaining national hospitals were also trans- it: “only in their plates were the schools national”
ferred. The estimated cost of the transfer was 1.2 billion (Pezoa, Juan Carlos, interview by author, Buenos
dollars per year, the equivalent of almost 10% of the Aires, February 13, 2001). Under these conditions, the
total provincial expenditures and 15% of the total na- governors were more inclined to accept a transfer of
tional transfers. Over 2,000 national schools, 72,000 schools, even if it was to be funded primarily with
teachers, and 700,000 students were incorporated into provincial resources. The 1978 round of administrative
the provincial systems of education, which also had to decentralization enabled the national executive to pass
supervise more than 2,500 private schools. Article 14 of a similar policy reform, albeit in a democratic context,
the law established that the cost of the transferred ser- 13 years later.
vices would be paid with provincial resources, whereas Political decentralization came last in the first cy-
Article 15 stated that whenever the revenues collected cle of market-oriented decentralization reforms in
in a given month were below the average of the April– Argentina. It occurred in 1994, when President Menem
December 1991 period, the national government would (1989–1995 and 1995–1999) exchanged constitutional
transfer 1.2 billion pesos or the difference required to reforms as a bargaining chip for his reelection. Politi-
match that amount. Government documents and in- cal autonomy was granted to the city of Buenos Aires,
terviews with national and subnational officials suggest but various decentralization reforms proposed in the
that such guarantee was not enacted and the transfer of constitutional assembly by provincial representatives
responsibilities was largely unfunded (see Falleti 2003, (and also included in the 1986 report of the Council
136–55). for Democratic Consolidation) failed to pass. Reforms
The first round of administrative decentralization of such as a higher share of subnational revenues, provin-
1978 had a demonstration effect for the second round cial control of natural resources, and constitutionally
of administrative decentralization. In 1991, as a result guaranteed municipal autonomy were all proposed in
of the convertibility law, the absolute amount of rev- the constituent assembly; but due to the political pres-
enues in the provinces had doubled—–the automatic sure of the national executive all these fiscal and po-
transfers passed from 4,810 million dollars in 1990 litical decentralization proposals did not pass. In other
to 8,846 million in 1992 (Subsecretarı́a de Relaciones words, the national executive was able to control the
Fiscales y Económicas con las Provincias 1994, 15). In timing as well as the main contents of the political de-
this context, as in 1978, it was easier to pass an un- centralization reform of 1994.
funded administrative decentralization reform. Min- In sum, as a consequence of the first round of ad-
ister of Economy Domingo Cavallo appealed to the ministrative decentralization, the preferences of the
same arguments used in 1978 by Minister of Economy governors were reshaped. Because the 1978 trans-
Martı́nez de Hoz to justify the transfer of responsibil- fer of schools was unfunded, governors were more
ities. In meetings with the governors, Cavallo argued concerned, after the return to democracy, with rev-
enues than with a constitutional reform that would
13 I thank one of the anonymous reviewers for this interpretation. have granted them more political autonomy (e.g., by
342
American Political Science Review Vol. 99, No. 3
protecting them against federal interventions or grant- subnational executives more dependent on the na-
ing them control of natural resources). Arguably, gov- tional government for fiscal resources. The three-
ernors could have pursued both types of reforms at the dimensional definition advanced in this article also
same time, but they did not. Instead, between 1984 and allows one to distinguish between the interests of na-
1987, they focused on fiscal decentralization and did tional and subnational executives regarding types of
not endorse the project of political decentralization. decentralization.
The 1978 reform also had demonstration and incre- The second conclusion is that the degree of change in
mental effects in that additional unfunded administra- intergovernmental balance of power is largely depen-
tive decentralization measures were made possible. Fi- dent on the sequence in which administrative, fiscal,
nally, the first round of administrative decentralization and political decentralization reforms take place. I have
initiated a reproduction of the bargaining power of shown that if subnational interests prevail in the first
presidents, who were then able to control not only the round of reforms, political decentralization is likely
timing of fiscal and political decentralization but also to occur first. This first reform enhances the power
the contents and extent of these reforms. and capacities of subnational politicians and public
The sequence of administrative, fiscal, and politi- officials for the negotiations over the next rounds of
cal reforms followed by Argentina resulted in a small reforms. The devolution of political power early in the
change in the relative power of the governors and may- sequence is likely to produce coordination among the
ors. The share of expenditures increased, but by a lower beneficiaries of this policy who will push forward in
amount than the changes experienced by Colombia, the direction of further decentralization. As O’Neill
Mexico, or Brazil. The subnational share of revenues writes: “the most formidable obstacle to recentraliza-
decreased. This was in spite of the fact that, from 1978, tion comes from the newly enfranchised; once passed,
the Argentine provinces were allocated responsibilities [political] decentralization builds a constituency for it-
whose cost amounted to approximately 35% of the to- self, making it difficult—–but not impossible—–to reverse
tal transfers they received from the center. Regarding within a democracy” (2003, 1076). Thus, according to
policy-making authority in the educational sector, it the preferences of subnational actors, fiscal and admin-
remained unchanged until 1993, when the new federal istrative decentralization are likely to follow in that
law of education was passed. The appointment of sub- order. This sequence of decentralization that devolves
national officials remained the same with the exception political autonomy first, fiscal resources next, and ad-
of the mayor of Buenos Aires, who became popularly ministrative responsibilities third, is likely to produce a
elected in 1996. Finally, the territorial representation significant change in the degree of autonomy of subna-
of interests in congress stayed more or less constant tional officials—–as the Colombian case has illustrated.
throughout the period. Despite the introduction of de- In contrast, if national interests prevail at the begin-
centralization policies that transferred responsibilities, ning of the process, administrative decentralization is
resources, and authority to subnational governments, likely to occur first. If, through administrative decen-
the sequence in which the reforms took place meant tralization, the center is able to offload responsibilities
that the intergovernmental balance of power remained without transferring the fiscal resources to meet those
unchanged in Argentina. Compared to their situation responsibilities, the central government strengthens its
prior to 1976, governors had acquired more responsi- dominance over subnational governments for the next
bilities and fewer fiscal resources, with no change in rounds of reforms. The devolution of responsibilities at
their political authority. the beginning of the sequence is likely to set constraints
on what subnational officials are politically capable of
CONCLUSION doing and fiscally able to afford. Under fiscal strain,
subnational governments are more likely to agree to
Decentralization policies have the potential to reverse the terms set by the central level when fiscal decentral-
long-standing, deeply embedded features of intergov- ization follows. In this situation, the national executive
ernmental relations. In a relatively short time span, also prevails in setting the terms for the final round of
reforms such as the direct election of governors and political reforms, if they were to happen. The outcome
mayors, the transfer of national schools to states and of this sequence is likely to be a low degree of change in
municipalities, or the devolution of fiscal authority to the autonomy of subnational officials, despite the im-
the subnational units can undo the “skillful organiza- plementation of the reforms—–as the case of Argentina
tion of authority” or the “complicated administrative has shown. Moreover, because in this type of sequence
machine” once described by Alexis de Tocqueville (in decentralization does not create a constituency for it-
Schleifer 1980, 137–38). However, the impact of these self, reversals (or recentralization) seem more likely to
reforms on the power of governors and mayors is not occur in this type of cases than when political decen-
always the same. tralization takes place at the beginning of the process.
The first conclusion drawn from this article is that Once we unpack the process of decentralization into
decentralization does not always transfer power to gov- its component policies, examine carefully the territo-
ernors and mayors. The unpacking of the concept of rial preferences of national and subnational politicians
decentralization in its administrative, fiscal, and polit- toward different types of decentralization, and analyze
ical dimensions reveals that certain types of reforms the effects of each policy on the intergovernmental
decrease the power of subnational officials. Policies balance of power and subsequent rounds of reforms,
such as unfunded administrative decentralization make we find that decentralization processes conform to
343
Sequential Theory of Decentralization August 2005
path-dependent sequences. Like in other path- 2004), but in Brazil the negotiations incorporated the
dependent processes, “earlier events matter much governors’ and mayors’ proposals to a larger extent
more than later ones” (Pierson 2000, 253), or “when than they did in Argentina. Future research will have
things happen within a sequence affects how they hap- to specify the degree to which the consequences of the
pen” (Tilly 1984, 14). I have shown how two oppos- first cycle of decentralization constrain future rounds
ing decentralization sequences unfolded in two Latin of reforms and the degree to which exogenous political
American countries. I have also identified the self- and economic changes could contribute to relax those
reinforcing mechanisms (incrementalism, coordina- constraints.
tion, reshaping of preferences, reproduction of power, A final word is merited on the applicability of the
and demonstration effects) through which these two sequential theory of decentralization to other cases
sequences brought about the intergovernmental bal- and areas of study. I have focused on the bargaining
ance of power outcomes expected according to the between national officials on the one hand and sub-
sequential theory of decentralization. national officials (both of the intermediate and local
However, there are areas where more research is levels of government) on the other. Increasingly, how-
necessary. First, it is necessary to confirm whether ever, local or municipal governments are the focus of
the other four sequences of decentralization presented policy reforms and are being granted larger amounts of
in this article lead to the expected results. Catherine resources and responsibilities. The preferences of bar-
Hirbour (2003) applied this framework to the case of gaining actors and the sequential logic presented here
Peru. She found that although the movement toward could prove useful in analyzing negotiations between
decentralization was initiated from below and political governors and mayors. This would allow us to account
decentralization took place first, reactive mechanisms for within-country differences in the level of power
led to the predominance of the national level in the devolved from state to local governments. Finally, can
second and third rounds of reforms. A sequence of po- the sequential theory of decentralization be applied to
litical, administrative, and fiscal decentralization, tak- other countries and regions of the world? The domain
ing place in that order, led to a low degree of change of this theory are those countries that have at least
in the intergovernmental balance of power, consistent two levels of government (even if the subnational level
with the theoretical expectation. I also expect analy- is not politically autonomous from the central level)
ses of the processes of decentralization in Mexico and and have seen at least two types of decentralization
Brazil to show that these countries have followed se- reforms occur at different points in time. In such cases,
quences that lead to medium or high level of degrees of we should expect the type of interests that prevail in the
change in intergovernmental balance of power. Previ- first round of decentralization and the sequence of pol-
ous works point in this direction (Falleti 2003; Montero icy reforms that follows to be the main determinants of
2001; Samuels 2004), but further in-depth comparative the resulting degree of change in the intergovernmental
research is needed. balance of power.
Second, national and subnational actors have differ-
ent preferences not only with regard to the type of
decentralization (which was analyzed here) but also REFERENCES
with regard to the level of government targeted by de- Angell, Alan, Pamela Lowden, and Rosemary Thorp. 2001. Decen-
centralization (i.e., intermediate versus local levels). If tralizing Development. Oxford and New York: Oxford University
presidents have to choose between decentralization to Press.
the state and decentralization to the local level, they Ansaldi, Waldo. 1992. “Frivolous and Empty-headed, Iron Hand in
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and what the consequences of such coalitions are. Burki, Shahid J., Guillermo E. Perry, and William R. Dillinger. 1999.
Third, I have focused on the first cycle of post- Beyond the Center: Decentralizing the State. Washington, DC: The
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once the three types of decentralization (administra- Camdessus, Michel. 1999. “Second Generation Reforms: Reflections
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346
TEXTO N° 7
I N T E R N AT I O N A L
ID A
I N S T I T U T E F O
D E M O C R A C Y A N
R
D
E L E C T O R A L
A S S I S T A N C E
ESTADO :
FUNCIONAMIENTO,
ORGANIZACIÓN Y PROCESO DE
CONSTRUCCIÓN DE POLÍTICAS
PÚBLICAS
MATERIAL DE TRABAJO
Contenido
1. Objetivo y contenido 5
5. Bibliografía ..........................................................................................38
ESTADO: Funcionamiento, organización y proceso de construcción de políticas públicas
1.OBJETIVO Y CONTENIDO
I
Aproximaciones a la definición de Estado, su organización y su rol a
cumplir.
5
Programa de Formación: Desarrollo de Capacidades para el Fortalecimiento de las Organizaciones Políticas
1 Guerra -García, Gustavo (1999). La reforma del Estado en el Perú. Pautas para reestructurar el Poder Ejecutivo,
Agenda Perú. Lima. Perú Pág. 27
6
ESTADO: Funcionamiento, organización y proceso de construcción de políticas públicas
7
Programa de Formación: Desarrollo de Capacidades para el Fortalecimiento de las Organizaciones Políticas
Actividades auxiliares
Tercerización
Por otra parte, para que todas aquellas actividades principales a cargo
del Estado se puedan cumplir, existen una serie de servicios auxiliares
(ejemplo, limpieza, vigilancia, transporte, servicios técnicos, etc.) que
podrían tercerizarse a efecto que sean prestados competitivamente
con un ahorro sustancial para el erario.
8
ESTADO: Funcionamiento, organización y proceso de construcción de políticas públicas
4 Aproximadamente de la totalidad del presupuesto público, el 23% es para la deuda externa, el 65% para el pago de
sueldos y pensiones, lo que dejan un espacio de poco más de 10% para toda la inversión pública. Zavala, Verónica
(2003). Ciudadanos por un buen gobierno.
La descentralización: una oportunidad para el desarrollo y la gobernabilidad. Lima, Perú
9
Programa de Formación: Desarrollo de Capacidades para el Fortalecimiento de las Organizaciones Políticas
10
ESTADO: Funcionamiento, organización y proceso de construcción de políticas públicas
Desde los inicios del Estado, éste ha pasado por diversas crisis (del
9
mercado o del Estado) que han conllevado a su redefinición respecto a
cual es la intervención que debe cumplir en la sociedad. Las grandes
crisis por las que han pasado los Estados en el último siglo se han debido,
ya sea por el mal funcionamiento del mercado o por la disminución en la
capacidad del Estado para intervenir.
11
Programa de Formación: Desarrollo de Capacidades para el Fortalecimiento de las Organizaciones Políticas
Gran Crisis
1900 Depresion financiera 1990
1970 2000
Estado Estado
liberal Neoliberal
Segun Bresser Pereira
12
ESTADO: Funcionamiento, organización y proceso de construcción de políticas públicas
El Estado que surge está dirigido hacia la ciudadanía. Se busca que las
personas sean más conscientes de sus derechos individuales y que
participen activamente. Esto se observa en la institucionalización de
mecanismos que permiten la participación ciudadana, dándose una
democracia más directa.
?
ser las principales funciones del Estado?
¿Qué retos afronta el Estado peruano para
v
cumplir con sus funciones en un mundo
globalizado y con participación de distintos
niveles de gobierno?
¿Cuál es el rol que debe cumplir el sector
v
privado?
13
Programa de Formación: Desarrollo de Capacidades para el Fortalecimiento de las Organizaciones Políticas
Nivel Nacional
Sistema de
Justicia
Poder Ejecutivo
Poder Judicial Congreso de la República
Ministerio Público
CNM
TC
Sociedad
14
ESTADO: Funcionamiento, organización y proceso de construcción de políticas públicas
El Presidente de la República
v
El Presidente de la República es el Jefe del Estado y personifica a la
Nación. Sus atribuciones y funciones están establecidas en la
Constitución y en la ley. El mandato presidencial es de cinco años sin
que exista reelección inmediata. Para ser elegido presidente se
requiere ser peruano de nacimiento, tener más de 35 años de edad
al momento de la postulación y gozar del derecho de sufragio.
Consejo de Ministros
v
La dirección y la gestión de los servicios públicos están confiadas al
Consejo de Ministros y a cada titular de los Ministerios en los asuntos
que competen a la cartera a su cargo.
La LOPE precisa que el Consejo de Ministros está conformado por
15
Programa de Formación: Desarrollo de Capacidades para el Fortalecimiento de las Organizaciones Políticas
Estos organismos públicos están sujetos a los lineamientos del sector del
que dependen y la formulación de sus objetivos y estrategias es
coordinada con esto. Su política de gasto es aprobada por la entidad de
la que dependen, en el marco de la política general de gobierno y no
tienen funciones normativas, salvo que estén previstas en su norma de
creación. Asimismo, están dirigidos por un jefe, cuyo cargo es de
confianza. Solo por excepción pueden contar con un Consejo Directivo,
cuando atiendan asuntos de carácter multisectorial en cuyo caso estará
conformado solo por ministros o representantes de los sectores
correspondientes.
16
ESTADO: Funcionamiento, organización y proceso de construcción de políticas públicas
17
Programa de Formación: Desarrollo de Capacidades para el Fortalecimiento de las Organizaciones Políticas
18
ESTADO: Funcionamiento, organización y proceso de construcción de políticas públicas
vFunciones
Legisla Fiscaliza Representa
vRequisitos
Para ser Congresista se requiere ser peruano/a de nacimiento,
haber cumplido 25 años y gozar del derecho de sufragio. No
pueden ser Congresistas los Ministros, Viceministros, Contralor
General o personas que desempeñan cargos de responsabilidad
política dentro la Gestión del Estado, si no han renunciado a ellos
seis meses antes de ser elegidos como Congresistas. De esta
forma, se busca evitar que desde su posición puedan hacer uso de
los recursos públicos ni tener ningún tipo de ingerencia sobre el
11
proceso.
10 Entre los instrumentos de fiscalización del Congreso se encuentran: i) Investidura del Primer Ministro; ii)
Interpelación a los miembros del Consejo de Ministros; iii) Estación de preguntas y respuestas; iv) Moción de censura
y cuestión de confianza; v) Procedimiento de investigación; vi) Procedimiento de acusación constitucional; vii)
Procedimiento de control sobre la legislación delegada, entre otros. Constitución Política del Perú. Edición oficial
(1993) y Reglamento del Congreso de la República. Edición oficial (2001).
11 Constitución Política del Perú. Edición oficial. Capítulo I. Título IV. 1993
19
Programa de Formación: Desarrollo de Capacidades para el Fortalecimiento de las Organizaciones Políticas
vEstructura
La estructura del Parlamento se puede dividir en su ámbito
político y administrativo, tal y como se muestra en el siguiente
diagrama.
Servicio Parlamentario
Estructura
Poder Legislativo
Oficial ía Mayor Política
Presidencia
Administrativa
Mesa directiva
Consejo Directivo
Pleno
Ámbito Político
§Órganos de Dirección
Presidencia: cargo elegido por un periodo de un año. La elección
del presidente se realiza conjuntamente con los integrantes de la
20
ESTADO: Funcionamiento, organización y proceso de construcción de políticas públicas
§Órganos de Producción
Pleno: es la instancia donde se debaten y toman decisiones de
acuerdo a las normas constitucionales, legales y reglamentarias. Es
el órgano de decisión más importante del Parlamento, en el que se
reportan los proyectos de ley dictaminados por las comisiones a fin
de ser aprobados o desestimados.
21
Programa de Formación: Desarrollo de Capacidades para el Fortalecimiento de las Organizaciones Políticas
o Comisiones ordinarias
o Comisiones de investigación
o Comisiones especiales
o Comisión de ética parlamentaria
Ámbito Administrativo
3.1.3.Poder Judicial
22
ESTADO: Funcionamiento, organización y proceso de construcción de políticas públicas
3.1.4.Organismos Autónomos
13
La Constitución de la República establece órganos autónomos que no
son parte de ningún poder del Estado, cuyos titulares responden
directamente ante el Congreso y a la opinión pública. En la mayor parte
de estos organismos, los procedimientos de designación contemplan la
intervención del Poder Ejecutivo, Legislativo y, en algunos casos, el
Poder Judicial. Una vez designado, los titulares o directores son
inamovibles por períodos de tiempo o condiciones (edad)
predeterminadas. Así son órganos constitucionalmente autónomos el
Tribunal Constitucional, la defensoría del Pueblo entre otros
13 Los órganos constitucionalmente autónomos son: Banco Central de la Reserva, Superintendencia de Banca y
Seguros, Tribunal Constitucional, Ministerio Público, Consejo Nacional de la Magistratura, Defensor del Pueblo,
Sistema Electoral (Jurado Nacional de Elecciones, Oficina Nacional de Procesos Electorales y Registro de
Identificación) y Contraloría General de la República.
23
Programa de Formación: Desarrollo de Capacidades para el Fortalecimiento de las Organizaciones Políticas
Estructura básica
3.2. Descentralización
24
ESTADO: Funcionamiento, organización y proceso de construcción de políticas públicas
Por tanto, las metas que trae consigo un proceso de descentralización son las
siguientes:
25
Programa de Formación: Desarrollo de Capacidades para el Fortalecimiento de las Organizaciones Políticas
26
ESTADO: Funcionamiento, organización y proceso de construcción de políticas públicas
Desconcentración Descentralización
Naci
onal
Nivel
Regional
Nivel Local
Ciudadano
Capacidades Fiscal, Administrativa,
Política
27
Programa de Formación: Desarrollo de Capacidades para el Fortalecimiento de las Organizaciones Políticas
Ministerio
CTAR
G
R
s
le
na
Direcciones Regionales
g io
Re
s
ne
io
cc
re
Di
28
ESTADO: Funcionamiento, organización y proceso de construcción de políticas públicas
Servicios públicos Servicios públicos Servicios públicos Servicios públicos Servicios públicos
para actividades para actividades para actividades para actividades para actividades
en minería en salud en transportes en educación en agricultura
17 Sin embargo, no hay que olvidar que el nivel nacional mantendrá su papel de ejecutor con relación a aquellas
funciones no transferidas, así como de aquéllas transferidas, en tanto las mismas no sean debidamente
acreditadas.
18 Rasgo que diferencia a un sistema descentralizado de uno federal.
29
Programa de Formación: Desarrollo de Capacidades para el Fortalecimiento de las Organizaciones Políticas
GOBIERNO NACIONAL
Ministerio de
Ministerio de Ministerio de Ministerio de Ministerio de
Transportes y
Energía y Minas Salud Educación Agricultura
Comunicaciones
COMPETENCIAS TRANSFERIDAS
GOBIERNO REGIONAL
Gerencias Regionales
(DREM, DIRESA, DRT,
DRE, DRA)
Servicios públicos Servicios públicos Servicios públicos Servicios públicos Servicios públicos
para actividades para actividades para actividades para actividades para actividades
en minería en salud en transportes en educación en agricultura
30
ESTADO: Funcionamiento, organización y proceso de construcción de políticas públicas
31
Programa de Formación: Desarrollo de Capacidades para el Fortalecimiento de las Organizaciones Políticas
?
¿Cómo evalúa el funcionamiento de los poderes
v
del Estado? ¿Existe equilibrio entre ellos?
¿Considera que los gobiernos locales y regionales
v
son un buen mecanismo para dinamizar el
funcionamiento del Estado? ¿Cuáles son sus
límites y posibilidades?
¿Está funcionando bien el Gobierno Regional de
v
su zona?
¿Cómo funciona en su comunidad el Gobierno
v
Local?
¿Tiene su organización política alguna propuesta
v
con respecto a los Gobiernos Locales y
Regionales?
¿Tiene su partido propuestas para modernizar la
v
gestión del Estado?
32
ESTADO: Funcionamiento, organización y proceso de construcción de políticas públicas
4. POLÍTICAS PÚBLICAS
II
Bloques normativos (conjunto de normas) que regulan los límites de la
actividad de los individuos o grupos de individuos (regulación de
servicios de telefonía, código penal). Dentro de esos límites, ellos
pueden tomar las decisiones y ejecutar las acciones que mejor
respondan a sus necesidades e intereses.
Las Políticas Públicas se van formando a través del tiempo, por lo que reflejan
inevitablemente un juicio de valor sobre “en qué” y “cómo” debe actuar el Estado
para cumplir sus fines. En esa medida responden a valores predominantes o
consensos sociales de una etapa definida de evolución de una sociedad y reflejan
las realidades de cada una de ellas en un determinado momento.
Por ello, lo que se define como política pública en una etapa, puede dejar de ser
prioritario en otra, pues los actores sociales que la moldearon o ya lograron
superar la situación que motivó su demanda por determinada acción del estado,
o porque otros problemas se han tornado más relevantes.
Sin embargo, como las políticas públicas requieren muchas veces de un periodo
prolongado para mostrar sus efectos, las respuestas dadas a un problema en un
momento también limitan el campo de acción de los siguientes gobiernos.
Las políticas públicas son entonces respuestas a necesidades sociales. Por otro
lado están los problemas públicos, que son “impedimentos que un estado, es
33
Programa de Formación: Desarrollo de Capacidades para el Fortalecimiento de las Organizaciones Políticas
?
¿Un conjunto de programas y proyectos
v
públicos constituyen siempre una política
pública?
¿Reformar una organización pública es una
v
política pública o un medio para implementar
políticas públicas que mejoren la satisfacción de
las necesidades de la sociedad?
20 Graglia, Emilio (2004) Diseño y gestión de políticas públicas: hacia un modelo relacional. 1ª ed. Córdoba: EDUCC,
2004 Pag. 31-32
34
ESTADO: Funcionamiento, organización y proceso de construcción de políticas públicas
21 Peters, Guy (1996) The policy capacity of government. Canadian Centre for Management Development. RESEARCH
PAPER No. 18. June 1996. Pag. 28-32
35
Programa de Formación: Desarrollo de Capacidades para el Fortalecimiento de las Organizaciones Políticas
36
ESTADO: Funcionamiento, organización y proceso de construcción de políticas públicas
de la política pública. Esta es una de las razones por las que muchas de
ellas fracasan, ya que muchas veces se asume que la implementación es
simplemente “el trabajo de la administración” sin considerar que en esta
fase aparecen problemas operativos, de falta de información, de valores
culturales opuestos a lo que se propone en la política pública, entre
otros muchos factores que pueden terminar por desvirtuar el objetivo
para el que fue concebida la política pública. En esta fase por ello, el
apoyo político para llevar adelante la política es crucial.
37
Programa de Formación: Desarrollo de Capacidades para el Fortalecimiento de las Organizaciones Políticas
5. BIBLIOGRAFÍA
Bresser Pereira, Luiz Carlos. Reforma del Estado en los años noventa. Lógica y
mecanismos de control. En Democracia en déficit. Capítulo V
Ley Orgánica de Gobiernos Municipales, Ley 27972 del 26 de mayo del 2003.
Nicardro, César & Petrizzo, Mariángela (N/D) El estudio de las políticas públicas:
el estado de la disciplina y la consolidación democrática en América Latina.
http://petrizzo.googlepages.com/PoliticasPublicas.pdf
Peters, Guy (1996) The policy capacity of government. Canadian Center for
Management Development. RESEARCH PAPER No. 18. June 1996. Pag. 28-32
Ugarte, Mayen. "Regionalización y reforma del Estado en el Perú: Los retos para
la implementación" en El proceso de regionalización en el Perú: retos y
desafíos. (CEDEP)
38
IDEA Internacional
Oficina Región Andina
Calle Coronel Andrés Reyes 191,
San Isidro - Lima (Perú)
T: (511) 440-4092 / 440-4093
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TEXTO N° 8
1
Sistemas Administrativos
Primera edición
Enero, 2011
Elaboración de contenidos:
Proyecto USAID/Perú ProDescentralización
Revisión de Contenidos:
Secretaría de Descentralización, Presidencia del Consejo de Ministros
Adecuación Pedagógica:
Zoila Acuña, Consultora Proyecto USAID/Perú ProDescentralización
Las opiniones expresadas por los autores no reflejan necesariamente el punto de vista de
la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional - USAID.
2
Presentación
De acuerdo a la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, los sistemas son un conjunto de
principios, normas, procedimientos, técnicas e instrumentos a través de los cuales
se organizan las actividades de la administración pública. Estos sistemas son de
dos tipos: los sistemas administrativos y los sistemas funcionales. Mientras que los
sistemas administrativos, tienen por finalidad regular el empleo eficiente y eficaz
de los recursos estatales por parte de las entidades de la administración pública;
los sistemas funcionales persiguen asegurar el cumplimiento de políticas públicas
que requieren el concurso de todas o varias entidades del Estado.
Los sistemas administrativos del Estado peruano son doce1: (i) Gestión de
recursos humanos; (ii) Abastecimiento; (iii) Presupuesto público; (iv) Tesorería;
(v) Endeudamiento público; (vi) Contabilidad; (vii) Inversión Pública; (viii)
Planeamiento estratégico; (ix) Defensa judicial del Estado; (x) Control, y; (xi)
Modernización de la gestión pública; (xii) Sistema Nacional de Bienes Estatales.
Con excepción del Sistema Nacional de Control, al Poder Ejecutivo le corresponde
la rectoría de todos los sistemas administrativos y, por ende, debe reglamentarlos
y operarlos, para que sean aplicables por todas las entidades del Estado al margen
del nivel de gobierno al que pertenezcan.
En ese marco, en el presente fascículo se desarrollan los principales aspectos
de tres de los sistemas administrativos del Estado, como son: (i) Presupuesto
Público y Presupuesto por Resultados; (ii) Sistema Nacional de Inversión Pública,
y; (iii) Sistema de Abastecimiento, también conocido como de Contrataciones y
Adquisiciones del Estado.
En efecto, este fascículo contiene las orientaciones básicas sobre el funcionamiento,
la normatividad y los principales cambios que han experimentado dichos sistemas.
También se destacan sus principales características y ciertos aspectos que es preciso
1 Once de acuerdo con la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, No. 29158, aprobada en diciembre de 2007,
y uno adicional con la Ley Nº 20151 Ley General del Sistema Nacional de Bienes Estatales publicada el
14/12/2007.
3
tomar en cuenta para evitar errores en su aplicación, dado que frecuentemente
es posible agilizar la gestión regional y local conociendo las pautas básicas de su
funcionamiento. Se incluyen además, recomendaciones para el apropiado empleo
de estos sistemas administrativos; así como, de los recursos públicos para mejorar
la calidad de los servicios y ampliar su cobertura a la población.
En este sentido, en lo siguientes acápites se abordan temas como los ingresos
que reciben las entidades públicas, las principales etapas y pasos a seguir en la
ejecución de obras de infraestructura o en las contrataciones de bienes y servicios.
Asimismo, se da cuenta de los cambios que han experimentado estos sistemas
administrativos en los últimos años con la finalidad de hacer más eficiente al
Estado en el logro de sus objetivos y dejar atrás procedimientos y formalismos
tradicionales que entorpecían la ejecución de los recursos. Así, por ejemplo, se
enfatiza en el nuevo Enfoque por Resultados que viene adoptando el Sistema
Nacional de Presupuesto Público. También se identifican los cambios normativos,
como aquellos del Sistema Nacional de Inversión Pública – SNIP y la nueva
normatividad sobre contrataciones públicas que ha puesto en funcionamiento
al Organismo de Supervisor de las Contrataciones del Estado - OSCE que, como
órgano rector, ha asumido funciones distintas al antiguo Consejo Superior de
Contrataciones y Adquisiciones del Estado - CONSUCODE.
Ciertamente, los conceptos y aspectos básicos contenidos en el presente fascículo
podrán ser profundizados consultando la bibliografía adjunta; así como, los
diversos recursos contenidos en los portales web de las instituciones públicas
rectoras de los sistemas administrativos que aquí se presentan.
Finalmente, cabe indicar que este documento ha sido desarrollado con el apoyo
de la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos – USAID, bajo
el proyecto USAID/Perú ProDescentralización.
Sistemas Administrativos
4
Sistemas Administrativos
5
Sistemas Administrativos
6
Contenido
6. ¿Qué pueden hacer los Gobiernos Locales para contribuir con los Programas
Estratégicos?
7
Sistemas Administrativos
8
Introducción
Cuando nos referimos al quehacer del sector público no podemos dejar de aludir
al Presupuesto Público, pues cada vez que se gasta en algo es necesario evaluar
cuánto tenemos disponible en el presupuesto y en qué podemos usarlo. Asimismo,
cada vez que se realiza un gasto se obtienen resultados; sin embargo, no siempre
esos resultados generan el nivel de satisfacción que se esperaba en atención a
los objetivos que persigue el Estado y, en particular, cada entidad pública. Por
ejemplo, durante años los peruanos y peruanas hemos conocido que el Estado
destina significativos recursos en educación, pero después de algún tiempo hemos
sabido también que ese gasto no ha impedido que ocupemos los últimos lugares
en materia educativa a nivel latinoamericano. Tal constatación, hace evidente
que las entidades del Estado no sólo requieren gastar el Presupuesto Público,
sino que el gasto efectuado debe alcanzar buenos resultados. Esto último supone
cambiar de enfoque, dejar de mirar únicamente el gasto y pensar principalmente
en el resultado de ese gasto.
En esa línea, la construcción del Presupuesto Público en función a resultados, o
también llamado Presupuesto por Resultados (PpR), constituye un nuevo enfoque
que el Estado Peruano han adoptado para la elaboración el Presupuesto Público
en el que los recursos públicos se asignan, ejecutan y evalúan en función a cambios
o metas específicos que se quieren alcanzar para el bienestar de la ciudadanía.
Estos cambios suponen producir resultados que mejoren notoriamente las
condiciones de vida de las personas; así, a diferencia de otros enfoques, el PpR
considera y promueve una visión del desarrollo que como país queremos alcanzar,
y el Presupuesto Público debe emplearse y articularse en torno a acciones que
realmente garanticen la consecución de resultados que mejoren las condiciones y
la calidad de vida de la población.
Esta nueva forma de hacer el Presupuesto Público está siendo implementada
de manera progresiva. Con la publicación de la Ley de Presupuesto del Sector
Público 2010, se estableció que, a partir del año fiscal 2010, todos los pliegos
presupuestales, incluyendo los gobiernos locales, deberán identificar, programar
9
y formular sus presupuestos por productos asociados a resultados. Para ello, es
necesario continuar profundizando en cómo este enfoque resulta importante
para una gestión eficiente y al servicio de las personas; así como resaltar su utilidad
para los gobiernos regionales y locales del país.
No obstante, antes de profundizar en este nuevo enfoque desarrollaremos los
conceptos básicos vinculados al Presupuesto Público para poder vincularlo al
nuevo enfoque del presupuesto por resultados impulsado desde el Ministerio de
Economía y Finanzas.
Sistemas Administrativos
10
Presupuesto
I Público y
Presupuesto por
Resultados
1. ¿Qué es el Presupuesto Público y cuál es su utilidad
en el desarrollo nacional, regional y local?
Es una herramienta de gestión pública a través de la cual se asignan recursos y se
determinan gastos, para cubrir los objetivos trazados por las distintas entidades
públicas en un determinado período de tiempo que, usualmente, es de un año2.
11
Contablemente, se distinguen dos conceptos vinculados al presupuesto:
4 De acuerdo a la Ley General del Sistema Nacional del Presupuesto N° 28411, artículo 40, constituyen
modificaciones presupuestarias en el Nivel Institucional: los Créditos Suplementarios y las Transferencias
de Partidas. Son aprobados mediante Ley: a) Los Créditos Suplementarios, constituyen incrementos
en los créditos presupuestarios autorizados, provenientes de mayores recursos respecto de los montos
establecidos en la Ley de Presupuesto del Sector Público; y, b) Las Transferencias de Partidas, constituyen
traslados de créditos presupuestarios entre pliegos.
A su vez, son modificaciones presupuestarias en el nivel Funcional Programático las que se efectúan
dentro del marco del Presupuesto Institucional vigente de cada Pliego, las habilitaciones y las anulaciones
que varíen los créditos presupuestarios aprobados por el Presupuesto Institucional para las actividades y
proyectos, y que tienen implicancia en la estructura funcional programática.
12
A través del Sistema Nacional de Presupuesto Público se asignan los fondos a los
organismos del Estado de acuerdo a la disponibilidad de ingresos, las prioridades
de gasto y en cumplimiento del marco normativo. El órgano rector de este sistema
es la Dirección General de Presupuesto Público (DGPP)5 del MEF, la cual es la más
alta autoridad técnico – normativa en materia presupuestaria.
5 Anteriormente denominada Dirección Nacional del Presupuesto Público, cambio realizado mediante RM
N°. 143-2010-EF-43, aprobada el 18 de marzo 2010, al amparo de la Segunda Disposición Transitoria de
la Ley de Presupuesto Público 2010.
13
¿Qué es el Sistema de Administración Financiera – SIAF?
6 De acuerdo a la Ley del Sistema Nacional de Presupuesto No. 28411, la unidad ejecutora es la unidad
responsable de la ejecución, vigilancia y alcance de los objetivos y metas con los recursos y los costos
previstos. Constituye el área responsable de una dependencia o entidad, con facultades para emitir, a
nombre propio, cuentas por liquidar y cubrir compromisos de pago. Por ejemplo, el pliego presupuestal
es el Ministerio de Economía y Finanzas, pero la unidad ejecutora es la Oficina General de Administración.
14
2. ¿Cuáles son los principales recursos que componen
el Presupuesto Público de los tres niveles de gobierno?
AMBITO RECURSOS
• Transferencias del Gobierno
Nacional (FONCOMUN, canon,
regalías).
• Recursos de Vaso de Leche y otros
Nivel Local programas sociales (Foncodes,
comedores, etc.).
• Recursos propios, directamente
recaudados.
15
2.1. Transferencias del Gobierno Nacional
Son recursos que se asignan a las municipalidades para que cumplan con sus
funciones, y provienen del 2% del Impuesto General a las Ventas (IGV) que recauda
el Gobierno Nacional. Su asignación se efectúa en base a criterios redistributivos
orientando los recursos a las zonas más pobres, y priorizando la asignación a las
localidades rurales y urbano-marginales.
7 Base legal del FONCOMUN: El artículo 196º de la Constitución Política del Perú, establece que los recursos
del FONCOMUN constituyen rentas de las municipalidades. Los artículos del 86º al 89º del TUO de la Ley
de Tributación Municipal, aprobado mediante D.S.N º 156-2004-EF, regulan el FONCOMUN. El D.S.N° 06-
94-EF, fija los criterios de asignación del FONCOMUN. El D.S.Nº 026-2006-EF, modificado por el D.S. Nº
114-2006-EF, complementa el proceso de distribución del FONCOMUN.
16
Criterios para la distribución del FONCOMUN
Municip.
20%
Población Provincial • 8 UITs
(# habiatntes) • Foncomun
Monto por Provincia
2. Extensión territorial
5%
8 Base legal: El artículo 77° de la Constitución Política establece “corresponde a las respectivas
circunscripciones, conforme a ley, recibir una participación adecuada del total de Ingresos y Rentas
obtenidos por el Estado en la explotación de los recursos naturales en cada zona en calidad de Canon”.
La Ley 27506 - Ley de Canon (10 de julio de 2001) y su Reglamento (Decreto Supremo N° 005-2002-
EF) asignan Canon a los gobiernos locales (municipalidades provinciales y distritales) y a los gobiernos
regionales. Las Leyes 28077 (26 de setiembre de 2003) y 28322 (10 de agosto de 2004) modificaron
diversos artículos de la Ley de Canon. Dichas normas fueron reglamentadas por los Decretos Supremos
029-2004-EF y 187-2004-EF, respectivamente.
17
Tipos y constitución de los Canon
Ejemplo de
Canon Constitución de los Canon empresas
Minsur, Yanacocha,
Minero 50% del Impuesto a la Renta.
Cementos Lima, etc.
% Beneficiarios Criterios
1/
Todos los Canon menos el Petróleo.
18
Acerca de la utilización de los recursos de Canon, el marco normativo actual
establece que:
19
Adicionalmente, los precios de estos recursos son determinados
internacionalmente, por lo que los cambios en su cotización internacional
tienen impacto en los ingresos de las empresas, y en consecuencia en el monto
de impuesto a la renta que pagan al Estado y, a su vez, en las transferencias de
Canon. Todo esto, repercute en los ingresos que reciben los gobiernos regionales
y locales por esta fuente.
20
• 30% para las municipalidades provinciales, según criterios de
población y Necesidades Básicas Insatisfechas en cada provincia.
• 15% para las municipalidades distritales donde pasan los ductos,
según criterios población y Necesidades Básicas Insatisfechas en cada
distrito, y la longitud de los ductos.
• 15% para las demás municipalidades distritales, según los mismos
criterios anteriores de población y Necesidades Básicas Insatisfechas.
• 10%, en partes iguales, para las universidades públicas.
Fuente: ANGR. Propuesta Técnico Legal de Descentralización Fiscal. Documento de Debate N° 4, Lima, julio, 2010.
Página 112.
21
Criterios de distribución de las Regalías Mineras
% Beneficiarios
ANGR. Propuesta Técnico Legal de Descentralización Fiscal. Documento de Debate N° 4, Lima, julio, 2010. Página 111.
9 Esta sección se ha elaborado sobre la base del estudio realizado por la Asociación Nacional de Gobiernos
Regionales. Propuesta Técnico Legal de Descentralización Fiscal. Documento de Debate N° 4, Lima, julio,
2010. Página 110.
22
Comités de Vaso de Leche. Sólo puede ser utilizado
para financiar la ración alimenticia, el costo de los
demás insumos así como los costos de operación son
cubiertos por los recursos directamente recaudados,
por el Municipio o con donaciones.
• Índice de Pobreza.
23
Es necesario que este programa alimentario funcione
en conjunto con otros programas nutricionales para
poder darle mayor racionalidad al uso de los recursos.
24
Para entender como opera este cambio
de enfoque, veamos en estos dos ejemplos,
como la falta de articulación entre
gobierno nacional y regional genera una
deficiente provisión de servicio.
25
Ejemplo # 2. Compra y distribución de materiales de enseñanza
El Ministerio de Educación es el
encargado de elaborar y adquirir los Nos concentramos en que las
textos escolares, y las Unidades de personas beneficiaria (estudiantes)
Gestión Educativa a nivel regional y tengan en sus manos el material.
local las encargadas de distribuirlos.
26
En el mejor de los casos sólo nos racionales de residuos, evitando
preocupamos que se logre un 100% simplemente depositar la basura en
de cobertura del servicio en la los famosos “relleno sanitarios”.
ciudad.
Alineamos nuestros presupuestos
En esta lógica podríamos estar con este enfoque y propiciamos
“resolviendo” el problema inmediato acciones que ayuden en este sentido.
de la basura de las familias: pero
alimentando una bomba de tiempo
al no tener conciencia de los efectos
finales de un manejo posterior
adecuado.
27
Esquema general del modelo lógico
Productos Resultados
• Establecer una relación clara y verificable entre los resultados que se espera
obtener y los medios definidos para ello.
• Integrar el planeamiento nacional, sectorial e institucional al presupuesto
anual. El presupuesto debe reflejar los bienes y servicios a entregar, asociados
a los cambios establecidos en el proceso de Programación Presupuestaria
Estratégica.
28
Algunos ejemplos de condición de interés pueden ser:
Sectores involucrados:
SALUD, EDUCACIÓN, MINDES, RENIEC, Transportes, PCM, Saneamiento,
Telecomunicaciones, Energía, Medio Ambiente, Interior, Producción,
Agricultura, Justicia y Gobiernos Regionales. La extensión a los Gobiernos
Locales aún no esta prevista en el presente ejercicio, sin embargo, su
involucramiento es el siguiente paso en todo este proceso.
29
De esa forma, cada uno de estos Programas Estratégicos conforma un modelo
lógico que comprende resultados, productos, acciones e insumos que llevan a
lograr el objetivo propuesto.
30
Una vez que hemos determinado los productos e identificado sus beneficiarios
directos, debemos definir los niveles de gobierno que participan en su entrega.
31
Los Programas Estratégicos atienden problemas que se
expresan en lo local.
Aunque todos los Programas Estratégicos han sido diseñados a escala nacional,
éstos tienen impacto a escala local, es decir en las circunscripciones de cada
municipio, porque responden a problemas que afectan a gran parte de la población
y en particular a los de mayor pobreza. Los problemas de desnutrición infantil,
la insuficiente comprensión lectora de los niños y niñas, la elevada morbilidad
y mortalidad materna y neonatal, el insuficiente acceso a servicios básicos, las
carencias de energía y agua potable, entre otros. Todos estos problemas, en mayor
o menor grado, podemos visualizarlos y ponderarlos de manera cotidiana en cada
una de las localidades del país, y tiene además los mismos efectos negativos en la
calidad de vida de la población.
32
6. ¿Qué pueden hacer los gobiernos locales para
contribuir con los Programas Estratégicos?
• Proyecto de
rehabilitación de caminos
vecinales aprobado en el
Presupuesto Participativo.
33
El esquema puede ser replicado para cada uno de los Programas Estratégicos,
observando que la contribución que pretendemos realizar sea coherente con los
productos a entregar y se aporte a su eficacia y eficiencia.
34
7. ¿Qué es el Presupuesto Participativo con Enfoque
por Resultados?
Desde el año 2003 en que se promulgó la Ley Marco del Presupuesto Participativo
N°. 28056, que recogió experiencias participativas en la formulación de los
presupuestos y reconoce la participación de la población en la formulación del
presupuesto público de inversiones, han transcurrido siete años a través de los
cuales se han visto experiencias exitosas a nivel regional y local, así como también
diversos errores y lecciones aprendidas que han permitido avanzar y perfeccionar
el marco normativo de estos procesos.
De otro lado, en la gestión pública, han surgido nuevos enfoques para elaborar
el Presupuesto Público como el Presupuesto por Resultados. Su vinculación con
los procesos participativos en la formulación presupuestal ha implicado ajustes
en el diseño de las políticas públicas en este campo; así como nuevos retos en la
implementación del Presupuesto Participativo.
35
El Presupuesto Participativo es el espacio en el que pueden facilitarse las decisiones
de inversión que dotarán a las entidades del Estado con los bienes de capital
necesarios para cubrir las brechas existentes y que limitan el desarrollo y entrega
de los productos.
36
En el nuevo Enfoque por Resultados, el principal
cambio en relación a la metodología anterior, se da
en el desarrollo de talleres de trabajo.
o Por ejemplo, en las zonas de sierra y selva donde las poblaciones tardan
mucho en trasladarse a la capital distrital, pueden hacerse talleres
descentralizados en los centros poblados mayores o en las comunas más
accesibles.
11 Para mayor información sobre este tema puedes revisar la Guía de Presupuesto Participativo con Enfoque
de Resultados del Proyecto USAID/Perú ProDescentralización y el Ministerio de Economía y Finanzas,
publicadas en http://www.prodescentralizacion.org.pe
37
FASE 1 FASE 2 FASE 3 FASE 1
Preparación Concertación Coordinación Formalización
Formulación
Rendición de
Sensibilización de acuerdos y
cuentas
compromisos
Convocatoria
Identificación
y registro de
los Agentes
Participantes
Capacitación
de los Agentes
Participantes
Sistemas Administrativos
38
Sistemas Administrativos
39
Sistemas Administrativos
40
Contenido
41
Sistemas Administrativos
42
Introducción
A pesar de los gastos de inversión que el Estado realiza año a año, aún existen
grandes brechas por atender tanto en la mejora del nivel de vida de la población;
como en infraestructura. El gasto público no siempre es eficaz y las personas no
necesariamente ven satisfechas sus necesidades ni perciben mejoras en su nivel
de vida.
En esa medida, esta sección del presente módulo explica los aspectos fundamentales
del funcionamiento de este sistema, que establece que todo proyecto de inversión
pública obedece a un ciclo con ciertas características y etapas, para lo cual existe
una metodología específica para su identificación, formulación, ejecución y
evaluación.
43
Sistemas Administrativos
44
Sistema
II Nacional de
Inversión
Pública – SNIP
Durante muchos años fue común que las entidades públicas pasen directamente
de la idea de un proyecto a la ejecución de la obra, sin expedientes técnicos
sólidos que hayan sido producto de estudios rigurosos; por ello, los resultados que
se obtenían con frecuencia con estos proyectos, no resolvían los problemas de la
población, y no siempre contaban con recursos para su operación y mantenimiento
posterior.
Ante esta situación, y sabiendo que los recursos disponibles para la inversión
pública son limitados, se creó el SISTEMA NACIONAL DE INVERSIÓN PÚBLICA
– SNIP a través de la Ley N° 2729312, que establece que las entidades públicas
encargadas de ejecutar proyectos de inversión pública, deben aplicar una serie de
principios, procesos, metodologías y normas técnicas que permitan optimizar el
uso de los recursos públicos.
45
2. ¿Qué es el SNIP?
Podemos definir al SNIP como uno de los sistemas administrativos del Estado
que deben observar y cumplir obligatoriamente todos los niveles de gobierno.
Su objetivo es optimizar el uso de los recursos públicos destinados a inversión,
promoviendo el desarrollo de una “cultura de proyectos”13. Asimismo, a partir del
01 de enero de 2007, de acuerdo a la Ley N° 2880214, el SNIP se ha descentralizado
porque ahora cada nivel de gobierno evalúa y declara la viabilidad de sus proyectos.
Están sujetas al SNIP todas las entidades y empresas del Sector Público No
Financiero que ejecuten proyectos de inversión con recursos públicos.
Los Gobiernos Locales, sus empresas y entidades adscritas a éstos (no todos
los municipios están sujetos al SNIP en base a ciertas reglas).
46
Las Empresas del Estado, de derecho público o privado, y las empresas mixtas
en las cuales el control de las decisiones de los órganos de gestión esté en
manos del Estado.
Los proyectos del sector privado cuando después de la ejecución, los gastos
adicionales de operación y mantenimiento de carácter permanente deban
ser asumidos por una entidad del Sector Público sujeta al SNIP.
47
Promueve la generación de una
cartera de proyectos de calidad de
El SNIP NO prioriza proyectos.
acuerdo a su nivel de rentabilidad y
beneficio social.
Conforman el SNIP:
Las Oficinas de Son los órganos técnicos del SNIP en cada Sector,
Programación Gobierno Regional o Gobierno Local. No pueden ser
de Inversiones los mismos órganos encargados de la formulación o
– OPI ejecución de Proyectos.
Sistemas Administrativos
La Dirección
General de
Es la Dirección del Ministerio de Economía y Finanzas
Programación
a la que se la ha atribuido la condición de máxima
Multianual
autoridad técnico normativa del SNIP.
(DGPM) del
Sector Público
48
El MEF, a través de la DGPM, es el ente rector del SNIP y sólo interviene en el
proceso de obtención de viabilidad cuando el proyecto va a ser financiado con
recursos de endeudamiento o que requieran aval o garantía del Estado a través
del Gobierno Nacional.
49
Un Proyecto de Inversión Pública debe
constituir la solución a un problema
vinculado a los fines, objetivos, competencias
y funciones de una entidad.
50
6. ¿Todos los gobiernos regionales y locales están en
el SNIP?
De acuerdo a la Ley que crea el Sistema Nacional de Inversión Pública Ley Nº
2729316, la incorporación de los Gobiernos Locales al SNIP se realiza de manera
progresiva de acuerdo a los lineamientos establecidos por el Ministerio de
Economía y Finanzas. En cambio, los gobiernos regionales sí se encuentran todos
bajo el SNIP.
b) Gobiernos Locales que formulaban uno o más proyectos cuyo monto total
individual se encontraba por encima de S/.750,000.
16 Publicada en el Diario Oficial “El Peruano” el 28 de junio de 2000; modificada por las Leyes Nos. 28522
y 28802, publicadas en el Diario Oficial “El Peruano” el 25 de mayo de 2005 y el 21 de julio de 2006,
respectivamente y por los Decreto Legislativo Nos. 1005 y 1091, publicados en el Diario Oficial “El
Peruano” el 3 de mayo de 2008 y el 21 de junio de 2008, respectivamente.
17 Directiva No. 004-2003-EF/68.01 publicada el 9 de setiembre de 2003.
51
(iii) tener trabajadores capacitados en proyectos de inversión pública
52
No se pierde autonomía, se gana seguridad en los efectos del gasto de
inversión. Se cuenta con el apoyo especializado de las oficinas de proyectos
de inversión del gobierno municipal así como de la Dirección General de
Programación Multianual del Ministerio de Economía y Finanzas.
53
En esa medida, si el gobierno local se encuentra bajo el SNIP, es recomendable
que el presupuesto participativo se trabaje y priorice proyectos de inversión
pública que tengan la viabilidad aprobada en el marco del SNIP para que puedan
ejecutarse con mayor rapidez.
Se inicia con
la idea del
proyecto 1 - Preinversión
Perfil Prefactibilidad Factibilidad
Declaración de
viabilidad
Retroalimentación
3 - Postinversión 2 - Inversión
Sistemas Administrativos
54
Fase de Pre Inversión
55
2. ELABORACIÓN DEL ESTUDIO DE PREFACTIBILIDAD
Una vez aprobado el estudio de Perfil, de ser necesario, se lleva a cabo el estudio
de Prefactibilidad, que tiene el Objetivo principal de acotar las alternativas
identificadas en el estudio de Perfil, sobre la base de un mayor detalle en la
información. En este estudio se precisa con mayor detalle los costos y beneficios
del proyecto, se analizan diversas opciones: tamaño del proyecto, selección de
tecnologías a utilizar, ubicación del proyecto, volumen y momento de inversiones.
Para que la OPI declare la viabilidad de un PIP, se deben respetar los niveles de
estudio siguientes:
56
Debe elaborarse como mínimo un estudio de Perfil
Si el monto de inversión del PIP es menor a S/. 1.2 millones, se requiere un Perfil
Simplicado (Formato SNIP 4). La viabilidad la otorga la Oficina de Promoción
e Inversiones (OPI) del nivel de gobierno al que corresponde el proyecto, ya
sea gobierno local o regional.
Si el monto de inversión del PIP es mayor a S/. 1.2 millones y menor de S/. 6
millones, se requiere un perfil (Anexo SNIP 5A). La viabilidad la otorga la OPI
del nivel de gobierno al que corresponde el proyecto, ya sea gobierno local
o regional.
Para los PIP cuyo monto de inversión a precio de mercado sea desde S/. 6
millones hasta S/. 10 millones. La viabilidad otorga la OPI del nivel de gobierno
al que corresponde el proyecto.
Para los PIP cuyo monto de inversión a precios de mercado sea mayor a
S/. 10 millones. La viabilidad la otorga la OPI del nivel de gobierno al que
corresponde el proyecto, ya sea gobierno local o regional. No obstante, si
compromete recursos provenientes de endeudamiento externo, la viabilidad
es otorgada por la Dirección General de Programación Multinanual del MEF.
57
Pasos a seguir en la fase de Preinversión el país?
los Contenidos Mínimos (Anexo SNIP - 05A, 05B, 06 y 07), que son obligatorios
58
PASO 3: Registro del PIP en el Banco de Proyectos
59
Fase de Pre Inversión
Las UE son las responsables por las evaluaciones ex post de los PIP que ejecutan.
La DGPM está facultada para determinar en qué casos se requerirán dichas
evaluaciones, la metodología a seguir y el requisito de que sea efectuada o no por
una agencia independiente; los resultados de las evaluaciones deben ser enviadas
a esta instancia del MEF.
60
En los PIP cuya viabilidad ha sido declarada sobre la base de un perfil, la evaluación
ex post la puede realizar una agencia independiente o un órgano distinto de la
UE que pertenezca al propio sector, gobierno regional o local, sobre una muestra
representativa de los PIP cuya ejecución haya finalizado. En el caso de los PIP cuya
viabilidad ha sido declarada sobre la base de un estudio de Prefactibilidad, la
evaluación ex post se deberá realizar a una muestra representativa del total de
los PlP cuya ejecución haya finalizado. Dicha evaluación se realiza a través de una
agencia independiente.
Todos los PIP cuya viabilidad ha sido declarada sobre la base de un estudio de
Factibilidad, requieren que la evaluación ex post sea realizada por la UE a través
de una agencia independiente. Los Términos de Referencia de esta evaluación
ex post requieren el visto bueno de la OPI que declaró su viabilidad, o de la OPI
funcionalmente responsable y de la DGPM cuando se trata de los PIP declarados
viables.
61
12. ¿Qué es el Portal de Aplicativos Informáticos del
SNIP?
Desde aquí los operadores SNIP pueden ingresar a la Intranet del Banco de
Proyectos y al Aplicativo SOSEM haciendo uso de la cuenta de usuario asignada
por la DGPM. Asimismo incluye opciones de consulta de proyectos usando el
Código SNIP, una palabra clave o mediante búsquedas avanzadas. Además podrá
consultar información de Conglomerados, Programas de Inversión, Reportes y
Estadísticas y más documentación variada.
62
Sistemas Administrativos
63
Sistemas Administrativos
64
Contenido
65
Sistemas Administrativos
66
Introducción
En esta sección se presenta las pautas básicas a tomar en cuenta sobre el sistema
de contrataciones y adquisiciones del Estado, es decir el sistema que comprende
la normativa, procedimientos y procesos bajo los cuales se realiza toda compra o
adquisición en las entidades públicas. El documento normativo a tomar en cuenta
en todo momento ante dudas en estos procesos es la Ley de Contrataciones del
Estado Decreto Legislativo No. 101718 y su Reglamento19.
67
Sistemas Administrativos
68
Sistema de
III Contrataciones
y Adquisiciones
del Estado
69
2. ¿Qué es el expediente de contratación?
requerimiento
70
ESTUDIO DE POSIBILIDADES
Para:
Determinar la existencia de pluralidad de potenciales proveedores y la posibilidad
de distribuir la buena pro.
Determina rla existencia de pluralidad de marcas y de bienes sustitutos con mejor
relación calidad – precio.
Determinar la pertinencia de ajustar el requerimiento y los aspectos que pueden
ser evaluados.
VALOR REFERENCIAL
Para la determinación del valor referencial a comprar las fuentes pueden ser:
cotizaciones, estructuras de costos, catálogos, precios históricos, precios del
Sistema Electrónico o de Contrataciones del Estado - SEACE. Este valor debe reflejar
el valor del mercado, utilizando mínimo dos fuentes, salvo que sea imposible
conseguirlas, lo que debe sustentarse.
DISPONIBILIDAD PRESUPUESTAL
71
Se aplica para las contrataciones
que realice la entidad dentro de los
márgenes que establece la Ley de
Adjudicación Directa
Presupuesto del Sector Público, que
están referidos al costo del servicio o
bien que será contratado.
MODALIDAD DE SELECCIÓN
72
Bajo esta modalidad se selecciona a
aquellos proveedores a los que las
entidades deberán contratar los bienes
y servicios que requieran y que son
ofertados a través de un catálogo
Concurso Público
electrónico de Convenios Marco. La
normativa del Organismo Supervisor de las
Contrataciones del Estado (OSCE) regula
que tipo de bienes se puede comprar bajo
esta modalidad.
SISTEMAS DE CONTRATACIÓN
73
MODALIDADES DE EJECUCIÓN CONTRACTUAL
74
3. ¿Qué es el Comité Especial?
En el caso que la persona jurídica provenga del sector privado, ésta deberá
tener como giro principal de su negocio aquél vinculado con el objeto de la
convocatoria.
75
Elaborar las bases
Convocar el proceso
76
4. ¿Qué es el Sistema Electrónico de Contrataciones
del Estado - SEACE?
77
Sistemas Administrativos
78
Bibliografía
79
Sistemas Administrativos
80
TEXTO N° 9
REPUBLlCA DE COLOMBIA
•
••
•••
ES9~
ESCUELA SUPERIOR DE ADMINISTRACiÓN PÚBLICA
CATEDRA COLOMBIA
PRINCIPIOS
DE ADMINISTRACiÓN PÚBLICA
© Om ar Guerrero Orozco
Impreso en Colombia
Unidad de Publicaciones
ESAP
CONTENIDO
PRESENTACION 7
PRÓLOGO 11
INTRODUCCIÓN 19
PRIMERA LECCiÓN
LA ADMINISTRACiÓN PÚBLICA 23
SEGUNDA LECCiÓN
CIENCIA DE LA ADMINISTRACiÓN PÚBLICA
Y LAS CIENCIAS SOCIALES 53
TERCERA LECCiÓN
ALREDEDOR DE LA POLlS 63
CUARTA LECCiÓN
TIPOLOGíA DE LAS ADMINISTRACIONES DEL ESTADO 87
QUINTA LECCiÓN
LA PRÁCTICA ADMINISTRATlVA 109
SEXTA LECCiÓN
LA PROFESiÓN EN CIENCIAS pOLíTICAS
Y ADMINISTRACiÓN PÚBLICA 143
SÉPTIMA LECCiÓN
LAS ADMINISTRACIONES NO-ESTATALES 165
FUENTES 187
aMAR GUERRERO OROZCO
PRESENTACiÓN
7
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
8
OMAR GUERRERO OROZCO
9
OMAR GUERRERO OROZCO
PRÓLOGO
11
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
12
OMAR GUERRERO OROZCO
13
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
14
OMAR GUERRERO OROZCO
15
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
16
aMAR GUERRERO OROlCO
17
OMAR GU ERRERO OROZCO
INTRODUCCiÓN
19
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
1I
I1I
20
OMAR GUERRERO OROZCO
Ornar Guerrero
Ciudad Universitaria, verano de 1997
21
aMAR GUERRERO OROZCO
PRIMERA LECCiÓN
LA ADMINISTRACiÓN PÚBLICA
23
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
4. Marx, Carlos. "Notas Críticas al Artículo 'El Rey de Prusia y la Reforma Social', por un
24
aMAR GUERRERO OROZCO
5. Weber, Max."La Política como Vocación". México, Revista de Ciencias Políticas y Sociales.
25
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
26
aMAR GUERRERO OROZCO
8. Hobbes, Thomas. Del Ciudadano. Caracas, Instituto de Estudios Políticos. 1966 (1647).
27
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
EL ESTADO
28
aMAR GUERRERO OROZCO
9. Hintze, atto. Historia de las Formas Políticas. Madrid, Revista de Occidente. 1968. pp.
13-35Y 293-322.
29
" 1
:'.'
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
30
aMAR GUERRERO OROZCO
13. Fischbach, Oskar Georg. Teoría General del Estado. México, Editora Nacional. 1968. pp.
43-45.
31
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
Schmitt, Carl, Teoría de la Constitución. México, Editora Nacional. 1961. pp. 145-150.
14.
15.lbíd.
32
aMAR GUERRERO OROZCO
16. Kamm1er, JOrg. "El Estado Social". En Wolfang Abendroth y Kurt Lenk. Introducdón a la
33
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
18. Junquera González, Juan. La Función Pública en la 'Europa de los Doce'. Madrid, Instituto
Nacional de Adnúnistración Pública. 1986. p. 103.
34
aMAR GUERRERO OROZCO
35
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
LO ADMINISTRATIVO
36
aMAR GUERRERO OROZCO
19. Escudero, José Antonio. Los Secretarios de Estado y del Despacho. Madrid, Instituto de
37
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
Jusfí. Johann Heinrich Gottlob von. Elementos Generales de Policía. Barcelona, por
Eulalia Piferrer, Viudo, Impresora del Rey nuestro Señor. Plazo del Ángel. Año 1784. p. XI.
20. Olíván, Alejandro. De la Administradón Pública con Reladón a España. Madrid, Instituto
38
aMAR GUERRERO OROZCO
LO PÚBLICO
39
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
40
aMAR GUERRERO OROZCO
41
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
42
aMAR GU ERRERO OROZCO
43
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
20. [usti, Juan Enrique. Ciencia del Estado. Toluca, Instituto de Adnúnistraci6n Pública del
Estado de México. 1996 (1756). Versión actual de la obra: Justi, [oharm Heinrich Gottlob V01\.
ElementOfl Generales de Policía. Barcelona, por Eulalia Piferrer, Viuda, Impresora del Rey
nuestro Señor. Plaza del Ángel. Año 1784.
44
aMAR GUERRERO OROZCO
45
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
46
aMAR GUERRERO OROZCO
21. Baena del Alcázar, Mariano. CUl"IIO de Ciencia de la Administración. Madrid, Edit. Tecnós.
1985. p. 19.
47
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
22.Ibid.
48
OMAR GUERRERO OROZCO
B. Ibid.
49
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
24. Ibíd.
25. Ibíd, p. 46.
26. En Gran Bretaña destaca la visualizacíón de EF. Ridley, quien añora una tradición similar a
la cameralista, propia del continente. Ridley, EF. "Public Administration: cause for Discontent".
Gran Bretaña, Publíc Administration. 1972. Vol. 50. pp. 65-70. Por su parte, en Los Estados
Unidos, Daniel Martin ha reconocido plenamente la superioridad del pensamiento
administrativo europeo Ysugerido el estudio profundo de los pensadores del pasado, tales como
Bonnin y A. Vivien. Martin, Daniel. "Déjá vu: French Antecedents of American Public
Administration". Los Estados Unidos, Public Administration Review. Vol. 47, num, 4. pp. 297-
302.
50
OMAR GUERRERO OROZCO
51
aMAR GUERRERO OROZCO
SEGUNDA LECCiÓN
LA CIENCIA DE LA ADMINISTRACiÓN
Y LAS CIENCIAS SOCIALES
53
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
54
OMAR GUERRERO OROZCO
22. Schumpeter, Joseph. Hiltoria del Anilllil Económi('o. México. Fondo de Cultura
&:on6mica. 1984. VoL 1, pp. 179-182
55
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
56
OMAR GUERRERO OROZCO
57
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
58
aMAR GUERRERO OROZCO
59
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
60
aMAR GUERRERO OROZCO
61
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
28, Blunschli, Caspar, Derecho Público Universal. Madrid, J. Góngora Impresor. Sin
año (1876). Dos tomos. Tomo II, p. 247.
29, Ibíd, p. 248.
3O,Ibíd.
62
aMAR GUERRERO OROZCO
TERCERA LECCiÓN
ALREDEDOR DE LA POLlS
63
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
31, Lorenz von Stein. La Scienza della Publica Amministrazione. Torino, Unione Tipografico-
Editrice. 1897.
32. Posada, Adolfo. Tratado de Derecho Politico. Madrid, librería General de Victoriano
64
OMAR GU ERRERO OROZCO
33. La lisia de los estudiosos del tema es larga, toda vez que ha congregado a varios de los
especialistas más acreditados: Vívíen, A Etudes Administratives. París, Editions Cujas. 1974.
Dos volúmenes. La edición original es de 1845; Colmeiro, Manuel. Derecho AcbninUtrativo
Español. Madrid y Santiago, Librerías de don Angel Calleja. 1850; Wilson, Woodrow. ''The .~dy
of Administration". RU. Política! Science Quarterly. Vol. 2. 1887). Willoughby, William.
PrincipIes of Public Administration. Be1timore, The John Hopkins Press. 1927;Goodnow, Frank.
Polities and Administration. New York, Russell and Russell. 1900. Riggs, Fred .
"Professionalism, Politica1 Scienee of Scope of Public Administration". En Olat'lesworth, OO.,
Theory and Practice of Pablie Adminiatration. Philadelphia, The American Academy of
Political and Social Sciences. 1968.
65
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
66
OMAR GUERRERO OROZCO
67
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
68
aMAR GUERRERO OROZCO
69
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
70
aMAR GUERRERO OROZCO
71
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
72
OMAR GU ERRERO OROZCO
pOLíTICA Y POLlCY
37. Dunn, William. Public Policy ADalysis: an lntroduction. Prentiee-Hall, Englewood Cliffs,
N.J.1981. pp. 7-8.
73
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
74
aMAR GU ERRERO OROZCO
41. May, Peter. "Reconsidering Policy Design: Policies and Publics". Journal of Publie Polic:y.
75
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
76
aMAR GUERRERO OROZCO
77
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
78
OMAR GUERRERO OROZCO
Stein.liarQld. Public Administration and Public Policy. New York, Harcourt, Brace and
47.
Company.1948.
19
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
48. Lasswell, Harold. "Policy Orientation". Lemer, Daniel and Harold Lasswell (eds.). The
80
aMAR GUERRERO OROZCO
81
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
so. Fríedrích, Carl, "Public Policy and Nature of Administrative Responsability". Obra citada,
pp. 3-23.
51.11rid.
82
aMAR GUERRERO OROZCO
83
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
84
OMAR GUERRERO OROZCO
85
aMAR GUERRERO OROZCO
CUARTA LECCiÓN
87
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
. 88
OMAR GUERRERO OROZCO
89
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
90
OMAR GU ERRERO OROZCO
91
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
ADMINISTRACiÓN DE LO EXTERIOR
92
aMAR GU ERRERO OROZCO
59. Donato, Nicolás. El Hombre de Estado. México, Tipografia Popular. 1904. Tres
93
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
El Ministerio de lo Exterior
volúmenes [El titulo original del libro es L'uomo di Governo. Venezia, 1860]. Tres tomos. pp. 46-
53.
94
OMAR GUERRERO OROZCO
60. Garcia Madaria, José Maria. Introducción a la obra: Las Secretarías del Despacho.
Escudero, José Antonio. Los Secretarios de Estado y del Despacho, Madrid, Instituto de Estudios
Administrativos. 1976. Cuatro tomos. Tomo 1.pp. 301-302.
95
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
96
OMAR GUERRERO OROZCO
El Servicio Exterior
ADMINISTRACiÓN DE JUSTICIA
97
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
98
OMAR GUERRERO OROZCO
Jurisdicción y Administración
Poderes". Crónica Legislativa, Nueva Época, núm. 1. Octubre 1994-marzo 1995. pp. 14-15.
99
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
100
aMAR GUERRERO OROZCO
101
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
70. [usti, Juan Enrique Gottlob de. Elementos Generales de Policía. Barcelona, Eulalia
Piferrer. 1784. pp. 173.
71.lbid.
72. B1unstchli, Gaspar. La Politique. París, Libraire Guillaumin. 1879. p. :'\01.
73. Beneyto, Juan. Historia de la Administración Española e Hispanoamericana.
Madrid, Aguilar. 1958. p. 557.
102
OMAR GUERRERO OROZCO
74. Montesquieu, barón de la Brede y (Carlos Luis Secondat). El Espíritu de las Leyes.
103
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
104
OMAR GUERRERO OROZCO
76. Carrancá y Trujillo, Raúl. "La Administración de Justicia". México: Cincuenta Años
de Revolución. México, Fondo de Cultura Económica. Tomo Ill, pp. 147-148.
77. Fix Zamudio, Héctor. "La Administración de Justicia". Varios autores: Temas y
Problemas de la Administración de Justicia en México. México, UNAM. 1985 (1982). pp. 143-
177.
78. Beneyto, obra citada, p. 558.
105
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
106
aMAR GUERRERO OROZCO
107
aMAR GUERRERO OROZCO
QUINTA LECCiÓN
LA PRÁCTICA ADMINISTRATIVA
109
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
82. Hintze, Otto. Historia de las Formas Políticas. Madrid, Revista de Occidente. 1966
(1911). p. 224.
83. Ibíd, p. 220.
110
OMAR GUERRERO OROZCO
111
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
112
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113
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
114
1
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115
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
LA CARRERA ADMINISTRATIVA
,
El Servicio Preparatorio
116
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117
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
118
OMAR GUERRERO OROZCO
119
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
88. Ridley, F.F. Government and Administration in Westem Europe. Sufolk, Martin
120
aMAR GUERRERO OROZCO
Robertson. 1979.
89. Debbasch, obra citada- p. 356.
121
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
122
OMAR GUERRERO OROZCO
91. Alva:rez Alvarez, Julián. "La Carrera Administrativa en España". Quito, Varios,
Administración de personal y Carrera Administrativa en América. 1986. pp. 155-156.
123
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
124
aMAR GUERRERO OROZCO
125
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
126
OMAR GUERRERO OROZCO
127
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
95. Vemardakis, Georges. "The National School of Administrative and Public Policy
Making in France". Revista Internacional de Ciencias Administrativas. Vol. 54, núm, 3. 1988.
pp. 427-451.
96. Bertrand, André et Marceau Long, "L'Einsegnement Superieur des Sciences
Administratives". Revista Internacional de Ciencias Administrativas. Vol. XXVI,núm, 1. 1930.
1 %O. pp. 5-24.
128
aMAR GU ERRERO OROZCO
129
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLlCA
La Escuela es un establecimiento de
complementación y aplicación para la formación de los
servidores públicos franceses. En ella se enseñan de las
técnicas de la gestión administrativa y existe el empeño
por desenvolver en los alumnos los sentimientos de los
altos deberes que la función pública entraña, así como
los medios de ejercitarlos. El plantel está dedicada a la
formación de los funcionarios que se desempeñan en el
Consejo de Estado, la Corte de Cuentas, las Prefecturas,
la Inspección General de Finanzas, la carrera diplomática
y los cuerpos de administradores civiles, así como de otros
cuerpos que son determinados por ese Consejo. Se trata
de un establecimiento público, que está abierto también
a las mujeres.
130
aMAR GUERRERO OROZCO
131
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
132
_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _0: MAR GUERRERO OROZCO
El Entrenamiento Práctico
99.lbíd, p. 60.
133
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
100. La referencia es de Muñoz Amato, obra citada. WaIker escribió una obra dedicada
íntegramente a la formación del servicio público en Gran Bretaña, publicada en Nueva York en
1935, que sirvió de fuente a Muñoz Amato.
134
OMAR GU ERRERO OROZCO
135
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
136
aMAR GUERRERO OROZCO
137
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
138
OMAR GUERRERO OROZCO
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PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
140
aMAR GUERRERO OROZCO
141
OMAR GUERRERO OROZCO
SEXTA LECCiÓN
143
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
144
aMAR GUERRERO OROZCO
SIGNIFICACiÓN HISTÓRICA
145
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
146
aMAR GU ERRERO OROZCO
101. Weber, Max. "La Politica como Vocación". Revista Mexicana cM Ciend.. PoUtic..
y Sociales. NÚII\S. 16 Y17.1959. pp. 243-274 Y 453-475.
147
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
148
aMAR GUERRERO OROZCO
LA ENSEÑANZA DE LA pOLíTICA
149
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
150
aMAR GU ERRERO OROZCO
151
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
152
OMAR GUERRERO OROZCO
153
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
154
OMAR GUERRERO OROZCO
155
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
156
aMAR GUERRERO OROZCO
157
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
158
aMAR GUERRERO OROZCO
159
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
160
I
OMAR GUERRERO OROZCO
161
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
162
OMAR GUERRERO OROZCO
163
aMAR GUERRERO OROZCO
SÉPTIMA LECCiÓN
165
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
122. Blunstchli, Gaspar. Derecho Público Univenal. Madrid, J. Góngora Impresor. Sin
año (1876). Dos tomos. Tomo 11, pp. 252.
166
aMAR GUERRERO OROZCO
123. Resumen del artículo: Stivers, Camilla. "The Public Agency as Polis: Active
Gtizen" (Administration and Society. Newbury Park. Vol. 22 No. 1: Sage Publications. 1990. pp.
86-105. Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo. Bolebn de Resúmenes.
Vol. 8, núm, 2. Dic. 1991. p. 68).
167
PRINCIPIOS DE ADMINISTRACION PUBLICA
124. Resumen del artículo: Boulouis, [ean, "Représentation et Participation dans la Vie
Politique et Administrative" (La Partidpation Direde du Citoyen a la Vie Politique et
Administrative. Bruxelles: Bruylant, 1986. pp. 49-67. Centro Latinoamericano de Administración
para el Desarrollo. Boletín de Resúmenes. Vol. 8, núm, 2. Dic. 1991. p. 79).
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125.Ibíd.
126. Resumen del artículo: Sánchez Morón, Miguel. "Cítoyen et Administration:
Espagne" (Citoyen et Adminístration. Depérée, Francis comp. Bruxelles: Cabay; Bruylant, 1985.
pp. 63-94. Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo. Boletín de
Resúmenes. Vol. 8, nüm, 2. Dic. 1991. p. 94).
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129. Max Nurock explicó que en latín la palabra dirección se refiere a las funciones
inherentes de la clase gobernante y que está claramente emparentada con los vocablos rex,regere
y regulatio. "The Etirnology of Adnúnistration" Israel. Public Administration. Num. 4. p. 38.
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130. Marx, Carlos. El Capital. México, Fondo de Cultura Económica. Tres tomos. 1968.
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Ibíd, p. 139.
134.
m.Ibíd.
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_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _O::::.:M:..:.:.:.AR GUERRERO OROZCO
142. Ibíd.
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FUENTES
Libros y Artículos
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Legislación
Otros
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en los talleres de la Unidad de Publicaciones de la ESAP
en el mes de septiembre de 1997
TEXTO N° 10
TEMA VII
1. LA REPRESENTACION POLITICA
2. LAS ELECCIONES
301
4.4 Regulación jurídica de los partidos
4.5 Los sistemas de partidos políticos
6. EL COMPORTAMIENTO POLITICO
302
1. LA REPRESENTACION POLITICA
303
1.2 Génesis de la representación política
304
1.3 La construcción de la moderna representación política
305
o sectores que la integran- no puede ejercer su soberanía sino por
medio de representantes: la voluntad nacional se identifica con la de
los representantes, que lo serán de la nación en su conjunto y no de
quienes hayan participado en su elección. Esta construcción se verá
consumada en el proceso revolucionario francés: la Declaración de
Derechos del Hombre y del Ciudadano de 26 de agosto de 1789, la
Ley de 22 de diciembre de 1789 y la Constitución de 1791, que se
proclama a sí misma como representativa y establece con toda inten-
ción que «los representantes nombrados en (no por) los departa-
mentos no serán representantes de uno en particular, sino de la na-
ción entera».
La filosofía individualista serviría de base para la negación polí-
tica de toda entidad intermedia entre el ciudadano y el Estado. El
particularismo estamental y local quedaba así radicalmente invali-
dado como objeto específico de representación.
306
abate Sieyes, quien reivindica la necesaria independencia de los re-
presentantes y su facultad de expresar la voluntad nacional (una lí-
nea que tanto Montesquieu como Condorcet sólo se habían atrevido
a apuntar).
La influyente teoría del órgano, elaborada muy posteriormente
por los cultivadores alemanes de la Teoría General del Estado, argu-
mentaría por su parte que el representante es el órgano del repre-
sentado, del pueblo, que a su vez es órgano del Estado en su función
de elegir (Jellinek). El representado no transfiere el poder al repre-
sentante, sino que sólo lo selecciona, y éste recibe su poder de la
Constitución; y si el pueblo no transfiere el poder, mal podrá dar ins-
trucciones para su ejercicio (Orlando).
307
bida a diversas razones sociales, políticas e ideológicas que pueden
resumirse del siguiente modo (H. Finer, Loewenstein, De Bias):
308
Comuna de París, en 1870, retomará aquella línea. Y también entron-
cará con el pensamiento de Rousseau la doctrina leninista y la incor-
poración a los sistemas de corte soviético del mandato imperativo y
la revocabilidad de los representantes.
Pero, en realidad, el esquema roussoniano conducía, en su for-
mulación más pura, a un sistema político en el que la asamblea de
ciudadanos (el pueblo en asamblea, el soberano) asumiera directa-
mente el gobierno. Es la denominada democracia directa; una forma
de ejercicio de la soberanía difícil de encontrar, salvo quizás en al-
gunos cantones suizos en los que las asambleas populares (<<Lands-
gemeinde») se reúnen una vez al año, más para controlar a los go-
bernantes, que para gobernar ellas mismas.
Más viable será la aplicación de las denominadas técnicas de de-
mocracia semidirecta, que no conducirán a la configuración de nin-
guna forma específica -aunque se hable muchas veces de democra-
cia semi-directa- sino a complementar o a perfeccionar la democra-
cia liberal-representativa (ésa es al menos la pretensión), a través de
determinados instrumentos de participación popular, y, en particular,
de dos de ellos:
309
que se trataba de una función cuyo ejercicio requería ciertas capaci-
dades que sólo reunían algunas categorías sociales, como expresó,
entre otros, Benjamín Constant. Así quedó justificado el sufragio res-
tringido o censitario que se aplicó durante una primera y prolongada
etapa del Estado liberal, hasta que la presión de los sectores ex-
cluidos del proceso político consiguió la implantación del sufragio
universal. Quedaba claro que la representación política no venía vin-
culada necesariamente al principio democrático, más aún cuando
este último se asoció en un principio a la democracia directa, en con-
traposición al gobierno representativo.
Pero, más allá del debate en torno a la universalización del sufra-
gio como condición indispensable para la producción de auténtica
representación, se pone de manifiesto el llamado componente aristo-
crático de los sistemas de representación. Este vendría implícito en
las exigencias intrínsecas de la mecánica representativa, conducente
a la tamización y amortiguación de la opinión de los representados
y, en general, a posibilitar el control del proceso político a cargo de
una élite que tiende a considerarse a sí misma como la única capaz
de entender y resolver los problemas que afectan al interés general.
Desde esta perspectiva, no ha dejado de haber quienes, desde
posiciones liberales, negarán el carácter representativo del sistema
parlamentario, señalando que el Estado representativo no es tanto
un sistema de representación cuanto de organización de la voluntad
nacional (Carré de Malberg).
Ahora bien, con el protagonismo político de nuevos sectores so-
ciales y a través de los partidos de masas, la representación tiende a
cargarse -conceptual y técnicamente- del contenido participativo y
pluralista que exige su vocación democrática y sin el cual quedaría
reducida al plano de las ficciones.
310
su funcionamiento sobre la base misma de los partidos, considerán-
dolos instrumentos fundamentales de participación y expresión del
pluralismo político, que concurren a la formación y manifestación de
la voluntad popular (art. 6 de la Constitución española de 1978). En
virtud de esta consideración es indudable que se tiende a justificar
una relativización -de hecho más que de derecho- del mandato re-
presentativo clásico.
311
negarse que en la democracia representativa subyace una intención
vinculante entre representantes y representados y, en todo caso, que
se mantienen y potencian las ideas de servicio y de responsabilidad
política.
2. LAS ELECCIONES
312
justificación teórica de los fenómenos electorales, así como sus ver-
daderas funciones y efectos políticos.
Por otro lado, no puede comprenderse el fenómeno de las elec-·
ciones si éstas no se contemplan como proceso o sucesión de mo-
mentos y etapas -cada vez más reguladas formalmente-, que van
desde la convocatoria electoral, e incluso antes (por ejemplo, la ela-
boración del censo electoral o registro de electores), hasta la procla-
mación oficial de candidatos electos, pasando por la presentación y
proclamación oficial de candidaturas (personas o agrupación de per-
sonas que optan a ser elegidas), la campaña electoral, la votación de
los electores, el escrutinio u operación de recuento de los votos emi-
tidos y la fase de contencioso electoral (presentación y resolución de
recursos sobre los escrutinios), entre otras.
a) Producir representación
313
representación de los ciudadanos individualmente considerados, con
independencia de su condición social, económica o profesional (re-
presentación inorgánica), buscando que los órganos electivos refle-
jen en síntesis las aspiraciones, intereses, opiniones y modos de
pensar, siempre plurales, del conjunto al que han de representar.
A partir de la anterior premisa, se comprende que los partidos
políticos hayan adquirido una importancia cada vez mayor en la rea-
lidad de la democracia representativa, configurados como instru-
mentos básicos de la participación política y de mediación en la for-
mación y expresión de la voluntad ciudadana, estando llamados, por
ello, a protagonizar en especial los procesos de competencia elec-
toral.
b) Producir gobierno
c) Producir legitimación
314
asuntos públicos, esto es, se eleva el grado de cultura política. Por
otra parte, las elecciones representan el momento propicio para que
salgan a la luz toda clase de propuestas y aspiraciones, planteadas
por los individuos o grupos más diversos, al amparo de un trata-
miento igualitario (allí donde se reconoce el principio de igualdad de
los ciudadanos ante la ley). Todos ellos son aspectos que conducen
a potenciar la legitimación del sistema de poder.
Precisamente porque se ha llegado a una indudable mitificación
de las elecciones, no deja de existir una cierta tendencia a considerar
que éstas constituyen un fin en sí mismo (Mackenzie, H. Finer).
y aquí es donde se encuentra la razón de que con frecuencia los
sistemas autoritarios pretendan obtener una legitimación aparente
en la organización de procesos electorales desvirtuados (no libres,
no competitivos).
2.3 El sufragio
315
pues, tras el debate teórico se ocultaban en real"idad planteamientos
ideológicos bien diferenciados que justificaban o no la exclusión del
proceso electoral de sectores o grupos políticamente significativos.
En otro plano ya, es clásica la diferenciación entre el ejercicio del
llamado sufragio activo, o derecho de voto, y del sufragio pasivo o
derecho a ser elegible.
El denominado cuerpo electoral o electorado está constituido por
el conjunto de electores y son electores quienes están capacitados
legalmente para el ejercicio del sufragio activo. A los efectos de de-
terminar la capacidad de lector habrá que distinguir, en síntesis, en-
tre requisitos positivos, o capacidades que el elector como tal ha de
reunir, y las incapacidades o capacidades negativas que impiden for-
o mar parte del cuerpo electoral. Estas últimas van encaminadas a im-
posibilitar el voto de aquellas personas que se entiende que no po-
seen condiciones para el ejercicio responsable del mismo o no son
merecedoras de tal dignidad o, por su situación profesional, podrían
desvirtuar dicho ejercicio (dementes, defraudadores del fisco, conde-
nados a ciertas penas, determinados funcionarios civiles o militares,
etcétera).
También cabe diferenciar entre requisitos «generales» y «espe-
ciales». Ambos imponen limitaciones a la capacidad electoral, pero
mientras que los segundos conducen a excluir a sectores o grupos
políticamente significativos (atendiendo a criterios de carácter econó-
mico, intelectual o educativo, étnico, racial o religioso), los primeros
no responden, en principio, a ningún criterio de discriminación ideo-
lógica (requisitos como los de nacionalidad, edad, vecindad o gozar
plenamente de los derechos civiles y políticos). Los requisitos «gene-
rales» son perfectamente compatibles con el sufragio universal, pero
los «especiales» abocan a un sufragio restringido. Son interesantes
los problemas de clasificación que plantea en este sentido el requi-
sito del sexo: históricamente se le consideró como «general» (de ahí
que el sufragio universal se concibiera en principio como exclusiva-
mente masculino), pero actualmente pocos se atreven a no enten-
derlo como «especial».
Las anteriores consideraciones sobre requisitos e incapacidades
son aplicables tanto al sufragio activo como al pasivo, pero debe
tenerse en cuenta que el ejercicio de este último ha solido estar some-
tido históricamente a condiciones de mayor dificultad (mayor
número de requisitos e incapacidades o barreras más altas). No obs-
tante, puede advertirse una tendencia de las legislaciones democrá-
ticas a igualar las condiciones requeridas para ser elector y para ser
elegible.
316
2.4 Caracterización del sufragio
a) Sufragio universal
b) Sufragio igual
317
gual o voto plural, como suele denominarse, bajo diversas modali-
dades que pueden resumirse en tres:
c) Sufragio directo
d) Sufragio secreto
318
alzada u oralmente). Con objeto de proteger al maxlmo la libre op-
ción escogida por el votante se han ido perfeccionando una amplia
serie de instrumentos de garantía efectiva, tales como los modelos
oficiales de papeletas y de sobres que contengan las mismas, las ca-
binas de voto, las urnas selladas, etc.
e) Sufragio libre
319
Quiere decirse que el sufragio libre se entiende, pues, como
sufragio protegido jurídicamente, no controlado, competitivo y perió-
dico.
Bien es verdad que cabe acudir a una perspectiva muy distinta:
¿Existe en realidad algún proceso electoral desarrollado en condi-
ciones de libertad? A esta pregunta se contestará negativamente
desde posiciones doctrinales muy diversas, pero cuyo denominador
común será la crítica de la democracia liberal-representativa. Se dis-
tinguirá en ello la doctrina marxista y Antonio Gramsci, uno de sus
más significados representantes, llegará a hablar de los «golpes de
mano electorales» de la burguesía para asegurar su supremacía polí-
tica. También los clásicos de la teoría de las élites señalarán, con
Gaetano Mosca, que las elecciones suelen cumplir la función de rati-
ficar en el poder a quienes ya lo detentan. Joseph Schumpeter dirá
que todo proceso electoral lleva inherente una dimensión manipula-
dora; y el funcionalista Anthony Downs advertirá que los partidos
plantean las elecciones buscando en esencia la obtención del
máximo beneficio.
Al margen de estas u otras muchas críticas que puedan citarse, lo
cierto es que la realidad de las legislaciones y prácticas electorales
enseña que no es difícil encontrar casos en que algún elemento
ponga en duda la vigencia de un sufragio plenamente libre. No
puede por menos de ser así, moviéndonos como lo hacemos en un
terreno en el que el concepto de libertad, lejos de plantearse en tér-
minos ideales, está destinado a ser contrastado con el ejercicio del
poder político.
320
Derecho electoral, en contra de lo que con frecuencia se sugiere,
sino que comprende sólo una parte del mismo, que resulta ser la de
mayor contenido político.
En realidad, puede decirse que existen dos grandes modelos o
tipos básicos de sistema electoral, definido uno a partir del principio
de elección mayoritaria y otro a partir del principio de elección pro-
porcional: «todo' debate sobre sistemas electorales parte de ellos o
conduce a ellos» (Nohlen). El primero expresa, en su sentido inte-
gral, la idea de que quien gana la mayoría de votos (no hace falta
que sea la mayoría absoluta), gana la elección y todo lo que en ella
está en juego; así, mientras que los votos en favor de la candidatura
ganadora alcanzan plena eficacia, los demás son votos perdidos. En
cambio, el principio de elección proporcional responde a la voluntad
de que la representación política que produzca en cada caso la elec-
ción se distribuya de modo proporcional al número de votos obte-
nido por cada candidatura, esto es, que cada opción política formali-
zada (grupo o partido político) se halle representada en el órgano
electo en proporción al respaldo obtenido de los votantes.
Todos los sistemas electorales son susceptibles de ser estudiados
en la teoría y en la práctica, dentro de uno u otro modelo; eso sí,
con mayores o menores correcciones o elementos integrantes que
desvirtúan la plena efectividad del principio mayoritario o proporcio-
nal. Esta es una concepción dualista de los sistemas electorales
-compartida por la mayor parte de los especialistas-, que excluye
toda consideración teórica de una tercera categoría, los lIamdos sis-
temas «mixtos», que no dejan de ser producto de la combinación de
elementos propios de los otros dos.
Al hilo de lo anterior, será capital distinguir entre, por una parte,
el principio o pauta de decisión que preside la estructura formal del
sistema electoral, y por otra, los resultados que dicho sistema pro-
porciona a efectos de producción de representación (lo que D. Noh-
len denomina respectivamente principio de decisión y principio de
representación). Sólo desde esta doble perspectiva se comprenderán
los conceptos de elección mayoritaria y de elección proporcional.
Así es, la aplicación de un sistema de decisión mayoritaria puede
producir de hecho una representación con un grado considerable de
proporcionalidad, superior incluso a la de sistemas de decisión pro-
porcional. Y a la inversa, un sistema de decisión proporcional puede
dar lugar a una representación orientada en sentido mayoritario. La
clave está en que la proporcionalidad de la representación que ori-
gina un sistema electoral viene dada en función de la interrelación
de los elementos que lo configuran, pero también depende de la es-
tructuración del sistema social y político en su conjunto y particular-
mente del sistema de partidos.
321
El principio mayoritario arraigó de forma generalizada en una pri-
mera y prolongada etapa del Estado liberal, no sólo por la sencillez
de su aplicación técnica, sino como resultado del dogma rousso-
niano que atribuía a la mayoría la misión de expresar la «voluntad
general», acatada por la minoría. La progresiva democratización de
los sistemas políticos terminó suponiendo una indudable crisis
de los sistemas electorales de decisión mayoritaria, cuya vigencia se ve
limitada -como ya señalara Alexis de Tocqueville- a aquellas so-
ciedades donde existe un consenso histórico acerca de la validez del
principio mayoritario dentro del orden político-institucional y donde,
asimismo, se confía en la posibilidad de que la minoría se convierta
alguna vez en mayoría.
La adopción del principio de elección proporcional se produjo, ya
en el siglo xx, en respuesta a la creciente diferenciación de clases
dentro de la sociedad liberal-burguesa, así como a la ampliación
sucesiva del sufragio y a la movilización política de las masas me-
diante el voto. Se buscaba un sistema de representación de las mi-
norías a través de técnicas de escrutinio proporcional. La implanta-
ción de sistemas proporcionales posibilitaría de hecho, en muchos
casos, que estuvieran representados en los Parlamentos sectores so-
ciales y políticos que nunca habían tenido acceso a ellos (sectores
obreros, partidos socialistas... ), pero, en ocasiones, dicha implantación
se hizo siguiendo criterios e intereses eminentemente conserva-
dores, debido a que la implantación del sufragio universal o circuns-
tancias políticas de diversa índole abocaban al ascenso de forma-
ciones de izquierda y ponían en peligro la situación de los sectores
tradicionalmente dominantes (Irlanda, 1921; los países nórdicos,
1905; Francia, 1946).
Como puede observarse, la aplicación de un sistema electoral de-
terminado no es «inocente». Detrás de cada caso concreto, guiado
conforme a un determinado principio de decisión y de representa-
ción, existe toda una «ingeniería electoral» (una «cocina» electoral a
decir de algunos) que responde a concepciones e intereses especí-
ficos. La concreción técnico-jurídica de los elementos configura-
dores del sistema electoral lo reflejan con claridad.
322
base: la caracterización del sufragio. El modo en que se transforman
los votos emitidos en representación política (escaños) varía mucho
según que el voto sea universal o restringido, directo o indirecto,
igual o plural, y de cómo se entienda la exigencia de libertad en la
elección; se trata de características con eficacia más o menos directa
en ese proceso de transformación y, por tanto, contribuyen sustan-
cialmente a configurar el sistema electoral.
Señalando lo anterior, y sobre la base de un sufragio universal,
igual, directo y libre, suele convenirse que los sistemas electorales
vienen configurados por los siguientes elementos:
6. La fórmula electoral.
323
Se llama magnitud de una circunscripción al número de escaños
que en ella corresponde elegir después de haberse distribuido el to-
tal de los que se eligen entre las distintas circunscripciones exis-
tentes (distribución que puede efectuarse en función de la población
respectiva o de criterios de igualación absoluta o relativa entre las
circunscripciones, dada la naturaleza de la división electoral). Clásica-
mente se distingue entre circunscripciones uninominales y plurino-
minales, según se elija en ellas uno o varios escaños. Una mayor
magnitud posibilita una mayor proporcionalidad, por lo cual las
mayores posibilidades teóricas de representación proporcional se en-
contrarán allí donde no haya división por circunscripciones, esto es,
donde exista distrito único (como en los Países Bajos o Israel).
La división territorial de un país por circunscripciones plantea
problemas delicados. Uno de ellos es la fijación de los límites de las
circunscripciones, pues puede hacerse con intención de favorecer a
los intereses electorales de determinados sectores políticos (fenó-
meno que se da en llamar «gerrymandering», en recuerdo de
Mr. Gerry, quien consiguió que el distrito de Bastan se recortara a
«su» medida). Otro problema es la desigualdad real (no jurídica) del
voto emitido en circunscripciones distintas, cuando su magnitud no
guarda relación con el censo electoral respectivo; unas circunscrip-
ciones estarían sobrerrepresentadas y otras infrarrepresentadas.
Por lo general, la circunscripción electoral está concebida para
que en ella se agote todo el proceso de conversión de votos en es-
caños. Pero la práctica indica que en ocasiones se combinan en una
misma elección varios niveles territoriales, en cada uno de los cuales
se produce una fase u operación distinta de dicho proceso. (Por ejem-
plo, cuando se aplica la fórmula electoral a escala nacional -Repú-
blica Federal de Alemania-, o se acude a un reparto de restos en
una agrupación de distritos -Austria, Bélgica-, o en todo el territo-
rio -Italia.)
A) Fórmulas mayoritarias
326
ticipación de candidatos en la segunda vuelta a quienes en la
primera hubieran obtenido el voto de cierto porcentaje de elec-
tores (clásico caso francés) o a los dos candidatos con mayor
número de votos (Alemania antes de 1914).
B) Fórmulas proporcionales
327
a) El de mayores restos: Implica ordenar de mayor a menor los
«restos» de los partidos (votos no utilizados en la operación
anterior) y atribuir por ese orden los escaños que falten.
328
desfavorecer (subrrepresentar) a aquellos con porcentajes
más bajos.
329
Pero, insistamos, los efectos políticos de un sistema electoral no
vendrán dados tan sólo por la fórmula electoral aplicada, sino por el
conjunto de los elementos que lo configuran.
330
Esta definición permite además delimitar temporalmente la apari-
ción de los partidos entre finales del XVIII y la primera mitad del XIX,
en Europa y los EEUU de América del Norte, tras el paso del Antiguo
Régimen al Estado liberal, al producirse la escisión entre la sociedad
civil y el Estado, y surgen como instrumentos de mediación entre la
sociedad y el poder político.
La Palombara y Weiner agrupan las teorías sobre su origen en
tres tipos:
331
tidos, término propuesto por M. Duverger, aparece cuando los parti-
dos ya están consolidados, y al principio los enfoques predomi-
nantes eran ideológicos o descriptivos. Se puede considerar la obra
de Moisei Ostrogorski «La democracia y la organización de los par-
tidos políticos)), de 1903, como la pionera en el estudio de la orga-
nización interna de los partidos británicos y de los EEUU.
Para los estasiólogos, las primeras formas de partido estaban de-
terminadas fundamentalmente por el tipo de sufragio existente, el
restringido, limitado a los varones contribuyentes o con una determi-
nada formación intelectual (censitario y de capacidades), lo que pro-
ducía un reducido censo electoral. Los partidos resultantes se califi-
can como partidos de cuadros (Duverger), o de notables (Charlot,
J. de Esteban) o parlamentarios electorales (Sartori), y sus rasgos defi-
nitorios son:
332
b) Un objetivo de educación política de las masas, mediante reu-
niones frecuentes de las agrupaciones de base, que se con-
vierten en cursos de formación política de la militancia, para
permitirles ejercer mejor sus derechos recién conquistados
(sufragio, asociación), a la vez que reclutar nuevas élites polí-
ticas no burguesas, para lo que se propiciarán dichos mé-
todos democráticos de selección de los candidatos a las elec-
ciones, haciéndolo a través de los congresos locales y nacio-
nales del partido.
333
tido de masas electoral; Charlot, partido de electores, y J. de Esteban
y L. López Guerra, partido de votantes.
Otto Kirchheimer ha acuñado el término de «Catch-a"-party», o
«partido acaparador» para aquel que «abandonando toda ambición
de encuadramiento intelectual o moral de las masas, se vuelca ple-
namente hacia la escena electoral, tratando de realizar una acción en
profundidad hacia una audiencia más amplia y hacia un éxito electo-
ral más inmediato».
Podremos resumir las condiciones que propician la aparición de
estos partidos señalando, con Epstein y Kirchheimer, que las bases
sociales tradicionales de los partidos de masas socialistas (el sector
secundario, las clases obreras industriales) cesan de extenderse, e in-
cluso disminuyen ante el incremento del sector -terciario, la expan-
sión económica disfraza las diferencias y los enfrentamientos de
clase, a la vez que se pasa de una sociedad conflictual a otra consen-
sual; los medios de comunicación favorecen la personalización del
poder; la despolitización y la desideologización son elementos que
deben ser tenidos en cuenta por los partidos, que se adaptarán a la
nueva situación, para no perder su apoyo electoral. Un ejemplo tí-
pico fue la evolución del SPD de Alemania que, en su Congreso de
Bad Godesberg en 1959, renunciando a la ortodoxia marxista yadop-
tando un socialismo pragmático, logró reforzar su representación
parlamentaria.
Estos nueVos partidos perderán militantes, pero ganarán elec-
tores. Sus características son:
334
nizaciones intelectuales que decidieron actuar en común en el terre-
no político. Los comités seleccionaban a los candidatos y gestiona-
ban las cajas electorales. Se era militante del partido a través de las
organizaciones que lo formaban y no por afiliación directa personal.
Otros partidos indirectos fueron los socialistas belga y escandinavo
y los democristianos belga y austríaco antes de la Segunda Guerra
Mundial.
En cuanto a los partidos de países en desarrollo, Duverger carac-
teriza a algunos de ellos, africanos, por la gran distancia que existe
entre el círculo de dirigentes y la masa de los miembros. El primero
está a nivel intelectual y técnico de las sociedades modernas y éstos
al de sociedades arcaicas. La estructura del partido refleja el estadio
de desarrollo de esos países.
Stein Rokkan, teniendo en cuenta la evolución histórica y el con-
tenido ideológico, aportó siete tipos de partidos: Partidos confesio-
nales, Partidos laicos, Partidos de ámbito nacional, de ámbito regio-
nal, Partidos campesinos, Partidos de empresarios, Partidos obreros.
Estas categorías pueden darse además mezcladas entre sí en deter-
minadas sociedades.
337
4.5 Los sistemas de partidos políticos
338
1. Los factores sociales: una gran estratificación social produce
multipartidismo, y éste es más necesario cuanto mayor sea la
conciencia de clase (Macpherson). A la bipolaridad conserva-
dores-liberales se añade, con la llegada de la clase obrera al
derecho de voto, la de capitalistas-socialistas, bipolaridad que
puede sustituir a la anterior, o superponerse a ella, produ-
ciendo cuatro familias de partidos.
339
5. LOS GRUPOS DE PRESION
340
de preslon son grupos de interés, pero no a la inversa. Un
grupo de interés deviene de presión cuando la ejerce sobre
los poderes políticos. Todo grupo de interés puede potencial-
mente convertirse en grupo de presión. Siguiendo a Pasquino,
entendemos por presión la actividad de un grupo con motiva-
ciones comunes que «trata de influir, a través del uso, o de la
amenaza del uso, de sanciones en las decisiones del poder
político, a fin de cambiar la distribución actual de bienes, ser-
vicios, cargas y oportunidades, o bien para conservarla ante
las amenazas de intervención de otros grupos o del propio
poder».
341
nos informan sobre dónde están ubicados las sedes reales del poder,
que en ocasiones no coinciden con las instituciones.
342
que tienen otras funciones, pero que en ocasiones pueden ejercer
presión (burocracia, magistratura, «complejo militar-industrial»).
Dentro de los grupos públicos cabe otra distinción, entre grupos
civiles y militares. Los primeros defienden intereses particulares
frente al Estado, que defiende los intereses generales (ayuntamientos
presionando al Estado). Los militares, pese a su subordinación al po-
der civil en las sociedades democráticas, actúan con frecuencia como
grupos de presión públicos, obligando al Estado a adoptar medidas
que les beneficien, e incluso intervienen directamente en la vida polí-
tica (militarismo, golpismo).
343
preslon económicos son los más estudiados), sus ideas y creencias,
que les pueden dar cohesión y por tanto fuerza, la posibilidad de ac-
ceso a los centros decisores así como la adecuación de sus intereses
a los valores dominantes en la sociedad.
La eficacia de la acción de los grupos de presión dependerá de la
combinación de estos elementos en una organización dada.
Los medios que utilizan los grupos para presionar sobre el poder
se ubican en un continuum que se extiende desde el suministro de
información hasta de la violencia, desde la acción legal a la ilegal,
como subraya Finer y en el que Meynaud distingue las siguientes ca-
tegorías:
344
cIsiones. En los países democráticos esas instancias suelen ser, se-
gún Von Beyme, las asambleas legislativas, el gobierno, la adminis-
tración, la justicia, los partidos políticos, la opinión pública, las orga-
nizaciones internacionales. En función del objetivo perseguido o del
momento elegido se presionará sobre alguna de ellas, o varias, suce-
siva o simultáneamente. La Palombara demostró que en Italia los
grupos de presión preferían para ejercer su influencia contactar, por
este orden, con la administración, con otros grupos, con institu-
ciones locales y con el parlamento.
345
ción, sobre organizaciones profesionales), o excluyen a algún
sector de ciudadanos de la participación en esos grupos (el
art. 28 excluye a los miembros de las Fuerzas Armadas del de-
recho de sindicación y señala peculiaridades en el de los fun-
cionarios). Las constituciones también pueden establecer
cauces para la expresión de los intereses de los grupos, o vías
que permiten la presión: el derecho de petición y la iniciativa
legislativa popular, por ejemplo. Algunos cauces son especí-
ficos para determinados grupos, como la audiencia de las orga-
nizaciones de usuarios, el Consejo para la planificación econó-
mica (art. 131 de la Constitución española) en el que estarán
representados los sindicatos y las organizaciones profesio-
nales.
346
manes que se convierten en el Partido de los Verdes, logrando repre-
sentación parlamentaria).
6. COMPORTAMIENTO POLITICO
347
describe el comportamiento a posteriori, que se trata del comporta-
miento de las masas, de los ciudadanos y no sólo de los dirigentes,
y que se emplean métodos rigurosos de análisis, reflejo del enfoque
conductista de las ciencias sociales.
Butler identifica el comportamiento político con «cualquier tipo de
actividad que el hombre realiza dentro de la esfera de lo político» y
propone una metodología interdisciplinar para su estudio, que está
ligado al del comportamiento social en general, en un intento de es-
tablecer conexiones entre lo específicamente político y otros as-
pectos de las relaciones sociales.
Podemos deducir los campos de estudio del comportamiento po-
lítico a partir de la contemplación de los ámbitos en que se desarro-
lla la vertiente política del comportamiento humano.
Aún antes de conseguir la ciudadanía política plena con la mayo-
ría de edad, los individuos comienzan a socializarse y un aspecto de
ese proceso es la socialización política, cuya primera instancia es la
familia, donde el niño empezará a adquirir una cultura política que
influirá en su actitud y comportamiento de adulto. Tanto la socializa-
ción como la cultura políticas nos son ya familiares de los temas an-
teriores. Como generadores de demandas, los jóvenes pueden parti-
cipar en grupos de presión «de condición» que actúan en la esfera
política.
Tras la adquisición de los derechos políticos plenos, hacen uso de
las libertades de expresión, asociación, derecho de petición, de
iniciativa legislativa, etc., formando y actuando en partidos políticos,
sindicatos, utilizando la prensa y los medios de comunicación para
defender unos intereses sectoriales o globales, participando en la ad-
ministración de justicia a través del jurado, o por el contrario no utili-
zan esas posibilidades, según el tipo de cultura política que hayan
ido adquiriendo.
Otras manifestaciones de la vida política, como las elecciones,
permiten ejercer o no el derecho de voto (participación-abstención),
apoyar a una u otra opción política, postularse o no como candidato
a cargos políticos electivos en los diferentes niveles de la representa-
ción popular, desde los municipios al Parlamento. Por último pueden
ocupar puestos en la estructura del sistema político, por elección,
nombramiento o por razones profesionales, desde un Juzgado hasta
la jefatura del Estado.
Esta enumeración muestra una gradación de posibles objetos de
estudio del comportamiento político, que se extiende desde el de los
más alejados del poder a los que detentan el mismo. Todos ellos son
comportamientos políticos, enmarcados en unas estructuras institu-
cionales que determinan en gran medida su existencia y sus límites.
No es indiferente para el comportamiento de un ciudadano que se
348
permitan los partidos o se prohíban, que las elecciones sean más o
menos frecuentes, que haya monarquía o república. Cada situación
específica de un sistema político-institucional influye sobre el com-
portamiento, puede abrirle o cerrarle campos, y variar su posible
contenido desde el sometimiento pasivo a la actitud militante, alen-
tar ciertos comportamientos o colocarlos fuera de la ley.
Veremos los terrenos más estudiados del comportamiento polí-
tico.
Son Graham Wallas (Human Nature in Politics, 1908) y Arthur
Bentley (The Process of Government, 1908) los que ponen las bases
del moderno estudio del comportamiento en su aspecto político, si
bien hasta después de la Segunda Guerra Mundial se reducía al aná-
lisis de la personalidad política, la composición de las élites políticas,
la opinión pública y el comportamiento electoral. Aunque estos
temas siguen interesando, se ha ampliado el elenco de terrenos.
349
tante), las características sociales de la militancia, el grado de identi-
ficación partidista, son objeto frecuente de investigaciones.
La participación autónoma, que se manifiesta mediante la bús-
queda de información y la manifestación de opiniones políticas,
donde los medios de comunicación, las conversaciones, y la acción
en las diferentes instancias de socialización juegan un importante pa-
pel.
Sani señala tres niveles de participación: presencia, que es la más
marginal, la de receptor pasivo (asistir a una reunión); «activación»,
cuando se desarrolla alguna actividad, más o menos esporádica (ma-
nifestación, proselitismo); participación en sentido estricto, si se con-
tribuye directa o indirectamente a una situación política.
Siguiendo a Milbrath podemos clasificar las actividades de la par-
ticipación en una escala que, dejándo en el nivel más bajo a los
«apáticos», pasa por las actividades de espectador (votar, discutir de
política), por las de transición (intervenir en una reunión política, pa-
gar para una campaña electoral) y llega a las actividades de conten-
diente (pedir fondos para el partido, ser candidato, ocupar un puesto
político). Lo normal es que las personas que participan en un nivel
superior lo hagan también en los inferiores y se subraya el hecho de
que el ascenso en la escala implica una inversión creciente de ener-
gía, tiempo y recursos.
El grado de participación, desde la muy activa a la inactiva, se
trata de explicar por la influencia de factores individuales y sociales,
como el sexo, edad, profesión, pertenencia a un grupo, tipo de cul-
tura política.
Se han señalado como causas de participación las razones mo-
rales normativas, las instrumentales (explicación económica, mejorar .
por medios políticos), las «expresivas» (la participación como satis-
facción personal), psicológica, o como respuesta a necesidades psi-
cológicas), sin que ninguna de ellas sea suficiente.
Dowse y Hughes presentan una relación de factores sociales que
están relacionados con la participación política: a) Educación: la par-
ticipación es más probable al aumentar el nivel de educación.
b) Campo-ciudad: se participa más en las ciudades que en el campo,
en general. c) Participación social: si se interviene en otras asocia-
ciones intermedias (sindicatos, clubs) aumenta la participación en el
terreno político. d) Residencia: al aumentar el tiempo que se reside
en una ciudad, aumenta la participación política, especialmente en
las actividades que involucran más al individuo (candidaturas, por
ejemplo). e) Edad: a mayor edad, más participación, aunque hacia
los sesenta años ésta comienza a descender. El grupo más apático es
el de solteros jóvenes poco integrados. f) Sexo: a igualdad de condi-
ciones, los hombres participan en política más que las mujeres.
350
Resumiendo, cabe decir, con Verba, que una persona tiende a ser
activo políticamente si es hombre, de edad media, relativamente
rico, con una educación alta y sí pertenece a los grupos dominantes
étnicos o religiosos.
El entorno político-institucional es determinante para calificar de
«política» a la participación; actividades que en una sociedad sólo
suponen participación social (asistir a un servicio religioso) en otra
pueden tener implicaciones políticas (Polonia), una huelga de hospi-
tales privados se puede considerar un momento de participación so-
cial del colectivo de médicos, pero si los hospitales son públicos, se
trata de una actividad dirigida a «la formación de la política guberna-
mental», y entraría en la definición de McClosky.
En los sistemas democráticos los canales principales de participa-
ción política están vinculados a las estructuras de competición entre
fuerzas políticas (renovación de cargos públicos) y a las llamadas
«asociaciones voluntarias» que para Sani juegan un triple papel: son
fuente de estímulos políticos, son cantera de reclutamiento político y
vinculan a las personas y los grupos primarios a las instituciones y
fuerzas políticas.
En sistemas no democráticos las vías de participación tienen un
carácter menos «voluntario» y «competitivo» y están programadas
desde arriba; son las organizaciones de masas que además tienen
funciones de control social y de «movilización».
351
rado como toda actividad humana. Cabe hablar de un campo de
fuerzas en el que intervienen diversos factores: las situaciones en
que se mueve el individuo, en su familia, su trabajo... su percepción
de la política, resultado de esas situaciones y de su herencia cultural,
las reglas del juego político, las informaciones de la campaña electo-
raL .. factores que en ocasiones se contraponen, provocando «influen-
cias cruzadas».
Los resultados electorales nos informan sobre dos grandes
temas: la participación-abstención y la distribución de las preferen-
cias de los votantes.
La abstención se explica por las «presiones cruzadas, contradicto-
rias» (Lazarsfeld), si los electores reciben presiones y estímulos diso-
nantes de los diferentes grupos de pertenencia, pueden llegar a rele-
gar la solución de esos cruces, absteniéndose de votar. La no partic~
pación en elecciones se interpreta de dos maneras opuestas: positi-
vamente, suponiendo que el desinterés político de un importante
grupo de ciudadanos impide la polarización ideológica, o interpre-
tando que es un consenso tácito al sistema (USA) y negativamente,
al considerarla como resultado de una alienación respecto a la polí-
tica, lo que implica desintegración de las relaciones sociales. En sis-
temas con una cultura política homogénea puede significar con-
senso, pero en los de cultura heterogénea significa disentimiento y
hostilidad al régimen.
El tipo de elección influye en la participación. Se ha demostrado
que en las consultas de «primer orden», las elecciones legislativas, la
afluencia a las urnas es mayor que en las de «segundo orden» (lo-
cales, regionales, europeas), porque lo que está en juego se valora
de diferente manera.
En cuanto a las preferencias partidistas de los ciudadanos, se
subraya el papel que cumplen distintos factores sociales, de los que
destacamos la edad, el sexo, la clase social, la ideología, la campaña
electoral, la coyuntura política.
La edad influye, además de en la abstención, (que disminuye al
aumentar la edad, para incrementarse a partir de los sesenta, si-
guiendo una línea similar a la de la participación política), en el voto
a los partidos: el apoyo a los partidos conservadores aumenta con la
edad, aunque el voto progresista no es exclusivo ni está ligado a los
jóvenes.
El sexo no es un factor determinante del comportamiento electo-
ral, sino que está ligado al trabajo fuera del hogar: las mujeres traba-
jadoras acercan sus pautas de voto a las de los hombres, y esa
aproximación aumenta con la edad de la mujer.
Las diferentes situaciones sociales producen diferentes opciones
de voto: la clase social ligada a la profesión, los orígenes sociales, la
352
propiedad influyen en la orientación del sufragio. Tenderán a votar
más a la izquierda las jóvenes trabajadoras, los jóvenes obreros y
empleados, los técnicos y enseñantes que no son propietarios. A la
derecha votan más los viejos trabajadores independientes, los viejos
cuadros, que poseen bienes, como ha demostrado C. Ysmal en el
caso francés, pero que se puede extrapolar a casi todos los países
europeos. Sin embargo, los cambios en los votos a los partidos a
corto plazo no son efecto de cambios sociales, cuya modificación es
lenta.
La conexión entre clase social y postura electoral puede manifes-
tarse según tres tipos de relaciones: relaciones de interés (se espera
un beneficio del voto), relaciones simbólicas (existe una identifica-
ción personal, social), relaciones subculturales (rasgos de una sub-
cultura identificada con una opción política, que se mantienen en el
tiempo).
La «identificación de partido» es un factor muy estudiado. El elec-
tor tiende a identificarse con la imagen de un partido y esa identifica-
ción es constante en el tiempo y prevalece sobre los demás factores.
Se produce desde los primeros años del niño, a través de la sociali-
zación política en la familia, la escuela; puede cambiar de una gene-
ración a otra, según el partido en alza en cada momento, y llega a fi-
jar áreas socio-culturales de apoyo prolongado a un partido. Los
electores «identificados» lo serán más con el paso del tiempo y su fi-
delidad tamiza la imagen que reciben de los otros partidos. Su voto
es contemplado como un elemento de conformidad y estabilidad.
Serán entonces los electores no «identificados», los fluctuantes, los
votantes más conscientes, que modifican su opción en función del
interés y la racionalidad en cada elección y por tanto los que logran
hacer cambiar las relaciones de fuerza entre los partidos. Depen-
diendo de la cultura política de una sociedad, también este tipo de
voto es un elemento de consolidación del sistema.
La ideología está siendo considerada hoy como uno de los ele-
mentos que influye en el modo decisivo en el comportamiento elec-
toral. Los términos «derecha» e «izquierda» implican diferentes vi-
siones de la sociedad, que determinan el voto, como medio de ex-
presión de opinión. De todos los factores individuales la ideología
tiene más importancia que las variables sociales, como pone de re-
lieve C. Ysmal.
La coyuntura política es otro dato determinante del voto. Las al-
ternativas básicas en una elección, propuestas por los partidos o que
percibe el elector harán que éste adapte su voto a ellas (se puede vo-
tar al partido de la oposición mejor colocado, aunque no sea el pro-
pio, para desbancar al partido en el poder, situación que se produce
en Francia en los «ballotages»).
353
La influencia de la campaña electoral, en especial a través de la
TV, al movilizar a los indecisos y permitir conocer la imagen perso-
nal y política de los líderes, se considera importante tanto en el nivel
de participación como en el resultado de las consultas.
354
BIBLIOGRAFIA
355
TEXTO N° 11
FORTALECER LA GOBERNABILIDAD
DEMOCRÁTICA A PARTIR DE LA REFORMA
INSTITUCIONAL EN AMÉRICA LATINA:
DIEZ CONCLUSIONES*
Introducción
En el debate sobre la gobernabilidad democrática en América Latina, que se
desencadenó por los problemas surgidos en el proceso de consolidación de la
democracia en la región, las instituciones políticas han adquirido nuevamente un
rol primordial. ¿Cuáles son los aportes que pueden ofrecer reformas
institucionales al fortalecimiento de la gobernabilidad democrática? No faltan
propuestas. La pregunta es: ¿cuáles sirven realmente, cuáles pueden realmente
cumplir con los propósitos? La tarea consiste en diferenciar, evaluar y, además, de
proponer lo adecuado en relación al objetivo, impedir que se promuevan o
implementen reformas contraproducentes.1
1
Esta advertencia es importante, pues remite a la responsabilidad social del
conocimiento científico y, sobre todo, de la actividad de asesoría. Muchos politólogos bien
intencionados olvidan que la ingeniería política es ingeniería social, y que reformas
contraproducentes pueden destruir los pocos logros y tener costos humanos considerables (N.
del E.).
En la primera parte de las siguientes consideraciones, llamaré la atención
sobre algunos aspectos conceptuales y metodológicos que constituyen el marco
general de mi exposición. Estas consideraciones se refieren a América Latina en
general, aunque ciertamente sería más adecuado que fueran de carácter específico
por país. Mis observaciones se refieren sólo a algunos campos de reforma, si bien
la práctica del diseño institucional obliga en el nivel operativo a dejar de lado la
perspectiva sectorial (típica del quehacer científico) y a considerar los fenómenos
como partes integrantes de un todo sistémico. Es importante aquí no perder de
vista la repercusión real limitada que pueden alcanzar los factores estrictamente
institucionales —tanto en las condiciones actuales como de reforma— en la
pluralidad de los factores que se encuentran en juego.
En la segunda parte de mi presentación, me referiré a tres ámbitos de
reforma: la forma de gobierno, el sistema electoral presidencial y el sistema
electoral parlamentario. Criterio rector aquí es la gobernabilidad democrática,
definida como estructura política que facilita la legislación
e implementación de políticas públicas que promuevan el bien común — definido
como intereses que pueden generalizarse— y que, a su vez, retroalimenten la
legitimidad del sistema democrático.
2
Es una obviedad pero que vale la pena repetir constantemente, pues muchos
politólogos tienden a privilegiar ciertos arreglos institucionales sin preocuparse ni de
De aquí se desprenden, en relación a las instituciones y sus efectos, dos
limitaciones: la primera radica en la dependencia de los efectos de las
instituciones de otros factores en general. Esta compleja interacción muestra a su
vez características específicas según el país del que se trate. Así, la segunda
limitación se refiere a la particular configuración de causas y efectos
interrelacionados según contextos espacial-temporales específicos.
Esta situación restringe la capacidad de generalización y, por tanto, de
elaboración de recetas globales. Prudencia y recato son indispensables no
solamente cuando se intenta generalizar intercontinentalmente abarcando países
europeos y latinoamericanos que —y en esto reina gran consenso— se diferencian
mucho. Sumo cuidado hay que tener incluso en el ámbito de generalizaciones
relacionadas exclusivamente con los países latinoamericanos, declarados
frecuentemente como homogéneos por la unidad cultural superficialmente
observada. Sin embargo, no existe ni siquiera para Latinoamérica una receta única
y homogénea.
Por tanto, la primera conclusión: las propuestas de reforma
deben ser de carácter específico, y no referidas a América Latina en
general, sino a países concretos.
4
Esta es otra de las paradojas históricas de la democracia: a la insatisfacción con los
resultados del gobierno se reaccionaba con demandas de mayor “democratización” del
sistema político, es decir de mayor participación. El resultado era generalmente el caos
político que no da repuesta a los problemas urgentes y los empeora, y que puede desembocar
en un autoritarismo represivo o en un populismo improvisado e irresponsable (N. del E.).
5
El trabajo VIII. de este libro trata del federalismo alemán y el IX. se ocupa, entre otros
temas, con la discusión sobre las autonomías en el contexto de la crisis en Bolivia de 2005
(N. del E.).
Tercera conclusión: los campos de reforma tienen que ser
seleccionados en función de su compatibilidad con el propósito de
mejorar la gobernabilidad democrática a través de mayor efectividad.
6
A este respecto es interesante la postura de Sartori (2003) que, en contra de sus
propias convicciones, propone el sistema semipresidencial para América Latina, para luego
constatar los peligros de bloqueo en caso de que el partido del presidente sea minoría en el
parlamento y, finamente, proponer un “presidencialismo intermitente” que rebasa todo
posibilidad real de ser entendido y aplicado por los actores políticos.
primer ministro.
En contraste con esto, la práctica de coaliciones de gobierno dentro del
presidencialismo es ya conocida y parece ampliamente positiva. Sin cambio
constitucional, se han flexibilizado las relaciones entre el presidente y el
parlamento, dando estabilidad a los gobiernos y capacidad de maniobra en la
medida que los demás factores lo
.. 7
permitieron.
Ambos medios para conseguir esta flexibilización, pero especialmente la
primera, son sólo en parte de carácter estrictamente institucional. El sistema de
partidos, la estructura de la competencia interpartidaria y la percepción y la
tradición de las relaciones ejecutivo- legislativo intervienen fuertemente. Es
importante tomar conciencia de que estos factores son más importantes que el tipo
mismo de presidencialismo, definido en base a la distribución de las competencias
entre los órganos. Así, en Uruguay, con un presidencialismo atenuado y una
constitución bastante abierta a practicar el presidencialismo de manera más
parlamentaria, tuvieron que frustrarse muchos intentos antes de que se lograra
establecer un gobierno de coalición. En Chile, sin embargo, en el contexto
institucional de un presidencialismo muy agudo, se gobierna desde la
redemocratización a través de coaliciones.
En relación a la profundización y consolidación de la democracia, se
propone a menudo equilibrar mejor la distribución de poder del Estado a través de
su desconcentración horizontal, aumentando el poder del parlamento (y también
del poder judicial) en detrimento del poder del presidente. Parece una medida
lógica en pro del desarrollo democrático. Sin embargo, una reforma en tal sentido
es capaz de mantener o aumentar la gobernabilidad sólo si el parlamento logra
desarrollar una comprensión cabal de su función en el marco del nuevo diseño. El
lame duck presidencial es precisamente un fenómeno de la distribución equitativa
del poder entre los órganos del Estado, cuando falta capacidad de cooperación
entre ambos órganos. Debido a las reformas electorales,
7
Véase la contribución de Grace Ivana Deheza sobre Gobiernos de coalición en el
sistema presidencial (en Nohlen /Fernández 1998: 151-69) y Lanzaro (2001; N. del E.).
México está actualmente atravesando con grandes dificultades de gobernabilidad
el camino desde un presidencialismo con presidente omnipotente hacia un
presidencialismo cooperativo, cuyo desenlace ahora no depende de la estructura
constitucional sino de la capacidad de aprendizaje de la clase política.
8
Véase el siguiente trabajo para una exposición más detallada de la discusión sobre la
reforma del sistema presidencial, y el punto 3. de la introducción (N. del E.).
candidato vencedor consiga un apoyo electoral lejano a la mayoría absoluta, lo que
a menudo es percibido como una falta de legitimidad. El sistema de mayoría
absoluta es el que garantiza esta legitimidad cuantitativa por el mecanismo del
ballotage.
Ahora bien, en cuanto al criterio de efectividad, lo importante es considerar
los efectos de ambos sistemas clásicos sobre el sistema de partidos y la
representación política en el parlamento. Mientras que el sistema de pluralidad
tiende a la concentración, el sistema de mayoría absoluta tiende a la dispersión y
fragmentación del voto en la primera vuelta. Y dado que las elecciones
presidenciales y parlamentarias se celebran en la mayoría de los casos en América
Latina simultáneamente, el sistema electoral presidencial puede influir mucho en
el grado de fragmentación en la composición partidaria del parlamento. Así, la
alternativa entre los sistemas clásicos corresponde —en teoría— a la alternativa
entre mayor legitimidad y mayor concentración.
Una superación de este conflicto podría ser la separación de los dos tipos de
elección, como la encontramos en la actualidad en Chile y Venezuela. Esta medida
es aplaudida por los que estiman en especial la mayor libertad del votante. Sin
embargo, con ella se pierde la posibilidad de que el voto presidencial ejerza su
influencia sobre el voto parlamentario con un efecto concentrador y
homogeneizador de las mayorías ejecutiva y parlamentaria, facilitando así la
gobernabilidad. Una salida mucho más conveniente es el sistema de pluralidad
con barrera mínima de votación. Éste tiende, por un lado, a concentrar el voto
incluso en mayor medida que el sistema de pluralidad puro (pues induce a tratar
de superar la barrera legal) y, por el otro, en caso de que el resultado electoral no
genere un candidato con mayoría suficiente para no cuestionar su legitimidad,
habrá una segunda vuelta, sin que el ballotage influya negativamente sobre el
sistema de partidos.
Entre todas las alternativas existentes en el ámbito institucional, la opción
por el sistema de pluralidad con barrera legal es la más plausible. Se ve sustentada
por los datos empíricos, aunque ellos no reflejen el efecto del sistema electoral en
forma aislada, ya que en la opción por una de las alternativas institucionales
interviene también el sistema de
partidos.
Así, en América Central y México, de un total de 44 elecciones libres y
limpias, 31 fueron llevadas a cabo aplicando un sistema de pluralidad (incluyendo
14 elecciones aplicándose el sistema de pluralidad con barrera legal), en las
restantes se votó por el sistema de mayoría absoluta. En más de la mitad de las
elecciones por el sistema de pluralidad, el candidato más votado alcanzó una
mayoría absoluta de votos. Por el contrario, en las elecciones por el sistema de
mayoría absoluta, en dos tercios de los casos esta mayoría se consiguió sólo en la
segunda vuelta. Se puede concluir que mayorías absolutas en votos son más
probables con sistemas de pluralidad que en sistemas de mayoría absoluta. Sin
embargo, no hay que dejar de lado que en sistemas multipartidistas es probable
que se opte por un sistema de mayoría absoluta. Esta consideración alude a la
causalidad circular entre los factores observados, lo que ha de tenerse siempre
presente.
9
Nohlen se refiere a la elección parlamentaria de Víctor Paz Zamora (MIR) con el
apoyo de Acción Democrática Nacional en 1989 (N. del E.).
escaños a distrubuir, un sistema atomizador del sistema de partidos. México
detenta un sistema segmentado, con ligeras tendencias concentradoras. Por lo
demás, Bolivia y Venezuela introdujeron la representación proporcional
personalizada que atiende más allá de la función de representación por sobre todo
la de la participación. Respecto a los sistemas proporcionales, aunque
correspondan a una misma categoría tipológica, cada uno tiene sus propias
características (véase Nohlen 2005).
Comparando todos los sistemas electorales, se observa una alta presencia de
pequeños distritos como únicas unidades de distribución de escaños (Chile,
República Dominicana, Panamá), varias formas de votación que promueven el
voto personal (Chile, Bolivia, Ecuador, México, Panamá, Venezuela), preferencial
(Brasil, Perú) o de lista no bloqueada (Colombia, Uruguay, casos en los cuales la
terminología legal habla de listas cerradas y bloqueadas mientras ciertamente no
lo son), así como la falta de barreras legales (salvo en Argentina, Bolivia y
México). Esta orientación implica en general una proporcionalidad moderada
entre votos y escaños y una relativamente amplia libertad para el elector para
escoger su candidato o su corriente dentro de la preferencia partidaria propia.
Mas allá de esto, es muy difícil establecer una relación lineal entre un cierto
formato de sistema de partidos y la gobernabilidad democrática. En la disciplina
de gobierno comparado, se privilegia el bipartidismo. El caso de Venezuela
demuestra que un bipartidismo casi perfecto en su manera de posibilitar la
alternancia en el gobierno, erigido en base a un sistema proporcional con
representación de minorías, no siempre es capaz de llevar la democracia hacia
estándares económicos y sociales acordes a sus recursos y posibilidades. Se pone
de manifiesto asimismo la debilidad de un Estado calificado (con connotación
crítica en su momento) de “partidocracia”, que cae en un proceso de rápida
desconstrucción (Brewer-Carias 2002).
Tomando en cuenta los demás bipartidismos en América Latina (Colombia,
Costa Rica, Honduras), las experiencias son ambivalentes. El tripartidismo en su
relación positiva o negativa con la gobernabilidad, es dependiente de la capacidad
de formar coaliciones de sus partidos integrantes. En Bolivia ha funcionado bien a
partir de 1985, hasta que el sistema representativo sufrió presión por parte de
grupos populistas y, debido a “la extrema pobreza imperante en el país y las
seculares prácticas de exclusión y discriminación social” (Bohrt Irahola 2004:
XIII), se articuló “el malestar democrático” (Alenda 2004) en las elecciones de
2002. En estas elecciones, los partidos tradicionales sucumbieron ante las
demandas sociales e identitarias de los pueblos originarios que optaron por nuevos
partidos y estrategias de participación fuera del arco parlamentario, operando a
menudo con métodos violentos.
En Uruguay, a pesar del carácter concordante de su democracia (Rama
1987), sólo recientemente se están superando las reticencias a la formación de
mayorías parlamentarias en el tripartidismo. En México la estructura tripartidista
puede volverse muy problemática, porque el tripartidismo sin capacidad de formar
coaliciones es el formato más duro y reticente a la cooperación entre el ejecutivo y
el legislativo, no solamente por razones históricas contingentes, sino por razones
lógicas en la medida en que cada una de las fuerzas está en condiciones de ganar
las elecciones presidenciales y de desarrollar estrategias para lograrlo. Esto induce
a que los partidos de oposición eviten compromisos con el presidente de turno. En
esa misma lógica, los sistemas pluripartidistas parecen más idóneos para
desarrollar estrategias de cooperación. Sin embargo, sus partidos integrantes
demuestran generalmente un menor grado de institucionalización y a menudo
carecen de vocación para gobernar o para compartir responsabilidades de
gobierno. El cambio de un partido a otro no es un camino más adecuado para
conseguir apoyo parlamentario a favor del presidente, además esta práctica está
muy mal connotada en la opinión pública.
3. Síntesis
Existen innumerables propuestas de diseños diferentes para la arquitectura
institucional actual de los países latinoamericanos. Sólo algunas resultan
convenientes y aconsejables en el marco de una ingeniería institucional que toma
en cuenta el contexto y la viabilidad política. Precisamente este tipo de propuestas
son las que la ciencia política debe buscar y formular. Es así como podrían
entenderse las anteriores consideraciones.
TEXTO N° 12
Agosto 2007
ANTECEDENTES HISTORICOS DE LA DEMOCRACIA Y LOS PARTIDOS EN EL
PERU
Esta situación facilitó los golpes militares, las guerras civiles y las guerras
internacionales que, a su vez, conformaron elementos autodestructivos de la propia
democracia política.
32
VerTuesta(1993:517).
33
Ver al respecto Cotler (1978), Alcantara (1990) y Basadre (1980 y 1982).
34
En 1823 y,1827 1a designación del presidente de la república surgió de la decisión del Congreso;
en 1829, 1839 y 1845 de un levantamiento militar revestido de fortunas electorales; en otros
casos, fue producto directo de una sublevación militar, como sucedió en 1835, 1836, 1842 y 1843
(Chanamé 1990:67).
35
Sin embargo, es necesario resaltar que con la llegada de Ramón Castilla al poder en 1845 se
vivió un corto período de estabilidad politica. Castilla fue el primer gobemante electo que además
concluyó su mandato entregando el poder a otro gobemante electo y acerrimo opositor, José
Rufino Echenique.
En 1871, la burguesía comercial intentó erigirse como clase dirigente, después de su
jugosa intervención en el negocio del guano36. Se organizó bajo la, figura de Manuel
Pardo, quien fundó el Partido Civil que, por ser el primer partido político, marcó un hito
importante en la política peruana37. En 1872 ganó por primera vez las elecciones pese
a ser el candidato opositor38. Sin embargo, el civilismo, que sólo en parte enarboló las
banderas liberales, tuvo corta duración en esta etapa: la perjudicial guerra con Chile
vino a interrumpir el proceso, trayendo como consecuencia el cercenamiento del
territorio, una economía en bancarrota, un país endeudado y el regreso de los militares
al gobierno hasta 1895, cuando por medio de una revuelta dirigida por Nicolás de
Piérola, los militares fueron expulsados del poder.
41
Nos serán de suma utilidad las variaciones que Beldel propone al modelo de Sartori (Bendel
1992:326-330).
42
Véanse al respecto las tesis de Cotler (1978).
43
Ver Villanueva (1962).
44
Ver el trabajo de Garavito (1989).
considerar este período como de elecciones pluripartidistas excluyentistas45.
Son elecciones competitivas de hecho pero no de derecho. Con todas las
reservas del caso, podríamos decir que el sistema de partidos que se articuló
es el del partido hegemónico-pragmático, situado alrededor del Partido Civil
que terminará, en las elecciones de 1919, con el triunfo del opositor Augusto B.
Leguía.
c. Leguía, ganador y gestor del golpe de Estado 1919, instaló un régimen político
personalista que se prolongaría hasta 1930. El llamado oncenio leguiísta,
mantendrá la participación política restringida pero asimismo reprimirá a la
oposición política, manteniéndose en el poder después de 1924 por medio de
dos reelecciones; permitidas por igual número de cambios constitucionales
realizados por un Parlamento totalmente sumiso. Podemos calificar a este
periodo de tránsito de un unipartidismo-pragmático a un unipartidismo-
autoritario46. El último periodo de este gobierno se vio agobiado por la crisis
mundial, la organización y la presión social, y devino en una dictadura
represiva. Los nacientes partidos de masas eran perseguidos y los partidos del
orden excluidos del poder.
La crisis económica de los años 30 precipitó la caída de Leguía y con ella la irrupción
de las masas en el escenario nacional47. La incapacidad de la oligarquía para articular
nuevos partidos políticos se expresó en su apoyo a un militar, Luis M. Sánchez Cerro,
en las discutidas elecciones de 193148. En ellas no participó el PCP, que se
encontraba proscrito. El PAP, por su parte, las calificó de fraudulentas. El intento de
levantamiento armado, en 1932; terminó con la ilegalización del Apra y el posterior
asesinato del Presidente Sánchez Cerro49.
Posteriormente, el país enfrentó una crisis económica que terminó frustrando a una
ciudadanía cuyas demandas eran insatisfechas. El gobierno, acosado por la oposición,
perdió credibilidad e ingresó en una extrema crisis económica y de gobernabilidad que
no pudo controlar53.
Para un mejor análisis de sus características, podemos dividir este segundo periodo
en subperíodos:
52
Sobre las relaciones entre el Apra y el Ejercito ver Thomdike (1972) y Villanueva (1962, 1973 y
1977).
53
En el último año de gobiemo, antes del golpe de Estado de 1968, se sucedieton cuatro gabinetes
ministeriales (Tuesta 1994).
presidenciales y algunos partidos más para el parlamento54. El rechazo a sus
resultados, el levantamiento aprista, el asesinato del presidente Sánchez Cerro
y la posterior ilegalización del Apra y el PCP, condujeron nuevamente a la
instauración de un régimen autoritario, semicompetitivo y de pluralismo
restringido a nivel del Parlamento. Hubo elecciones parlamentarias en 1936
(anuladas por el probable triunfo opositor con apoyo aprista) y en 1939. Los
partidos políticos presentes en el escenario volvieron a ser los partidos de
electores. Los partidos de notables, que con el leguiísmo habían entrado en
una seria crisis, no pudieron sobrevivir.
En la década de los setenta el Perú vivió una etapa particular. Mientras los gobiernos
militares dictatoriales que se implantaron en América Latina funcionaban en sus
formas más descarnadas, en el Perú el gobierno militar intentó transformar el país
desde arriba, a través de un conjunto de reformas y de la movilización de masas,
aunque siendo igualmente autoritario56.
Si bien el gobierno del general Juan Velasco Alvarado buscó apoyo popular, su
relación corporativa y autoritaria con la sociedad civil creó una oposición notable en el
movimiento sindical. Se dio un proceso de radicalización de los sindicatos con notoria
presencia de un numeroso grupo de partidos marxistas -de la denominada nueva
izquierda- que había surgido como alternativa radical al PAP y al PCP.
En 1975 este modelo militar llegó a su fin, y fue relevado por una dictadura militar
encabezada por el general Francisco Morales Bermúdez. La presencia de una crisis
económica de larga duración activó, sin embargo, un movimiento de oposición que
obligó al retiro de los militares y dio paso a un plan de transferencia democrática.
55
La llamada «experiencia pemana» logró interesar a un sin número de científicos sociales
peruanos y extranjeros, particularmente durante la llamada primera fase» (1968-1975). Se puede
encontrar una vasta bibliografía sobre el tema en Pease (1977). Ver también McClintock y
Lowenthal (1985).
56
Cardoso señala que a «la misión de controlar la sociedad y de promover un desarrollo capitalista
vía el Estado», llegó a ser la «doctrina militar latinoamericana. Es en esta dimensión que el
ejército peruano se diferenció del resto». (CLACSO 1985:133).
57
Por ejemplo, luego de jurar como Presidente de la República el general Velasco declara a los
periodistas que el golpe no es contra los partidos; señala que no han tratado aún el problema de
las elecciones previstas para 1969 y no se ha fijado fecha de duración al gobiemo (La Prensa, 3
de octubre de 1968).
58
Celebrando un aniversario más de la Ley de Reforma Agraria, el general Velasco afirmó que: «...
no es nuestra intención propiciar la fomtación de un partido político adicto al Gobiemo
Revolucionario. Queremos contribuir a crear las condiciones que hagan posible y estimulen la
directa, efectiva y permanente participación de todos los peruanos en el desarrollo de la
Revolución. Tal participación encontrará sus propias modalidades organizativas y sus propios
Sin embargo, tras la caída de Velasco, si bien el general Morales Bermúdez establece
un régimen más represivo contra la izquierda, intentará abrirse a otros partidos59.
Estamos, pues, delante de un sistema político autoritario con la exclusión de los
partidos políticos.
mecanismos de acción enteramente autónoma, más allá del alcance de las corruptas dirigencias
políticas tradicionales» (Documento de la Oficina Nacional de Infomación, publicado en todos los
diarios el 24 de junio de 1971).
59
En una conferencia de prensa el Presidente Morales Bemúdez dice: «Nosotros aceptamos a los
partidos políticos. Esta es nuestra doctrina ... aceptamos la coexistencia con los otros partidos
tradicionales, eso es claro, no pensamos sustituirlos ni que se liguen directamente a la
organización política de la revolución.» (La Prensa, 25 de setiembre de 1975).
60
El 4 de octubre de 1977 el gobienno militar promulgó el decreto ley 21949, que fomalizaba esta
convocatoria incorporando algunas particularidades al sistema del sufragio: elección de 100
representantes a nivel nacional por distrito electoral único, aplicación de la cifra repartidora,
incorporación por primera vez del voto preferencial, y otorgamiento del derecho a voto a las
personas mayores de 18 años.
61
Se inscribieron 12 listas de partidos y alianzas de partidos. Pocos días antes del cierre de la
nscripci6n, Acción Popular daba a conocer su decisión de abstenerse de participar en los
comicios, señalando que el gobierno militar no iba a respetar la soberanía de la Asamblea.
62
Particulamente agrupaciones maoístas, entre las que se encontraba el PC del P, más conocido
como Sendero Luminoso.
63
Parte de este conflicto se grafica en la convocatoria a dos paros nacionales, en febrero y mayo
de 1978, que provocaron serios problemas al régimen. Este respondió represivamente,
alcanzando a deportar, en pleno proceso electoral, a trece dirigentes políticos, todos -salvo
uno-de militancia de izquierda. Ya en julio de 1977 un exitoso paro nacional había producido el
despido de cerca de 5 mil líderes sindicales.
Asamblea Constituyente64. Seguidamente, quedó el Partido Popular Cristiano (PPC),
con el cual el Apra entabló una alianza para dirigir la asamblea y obtener la mayoría65.
Desde 1978 se desarrolló una secuencia electoral como nunca antes en la historia
política peruana: elecciones constituyentes en 1978 y 1992, elecciones presidenciales
y parlamentarias en 1980, 1985 y 1990 (esta última con dos vueltas electorales),
elecciones municipales en 1980, 1983, 1986, 1989 y 1993, elecciones regionales en
1989, y referéndum en 1993. Sus resultados produjeron tres gobiernos democráticos
consecutivos, dos cartas constitucionales67 y numerosos gobiernos locales y
regionales, generando activamente poder político. Las elecciones, de esta manera, se
convirtieron en origen de poder y canalización de sus resultados. En total doce actos
eleccionarios en quince años.
64
Víctor Raúl Haya de la Torre, fundador y líder máximo del Apra, obtuvo la primera votación
preferencial con más de un millón de votos. Fue la primera vez que el ya octogenario líder aprista
alcanzaba un puesto por via electoral, luego de sus frustradas candidaturas presidenciales en
1931 y 1962, que fueron seguidas por golpes de Estado.
65
El PPC, con su líder y fundador Luis Bedoya Reyes, de inspiración social-cristiana, obtuvo 24%
de los votos, porcentaje que incluía el voto de AP que se había autoexcluido del proceso. Este
voto se concentraba preferentemente en Lima, en ciudades importantes y en el sur. En todos
aquellos lugares se asentaba en las capas medias y altas de la burguesía (Tuesta 1989).
66
La izquierda se presentó dividida en cuatro listas, de las cuales aquellas de mayor radicalidad en
su práctica y programa obtuvieron mayor peso electoral: el FOCEP con el 12,3% y la UDP con el
4,7%. En términos de votos preferenciales, Hugo Blanco, líder campesino trotskista de la década
del sesenta, obtuvo la mayor votación en la izquierda y fué el tercero más votado a nivel
nacional. Completaron la votación para las listas de izquierda el PCP y el PSR con el 5,9% y
6,6%, respectivamente. Estas dos agrupaciones habían apoyado el proceso militar en su primera
fase. El resto de agrupaciones, juntas, obtuvieron menos del 10%. Ver sobre el proceso
constituyente y su elección Bemales (1980) y Tuesta (1979).
67
Sobre las cartas constitucionales ver Paz Soldán (1988), Pareja Pflucker (1987), Eguiguren (1990
y 1993) y Bemales, Eguiguren y otros (1989).
68
Estas elecciones se rigieron por las normas contenidas en la quinta disposición general y
transitoria de la nueva Constitución que sólo modificaba artículos del decreto ley 14250 del 5 de
diciembre de 1962. Con la inscripción de los analfabetos se incrementó el número de electores
que llegó a 6.485.680, cifra que incluye a los pemanos residentes.en el extranjero. Se
inscribieron un total de 15 listas y alianzas electorates. Sobre este periodo ver Grossi (1988).
El mayor competidor era AP que, por cuarta vez, lanzaba la candidatura de su
fundador Fernando Belaúnde Terry. Su abstención en el proceso anterior le evitó un
desgaste político, ya que la convivencia entre el gobierno militar y la Asamblea
Constituyente absorbía parte del rechazo que sentía la ciudadanía tras doce largos
años de gobierno militar69. Otros partidos en disputa fueron, en el sector conservador,
el PPC; y la izquierda, que luego de su exitosa participación en 1978 no pudo lograr
una candidatura unitaria y se disgregó en cinco candidaturas70.
El primer gobierno democrático enfrentó dos graves problemas: una crisis económica
que recrudeció en la mitad del período presidencial, y la aparición y posterior
desarrollo de la agrupación armada Sendero Luminoso72, ambos elementos claves que
tendrá que enfrentar la joven democracia peruana.
Su gobierno, al igual que el anterior, empezó con mucho apoyo ciudadano, pero a
mitad de su gestión se vio imposibilitado de cumplir las promesas ofertadas. A pesar
de haber triunfado en las elecciones municipales de 1986, posteriormente tuvo que
enfrentarse a una situación crítica en el ámbito económico, derivada del fracaso de su
modelo. Con un fuerte estilo populista se enfrentó a la banca internacional con la
consigna del no pago de la deuda externa y un intento de nacionalización de la banca.
Esta última medida sirvió para reagrupar a los sectores derechistas del espectro
político, desplazando a IU, hasta ese momento el más importante opositor del
régimen, aunque presa de serios conflictos internos.
73
El joven líder y candidato aprista Alan Garcia subordinó las tendencias centrífugas al interior de
su partido, y enterró símbolos y emblemas. Su protagonismo juvenil encajó en un país de
electorado mayoritariamente joven. Manejó su campaña en forma efectista, opositora con
moderación, pero agresivamente retórica. Nunca polemizó ni presentó su programa de gobiemo.
Asumía que la gente requería, ante la carencia de altemativas resueltamente transformadoras,
un mensaje esperanzador en medio de un nuevo y definitivo fracaso belaundista. Ver Coder
(1988), López (1991) y Tuesta (1986).
74
Ver Córdova (1991). Sobre Ricardo Belmont, primer candidato independiente que gana una
elección, puede leerse también Thomdike (1994).
75
Para un acercamiento del llamado fenómeno Fujimori puede leerse: Degregori y Grompone
(1991), Rospigliosi (1992), Boggio, Ansión y Romero (1991). Una vision más biográfica del nuevo
presidente, que intenta hurgar sobre las razones de su éxito, se puede encontrar en Salcedo
(1990) y Jochamowitz (1993).
Si bien el nuevo presidente de la república conseguía exitosamente el ejecutivo, su
inexperta agrupación Cambio 90 no logró obtener una mayoría parlamentaria, como si
había ocurrido en los periodos anteriores. Al inicio, sin embargo, las mayorías allí
construidas distaron de ser opositoras al régimen, que en diversas circunstancias
contó con apoyos mayoritarios variables, aun cuando ellos no fueran estables. Incluso
el primer gabinete ministerial tuvo la característica de estar conformado por personajes
independientes.
Pero el nuevo presidente, para sorpresa general, inició la aplicación de una política
económica neoliberal, la misma que él había rechazado en la campaña electoral: una
apertura económica que liberaba los precios, reducía el gasto público, el déficit fiscal y
el aparato del Estado mediante un proceso de privatizaciones aun no concluido.
Muchas de las fuerzas políticas que acompañaron a Vargas Llosa en su primera
etapa, principalmente los empresarios, fueron paulatinamente apoyando la propuesta
económica de Fujimori. Paralelamente a ello, Fujimori desató casi desde el inicio de su
gobierno una dura campaña contra los partidos políticos, el Parlamento y el Poder
Judicial, en momentos en que efectivamente estos no gozaban de las simpatías
ciudadanas.
En una situación difícil en que se combinaron una aguda crisis económica y una
cruenta lucha contra el grupo terrorista Sendero Luminoso, el presidente Fujimori trató
de imponer la idea de que la estabilidad y el orden no se pueden lograr con estas
instituciones desprestigiadas y que el se encontraba imposibilitado para alcanzar los
objetivos trazados por su gobierno con reglas de juego mal establecidas que, además,
son burladas.
76
Las medidas más importantes que el gobiemo de Fujimori tomó luego del golpe de Estado
fueron: el cierre del Parlamento, la intervención de los aparatos judicial y electoral, la clausura
definitiva del Tribunal de Garantías Constitucionales y de los gobiemos regionales. Sobre el
golpe de Estado, sus razones y consecuencias, puede revisarse Abad y Garces (1993), Alegría
Varona (1992), Bemales (1993), IEP (1992a), López (1993b), CICOSUL (1992), Coder (1993a).
77
Ante una comisión de la Organización de Estados Americanos (OEA), Fujimori se comprometió a
un retomo al Estado de derecho vía elecciones a un Congreso Constituyente para que elabore ,
una nueva Carta Magna -la que además debería ser sometida a un referendum- y cumpla función
legislativa hasta la conclusión del periodo del anterior parlamento, es decir hasta 1995.
Asímismo, convocó a elecciones municipales de acuerdo al cronograma democrático anterior.
Ver Ferrero Costa (1992).
78
Las elecciones se realizaron el 22 de noviembre de 1992, y eligieron un Congreso Constituyente
compuesto por 80 representantes, elegidos en un distrito electoral nacional único bajo el sistema
proporcional. La distribución de escaños, que no estaba limitada por ninguna barrera mínima, se
desarrollaba bajo el formato de la cifra repartidora, en el Método D'hondt. Al interior de las listas
se aplicaba el método del voto preferencial doble opcional.
79
Se abstuvieron de participar el socialdemócrata Apra, el centro-derechista Acción Popular, el,
liberal Movimiento Libertad y los izquierdistas Partido Unificado Mariateguista (PUM) e Izquierda
Unida (IU). De los partidos importantes sólo participó el socialcristiano Partido Popular Cristiano
desprestigiados y fuera de juego, la competencia electoral disminuyó, la incertidumbre
electoral desapareció y los resultados pudieron, incluso, no ser respetados80.
De esta manera, la lista de Nueva Mayoría/Cambio 90, obtuvo una victoria electoral y
conquistó la mayoría absoluta en el nuevo Congreso Constituyente.
El régimen tuvo dos elementos a su favor, que fueron sus cartas de triunfo, y que lo
diferenciaron de los otros dos periodos presidenciales. La inflación había sido
controlada -aunque sobre la base de una recesión muy severa-, lo que contribuyó a
dar la imagen de estabilidad que tanto anhelaban los peruanos luego del penoso
recuerdo de la hiperinflación del periodo de Alan García.
A los dos éxitos alcanzados por Fujimori se agregó una intensa campaña populista de
obras de infraestructura educativa, particularmente en aquellas provincias en las que
había perdido en el referéndum. Fueron dos años de campaña proselitista con miras a
la reelección. La competencia electoral, en la que participaron catorce candidaturas
presidenciales, se caracterizó por su baja intensidad y absoluta desigualdad. El
presidente y a su vez candidato hizo que de todos los recursos del Estado para su
campaña, contando con el vacio legal existente en materia de financiamiento de
partidos. Todo ello cruzado por un conflicto fronterizo con el Ecuador que favoreció
electoralmente al presidente y redujo la campaña a escasos tres meses.
85
La bandera de la campaña electoral fué la implantación de la pena de muerte para los terroristas
(contraponiendo la corriente abolicionista en el mundo a la que se había adherido el Perú en
1979) y la reelección presidencial imnediata. En el primer caso, se trataba de aprovechar el
hartazgo de la ciudadanía -con no pocas dosis de venganza-en relación a la violencia política
que en forma dantesca desarrollaba Sendero Luminoso, particularmente durante 1991 y 1992.
En el segundo caso, se trataba de inculcar la idea de que los éxitos en materia económica y,
política antisubversiva eran parte de una política más amplia de cambios profundos en la
sociedad, y que esta só1o se garantizaba con una dirección adecuada y eficiente; por lo tanto,
era necesario cambiar la tradición constitucional peruana y permitir la reelección presidencial.
Sobre el referendum puede revisarse López (1993a) a IEP (1992c).
86
«Señor Presidente: Acudimos a usted en su condición de Jefe de Estado Peruano, para
solicitarle, celebrar conversaciones que conduzcan a un Acuerdo de Paz cuya aplicación lleve a
concluir la guerra que por más de trece años vive el país». En la segunda carta Guzmán señala:
«...los hechos muestran que su gestión ha logrado objetivos avances, especialmente después de
los sucesos del 5 de abril del 92, situación que claramente se veía venir como una necesidad del
estado pemano, a cuyo efecto se han puesto las bases para el proceso económico y llevado,
adelante el reajuste del Estado», Idéele N° 58, noviembre de 1993, p. 13.
87
Durante gran parte de la gestión presidencial el ingeniero Fujimori mencionaba el apoyo
ciudadano mostrado en las encuestas, lo que originó que algunos hablaran de la era de la
«encuestocracia». Ver sobre todo Busse (1992), Álvarez (1993) y Duran Barba (1993).
La oposición, dispersa en varias candidaturas, tuvo al embajador Javier Pérez de
Cuéllar, líder del grupo independiente Unión por el Perú (UPP), al oponente más
importante. Pese a algunas irregularidades previas (reglas de juego cambiadas,
proselitismo a favor de la candidatura oficialista por parte de militares y funcionarios
públicos) y posteriores al proceso electoral (deficiencias en el escrutinio que
favorecieron a la lista Cambio 90/Nueva Mayoría), el triunfo del ingeniero Fujimori el 9
de abril de 1995, fue inobjetable. Consiguió alrededor del 65% de los votos válidos,
conquistando un segundo mandato en primera vuelta electoral. Su lista parlamentaria
también obtuvo nuevamente una mayoría absoluta en el Congreso. Fujimori consolidó
su liderazgo personalista a costa de socavar las adhesiones de los partidos políticos
que habían construido el sistema de la década pasada. Estos -PAP, AP, IU y
PPC- lograron apenas alrededor del 8% a nivel presidencial y un 15% de las bancadas
en el Parlamento, perdiendo incluso su inscripción en el registro de partidos políticos.
A partir de julio de 1995 se abre el segundo periodo gubernamental de Alberto
Fujimori, con su figura consolidada, con una mayoría en el Parlamento y una oposición
dispersa: una agrupación mediana pero heterogénea (UPP) y diez pequeños grupos
parlamentarios. La elección de 1995 constitucionaliza nuevamente a Fujimori, pero
muestra la debilidad de las instituciones peruanas, así Como termina de articular un
nuevo formato de sistema de partidos. Este es multipartidista moderado, con una
tendencia hegemónica de Cambio 90/Nueva Mayoría pero, por las características de
sus componentes, de cierta precariedad.
88
La última y más flagrante es la incorporada en la nueva Constitutión del Perú. El capítulo XIII,
bajo el título de «Sistema Electoral», hace, referencia a formas de organización y funciones de
los órganos electorales.
89
Para todo lo referente a los sistentas electorales ver Nohlen (1981:78-94).
La calidad del derecho electoral mide, de alguna manera, el grado de desarrollo
democrático de una sociedad y la participación ciudadana en la política. En el Perú, a
Lo largo de las últimas décadas, el derecho electoral ha sufrido importantes
variaciones, siendo las más significativas aquellas introducidas a fines de los setenta.
La mayoría de las doce Constituciones -salvo las de 1979 y 1993-, y las leyes
electorales peruanas fueron de una a otra manera censitarias y restrictivas90.
En relación a los principios de sufragio, el derecho electoral peruano transitó por varios
momentos, que a continuación examinamos.
A este respecto, para que una persona tuviera derecho a sufragio la Constitución de
1823 exigía ser peruano, saber leer y escribir, tener una propiedad o ejercer alguna
profesión, y estar casado o tener 25 años (art.17). Por su lado, la Constitución de 1828
otorgaba la ciudadanía a los que denominaba «hombres libres», aunque fuesen
analfabetos; deberían haber nacido en territorio peruano, ser mayores de 21 años o
estar casados y, en el caso de tratarse de extranjeros, que hayan servido en el ejército
o la armada desde 1820 (arts. 4, 5 y 6). La Constitución de 1834, reimplantaba el
sufragio censitario, y mantenga el voto a los analfabetos; además, por su inspiración
liberal, agregó un cambio importante: negó el sufragio a los soldados y al clero.
En la década del cincuenta del siglo pasado, se entabló una polémica entre
conservadores y liberales, uno de cuyos puntos centrales fue el sufragio universal94.
90
Estas doce Constituciones se aprobaron en 1823,1826, 1828, 1834,1839, 1856, 1860, 1867,
1920, 1933, 1979 y 1993. Las de 1823, 1826, 1856 y 1867 casi no tuvieron vigencia.
Históricamente, la primera norma electoral peruana es el Reglamento de Elecciones del 26 de
abril de 1822, que regu1ó las elecciones del primer Congreso Constituyente.
91
Nohlen (1991:65).
92
Sin embargo, como bien anota Nohlen, una diferencia excesiva entre la edad electoral y la
mayoría de edad civil sería contradictoria con el postulado de la universalidad del sufragio
(Nohlen 1981:66).
93
Sobre el sufragio restringido puede verse Nohlen (1981:67).
94
En relación al derecho al sufragio, el clérigo conservador Bartolomé Herrera sostenía que «EI
derecho no tiene su origen en la voluntad humana sino en la naturaleza. No era un castigo a los
indígenas y mestizos declarar que no podían votar porque se puede carecer de un derecho no só1o
por delito sino también por incapacidad natural. La naturaleza humana se desenvuelve según sus
facultades. El niño y la mujer ven restringidos sus derechos civiles: así también el analfabeto debe
Dicha polémica impregnó gran parte de la lucha doctrinaria que se trasladó desde los
periódicos hasta la guerra civil. Con este ambiente se elaboró la Constitución de 1857.
En ella se estipulaba que eran ciudadanos los peruanos que sabían leer y escribir o
eran jefes de taller, o tenían propiedad raíz o eran retirados del ejército o armada (art.
37); debían ser mayores de 21 años o estar casados, y mantener sus derechos
políticos (art. 36).
Esta Carta Magna duró poco y fue rápidamente reemplazada por la Constitución de
1860, que concede el derecho de sufragio sólo a los peruanos que saben leer y
escribir o son jefes de taller, o tienen propiedad raíz o son contribuyentes (art. 38).
Asimismo, debían tener más de 21 años o estar casados (art.37). Esta Constitución
tuvo vigencia por sesenta años: la de mayor duración en la historia republicana. En
1896 se destierran definitivamente las restricciones censitarias, con la reforma del
artículo 38 de la carta de 1860. Se produce así el primer gran cambio en la
universalidad del sufragio. La Constitución de 1920 consagra esta característica:
obtenían el derecho al sufragio los ciudadanos en ejercicio que sabían leer y escribir,
mayores de 21 años o casados a inscritos en el registro militar (arts. 65 y 66).
Con la Constitución de 1933 también gozan del derecho de sufragio los ciudadanos
que saben leer y escribir, hombres mayores de 21 años y los casados mayores de 18
años. En el caso de las mujeres, ellas sólo sufragan en elecciones municipales,
siempre y cuando tuvieran más de 21 años o estuvieran casadas
aunque no hayan cumplido esa edad (art. 86); sin embargo, en este período nunca se
realizaron elecciones municipales.
La tercera gran ampliación del derecho al sufragio ocurrió en las postrimerías del
gobierno militar (1968-1980) y con motivo de la convocatoria a elecciones
constituyentes. El decreto ley que la normaba establecía que obtenían derecho al
sufragio los hombres y mujeres alfabetos mayores de 18 años. De esta manera, se
incorporaba a un importante contingente de la población, habida cuenta que el Perú,
como el resto de países latinoamericanos, es un país de población mayoritariamente
joven. La Asamblea Constituyente que emanó de dicho proceso electoral elaboró una
Carta Magna, la de 1979, que desechó toda restricción al derecho de sufragio. De esta
manera, con el otorgamiento del voto a los analfabetos, se producía la cuarta y última
ampliación del derecho al sufragio. En cuanto al derecho pasivo, es decir, al derecho
de ser elegidos, en todas las Constituciones se estableció una edad menor para
diputados que para senadores. Para diputados, las Constituciones de 1823, 1834,
1860, 1933 y 1979, exigían 25 años; las de 1828 y 1856 exigían 28 años; la de 1839,
30 años; y la de 1867 la simple condición de ciudadano. En cambio, para ser
senador -salvo las de 1828,1834 y 1839 que exigían 40 años-, todas ellas, hasta 1979,
carecer de derechos políticos, aunque forma la mayoría de la población del país.(Basadre 1982, tomo
3).
95
La mayoría de países latinoamericanos consagraron el derecho de voto para la mujer antes que el
Perú. Só1o Nicaragua (1955), Honduras (1956), Paraguay (1961) y Guatemala (1965), lo hicieron
después.
establecían que la edad mínima era 35 años96. Las exigencias para el presidente de la
república eran las mismas que para los senadores.
En relación al principio de la igualdad del voto, se puede señalar que en el Perú todas
las normas, sean constituciones o leyes, no han diferenciado la calidad del voto por
criterios de sexo, raza, educación, propiedad, etcétera. Es decir, cuantitativamente
todos los votos eran y son iguales97.
El principio de sufragio directo, es decir, que los propios electores deciden quiénes
ocupan el cargo público en disputa, no existió en gran parte del siglo. pasado. Desde
la primera Constitución hasta la de 1896-salvo en cuatro oportunidades-, la elección de
representantes se realizó mediante colegios electorales de provincia y distrito98. Luego
de la ley electoral de aquel año, la elección se convirtió en directa.
Sin embargo, se han cambiado los requisitos para ser elegidos. En la medida en que a
partir de dicha Constitución el parlamento es unicameral y consta de 120
96
Paz Soldán (1988:406-407).
97
Sin embargo, como señala Nohlen, «De acuerdo con el principio de igualdad del voto es, preciso
que las regulaciones técnicas de la elección, en especial, la distribución de las circunscripciones
electorates, sean de tal modo que, al menos por apróximación, garanticen la igualdad cuantitativa
de los votos». (Nohlen 1981:70).
98
El voto indirecto estuvo estipulado también en las leyes electorales de 1824, 1828, 1824, 1849,
1851, 1861 y 1892. El sufragio directo, incorporado en el temprano Reglamento Electoral de
1822, se aplicó el siglo pasado só1o para la elección de la Convención Nacional de 1855, para
las elecciones presidenciales de 1858 (siendo Ramón Castilla el primerpresidente elegido por
votación directa), y las elecciones parlamentarias de 1859 y 1897. En 1896 se volvió a implantar
con el gobierno de Nicolás de Pierola. Ver Paz Soldán (1988:123).
99
Basadre (1980).
100
Así sucedió en los casos de las elecciones constituyentes de 1979 y 1993, así como en las
elecciones a las cámaras de senadores en 1980, 1985 y 1990.
representantes, la edad mínima para ser elegido cambió y quedó establecida en 25
años (art. 90). Asimismo, los candidatos que desempeñan determinados cargos
públicos deben renunciar seis meses antes de las elecciones (art. 91). En esta
oportunidad, se precisó que los candidatos a la presidencia de la república no pueden
ser, a su vez, candidatos al parlamento, en contraste con la Constitución anterior101.
_____Cuadro 1_________________________________________________________
Año 1872 1919 1939 1956 1963 1978 1980 1990 1993
Electores/
Pobladores 0,3% 2;5% 8% 15% 18% 25% 31% 35% 37%
101
La Constitución de 1979 permitió que Alberto Fujimori, en 1990, lograra postular simuláneamente
tanto a la cámara de Senadores como a la Presidencia de la República.
102
En 1993, los electores inscritos representan el 45% de la población total.
103
En América del Sur, só1o Ecuador logró superar esta barrera, después de Perú, en 1979. El
índice y la información se han tomado de Bostrom (1989:13, Tabla 3).
modernizar su maquinaria a incorporar a una nueva capa ciudadana en sus filas. Los
partidos fueron, pues, trastocados por los cambios producidos en el derecho electoral.
En tal razón, la elite oligárquica no sólo reprimirá al PAP y al PCP, sino que
constitucionalizará su exclusión del sistema político. Dos años antes, el PAP había
obtenido, en elecciones parcialmente competitivas, alrededor de un tercio de los
votos113. Así, estos partidos no pudieron participar en las elecciones generales de
1936 (anuladas), 1939, 1945, 1950 y 1956114. A pesar de que ambos partidos
participaron en las elecciones generales de 1962 y 1963, y en las elecciones
municipales de 1963 y 1966, el artículo 53 no fue suprimido, sino hasta la Constitución
de 1979.
109
Bolivia (art. 223), Brasil, Costa Rica (art. 98), Chile (art. 19, inc. 15), Ecuador (art. 36), El
Salvador (art. 72), Guatemala (art. 223), Honduras (art. 47), México (art. 1), Nicaragua (art. 55),
Panamá (art. 132), Paraguay (art. 117), Perú (art. 35), República Dominicana (art. 104), Uruguay
(art. 77), y Venezuela (art. 114).
110
En el caso de América Latina, existen seis leyes especiales de partidos políticos: Argentina,
Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Venezuela. En el caso de Guatemala y Honduras, las tienen
conjuntamente con las leyes electorales. Véase Navas (1993:165-166, Anexo 1).
111
El control preventivo-ideológico se puede observar en el art. 21 de la Ley Fundamental de la
República Federal Alemana, como defensa de los partidos antisistema; otro caso es el de la
Constitución chilena de 1980, desde el punto de vista de un régimen autoritario y como producto
de una posición antipartido. El control por la vía del ilicito penal, por su parte, es asumido por
Bran parte de los países de regímenes democráticos. Véase Coloma (1990:147-150).
112
Como antecedente interesante puede anotarse los artículos de la ley electoral de 1896 que
sostiene:
«Art.17.- Cada uno de los partidos existentes en la República tendrá derecho de designar un
adjunto, con voz pero sin voto, que asista a las deliberaciones de la Junta. Art. 18.-Los partidos
políticos, para tener derecho de enviar sus delegados a la Junta Nacional, deben tener existencia
en la República, programa definido y jefe conocido, individual o colectivo».
No existe, sin embargo, un tratamiento especial sobre los partidos politicos.
113
El artículo 53 de la Constitución de 1933 señalaba que el Estado no reconocía la existencia de
partidos políticos de filiación intemacional. De esta manera se excluía al PAP, como parte de una
Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) de alcance intemacional -que nunca llegó
constituirse como tal- y al PCP, como sección peruana de la Intemacional Comunista. Parte del
debate constitucional sobre este tema puede encontrarse en Balbi y Madalengoitia
(1980:128-133).
114
Las elecciones de 1936 fueron anuladas cuando el candidato opositor, apoyado por el PAP, iba
ganando en el escrutinio. En las de 1945 ambos partidos participaron cambiando sus
denominaciones al interior del Frente Democrático Nacional: el PAP, como Partido del Pueblo, y
el PCP como Vanguardia Socialista.
A fines de la década del setenta, se presentó un hito en la relación entre el Estado y
los partidos políticos. La transición democrática colocó a los partidos come su soporte
y permitió que desaparezca de la Constitución el anterior articulado excluyente, y se
incorpore de manera privilegiada con clara influencia de la Constitución española de
1978- a los partidos políticos como hacedores de la voluntad popular y piezas
fundamentales de la participación política ciudadana. La última Carta Fundamental
mantiene este mismo articulado, pero sin el énfasis de la anterior115.
Sin embargo, como bien señala Coloma, la Constitución de 1979 no consideraba a los
partidos como asociaciones al no inscribirlos en el libro respectivo, de personas
jurídicas. En concreto, se le reservaba casi como único fin la participación en
elecciones. Esto se volvió evidente cuando se discutió el financiamiento de los partidos
políticos: a nadie se le había ocurrido solicitarlo en periodos no electorates116. En otras
palabras, eran partidos políticos en la medida en que participaban en elecciones y su
participación hubiera resultado relevante; en caso contrario, el JNE podía, como
sucedió, cancelar su inscripción en el Registro de Partidos Políticos117. Se trataba pues
115
La Constitución de 1979 senalaba: «Art. 68.- Los Partidos Políticos expresan el pluralismo
democrático. Concunen a la fomtación y manifestación de la voluntad popular. Son instrumento
fundamental Para la participación política de la ciudadanía. Su creación y el ejercicio de su
actividad son libres. dentro del respeto a la Constitución y la ley. Todos los ciudadanos con
capacidad de voto tienen derecho de asociarse en partidos políticos y de participar democrá-
ticamente en ellos.
Art. 69.- Corresponde a los partidos políticos o alianzas de partidos postular candidatos en
cualquier elección popular. Para postular candidatos las agrupaciones no partidarias deben
cumplir con los requisitos de ley.
Art. 70.- El Estado no da trato preference a partido político alguno. Proporciona a todos acceso
gratuito a los medios de comunicación social de su propiedad, con tendencia a la
proporcionalidad resultante de las elecciones parlamentarias inmediatamente anteriores. Art.
71.- Durance las campañas electorales, los partidos políticos inscritos tienen acceso gratuito
a los medios de comunicación social de propiedad del Estado» .
…/
En contraste, la Constitución de 1993 señala que no só1o los partidos canalizan los derechos
políticos:
«Art.35.- Los ciudadanos pueden ejercer sus derechos individualmente o a través de
organizaciones políticas como partidos, movimientos o alianzas, conforme a la ley. Tales
organizaciones concurren a la fortnación y manifestación de la voluntad popular. Su inscripción
en el registro correspondiente les concede personalidad jurídica. La ley establece nóminas
orientadas a asegurar el funcionamiento democrático de los partidos políticos, y la transparencia
en cuanto al origen de los recursos económicos y el acceso gratuito a los medios de
comunicación social de propiedad del Estado en forma proporcional al último resultado electoral
general».
116
En realidad, con motivo de la costosa campaña electoral de Mario Vargas Uosa, en 1990 el
senador Rolando Ames (IU) presentó un moderado proyecto de ley para regular los gastos de
campaña electoral. Esto permitió discutir de manera muy inicial el tema del financiamiento de los
partidos políticos. Pero el proyecto no prospere, pués los grupos mss favorecidos se opusieron a
ello. De otro lado, los partidos en el Perú no gozan de otras atribuciones que si existen en otros
países. Por ejemplo, ser el único canal de representación política o tener presencia en los
jurados o cortes electorales. En el primer caso, un ciudadano só1o puede presentarse a un cargo
público electivo si penenece a un partido político (Ecuador o Brasil).
En el segundo caso, los partidos politicos principales tienen representantes en la máxima entidad
electoral del país (Bolivia). El Perú escapa a estas dos características. Véase Navas (1993) y
Jaramillo (1993).
117
El Jurado Nacional de Elecciones (JNE), entidad máxima de la justicia y administración
electoral creada en 1931, tiene un registro de partidos y agrupaciones políticas, los que deben
cumpliecon determinados requisitos para ser declarados legalmente constituídos. En el último
periodo, por ejemplo, la inscripción de un partido político se lograba con la presentación de cien
mil firmas de respaldo y el funcionamiento de por lo menos 13 de 25 comites departamentales.
de un marco legal con ausencia de una normas complementaria -por ejemplo, una ley
de partidos políticos- y con muchos vacíos118.
Habría que agregar que factores como la ampliación total del derecho de sufragio, las
expectativas ciudadanas reprimidas durante décadas de dominio oligárquico y control
militar, así como la dinámica organizativa de vastos sectores sociales durante las
décadas del sesenta y setenta, posibilitaron que los partidos políticos aparecieran
como los canalizadores de la participación política a través de los procesos
electorales. Así, desde 1978 el número de partidos se incrementó, como lo muestra el
cuadro siguiente:
____Cuadro 2__________________________________________________________
1931 1939 1945 1956 1962 1963 1978* 1980 1985 1990 1995
4 2 2 3 7 4 12 15 9 9 14
Se perdía la calidad de partido inscrito legalmente si dicha organización no con seguía el cinco
por ciento de los votos válidos en una elección nacional.
118
Sobre este punto Coloma (1990:150-155) recuerda que en la década del ochenta se presentaron
cuatro proyectos de ley de partidos políticos que fueron agrupados en uno sólo (dictamen NQ
2566, del 28 de noviembre de 1989), que no llegó a convertirse en ley.
*
Se toma como referencia las elecciones constituyentes.
Fuente: Tuesta (1994).
EL SISTEMA DE PODERES
1. EL PODER EJECUTIVO
Como en toda América Latina, el Poder Ejecutivo esta personalizado en la figura del
presidente de la república, y es independiente del Poder Legislativo. Su elección,
como ya revisamos anteriormente, obedece a sistemas electorales que influyen en el
sistema de partidos. Es elegido conjuntamente con dos vicepresidentes quienes, a su
vez, pueden ocupar cargos legislativos. Lo reemplazan en caso de vacancia temporal
o definitiva. Hasta la Constitución de 1993, no existía la reelección inmediata. La
elección del presidente de la república constituye el objetivo principal de la
competencia electoral y, en consecuencia, de la política. Esta constituye una clara
diferencia en relación a la elección presidencial en Europa, donde el presidente
preside pero no gobierna. Este hecho permitirá que la figura del presidente de la
república se apoye mas en la opinión pública y en su propia ascendencia sobre la
masa ciudadana, que en el sistema de partidos, concentrando así gran parte del poder
del Estado. He ahí una de sus características más importantes. Todo ello tiene un
efecto de configuración doble: «a través de las elecciones presidenciales, impacto
sobre los partidos políticos, el propio y el sistema de partidos; a impacto ejercido por la
presidencia, mejor dicho por los presidentes en ejercicio, sobre su propio partido
político en cuanto tipo y organización178».
176
Para un análisis del presidencialismo latinoamericano y la discusión sobre las propuestas
parlamentaristas véase Nohlen y Fernández (1991b).
177
Como indica Nohlen: «Para la estructura del sistema de partidos, el presidencialismo es el factor
más relevante en comparación con el sistema electoral.» (Nohlen 1991b:67).
178
Nohlen (1991:68).
En el Perú, la relación con los partidos políticos es muy clara. A pesar de la larga lista
de partidos, muchos de ellos han sido forjados bajo la égida de caudillos civiles que
constituyeron partidos de notables; tales fueron los casos de Manuel Pardo con el
Partido Civil, Nicolás de Piérola con el Partido Nacional o Andrés Avelino Cáceres con
el Partido Constitucional. - La irrupción del Apra en la escena nacional desde la
década del treinta convirtió a Víctor Raúl Haya de la Torre en candidato presidencial
obligado de su partido en 1931 y 1962; de la misma manera, el objetivo de varios
gobiernos fue impedir su candidatura presidencial. Aprismo y antiaprismo se
desarrollaron, por casi medio siglo, alrededor de la figura de Haya de la Torre Jefe y
Fundador - así Ilamado por sus seguidores- del partido. El Apra fue el partido
dominante durante todo ese periodo. La mítica dirección de Haya de la Torre sobre el
partido más organizado en la historia peruana le permitió influir en la elección de más
de un presidente de la república179.
Haya de la Torre nunca llegó a ocupar dicho puesto. Murió un año antes de su segura
elección, en 1979180.
Alberto Fujimori había formado un pequeño núcleo político llamado Cambio 90, que
también se organizó a través de su candidatura. El manejo personal del presidente
sobre dicha agrupación, sin más virtud que haber sido fundada por él, es un ejemplo
más.
Es necesario señalar que aquellos partidos que se fundaron sin más argumento que la
figura del caudillo o presidente de la república desaparecieron, o sobrevivieron sin
ningún éxito, cuando aquel dejó la presidencia de la república o falleció. Fueron los
casos de la PDRP de Leguía, el MDP de Manuel Prado o la UNO de Manuel Odría,
todos ellos ex-presidentes. Por ese camino transitan también agrupaciones como
Cambio 90 y Nueva Mayoría, fundadas alrededor de la figura de Alberto Fujimori. No
fue el caso de aquellos partidos que se incorporaron a las grandes vertientes o familias
ideológicas como el PAP, el PPC, las facciones de izquierda y también AP,
organizaciones que configuraron el sistema de partidos de los ochenta.
Siendo los procesos electorales presidenciales los más importantes, las inclinaciones
ciudadanas se han centrado de manera preferencial en la figura del líder, en desmedro
del propio partido. Esto ha permitido la volatilidad del electorado peruano: en el último
medio siglo sólo dos presidentes de la república han llegado a ocupar dos veces el
179
De esta manera, lograron apoyar exítosamente a Eguiguren en 1936, elección que fue anulada
justamente por probarse el apoyo aprista a dicho candidato. Sí logró, sin embargo, apoyar las
candidaturas ganadoras de Manuel Prado, en dos oportunidades, y de José Luis Bustamante y
Rivero.
180
Sus partidarios lo llamaban el presidente moral del Perú.
181
En realidad, también fue candidato a la Alcaldía de Lima en tres oportunidades, ganando en dos
de ellas.
mismo cargo, pero ningún partido político ha permanecido en el poder en dos periodos
consecutivos. De otro lado, el hecho de que las Constituciones anteriores a la de 1993
permitieran la postulación luego de un periodo gubernamental, hizo que los
ex-presidentes mantuvieran el control del partido y sometieran a este a los vaivenes de
su deseo de llegar, nuevamente, al primer puesto público. Así sucedió en Acción
Popular, en relación con Fernando Belaúnde Terry, y en el Partido Aprista con
respecto a Alan García. En otras constituciones latinoamericanas, donde se prohibe en
forma definitiva la reelección, los ex-presidentes tienen menor gravitación sobre sus
partidos políticos. Pasan a ser líderes importantes, pero no decisivos en sus
respectivas organizaciones182.
Los partidos políticos, con mayor interés que antes en mantener una presencia
colectiva importante en la toma de decisiones, se han mostrado incapaces de revertir
esta tendencia. En ese terreno, por ejemplo, un presidente como Alberto Fujimori,
cuya imagen pública era positiva, no tuvo problemas para combatir a los partidos
políticos -y en consecuencia a los políticos- de manera eficaz, hacer efectivo el golpe
de Estado del 5 de abril de 1992 y derrotarlos en las elecciones de 1995.
182
Lo son, de alguna manera, Patricio Aylwin en la DC chilena, Rodrigo Borja en la ID ecuatoriana. u
Oscar Arias en el PLN costarricense. En el PRI mexicano, los ex-presidentes pierden todo poder
y prácticamente pasan a una suerte de jubilación política, como ha ocurrido con los
ex- mandatarios Miguel de la Madrid, José López Portillo o Luis Echevarría.
183
Sobre las atribuciones gubernamentales del presidente de la república en la Constitución de
1979, ver Pareja Pfluicker (1987).
184
Paz Soldán (1988:293).
185
Clinton Rossiter señala que el presidente de la república es también «padre de las multitudes,
oráculo de Delfos y héroe de la televisión. Tomado de Paz Soldán (1988:294).
186
En 1980 AP triunfó con el 45% de los votos, y tenninó su mandato con el 7,3%. En 1985 el PAP
lo hizo con el 53, 1% y finalizó con el 19,3%. Habría que anotar que la imposibilidad de
modelo híbrido -presidencialismo atenuado lo llamarían algunos- que en la práctica ha
conducido a una suerte de caudillismo presidencial187.
El peso y dominio del presidente sobre los partidos políticos se ha mantenido en los
regímenes democráticos. El primero de ellos, Acción Popular (19801985), tuvo a un
presidente que manejaba el poder a partir de su vínculo con algunos miembros de su
Gabinete y con su entorno personal. Fernando Belaúnde se relacionó con AP como
árbitro de tendencias191, si no lo hizo como jefe nato del partido192. Los secretarios
la reelección presidencial inmediata permitía que estas pendientes sean mayores. Ante la
imposibilidad de la reelección inmediata, la candidatura de personajes políticos que trataban de
ocupar el cargo dejado por el presidente saliente no hacía sino cargar con el pasivo del gobiemo
y aparecer, además, como un personaje de segundo orden, por grande que fuera el desprestigio
gubemamental. Así ocurrió con Javier Alva Orlandini en relación a Fernando Belaúnde Terry en
Acción Popular, y con Luis Alva Castro en relación a Alan García en el PAP.
187
Véase CAJ (1993:253).
188
Sobre la figura del Primer Ministro puede verse Roncagliolo (1991:151-157).
189
Parte de las críticas que se desarrollaron contra los ministros de Alan García era que estos
actuaban como «secretarios personales» del presidente. Generalmente, los Primeros Ministros
que tuvieron peso asumieron la cartera de Economía, fundamental en una época de crisis
económica. Fueron, generalmente, los que iniciaron los gobiernos y los que más duraron. Así fue
el caso del acciopopulista Manuel Ulloa Elías (1980-1983), cuyo periodo duró 29 meses; el
aprista Luis Alva Castro (1985-1987), que duró 23 meses y Juan Hurtado Miller (1990 1991). Los
otros ministerios no comprometían las decisiones politicas importantes, como el Ministerio
de.Relaciones Exteriores (cargo ocupado por los populistas Fernando Schwalb, López Aldana
Sandro Mariátegui y Luis Percovich; el aprista Guillermo Larco Cox; los fujimoristas Oscar de la
Puente, Carlos Torres y Efrain Goldemberg), el Ministerio de la Presidencia (los apristas
Guillermo Larco Coz, Armando Villanueva del Campo y Luis Alberto Sánchez), el Ministerio de
Trabajo (Alfonso de los Heros) o de Industria (Alfonso Bustamante).
190
Fue el caso del golpe de Estado del 5 de abril de 1992. El entonces presidente constitutional
Alberto Fujimori convoca a una lesión de Consejo de Ministros y, ante la sorpresa de su
gabinete, muestra el video que presentaría aquella noche en el que anunciaba el golpe de
Estado. Pocas horas antes su Primer Ministro, Alfonso de los Heros, había tenido una
conversación con los miembros de la oposición, a quienes había ofrecido aceptar algunas de sus
demandas: no sabía nada del plan; renunció, al igual que el Ministro de Trabajo. El resto prefirió
mantenerse en su puesto y asumir como suyo un plan que desconocian.
191
Fue el caso de la disputa entre los sectores llamados «alvistas» y ulloístas» en todo su segundo
periodo.
192
El 22 de setiembre de 1968 el diario La Prensa señalaba que: «EI Presidente Belaúnde,
asumiendo el título de jefe nato de AP, destituye de su cargo de secretario general de ese partido
al ing. Edgardo Seoane por haber criticado al gobiemo en su exposición televisada sobre el
contrato petrolero. Belaúnde declaró en reorganización el partido. Los seoanistas no acatan la
medida y se posesionan de los locales del partido».
generales, el cargo orgánico y político más importante a nivel partidario, no pasaron a
ser sino personajes cuyas decisiones estaban en un segundo orden. En Palacio de
Gobierno, el llamado jefe máximo tomaba las más importantes decisiones sin consultar
a su comité político. En el caso del PAP, la situación fue parecida; una tendencia
adversa al presidente Alan García se agrupó alrededor del secretario general Luis Alva
Castro. Este último no pudo hacer prevalecer su condición de tal pare comprometer a
su partido en la dirección del gobierno. La situación de Cambio 90 es menos compleja,
pues, como ya señalamos, esta agrupación es totalmente incapaz de desarrollar una
política que no está dirigida o controlada por Alberto Fujimori.
2. EL PODER LEGISLATIVO
En relación a la elección, habría que señalar que los parlamentarios (tanto senadores,
como diputados) podían ser reelegidos indefinidamente y sin necesidad de que los
partidos políticos los presentarán en sus listas. El mandato era y es irrenunciable: No
existía el monopolio de la participación de los representantes por parte de los partidos
políticos. Desde 1920 la elección del Parlamento se realiza en forma simultánea con la
del Presidente de la República y en forma total. Es una costumbre electoral que
193
Aquella Constitución establecía que los presidentes constitucionales pasaban a ser senadores
vitalicios. Hasta el golpe de 1992 tal fue la condición de Fernando Belaúnde y Alan García. La
nueva Constitución de 1993 retiró esa figura y, de esta manera, el regimen se libró de dos líderes
políticos importantes.
194
Sin embargo, habría que señalar como nota curiosa que el grupo izquierda Socialista –Cuyas
principales figuras posteriortnente se colocaron en la oposición al gobiemo de Fujimori-, en su
programa de gobiemo de las elecciones de 1990 planteaba lo siguiente: «En relación al poder
legislativo se propone una reforma constitucional que establezca la unicameralidad y adopte el
sistema de la reserva legislativa para aquellos temas que la Constitución define como "dominio
de ley". todo lo cual permitirá agilizar la dación de las leyes y asegurar la eficiencia de la labor
Parlamentaria. Complementariamente, se aprobaran causales de revocación del mandato
legislativo por la vía de la consulta popular ratificatoria y.se reducire el número de congresistas a
sesenta.» (Roncagliolo 1991:152).
produjo, por un lado, el arrastre de los votos del candidato presidencial sobre los
representantes parlamentarios, tal como lo indicamos líneas arriba, permitiendo que el
Poder Ejecutivo gozara de mayorías parlamentarias195. Por otro lado, debido a la
inexistencia de elecciones parlamentarias parciales, permitía una correlación política
favorable al gobierno, a pesar de que este se encontrara en franco desprestigio
ciudadano, según las encuestas de opinión.
Las relaciones institucionales entre los dos poderes del Estado están construidas
sobre una serie de elementos que llevan a algunos a pensar que estamos delante de
un sistema semipresidencial o semiparlamentario. En todo caso, el sistema político
peruano incorpora elementos de los sistemas parlamentarios, como veremos más
adelante.
195
Tal conno lo señalamos, en las elecciones de 1980, 1985 y 1990, los candidatos a la presidencia
y a las dos vicepresidencias de la república, podían postular simultáneamente a cargos
parlamentarios.
196
La única experiencia ocurrió en 1991, cuando el Congreso de la República acusó constitucio-
nalmente al ex-presidente Alan García, quién fue absuelto por los tribunales.
197
Muchos partidos políticos, particulartnente los pequeños, pasaron a depender absolutamente de
los ingresos de sus parlamentarios. Algunos de ellos desaparecieron al no lograr representantes
en el Parlamento. Fueron los casos de los fenecidos MDP y UNO, en 1979; MBH y PADIN, en
1985; y Ayllu, PMR, PSR, MSP y Coordinadora Socialista, en 1992.
198
Al respecto, el ex-senador Enrique Bemales señala: «Cuando se produce este fenómeno de
parlamentarización, la natural actividad territorial o funcional de los partidos se mediatiza por la
priorización de la acción parlamentaria; los parlamentarios pasan a conformar un grupo de poder
especial dentro de la organización: reciben y procesan las demandas sociales, captan militancia
para organizar sus secretarial y desde la representación se convierten en el eje de la actividad
político del partido; es decir el partido hace política a través de sus parlamentarios y estos a su
vez, hacen político partidaria a través de la representación en el Parlamento.» (Bernales
1993:79).
La historia de esta relación se ha movido bajo una permanente tensión, trasladándose
desde una subordinación total del Legislativo al Ejecutivo, que lo
esterilizaba -particularmente cuando se trataba de una mayoría oficialista en el
Parlamento- hasta una confrontación total entre poderes199. Casi no han existido
períodos de una relación institucional fluida, donde cada uno de los componentes
cumpla sus funciones200..
El ministro dista mucho de poder desarrollar una política independiente, pues debe su
puesto al presidente de la república, quien lo puede remover solicitándole su renuncia,
y requiere mantener la confianza, por lo menos pasiva, del Congreso. Por otro lado,
progresivamente se han ido retirando las barreras legales que permitían a los
legisladores ser ministros. La Constitución de 1979 -y esta norma se mantuvo en la de
1993- sistema que los ministros no pueden ejercer otra función pública, salvo la
legislativa203.
199
Sobre las relaciones entre el Ejecutivo y el Parlamento puede revisarse Eguiguren (1993).
200.
El constitucionalista Pareja Paz Soldán sostiene: «El Gabinete ha permanecido subordinado al
Presidente, constituido por amigos personales y políticos. Generalmente el Parlamento se ha
limitado a prestarle su aquí escencia, su conformidad o su pasiva aceptación. Pero el equihbrio
buscado entre el Presidente y el Congreso ha caído a menudo en el servilismo, en la impotencia
o en la crítica estruendosa.» (Paz Soldán 1988:360).
201
Sobre el control parlamentario véase Sagues (1993:66-81).
202
Otros regímenes presidencialistas, por ejemplo el de Estados Unidos, no permiten al Congreso
censurar ministros ni al presidente disolver el Congreso.
203
Las Constituciones de 1823, 1828 y 1839 prohibían el desempeño simultáneo del cargo
parlamentario con otro cargo público, incluído el de Ministro de Estado. Las de 1826, 1834, 1856
y 1860 señalaban que los representantes podían llegar a ser ministros, Pero vacando en sus
funciones en el Congreso. La Constitución de 1920, tras varios intentos, permitió que los
representantes pudieran ejercer las funciones ministeriales; no obstante, mientras durara el
Cabe anotar, sin embargo, que ambas figuras -tanto la de la censura de los ministros
como la de la disolución del Parlamento- estaban configuradas constitucionalmente,
aunque de tal manera que su aplicación era muy dificultosa.
205
En varias oportunidades se ha intentado conformar gabinetes mixtos. Pero sólo los de Daniel
Becerra de la Flor (1965) en el primer gobiemo de Fernando Belaúnde, fueron integrados en su
totalidad por parlamentarios.
206
Sagues (1993:76).
207
De las 2.086 normas dictadas durante el gobierno del presidente Belaúnde, sólo 990(47%),
fueron elaboradas por el Parlamento. En el gobierno de Alan García, el número total fue de
2.290, de las cuales 848(37%) correspondieron al parlamento. Finalmente, hasta marzo de 1992,
de las 873 normas promulgadas durante el gobierno de Fujimori, sólo 110 (13%), el menor
porcentaje, fueron elaboradas por el Parlamento. Tomado el cuadro 1 de Abad y Garcés
(1993:103).
Inicialmente, el Parlamento no fue opositor, pues si bien estaba fresca la dura
campaña electoral, la propuesta neoliberal de Fujimori estaba cerca a Ia propuesta del
Fredemo. Por su lado, tanto el Apra como la izquierda aportaron su cuota de apoyo
para el triunfo de Fujimori en segunda vuelta. Por el contrario, fue el presidente
Fujimori quien desarrolló una dura y persistente crítica al Parlamento, institución que
según todas las encuestas de opinión pública no gozaba de la simpatía ciudadana;
finalmente el 5 de abril de 1992 Fujimori disolvió el parlamento208.
208
Según una encuesta de opinión de la empresa Apoyo realizada los días 6 y 7 de abril, el 71% de
los limeños aprobaba la disolución del Congreso por parte de Fujimori.
TEXTO N° 13
Tema 19.
Principales sistemas políticos
actuales.
En este tema abordaremos los dos tipos de sistemas políticos actuales: la democracia
y la dictadura. En una primera parte hablaremos de las democracias y sus variantes, en una
segunda de las dictaduras y de los derechos humanos.
Europa Occidental y Estados Unidos fueron la cuna de los sistemas democráticos.
Aunque todos ellos se inspiran en los principios del liberalismo y de la democracia y en el
respeto hacia los derechos humanos, pueden presentar fórmulas diferentes (monarquías o
repúblicas, sistemas parlamentarios o presidencialistas, estructuras unitarias o federales,
etc.), fruto de las diferentes tradiciones y de la herencia del pasado.
En más de la mitad de los países del mundo la democracia no existe, poderes
políticos opresivos gobiernan con mayor dureza a la población e impiden los más
elementales derechos. El rasgo político más importante es la inexistencia de la separación
de poderes y la falta de libertades como medio para perpetuarse en el poder las elites
gobernantes.
b) Sistemas democráticos
presidencialistas.
2
Tema 19. Principales sistemas políticos actuales.
redistribuidor de la riqueza a partir de la
política fiscal. Este abanico puede ampliarse
con los partidos comunistas, nacionalistas,
ecologistas, etc., que suelen configurar
importantes minorías parlamentarias. Cuando
ningún partido consigue la mayoría suficiente
para garantizar la elección del presidente del
Gobierno, suelen realizarse alianzas, y los
partidos bisagra se convierten en un elemento
vital para el mantenimiento de la estabilidad
del gobierno, que suele ser de coalición.
La democracia americana, como en el
caso británico, se configura en la práctica
como un sistema bipartidista. En Gran
Bretaña, los dos partidos son el Partido
España es un país formalmente unitario pero
Conservador y el Partido Laborista, mientras su estructura autonómica se parece mucho a
que en Estados Unidos son el Partido un funcionamiento federal.
Republicano y el Partido Demócrata. En el
sistema americano, los republicanos tienen un carácter más conservador y tienen el apoyo del
mundo de los grandes negocios, mientras los demócratas presentan un programa de carácter
más social, suelen contar con el apoyo de los sindicatos y las minorías étnicas y recogen
buena parte del voto de las clases medias. A diferencia de sus homólogos británicos, los
diputados americanos no están obligados a seguir ninguna disciplina de voto en el Congreso,
y el presidente a menudo debe buscar el apoyo de diputados de ambos partidos. Esta relativa
independencia explica el importante papel que los lobbies, grupos de presión, desarrollan en
la democracia americana.
Los Estados unitarios, es decir, aquellos que tienen una organización uniforme para
todo el territorio y toman las decisiones desde un único centro político, tienen una larga
tradición en Europa. Algunos son muy centralistas, como es el caso de Francia, donde los
Departamentos y los Municipios tienen pocas atribuciones y se gobierna todo el Estado desde
París. Otros, en las últimas décadas, han optado por una organización descentralizada en la
que se reconoce la autonomía de algunas nacionalidades o regiones y se les reconoce una
cierta capacidad de autogobierno, a la vez que las grandes ciudades han conseguido
importantes competencias políticas. Es el caso de Bélgica, de Gran Bretaña y también de la
España de las Autonomías, creada por la Constitución de 1978, que dota a las regiones una
amplia capacidad legislativa.
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Tema 19. Principales sistemas políticos actuales.
repartidos entre los diversos
Estados y el poder federal.
Este último suele ocuparse de
los asuntos referentes a
política internacional,
economía, defensa y se-
guridad. Es el caso de
Estados Unidos, donde los 50
estados que integran la Unión
tienen muchas atribuciones; y
en Europa tenemos el
ejemplo de Alemania,
configurada por diversos
Lander, aunque con
Países del mundo con estructura federal. menores poderes. Suiza
presenta una estructura
confederal, con un poder central muy débil que se reduce a la coordinación de los diversos
cantones, que son casi soberanos
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Tema 19. Principales sistemas políticos actuales.
todos los ciudadanos.
Un primer grupo de problemas se relaciona con el papel de los ciudadanos en la
democracia, progresivamente identificado o reducido a la simple práctica electoral. Además,
cabe destacar el aumento del abstencionismo electoral, ya que se constata que el número de
personas que participa en las elecciones tiende a disminuir (en Estados Unidos, por ejemplo,
normalmente vota menos de la mitad del electorado). Este fenómeno va unido a un cierto
desprestigio de los partidos políticos, a los que se acusa de estar controlados por una minoría
que impone sus criterios, de falta de debate interno y de excesivos casos de corrupción
económica. La rígida disciplina de voto de la mayoría de los partidos ha hecho decaer la
vida parlamentaria y los debates han perdido parte de su función y de su interés, ya que el
voto puede preverse anticipadamente y al margen de las discusiones parlamentarias.
Por otro lado, el elevado coste de las campañas electorales aleja de la pugna política
a los partidos que no tienen medios económicos para financiarlas y deja a los más fuertes en
manos de quienes les han
concedido apoyo
económico. La necesidad
de fondos que los militantes
no pueden aportar ha
contribuido a utilizar
métodos de financiación
irregular, y bastantes veces
ha desembocado en casos
de corrupción, con la
consiguiente merma de
confianza del electorado en
la transparencia de las
finanzas de los partidos
políticos.
También ha
Mitin electoral en Lima (Perú) en las elecciones de de 2006.
perjudicado la salud de la
democracia el protagonismo de los medios de comunicación, ya que son los que canalizan
y construyen buena parte de la opinión pública. La guerra de estos medios por la audiencia ha
convertido la legítima oposición política en un "espectáculo" de la política, que otorga un
gran poder mediático a las grandes cadenas televisivas o radiofónicas y a la prensa. Un
segundo orden de problemas tiene un cariz más económico y social. Algunos analistas
consideran que existe una contradicción de fondo entre los principios igualitarios de la
democracia y la lógica del sistema capitalista. Denuncian la oposición entre las ambiciones
económicas del mundo empresarial, con beneficios astronómicos, y las expectativas
democráticas de los ciudadanos, que exigen no solo libertades políticas, sino también la
consolidación del Estado del Bienestar, garantizado por la redistribución de la riqueza a partir
de un sistema fiscal progresivo.
Finalmente, un tercer grupo de problemas se fundamenta en la constatación de que
los derechos democráticos no benefician de la misma manera a todo el conjunto de la
población. Cada vez son más numerosas las voces que reclaman la regulación de unos
derechos específicos para determinados colectivos, como las minorías nacionales en el
interior de los Estados, las poblaciones indígenas dentro de las naciones antiguamente
colonizadas o los inmigrantes procedentes del Tercer Mundo. Los movimientos a favor de la
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Tema 19. Principales sistemas políticos actuales.
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Tema 19. Principales sistemas políticos actuales.
libertades y los derechos públicos no siempre pueden ser ejercidos (derecho de expresión, de
opinión, de reunión, de manifestación, de prensa, etc.) y la oposición política es combatida
con métodos no democráticos. Esta situación corresponde a algunos países latinoamericanos,
asiáticos y del antiguo bloque del Este.
En todos los Estados del mundo se cometen atentados, más o menos flagrantes, contra
los derechos humanos, pero es en los sistemas no democráticos donde estas violaciones
constituyen una práctica habitual. El Informe de Amnistía Internacional del año 2001
documentaba torturas y malos tratos en 125 países del mundo.
La detención arbitraria y sin juicio es un hecho frecuente en las dictaduras, donde un
buen número de personas son confinadas en prisiones, a menudo en unas condiciones
materiales deplorables, sólo por decisión de la administración, de la policía o del ejército, sin
intervención del poder judicial. Estas detenciones arbitrarias van acompañadas de malos
tratos e incluso torturas, y, en muchos casos, no se respeta el derecho del detenido a una
defensa justa. También son frecuentes, en las dictaduras o en los países en guerra, las
ejecuciones sumarias, es decir, sin juicio previo y que pueden llegar a afectar a miles de
personas, que son asesinadas por su origen étnico, su religión o ideología política. Los
asesinatos en masa de elevados contingentes de población civil, en la que son numerosas las
mujeres y los niños indefensos, han proliferado en numerosas guerras, y en casos como los
de Bosnia o Ruanda se puede incluso hablar de genocidio.
Pero la violación de derechos humanos también está presente en algunas esferas
de los países más desarrollados y democráticos. Un caso particular es el ámbito doméstico,
donde se ejercen también malos tratos contra mujeres y niños. Por otro lado, la pena de
muerte continúa vigente en la legislación de muchos países, algunos de ellos con regímenes
democráticos.